AÑO ROMERO DE TORRES: En el 150 aniversario de su nacimiento

Por Juan José García López

Licenciado en Filosofía y Letras

Presidente de la Asociación Cultural Pro Casa Museo Julio Romero de Torres en Córdoba

 

«En este fondo, esencia de flores y cantares,

    os fijó para siempre el pincel inmortal

    de nuestro inenarrable Leonardo cordobés».

    Manuel Machado, 1912.

En este mes de mayo se van a celebrar en el mismo día 10 de mayo dos actos conmemorativos de excepcionalidad cultural en dos ciudades amadas por Julio Romero de Torres: Madrid y Córdoba.

En el mes de abril la Diputación de Córdoba anunció en prensa la intención de destinar 1,5 millones de euros para la rehabilitación de la que fue la Casa Familiar de nuestro pintor más internacional, Julio Romero de Torres. Y el Ayuntamiento de Córdoba está preparando magnas exposiciones, actividades culturales en relación al mundo de la Guitarra, la danza contemporánea, publicaciones, simposios y visitas guiadas para la conmemoración natalicia del 09 de noviembre 2024, en sus 150 años.

Y todo pasa siempre por estas noticias….

Hace unos meses mi amigo Don Rafaé vino a casa para conocer las tres musas de Julio Romero de Torres. Gertrudis estuvo durante varios días insistiéndole que saliera de su casa para conocer las nuevas obras adquiridas por mi persona. Por cierto, mi nombre es Eustaquio. En el «Diario del Arte» he explicado las razones en el misterio a no desvelar los nombres de las modelos representadas, hasta que se realice el estudio exhaustivo. Don Rafaé, experto en pintura del Renacimiento y del Arte Español de principios del siglo XX, conocedor de artistas españoles coetáneos a Julio Romero de Torres, al contemplar las tres musas, su memoria empezó a volar en el archivo personal, y se ha propuesto realizar un estudio sobre los óleos.

Han pasado varias semanas, una mañana estuvimos Gertrudis, Rafaé y yo, visitando la fachada de la Casa Natal del maestro Julio Romero de Torres aún sigue la casa esperando su reforma y puesta «a punto», y nos adentramos en los dos museos colindantes, el Bellas Artes, y el del maestro cordobés. Tras las explicaciones dadas por Rafaé sobre las obras expuestas, estuvimos treinta minutos conversando en una pequeña sala sobre la obra «Samaritana» (1920). A la mañana siguiente, recibimos en el email de Gertrudis el siguiente texto en lamento, que aquí expresamos:

«Dicen en el cielo que ha bajado Julio y ha visitado su Museo, preguntando: ¿porqué le habéis quitado la luz que emanaba de algunos de mis cuadros más queridos? Al regresar disgustado se ha encontrado a  Conchita  Castillo una de sus modelos más apreciadas, pregunta:»Le veo contrariado maestro», él contesta: «SI, dónde está la luz de tus ojos en uno de mis cuadros más apreciados que pinte con más interés  y cariño porque era para mi querida madre Rosario, y Jesús que era el rostro de un gitano moreno y bello de mi amada Córdoba,  se ha perdido ¿quién se ha llevado esa luz ? porque mi samaritana de ojos claros casi están perdidos…«.

En la web del museo Julio Romero de Torres aparece estos textos:

 «Samaritana, un poco de su historia.  Esta obra está expuesta en la Sala 3 La Capilla.  En esta sala, el protagonista es la particular visión mística del artista. Romero de Torres llevó a sus obras los temas clásicos de manera muy personal, y en muchas de sus obras otorgando una mezcla de espiritualidad e inusual sensualidad a las figuras. Las obras representadas en esta sala son: Contrariedad, Samaritana, Muerte de San Inés y Cabeza de Santa.

Samaritana, 1920. Esta obra representa la escena bíblica de Jesucristo con la Samaritana. Es uno de los lienzos que inician a Julio Romero de Torres en la serie de temas religiosos, pero es la única vez que aparece el rostro de Jesús entre sombras. No obstante, la figura femenina, encarnada por Conchita Castillo, sigue acaparando la mayor parte del protagonismo. La samaritana aparece sentada al borde de un pozo, se apoya sobre un cántaro de cobre y la figura de Jesús aparece casi oculta, envolviendo a la mujer con sus brazos así como con sus palabras. El pintor hace incidir la luz sobre la figura femenina y el cántaro, para darle protagonismo, aislándolos así del tenebrismo del cuadro. Además Romero de Torres utiliza la composición para lucirse en el tratamiento de los ropajes. Los objetos de cobre son una constante en la obra de Romero de Torres, introduce el cobre que tanta tradición tiene en Córdoba como elemento popular y autóctono de la región. Este lienzo fue pintado para su madre, motivo por el que nunca vendió la pieza. «

Mientras que en el Museo de Bellas Artes estuvimos deambulando por la planta baja entre obras de Antonio del Castillo, Rafael Romero Barros, Mateo Inurria, Rafael García Guijo, Rafael Romero de Torres, Tomás Muñoz Lucena, Rafael López Obrero, y un largo etcétera donde estuvimos disfrutando de las explicaciones de Gertrudis y Rafaé. Yo me estaba imaginando a Julio con sus hermanas y hermanos descubriendo por primera vez las obras de Valdes Leal y de Antonio del Castillo, las explicaciones de su padre y hermanos mayores, y sus primeros apuntes y dibujos de lo que se ve, de lo oculto y de lo divino… Mis piernas están temblorosas, amablemente el personal del Museo nos acercaron unas sillas para disfrutar de la Colección Romero de Torres, pues subir a la primera y segunda planta por las escaleras es «misión imposible» en mi estado octogenario, aunque el espíritu lector que atesoro me hace reconocer cada obra bien custodiada en sus almacenes.

Del antiguo hospital de la Caridad nos acercamos al antiguo hospital de San Sebastián, ubicado en la calle Torrijos, al entrar a la Capilla volvimos a reconocer la belleza de su altar, la bóveda de crucería, el torno y un impactante cuadro en honor a Ntra. Sra. María Inmaculada, fuente de inspiración de nuestro Julio Romero de Torres, dicho lienzo pertenece a Antonio del Castillo. Desde la puerta de acceso al patio mudéjar contemplamos una majestuosa escultura de Don Quijote creada por el escultor Aurelio Teno. Hubo un silencio, los tres amigos nos preguntamos el por qué de tanta belleza en Córdoba, tan oculta a simple vista, y tan llena de alegrías y tristezas, tan pronto quedaremos otra mañana para volver al Palacio de Congresos a visitar la exposición, y toda su historia.

De esta visita ha surgido la idea de presentar en este artículo a la Familia Romero de Torres, en primer lugar a Rafael Romero Barros, Rafael Romero de Torres, Carlos Romero de Torres y Carola Romero de Torres Trigueros . Pero antes vamos a disfrutar de la lectura de un poema escrito por Juan Antonio Conde, defensor del patrimonio de Córdoba y de la Casa Familiar Romero de Torres, su poema dice así:

En homenaje a Julio Romero de Torres «Golondrinas»:

¡Ay, Julio, no sabes con cuánta tristeza,

se han quedado todas esas modelos,

que ganadas, quisieron posar para ti,

orgullosas de las bendiciones que tus pinceles,

otorgaban a sus tentadoras formas.

Ya naranja, ya limón, ya…

abierta y refrescante granada.

No te imaginas con cuánta tristeza,

veo volar las contumaces golondrinas

que contemplabas en sus vuelos rampantes

desde el terrado, acompañado por el exuberante patio,

donde reinan naranjos, capiteles y basamentos,

por tu pincel perpetuados.

Ellas también notaron tu ausencia.

Y como brillante galgo que descansa,

se han alineado sobre el tendido eléctrico,

en negro cortejo de puntos suspensivos.

Te envían su mensaje de despedida

en sus eternos gorgeos que a reverenciarte se inclinan.

Reclaman tu presencia, no te olvidan,

y junto a ti, quieren ser inmortalizadas en tu despedida:

antes de partir, como tú,

a ese lugar que todo el mundo esconde,

para ahondarme más y más

en este pozo de amargura

que ha supuesto tu partida prematura.

Mas del laboratorio instalado,

taller donde aderezas y cocinas

suculentos manjares de copla, guitarra, y santas virtudes,

junto a tentaciones que no se ocultan,

Calahorra, Torre de la Malmuerta, Triunfo, Puente y Mezquita;

servidos son por tu culinaria mano, que de todos es envidia.

Hoy vuelves al recuerdo,

en el ciento cincuenta aniversario de tu nacimiento,

testigo soy de tu vuelta reconocida,

de tu homenaje merecido.

A todos, voz en grito les digo:

– No esperéis su regreso,

que volar más no puede,

que las alas le han partido -.

Ya ves, Julio, como han quedado

tantas cosas como viviste

y le diste fama y prestigio.

Hoy quieren hablarle de amor:

a tus arrebatadores desnudos,

de fama reconocida y merecida.

Como si ellas, pobres aves,

supieran lo que es,

si no fuera, porque de ti lo han aprendido,

cuando asistente de tabernas,

en noches de arte y embrujo,

te dejabas seducir por el encanto de una mirada,

por el airoso y potente baile

de «Carasucia» sobre el tablao, estremecido.

Amor, gozo y embrujo, que te oyeron repetir,

en tanto extasiado contemplabas

sus repentinos giros,

que sembraban en tu corazón,

arrebatos de color indefinido,

difuminados bajo el azul

de tu triste noche en espera.

AÑORANZA

Julio, no sabes cuánto añora Córdoba:

la presencia de tus pinceles,

el elegante porte que lucias

al vestir, capa y sombrero.

Fuiste cordobés de tronío,

rebosaban arte: tus pinceles,

tus palabras y sentencias,

y cómo no, tu elegancia

de envidiable señorío.

Fotografía de Juan Antonio Conde Castro recitando

Estos poemas junto a las obras de nuestro más insigne pintor nos presentan un Mayo Festivo lleno de recuerdos, añoranzas, requiebros, soleas, bulerías y lamentos presentes en sus pinceles, además de bastantes artículos en la prensa digital de nuestra amada España, tanto es que a nuestra vecina Laura le han encargado un dossier especial para varias revistas de arte en ámbito internacional. Ahora sin más demora vamos a presentar al padre de la Saga Artística Los Romero de Torres:

Rafael Romero Barros (1832 – 1895).

Rafael Romero de Torres (Córdoba, 1865-1898).

Carlos Romero de Torres (1867-1917).

Carola Romero de Torres Trigueros (1902-1995)

Rafael Romero Barros (1832 – 1895)

Presentamos la referencia periodística escrita por Jorge de Alba, en La Esfera, nº 863, 1930 ubicada en la Hemeroteca Digital. Biblioteca Nacional de España:

» Este glorioso pintor sevillano – padre de Rafael, de Julio y de Enrique Romero de Torres -, muerto en Córdoba después de desarrolla durante cuarenta años una intensa vida ejemplar, dedicada al arte y a su enseñanza y docencia, al frente de la dirección del Museo Provincial de Pintura y Escultura, tiene que ser recordado con emoción en estas páginas consagradas a la ciudad de los califas. Un busto de Juan Cristóbal recuerda el rostro grave y apacible a un tiempo del benémerito cordobés adoptivo; una calle que comunica la plaza del Potro con la calle de la Feria recuerda su nombre; la memoria de D. Rafael Romero Barros vive, llena de fuego y de energía, en la memoria de las generaciones cordobesas que aprendieron en sus aulas a pensar y a sentir.

En una época de recio vandalismo para Córdoba, Romero Barros logró que la Mezquita fuese declarada monumento nacional; una bella cosmografía consagró a su estudio; columna por columna, dibujólas precisamente este formidable dibujante con maravillosos dibujos que nosotros hemos admirado, y que conservan, como oro en paño, sus hijos con hondo fervor filial. La docencia de Romero Barros coincidió con una época en que Córdoba no pagaba sus atenciones; poco menos que en quiebra se había declarado la Diputación y el Ayuntamiento de la ciudad; Romero Barros, al frente de la Escuela de Artes y Oficios, de donde surgieran Mateo Inurria y sus propios hijos Rafael y Julio Romero de Torres, lograba, con su crédito personal, que el cerebro siguiera surtiendo de bujías las aulas, y de lápices y cartones los pupitres y las carpetas de los alumnos.

Una vida ejemplar consagrada a la exaltación consciente de la gran ciudad luminosa fue la vida de Rafael Romero Barros. A su entierro asistió, conmovida y silenciosa, toda la ciudad. Y hoy podemos escribir en LA ESFERA, sin hipérbole, que la prestancia y la gloria artísticas de la gran urbe andaluza subsisten «todavía», gracias al modesto ciudadano y excepcional pintor, cuyas glorias continúan los hijos por inclinación del ánimo y un estrechísimo deber. Representaba Rafael Romero Barros en Córdoba la honrada y cordobesísima clase media, tan distante del señorito ocioso, como del plebeyo corrompido y mal educado. Sabía que el arte es inspiración y es también oficio. Realzaba el valor de la obra con la modestia de la persona, y sin bajar la cerviz ante el poderoso, ni ostentar demasiada familiaridad con el plebeyo, era la encarnación más pura de este pueblo, tan señoril y aristocrático, que ya pensaba con Séneca, meditaba con San Isidro, soñaba con los poetas árabes, se llenaba de luz con Pablo de Céspedes y con Luis de Góngora y Argote; decía sus amores a la reja de Luscinda y de Dorotea en los tiempos de Cervantes, y hablaba siempre con el decoro de un Juan Valera, cordobés y españolísimo. «

La saga en el patio de la casa familiar. De izquierda a derecha Carlos, Julio,Enrique, Angelita, Rafael Romero Barros, Rosario Delgado García, Fernando, Rosario de Torres Delgado, Rosario y Rafael. Autor E. Almenara. 1887. AHPCO-FRT

Retrato del curso 1894-1895 de la Escuela de Bellas Artes en Córdoba por el fotógrafo Nogales, 1895. AHPCO-FRT.

Rafael Romero Barros, La Esfera, 1930 y a su llegada a Córdoba en 1862.

Rafael Romero Barros (1832 – 1895).

Pésame por el fallecimiento de Rafael Romero y Barros 1895 en La Gran Via, 14-12-1895.

Rafael Romero de Torres (Córdoba, 1865-1898)

Fue un pintor y arqueólogo español. Hijo y hermano de pintores, murió prematuramente a los 33 años. Segundo de los hijos del también pintor Rafael Romero Barros. A los ocho años de edad ingresa en la Escuela provincial de Bellas Artes gracias a su padre que advirtió el gran talento que el pequeño poseía. Rafael creció en un ambiente cultural entre artistas, obras y el museo que dirigía su padre.

En 1884, con veinte años, obtuvo una beca por Diputación de Córdoba para formarse en la Academia de San Fernando en Madrid realizando estudios de escultura y pintura. Al año siguiente obtiene una segunda beca para viajar a Roma desarrollando una estancia formativa de tres años, etapa clave para su desarrollo como pintor. Frecuentó el Café del Greco de Roma junto con el pintor burgalés Marceliano Santa María.

De Roma regresó Rafael Romero de Torres para afrontar, sin saberlo, los últimos años de su vida. El periodista cordobés y amigo del pintor Ricardo de Montis narró en «Notas cordobesas. Recuerdos del pasado» cómo Rafael ganó una segunda medalla en la Exposición Internacional de Bellas Artes, que por arte de birlibirloque le fue cambiada por una de tercer rango para conceder la presea de plata a otro artista mejor relacionado . Quizás con un exceso de melodrama propio de la época, De Montis achaca a esa injusticia la muerte de Rafael Romero de Torres: «Prodújole una impresión indescriptible; disipó sus ilusiones, mató sus esperanzas y ¿Por qué no decirlo? Le costó la vida».

En 1895, la revista La Gran Via, presenta varios dibujos realizados por Rafael: Recuerdos de Florencia, Arquitectura y retrato de joven. En 1899, en abril, la revista La Alhambra hace alusión al descubrimiento de un mosaico por el joven arqueólogo Rafael Romero de Torres.

Murió con apenas 33 años. Está enterrado en el Cementerio de la Salud en Córdoba.

«Buscando patria (emigrantes a bordo)» es un precioso óleo de gran tamaño que muestra las actividades cotidianas de un grupo de lo que hoy se llamarían «migrantes», hacinados en un buque de finales del siglo XIX con un destino desconocido. Fue la obra que presentó al certamen iberoamericano y que terminó siendo adquirida por el Estado. Hoy, aunque pertenece al Museo del Prado, está en algún sitio de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias de Madrid.( En Busca de una patria, Archivo Ruiz Vernacci, IPCE, Ministerio de Cultura y Deporte.) La Diputación de Córdoba también conserva algunas de sus obras.

Dibujos-de-Rafael-Romero-de-Torres-1895-en-Revista-La-Gran-Via-Madrid-BNE.

Revista-La-Alhambra-abril-1899.-Rafael-Romero-de-Torres-arqueologo-BNE

En-Busca-de-una-patria-Rafael-Romero-de-Torres-1892-Archivo-Ruiz-Vernacci-IPCE-Ministerio-de-Cultura-y-Deporte.

La-muerte-de-Cleopatra-en-Diputación-de-Cordoba-Rafael-Romero-de-Torres-1886.

Carlos Romero de Torres (1867-1917)

Sobre la vida de Carlos Romero de Torres se ha investigado en profundidad, obteniendo los siguientes datos tras la consulta bibliográfica de especialistas en la materia. Hemos recabado la siguiente información, principalmente del estudio pormenorizado realizado para Julio Romero de Torres en Argentina : cien años de una muestra histórica (1922-2022) : [exposición, Museo de Bellas Artes de Córdoba, 5 de abril – 16 de octubre de 2022] textos, María del Mar Ibáñez Camacho, José María Palencia Cerezo.

Carlos, un Romero de Torres establecido en Argentina. Fue el tercero de los hijos del matrimonio formado por Rafael Romero Barros (1832-1895) y Rosario de Torres Delgado (1840-1926), y nació en la casa familiar de la cordobesa Plaza del Potro en 1867. Al igual que sus hermanos se formó en la Escuela Provincial de Bellas Artes cuyas instalaciones se ubicaban en el recinto del Museo, que fue dirigido por su padre durante muchos años. El joven Carlos se decantó, a diferencia de sus hermanos, por la escultura; y así lo refrendan las calificaciones obtenidas en las asignaturas relacionadas con el modelado. Sus notas solían ser notables, y llega a obtener sobresaliente en la asignatura de modelado y vaciado, sección del natural. En la Colección Romero de Torres se conservan varias obras modeladas en escayola de su autoría.

Se desconocen las causas por las que el joven Carlos se estableció en América, pues no hay referencias entre los documentos del archivo familiar ni menciones al respecto en prensa y bibliografía. Pero hay un dato que quizá pueda ayudarnos a explicar su marcha a la capital porteña. En octubre 1888 Enrique Cubero presenta su dimisión para trasladarse a la Argentina. Cubero fue el punto de unión de Carlos con el Nuevo Mundo.  El concepto de América como destino lleno de posibilidades estaba en el imaginario colectivo de los españoles. Rafael Romero de Torres lo ilustra mediante el cuadro Buscando Patria Emigrantes a bordo, corriente de la pintura social. 1892.

Además hay dos noticias de prensa. El 5 de abril de 1895, el Diario de Córdoba se hace eco de una grata reunión, se dirigen a felicitar al padre del joven pintor Julio tras el cuadro a la Nacional «Mira qué bonita era», se realiza una mención a dos cartas: una para Enrique y otra a Carlos, contando sobre la fiesta celebrada. Da a entender que Carlos no está en Madrid, sino en otro lugar.

Carlos-Romero-de-Torres dos retratos.

Julio-y-Carlos-Romero-de-Torres.

Participante-en-la-Exposicion-Artistica-en-el-Circulo-de-la-Amistad-en-Cordoba-1886.

Esquela-Fallecimiento-Carlos-Romero-de-Torres-en-Buenos-Aires-en-Diario-de-Cordoba-1927.

En 1896 hablando del cartel excelso de Julio sobre la Feria de Mayo, aluden a Carlos residente en Buenos Aires donde realiza trabajos en escultura. Diario bonaerense El Correo de España 26 de julio de 1896. Se suceden durante varios años menciones a envios de cartas a Carlos Romero de Torres a Buenos Aires en cada momento de celebración banquetes o presentación de obras de su hermano menor Julio en 1895, 1896, 1899.

En el archivo familiar constan dos fotografías fechadas en 1903 donde se retrata la plantilla del Liceo Louis Le Grand en pleno centro de la capital porteña, siendo el Director Carlos Romero. Donde aparece el vestido con un gabán claro y sombrero en la mano junto a algunos de los profesores del Liceo. Colección Junta de Andalucía. AHPCO FRT.

Otro dato es la carta enviada en 1910 desde la ciudad uruguaya de Trinidad.

No se ha encontrado vestigios de que Carlos volviera a España, falleciendo el 5 de mayo de 1917 en Buenos Aires, a la madre Rosario no se lo comunicaron, y fue un año después del fallecimiento de la matriarca (1927) que los hermanos publican la esquela de Carlos en la prensa local cordobesa para ofrecerle un funeral, diez años después de haber sufrido su pérdida.

Carola Romero de Torres Trigueros (1902-1995)

Durante este año 2023 he leído información sobre Carola, la hija de Eduardo hermano mayor de Julio Romero de Torres. Aquí presento los datos encontrados para vuestra lectura, y aportaciones si disponéis de más información.

  1. Angel Peralta en el Patio: «No soy capaz de pasar el trauma de una despedida». Carola Romero de Torres, sobrina de Julio, vive en Sevilla y es su único descendiente vivo.

Se relata una entrevista con Carola, en estos términos:

«relacionado con esa gran exposición de Julio Romero de Torres que se encuentra en estos momentos en los Reales Alcázares de Sevilla, ya que ayer tuve ocasión de conocer a la única descendiente directa del pintor cordobés, una señora ya muy mayor que se llama Carola Romero de Torres, que vive en la ciudad de la Giralda y que es hija de un hermano del artista, porque excepto su progenitor y su tío, todos los demás miembros de la familia eran solteros. Con ella hablaba yo de Julio, y me decía de él:

– Era el mejor del mundo; sencillo, humano, un padrazo para todos nosotros, que miraba a sus sobrinos como hijos, y que tenía un gran amor por los necesitados. Después han hecho de él la leyenda que han querido, pero era como yo te digo.

– ¿Ha ido a ver la exposición?

– Claro, dos o tres veces ya. Ten en cuenta que yo me he criado viéndolo pintar, tanto en Córdoba como en Madrid.

– ¿Y qué ha sentido?

– Por un lado pena, al pensar que ya no queda nadie de la familia. Por otro, alegría al ver como en Sevilla y en España entera se le recuerda, se le quiere y se le admira.

– ¿La pintó su tío alguna vez?.

– Noo, que va; él sólo pintaba mujeres guapas, aunque si aparezco en un cuadro que se llama «Alegría», que no recuerdo si es de los que han venido a Sevilla. Es un retrato de la Borrull bailando, con su padre tocando la guitarra, y al fondo hay una gitanilla chica tocando las palmas, que soy yo.»

 

Necrológicas 03 marzo 1995

Doña Carola Romero de Torres

Ayer falleció en Sevilla doña Carola Romero de Torres Trigueros, sobrina del famoso pintor cordobés Julio Romero de Torres, y última de sus descendientes directos. Nació en Córdoba y toda su infancia y adolescencia, hasta la fecha de su matrimonio, vivió en casa del pintor, a quién estaba muy unida.

En 1929 contrajo matrimonio con don Ignacio Auñón Pereda, coronel de infantería, ya jubilado. Desde entonces ha vivido en Sevilla, ciudad a la que estaba muy ligada. De profundas convicciones religiosas, era muy querida por cuantos la conocieron y trataron por su bondad y simpatía. Hoy miércoles, a las doce y media, se celebrará en la parroquia de San Sebastián la misa de corpore insepulto y después sus restos mortales recibirán cristiana sepultura en el cementerio de San Fernando.

Carola-Romero-de-Torres-Trigueros-Alegrias-1917.

ABC-1995-Necrologicas.

Carola-Romero-de-Torres-Trigueros.

Como colofón damos la enhorabuena al coleccionista de arte, nacido en Pozoblanco y residente en Santa Cruz de Tenerife, el cirujano Blas García, por adquirir en Sothebys el óleo titulado Retrato de Adela Carbone, La Tanagra, de 2 metros de alto y 1,45 de ancho, que también ha restaurado por la experta Marta Ortíz y se ha realizado un estudio histórico – artístico del óleo por Mercedes Valverde, exdirectora del Museo Julio Romero de Torres de Córdoba y la mayor experta en la obra del pintor cordobés.  Este cuadro presenta una historia de amor que se filtró en el propio cuadro. Mercedes Valverde señala que, tras la figura central de la actriz, al fondo en segundo plano se puede apreciar tanto al propio Romero de Torres como, a su lado, en escorzo, al monarca Alfonso XIII, lo que revela no solo la realidad de su supuesta relación con Adela, sino también el contexto social y político en el que se desenvolvían las vidas de los protagonistas, incluido aquel pintor cordobés que siempre fue a contracorriente de las vanguardias que estaban emergiendo en Europa. El coleccionista se ha mostrado dispuesto a ceder la obra al Museo Julio Romero de Torres de Córdoba, o cualquier otra institución en este contexto de la conmemoración del 150 Aniversario del nacimiento del pintor cordobés.

Fotografía 1: Retrato de Adela Carbone, La Tanagra, 1911.

En el epílogo de este artículo queremos agradecer a la Asociación Española de Pintores y Escultores por permitirnos presentar en este año 2024 este espacio dedicado al Año Romero de Torres, y donde un servidor intenta plantear motivos de lectura e investigación sobre la vida y obra artística de tan insigne creador cordobés.

Esperando en el próximo mes presentar buenas noticias sobre el futuro de la Casa Familiar Julio Romero de Torres como Museo de la ciudad de Córdoba.

Dibujo a bolígrafo, homenaje a Julio Romero de Torres, pintor Manuel Jiménez

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