Obras, artistas, socios, pequeñas historias…
Por Mª Dolores Barreda Pérez
Salvador Viniegra y Lasso de la Vega
VINIEGRA Y LASSO DE LA VEGA, Salvador P 1910 (N ) 23.nov.1862 CADIZ MADRID 29.abr.1915
Socio Fundador
Subdirector del Museo del Prado
Salvador Viniegra en 1896
Salvador Viniegra y Lasso de la Vega nació en Cádiz, el 23 de noviembre de 1862, en el seno de una familia acomodada, hijo del prohombre y político gaditano Salvador Viniegra Valdés, y tataranieto, por vía materna, del ilustrado Marqués de Ureña, y de Joaquina Lasso de la Vega y Molina.
Casado en primeras nupcias con Mª del Carmen Reboull, y al fallecer ésta en 1902, contrajo nuevamente matrimonio con María Arníz.
Compatibilizó sus estudios de bachillerato con los artísticos, si bien constan pocos antecedentes en la Escuela de Bellas Artes de Cádiz, cursando estudios de Dibujo de antiguo y ropaje y teniendo como profesores a Ramón rodríguez Barcaza y de José Pérez Jiménez.
Se aficionó desde su mocedad a las marinas, siendo su primer cuadro conocido La entrada en dique del vapor Alfonso XII, y cultivó diversas acuarelas que presentó mediante un álbum en 1877.
Trabajaba entonces en el estudio del domicilio paterno de la calle Antonio López, el cual sufriría severos daños en el ciclón que asoló Cádiz en 1902.
La oración de la mañana
La bendición del campo en 1800
Participó en la Exposición de Cádiz de 1879 con un cuadro representando a Un moro, con el que obtuvo una Tercera Medalla y presentó obra también en la edición de 1880, la titulada La parada en una venta en el siglo XVI.
En abril de 1882 pintó el cuadro La fragata Sagunto, que dedicó a su majestad el rey y que expuso en el establecimiento de música de la calle Ancha de Cádiz.
A finales de 1882 parte con destino a Roma, lugar en el que recibirá el magisterio y la amistad del también socio de la AEPE, José Villegas Cordero. Igualmente recibe lecciones del acuarelista Daniel Hernández.
Su estancia en la capital italiana, salvo temporadas en Cádiz, se prolongará prácticamente hasta 1896.
De esta estancia surge la definición de su estilo, los triunfos más significativos y sus mejores obras.
El primer beso. Museo del Prado
La vendimia
En la Exposición de Bellas Artes gaditana de 1884 presentó un cuadro de Varios toreros orando en la capilla, momentos antes de la corrida, entre los que figuraban los diestros Salvador Sánchez Frascuelo y Luis Mazzantini. También expuso Rey de Armas, Un húsar y En la playa.
Así, destacan su Entierro de Isabel la Católica, premiado en la Exposición Artística Provincial de Cádiz en 1885, hoy expuesto en el Alcázar segoviano, y su Bendición de los Campos, Primera Medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1887, propiedad del Museo del Prado y hoy en el Museo Provincial de Málaga.
Este gran lienzo tuvo todo un éxito popular y de crítica, reproduciéndose en series de cromos y litografías, al tiempo que se exponía seguidamente en Múnich, Budapest y Viena. Aquí obtendría una Medallas de Oro, de las veinte concedidas a los artistas más distinguidos.
La Romería del Rocío
País de abanico con una marina
El 8 de diciembre de 1888 contrajo matrimonio con María del Carmen Reboull y López, con la que parte a residir a Roma.
En 1888 obtiene una Medalla de Oro en la Exposición de Viena por La bendición de los campos, participando además en la Exposición de Múnich de 1890, con El bautizo, y en la de Berlín de 1891, con Toreros en la capilla.
El premio concedido en Madrid le posibilita la obtención de una plaza de pensionado de mérito para la Academia Española de Bellas Artes en Roma en 1889.
De sus obligaciones como pensionado queda El Compromiso de Caspe, hoy expuesto en el Ministerio de Asuntos Exteriores en Madrid.
Entierro de Isabel la católica
Retrato de caballero de la Orden de Santiago
Toreros
Por entonces, empieza a poner en práctica sus dotes musicales. En 1895 compuso la melodía para una obra cómica titulada Los Acróbatas, que se estrenó en el teatro Eslava de Cádiz con textos de los poetas Clemente García de Castro y Manuel Gross; en 1897 la de la zarzuela Una embajada, estrenada en el teatro Eslava, en 1899 la zarzuela Los garrochistas, estrenada en el teatro Apolo y en 1900, Los sobrinitos, en el teatro Romea, así como el sainete La Virgen del Rocío.
En el ínterin sigue trabajando en su estudio romano para el mercado europeo y planea una obra con la que acudir nuevamente a las exposiciones nacionales. Fruto de ese interés es La Romería del Rocío, cuadro de grandes pretensiones, hoy en Sevilla, en el edificio de la antigua Capitanía General, que a pesar de todo no obtiene el premio deseado en la Exposición Nacional de 1897. No obstante, sí tiene gran éxito el cuadro una vez lo expone seguidamente en Múnich y en Berlín.
Escena de sastrería de toreros
Paseo
En febrero de 1898 realizó una exposición particular en el estudio de Mariano Benlliure que fue visitada por su majestad la reina y donde mostró las obras La vendimia en Jerez y Las salinas de San Fernando o La recolección de la sal, que tenía previsto presentar en las exposiciones de París y Múnich.
En marzo de 1898 falleció su hijo pequeño y en noviembre decidió fijar definitivamente su residencia en Madrid.
Salvador Viniegra en una fotografía de 1899
Su conocimiento de la pintura antigua propició que en 1898 fuera nombrado conservador del Museo del Prado, del que fue subdirector hasta su muerte.
En este puesto fue de especial valía en la organización de las grandes exposiciones que tuvieron lugar entonces, entre ellas las dedicadas a Velázquez en 1899, El Greco en 1902 y Zurbarán en 1905.
En 1901 consigue consideración de Primera Medalla en la Exposición Nacional con La vendimia en Jerez, cuadro que tras viajar por distintas capitales centroeuropeas, termina expuesto en Lisboa y descansa en las colecciones estatales portuguesas.
Estudio del artista en 1910
La boda del torero
Su último gran encargo, con motivo del Centenario de las Cortes, fue La promulgación de la Constitución de 1812, comenzado en 1911 y terminado casi al año, hoy expuesto en el Museo Municipal e Iconográfico de Cádiz.
Salvador Viniegra desarrolló en vida una actividad desbordante como pintor, lo que no fue óbice para que su vida profesional y social fuera más amplia.
Radicado en Madrid desde 1897, fue conservador y subdirector del Museo del Prado, activo colaborador del Ateneo y Secretario del Círculo de Bellas Artes, al tiempo que estrenaba obras de zarzuela y cómico-líricas como las de Bengalí, en tres actos, Los Acróbatas, El Embajador, Los Garrochistas y Los sobrinitos, si bien con desigual éxito.
Revista Moderna, 1898
Retrato del actor Emilio Carreras
El encantador de serpientes
Durante esta época se convirtió en un importante mecenas de las artes, especialmente de la música, ya que además de pintor, era un notable violonchelista, procurando ayuda a diversos artistas, entre los que destacan Manuel de Falla y Juan Ruiz Casaux.
Su currículo, por otra parte, se vio refrendado por numerosas condecoraciones como, entre las españolas, las de la Encomienda de Carlos III o la Gran Cruz de Isabel la Católica, ésta ya en 1907, Comendador de la Orden de San Miguel de Baviera, en la Exposición de Múnich de 1898, condecorado con la Cruz de Alfonso XII en 1907, y la Cruz de Mérito Militar con distintivo blanco en 1910.
El artista en una imagen de 1910
Su pintura fue variada, siempre en función de la naturaleza del encargo o de la intención propuesta.
Practicó con acierto la pintura de historia, poniéndola al día en términos de color y elección de los temas, jugó con los temas de carácter popular otorgándoles grandeza y acertó a prolongar los temas costumbristas que, por otra parte, sintonizando con su forma de ser, eran los que más demandaba el público.
Así, su Antes de la Corrida, hoy en Barcelona, en la Fundación Fastenrath, es prueba fehaciente de este sentimiento así como, en clave orientalista, su Encantador de serpientes, hoy en el Ayuntamiento de Cádiz.
El bautizo
Antes de la corrida
El actor José Riquelme
Promulgación de la Constitución de 1812
El relativo abandono de la práctica de su pintura coincidirá con la progresiva sustitución de este naturalismo costumbrista finisecular por un sentido más moderno de la pintura al que Viniegra se cerraba y que, por demás, él sustituía con su vida pública.
Mundo Gráfico, 1915
Falleció en Madrid, el 28 de abril de 1915.
Fue arquetipo de artista culto, compositor musical de cierto renombre y pintor viajero e instruido, además de mecenas.
En su faceta como literato, escribió el libro Curiosidades de Roma, distintos trabajos sobre el pintor Zurbarán, y colaboró en los diarios La Dinastía de Cádiz y La Correspondencia de España. En 1912 fue nombrado representante del semanario argentino Caras y caretas.
Viniegra como Subdirector del Museo del Prado
Salvador Viniegra y la AEPE
Socio Fundador de la AEPE.
En 1914 participó en la Exposición que la centenaria entidad organizó en Brighton y Londres, junto a otros artistas socios.
Ya fallecido, la AEPE exhibieron tres obras suya en el III Salón de Otoño, en la Sala del Recuerdo: Los extremos se tocan y dos bocetos.
En 1926 se dio la coincidencia de que la viuda de Salvador Viniegra fuera la arrendataria del local de la oficina de la AEPE, constando en los archivos que subió el alquiler a 10 pesetas mensuales.
Patio del Convento de San Francisco, Cádiz