Por Begoña Alcalá-Galiano Ferrer
Nieta y especialista en su obra
Retratos
Este capítulo, cerrará la serie de los publicados a lo largo de este año en el que se conmemora el nacimiento del pintor Alvaro Alcalá Galiano y Vildósola, el cual fue miembro del AEPE y tuvo el honor de ocupar la presidencia de esta Asociación durante varios años.
Aquí se ha considerado parte de su biografía y de su obra, y ambos aspectos han quedado reflejados más ampliamente en el libro que la autora de este artículo ha escrito en memoria de su abuelo, algunas veces olvidado por la historia del Arte y sin embargo recordado, a veces, tan solo por su violenta muerte en la guerra civil española, la cual sacudió duramente las relaciones entre los diferentes estamentos sociopolíticos del momento histórico que tuvo lugar entre 1936 y 1939, que conllevó la desaparición de muchos personajes españoles, cuyo recuerdo no debería quedar en el olvido, como es el caso del pintor Alvaro Alcala-Galiano.
En este compendio de capítulos se ha pretendido hacer un retrato del pintor, y en este que ahora sirve de cierre, se mostrarán algunos de los realizados por él mismo.
Alcalá Galiano no ha sido especialmente considerado como un pintor retratista, sin embargo, en su obra figuran muchos retratos, tanto en figuras individuales como en obras costumbristas, en las que cuida atento el detalle de los rostros de los personajes retratados así como de sus ropajes. Entre estos cuadros aparecen obras realizadas a lápiz, carboncillo, sanguina y óleo.
Desde sus primeros dibujos de niñez y juventud aparecen retratos de su familia, así como de figuras de su entorno más cercano, lo cual demuestra su amor por sus raíces. A medida en que su obra se va ampliando, aparece un buen número de retratos que dan luz a su a veces, oscura biografía.
A lo largo de su carrera artística sus retratos cobran gran fuerza expresiva y así lo demuestra en la gran cantidad de detalles que acompañan a los personajes que salen de sus pinceles. Cuando quiere destacar otros motivos de sus cuadros, estos personajes aparecen desdibujados, a veces expresados con dos pinceladas, a la manera de los impresionistas.
Mercedes Vildósola, madre del pintor
Matilde Privat de Coste,abuela del pintor
Autorretrato del pintor niño
Barcas de Heno. Fragmento
Bañista
Gitana
Campesinos gallegos
Campesinos arratianos
Vendimiadores
Retrato de su esposa Isabel Chavarri
Retrato de sus hijos Alfonso y Alberto
Retrato de su madre Mercedes Vildósola
El Almirante Juan Martinez de Recalde
Antonio Alcalá Galiano y Villavicencio
Nina gallega
Comadres
El Segoviano
Sus autorretratos muestran un rostro serio y sereno
Autorretrato del pintor en su estudio
Ahora que se acerca el final del relato de la biografía del pintor Alvaro Alcalá Galiano, es de justicia mencionar su triste y temprana muerte.
El pintor no solía manifestar públicamente sus ideas políticas, aunque su entorno familiar y social, su relación con la monarquía, su título de Conde y sus nombramientos honorarios, es de suponer, que fueron suficiente motivo para su encarcelamiento y posterior fusilamiento en Paracuellos de Jarama en aquel fatídico mes de noviembre de 1936. En agosto de aquel año, un grupo de milicianos republicanos arrancaron los lienzos y los pinceles al pintor, encarcelándolo sin juicio alguno en la cárcel de San Antón. Posteriormente y estando las tropas franquistas a las puertas de Madrid, muchos de los presos de aquella cárcel, recibieron la noticia de su liberación. Al día siguiente les ordenaron subir a los camiones que supuestamente les conducirían a Valencia, pero aquel viaje se truncó para muchos, entre ellos para el pintor Álvaro Alcalá Galiano, a quien hicieron descender del camión que le transportaba, en Paracuellos del Jarama, siendo fusilado y enterrado en una de las fosas comunes de aquel cementerio.
Sirva este artículo de epitafio de aquel singular pintor. Mi abuelo.
Begoña Alcalá Galiano Ferrer