María Galán Carvajal

Por Mª Dolores Barreda Pérez

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LAS PRIMERAS ARTISTAS DE LA

ASOCIACION ESPAÑOLA DE PINTORES Y ESCULTORES

Desde su fundación en 1910, y después de haber tratado en anteriores números a las Socias Fundadoras de la entidad, y las participantes en el primer Salón de Otoño, vamos a ir recuperando de la memoria colectiva, el nombre de las primeras socias que vinieron a formar parte de la Asociación de Pintores y Escultores.

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MARÍA GALÁN CARVAJAL

María Galán Carvajal nació el 9 de diciembre de 1880 en Avilés, Oviedo. De su puño y letra así lo escribió en su ficha de inscripción, contradiciendo la información que a este respecto publica Ramón Baragaño.

Hija de José Galán Estrada y de Teodora Carvajal Zaldúa, hermana del marqués de Pinar del Río, ilustre filántropo que se había enriquecido en Cuba.

La familia gozaba de una buena posición social y económica, pero tras el fallecimiento de su padre, y cuando maría contaba con 10 años de edad, los hermanos y su madre se trasladan a Madrid.

Dotada de grandes condiciones para el dibujo, comenzó a pintar a la edad de 16 años.

Cursó estudios en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, siendo discípula de José Ramón Zaragoza, Alejandro Ferrant y Álvarez Sala.

Fueron muy frecuentes también sus visitas al Museo del Prado, ejerciendo de copista de los grandes maestros y viviendo el ambiente artístico que reinaba en Madrid.

Animada por sus maestros, abrió un estudio en la calle Goya de la capital, dedicándose a la enseñanza.

María Galán Carvajal en su estudio

 

En 1915 concurrió a la Exposición Nacional de Bellas Artes con el cuadro titulado “Segoviano”

En 1920 la familia regresó a Asturias y fijó su residencia en Oviedo, pasando los veranos en Salinas, entonces incipiente y tranquilo centro de turismo estival.

Participó en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1922, hecho que recogió el crítico J. Blanco Coris cuando destacó en la prensa de la época…”Haremos mención del retrato cabeza estucho de mujer de la señorita María Galán Carvajal”.

En abril de 1924 aparece como maestra participante en el Congreso Nacional de Educación Católica, puesto que además de su actividad pictórica, María fue una mujer profundamente religiosa y muy preocupada por las clases desfavorecidas.

De esta forma, en octubre de 1929 fue nombrada por el gobernador de Asturias, Concejala del Ayuntamiento de Oviedo, cargo que por distintas circunstancias políticas sólo desempeñó hasta febrero de 1930.

 

Retrato, obra del XIV Salón de Otoño

 

Su actividad pictórica continuó con su concurrencia a las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes de 1930 y 1936.

En 1932 participó en el XII Salón de Otoño, mereciendo la calificación de Socio de Mérito según recogió la prensa de la época.

En 1933 la crítica señala sus obras como de “buenas pinturas” y un año después se reafirma cuando se mencionan sus “dos buenos retratos”.

En 1935 realizó su primera exposición en Oviedo, en el Salón Peñalba.

Madrecita, obra del XII Salón de Otoño

 

Por enfermedad propia y por distintas desgracias de familia, tuvo algunos parones en su dedicación artística, que siempre lamentó pero fueron inevitables.

Pintaba principalmente retratos, interiores y bodegones, y algunas flores y paisajes con la técnica del óleo, si bien también cultivaba la acuarela y el temple.

Realizó distintos viajes a Florencia, Roma y París, para conocer y estudiar de primera mano el arte y los grandes maestros.

La familia vivió la contienda española en la localidad asturiana de Salinas, donde veraneaban. De regreso a Madrid y, habiendo fallecido ya su madre, María Galán Carvajal regresó en 1943, a Salinas, donde residió y estableció su estudio en Villa Teodora, con la única compañía de su sobrina Mª del Carmen.

 

“Bodegón”

 

En 1938 el ingeniero Julio Martínez Hombre, Director de la Estación Experimental Agrícola de Nava, le encarga la realización de una serie de acuarelas para ilustrar las variedades de manzanas asturianas, trabajo interrumpido por el fallecimiento del agrónomo en 1945 pero que el Ministerio de Agricultura publicó en 1957 con 234 acuarelas ilustrativas que, desgraciadamente se han perdido.

Entre 1939 y 1940 llevó a cabo los trabajos de restauración del retablo de la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen de Salinas.

Simultáneamente, continuaba su participación en todo tipo de certámenes, presentando obra a las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes de 1945, 1948, 1954. También participó en varias exposiciones colectivas, entre las que destaca la que organizó el Automóvil Club de Oviedo en 1940 con el título de Exposición de Artistas Asturianos.

 

“Figura de Porcelana”, obra con la que concurrió al XIV Salón de Otoño

 

En 1947 realizó su segunda exposición individual, que tuvo lugar en la Universidad de Oviedo, en los bajos del antiguo Colegio de Recoletas (después rectorado), el mismo lugar en donde llevó a cabo su tercera muestra individual en 1953.

En 1954 celebró una exposición en la Sociedad de Amigos del Arte, en Avilés, muestra que contó con 27 cuadros y con éxito de crítica y público.

Ese mismo año, el Boletín Oficial de la Provincia de Oviedo hace público el acuerdo de compra, por una suma de 4.000 pesetas, de la obra titulada “Rincón de Estudio”, de la pintora María Galán Carvajal.

El 30 de agosto de 1960 María Galán Carvajal fallecía en su casa de Salinas. A pesar de ser soltera y no haber tenido hijos, lo hizo rodeada de sus familiares más íntimos.

Su obra está situada en el realismo académico de la época, siendo muy apreciados sus interiores y retratos, que reflejan una gran calidad, un especial dominio del dibujo y un muy personal empleo del color.

 

“Salón”

 

María Galán Carvajal y la AEPE

Su primera participación en el Salón de Otoño fue en su edición número XI, del año 1931, a la que presentó: 313. “Dibujando” (óleo), 0,95 x 0,70 y 469. “Retrato”, 0,63 x 0,49

En el XII Salón de Otoño de 1932 participó con las obras 2. “Bodegón (óleo), 0,69 x 0,69 y 7. “Bodegón” (óleo), 0,69 x 0,71

Al XIII Salón de Otoño de 1933 llevó cuatro obras, figurando ya en el catálogo editado como “Socio de Mérito de Salones anteriores”: 114. “Retrato de la señora”,  120. “Bodegón” (óleo), 358. “Retrato” (dibujo) y 362. “Retrato” (dibujo)

En el XIV Salón de Otoño de 1935 encontramos las obras 84. “Figura de porcelana” (óleo),  1,11 x 0,84 y 138. “Retrato” (óleo), 1,10 x 0,82

El último Salón de Otoño en el que participó fue en el de 1942, correspondiente a su edición XVI, con la obra 129. “Bodegón” (óleo)

 

Altar de la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen, de Salinas y detalle de la restauración del altar de la Iglesia de Salinas

“Árboles”

Biliografía y webgrafía

Región, 10/4/1924, 19/11/1927

La Libertad 15/10/1929, 11/11/1932, 30/11/1933, 3/1/1934

El Heraldo de Madrid. 11/5/1922, 12/11/1932

El Imparcial 15/10/1929

ABC 22/6/1945

Boletín Oficial de la Provincia de Oviedo 12/4/1954

El Siglo futuro 11/11/1932,

La Voz 12/11/1932,

Y (Madrid) 1/1/1942,

Crítica de arte en la Asturias del primer tercio del siglo XX, de Natalia Tielve García.

Archivo Histórico “Bernardino de Pantorba” de la Asociación Española de Pintores y Escultores

www.gacetadebellasartes.es

www.salondeotoño.es

La pintora María Galán Carbajal, por Ramón Baragaño

 

Mariana López Cancio

Por Mª Dolores Barreda Pérez

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LAS PRIMERAS ARTISTAS DE LA

ASOCIACION ESPAÑOLA DE PINTORES Y ESCULTORES

Desde su fundación en 1910, y después de haber tratado en anteriores números a las Socias Fundadoras de la entidad, y las participantes en el primer Salón de Otoño, vamos a ir recuperando de la memoria colectiva, el nombre de las primeras socias que vinieron a formar parte de la Asociación de Pintores y Escultores.

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MARIANA LOPEZ CANCIO

 

LOPEZ CANCIO, Mariana     P       1932      19.oct.1909        GIJON   MADRID     16.jun.1996

 

Domiciliada en Madrid: Claudio Coello, 22

Nace en Gijón el 19 de octubre de 1909, aunque desde que tenía seis años la familia se traslada a Madrid, donde residió toda su vida.

En 1928 comienza su formación con Manuel García Romero y más tarde con el pintor Julio Moisés, que entre 1930 y 1936 presidió la Asociación de Pintores y Escultores.

 

 

Además, asistió a las clases de dibujo que Julio Moisés impartía en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando.

En 1932 se presentó a la Exposición Nacional de Bellas Artes con el cuadro titulado “Naturaleza muerta”. Y a partir de entonces, estaría presente en sucesivas convocatorias.

Su primera exposición la realizó en 1940.

El 20 de diciembre de 1943 apareció una reseña en la Hoja Oficial del lunes relativa a la exposición de la artista en Madrid, en la Sala Macarrón, que se inauguró el 18 de diciembre y permaneció abierta hasta el 2 de enero de 1944, y firmada por A. de las Heras:

“Exposición López Cancio. En pocas exposiciones siente el visitante como en esta de Mariana López Cancio, una tan grata impresión de poesía, y a medida que pasa el tiempo contemplando las treinta obras de que consta el catálogo, la sensación que se adquiere es la de respirar un vivo perfume que llega a embriagar los sentidos… Hay demasiada claridad en los lienzos para que no se vea rápidamente, y en realidad no es otro sino un oficio bien adquirido, donde nada se ignora como técnica y al que se le presenta ese auxiliar que es todo en arte y que comúnmente se conoce por sensibilidad.  Con estos dos elementos, Mariana López Cancio pinta sus flores, que se iluminan y se hacen más sutiles y fragantes por el milagro de un temperamento…. la obra que expone esta pintora… que huye de grandilocuencias para concentrarse más en su propio espíritu, y en su propia vida interior. Porque sólo así se comprende que hayan sido producidas esas “rosas blancas”… con las flores y los bodegones ha entrado en la sala donde expone luz a raudales, tamizada por una exquisita sensibilidad y ha entrado también una buena lección de cómo se deben pintar cosas poco importantes para la vida material y tan imprescindibles para la vida del espíritu, como son las flores. Esta exhibición que marca un triunfo decisivo en la carrera de esta pintora es al mismo tiempo una gran promesa, dado el talento y la juventud que posee Mariana López Cancio, pintora sutil de cosas ilusionadas. Todas y cada una de las obras colgadas llevan en sí una gran fuerza como de ensueño. Pero hay un cuadro titulado “Ventana murciana” de un tan poderoso atractivo y de una luz tan apasionante, que su título debería ser “Nostalgia del Sur” porque en realidad no es otra cosa que una luz mediterránea conseguida  a través  de un sentimiento nostálgico en que la realidad pasa a segundo término dejando el campo a la fantasía”…

Bodegón de crisantemos

 

En enero de 1944 realizó una exposición en los Salones Macarrón, que recogió Imperio: Diario de Zamora, en un artículo titulado: El escultor Mateo Inurria y las pintoras Mariana López Cancio y Aurora Lezcano. Por J. Navarro Cruz.

En los Salones “Macarrón” expone Mariana López Cancio una apretada manifestación a base de bodegones y sobre todo de floreros, de su exquisito arte pictórico, en el que tan claramente queda patente su fina sensibilidad femenil…. sutil pintora de bellos cuadros… que hace con tanta soltura y delicadeza… sacrificando otras orientaciones que pudieran extraer de sus amplios conocimientos artísticos. Su técnica, dulce y ligera, con vaga fórmula impresionista muchas veces… el gusto secundario que pone la artista en los trastos accesorios… que lo consigue con armonía y fineza… claramente su firmeza de ejecución y ensamblaje… en otras obras se nos presenta muy resuelta y dura en la plasmación, vigorizando su mundo poético…. a base de tintas levantadas de tonalidad y marcadamente limitadas, como ocurre con –a nuestro juicio la mejor obra del conjunto expuesto- “Cacharros y telas”. La exquisita pintora se consagra con esta Exposición como una agraz intérprete del mundo botánico, endulzándolo con sumo gusto y no menos divina inspiración, consagrándola como una relevante artista que hay que tener en cuenta en adelante”

Bodegón con frutas

 

En marzo de ese mismo año expuso también en las Galerías Atenea de Barcelona.

En 1945 la Revista Aragón de marzo-abril 1945, en la sección Notas de arte, comentaba así la “Exposición de Mariana López Cancio: La pintura de floreros y bodegones ejercitada por manos femeninas no tiene para nosotros un crédito ilimitado; nos fundamos en que generalmente hay en su ejecución un virtuosismo que resulta molesto porque no alcanza la calidad que tienen los floreros de escuela flamenca, por ejemplo. Pero en este caso nos presentó en la Sala Macoy Mariana López Cancio veinte lienzos de una técnica briosa y resuelta en la que toda minuciosidad está sacrificada en aras de lograr un acorde de color o un efecto de luz. Esta artista, con una juventud de la que cabe esperar muchísimo y en la que su temperamento dulcemente femenino parece anunciar una pintura tranquila y recoleta, nos sorprende cómo simplifica los detalles y de la forma en que logra los mayores efectos cromáticos y luminosos con una pincelada amplia y llena de intención que sólo vemos en los grandes maestros. Mariana López Cancio no es una pintora cerebral en que cada línea o cada mancha de color va llena de prejuicios y que hacen que la obra carezca de espontaneidad; el suyo es arte logrado sin violencia, grato a la vista y que al decorar una estancia la llena de esa fác i l alegría tan lejana de las elucubraciones con que nos vienen torturando tantos «genios» actuales. El arte de Mariana López Cancio es pintura sana, bien orientada, alegre y distinguida, en la que los problemas de la técnica están resueltos con esa difícil facilidad que sólo vemos en los maestros de la pasada generación, tan denigrados por la juventud alegre y despreocupada. Como digno colofón al éxito de esta pintora se le dedicó un homenaje en el Centro Mercantil, al que asistieron gran número de artistas y distinguidas personalidades zaragozanas”.

Bodegón con perdiz

 

En noviembre de 1946 participó en la Primera Exposición Femenina, celebrada en los salones de Publitecsa, en Madrid.

En 1947 obtuvo el Premio Banco de España.

De la huerta

 

En 1947 fue seleccionada para la exposición de artistas de Europa organizada por el Women´s International Art Club de Londres.

También en 1947 y para la Exposición de Arte Español de Buenos Aires, de un total de ciento cuarenta y ocho artistas presentes en la exposición, sólo diez mujeres fueron seleccionadas por las autoridades con competencias en el ámbito artístico tanto por su enraizamiento con la tradición más conservadora como por su adscripción a las posiciones de la nueva figuración de la modernidad: M.ª del Carmen Álvarez de Sotomayor, María Gutiérrez Blanchard, Teresa Condeminas, Menchu Gal, Carmen de Legísima, Magdalena Leroux de Pérez Comendador, Mariana López Cancio, Julia Minguillón, Marisa Röesset y Delhy Tejero.

En 1948 consiguió la Segunda Medalla del Círculo de Bellas Artes de Palma de Mallorca y la Segunda Medalla de Pintura del XXII Salón de Otoño de 1948.

A la Exposición Nacional de Bellas Artes 1952, celebrada en mayo-Junio en los Palacios del Retiro, presentó las obras: “Reflejos en el agua” y “Dalias”.

Hortensias

 

En el ABC del 22 de marzo de 1953 y firmado por José Camón Aznar, aparece la reseña: “La exposición de Mariana López Cancio, en la Sala Macarrón, los temas de flores no presentan una definida personalidad. Hay, sí, delicadezas de luz de un grato timbre. Pero donde esta pintora nos ofrece las muestras mejores de su sensibilidad es en esos cuadros que están entre el florero y el paisaje. Un fresco encanto vegetal emanan estos lienzos, donde las hierbas más menudas están pintadas con ingenuidad y recorridas por la libre savia de los campos”.

En 1954 participó en la Exposición de Artistas Asturianos en homenaje a Evaristo Valle.

Crisantemos

 

En octubre de 1957 realizó una exposición en el Museo Zea de Medellín, actual Museo de Antioquía y segundo en importancia en Colombia.

En noviembre de 1960 expuso en París, en la avenida Matignon, resaltando el diario ABC que “Al “vernissage” de la Exposición de pinturas de Mariana López Cancio, concurría lo más destacado de la crítica de arte de París. Mariana López Cancio es a estas alturas un valor internacional. Sus flores y jardines dan la suprema claridad y contienen la emoción de su amor por la Naturaleza. En 1950 sus obras eran admitidas por la Royal Academy, de Londres, y aquel honor le abrió las puertas de muchos certámenes y museos. Ha expuesto en Italia también, y en la Argentina, y en otros países hispanoamericanos. Sus petunias, dalias, geranios y rosas azules de Aranjuez figuran en innumerables colecciones particulares. Las 26 obras que expone ahora son como una primavera fragmentada, con verdes tan jugosos como fondo, y matices tan puros, que hasta su delicado oficio parece derrotado por la atmósfera vegetal que crea. La Exposición de Mariana López Cancio es uno de los acontecimientos artísticos más finos de París: el remanso de la batalla entre lo clásico y lo abstracto a que asiste París todos los días; entre la Academia y el penúltimo “ismo”.

Flores

 

En 1961 recibe el Premio Marqués de Aledo del XXXII Salón de Otoño y en 1962 obtiene el Diploma de Primera Clase (Dibujo) del XXXIII Salón de Otoño.

En 1967 y posteriormente en 1970 y 1972 expuso en la Sala Cailuzán, situada en la Calle Don Jaime I, de Zaragoza.

Pintó bodegones y paisajes, siendo su estilo de marcado carácter tradicionalista.

Magnolias

 

Su obra está presente en colecciones particulares de toda Europa y América.

Prados López, Secretario de la Asociación de Pintores y Escultores, realizó un artículo sobre la obra de la pintora Mariana López Cancio con motivo de la presentación de treinta cuadros, la mayoría con temática de flores, en la Sala Macarrón de Madrid: “…son otras tantas expresiones de feminidad y delicadeza en lo que a los temas se refiere, porque si hablamos de su técnica tendríamos que decir que tiene la fortaleza, el empuje y la concepción amplia de un pintor que pintara muy bien…Esto de la feminidad en el arte no es cosa que deba atañer al sexo…Pero basta que sea una mujer quien pinta para que se hable en seguida de pintura femenina, con ese desdén que tiene mucho de preocupación mortificante…No hay pintura femenina ni masculina, sino pintura buena o mala…

Rosas y celindas

 

 

Mariana López Cancio y la AEPE

Al XIV Salón de Otoño de 1935 presentó una pintura inscrita con el número 136, titulada “De la huerta”, óleo de 1,25 x 1,12

Al XVI Salón de Otoño de 1942 presentó tres pinturas tituladas “Magnolias”, “Gladiolos y azucenas” y “Bodegón”

Al XVII Salón de Otoño de 1943 presentó una pintura titulada “Tulipanes”

Al XVIII Salón de Otoño de 1944 presentó tres pinturas tituladas “Bodegón con perdiz”, “Composición” y “Rosas”

Al XIX Salón de Otoño de 1945 presentó tres pinturas tituladas “Ventana” y “Flores y “Flores”

Al XX Salón de Otoño de 1946 presentó una pintura titulada “Rosas y celindas”

Al XXI Salón de Otoño de 1947 presentó una pintura titulada “Flores y frutas”

Al XXII Salón de Otoño de 1948 presentó tres pinturas tituladas “Flores”, “En el bosque” y “Flores”

Al XXIII Salón de Otoño de 1949 presentó una pintura titulada “A la sombra”

Al XXXII Salón de Otoño de 1961 presentó una pintura titulada “Contraluz”

Catálogo de la exposición de 1943 en la Sala Macarrón

Tulipanes

Ventana

 

 

Bibliografía y webgrafía

http://tematico.asturias.es/imujer/upload/documentos/MUJERES_ASTURIANAS_DESTACADAS_Base_de_datos.pdf

http://www.elistas.net/lista/tekhne/archivo/indice/331/msg/347/

Y (Madrid). 1/1/1942. La obra de la mujer en la Exposición Nacional de Bellas Artes.

ABC 28 noviembre de 1942; 22 de marzo de 1953; 19 de noviembre de 1960

Hoja Oficial del lunes: editada por la Asociación de la Prensa: Época Tercera Número 248 – 1943 diciembre 20

Imperio : Diario de Zamora de Falange Española de las J.O.N.S.: Año IX Número 2187 – 1944 Enero 14 Zamora : FET, JONS, 14/01/1944

Rosa Tristán. “El arte y los artistas. Las exposiciones actuales”. Nº 24193, 17 Marzo 1944.

Hoja oficial de la provincia de Barcelona: Época Tercera Número 263 – 1944 Marzo 13

La Vanguardia 12 de marzo de 1944.

Revista Aragón. Nº 193. Zaragoza, marzo-abril 1945. Notas de arte.

Exposición de Floreros y Bodegones de Artistas Españoles Contemporáneos del Museo Nacional de Arte Moderno. Abril de 1945.

Madariaga, Luis de. Plástica en Madrid. Pintura femenina N9 10, 1 Noviembre 1946, p. 9.

Noticias del extraniero. N2 15 1 Abril 1947.

Vida artística. Artes plásticas. Conferencies. Nº 14. 1 Marzo 1947.

Vida artística. Artes plásticas. Conferencias. Nº 12, 31 Diciembre 1948.

La Exposición Nacional de Bellas Artes, por Manuel Prados López. 1950

Exposición Nacional de Bellas Artes 1952. Mayo-Junio Palacios del Retiro

“Escritores y artistas asturianos”, de Constantino Suárez. Madrid, 1936, Oviedo, 1959.

Diario Ofensiva. Cuenca. 10 de junio de 1960

“La pintora Mariana López Cancio”. Víctor Alperi. 1989 – 15 páginas

Tesis doctoral. Matilde Torres López: “La mujer en la docencia y la práctica artística en Andalucía durante el siglo XIX”. Dirigida por la Dra. Rosario Camacho Martínez. Universidad de Málaga. Facultad de Filosofía y Letras Departamento de Historia del Arte Málaga, 2007

Tesis doctoral. Ana Isabel Álvarez Casado: “Bibliografía artística del franquismo: publicaciones periódicas, 1936 1948”. Tomo III Universidad Complutense de Madrid. Facultad de Geografía e Historia. Historia del Arte III (Contemporáneo). Bajo la dirección de: José Álvarez Lopera. Madrid. 2003

Serie VII Historia del Arte. Revista de la Facultad de Geografía e Historia. Espacio, tiempo y forma. 3 Año 2015. Nueva época. Pilar Muñoz López.

La Estafeta Literaria Nº 64

Revista Javierana. Revista católica de cultura general número extraordinario dedicado a la cultura española contemporánea. Octubre 1957

Fotos (San Sebastián). 24/10/1942; 18/12/1943

Falange (Las Palmas de Gran Canaria). 16/12/1944

La Nueva España. 11/3/1949; 15/6/1955; 18/6/1955; 25/3/1961; 29/9/1989; 5/1/1993; 17/1/1993;  23/5/1998; 12/3/1999

La Nueva España de Gijón. 10/4/1999; 26/4/2004;  8/5/2004

La Voz de Avilés. 23/5/2003

La Voz de Asturias. 23/12/2003; 18/2/2008

El País 18/6/1996: Falleció a los 86 años; 10/11/1998; 12/11/1998

Carolina Castillo y Díaz (Sra. de Campo)

Por Mª Dolores Barreda Pérez

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LAS PRIMERAS ARTISTAS DE LA

ASOCIACION ESPAÑOLA DE PINTORES Y ESCULTORES

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Desde su fundación en 1910, y después de haber tratado en anteriores números a las Socias Fundadoras de la entidad, y las participantes en el primer Salón de Otoño, vamos a ir recuperando de la memoria colectiva, el nombre de las primeras socias que vinieron a formar parte de la Asociación de Pintores y Escultores.

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CAROLINA CASTILLO Y DIAZ (SRA. DE CAMPO)

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CASTILLO DE CAMPO, Carolina del. P 1911 (F) GIJON 1867 (Avd. Villaviciosa, 99) GIJON 1933.

Pintora de excepcional inteligencia y cultura, nacida en Gijón en 1867, en el número 16 de la calle Uría, se crio en una familia perteneciente a la burguesía gijonesa y estudió dibujo y música. Heredó de su padre el interés por la cultura y la inquietud intelectual, ya que él mismo era culto, sensible y participó intensamente en la vida cultural de su tiempo, e incluso produjo una curiosa y original obra plástica, todo ello, sin buscar notoriedad ni más pretensión que satisfacer su gusto y sus impulsos creativos, haciendo uso profusamente de un don artístico natural que nunca quiso convertir en eje profesional en su vida.

Carolina con sus hijos

Desde muy temprana edad, manifestó una gran disposición para el dibujo y la pintura. Sus cuadros, bocetos, apuntes y dibujos son lo más representativo de su obra.

Su afición artística se despertó pronto, y discurrió de modo autodidacta hasta que su marido insistió en que retomase sus creaciones, relegadas durante un largo período en el que mantuvo una relación tan solo intermitente con la pintura.

Su vida personal transcurrió de forma apacible tanto en su niñez como en su juventud, pero se vio más tarde malherida por la pérdida temprana de dos de sus seis hijos: primero Felipe, con cuatro años, y poco más tarde la única hija, Margarita.

 

Coincidiendo con el fallecimiento del primero, en 1906, Carolina del Castillo asistió a clases con Nicolau Huguet y se mantuvo activa, participando en las Exposiciones Nacionales de 1908, 1910 y 1912.

Durante esta época realiza ocasionales viajes a Madrid, donde conocerá a su futuro maestro Cecilio Pla. Es el momento de acercarse a los grandes artistas del Prado, donde admira y copia a Velázquez. En estos primeros tiempos firmó repetidamente sus trabajos con el seudónimo de Krol-Ina, dándose a conocer en 1908, en la Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid, con tres cuadros, uno de los cuales: El alma de la casa, obtuvo una mención honorífica. Posteriormente concurrió con varios lienzos: Cecilia, El acecho, El abuelito… a numerosos concursos, obteniendo diversos galardones.

En 1914 la familia se desplaza a vivir a Madrid y se abre una nueva etapa en la vida y en la creación de la artista gijonesa. Cecilio Pla le muestra un mundo de fuerte cromatismo y de creaciones impresionistas que abren una brecha con todo lo que había aprendido con anterioridad y le permiten asomarse a un universo creativo nuevo en el que se encuentra a sí misma como artista. Pero, además, Madrid le abre las puertas de un ambiente intelectual muy distinto de la tranquilidad pasmosa de Gijón. Son años de intensa producción artística.

 

Carolina con sus hijos en Madrid

Participó en la Exposición de Artistas Asturianos de 1916 celebrada en Oviedo, con gran éxito, así como otras exposiciones Nacionales de Bellas Artes.

Le gustó cultivar el retrato, el paisaje y el desnudo, este último en un arranque de valentía que sorprenderá a la sociedad del momento. Pero fue el retrato el campo en el que se le reconocieron los mayores logros, al componer lienzos en los que los personajes se acercaban al contemplador. En ellos Carolina del Castillo reflejó su entorno emocional con admirable habilidad.

Se la conoce fundamentalmente por sus paisajes y temas infantiles, además de ser una notable retratista. Fue la primera mujer asturiana que afrontó el tema del desnudo femenino para gran escándalo de la época, aunque éstos no se encuentran entre sus obras más interesantes. En su obra de este tipo más conocida, titulada “Desnudo”, plasmado con manifiesta destreza, aparece una figura abstraída, concentrada en la tarea de ponerse una media, al margen a los presupuestos academicistas en los que la pose era un componente fundamental en el resultado final y esperado de la pieza.

Llama la atención la naturalidad con que Carolina del Castillo se enfrenta a la situación y crea un instante robado a la intimidad que admiramos en su plenitud, pero sin formar parte de ella. La obra no dialoga con nosotros, sólo nos permite mirar.

Llaman la atención las veladuras con las que cubre el cuerpo, con las que se distancia del dibujo perfilador y opta por una pincelada gruesa y constructiva de formas y volúmenes destacados sobre un fondo que únicamente se modela para reflejar y resaltar el cuerpo femenino. Es un telón creado con texturas que caen verticales y son concebidas con imprecisión formal: se intuyen y se adivinan, pero no se visualizan del todo.

 

La luz se alía precisamente con esta pincelada de impronta impresionista para subrayar la fuerza del volumen, el cuerpo que se destaca sobre la oscuridad de un fondo utilizado en función de las formas femeninas que en modo alguno buscan el erotismo, sino simplemente la naturalidad. La blancura de la anatomía que no se delimita milimétricamente nos ofrece un contraste con el cabello oscuro conformado por una mancha negra. Esta pieza fue adquirida por la Universidad de Oviedo en 1990.

Esta temática, ya controvertida de por sí, resultó aún más conflictiva en este caso, porque quien la abordaba era una mujer. Los prejuicios sociales se removieron y los aspavientos fueron numerosos. Baste decir que, como recuerda Víctor Alperi, cuando Carolina del Castillo requirió a una mujer para posar desnuda la modelo se negó al saber que no se trataba de un pintor sino de una pintora.

En 1927 la familia regresa a Asturias y pocos años después, en 1933, Carolina del Castillo fallece en la misma ciudad que la había visto nacer.

En 1987, sus hijos Gonzalo y Luis organizaron una exposición antológica de la obra de Carolina, con motivo del centenario de su nacimiento, exposición que se instaló en la sala del Ateneo Jovellanos, la primera de esta pintora y que logró un rotundo éxito. De ella se comentó que “el paisaje y retrato eran los géneros más representados en la muestra, y en ellos se advertía una soltura de pincelada y una viveza de color que la pintora aprendió de Cecilio Plá, su maestro.

Pero además hubo de ella otras exposiciones en su homenaje en los años 1975, 1977 y 1986.

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