Por Mª Dolores Barreda Pérez
LAS PRIMERAS ARTISTAS DE LA
ASOCIACION ESPAÑOLA DE PINTORES Y ESCULTORES
Desde su fundación en 1910, y después de haber tratado en anteriores números a las Socias Fundadoras de la entidad, y las participantes en el primer Salón de Otoño, vamos a ir recuperando de la memoria colectiva, el nombre de las primeras socias que vinieron a formar parte de la Asociación de Pintores y Escultores.
Francisca Cristina Sáenz de Tejada y Ortí
SAENZ DE TEJADA, Francisca Cristina E 1964
Francisca Cristina Sáenz de Tejada y Ortí en una foto restaurada por IA
Francisca Cristina nació el 28 de julio de 1896 en Andújar, Jaén. Era hija de Urbano José Sáenz de Tejada y Herrero, natural de Logroño, y de Mercedes Ortí y Sánchez, de Andújar, y recibió el bautismo en la parroquia de San Miguel.
Fue la mayor de dos hermanos y perteneció a una clase social acomodada.
Su padre llegó a Andújar llamado por su tía carnal, Francisca Herrero, mujer, sin hijos, del banquero Isidoro Gil de Muro, también riojano, ambos de cuantioso patrimonio urbano y rústico.
Se conoce la niñez y adolescencia de Francisca Cristina gracias a su libro de memorias La segunda de mis siete vidas, publicado en 1960 y escrito con la mentalidad de una niña, no con el recuerdo de un adulto. En él habla de personajes de su ciudad natal, de sus edificios monumentales y de una vida acomodada protegida por la familia.
Fotografía de la familia Sáenz de Tejada, en ella se pueden ver a José Sáenz de Tejada, su mujer Mercedes Orti, a la hija de ambos Paca Tejada ( Gracián Quijano ). En los jardines que la familia en Andújar. Fuentes Francisco Sáenz de Tejada
Sus primeros escritos fueron versos. En 1926 ya encontramos poemas firmados con su seudónimo. No obstante, pese a contar con buenos padrinos, como Rafael de Valenzuela, y el apoyo familiar, su incidencia en la vida cultural de Andújar sería escasa. En aquella época gustaba de aislarse en el jardín que tenía la familia junto a la carretera nacional IV, al que ella denominaba su «Yuste», con claras aspiraciones místicas y la búsqueda de un compañero de viaje, que no llegó.
Estudió Magisterio en la Escuela Normal de Jaén.
Francisca Cristina firmó sus obras literarias con el seudónimo de Gracián Quijano, queriendo unir la gravedad conceptuosa y aguda de Gracián, con el amor al ideal de Don Quijote.
Escribió más tarde cuentos de humor, novelas cortas de temas femeninos, pequeños ensayos biográficos, y más poesía: ahora mística. Más tarde tres novelas, poesía de nuevo y ensayos.
El primer libro que publicó fue Mujeres (1934). Un año después y en la misma tipográfica, vio la luz Meccano, con prólogo de Federico García-Sanchiz, prestigioso conferenciante, que fue quien la lanzó literariamente.
En los años treinta escribió dos guiones de cine sobre estampas españolas con referencias a Córdoba y Sevilla y novelas, La eterna canción, e insiste en el verso.
Gracián Quijano colaboró durante muchos años en el periódico El Guadalquivir (1907-1936) de su localidad, pero también escribió en publicaciones como Blanco y Negro, Ellas y Chicas, de Madrid, así como en los diarios Jaén, Burgos, Patria (Granada), La Verdad (Murcia), Letras y Encajes de Medellín (Colombia), España de México, etc.
En 1936, la familia Sáenz de Tejada se trasladó a Madrid, pero el estallido de la contienda del18 de julio, les sorprendió en San Sebastián, donde permanecieron toda la Guerra Civil.
Allí Francisca Cristina escribió y publicó varias poesías y novelas utilizando el seudónimo de El Padre Pareja, que utilizó en la revista Chicas.
Regresó a la capital de España en 1940, año en el que murió su padre, nombrando administrador de sus bienes a su hermano Antonio.
Propietaria del Teatro Alcázar, en él creó que llamaría El Faro, un refugio literario donde leía, escribía y recibía a sus amistades, participando en la vida cultural del país.
Fue durante esta década de los cuarenta y de los cincuenta en que desarrolló su mayor labor literaria.
En 1948 pertenecía al círculo privado “Gil Blas”, donde predominaban mujeres y participó en las sesiones de la primera temporada de Versos con Faldas, de Gloria Fuertes (1951).
Para la revista Chicas, escribió durante los años 50 una serie de 48 capítulos sobre las aventuras de tres niños y un perro: Tres en uno. La serie tuvo gran éxito entre el público juvenil.
En 1953 era vocal de Bibliotecas, del Consejo Superior de Mujeres de Acción Católica.
En 1954 falleció su madre, fecha en la que comenzaron sus problemas económicos, a los que se sumaría una época de desánimo que la llevó a una decadencia en sus escritos, si bien logró sobreponerse y retomó la escritura.
Fue en esa época en la que le atrajo especialmente la escultura, así que comenzó a modelar el barro.
Desde 1944 fue consejera del Instituto de Estudios Giennenses y académica correspondiente de la Real Academia de Córdoba, de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes.
Dirigió la colección Vilanos, ediciones para bibliófilos de obras de poetas españolas contemporáneas, como Oda a la reina de Irán, de Alfonsa de la Torre, libro que incluyó un manifiesto donde daba cuenta del carácter de la colección: “Obras de mujeres, pero no para ellas, sino para todos; obras que sirvan para mostrar la aportación a la cultura actual de la mujer que escribe y de sus sentimientos, ideas y pasiones, como esas vetas claras que en la mole ingente del saber humano le prestan gracia y luz”…
En total publicó 35 obras entre poemas, ensayos y novelas y dejó inéditos siete novelas, 2 ensayos biográficos, 5 obras de teatro, 6 guiones de cines y 7 poemarios
En su labor de mecenas, Paca Tejada —como la llamaban sus amistades— apadrinó en Madrid los estudios de Bellas Artes de su paisano Antonio González Orea, que llegó a ser un prestigioso escultor.
Con gran sentido del humor, sus tarjetas de visita anunciaban: «Paca Tejada, ex-joven, ex-feliz, ex-millonaria».
«Antología. Poesía y Prosa de Gracián Quijano», de Enrique Toral y Peñaranda, Instituto de Estudios Giennenses
El crítico literario, historiador, periodista y académico granadino Melchor Fernández Almagro, veía en ella una gran sensibilidad y a propósito de la publicación de El lago de los cisnes ciegos, prosa poética, compara a Gracián Quijano con Alfonsina Storni, calificándola de «frágil y apasionada». Para lograr sus propósitos, la autora fuerza la expresión metafórica para transmitir estados de ánimo que directamente explicados quizás careciesen de interés.
De ella se decía lo siguiente en plena década de los sesenta: «Dueña de una exuberante fantasía y de una gran facilidad, cultivó todos los géneros literarios. Gran parte de su obra está caracterizada por un andalucismo racial y temperamental, y en algunos casos aflora en ella una subterránea vena de orientalismo».
Falleció en Madrid, el 18 de octubre de 1974, a los 78 años. Fue enterrada en la Sacramental de San Isidro, junto a sus padres, en el panteón de la familia Llagudo.
Obras: Mujeres, Andújar, Imprenta La Puritana, 1934; Meccano, Andújar, La Puritana, 1935; La piedra en el lago, Madrid, Héroe, 1940; Canta Jondo, San Sebastián, Gráficas Fides, 1945; Mujeres hispánicas, Madrid, Ibarra, Ediciones y Publicaciones Españolas, 1945; La Insaciable, Madrid, Epesa, 1946; Baladas del Alma-Niña, Madrid, J. Romo Arregui, Industrias Gráficas, 1946; Canciones de Fijiltsubo y Poemas del Capitán O-Yuka, Madrid, J. Romo Aregui, 1946; El Lago de los cisnes ciegos, Madrid, Talleres Gamo, 1948; Poemas del puro amor, Madrid, Gráficas Yágüez, 1950; Altar de mi muerte, Madrid, Gráficas Carlos Jaime, 1950; Alma y paisaje de Iberoamérica con Carolina Toral, Madrid-Buenos Aires, Ediciones Studium de Cultura, 1954; La segunda de mis siete vidas, Madrid, Escelicer, 1960; Judas, vendedor de Cristo, Madrid, Halar- Studium, 1963; Contra viento y marea. Poemas del Sur, Málaga, Gráficas San Andrés, 1967; Del penacho a las raíces, San Celoní (Barcelona), Bilbeny, 1972; Aurora de Dios, San Celoní, Bilbeny, 1973.
Homenajes y reconocimientos:
- Antología: (poesía y prosa) de Gracián Quijano, selección de E. Toral y Peñaranda y publicada en Jaén, Instituto de Estudios Giennenses.
- Exposición celebrada en el Teatro Principal de Andújar, organizada por la Asociación Cultural Enrique Toral y Pilar Soler.
- Homenaje dentro del Encuentro de Investigadores. Letras del siglo XIX, coordinado por Juan Vicente Córcoles de la Vega y María del Carmen Toro Muñiz.
- Biblioteca Gracián Quijano (Doña Paca) del CEIP Francisco Estepa Llaurens de Andújar.
Francisca Cristina Sáenz de Tejada y la AEPE
Se presentó a las siguientes ediciones del Salón de Otoño:
XXXV Salón de Otoño de 1964: Cristo del sudario (madera), Cabeza de San Francisco (bronce), Fantasmilla de un fraile (barro)
XXXVI Salón de Otoño de 1965: Anunciación
XXXIX Salón de Otoño de 1968: Cabeza de San Francisco
Tercera Medalla de Escultura del XXXV Salón de Otoño de 1964