Por Mª Dolores Barreda Pérez
Los Directores de la Gaceta de Bellas Artes
Rafael Pellicer Galeote
PELLICER GALEOTE, Rafael P 1930 21.jun.1906 MADRID MADRID 6.may.1963
Rafael Pellicer Galeote en la fotografía de la Gaceta de Bellas Artes de julio de 1933
Vocal de la Junta Directiva
Socio de Mérito
Medalla de Honor
Rafael Pellicer Galeote nació en Madrid, el 22 de junio de 1906. Era hijo del escritor, poeta y dramaturgo cordobés Julio Pellicer y de la pianista madrileña Concepción Galeote.
Sobrino de Julio Romero de Torres, que estaba casado con su tía Francisca Pellicer y que aún ejercía de profesor en Madrid, Rafael se crio en un ambiente artístico en el que estaba rodeado de intelectuales, escritores, músicos y pintores.
A los doce años ingresó en la Escuela de Artes y Oficios de Córdoba y después en la Escuela Superior de Pintura, Escultura y Grabado de Madrid, estudiando con Cecilio Pla y su tío Julio Romero de Torres, declarándose también discípulo de Daniel Vázquez Díaz.
Boceto para el Teatro Real
Bodegón de melocotones
En 1926 fue becado por el Ayuntamiento de Madrid y dos años más tarde, obtuvo la beca de El Paular. En 1929, la de la Residencia de Granada.
En 1932 obtuvo la Tercera Medalla de la Exposición Nacional de Bellas Artes por su grabado al aguafuerte El relojero.
En 1933 fue nombrado director de la Escuela de Paisajistas de El Paular, cargo que desempeñó hasta 1936.
En 1934 obtuvo el premio “Molina Higueras y Pascual” otorgado por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando por el cuadro Umbría.
En 1936 logró la Tercera Medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes por su grabado al aguafuerte El cerero.
Los convulsos años de la Guerra Civil los pasó en Madrid.
Rafael Pellicer Galeote en la fotografía aparecida en Nuevo Mundo en 1933
El artista trabajando en su estudio
Durante la década de 1940 pintó grandes óleos dedicados a distintos santos – Santa Bárbara – y advocaciones marianas, como La Anunciación.
Fue el autor del retrato del obispo Fray Albino, que actualmente se encuentra en el Palacio Episcopal de Córdoba, dejándose llevar después por el colorido del Marruecos español, viajando por ese país, muy en la onda de pintores y socios de la AEPE como Mariano Bertuchi y José Cruz Herrera.
Tras la Guerra Civil se trasladó a Córdoba, donde contrajo matrimonio con la doctora y psicoanalista cordobesa Carolina Zamora Herrador, con la que tuvo seis hijos.
1945 fue un año en el que recibió importantes premios en la Exposición Nacional de Bellas Artes, la Primera Medalla de Pintura por su Adán y Eva y la Primera Medalla de Grabado por el aguafuerte Cantores. Y además, el Premio del Concurso Nacional por el aguafuerte Lluvia.
Autorretrato
Entre 1942 y 1959 realizó importantes encargos de decoración mural en Madrid y Santo Domingo (República Dominicana): El Gran Capitán, Cristóbal Colón, El Cardenal Cisneros, Escuela Superior del Ejército, Madrid, 1942; Cristo en la Cruz, Capilla de la Universidad de Boston (Estados Unidos), 1944; Perros, el Cazador, Comedor de Oficiales del Regimiento de Artillería de Getafe, Madrid, 1945; Alegoría de la Medicina, Clínica de Nuestra Señora de la Concepción, Madrid, 1955; Cristóbal Colón y su hijo Diego, La reina Isabel la Católica, El rey Fernando el Católico, Museo Colón, Santo Domingo (República Dominicana), 1957; La Inmortalidad, Panteón de los Inmortales, Santo Domingo (República Dominicana), 1958.
Retrato de Soledad Pellicer
Muchacha asomada
General Felipe Navarro y Ceballos
Catedrático de la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, fue también profesor de Dibujo Artístico en la Escuela de Artes Gráficas.
En 1952 le fue otorgada la Medalla de Oro por el dibujo El ángel caído en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1952.
Medalla de Honor en la Exposición de Pintores de África y en el Salón de Otoño de 1962.
Primer Premio del Concurso Nacional para los billetes de Banco de la Dirección de Moneda y Timbre.
Bolera
Retrato
Torera
Medalla de Honor y Premio de Pintura “Valdés Leal” de la Diputación Provincial de Sevilla.
Secretario del Círculo de Bellas Artes de Madrid.
En 1963 fue elegido académico de número de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, no llegando a ingresar debido a su fallecimiento repentino.
En 1962 viajó a Costa Rica, donde se celebró una amplia exposición antológica por invitación oficial de aquel Estado y patrocinio del Instituto de Cultura Hispánica de nuestro país. En ella figuraban creaciones de diversas etapas de toda su vida y que dieron incluso motivo a la creación del Museo Pellicer, en su propia residencia de San José, por el financiero Mario González Feo, cultísimo escritor e hispanófilo. La exposición integraba lienzos de los últimos años, realizados en plenos sufrimientos físicos, pero que responden a la maestría de toda su obra. Este triunfo supuso el reconocimiento público de su valía como gran pintor; la consolidación firme de uno de los más definidos y concretos del arte español contemporáneo.
Pareja de campesinos descansando
Muchacha
Falleció el 6 de mayo de 1963 en Madrid.
Pintor de clara raíz andaluza y clásica, y al mismo tiempo, moderna. Sus obras combinan la luz y el color del sur mediterráneo con una estética moderna que no le aleja de las vanguardias europeas, sin dejar la figuración.
En la necrológica que escribiera de él José Francés, quien fuera Presidente de la AEPE, sentenció que «Rafael era Hombre esencialmente noble, bueno, ce capacidad cultural y sensible. Gran profesor, orientador de artistas… Aun en las primeras y lógicas influencias de su adolescencia y primera juventud tuvo siempre la seguridad en la línea representativa de toda creación independiente y sin esfuerzo. Porque en él se cumplen el sentido de las mejores capacidades y, sobre todo, la preferencia por una luz y una consciencia de la visión, que expresa cuando quiere interpretar temas eternos de la pintura. Y, desde luego, el concepto de la elegancia, del sosiego afirmativo en las gamas predilectas de los grises, el señorío y firmeza de la forma y ese dulce y vigoroso —según proceda al motivo— encanto de ver, sentir y narrar la verdad infinita…
Es esencialmente pintor, narrador de paisajes de la Naturaleza y de paisajes anímicos… Porque en él, y siempre afirmativo, encontramos al retratista, al pintor de costumbres, al compositor de grandes temas y, principalmente, al naturalista, al narrador de los grandes simbolismos y alegorías, que responden a una cultura, a una potencia intelectual y sinfónica sencillamente extraordinarias…
Las universitarias
La chica del pericón
Los retratos de Pellicer están latentes y elocuentes de la inquietud o el sosiego de sus modelos, pero siempre interpretados con el hondo realismo de un estilo donde el color y la forma se ajustan a la noble serenidad y responden a la más varia diversidad de verdades humanas.
Analiza en una luz que, es de esplendor tranquilo y sereno entre las más opuestas figuras… hombre de hogar, de la máscula ternura familiar de Rafael Pellicer. Porque, en el conjunto de su obra de retratista, es precisamente la serie de ellos, hondamente sentidos y de suprema excelencia pictórica, de la esposa y de los hijos, que cuentan entre los mejores de toda su obra, dentro de la más robusta línea melódica. Pero importa enaltecer también su condición de pintor de naturalezas muertas, de naturalezas vivas, de naturalezas en silencio, que en la pintura española se contienen en el título único de «bodegones»…
El aire
Campesinas
Bodegón
Retrato familiar
Y de aquí también esa condición mística, ese darse a la soledad del pensamiento y de la soñación de la fantasía de sus cuadros religiosos… sentidos con un fondo de andalucismo de humano garbo, y también sus interpretaciones filosóficas, que en los últimos días de su vida aún le movían mano y sentimiento contemplando horas y formas desde la ventana de su sanatorio. Y, sobre todo, veamos en él al gran muralista, de riqueza orquestal, y al luminoso y radiante pintor del desnudo femenino… murales concebidos y desarrollados con un perfecto dominio de las dotes de un gran decorador”…
Bodegón
Arcángel San Rafael
Astillero
Boceto de toro
Rafael Pellicer y la AEPE
Vocal de la Asociación de Pintores y Escultores de 1942 a 1945.
Socio de Mérito en 1935.
Medalla de Honor en el Salón de 1962.
En el Salón de Otoño de 1965 se le dedicó una sala con 25 obras, casi todas propiedad de la familia.
Participó en las siguientes ediciones del Salón de Otoño:
X Salón de Otoño de 1930: La escalera del Generalife y Noviembre granadino
XI Salón de Otoño de 1931: Halconera, La pajarita y otras cosas y Autorretrato
XII Salón de Otoño de 1932: Valle de El Paular y Narcisos
XIII Salón de Otoño de 1933: La casita del valle y El pino y los pobos
XIV Salón de Otoño de 1934: La galana
XVII Salón de Otoño de 1943: Estudio y Las cerezas
XVIII Salón de Otoño de 1944: Cachorros
XX Salón de Otoño de 1946: Gitana vieja y Retrato de Glorita Prieto Alcaraz
XXII Salón de Otoño de 1948: Sandías
XXXIV Salón de Otoño de 1963: Retrato, Eucaristía y Retrato
XXXVI Salón de Otoño de 1965: Una Sala Homenaje a Rafael Pellicer, Medalla de Honor del XXXIV Salón de Otoño: Teresita Pellicer, Teresa Herrador, Miguel Zamora, Carolina Zamora, esposa del pintor, Espantapájaros, Conchita, Soledad y Teresa Pellicer, Carolina Pellicer, Eucaristía, Centoyo, Conchita Pellicer, Soledad Pellicer, Autorretrato (inacabado), El kiosko, Construcciones de cemento, Construcciones, Ciego y los dibujos: Mora negra, Mujer marroquí y Dibujo de las oposiciones a cátedra
XXXVII Salón de Otoño de 1966: La Alcaldita (Marbella)
XXXVIII Salón de Otoño de 1967: Tres bocetos para mural
L Salón de Otoño de 1983: Retrato de Eduardo Aunós
Toledo
Zahorí
San Rafael
La chica del coro
Callejón de Santiago
Muchacha con paraguas
Sole
Desnudo
Tanagra
Danzantes
Fútbol
Exlibris
La hora de misa
La vendimia
Arquera
Desnudo
Chotis
Tío vivo