Mª Dolores Barreda Pérez
Secretaria General
Secretaria Perpetua de la AEPE
La disputa sobre la clasificación de las artes es una controversia que lleva siglos en el aire, paralela a la definición propia de arte, cuya acepción original y más vasta sería el producto o proceso de la aplicación de un conocimiento con un conjunto de habilidades, si bien de forma amplia, arte es una habilidad utilizada para producir un resultado estético.
Comúnmente, entendemos arte creativo o arte puro como la habilidad utilizada para expresar la creatividad del artista o para captar la sensibilidad estética del público. Si la habilidad se usa para crear objetos con un uso práctico, en lugar de pinturas o esculturas sin una función práctica que no sea una obra de arte, se considera como artes decorativas, artes aplicadas y artesanía, en lugar de bellas artes. De igual manera, si se utiliza de forma comercial o industrial, se considera diseño en lugar de arte.
En la antigua China se clasificaron primero como las Seis Artes: ritos, música, tiro con arco, equitación, caligrafía y matemática china, reduciéndose con posterioridad a cuatro: música, estrategia militar, caligrafía y pintura.
En Grecia, las musas representaban cada una de las ramas de tekné, “arte”, relacionadas con las letras, con los lenguajes musicales o gestuales y no con las artes visuales.
Sarcófago de mármol con el concurso entre las Musas y las Sirenas, III cuarto del siglo III d.C. Romano. Mármol, Pentelic. Museo Metropolitano de Arte, Nueva York
En las universidades de la Europa cristiana medieval se enseñaban las siete artes liberales, divididas en dos categorías: el Trivium comprendía la filosofía, gramática, lógica y retórica, mientras que el Quadrivium atendía la música, aritmética, gometría y astronomía. Las artes mecánicas se agrupaban como las Bellas Artes, e incluían la arquitectura, la escultura, la pintura y la orfebrería.
No será hasta el Renacimiento, en que el artista comienza a firmar sus obras y a ser reconocido como tal, cuando se adquiere el sentido más moderno de las Bellas Artes, combinando el arte del diseño a las artes del volumen, es decir, escultura y arquitectura, con las de la superficie, el dibujo, la pintura y el grabado, apareciendo ya las expresiones artes plásticas y artes gráficas.
El ilustrado Kant categorizó las artes en las de la imagen (pintura, escultura y arquitectura), las del habla (elocuencia y poesía) y las de las sensaciones (música y el arte de los colores).
La modernidad alemana de Hegel describió las cinco artes principales: arquitectura, escultura, pintura, música y poesía, clasificación que tuvo especial repercusión en Francia, que reconoció y enumeró las artes tal y como hoy en día se conocen: arquitectura, escultura, pintura, música, literatura, artes escénicas, cine, artes mediáticas y cómics.
Cabría hablar también de las artes que no se limitan a formas clásicas, pictóricas, plásticas o musicales relacionadas con la visión, el tacto, la audición y el sentido del equilibrio, es decir, las que se ocupan de los sentidos químicos como el olfato y el gusto. De esta manera, se incluirían los perfumes, un verdadero arte el de su creación, pues redunda en la estética fragante, la abstracción olfativa, las formas olfativas, la manipulación del humor por los olores… sin olvidar las artes gustativas tan de moda en la actualidad, conocidas por la reciente eclosión gastronómica con los nuevos adelantos, la innovación y experimentación, que hacen que los cocineros sean considerados también como artistas.
Hoy en día, las disputas sobre la clasificación del arte continúan inabarcables. Arte es todo lo que quieran llamar arte, porque como decía Tolstói, “lo que hace que algo se convierta en arte es cómo lo experimenta su audiencia, no la intención de su creador”.
Entonces, en la actualidad, ¿Quién dice qué es arte o no lo es? Lo dicen las galerías, las pocas galerías que aún perviven y hacen de este arte su medio de vida, por lo que son los primeros interesados en hacer de cualquier cosa una obra de arte, al menos, de cualquier cosa que se pueda vender.
Cartel de Salustiano para la Semana Santa de Sevilla 2024
De esta manera, pasamos de las Artes Mayores, Artes Primeras, Principales, Clásicas, Visuales, Bellas Artes, como se las ha venido denominando de forma tradicional, al Arte Actual, llamado también conceptual, nacido a principios del siglo XX.
En el todo vale que vivimos, el arte que defendemos desde la Asociación Española de Pintores y Escultores se diferencia del arte actual en la calidad y la duración, en la belleza y el contenido.
La maestría y la técnica de un oficio tan sabio como el que realizan aún los pintores y escultores, sobrevivirá a los daños y azares del tiempo, porque la pericia con que están hechas sus maravillosas obras, los colores, lienzos, maderas y mármoles, son duraderos y reales, son vividos y surgen del talento con un único fin: crear belleza.
Constato que en la actualidad la belleza está mal vista, se considera superflua y superficial. Por supuesto, si no es la propia belleza y el postureo o el culto al cuerpo que arrasa en nuestra sociedad.
Una lástima eso de mantener en la casa unas paredes desnudas buscando modernos conceptos de diseño contemporáneo minimalista. La belleza de un cuadro o una escultura, sobra. Un gran error cotidiano al que no se da importancia alguna, cuando es bien sabido que desde Platón hasta Nietzsche, la belleza era considerada como algo tan valioso para la existencia humana como lo son la verdad, la justicia o la bondad. Aunque, cómo considerar la verdad o la justicia como algo valioso en los tiempos que corren… en los que abundan la mentira, la injusticia y el artificio impostado. Hasta esos valores se han perdido ya.
Pero además, el arte actual se jacta de su temática y su contenido, despreciando el oficio, la belleza y la creación; pensando sólo en la idea, las más de las veces una idea política, como no podía ser de otra manera. Visto así, hasta podría colar, pero es que esas ideas son muchas veces ligeras y frívolas, sin hondura ni peso intelectual, olvidando que la obra es una creación estética para elevar el espíritu e iluminar la condición humana.
¿Arte conceptual? No, yo lo llamaría arte actual, mejor aún Otroarte, distinto. Si es por hablar de conceptos, mejor es remitirse a los de Goya, Leonardo, Miguel Ángel… lo de ahora es otra cosa, Otroarte. Un arte que impacta, sólo eso. Quizás impacta también por la pobreza de sus ideas.
Retrato de Carlos de Inglaterra, realizado por Jonathan Yeo
Hoy en día todos son artistas. Cualquiera puede ser un artista. Televisiones hay que nos enseñan a elefantes pintando un cuadro, o a una vaca lechera también. Por lo tanto, ya no digo eso de que cualquier persona puede ser un artista, no, solo digo ya cualquiera.
Abandonamos así la idea del talento, de la genialidad, del conocimiento, la técnica, la experiencia, la creatividad y el buen gusto en aras de una idea, un concepto o una ocurrencia simpática y llamativa que es presa de telediarios y es apoyada por curadores y galeristas, que ávidos de hacer su agosto, apoyan estas mamarrachadas y objetos, llamándolas arte.
El reflejo en el público es de una simplicidad tan abrumadora, que no alimenta su mente, ni su corazón ni su espíritu. Son tan efímeras en su recuerdo que no son tenidas siquiera en cuenta.
Y así, aparecen nuevas controversias cuando el verdadero arte aparece públicamente, como el cartel de la Semana Santa de Sevilla, maravillosa obra donde las haya, o del reciente retrato del rey Carlos de Inglaterra, que son tratadas únicamente por el impacto que generan, sin analizar la belleza de la obra, las horas de trabajo, el talento de sus creadores, el concepto que las inspira, que estas sí lo tienen y mucho, y su contenido.
Por eso creo que habría que utilizar otra palabra diferente a arte para referirnos a instalaciones, performances, happening, vídeoarte, arte multimedia, acción poética, poesía visual, body art, land art, videoesculturas, videoambientes, videocreación, video mappping y cualquier otra expresión de nuevo cuño que, no lo dudemos, aparecerá.
El Arte o Arte Puro que defendemos, no tiene nada que ver con este Otroarte. Y como al igual que la sociedad, los términos y definiciones cambian, el lenguaje también cambia y no podemos seguir obstinados defendiendo que se llame igual a algo que en esencia, ha nacido diferente.
Palabras hay que día a día se inventan y reinventan, admitimos extranjerismos y anglicismos de todo tipo, denominamos con nombres absurdos términos que ya tienen una palabra en nuestro idioma… volvemos a los eufemismos, siempre a cuenta de los eufemismos…
Entonces, inventemos una palabra para referirnos a todo eso que llaman arte al margen del Arte Puro, y llamemos a las cosas por su nombre. Así no seguiremos escuchando eso de que en el arte, todo vale… ¿no será que se refieren entonces a Otroarte?