Convocada la exposición “Pintura de Historia. Homenaje a Francisco Pradilla”

El Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, José Gabriel Astudillo, y la Secretaria General de la AEPE, Mª Dolores Barreda Pérez, firman las bases que habrán de regir en la convocatoria de la exposición temática PINTURA DE HISTORIA. HOMENAJE A FRANCISCO PRADILLA, que de forma extraordinaria se celebrará en la Sala de Exposiciones del Centro Cultural “Eduardo Úrculo”, de la Junta Municipal del Distrito de Tetuán, durante el mes de febrero de 2022.

En la línea de encontrar siempre nuevas formas que posibiliten y den visibilidad a los artistas, la centenaria Asociación Española de Pintores y Escultores propone ahora a sus socios y a cuantos creadores quieran también sumarse, una exposición con un tema que sirve de homenaje al extraordinario pintor Francisco Pradilla, del que celebramos el que ha sido denominado “Año Pradilla”, con motivo del centenario de su fallecimiento.

 

El «gran género» del siglo XIX

La pintura de historia del siglo XIX está impregnada del espíritu ilustrado y clasicista, con una primera generación de pintores como José de Madrazo y Juan Antonio Ribera, a los que seguirán Francisco de Goya, preludio de la modernidad, Vicente López, Leonardo Alenza o José Aparicio.

Con la influencia de la academia francesa, rebosante de una pincelada precisa, frialdad cromática y gusto clasicista, Federico de Madrazo y Carlos María Esquivel, sirven de preámbulo a una primera escuela paisajista romántica, capitaneada por Villaamil y que continuarán realistas como Carlos de Haes.

El siglo XIX está marcado en la pintura española por las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes. Obras con grandes formatos y un tema histórico de interés público, que se planteaban con espectacularidad y teatralidad en las composiciones y retratos.

La Primera generación de pintores de historia tenía dos tendencias: la purista académica, con primacía del dibujo y cierta frialdad, y artistas como Gisbert y Casado del Alisal, y la tendencia realista que reivindica lo atmosférico y la libertad de la pincelada, recordando a Velázquez y Gericault y Delacroix, con Eduardo Rosales y Mariano Fortuny como principales exponentes.

La segunda generación de pintores de historia está marcada por el realismo decorativo, con influencia del color vivo y la profusión de detalles en los objetos, destacando artistas como Francisco de Pradilla, José Moreno Carbonero, Ulpiano Checa y Salvador Martínez Cubells.

El final de la hegemonía de la pintura de historia se produce con el cambio de siglo, y pese a la predominancia de la escuela valenciana con autores que tratan el género histórico en su juventud, como Ignacio Pinazo, Antonio Muñoz Degrain y Joaquín Sorolla.

Tras la convulsión de las primeras vanguardias, la pintura de historia se aborda desde una nueva perspectiva que es difícilmente relacionable con el género decimonónico. En El Gernica (1937) de Picasso, rebosa de similitudes como el gran formato, espectacularidad y orden de la composición, gesto emotivo de las figuras o propósito didáctico, entre otros.

La pintura de historia del siglo XIX fue tildada de academicista, sentimentalista, de excesiva afectación de gestos que emocionan al espectador, de presuntuosa y acusada de no dejar suficiente espacio para el genio y expresión del artista. De exceso de detalle y falta de jerarquía.

La crítica de Unamuno apunta a la estrecha relación de la pintura de historia con el teatro y la ópera decimonónicos, y más aun teniendo en cuenta que uno de los más grandes pintores del género histórico, el aragonés Francisco Pradilla, se iniciaron como pintores escenógrafos.

Pero la pintura de historia fue utilizada como un elemento didáctico para creación de la idea de nación española, en un momento de fuerte crisis tras la invasión francesa y la crisis de la monarquía hispánica, con las pérdidas americanas.

Reflejó también el espíritu de la Ilustración al mostrar el método científico en campos como la arqueología y la historia, adquiriendo un protagonismo absoluto la documentación histórica en la narración de los hechos y en el retrato y la ambientación.

La principal fuente escrita utilizada para fijar los temas fue la Historia de España de Juan de Mariana y la Historia General de España de Modesto Lafuente. Pero además, los pintores obtenían información gráfica observando las colecciones de instituciones como el Museo Real de Pintura y Escultura, o la colección de la Real Academia de Historia y en la de Bellas Artes de San Fernando.

Cabe destacar también la difusión de la afición de los particulares, que atesoran colecciones privadas, y el hecho de que los propios artistas tuvieron colecciones de diversos objetos, como la de ropajes de la familia Fortuny.

En la documentación e inspiración de temas clásicos fueron muy importantes las becas en Roma y París, que impulsaron las academias, donde los artistas pudieron observar de primera mano ruinas y edificaciones, así como los museos y colecciones franceses e italianos, al tiempo que entraban en contacto con las influencias de sus escuelas pictóricas coetáneas.

Francisco Pradilla, el más grande pintor de historia

Su obra maestra “Doña Juana la Loca” por la que obtuvo una Medalla de Honor en la Exposición Mundial de París de 1878, es el cuadro más emblemático del género histórico en España.

Con razón el gran periodista Mariano de Cavia escribió que Pradilla «era el mejor pintor aragonés después de Goya».

Alcanzó los más altos puestos (Director de la Academia de España en Roma, del Museo del Prado, etc.), dignidades y premios de su época, y su clientela estuvo formada por toda la alta burguesía urbana, la nueva y vieja aristocracia y el propio Estado.

Popularísimo, una encuesta realizada por el semanario Blanco y Negro, en 1902, lo señalaba como el segundo más sobresaliente del país después de Joaquín Sorolla, quien se proclamaba públicamente discípulo suyo.

Su arte, fuera de las corrientes de las vanguardias históricas e inscrito en un estilo tardorromántico, nunca faltó a una calidad extraordinaria que lo sitúa entre los maestros españoles tradicionales más sobresalientes del último tercio del siglo XIX y principios del XX.

En plena celebración del Año Pradilla, con algunos actos ya realizados en memoria de tan ilustre artista, alguno convocado por la Asociación Española de Pintores y Escultores, nos disponemos ahora a celebrar una gran exposición de pintura de historia como homenaje sincero y agradecido a todos cuantos hemos admirado su pincel y su maestría.

Una oportunidad única de representar la visión más contemporánea y vanguardista de la historia, de nuestra propia historia, la que guardamos y de la que tanto podemos seguir aprendiendo.

Una entidad como la Asociación Española de Pintores y Escultores, que viene escribiendo su historia desde 1910, gracias a todas y cada una de las pequeñas historias de sus socios, va a tener el orgullo y el honor de presentar obras que cuenten historias de esa historia que hasta ahora mismo estamos escribiendo.

Aquí puedes descargarte las bases, pero también puedes seguir toda la información relativa a esta convocatoria en esta misma web, pestaña «Otras Exposiciones», Subpestaña «Francisco Pradilla».

 

Bases Pintura de Historia. Homenaje a Francisco Pradilla 2022

 

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