El pintor Santial presentó su colección «Atmósferas»0 en la Torre Urquinaona, un espacio singular con vistas 360° a la ciudad de Barcelona y que, por estar cerrado al público, sólo pudo visitarse en esa fecha.
En esta exposición que se realizó en la Torre Urquinaona de Barcelona (edificio racionalista construido en 1971) Santial presentó una muestra de la colección “Atmósferas” y una mínima representación de naturalezas muertas y naturaleza humana.
La obra de Santial se enmarca dentro del arte figurativo actual. Aborda el referente verosímilmente pero dotándolo de un contenido simbólico. El paisaje, la figura, no lo son “per sé” sino que adquieren otra connotación creativa al asociar el texto, que define la imagen al contexto general de la misma. Preocupado por el factor humano y los acontecimientos que hacen que su vida se encuentre llena de vicisitudes, incita a la reflexión en cada una de sus obras y divide las mismas en tres géneros diferenciados.
Usa la atmósfera como símbolo, como elemento que envuelve y absorbe las cosas, pero también es lo que se interpone entre ellas marcando la distancia que las separa o las oculta. La atmósfera define así lo intrascendente de la realidad captada.
De esta manera el espacio, de una manera básica, ha sido entendido cómo aquello que es ocupado por el aire, de tal forma, que el propio espacio se manifestaría como el aire que se interpone, como la atmósfera que lo ocupa. Nos detendremos en como se configura la representación física de este concepto, refiriéndonos al espacio desde un punto de vista psicológico como objeto de percepción, dónde se intuye el aire.
La atmósfera, en definitiva, es aquello que se interpone entre lo que vemos TAL COMO LO VEMOS y la apariencia de las cosas.
La naturaleza muerta la trata como una metáfora del paso del tiempo, del acontecer trascendente de la vida. De esta manera dota de simbología los objetos representados, que no por ser inanimados, dejan de ser expresivos.
Dentro de las tres categorías en las que se expresa, la naturaleza humana representa aquellos aspectos del ser que reflexionan sobre la carencia del espíritu crítico, la ausencia de espiritualidad, las apariencias, y lo hace, confrontando las debilidades humanas mediante un discurso que, apoyado en una simbología (texto, luz, color, tema) utiliza para expresar el factor humano.