Por Begoña Alcalá-Galiano Ferrer
Nieta y especialista en su obra
Marinas de Holanda y Bretaña
Espíritu aventurero de la indómita Vizcaya
hinca su tienda lo mismo en los cantiles bravíos
y resonantes que en el playazo quieto de los
fiordos. Y nos trasmite el sentimiento de la mar
con un arte viril y español que no tiene semejanza.
Concha Espina
Cerrábamos el capítulo anterior y se abre este, con la cita de la ilustre escritora Concha Espina tras su visita al estudio de Álvaro Alcalá-Galiano en Madrid. La impresión que en ella causa esta visita, habla por sí sola. En ese momento se halla el pintor preparando una exposición que se realizaría en enero 1902, con 18 “Marinas” de la colección Velas Rojas en su estudio de la calle Villanueva de Madrid a cuya inauguración acuden muchas figuras representativas del mundo del arte y de la sociedad madrileña. Entre los muchos visitantes, estaban su maestro Sorolla y sus condiscípulos. Según un testigo, al presenciar el maestro la obra de su discípulo, exclamó: ¡No se puede hacer nada mejor en Marinas! Dicha inauguración fue calificada de verdadero acontecimiento artístico. Entre los cuadros que se expusieron se encontraban las siguientes obras: Mal Tiempo en Holanda, que posteriormente fue donada por el artista al Museo de Bellas Artes de Bilbao y en una sala de este museo se encuentra colgada esta obra, muy significativa de la región holandesa de Volendam.
Mal Tiempo, Holanda
En el afán de este pintor por encontrar nuevos horizontes que reflejar en sus lienzos y seguramente movido por la influencia de sus maestros y compañeros artistas, se siente atraído por emprender el camino a Europa. París, Roma, Bretaña y Holanda son lugares que llaman la atención del artista ya que en aquellos tiempos son los centros neurálgicos del arte. A estos países acuden muchos de los pintores de gran renombre al comienzo del nuevo siglo. Los nombres y direcciones de todos los pintores que habían estado en Holanda en el siglo XIX figuraban en un mapa que se exhibía en París, pudiendo encontrar entre ellos el de Pierre Auguste Renoir; entre los españoles que en ese mapa se encontraban figuraban los de Manuel Benedito Vives 1875-1963, Roberto Domingo y Fallola 1883-1956, Antonio Ortiz de Echagüe 1883-1942, o Ramón de Zubiaurre 1882-1969 de quien destaca la obra Café holandés 1912-1913.
La posibilidad de contacto con aquellos maestros será lo que anime a Alcalá-Galiano a trasladarse a la Bretaña francesa. Conviene citar las colonias de Pont Aven y L’ Union Artistique de Concarneau, que allí se encuentran. Es a este último lugar adonde se dirige Alcalá-Galiano y donde toma buena nota del hacer de los pintores. También allí pudo haber sido informado por otros artistas de la existencia de las más importantes colonias en Holanda, por ello se puede pensar que su viaje a Volendam no es casual ya que seguramente, escucharía a sus amigos artistas hablar de este lugar tan singular y atractivo para el joven pintor.
En Volendam existe un auténtico mecenas del arte. Se trata de Leendert Spaander, propietario del hotel que lleva su nombre. En ese hotel situado en el puerto pesquero, se alojan muchos artistas quienes tras sus largas jornadas de pintura de caballete se reúnen en el salón y el comedor del hotel en largas tertulias con sus compañeros de profesión. Forman foros internacionales muy productivos, de innovación, discusión, trabajo de campo y creatividad social.
En dicho hotel, se aloja Alcalá-Galiano por primera vez en 1900, tras la odisea reflejada en su correspondencia. “Para llegar aquí, es preciso primeramente tomar un barco a vapor en Amsterdam, después un tranvía a vapor, luego un barco que va por un pequeño canal o hacer la ruta a pie…
Tal debe de ser el interés que esa colonia despierta en Alcalá-Galiano que en sus sucesivas visitas a Volendam, vuelve a alojarse en el Hotel Spaander, como lo ratifica la presencia de su firma en los libros de registro del hotel.
Junto a su firma se encuentran las de personas provenientes de lugares muy dispares: Nueva York, Middleton, Munich, Londres, Boston, Ginebra, Glasgow…
Era costumbre entre los pintores alojados en el hotel, regalar una de sus obras pintadas en Volendam y allí se encuentra esta plumilla de Alcalá-Galiano dedicada a una de las hijas del señor Spaander.
Plumilla dedicada a una de las hijas del señor Spaander
A su regreso a Madrid del largo y fructífero primer viaje a Holanda, participa en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1901, con dos obras: Puerto de Volendam y Sobre Cubierta.
Puerto de Volendam
Respecto a esta obra, es de resaltar que existen estos dos cuadros, prácticamente idénticos, si bien observándolos cuidadosamente, se perciben pequeñas diferencias entre las dos versiones. Esta es una práctica que el pintor realiza con cierta frecuencia; a veces con la versión completa y otras con fragmentos de una obra principal.
La segunda obra presentada a la Exposición Nacional de BB.AA. es la titulada Sobre Cubierta, una de las grandes del pintor Alcalá-Galiano y merecedora de varios premios, entre ellos, el segundo de la Exposición Nacional. Su éxito en la mencionada exposición fue publicado en la prensa nacional, figurando incluso una reseña en el diario francés Le Figaro. Finalmente fue adquirida por el Museo de Arte Moderno de Madrid (hoy Museo del Prado) y se encuentra actualmente en el Museo de Bellas Artes, Palacio Velarde, de Oviedo, cedida por el Museo del Prado.
Sobre Cubierta. Volendam
En el libro titulado Dromen Van Holland, (soñando con Holanda), 1800-1914, del escritor holandés B. Kunstenaars, aparece esta breve reseña referente al artista:
La cantidad de artistas españoles e italianos tanto como súbditos holandeses que en sus pinturas quedaron relativamente pequeños. Álvaro Alcalá-Galiano, un alumno de Joaquín Sorolla Bastida, es una de las excepciones. Así como su profesor, Alcalá participa regularmente en exposiciones internacionales en Paris y Dusseldorf entre otras. En 1900 y 1901 estuvo en Volendam. Su nombre aparece en esos años en el libro de visitas del hotel Spaander… Un nocturno cambiante pintado con molinos, probablemente en Zaandam.
Molinos en Holanda. (Witt library, the Hague)
Entre otras pinturas de las que figuran en la exposición en su estudio de Madrid en enero de 1902, se encuentran además de marinas, otras obras costumbristas pintadas en tierras nórdicas de Europa:
Ahumando pescado
Comadres
En el mes de febrero de este mismo año de 1902, se funda la Asociación de Artistas Españoles de la que forma parte Alcalá-Galiano. Entre los miembros de esa asociación se encuentran renombrados artistas del entorno español: Madrazo, Benlliure, Marqués, Checa, Egusquiza, Jiménez Aranda, Mezquita… El objeto de este grupo artístico consiste en salir de las fronteras nacionales y dar a conocer sus obras fuera de ellas; en el mes de abril se organiza el Primer Salón de Artistas españoles en París y Alcalá-Galiano presenta en esta ocasión tres cuadros: el ya conocido Mal Tiempo, Holanda Y Pescadores y Barcas de Pesca, que merece una Mención Honorífica y es adquirido por el Ayuntamiento de París.
Pescadores
Estimulado por los éxitos conseguidos emprende un nuevo viaje a tierras del norte de Europa. Viene del estudio de Sorolla en Madrid con quien aprende y pone en práctica el uso del color y de las luces. Sin embargo, el estilo de pintura que inicia en Holanda le da grandes satisfacciones y no menos premios; la mayoría de sus obras reflejan el mar, de gran quietud y luces sombrías; y los barcos e interiores con escenas oscuras e íntimas. Aunque a veces nos sorprende con amaneceres o anocheceres de luz brillante e intensa.
En esta ocasión el pintor se acerca a la isla de Märken. Esta es una isla pequeña, que en invierno queda comunicada por el mar helado con Volendam.
Entre los muchos cuadros que allí pinta, se encuentra una serie de obras costumbristas y de retratos de algunos de los personajes que en ellas se muestran.
Barcas de heno. Isla de Märken
En este otro cuadro, de la misma serie, apreciamos el colorido del paisaje y de los trajes regionales que con tanto detalle y acierto refleja el pintor.
Transporte del heno en la isla de Märken
Este cuadro fue presentado en el V Salón de Artistas Españoles en París.
En las fotografías que aquí se muestran se observan los fragmentos de las niñas del cuadro principal, en las cuatro versiones que se acompañan.
Y POR QUÉ MARINAS
Durante el siglo XVII la República de las Siete Provincias Unidas desarrolló un importante comercio mundial, en competencia con el comercio inglés, que supuso una muy importante riqueza para Holanda. Esta riqueza quedó plasmada en un tipo de pintura muy especializada, las llamadas “Marinas”. Con el fin de expresar el mayor número de detalles en sus cuadros los artistas necesitaban aprender con detalle los diferentes tipos de barcos, sus equipamientos… y cómo las velas y los barcos reaccionaban ante las olas, el viento y los movimientos de los cascos; los efectos de la luz y de las sombras en la superficie del mar, las mareas y las rompientes de las olas en las playas y en las costas rocosas de cualquier parte del mundo.
En la segunda mitad del XVIII las “marinas” holandesas fueron muy apreciadas por los coleccionistas de Arte ingleses. En Francia apenas se pintaban Marinas y en Alemania, prácticamente ninguna. Pintores ingleses y franceses como David Cox, Albert Goodwin, Daubigny o Paul Huets, pintaban en Holanda para vender sus cuadros a las personas que no podían permitirse un auténtico Cuyp o un VanGoyen.
Mostramos aquí un ejemplo de las marinas y de la colección Velas Rojas pintadas por Alcalá-Galiano
Algunas de las obras fueron pintadas del original en Holanda o en Bretaña, sin embargo, Alcalá-Galiano, como muchos otros pintores de su época, solía fotografiar motivos que luego plasmaba en sus lienzos, en su estudio.
Próximo capítulo: Bretaña 1900 Concarneau. Los pintores del mar…
[1] . Drommen Van Holland notas 212 y 213 p. 422[1]