Esperanza Huertas Izquierdo

Por Mª Dolores Barreda Pérez

 

LAS PRIMERAS ARTISTAS DE LA

ASOCIACION ESPAÑOLA DE PINTORES Y ESCULTORES

Desde su fundación en 1910, y después de haber tratado en anteriores números a las Socias Fundadoras de la entidad, y las participantes en el primer Salón de Otoño, vamos a ir recuperando de la memoria colectiva, el nombre de las primeras socias que vinieron a formar parte de la Asociación de Pintores y Escultores.

Esperanza Huertas Izquierdo

HUERTAS IZQUIERDO, Esperanza    P       1977     24.oct.1925     Sta. CRUZ MUDELA      MADRID        set. 2014

 

Esperanza Huertas nació el 24 de octubre de 1925 en Santa Cruz de Mudela, Ciudad Real.

Era la sexta hija del matrimonio formado por Francisco Huertas, hijo de un maestro de escuela,  y Vicenta Izquierdo, hija del guardia civil Antonio Izquierdo, que tuvieron también otros hijos: Juan, Francisco, Daniel y María Paz.

El cabeza de familia trabajaba en Obras Públicas, estando destinado en Logroño, donde nacerían sus hermanos, y en Ciudad Real, donde nacería la artista.

La familia pasó la Guerra Civil en Santa Cruz de Mudela, donde su padre fue fusilado en 1936, en Carrión de Calatrava.

Tras la contienda, se instalaron en Madrid y Esperanza estudió en las Teresianas de la calle Goya, donde aprendería nociones básicas de pintura.

Pasó después por la Escuela de Artes Decorativas.

En 1943 se casó, a los 18 años, con el fiscal de tasas, Valeriano Rodríguez Olleros, que con el tiempo fue Decano de los Magistrados de Trabajo y miembro del Tribunal Central de Trabajo. Tuvieron tres hijas: Esperanza, Cristina y Ana. En 1971 falleció el marido.

Tras el fallecimiento de su marido, en 1971, retomó su vocación de pintora y recorrió numerosos pueblos de Madrid, La Mancha y Extremadura.

Bodegón del asombro

Bodegón del te

 

En 1977 expuso sus óleos en la Sala Macarrón de Madrid. Con este motivo, el diario Pueblo publicó una reseña que firmaba Conchita de Kindelán, en la que se leía: “Esperanza Huertas siente la pintura desde muy joven, y es una gran artista, pero sus deberes de familia, que los antepone, como mujer que es, a los de su carrera, no la dejan consagrarse a ella, hasta que, más libre ya, decide dedicarse a la pintura y atrapar con gran rapidez y tenacidad el tiempo perdido. Notándose las buenas enseñanzas, bien asimiladas, del gran profesor que tuvo en la Escuela de Artes Decorativas, las obras de Esperanza son sencillas, muy realistas, pero con una gran sensibilidad y su pintura, muy cuajada, es la de un pintor que no ha dejado de serlo, sentirlo y trabajarlo toda su vida, y por esto dan esta sensación de obras definitivas, estudiadas y logradas. Sus pueblos, sus pobres y viejas casas, sus desvencijadas puertas, sillas, lozas, patios, ambientes humildes y cotidianos, porque Esperanza es manchega, y su alma vibra con pasión ante estas realidades rurales que ama y esta fuerza la transmite a sus bodegones y paisajes con vigorosas y seguras pinceladas. Y con la espátula, a estas viejas maderas, ruinosas paredes, a la noble loza de Talavera y a las jugosas frutas. Pinta con gran valentía, sin concesiones femeninas o suaves cromáticas. Pintura auténtica, sin trampa, tal como ve las cosas, y las ve reales y bien, con el ojo y el trazo seguro de consumada artista, pero sin olvidar de poner esa gran pasión, alma y lirismo que le brota y hace adorable su obra, porque sabe frenarla y encauzarla como una veterana. Esperamos que siga su brillante carrera y consiga todo el éxito de público que merece, porque en las críticas ya lo tiene”.

En La Estafeta Literaria también se pudo leer: …”Plasma en sus lienzos escenas representativas de un costumbrismo rural: hombres y mujeres, interiores de viviendas, rincones de callejuelas y fachadas de esa rústica arquitectura que tanto encanto conservan es armonioso el dibujo  apasionado el color, aun cuando éste aparece embebido en tonalidades evanescentes que dan constancia de una luz intensa, amortiguada en delicadas gamas. Dada su honestidad en el bien hacer, en el plasmar e interpretar la realidad que contempla, se puede esperar mucho de esta pintora que, aun alejada de la actividad expositora por unos años, hace patente en su obra actual que no ha perdido fuerza su vocación pictórica”.

En 1981 se presentó al IX Certamen Nacional de Arte Caja de Ahorro de Guadalajara, Premio de Pintura 1981.

En 1982 presentó una exposición de óleos en la Galería Kreisler de Madrid. En las escuetas reseñas de la muestra, se dice que la autora ha sido seleccionada en varias bienales nacionales e internaciones y finalista de diferentes premios: “Esta artista pinta las cosas que ama para infundirles así un signo imperecedero”.

En 1983 consiguió la Medalla de Plata del XI Certamen Nacional de Arte de la Caja de Ahorros de Guadalajara, Premio de Pintura 1983 por su obra titulada “Cosas mías”.

Calor de primavera

Conviven en armonía

Cosas de mi taller

 

Seleccionada del I Premio de Pintura Durán de 1984.

En 1985 participó en la III Bienal de Pintura de la institución Gran Duque de Alba de la Diputación Provincial de Madrid.

En 1986 figuró como seleccionada en el VIII Certamen Nacional de Pintura Adaja, celebrada en la Sala de Arte Reyes Católicos de la Caja de Ahorros de Ávila.

En 1992 expuso sus cuadros figurativos en la Galería Espalter de Madrid.

En 1993 fue seleccionada en el II Premio de Pintura “López Villaseñor” de Ciudad Real.

En 1995 presentó sus obras en Caja Salamanca y Soria de Palencia. Con este motivo, El Diario Palentino publicaba: “Esperanza Huertas nos ofrece sus interiores y bodegones llenos de objetos familiares y amados. Son entornos desordenados por el uso… esta exposición forma parte de una itinerante, iniciada el 17 de febrero en Valladolid, que podrá verse en Palencia hasta el 29 de marzo y posteriormente visitará Salamanca y Zamora”.

También se decía que la muestra la componían veintiún óleos que …”nos introducen en un mundo personal, en un universo hecho de interiores y bodegones donde las flores “rabian” de color e intensidad y los objetos nos invitan a mirarlos desde su propia mirada… Hoy, cuando pocas cosas parecen sorprendernos, esta pintora lo hace con su amalgama de objetos amados, su color y la fuerza de sus composiciones… Es una sinfonía de objetos amados –repetidos incluso- llenos de vida por el contacto y el uso que sugieren, una sinfonía de colores y pinceles intensos, una particular oda a las cosas”…

En 1996 fue seleccionada en la exposición itinerante del X Premio de Pintura BMW, que recorrió distintas ciudades españolas.

En 1997 fue seleccionada para la exposición de obras del Premio Villa de Madrid de pintura, celebrada en el CC Conde Duque.

Falleció en Madrid, el 10 de septiembre de 2014.

Bodegón de invierno

Algo singular

 

Sus obras, en una gran mayoría bodegones, muy peculiares y singulares, aprovechan todos los objetos de su alrededor para composiciones personales alejadas de cualquier corriente pictórica que los críticos han llegado a llamar «antibodegones».

La pintura de esta artista transmite un concepto resuelto a base de elementos elegidos o cotidianos a su entorno. Humor e ironía se filtran en esta pintura que suele dialogar con el arte del pasado, en una suerte de citas u homenajes a los pintores y escritores que admira.
Una pintura en la que se refleja su visión del mundo a base de reflexiones sobre la condición humana, manifiestas a veces en los títulos expresivos de sus cuadros. Naturalezas muertas, bodegones de instrumentos musicales, objetos domésticos, muñecos o bibelots que cobran el papel de personajes antes sus referencias personales, culturales o literarias. Pensamientos sobre el paso del tiempo y la vanagloria del mundo y sus cosas, por lo que algunos de sus cuadros cobran el valor expresivo de las vanitas del Barroco.

 La pintora busca sus objetos en el campo de tiendas insólitas, antigüedades, almonedas, mercadillos o vejerías, donde encuentra los modelos adecuados para la historia que desea contar, para la composición que va a desplegar en sus cuadros. Un mundo propio que aflora con fuerza en una pintura, siempre al óleo, dibujada y colorista.

Ganó entre otros galardones, Premio Goya de Pintura del Ayuntamiento de Madrid en 1991; Premio Molino de Oro 1990, en Valdepeñas; Premio Extraordinario Reina Sofía en 1989; Premio Caja Madrid 1986; Medalla Eduardo Chicharro del 52 Salón de Otoño; Primera medalla del 50 Salón de Otoño en 1983; Premio Pámpana de Plata 1983, en Valdepeñas o V Certamen de Pintura 2010 Mutualidad General Judicial.

Baúles

Bodegón de la pajarita pinta

 

Realizó su primera exposición individual en la galería Madelca de Salamanca a la que siguieron otras en las galerías Macarrón, Kreisler, Alfama y Espalter de Madrid. Igualmente expuso en el palacio Casa de los Botines de León (1999); en el Centro Cultural Conde Duque (1997) o en la Sala de la Caja de Salamanca y Soria, Valladolid, Palencia, Salamanca y Zamora (1995); Fundación Gulbenkian, Lisboa, 1988. También lo hizo en el Museo de Bellas Artes de Ciudad Real (2002). En 2003 tuvo una exposición antológica itinerante por los museos de la Comunidad de Castilla-La Mancha como el Museo de Arte Contemporáneo de Albacete o Museo de Valdepeñas (Ciudad Real).

En 2002 el Ayuntamiento de Santa Cruz de Mudela la nombró hija predilecta y adquirió una de sus obras. Además, puso su nombre a una calle céntrica. Esperanza leyó un pregón de fiestas del pueblo en 2002.

Han escrito sobre su obra Antonio Bonet Correa, Antonio María Campoy, Victoriano Cremer, Juan Adrianssens, Juan Manuel Bonet, Carlos García-Osuna, Carmen Pallarés, Francisco Nieva, Francisco Prados de la Plaza, José Marín Medina y otros.

Sus cuadros se encuentran en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Madrid; Museo Municipal Arte Contemporáneo de Madrid (Centro Cultural Conde Duque); Museo Municipal de Valdepeñas; Museo de la Guardia Civil, Madrid; Museo Calouste Gulbenkian, Lisboa, (Portugal)… También se encuentra su obra en colecciones privadas de España (colección Jesús Bárcena en Valdepeñas), Gran Bretaña, Francia, Alemania, Portugal, Suiza y Estados Unidos de América.

Interpretación de la madre de Edipo

 

Esperanza Huertas y la AEPE

Participó en la Exposición de Bellas Artes de 1976 con la obra titulada En la calle Mayor de Candelario

45 Salón de Otoño: La silla baja y Baúles

46 Salón de Otoño: Un rincón de mi taller

47 Salón de Otoño: Pájara pinta

48 Salón de Otoño: Macetas y Bodegón del tronco

49 Salón de Otoño: Bodegón de la mesa y Cosas mías

Salón de Bellas Artes de 1982: Uso y Abuso

50 Salón de Otoño de 1983: Bodegón del asombro

51 Salón de Otoño: Cosas de mi taller

52 Salón de Otoño: Tiempo sosegado

55 Salón de Otoño: Septiembre (trabajo de chinos)

62 Salón de Otoño: Septiembre (trabajo de chinos)

Bodegón del verano

Bodegón hípico

El Diario Palentino 1995

Pueblo, 1977

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