Mª Blanca Mac-Mahon Ordoñana

Por Mª Dolores Barreda Pérez

LAS PRIMERAS ARTISTAS DE LA

ASOCIACION ESPAÑOLA DE PINTORES Y ESCULTORES

Desde su fundación en 1910, y después de haber tratado en anteriores números a las Socias Fundadoras de la entidad, y las participantes en el primer Salón de Otoño, vamos a ir recuperando de la memoria colectiva, el nombre de las primeras socias que vinieron a formar parte de la Asociación de Pintores y Escultores.

Mª BLANCA MAC-MAHON ORDOÑANA

 

MAC-MAHON ORDAÑANA, Mª Blanca        P   1885      LA HABANA       VALLADOLID

Mª Blanca Mac-Mahon Ordoñana se inscribió en nuestra entidad como “Pintora”. Socia de número, no podemos determinar exactamente su fecha de alta.

La artista, nació en París el 15 de agosto de 1926.

María Blanca en una imagen de su juventud

Contrastamos los datos con su encantadora hermana, Rosa Mac-Mahon, quien guarda de la artista un recuerdo de absoluta admiración, solo superado por el sentimiento de profundo afecto y cariño a quien tan unida estuvo en vida.

Era hija de Manuel Mac Mahon y Valarino, fallecido en Madrid en 1968, y de Ángela Prudencia Ordoñana Gordovil, fallecida en 1993, matrimonio que tuvo dos hijas: Rosa, pintora autodidacta de vocación más tardía, maestra y catequista y Mª Blanca, tres años mayor, pintora y restauradora que falleció sin descendencia.

En su infancia, la familia regresa a Madrid hasta que estalla la guerra civil, que gracias a la doble nacionalidad, pasan la madre y las hijas en París,  mientras su padre permanece en Madrid toda la contienda.

María Blanca a los dos años de edad

Desde su más tierna infancia destacó su inclinación por las bellas artes, e inspirada por su madre,  una mujer adelantada a su tiempo que vio en sus hijas cualidades artísticas, comenzó copiando con dibujos que fue perfeccionando gracias a sus indicaciones.

En París donde destacó también por sus dotes artísticas y ya de regreso a España, se matriculó en la Escuela de Artes y Oficios, cuando contaba tan solo con 14 años, y donde destacó rápidamente en las clases de dibujo.

De allí pasaría a la Academia de Bellas Artes de San Fernando.

Ángela Prudencia Ordoñana Gordovil y sus hijas María Blanca y Rosa

En un artículo sin datar publicado en la prensa bajo el título de “A las sobrinas de Apeles les espera una labor dura”, bajo el subtítulo de “Nosotras, las mujeres”, y firmado por Ángeles Villarta, se describe así a Blanca: …”Era una adolescente alta, delgada, muy bonita… Blanca tiene ojos profundos, soñadores y largas manos expresivas… de familia bilbaína, concluyó sus estudios en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, de Madrid… Blanca era alumna de la Escuela de Artes y Oficios, donde destacó en clase de dibujo. Tenía vocación de pintora, pero es tímida y posiblemente no se hubiera arriesgado a manifestar su deseo porque temía el fracaso. A sus padres les gustaban mucho los dibujos de Blanquita. Un profesor, el señor Bermejo, intervino afortunadamente. –Fue a visitar a mi madre y le dijo que yo no debía desaprovechar mis condiciones para la pintura. Que ingresara en San Fernando. Fue el día más feliz de mi vida. Pero comprendí que una cosa era querer ser alumna de la Escuela y otra distinta conseguirlo. Mamá me animaba mucho. Es bilbaína, y, por lo tanto, muy tenaz. Le encantó la idea de tener una hija pintora. Puede decirse que fue mi “manager”. Un “manager” maravilloso. No sería exagerado asegurar que entré en San Fernando por delegación-“… Blanca prefiere el óleo, la composición… Su pintura, cuajada de aciertos, fue favorablemente juzgada por los mejores críticos. No resultó la presentación prematura de una obra y consiguió un gran éxito. Hoy lo conseguiría mayor porque ha realizado grandes progresos artísticos… La pintura es un arte caro, y Blanca ha buscado una fórmula que le permita preparar sus trabajos para la próxima exposición sin resultar, en exceso, gravosa al presupuesto familiar… Blanca Mac Mahon se ha especializado en el arte de restaurar. Con un grupo de compañeros realizó tan delicada labor en el retablo de San Juan de los Reyes de Toledo. Estuvo también en El Escorial. Actualmente trabaja en el Palacio Real… -Me gusta, no siento la menor afición por la copia, pero la restauración me atrae. Encontrarte con un cuadro destrozado, casi destruido y, poco a poco, devolverle todo su valor… En muchas ocasiones es preciso rehacer partes absolutamente perdidas sin restar nada al conjunto, siguiendo rigurosamente las características del resto de la obra, el estilo del artista que lo creó. Es una ocupación que proporciona sentido de la responsabilidad. Te confían una obra de gran mérito que puedes estropear si te descuidas, si no estás alerta pendiente de tu trabajo… Además de los conocimientos generales a todo artista, un restaurador precisa conocimientos de elaboración y preparación de materiales y una gran precisión de pincel. En España se puede hacer una labor importantísima, puesto que la riqueza pictórica es muy grande. Hay muchos cuadros deteriorados que podrían salvarse, lo mismo que en los museos, en las pinacotecas, en tantas iglesias y conventos-“.

La joven artista modelando en la Escuela de San Fernando

De aquellos días de estudios y trabajo, de esfuerzos y aprendizaje, Blanca recordaría que en su promoción eran apenas una docena de mujeres como ella las que cursaban estudios, pero que la mayor parte de las jóvenes, abandonaron los mismos para contraer matrimonio.

Como además era bellísima, en la escuela sirvió de modelo para sus compañeros, que hicieron de su imagen infinidad de retratos y esculturas, ya que veían en ella el ideal de belleza que pretendían copiar.

Autorretrato a los 18 años

De 1943 a 1947 cursó estudios en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando. Allí fue donde conoció a su marido, compañero de estudios, con quien contrajo matrimonio, el también pintor Rafael Reyes Torrent, artista valenciano de merecida fama en los círculos culturales y artísticos de la capital que retrataba a la más alta sociedad de la época y miembro también de la Asociación Española de Pintores y Escultores.

Participó en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1940, en donde aparece registrada como “María Blanca Mac-Mahon y Ordañana, natural de París. Domiciliada en Madrid, calle Mercenado, 46. Alumna de la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando de Madrid”. A la misma presentó la obra inscrita con el número 431 y titulada “Orvieto” (óleo).

María Blanca pintando al aire libre

A lo largo de su vida, María Blanca compaginó su faceta de pintora con la de restauradora, lo que le permitió vivir siempre de su trabajo, que como nos confiesa su hermana, “necesitaba pintar para vivir”.

Participó en el XX Salón de Otoño de 1946 y según confesión aparecida en una revista de la época sin poder determinar, bajo el título de “Las 3 Marías en el Salón de Otoño”, firmado por Juan de Diego, “… -el cuadro que yo expongo es un retrato de mi padre. Lo hice este verano en quince días y pensando en el Salón de Otoño-. María Blanca tiene una mirada llena de ilusiones. Piensa casarse cuando ella y su novio hayan vendido muchos cuadros. Entonces pondrán un estudio precioso y vivirán para el Arte y por el Arte. A María Blanca le hubiese gustado ser autora de “El Cardenal”, de Rafael… y a la pregunta de si piensa ganar mucho dinero con la pintura contesta que –sí… por ambición-… María Blanca recibió el primer encargo cuando copiaba un cuadro en una galería de la Escuela de San Fernando. Era un embajador extranjero, y la copia le valió quinientas pesetas; lo que ella había pedido en su inocencia… -Soy muy deportista, pero no practico ningún deporte. De niña saltaba muy bien a la comba eso de “al cocherito leré”… y en París gané una copa de plata en el internado por saltos de altura y de longitud-. A la pregunta de si existe algo en la vida por lo que dejaría de pintar contesta enérgica: -¡No! ¡Nada existe en el mundo capaz de hacerme olvidar que soy pintora!… Usted no sabe lo que se disfruta pintando-”.

La artista, a la derecha, restaurando en la Escuela de San Fernando

En 1951 expuso en la Sala Macarrón de Madrid y en 1953 participó en el Homenaje a Vázquez Díaz que tuvo lugar en el Museo Nacional de Arte Contemporáneo, junto a artistas como Eva Aggerholm, Venancio Blanco, Pilar Calvo, Ángel Ferránt, Ramón Lapayese, Jorge de Oteyza, José Planes, Ricardo Baroja, José Beulas, Rafael Boti, Canogar, Ramón Casas, Javier Clavo, Cossío, Salvador Dalí, Díaz Caneja, Luis Feito, M. A. Ferránt, Menchu Gal, Gutiérrez Solana, Agustín Ibarrola, Francisco Iturrino, José Lapayese, Aurora Lezcano, Ricardo Macarrón, Martínez Novillo, Enrique Mélida, Benjamín Palencia, Darío Regoyos, Rafael Reyes Torrent, Rubio Camín, Vaquero Turcios, Cristino de Vera, …

Niña sentada, sanguina

En 1953 intervino en la Exposición de Pintores españoles contemporáneos en Viareggio (Italia).

Participó también en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1954, en donde aparece registrada como “María Blanca Mac-Mahon y Ordañana, natural de París. Domiciliada en Madrid, Fernández de los Ríos, 96. Alumna de la Escuela Central de Bellas Artes”. A la misma, concurrió con la obra inscrita con el número 294, titulada “Guisando (Gredos)”.

La artista el día de su boda con Rafael Reyes Torrent, quien también fuera miembro de la AEPE

En 1955 cursó estudios en la Academia Española de Roma, aprovechando el premio “Roma” que obtiene su marido, y coincidiendo allí con otros compañeros de la Escuela de San Fernando como Joaquín García Donaire y Francisco Echauz.

Durante su estancia en Roma, que duró más de tres años, eran frecuentes los viajes del matrimonio a capitales europeas como Austria, Alemania, Dinamarca, Holanda, Bélgica o Francia, en las que recogían la influencia de los artistas clásicos.

Plumilla con aguada

En 1957 la Accademia Mondiale degli Artisti e Professionisti de Roma otorga el título de Maestro Accademico honoris causa a Blanca Mac Mahon, en reconocimiento a su trabajo en el campo de la pintura.

En 1959 Blanca fue condecorada con la Medalla de Plata en el Concurso Internacional de Roma Olimpiónica.

Autorretrato con bastidor

En 1961 realizó una exposición junto a su marido en la Sala Libros de Zaragoza, donde María Blanca presentó unos retratos que “demuestran una gran soltura y dominio técnico, tanto con la espátula como con el pincel”.

Participó en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1962 con la obra inscrita con el número 60 titulada “Madrid”, Sala III. P.V. En el catálogo se especifica que era “natural de París, domiciliada en Madrid, Marcenado, 42. Alumna de la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando. Ha expuesto en Mostra dei pittori Espagnoli, residentes en Roma, Salones Macarrón. Tiene obras en la Diputación Provincial de Ciudad Real y en colecciones particulares en Italia, Francia, Dinamarca y España. Profesora de dibujo. Premio Corporaciones en la Nacional de Bellas Artes de 1960”.

De regreso a Madrid, el matrimonio se instala en un estudio en la calle Sánchez Pacheco, 61.

Un retrato rápido hecho por su marido, Rafael Reyes Torent

En los años 60 llevó a cabo distintas exposiciones, como la realizada en los Salones Macarrón de Madrid.

En 1965 presentó en la Galería de Arte Atril una serie de óleos, dibujos y acuarelas “suficientes para acreditarla de la mejor manera entre nosotros. Figuras concebidas con brío y amplitud varoniles y tratadas con un colorido armonioso y transparente que revela una alta calidad pictórica (Blanca se ha dedicado algún tiempo a la restauración de cuadros antiguos. Nada tan útil para profundizar en las técnicas). Confieso mi predilección por los dibujos a pluma, terminados a la aguada. Es en ellos donde la artista se manifiesta más espontánea, más “suya”, recogiendo en una Parente facilidad una larga experiencia. Todo vibra, todo vive en aquellos trazos delicadísimos, manejados con maestría insuperable”…dice al presentárnosla el Marqués de Lozoya”, según apareció en el ABC el 7 de enero en una breve reseña firmada por Juanvi.

La promoción de la artista en los estudios de restauración

María Blanca modelando

La artista sorprendida con los pinceles

En 1968 consiguió una Mención Honorífica por su dibujo titulado “Palamós”, en el III Premio de Pintura “Villa de Palamós”, que mereció una reseña en la revista Proa en la que se dice: “Dibujar, para Blanca Mac-Mahón, es algo extraordinariamente sencillo. Ella habla con la pluma, se expresa con los trazos con tanta seguridad y con tanta vehemencia, como lo era el hablar para García Sanchíz o lo es para Beulas, ese coloso, el pintar las estepas aragonesas. Sus retratos, que hace con la rapidez con que manos expertas realizan un encaje de bolillos o un bordado de filigrana, contrariamente a su condición de maestra mano femenina, tienen una fuerza varonil, son recios y expresivos, fieles y espontáneos. Viajera incansable, ha recorrido junto a su marido casi toda Europa, obteniendo premios resonantes, mereciendo en 1968 el ser nombrada miembro académico Honoris Causa de la «Academia Mondiale degli Artisti e Professionesti» de Italia. Su obra está representada en Museos y numerosas colecciones extranjeras y nacionales. Palamós supo aceptarla y admirarla. Esperamos que en un futuro próximo nos vuelva a honrar con una nueva muestra de su arte”.

Retrato de mi padre

Tras la muerte de su esposo en 1984, María Blanca continuó pintando y restaurando, dedicada a la que fue su gran pasión hasta pocos meses antes de su fallecimiento, que tuvo lugar el 16 de agosto de 2016, justo al día siguiente de cumplir los 90 años.

Retrato de mi hermana Rosa

Mujer inteligente, sanguina

Mª Blanca Mac-Mahon Ordañana y la AEPE

* Al XX Salón de Otoño de 1946 concurrió inscrita como Mac-Mahon (María Blanca), con el número de obra 118. Titulada “Retrato de mi padre” (óleo)

* En el XXII Salón de Otoño de 1948 se presentó como asociada, Mac-Mahon (María Blanca), e inscribió con el número 266 la obra titulada “Horizonte”.

Retrato de mi padre, con el que participó en el XX Salón de Otoño de 1946

La Anunciación, óleo

Plumilla del monumento al General Martínez Campos, en el Retiro

Iglesia de Madrid, plumilla

Puerta de Alcalá, plumilla

Niña sentada, sanguina

Bibliografía y webgrafía

https://ddd.uab.cat/pub/llibres/1960/191258/expnacbel_a1960.pdf

http://www.joyanco.com/EnciclopediaArbillas/arbillas/fam19362.html

https://ddd.uab.cat/pub/llibres/1954/191178/expnacbel_a1954.pdf

https://www.abc.es/archivo/periodicos/abc-madrid-19681101-101.html

https://www.myheritage.es/names/maria_ordo%C3%B1ana

https://ddd.uab.cat › pub › llibres › expnacbel_a1962

https://ddd.uab.cat › pub › llibres › expnacbel_a1960

http://ganatiempos.blogspot.com/2019/09/las-ovejas-perdidas-de-hoy.html

http://tietarteve.com/exposicion-san-pedro-de-alcantara-y-su-santuario-en-oropesa/

https://ganatiempos.blogspot.com/2016/08/requien-para-un-ser-querido.html?zx=f0b4eb00aa67f16e

“Tradición y modernidad: Arte en Zaragoza en la década de los años cincuenta”, Mª Isabel Sepúlveda Sauras, Zaragoza: Prensas Universitarias de Zaragoza, 2005.

Revista Proa de Palamós, Nº 38, julio y agosto de 1968

“Instituciones artísticas del franquismo

ABC 07/01/1965   08/09/1968   12/10/1984   06/10/1956   30/09/1961

¡Hola!  10/4/1965

El Diario de Ávila   25/7/2011  20/9/2012

Archivo Histórico “Bernardino de Pantorba” de la Asociación Española de Pintores y Escultores

www.gacetadebellasartes.es

www.salondeotoño.es

Archivo familiar de Dña. Rosa Mac Mahon, a quien desde estas líneas deseo agradecer su colaboración y esfuerzo por rescatar del olvido la figura artística de su hermana María Blanca

Aurora Lezcano y de Saracho

Por Mª Dolores Barreda Pérez

LAS PRIMERAS ARTISTAS DE LA

ASOCIACION ESPAÑOLA DE PINTORES Y ESCULTORES

Desde su fundación en 1910, y después de haber tratado en anteriores números a las Socias Fundadoras de la entidad, y las participantes en el primer Salón de Otoño, vamos a ir recuperando de la memoria colectiva, el nombre de las primeras socias que vinieron a formar parte de la Asociación de Pintores y Escultores..

AURORA LEZCANO Y DE SARACHO

MARQUESA DE O’REILLY

LEZCANO Y DE SARACHO, Aurora    P  1942  11.jun.1912  MADRID  MADRID  Marquesa de O’Reilly

Aurora Lezcano de Saracho se inscribió en nuestra entidad como “Pintora”. Socia de número nacida en Madrid, el 11 de junio de 1912, con domicilio en la calle Sacramento, 5. Así aparece en la ficha de la entidad, además de en otros escritos, documentos y portales online.

Sin embargo, sabemos ahora que la pintora, periodista, conferenciante, ensayista, columnista, guionista de cine e investigadora histórica, nació en Madrid, el 6 de junio de 1914, pese a que en otro tipo de diccionarios se cite como fecha de nacimiento el 9 de junio de 1914.

Aurora Lezcano en 1942

Aurora era hija del célebre pintor Carlos Lezcano, discípulo destacado del paisajista Carlos de Haes y de Joaquín Sorolla, quien fuera Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, y de Aurora Saracho Spínola, a quien todos conocían por “su bondad y la afabilidad de su trato exquisito”.

La familia Lezcano vivía en el palacete de la Calle Sacramento, hoy conocido como edificio O’Reilly.

Pese a que Carlos Lezcano estudió para abogado en el cercano Instituto de San Isidro, su pasión por el dibujo y la pintura le llevaron a realizar infinidad de apuntes con los que fue preparando sus estudios artísticos.

Retrato de Carlos Lezcano, por Joaquín Sorolla

En 1900, cuando Sorolla llega a Madrid y monta estudio y casa, Carlos Lezcano asiste a su taller, y le acompañará en alguno de sus viajes a Valencia. Lezcano viajó por Galicia y el País Vasco, conociendo en una finca de Galicia a una joven de Bilbao, llamada Aurora Saracho Spínola, con quien se casó, trasladándose el matrimonio a vivir a Madrid, dedicándose a los negocios y a su familia.

Además de con Sorolla, Carlos hizo amistad con multitud de artistas, especialmente con Eugenio Hermoso y Anselmo Miguel Nieto, ambos también socios de número de la Asociación Española de Pintores y Escultores.

En un ambiente familiar propicio a las artes, creció Aurora, que tuvo por primer maestro a su padre, que bien pronto distinguió las dotes artísticas de su hija.

El fallecimiento del hijo varón y hermano de Aurora, sumió a su padre en una nostalgia enfermiza que sólo la pintura logró mitigar en parte, dedicándose el matrimonio a viajar y a pintar la que sería su gran pasión: los castillos de España.

Una pasión que le llevó a exponer sus castillos españoles en las Galerías Georges Petit  y Galería Hantcourt, ambas de París, valiéndole que el gobierno francés adquiriera alguna de sus obras para el Museo de Jeu de Paume. Allí residió durante algún tiempo, logrando ser conocido como “el pintor de la España heróica” por los franceses. En 1927 expuso en Boston, vendiendo toda la colección de una sola vez.

Según confesaba la propia artista, “Mi padre, el pintor Carlos Lezcano, me enseñó desde niña a amar el arte y todo lo bello, especialmente la pintura. Mi padre era apasionado de Goya y de el Greco, yo heredé esta admiración, principalmente por Goya, maestro de la caracterización, porque al especializarme yo en el retrato, Goya me atrae por su estudio psicológico del modelo y por su técnica maravillosa”.

Además de a Goya, Aurora admiraba profundamente a Sorolla, a quien reconoce como maestro de su padre y genio impresionista, luminoso, colorista, lleno de pasión, seguridad y vibración.

Aurora, que vivía en la mansión familiar de la calle Sacramento de Madrid, acompañó a sus padres por algunos viajes y compartió su pasión por el dibujo y el arte.

Portada del libro en el que colaboró

Su primer y mejor maestro fue su padre, pero desde muy niña Aurora tuvo además otros destacados profesores como el propio Sorolla y Álvarez de Sotomayor, ambos serían Presidentes de la Asociación Española de Pintores y Escultores.

Su primera exposición colectiva tuvo lugar en Madrid, en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1934, a la que concurrió con una de sus primeras obras.

En 1936 se casó con Darío Valcárcel y Kholy, Marqués de O’Reilly, abogado, académico de la Academia de Jurisprudencia y Legislación, medalla de la Campaña, nacido el 31 de marzo de 1906 en Madrid. Con vocación literaria, desde muy joven colaboró en numerosos periódicos y revistas españoles y americanos como ABC, El Diario Vasco, La Nación de Buenos Aires y El Diario de la Marina de La Habana. Era autor, además, de tres novelas y dos comedias, por lo que compartía con Aurora inquietudes y experiencias artísticas, que desde el primer momento se mostraron muy fructíferas.

De la unión nacieron tres hijos: Aurora, Isabel Clara Eugenia y Darío Valcárcel Lezcano.

Aurora Lezcano junto a sus tres hijos

El matrimonio se trasladó a vivir a la calle Alarcón esquina con Maura, junto al Museo del Prado, que tantas veces visitaría Aurora y posteriormente quedaría como estudio de trabajo, muy cerca del estudio de Álvarez de Sotomayor, quien como hemos dicho, fuera su maestro.

Durante la Guerra Civil, Aurora fue corresponsal de ABC, ya que desde muy joven, alternó la actividad de la pintura con el periodismo: crónicas, artículos, entrevistas, reportajes, y con las actividades culturales y una intensa vida social. Además, colaboró con José María Pemán y con Ángel María de Lera en el libro “Papeles sobre los novios y el noviazgo”.

Su primera exposición individual tuvo lugar en noviembre de 1941 en Barcelona.

Concurrió además a la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1941, de la que el crítico Manuel Abril destacó ya en su momento  …“autora afortunada con buen retrato…” y cuyo “Retrato de Enrique de Carlos” fue definido por otros medios como “realizado con pincelada rápida, segura y expresiva”.

En la I Exposición Nacional de Educación y Descanso de 1941 obtuvo la Medalla de Plata, que conllevaba como premio un viaje de estudios por Alemania e Italia.

En 1941 expuso en Barcelona una valiosa colección de lienzos de su padre, acompañando los mismos con 17 telas propias bajo el título de “Estudios de figura”, mereciendo ya entonces elogios por considerarlas la crítica “…aciertos donde apunta la personalidad de su autora, artista a la que, sin duda, esperan jornadas de positivo éxito”…

En 1944 Aurora y su marido se trasladan a vivir al palacete de la Calle Sacramento donde vivía de niña junto a sus padres, y que a partir de ese momento se conocerá como Palacio O’Reilly. Con 5 balcones a la Calle Sacramento, el estudio, dormitorio y otras piezas de la casa daban a la calle del Rollo, donde según confesaba Aurora, “quisiera morir”.

Aurora Lezcano en su casa de la calle Sacramento

En enero de 1944 expuso en el Salón Cano de Madrid, destacando la prensa del momento que “la Marquesa de O’Reilly es un temperamento artístico descubierto en la primera Exposición Nacional de Arte de Educación y Descanso, donde consiguió uno de los primeros premios. Desde entonces, corto espacio de un par de años, la inquieta artista viene realizando ampulosa obra que se traduce en que en todos los comicios nacionales y colectivos, veamos algún óleo prometedor de la misma… En esta exposición individual presenta 25 lienzos, casi todos ellos retratos… obsesión permanente de su arte… en este sentido tiene su mérito la obra de Lezcano al enfrentarse con el mismo con esa valentía temperamental que lo hace”…

Aurora Lezcano pintando en su estudio

Una interviú publicada en el ABC en febrero de 1944, titulada “Los retratos de Aurora Lezcano” y firmada por el periodista J.S., explica que  …”visitamos su estudio situado en la calle Alarcón… allí vimos los últimos retratos que pinta: el del obispo auxiliar de Madrid-Alcalá, Dr. Morcillo, un lienzo de Figuras de la Pasión para el concurso de los Amigos del Arte y el balbuceo ya definido de José Francés, difuminado su aire académico, en la castiza capa que apenas deja ver el libro casi cerrado…. No sé si la pintora que hay en Aurora se formó en Italia al calor de un turismo artístico….transformado después en pasión artística… Hay antes otra influencia decisiva: la de Carlos Lezcano, su padre… con estos antecedentes, fácil es ver la obra actual… No se improvisa el genio, aunque sea consustancial a la corporeidad física. Se es o no se es, pero hace falta demostrarlo. Y a este punto preciso sólo llegan no los que pueden, sino los que pueden y quieren. De ahí el triunfo de Aurora Lezcano, pintora por educación y vocación, que capta en sus retratos los más recónditos matices del modelo. Hasta hoy la Marquesa de O’Reilly sólo se nos ha mostrado artista consumada en la técnica del retrato. Pero día llegará –y eso nos lo ha dicho sin preguntárselo- en que peregrine con sus bártulos de pintar por la misma ruta que un día su padre, recorriera, captando para la posterioridad de sus lienzos, las mismas piedras venerables”.

En 1944 participó también en la IV Exposición Nacional de Educación y Descanso y en julio, en la exposición que la Sección Femenina de F.E.T. y de las J.O.N.S. realizó en San Lorenzo de El Escorial, en la que se presentaron sólo artistas femeninas como Julia Minguillón, Rosario de Velasco, Marisa Roesset, María del Carmen Álvarez de Sotomoyor, Emilia Legarde, María Teresa Perinat, Marta Valenzuela y otras….

En 1948 expuso en Madrid una muestra de sus cuadros que fue muy bien acogida por la crítica y el público, contando en su inauguración con la asistencia del Marqués de Lozoya, Director General de Bellas Artes, de Eugenio D’Ors, Joaquín Calvo Sotelo y otras ilustres personalidades del mundo de las bellas artes muy vinculadas a la Asociación Española de Pintores y Escultores.

Aurora Lezcano junto al Infante D. Luis Alfonso de Baviera y Borbón y el Director General de Bellas Artes en una exposición en su domicilio

En 1948 comenzó a exponer sus obras en su propia casa, a cuyo acto de presentación acudían todo tipo de personalidades de la vida política y cultural madrileña, como Agustín de Foxá o José Francés, quien fuera Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, ambos grandes amigos de la artista.

Así, en los salones de su palacete, comenzó a llevar al uso una tertulia frecuentada por la intelectualidad de la época, a la que acudían aristócratas, librepensadores, artistas, como el Marqués de Santoflor, Agustín de Foxá, Ortega y Gasset, Gregorio Marañón, José María Pemán, Luis María Ansón, Camilo José Cela, José Francés, Eugenio D’Ors, Torcuato Luca de Tena, Luis Rosales, Julio Caro Baroja, Pedro Sainz Rodríguez, Rafael Alberti, Sánchez Mazas, Cunqueiro, José Plá … una verdadera Academia en la que los espíritus ilustrados mantenían la tradición de los salones literarios.

Banquete ofrecido en honor de Aurora Lezcano al recibir el Lazo de Dama de Isabel La Católica

Su hospitalaria amistad era legendaria, presidiendo reuniones en salones adornados con exquisito detalle en donde lo mejor era el ambiente que sabía crear entre los tertulianos y el respetuoso silencio que lograba para las opiniones expuestas por cada cual. En esos años, el clima de tolerancia y libertad que allí se disfrutaba era un eslabón de futuro civilizado en una atmósfera exterior cargada de problemas. En palabras de Gonzalo Fernández de la Mora “Aurora presidía con su aire bonachón y risueño aquellos conciliábulos por los que desfilaron personalidades destacadas de la vida nacional que disertaban en un ámbito de respeto, aunque sus puntos de vista no fuera acogidos con unanimidad. El colofón era un suntuoso refrigerio en que los postres predominaban en versiones admirables que ella misma supervisaba “para endulzar las discrepancias” solía repetir al término de las sesiones. El ocio veraniego lo disfrutaba en Fuenterrabía en un piso que se asomaba a la ría y a la marisma de Chingudi. Allí pintaba los paisajes fronterizos que le enamoraban. Aurora hacía de la amistad un culto”.

A partir de entonces, la exposición de obras en su casa en exposiciones anuales fue una característica en su forma de presentar a la crítica su trabajo, que alternó con contadas exposiciones en salas y galerías, como las que hacía en la Abril de Madrid.

Participó en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1952.

Aurora Lezcano en su estudio, retratando a José Francés, quien fuera Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores

En 1965 recibió el Lazo de Dama de Isabel La Católica, concedido por el Jefe del Estado a través del Ministerio de Asuntos Exteriores, debido a sus trabajos de documentación histórica y pictórica sobre el primer Conde de O’Reilly

En 1966 realizó una gran exposición en la Galería Afrodisio Aguado, que confirmó la calidad de su pintura, estimada por quienes la conocían, pero no del público, ya que Aurora no prodigaba sus exposiciones. El hecho lo recogió el diario ABC, que destacaba …”algunos retratos, excelentes de factura y entrañablemente testimoniales, como los de Marañón, Vaquero y García Viñolas…. Lo más significativo de esta exposición son los cuadros madrileños, ese Madrid carreriano, que Aurora ha sabido interpretar como muy pocos”…

La artista en una fotografía de 1981

En 1975 realizó una exposición en la Galería Abril, reseñando la revista Bellas Artes de marzo de ese mismo año “Aurora, con su inquietud a cuestas manifiesta en tantas actividades, periodismo, literatura, plástica…. Posee un estilo marcado por esa inquieta observación de las cosas reales. Las apreciaciones, las contemplaciones de la realidad, marcan una emoción en la artista, que luego transforma en obra de arte. Su estilo es personal, influido por el impresionismo, muy suelto de línea y captador de ambientes y entornos.

Ese mismo año, la Estafeta Literaria recoge la noticia del ingreso de Aurora en la Sociedad Vascongada de Amigos del País.

En diciembre de 1969 expuso algunas de sus obras en el Centro Cubano de Madrid, como recogió el ABC en un texto que decía …”Aurora Lezcano, en cuya pintura podemos reencontrar el ya disperso espíritu de Madrid… cuyo único defecto consiste en no exponer todas las veces que debiera, y debiera exponer muchas, ha salido de su retiro y nos ofrece cinco cuadros deliciosos, de tema madrileño unos, y otros en los que varía con gran sensibilidad sobre el eterno tema de Venecia y Roma”.  Con Aurora exponen también Aniel, Emilio Sánchez, Hipólito Hidalgo de Caviedes, Jorge Mustelier, Prieto Nespereira y Ramón Estalella.

Una imagen tomada en la inauguración de la exposición en el Salón Cano en 1944

En 1974 presentó su primera obra literaria “Madrid, sus cosas y sus gentes y…” en la librería Abril, teniendo como introductor del acto al académico Camilo José Cela. Recibió magníficas críticas del mismo, como la aparecida en el ABC en el mes de febrero, escrita por Pedro Rocamora, en la que asegura que …”Sólo los escritores que han pasado del mundo de la pintura al de las letras son capaces de obtener este difícil contraste de matices, de luces y de sombras, de primeros planos y de esfumadas lejanías, en su obra escrita. Tal es el caso de esta fina madrileña que –a compás de una profunda vocación estética- trasfunde a sus páginas la delicadeza de su espíritu”.

En marzo de 1975 vuelve a la Sala Abril con 36 obras que introdujo en el catálogo José María de Areilza, en donde declaraba: “Si el arte de pintar consiste en la contemplación y en la recreación de lo visto a través del filtro personal de la mente o de la sensibilidad o de ambas a la vez, entonces hay que reconocer en Aurora Lezcano unos dones excepcionales de artista pintora. Sus lienzos demuestran que sabe mirar como nadie y adivinar la quintaesencia que late en el sentido profundo de las cosas. Y que interroga la psicología de los retratados con una certera intuición femenina que palpa el trasfondo de sus personajes en una exhaustiva auscultación pictórica. Pero luego elabora tales datos en esa misteriosa computadora biológica que es el cerebro y refleja en pinceladas certeras, sobrias, austeras lo que ella ha interpretado del tema propuesto: retrato, paisaje o naturaleza muerta… en la pintura de Aurora Lezcano ese entorno vital no podía falta y tiene su asiento en la tierra vasca… Aurora forma parte de esa admirable cohorte de espíritus sensibles que manejan el pincel con el fluido telúrico que entra por los ojos y sale por las manos. El terruño en el que Aurora trabaja y vive durante buena parte del año es la ribera del Bidasoa, en el paraje que el río ha cambiado de sexo y se ha vuelto mujer… allí sueña la pintora ante los desnudo lienzos que ya se hallan grávidos de los ambientes de Fuenterrabía, confín vascongado de España. Saludamos con alborozo la nueva exposición de Aurora Lezcano, en la que continúa un ilustre apellido de relevante significado en la historia de la pintura española de la Edad Contemporánea”.

Imagen de la inauguración de su exposición de 1948

En El País, en junio de 1977 se reseña que el libro “Madrid, sus cosas y sus gentes”, convertido ya en un clásico, ha batido una de las marcas de venta en la última Feria del Libro madrileña. Las 260 páginas del pequeño tratado matritense recogen, entre otros temas, los últimos atentados sufridos por el casco austríaco de la ciudad, a cuenta de la piqueta y la especulación. Desde la desaparición del circo Price hasta el derribo del convento de las Bernardas, en la calle más antigua de la pequeña zona medieval.

En 1979 expuso nuevamente en la Sala Abril “imágenes y composiciones reales y plenas de misterio”, bajo una introducción de Antonio Manuel Campoy, quien destacó el …”canto plástico a Madrid cuyos rincones más sugestivos conoce la pintora como nadie” y que resultó ser todo un éxito, tal y como recogía el diario ABC.

En 1979 falleció su marido, trasladando por esa época, su domicilio a la próxima Calle Mayor, 80, 2º piso, puesto que el Madrid de los Austrias era el espacio en el que se encontraba verdaderamente a gusto.

Portada de su libro que incluye una de sus ilustraciones

En 1981, fiel a la Sala Abril de Madrid, expone sus últimas obras, hecho que recoge el ABC de mayo, bajo el título de “Aurora Lezcano: una escritora que pinta:  “Así define a la marquesa viuda de  O’Reilly Gregorio Marañón Moya, que presenta el último catálogo de Aurora, cuya exposición se inaugura el martes 19 de mayo en la Sala Abril. Una escritora que pinta y una pintora que escribe desde hace cuarenta años, cuyos libros y cuyos cuadros son piezas del mismo “puzzle” vital, frangmentos de figuras y paisajes de experiencias y recuerdos, que saltan de Castilla a las Vascongadas, de Madrid a Fuenterrabía, sin romper el hilo del color, aunque matizándolo de un sitio a otro y sin que la palabra pierda su estilo. En esta ocasión Aurora presenta una muestra singular, en cuanto a más de sus estampas madrileñas y cantábricas, la pintora estrena seis retratos y una breve antología de autorretratos de 1935 a 1975. …. Habitual de los Jardines de El Retiro, del Madrid de los Austrias (su barrio), del mar encrespado….lo que ahora nos ofrece no son grandes lienzos para las Nacionales, los Salones de Otoño o los de Bellas Artes…. Sino una exposición intimista, en la que sobreabunda el pequeño formato, la instantánea plástica de un lugar y una hora. Y la mirada despierta y joven que nos contempla, década a década, desde media docena de autoanálisis al óleo, en los que el tiempo quedó detenido provisionalmente y que es, hoy, la biografía en imágenes de Aurora Lezcano”.

Tras una larga enfermedad, el 22 de agosto de 1987, Aurora falleció en Madrid.

Catálogo de su exposición de 1979 en la Sala Abril

A lo largo de su vida promovió muchas iniciativas culturales: desde la defensa de los cementerios románticos emprendida por Eugenio d’Ors y Agustín de Foxá, hasta la protección de edificios históricos amenazados por la especulación o la incuria en el Madrid de los Austrias. Impulsó premios literarios, ediciones, concursos y exposiciones que añadieron vitalidad a la vida intelectual de los años transcurridos entre el final de la guerra civil y la restauración de 1975.

Sus trabajos de documentación histórica y pictórica sobre el primer Conde de O’Reilly le valieron la concesión de la Orden de Isabel la Católica y un lugar de honor en la Sociedad Vascongada de Amigos del País.  El general hispano-irlandés Alejandro O’Reilly, gobernador de Luisiana en 1770, mantuvo bajo jurisdicción española en el reinado de Carlos III territorios norteamericanos de extensión superior al actual territorio españoles, desde Texas hasta Florida. Aurora investigó y contribuyó a restablecer en su verídica versión algunas páginas de esta etapa española de Norteamérica.

De ella dijeron:

…”Era una gran dama vasca de linaje y talante, y madrileña entusiasta de la mejor escuela. Había heredado de su padre, un refinado gusto artístico y un notable talento pictórico que acaso por modestia no quiso desarrollar por entero…. En los salones de Aurora, en la calle Sacramento, en la que presidía reuniones con selecta y sustanciosa concurrencia, adornados con exquisito detalle, muebles de época, tapices y cuadros, vitrinas y miniaturas, alfombras y lámparas espectaculares…. Aurora hacía de la amistad un culto. Sus amigos lo eran para siempre y en cualquier circunstancia”… José María de Areilza.

….”se nos ha ido. Ella, que era un volcán de noble y alegre vitalidad… pintaba con pasión muchas horas diarias. Buenos paisajes y acertados retratos… escritora inteligente y sagaz… adoraba Madrid”… Gregorio Marañón Moya.

…“pintora impresionista de ardiente paleta y pincel ligero, enraizada en la noble tradición magistral de su padre… enamorada de la belleza en el mueble, la porcelana, el tapiz, el bronce, el libro y las gentes… era impulsiva, apasionada y creadora”… Gonzalo Fernández de la Mora.

Su sólida formación profesional se esconde tras una especial sensibilidad plástica y se polariza en tres aspectos fundamentales: los tipos y paisajes vascongados, los rincones del viejo Madrid y los retratos (modelos de penetración psicológica).

Retrato del guitarrista Pedro Moreno

El catálogo del XVI Salón de Otoño reproducía tres retratos de la artista

Aurora Lezcano y la AEPE

A la Exposición de Bellas Artes correspondiente al 14 Salón de Otoño de 1935, concurrió Aurora inscrita como “Lercano Saracho (Dª Aurora), natural de Madrid. Vive en Alarcón, 7. Como vemos, un error con el apellido que sólo afectó a la relación final de expositores, puesto que en la ficha técnica de las obras, el apellido aparecía correctamente, y a la misma presentó dos obras:

86.- “Estudio de marinero” (óleo), 0,96 x 0,77

90.- “Estudio de gitana” (óleo), 0,93 x 0,77

A este certamen también concurrió su padre con la obra :

97.- “El acueducto de Segovia (impresión de otoño)” (óleo), 0,91 x 1,02

Al XVI Salón de Otoño de 1942 concurrió inscrita como Lezcano (Aurora), Marquesa de O’Reilly:

10.- “Retrato de Marianita Garrigues y L. de Chicheri” (óleo)

12.- “Retrato de Luis Joaquín Garrigues y L. de Chicheri” (óleo)

28.- “Retrato de la Marquesa de Bosch de Arés” (óleo)

Al XIX Salón de Otoño de 1945 presentó tres obras:

7.- “Bodegón” (óleo)

14.- “Marina”

284.- “El hombre del vaso de vino” (óleo)

Al XX Salón de Otoño de 1946 concurrió con la obra:

119.- “Torre de Comares” (óleo)

Retrato

Retratos del Conde de Foxá y de un niño aparecidos en la revista Medina

Retrato del niño Enrique de Carlos

Retrato de Eugenio D’Ors

Retrato de Agustín de Foxá

Felicitación manuscrita a Luis Rosales

Felicitación de Navidad de la artista

En el transcurso de una cena junto al Alcalde de Madrid y a Camilo José Cela

El Palacio O’Reilly

Situado en la calle del Sacramento, en pleno casco histórico de la Villa de Madrid, dentro del primitivo trazado medieval de la ciudad y del llamado Madrid de los Austrias.

Vista actual del Palacio O’Reilly

En 1725 se encargó a Pedro Hernández la construcción de un edificio anejo al Convento de las Bernardas del Santísimo Sacramento, destinado a casas del convento y del que asoma y aún puede visitarse, el que en su día fue huerto de las monjas y a la calle del Rollo.

En 1830 la familia Uceda vendió el edificio a la familia Lezcano, que fue pasando de generación en generación durante más de un siglo.

En 1913 parte del edificio fue utilizado como Museo Nacional de Artes Industriales, pero además de albergar el Museo, también estuvo instalada allí la Comisaría Regia de Turismo y en la planta baja, desde 1920 a 1923, la redacción del periódico La Libertad.

El portal en la época en que vivía allí Aurora Lezcano

Después de la Guerra Civil, se instaló en el edificio la Organización Nacional de Ciegos.

El pintor Carlos Lezcano vivía allí junto a su familia, pese a estar residiendo en la capital francesa largas temporadas y realizar continuos viajes, siendo sus hijos quienes habitaban la casa.

En 1929 el pintor falleció en el palacete, y no fue hasta 1944 en que su hija Aurora y su familia, se trasladaron a vivir al palacete, que desde ese momento se conoció como Palacio O’Reilly.

Después de la guerra civil también se le empezó a conocer como la “casa de las gabardinas” por hallarse instalados en una parte del palacio los talleres de la Fábrica de gabardinas Valls y Viña.

El Convento de las Bernardas sufrió importantes daños durante la guerra civil y tras diversas vicisitudes, finalmente a mediados de los años 70 se derribó la mayor parte de sus dependencias.

En los años cincuenta los marqueses venden el edificio a la Inmobiliaria Hispania que alquila una parte del edificio como viviendas. Con el tiempo el edificio se va deteriorando y comienza el abandono de las viviendas.

En 1978 fue adquirido por el Ayuntamiento que, tras restaurarlo bajo la supervisión del arquitecto Joaquín Roldán Pascual en 1982, lo destinó al área de Hacienda y Economía, manteniendo sólo las fachadas tras adaptar el inmueble al nuevo uso y sufrir distintas restauraciones que lo han ido adaptando a las nuevas necesidades del mismo uso.

Estudio del pintor Carlos Lezcano en el Palacete de Sacramento, 3

En la fachada del restaurado edificio se colocó una lápida el día 11 de abril de 1983 -fecha de inauguración de las obras de rehabilitación- que perpetuó el homenaje del Ayuntamiento de Madrid, con un medallón en bronce con su busto en altorrelieve, que preside la siguiente dedicatoria: «Esta casa fue hogar y estudio del pintor madrileño CARLOS LEZCANO (1870-1929). En su peregrinar por los caminos olvidados de España llevó al lienzo el hondo silencio de sus ruinas, desvelando la emoción dormida de sus pueblos y paisajes.» El Ayuntamiento de Madrid en el LI V aniversario de su muerte.

Ese mismo día fue inaugurada en el vestíbulo principal del edificio una Exposición conmemorativa del artista, montada con la colaboración del Servicio de Exposiciones del Museo Municipal, que reunió una serie de lienzos representativos de sus fases creativas más señaladas. Junto a dos óleos propiedad del Ayuntamiento de Madrid, se colgaron veintidós más, pertenecientes a las colecciones privadas de la Marquesa de O’Reilly y de su hija, Aurora Valcárcel, quien buscó la iconografía más ilustrativa de su abuelo.

Placa conmemorativa en la fachada del Palacio O’Reilly de la Calle Sacramento de Madrid

Webgrafía y bibliografía

Madrid, sus cosas, sus gentes y … Aurora Lezcano. Editorial: Prensa Española, Madrid, 1976

Revista Hidalguía número 165. Año 1981

https://books.google.es/books?id=PpU3e2ydsN0C&pg=PA244&lpg=PA244&dq=Aurora+LEZCANO+Y+DE+SARACHO&source=bl&ots=RNRLUynt4b&sig=ACfU3U2LzVk5Vr0ieeDKxOU4eejOB-2j2g&hl=es&sa=X&ved=2ahUKEwjr8p_UhMDpAhW6C2MBHboFCcs4ChDoATAAegQIChAB#v=onepage&q=Aurora%20LEZCANO%20Y%20DE%20SARACHO&f=false

Insituciones artísticas del franquismo: las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes: (1941-1968), Lola Caparrós Masegosa. Prensas de la Universidad de Zaragoza, 2019

http://royalisticism.blogspot.com/2018_08_25_archive.html

https://www.galiciadigital.com/opinion/opinion.18713.php

Beerman, Eric (1981). «Un bosquejo biográfico y genealógico del general Alejandro O’Reilly». Revista Hidalguía (Madrid) (165): 225-244. ISSN 0018-1285.

Campoy, A. M. (10 de mayo de 1966). «Arte y artistas. Crítica de exposiciones. Salones, salas y galerías»ABC (Madrid): 15-17. ISSN 1136-0143.

https://research.frick.org/spanish/detail/3073

http://aunamendi.eusko-ikaskuntza.eus/es/lezcano-y-de-saracho-aurora/ar-81072/

Las Provincias: diario de Valencia 22/06/1934

Hoja Oficial del Lunes 7/07/1941 27/10/1941  10/12/1945  26/04/1948  10/04/1950 9/06/1969  25/10/1971 29/11/1971  31/12/1973 03/03/1975  07/05/1979   17/07/1995 

Diario de Burgos 11/10/1942

Hoja Oficial de la provincia de Barcelona 12/10/1942

Imperio: Diario de Zamora 14/01/1944 16/07/1944  30/07/1944

Bellas Artes 03/1975  01/1977

La Estafeta Literaria 15/01/1974  15/03/1975 15/07/1975 01/08/1975

El Libro Español: revista mensual del Instituto Nacional del Libro Español, julio de 1975, diciembre 1975

Medina  7/12/1941 24/5/1942  08/11/1942  09/01/1944   10/06/1945

Cambio 16. 20/5/1979

El País 22/5/1981

La Tribuna de Toledo. 11/2/2017

Y  1/1/1942

Revista Villa de Madrid

El País  24/06/1977

ABC Sevilla  05/07/1959  25/08/1987

Blanco y Negro 26/01/1974 2/3/1974  05/06/1965 

ABC  5/6/1936  23/05/1976  12/12/1969   17/05/1981  12/03/1975  22/2/1974  20/05/1979  21/06/1977   24/08/1987 05/12/1969  22/02/1974  01/12/1976  30/06/1973 15/03/1975  15/03/1975 23/05/1976  24/08/1987  25/08/1987  06/05/1973  13/05/1979 07/05/1972  29/12/1973  04/06/1981  09/06/1981 09/12/1979  19/03/1978 01/06/1969  21/09/1969  02/09/1973  31/08/1969  09/11/1969  27/04/1969  29/05/01977  27/01/01974  23/06/1974  18/05/1969  25/07/1981   5/1/1969  26/1/69  12/2/77  2/2/1969  12/1/1969  21/12/69, 10/8/69, 14/3/78, 1/6/69, 3/7/77, 4/5/69, 26/8/73, 16/9/73, 26/11/77, 2/4/78, 25/1/70, 2/11/69, 24/8/69, 13/4/69, 15/4/78, 12/5/74, 21/7/74, 14/6/70, 29/4/78, 22/2/70, 1, 8/10/70, 7/4/79, 29/12/73, 9/5/79, 28/2/75, 3/8/75, 22/2/76, 9/1/72, 14/3/81, 5/3/72, 2/4/72, 13/2/72, 27/5/79, 25/6/72, 21/5/72, 3/8/69, 3/2/74, 29/3/70, 20/1/74, 19/1/74, 26/7/78, 5/4/70, 1/3/70, 11/5/78, 9/3/69, 12/4/70, 22/4/78, 20/5/79, 3/9/72, 14/1/73, 20/8/72, 30/7/72, 22/5/81, 5/1/75, 17/3/50, 3/10/64, 3/12/69, 11/1/79, 10/12/58, 19/1/67, 24/6/75, 1/12/77, 14/12/79, 9/7/67, 4/12/80, 22/5/79, 27/8/87, 23/11/76, 11/4/76, 15/2/76, 22/2/76, 31/5/79, 27/6/76, 7/3/76, 23/5/76, 4/4/76, 22/5/71, 2/9/77, 24/8/77, 5/7/87, 1/2/70, 26/7/78, 31/8/77, 15/2/70, 22/1/74, 9/9/78, 11/6/78, 1/3/70, 10/9/78, 16/8/78, 2/8/78, 21/4/87, 12/8/78, 11/8/78, 21/4/87, 12/8/78, 3/10/76, 10/10/76, 26/5/79, 28/6/64, 3/8/68, 11/7/76, 27/1/77, 2/2/77, 29/8/87  20/4/1975  27/12/1973  20/7/1969  6/4/1969  13/7/1975  16/11/1973  21/4/1974  16/2/1969  26/1/1977  14/6/1978  30/1/1977

Archivo Histórico “Bernardino de Pantorba” de la Asociación Española de Pintores y Escultores

www.gacetadebellasartes.es

www.salondeotoño.es

Dolores Gómez Gil

Por Mª Dolores Barreda Pérez

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LAS PRIMERAS ARTISTAS DE LA

ASOCIACION ESPAÑOLA DE PINTORES Y ESCULTORES

Desde su fundación en 1910, y después de haber tratado en anteriores números a las Socias Fundadoras de la entidad, y las participantes en el primer Salón de Otoño, vamos a ir recuperando de la memoria colectiva, el nombre de las primeras socias que vinieron a formar parte de la Asociación de Pintores y Escultores.

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DOLORES GOMEZ GIL

 

GOMEZ GIL, Dolores (Lola)           P  < 1948                  1895 MALAGA              MADRID

 

Mª Dolores Gómez Gil, a quien todos conocían como Lola, nació en 1895 en Málaga.

Era hija del pintor costumbrista especializado en marinas, Guillermo Gómez Gil (Málaga 1862-Cádiz 1942), que participó en distintas ocasiones en las Exposiciones Nacionales y contaba con notables éxitos de venta con sus marinas, si bien también llevó a cabo una gran labor de magisterio, como profesor de Perspectiva y Paisaje en la Escuela de Artes Industriales y de Industria de Sevilla.

En ese ambiente artístico es donde Dolores Gómez Gil aprende a amar la pintura y combina así su otra gran pasión que comparte con su padre: el mar.

Guillermo Gómez Gil, padre de la artista

 

Siguiendo los pasos de la familia, vivió en Madrid y Sevilla, simultaneando los viajes a Cádiz, donde se impregna de la esencia del mar y del gusto por esta temática que tan bien dominó su padre.

La técnica que aprendió para pintar sus marinas es la misma utilizada por su progenitor, basada en los colores rojo, naranja y sombra tostada, si bien no llegó a emular la facilidad de un marinista “que pintaba paisajes terrestres con árboles que no existían”, como apuntaban de su padre.

Discípula de su maestro, en todo continuó sus pasos, puesto que también fue profesora de pintura.

La coincidencia de apellidos y similitud de las firmas de padre e hija ocasionaron que algunos eruditos los tomaran por hermanos, propiciando además que algunos anticuarios sin escrúpulos, trucaran a veces la inicial de Lola por la de Guillermo.

En 1943 realizó una exposición de marinas en el Salón Cano, que mereció la consideración de la prensa.

Lola Gómez Gil

 

En el diario ABC del 20 de Octubre de 1943,  se habla así de la Exposición de Lola Gómez Gil: “Se ha inaugurado la Exposición de marinas de la notable pintora malagueña Lola Gómez Gil. El acto estuvo presidido por el Director General de Bellas Artes, Marqués de Lozoya. Lola Gómez Gil, hija del ilustre pintor del mismo apellido, recientemente fallecido, presenta una bella colección de marinas en donde se aprecia la influencia de la escuela de su padre y maestro. Esto da a su obra un singular interés, que motivó la más calurosa admiración de toda la selecta concurrencia que asistió al acto inaugural. La artista recibió muchas felicitaciones”.

Tormenta

 

Por su parte, La Hoja Oficial del lunes del día 25 del mismo mes recogió el hecho con estas palabras: Arte. Exposición L. Gómez Gil: “La firma Gómez Gil es bien conocida de los aficionados a la pintura. Pero esta vez, ante ella, figura una inicial que indica no se trata del marinista andaluz, porque quien ahora expone es Lola Gómez Gil, hija del pintor de ese apellido.

Hace su exposición esta pintora en el Salón Cano y reúne allí 18 cuadros, conjunto de marinas que pregonan una herencia de gusto por las cosas del mar, al mismo tiempo que dicen de clara manera que también ha sido heredado el procedimiento y la técnica, como corresponde a un buen discípulo. Porque Lola Gómez Gil es, indudablemente, una buena discípula de su padre.

Los mismos momentos de luz; parecidos lugares son los que evoca con su pincel esta expositora, que lo hace aún –si es posible- de una manera más delicada que lo hizo, en su tiempo, su maestro, porque no en vano se trata de una mujer que lleva su sensibilidad y su percepción al arte con blanduras y suavidades, propias e inherentes al temperamento femenino.  La sencillez podría ser la característica de esta artista. Y esto, claro es, induce, en una exposición de varios cuadros, a una cierta monotonía que desaparece en cuanto éstos se los enfoca aisladamente; pues, aparte de su simplicidad expresiva, tienen, indudablemente, la representación de un tierno estado espiritual de su autora frente a la naturaleza”.

Fue asidua concurrente a certámenes y exposiciones nacionales, cuyas reseñas encontramos en la prensa, como la del ABC del 20 de julio de 1945, que señala …“Mar de invierno”, de Dolores Gómez Gil, reitera la excelente personalidad de esta marinista”… o la del ABC del 18 de noviembre de 1950, en la que se da cuenta de las medallas del XXIV Salón de Otoño, consiguiendo Dolores Gómez Gil una Primera Medalla en la sección de Pintura, modalidad de Paisaje.

En la segunda quincena de agosto de 1945 realizó una exposición de marinas en la Sala Hernández de San Sebastián, organizada por el Salón Cano de Madrid, en la que la artista presentó una veintena de obras.

 

Para el XX Salón de Otoño del año 1946, la crítica ya la consideró como una “excelente marinista”, como figura en el artículo que con motivo de la inauguración, firma Rafael Narbona.

En enero de 1948 realizó una muestra en la Sala Cano de Madrid, que recogió la prensa, en una breve nota firmada por Sánchez-Camargo, de esta manera: “Lola Gómez Gil ha expuesto una colección de “marinas”. Conocida la obra de su padre, la hija sigue la misma ruta decorativista y sin otro propósito que recordar a los aficionados cómo es el mar”.

Rocas

 

Su participación en el Salón de Otoño de 1950 quedó reflejada en un artículo titulado “El XXIV Salón de Otoño y sus razones”, firmado por Manuel Prados López, en el que se lee: “dos bellas marinas de Lola Gómez Gil, cada día más consciente de sus excepcionales posibilidades para la difícil interpretación de las aguas y su renovada hermosura”…

Y acerca de su concurrencia a la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1950, también el crítico Manuel Prados López, comenta: “El mar o la mar ha encontrado, como siempre, en Lola Gómez Gil una intérprete apasionada, conocedora de todos los secretos de las aguas”.

Tras una intensa participación en certámenes y exposiciones, que irán espaciándose con los años, Lola Gómez Gil falleció en Madrid, el 11 de febrero de 1966. El obituario indica que contaba 73 años de edad, que se educó en el taller de su padre y se distinguió como excelente marinista.

Paisaje

Lola Gómez Gil y la AEPE

Participó en un total de 16 Salones de Otoño, en los que apareció inscrita como Lola Gómez Gil. Tan sólo en uno de ellos figuró como Dolores y en otro como Lolita.

Al XVII Salón de Otoño de 1943 presentó dos obras que estuvieron expuestas en la Sala III: 35. “Levante en Cádiz” (óleo) y 39. “Bajamar” (óleo)

Al XVIII Salón de Otoño de 1944 presentó el óleo titulado “Tempestad”, inscrito como el número 2.

Al XIX Salón de Otoño de 1946 llevó las obras: 4. “Marea viva en San Sebastián” (óleo) y 99. “Playa de Santurce” (óleo)

Al XX Salón de Otoño de 1946 presentó la obra inscrita con el número 67, titulada “Marina” (óleo)

Al XXI Salón de Otoño de 1947 concurrió con la obra 3. “Desde Mundaca” (óleo)

Al XXII Salón de Otoño de 1948 llevó la obra 169. “Aguas de Cádiz”

En el XXIII Salón de Otoño de 1949 encontramos la obra 75. “Oleaje”

Al XXIV Salón de Otoño de 1950 presentó las obras:  19. “Frente a Noja” (óleo) y 23. “Playa de Sopelana” (óleo). En el catálogo de la exposición figuró expresamente como “Tercera Medalla 1948, Segunda Medalla 1949 y Premio Duque de Alba 1949. Socio de Mérito S.O.”

En el XXV Salón de Otoño de 1952 encontramos dos obras: 154. “Otoño” (marina), óleo y 158. “Marina” (óleo)

Al XXVI Salón de Otoño de 1954 presentó una única obra titulada 80. “Playa del Norte” (óleo)

En el XXVII Salón de Otoño de 1955 encontramos la obra 81. “Marina” (óleo)

Al XXVIII Salón de Otoño de 1957 concurrió con 77. “Playa de Algorta”

El XXIX Salón de Otoño de 1957 llevó las obras: 116. “Bajamar en Rota” (óleo) y 120. “Tormenta” (óleo)

En el XXX Salón de Otoño de 1959 encontramos 63. “Marina”

Al XXXIII Salón de Otoño de 1962 llevó la obra 168. “Marina” (óleo)

Al XXXIV Salón de Otoño de 1963 presentó dos obras: 135. “Marina” (óleo)y 139. “Marina” (óleo)

Naufragio

Marina

Marina rosada

Marina nocturna

Marina con luna

Marina al amanecer

Costa

Barcas

Barca

Bahía de Cádiz

Desde la Bahía de Cádiz

Autógrafos de Lola Gómez Gil

Al amanecer

 

Bibliografía y webgrafía

Instituciones artísticas del franquismo: Las exposiciones nacionales de Bellas Artes (1941-1968), de Lola Caparrós Masegosa.

Bibliografía Artística del franquismo: Publicaciones periódicas, 1936 – 1948, de Ana Isabel Álvarez Casado.

BARBERAN, Cecilio. Arte y Artistas. Tres Exposiciones de pintura. N~ 11.750, 24 Octubre 1943,

BARBERAN, Cecilio. Arte. Artistas. El XVIII Salón de Otoño. Nuestra pintura de paisaie. 1 Diciembre 1944

PARADAS, Eduardo. Arte y Artistas. La Exposición de Pinturas. N0 12.862, 1 Noviembre 1944, ABC 20/10/1943, 20/07/1945, 18/11/1950, 12/2/1966

Fotos (San Sebastián). 9/10/1943, 19/11/1944, 4/12/1954,

El País 14/6/1979, 9/6/1987, 11/6/1987, 17/6/1987,

Expansión de la actualidad económica diaria 5/6/1987

Hoja Oficial del lunes, 25/10/1943, 19/01/1948, 15/11/1948, 4/6/1979, 11/6/1979, 18/6/1979, 6/6/1983, 13/6/1983, 20/6/1983, 26/12/1983, 2/1/1984, 18/6/1984, 25/6/1984

Revista nacional de educación, Nº 66, Nº97, Nº 99

Archivo Histórico “Bernardino de Pantorba” de la Asociación Española de Pintores y Escultores

www.gacetadebellasartes.es

www.salondeotoño.es

 

Elvira Medina de Castro

Por Mª Dolores Barreda Pérez

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LAS PRIMERAS ARTISTAS DE LA

ASOCIACION ESPAÑOLA DE PINTORES Y ESCULTORES

Desde su fundación en 1910, y después de haber tratado en anteriores números a las Socias Fundadoras de la entidad, y las participantes en el primer Salón de Otoño, vamos a ir recuperando de la memoria colectiva, el nombre de las primeras socias que vinieron a formar parte de la Asociación de Pintores y Escultores.

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ELVIRA MEDINA DE CASTRO

MEDINA CASTRO, Elvira   E.P               1968     1911                 SERRADA (Va)            MADRID

Elvira de Medina de Castro, retratista y paisajista.

Hija de César de Medina Bocos, Académico de Honor de la Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción de Valladolid, y de Ulpiana de Castro Rueda, hermana del también Académico de Honor y de Número, el escultor José Luis de Medina, del Teniente de Artillería Antonio de Medina Castro, que murió heroicamente en el Desastre de Anual, de los poetas Ernesto y José Luis de Medina Castro y de la también pintora Fuensanta.

Nacida en Valladolid en 1912, en el seno de una familia culta y sensible a las Bellas Artes, formada por el matrimonio y los trece hijos.

Autorretrato de Elvira Medina presentado al Salón de Otoño de 1968

Desde su infancia mantuvo el contacto íntimo con la tierra castellana, escenario preferente de su obra. El paisaje se convierte en un tema con el que estudiar y aprender mientras practica incansablemente el dibujo, con sanguinas y lápices como base de su técnica.

De forma autodidacta, gracias a la dirección y consejos de su padre, el autor de “Espigas y racimos”, acude al Museo de Escultura de Valladolid y realiza cursos de modelado, influida sin duda por la obra del gran escultor José Luis de Medina, su hermano.

En 1942 será premiada como escultora, con Medalla de Plata y beca de viaje de estudios por Italia.

Concurre a concursos y certámenes de pintura y escultura, siendo seleccionada en la Primera Exposición Bienal Hispanoamericana de Arte, celebrada en el Museo de Arte Moderno de Madrid en 1951.

En 1956 celebra su primera exposición de pintura en el Rincón de Arte de la Librería Meseta de Valladolid, con interesantes retratos, género por el que siente especial predilección.

Elvira Medina en una imagen de La Estafeta Literaria

Con este motivo, Francisco de Cossío escribió en El Norte de Castilla “…Demuestra unas condiciones personales relevantes, puesto que lo que pinta y modela no responde a ningún prejuicio de escuela, sino a pura espontaneidad. Esta casualidad presta a sus producciones un valor personal indiscutible, ya que recogiendo los efluvios de las tendencias modernas, no aparecen sus obras encasilladas en una fórmula definida, sino que se deja llevar por lo espontáneo y fluido, sin que en sus lienzos veamos esfuerzo ninguno de realización…”

Como Cossío, el crítico Alfredo Marqueríe afirmaba que “…Elvira es una gran artista que ha sabido poner en sus esculturas y en sus lienzos la mejor virtud de la artista que es la sinceridad…”

Participó en la Exposición Nacional de 1966, donde seleccionaron una de sus obras, y en la 1968, la última que se realizó, en donde obtuvo muy buenas críticas por un bello cuadro de una niña, verdadero prodigio de encanto y sencillez.

En abril de 1967 participó en una exposición en la galería de la Editora Nacional, en plena Gran Vía, colgando treinta y dos óleos en los que destacaban los retratos, paisajes y bodegones, recibiendo una inmejorable acogida por el público y la crítica.

Ese mismo año repitió el éxito de Madrid en Valladolid, en la Galería Castilla, donde llamaron la atención sus delicadas y franciscanas interpretaciones de los animales de granja y los admirables bodegones, repletos de armónicos colores y gran riqueza espatular.

Casona de los Medina en Serrada

Dos años después expuso en el Club de Arte Norteamericano de Madrid, pintando numerosos retratos de encargo, entre ellos el del Conde Albert Thuill, actualmente en el Museo de Filadelfia.

En 1967 fija su residencia en Madrid, acudiendo a dibujar asiduamente al Círculo de Bellas Artes, en la especialidad de “desnudos del natural”, mientras continúa realizando exposiciones individuales y participando en colectivas.

En noviembre de 1978 expuso sus obras en la Art-Galery de Madrid, con un juicio muy favorable de la crítica de la época. Para esta muestra contó con el prólogo del Marqués de Lozoya, quien dedicó a la pintora varios comentarios en los que decía que “… Elvira es pintora y no puede ser otra cosa. Y el ambiente no altera su personalidad, pero la perfila y la adapta al sentir de un determinado mundo. Elvira puso su nota de un arte personal y bello en el ambiente vallisoletano. Contaba además para enriquecer su estilo con su herencia rural, que le permitía un contacto directo con la tierra castellana y con sus abnegados y heroicos cultivadores, y que engendró en la artista un amor franciscano hacia nuestros hermanos inferiores, que se había de reflejar en su Arte. Esta vocación, esta herencia, este ambiente explican la calidad artística admirable de su obra…”

En 1975 es nombrada Académica de Honor de la Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción de Valladolid.

Bodegón

A partir de entonces despliega una gran actividad en el campo del retrato, que se convierte en su dedicación preferente cuando en 1987 decide regresar a su Valladolid natal junto a su hermana Fuensanta o “Santica”, como solían llamarla, trasladando su estudio y el piso de la calle del General Mola a un luminoso apartamento de la vallisoletana calle del Duque de la Victoria.

Los veranos sigue acudiendo a la casa familiar de Serrada, donde se reencuentra con los paisajes castellanos de su infancia, que tan felices la hacen.

De su amplia producción son testimonio las numerosas obras que se conservan en colecciones particulares de Norteamérica, Cuba, Italia y por innumerables poblaciones y capitales de España.


Esculturas de Elvira Medina de Castro

Desde el inicio de su vida artística, Elvira quiso ante todo ser una pintora de retratos, género al que mayor atención dedicó y el que cultivó con más fidelidad y agrado. En ellos vuelca el sensible humanismo con el que recrea a quienes la rodeaban. Son retratos trabajados con pulcritud, estudiados a conciencia, surgidos de poderosas dotes de observación, fieles al parecido, etéreos, vaporosos, poéticos, evanescentes, repletos de serenidad y delicadeza. Obras de fuerza expresiva que logra con pinceladas seguras, diestras, desflecadas y transparentes.

De ellos se ha dicho que son reflejos del ama, llenos de sensibilidad y naturalidad con los que no pretende alagar, sino que buscan la sinceridad y la intimidad del retratado.

En los retratos de Elvira predominan el color, armonioso de tintas y delicadas transparencias, con un cromatismo sutil y refinado, fieles al dibujo de trazo flexible y definidor.

Retrató a numerosas personalidades de la época, pero de entre todos ellos, destacaron especialmente los que realizó a personas entrañables y muy queridas para ella y las gentes sencillas del pueblo de Serrada, en los que capta el encanto y la magia infantil y la agudeza intuitiva de sus ingenuos y asustados rostros.

Distintos retratos realizados por Elvira Medina

El paisaje fue otro de sus principales motivos pictóricos, sobre todo el de los campos castellanos de su Serrada natal, en los que las lejanías infinitas abren la amplitud de las escenas, alejándose de los tópicos de aridez y aspereza que se convierten en color y poesía con sugestivas pinceladas de color y tonalidades armoniosas aplicadas con calidades nacaradas.

Es una pintura empastada, de factura casi abstracta, aplicada con espátula, pero sin llegar a ser desgarrada ni expresionista, sino con transparencias logradas con la superposición de ligeros toques.

Pero lo más original y personal de la pintura de Elvira de Medina son los deliciosos óleos de animales, llenos de amor a los habitantes de la granja familiar, que trata de una manera sensible en escenas inquietas y pacientes repletos de una sensación de viveza y ternura infinitas. La agilidad de ejecución está presente en los pequeños lienzos concebidos con el encanto y la magia de los cuentos infantiles.

Familia de leones

Los bodegones acercan la obra de Elvira a la abstracción, con un trazo vigoroso, casi expresionista, de toques líricos colmados de juegos de formas, planos y volúmenes en los que la sencillez refleja la espontaneidad y soltura de la autora.

La obra de Elvira es moderna, clásica, íntima, poética, sincera y natural. Pero más allá de su obra, la propia artista es una excelente persona de una excepcional calidad humana que marcaron su vida y la de quienes la rodearon.

Niña con perro

Consagró su vida a la pintura sin sentirse vinculada a escuela alguna, ya que siempre quiso seguir su propio camino, buscando su libertad y estilo propios, pero que trascienden la sinceridad y amor con el que están realizadas todas sus obras.

Falleció en 1998.

Elvira Medina y la AEPE

* En el XXXVIII Salón de Otoño de 1967 participó con dos obras tituladas “Niño” y “Naturaleza”.

* Al XXXIX Salón de Otoño de 1968 presentó también dos obras, un “Autorretrato” y “Naturaleza”. Tercera Medalla de Pintura.

* Al XLIII Salón de Otoño de 1973 concurrió con las obras “Retrato” y “Llanura”.

* En el XLVII Salón de Otoño de 1979 estuvo presente con tres obras, “Naturaleza viva”, “En el bar” y “Desnudo de niña”. Tercera Medalla de Escultura.

* El 51 Salón de Otoño de 1984 fue el último al que presentó obra, que en esta ocasión tituló “Una niña con perro”.

Paisaje

Vino

BIBLIOGRAFÍA:

Brasas Egido, J.C., Catálogo de la II exposición de pintores y escultores de la Real Academia de BB. AA de la Purísima Concepción.Valladolid, 1993; Brasas Egido, J.C.,

Contestación en nombre de la corporación La recepción pública como académica de Honor de la pintura de Doña Elvira de Medina de Castro. Real Academia de BB. AA. de la Purísima Concepción. Valladolid, 1993

http://www.pedrajas.net/pedrajas/NOTICIAS/2002/INVIERNO/cesarmedina.htm

La Estafeta Literaria: Nº 564 – 15 mayo 1975. Elvira Medina con Castilla al fondo

La Estafeta Literaria: Nº 637 – 1 junio 1978

SERRADA: UN PASEO POR EL ARTE

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