Recordando… Alejandro Saint-Aubin Bonnefon

Obras, artistas, socios, pequeñas historias…

Por Mª Dolores Barreda Pérez

 

Alejandro Saint-Aubin Bonnefon

SAINT AUBIN BONNEFOU, Alejandro         P      1910(F108)         20.ene.1857         MADRID       MADRID          24.may.1916

Socio fundador

Alejandro Saint Aubin

 

Pintor, crítico de arte, periodista, escritor y político, Alejandro Saint-Aubin y Bonnefon nació en Madrid, en 1857

Sus padres, Luis Bertran Saint-Aubin y María Bonnefon Lassalle, eran de orígenes franceses y pese a ello, fue calificado de “madrileño de pura cepa”, ya que entre otras muchas iniciativas, creó la fiesta anual del Sainete.

Sus antepasados eran pintores, grabadores, dibujantes, especialmente importantes en el siglo XVIII.

El matrimonio tuvo tres hijos: Félix, casado con Amelie Huet Billerey, Rosa, soltera, y María, casada con José Canalejas Méndez y fallecida en 1897.

Apasionado del arte y la pintura, se formó en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, donde fue discípulo de Ángel Lizcano.

Se especializó en la pintura de paisaje y de género costumbrista que era la que reinaba en el arte en aquellos momentos.

Concurrió con asiduidad a las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes y a otras celebradas en España como las del Círculo de Bellas Artes, las del Salón de Otoño y otras muestras colectivas.

Su taller de pintor era el más espacioso y lujoso de Madrid, repleto de materiales, cuadros, estatuas de escayola… que se convertía en salón de tertulias y servía de taller de aprendizaje a jóvenes promesas a las que el maestro ayudaba, tanto con sus dotes pedagógicas como con su dinero.

Mecenazgo que ejerció también con promesas de la música, a quienes brindó su oportunidad.

En 1893 participó en la Guerra de Marruecos, instalando un hospital en Melilla, el que se llamó “hospital de El Heraldo”, en el que también participó la Asociación Española de Pintores y Escultores.

En la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1895 logró la Tercera Medalla con el lienzo titulado La buenaventura.

Burlado y vencido

Campesinas gallegas

 

En la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1897 obtuvo la Segunda Medalla con el cuadro Burlado y vencido.

En 1898 fue corresponsal en Cuba de El Heraldo de Madrid, viviendo los sucesos de la Guerra Hispano-Estadounidense.

Pero también abordó desde muy joven artículos de crítica artística y musical en diarios y periódicos como El Liberal, El Heraldo de Madrid, propiedad de su cuñado José Canalejas, y del que llegó a ser director.

Así fue más conocido como periodista que como pintor.

Emboscada de españoles por patriotas cubanos

 

Ingresó en el Partido Liberal de la mano de su cuñado, sin vocación política alguna, siendo nombrado comisario real en diversas exposiciones de Bellas Artes y diputado por Brihuega, en las elecciones generales de 1901. En las de 1905 y 1910 fue diputado por Villena y candidato al Senado por la provincia de Alicante.

 

La Ilustración española y americana

 

Al ser asesinado Canalejas en 1912, abandonó la política.

Nombrado vocal del Real Patronato del Museo del Prado en 1912, fue comisionado para redactar el reglamento del mismo junto a José Joaquín Herrero y Sánchez y Jacinto Octavio Picón.

En 1916 sufrió una terrible enfermedad que le postró en cama, aunque mantuvo su colaboración diaria en El Heraldo hasta pocos días antes de su muerte, ocurrida a los tres meses.

Falleció en Madrid, el 24 de mayo de 1916, a la una y media de la madrugada, con cincuenta y nueve años, soltero. Toda su vida cuidó de su hermana Rosa, con quien amadrinó multitud de obras nobles.

ABC 1916

 

Su entierro en la Sacramental de San Isidro de Madrid, fue todo un acontecimiento, extrayendo de las crónicas de la época algunos detalles:

…”Alejandro era adorado en Madrid por todo el mundo. Su corazón de niño, donde rebosaban todas las virtudes, le había hecho acreedor a ello. ¡Cómo no habíamos de quererle nosotros, que tuvimos la satisfacción, el encanto, el honor de compartir con él estas diarias tareas!… Desde mucho antes de las diez de la mañana, hora señalada para la conducción del cadáver, era imposible dar un paso por las calles del Príncipe y de las de Huertas, entre las cuales se destaca el palacio donde, después de la muerte del insigne Canalejas, vivían con fraternales amores rosa y Alejandro Saint-Aubin… De la carroza pendían las coronas de la familia, la de la Asociación de la Prensa y la del Heraldo de Madrid, y en un landó iban las que materialmente fue  imposible colocar en aquella… Llevaban las cintas del féretro el presidente de la Asociación de la Prensa, Miguel Moya, el de la Asociación de Pintores y Escultores, José María López Mezquita, el director del Museo del Prado, Sr. Villegas… En el acompañamiento figuraban representantes de todos los Centros de Madrid, de todas las Sociedades, de todos los periódicos, de todos los Círculos. ¡Todo Madrid!… En todas las calles del trayecto numeroso gentío he presenciado el paso de la fúnebre comitiva. Todo ha sido inequívoca prueba de las simpatías de que gozaba en Madrid el ilustre finado”…

Innumerables fueron los testimonios de pésame que publicó la prensa, un listado infinito de nombres de todo tipo que no hacían más que evidenciar el afecto y la bondad que su persona desprendía.

El Heraldo de Zamora, 1916

 

De él también se dijo: “Periodista por temperamento, era su firma una de las más populares y de las más simpáticas al público entre cuantas se estampan diariamente en el colega de la noche. Y era una de las características más nobles y simpáticas de sus escritos sus llamamientos a la piedad del pueblo con generosas iniciativas en favor de los desvalidos. Era una de las figuras más significadas de la Asociación de la Prensa y a su actividad y a sus dotes de organizador, como individuo de la junta directiva, se debía en primer término el éxito, ya tradicional y siempre descontado, de nuestras fiestas del Sainete… su carácter noble y caballeroso”…

Miembro de la Sociedad Geográfica de Madrid, en la que ingresó en 1886,

Poseía la Medalla de Cuba, varias Cruces rojas del Mérito Militar, Blanca del Mérito Naval y otras más, y era Caballero de la Legión de Honor francesa.

Colaboró enérgicamente con el Ayuntamiento de Madrid para el mejoramiento de la ciudad, prestando importantes servicios.

Iniciador y perseverante en sus peticiones, logró que el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes designara como monumento nacional la histórica capilla de San Antonio de la Florida, con los frescos del inmortal Francisco de Goya. Por este motivo, los concejales del Ayuntamiento de la capital Francos Rodríguez, García Cernuda, Fernández Cancela, Asprón y Fraile y Aguilera y Arjona, presentaron una proposición al pleno municipal en la que solicitaban que la designación de la Glorieta de Saint-Aubin a la plaza llamada de la Florida.

Así se aprobó en el pleno del 20 de septiembre de 1918, aunque en la actualidad, la calle de Alejandro Saint-Aubin sea una situada entre la calle de Guillermo de Osma y el paseo de la Chopera, en el barrio del mismo nombre del distrito de Arganzuela.

 

Andaluza

 

Su sobrina-nieta Amparo Saint Aubin Canalejas, estaba casada con el escultor nacido en la pequeña localidad conquense de Pajaroncillo, Leonardo Martínez Bueno, ambos socios de la AEPE que ejercieron una ejemplar labor de mecenazgo con la Asociación Española de Pintores y Escultores, ya que al morir Leonardo, su viuda dotó económicamente un premio de escultura para artistas jóvenes con su nombre que hasta hace poco se mantuvo en el Salón de Otoño.

Por esta acción, se la nombró Socia Protectora de la AEPE en el año 2004.

Pastor con rebaño

La Comunión de los Monaguillos. Escena burlesca

La buenaventura

 

Alejandro Saint-Aubin y la AEPE

Socio Fundador con el número 108, colaboró en el festival benéfico en que 1915 organizó la Asociación Española de Pintores y Escultores, donando obra para la Garden Party del Retiro, donde se organizó una gran gala.

Colaborador de todo tipo de iniciativas que respaldaba siempre que podía con su asistencia.

 

Figura femenina sentada

José Canalejas

Fotografiado en 1916

Caricaturizado por Medina Vera, 1910

Flores y abejas, 1902

Fotografiado por Compañy hacia 1898

Fotografía y firma autógrafa

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