Recordando… Álvaro Alcalá Galiano y Vildósola

Por Mª Dolores Barreda Pérez

 

Álvaro Alcalá Galiano y Vildósola

 

Continuando con la saga de artistas que estamos recogiendo a lo largo de estos meses, hoy recordamos a uno de nuestros más ilustres socios. Recuperamos así su memoria, para que no duerma en el olvido.

 

Álvaro Alcalá Galiano y Vildósola

 

 

ALCALA‑GALIANO VILDOSOLA, Alvaro        P            1910 (F)        21.may.1873   BILBAO         MADRID/BILBAO     PARACUELLOS 27.nov.1936

Conde del Real Aprecio

 

Socio Fundador de la Asociación de Pintores y Escultores

Vicepresidente de la AEPE

Presidente de la AEPE

Socio de Honor

 

Jesús Ygnacio Dionisio Álvaro María de la Santísima Trinidad Alcalá Galiano y Vildósola nació en Bilbao, el 21 de mayo de 1873.

Era hijo único de Mercedes Vildósola y Coste, natural de Bilbao, y de Jesús Alcalá-Galiano Eguía, hijo a su vez del Barón de Bellera, Dionisio Salvador Alcalá-Galiano Bermúdez, el famoso marino de la Batalla de Trafalgar al que nohay que confundir con el político.

Tampoco hay que confundir a Álvaro Alcalá Galiano Osma, el literato y escritor, con su primo, el pintor Álvaro Alcalá Galiano que es el que nos ocupa.

Nacido en el seno de una familia aristocrática, ostentó el título de Conde del Real Aprecio, el de Mayordomo de Semana del Rey Alfonso XIII y el de Maestrante de la Real Maestranza de Caballería de Zaragoza.

 

 

En la localidad francesa de Ciboure, de donde era su abuela materna, Matilde Privat de Coste, pasó largas temporadas en su niñez, donde le gustaba pintar paisajes y en donde el entonces director de la Escuela de Bellas Artes de París, M. Gervex, le propuso trasladarse a la capital francesa para formarse junto al maestro M. Bonat.

Por esos mundos. 1903

 

Rechazada la propuesta por sus padres, su juventud transcurrió en Bilbao, donde recibió clases de su primer maestro, Adolfo Guiard, el introductor del impresionismo en el País Vasco, que tras pasar por Barcelona y París se estableció en Bilbao, abriendo un taller en la calle Correo, 23.

El progreso en sus estudios artísticos hace que su familia decida que los amplíe en Madrid, comenzando su formación como discípulo de Jiménez Aranda primero, cuando el artista contaba con 18 años de edad, aprendiendo el vigor y la escrupulosidad del dibujo, y posteriormente bajo la tutela de Joaquín Sorolla, quien fuera Presidente de la Asociación de Pintores y Escultores, destacando como uno de sus más notables alumnos. Con Sorolla descubrió el color impetuoso, se enamoró del aire libre y la factura amplia.

Así pasó de la enseñanza de un gran dibujante a la de un gran colorista, uniendo de forma fiel  y equilibrada ambas, buscando para sus obras problemas de dibujo y de color, armonías de líneas y de tonos.

 

Autorretrato

 

Entre dos maestros, Alcalá Galiano supo demostrar su personalidad independiente de las naturales influencias y empezó a pintar con independencia de criterio.

Colaboró en las páginas del diario ABC y de Blanco y Negro, con dibujos muy del gusto de la época, en un medio en el que se sentía muy a gusto, puesto que siempre se declaró profundamente monárquico y de derechas, lo que le costaría la vida.

Centrado en escenas costumbristas o de género, no descuida la construcción de las formas por atender a los cambiantes efectos de la luz, ni abandona éstos para ocuparse solamente de aquella.

 

Aldeano

Viejo bretón

Muchacha

La carta

 

Viajó por multitud de países en los que visitó museos y pinacotecas “para estudiar la técnica de cada autor, comparando estilos, procedimientos, manías, todo lo que entra en la compleja personalidad de un artista, todo lo que él lleva al lienzo”… Así lo destacaba La Correspondencia de España en 1903, cuando informaba a los lectores de cómo los periódicos franceses, tan parcos de elogios con los artistas extranjeros, aireaban por esos días el nombre de un magnífico pintor: Álvaro Alcalá Galiano.

 

El maestro en su estudio trabajando

 

En el artículo, firmado por Manuel Bueno, se asegura que “no es un maestro, pero está en vías de serlo… hay en Alcalá Galiano cierta poesía en la visión de las cosas, que recuerda el temperamento de Puvis y cierta franqueza de procedimiento que quizá haya aprendido de Sorolla… Carezco de títulos para extender credenciales de genio a nadie. No he podido sustraerme, sin embargo, al sano impulso de ponderar lo que vale un artista joven a quien ya cita con calientes elogios la prensa extranjera. Es un compatriota nuestro que honra… un artista destinado a tener extensa nombradía… Alcalá Galiano es un temperamento, es joven, es laborioso y renueva en el trabajo esas consoladoras alegrías que no comprenden todos. Su firma se cotiza ya a buen precio en el mercado. Y sobre todo: hay muchos, yo entre ellos, que creen en él. Y si su fe desmayara, la que nosotros hemos puesto en su talento le conduciría al triunfo definitivo”.

 

Sobre cubierta, puerto de Volendam (Holanda)

 

La primera vez que expuso fue a los veintiún años, en 1894 y en el Salón que el Círculo de Bellas Artes tenía entonces en la calle de la Libertad. Presentó cuatro cuadros, de los cuales fueron objeto de críticas satisfactorias “Tipo vizcaíno” y “Vieja de Mondéjar”.

En la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1897 obtuvo la Tercera Medalla por su obra “El rancho”, igual recompensa que la obtenida en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1899, mientras que en la de 1901, logró la Segunda Medalla.

Alrededor de 1900 viajó por la Bretaña francesa, Holanda y Alemania, ampliando sus estudios y conocimientos y desarrollando su técnica paisajista y mural. Allí pintó con entusiasmo y uno de esos lienzos, el titulado “Sobre cubierta”, ganó la Segunda Medalla de la Exposición Nacional de 1901.

 

Después de la vendimia

 

A partir de estas fechas, sus obras forman parte de grandes exposiciones colectivas repartidas por toda la geografía nacional, como la del Salón Amaré de 1903, junto a nombres como Sorolla, Moreno Carbonero, Muñoz Degrain, Garnelo, Beruete, Pradilla, López Mezquita, la Exposición Anglo latina celebrada en Londres, la Exposición de Pintura Española de Argentina, que celebraba José Pinelo…

En 1902, en su estudio madrileño de la calle Villanueva, hizo una exposición con veinte cuadros que había traído fruto de ese viaje, con pintorescos tipos holandeses y bretones, que mereció buenas reseñas por parte de los críticos, que manifestaron que Alcalá Galiano …”ha sabido conservar el carácter propio de nuestra pintura interpretando un ambiente tan distinto a ella”… o …”que es la fe de vida de un vigoroso temperamento”…

En 1903 participó en la Segunda Exposición de Arte Español celebrada en los salones de Durand-Ruel de París, reseñando la crítica que …”este joven artista, continúa distinguiéndose por la sinceridad de su arte… pinta sin contorsiones, sin esfuerzos, sin incoherencias; el esfuerzo, la incoherencia queda para el taller en donde trabaja lleno de fe y con ardiente entusiasmo. Su espíritu se abre a las sanas influencias de la pintura moderna, en la que estudia lo que hay de sólido y fundamental, sin olvidar nunca lo que se debe a la vieja escuela española”…

 

Limpiando sardinas

 

 

Distintas imágenes e ilustraciones de semanarios, revistas y diarios con dibujos del artista

 

En 1905 su estudio estaba situado en la calle Sacramento de Madrid, donde el artista presentó las dos obras que había realizado para la Diputación de Vizcaya. Composiciones decorativas que fueron merecedoras de un generalizado aplauso entre la crítica y los propios artistas, al considerarlas dos composiciones de …”valentía de las líneas y riqueza de tonalidades, vibrante de luces, animación y alegría… por las que recibió muchas y muy merecidas felicitaciones”…

 

El rapto

 

Alentado por sus recientes éxitos, el artista regresó a Bretaña y Holanda, surgiendo ahí las primeras obras importantes y valiosas, las más conocidas y celebradas: “Lavanderas bretonas”, “Viejos marinos holandeses”, “Las barcas del heno” y “La fiesta del mar”, que expuso en el Salón de París de 1910 y con la que obtuvo la Tercera Medalla.

Ese mismo año, logró la Segunda Medalla en la Exposición Universal de Buenos Aires.

En 1916 consigue el Gran Premio de Honor de la Exposición Internacional de Panamá y no será hasta 1920, cuando logra la ansiada Primera Medalla de la Exposición Nacional de Bellas Artes, por el lienzo titulado “La senda”, que se encuentra en el Museo del Prado de Madrid.

El 23 de febrero de 1908, en el Palacio Chávarri de Bilbao, el artista contrajo matrimonio con María Isabel Chávarri Aldecoa, hija del acaudalado empresario y político Benigno Chávarri, Marqués del mismo título, con quien tuvo tres hijos: Alfonso, Alberto e Isabel.

 

LA CONVERSACION

Imagen del Calendario de la Unión Española de Explosivos de 1923

 

En la década de los años veinte, Alcalá Galiano centró su atención en la decoración, pintando un techo y un friso destinado a la mansión madrileña de Tomás Allende, donde hizo cinco paneles para la capilla, representando la llegada de San Carlos Borroneo a Milán y otros episodios de la vida del santo.

Concluida la obra, Alcalá Galiano emprendió la realización de los techos del Palacio de Justicia de Madrid, hoy sede del Tribunal Supremo, surgido de la reforma del antiguo monasterio de la Visitación de la Bienaventurada Virgen María, más conocido como las Salesas Reales, que en 1915 había sufrido un pavoroso incendio.

Pintó allí seis techos, dos de grandes dimensiones, con distintas composiciones alegóricas de las leyes humanas y la Ley Divina, figuras que simbolizan la Verdad, la Riqueza, el Progreso y el Delito.

En ellas, mantuvo el credo realista, bien documentado en cuanto al carácter e indumentaria de los personajes y su agrupación similar a los cuadros de género. Pintados al óleo, sin estilizar la línea, sin descuidar la perspectiva aérea, sus decoraciones se ven animadas y luminosas, en las que penetra a menudo la luz del sol, repartiendo reflejos y dando a los motivos su máxima vistosidad.

 

Paisaje

 

Realizó también tres paneles históricos en el Ministerio de Marina, que recogen con el dinamismo bélico de las líneas, la poderosa sinfonía de los colores que alcanza, en algunos puntos, intensidad de himno patriótico, como fue definida por la prensa del momento.

Sus figuras simbólicas, tanto del Palacio de Justicia como del Ministerio de la Marina, continúan la tradición insuperable de este género con nubes, escorzos, piernas y brazos desnudos, túnicas flotantes, perfiles griegos, atributos mitológicos…  Las líneas, mórbidas y los colores, pomposos, con fuertes contrastes de sombra y luz.

En 1923 le fue concedida la Cruz del Mérito Naval por sus trabajos en el Ministerio de Marina.

Ese mismo año, fue elegido para ilustrar el famoso calendario de la Unión Española de Explosivos, que se distribuía por toda España.

 

Acantilados

Marina nocturna

Firma autógrafa

 

En 1924 en su estudio, reunió una exposición de marinas de la que se hizo eco la prensa de la época, como en este texto de Concha Espina en el que leemos …”magnífica colección de sus obras, entre las cuales faltan muchas adquiridas por los museos y salones insignes, o viajeras por el mundo… nunca habíamos recibido plenamente la influencia de sus marinas, lienzo que nos acercan a los arenales de nuestro país… cuadros veraces, tan sensibles, donde el refinamiento del colorido, el empuje y la emoción del asunto, adquieren una sublimidad incomparable… no le detienen fatigas ni peligros en los viajes temerarios. Espíritu aventurero de la indómita Vizcaya… nos transmite el sentimiento de la mar con un arte viril y español que no tiene semejanza”…

 

Fotografías de los techos del Palacio de Justicia aparecidas en la Gaceta de Bellas Artes de octubre de 1924

 

En 1928 el gobierno francés nombró Caballero de la Legión de Honor al ilustre pintor, en agradecimiento a las Exposiciones de Arte francés que, siendo Presidente de la Asociación de Pintores y Escultores, organizó en el Palacio del Retiro, tal y como aparece publicado en El Imparcial del 14 de octubre.

A su mano de dibujante se deben las primeras imágenes que se conocen de las pinturas rupestres de la cueva de Santimamiñe, situada en la localidad vizcaína de Cortézubi, en donde se han hallado restos y pinturas rupestres datados en el Paleolítico Superior, y que está considerada como un icono de la cultura vizcaína y su principal yacimiento prehistórico.

 

Bretonas

Pescador

Gitanos conversando

Canal en Bretaña

Paisaje

Pueblo andaluz

 

Álvaro Alcalá Galiano vivió en la Calle Don Ramón de la Cruz, número 15 y en la Calle Almagro, 40 de Madrid.

Amante de las artes y la cultura, fue el impulsor de la creación del Ateneo de Bilbao, del cual fue su primer Presidente.

 

La senda

 

Álvaro Alcalá Galiano y Vildósola se encontraba detenido en noviembre de 1936, en la cárcel de San Antón de Madrid por pertenecer a la organización política de derechas Acción Española, de tendencia abiertamente antimarxista.

Allí se prestaba más atención a los civiles con antecedentes sociopolíticos, sacerdotes y religiosos, y se determinaba si un preso vivía o moría.

El día 27 de noviembre de 1936, la autoridad carcelaria llamó a los presos que aparecían en la lista, uno a uno, y les fue despojando de sus pertenencias. Álvaro Alcalá Galiano fue uno de ellos. Atado por las manos, fue subido a un vehículo de dos pisos de color verde del servicio público de transportes de Madrid.

La expedición fue escoltada hasta la madrileña localidad de Paracuellos del Jarama, por milicianos pertenecientes a las Milicias de Vigilancia de la Retaguardia, que eran quienes integraban los pelotones de fusilamiento junto a los milicianos comunistas adscritos a la checa de la calle Marqués de Riscal.

Así fue cómo el 27 de noviembre de 1936, Álvaro Alcalá Galiano fue fusilado en Paracuellos del Jarama.

En 2006 una exposición en Igorre, donde la familia conserva la casa, reunió un conjunto de cuadros de tema vasco y con personajes y vistas del valle de Arratia, escogidas de colecciones particulares, sobre todo de sus descendientes, y sirvió para preparar otra exposición antológica en Bilbao y Madrid, que nunca se llegaron a celebrar.

Álvaro Alcalá Galiano firmó innumerables artículos a lo largo de su vida, bajo el pseudónimo de Juan de Eguía.

 

Vendedoras de frutas

Veleros

 

Hay obras del artista en multitud de instituciones como en el Ayuntamiento de París, la Diputación Foral de Bilbao, la Casa de Juntas de Gernika, la Colección Fundación MAXAM (Unión Española de Explosivos), Madrid, el Ministerio de Marina, Madrid, el MNBA-Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires, el MNCARS-Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid, el Museo ABC, Madrid, el Museo Arqueológico Nacional, Madrid, el Museo de Bellas Artes de Bilbao, Bilbao, el Museo de Bellas Artes de Santander, Santander, el Museo Nacional del Prado, Madrid o el Museo San Telmo, Donostia-San Sebastián.

Díptico Unidos por el pensamiento

 

Álvaro Alcalá Galiano y la AEPE

Socio Fundador de la Asociación de Pintores y Escultores.

En 1914 es elegido Vicepresidente de la Asociación, cargo que ocupará hasta 1926.

Donó obra para el festival benéfico que organizó la AEPE en 1915.

Perteneció al Comité ejecutivo del I Congreso Nacional de Bellas Artes que convocó la AEPE en 1918 y presentó además una ponencia.

Fue jurado de distintas convocatorias de la institución, en los Salones de Otoño y en Exposiciones Nacionales, como la de 1922, en el Concurso Nacional de Arte decorativo de 1926, en la Bienal de Venecia…

Fue también Vocal representante de la Asociación en la Comisión Técnica para la Exposición de Arte español en la XV Bienal de Venecia.

Tras haber sido Presidente accidental en varias ocasiones, en 1927 es elegido Presidente de la AEPE.

En 1928 formó parte del Comité para la Exposición del arte francés e italiano y del libro alemán.

Fue nombrado Socio de Honor del Salón de Otoño de 1925.

Participó en los Salones de Otoño de 1920, 1921, 1922 y 1925.

Al I Salón de Otoño de 1920 presentó la obra

949.- Vendedora de manzanas, óleo

Al II Salón de Otoño de 1921 concurrió con

11.- La playa de San Fausto (Galicia), óleo, 1,10 x 0,90

En el III Salón de Otoño de 1922 estuvo presente con la obra

5.- Playa desierta, óleo, 1,03 x 1,20

Al VI Salón de Otoño de 1925 concurrió con

8.- El molino del brujo (Bretaña), óleo, 137 x 108

9.- Viejo pescador (Holanda), óleo, 116 x 96

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