Las Medallas de la AEPE: Ángel Ferrant y Vázquez

Por Mª Dolores Barreda Pérez

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Después de ver cómo y cuándo nació la Medalla de la Asociación de Pintores y Escultores, vamos a seguir conociendo más acerca de los galardones en los que se otorga actualmente, con sus correspondientes denominaciones.

 

Medalla de Escultura “Ángel Ferrant y Vázquez”

del Salón de Arte Abstracto

     En el año 2015, la Junta Directiva de la Asociación Española de Pintores y Escultores creó el Salón de Arte Abstracto, que se ha convertido ya en una de las más esperadas convocatorias de la centenaria entidad, nacido para hacer de este arte una continua experiencia creadora que aporta todo tipo de conocimientos y la belleza de otra realidad, que sólo está en las manos de los artistas.

En 2017 y gracias a la propuesta que realizara el Presidente de la AEPE, José Gabriel Astudillo, bajo el título de “La plenitud de los nombres”, se acordaba la reorganización de los premios y galardones que otorgaba la institución en los distintos certámenes y concursos habituales. En el caso del Salón de Arte Abstracto, y como en el resto de las ocasiones con el ánimo de honrar la memoria de los fundadores de la AEPE, se instituyeron los premios: Medalla de Pintura José María López Mezquita y Medalla de Escultura Ángel Ferrant y Vázquez.

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ANGEL FERRANT Y VAZQUEZ

 

FERRANT VAZQUEZ, Angel   E     1910(F176)       1.dic.1890   MADRID       MADRID      24.jun.1961

El escultor  de arte cinético, relacionado también con el surrealismo, Ángel Ferrant Vázquez fue uno de los socios fundadores (Número 176), al igual que lo era su padre, el relevante pintor Alejandro Ferrant Fishermans (Número 116).

Nació el 1 de diciembre de 1890 en Madrid y estudió escultura en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid, en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y en el taller del escultor Aniceto Marinas.

Con un realismo academicista propio del cambio de siglos, en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1910 obtiene una Segunda Medalla por la obra “La cuesta de la vida” y a partir de entonces, comienza a viajar por Bélgica, Italia y Francia, donde vivirá algunos años.

En París entra en contacto con el movimiento vanguardista artístico del futurismo, fundado por Filippo Tommaso Marinetti, cuya influencia pesó durante algún tiempo en sus obras y con quien mantuvo una relación epistolar, pese a no centrarse en aquella corriente.

En el año 1918 realiza una oposición a la plaza de profesor de modelado y vaciado en la Escuela de Artes y Oficios, siendo destinado a La Coruña, donde pasará dos años. En 1920 traslada su plaza de profesor a la Escuela de la Lonja de Barcelona, que se hallaba en plena agitación artística, y se aproxima así al novecentismo y a las vanguardias que se advierten en sus obras, obteniendo además el Primer Premio del Concurso Nacional de Escultura de 1926.

El escultor trabajando en su estudio y abajo, dando clases

 

En 1927 viajó a Viena buscando la renovación de los métodos pedagógicos de la enseñanza de la escultura.

También expuso en galerías de la ciudad condal como la Sala Parés (1928) y las Galerías Syra (1931) y participó en muestras como la I Exposición de la Sociedad de Artistas Ibéricos, el Salón de los Evolucionistas, el Círculo de Sant Lluc, la Asociación de Escultores y los Amigos de las Artes Nuevas… iniciando también su faceta de escritor.

Su estética evoluciona influida por las esculturas clásicas griegas y egipcias, con un acercamiento a sus modelos y a las capacidades expresivas de algunos materiales.

En 1934 regresa a Madrid como profesor de la Escuela de Artes y Oficios de Carabanchel.

En 1935 crea para la Asociación Auxiliar del Niño un Taller de Arte Infantil en donde pone en práctica sus ideas de renovación de la pedagogía artística y participa en la organización de la exposición de Picasso en el Centro de la Construcción de Madrid.

En 1936 firmó el «Manifiesto de la Alianza de Intelectuales Antifascistas para la Defensa de la Cultura» del diario La voz del 30 de julio de 1936. Un año más tarde se incorpora a la Junta Delegada de Incautación, Protección y Salvamento del Tesoro Artístico, presidida por Roberto Fernández Balbuena (también socio de la AEPE) y como vocal a su hermano, el arquitecto Alejandro Ferrant.

Nombrado director accidental del Museo de Arte Moderno, al trasladarse a Valencia el crítico de arte y museólogo Ricardo Gutiérrez Abascal, conocido por el seudónimo de Juan de la Encina.

El 27 de mayo fue detenido en las dependencias de la Junta por agentes del Servicio de Investigación Militar del Ejército del Centro que la noche anterior habían detenido al arquitecto Francisco Ordeig, responsable del depósito que la Junta de Incautación a quienes se acusaba de connivencia con el enemigo.

El 30 de mayo los hermanos Ferrant fueron liberados, tras la intervención de Fernández Balbuena y los compañeros de la Junta, quienes advertían en las acusaciones de los agentes de la brigada de información exageraciones e interpretaciones forzadas.

El 1 de julio fue nombrado vocal de la Junta Delegada, encargado de las visitas e incautaciones por los pueblos de la región centro. En enero de 1938, tras el nombramiento de Fernández Balbuena como delegado en Madrid de la Dirección General de Bellas Artes y subdirector del Museo del Prado, Ángel Ferrant fue encargado de la presidencia de la Junta Delegada del Tesoro Artístico en Madrid.

Sus reticencias ante algunas peticiones de los responsables del ministerio y de la dirección de Bellas Artes fueron motivo de continuos choques. En marzo presentó su dimisión tras negarse a enviar a Valencia El descendimiento de la cruz de Rogier van der Weyden.

En abril de 1938 fue llamado a Barcelona donde permaneció hasta el mes de junio, dejando como responsable de la Junta a Matilde López Serrano, agente del SIPM franquista. El 6 de septiembre los responsables del Ministerio de Hacienda, al que habían sido transferidas las competencias sobre el Tesoro Artístico, procedieron a remodelar las Juntas Delegadas, a cuyo frente se colocaron los gobernadores civiles y Ferrant quedó como auxiliar técnico sin funciones ejecutivas.

Terminada la guerra, fue denunciado junto con su hermano por el duque de Valencia, cuyas propiedades se habían salvado gracias a la Junta Delegada de Madrid.Sometido a expediente disciplinario, en abril presentó un escrito exculpatorio detallando sus actuaciones al frente de la Junta Delegada.

En julio, Pedro Muguruza, comisario general del Servicio de Defensa del Patrimonio Artístico Nacional, presentó un informe ante el Tribunal Militar de Funcionarios en el que reconocía el papel jugado por la Junta Delegada en Madrid, en orden a la conservación del patrimonio.

Finalizada la contienda recuperó la creación artística que había abandonado en tiempos de guerra con una serie de relieves en barro cocido de la Tauromaquia (Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía), fechada en 1939, en la que retorna al arte figurativo desde presupuestos ajenos al academicismo.

Su primera exposición individual tras la guerra tiene lugar en la Galería Argos de Barcelona en 1942, donde muestra las cabezas de La Comedia Humana, la Tauromaquia y varios dibujos.

Participa en el I Salón de los Once (Galería Biosca, Madrid), apoya la labor de Eugenio d’Ors y su Academia Breve de Crítica del Arte, en su intento de dotar de nuevos aires al panorama artístico madrileño.

En 1943 recibió el encargo de los arquitectos Durán de Cottes y López Izquierdo para colaborar con un conjunto escultórico destinado a la fachada del Teatro Albéniz de Madrid, con la realización de once autómatas de madera que mediante un simple mecanismo movían las partes articuladas (tocando una guitarra, abanicándose, balanceando el torso…) que se conservaron en la fachada hasta 1983.

Autor de parte de los relieves de la columna del Descubrimiento en La Rábida, ​en 1948 realiza y expone en la Galería Clan las denominadas por él Esculturas ciclópeas y participa en algunas exposiciones colectivas (Buchholz, III Antológica de la Academia Breve).

En 1948 conoció al pintor alemán Mathias Goeritz y su Escuela de Altamira, que va a potenciar el trabajo con objetos de piedra o barro en los que se insinúan figuras humanas. En 1949 expuso sus móviles, cercanos a Calder, y su contrapunto, la serie de esculturas Estáticas.

Fruto de sus estudios sobre el juego y la combinación de piezas invariables surge el Maniquí estereotómico, pequeño muñeco compuesto por el ensamblaje de distintas piezas, que le permite adoptar numerosas posturas. A lo largo de su trayectoria Ferrant realizó otros cinco muñecos articulados.

A partir de 1959 las obras de Ferrant empiezan a verse con regularidad en los circuitos internacionales, siempre en colectivas junto con las de los más jóvenes. Este año expone en Pittsburg y Amsterdam.

En 1960 obtuvo el premio especial de escultura en la XXX Bienal de Venecia y el Premio Especial de la Fundación David E. Bright de Los Angeles, realizando exposiciones en Barcelona (Museo de Arte Contemporáneo), Madrid (Galería Neblí) y Bilbao (Museo de Bellas Artes) y en Londres (New London Gallery).

En 1961 los escultores catalanes brindaron un homenaje a su figura con una exposición celebrada en el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona.

Ángel Ferrant y Vázquez falleció en Madrid el 24 de junio de 1961. Tenía fijada su residencia en el Paseo de Recoletos, 7 de Madrid.

Socio Fundador de la Asociación de Pintores y Escultores

Formó parte del Comité ejecutivo del I Congreso Nacional de Bellas Artes  en 1918.

Fue Vocal de la Junta Directiva en 1914. Donó obra para el festival que la AEPE realizó en 1915.

 

 

Bibliografía y Webgrafía

Alix, Josefina (1985). Escultura Española 1900/1936. Madrid, Ed. El Viso. ISBN 84-7483-412-0.

Álvarez Lopera, José, «Ángel Ferrant en la Guerra Civil», Anales de Historia del Arte, vol. extraordinario (2008), pp. 335-355

Arte protegido: memoria de la Junta del Tesoro Artístico durante la Guerra Civil, [exposición], catálogo coord. Isabel Argerich Fernández y Judith Ara Lázaro, 2009, ISBN 978-84-8181-387-6

www.buscabiografias.com

www.angelferrant.com

www.biografiasyvidas.com

web.educastur.princast.es

https://museoph.org/pagina/perfil-biografico-de-angel-ferrant

Archivo Histórico “Bernardino de Pantorba” de la Asociación Española de Pintores y Escultores

www.gacetadebellasartes.es

www.salondeotoño.es

Teresa Condeminas Soler

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Por Mª Dolores Barreda Pérez

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LAS PRIMERAS ARTISTAS DE LA

ASOCIACION ESPAÑOLA DE PINTORES Y ESCULTORES

Desde su fundación en 1910, y después de haber tratado en anteriores números a las Socias Fundadoras de la entidad, y las participantes en el primer Salón de Otoño, vamos a ir recuperando de la memoria colectiva, el nombre de las primeras socias que vinieron a formar parte de la Asociación de Pintores y Escultores.

 

TERESA CONDEMINAS SOLER

 

CONDEMINAS SOLER, Teresa P  1928.  1905 BARCELONA

Nació en Barcelona el 27 de febrero de 1905 y falleció en la misma ciudad el 24 de enero de 2002.

Pintora clasicista-novecentista formada en la Escuela de Artes y Oficios de Barcelona, también conocida por Escuela de la Lonja, desde los 13 años y a lo largo de los 10 siguientes, tuvo como maestros a Félix Mestres, de quien aprendió el refinamiento y la corrección de la línea, y a Vicente Borrás, quien le transmitió el interés por la luz, rasgos siempre presentes en su producción artística.

Miembro de la Asociación de Arte de la Llotia, constituida en 1926, participó en las exposiciones colectivas que dicha entidad realizaba.

«El espejo»

En 1927 participó en el VII Salón de Otoño de la Asociación de Pintores y Escultores, con dos óleos titulados “Manzanas”, de 43 x 57 cms. y “Paisaje de San Ginés”, de 53 x 69 cms. y en cuya ficha de inscripción figuraba que era natural de Barcelona, donde residía, en la Calle Provenza, 332.

Participó desde muy joven en las Exposiciones de Primavera y en las Nacionales de Bellas Artes de Barcelona, donde muy pronto consiguió algunos premios.

Está documentada su repetida participación en las bienales de Venecia, como en la de 1938, en la que el comisario de la muestra fue Eugenio d’Ors, quien además de a Teresa, eligió a otros artistas como Zuloaga, Togores o Ciruela, si bien su nombre no consta en la relación del libro editado por el Ministerio de Asuntos Exteriores “Un siglo de arte español en el exterior. España en la Bienal de Venecia 1895 a 2003”.

Sí consta sin embargo, que participó en las de 1940 y de 1944. También lo hizo en la Exposición de Arte Español de Berlín en 1941.

«La carta»

En 1937 la artista donó dos de sus óleos titulados “Naturaleza muerta con frutas” y “Naturaleza Muerta con manzanas y uvas” para la exposición-subasta que debía celebrarse en México y recaudar fondos para las víctimas del fascismo. El barco que transportaba las obras de 121 artistas catalanes, fletado por la Generalidad de Cataluña, fue capturado por el bando nacional y las obras confiscadas y trasladadas a Burgos.

A pesar de las reiteradas participaciones en concursos y exposiciones colectivas de todo tipo, Teresa Condeminas no llevó a cabo ninguna exposición individual hasta enero de 1948, en el que se estrenó en la Sala Gaspar.

«Plenitud»

Posiblemente su producción no fue demasiado regular, pero siempre se mantuvo fiel a su manera de pintar, a su clasicismo-novecentismo de la primera época.

Cultivó casi todos los géneros pictóricos: paisajes, bodegones, figuras y sobre todo, desnudos femeninos de formas redondeadas, clásicas, claramente novecentistas. Los desnudos femeninos ocuparon un relevante papel en su producción de los años 30. En ellos queda patente su técnica cuidada y el refinamiento empleado en la representación de los cuerpos desnudos de texturas nacaradas, de líneas perfectas, de composiciones estudiadas y pinceladas tan suaves que parecen casi imperceptibles; en definitiva, unos rasgos que junto con el tratamiento de las telas llevaron a los críticos a hablar de pintura ingresiana.

Con todo, sus figuras respiran cierta frialdad cercana a una falta de sentimiento o una actitud extremadamente distante que posiblemente la llevaron a una obsesiva representación de los rostros, repetidos muchas veces, algunos de los cuales tienen cierta apariencia de máscara picassiana.

Su manera de hacer ha sido considerada de pulcra, reposada y de un perfecto clasicismo.

Sus desnudos y las representaciones de figuras femeninas se pueden considerar como los últimos coletazos del clasicismo novecentista.

También se dedicó a la docencia: impartió clases de dibujo y de pintura en su estudio situado en los alrededores de la Sagrada Familia de Barcelona.

Teresa Condeminas se casó con el también pintor Lluís Muntané Muns (1899-1987), que fuera Director de la Escuela de Bellas Artes de Barcelona (1945-48), donde ejerció de profesor hasta su jubilación.

Al quedar viuda, vivió sola en su casa, teniendo su estudio en la cuarta planta de su mismo edificio y pintando hasta los 95 años de edad.

Bibliografía y Webgrafía

Lluïsa Sala y Tubert, En torn a la figura artística de la pintora Teresa Condeminas, «Revista de Catalunya» (Barcelona), junio de 2004, págs. 65-92

www.gacetadebellasartes.es

Referencias

Saltar a:a b Emiliano Vega (29 de septiembre de 2009). «Teresa Condeminas, en el ‘Espacio Dedicado’ del Museo Provincial». El Mundo (España). Consultado el 3 de enero de 2013.

Referencias 

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Archivo Histórico “Bernardino de Pantorba” de la Asociación Española de Pintores y Escultores.

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