Ángeles Parra de Lavin

Por Mª Dolores Barreda Pérez

 

LAS PRIMERAS ARTISTAS DE LA

ASOCIACION ESPAÑOLA DE PINTORES Y ESCULTORES

Desde su fundación en 1910, y después de haber tratado en anteriores números a las Socias Fundadoras de la entidad, y las participantes en el primer Salón de Otoño, vamos a ir recuperando de la memoria colectiva, el nombre de las primeras socias que vinieron a formar parte de la Asociación de Pintores y Escultores.

 

Ángeles Parra de Lavin

PARRA DE LAVIN, Angeles        P    1936       CADIZ           SANTANDER

 

La artista en una foto de 1927

 

Conocida artísticamente como Ángeles Parra de Lavin, que era como se hacía llamar ya casada, Ángeles Parra de los Reyes nació en Cádiz, alrededor de 1905, creemos que de forma ocasional, puesto que pertenecía a la alta burguesía cántabra.

Hija de Paz de los Reyes y Morales y de Juan Parra Alba, que había llegado a la República Dominicana con los bolsillos vacíos y logró hacer fortuna gracias a su voluntad inquebrantable y a su ambición.

Una fortuna sólida gracias a la casa comercial que con su mismo nombre, dejaría establecida en América (Sucesores de Juan Parra Alba) cuando regresó a España, erigiendo una lujosa mansión en Santander. Allí dejó huella y memoria, citando su historia en libros de costumbres dominicanas y perviviendo su memoria en el nombre de una calle de Santo Domingo.

Casado con Paz de los Reyes y Morales, Vizcondesa de Llanteno, Juan Parra Alba falleció en 1922, dejando viuda y siete hijos: Juan Alfonso (casado con Laura Murga), Juana María (1897, casada con Julio Castro del Rosario), María de la Paz Virginia (casada con Guillermo Rances y Lías), Pedro, Francisco, casado con Carmen Cobián, se quedó a vivir en Santo Domingo, República Dominicana, mientras que el resto de la familia, madre y hermanos, se vinieron a España, María de los Ángeles y Fernando.

Imaginamos una infancia relacionada con el mundo de la cultura y el arte, con todas las manifestaciones de las que Santander disfrutó a principios de siglo, cuando era lugar de encuentro y veraneo de la burguesía y la realeza.

La afición a la pintura de Ángeles no sólo se manifestó en ella, sino que su hermana Virginia también se dedicó al arte, coincidiendo las hermanas en algunas exposiciones.

Ángeles fue discípula de Álvarez de Sotomayor, quien fuera Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, y de Daniel Vázquez Díaz, socio de la AEPE. También aprendió de la mano de uno de los fundadores y también Presidente de la AEPE, Eduardo Chicharro, lo que justifica su pertenencia a la entidad.

Dos influencias tan contrapuestas, ya que los estilos, escuelas y tendencias son antagónicas, que terminaron depurando la propia técnica de la artista.

En 1923 contrajo matrimonio en la madrileña iglesia de Santa Bárbara con el arquitecto montañés Valentín Ramón Lavín del Noval, adoptando desde entonces su apellido y firmando como Ángeles Parra de Lavín.

Residía en Santander, en la calle de Castelar, número 31.

La primera noticia que tenemos de la artista corresponde a su intervención en una competición de “Lawn-Tennis” benéfica, con destino al Ropero de Santa Victoria, en la que tomó parte con su marido en un partido de dobles en agosto de 1926, y un año más tarde, por su asistencia al baile celebrado en el Club de Regatas de Santander.

En 1927 contribuye a la suscripción popular para levantar un monumento a la memoria de Concha Espina en la capital cántabra, y celebra en el Ateneo de Santander, cuya sección de Artes Plásticas preside su marido, la primera exposición de cuadros.

A esta muestra asistió la Reina Victoria, que “hizo elogios de la exposición y felicitó efusivamente a la artista, que fue también muy felicitada por el éxito de su exposición, ante la que han desfilado numerosas personas”.

En 1927 cuando inauguró su exposición, que visitó la Reina Victoria Eugenia

 

La exposición tuvo un gran eco en la prensa local del momento, como así lo recogió El Pueblo cántabro, que comienza haciendo una crónica social del acto de inauguración, con los asistentes regios y la alta sociedad de Santander, y termina dedicando comentarios a la artista, diciendo que hace un año, …”el pintor Chicharro había tenido frases de caluroso elogio y estímulo para la artista… palabras proféticas… ¿Cómo es posible que en un año se llegue a la seguridad asombrosa con que aparecen resueltos todos los problemas técnicos, vencidas todas las dificultades en estos lienzos? ¿Cómo se puede llegar a ese dominio del dibujo y del color que hacen atribuibles estos cuadros a un maestro encanecido ante el caballete?… En el caso extraordinario de Ángeles Parra de Lavin, la inspiración, el sentimiento artístico, lo han hecho todo, lo han vencido todo… hay especialmente un cuadro, un autorretrato –“Estudio en blancos” lo titula la artista- que es algo asombroso y admirable… el fondo del retrato es blanco también; el cuadro es una sinfonía de pureza; la luz vibra hasta hacer entornar los ojos. La figura de la artista, que en otros lienzos  -como un autorretrato que en el catálogo figura con el número 7 y que parece pintado por Benedito- es una frágil y frívola silueta de mujer moderna, aparece aquí con un halo de espiritualidad que la hace incorpórea… un retrato admirable el de Toñuca Lavín… el parecido es asombroso, no se trata de un parecido fotográfico nacido de la reproducción fiel de los rasgos fisonómicos: la artista ha plasmado, a un tiempo mismo, el rostro y el espíritu… de su rápido paso por algunos estudios guarda la artista recuerdos que se evocan ante los lienzos que expone… felicitémonos de que la irresistible vocación de esta mujer admirable la arranquen a la elegante frivolidad en que naufragan otros espíritus menos fuertes que el suyo”.

ABC 30/8/1927

 

En el diario La Región también se recoge la exposición, en una nota firmada por el periodista, político e historiador Maximiano García Venero, en la que destaca que la obra de Ángeles Parra de Lavín tiene una “soberana intuición, un prodigioso sentimiento artístico, pulido y esmerilado tan solo, por una delicada educación, recibida desde la cuna. No ha pasado su corazón, por el alambique de la academia. Felicitémonos de ello. Quizá la intuición se hubiera doblegado y perecido, bajo el peso abrumador de los clasicismos instituidos, con la rigidez de código… en Santander, Ángel Espinosa Herrera… fue hace algunos años el primero que la vio pintar y las indicaciones ponderadas que guiaron a la dama pintora, fueron precisamente de Espinosa. Pero de esa permanencia limitada en los estudios de grandes pintores, Ángeles Parra ha logrado sacar libre su temperamento de influencias. Ha aprendido lo que de oficio tiene el arte… la exposición en el Ateneo de Santander tiene esclarecidas virtudes artísticas… Están expuestos veinte cuadros, obra copiosa, que recaba para su autora un puesto excelente en arte… Nos encontramos ante una pintora que merece toda la atención… reparos minúsculos… todos esos reparos y observaciones quedan anonadados, no solo por su insignificancia, sino también por los aciertos indudables de color, dibujo y expresión de los cuadros… nos parece que es una excelente, una notable pintora, de merecimientos grandes”…

Recogida también la exposición en el diario El Cantábrico, con una crónica firmada por José Mª García Rodríguez-Alcalde, en la que felicita a la artista por la exposición “con que honra al Ateneo de Santander, y que la testimonia como formante en la vanguardia del feminismo aceptable y deseable: el de la elegancia espiritual”.

Alejandro Gilardi firma en El Cantábrico otro artículo en el que dice que le produce “sorpresa y admiración en nuestro ánimo la contemplación de las notables obras que expone, sobre todo teniendo presente que hace poco más de un año que ha dado principio a su carrera artística, en la que tantos triunfos le aguardan si persevera en ella, a juzgar por los primeros frutos de su preclaro talento, más propios de la madurez de un artista consagrado que de los de una novel que comienza a ascender por la difícil y espinosa senda que conduce al arte de Apeles”….

Como vemos, la exposición dio mucho de sí, y diarios como La Región y La Voz de Cantabria, incluían una nota un poco antes de que fuera clausurada.

La Virgen. I Exposición de Pintura y Escultura de Castilla y león

 

En 1928 la prestigiosa revista La Esfera, dedica dos páginas a la artista, con ilustraciones de sus obras, en una crítica realizada por José Francés, quien fuera Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, en la que realiza un paralelismo entre la pintora y la escritora Concha Espina, equiparando el sentimiento cántabro que una describe con el que la otra lo pinta.

Cuadros de brío sereno… una profunda virtualidad femínea dentro de una forma armoniosa y fuerte… el sentimiento de belleza… consigue un virtualismo acentuado, un aire de añoranza noble por las cadencias atmosféricas de Cantabria… retratos de una firmeza constructiva… las figuras femeninas tienen reminiscencia fisonómica y psicológica con el retrato… que pinta con pincelada amplia y dimensiones naturales, se encierran en el tamaño reducido de una miniatura agrandada… predilección por las gamas frías, los acordes tonales finos y delicados, pero también una repetida sucesión de acordes cálidos, de entonaciones oscuras y densas donde resaltan los rostros como una claridad lunar… Yo prefiero los lienzos grandes en que las figuras femeninas se muestran de modo más suelto y convincente. El color es aquí también de una limpia y sosegada belleza. Predominan los grises… los blancos, los azules, los sienas, los verdes claros. Y de cuando en cuando, un rojo que canta sin desentonar… estas figuras de mujer están vistas sin frivolidad, sin ñoñería y sin descoco… de aquí el atractivo esencial que poseen, la integridad femínea no falseada ni enardecida como en otros casos de dudosa ambigüedad de ciertas artistas o escritoras”…

En 1928, en el diario valenciano Las Provincias, publica Luis de Galinsoga una columna en la que habla de la pintora santanderina con motivo de la exposición que está realizando en el Salón Nancy de Madrid, de algunas de sus obras. …”La probidad, la honradez, el ingenuo entusiasmo con que la pintora crea su obra… su inspiración, de finura y de suavidad elegante… a veces, hasta con demasiada sistemática sobriedad, con lo cual, si de momento algunos cuadros aparecen fríos, a la larga la obra de conjunto ganará en limpieza de amaneramiento, en depuración de estilo… En dibujo, es firme, sucinta, intransigente, a la buena usanza y al buen dogma. Modela la forma sin insistir en la línea… en el color, gusta de plantearse muy severos problemas técnicos que su talento acierta siempre a resolver: son sobremanera ejemplares los estudios en blanco y en rojo”…

Nuevo Mundo, 1928

 

La exposición apareció también en otros medios como en La Época, que asegura que la muestra ha sido patrocinada por la Asociación de Pintores y Escultores en el Salón Nancy de la carrera de San Jerónimo.

El diario La Nación recogió una amplia reseña en la que destacaba que la artista presentó 22 lienzos que incluían seis retratos, un autorretrato y 15 estudios de temas muy acertadamente tratados. Destacaba La Nación que la artista posee la “gran cualidad de manejar con suma gracia y maestría los colores más pálidos y los tonos más notoriamente leves… muestra de ello es su “Estudio en blanco”, acertadísimo”…

La revista Nuevo Mundo publicaba con este motivo, una reseña que incluía una fotografía de la artista ante su Autorretrato.

Para festejar el triunfo de la artista en Madrid, la Sociedad “Lawn-Tennis” organizó un banquete baile con el que homenajearla, que se celebró el 21 de julio de 1928.

Si la artista ya pertenecía a la alta sociedad cántabra, su faceta de pintora hizo que fuera muy demandada en todo tipo de fiestas benéficas y nobles causas para las que siempre tuvo un regalo o aportación salida de sus pinceles.

En septiembre de 1929 participó en la exposición de pintura contemporánea de pintores montañeses, organizada por el Conde de Güell en el Parador de Gil Blas, de Santillana del Mar. En algunos diarios se dice que se trataba de la I Exposición de Pintura y Escultura de Castilla y León, siendo las fechas de su celebración del 15 de septiembre de 1929 al 30 de septiembre de 1930.

Allí concurrió junto a otros artistas como la Archiduquesa Margarita, Lola de la Vega, Gutiérrez Solana, Mariano Cossío, Gerardo Alvear y otros muchos reputados maestros que colgaron 83 obras. La exposición sirvió también de homenaje al pintor Agustín Riancho.

En agosto de 1932 el diario La Voz de Cantabria recogía la noticia de la celebración de una exposición en la Feria de Muestras en la que participaban artistas como Francisco Iturrino, Agustín Riancho, María Gutiérrez Cuetos, Casimiro Sainz, Justo Colongues, Rogelio Egusquiza, Rufino Ceballos,… y respecto a la artista Ángeles Parra de Lavin, comenta que “la primera vez que supimos de ella fue en la exposición del Ateneo. Un rasgo que proclama su integridad artística es ese  de no rehuir las dificultades, sino, por el contrario, buscarlas para alcanzar la satisfacción de resolverlas. Así en ese autorretrato, tan agradable de color, la lucha de luces está airosamente resuelta”.

La maja de la sonrisa, y debajo, Estudio en blanco, aparecidas en La Esfera

 

En 1934 debuta en la Exposición Nacional de Bellas Artes con un “Retrato”. La Voz de Cantabria recogía el hecho de la participación de cinco artistas montañeses en la Exposición Nacional, comentando que Ángeles Parra “ha enviado a la exposición un cuadro que resume sus características de pintora. Es un retrato. La factura, cuidada en luces, colores y dibujo hasta la exactitud. Pintura equilibrada en la que el dibujo no predomina sobre el color ni el color sobre el dibujo. Pintura… pintura… Observando sus lienzos se advierte cómo sus preocupaciones se concentran sobre las cuestiones de técnica… pinta honradamente… busca las dificultades de orden técnico… entre los cuadros de los notables, el cuadro de Ángeles Parra se mantiene dignamente. Lo cual, tratándose de un debutante en el certamen, puede considerarse como un estimable triunfo”.

En 1934 la artista vuelve a realizar una exposición de sus obras en el Ateneo de Santander, recogida por La Voz de Cantabria, que destaca “el finísimo colorido que entona maravillosamente con el carácter de la composición que… tiene un inconfundible y personalísimo sello que adquiere grandes vuelos en los retratos, de una jugosidad de expresión estimabilísima… el arte de esta artista que pinta por afición y sabe de técnica y de colorido, ha de alcanzar prontamente el puesto que entre los pintores de valía le corresponde por derecho propio”.

La exposición tuvo buena acogida de público, lo que motivó que se prorrogase ante el numeroso público visitante.

En 1935 entró a formar parte de la sección femenina del Ateneo de Santander, constituida en esas fechas, y que llevó a cabo distintas actividades y homenajes a personalidades femeninas de la época.

En 1943 pintó el “Retrato de Concha Espina”, donde plasmó a la escritora santanderina en su plenitud, obra que se conserva en el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Santander y Cantabria.

En 1945 participó en la Exposición Nacional de Bellas Artes.

En 1950 participó en la Exposición Nacional de Bellas Artes con el cuadro titulado “Retrato”.

Ese mismo año, el Boletín Oficial de la Provincia de Santander publicaba la aprobación de la propuesta de la Junta de Patronato del Museo Municipal de Pinturas, de la donación de un cuadro de Ángeles Parra de Lavín, con destino al Museo Municipal de Bellas Artes.

Retrato de Concha Espina 1943, óleo sobre lienzo MUSEO DE BELLAS ARTES, Santander

 

En 1954 participó en la Exposición Nacional de Bellas Artes con un “Autorretrato”.

En 1979 participó en la I Exposición de Pintoras y Escultoras de Cantabria celebrada en 1979, junto a su hermana Virginia y a otras artistas como Maria Blanchard, Carmen Gómez Raba, Maria Mazarrasa, Paloma Alvarez de Lara, Maria del Carmen Alvarez Lavín, Luz de Alvear, Pilar Berían, Teresa Blanco del Piñal, Texi Camus, Pilar Cossio, Maria Jesús Cueto Puente, Berta Fernández Abascal, Charo González, Rosita González Torre, Aurora Gutierrez Sosa, Angeles Herrero, Elena Illade López, Maria Angeles Labrador, Pilar Martínez «Pimaro», Josefina Millor Albisua, Maria Luisa B. Miñambres, Margarita Moro Ribalaygua, Cristina Muñiz,  Hortensia Pascual, Pepita Peña, Nana Piñeiro, Mercedes Rodriguez Elvira, Belen Saro, Raquel Sendino Gutierrez, Gema Soldevilla, Tinidad Sotos Bayarri, Carmen Van den Eynde, Zoa Veci Blanco.

Esta es la última noticia que se tiene de la artista, no habiendo podido averiguar la fecha de defunción.

Juventud, obra publicada en La Esfera

 

La artista tiene cuatro óleos en el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Santander y Cantabria: el titulado “Miedo”, “Retrato de Concha Espina”, “El río” y “Palmeras”.

En los ambientes artísticos madrileños corría una anécdota relativa a la artista: el pintor Fernando Calderón relata cómo su maestro, el pintor Barquera, profesor en la Academia Elorz de la calle Menéndez Pelayo, era un crítico ácido y mordaz, hacedor de rimas jocosas, como la que le dedicó a Ángeles Parra de Lavín:

Que la pinten con guitarra,

que la pinten con violín,

¡qué mal pinta Ángeles

Parra de Lavín!

Andalucía,  del XIV Salón de Otoño

Ángeles Parra de Lavín y la AEPE

Al XIV Salón de Otoño de 1934 concurrió con dos obras

6.- Capillo montañés, óleo 1,09 x 1,30

80.- Andalucía, óleo 1,46 x 1,30

 

 

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