Soledad Lorenzo recibió la Medalla de Honor de la AEPE

En un acto celebrado el pasado viernes en la sede institucional de la AEPE, la galerista de arte Soledad Lorenzo recogió la “Medalla de Honor”, que le fue otorgada de manos de su Presidente, José Gabriel Astudillo, en reconocimiento a su aportación extraordinaria al mundo del arte.

Repleta de asistentes, entre los que se encontraban numerosos socios y amigos, así como diferentes entidades colaboradoras de la Asociación Española de Pintores y Escultores, transcurrió un acto emocionado en el que a modo de introducción, la Secretaria General, Mª Dolores Barreda Pérez, realizó un perfil humano de la galerista, resaltando el homenaje espontáneo, nacido del corazón de todos los que forman la Asociación Española de Pintores y Escultores, y haciendo especial hincapié en los valores humanos que rodean a la persona de Soledad Lorenzo.

Soledad Lorenzo, que en algunos momentos se mostró nerviosa, emocionada y agradecida, y quiso corresponder haciendo un pequeño repaso, siempre desde su experiencia y su especial mirada experimentada, a la situación del arte actual, en la que destacó, no encuentra nada nuevo que la emocione especialmente.

Fueron muchos los amigos y admiradores que quisieron acompañar a Soledad Lorenzo en este acto, como el Director Gerente del Museo Thyssen, Evelio Acevedo, el Presidente de Down Madrid, Ignacio Egea, la Asesora de la Concejala de Cultura del Ayuntamiento de Madrid, Isabel Rossel, el representante del Concejal de Retiro, Antonio Pardo, el Director de El Taller del Prado, Francisco Molina, otros ilustres galardonados con la Medalla de Honor, como Rafael Botí Torres y Tomás Paredes Romero, además de los miembros de la Junta Directiva, Juan Manuel López Reina, Alicia Sánchez Carmona, Antonio Téllez de Peralta, Paloma Casado, Carmen Bonilla Carrasco, Fernando de Marta, Ana Martínez Córdoba e Itziar Zabalza.

El Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, José Gabriel Astudillo, hizo especial mención a las autoridades que han disculpado la asistencia al acto, haciendo especial hincapié en la llamada de la Casa Real, en la que S.M. la Reina Doña Sofía, Presidenta de Honor de la institución, y la Infanta Doña Elena, le rogaron hicera llegar su felicitación más cariñosa a la homenajeada.

Como en otras ocasiones, por lo entrañable de las palabras que a modo de introducción realizó Mª Dolores Barreda Pérez, palabras que emocionaron no sólo al homenajeado, sino a todos los asistentes, y por la encendida defensa de su perfil humano, reseñamos a continuación la intervención de la Secretaria General:

«Soledad Lorenzo es una de esas figuras imprescindibles a la hora de hablar del arte en España.

Como siempre les digo en estas ocasiones, pueden acudir a su página web para consultar su biografía, a los libros publicados sobre ella y su trabajo, a multitud de escritos en los que bucear y descubrir su vida.

Lo que me gustaría ofrecerles aquí es sólo unas cuantas pinceladas acerca de su persona, para que puedan hacerse una idea más amplia de su concepción del arte.

Soledad Lorenzo es menuda y meticulosa, paciente, elegante, una dama del arte en toda regla, una mujer hermosa y espigada que ha tenido que sufrir en su vida personal grandes estragos de los que la salvó el arte y el trabajo. Y aunque nunca ha sido coleccionista, a veces se quedaba con obras de artistas que creía eran importantes.

Tras su etapa de iniciación, montó su propia galería de arte, hoy ya mítica entre todos los que somos parte de este mundo, un proyecto que cerró, igual que cerraba una etapa de su vida, pasando página y reflexionando sobre lo logrado.

Fueron 40 años de galerista que, afortunadamente, han quedado plasmados en el libro “Una vida con el arte”, un proyecto elaborado por Antonio Lucas y Mariano Navarro, fruto del premio que la Fundación Arte y Mecenazgo le entregó en 2012.

Profeta en su tierra, ha sido reconocida también con multitud de premios y distinciones, como la de torrelavegense ilustre, la Medalla de Oro de las Bellas Artes, la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo, la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio…

Soledad Lorenzo aunque no lo sepa, ya posee una obra que la vincula a esta Asociación Española de Pintores y Escultores: se trata de la Medalla de Oro del Ayuntamiento de Madrid, una obra original realizada por el que fuera Presidente de esta institución centenaria, José Pascual Ortells López…

Hoy recibe otra Medalla, obra de otro de nuestros Presidentes, en este caso, de Fructuoso Orduña, con lo que ya serán dos las obras con las que se acerque a esta nuestra casa…

Siempre ha vivido sucesos y experiencias de manera natural y lógica, aunque desde una perspectiva de curiosidad e investigación.

Fascinada con la vida, cree firmemente en la idea de superación que todos llevamos dentro y nunca se queja por nada.

Desde sus inicios, ha trabajado con artistas vivos, de los que poder aprender y asimilar su creatividad y brillantez, que busca de forma incansable con una exquisita sensibilidad.

Cree que “la maravilla del arte es emocional e intransferible y la cultura es la base del progreso de la sociedad”.

En sus propias palabras, “su meta nunca ha sido el éxito, sino eludir el fracaso”.

Piensa que pese a la libertad de la que gozamos, no hablamos con libertad, pero sin embargo, si se pinta con libertad.

Trabajadora infatigable, es una persona fuerte, que parece haber encontrado la paz lejos de la angustia del fracaso.

Después de haber entregado toda su vida al arte y a los artistas, rodeada de arte en un entorno artístico y cultural único, desde su casa en el Madrid de los Austrias, contempla gustosa su imponente colección, depositada en el Museo Reina Sofía y sigue reflexionando acerca de la realidad cultural y artística de España, colaborando de una forma altruista, en actividades como la que hoy nos ocupa en la Asociación Española de Pintores y Escultores.

Ella mejor que nadie sabe y conoce los pesares de quienes dedican su vida al mundo del arte; ella, que ha aupado y encumbrado a grandes artistas contemporáneos.

Soledad Lorenzo representa todo aquello ya desaparecido y que tanto echa de menos el artista de hoy en día: el papel de un galerista profesional.

Las galerías actuales se limitan a alquilar sus espacios y confían toda la promoción y el márketing al propio artista, incapaz de cubrir todos los aspectos necesarios para poder desarrollar su carrera.

Ella no, porque ella se manejaba como auténtica intermediaria entre coleccionistas, críticos, comisarios, entre el artista y su obra.

Por eso Soledad Lorenzo significó un antes y un después en el mundo del arte. Ella entendió a los artistas, les guió por el difícil mundo de la creación y supo ponerse además en el lugar de sus clientes, seleccionando para ellos aquellas obras que mejor encajaban en su personalidad.

Soledad, que pese al nombre, nunca ha estado sola, ha entendido que pese a lo sobrevalorado que está el ideal de la belleza, el arte acompaña y reúne y en algunas personas con sensibilidad, como es su caso, es imprescindible en sus vidas, es una necesidad que nunca se agota.

Soledad Lorenzo valora el trabajo de los galeristas en su justa medida, como una profesión en la que el galerista presenta a los artistas que le emocionan y trabajan para que ambos puedan vivir de su trabajo.

Y todo eso es también, y en realidad, todo un arte que los pintores y escultores de todos los tiempos, valoran y echan hoy día mucho de menos.

Todo un arte, como digo, que cuenta con nuestra más profunda admiración por su trabajo y que hoy se ve así recompensada con la concesión de la Medalla de Honor de la Asociación Española de Pintores y Escultores tan merecida».

Muchas gracias

 

A continuación, el Presidente entregó la Medalla de Honor a Soledad Lorenzo, quien la recibió emocionada y en las que sólo pudo agradecer el honor y declararse feliz por el hecho de estar allí, y saberse de verdad objeto de una atención tan especial.

Las palabras del Presidente fueron:

«Señoras y Señores, autoridades, queridos socios, amigos:

Bienvenidos a este humilde acto que, aunque no esté revestido de la solemnidad propia e institucional de una entrega habitual de premios, sí encierra en sí mismo, lo mejor de esta Asociación Española de Pintores y Escultores.

Libres así de rígidos protocolos, preparamos este acto con el cariño y el sentimiento de quienes rinden un sincero y emotivo homenaje a quien tanto ha hecho por el arte en España.

Hoy entregamos la Medalla de Honor de la Asociación Española de Pintores y Escultores y me corresponde a mí, como Presidente, el honor de materializarlo.

Un auténtico orgullo por la brillante trayectoria y excelente biografía de nuestra homenajeada, que ha sabido canalizar con tanto acierto su vocación, ayudando a artistas de diferentes estilos y técnicas, a encumbrarse en el siempre difícil mundo del arte contemporáneo.

Soledad Lorenzo los ayudó con su ejemplo hasta alcanzar el reconocimiento y la notoriedad, creando también ella misma, un ambiente propicio para ello, para la creación y transmisión del conocimiento, involucrando a toda la sociedad e invitándola a una labor de reflexión sobre la cultura que se ha visto fructífera y tremendamente positiva.

Y todo lo hizo guiada por su intuición y gracias a su inmenso talento, ese con el que se nace y que no puede aprenderse ni otorgarse alegremente; talento que en la antigüedad era una moneda, una medida de riqueza.

A todos nos viene ahora a la mente la parábola de los talentos, que nos sirve de reflexión para preguntarnos dónde han ido nuestros talentos y admirar lo bien que ha sabido Soledad Lorenzo gestionar los que ella descubrió.

Como todos ustedes saben, la Asociación Española de Pintores y Escultores nació en 1910. El Acta Fundacional la firmaron más de 180 grandes artistas de la época, con los que estoy seguro, Soledad Lorenzo se hubiera emocionado, porque hablamos de artistas como Sorolla, Cecilio Pla, Benlliure, Romero de Torres, Gutiérrez Solana, Miguel Blay, José Clará… y así una larga lista de, permítanme el término taurino, “primeras espadas” del arte.

Arte. Eso es lo que nos une, a Soledad Lorenzo y a esta Asociación Española de Pintores y Escultores, el arte de quienes hemos sabido crear el ambiente propicio para que se desarrolle el talento, reconocerlo, encumbrarlo,  y presentarlo a la sociedad para que lo aprecie.

Vivimos unos años convulsos, no sólo políticamente hablando. La pérdida del rumbo de la sociedad afecta a todos los ámbitos de la vida, y especialmente en lo que rodea al mundo del arte.

Por eso hay que reconocer a quienes como Soledad Lorenzo, como esta misma Asociación Española de Pintores y Escultores, luchan y apuestan por el talento, por quienes reclaman y valoran los talentos que hay en España.

Somos instituciones como la AEPE, como la propia Soledad Lorenzo, convertida ya en institución y leyenda, quienes creímos y seguimos creyendo en ellos. Porque creímos y seguimos creyendo en sus valores, en su vocación.

Y les arropamos con todo nuestro ejemplo. Un maravilloso ejemplo de más de 100 años, en nuestro caso, y un paradigma de profesionalidad como el que reúne Soledad Lorenzo, a quien hoy rendimos sentido homenaje.

Una consideración y un respeto que estoy convencido, Soledad sabrá apreciar porque viene expresamente de los artistas, aquellos a los que a lo largo de su vida tanto ha ayudado.

No es este un galardón pomposo o un título otorgado por altas instancias tan alejadas en la actualidad de la realidad patente y patética que vivimos. Es una sencilla muestra de consideración a quien ha sabido enamorarse del arte moderno, de parte de quienes lo están haciendo en estos mismos momentos, de los mismos artistas que ven con admiración a quien tanto ha luchado a lo largo de toda una vida, por ellos.

Un honor que concedemos a toda una vida de lucha personal y vicisitudes del espíritu, no por gloria ni por lucro, sino por hacer realidad algo que no existía.

Un reconocimiento con el que fomentar que entre todos aquellos que nos escuchan y se dedican a la misma lucha y afanes, haya alguno que algún día se pare aquí mismo, donde hoy se sienta Soledad Lorenzo, y vuelva a servir de ejemplo de tenacidad al servicio del arte y la cultura.

Los artistas, agradecidos, te honramos hoy y aplaudimos, expresándote nuestro más sincero reconocimiento».

Después, llegó el momento de compartir entre todos los asistentes, brindando y celebrando el momento.

 

 

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