Milagros Daza Pérez de Madrazo

Por Mª Dolores Barreda Pérez

LAS PRIMERAS ARTISTAS DE LA

ASOCIACION ESPAÑOLA DE PINTORES Y ESCULTORES

Desde su fundación en 1910, y después de haber tratado en anteriores números a las Socias Fundadoras de la entidad, y las participantes en el primer Salón de Otoño, vamos a ir recuperando de la memoria colectiva, el nombre de las primeras socias que vinieron a formar parte de la Asociación de Pintores y Escultores.

 

Milagros Daza Pérez de Madrazo

DAZA PEREZ DE MADRAZO, Milagros     P.D.             1935      1925            MADRID       MADRID

No ha sido posible encontrar una fotografía de Milagro Daza

 

Federico de Madrazo y Kuntz y su esposa Luisa Garreta Huerta, tuvieron varios hijos Rosa, que falleció joven, Raimundo Madrazo Garreta(casado con Eugenia Ocho Madrazo en primeras nupcias y después con María Hahn Echenagusia), Cecilia Madrazo Garreta (casada con Mariano Fortuny Marsal), Ricardo Federico Madrazo Garreta (casado con Mª Ángeles Cecilia López de la Calle Landáburu) y Luisa de Madrazo y Garreta, que en 1862 se casó con su tío Luis de Madrazo y Kuntz, de cuya unión nació una única hija: Teresa de Madrazo y Madrazo.

Ésta se casó con Mario Daza de Campos, pero no tuvo descendencia. De esta forma, el matrimonio prohijó a las cuatro sobrinas del marido, la pequeña de las cuales era María del Milagro Daza.

Hija de Juan José Daza de Campos y de N. Pérez de Madrazo nació en Madrid en 1906, y su niñez la pasó en el domicilio de la calle Alarcón, 10, junto al Museo del Prado.

Heredera de la colección Madrazo, vivió toda su vida rodeada de arte y entre artistas. La conocida como la colección Daza, pasó en el 2006 a integrar el patrimonio de la Comunidad de Madrid mediante la fórmula de dación en pago a impuestos por los herederos de Mª del Milagro Daza de Madrazo, en cuyo domicilio de la calle Príncipe de Vergara de Madrid se había conservado desde 1917.

Formada en la Escuela de San Fernando, realizó estudios en el taller de varios maestros como el que fuera Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, Julio Moisés, y con los también socios Menéndez Pidal y Enrique Martínez Cubells.

En 1932 participó en la Exposición de Artistas Vascos realizada en el Museo San Telmo, a la que llevó cuatro óleos: Igueldo, Caserío, Ulia y Estampas, junto a otros artistas como Apellániz, Barrenechea, José Díaz Bueno…

En el puerto

 

A la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1936 presentó dos obras tituladas Sueca y Retrato de la Srta. B.Z.

En la Voz de España del 23 de marzo de 1939, Mariano Rodríguez de Rivas publicaba lo siguiente: “En los retratos de Milagro Daza asombra por encima de cualquiera de otros de sus cualidades la técnica briosa de esta pincelada que plasma sobriamente. Milagro Daza ofrece una visión española del retrato, y como tal austera y penetrante, también sus paisajes y sus floreros han sabido ser situados en el lienzo dentro de una pincelada larga y valiente y color pastoso y de matices”.

En 1941 realizó una exposición en el Hotel Palace de Madrid, a la que acudió el Marqués de Lozoya, que dijo de la muestra que era una “magnífica exhibición y cuadros interesantísimos”.

F. Giménez Placer decía al respecto que “Milagro Daza, cuyas aptitudes y vocación pictórica son indiscutibles”, mientras que Federico Galindo añadía: “El ágil pincel de esta pintora ha sabido captar jugosamente la impresión de parajes tan gratos o veraneantes y a pintores”.

Por su parte, Luis de Fontes escribía: “La Srta. Milagro Daza, con una resolución que equivale a una consciente fe en sí misma, penetra en los secretos de la naturaleza para convertirlos en confidentes gozosamente iluminados… El gran acierto de la artista consiste en considerar el paisaje como una serie de elementos subordinados al espíritu de una obra escogida por su belleza singular. La artista ha querido presentarnos con los retratos la potencia de su vocación”.

A la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1941 presentó el óleo titulado Paisaje Guipuzcoano, que a tenor de la crítica estaba “resuelto con vibrante técnica impresionista”. Ignacio Valverde escribía en La Voz de España que “Milagro Daza busca en el paisaje la mejor hora, la mejor luz y penetra en él con el afán subjetivista que le proporciona no pocos aciertos, de tal modo que encuentra una modulación de colores muy completa”.

La crítica de Manuel Sánchez Camargo decía al respecto que “Sus paisajes están captados con fidelidad, trasladando al lienzo lo más difícil, el ambiente, su buen conocimiento del color se refleja en los acertados motivos que destacan con breve y precisa pincelada que revelan profunda sensibilidad y acertado tecnicismo, no aprendido en rutinaria “manera” si no producto de una predisposición innegable. Toda la obra de Milagro Daza posee una emotividad que parece traducida en los elementos que el paisaje eternamente brinda: árboles, agua, aire, están tratados en el sentimiento y fervor pictórico que revela a la artista en cualquier manifestación”.

Retrato de mujer

 

Vivía en aquella época en la calle General Mola, 8.

En 1942 participó en la exposición celebrada en los Salones de la Asociación de la Prensa de Madrid, con motivo de la Semana de Madrid, titulada I Exposición de Rincones y Costumbres de Madrid, con un cuadro del Retiro, que para Antonio de las Heras, de la Hoja Oficial del lunes “parece habérselo sacado de su fina sensibilidad con riente gozo para dejarlo en la tela como uno de sus mejores cuerdos de infancia e incorporarlo a los rincones de Madrid, donde sopla el viento poético”.

En 1942 logró la Primera Medalla de Plata de la II Exposición de Estampas de la Pasión, en la exposición celebrada en el Palacio de Bellas Artes.

En 1942 realizó una exposición en los Salones Macarrón que recibió interesantes críticas. Mariano de Ondarreta en el diario San Sebastián, escribía: “Milagro Daza, a la que Benlliure dio el tratamiento de gran artista, no es una pintora de paso. Esta artista madrileña, bien conocida en los centros artísticos y culturales por sus obras, se nos presenta con nuevos bríos. Son sus obras todas destacadas y dignas de elogio, desde sus paisajes hasta sus retratos, desde su pintura religiosa hasta la costumbrista. Tal es la obra de Milagro Daza, en ella queda acusada un temperamento hecho para el arte, reflejo de un alma inquieta, apasionada, que sabe dar realidad y arrancar la belleza natural para traerlo con la magia de sus pinceles a los cuadros y animarlos con ese aliento creador que tan bien expresa la vida natural”.

José Berruezo, en la Hoja del Lunes, comentaba: “No es lo corriente en pintoras abordar un tan amplio índice de temas como ofrece Milagro Daza, lo cual prueba su capacidad y su valentía que en modo alguno son audacia, sino vocación y dominio de un arte y de una técnica. No estamos pues ante la promesa sino frente a la realidad y esta realidad salta de lienzo en lienzo, del paisaje a la figura mostrando las calidades de un recio temperamento pictórico. Por eso precisamente Milagro Daza no conoce limitación en su arte y lo arranca de cualquier tema y lo ofrece en los más variados matices con una amplitud que para sí quisieran muchos consagrados”.

Pueblo, 1947

 

Asidua a exposiciones y concursos, se relacionó con los ambientes artísticos de la época.

En 1943 participó en la Exposición Femenina de la Asociación de Escritores y Artistas Españoles, junto a otras socias de la AEPE como Rosario de Velasco, Margarita Frau, Carmen R. de Legísima, Carmen Martínez Kleisser…

En el año 1943 realizó una exposición individual en las Galerías Urquinaona de Barcelona. En el catálogo realizado con motivo de la muestra, se reseñaban algunas críticas de la artista.

Ese mismo año, presentó la obra titulada Las cuatro estaciones, a la Exposición Nacional de Bellas Artes y en la III Exposición de Estampas de la Pasión, celebrada en el Salón de Exposiciones del Círculo de Bellas Artes, con un cuadro “lleno de unción y piedad, demostración también de su positivo adelanto en la pintura”, se leía en el diario Pueblo.

Participó también en la IV Exposición de Estampas de la Pasión, celebrada en el Museo de Arte Moderno de Madrid en 1944.

En 1945 presenta obra a la Exposición de Flores y Bodegones que se celebró en el Museo de Arte Moderno, junto a otros artistas socios de la AEPE.

A la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1945 llevó la obra titulada La música. José Prados López, quien fuera el Secretario de la AEPE, aseguró en el diario Pueblo, que “Milagros Daza está este año más segura de sus problemas pictóricos, los cuales no evitó nunca, lo que hace elogiarla por lo que significa de progreso en su color, en su dibujo y en su totalidad armónica”.

En 1947 participa con un paisaje en la Exposición de la Asociación Hispano-Húngara, celebrada en los bajos del Ayuntamiento de Valencia.

En 1947 mereció unos párrafos en la columna del diario Pueblo, así como la reproducción de una de sus obras tituladas “Retrato”, con motivo de su Exposición de óleos y dibujos celebrada en el salón de la Sociedad de Amigos del Arte. En ella, el columnista defiende que “En la exposición de la sensible e inteligente Milagros Daza, hay unos cuadros de flores, algunos de los paisajes del Norte y un dibujo intitulado “Estudio”, que no obstante la timidez con que aún ejecuta la pintura, son suficientemente reveladores de excelentes posibilidades futuras. De Milagros Daza nos complace la timidez presente, pues en ello creo adivinar un íntimo deseo de modernas y generosas audacias artísticas”.

Y, 1942

 

En la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1948 obtuvo Tercera Medalla de Dibujo por la obra titulada “Pescadores”.

En la VI Exposición Nacional de Arte Sacro de 1949 consiguió la Medalla de Oro de Dibujo por la obra “Ave María”.

En la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1950 logrará la Segunda Medalla de Dibujo con la obra titulada Sibila, si bien presentó también un dibujo a lápiz titulado En el puerto.

Es una de las ilustradoras del “Catálogo Crítico de Libros Infantiles”, publicado con motivo de la Exposición de Bibliotecas Infantiles celebrada en la Biblioteca Nacional de Madrid, en marzo de 1951, en el que también aportaron ilustraciones otras socias de la AEPE como María Rosa Bendala y María de los Ángeles López-Roberts.

Participó en la muestra de Arte Contemporáneo Femenino organizada en el contexto del I Congreso Femenino Iberoamericano, por la Sección Femenina en el Círculo Cultural Medina de Madrid en junio de 1951, en el que participaban socias de la AEPE como Marisa Roesset, Rosario de Velasco, Teresa Condeminas, María Revenga, Justa Pagés, Mª Dolores Gómez Gil, Ana de Tudela…

A la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1952 presentó las obras Pescadoras, El puerto y el dibujo titulado Composición, mientras que a la de 1954 llevó el óleo El puerto y a la de 1957 la titulada Adoración.

En 1958 estuvo presente en la Exposición de Bellas Artes Pro Damnificados de Valencia, celebrada en la Sociedad de Amigos del Arte.

Isla de Santa Clara, San Sebastián

 

En 1965 participó en la Exposición de Imágenes y Objetos de la Semana Santa Madrileña celebrada en la Delegación Nacional de Sindicatos de Madrid.

Falleció en Madrid, en 2004.

Casada con Antonio Mantera Pérez de León.

La noche, obra presentada al XVI Salón de Otoño

 

Milagros Daza y la AEPE

La socia participó en distintas ediciones del Salón de Otoño:

XVI Salón de Otoño de 1942: La noche y El puerto

XVII Salón de Otoño de 1943: Retrato de señor, El Señor y la Magdalena y La muñeca

XVIII Salón de Otoño de 1944: Pleamar

XIX Salón de Otoño de 1945: Retrato

XX Salón de Otoño de 1946: Niños

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