Obras, artistas, socios, pequeñas historias…
Por Mª Dolores Barreda Pérez
Rafael Botí Gaitán
BOTI GAITAN, Rafael P 1923 8.ago.1900 CORDOBA MADRID/CORDOBA 6.feb.1995
Socio de Honor
Retrato de Rafael Botí (1921), de José Dabrio Pérez
Rafael Botí Gaitán nació en Córdoba, el 8 de agosto de 1900, fruto del matrimonio de Santiago Botí Company, natural de la localidad alicantina de Alcoy, músico del Centro Filarmónico de Córdoba y de la Orquesta Sinfónica de Madrid, y de la cordobesa Margarita Gaitán Gavilán, natural de El Carpio.
Con inclinación para el dibujo, con tan solo nueve años comenzó sus estudios en la Escuela de Artes y Oficios de Córdoba de la que era director Mateo Inurria. Allí tuvo como profesores al socio de la AEPE, Julio Romero de Torres, Victoriano Chicote y Ricardo Agrasot.
Algunos de sus compañeros fueron Antonio Rodríguez Luna, Enrique Moreno “El Fenómeno”, Ángel López Obrero, Antonio Merlo, Rafael Romero de Torres y Octavio Nogales.
Además, la afición musical que le brindaba la rama paterna, hizo que también cursara estudios de música en el Conservatorio Superior Eduardo Lucena de Córdoba, teniendo como profesor a Cipriano Martínez Rücker.
En 1917 se trasladará a Madrid, continuando sus estudios en el Real Conservatorio de Música con Tomás Bretón y Conrado del Campo. Dos años más tarde ingresará en la Orquesta Filarmónica de Madrid, mediante oposición, como profesor de viola, pasando ya en 1930 a la Orquesta Nacional de España.
Desde 1918 cursó también estudios en la Escuela de San Fernando de Bellas Artes, asistiendo además como discípulo al taller del socio de la AEPE, Daniel Vázquez Díaz, que sería su profesor en la cátedra de pintura mural. Es entonces cuando se forja una gran amistad entre ambos, puesto que además de ser uno de los discípulos predilectos del maestro, éste le utilizaba como modelo en repetidas ocasiones.
Ensayando, en 1919
Es así como Rafael Botí logró reunir una gran colección de obras de Vázquez Díaz, sobre todo una fantástica serie de retratos de personajes de la cultura española del momento.
En el estudio de Vázquez Díaz coincidirá con otros artistas como Pablo Zelaya, Miguel Rodríguez Acosta, Jesús Olasagasti, Díaz Caneja, Cristino de Vera, Rafael Canogar y José Caballero.
Su integración en el ambiente artístico del Madrid de la época es total, comenzando por aquel entonces a asistir a las tertulias de los cafés Zaragoza, Fornos, Pombo, Lyondior, Nuevo Levante, Colonial y Oriente, donde conectará con poetas, escritores, músicos y pintores. Las nuevas amistades durarán toda su vida: Eugenio Noel, Alberto Sánchez, Juan Esplandiú, Aurelio Arteta, Eduardo Vicente, hermanos Solana, Manuel Ángeles Ortiz, Barradas, Santiago Pelegrín, Tomás Borrás, Emilio Carrere, Jorge Luis Borges, José Bergamín e Iturrino, Julio Romero de Torres, Zuloaga, Ramón del Valle Inclán, Penagos, el Dr. Jiménez Díaz, Eliodoro Puche, Vicente Ríos, Pepito Zamora, Juanito Tallería, Antonio de Hoyos y Vinent, y Manuel Fontanals entre otros.
Santiago Pelegrín, Retrato de Rafael Botí, 1921
En 1922 participa en la Exposición Nacional de Bellas Artes, en el IV Salón de Otoño de la AEPE y en la II Exposición de Arte de la Sociedad Cordobesa de Arqueología.
En 1923 celebrará en el Círculo de la Amistad de Córdoba, su primera exposición individual.
En 1924 contrae matrimonio con la cordobesa Isidra Torres Lerma. Fruto del matrimonio nacerá un hijo, Rafael Botí Torres, Medalla de Honor de la AEPE, heredero, valedor y depositario del legado de su padre, cuya labor de mecenas ha beneficiado sobremanera a la cultura y el arte españoles.
En ese mismo año, participa en la Exposición Nacional de Bellas Artes obtiene como premio una bolsa de viaje. Participará también en el V Salón de Otoño de la AEPE celebrado ese mismo año.
En 1925 participa en la Exposición de Bellas Artes de Cádiz y en el VI Salón de Otoño de la AEPE.
Acompañado de su maestro Vázquez Díaz, viajará con frecuencia a la localidad de Fuenterrabía, plasmando en sus lienzos paisajes vascos que les cautivan.
En 1926 participa en el I Salón de Pintores Andaluces y en la Exposición Nacional de Bellas Artes.
En 1927 lleva a cabo una exposición en Casa Nancy de Madrid y participa en distintas colectivas en el Círculo de Bellas Artes de Madrid y en el Salón del Heraldo de Madrid en la muestra de artistas andaluces.
En una foto de 1927
Pensionado por la Diputación de Córdoba, entre 1929 y 1931 se traslada a París para ampliar sus estudios de pintura. Allí conocerá a Picasso y a Braque y su pintura adquirirá el color de Matisse y el cubismo picassiano que marcó toda su obra.
En 1929 participa en la Exposición de Artistas Independientes del Salón Heraldo de Madrid, en la Exposición Nacional de Barcelona, y en la Exposición Regional de Arte Moderno de Granada, donde fue premiado por la obra “De la Sierra de Córdoba”, hoy en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid.
En 1930 es galardonado en la exposición del Patronato Nacional de Turismo “Casa de los Tiros” de Granada y participa en la Exposición Nacional de Bellas Artes y en el Círculo de Madrid.
De regreso a Madrid, en 1931 funda la Agrupación Gremial de Artistas Plásticos (AGAP), junto a otros artistas como Emiliano Barral, Winthuysen, Planes, Moreno Villa, Castedo, Souto, Climent, Díaz Yepes, Pérez Mateos, Rodríguez Luna, Santa Cruz, Isaías Díaz, Pelegrín, Servando del Pilar, Francisco Mateos… el 29 de abril lanzarán un “Manifiesto vanguardista” dirigido a los jóvenes artistas, cuyo fin es apostar por la renovación completa de la vida artística española como una forma para luchar contra todo lo que signifique arbitrariedad.
En 1931 expone en la Diputación Provincial de Córdoba y en la Galería Castelucho y Diana de París.
En 1932 participa en distintas exposiciones celebradas en el Museo de Arte Moderno, la Nueva Federación de las Artes y en el Lyceum Club Femenino de Madrid.
Un año más tarde realizará una exposición individual en la Asociación de Artistas Vascos de Bilbao.
Cocina
Entrada al Santuario de la Fuensanta
Casa de la Calle de Santiago, Córdoba
Genil-Guadalquivir, Palma del Río
Patio de la Fuensanta, Córdoba
Girasoles del Jardín Botánico de Madrid
En 1934 presentará obra a la Exposición Nacional de Bellas Artes y en 1935 llevará a cabo una muestra individual en el Salón de Arte Moderno de la Biblioteca Nacional de Madrid.
En 1936 participa en la Exposición Regional de Bellas Artes de Córdoba y en la Exposición Nacional de Bellas Artes, que no llegó a inaugurarse debido al estallido de la guerra.
En los primeros días de la Guerra Civil, una bomba destruye su casa de la calle Gobernador, 21, frente al Jardín Botánico que tanto pintara, lo que obliga al traslado de la familia a la localidad ciudadrealeña de Manzanares, donde ejercerá durante toda la contienda como profesor de Dibujo y bibliotecario en el Instituto de Segunda Enseñanza.
Al finalizar la guerra, regresa a Madrid, si bien no será hasta el año 1947 cuando reiniciará su actividad pictórica participando en una exposición organizada por la Sala Gumiel.
Brevas
Nocturno del Cristo, Córdoba
Noche en la plaza de los Dolores (Córdoba)1978
Patio de la Judería, Córdoba
La fuente del Olivo (Patio de los Naranjos, Córdoba
Un año más tarde participa en la Exposición Nacional de Bellas Artes y en la I Bienal Hispanoamericana de Arte de 1951.
En 1953 participa en la exposición de Pintura española contemporánea de Lima, celebrada en el Museo de la Universidad de San Marcos de Santiago de Chile; también estará presente en la Exposición del arte español actual o I Feria-Exposición de Productos Españoles de Madrid, en el Homenaje a Vázquez Díaz celebrado en las Salas de Exposiciones de la Dirección General de Bellas Artes, y en el Centenario de la fundación del Liceo Artístico y Literario de Córdoba.
A partir de 1958 y hasta su fallecimiento, participará en incontables muestras colectivas por toda la geografía nacional.
Un año después, lleva a cabo una exposición individual en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, y a lo largo de los años, hasta 1979, en distintas exposiciones individuales en la Escuela de Nobles y Bellas Artes de San Eloy, en Salamanca, en la Galería Toisón de Madrid, en la Galería Lázaro de Madrid, en la Galería Studio de Córdoba, en la Galería Giotto de Madrid, en la Sala de Santa Catalina del Ateneo de Madrid, en el Conservatorio Superior de Música de Córdoba, en la Caja de Ahorros de Córdoba, en Cajamadrid de Barcelona, en el Palacio de la Merced de Córdoba, en la Galería Ansorena de Madrid, en el Patio de la Cultura de Tabacalera de Madrid, en la Caja de Ahorros de Córdoba, en el Museo de la Ciudad de Madrid…
Fuente Goiri, Deusto
Palma del Río, Córdoba
Vallecas
Moratalaz
Viejo París o el Sena
Patio del Museo Romántico
En 1979 el Ayuntamiento de Córdoba le nombró Hijo Predilecto de la ciudad, concediéndole además la Medalla de Oro de Córdoba.
También la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba le nombrará académico correspondiente.
Presidente de Honor de la Asociación de Artistas Plásticos Cordobeses.
Académico Ilustre de la Academia Libre de Arte y Letras de San Antón.
En 1980 el Ministerio de Cultura le concedió la Medalla de Plata al Mérito en las Bellas Artes.
Tras una larga vida dedicada al arte y a la música, Rafael Botí falleció a consecuencia de una neumonía pulmonar el 4 de febrero de 1995, a los noventa y cuatro años.
El hondo pesar por la triste noticia derivó en la realización de múltiples homenajes, exposiciones póstumas –especialmente, aunque no sólo, en Madrid y en Córdoba– y reconocimientos institucionales, como la inauguración en 1996 de una plaza con su nombre en su Córdoba natal y la creación en 1998, también en Córdoba, de la Fundación provincial de artes plásticas que lleva su nombre, entidad dependiente de la Diputación de Córdoba a la que el hijo del pintor donó la mayor parte de su colección, con obra tanto propia como de otros artistas coetáneos. Igualmente lleva su nombre la convocatoria bienal de artes plásticas que se celebra desde ese mismo año, organizada por la Diputación de Córdoba, y el centro de arte contemporáneo inaugurado en el año 2015, adscrito a la fundación.
Ruinas de San Isidoro del Parque del Retiro de Madrid
Rafael Botí, por Juan Cantabrana
Poseen obras suyas, en Madrid: Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Museo de Arte Contemporáneo de Madrid, Museo de la Historia de Madrid, Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Palacio de Liria (Duques de Alba), Ayuntamiento de Madrid, Ministerio de Trabajo, Tabacalera y Banco de Madrid. En Córdoba: Museo Provincial de Bellas Artes, Museo Taurino, Ayuntamiento, Diputación, Museo Diocesano, Fundación Provincial de Artes Plásticas Rafael Botí, Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba, Conservatorio Superior de Música, Cajasur. Patronato Lozano Sidro y Diario Córdoba. En Zaragoza: Museo Camón Aznar. En Cuenca: Excma. Diputación. En Almería: Cuevas de Almanzora, Museo Antonio Manuel Campoy. En Bilbao: Museo de Bellas Artes y Asociación Artistas Vascos. En La Coruña: Museo Camilo José Cela. En Nerva (Huelva): Museo Daniel Vázquez Díaz y en Sevilla: Palacio de las Dueñas (Duques de Alba) y Museo de Bellas Artes. En Jaén Museo Provincial, en Huelva Museo Provincial. En Alicante, el Museo de BBAA de Alicante.
Paisaje de Torrelodones
Patio antiguo, Córdoba
Nota vespertina
Satán
Primavera desde mi estudio (Casa de Campo, Madrid)
La fuente del patio del museo II Córdoba
Su dilatada vida, siempre en activo como artista, le hizo conocer y participar en el desarrollo del arte español de todo el siglo XX.
Hablar de Rafael Botí es hablar de Córdoba. Junto a Julio Romero de Torres, ellos encarnan la imagen misma de la ciudad y de sus gentes. De él escribió Antonio Manuel Campoy que “el pintor Rafael Botí es cordobés, y esté donde esté, y pinte lo que pinte, está siempre en Córdoba y todo lo que pinta, de Córdoba es… pinta siempre en su ámbito cordial de Córdoba. Córdoba siempre”.
Los paisajes de Rafael Botí conjugan la armonía y el ritmo de la música con el equilibrio, la profundidad y la expresividad del arte poético. En ellos demuestra que es un enamorado de la naturaleza y que siente la misma con una especial espiritualidad.
En la puerta del Museo de su maestro Julio Romero de Torres, en Córdoba. 1980
En la Fuente del Olivo del Patio de los Naranjos de la Mezquita de Córdoba, en 1973
Pintando en su estudio de la calle Gaztambide, Madrid, en 1978
Pintando en el campo con su maestro Vázquez Díaz
Con Rafael Romero de Torres en Córdoba en 1980
Sus primeras obras abrazan aún los restos del decadentismo de fin de siglo, pero conforme pasa el tiempo, su pintura evoluciona hacia el tímido arranque de las vanguardias y al proceso de la modernización artística que se llevó a cabo con la entrada de las distintas corrientes artísticas internacionales.
La influencia del magisterio de Vázquez Díaz le dirigió hacia el sentido constructivo de la forma, pero el paso del tiempo le llevaría a crear su propio estilo, y aunque su paleta tiende a decantarse por tonos terrosos en sustitución de la gama fría, su obra se centra básicamente en el paisaje, pese a cultiva de manera ocasional otros temas como el bodegón o los interiores intimistas.
El dominio del color es patente en su obra, así como la fidelidad que siempre mostró a su técnica y temática, con un estilo coherente, irreductible, de sencillez seductora y pureza inquebrantable. El uso libre de la pincelada de sus primeras obras fueron ganando en estructuración, definición de volúmenes e importancia del dibujo que al final de su vida adquirió una profundidad lírica y aire nostálgico inolvidables.
Patio de la Madama del Palacio de Viana
Patio amarillo, Córdoba
El Cristo de los Faroles, Córdoba
Pez (vaca)
Barca en La Mata, Torrevieja
De él escribieron artistas, críticos, músicos, políticos y personalidades de todo tipo contemporáneos de su vida y de su obra.
Waldo Aguiar: “Tú ya no estás aquí entre nosotros, pero tú no estás muerto, te tenemos en tus cuadros, en tus obras: color, alegría de vivir, antiretórica, antipetulancia, tan al uso hoy, sin haberte dejado colonizar por dictaduras estéticas ni modas”…
Francisco Alcántara: “Rafael Botí es muy joven, delgado, sutil casi, como los sonidos armoniosos que produce en su oficio de instrumentista de orquesta”…
Mario Antolín: “Rafael Botí pertenece a ese pequeñísimo grupo de los limpios de corazón. Fiel a sí mismo, ajeno a maniobras de grupos, de grupitos o de escuelas. Botí sonriente y cordial, humilde y silencioso, lleno de admiración hacia los otros, es un ejemplo de amor a la pintura y un maestro –aunque él no se lo crea– del difícil oficio de pintar”.
Juan Barjola: “El gran artista Rafael Botí, hombre sencillo, sensible y armónico, tanto en la pintura como en la música”.
Tomás Paredes: “En la vida con luz de gas, sencilla y honesta, de este pintor azulenco, cantan pájaros de lapislázuli, conformando un universo turquí, donde nacen todos los azules del mundo, su mundo añil, andaluz, iluminado por los sueños del agua, del cielo, del mar, del cobalto, de la soledad y la distancia azul del Sur”…
Vázquez Díaz: “Él vive una vida callada, Lejos de buscar renombre está entregado al goce íntimo de la creación, de una obra inyectada de sueños y palpitaciones, de alma delicada y sencilla. Siempre he sentido devoción especial hacia estos hombres entregados a la realización de una obra en silencio, poniendo en ella lo más hondo de su corazón –que la obra sea tan pura como el alma de un niño–, por eso el pájaro siempre acude al paisaje cuando Botí pinta musicando el silencio”.
Waldo Aguiar, Retrato de Rafael Botí, 1992
Rafael Botí en el Patio de los Naranjos (Córdoba), 1987
Jardín Botánico de Madrid
Bodegón de la bota
Córdoba callada
Frutas
Manzanas y tazón
Cerámicas