Las Medallas de la AEPE: Francisco Esteve Botey

Por Mª Dolores Barreda Pérez

Después de ver cómo y cuándo nació la Medalla de la Asociación de Pintores y Escultores, vamos a seguir conociendo más acerca de su creador y en qué galardones se otorga actualmente, con sus correspondientes denominaciones.

Medalla de Grabado Francisco Esteve Botey

del Salón de Dibujo, Grabado e Ilustración

En el año 2016 la Asociación Española de Pintores y Escultores convocó por vez primera el Salón de Dibujo de la AEPE, que constituyó un rotundo éxito. Un año más tarde y con el ánimo de honrar la memoria de los fundadores de la AEPE, se instituyeron los siguientes premios: La Medalla de Dibujo Marceliano Santamaría Sedano, la Medalla de Grabado Francisco Esteve Botey y la Medalla de Ilustración Eulogio Varela Sartorio.

FRANCISCO ESTEVE BOTEY

ESTEVE BOTEY, Francisco    P.G. 1910(N)           19.ene.1884    S. MARTIN PROVENSALS(B)   MADRID              4.jul.1955

El pintor, grabador, aguafuertista y publicista Francisco Esteve y Botey, nació en la localidad barcelonesa de San Martín de Provensals, en 1884.

Hijo de un comerciante radicado en el barrio de Poble Nou de Barcelona, que poseía una especial habilidad para tallar en madera pequeñas figuras perfectamente modeladas, y de Natalia, el matrimonio tuvo tres hijos: Francisco, María Dolores y José María.

Llegó a Madrid siendo muy niño y pronto se descubrió su afición al arte, conociendo pronto también sus primeros éxitos.

Fue un estudiante brillante y su paso por la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid fue realmente extraordinario: obtuvo premios en todas las asignaturas de la carrera, lo que le valió el máximo galardón como alumno con más aprovechamiento.

Discípulo del vallisoletano Ricardo de los Ríos, uno de los más grandes grabadores españoles, un artista formado en la Escuela de Bellas Artes de París, donde residió varios años, «Caballero de la Legión de Honor» y reconocido internacionalmente con siete medallas de oro y tres diplomas de honor.

La estrecha relación con su maestro fue para Esteve Botey fundamental: su maestro fue quien decidió que estudiara grabado, cuya «taumatúrgica ejecución» le atraía poderosamente por su complejidad técnica, por «el color rojo de las planchas de cobre, el verde esmeralda intenso y transparente del aguafuerte, aquel tórculo que lanzaba la prueba»… Él lo recuerda en sus memorias: «Yo hube de dedicarme especialmente al grabado por la voluntad decidida del profesor De los Ríos».

La Gaceta de Bellas Artes del 15 de mayo de 1920

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La estrecha amistad con su maestro le permitió «repatriar» para España, en 1920, las 40 planchas de cobre de «La tauromaquia» de Francisco de Goya. Esteve las compró a De los Ríos en 1920 con dinero propio -25.000 francos- y tras realizar numerosas gestiones, frustradas todas, para que el Estado español las adquiriera, fue el Círculo de Bellas Artes el que las adquirió, tras haber rechazado inicialmente su compra, dando pruebas de lo que el artista calificó de «la desconfianza como norma», cuando ello no le reportaba ningún tipo de beneficio económico particular.

Este hecho tan singular fue recogido en la Gaceta de Bellas Artes del 15 de mayo de 1920 y en la de febrero de 1922, que reproducimos íntegras, por cuanto de hecho histórico debe tenerse y cuya actualidad, desgraciadamente, es tan similar al momento actual que vivimos, que sobrecoge.

La Gaceta de Bellas Artes de febrero de 1922

En la actualidad pertenecen a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, donde forman parte de los fondos de la Calcografía Nacional.

Viajó pensionado por dos veces a Francia, Italia, Bélgica, Inglaterra y Suiza, para ampliar sus estudios.

A los veinte años ganó por oposición la plaza de profesor de dibujo, teoría y práctica del arte en la benemérita institución Fomento de las Artes, cargo que desempeñó cerca de cuatro lustros.

En 1910 fue nombrado auxiliar de la clase de grabado en la Escuela de San Fernando y unos años después profesor de pintura decorativa con la enseñanza de ejercicios prácticos de ornamentación.

Fue profesor de dibujo, teoría y práctica del arte de la Sociedad de Fomento de las Artes, de las Escuelas Normales de Barcelona y profesor de dibujo artístico de la Escuela de Artes y Oficios de Madrid.

Profesor de dibujo artístico de la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Madrid en 1922, de la que fue también Director honorario y Profesor de los Becarios Superdotados del Ayuntamiento de Madrid.

Barcas en el puerto

Desde 1923, fue catedrático de la Escuela Superior de Pintura, Escultura y Grabado de Bellas Artes de San Fernando, y sacó a la luz dos del total de seis libros dedicados al arte, que escribiría a lo largo de su vida: «El grabado» y «El desnudo en el arte».

El primero, que lo convertiría en «el principal teórico del grabado en su época», estaba prologado por otro prestigioso grabador, el mallorquín Bartolomé Maura Montaner, hermano del que fue varias veces jefe del Gobierno de la Restauración Antonio Maura, y socio también de número de la Asociación Española de Pintores y Escultores desde 1910, y reproducía varias obras originales de Esteve Botey. Fue editado en 1914 y hoy está considerado una auténtica «joya bibliográfica».

El segundo, en el que hacía un recorrido por las creaciones pictóricas de lo que siempre consideró «la más bella expresión del Arte, síntesis de la Naturaleza, vituperada precisamente por quienes la miran con ojos profanos», el mismo año de 1926.

Pero, además, desde varios años antes, gozaba del más amplio reconocimiento a su obra. Tras haber alcanzado terceras medallas en las exposiciones nacionales de Bellas Artes de 1908 y 1910, el primer premio del Círculo de Bellas Artes en 1911 y una segunda en la Nacional de 1915, había obtenido una primera, en la de 1920, por un bello y vigoroso tríptico de motivo marinero, «Barcas en el puerto», cuyo título completo era «Barcas en el puerto de Barcelona», según escribió a lápiz en una de las pruebas que se conservan.

Casa de pescadores

Con aquel tríptico, de dimensiones poco habituales en aquellos años -49,4 x 64,5 cm el panel central y 48,5 x 32 cm cada uno de los laterales- y que, según escribió José Francés en «La Esfera», era «la culminación del género», se premiaba «su maestría indiscutible como grabador», diría años después Bernardino de Pantorba en su «Historia Crítica de las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes». Y aquel máximo galardón sería refrendado después con la Medalla de Oro en la Exposición Internacional de Barcelona de 1929.

Francisco contrajo matrimonio con Inés, con quien tuvo dos hijos: Francisco, director de la Biblioteca de Toledo, profesor de la Universidad Complutense de Madrid y autor de varias obras, entre ellas una notable «Historia de la Cultura»; y Lolita, que tras estudiar en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, seguiría como grabadora durante algunos años la andadura artística de su padre y la compartiría con su marido, el también pintor y grabador Luis Alegre Núñez, miembro también de la Asociación Española de Pintores y Escultores y que fuera Premio Nacional de Grabado en 1950.

La saga iniciada por Francisco continúa en su nieta, la pintora, grabadora y profesora de Arte en un instituto madrileño Lola Alegre Esteve.

Adscrito al realismo -Antonio Gallego lo calificaría de «un realismo de buena ley»-, Francisco Esteve Botey creó pinturas y grabados, fundamentalmente, de paisajes españoles y extranjeros con las distintas técnicas con las que trabajaba. Sintió una especial predilección por los motivos marineros. Después del tríptico doblemente galardonado creó, entre otro, un óleo sobre lienzo titulado «Costa cantábrica», que presentó a la Nacional de Bellas Artes de 1943, las litografías de Cudillero, el grabado titulado «Barcas», y otro precioso grabado, el díptico «De vuelta de la pesca», también de gran formato, que fechó en plancha en 1946 y presentó a la Nacional de Bellas Artes de 1950.

Cartón del aguafuerte Pobre hijo

Su habitual forma de trabajar consistía en pintar primero al óleo o a la acuarela directamente del natural, en una sesión rápida. Después plasmaría aquel paisaje con el buril o la punta seca sobre las planchas de cobre o de cinc, traduciendo con minuciosidad los matices y las múltiples calidades de sus grabados, en distintas gamas de rayados o de aguatintas.

Como dibujante, tenía maestría y precisión, derivada de su disciplina de grabador y su excelente paleta de acuarelista, que utiliza tonos cálidos para dotar de frescura sus obras.

En junio de 1928, expuso varias acuarelas en la Galería Nancy, de Madrid, junto a un total de 37 obras. Algunas de ellas fueron reproducidas en varios periódicos madrileños, entre otros el «ABC», y resaltados por los mejores críticos, como Francisco Alcántara, que en «El Sol» habló de Esteve Botey como un artista «descriptivo, minucioso, brillante en ocasiones…»

En la década de los cuarenta realizó una serie de seis litografías titulada «Cudillero», dibujadas con lápiz graso sobre cinc de grano fino y cuyas planchas, con una huella de 30 x 40 cm, de media, son, desde 1998, propiedad del Museo de Bellas Artes de Asturias y con las que alcanzó el Premio Nacional de Grabado, concedido en 1944 por la Dirección General de Bellas Artes.

Dama con mantilla

La asturiana localidad de Cudillero mantuvo con Francisco Esteve Botey una estrecha relación, siendo plasmada en infinidad de lienzos, tablas, cartulinas y planchas de cobre o cinc. Un paisaje evocador con antecedentes pictóricos en la “Colonia artística de Muros”, formada entre los años 1884 y 1890, similar a otras colonias artísticas a las que nos referimos en anteriores biografías.

En Cudillero, donde pasó largas temporadas con su familia, reunía además a sus discípulos de San Fernando pensionados en la Residencia del Monasterio de El Paular, una institución creada, en 1921, por el escultor valenciano Mariano Benlliure, uno de los fundadores de la Asociación Española de Pintores y Escultores, en su época de Director General de Bellas Artes, que dirigiría durante una década, desde 1923.

Trataba de acostumbrarlos a la «pintura al aire libre», porque «el cuadro debe pintarse en el natural, mirando frente a frente los árboles, las rocas y las charcas, en vez de ampliar los estudios con peligrosas invenciones fuera de la verdad», tal como escribió en su «Evocación del viejo Madrid. Recuerdos y experiencias de un viejo pintor».

Remitió asiduamente sus obras a muestras y certámenes, dedicando su vida al estudio del grabado y sus técnicas.

En Madrid, vivía en la calle Onésimo Redondo, 28, el actual Paseo de San Vicente, Nº 20.

Falleció en Madrid, el 4 de julio de 1955.

Francisco Esteve Botey

De él decía otro de nuestros ilustres socios, Bernardino de Pantorba, que “su retina y su pincel están acostumbrados a enfrentarse con el natural; no a huir de él, por seguir borreguilmente cualquier “ismo” de moderna fabricación. Su arte es sencillo y veraz, de los que  no necesitan exégesis; la soltura de su dibujo corre por cauce disciplinado, y su visión del color, nunca estridente, se mantiene afinada, ponderada… la personalidad de Esteve Botey debe señalarse a la juventud como un ejemplo digno de ser seguido”…

Fundador de la Asociación Española de Acuarelistas en 1945 y su primer Presidente, también presidió la Sección de Grabado del Círculo de Bellas Artes, al que siempre estuvo muy vinculado; impulsor de los trabajos de grabadores y acuarelistas, a través del grupo de «los 24» socio fundador de la Revista de Grabado La Estampa; y, sin duda alguna, el teórico y tratadista del arte de la incisión de mayor importancia en la historia artística española.

Concurrió, entras otras, a las Exposiciones artísticas celebradas en Buenos Aires, Aix-les-Bains, Bruselas, Munich, Brighton, Londres y Panamá, así como las de Madrid, Barcelona, Bilbao, Málaga, Cádiz, etc.

Figuró como jurado de concursos, exposiciones y oposiciones, y en el primer Congreso Nacional de Bellas Artes celebrado en Madrid por iniciativa de la Asociación de Pintores y Escultores, ocupó una presidencia.  Colaboró ​​con originales literarios y artísticos en importantes revistas y publicaciones de arte.

Dos de las múltiples portadas que las obras de Esteve Botey publicó en la revista Blanco y Negro

Corrida de toros pueblerina, obra presentada al XVIII Salón de Otoño

Premios y distinciones:

Tercera Medalla de la Exposición Nacional de 1908 y de 1910; Segunda Medalla en la de 1915 y Primera Medalla de la Exposición Nacional de 1920; Primera Medalla de Grabado de la Exposición Nacional de 1929; Medalla de Oro en Panamá en 1916; Premio en el Concurso del Círculo de Bellas Artes de Madrid de 1919; Primer premio del Concurso Nacional de Grabado 1923; Premio Nacional de Grabado en 1944; Medalla de Oro en grabado en la Exposición Internacional de Barcelona en 1929; Medalla de Honor de la Agrupación de grabadores; Medalla de Honor de la Diputación de Alicante; Académico correspondiente de las de San Jorge, San Carlos, y de Cuba; Cruz de Alfonso XII; Cruz de Alfonso X el Sabio; Encomienda de Alfonso X el Sabio; Oficial de la Academia de Francia en 1932; Medalla Roig Enseñat en el primer Salón del Consejo Nacional de la Acuarela, en junio de 1955

Entre otros escritos, La evocación del viejo Madrid. El camposanto de San Mateo. Recuerdos y experiencias de un viejo pintor; Publicó seis libros de arte, “Grabado” (1914) declarado «de Mérito», El grabado en la ilustración del libro, y colaboró en algunas revistas de arte, como Coleccionismo (226) en 1922.

Parque de París, presentada al XVII Salón de Otoño

Autorretrato

Francisco Esteve Botey y la AEPE

Socio de Número de la Asociación donde ingresó en 1910. Donó obra para el festival benéfico en 1915.

Socio de Mérito en el Salón de Otoño de 1927 y Socio de Honor en el de 1929.

Vocal de la Junta Directiva entre el 27 junio de 1929 y 1930.

Se hizo cargo de la dirección de la Gaceta de Bellas Artes.

Presentó obra a once Salones de Otoño, concurriendo como forma de alentar a las nuevas generaciones de artistas y apoyarlos en la exhibición de sus obras.

Al I Salón de Otoño de 1920 presentó un grabado titulado “Aguafuerte”.

Al VII Salón de Otoño de 1927 la pintura titulada “Lolita” y la pintura “Nuestra Señora de París”

Al IX Salón de Otoño de 1929 presentó las pinturas “Paisaje del Guadarrama” y “Claustro de Santillana del Mar”

Al XVI Salón de Otoño de 1942 la pintura “Lirios del Valle” y el grabado “Nieve en Venecia”

Al XVII Salón de Otoño de 1943 la pintura “Garganta en el purtagorio (El Paular)” y el grabado “Jardín de Saint Cloud (París)”

Al XVIII Salón de Otoño de 1944 los grabados “Campesina”, “Somnolencia” y “Corrida de toros pueblerina”.

Al XX Salón de Otoño de 1946 presentó el grabado “Oración”

Al XXII Salón de Otoño de 1948 la acuarela “La Virgen del Lluch (Mallorca)” y el grabado “Puente de Austerlik”

Al XXIII Salón de Otoño de 1949 presentó la acuarela “Casas de pescadores en Asturias”

Al XXV Salón de Otoño de 1952 la acuarela “Enfermera” y el grabado “Hogar asturiano”

Al XXVI Salón de Otoño de 1954 la pintura “Casa de la Hermandad del Señor”

«Enfermera», obra presentada al XXV Salón de Otoño

«Descanso»

«Un canal de Venecia», aguafuerte

«La vieja gitana», acuarela

«Cardando lana»

«Fuente de Apolo»

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Bibliografía y webgrafía

“Historia y crítica de las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes celebradas en España” Pantorba, Bernardino de [1948], Madrid, Jesús Ramón García-Rama, 1980, p. 400.

“El grabado en España. Siglos XIX-XX”, Valeriano Bozal, «Summa Artis», Madrid, Espasa Calpe, 1988, t. XXXII, pp. 617-618.

Vega, Jesusa, Catálogo de estampas, Madrid, Museo del Prado, 1992, pp. 39-40.

https://www.museodelprado.es/aprende/enciclopedia/voz/esteve-y-botey-francisco/4680398e-47ce-4fe6-9cef-2aa96688fcad

https://aedamadrid.org/wp-content/uploads/2020/07/20200707_Acuarelia_83.pdf

https://dialnet.unirioja.es/servlet/autor?codigo=1350880

http://www.culturaydeporte.gob.es/mnceramica/colecciones/seleccion-piezas/pintura-artes-graficas/barcas-en-el-puerto.html

https://www.lne.es/nueva-quintana/2010/01/25/esteve-botey-fascinacion-cudillero/861563.html

https://www.duran-subastas.com/tienda-online/pintura/francisco-esteve-botey-la-vieja-gitana.html

La Correspondencia de España 25/10/1925 5/1/1913  27/10/1914  29/10/1914  8/12/1914  9/12/1914  22/5/1915  23/5/1915  16/7/1915  28/10/1915  8/9/1917  29/8/1918  5/3/1923

La Esfera 24/7/1920  11/2/1922

La Ilustración artística  14/7/1915

Archivo Histórico “Bernardino de Pantorba” de la Asociación Española de Pintores y Escultores

www.gacetadebellasartes.es

www.salondeotoño.es

Las Medallas de la AEPE: Marceliano Santa María Sedano

Por Mª Dolores Barreda Pérez

Después de ver cómo y cuándo nació la Medalla de la Asociación de Pintores y Escultores, vamos a seguir conociendo más acerca de los galardones en los que se otorga actualmente, con sus correspondientes denominaciones. 

Medalla de Dibujo “Marceliano Santa María Sedano”

del Salón de Dibujo, Grabado e Ilustración

En el año 2016 la Asociación Española de Pintores y Escultores convocó por vez primera el Salón de Dibujo de la AEPE, que constituyó un rotundo éxito.

Con este Salón, buscamos que sea a través del lenguaje universal que representa el dibujo, una de las formas de engrandecer la manifestación artística de la pintura, mediante la eclosión de una técnica de representación elevada, base de toda la creación plástica, en una exposición de obras seleccionadas, siguiendo estrictos criterios de calidad y excelencia.

Además del dibujo, el grabado ha sido también una técnica muy utilizada por los artistas, que estamos intentando recuperar y elevar al nivel que merece. Y lo mismo ocurre con la ilustración, mermada drásticamente de cualquier presencia expositiva, que debe ocupar su espacio y que nos gustaría dignificar.

El Salón del Dibujo, Grabado e Ilustración de la AEPE, constituye pues una cita grandiosa, una excelente oportunidad de presentar el talento y la calidad de todos los artistas y cuenta con dos premios instituidos especialmente para honrar a los fundadores de la centenaria entidad y para terminar de reconocer la importancia que esta cita tiene en el calendario expositivo de la entidad.

En 2017 y gracias a la propuesta que realizara el Presidente de la AEPE, José Gabriel Astudillo, bajo el título de “La plenitud de los nombres”, se acordaba la reorganización de los premios y galardones que otorgaba la institución en los distintos certámenes y concursos habituales. En el caso del Salón del Dibujo, Grabado e Ilustración, y como en el resto de las ocasiones con el ánimo de honrar la memoria de los fundadores de la AEPE, se instituyeron los siguientes premios: La Medalla de Dibujo Marceliano Santamaría Sedano, la Medalla de Grabado Francisco Esteve Botey y la Medalla de Ilustración Eulogio Varela Sartorio.

MARCELIANO SANTA MARIA SEDANO

SANTAMARIA SEDANO, Marceliano  P   1923  18.jun.1866   BURGOS   MADRID  12.10.1952

Presidente de la Asociación de Pintores y Escultores

Director de la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos

El año 2021 se cumplen 155 años de su nacimiento

Autorretrato

El pintor, academicista e impresionista Marceliano Santa María Sedano o Marceliano Santamaría y Sedano como también lo escriben distintos medios, nació en Burgos, el 18 de junio de 1866, en el seno de una familia artesana dedicada a la platería.

Con su padre, Luciano, aprendió los oficios de platero, oribe (el trabajo con oro) y joyero, y básicamente a dibujar, a fuerza de diseñar cálices y custodias, construyendo candelabros y martillando bandejas.

Es en el taller donde adquiere una sólida formación estética y espiritual que le acompañaría de por vida, en la ciudad sonora del pasado, en el taller de orfebrería religiosa y repartida entre libros y pinceles. Este sedimento romántico saldrá siempre a la superficie en sus obras y en su vida personal, que reflejará la emoción y el alma del artista.

Alternó los estudios de bachiller, que terminó en Palencia, con los artísticos de la Academia de Dibujo, situada en la antigua sede del Consulado del Mar de Burgos, donde impartían clases los maestros Isidro Gil Gavilondo y Evaristo Barrio.

En compañía de su tío Ángel Sedano Espiga, canónigo de la Catedral, se trasladó a Madrid, en 1885, con el deseo de asistir a las clases del Círculo de Bellas Artes y a la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando.

Apenas llegado a Madrid, un trágico accidente puso en gravísimo peligro su vida. En la calle de San Bernardo le atropello un tranvía, destrozándole la mandíbula inferior y parte del cuello. Sacado de entre las ruedas y conducido a su domicilio, después de la primera cura en la Casa de Socorro, tardó más de diez meses en triunfar su robusta naturaleza contra la muerte. 

Entró después como aprendiz al estudio del pintor Manuel Domínguez Sánchez, teniendo como compañeros a los artistas Fernando Álvarez de Sotomayor y Eduardo Chicharro Agüera, ambos fundadores de la Asociación de Pintores y Escultores y además, Presidentes, como él mismo luego, de la misma, llegando el uno a Director del Museo del Prado y a Director de la Academia Española de Roma el otro.

En 1885 obtuvo el Segundo Premio en la Exposición de Bellas Artes de Burgos con un estudio de paisaje, después de haber realizado diversos trabajos de ilustraciones.

En el campo

Logró el Primer Premio al año siguiente y tras la concesión de la Tercera Medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1890, fue becado por la Diputación Provincial de Burgos para ampliar estudios en Italia, fijando su residencia en Roma durante cinco años, compartiendo pinceles con Rafael Romero de Torres, con Mateo Inurria, con artistas que como él, ansiaban la gloria y rezumaban un intenso amor al arte.

Fue allí donde pintó el famoso lienzo El triunfo de la Santa Cruz en las Navas de Tolosa, en el que ha sabido conservar como tantas otras obras del maestro, hitos de los momentos evolutivos de su arte, y del que la crítica italiana destacó que era “miltoniano de concepto y miguelangesco de ejecución”. Todo en él es arrogante y gigantesco: cerca de 6 metros por cinco, la composición, el episodio que conmemora, la técnica segura, la frescura del trazo, la espontaneidad de la ejecución…

Paisaje castellano

Pintado en pleno verano, el terrible calor húmedo de Roma se lo puso difícil al maestro, que se encerró con el cadáver de un enorme caballo blanco, recién muerto, y tres negros vivientes y sudorosos. La descomposición del equino y la exudación, causaban una atmósfera nauseabunda que el artista venció, pese a los desvanecimientos, contando el autor en entrevistas posteriores, que perdió parcialmente el sentido del olfato de buenos olores, conservando de forma pertinaz el de los repugnantes, lo que nos da idea de su concepto realista de la pintura.

El triunfo de la Santa Cruz en las Navas de Tolosa

En 1895 vuelve a España para afincarse en Burgos, donde el Ayuntamiento de Burgos le requiere para pintar cuadros, murales y techos.

A partir de 1900 se dedica a la enseñanza en Burgos y crea una famosa escuela de pintores que siguieron con su estilo; además, el pintor realizó numerosos retratos reales, retratos de aristócratas y burgueses locales. No obstante, el sobrenombre de «Pintor de Castilla» le viene por sus innumerables paisajes, de una sensibilidad cercana a la mostrada en literatura por la generación del 98, que consideraba Castilla y sus paisajes como médula de España.

Ya en Madrid, inició nueva etapa artística que incluyó también una intensa dedicación pedagógica, ejerciendo la docencia en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos.

Sol de verano

La Medalla de Primera Clase la ganó en la Exposición Nacional de 1910 con Angélica y Medoro. Destaca su colaboración en muchos concursos y escritos en publicaciones de la época (Blanco y Negro, Revista Moderna, La Ilustración Española y Americana, Boletín de la Real Academia de San Fernando, Caras y Caretas, etc.).

Angélica y Medoro

En 1912 fue elegido miembro de la Real Academia de San Fernando a los cuarenta y seis años de edad.

En diciembre de 1914 falleció su madre.

Vivía Marceliano con su hermana Carmen, viuda de Teodoro Boneta y Osés, Mayor de Intendencia Militar, hasta que se casó con Carmen Arán, aunque en algunos inventarios figura como Orán, si bien el chalet donde vivía era “Villa Arán”, y los familiares mantienen el apellido Arán.

La fama del pintor fue extendiendo la enorme popularidad adquirida hasta que en 1914 apareció, en las columnas de La Esfera, el primer comentario del que fuera su principal cronista Silvio Lago, seudónimo de José Francés, además de otras muchas críticas que evidencian la estima hacia el pintor de ilustres personajes de la época, como Valle-Inclán, Azorín, Camón Aznar, fray Justo Pérez de Urbel, Armiñán, Sánchez Camargo, Cossío, de la Fuente, etc.

El río

Representó a la Academia de San Fernando en el Primer Congreso Nacional de Bellas Artes, en 1918, que fue organizado por la Asociación de Pintores y Escultores, perteneciendo al Comité Ejecutivo del Congreso.

Desempeñó entre otros, los cargos de Presidente de la Asociación de Pintores y Escultores, Presidente de Honor del Círculo de Bellas Artes y Académico correspondiente en diversas Academias nacionales y extranjeras.

Retrató a innumerables personajes de la época como Echegaray, Eduardo Dato, Primo de Rivera, Franco y pintó en veintiséis ocasiones al Rey Alfonso XIII, la primera de ellas cuando aún no había sido proclamado Monarca de España, y en otras varias a su esposa, la Reina Doña Victoria Eugenia.

Programa de mano de la exposición de Burgos de 1923

En 1919 participó en una exposición hispano-francesa de Zaragoza junto a Beruete, Regoyos, Francisco Domingo, Picasso, Arteta, Vázquez Díaz, Gargallo, Bonnard, Vlaminck y otros. Era por entonces presidente de la sección de pintura del Círculo de Bellas Artes de Madrid.

Pasaba las vacaciones en su ciudad natal, dedicando gran parte de la actividad a pintar el paisaje burgalés, ganándose el apelativo de “Pintor de Castilla”, como hasta hoy se le conoce.

El Ayuntamiento organizó una exposición individual en 1923 y acordó nombrarlo Hijo Predilecto de Burgos el año siguiente, entregándoselo junto a la Gran Cruz de Isabel la Católica, solicitada previamente por el Concejo.

La Ilustración Española y Americana de 1913

Premiado en numerosísimas ocasiones, fue condecorado con la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio, la Gran Cruz de Leopoldo II de Bélgica, el título de caballero de la Legión de Honor, la Medalla de Oro de la Cruz Roja Española, la Medalla del Trabajo, entre otros honores, como el de caballero del Santísimo y Santiago de Burgos.

En 1934 fue nombrado Director de la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos, cargo que ocupó hasta su jubilación.

En este año, recibe la Medalla de Honor en la Nacional de Bellas Artes, lo que supone su definitiva consagración en el mundo de la pintura.

Durante la Guerra Civil, su salud empeora y tiene que ingeniar soluciones para poder pintar, ya que le era imposible comprar los instrumentos necesarios. Tras la contienda, continuó su actividad con mucha menos intensidad. En esta época recibió la Medalla de Oro Extraordinaria del Círculo de Bellas Artes en 1943, y también se convirtió en mentor, protector y benefactor de jóvenes artistas.

Rebaño

Gracias a su mediación, en agosto de 1944 el Ayuntamiento de Burgos cedió el Palacio de la Audiencia de Burgos, a la Asociación Nacional de Pintores y Escultores para llevar a cabo una muestra cuyos protagonistas fueron los burgaleses Marcela Escolano, que presentó doce obras, en su mayoría paisajes, y Pablo Remacha, en la especialidad de forjado. Fue una gran innovación el coprotagonismo del género femenino en la muestra, siendo Marcela Escolano la única mujer que triunfó dentro del panorama de la pintura burgalesa en la época.

En Burgos logró ser profeta en su tierra, con una estima popular tan importante, que la corporación municipal acordó concederle la Medalla de Oro de Burgos en 1946.

Busto del artista en el Paseo del Espolón de Burgos

En 1948 el Gobierno Civil, la Diputación Provincial y el Ayuntamiento de Burgos patrocinaron una exposición individual en el Teatro Principal de Burgos, que también dedicó al pintor de Castilla un museo, instalado en el antiguo Monasterio de San Juan y el salón o andén central del paseo del Espolón, que está presidido por su busto.

Programa de mano del homenaje del Club Rotary

Además de pintor, Marceliano Santa María fue ilustrador, director artístico de empresas dedicadas a las artes industriales, proyectista de obras de orfebrería, alfombras y vidrieras, jurado casi sin cesar y promotor de exposiciones; es decir, uno de los prohombres que tuvieron en sus manos un magnífico tanto por ciento de la actividad artística española de la época.

Programa de la exposición en las Galerías Layetanas de Barcelona de 1935

Y si por todo ello no fuera suficiente, podía haber ejercido perfectamente la escultura, que también practicaba con acierto; dio conferencias; se entregó a la enseñanza; estimuló vocaciones mediante el magisterio artístico, incluso negándose legítimos ocios de jubilado. Y escribió un muy considerable puñado de artículos y discursos académicos, donde se evidencian sus inquietudes culturales y su insobornable pasión por Burgos y por Castilla.

Fotografía aparecida en La Esfera, en 1914

Silvio Lago, el crítico, y José Francés, el amigo, escribían así acerca de su figura:

…”el maestro alcanzó gloria pronto en el arte de retratar gentes, componer humanas escenas y evocar aventuras y poemáticos idealismos… y se dio a amar por entero la contemplación y relato de su tierra nativa y a mantener ferviente la nostalgia de la figura del Cid…

…murió en plena dedicación de lo que constituyera la ilusión y la actividad infinita de toda su vida: el arte….

…cada verano, Santa María volvía a su tierra, lo que se traducía en una serie, sin cesar renovada, de visiones frescas, fragantes, plenas de claro optimismo, felizmente opuestas a la tendencia monocroma que suele oscurecer el arte de los pintores en su máxima senectud….

… artista dotado de una inmarchitable ingenuidad, de una casi infantil ufanía… la sensatez noble, el equilibrio reflexivo y, sobre todo, su infinita bondad y tolerancia… su obra estuvo saturada de cultura literaria, de apasionado conocimiento de la historia de la patria…

… entre el Triunfo de la Santa Cruz y Angélica y Medoro, se suceden veinte años de una renovación estética constante, de un permanente anhelo de perfecciones sensoriales y espiritualismos cada vez más sensibles, hasta llegar a la depurada quintaesencia de su arte, donde la verdad y el ensueño se fundían en unas creaciones que heredaban legítimas la aúrea atmósfera y voluptuosa complacencia cromática de los venecianos…

… Marceliano rinde tributo a su época. Está siempre en la vanguardia y compite con los maestros coetáneos. Así, no solamente puede estudiarse a lo largo de la dilatada obra de Santa María su propia personalidad, sino hallar como un resumen de las diversas tendencias que han agitado la pintura española durante el último período del siglo XIX y los primeros del XX.

… aborda y triunfa en todos los géneros:

El lienzo histórico: Triunfo de la Santa Cruz, Las hijas del Cid, Se va ensanchando Castilla …

El cuadro simbolista: El mar dará sus muertos (La Resurrección de la carne)…

La pintura decorativa: techos del Ayuntamiento de Burgos y del Palacio de Justicia de Madrid… El cuadro anecdótico y costumbrista: ¿Será difteria?, A la Epístola…

Los cuadros de tendencia social y melodramática…

El cuadro al gusto finisecular: Entierro de una niña, A mejorar la raza burguesa. …

Los temas religiosos: Santa Teresa, El Buen Pastor, Santa Casilda, San Benito, Las Animas, La Santísima Trinidad…

El cuadro de tema rural, de concepto reciamente naturalista: El esquileo…

… pero predominan en su obra los temas cidianos, reflejados con un esplendor cromático propio de Tiziano, composición robusta, sobria de tonos, enérgica de trazo, con la obsesión de enaltecer lo supremo de la pintura y la personificación de la misma y la lealtad castellanas.

… Sus paisajes rurales son obras con un aparente aspecto de grandes bocetos de impresionistas y fugaces interpretaciones, donde predominan las gamas claras, azules, transparentes, rosadas lejanías, verdores jugosos y la canción del agua en regatos y arroyos, o majestades fluviales. Son obras que siempre interpretó del natural y jamás reinterpretó en el interior de un estudio.

… Pasó la guerra civil en Madrid, con angustia e inquietud, pero con la alegría inesperada de recibir un sobre franqueado en la zona nacional, con un sello en el que se reproducía su cuadro “Se va ensanchando Castilla” y que constituía un homenaje al arte del pintor. 

… Marceliano Santa María es robusto, musculoso, bien plantado, con los hombros anchos de un guerrero de castellana historia … Y es, al mismo tiempo, sencillo, parco y sentimental, como un pastor de égloga o un oteador de horizontes en el ingente silencio de las cumbres…

… He sido testigo tembloroso, apenado, de los últimos momentos de Marceliano Santa María y puedo decir que la última impresión vital que se llevó al otro mundo fue la de una infinita alegría, al decirle yo —el amigo y el crítico tan leal a él— que su cuadro Ya se van los pastores a la Extremadura y el boceto del retrato de su sobrina con el hijo, niño, me parecían admirables. Fue esta idea la postrera de su pensamiento….  

Paraje con pinos

Marceliano falleció a las dos de la tarde víctima de una bronco-neumonía, en su casa estudio de la calle Abel, 17, cuando contaba con 86 años. Cuatro días antes, seguía pintando su cuadro “Ya se van los pastores a la Extremadura”, aquejado de un fuerte catarro que degeneró pero que le mantuvo en pleno uso de sus facultades.

En el momento de su muerte se encontraban con él su sobrino, Juan Antonio Arán Martínez de Setién Santa María (al que había adoptado como hijo propio al carecer de descendencia) y el crítico y amigo Juan Francés.

Retrato de Carmen Orán, esposa del pintor

Fue enterrado en la Sacramental de la Almudena, junto a su esposa Carmen Arán.

Junto a su hijo adoptivo

Marceliano Santa María y la AEPE

* En el XII Salón de Otoño de 1932:  Aparece inscrito como Santa María, (D. Marceliano). Reside en Madrid, Abel, 11. Sala V Pintura:

21.- “Un páramo” (óleo, 0,76 x 0,90

22.- “Aldea solitaria” (óleo), 0,90 x 0,97

* En el XIII Salón de Otoño de 1933, el maestro contó con una Sala propia en la que exhibió 33 obras: Luz dorada, El sendero, Ancha es Castilla, Burgos, El Tajuña, Calle de Poza de la Sal, El Manzanares, Cauce en el Soto, Urones, Villalvilla, Cuestas de Zulema, Ventorrillo, Pradoluengo, Gavillas, Ermita de Toberna, Casas rústicas, El esquileo, Campo de Burgos, Tierra labrada, Calle de Pradoluengo, Quintanilleja, Páramo, El río Henares, El Pardo, Aldea solitaria, Arroyo de Gredos, Tierra encendida, Calleja sombría, Campos de oro, Arboleda, Serranía, Pinar y Calle de Cotar.

* En el XV Salón de Otoño de 1935 apareció inscrito como “Santa María (D. Marceliano), natural de Burgos. Reside en Madrid, Abel, 19. Socio de Honor del Salón de 1923. Al mismo, concurrió con cinco obras que se exhibieron en la Sala III:

29.- “Covarrubias” (óleo) 0,65 x 0,71

30.- “El vado” (óleo) 0,65 x 0,71

31.- “Lejanía” (óleo) 0,80 x 0,85

32.- “Ribera frondosa” (óleo) 0,65 x 0,71

33.- “Molinillo” (óleo) 6,65 x 0,71

Molinillo, obra presentada al XV Salón de Otoño

* En el XXIV Salón de Otoño de 1950 estuvo también presente en la Sala XI, dedicada a los Fundadores de la Asociación de Pintores y Escultores, junto a artistas como Espina y Capo, Moreno Carbonero, Pinazo, Joaquín Sorolla, Zubiaurre… con tres obras:

21.- “Quintanilla Vivar”

22.- “Fruta del tiempo”

23.- “Puente rústico”.

Fruta del tiempo, obra presentada al XXIV Salón de Otoño

* En el XXV Salón de Otoño de 1952 también presentó tres obras:
246.- “Aldea castellana” (óleo)

247.- “Camino de Lilaila” (óleo)

248.- “Panorama burgalés” (óleo)

Aldea castellana, obra presentada al XXV Salón de Otoño

* En el XXIX Salón de Otoño de 1957 estuvo presente ya que la Junta Directiva quiso recordar al maestro dedicándole una Sala de Honor (Sala IV) al que “fuera nuestro Presidente, Socio de Honor y Fundador, Medalla de Honor de las Nacionales, gloria de la pintura española, aquel simpático y cordial ejemplar humano que fue el Sr. D. Marceliano Santa María”. En la misma, se exhibieron las obras: “Sra. Dª Milagros de la Paz de Matos” (retrato), “Bodegón”, “D. Florencio Rodríguez” (retrato), “Conchita” (retrato), “La resurrección de la carne”, “Esposa del autor” (retrato), “Ilmo. Sr. D. Luis Sánchez Cuervo” (retrato), “Excmo. Sr. D. Ricardo Rada” (retrato), “D. José Rodiles de  Salas” (retrato), “María Luisa Simón” (retrato), “Retrato familiar” (obra póstuma), “D. Juan Antonio de Arán” (retrato), “Excmo. Sr. D. José Echegaray” (retrato), “Excmo. Sr. D. Manrique Mariscal de Gante” (retrato), “Dña. Carmen Heredia de Regueral” (retrato), “D. José Rodiles Pascual” (retrato), “Bodegón”, “Dña. María Fabra de Fraile” (retrato), “Regreso de la cacería”, “La solana”, “Villalvilla”, “Orbaneja”, “Zagala”, “Vivar del Cid”, “Gavillas”, “Tierras del Cid”, “Panderetera”, “Sesteando”, “Nieve en Amaniel”, “Lavadero de Cortes”, “La parva”, “Río Cardeña”, “Autorretrato”, “Tierra mater”, “Portillo”, “Trillando”, “Lavanderas del Arlanzón”, “Serpenteo del cauce”, “Panorama burgalés”, “Sigüenza”, “Castellana”, “Vado de Escaño”, “Parador de Villatoro”, “Calma estival”, “Lavadero cubierto”, “Calle de Poza de la Sal”, y “Colegiata de Peñaranda”.

* En el XXXIII Salón de Otoño de 1962, con motivo del aniversario de la fundación de la entidad, estuvo también presente en la Sala Quinta, llamada Sala de Fundadores, junto a otros artistas como Joaquín Sorolla, Valentín Zubiaurre, Chicharro, Álvarez de Sotomayor, … en la que se exhibieron sus obras:

143.- “Término de Villacienzo” (óleo)

149.- “Parador de Villatoro” (óleo)

165.- “Retrato de Inmaculada Martínez de Setién” (óleo)

Ventorrillo, obra presentada al XXXIII Salón de Otoño

* En el XXXVIII Salón de Otoño de 1967 se presentó una Sala de Maestros con nombres señeros como Chicharro, Soria Aedo, Roberto Domingo, Cruz Herrera, Bardasano… exhibió dos obras:

321.- “Figura”

322.- “Paisaje”

Retrato de Inmaculada Martínez de Setién que se exhibió en el XXXIII Salón de Otoño

EN 2021 SE CUMPLE EL 155 ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DEL ARTISTA

La conmemoración de los nacimientos o las defunciones, por la proximidad a los seres eminentes que han merecido este homenaje, casi pueden reducirse a una entrañable evocación. Si en el momento de su óbito surgió la necrología, aún viva y caliente, al correr de los años su recuerdo se encuentra en una zona de transición, en la que gravita el pasado, en colisión con los gustos, los modos y las modas del presente.

Tan sólo en el curso de varias generaciones llega a consolidarse la fama, y así podemos afirmar que por un escalonamiento de juicios llegamos a hacer un análisis sereno del pretérito, tanto por lo que respecta al personaje como a sus obras.

A veces la estela de la vida de un gran hombre se pierde en un Guadiana espiritual para aparecer en la superficie pasados muchos años como en un descubrimiento maravilloso, que, pese a los avatares del olvido, justifica esa constante de las artes y de las letras, ya que, sin el apoyo de lo que fue, lo llamado nuevo y lo moderno, con cierta petulancia de inventores gregarios, no podría existir. Son importantes, sin embargo, estos recuerdos y volver nuestra atención a los que por sus obras fueron objeto de admiración, estima y enseñanza.

Mas sin pasado, sin memoria para juzgar el pasado, lo presente no tendría sentido.

Ribera

Santa María triunfó en las difíciles circunstancias del renacimiento contemporáneo, sin apartarse sin embargo, de lo que resultaba todavía discreto. Pero su verdadera cumbre la alcanzó en 1933, en el marco del Salón de Otoño, organizado por esta Asociación de Pintores y Escultores, con en una sala repleta de paisajes de Castilla, junto a otra sala de extraordinario valor consagrada a Julio Romero de Torres. El éxito es popular, de una espontaneidad extraordinaria, de una unanimidad de crítica de los matices más contrarios en el campo del periodismo. La pintura española había sabido interpretar de una manera original los valores ambientales del paisaje burgalés, donde se resume una Castilla no del todo esteparia, sino una Castilla con reflejos de agua, con alcores amables, con lejanías íntimas y acogedoras vistas, e interpretadas de una manera espontánea, sin profundizar en valores anecdóticos de un puro paisaje o valores sicológicos del paisanaje, con la inspiración del paisaje burgalés sentido a la manera de un profeta (frase que repetía muchas veces Santa María), que capta rápidamente, taquigráficamente, la extraña enseñanza de una luz superior, esta luz admirable y difícil de Castilla, tratada de una manera etérea con un mínimo de plasticidad, con fugacidad instantánea, en una especie de síntesis de dos horas de observación, donde se expresa y recoge un mundo en el solo instante de unas pinceladas.

Así como la escuela impresionista francesa había conseguido esa misma expresión en el color, Santa María trató de crear otra escuela de valores ambientales puramente luminosos, con una vibración acertada de colorido, del que no se aparta, pero que no es lo esencial en sus cuadros. Es precisamente cuando pretende resaltar con preferencia efectos de color, cuando sus paisajes resultan ser acertados, porque su verdadera originalidad está, como repito, en conseguir el valor expresivo de una luz viva, como aquel Zohar o luz mística propia de sus antepasados israelitas en Castilla.

Marceliano había ya ganado la medalla de honor, máximo galardón, un año antes de que se la concediesen en la exposición nacional de 1934. La había ganado en ese Salón de Otoño de 1933. Poco importaba ya el cuadro concreto a que se había de otorgar ese galardón, en lucha con colosos como Gutiérrez Solana, Soria Aedo y Maiffren. Ese premio sólo podía ser el resumen de un historial y la creación de un estilo. El estilo fue el de sus paisajes burgaleses que habían quedado consagrados desde el año anterior. Santa María conjuga su libertad y espontaneidad a una especie de ascenso de escalafón, de avance firme entre distinciones oficiales y trabajo de academias.

El esplendor lo vivió en ese Salón de Otoño, luego en Burgos, cuando recibió la Medalla de Oro de la ciudad, la Gran Cruz de Isabel la Católica, la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio,… el ocaso lleva viviéndolo ya desde hace casi medio siglo en el que su visión de Castilla ha sido poco a poco olvidada de manera trágica e imperdonable.

EL OLVIDADO PINTOR DE CASTILLA

El Museo del Prado está en deuda con el artista. La mayor pinacoteca nacional cuenta en su inventario con cinco obras del pintor burgalés. Sin embargo, ninguna de ellas se puede ver en Madrid:

* “La misa de pontifical”, para cuyo personaje central, el obispo arrodillado, tomó como modelo a su amado tío, canónigo de la catedral de Burgos, se encuentra en depósito en el Palacio Real de Riofrío.

La misa de pontifical

* “El triunfo de la Santa Cruz en la batalla de las Navas de Tolosa”, pertenece al Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, pero se encuentra en depósito en el Museo Marceliano Santa María, aunque ahora mismo no se exhibe debido a las obras que acaban de llevarse a cabo en el Monasterio de San Juan que acoge la colección.

El Triunfo de la Santa Cruz en la Batalla de las Navas de Tolosa tal y como se exhibía en el Museo Marceliano Santa María

* “Angélica y Medoro”, también del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, en depósito en el Museo Marceliano Santa María de Burgos.

Angélica y Mérodo

* “Las hijas del Cid”, perteneciente al Museo del Prado, pero que aparece como “No expuesto”, comprensible al apreciarse perfectamente el ruinoso estado de conservación que muestra y cuya fotografía exhibe la propia web del Museo.

Las hijas del Cid

* “Páramo”, perteneciente al Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, pero actualmente en depósito en el Museo de Salamanca.

Páramo

Incomprensible pero cierto… la obra de este gran pintor no tiene cabida en el Museo del Prado ni en el Reina Sofía. Definitivamente, no interesa. Además, habría que añadir la censura moralizante que en la actualidad sufrirían algunas de estas obras, cuya exhibición sería impensable: una misa… que a nadie ya interesa, la batalla de las Navas de Tolosa, en donde los esclavos negros, (me niego a escribir aquí hombres de color porque ¿de qué color son?, ¿en qué contexto histórico nos encontramos?) son arrollados por la victoriosa y triunfante Cruz… imposible exponer este cuadro en el contexto actual, visto con los ojos maledicentes de la progresía absurda, como imposible es aquel otro de Soria Aedo titulado “Turbas sin Dios”, que representa la quema de una iglesia y la profanación de un crucifijo por las turbas republicanas…. Porque como escucho ahora en las visitas guiadas, un desgraciado incendio ocurrido en 1936, destruyó el edificio…

En Madrid, la ciudad que le aplaudió y encumbró, solo pueden verse dos lienzos suyos en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando: el titulado “Atalaya castellana” y el “Retrato de Carmen Orán”, en cuyo inventario nadie ha reparado que el apellido de su mujer no se corresponde a la ficha, ya que figura como Orán, siendo Arán el correcto.

Retrato de Carmen Orán, en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando

Pueden verse también, aunque sólo en los días visitables, los frescos que pintara en el Palacio de Justicia de Madrid, tan de actualidad hasta hace poco, ya que bajo sus techos se ha llevado a cabo el famoso juicio del proceso de Cataluña.

Atalaya castellana, también en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando

Y quitando las colecciones y coleccionistas privados, cuyo número será elevado, pero de los que el común de los mortales no tenemos acceso, ninguna otra obra de Marceliano Santa María puede verse en Madrid.

Una deuda que bien podrían reparar algunas instituciones echando mano a la familia, deseosa de perpetuar el reconocimiento del artista, con sus magníficos paisajes tan característicos tan diferentes a los evocados por la generación del 98, pero tan esenciales para entender la vida y el arte de ese periodo de la historia artística de España que parece esfumarse sin remedio.

MUSEO MARCELIANO SANTA MARIA DE BURGOS

El Museo Marceliano Santa María de Burgos se encuentra enclavado en el Claustro del Monasterio de San Juan Bautista de la capital burgalesa. De titularidad municipal, ha atravesado por distintas etapas de olvido por parte del consistorio, que actualmente ha vuelto a reunir al patronato desde que en 1979 lo hiciera por última vez, para determinar el futuro de la sede.

Las obras de la cubierta del claustro han obligado a desmontar las obras de este museo, que aguardan custodiadas lo que al respecto determine el patronato, que debe ahora aprobar un proyecto de musealización y lanzar un concurso de ideas que adapte un espacio tan complejo y permita la colocación de las obras.

Museo Marceliano Santa María en Burgos

Otro gran problema que debe vencer el patronato es la asignación en los presupuestos municipales de un presupuesto propio, del que hasta este momento ha carecido el museo, ya que el potencial del museo, que es excelente y de primer orden, necesita de otros proyectos especiales (como exposiciones temporales o cualquier otro tipo de evento), para mantener el museo activo y convertirse en una opción que el público aprecie y distinga. De ese movimiento y de esa intensidad, dependerá el interés del público, posibilitando que se ofrezca a los visitantes una forma interesante de conocer el arte y al artista.

De todo ello depende que el futuro Museo Marceliano Santa María se convierta en un auténtico referente cultural de Burgos, de España y por supuesto, de la escena internacional.

Museo Marceliano Santa María

El museo se nutre de fondos propios de la ciudad de Burgos, pertenecientes al Ayuntamiento, así como de obras en depósito, donaciones y la obra cedida por los familiares de Marceliano Santa María, integrantes del Patronato y que viene a ser aproximadamente el 60 % de la colección.

La familia del artista, representada en el Patronato por Pilar Arán, Juan José Setién, Cristina Romano y otros sobrinos, ven con preocupación el futuro del Museo, sobre todo en los tiempos que vivimos, sobre todo por los largos plazos y las trabas administrativas que parecen no tener fin, pero pese a las que confían, pueda llegar a recuperarse la memoria de tan insigne artista.

Museo Marceliano Santa María

Según nos asegura Ignacio González, técnico responsable del Ayuntamiento de Burgos, la totalidad de la obra del museo se encuentra inventariada y debidamente embalada para evitar que los trabajos de la cubierta pudieran dañar cualquier obra, a la espera de que el concurso de ideas pueda al fin ver la luz y se proceda a la adjudicación del mismo, interrumpido por la inesperada pandemia que sufrimos, y cuya licitación se esperaba para el segundo semestre del año.

A la espera de una nueva reunión del Patronato, el interés por la obra de este burgalés universal no decae, sobre todo ahora, que una de sus obras más emblemáticas, va a estar presente en la exposición que bajo el título de “Invitadas. Fragmentos sobre mujeres, ideología y artes plásticas en España (1833-1931)”, inaugurará próximamente el Museo Nacional del Prado y que podrá visitarse del 6 de octubre de 2020 al 14 de marzo del año 2021.

EL PALACIO DE JUSTICIA

Ocho  grandes e ilustres pintores y escultores españoles, todos ellos miembros de la Asociación Española de Pintores y Escultores, se encargaron de la decoración pictórica y escultórica del nuevo Palacio de Justicia de Madrid: Marceliano Santa María, José Garnelo, Alvaro Alcalá Galiano, Enrique Simonet, Miguel Blay, Lorenzo Coullaut Valera, Mario Capuz y Fructuoso Orduña.

Nos referimos al Tribunal Supremo, cuya sede se encuentra en el antiguo Monasterio Real de la Visitación de Nuestra Señora, conocido popularmente en Madrid como las Salesas Reales, que en 1915 sufrió un incendio que devastó completamente el edificio y ocasionó su posterior reforma por parte del arquitecto Joaquín Rojí y López Calvo.

Frescos de Marceliano Santa María en el Tribunal Supremo

Se encargó a artistas del momento, esculturas y frescos que enriqueciesen las fachadas y estancias nobles. Estas obras realizadas ex profeso para el edificio se centraron lógicamente en representaciones referidas a la Justicia, la Equidad, el Derecho y la Jurisprudencia, el gran cuarteto de las alegorías jurídicas.

En el antiguo vestíbulo de la Audiencia Provincial, situado junto a la entrada de la calle del Marqués de la Ensenada, se encuentran una serie de medallones pictóricos firmados por Álvaro Alcalá Galiano, conde del Real Aprecio: Derecho Natural, Derecho Romano, Derecho Canónico, Derecho Internacional y La entrega a Moisés de las tablas de la Ley. Se trata de alegorías que simbolizan la Administración de la Justicia, que se completan con cuatro mosaicos también alegóricos, situados sobre las puertas que se abren en los muros laterales, y que representan a la Ley, La Fortaleza, La Igualdad y la Elocuencia.

Alcalá Galiano también realizó las pinturas de los tramos alternos del techo de la galería de los pasos perdidos de la planta superior, que hacen alusión a conceptos relacionados igualmente con la Justicia: el delito, la riqueza, el progreso y la verdad desnuda.

El Salón del Pleno del Tribunal Supremo, la estancia de mayor riqueza del edificio, y donde se celebra el acto solemne de apertura del año judicial presidido por el rey, está cubierto con una bóveda esquifada y un techo moldurado con dorados. En el centro se sitúa la composición pictórica La Ley triunfando sobre el mal o El vencimiento de los delitos y los vicios ante la aparición de la Justicia, realizada por Marceliano Santa María Sedano en 1920, composición que simboliza la esperanza y la espera de la aplicación de las leyes y del cumplimiento de las sentencias.

El antedespacho del presidente del Tribunal Supremo, en el frente norte del edificio, está cubierto con una cúpula semiesférica con pinturas de José Garnelo y Alda, ejecutadas en 1924 y cuyo trabajo puede considerarse como la exaltación final de la Justicia.

La iluminación de la bóveda se consigue por medio de cinco ventanales elípticos, que rodean el contorno de la línea de arranque, y entre las vidrieras, se sitúan alegorías de las distintas ramas o modalidades del Derecho: Derecho Natural, Derecho Civil, Derecho Canónico, Derecho Internacional, Derecho Mercantil y Derecho Penal. 

En el centro de la cúpula se desarrolla el tema principal del conjunto: La imposición por España del collar de la Justicia a la Magistratura. Del anillo de la base de la bóveda arranca un árbol, el árbol de la justicia, entre cuyo ramaje se despliegan las representaciones alegóricas de las virtudes y dignidades, que han de tutelar la acción de los magistrados: la Asiduidad, la Vigilancia, la Perseverancia, la Reflexión, la Fama, el Amor a la Justicia, la Verdad, la Meditación, la Memoria, el Entendimiento, la Gloria y la Voluntad.

La entrada principal y la escalera se cubren con una gran vidriera de la casa Maumejean, en las que aparecen de nuevo figuras alegóricas de la Justicia, y una serie de pinturas en la cornisa que presentan escenas costumbristas, que hacen referencia a las regiones españolas y las principales fuentes de producción obra de Enrique Simonet Lombardo.

Descendiendo por la escalera, se sitúan junto a su arranque dos esculturas de Lorenzo Coullaut Valera que representan a Justiniano y Alfonso X el Sabio, dos alegorías de la Jurisprudencia.

En la fachada principal, situada frente a la plaza de la Villa de París, el único elemento que destacaba era la portada de acceso, rematada por un gran frontón triangular, sobre el que se colocó en 1920 un grupo escultórico firmado por Miguel Blay, La Justicia amparándose en la Equidad y el Derecho.

A los lados del grupo central, encontramos otras dos esculturas realizadas también por Blay. A la derecha, la representación del Derecho Romano. En el lado contrario, tenemos el Derecho Civil.

Las hornacinas situadas a los lados de la entrada principal albergan las estatuas de los juristas Papiniano y Gayo, obras de Mario Capuz y Vicent, que simbolizan a la Jurisprudencia.

En cuanto a las esculturas de las hornacinas laterales, representan a hombres de leyes, que simbolizan otra vez la Jurisprudencia: Gregorio López y Jacome Ruiz. La escultura de Jacome Ruiz fue realizada por Fructuoso Orduna y la de Gregorio López es obra de Mario Capuz.

Bibliografía y webgrafía

http://dbe.rah.es/biografias/7518/marceliano-santa-maria-sedano

“Necrología. D. Marceliano Santa María y Sedano”, por José Francés

Biografía de Marceliano Santa María y Sedano, por José Pablo Arévalo García-Galán

“Las exposiciones de los pintores burgaleses en las salas de arte y galerías de burgos. (I)”. Almudena Alonso González

La Esfera 26/12/1914 13/4/1918 14/2/1920 3/7/1920 4/2/1922  29/11/1924

Mundo Gráfico 14/4/1915

La Epoca 11/2/1915  26/6/1920

La Ilustración Española y Americana 22/6/1917

La Ilustración artística 5/7/1915

Mundo gráfico 26/5/1915

La Correspondencia de España 27/2/1916

Hojas selectas 1/1917

Nuevo mundo 24/11/1916  2/2/1917 3/11/1933

Actualidad hispana. 7/1934

Castilla (Madrid. 1924). 2/11/1924

Francisco de Cossío, Boletín de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando Nº 24 de 1967

Museo del Prado

https://realacademiabellasartessanfernando.com/es

http://www.aytoburgos.es/direcciones/museo-marceliano-santa-maria-0

http://www.museodeburgos.com/index.php?option=com_content&task=view&id=851&Itemid=121

https://www.diariodeburgos.es/noticia/z2117bbd8-ee14-80e1-ae2a05226616d7c0/los-sucesores-de-marceliano-santa-maria-defienden-el-museo

Archivo Histórico “Bernardino de Pantorba” de la Asociación Española de Pintores y Escultores

www.gacetadebellasartes.es

www.salondeotoño.es

Las Medallas de la AEPE: Juan Bautista Adsuara

Por Mª Dolores Barreda Pérez

 

Después de ver cómo y cuándo nació la Medalla de la Asociación de Pintores y Escultores, vamos a seguir conociendo más acerca de los galardones en los que se otorga actualmente, con sus correspondientes denominaciones.

 

Medalla de Escultura Juan Bautista Adsuara Ramos

del Certamen de Pequeño Formato

 

En 1980 la Asociación Española de Pintores y Escultores convocó el I Certamen de Pequeño Formato, con gran tradición entre los asociados y que este mismo año llega a su edición número 39.

En 2017 y gracias a la propuesta que realizara el Presidente de la AEPE, José Gabriel Astudillo, bajo el título de “La plenitud de los nombres”, se acordaba la reorganización de los premios y galardones que otorgaba la institución en los distintos certámenes y concursos habituales. En el caso del Certamen de Pequeño Formato, y como en el resto de las ocasiones con el ánimo de honrar la memoria de los fundadores de la AEPE, se instituyeron los premios: Medalla de Pintura Francisco Pradilla y Medalla de Escultura Juan Bautista Adsuara.

 

JUAN BAUTISTA ADSUARA

 

ADSUARA RAMOS, Juan Bautista  E 1924   31.jul.1891  CASTELLON     MADRID/CASTELLON   17.ene.1973

 

Juan Bautista Adsuara Ramos nació en Castellón de la Plana, el 31 de julio de 1893.

Hijo de José Adsuara, natural de Alfara de Algimia (Valencia) y de Mariana Ramos (Castellón), era el cuarto de los seis hijos de un modesto matrimonio de artesanos alpargateros.

Sin ningún tipo de influencia artística, su hermano Emilio, siete años mayor que Juan, se inclina hacia la pintura, y guiado por Eduardo Laforet, profesor del instituto de Castellón, llega a trasladarse a Madrid para continuar sus estudios, si bien falleció prematuramente en 1911.

Autorretrato de 1926

 

El mismo profesor contempló las actitudes que para el dibujo y el modelado en barro tenía Juan Bautista, al que animó a seguir estudios de la Academia de Dibujo.

Becado por la Diputación Provincial de Castellón, en 1907 comienza sus estudios en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, teniendo como maestros a dos de los Socios Fundadores de la Asociación Española de Pintores y Escultores: José Garnelo y Miguel Blay.

Mientras duraron sus estudios trabajó en un taller modelando medallas conmemorativas.

En 1912 consiguió la Tercera Medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes por su obra “Estudio. Cabeza de niño” y tras cumplir el servicio militar en Marruecos, regresa a su tierra natal para realizar algunos trabajos, regresando en 1916 a Madrid.

Comienza a trabajar en los talleres del sacerdote Félix Granda, dedicados a la imaginería religiosa principalmente. Allí entablará amistad con otro de los firmantes del acta fundacional de la AEPE, el escultor José Capuz.

«El mago de la madera», como fue bautizado por la prensa, trabajando en su estudio

 

En 1920 firma un contrato con la compañía de seguros La Aurora Polar, para la realización de una obra monumental que culminará el edificio que la entidad poseía en el Paseo de Recoletos de la capital.

El mismo año en el que consigue también la Segunda Medalla de la Exposición Nacional de Bellas Artes con la obra “San Juan Bautista”.

En esta época montó su propio taller animado por los encargos de retratos y distintos monumentos, que le permiten ya dedicarse por entero a la profesión.

Participa entonces en las distintas exposiciones nacionales hasta que en 1922 lleva a cabo un largo viaje por distintos países europeos como Francia, Italia, Grecia y Alemania.

En 1923 logra el Primer Premio de la XVI Bienal de Venecia y al año siguiente es galardonado con la Primera Medalla de la Exposición Nacional de Bellas Artes con un yeso titulado “Piedad”, que adquiere el Estado para el Museo Nacional de Arte Moderno.

En 1925 participó en la Primera Exposición de Artistas Ibéricos y en 1926, y para Castellón, realizó el monumento al pintor Francisco Ribalta.

En 1927 expuso en la ciudad holandesa de La Haya y dos años más tarde, participó con la maternidad titulada “La Carga”, en la Exposición Internacional de Barcelona, cuyo ayuntamiento compró la escultura.

Una fotografía de Juan Adsuara aparecida en la prensa en 1929

 

En 1929 consiguió el Premio Nacional de Escultura con dos alegorías tituladas “Las Artes” y “Las Ciencias”, que adornan la fachada del Ministerio de Educación y Ciencia con sede en la calle Alcalá de Madrid.

“Las Artes” y “Las Ciencias”, de la fachada del Ministerio de Educación y Ciencia de la calle Alcalá de Madrid, que le valieron el Premio Nacional de Escultura

 

En 1932 consigue la Cátedra de Dibujo de ropajes y del natural de la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, cubriendo la vacante dejada por Julio Romero de Torres, quien también fuera uno de los Socios Fundadores de la Asociación Española de Pintores y Escultores.

Bañista

 

La docencia para él es una vocación a la que se entrega con fuerte sentido del deber, siendo reconocido no sólo como un gran escultor, sino como un gran maestro.

Siguió realizando encargos de todo tipo, especialmente de Castellón, donde pasaba sus vacaciones estivales y donde la sorprende el estallido de la guerra civil, que le acarreó que fuera desposeído de su cátedra sin más.

Testigo de saqueos y desmanes de todo tipo con valiosas obras de arte, alertó a las autoridades al respecto, siendo nombrado Delegado Oficial de la Junta de Protección del Tesoro Artístico de Castellón, salvando por su mediación importantísimas obras de arte religioso de la zona del Maestrazgo.

Eva

 

Reincorporado a su Cátedra en 1937, su vuelta a Madrid le depara, por imposición oficial, la tarea de depurar, junto al Director de la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, Manuel Menéndez, otro de los Socios Fundadores de la AEPE, aquellos profesores considerados “fascistas” por las autoridades del momento. Su informe se limitó a calificar los valores profesionales y pedagógicos de los profesores.

Retrato de Juan Bautista Adsuara

 

De vuelta a Castellón, reanuda el rescate de obras de arte, siendo trasladado a Barcelona en 1938 y a Perelada, donde se depositaron las más importantes obras del Museo del Prado que fueron llevadas a Ginebra.

Terminada la guerra, volvió a Castellón a pasar sus vacaciones en un clima enrarecido en el que es acusado y detenido como colaborador del gobierno republicano.

Demostró que sus intervenciones fueron sólo de asesoría técnica, no política, como experto en Bellas Artes, poniéndose de manifiesto que su actuación en los primeros meses de la guerra fue meritísima, pues gracias a su celo se libraron de la destrucción multitud de obras de arte religioso que hoy se exhiben en iglesias y museos.

Juan Adsuara en la plenitud

 

La intervención a su favor de numerosos amigos como Álvarez de Sotomayor, nuevo director del Museo del Prado y uno de los Presidentes de la Asociación Española de Pintores y Escultores, fue decisiva para que la causa fuera sobreseída, y si bien era por todos conocido que Adsuara era republicano, incluso amigo personal de Azaña, su desinterés por la política activa también era más que sabida.

En 1940 se integró a su Cátedra en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, ocupándose de sus clases y de los encargos de obras originales y de restauraciones, como la reconstrucción que llevó a cabo del Monumento al Sagrado Corazón del Cerro de los Ángeles de Madrid.

Cadencia

 

Desde su casa y estudio en Madrid, situada en la calle Sánchez Bustillo, 3, y entre 1943 y 1946 realiza la que se ha considerado su obra más importante: toda la decoración escultórica de la iglesia del Espíritu Santo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, compuesta por diversas esculturas y relieves.

En 1948 es nombrado Académico de la Real Academia, cubriendo la vacante de Mariano Benlliure, otro de los Socios Fundadores de la AEPE, siendo contestado en su discurso de toma de posesión por José Francés, quien fuera también Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores.

En 1958 ocupó el cargo de Director de la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, hasta que por problemas de salud, presentó su renuncia en 1963.

Sello conmemorativo editado hace unos años 

 

Jubilado de su cátedra en 1961 y honrado como premio a su labor docente con la Gran Cruz de la Orden de Alfonso X el Sabio, en 1964 y tras la muerte de Capuz, finalizará los relieves del Circulo de Bellas Artes de Madrid y en 1965 realiza una estatua de Carlos III para los jardines de Sabatini, por encargo del Ayuntamiento de Madrid.

Antes de fallecer legó a la Diputación Provincial de Castellón toda la obra que conservaba en su estudio madrileño y que hoy se exhibe en el Museo de Bellas Artes de Castellón.

Su última exposición tuvo lugar en 1971, con motivo de la muestra que de Artistas Socios de Honor se llevó a cabo en el Círculo de Bellas Artes de Madrid

En 1973 se traslada a Castellón donde muere el 17 de enero de 1973.

Estudio. Cabeza de niño

 

Según nos describía F. Pérez Dolz, Juan Adsuara era “por naturaleza, modesto, serio meditativo, honestísimo y artista muy respetado. Desde niño, y antes de haber recibido lección alguna, en cascotes de yeso  tallaba graciosas filigranas. Juan es un caso de perseverancia en la personalidad nativa, sin vacilaciones ni desmayos”.

En el periódico El Debate se apuntó que Adsuara exhibía en sus obras la “exaltación de las cualidades que son el fundamento de su personalidad y de su carácter, fuerza, sinceridad, energía expresiva y delicadeza. Sencillo y claro como un buen levantino, es adorador de la forma, que bajo sus dedos y buscando siempre la mayor emoción, unas veces se hace amplia y barroca y otras se simplifica y estiliza en un ansia  de elocuencia sorprendente”.

Fauno

 

De él dijo Fernando Álvarez de Sotomayor, quien fuera Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, como Director del Museo del Prado: “No olvidare nunca su trabajo y desvelo para devolver a España su tesoro de arte depositado en Ginebra colaborando conmigo durante varios meses”.

Fue un artista deseoso de incorporarse a la renovación plástica, pero en él pesaba mucho su formación clásica así como su excesiva admiración por la imaginería barroca. De esta manera aunque su intención fuese honrada y sincera y su escultura cambie poderosamente de dirección, siempre va a dar la sensación de que su cambio es externo y formal, que no llega a entender en lo más profundo esta renovación y que prácticamente lo que hace es un lavado de cara de la escultura tradicional.

Escultor bien dotado, especialmente en su tallas de madera, entre 1927 y 1936 realiza su obra más valida con un cierto esquematismo de líneas y planos pero llena de una gracia especial con cierto ascendente Mediterráneo.

Crucifijo

 

Como otros muchos artistas que proceden de tierras valencianas, se integró en el llamado grupo del realismo castellano y en la denominada “Generación valenciana post Benlliure” en el que podríamos incluir escultores como Julio Vicent, José Capuz, Julio Antonio, José Ortells …. todos ellos socios, Socios Fundadores y Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores.

Estos artistas no crearon una Escuela ni un grupo homogéneo en sus tendencias, puesto que lo único que les unía era desvincularse del pasado e iniciar una renovación de la escultura. Lo hicieron cada uno según su entender, creando volúmenes y formas personales, aunque manteniendo su conexión con el clasicismo en la acepción más pura del término.

Adsuara estudió profundamente a Alonso Berruguete, al que llamaba su maestro y cuya obra es la “más extraordinaria del mundo, en cuanto a expresión de vida”, confesaba.

La cúpula del edificio de Seguros de la Aurora, en el Paseo de Recoletos, 4 de Madrid, con  la cuadriga en bronce de Juan Bautista Adsuara

 

Cultivó todos los géneros de la escultura y sus variadas técnicas, porque fue un artista formado e informado, destacando entre sus temas preferidos las maternidades, figuras femeninas, desnudos, obras religiosas, alegóricas, monumentos públicos y retratos.

Influido también por el escultor y amigo Victorio Macho, de gran expresividad, su escultura presenta una preocupación por formas y volúmenes. En sus imágenes religiosas se acerca más a la escultura castellana, mientras que en sus figuras femeninas y sus maternidades, son frescas y con unos planos llenos de gracia.

Parte trasera de la cúpula del edificio de Seguros de la Aurora y detalle de la cuadriga

 

Sus obras de madera tallada son exquisitas y sus alegorías, sin perder la raíz clásica, acentúan sobriamente la estilización de los planos y extrema rigidez de sus líneas, con vestigios de formas geométricas. Un idealismo novedoso de cierta influencia neocubista y de Mestrovic.

Relieves del edificio del Banco Bilbao Vizcaya situado en  la calle Alcalá, 45 de Madrid

 

Los principales monumentos que llevó a cabo se pueden contemplar en Madrid, Castellón, Vigo y Chile, y su obra religiosa en la Iglesia del Espíritu Santo de Madrid, Benicasim y en el Museo Provincial de Bellas Artes de Castellón.

La Abundancia, obra presentada al IX Salón de Otoño

 

Juan Bautista Adsuara y la AEPE

Conocido como el “mago de la madera”, Juan Bautista Adsuara fue nombrado Socio de Honor de la Asociación Española de Pintores y Escultores en 1927, año en el que ingresó como Vocal de la Junta Directiva, cargo que ocupó también en los años 1930 y 1931.

Participó en los siguientes salones:

* I Salón de Otoño de 1920, inscrito como “Juan Adsuara Ramos, natural de Castellón de la Plana, reside en Madrid, calle de la Reina, 45” con la obra:

852.- “Desnudo femenino” (bronce)

* III Salón de Otoño de 1922, “Juan Adsuara, natural de Castellón de la Plana, vive en Madrid, Ferraz, 61”, y la obra:

489.- “Estudio de Evangelista” para talla en madera, yeso patinado.

* VII Salón de Otoño de 1927, inscrito como “Juan Adsuara, n. de Castellón de la Plana; reside en Madrid, Sánchez Bustillo, 3”, con la obra:

554.- “El pintor Ribalta” (boceto en bronce).

* IX Salón de Otoño de 1929, apareció inscrito como “Juan Adsuara, natrual de Castellón. Vive en Madrid, Sánchez Bustillo, 3. (Socio de Honor de Salones anteriores)”. Presentó tres obras:

208.- “La abundancia” (yeso)

209.- “Flora” (yeso)

210.- “Maternidad” (madera)

* En el L Salón de Otoño estuvo también presente por conmemorarse el 50 aniversario de la creación del certamen, con el bronce titulado “Madrileña”.

Desnudo

Maternidad

 

Madrileña

Las tres Gracias (Castellón)

 

 

 

Webgrafía y bibliografía

La Voz 26/6/1925

El Imparcial 5/6/1929

La Libertad 7/7/1929  27/10/1922

La Gaceta literaria 15/10/1929,

Las Provincias: diario de Valencia 17/01/1910  18/06/1917

El Pueblo: diario republicano de Valencia 12/03/1912  02/01/1924  19/06/1924  26/06/1924

La Ilustración artística 25/10/1915

La Correspondencia de España 15/06/1917  26/06/1923

Diario de Valencia  04/03/1918  29/06/1923

La Esfera 05/06/1920  21/07/1923

La Prensa: 18/06/1924

El Heraldo de Castellón 05/06/1926 

Josefina Alix Trueba (1985). Escultura Española 1900-1936. Madrid Ed. El Viso

Jaime Peris Domínguez (1991). Adsuara(1891-1973). Castellón-Servei de Publicacions Diputació de Castelló.

“La obra artística de Fisac, Adsuara y Stolz en la Iglesia del Espíritu Santo”, Fidel García Cuéllar. Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Madrid, 2007

Archivo Histórico “Bernardino de Pantorba” de la Asociación Española de Pintores y Escultores

www.gacetadebellasartes.es

www.salondeotoño.es

 

María A. Multedo Villarreal

Por Mª Dolores Barreda Pérez

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LAS PRIMERAS ARTISTAS DE LA

ASOCIACION ESPAÑOLA DE PINTORES Y ESCULTORES

Desde su fundación en 1910, y después de haber tratado en anteriores números a las Socias Fundadoras de la entidad, y las participantes en el primer Salón de Otoño, vamos a ir recuperando de la memoria colectiva, el nombre de las primeras socias que vinieron a formar parte de la Asociación de Pintores y Escultores.

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MARÍA ANGUSTIAS MULTEDO VILLARREAL

 

MULTEDO VILLARREAL, María A.   P    1932   MURCIA   MADRID José Marañón, 12, Madrid

 

María Angustias Multedo Villarreal, pintora, ceramista, xilógrafa, arquéologa y restauradora murciana. Desde muy niña, demostró su afición por el arte, tanto en Murcia como en Granada, a pesar de contar con la oposición de sus padres frente a su vocación.

En 1921 cursó estudios y obtuvo el diploma superior en la Academia de Bellas Artes de San Carlos de Valencia, con calificaciones “excelentes”, logrando además el premio en la asignatura de Historia de las Bellas Artes.

En Valencia cursó igualmente estudios de porcelanas y cerámicas, técnica que también dominaba y cuyas muestras presentó en varias exposiciones.

María A. Multedo en 1934

 

Allí tuvo como profesores y guías al pintor valenciano Juan José Zapater y al maestro y también socio de la AEPE, José Benlliure. Curiosamente, los dos artistas destacan como pintores costumbristas y regionalistas valencianos que retrataron la Valencia de su época y supieron ver en María A. no sólo a una excelente pintora, sino a una estudiosa del arte, en todas sus facetas, con excepcionales dotes y gran sensibilidad.

Su tío fue el diplomático y escritor Manuel Multedo y Cortina, que en su tiempo, dio clases de Literatura junto a Menéndez Pidal o Menéndez Pelayo en el Ateneo Científico, Literario y Artístico de Madrid, antes de emprender una exitosa carrera diplomática que le llevó por muchos países de todo el mundo. Gracias a él pudo realizar distintos viajes por Europa, donde conoció los mejores centros artísticos del momento y emprendió su formación en Italia.

Residió allí largas temporadas, ampliando continuamente sus estudios y copiando de manera admirable grandes obras en sus museos, haciendo muchos trabajos como el realizado en el año 1924, sobre cerámicas “Etruscas”, en el Instituto Industrial, diplomándose también en aquel país en Xilografía.

En 1929  se licenció en restauración de pintura y cursó estudios en la Escuela de Artes Ornamentales y Pintura decorativa de la Universidad de Roma, y Arqueología y Bellas Artes, todo ello con calificaciones más que sobresalientes.

En Roma, estudió de forma especial las decoraciones pompeyanas, realizando el Curso de pintura al fresco y técnicas de pintura mural, logrando la Medalla de Plata en 1930, concedida por el Gobernatore de Roma.

Algunos de sus maestros son hoy en día reconocidos estudiosos especializados en diversas materias, como el profesor Venturini-Papari, especialista en pintura mural y Director de la Escuela de Arte Ornamental de Roma. Gracias a su apoyo y ánimo, María A. publicó sus notas sobre “Las técnicas de las pinturas murales”, de obligado conocimiento en los estudiosos de la materia.

En 1931 regresa a Madrid, impartiendo conferencias especializadas en Pompeya, como la que tuvo lugar en el Círculo de Bellas Artes de la capital  en el mes de junio.

De regreso del mercado, obra presentada al Salón de Otoño de 1932

 

En octubre de ese mismo año, inaugura una reducida muestra de sus obras en el salón de exposiciones del Lyceum Club Femenino, del que se hace socia, apareciendo en los registros de esta entidad como Profesora de Pintura, según el censo elaborado por la periodista Concha Fagoaga, a quien ahora mismo recuerdo también como mi profesora de Periodismo en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid en los años 80.

Ingresa también en la Asociación de Pintores y Escultores y se relaciona en el ambiente artístico de la época colaborando también en revistas y publicaciones como Mundo Femenino, dirigida por la también socia de la AEPE, Julia Peguero Sanz de Trayero, que ya vimos en un artículo anterior.

En la Gaceta de Bellas Artes de abril de 1933 publicó un interesante artículo sobre la pintura al fresco. En esa época, montó un estudio con su nombre en su domicilio de la calle Alcalá Zamora, 38 (antes Alfonso XII), en el que daba lecciones de pintura, porcelanas y decoración de muebles.

Ese mismo mes y año, expuso una selección de paisajes y bodegones en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.

Sobre estas líneas, «Desnudo», obra presentada al Salón de Otoño de 1932

Abajo, cerámica aparecida en la revista Mundo Femenino en 1934

 

A partir de 1942 aparece como Encargada del curso de la Escuela-Fábrica de Cerámica de Madrid, en donde impartía la asignatura “Pintura sobre porcelana”, con un sueldo y gratificación anual de 5.000 pesetas.

En 1943 participó en la Exposición femenina de Pintura y Escultura de la Asociación de Escritores y Artistas Españoles AEAE.

Profesora de la Escuela Nacional de Cerámica, solía reunir en su casa de Madrid una animada tertulia, formada por viejos amigos, pintores, escritores y algún que otro anticuario, en un ambiente cosmopolita, fascinante por su riqueza de interpretaciones y reunión de grandes artistas, que destilaba cultura, arte y belleza, entre los que se encontraba el también joven pintor valenciano Amadeo Roca Gisbert.

En la primera mitad de los años cincuenta, María A. Multedo falleció, dispersándose su recuerdo y su obra de manera absurda y con ella, la memoria de una pintora con méritos más que sobrados para ocupar un lugar preeminente entre la relación de artistas levantinos de la primera mitad del siglo XX.

La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando conserva una obra suya estampada sobre papel Japón del año 1934.

Algunas de las críticas aparecidas en la prensa de la época hablaban de ella y de su obra en estos términos:

“…estudios de figura al óleo y más delicados ejecutados a la sanguina, con temas decorativos vistosos”. Pero era con los bodegones con los que la autora “se complacía en la notación de las diferentes calidades de flores y frutas.  Paisajes y bodegones en donde poder contemplar el privilegiado temperamento colorista de la autora. La materia aparece en ellos a trechos con gruesa pasta de color, a veces puesta con el cuchillo; a veces, asimismo, con un insistente afán que prescinde del alarde y busca la fijación justa del matiz.

Sus frutas y sus flores son hermosísimos trozos de pintura de la mejor escuela levantina, llenas de la gran riqueza cromática de su paleta, pero también toda la finura de sus pinceles, tan diestros en el zarpazo impresionista rápido como en el logro minucioso de calidades y valoraciones pictóricas.

No faltan algunos aciertos en los retratos, aunque en ellos baja el diapasón de la cuerda temperamental de la eminente artista”.

Una gran artista que en pintura mural, “lo mismo la realizada con la técnica de lo ejecutado en Domusaurea de Nerón por el pintor Fabullo, utilizando colores preparados a la cera, que en «Madona», pintada al fresco, se revela una maestra, muy difícilmente superable por su dominio del arte y por su cultura y gusto exquisito”…

El crítico de arte y periodista de la época José Manaut Nogues

Retrato, presentado al Salón de Otoño de 1935

 

La prensa, sin excepción, le dedicó los mayores elogios, diciendo que en todas sus obras “vibra un sentido poético que le acerca a los grandes paisajistas”.

De ella dijo el crítico de arte, abogado y periodista José Manaut Nogues “Pintor muy completo lo mismo domina la figura que el paisaje, pero en las “Naturalezas muertas” es donde más acierta plenamente a plasmar la verdad que ante su fecunda retina se ofrece.

Elllo no obsta para que en el retrato haya conseguido una personalidad relevante, que nos complacemos en acusar.

Recordando a aquella niña, que en días para nosotros de satisfacciones por lo que supusieron para la juventud de Arte, en Valencia-, ya mujer y dominando la técnica de su difícil Arte, estando asistida de talento indudable, confiamos que en esta manifestación de su arte, tan vario como interesantísimo, donde vemos no a la mujer –tan finamente exquisita- sino al Pintor, que ha llegado a vencer, nuestros augurios serán confirmados por el éxito más alentador, en la hidalga tierra de Castilla, tan acogedora para todo lo que de Levante llega a la altiplanicie española”.

Jardín de Aranjuez. España. Archivo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Madrid

 

María A. Multedo Villarreal y la AEPE

  • Participó en el XI Salón de Otoño de 1931 inscrita como A. Multedo (Dª María), natural de Murcia. Vive en Madrid, Pasaje de la Alhambra, 2. Con las obras:

92.- “Flores” (óleo) 0,43 x 0,46. Sala 4

388.- “Venecia” (óleo) 0,17 x 0,41. Sala 15

  • En el XII Salón de Otoño de 1932 apareció inscrita como Multedo y Villa-Real (Dª María), natural de Murcia. Vive en Madrid, Alcalá Zamora, 38. Con obras: Sala VI, nº 69, 70 y 71; Sala VII nº 17; Sala XVII, nº 256 y 257. Sala Central, nº 342

69.- Bodegón de frutas y cerámica (óleo) 0,71 x 0,95

70.-De regreso del mercado (óleo)

71.- Bodegón de uvas y copa de cristal (óleo) 0,71 x 0,95

87.- Desnudo (óleo) 0,44 x 0,36

256.- Motivo decorativo en encáustica 0,22 x 0,32

257.- Fragmento decorativo a encáustica (técnica pompeyana) 0,37 x 0,48

342.- Un cesto en cerámica a esmalte

  • Al XIII Salón de Otoño de 1933 concurrió como Multedo y Villa-Real (Srta. María A.), natural de Murcia. Reside en Madrid, Niceto Alcalá-Zamora (antes Alfonso XII), 38. Con obras en las Sala X, nº 189; Sala XI, nº 214 y 215; Sala XVIII, nº 350 y 357;  Sala XIX, nº 366

189.- Fuensanta (óleo)

214.- Isla de Capri (óleo)

215.- Jardín de Aranjuez (óleo)

350.- Pintura mural (copia ejecutada con la técnica usada por el pintor Fabullo en la Domusaurea  de Nerón. Colores preparadas a la cera)

Madona

366.- Estudio para la figura que en decoración de una capilla representará la Caridad (fresco)

  • En el XIV Salón de Otoño de 1935 apareció inscrita como Multedo (Dª María A.), natural de Murcia. Reside en Madrid, General Arrando, 10. Y  presentó la obra

123.- Jardín de Aranjuez (óleo)

  • En el XV Salón de Otoño de 1935, aparece como Multedo (Srta. María), natural de Murcia. Reside en Madrid, José Marañón, 12. Sala X, nº 189; Sala XVI, nº 308.

189.- Interior de iglesia (óleo) 0,71 x 0,95

308.- Retrato (óleo) 1,01 x 0,85

 

Anuncio publicado en la Gaceta de Bellas Artes

Un óleo, publicado en la revista Mundo Femenino

 

 

 

Bibliografía y webgrafía

GRACIA, RUIZ LLAMAS, María, “Ilustración gráfica en periódicos y revistas de Murcia (1920-1950)”, en Google Books. [En línea] URL<   https://books.google.es/books?id=F1VHbYTIvy4C&pg=PA105&lpg=PA105&dq=mar%C3%ADa+a.+multedo&source=bl&ots=jFXWunS9IR&sig=SjJV8h6smmrfvLDtPD8XVoXyULY&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwjZl_bXyoTZAhUnsKQKHQg4DCcQ6AEIODAG#v=onepage&q=mar%C3%ADa%20a.%20multedo&f=false > (Última revisión: 20/06/2017)

“Dona i Art a Espanya: Artistes d’abans de 1936. Obra exposada-obra desapareguda”. Tesis doctoral de Vicent Ibiza i Osca

http://reddebibliotecas.jccm.es/intrabibl/images/BPE-CR/Exposiciones/Mayo_Junio_Julio_15/mujeres-fuman/dossier-definitivo-COMP.pdf

Las fundadoras del Lyceum Club Femenino Española. Juan Aguilera Sastre. Universidad de La Rioja.  Anexo 2. Otras socias del Lyceum Club. Censo de Concha Fagoaga

España en …. 1931, Anuario de España, 1931-1932 , José Gutiérrez-Ravé.

ABC 14/06/1931, 17/6/1931, 13/04/1933,  20/04/1933,  14/11/1935, 26/03/1943

Ahora 21/10/1931, página 20

La Voz 9/11/1931, 25/04/1933 

El Sol  5/4/1933, 18/04/1933

La Libertad 14/06/1931, 13/4/1933, 24/04/1933, 8/12/1933, 3/1/1934

Luz 13/4/1933, página 9.

La Época 07/11/1932, 25/4/1933, 30/10/1933, 1/11/1935

Mundo femenino 1/7/1934, n.º 100

El Tiempo: diario independiente 14/05/1933

El Siglo futuro 17/11/1932

La verdad 18/05/1933

Lanza 5/08/2001

Alerta 8/8/2001

Archivo Histórico “Bernardino de Pantorba” de la Asociación Española de Pintores y Escultores

www.gacetadebellasartes.es

www.salondeotoño.es

 

Las Medallas de la AEPE: Lorenzo Coullaut Valera

Por Mª Dolores Barreda Pérez

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Después de ver cómo y cuándo nació la Medalla de la Asociación de Pintores y Escultores, vamos a seguir conociendo más acerca de los galardones en los que se otorga actualmente, con sus correspondientes denominaciones.

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Medalla de Escultura “Lorenzo y Federico Coullaut Valera”

del Salón de Primavera de Valdepeñas

 

Como hemos visto en el número anterior, la Asociación Española  de Pintores y Escultores creó para Valdepeñas el Salón de Primavera “Por Tierras de Castilla-La Mancha”, instituyendo especialmente para el mismo, dos premios con los que honrar a los fundadores de la centenaria entidad y que vienen así a terminar de reconocer la importancia que esta cita tiene en el calendario expositivo de la entidad: la Medalla de Pintura José Moreno Carbonero y la Medalla de Escultura Lorenzo y Federico Coullaut Valera.

 

LORENZO COULLAUT VALERA

 

COULLAUT VALERA, Lorenzo    E    1910(F179)   12.abr.1876       MARCHENA(Se)      MADRID  21.ago.1932

 

Escultor e ilustrador. Socio Fundador de la Asociación de Pintores y Escultores.

Nació el 12 de abril de 1876 en la localidad sevillana de Marchena, hijo del ingeniero francés Louis Alfred Coullaut Boudeville, ingeniero constructor del puente del ferrocarril Mamedra de Marchena, casado con Teresa Valera y Díez de la Cortina, prima del novelista y diplomático cordobés Juan Valera, en Marchena donde se afincan. Louis Alfred Coullaut Boudeville fue el principal responsable de la introducción de la logia masónica en la villa, la cual fue completada con 15 personalidades del ferrocarril de Marchena y Osuna para más tarde ampliarse al centenar en pos de una activación cultural y política de corte republicano en contra del caciquismo.

La familia se traslada a Nantes y allí pasará su infancia, estudiando en el Liceo Livet.

Su estancia durante cinco años en Francia vino a significar una mayor modernidad plástica en sus obras con respecto a otros escultores andaluces del momento.

A su regreso a España en 1893, (según el doctor en Historia del Arte, Wifredo Rincón, su vuelta se produciría en 1880) se sintió atraído por la práctica de la escultura, iniciando su formación en la academia cordobesa de la mano del padre de Julio Romero de Torres y con posterioridad, en el taller del escultor sevillano Antonio Susillo Fernández. Tras su fallecimiento en 1896, se trasladó a Madrid, donde recibió clases de Agustín Querol Subirats, residiendo en la Calle Torrijos, 19.

Lorenzo Coullaut Valera en su juventud

 

Contó además con el apoyo de su tío, el cordobés Juan Valera, de quien Lorenzo realizó un busto con el que concurrió a la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1897, obteniendo una Medalla Honorífica.

Coullaut Valera se convirtió en uno de los escultores españoles más representativos del reinado de Alfonso XIII, avalado por los repetidos premios y galardones que obtuvo.

En 1901 obtuvo la Medalla de Tercera Clase, en la sección de Escultura y en la de Arte Decorativo, de la Exposición Nacional de Bellas Artes, que repetiría en 1904, logrando las de Segunda clase en la de 1906 y 1908.

En 1905 ganó el concurso para realizar la lápida conmemorativa de la Primera Edición de El Quijote y un año más tarde logró el Premio Nacional de Escultura de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

Placa conmemorativa de la imprenta de Sancha, donde se realizó la primera edición de El Quijote

 

Si bien su especialidad la constituyeron los monumentos públicos, su talento le permitió abordar todos los géneros escultóricos, desde el retrato al relieve, pasando por la imaginería religiosa o la escultura funeraria.

Maqueta del proyecto del Monumento a Cervantes

San Raimundo

 

Fue además un excelente dibujante, colaborando en revistas como Blanco y Negro, Hojas Selectas, La Ilustración Española y Americana y otras revistas, ilustrando novelas, artículos, cuentos y poesías.

Portada de la revista Blanco y Negro de 1902

Bajorrelieves de las estaciones del año convertidos en ilustraciones para revistas de la época

 

Trabajó sobre todo en obra monumental pública, ubicadas tanto en España como en Hispanoamérica y participó en diversas Exposiciones Nacionales de Bellas Artes y en la Exposición Universal de Barcelona de 1929.

Dolorosa

 

Padre del también escultor Federico Coullaut-Valera, y abuelo del pedagogo, sacerdote escolapio y escritor Enrique Iniesta Coullaut-Valera.

Considerado como un casi autodidacta, fue cultivador de un estilo netamente realista, su escultura ha sido calificada como narrativa y pictórica del realismo finisecular.

«Serenidad», obra presentada al Salón de Otoño de 1931

 

Sus obras más destacadas son los monumentos a José María de Pereda (Santander), a Bécquer (Sevilla), a los Saineteros, a Campoamor, a Menéndez Pelayo, a Juan Valera, a Cervantes, parte del monumento a Alfonso XII, todos ellos en Madrid, el busto a manuel Curros Enríquez (Vigo), a Pardo Bazán (La Coruña), el panteón de los Marqueses de Linares en Jaén,… a Bruno Zavala en Motevideo…

Lorenzo era concienzudo en su trabajo, que siempre comenzaba con un dibujo en el que planteaba el tema que iba a hacer; pasaba después a crear el boceto, en el que decía que residía la verdadera obra artística; más tarde, el boceto lo trasladaba y aumentaba “en sus proporciones a otro tipo en yeso doble o triple de tamaño, sobre el que se corrigen defectos, se trazan perfeccionamientos y pasa luego de aquí a la obra de construcción, al tamaño que ha de tener, ya sea sobre mármol o piedra. Cuando se trata de escultura en bronce se hace un vaciado de la segunda prueba y él sirve para la labor de la fundición. Lo que pudiéramos llamar “paso” de uno a otro tamaño se realiza por medio de un punteado especial que luego sirve para rebajar el material y dejarlo en la figura trazada. El boceto que se suele hacer sobre barro, y también su ampliación, se trabajan con un modelo viviente”…

Cristo Yacente

 

Uno de sus discípulos más aventajados, el escultor Enrique Pérez Comendador, dijo de él que fue “hombre activo, bondadoso, fino y educado, dicharachero y, a veces, andaluz de los buenos, su mijita zumbón. Natural y nada engolado, pese a su fama, gustaba del trato con los jóvenes; nunca le oí denostar a otro artista”.

Falleció el 21 de agosto de 1932 en Madrid, rodeado de sus familiares y amigos íntimos.

Las esquelas reseñaron su fallecimiento y el hecho de haber sido un escultor discutido, destacando que su arte había vivido en una época de transición artística, con una estética definida dentro de una escuela clásica, pero que luchó sin descanso por imponer su obra a la multitud, consiguiéndolo en fuerza de ser aplaudido o censurado según el gusto artístico de quienes examinaban sus obras y si bien no consiguió por completo los laureles del éxito, si hubo de experimentar el goce que origina la gran popularidad.

Lorenzo trabajando en su estudio

 

Lorenzo ante el boceto del Monumento a los Chisperos

 

Lorenzo Coullaut Valera tenía su casa-taller en la calle Torrijos de la capital; posteriormente, en un hotelito de la calle Conde Peñalver, esquina a Ayala, en Madrid. Su relación con el Real Sitio de La Granja de Segovia, le hizo abrir también allí una residencia, un estudio sencillo que servía además de lugar de veraneo, Villa María Teresa, que hoy cuidan sus descendientes.

En 1966 se convertiría en residencia y taller de la saga Coullaut-Valera, donde se trasladó Federico, hijo de Lorenzo y donde viviría también su nieto Lorenzo, fallecido en la pasada década.

Monumento a los Chisperos

 

Lorenzo Coullaut Valera y la AEPE

Socio Fundador de la Asociación de Pintores y Escultores, fue Vocal de las Juntas Directivas de 1914 y 1928.

En 1928 llevó a cabo las gestiones necesarias con el Alcalde de Madrid, para la obtención de premios en metálico para el Salón de Otoño.

Participó en el XI Salón de Otoño de 1931 con el yeso “Ensueño”.

 

Monumento a Gustavo Adolfo Bécquer en el sevillano Parque de Maria Luisa

Bocetos de distintos monumentos

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Lorenzo Coullaut Valera en plena madurez

 

Monumento a Campoamor

 

 

Archivo Municipal de Pamplona.ALTADILL, J., «Los monumentos a Navarro-Villoslada y Sarasate. El mausoleo de Gayarre», Boletín de la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos de Navarra, Tomo 9, nº 36, 1918, pp. 265-69.

«El monumento a Navarro Villoslada», Diario de Navarra, 14 de junio de 1918.

«Centenario de Francisco Navarro Villoslada. Homenaje al insigne literato», Diario de Navarra, 27 de septiembre de 1918.RAMÓN RAMOS, A. y LUQUE RUIZ, F.,

Lorenzo Coullaut Valera: conmemoración del CXX aniversario de su nacimiento, Marchena, Ayuntamiento de Marchena, 1996.

ÁLVAREZ CRUZ, J.M., «El monumento a Francisco Navarro Villoslada en Pamplona», Boletín del Museo e Instituto Camón Aznar, nº 99, 2007, pp. 7-42.

Martínez Zapatero, Rafael, Cinco proyectos de monumentos a Miguel de Cervantes Saavedra. Memoria. Escultor Coullaut Valera y con seis láminas, Madrid, 1915.

Cuenca, Francisco, Museo de pintores y escultores andaluces contemporáneos, La Habana, Rambla y Bouza, 1923, pp. 118-119.

Álbum salón 1/1/1904

La Ilustración española y americana. 8/1/1904 15/11/1904  8/1/1906  22/5/1906 8/1/1908 15/1/1908 8/1/1909 22/1/1909 8/5/1909 8/1/1910  22/10/1911

El Liberal (Madrid. 1879). 24/5/1904 22/1/1927 20/12/1927 5/1/1928  18/2/1928   29/12/1928 29/9/1929 14/2/1931

Ilustración artística. 25/5/1908 3/10/1910 14/8/1911 16/10/1911 25/12/1911

Blanco y negro (Madrid. 1891). 18/6/1904  17/4/1927 18/1/1914  16/2/1936

ABC 11/11/1956 13/3/1990  7/5/1966 3/11/2002 15/4/2016 24/6/1989 25/4/1978  23/11/1924  28/12/1924  19/6/1927  23/4/1970  1/6/1969  7/12/1924  22/3/1925  3/5/1925  1/12/1932

La Correspondencia de España. 24/5/1906  3/11/1911  2/10/1923

Revista de archivos, bibliotecas y museos. 1/3–30/4/1909  1/1–29/2/1912 1/5–30/6/1917 1/7–31/8/1918 ¼-30/6/1919

La Lectura dominical. 17/7/1909 2/7/1927

La Mañana (Madrid. 1909). 7/11/1911

El Imparcial (Madrid. 1867). 8/11/1911 27/5/1925  28/5/1926 9/12/1928 21/2/1929  19/11/1929 

Revista general de enseñanza y bellas artes. 15/12/1911

La Época (Madrid. 1849). 4/1/1912  11/2/1915  7/11/1915 12/5/1921  24/2/1928 8/6/1928  3/9/1928 22/8/1932 3/12/1934 

La Correspondencia militar. 5/1/1912 7/5/1927 20/12/1927

El Siglo futuro. 9/1/1914

Mundo gráfico. 21/1/1914  25/10/1916

Bética (Sevilla). 5/5/1914 30/4/1915

Hojas selectas. 11/1915  1/1916, n.º 169

La Acción (Madrid. 1916). 14/5/1916

Mondariz (Madrid). 20/9/1916

El Sol (Madrid. 1917). 27/9/1918 1/3/1930 19/6/1930  8/7/1930  21/8/1932 4/12/1934

La Voz 22/6/1923 31/3/1924 20/3/1930  15/5/1930 20/8/1935

La Alhambra 31/7/1923

La Esfera 3/5/1924 17/5/1924

Revista hispanoamericana de ciencias, letras y artes 12/1924

La Nación 6/5/1927 4/1/1928 10/3/1928 24/8/1928 18/11/1929 13/3/1931

La Libertad 14/5/1927 20/12/1927 25/2/1928 1/3/1930 9/7/1930

Caras y caretas 22/10/1927

Unión patriótica 15/11/1927

Gran Vida  1/7/1928  1/2/1929

Alrededor del mundo 27/4/1929

El Heraldo de Madrid 14/2/1931 18/1/1932  22/8/1932

Ahora (Madrid). 21/8/1932 23/8/1932

La Hormiga de oro  8/9/1932 2/11/1933 

Archivo Histórico “Bernardino de Pantorba” de la Asociación Española de Pintores y Escultores

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Margarita Sans Jordi

Por Mª Dolores Barreda Pérez

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LAS PRIMERAS ARTISTAS DE LA

ASOCIACION ESPAÑOLA DE PINTORES Y ESCULTORES

Desde su fundación en 1910, y después de haber tratado en anteriores números a las Socias Fundadoras de la entidad, y las participantes en el primer Salón de Otoño, vamos a ir recuperando de la memoria colectiva, el nombre de las primeras socias que vinieron a formar parte de la Asociación de Pintores y Escultores.

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MARGARITA SANS JORDI 

 

SANS JORDI, Margarita   E     1917     PLA PENEDES   BARCELONA      Villanueva y Geltrú, Barcelona

 

Margarita Sans y Jordi (Barcelona, 1911 – 25 de junio de 2006, Barcelona), escultora discípula de José Llimona y Ángel Ferrant.

Margarita fue la hija mediana del matrimonio formado por el acaudalado (terrateniente) Juan Sans Ferrer, de Sitges, y de Elisa Jordi Milanés, de procedencia cubana. El matrimonio y sus tres hijas (Mercedes, Margarita y Elisa), vivían entre Barcelona y Sitges, en la masía “L’Aguilera”, en un ambiente familiar culto y refinado, que propiciaba una gran atención del padre hacia sus hijas.

Margarita Sans Jordi posa junto a su obra «Alborada»

Margarita posando con una de sus obras según apareció en la prensa de la época

 

La masía se dedicaba al cultivo de la uva de mesa, cuyo exceso de producción llevó a distintos propietarios a buscar su exportación, alrededor de los años 1928-1929, un éxito que convirtió a Juan Sans en uno de los principales cultivadores de la comarca.

La vocación artística de «Matita», como era conocida en su ambiente familiar, se manifestó desde muy joven, potenciándose poco a poco frente a otras artes que también cultivó, como la música, ya que tocaba el violín, llegando a participar en la orquesta de Enrique Casals, hermano de Pau Casals, en El Vendrell.

Su vocación escultórica se reafirma y ya en su adolescencia modela el barro y talla pequeñas figuras de madera y motivos decorativos en cajas, realizadas con instrumentos rudimentarios hasta que su primo hermano Agustín Amell, que había terminado la carrera de Medicina, le regala sus primeras gubias.

Cajas talladas por Margarita cuando contaba con 18 años de edad y que trabajó únicamente con cuchillos y hojas de afeitar

 

Así lo describe la Gaceta de Sitges en 1929 cuando nos descubre a la joven de 18 años, familia de Can Sans, que pasa sus veranos en Pla del Penedés, trabajando la madera y “transformándola en deliciosos muñequitos”…

«Matita» en 1931 trabajando en el taller

 

Se formó en el taller del Socio Fundador de la AEPE Ángel Ferrant, quien le enseñó el uso de la técnica y las herramientas específicas del oficio de escultor.

 

Margarita en 1935

 

Acudió durante más de un año al taller de José Llimona, siendo su alumna preferida y sucesora, según declarará el propio artista y cuya influencia está presente en sus obras, hasta la muerte del escultor en 1934.

De ella escribiría: «Tengo el placer de presentarles la escultora Margarita Sans-Jordi. Ella dice que es discípula mía, pero yo creo que es discípula de ella, porque como la verán por sus obras, son exactamente de ella misma. Ella, naturalmente, como es muy modesta, cree que todo lo bueno que puedan tener es debido a mi enseñanza; pero yo creo lo contrario, para que mis enseñanzas de si un brazo es corto o largo no ponen ni quitan nada de su valor esencial”…

Realizó su primera exposición en Barcelona en 1932, en las Galerías Layetanas. Cuando contaba con 21 años de edad.

En ese mismo año, mientras vivía en L’Aguilera, Margarita acudió junto a su familia al cine en el Pla del Penedés, donde pudieron ver una película del oeste que debió impresionar mucho a la joven escultora, que inició la talla directa de la obra que tituló «Oeste» y en la que se observa la típica indumentaria del género.

 

«Oeste», 1932

 

El periódico Luz del 9 de marzo de 1934 recoge una reseña de la artista firmada por Félix Ros, en la que se alaba “¡Qué juventud de mano, qué madurez de realidad, de realización, en esta muchacha!”

«Desnudo»

 

En junio de 1935 expuso en el Salón Vilches de Madrid varias esculturas de mármol blanco y de color, bronces, madera y alabastros…

En distintos medios de la época quedó reflejado el acontecimiento, como en la Revista de Estudios Hispánicos de junio de 1935 en la que se asegura que “Solamente en la suavidad la ternura con que están tratadas algunas de las obras, se adivina la mano femenina; por lo demás la solidez de concepto, el justo austero juego de las masas dan la impresión de obra viril”.

La Época recogía también la inauguración, destacando que su trabajo es “una labor totalmente lograda”, mientras que La Nación, el artículo firmado por Rafael López Izquierdo describe cómo sorprende la muestra de la joven artista “ese gesto casi audaz en nuestra época minada de «snobismos» y de tendencias falsas, de elevar su obra rindiendo culto a las formas clásicas… en una de sus obras se desborda su fuerza, se plasma la emoción en la forma equilibrada respondiendo al sentido temperamental… Como retratista, Margarita Sans-Jordi ha elevado a la disposición máxima sus máximas facultades”.

Gil Fillol firma una página completa del diario Ahora, con motivo de la exposición, reconociendo encontrar en la misma “unas estatuas de vigorosa robustez, casi con brío varonil. El temperamento escultórico de la notabilísima artista acusa esa tendencia, mezcla de clasicismo y susto moderno, que tan bien representa el arte catalán contemporáneo… Son esculturas clásicas, interpretadas con modernidad inteligente y comprensiva… En todas ellas sobresale el amor apasionado por la forma… Escultora dotada de excepcionales facultades, acierta en todos sus trabajos a mostrar esa ponderación difícil, nexo entre lo antiguo y lo moderno… en esta nueva exposición de sus trabajos se descubre un aliento entusiasta de estudio y de superación…   Toda la obra de Margarita Sans-Jordi está henchida de anhelos. Todo quiere ser más. Los que conocimos sus primeros trabajos en exposiciones nacionales y Salones de Otoño, sabemos que pueden ser más… Las de ahora prometen para época cercana nuevas pruebas de su talento. No creo equivocarme”…

«Cabeza de mujer», de 1935

Ahora Madrid del12 de junio de 1935

En La Voz se habla también de la exposición y de cómo…”la madera, el mármol, el bronce acreditan su técnica cuidada y una sensibilidad exquisita”. Y a los pocos días de su inauguración, en La Época se califica la muestra como una “Breve visión, pero ungida de un velo misterioso de manos femeninas… acusación de un trabajo lleno de sensibilidades y acuciado de un bello decir, dilecto y lícito… Como artista, no pierde la fineza femenina, tan especial y necesaria para ciertos trabajos escultóricos. Exquisita manera que reverencia diariamente un público distinguido”.

El Heraldo de Madrid dedicaba también una información de la muestra, acompañada de una fotografía de la artista con una de sus obras.

Margarita en Roma, en 1935

 

En 1935 fue pensionada por la Generalidad de Cataluña para estudiar en la Casa Velázquez (Instituto de Bellas Artes de Francia en Madrid) y en 1936 obtuvo en Madrid la Beca Conde de Cartagena que concedía la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y que consistía en un viaje, de un año de duración, que hizo a bordo del trasatlántico francés Champollion.

Trabajó junto a José María Sert en la realización del Pabellón del Vaticano de la Exposición Internacional de París de 1937.

«La Altiva»

«La joven de la melena»

 

Tras viajar durante 5 años por Londres, Bruselas, Italia, Francia, Grecia y Asia Menor, se estableció en París, donde recibió clases del escultor Charles Despiau, que trabajara con Auguste Rodin, y fuera uno de los componentes del grupo de escultores bautizado como la “Banda Schenegg”.

Durante estos años participa en distintas exposiciones colectivas celebradas en distintas ciudades españolas y europeas como Madrid, Barcelona, Oviedo, en el Museo Jeu de Paume de París y la Academia de Bellas Artes de Francia.

Durante su estancia en París recibió el encargo de la Infanta Isabel para la ejecución del busto de la madre Dolores, que en vida fuera Carmen Loriga y Parra  y era la ecónoma general del convento de la orden de la Asunción en la villa parisina de Saint-Michel. Era prima hermana del primer conde del Grove, Juan Loriga y Herrera-Dávila, antiguo preceptor del rey; también era su hermana política, pues el conde estaba casado con Josefina Loriga y Parra.  Margarita realizó una bellísima obra en la que para no caer en soberbia, en lugar de insinuar el hábito religioso, lo hizo mucho más contundente y en colores.

Margarita con el busto de la madre Dolores

En París realizó también otros encargos, como el busto de la Infanta Beatriz de Borbón, para el que fue preciso instalar su taller en una de las habitaciones del Gran Hotel Europa en Roma, donde se hospedaba la Infanta. Cada mañana desayunaban juntas, y hablaban largo y tendido mientras Margarita la peinaba para que cada día posara exactamente igual.

La Infanta Beatriz de Borbón posando para su retrato

 

En 1938 regresa a su ciudad natal y dos años más tarde comienza a trabajar en la manufactura Cerámica Asturiana de San Claudio (Oviedo), fábrica que cerró sus puertas en el año 2007, realizando cerámicas y tierra cocidas. La fábrica, consciente de que sus piezas habían quedado ancladas en modelos demasiado antiguos, le pidió que hiciera una nueva colección de objetos que la artista rediseñó, creando un nuevo grupo de modelos que sustituirían a los antiguos.

 

«Canción del mar»

Sin embargo, a Margarita sin querer, le salía el “pronto” de la escultura y para una exposición que hizo la Fábrica en Gijón, preparó la obra “Las cuatro estaciones”.

«Las Cuatro Estaciones. La Primavera»

«Las Cuatro Estaciones. El Verano»

«Las Cuatro Estaciones. El Otoño»

 

«Las Cuatro Estaciones. El Invierno»

«La Primavera» obra en poder de la familia, mientras que las otras tres se encuentran en el museo de la Cerámica de Oviedo. Cuando Margarita se casó (1942) dejó de colaborar con la Fabrica y el escultor local que la sustituyó se asignó la autoría de una de las cuatro estaciones con total impunidad y sin que nadie hasta la fecha haya rectificado este error.

Tras finalizar la contienda española, que pasó en París junto al resto de su familia, y ya de regreso en Barcelona, presentó a la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1941 la obra “La Piedad”, que dos años más tarde llevaría también a la exposición que realizara nuevamente en el Salón Vilches, y que se encuentra en la actualidad en el panteón familiar de Manuel Vilches, en el cementerio de La Almudena de Madrid.

También inauguró en junio de 1941 en la Sala Parés, una exposición de obras que supondrían su presentación tras el parón ocasionado por la Guerra Civil.

En 1942 contrajo matrimonio en la parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles, con el abogado Francisco Javier de Mendoza Arias-Carvajal, que ocupaba una destacada posición en el Ayuntamiento de Barcelona, lo que motivó que la artista no concurriera a los concursos de escultura pública, evitando así las sospechas de favoritismo.

Francisco Javier de Mendoza Arias-Carvajal era abogado de los Ilustres Colegios de Madrid y Barcelona, Jefe de Sección del Ayuntamiento de Barcelona, Capitán de Artillería de la Academia del Arma; llegó a ser Presidente de la Federación Catalana de Fútbol y Vocal de la Española, Secretario del Círculo Ecuestre de Barcelona, y poseía además la Cruz de Guerra, de la Cruz Roja del Mérito Militar y la Medalla de la Campaña.

Fruto del matrimonio nacerían cinco hijos, dos gemelos en su primer parto, Francisco Javier y Juan Fernando, José Eduardo, Margarita y Carlos, todos ellos dotados de sensibilidad artística que desarrollarían en distintos ámbitos.

La Hoja Oficial del lunes de febrero de 1943 dedica una interesante información acerca de la exposición de la escultora en la Sala Vilches, en la que Antonio de las Heras apunta el “espaldarazo que merece su temperamento, su técnica, su oficio al servicio todo de una sensibilidad y un afán por buscar lo duradero y la calidad…. una de las virtudes de Margarita es su gran elegancia espiritual llevada a la obra que produce… es lástima que la escultora no prodigue más sus exposiciones en Madrid porque en ellas se encuentra una verdad artística irrefutable”….

Realizó bustos y figuras de temática religiosa por encargo, como las que para el Monasterio de Montserrat trabajó en 1942, del Abad Oliva y la de San Benito, que presiden la Sala Capitular, realizando años más tarde el conjunto monumental del Vía Crucis de la abadía benedictina.

Margarita Sans Jordi trabajando en la escultura del Abad Oliva

Talla de San Benito

Realizó también otras piezas para el Monasterio como un «Monaguillo» tallado en madera y semihueco (se trata en realidad de una hucha), situado en un rellano por el que se accede a las escaleras que llegan hasta la Virgen de Montserrat (la «Moreneta»), para cuyo modelo eligió a su hijo Eduardo.

«Monaguillo» de Montserrat

 

«Jesús condenado a muerte», estación penitencial de Montserrat

 

Las distintas escenas de este Vía Crucis de Montserrat se caracterizan por una gran simplificación de las formas, más evidentes en las esculturas femeninas, que se presentan de una forma muy esquematizada.

 Boceto de «Piedad» y obra final  que puede verse en el cementerio de La Almudena de Madrid

 

En la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1944 obtuvo la Tercera Medalla de Escultura, recibiendo también otro tipo de condecoraciones como la que le otorgó el estado francés de “Chevalier de las Órdenes de las Arts et las Lettres”.

Fue socia de la Asociación de Pintores y Escultores, del Círculo Artístico de San Lucas, de la Agrupación de Acuarelistas de Cataluña,…

En 1948 inauguró en la Sala Parés una pequeña muestra de cinco esculturas y participó también en la Exposición Nacional con una “Madona”, un relieve de temática religiosa que adquirió gran importancia en su producción a partir de entonces.

Para la Parroquia de San Raimundo de Peñafort realizó en 1950 otros trabajos, como los que también entregó a la Escuela Pía de Sitges en 1956, culminando en el paso de Semana Santa «Jesus en la calle de la amargura«, formado por las tallas en madera de Jesus, el Cirineo y la Virgen.

 

«Primera caída de Jesús», estación penitencial de Montserrat

 

Su obra está presente en el Museo Nacional de Arte de Cataluña, en el Monasterio de Montserrat, en el Convento de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, conocido como Asilo de Convalecientes de Madrid y en el cementerio de La Almudena de la capital, donde se encuentra la escultura titulada «Piedad», realizada para la familia Vilches, labrada en piedra verde de Figueres.

Pero también hay obra suya en Nueva York y París, con especial mención a la escultura religiosa que para la Semana Santa de Sitges realizó y que procesiona el Viernes Santo, además de otras muchas colecciones particulares repartidas por todo el mundo.

Su hermana Mercedes trabajando piezas de cerámica en su estudio

 

En el año 2004 ella misma preparo una exposición-homenaje, que organizó el Grupo de Estudios Sitgetans, poco antes de su fallecimiento, ocurrido el 25 de junio de 2006, cuando contaba con 95 años.

Los trabajos de Sans muestran una clara influencia de José Llimona; se podría decir que sus esculturas son el resultado de una síntesis o esquematización del estilo de su maestro, mientras que su temática característica se centró en el desnudo femenino y la imaginería religiosa.

En el libro “Instituciones artísticas del franquismo: las exposiciones nacionales de Bellas Artes (1941-1968)”, de Lola Caparrós Masegosa, (Zaragoza, 2019), se habla de la obra “Reposo” como de «serenísimo desnudo de mujer en donde se estudian con acierto masas de gran blandura y belleza». Y es cita imprescindible en otros textos como “Arte moderno, vanguardia y estado: la Sociedad de Artistas Ibéricos y la República (1931-1936) Editorial CSIC – CSIC Press, 2003, de Javier Pérez Segura, o “Pas a pas, camí de l’alba: memoria de l’Academia de Llengua Catalana” (L’Abadia de Montserrat, 2007),  de Manuel Sayrach, cuando relaciona la exposición pública conmemorativa del 75 aniversario de la Coronación Canónica de la Madre de Dios de Montserrat, o “Escultoras en un mundo de hombres y su fortuna en la crítica de arte española (1900-1936)”, de Isabel Rodrigo Villena (Arenal, Revista de Historia de las Mujeres de la Universidad de Granada, 2016).

Desnudos femeninos

 

El NODO del 1 de enero de 1948 dedicó uno de sus cuatro reportajes a la escultora, mostrando a esta mientras trabajaba en su estudio tallando piezas de gran formato.

Distintas instantáneas del reportaje aparecido en el NODO

 

Pese a su faceta de escultora, Margarita Sans Jordi también cultivó el dibujo y la pintura, sobre todo en los últimos años de su vida en los que tallar ya no era una tarea fácil. Sus pinturas reflejan naturalezas muertas, paisajes y desnudos femeninos, presentes en varias colecciones privadas.

Colaboró con su hermana Mercedes que estaba soltera y se dedicaba al mundo de la cerámica, realizando modelos de carácter popular y decorativo que su hermana ponía al horno y pintaba.

Sus retratos se caracterizaban por un modelado suave y un sentido gracioso de la actitud, eliminando los elementos anecdóticos y meramente decorativos para concentrarse en la pura realidad anatómica, superada por una expresión de femineidad.

Las piezas de Sans respiraban sensualidad con composiciones que no siempre juegan con las formas sinuosas y las torsiones, demostrando en otras obras cuerpos más rotundos y relajados que huyen de la elegancia de la insinuación y que también están llenas de expresividad.

Otra imagen rescatada del NODO en la que se aprecian piezas de gran tamaño

 

Quienes la conocieron, sus familiares más próximos, como sus nietos Alonso y Gonzalo de Mendoza Asensi, y su propio hijo Eduardo de Mendoza Sans, a quienes agradezco sus indicaciones a la hora de elaborar esta biografía, aseguran que era una mujer temperamental, un terremoto dicharachero, abierto, que hablaba y se comunicaba con todo el mundo, de carácter alegre y gran bondad y que pese a la época que le tocó vivir, supo compaginar en lo que pudo su amor al arte y a la familia.

MARGARITA SANS JORDI Y LA AEPE

En el XII Salón de Otoño de 1932, celebrado en los Palacios del Retiro de Madrid, Margarita apareció inscrita como Margarita Sans Jordi, natural de Pla del Panadés, donde reside. Al mismo presentó las obras, que se exhibieron en la Sala Central:

  1. “Juventud” (caoba)
  2. “Semíramis” (relieve en madera)

Bajorrelieve «Las hijas de Job»

Margarita Sans Jordi, cuando contaba con 92 años, posando con el busto de su gato Tainy,  en terracota policromada

 

 

 

 

 

Webgrafía y Bibliografía

Blanco y negro 23/6/1935

El Heraldo de Madrid 25/6/1935

La Voz 18/6/1935

Ahora 12/6/1935

La Época 19/6/1935

Y 1/7/1939, 1/1/1942

La Nueva España 11/10/1942, 27/1/1997, 3/7/2005, 1/3/2007, 27/9/2007

El País 23/11/1978, 9/10/1991

La Vanguardia 17/4/1957, 28/7/2002, 24/9/2002, 27/6/2006

ABC 24/9/2002, 18/02/1943, 07/03/1943, 06/01/1946, 15/05/1935, 05/06/1935, 06/06/1935, 10/12/1941, 25/04/1944, 17/02/1943, 27/11/1974

ABC Sevilla 22/11/1934 y 09/06/1944

El Periódico de Catalunya 28/6/2006,

La Gaceta de Sitges

Eco de Sitges 11 junio 1935

El Norte de Castilla, mayo de 1939

Gaceta Municipal de Barcelona 15/1/1945

Heraldo de Zamora 27/5/1939

Hoja Oficial de la provincia de Barcelona, 8/6/1942, 24/5/1943, 29/4/1957, 4/6/1962

Diario de Burgos, 2/7/1978

Hoja Oficial del lunes, 15/2/1943

Instituciones artísticas del franquismo: las exposiciones nacionales de Bellas Artes (1941-1968)”, de Lola Caparrós Masegosa, (Zaragoza, 2019)

“Arte moderno, vanguardia y estado: la Sociedad de Artistas Ibéricos y la República (1931-1936”), de Javier Pérez Segura

Revista nacional de educación de junio de 1943

“Pas a pas, camí de l’alba: memoria de l’Academia de Llengua Catalana” (L’Abadia de Montserrat, 2007),  de Manuel Sayrach 

 “Escultoras en un mundo de hombres y su fortuna en la crítica de arte española (1900-1936)”, de Isabel Rodrigo Villena (Arenal, Revista de Historia de las Mujeres de la Universidad de Granada, 2016).

NODO del 1 de enero de 1948

http://diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/102337/8/NEG_2de2.pdf.txt

Archivo Histórico “Bernardino de Pantorba” de la Asociación Española de Pintores y Escultores

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Rafael Canogar, Vocal del Jurado del 55 PREMIO REINA SOFIA DE PINTURA Y ESCULTURA

Fue una reunión importante la del 11 de febrero de 2020. Una tarde-noche intensa de más de seis horas, en las que hubo anécdotas, criterios, argumentos y debates de todo tipo, que giraban en torno a todas y cada una de las obras que se habían presentado al 55 PREMIO REINA SOFIA DE PINTURA Y ESCULTURA que convoca la Asociación Española de Pintores y Escultores.

Y entre un descanso y respiro, también hubo tiempo de comunicar y formalizar las impresiones de cada uno de los miembros del Jurado respecto al trabajo que estaban realizando.

Destacamos las declaraciones de:

 

Rafael Canogar

Vocal del Jurado

Pintor, escultor, grabador y Académico. En representación de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando

 

 

El Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura me parece una forma de ayudar a los artistas

para que se vean luego sus obras en Casa de Vacas. Me parece que es una gran oportunidad

para ellos y sus obras; además de poder descubrir valores nuevos.  

Además, es verdaderamente encomiable el esfuerzo y el trabajo que hace la AEPE organizando este premio.

Esta edición está muy bien, hay un nivel medio bueno.

Como miembro del Jurado son muchos elementos en los que me fijo y los que componen una obra de arte.

Tras tantos años de profesión, he podido ver mucha obra, y uno tienen ya una cierta

costumbre de ver inmediatamente los elementos fundamentales que hacen que una

obra se distinga: tenga fuerza, esté bien compuesta, que sea actual, etc.

Son muchos elementos a tener en cuenta.

 

 

Las Medallas de la AEPE: Ángel Ferrant y Vázquez

Por Mª Dolores Barreda Pérez

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Después de ver cómo y cuándo nació la Medalla de la Asociación de Pintores y Escultores, vamos a seguir conociendo más acerca de los galardones en los que se otorga actualmente, con sus correspondientes denominaciones.

 

Medalla de Escultura “Ángel Ferrant y Vázquez”

del Salón de Arte Abstracto

     En el año 2015, la Junta Directiva de la Asociación Española de Pintores y Escultores creó el Salón de Arte Abstracto, que se ha convertido ya en una de las más esperadas convocatorias de la centenaria entidad, nacido para hacer de este arte una continua experiencia creadora que aporta todo tipo de conocimientos y la belleza de otra realidad, que sólo está en las manos de los artistas.

En 2017 y gracias a la propuesta que realizara el Presidente de la AEPE, José Gabriel Astudillo, bajo el título de “La plenitud de los nombres”, se acordaba la reorganización de los premios y galardones que otorgaba la institución en los distintos certámenes y concursos habituales. En el caso del Salón de Arte Abstracto, y como en el resto de las ocasiones con el ánimo de honrar la memoria de los fundadores de la AEPE, se instituyeron los premios: Medalla de Pintura José María López Mezquita y Medalla de Escultura Ángel Ferrant y Vázquez.

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ANGEL FERRANT Y VAZQUEZ

 

FERRANT VAZQUEZ, Angel   E     1910(F176)       1.dic.1890   MADRID       MADRID      24.jun.1961

El escultor  de arte cinético, relacionado también con el surrealismo, Ángel Ferrant Vázquez fue uno de los socios fundadores (Número 176), al igual que lo era su padre, el relevante pintor Alejandro Ferrant Fishermans (Número 116).

Nació el 1 de diciembre de 1890 en Madrid y estudió escultura en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid, en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y en el taller del escultor Aniceto Marinas.

Con un realismo academicista propio del cambio de siglos, en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1910 obtiene una Segunda Medalla por la obra “La cuesta de la vida” y a partir de entonces, comienza a viajar por Bélgica, Italia y Francia, donde vivirá algunos años.

En París entra en contacto con el movimiento vanguardista artístico del futurismo, fundado por Filippo Tommaso Marinetti, cuya influencia pesó durante algún tiempo en sus obras y con quien mantuvo una relación epistolar, pese a no centrarse en aquella corriente.

En el año 1918 realiza una oposición a la plaza de profesor de modelado y vaciado en la Escuela de Artes y Oficios, siendo destinado a La Coruña, donde pasará dos años. En 1920 traslada su plaza de profesor a la Escuela de la Lonja de Barcelona, que se hallaba en plena agitación artística, y se aproxima así al novecentismo y a las vanguardias que se advierten en sus obras, obteniendo además el Primer Premio del Concurso Nacional de Escultura de 1926.

El escultor trabajando en su estudio y abajo, dando clases

 

En 1927 viajó a Viena buscando la renovación de los métodos pedagógicos de la enseñanza de la escultura.

También expuso en galerías de la ciudad condal como la Sala Parés (1928) y las Galerías Syra (1931) y participó en muestras como la I Exposición de la Sociedad de Artistas Ibéricos, el Salón de los Evolucionistas, el Círculo de Sant Lluc, la Asociación de Escultores y los Amigos de las Artes Nuevas… iniciando también su faceta de escritor.

Su estética evoluciona influida por las esculturas clásicas griegas y egipcias, con un acercamiento a sus modelos y a las capacidades expresivas de algunos materiales.

En 1934 regresa a Madrid como profesor de la Escuela de Artes y Oficios de Carabanchel.

En 1935 crea para la Asociación Auxiliar del Niño un Taller de Arte Infantil en donde pone en práctica sus ideas de renovación de la pedagogía artística y participa en la organización de la exposición de Picasso en el Centro de la Construcción de Madrid.

En 1936 firmó el «Manifiesto de la Alianza de Intelectuales Antifascistas para la Defensa de la Cultura» del diario La voz del 30 de julio de 1936. Un año más tarde se incorpora a la Junta Delegada de Incautación, Protección y Salvamento del Tesoro Artístico, presidida por Roberto Fernández Balbuena (también socio de la AEPE) y como vocal a su hermano, el arquitecto Alejandro Ferrant.

Nombrado director accidental del Museo de Arte Moderno, al trasladarse a Valencia el crítico de arte y museólogo Ricardo Gutiérrez Abascal, conocido por el seudónimo de Juan de la Encina.

El 27 de mayo fue detenido en las dependencias de la Junta por agentes del Servicio de Investigación Militar del Ejército del Centro que la noche anterior habían detenido al arquitecto Francisco Ordeig, responsable del depósito que la Junta de Incautación a quienes se acusaba de connivencia con el enemigo.

El 30 de mayo los hermanos Ferrant fueron liberados, tras la intervención de Fernández Balbuena y los compañeros de la Junta, quienes advertían en las acusaciones de los agentes de la brigada de información exageraciones e interpretaciones forzadas.

El 1 de julio fue nombrado vocal de la Junta Delegada, encargado de las visitas e incautaciones por los pueblos de la región centro. En enero de 1938, tras el nombramiento de Fernández Balbuena como delegado en Madrid de la Dirección General de Bellas Artes y subdirector del Museo del Prado, Ángel Ferrant fue encargado de la presidencia de la Junta Delegada del Tesoro Artístico en Madrid.

Sus reticencias ante algunas peticiones de los responsables del ministerio y de la dirección de Bellas Artes fueron motivo de continuos choques. En marzo presentó su dimisión tras negarse a enviar a Valencia El descendimiento de la cruz de Rogier van der Weyden.

En abril de 1938 fue llamado a Barcelona donde permaneció hasta el mes de junio, dejando como responsable de la Junta a Matilde López Serrano, agente del SIPM franquista. El 6 de septiembre los responsables del Ministerio de Hacienda, al que habían sido transferidas las competencias sobre el Tesoro Artístico, procedieron a remodelar las Juntas Delegadas, a cuyo frente se colocaron los gobernadores civiles y Ferrant quedó como auxiliar técnico sin funciones ejecutivas.

Terminada la guerra, fue denunciado junto con su hermano por el duque de Valencia, cuyas propiedades se habían salvado gracias a la Junta Delegada de Madrid.Sometido a expediente disciplinario, en abril presentó un escrito exculpatorio detallando sus actuaciones al frente de la Junta Delegada.

En julio, Pedro Muguruza, comisario general del Servicio de Defensa del Patrimonio Artístico Nacional, presentó un informe ante el Tribunal Militar de Funcionarios en el que reconocía el papel jugado por la Junta Delegada en Madrid, en orden a la conservación del patrimonio.

Finalizada la contienda recuperó la creación artística que había abandonado en tiempos de guerra con una serie de relieves en barro cocido de la Tauromaquia (Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía), fechada en 1939, en la que retorna al arte figurativo desde presupuestos ajenos al academicismo.

Su primera exposición individual tras la guerra tiene lugar en la Galería Argos de Barcelona en 1942, donde muestra las cabezas de La Comedia Humana, la Tauromaquia y varios dibujos.

Participa en el I Salón de los Once (Galería Biosca, Madrid), apoya la labor de Eugenio d’Ors y su Academia Breve de Crítica del Arte, en su intento de dotar de nuevos aires al panorama artístico madrileño.

En 1943 recibió el encargo de los arquitectos Durán de Cottes y López Izquierdo para colaborar con un conjunto escultórico destinado a la fachada del Teatro Albéniz de Madrid, con la realización de once autómatas de madera que mediante un simple mecanismo movían las partes articuladas (tocando una guitarra, abanicándose, balanceando el torso…) que se conservaron en la fachada hasta 1983.

Autor de parte de los relieves de la columna del Descubrimiento en La Rábida, ​en 1948 realiza y expone en la Galería Clan las denominadas por él Esculturas ciclópeas y participa en algunas exposiciones colectivas (Buchholz, III Antológica de la Academia Breve).

En 1948 conoció al pintor alemán Mathias Goeritz y su Escuela de Altamira, que va a potenciar el trabajo con objetos de piedra o barro en los que se insinúan figuras humanas. En 1949 expuso sus móviles, cercanos a Calder, y su contrapunto, la serie de esculturas Estáticas.

Fruto de sus estudios sobre el juego y la combinación de piezas invariables surge el Maniquí estereotómico, pequeño muñeco compuesto por el ensamblaje de distintas piezas, que le permite adoptar numerosas posturas. A lo largo de su trayectoria Ferrant realizó otros cinco muñecos articulados.

A partir de 1959 las obras de Ferrant empiezan a verse con regularidad en los circuitos internacionales, siempre en colectivas junto con las de los más jóvenes. Este año expone en Pittsburg y Amsterdam.

En 1960 obtuvo el premio especial de escultura en la XXX Bienal de Venecia y el Premio Especial de la Fundación David E. Bright de Los Angeles, realizando exposiciones en Barcelona (Museo de Arte Contemporáneo), Madrid (Galería Neblí) y Bilbao (Museo de Bellas Artes) y en Londres (New London Gallery).

En 1961 los escultores catalanes brindaron un homenaje a su figura con una exposición celebrada en el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona.

Ángel Ferrant y Vázquez falleció en Madrid el 24 de junio de 1961. Tenía fijada su residencia en el Paseo de Recoletos, 7 de Madrid.

Socio Fundador de la Asociación de Pintores y Escultores

Formó parte del Comité ejecutivo del I Congreso Nacional de Bellas Artes  en 1918.

Fue Vocal de la Junta Directiva en 1914. Donó obra para el festival que la AEPE realizó en 1915.

 

 

Bibliografía y Webgrafía

Alix, Josefina (1985). Escultura Española 1900/1936. Madrid, Ed. El Viso. ISBN 84-7483-412-0.

Álvarez Lopera, José, «Ángel Ferrant en la Guerra Civil», Anales de Historia del Arte, vol. extraordinario (2008), pp. 335-355

Arte protegido: memoria de la Junta del Tesoro Artístico durante la Guerra Civil, [exposición], catálogo coord. Isabel Argerich Fernández y Judith Ara Lázaro, 2009, ISBN 978-84-8181-387-6

www.buscabiografias.com

www.angelferrant.com

www.biografiasyvidas.com

web.educastur.princast.es

https://museoph.org/pagina/perfil-biografico-de-angel-ferrant

Archivo Histórico “Bernardino de Pantorba” de la Asociación Española de Pintores y Escultores

www.gacetadebellasartes.es

www.salondeotoño.es

Avelina Tomé Hidalgo

Por Mª Dolores Barreda Pérez

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LAS PRIMERAS ARTISTAS DE LA

ASOCIACION ESPAÑOLA DE PINTORES Y ESCULTORES

Desde su fundación en 1910, y después de haber tratado en anteriores números a las Socias Fundadoras de la entidad, y las participantes en el primer Salón de Otoño, vamos a ir recuperando de la memoria colectiva, el nombre de las primeras socias que vinieron a formar parte de la Asociación de Pintores y Escultores.

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TOME, Avelina   P   1950

 

Gracias a los constantes llamamientos que desde la Gaceta de Bellas Artes realizamos para que todos aquellos que tengan información acerca de nuestros socios, nos la hagan llegar y así entre todos, salvaguardar la memoria colectiva de los artistas en España, la familia de Avelina Tomé nos hizo llegar un ligero apunte acerca de esta pintora, que nos complace sobremanera poder ofrecer ampliado y recuperar de esta forma del olvido.

Avelina Tomé Hidalgo (1896 – 1974)

De familia humilde, Avelina Tomé Hidalgo nació en Toñanes (Alfoz de Lloredo, Cantabria) en 1896.

Era la hija menor de un carabinero destinado en dicha localidad, y fue única superviviente de seis hermanos.

La familia Tomé regresó a Argujillo (Zamora), de donde sus progenitores eran originarios.

Allí pasará parte de su infancia, pero la muerte prematura de su padre, obliga a la dispersión de la familia.

Avelina Tomé en su adolescencia

 

Avelina es enviada a Madrid, al Asilo de San Diego y San Nicolás [1] que era un colegio para niñas huérfanas y pobres, fundado en 1906 por los Marqueses de Vallejo y encomendado a las Hijas de la Caridad, labor educativa que sólo se interrumpió en los tiempos de la república y que continúa hasta la actualidad.

Asilo de San Diego y San Nicolás de Madrid

 

Desde muy joven se interesó por los estudios superiores de arte y 1913, contando con diez y siete años de edad, solicita permiso para presentarse a los exámenes de ingreso de la Escuela Especial de Pintura, Dibujo y Grabado [2].

La Escuela Especial tuvo varios nombres desde que se fundara como Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en 1752, hasta la actualidad, que es la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense [3].

Es de destacar que Avelina, además de carecer de medios económicos, provenía de un medio rural donde en aquellos tiempos la mayoría de la población era analfabeta, lo cual hacía más notable su decisión.

Avelina Tomé en los años 20

 

Por el Heraldo de Zamora del 15 de julio de 1914 sabemos que la Comisión Provincial “ha acordado pasar a informe del negociado respectivo, una instancia de Avelina Tomé Hidalgo de diecisiete años de edad, natural de Argujillo, exponiendo que dedicándose al arte de la pintura y no habiendo cursado en la Escuela de San Fernando de Madrid, presenta dos obras copias de otros cuadros del Museo de pinturas, para que juzgando por ellos vea si es posible que la Diputación zamorana, acuerde se proteja a la exponente, que por falta material de recursos no puede ampliar sus estudios”.

Los exámenes de ingreso a la Escuela Especial eran muy exigentes y los aspirantes solían prepararse en el estudio de algún pintor reconocido, pero no nos consta que Avelina tuviera esa oportunidad.

También por el Heraldo de Zamora del 1 de diciembre de 1916 conocemos que con fecha del día anterior, se hacen ejecutivos los acuerdos tomados por la Diputación provincial, “otorgando por una sola vez subvención de 1.000 pesetas respectivamente a los naturales de esta provincia don Jerónimo Seisdedos y doña Avelina Tomé, para que prosigan sus estudios de arte pictórico”.

En el Boletín Oficial de Zamora de esa misma fecha se añade que “los aspirantes tienen demostradas aptitudes para la pintura, según lo comprueban los cuadros que han presentado”.

Finalmente, en 1918 Avelina aprobó con el cuarto puesto las oposiciones de ingreso a la Escuela Especial, y como todavía sigue asilada en el Colegio de San Diego y San Nicolás se le concede matrícula gratuita [2].

En la Escuela estudiará Anatomía, Perspectiva, Paisaje, Ropaje y Teoría e Historia del Arte, obteniendo unas calificaciones extraordinarias que le valieron en 1919 una Matrícula de Honor en la asignatura de Dibujo del Antiguo [2].

Gracias a esta educación artística, pudo conseguir un medio de vida estable, abriendo su propio estudio donde impartir clases de pintura y realizar encargos particulares.

Avelina Tomé, primera por la derecha, impartiendo clases en su estudio

 

En 1926 se relaciona con los círculos artísticos de la capital, asistiendo a actos como la inauguración de la exposición de las obras del pintor argentino Enrique de Larrañaga, que tuvo lugar en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, quedando así recogido en medios como el diario El Sol del 4 de enero de 1926.

En 1929 aparece por primera vez en los registros de copistas del Museo del Prado copiando una “Dolorosa” (433) de Tiziano  [6].

Esta independencia económica también le permite continuar con su formación en la Escuela Especial y en el curso de 1931-32 se inscribe como alumna libre y cursa las últimas asignaturas del programa de Bellas Artes [2].

Los Alfareros de Coca(1950), retrato de Guillermo Murciego y su hijo Gabriel

 

Según observamos en La Nación del 14 de marzo de 1933, Avelina Tomé se presentó a la VI Exposición de Arte Estudiantil, organizada por la Federación de Estudiantes Católicos de Madrid, y resultó premiada en la sección de pintura (aunque no especifica cuál era el premio ni en qué consistía), otorgándole el mismo un jurado compuesto por Marisa Roesset, el arquitecto Sr. Anasagasti y el escultor Juan Adsuara.

En 1935 participa por primera vez en el XV Salón de Otoño [7] organizado por la Asociación Española de Pintores y Escultores (AEPE) con dos obras: Holandesita, y Cabeza de viejo (estudio).

“Bodegón del botijo”

 

Según averiguamos por el BOE Gaceta de Madrid del 11 de mayo de 1936, en el apartado de la Dirección General de Bellas Artes, Avelina Tomé Hidalgo quedó excluida de las oposiciones por no haber presentado a tiempo la certificación de penales o por haber prescrito el plazo de vigencia del presentado.

“Marina”

 

En 1936 Avelina da a luz en Madrid a su único hijo casi al tiempo en que estalla la guerra civil española. Este hecho interrumpirá su carrera artística, que retomará tras la contienda.

En 1947 expone en la Sala Marabini de Madrid, hecho que fue recogido de forma excepcional en el NODO (noticiero semanal que a partir de 1942 se proyectaba en los cines españoles antes de la proyección de la película) del 2 de junio de 1947: Exposición de Pinturas de Avelina Tomé en la Sala Marabini de Madrid. Edición sin audio, debido a que el audio original está deteriorado o se ha perdido.

“Anunciación” Tercera Medalla del Salón de Otoño de 1950

 

En febrero de 1952 inauguró una exposición de óleos en la Sala Vilches de Madrid, cuya nota recogió el diario ABC.

“Claveles”

 

Manteniendo su actividad docente y su producción artística, se presentó a distintos certámenes y exposiciones.

“Inmaculada”

 

Pintora de sólida formación técnica, las obras de Avelina Tomé tienen un estilo realista sobrio y giran en torno a temas costumbristas, paisajes y bodegones muy al gusto social de los clientes de la época.

«Caza”

 

Mujer independiente y ejemplo de superación personal, consiguió ganarse la vida a través de la pintura bajo unas circunstancias poco favorables al desarrollo profesional femenino.

“Bodegón con manzanas”

 

Pintó hasta los últimos días de su vida y falleció en Madrid en el año 1974.

“Cosiendo redes”

 

Avelina Tomé y la AEPE

Participó en los Salones de Otoño de los años 1935, 1949, 1950, 1952 y 1954, destacando la Tercera Medalla de Pintura que obtuvo en 1950 con la obra La Anunciación [7].

Al XV Salón de Otoño de 1935 presentó las obras “Holandesita” (óleo), 0,88 x 0,74, y “Cabeza de viejo” (estudio), 0,72 x 0,56

Al XXIII Salón de Otoño de 1949, y aunque figuraba erróneamente como “Hevelina Tomé Hidalgo”, presentó una única pieza: “Pescadores de Ondarroa”.

En el XXIV Salón de Otoño de 1950 exhibió dos obras: “Muchachas cosiendo” y “La Anunciación”, por la que consiguió la Tercera Medalla de pintura.

Al XXV Salón de Otoño de 1952 presentó las pinturas “Muchacha segoviana” y “Marina”.

Al XXVI Salón de Otoño de 1954 concurrió con una única obra titulada “Flores”.

Acerca de Avelina Tomé Hidalgo

Su nieta Maria del Mar Sánchez-Vega, residente en EEUU, nos hace llegar sus impresiones acerca de la artista, que no puedo dejar de aportar y transcribo literalmente:

“Me piden una nota personal sobre ella y me ponen en un aprieto porque apenas la conocí ya que murió cuando yo era muy pequeña. He crecido rodeada de cuadros y pensaba que en casa de los otros niños era lo mismo. Para mí el tener una abuela pintora era lo más normal del mundo. Mi padre cuenta que la abuela era muy reservada y hablaba poco sobre su vida probablemente porque pasó por etapas muy difíciles que pensó que no valía la pena compartir.

Quiero agradecer a todas las personas que llevan los archivos históricos de diferentes instituciones empezando por ustedes, la Asociación Española de Pintores y Escultores (AEPE), el Museo del Prado, la Biblioteca de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense y la Escuela de Arte de la Palma (antigua Artes y Oficios), que fueron siempre muy amables y contestaron de inmediato a nuestros requerimientos… Está claro que hay un gran interés en conocer a nuestras pintoras del siglo XX.

Ha sido muy emocionante obtener copias de las cartas que mi abuela escribió de su puño y letra a la Escuela Especial ya en 1913. Aprendimos que no cejó en su empeño de procurarse una educación superior desde muy joven, algo muy loable por las circunstancias de su vida, ya que estaba asilada en un colegio para huérfanas pobres. El hecho de que no sólo estudiara Bellas Artes sino que hiciera del arte su profesión en unos tiempos tan difíciles para las españolas, ha hecho que vea con gran admiración a mi abuela y me dé cuenta de la persona tan especial que debió ser. Qué lástima no tenerla con nosotros para que me pueda contar más cosas sobre su vida y sus inquietudes”.

AvelinaTomé Hidalgo con su nieta Mª del Mar Sánchez Vega

 

Distintas imágenes de NODO (noticiero semanal que a partir de 1942 se proyectaba en los cines españoles antes de la proyección de la película) del 2 de junio de 1947, que recoge la Exposición de Pinturas de AvelinaTomé en la Sala Marabinide Madrid

 

 

Referencias, Bibliografía y Webgrafía

[1] sandiegoysanvicente.com/historia/

[2] Archivo Histórico de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense, Madrid.

[3] https://www.ucm.es/historia_ucm_facultad_bellas_artes

[4] www.residencia.csic.es/expomujeres/en/cronologia.htm

[5] www.escueladeartelapalma.org/origen

[6]https://www.museodelprado.es/aprende/biblioteca/biblioteca-digital/buscador? efrbrer:p3009_has_form_of_manifestation=libros de copistas

[7] gacetadebellasartes.es/archivo-historico/

[8] http://artampl-dc.blogspot.com/2008/05/un-siglo-modelando-el-barro-esta.html

[9] https://www.descubrecoca.com/2011/05/acto-de-entrega-de-la-medalla-de-plata.html

BOE Gaceta de Madrid. Número 132. 11 de mayo de 1936 Dirección General de Bellas Artes.

El Sol, 4 enero 1926

La Nación, 14 marzo 1933

Heraldo de Zamora, 15 julio 1914

Heraldo de Zamora, 1 diciembre 1916

Boletín Oficial de Zamora, 1 diciembre 1916

NODO del 2 de junio de 1947. Exposición de Pinturas de Avelina Tomé en la Sala Marabini de Madrid. Edición sin audio: el audio original está deteriorado o se ha perdido. http://www.rtve.es/filmoteca/no-do/not-230/1467349/

ABC, 11 febrero 1952

Archivo Histórico “Bernardino de Pantorba” de la Asociación Española de Pintores y Escultores

www.gacetadebellasartes.es

www.salondeotoño.es

Las Medallas de la AEPE: José María López Mezquita

Por Mª Dolores Barreda Pérez

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Después de ver cómo y cuándo nació la Medalla de la Asociación de Pintores y Escultores, vamos a seguir conociendo más acerca de los galardones en los que se otorga actualmente, con sus correspondientes denominaciones.

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Medalla de Pintura “José Mª López Mezquita”

del Salón de Arte Abstracto

 

En el año 2015, la Junta Directiva de la Asociación Española de Pintores y Escultores creó el Salón de Arte Abstracto, que se ha convertido ya en una de las más esperadas convocatorias de la centenaria entidad, nacido para hacer de este arte una continua experiencia creadora que aporta todo tipo de conocimientos y la belleza de otra realidad, que sólo está en las manos de los artistas.

En 2017 y gracias a la propuesta que realizara el Presidente de la AEPE, José Gabriel Astudillo, bajo el título de “La plenitud de los nombres”, se acordaba la reorganización de los premios y galardones que otorgaba la institución en los distintos certámenes y concursos habituales. En el caso del Salón de Arte Abstracto, y como en el resto de las ocasiones con el ánimo de honrar la memoria de los fundadores de la AEPE, se instituyeron los premios: Medalla de Pintura José María López Mezquita y Medalla de Escultura Ángel Ferrant y Vázquez.

 

JOSE Mª LOPEZ MEZQUITA

 

LOPEZ MEZQUITA, José Mª    P    1910(F040)   25.abr.1883 GRANADA    GRANADA/MADRID 6.dic.1954

 

En el seno de una familia de comerciantes, José Mª López Mezquita nació un 25 de abril de 1883 en Granada.

Destacaron sus dotes artísticas desde muy niño, iniciando sus clases de arte con tan solo nueve años, en el taller de José Larrocha, pintor de escenas, paisajes y costumbres de su Granada natal.

Con once años, retrató a su abuelo en una obra que ya sorprendió por su calidad y presagiaba un brillante futuro.

Al cumplir los catorce años, la familia se traslada a Madrid, lo que facilita su ingreso en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, matriculándose en la sección de Pintura y Grabado.

Además, asiste como alumno al estudio de Cecilio Plá, de quien recoge la pincelada impresionista y las escenas cotidianas de la época, el ambiente, su gente y la nueva burguesía de principios de siglo.

Con sólo 18 años asombró al mundo del arte, presentando varios cuadros a la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1901, y obteniendo la deseada por cualquier artista, Medalla de Oro con la obra titulada “Cuerda de Presos”, en la que unió su Granada natal con una gran ciudad como la de Madrid, confrontando personajes dispares de distintas clases sociales con detalles que no podían escapar a la crítica de la época.

Fue esta una etapa en la que se descubría en su obra la influencia en su pintura de otros autores como Ramón Casas, Sorolla, McNeill Whistler y Singer Sargent.

Fotografiado en 1904

 

Aquella Exposición Nacional supuso el despegue del pintor, que fue reconocido además con una Mención Especial por otras dos obras debido a su gran calidad y llamó la atención de mecenas como la Infanta Isabel de Borbón, cuya ayuda le permitieron viajar por Europa (Inglaterra, Francia, Bélgica, Holanda…) durante cuatro años, hasta que fija su residencia en París.

Allí recogerá la influencia de la pintura impresionista del momento, que está en pleno esplendor gracias a Van Gogh y Gaugin, si bien utiliza en sus obras los claroscuros típicos de los grandes del Siglo de Oro español, sobre todo de Velázquez y Goya.

«Autorretrato»

En 1905 regresa a su Granada natal, consagrándose a la técnica del retrato, con la que triunfaría en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1910, consiguiendo otra Medalla de Oro por el “Retrato de los señores B. e hijos”, que presenta claros guiños hacia otros artistas del momento como Julio Romero de Torres.

En 1910 contrae matrimonio con Fernanda Morales Díaz, que retratará con mucha frecuencia y con la que tendrá a su único hijo Julio.

El 2 de noviembre de 1914, es nombrado Presidente de la Asociación de Pintores y Escultores de la que fuera miembro fundador, cargo que ocuparía hasta 1917.

Posando en su estudio

 

En 1916, con treinta y tres años, ingresó como académico de Bellas Artes de San Fernando y realizó además una exposición patrocinada por el propio Alfonso XIII, cuyo catálogo incluía textos de Unamuno, Pérez de Ayala y Blasco Ibáñez, que se celebró en Nueva York y que se exhibirá después en otras ciudades de Estados Unidos como Boston o Chicago.

Sus viajes por América le granjearon fama y renombre, llegando a retratar a intelectuales y políticos de la época y recibiendo multitud de encargos con los que logró una gran fortuna, sobre todo en Estados Unidos.

De regreso a España, se instaló en los magníficos estudios que se construyó en Elche y Ávila, siendo definitivamente reconocido, admirado y recibiendo honores, nombramientos y designaciones varias.

En 1926 es convocado por la Hispanic Society de Nueva York, para continuar la obra que iniciara en esa institución el fallecido Joaquín Sorolla y de la que será nombrado miembro en 1930.

Pintando al rey Alfonso XIII en 1926

 

En 1937 marchó a EEUU, donde tenía multitud de encargos y tras perder todo lo que poseía en Madrid, en 1944 marchó a La Habana, retratando a las principales familias cubanas y atendiendo después a las peticiones de la Hispanic Society, pasó a Portugal.

En 1946 fallece su esposa Fernanda, que jamás viajaba junto a él porque prefería quedarse en Granada, y al poco tiempo, el pintor contrajo nuevamente matrimonio con Elnora Gruber, alternando continuos viajes a Estados Unidos, México y Portugal hasta que en 1954 se instala en Madrid, donde fallece el 6 de diciembre de ese mismo año en un Hotel, hecho que propició que se trasladaran sus restos a la Biblioteca de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, donde le rindieron el homenaje que merecía.

«Autorretratos»

 

José Mª López Mezquita asombró al mundo de su tiempo: precoz, atrevido, fecundo, inspirado, uno de esos pocos artistas que fueron tan tempranamente cubierto de laureles, que con 11 años sorprendió a Cecilio Plá y con 18 ya tenía un Medalla de Oro en una Exposición Nacional. Logró una sólida y gloriosa reputación en el mundo del arte contemporáneo dentro y fuera de España y levantó pasiones y repulsas por igual. Retratista iluminado, sus obras están dotadas de nervio y de vida.

López Mezquita en el estudio con su esposa Fernanda, ante el cuadro en el que aparecen los dos retratados en 1915

El artista fotografiado y en el estudio en sus últimos años

 

José Francés escribió sobre él que era un autor “absolutamente moderno en punto a sensibilidad, en el modo como llena de luz y aire sus cuadros y ciñe de ambiente a sus figuras… cuyos detalles permiten reconocer en él a un descendiente de Velázquez y Goya”…

 

José Mª López Mezquita y la AEPE

* Fue uno de los socios fundadores de la Asociación Española de Pintores y Escultores

* Vivió en calle Ayala 28, en Goya 36 y en Cánovas 4

* Recibió el Gran Premio de Honor en la Exposición Internacional de Panamá en 1916, a la que viajó representando a la Asociación de Pintores y Escultores

* Para el festival que la Asociación de Pintores y Escultores realizó en 1915, donó una de sus obras

* Presidente de la Asociación de Pintores y Escultores desde el 2 de noviembre de 1914 hasta el 29 de enero de 1917

* Socio de Honor en el XI Salón de Otoño de 1931, en el que se inscribió como residente en Madrid, en la calle Goya, 36 y al que presentó dos obras:

  1. “Retrato”, (óleo) 0,87 x 0,75
  2.  “Retrato del guitarrista Segovia” (óleo) 1,54 x 1,20

* Al XV Salón de Otoño de 1935 presentó también las obras:

  1. Nocturno (Calle 59, New-York) (óleo) 0,82 x 0,71
  2. Nocturno (Central Park, New-York), 0,76 x 0,91
  3. “Nevada” (Central Park, New-York) (óleo), 0,82 x 0,71

* Al XXIV Salón de Otoño de 1950 concurrió con:

29 “Retrato del pintor Francisco Posada”

32 “Retrato de José Francés”

* En el 50 Salón de Otoño de 1983, y como homenaje a los artistas que hicieron posible el I Salón de Otoño de 1920, se exhibió en la Sala Homenaje su óleo “Pertiquero de la catedral”.

Entre sus discípulos, se puede citar al pintor granadino Francisco Soria Aedo, que también fuera miembro de la Asociación de Pintores y Escultores y cuyo nieto, Alejandro Aguilar Soria, es además Socio de Honor de la centenaria institución, además de multitud de artistas americanos como A. Schulte.

 

Bibliografía y webgrafía

Revilla, Miguel Ángel, en AA.VV. (2014) Museo Carmen Thyssen Málaga Colección, Málaga., p.376 ISBN 978-84-941565-0-2

http://www.culturandalucia.com/Jos%C3%A9%20Mar%C3%ADa%20L%C3%B3pez%20Mezquita.Biograf%C3%ADa.principal.htm

López Mezquita, su personalidad en la pintura española. Antonio Nogales y Marquez de Prado. 

López Mezquita. Francisco Javier Pérez Rojas, Catedrático de Historia Univesal de la Generalitat Valenciana.

http://www.jmlopezmezquita.es/bibliografia.htm

http://www.culturandalucia.com/Jos%C3%A9%20Mar%C3%ADa%20L%C3%B3pez%20Mezquita.Biograf%C3%ADa.principal.htm

https://dbe.rah.es/biografias/12334/jose-maria-lopez-mezquita

https://www.museodelprado.es/aprende/enciclopedia/voz/lopez-mezquita-jose-maria/483f2a01-a66f-40c8-9f05-5549f2eba9ca

http://www.arte.sbhac.net/Plasticos/Mezquita/Mezquita.htm

Necrológica de don José María López Mezquita por José Francés

Archivo Histórico “Bernardino de Pantorba” de la Asociación Española de Pintores y Escultores

www.gacetadebellasartes.es

www.salondeotoño.es

 

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