Inaugurado el XVI Salón de Primavera de Valdepeñas

En el Museo Municipal de la localidad manchega

El Museo Municipal de Valdepeñas acoge del 24 de junio al 14 de agosto de 2022, la edición número 16 del Salón de Primavera «Por Tierras de Castilla La Mancha”, para el que se han seleccionado un total de 66 obras de entre más del centenar de las presentadas al certamen que organiza la Asociación Española de Pintores y Escultores.

Al acto de inauguración han asistido el Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, José Gabriel Astudillo, acompañado de los Vocales de la Junta Directiva, Alicia Sánchez Carmona,  Paloma Casado, Carmen Bonilla y Ana Martínez, además de la teniente de alcalde de Cultura Vanessa Irla, así como otras autoridades municipales.

En el mismo acto de inauguración se llevó a cabo la lectura del acta del jurado y la entrega de premios. El Jurado ha estado formado por José Gabriel Astudillo, Presidente de la AEPE y Mª Dolores Barreda Pérez, Secretaria General de la AEPE, actuando como Presidente y Secretaria del Jurado, respectivamente, ambos con voz y sin voto,  y como Vocales del Jurado, Juan Manuel López Reina, Alicia Sánchez Carmona, Antonio Téllez de Peralta y Ana Martínez Córdoba.

Según recuerda José Gabriel Astudillo, Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, el interés de la AEPE por apoyar el Salón de Primavera de Valdepeñas llevó hace unos años a la creación expresa de los galardones, la Medalla de Pintura José Moreno Carbonero y la Medalla de Escultura Lorenzo y Federico Coullaut Valera, ambos socios fundadores y destacados artistas a quienes se rinde así homenaje, además de las Menciones de Honor que el Jurado haya considerado oportunas.

La teniente de alcalde de Cultura, Vanessa Irla, ha afirmado que “en Valdepeñas tenemos muy claro que tenemos que apostar por la cultura y por las artes plásticas, porque sin lugar a dudas lo que se involucre una ciudad e invierta en cultura es la mejor carta de presentación y dice mucho de una ciudad, y es algo que tenemos y lo llevamos muy a gala”.

Irla se refería al compromiso del ayuntamiento impulsado la Exposición Internacional de Artes Plásticas de la localidad, que celebra este año su 83 edición, así como la ruta de esculturas y murales en las calles de la ciudad o los Talleres de Artes Plásticas ‘Daniel de Campos’, entre otros.

 

Por su parte, el presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, José Gabriel Astudillo, incidía en la importancia de las instituciones para mantener la cultura y animaba a los miembros de la asociación a continuar fomentando la cultura. “Yo os animo desde la asociación, después de 112 años que llevamos trabajando, a que sigamos con el mismo empeño divulgando nuestro arte y cultura, porque somos uno de los pocos países que hemos demostrado que estar unidos y desarrollar esta actividad tiene sus frutos”, manifestaba Astudillo apostillando que “Gregorio Prieto era miembro de la asociación, así que todos pasamos por la asociación y todos dejamos nuestra creación”.

 

Tras la presentación de la exposición por parte del Presidente de la AEPE y la teniente de alcalde de Cultura, se procedió a la lectura del acta del jurado, que otorgó los siguientes premios:

Medalla de Pintura José Moreno Carbonero

José Lloréns. La presa del Tajo. Óleo / lienzo. 114 x 146

 

 

Medalla de Escultura Lorenzo y Federico Coullaut Valera

Sergio García. Manos tejiendo. Resina de poliéster patinada. 80 x 40 x 35

 

Mención de Honor

Joaquín Alarcón. Contraluz, entre candilejas. Óleo / cartón. 110 x 75

 

Mención de Honor

Federico García Zamarbide. En Castilla La Mancha. Óleo / tabla entelada. 100 x 130

 

Mención de Honor

Juan Francisco Pérez-Rosas. Cieguito. Modelado positivado en resina de poliéster. 34 x 21 x 27

 

 

El presidente de la AEPE, José Gabriel Astudillo, ha felicitado al Ayuntamiento de Valdepeñas «que apuesta firme y decididamente por el arte actual y sobre todo por apoyar a la Asociación y hacer posible la realización de este certamen en una tierra que debería contar con la distinción de “Denominación Artística Protegida».

Los artistas seleccionados en esta ocasión de entre el más de un centenar de obras presentadas al concurso, para integrar la exposición del XIII Salón de Primavera, son:

Joaquín Alarcón González (Joaquín Alarcón) – Aracely Alarcón Morales (Aracely Alarcón) – Dámaso Arriero García – Concepción Artero García (Conchi Artero) – Jimena Aznar Rodríguez – Pardo (Jimena Aznar) – M. Carmen Bellido Márquez (Carmen Bellido) – Carmen Bonilla Carrasco (Carmen Bonilla) – Rosa Elvira Caamaño Fernández – Martina Cantero Jiménez (Martina Cantero) – Mª José Carmezim Rabaça (Carmezim) – Paloma Casado López (Paloma Casado) – Tomás Castaño Pérez (Tomás Castaño) – Rui Chen – Laura Fiona Cunillés Mulá (Fiona Olimpia) – Enrique Delgado Contreras (Enrique Delgado) – Sopetrán Domènech Llorente (Sopetrán Domènech) – José Domínguez Hernández (José Domínguez) – Magdalena España Luque (Magdalena España) – José Carmelo Esteban Gracia (Carmelo Esteban) – Mar Esteban Villar (Mar Esteban) – Diego Fernández Sánchez (Diego Fernández) – María Esther Flórez Fuentes (M. Esther Flórez) – Francisco José Franco Ramírez de Arellano (Arellano) – Sergio García Díez (Sergio García) – María García García (M. García García) – Federico García Zamarbide (Federico García Zamarbide) – J. Pedro Gómez Gómez (J. Pedro Gómez) – Juan Antonio González Sáiz ( Juan Antonio González Sáiz – Juanchi) – Joaquín Gracia Colldeforns (Tximo Gracia) – José Ignacio Gutiérrez Lloréns (José Lloréns) – Antonio Izquierdo Ortega – Patricia Larrea Almeida (Patricia Larrea)         – Alfonso Leal Muñoz (Alfonso Leal) – Laura López Parra (L.L. Parra) – Elisabet López Sáiz (Elisabeth López) – Paulino Lorenzo Tardón  (Paulino L. Tardón) – Juan Ramón Luque Ávalos – Carlos Alberto Márquez Mora (Carlos Márquez) – Daniel Mass Lorenzo – José Molares Fernández (José Molares) – Rafael Luis Moreno Flores – Emilia Moreno García (Emilia Moreno) – Fernando Peña Corchado (Leodegario) – José Antonio de la Peña García-Gadea (José Antonio de la Peña) – Juan Pérez Galiana (Galiana) – Juan Francisco Pérez-Rosas Hidalgo (Juan Francisco Pérez-Rosas ) – Ana Isabel Plaza Carcelen – Agustín Pontesta Icuza (A.Pontesta) – Pura Ramos Calderón (Pura Ramos) – M. Dolores Remesal Rodríguez (Lola Remesal) – Ricardo Renedo Herranz (Ricardo Renedo) – Julián Rodríguez Vázquez – Pilar Ruiz Sierra – Pilar Sagarra Moor (Pilar Sagarra) – M. Cristina Sánchez Estévez (Cristina Sánchez) – Annette Schock – Arturo Tejero Esteban (Arturo Tejero) – Adela Trifán (Adelacreative) – José Antonio Urosa Moujadami  (José Antonio Urosa) – Ángeles Vaquero Pascual (Ángeles Vaquero) – Carlos Vicente del Amo – Pilar Vich Pérez (Pilar Vich)

 

La exposición muestra los últimos trabajos de más de sesenta artistas, la mayoría de ellos pertenecientes a la Asociación Española de Pintores y Escultores, que han ido encontrando un lugar destacado dentro de la plástica contemporánea española. Cada uno de ellos representa a generaciones diferentes, pero unidos bajo el común denominador del lenguaje contemporáneo que se mueve entre la figuración, la abstracción y la vanguardia.

Toda la información, el catálogo digital editado con este motivo y una galería de obra, puedes seguirla en esta misma web, pestaña «Certámenes y Premios», Subpestaña «Salón de Primavera de Valdepeñas».

XVI Salón de Primavera de Valdepeñas

«Por tierras de Castilla La Mancha»

Del 24 de junio al 14 de agosto de 2022

Museo Municipal de Valdepeñas

Calle Real, 42

13300 Valdepeñas, Ciudad Real

Martes: de 17 a 20 h. X, J,V y S: de 10’30 a 14 y de 17 a 20 h. Domingos de 11 a 14 h.

José Gabriel Astudillo López presenta su candidatura a la Presidencia de la AEPE

Siguiendo los plazos establecidos en los Estatutos, el día 2 de junio de 2022,  el Presidente en funciones de la Asociación Española de Pintores y Escultores, José Gabriel Astudillo López, ha presentado en el registro de la centenaria entidad, la candidatura con la que va a concurrir a las elecciones del día 28 de junio de 2022.

Tal y como establecen los estatutos, la candidatura presentada y por él encabezada, incluye la autorización y conformidad expresa de los miembros propuestos a la Junta Directiva, integrantes de la candidatura, y que son:

Presidente: José Gabriel Astudillo López

Vicepresidente: Juan Manuel López-Reina

Secretaria General: Mª Dolores Barreda Pérez

Vocal: Alicia Sánchez Carmona

Vocal: Antonio Téllez de Peralta

Vocal: Paloma Casado López

Vocal: Carmen Bonilla Carrasco

Bibliotecario: Fernando de Marta y Sebastián

Tesorera: Ana Martínez Córdoba

Consejero: Manuel Díaz Meré

Consejero: Jesús Alcolea Ríos

 

Elecciones

El día 28 de junio de 2022 se celebrarán elecciones en la sede social de la entidad, con horario de 10 a 19 h. A partir de las 19 h. se realizará el escrutinio de la votación.

En la mesa de votación se vigilará y garantizará que quienes ejerzan su derecho al voto estén inscritos en el Libro de Registro de Socios y tengan derecho de sufragio por estar al corriente de pago de sus cuotas, y que no puedan votar más de una sola vez.

El voto podrá ser presencial, y se admitirá también el enviado a través de correo certificado, telegrama, burofax, y el delegado expresamente y remitido también de forma certificada, mediante documento acreditativo que incluirá necesariamente el nombre completo, número de socio y el nombre completo de la persona en quien delega su voto.

Los socios tendrán a su disposición en la sede social la papeleta de voto de la única candidatura presentada, para facilitar su derecho al voto. Quienes lo hagan a través de correo certificado, burofax o delegado, podrán solicitar a secretaría la papeleta de voto para remitirla junto a la documentación consignada.

Convocatoria de Asamblea General Ordinaria de Proclamación de Presidente

En cumplimiento de los Estatutos vigentes, con fecha 3 de junio de 2022, queda convocada la  Asamblea General Ordinaria para la proclamación de Presidente que tendrá lugar en nuestro domicilio social, el día 28 de junio de 2022, martes, a las 19 horas en primera convocatoria y a las 19’30 horas en segunda convocatoria, con el siguiente

ORDEN DEL DÍA

  1. Aprobación, si procede, del Acta de la Asamblea General Ordinaria celebrada el pasado día 24 de mayo de 2022.
  2. Escrutinio de la urna de votación.
  3. Proclamación del Presidente y la Junta Directiva por él presentada.

El acta de la Asamblea anterior se encontrará a disposición de los asociados en Secretaría en su horario habitual, desde una semana antes de la fecha señalada para la convocatoria, para su lectura o consulta.

 

Madrid, 3 de junio de 2022

 

Fdo. José Gabriel Astudillo López                                   Fdo. Mª Dolores Barreda Pérez

PRESIDENTE EN FUNDIONES               SECRETARIA GENERAL EN FUNCIONES

 

Aquí os dejamos la Convocatoria de la Asamblea y la Delegación de voto

Convocatoria ASAMBLEA GENERAL ORDINARIA DE PROCLAMACION DE PRESIDENTE 2022

 

Recordando… Salón Amaré

Obras, artistas, socios, pequeñas historias…

Por Mª Dolores Barreda Pérez

 

Salón Amaré

La Familia Amaré y la primera Exposición Feminista de Madrid

 

El Salón Amaré

Situado en el piso bajo de la casa inmediata a las Calatravas, en la calle Alcalá 23, la familia Amaré inauguró el 10 de marzo de 1900 el Salón Amaré, como magnífico Salón de Bellas Artes creado “con todos los elementos que el buen gusto y la riqueza consienten”.

Iglesia de las Calatravas, en la Calle Alcalá de Madrid. A la derecha, el gran toldo señala dónde estaba el Salón Amaré

 

En 1890, Francisco Amaré estableció una empresa de decoración y fabricación de muebles,  un gran taller de carpintero en el número 1 de la Calle de Recoletos, con vuelta al número, 16 del paseo, colindando con el hotel de Manzanedo, donde trabajaban todos los hijos, «acreditados industriales madrileños», manteniendo el taller en la calle Alameda, 36.

 

Respecto a sus muebles modernistas, la prensa ya apuntó que “es natural que el nuevo arte sea vario, caprichoso hasta la exageración y sorprendente hasta escandalizar a las multitudes habituadas a la seriedad antigua… la valentía de los productores de muebles modernistas entre nosotros, tan mal preparados para recibirlos, merece gran estimación, así como el gusto artístico indispensable para comunicar belleza e interés a objetos que deben parecerse lo menos posible a todo lo conocido… todos estos méritos concurren en los hermanos Amaré, que consagran su gusto artístico y aptitudes industriales en un taller, honra de Madrid, al embellecimiento de la casa en decoraciones y muebles, como los representados en las fotografías adjuntas, inspirados en ese arte nuevo que es la aurora del porvenir”.

Comedor estilo moderno, blanco esmalte con adornos de metal cobrizado,  ideado por Amaré, para Eduardo Sancho Mata

 

El establecimiento del Sr. Amaré, cuya inteligencia en la materia y buen gusto es indiscutible, ha logrado rivalizar con los grandes establecimientos extranjeros reuniendo cuantos muebles artísticos puedes apetecerse para el decorado de la más elegante casa, todos ellos construidos en sus talleres y con arreglo a los estilos más en boga”.

La reputación de los muebles fabricados por la casa Amaré era grande, pues la prensa publicaba que “personándose un caballero en la casa de los Sres. Amaré, preguntando los  precios de todos los muebles del almacén, sin regateos ni tira y afloja, cuando tuvo la lista, pagó el importe, y dejando una tarjeta en la que puede leerse el nombre de Richard William, les dijo: -Facturen ustedes todos estos muebles para Londres”.

Adelantado a su tiempo, en 1897 el Sr. Amaré, “dueño del establecimiento de decoración y muebles artísticos de la calle de Recoletos, ha obsequiado a sus numerosos favorecedores con artísticos calendarios para el año próximo”, tal y como rezaba El Liberal.

Ese año, ya se anunciaba como “Muebles de lujo. Amaré. Casa única en mobiliarios y decoración artística de habitaciones. Exposición y talleres, Recoletos, número 1”.

 

En julio de 1899 Enrique Amaré consiguió licencia para un almacén de muebles en la calle Alcalá, 23, el que sería conocido como Salón Amaré.

Gracias al buen hacer de Enrique Amaré, uno de los hijos de la familia, y animados por Ángela María Apolonia Pérez de Barradas y Bernuy, la Duquesa de Denia, protectora de las artes y a quien se debe gran parte del éxito del Salón Amaré, los hermanos Enrique, José, Rafael y Miguel Amaré y Algueró abrieron un  salón moderno ricamente tapizado, que marcaría tendencia y tal y como lo definieron las crónicas de la época, sería un “espléndido estuche, donde como joyas sean expuestas las obras de nuestros grandes artistas”.

La empresa se justificaba en la “necesidad del intermediario entre los artistas y los compradores de obras de arte, tan bien entendida en el extranjero como olvidada en España a costa de la ruina, del abandono y de la oscuridad en que muchos artistas viven; esa necesidad que aquí se ha ido supliendo con las artificiosas exposiciones bienales, en que no llegan al dos por mil las ventas que se realizan, con las tres o cuatro tiendas de molduras alemanas, espejos, cornucopias, cromos y cuadros de poco precio, y con las antiguas Exposiciones permanentes de Bosch y de Hernández… Gracias a ellos el que quiera deleitarse viendo cómo pintan o modelan los españoles del día, no tendrá que irse al Museo Moderno de la Nueva Biblioteca, en que faltan varias de nuestras primeras firmas y sobran otras, ni habrá tampoco de emprender peregrinación fatigosa por los contados estudios de Madrid: le bastará con visitar el establecimiento de los Señores Amaré. Estos han reunido unos cuantos cuadros, no llegan a setenta, y una docena de esculturas. Pero la calidad suple con creces y ventaja la cantidad… dicha colección está presentada, alumbrada y dispuesta de suerte que encanta sin cansar la vista”…

Pero no era sólo una actividad entendida como las actuales galerías de arte, se trataba de hacer un fabuloso escenario en el que llevar a cabo la presentación de la forma más sublime conocida en esa época, de las obras de los grandes maestros. Y en eso, tal y como justificaba la prensa, no escatimaron lujos los hermanos Amaré. Se trataba de montar un “mercado artístico” de excelencia en donde absolutamente todos los detalles estaban ideados y cuidados.

La luz que ilumina el salón, ricamente alfombrado y tapizado con sedas de un azul cuya palidez hace resaltar las pinturas, se ha obtenido por medio de ingeniosa combinación. Una gran pantalla horizontal, unida a la escocia sobre que descansa el techo por gasas gris perla, encierra los potentes focos eléctricos, cuyos rayos luminosos se templan en las casas, adquiriendo en su gris la naturaleza de la luz del día.

La pantalla, adornada con festones de flores bordadas y con el apellido Amaré, arroja sobre el suelo grata penumbra, y el visitante puede gozar de las obras sin molestia y tan completamente como si las viera a una viva luz cenital. La ilusión de luz de día es tan completa, que penetrando en el salón en medio de la mañana o de la tarde, se cree entrar en un patio, al que la luz del sol llega tibia, pero viva, como para poder apreciar todas las delicadezas del dibujo y del color.

Los cuadros, colocados sobre rico zócalo de mármol, disfrutan de bastante holgura como para no perjudicarse entre sí con las distintas e interesantísimas notas que ofrecen; todo está previsto y arreglado convenientemente con el fino instinto artístico de que los hermanos Amaré dan muestras en cuantas obras salen de sus talleres”.

Frente al penoso estado de conservación en el que por aquella época se encontraban los Palacios del Retiro, donde se celebraban las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes y cualquier exposición relevante en Madrid, el Salón Amaré ofrecía a los artistas y público visitante un decoro acorde a su categoría. Se trataba de servir de estímulo para los artistas, ya que exponer en él sería una distinción más preciada aún que las recompensas oficiales.

El Salón Amaré en ABC en una fotografía de 1904

En ABC, en 1907, en la exposición de Benedito

 

El Salón Amaré fue considerado como la mejor exposición (entiéndase por ello como continente) presentada en Madrid en el último cuarto de siglo, “favoreciendo el mercado artístico y la mejor adquisición de las obras”.

Por el lujo de la instalación; por las proporciones de la sala, que permiten presentar los cuadros con espacio y sin que se perjudiquen con las distintas tonalidades; por la admirable distribución de la luz y por la selección de las obras expuestas, puede llamarse Exposición bijou (joya) el salón artístico de los Sres. Amaré… Puede considerarse la fiesta de anoche como un barnizado sin barniz ni barnizadores”…

También sabemos por la prensa de la época, que en la inauguración de sus exposiciones “la entrada se limita a los invitados y será por el portal”.

Estaba compuesto de dos salas: para llegar a la primera, se atravesaba por un espacio ocupado por «exquisitos muebles de elegante y original traza«, divanes, sillones, armarios-vitrina y muros cubiertos con riquísimas tapicerías, todo lo cual recordaba los estudios de pintores de la época.

El artista e intelectual Balsa de la Vega escribió al respecto, mostrándose particularmente impresionado por la segunda sala del Salón: “de forma trapezoidal y totalmente tapizadas sus paredes de seda, se evidencia aquí la preocupación por el problema de la iluminación… Al parecer, y en línea con experimentaciones llevadas a cabo en la Sociedad de Acuarelistas de Londres (luz eléctrica moderada por gruesas telas blancas), se utilizaron lámparas veladas con tules al objeto de eliminar brillos y dar la apariencia de luz diurna”.

Blanco y negro 1901

Blanco y negro 1904 suscripción al monumento a Castelar

 

En el salón Amaré se expuso durante diez años la mejor pintura producida en España, y a la vez, en las habitaciones contiguas, exhibía la Casa Amaré sus muebles que, por aquel tiempo, iban a parar a las mansiones más ricas de Madrid.

Se debe, por tanto a los hermanos Amaré la creación del tipo de salón moderno de exposiciones de pintura ricamente tapizado, de coloraciones discretas, alfombras de adecuados matices, muebles como para realzar las pinturas y sobrias instalaciones de éstas, dando idea, más que de almacenes de cuadros, de estancias particulares, lujosas y exquisitas.

La prensa de la época hablaba de ellos en estos términos: “Los Sres. Amaré son Industriales a la moderna, con verdadero espíritu de artistas que se consagran a los negocios en los cuales han logrado envidiable reputación con nobles aspiraciones, no sólo cifradas en la ganancia material, que alcanzan también a la fama y que sirven para justo enaltecimiento del nombre.

Los muebles de los Sres. Amaré, construidos con arreglo a proyectos que idea y dibuja Enrique Amaré, un artista completo, dan a la casa de que hablamos grandísima notoriedad; pero ésta ha de acrecentarse de seguro con el propósito que realizan a la sazón los Sres. Amaré… Se trata de una exposición artística, pequeña por el número de obras, pero grande por su importancia. Los Sres. Amaré, con esplendidez por nadie igualada, han preparado un salón donde ofrecen grandiosa hospitalidad a los trabajos de los más insignes pintores y escultores de España. Decorada con sumo gusto, con el gusto que tiene un hogar propio en aquella casa, dispuesta en condiciones admirables, la sala Amaré es un alarde honroso de la fuerza de los artistas… Todas las obras expuestas son de tamaño propio para la venta”.

La primera exposición que inauguró el Salón Amaré lo hizo por todo lo alto, con las mejores firmas de los pintores y escultores del momento: Sorolla, Ricardo y Raimundo Madrazo, Bilbao, Muños Degrain, José y Luis Jiménez Aranda, Viniegra, Menéndez Pidal, Moreno Carbonero, Beruete, Simoner, Martínez Abades, Martínez Cubells, Benedito, Fortuny, Raurich, Gessa, Saint Aubin, Pulido, Tomás Martín, Domingo Muñoz, Ferrant, los hermanos Benlliure, Lhardy, los hermanos Masriera, Carlos Vázquez, Peña Muñoz, Nogales, Barruso, Nájera, Plá, Alcalá Galiano, Sala, Santa María, Pinazo, Domínguez, Haes, Miguel Blay, Susillo, Marinas, Alcoverro, Castaño, Vancells y Trilles.

Para la gran inauguración, los hermanos Amaré celebraron después un “banquete suntuoso” especialmente dirigido a la prensa y en el que participaron representantes de los principales periódicos y revistas ilustradas del momento, muchos artistas, intelectuales y altos cargos gubernamentales como el director del Museo de Reproducciones.

Era, pues, una forma de “vender” una gran sala de exposiciones y una muestra que se “vendía” sola por los grandes artistas participantes en ella.

En esta primera exposición con la que se inauguraba el Salón Amaré, la prensa destacó que “la instalación está hecha con exquisito y lujoso gusto, formando un conjunto superior a lo más notable que en este género se habrá hecho en España”.

El más selecto Madrid pasó por aquel Salón Amaré, incluso contó con la asistencia en días posteriores, de los Reyes de España, convirtiéndose pronto en una cita obligada en el panorama artístico español.

En septiembre de 1900, los hermanos Amaré crearon también un concurso abierto a los artistas para premiar el mejor cartel anunciador de su Exposición de muebles artísticos, siendo el ganador del mismo José Francés (Agramunt), hijo, adjudicándosele un premio de 500 pesetas (de la época). La prensa cita que los carteles que optaban a premio se expusieron, habiendo algunos “dignos de mención por su originalidad y buen gusto”.

Casi un año después de la apertura del Salón Amaré, la revista Mundo Gráfico hacía balance en los siguientes términos: … “Los lienzos expuestos han alcanczado casi todos precios elevados, y algunos afortunados maestros han recibido encargos para otros. Francisco Amaré fundó la casa hace años dedicando su inteligencia a la construcción de muebles de lujo de orden artístico… sus hijos y sucesores con acierto, establecieron una Exposición permanente de obras pictóricas escogidas, y lo han realizado con éxito… Los señores Amaré han ampliado las salas y decorado con gusto la entrada y salón central. El grabado que acompaña estas líneas, es reproducción de la talla en que se destaca el retrato del laborioso industrial Francisco Amaré, ya finado… El hecho de encontrarse un lienzo en dicha casa ofrece garantía de la autenticidad de la firma de su autor, sin que exista peligro alguno de error, toda vez que los interesados entregan directamente las obras que destinan a la venta… la casa Amaré no escatima gastos a la hora de montar la instalación en un lujoso templo”.

 

La familia Amaré

Relieve modernista con la talla del retrato de Francisco Amaré que preside la entrada al Salón Amaré

 

Francisco Amaré y Vilas, industrial dedicado a la ebanistería y Francisca Algueró, hermana del licenciado Reverendo Rafael Algueró y tía del que fuera concejal y alcalde del Ayuntamiento de Tortosa, Francisco de Paula Algueró y Morata.

El matrimonio tuvo seis hijos: Enrique (1864-1919), José María (1867-¿?), Rafael (1872-¿?), Federico (1874-¿?), Miguel (1882-¿?) y Arturo (1885-¿?).

Excepto de Enrique, que nació en Tortosa, del resto de los hermanos se conserva su expediente académico en el Instituto de Segunda Enseñanza Cardenal Cisneros de Madrid. De José además, el expediente de su paso por el Instituto de San Isidro de Madrid de enseñanza secundaria.

En el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid del martes 11 de julio de 1911, se publica una citación para Miguel y José María Amaré Algueró, de los que se dice que “Miguel Amaré y Algueró, de unos treinta y seis años, soltero, del comercio” y a “José María Amaré y Algueró, de unos cuarenta y cinco años, casado, de igual profesión”, “sus señas son: el primero, estatura regular, más bien grueso, pelo castaño; y el segundo, estatura alta, grueso, pelo castaño”.

Sabemos por las crónicas de la época, que todos trabajaron en el taller de muebles del patriarca, aunque después algunos siguieran su camino. Datos hay pocos, de algunos de ellos ninguno, pero vamos a intentar trazar un breve perfil de ellos.

José Amaré Algueró. 1867-¿?

Director económico del Salón Amaré. Cursó estudios de Bachillerato en el Instituto Cardenal Cisneros y en el Instituto San Isidro de Madrid.

En su expediente académico consta que a día 20 de septiembre de 1879 tenía 12 años de edad y vivía en la Calle Biblioteca, nº 8 de Madrid.

Trabajó con sus hermanos, siendo conocidos por la denominación de «hermanos Amaré».​

 

Rafael Amaré Algueró. 1872-¿ ?

Escultor y ebanista. Cursó estudios de Bachillerato en el Instituto Cardenal Cisneros de Madrid.

En 1927 se siguió contra él un juicio verbal civil, sacándose a pública subasta una máquina de escribir marca “Royal” de su propiedad, tasada en 375 pesetas.

Trabajó con sus hermanos en el Salón Amaré.

 

Arturo Amaré Algueró. 1885 –¿

Del que nada sabemos.

Salón principal de la Exposición Amaré, Blanco y Negro 1900

 

Federico Amaré Algueró 1874-¿)  Fotógrafo.

Cursó estudios de Bachillerato en el Instituto Cardenal Cisneros de Madrid.

Había participado en la prensa con varios reportajes gráficos.

Federico Amaré fue miembro de la expedición obrera comisionada para asistir a la Exposición Universal de París de 1900. Participará como delegado del Círculo de la Unión Industrial. En la lista de miembros publicada por la Gaceta de Madrid del 21 de julio de 1900 [Núm. 202, p. 297] figura como fotógrafo.

En 1905 será premiado en la Exposición Fotográfica de Bilbao con Medalla de Bronce y Premio Lumière al lema «Luz y Sombra».

En 1907 participará en la exposición organizada por la Real Sociedad Fotográfica Madrileña; obtendrá mención honorífica en la categoría de «Figura, retrato y composición». Sobre este premio había dicho la revista mensual ilustrada La fotografía: “Federico Amarés (que es profesional, pero que, al parecer promiscuo), presenta trabajos muy en grande y muy bien acabados. Señalemos un moro (de los que van a Cartagena) y un tirador de armas muy bien retratado. Merecía más de una Mención honorífica”.

Su estudio de Cartagena estaba en la calle San Miguel, número 1. La actividad principal eran las ampliaciones, reproducciones, pinturas y esmaltes. Comenzará a funcionar en 1905, sumando a la de estudio la condición de galería fotográfica. En 1910 el estudio estará en la calle Marina Española, número 11.

En el Diario de Tortosa del 25 de febrero de 1904 [Año XII, núm. 6719] se menciona a Federico como hermano de Enrique Amaré, «acreditados industriales madrileños».

En un artículo titulado La Casa Moderna, publicado el 11 de junio de 1904 en Blanco y Negro [Año XIV, núm. 684] se habla de un salón decorado al estilo Luis XV, «…construido por los Sres. Amaré para un capitalista de Cartagena». Una coincidencia que relaciona a los industriales madrileños con el estudio de Federico en aquella ciudad.

 

Miguel Amaré Algueró (1882-¿)

Madrid. Cursó estudios de Bachillerato en el Instituto Cardenal Cisneros de Madrid.

Trabajó con sus hermanos, siendo conocidos por la denominación de «hermanos Amaré». Tuvo una hija natural, María del Carmen Dijes Fernández, que hubo de reconocer tras un fallo judicial de la Audiencia Provincial de Madrid en 1947.

Enrique Amaré y Algueró, Tortosa, hacia 1864.

Era un gran pintor decorador, escenógrafo, mueblista y marchante de arte que entre 1890 y 1891 realizaba las pinturas de decorados del teatro Eslava de Madrid.

Era además profesor de Dibujo de Adorno y Figura del yeso en el Círculo de la Unión Industrial de Madrid.

Enrique Amaré y Algueró  en Mundo Gráfico, 1919

 

Trabajó con sus hermanos, siendo conocidos por la denominación de «hermanos Amaré», aunque Enrique sería «el artista de la casa».

Fue jurado en casi todas las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes de 1899 en la sección de Arte Decorativo.

En 1900 fundó junto a su hermano José el famoso Salón Amaré de Madrid.

En 1904 fue premiado en la Exposición  Nacional de Bellas Artes, en la sección de Artes Decorativas. Obtuvo también Primera Medalla en la Escuela Superior de Artes e Industrias de Toledo.

Por esos mundos  1 de junio de 1904

 

Falleció en 1919 a la edad de 55 años. Tal y como comentaron los periódicos de la época, Enrique Amaré era un verdadero artista de talla… una excelente persona, de gran modestia, que había logrado su reputación a fuerza de trabajo y virtuosidad.

En el registro de patentes aparece una suya, en la sección de Artes liberales (Economía doméstica e industrias diversas), con el número 55.475, “Enrique Amaré. Invención. “La fabricación de pañuelos de incrustaciones de maderas y otras materias para las habitaciones”.

Autorretrato de Enrique Amaré

 

De él escribió Francisco Alcántara, socio de la Asociación Española de Pintores y Escultores tras su muerte, “Enrique Amaré era el artista de la casa y lo era con las patriarcales apariencias de hombre de taller, de traje, porte, conversación, no existían diferencias con los más modestos de sus colaboradores, maestros, oficiales o aprendices, que se movían impulsados por las ideas de aquel para la ejecución de sus proyectos. Sus bellas decoraciones fueron premiadas en concursos oficiales con mercancías de segunda y de primera clase. También fue Enrique Amaré jurado en casi todas las Exposiciones de Arte decorativo celebradas en Madrid. Acabo de saber que este notable artista e incansable trabajador ha muerto, después de larga y penosa enfermedad, a los 55 años; y con la melancolía que la muerte pone en los recuerdos más gratos, voy, conducido por mi memoria, al través de los que acabo de enumerar, recuerdos de días felices para Enrique Amaré, hasta aquel gran taller de carpintero de la ronda de Atocha, muy cerca de la antigua Basílica, creado por su padre y en donde conocí a Enrique y a sus otros hermanos, cuando vivían en aquella atmósfera de constancia y entusiasmo triunfales que saben crear los espíritus valientes y las familias emprendedoras para educación de sus hijos. Pocas veces dejan esos hombres y esas casas, en las que una pareja feliz y fecunda lanza a la vida bien dotados luchadores, de alcanzar una página en la historia de la ciudad o de la nación. El viejo Amaré alcanzó su objeto en el notable artista decorador que acaba de morir y en sus otros hijos, siempre activos y trabajadores. Yo consagro hoy a la  buena memoria de Enrique Amaré el recuerdo de aquellos artículos que publiqué hace cuarenta años en periódicos que ya no existen, artículos poseídos del espíritu de reconstitución nacional que prevalecía en el taller de su padre”…

El Heraldo de Madrid. 13 de julio de 1919

 

El Salón Amaré realizó la primera Exposición Feminista de Madrid

Exposición de Pintura Feminista en el Salón Amaré, Madrid, 1903 ABC

 

En 1896 se celebró la primera exposición feminista de nuestro país en la Sala Parés de Barcelona, por influencia del ambiente cultural parisino, a la que siguieron otras tres celebradas en la misma sala hasta 1900 y por las que pasaron alrededor de 200 artistas.

Pero el triunfo obtenido por la primera muestra se fue diluyendo progresivamente y a partir de 1900 se interrumpieron por la crisis del mercado artístico barcelonés y por la baja participación de artistas en la última celebrada, a la que concurrieron únicamente veintitrés pintoras. En estas exhibiciones, de eclecticismo estilístico, había profesionales y aficionadas.

En 1903, emulando a las celebradas en la Sala Parés de Barcelona, se celebró la Primera Exposición Feminista en el madrileño Salón Amaré en la que participaron alrededor de cuarenta pintoras, entre las que destacaban asociadas de la Asociación de Pintores y Escultores como Julia Alcayde, Fernanda Francés y Marcelina Poncela.

La exposición se inauguró con una fiesta y en La Época se escribió: “El número y calidad de las obras que figuran en esta Exposición demuestran elocuentemente que el núcleo madrileño de femmes peintres tiene importancia y significación”.

La Dinastía indicaba: “Y la verdad, ensancha el ánimo que aquí, donde la mujer cuenta con tan limitado campo de acción, se le abran nuevos caminos que, no sólo han de poner de relieve su cultura, sino que hasta pueden llegar a ser medios de vida”.

El Liberal comentaba así la exposición: “La serie, tan interesante, de Exposiciones particulares de pintura y escultura presentadas este año en el Salón Amaré, se cierra con la primera Exposición de pintura feminista, recientemente abierta, y que durará hasta final de mes. Con esta Exposición, á la que seguirán otras de la misma clase en loa años sucesivos, la pintura femenina, que hasta aquí ha sido entre nosotros un elemento de recreo y adorno en la educación de la mujer, puede adquirir un valor artístico y comercial que la transforme de entretenimiento de lujo en una profesión. Así ocurre fuera de España. Las salas del Museo del Prado, sobre todo las de Velázquez y Murillo, se ven de ordinario más frecuentadas que por los pintores, por las pintoras del extranjero que acuden a copiar las obras maestras de nuestros grandes artistas. La pintura femenina, trasladada de la apreciación benévola y complaciente de la familia y de las amistades en el gabinete del hogar, a la sanción del público de la crítica en la Exposición, entrará en un periodo de indudable progreso, impulsado por el estímulo.

Esta sola consideración asegura el buen éxito que a la larga tendrá la primera Exposición de pintura feminista organizada por los Sres. Amaré. Pero este éxito es también actual, pues pertenece al conjunto do las setenta y ocho obras expuestas. No espera el visitante, al examinarlas, encontrarse con que casi todas corresponden a un nivel medio de pintura, más extraño que por la falta de cuadros sobresalientes, por la ausencia de cuadros que desentonen por su escasez de valor. Y esta sorpresa se torna más viva al saberse que la galantería dispensó a los cuadros de la selección, al ser admitidos.

Los asuntos de la mayoría de las obras concuerdan con el carácter doméstico que aquí tiene la pintura femenina. Dominan los bodegones, los estudios de frutas, de caza muerta y de animales caseros, y las composiciones de flores, trasladadas del jardín a la casa, y agrupadas a gusto. Son menos frecuentes los trabajos de paisajes y marinas pintados al aire libre, y hay una gran escasez de estudios del modelo humano, sobre todo del masculino.

Es la pintura de placer y de adorno, encerrada en casa, donde tiene forzosamente que escoger su material de estudio; pintura todavía tímida, por prevenciones de exotismo, para realizarse con desenfado ante la naturaleza, y no tan completamente informada por el arte, que pueda entregarse con libertad al estudio del modelo.

Prescindiendo en general, de la naturaleza y del modelo, esta pintura femenina no puede elevarse a una altura muy considerable; pero dentro del campo limitado en que se produce, hay en la Exposición Amaré obras de mérito muy apreciable, de verdadero valor artístico.

Los cuadros de más vuelo están hechos fuera de ese límite y uno de ellos, precisamente el más notable de la Exposición, pertenece a la señorita sevillana María Luisa Puiggener, que lo ha enviado desde Sevilla, donde pinta… De flores y frutas hay cuadros lindísimos, que recuerdan las obras de este género que pinta en París María Luisa de la Riva, cuyos cuadros se echan de menos en esta Exposición… las demás señoritas son…. Todas ellas demuestran en sus obras muy buenas aptitudes para la pintura, que se irán desarrollando con los certámenes sucesivos. Para la Exposición del año que viene habrá que apretar, porque los Sres. Amaré piensan nombrar un Jurado para la admisión de las obras, que podrá cumplir su cometido con entera libertad, porque serán pintoras las que hayan de componerlo.”

El Álbum Ibero Americano cita también a todas las participantes: Julia Alcayde, Marcelina Poncela, Fernanda Francés, Elvira Beltrán de Lis, Amalia de la Iglesia y Romea, Regina Alcaide de Zafra, Julia Argumosa de León y Rafaela Aroca, como Elena María Camarón, Esperanza Fonseca, Teresa Gil Sanz, Concha Lozano y Montalvo, Sánchez Aroca, Soledad y Victoria de la Vega Carrasco, Concepción Ramos Martín, Encarnación Bustillo, Ángela Dalmau de Grau, Pilar Bermejo Álvarez, María B. de Rivera, Eugenia Cañedo, Isabel Carré López, Milagros Castañeda, Ana de Ciraf, María Alieu Couselle, Chao de Romea, Matilde Escribano, Haselden, Ofelia Meléndez Pando, Luisa Nasaldeu, María Notario y Merino, Julia Oliet, Francisca Olivar Copons, Felisa Palacio, Ángeles, Isabel, Obdulia y Carmen Rodríguez Valdés, Luisa Samper, Aurora de la Torre.

Entre ellas había pintoras con cierto relieve artístico, algunas eran miembros de la aristocracia y de clases sociales adineradas, otras eran maestras y habían estudiado o estaban estudiando en la Escuela Especial de Pintura, Escultura y Grabado o se habían formado en la Escuela de Artes y Oficios de la calle de la Palma; el resto eran aficionadas, algunas discípulas de Marcelina Poncela según se desprende de la noticia que apareció en el Boletín de la Sociedad Castellana de Excursiones y que habla sobre la participación de dos castellanas en esta primera exposición feminista, Marcelina Poncela y Encarnación Bustillo Salomón: “Marcelina Poncela de Jardiel, laureada en Exposiciones generales, y verdaderamente maestra, pues en el Salón Amaré se ven obras de discípulas suyas, presenta cinco obras de paisaje, frutas y flores entre las que destaca su obra Camino del Pardo que parece producto de un pincel masculino“.

No fue favorable la reseña sobre esta exposición en La Correspondencia de España ya que su autor escribe que “había disfrutado más con la belleza de las artistas que con sus obras”. Indica que era una “muestra muy femenina” y la compara con la celebrada en París durante el mes de mayo de ese mismo año, dejando entender que ésta es un fracaso.

La Exposición del Salón Amaré de Madrid, se podría considerar como un primer paso asociativo, en el que las mujeres quisieron significarse.

Los Directores de la Gaceta de Bellas Artes de la AEPE: Ramón Pulido Fernández

Por Mª Dolores Barreda Pérez

 

Los Directores de la Gaceta de Bellas Artes

de la Asociación Española de Pintores y Escultores

 

Ramón Pulido Fernández

PULIDO FERNANDEZ, Ramón   P  1910(F031)   27.jul.1868    MADRID    MADRID

Socio Fundador Nº 31

Socio de Mérito de la AEPE

Socio de Honor de la AEPE

 

 

Ramón Pulido Fernández nació en Madrid el 3 de julio de 1867, aunque en los archivos de la AEPE figura como fecha de nacimiento el 27 de julio de ese mismo año.

Poco sabemos de su vida personal y de su infancia, más allá de que la familia la formaba el matrimonio y tres hijos: Juana, Ángel y Ramón.

En 1885, con apenas 17 años, apareció en El Liberal con motivo de una subasta benéfica para la que donó una obra que fue reconocida como de “una valentía poco común en el dibujo y una extraordinaria brillantez en el colorido”.

Comenzó su formación en el estudio de Alejandro Ferrant, otro de los socios Fundadores de la Asociación de Pintores y Escultores, y en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, donde obtuvo sus primeros triunfos con sobresalientes, accésits, diplomas y medalla en la carrera.

 

Ramón Pulido en dos fotografías  aparecidas en la prensa en 1918 y 1916

 

En 1888 participó en la Exposición de Barcelona con un cuadro que representaba a Alfonso VI orando ante el sepulcro de San Isidro, que la prensa calificó como “primera obra formal y de empeño del joven pintor… conocido en los círculos artísticos y reputado por muchos ilustres pintores como una brillante esperanza. El cuadro de Pulido, por su inspirada composición, por su dibujo y por su hermoso colorido, revela en su autor condiciones envidiables de que el tiempo y el estudio pueden sacar obras de primer orden….estos días el cuadro lo han visto los pintores más famosos de Madrid y han tributado al joven artista sinceros elogios”.

En una fotografía aparecida en El Liberal en 1925

 

Envía la obra “El 17 de julio de 1834” a la Exposición Nacional de 1890, que la prensa consideró que “tenía detalles justos y bien pintados, pero cuyo asunto es el defecto capital del cuadro”, y a la de 1892.

La Diputación Provincial de Madrid le pensionó para ampliar estudios de pintura en Roma durante dos años, prorrogándole la concesión por otros dos más.

En 1894 participó en la Exposición de impresiones de viaje celebrada en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, que exhibía los apuntes y bocetos recogidos por sus socios en las expediciones del último verano. En aquella ocasión, Ramón Pulido presentó quince apuntes de Venecia, Nápoles, Pompeya, Roma y Lido.

Obtuvo Tercera Medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes en 1895.

Caricatura aparecida en El Imparcial, en 1925

 

Para 1899 ya se había cobrado una excelente reputación como decorador, al haber realizado “panneaus” y pinturas murales de grandes dimensiones, algunas con más de 60 metros.

En 1900, Francisco Alcántara, otro de los socios de la Asociación de Pintores y Escultores, firmaba en El Imparcial una nota acerca del mural que el artista acababa de realizar en la capilla gótica de la casa de salud de Cuatro Caminos, inspirado en los pintores florentinos de los siglos XIV y XV, en una obra de “vasta superficie… de gran belleza y expresión delicadísima… en la que abundan los ciertos. El gran grupo de ángeles de la izquierda es lo mejor que en su género hay en España… Ramón Pulido ha encontrado una senda por la que pocos podrán seguirle y en la que le esperan brillantes triunfos”.

También ese año terminó los frescos del templo de los Trapenses del Val de San José, que el propio artista enseñó a algunos amigos y que fue recogido por la prensa como una expedición  a la que acudieron artistas como Alejandro Saint Aubin, periodistas como Antonio Cánovas y Vallejo, críticos como Luis Pardo, además de los hermanos Amaré.

En su estudio. Blanco y Negro de 1906

 

En la Exposición de Bellas Artes de 1901 consiguió la Tercera Medalla, compitiendo con nombres como Joaquín Sorolla, Gonzalo Bilbao, José Mª López Mezquita o Aureliano de Beruete, todos ellos socios fundadores de la Asociación de Pintores y Escultores.

En la Exposición de Bellas Artes de 1906 obtuvo la Segunda Medalla por el óleo «Inmaculada».

Descubrió la ciudad de Toledo, que le apasionó, y en la que vivió y trabajó como Profesor de Término de la Escuela de Artes y Oficios Artísticos, grado en la época a la que sólo algunos llegaban tras mucho tiempo ejerciendo en la docencia y méritos acumulados.

Con el tiempo llegó a ser director de la misma de 1934 a 1936, impartiendo la asignatura de Dibujo Artístico y de Historia del Arte.

Desde que comenzara a concurrir a las Exposiciones Nacionales en 1896 y hasta 1912 se dedicó principalmente a trabajar en los frescos de grandes dimensiones de distintas instituciones religiosas.

Colaboró además de forma habitual con artículos en la prensa nacional, en diarios como El Globo, El Liberal, La Correspondencia de España…  y también en La Gaceta de Bellas Artes, órgano de la Asociación de Pintores y Escultores, y en el diario local El Castellano, así como en la revista Toledo.

Escribió un pequeño tomo altamente sustancioso titulado «La Pintura Religiosa», libro en que repasa y hace crítica instructiva de las obras y autores comprendidos, extendido principalmente al Renacimiento y al Barroco.

José Francés, que fuera Presidente de la Asociación de Pintores y Escultores, recogía en una nota publicada en 1916 en Mundo Gráfico, que se trata de “un documentado e interesantísimo estudio de las obras de este género pictórico y de los autores que preferentemente la han cultivado en todo los siglos… Mucha es la autoridad del ilustre crítico para tratar la materia”…

Banquete con que fue obsequiado por su exposición en el Círculo de Bellas Artes en Blanco y Negro

 

La fotografía del banquete aparecida en Nuevo Mundo

 

Gracias a su iniciativa, Eduardo Rosales cuenta con un monumento en Madrid, proyecto que fue aprobado por el Ayuntamiento en 1916, haciéndose además otro tipo de actividades como conferencias y homenajes que él mismo promovió.

Propuso multitud de iniciativas de forma continua, que no llegaron a realizarse o no tuvieron la repercusión que él buscaba, pero que justificaban su amor al arte y a los artistas y el reconocimiento al trabajo de los mismos, como el monumento a Casimiro Sainz, a Muñoz Degrain…

Vivía en un hotelito en el que también edificó su estudio, en la calle Ávila, 9, en Cuatro Caminos, donde cultivaba su jardín y trabajaba también por la urbanización y ornato de la extensa barriada, colaborando con arquitectos y el ayuntamiento de la capital en los diferentes proyectos al respecto.

Fue socio del Círculo de Bellas Artes, al frente de cuya sección de Arte Decorativo realizó exposiciones y actividades de gran importancia.

En 1925 realizó en los salones del Círculo de Bellas Artes una exposición que incluía paisajes, pinturas religiosas, “con hondas ambientaciones espirituales, escenas de la Dehesa de la Villa, paisajes expresados con acierto, cariño y emoción decorativa… de pocos colores que él mismo prepara… y en pinturas de animales de técnica luminista donde el estudio de las formas y de la anatomía y el de los fondos, son de gran justeza, porque el dibujo y las calidades del color no se sacrifican en holocausto de la luz”…

¡Pobre padre mío!   

De vuelta de un entierro en Roma

 

Con motivo de la exposición, el Círculo de Bellas Artes ofreció un banquete en su honor para festejar el éxito de crítica y público que obtuvo.

Ramón Pulido entendía que Toledo era una ciudad singular para fomentar el arte, reclamando para ella mayor prevalencia en orden a estudios a impartir y a considerarla como punto clave en la especialidad. Estaba convencido de que «Toledo puede crear una gran escuela de arte castellano, no sólo artes suntuarias y decorativas sino arte puro…  Toledo tiene orfebres, tallistas, rejero, bordador, ceramista, encajera, y no hablemos de escultores… La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando puede hacer mucho en ese sentido”, no dejando de exponer y pedir apoyo para crear en Toledo un Centro de Restauración con rango universitario superior.

Miembro de la  Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo.

Él mismo escribió que …”Sin ser toledano, siento por Toledo suma admiración y cariño, y cuando pasa una temporada sin haber podido ir a visitarla, un anhelo por recorrer sus poéticas callejuelas”…

En 1922 ya se adhería al periodista Santiago Camarasa, solicitando ambos que “Toledo fuera declarada monumento nacional en su conjunto”, declaración que no llegó hasta 1940.

Para el Museo de Infantería instalado en el Alcázar, pintó Pulido un extraordinario cuadro cuyo tema era el de la visita que Carlos V hizo a Francisco I de Francia en el Palacio Real, lugar de acogida del francés por algún tiempo.

Aldeana

Dama con un paraguas

La degollación de los frailes, en San Francisco el Grande

 

Ramón Pulido, hombre bueno, fue respetado y respetuoso con cuantas personas conoció, en particular con sus alumnos, e igual de afable con ellos. A Ramón Pulido puede atribuírsele carácter ingenuo poseído, añadido a una acusada real miopía y también su naturaleza envejecida, con una constitución física acusadamente menguada, por lo que las correcciones efectuadas en los ejercicios de los alumnos caían con escepticismo en el aula.

Le pesaba mucho la gran carga de trabajo que tuvo durante toda su vida; extremadamente sensible, le afectaban mucho los sinsabores y dificultades que a otros con parecidos contratiempos no les habrían ocasionado similares quebrantos.

La Inmaculada Concepción

 

Hombre enjuto, de cuerpo algo inclinado hacia delante, más una miopía advertida y una visión bastante disminuida, su paso al andar era ligero, aunque parecía que se esforzaba mucho porque sus piernas no delataran un mayor envejecimiento.

Ramón Pulido era en exceso temeroso ante cualquier eventualidad, pensando que podría acusársele de contrario a lo imperante en aquella turbulenta época política, aumentado su prejuicio por haber sido articulista de un periódico católico como era El Castellano.

Nunca buscó la fama, por ser de talante modesto, si bien tuvo reconocida notoriedad.

Plaza del Grove

Mater Purísima

 

Estallada la guerra de 1936, en los primeros meses de la subversión trató de cumplir con su cometido acudiendo a la Escuela de Artes, no sin hallarse en todo instante profundamente conturbado; se daba cuenta de que su aspecto infundía sospechas a los milicianos extremistas que habían llegado a la ciudad para luchar contra los sitiados en el Alcázar; “pelo canoso y coronilla, más algo encorvado y reconociéndose con apariencia de fraile ocultando su profesión”, era para sentir miedo continuo.

Enrique Vera, ese otro gran pintor y compañero de enseñanza, y otro de los socios de la Asociación de Pintores y Escultores, estuvo a su lado en todo momento proporcionándole protección, pues con Vera no se metía nadie.

El altar mayor de la nueva iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles, obra de Pulido, en una imagen aparecida en La Esfera

Infancia de Jesús

 

Pero Ramón Pulido volvió a Madrid, recogiéndose en su casa, donde pasó penosamente los iniciales meses de guerra. Conforme transcurría el conflicto, aumentó su inquietud y sus temores, y completamente acobardado y sin posibilidad de proporcionar alimentos y refugio a su familia, y a pesar de ser creyente, se quitó la vida en 1936.

Nadie habló de ello nunca. No fue noticia. No se reflejó en ningún periódico de la época ni en ese año ni en los posteriores. Del suicidio nunca se habla en la prensa.

Ramón Pulido fue un gran pintor que cultivó la pintura de historia imperante en su época, pero también la social y religiosa, realizada en grandes lienzos.

Marina con personajes

Firma autógrafa del artista

 

Tiende en sus cuadros a un post-romanticismo, distante del impresionismo tardío imperante en sus brillantes años de artista. Dominaba la composición y las formas, muy cuidadas, con argumentos oníricos y atributos simbólicos.

Obras suyas colgaron en el Museo del siglo XIX (Casón del Buen Retiro madrileño), en instituciones como el Hospital de la Cruz Roja de Madrid, en palacios, el salón de baile del Balneario de La Toja y en numerosos templos de Madrid, como el de Nuestra Señora de los Ángeles, la parroquia de San Ramón Nonato de Vallecas, el monasterio del Val de San José de los trapenses (Getafe), la Iglesia de los Agustinos, el retablo mayor de la capilla del hospital de San José y Santa Adela, los existentes en colecciones particulares, en palacios y establecimientos y alguno en la mansión toledana del profesor de Cerámica Sebastián Aguado, al que le unía estrecha amistad.

Salas y comedor del Balneario de La Toja, con pinturas de Ramón Pulido

Paisaje con caballos

La Violetera

Paleta con paisaje

 

Ramón Pulido Fernández y la AEPE

Socio Fundador de la Asociación de Pintores y Escultores, con el número 31, publicó al menos treinta y seis artículos en la Gaceta de Bellas Artes sobre temas muy variados.

Vocal de la Junta Directiva en 1914, repitió cargo en la de 1932 a 1934.

Activo participante de todo tipo de actividades de la entidad, donó obra para el festival benéfico de 1915, pronunció varias conferencias en distintos años, como la del Ciclo Goya, en 1928.

Además, formó parte del Comité para la organización de una Federación de artistas que promovió la AEPE, de la que hizo la presentación del proyecto en junio de 1932.

Socio de Mérito y Socio de Honor de la AEPE.

Participó en los Salones de Otoño de:

IX Salón de Otoño de 1929:

152.- Rosas y albaricoques, óleo, 0,81 x 0,85

153.- Margaritina, óleo, 0,40 x 0,32

154.- Palacio Ducal de Venecia, óleo, 0,53 x 0,37

155.- San Marcos de Venecia, óleo, 0,37 x 0,53

X Salón de Otoño de 1930:

221.- Patio toledano, óleo, 0,66 x 0,87

222.- Rosas blancas, óleo, 0,84 x 0,50

223.- Rosas, óleo, 0,82 x 0,60

XI Salón de Otoño de 1931

110.- Calle de la Indeña (Toledo), óleo, 0,87 x 0,65

117.- Plaza de Valdecaleros (Toledo), óleo, 0,60 x 0,82

367.- Rosas y cerezas, óleo, 0,79 x 0,70

XII Salón de Otoño de 1932:

99.- Rosas, óleo, 0,57 x 0,67

100.- Los Batanes (Sierra de Alcaraz), óleo, 1,20 x 1,19

101.- Un jardín, óleo, 0,90 x 0,80

102.- Mercedes, óleo, 0,50 x 0,45

103.- Rosas, óleo, 0,72 x 0,79

XIII Salón de Otoño de 1933:

116.- La Quinta de los Pinos (Madrid), paisaje óleo

117.- Rosas, óleo

118.- Paisaje de la Moncloa, óleo

 

Parroquia de San Ramón Nonato, en el  Puente de Vallecas

Calle del pueblo

Pura Vázquez de la Varga

Por Mª Dolores Barreda Pérez

 

LAS PRIMERAS ARTISTAS DE LA

ASOCIACION ESPAÑOLA DE PINTORES Y ESCULTORES

Desde su fundación en 1910, y después de haber tratado en anteriores números a las Socias Fundadoras de la entidad, y las participantes en el primer Salón de Otoño, vamos a ir recuperando de la memoria colectiva, el nombre de las primeras socias que vinieron a formar parte de la Asociación de Pintores y Escultores.

 

Pura Vázquez de la Varga

VAZQUEZ DE LA BARGA, Purificación       P       1920       MADRID      MADRID

 

Mujeres españolas revista bisemanal 1930

 

Pura Vázquez de la Varga nació en Madrid, en 1902.

Vivía en la Calle Espoz y Mina, 6, duplicado.

Según confesaba ella misma, fue discípula de Cecilio Pla y de Sorolla.

Pese a que en muchas crónicas figure que comenzó a pintar en 1922, no es cierto, sobre todo teniendo en cuenta que ya en 1920 concurrió al I Salón de Otoño de la AEPE con dos obras.

Una de las dos obras presentadas al I Salón de Otoño de 1920

 

En 1924 concurrió a la Exposición Nacional de Bellas Artes, mereciendo un dibujo del semanario Buen Humor, en el que se publicaba un epigrama:

La autora, para evitar

A la modelo el sonrojo,

Esperó para pintar

Que hubiera cerrado el ojo”.

Buen Humor. Semanario satírico. Sobre la Exposición Nacional de BBAA de 1924

 

Como vimos en la Gaceta de Bellas Artes de diciembre de 2020, algunos periódicos de la época hacían una crítica a los cuadros y esculturas presentados a la Exposición Nacional de Bellas Artes, apuntes cómicos que comentaban de forma irónica escenas, que describen los cuadros, muchas de ellas en prosa, pero con abundantes rimas, que lo mismo se ríen crudamente del tema tratado, como del pintor, de algún fallo en la ejecución… o aplauden también cuando se merece.

En 1929 realizó una exposición en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, que fue recogida en algunos periódicos de la época como El Socialista, que en su sección de Notas de arte, publicaba: “Las Exposiciones del Círculo de Bellas Artes”, por Emiliano M. Aguilera … “la pintura de una joven y bella muchacha, Pura Vázquez de la Varga, que usufructúa con el señor Rossi el Salón de Exposiciones del Círculo de Bellas Artes. Me interesa, antes de discurrir acerca de los cuadros de la señorita de Vázquez de la Varga, reiterar una afirmación: para mí, la juventud de un artista no puede imponerme benevolencia. Ni la juventud ni la belleza, en el caso de tratase, como en la ocasión presente, de comentar la labor de una mujer… Pura Vázquez, a quien yo, acaso erróneamente, considero como alumna de la Escuela de San Fernando, sabe muchas cosas de gran interés para una pintora. Sabe dibujar muy correctamente, sabe disponer con gusto las personas u objetos que traslada a sus lienzos, sabe hacer grata su pintura, logra calidades muy estimables y aún magistrales con frecuencia… Sabe lo preciso para llegar a realizar cuadros admirables y de gran interés. Ahí están, en el Círculo de Bellas Artes, ese lienzo titulado “Dominadora”, de auténtico empaque artístico, y esas notas de Marruecos, tan sabiamente iluminadas, para demostrar este aserto. Y allí están, igualmente, media docena de retratos demostrando que Pura Vázquez cultiva con fortuna este género. Expone actualmente la señorita de Vázquez de la Varga un cuadro que, no pasando de regular, promete –conocidas las aptitudes de su autora- otro excelente. Se titula el cuadro en cuestión “Gato y gata”. Aparece en este lienzo una mujer desnuda tendida sobre un amplio diván; compone una graciosa actitud y guarda el incógnito. Cerca de ella, un lustroso gato se acurruca. Una piel atigrada, que cubre en parte el diván, evoca la idea de sensualidad que preside la concepción del cuadro. Al fondo, un ventanal y un cortinón. El símbolo de sensualidad, de caricia, está hoy plenamente obtenido en este cuadro. En él hay trozos bellísimos. La cabeza de la modelo, sus manos y algunos otros trozos del cuerpo están muy bien construidos. Empero… Al lado de otros de la señorita de Vázquez de la Varga, desmerece. Pero ninguno como él acusa el temperamento artístico de esta joven pintora”.

El Socialista, 1929

 

En Mundo Gráfico se recogía también la exposición, así como en La Libertad y El Liberal, medio por el que sabemos que “En vista del creciente y extraordinario éxito de la Exposición de obras de la ilustre pintora madrileña, que se celebra en el Círculo de Bellas Artes, se ha acordado prorrogarla”…

Mundo Gráfico, 1929

 

En El Heraldo de Madrid de marzo de 1929 se hace una larga reseña: ….”la joven pintora que, a pesar de su juventud, a pesar de ser una chiquilla, ha logrado en el cultivo del arte muy interesantes resultados. El cuadro representando una hermosa mujer tocada con blanca mantilla, que preside por estos días el salón, basta para considerar a esta señorita como una estimable pintora. El cuadro en cuestión –y como este otros varios que se exhiben a su alrededor- tiene una elegante factura, posee gracia, es grato a la retina y ostenta admirables calidades. Algunos retratos firmados por la señorita Vázquez de la Varga nos dicen que ésta domina este género, y algunos paisajes, muy bien ambientados y muy bien de luz, demuestran que la señorita Vázquez de la Varga es igualmente una buena paisajista. Sus notas de Marruecos tienen una calidad en la luz inmejorable. Carece Purificación de personalidad; a sus años, esto no puede contristarla. Contados son los artistas que recién iniciada su juventud se han acreditado de personales. Empero la señorita Vázquez de la Varga debe recapacitar ahora, ante estos óptimos resultados, y con la seguridad de que tiene indiscutibles dotes de artista, seguridad que le dan esos resultados, debe procurar afirmar una personalidad”.

 

Pura Vázquez de la Varga en 1929 en su taller, del Archivo Moreno

 

En La Esfera firmó José Francés, quien fuera Presidente de la Asociación de Pintores y Escultores, un extenso artículo que incluía dos fotografías de obras de la artista, en el que se leía: …”la retratista fue la señorita Pura Vázquez de la Varga. Discípula de Cecilio Pla –que tan excelente maestro y orientador estético de buenos pintores actuales ha sido- la señorita Vázquez de la Varga tiene verdadero temperamento pictórico. Ve el color y la forma en un sentido clasicista que no excluye simpáticas aspiraciones de modernidad, aunque las refrena todavía cierto temor a desatender las solicitaciones de los temas habituales. Exhibía cerca de sesenta obras de diverso mérito y distinta época… El artista se deja ganar por el gozo instintivo de llenar todas las paredes, y cuelga, junto a obras estimables, obras que no lo son tanto. Nada habría perdido la señorita Vázquez de la Varga con eliminar de su exposición algunos estudios, y hasta cuadros de su época de aprendizaje. Reducida a unas proporciones más modestas en apariencia, pero más conscientes de la actual capacidad, en realidad, la exposición de la señorita Vázquez de la Varga habría tenido otro aspecto menos inseguro y codicioso. Habría sido esa exposición discreta y ponderada a que debe aspirar todo artista en sus comienzos, cuando todavía hay puntos débiles y vulnerables que no conviene ofrecer al ataque del compañero o del crítico. No se crea, sin embargo, que naufragase plenamente en la cantidad numérica la calidad estética. Había una serie de retratos muy notables en el conjunto, y a ella podían añadirse varios lienzos de la colección de cuadros marroquíes, vistos con valentía cromática y enérgico trazo. En mi humilde opinión, la señorita Vázquez de la Varga será una buena pintora de retratos. Tal vez lo sea ya. Y sin que se pueda negar interés y mérito positivos a sus figuras femeninas –el retrato, por ejemplo, de la notable escritora Melchora Herrero es un acierto de elegante sobriedad de parecido fisonómico y de buen gusto- es en la interpretación de la figura masculina donde mejor expresa su arte y su talento la señorita Vázquez de la Varga. Concienzudamente dibujados, desdeñando fáciles éxitos tonales, limitándose a grises finos y a negros enérgicos, estos retratos viriles están logrados de un modo sencillo y agradable, sin caer en adulación al modelo, procurando por el contrario, desentrañar su espíritu a través de la honrada interpretación de los rasgos faciales. Abundaban los lienzos de tal clase en la exposición; pero sobresalían los del padre de la artista y los de los doctores Martín Fernández, Ripollés y Martín Muñoz. Por último, ya se dice que en la colección de figuras, paisajes y ambientes marroquíes no faltaban tampoco laudables resultados de luz y color. Las figuras de chiquillos estaban tratadas con singular ternura y gracioso atractivo pictórico”.

La Esfera, 1929

 

En febrero de 1930, Mujeres Españolas, revista semanal, publicaba en su portada un dibujo de la artista, así como una fotografía con el título “La notable artista madrileña Pura Vázquez de la Varga acude a nuestra invitación enviándonos su interpretación de Dulcinea”.

Unos meses más tarde, La Correspondencia de Valencia publicaba una entrevista firmada por Fidel Cabeza, que se reprodujo también en El Adelanto de Salamanca y en El Diario de Córdoba, bajo el título de “Charlas de actualidad”, en la que descubrimos que comenzó a pintar en 1922, con Joaquín Sorolla, un “hombre modesto que tanto bien hizo a todos los jóvenes artistas de España”. Pura Vázquez es una mujer joven, simpática. Alegría cascabelera… Tiene mucho trabajo, “siempre más de lo que puede hacerse”… Cree que la pintura de España “es muy recia, de un colorido admirable por la limpieza de paleta y la simplificación de colores. Nuestra pintura no tiene que envidiar a la de ningún otro país”. A la pregunta de si cree que la mujer triunfará en la pintura, responde que “puede hacer mucho si se dedica a estudiarla en serio y se deja de florecitas, etc, etc, poniéndose a dibujar en serio, ya que la mujer posee una sensibilidad más agudizada que el hombre”. Prefiere a Sorolla, “más intenso”.  Soltera aún, confiesa no creer en la existencia del hombre perfecto y en cuanto al feminismo, cree que “la mujer nunca debe dejar de ser mujer. Parecerse al hombre nunca debe, porque entonces nos hemos caído”.

Mujeres españolas revista bisemanal 1930

 

En el Blanco y Negro de noviembre de 1931, en la información relativa al XI Salón de Otoño, se reseña que hay una sala dedicada a Pura Vázquez, (no porque hubiera una sala entera dedicada a ella, sino porque concurrió al Salón de 1931 con un total de 18 pinturas al óelo), “pintora simbolista que hubo ya de exponer hace unos meses en el salón del Heraldo; pintora de un esoterismo entre humanitario y místico… Ala que ara la tierra… Luz que de un triángulo astral vierte gotas de plata o de alma célica por los peldaños de una escalinata fantasmal que del Más Allá desciende hasta nosotros… Fulgor de cruz nacarada entre el oleaje proceloso de un torvo mar en tormenta”.

Retrato de señora

 

En 1942 presenta una exposición en La Coruña, donde se reseña que es discípula de Sorolla y que la artista estaba trabajando en diversas obras en las que se plasmaban paisajes de pazos y tipos populares gallegos. Una tendencia que ya había manifestado en otra colección sobre temática marroquí que había realizado con anterioridad.

En 1942 firma el “Retrato del padre Nicolás Sancho Moreno” que posee en su colección de obras el Ayuntamiento de Alcañiz, en Teruel. Esta obra forma parte del grupo de retratos protocolarios u oficiales de la colección municipal, fue realizada para conformar la “galería de alcañizanos ilustres” del salón de sesiones del Ayuntamiento de Alcañiz. En ella se presenta al autor de la conocida Descripción histórica, artística… de Alcañiz (1860) con el hábito cisterciense para subrayar el alto cargo que ocupó en la Orden de San Bernardo: prior (el último) del Real Monasterio de Rueda, uno de los más antiguos y célebres de Aragón.

Retrato del Padre Nicolás Sancho Moreno

Retrato de Concepción Falci

 

El encargo de la obra se hizo a la pintora Purificación Vázquez de la Varga el mismo año 42, así como otros dos retratos de los esposos Concepción Faci y Julián de Santapau, los tres según encargo de Emilio Díaz, Alcalde de Alcañiz y principal responsable del legado del matrimonio, circunstancia que facilitó el pago de estas obras. Se dio además la circunstancia de que la artista, tras recibir este triple encargo, decidió entregar gratuitamente el “Retrato del padre Nicolás Sancho Moreno”.

La correspondencia entre Emilio Díaz y Purificación Vázquez de la Varga aporta numerosos detalles sobre los encargos, como es el hecho de que Abelardo Álvarez Estrada fuera quien le proporcionara el nombre de la artista al Alcalde de Alcañiz, tras haber visto sus obras “en la Exposición de Bellas Artes, dedicadas a pazos y a las maruxiñas”, y comenta que “cobrará 3.000 pesetas por cada uno”.

La artista se tomó muy en serio el encargo, preguntando sobre las “medidas exactas que debían tener, el color de los ojos, cabellos y pies de estos señores; y cuantos datos complementarios le dicte su buen juicio que puedan serme útiles para su mejor realización”.

Serán ”lienzos pintados al óleo, que deberán tener unas dimensiones de 0’75 mts. por 1’05 mts. con una faja blanca en la parte baja en la forma y leyenda que se indica en la fotografía”. También precisa que “en cuanto a la fotografía del padre Nicolás Sancho, ha sido sacada de un grabado antiguo y es lo único que podemos ofrecerle como modelo”.

Pero Pura solicitó además “alguna fotografía de Alcañiz “del castillo en lejanía o de otra de las muy bellas vistas de esa ciudad, para hacer con ellas algún fondo”.

Tras dos meses de trabajo, las tres obras se entregaron al Ayuntamiento de Alcañiz, que presumió de tener obra de “una pintora de reconocido prestigio en la época, discípula de Sorolla y especializada, precisamente, en el retrato”.

La Diputación de La Coruña adquirió a la pintora madrileña una obra en 1945. Se trata de un lienzo que refleja a una joven ansotana. Ya Sorolla había pintado a una anciana ansotana y a su nieta, vistiendo el traje típico de esa localidad. Para ello, contrató a esta peculiar pareja que, desde su tierra aragonesa, se había desplazado a Madrid para vender te de roca en 1911.

Cuadro de la Diputación de La Coruña

 

Sorolla que, por entonces, estaba realizando los bocetos para el encargo de la Hispanic Society, las fotografió a la puerta del convento de las Descalzas Reales y después las llevó a su estudio. Sabemos que se llamaban Sebastiana Puyó y Sebastiana Brun. Es posible que Pura Vázquez se inspirara en ellas, pues no creemos que llegara a viajar hasta el valle de Ansó.

Sebastiana Puyó y su nieta Sebastiana Brun fotografiadas en Las Descalzas

Sebastiana Puyó y su nieta Sebastiana Brun retratadas por Sorolla en su casa taller

 

En 1950 participó en la Primera Exposición de Pintores de África del Instituto de Estudios Africanos de Madrid. En el catálogo de la muestra, se dice …”en realidad hemos de llegar a una mujer, la única expositora africanista, Pura Vázquez de la Varga, para encontrar en su “Rifeña”, pese a una técnica débil, un rostro de intensidad notable, aureolada sólo por gradaciones blancas, sin olvidarnos de la delicada intimidad evocada en su “Rincón de Tetuán”…

 

En 1950 envía también la obra titulada “Sibila” a la Exposición Nacional de Bellas Artes.

En julio de 1974 participó en la exposición “El desnudo en la pintura”, que realizó la Galería de arte Atisha de Madrid, junto a otros artistas como Abeja, Rufino Alonso, María José Altuna, Leonardo Andrande, Francisco Bengoa, José María Calvo Delgado, José Luis Cantero Pastor, Clarós, Luis B. Caputo Demarco, María Sol Carrasco, Marta Durán, Mariano del Corral, Ángel Gainza, Juanjo, María Jesús Herrero Alonso, Rafael Lafuente, Juan Mas Ramón, Manuel Mingorance, Jorge Muñoz, Mariano Olcese, Celedonio Perellón, Carlos Pujol, Víctor Puyuelo, Rem, Jaime Rocamora, Concepción Salinero, Pilar Toscano y Mary Carmen Vargués.

Y tras esta reseña en prensa, se pierde su pista… tal vez para siempre.

Pintora de paisaje y de figuras, su técnica es ágil y triunfó lo mismo en las opulencias decorativas como en los sobrios toques de tipo moderno. Notable fueron su colección de paisajes de Marruecos, con acierto de luz y color, impresionismo vivaz, y sabe captar con presteza los cambiantes fugitivos de la atmósfera.

Pura Vázquez de la Varga y la AEPE

Concurrió al I Salón de Otoño de 1920 inscrita como Pura Vázquez de la Varga, natural de Madrid, donde reside, calle de Espoz y Mina, núm. 6 duplicado. Presentó dos obras:

733.- Carrera nacional, óleo, 2,35 x 1,68

734.- Benita (estudio), óleo, 0,70 x 0,43

Al XI Salón de Otoño de 1931 presentó un total de 18 obras que se exhibieron en la Sala XI:

325.- Sonidos, óleo

332.- ¿Un hombre?, óleo

318.- ¿Una mujer?, óleo

328.- Siglo XX, óleo

316.- La historia, óleo

317.- El beso, óleo

315.- Fecundación, óleo

326.- Esperanza, óleo

323.- Maternidad, óleo

322.- Amanecer, óleo

320.- Orfandad, óleo

319.- El pobrecito de Asís, óleo

331.- Cristo, óleo

330.- Dios, óleo

321.- La escalera del Pretorio, óleo

324.- La santa compañía, óleo

329.- Después de la marcha triunfal, óleo

327.- El tiempo, óleo

 

 

Inaugurado el 59 Certamen de San Isidro

El 17 de mayo de 2022 tuvo lugar el acto de inauguración del 59 Certamen de San Isidro de tema madrileño de la AEPE cuyas obras se exhiben en las Salas de Exposiciones del Centro Cultural Moncloa, de la Junta Municipal del Distrito de Moncloa-Aravaca, hasta el próximo 3 de junio y en el que se exponen un total de 57 obras de entre más del centenar de las presentadas a este certamen que ya es histórico y que organiza la Asociación Española de Pintores y Escultores.

El acto de inauguración estuvo presidido por el Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, José Gabriel Astudillo, que estuvo acompañado por los Vocales Antonio Téllez de Peralta,  Carmen Bonilla Carrasco, Paloma Casado y Ana Martínez, además de por la directora del Centro Cultural Moncloa y por un numeroso grupo de socios, artistas seleccionados y amigos, que no quisieron perderse este acontecimiento.

De izquierda a derecha: Antonio Téllez, Carmen Bonilla, Ana Martínez, José Gabriel Astudillo, la directora del C.C.Moncloa y Paloma Casado

 

En el acto de inauguración se procedió a realizar la lectura del acta del jurado y la entrega de premios. En esta ocasión, el Jurado ha estado presidido por José Gabriel Astudillo López, Presidente de la AEPE, actuando como Presidente del Jurado y Mª Dolores Barreda Pérez, Secretaria General de la AEPE, en calidad de Secretaria del mismo, ambos con voz y sin voto; y como Vocales los directivos Juan Manuel López Reina, Alicia Sánchez Carmona, Antonio Téllez de Peralta, Carmen Bonilla y Ana Martínez Córdoba.

 

Las Medallas y recompensas concedidas han sido:

MEDALLA de Pintura ANTONIO CASERO SANZ, Medalla y diploma

Teiji Ishizuka. Un día soleado. Óleo / lienzo. 92 X 73

 

MEDALLA de Escultura LUIS BENEDITO VIVES, Medalla y diploma

Alfonso Leal Muñoz. El sueño del Neandertal. Homenaje a Cervantes. Mármol Macael. Talla directa. 36 x 36 x 24

Alfonso Leal no pudo asistir al acto, pero en su lugar, el premio lo recogió Ángel Belinchón

 

MENCIÓN DE HONOR. Diploma

Sergio García Díez. Pícara. Resina patinada. 165 x 70 x 80

 

MENCIÓN DE HONOR. Diploma,

Alon. El año que no te vimos. Talla directa en piedra y acero batido. 56 x 53 x 36

 

MENCIÓN DE HONOR. Diploma,

Juan Layos. Gran Vía. Óleo / tabla. 70 x 120

 

MENCIÓN DE HONOR. Diploma,

Juan Ramón Luque Ávalos. Homenaje a Benlliure. Acuarela / papel. 103 x 79

 

Recordamos que los artistas seleccionados en esta ocasión para integrar la exposición del  “59 Certamen de San Isidro de tema madrileño” de la AEPE, son:

Aracely Alarcón Morales (Aracely Alarcón) – Joaquín Alarcón González (Joaquín Alarcón)- Isabel Ávila Rubio – Alejandro Aynós Romero (Alejandro Aynós) – Ana Barrera García (Ana Barrera) – Beatriz de Bartolomé Díez (Beatriz de Bartolomé) – Francisco Bertrán Hernández ( Paco Bertrán) – Alfonso Calle García (Alfonso Calle) – Paloma Casado López (Paloma Casado) – Pilar de Arriba Guerrero – José Antonio de la Peña García (José Antonio de la Peña) – Francisco Díaz Muñoz – Carmen Durán Sanz (Carmen Durán) – Magdalena España Luque (Magdalena España) – José Carmelo Esteban Gracia (Carmelo Esteban) – Gabriel Rimoli (Dámaso Arriero García) – Sergio García Díez – María García García (M. García García) – Fernando Gascó Alberich (Fernando Gascó) – Pedro Gómez Gómez (J. Pedro Gómez) – Juan Antonio González Sáinz  (Juan Antonio González Sáiz – Juanchi-) – M. Montserrat Gonzalo Tomé (Tomé) – Fernando Herranz Alonso (Alon) – Teiji Ishizuka – M. Teresa Izquierdo Sánchez (M. Teresa Izquierdo – TESSAIS-) – Svetlana Kovalenko Schelchkova – Juan Layos Pantoja (Juan Layos) – Alfonso Leal Muñoz (Alfonso Leal) – Eugenio López Berrón – Enrique López Sardón – Juan Ramón Luque Ávalos – Juan MarbánMuñoz (Juan Marbán)  – Juan José Martín Martínez – Emilia Moreno García (Emilia Moreno) – Rosa Moreno Moreno (Rosim Moreno) – Antonio Municio Gutiérrez (Antonio Municio) – Pedro Muñoz Mendoza (Pedro Muñoz) – Julio Nuez Martínez -Nuria Ruiz de Alegría – Paulino Lorenzo Tardón (Paulino L Tardón) – Julián Peinador de Juana (Julián Peinador) – Paloma Ramírez-Montesinos – Fernanda Regidor Fernández (Fernanda Regidor) – Ángel Rueda Rodríguez – Rosario Salcedo Martínez (Chari Salcedo) – María Sánchez Balsalobre – M. Jesús Sánchez Gómez (Chus San) – Pedro Sanz López – Guillermo Sanz Murat (Murat) – Jorge Andrés Segovia Gabucio – Arturo Tejero Esteban (Arturo Tejero) – Patricia Vega-Hazas.

En esta misma web, en la pestaña «Certámenes y Premios», subpestaña «San Isidro»,  puede verse una completa galería de obras, así como el catálogo digital editado para la ocasión, y una galería de fotografías de la exposición y la inauguración.

 

59 Certamen de San Isidro de tema madrileño

Del 17 de mayo al 3 de junio de 2022

Sala de Exposiciones del Centro Cultural Moncloa

Junta Municipal de Moncloa-Aravaca

Plaza Moncloa, 1. 28008 Madrid

De lunes a viernes: De 11 a 14 h. y de 17 a 20’30 h.

Metro: Moncloa (líneas 3, 6)

Bus: 1, 44, C2, 82, 132, 138, 160, 162, C1, 161, 83, 133, A, G, 46, 16, 61

Ángel Rueda, ganador del cartel anunciador del 89 Salón de Otoño de la AEPE

Con la obra titulada «Pajarita de colores»

El pasado día 17 de mayo de 2022, tuvo lugar la deliberación del Jurado de selección del cartel anunciador de la que será la edición número 89 del tradicional Salón de Otoño, que se celebrará del 27 de octubre al 27 de noviembre de 2022 en la Casa de Vacas del Parque del Retiro de Madrid.

El jurado estuvo presidido por José Gabriel Astudillo López, Presidente de la AEPE, actuando como Secretaria del mismo Mª Dolores Barreda Pérez, Secretaria General de la AEPE, y contando con los Vocales Alicia Sánchez Carmona, Antonio Téllez de Peralta, Paloma Casado, Carmen Bonilla Carrasco y Ana Martínez Córdoba.

Tal y como explica José Gabriel Astudillo, “para la Asociación Española de Pintores y Escultores es muy especial contar una imagen identificativa del Salón de Otoño, y que la misma sea una obra propia de los socios de nuestra institución, que de esta forma recuperan protagonismo en el Salón de Otoño”.

La obra ganadora es del socio de la AEPE, Ángel Rueda Rodríguez, a quien desde estas líneas felicitamos, titulada “Pajarita de colores”.

Ángel Rueda Rodríguez

Licenciado en Ciencias de la Información, rama Periodismo, ha cursado estudios de diseño gráfico y cine de ficción, asistiendo a numerosos seminarios y talleres.

Ha trabajado toda su vida en la creación de mensajes publicitarios, como director de arte y director creativo en agencias de publicidad.

Hace un par de años, coincidiendo con su retiro profesional, volvió a coger los pinceles y alguna que otra gubia y serrucho, para dar rienda suelta a la pasión que le ha acompañado toda la vida: el arte.

De hecho, en la exposición de obras seleccionadas del 59 Certamen de San Isidro de la AEPE, verá colgados dos cuadros suyos por primera vez. Tal y como indica el artista, “la AEPE ha sido todo un descubrimiento para mí, y confío en sacar mucho partido de ello. Gracias”.

 

Autorretrato

El 18 de mayo se inaugura el 59 Certamen de San Isidro

Las Salas de Exposiciones del Centro Cultural Moncloa, de la Junta Municipal de Moncloa-Aravaca, acogerán desde el día 18 de mayo al 3 de junio de 2022, la exposición de las obras seleccionadas en el  “59 Certamen de San Isidro de tema madrileño” que organiza la Asociación Española de Pintores y Escultores, para el que se han seleccionado un total de 57 obras, de entre más del centenar presentadas, y en la que participan reconocidos autores con obras de temática madrileña, en diferentes estilos y con unas propuestas siempre renovadas.

Al acto de inauguración asistirán el Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, José Gabriel Astudillo, el Vicepresidente de la entidad, Juan Manuel López-Reina, la Secretaria General, Mª Dolores Barreda Pérez,  el resto de miembros de la Junta Directiva, además de la Concejala Presidenta de Moncloa, Loreto Sordo, acompañada de los servicios culturales del distrito.

Los artistas seleccionados en esta ocasión para integrar la exposición del  “59 Certamen de San Isidro de tema madrileño” de la AEPE, son:

Aracely Alarcón Morales (Aracely Alarcón)

Joaquín Alarcón González (Joaquín Alarcón)

Isabel Ávila Rubio

Alejandro Aynós Romero (Alejandro Aynós)

Ana Barrera García (Ana Barrera)

Beatriz de Bartolomé Díez (Beatriz de Bartolomé)

Francisco Bertrán Hernández ( Paco Bertrán)

Alfonso Calle García (Alfonso Calle)

Paloma Casado López (Paloma Casado)

Pilar de Arriba Guerrero

José Antonio de la Peña García (José Antonio de la Peña)

Francisco Díaz Muñoz

Carmen Durán Sanz (Carmen Durán)

Magdalena España Luque (Magdalena España)

José Carmelo Esteban Gracia (Carmelo Esteban)

Gabriel Rimoli (Dámaso Arriero García)

Sergio García Díez

María García García (M. García García)

Fernando Gascó Alberich (Fernando Gascó)

Pedro Gómez Gómez (J. Pedro Gómez)

Juan Antonio González Sáiz  (Juan Antonio González Sáiz – Juanchi)

Montserrat Gonzalo Tomé (Tomé)

Fernando Herranz Alonso (Alon)

Teiji Ishizuka

Teresa Izquierdo Sánchez (M. Teresa Izquierdo – TESSAIS-)

Svetlana Kovalenko Schelchkova

Juan Layos Pantoja (Juan Layos)

Alfonso Leal Muñoz (Alfonso Leal)

Eugenio López Berrón

Enrique López Sardón

Juan Ramón Luque Ávalos

Juan Marbán Muñoz (Juan Marbán)

Juan José Martín Martínez

Emilia Moreno García (Emilia Moreno)

Rosa Moreno Moreno (Rosim Moreno)

Antonio Municio Gutiérrez (Antonio Municio)

Pedro Muñoz Mendoza (Pedro Muñoz)

Julio Nuez Martínez

Nuria Ruiz de Alegría

Paulino Lorenzo Tardón (Paulino L Tardón)

Julián Peinador de Juana (Julián Peinador)

Paloma Ramírez-Montesinos

Fernanda Regidor Fernández (Fernanda Regidor)

Ángel Rueda Rodríguez

Rosario Salcedo Martínez (Chari Salcedo)

María Sánchez Balsalobre

Jesús Sánchez Gómez (Chus San)

Pedro Sanz López

Guillermo Sanz Murat (Murat)

Jorge Andrés Segovia Gabucio

Arturo Tejero Esteban (Arturo Tejero)

Patricia Vega-Hazas

 

 

59 Certamen de San Isidro de tema madrileño

Del 17 de mayo al 3 de junio de 2022

Sala de Exposiciones del Centro Cultural Moncloa

Junta Municipal de Moncloa-Aravaca

Plaza Moncloa, 1. 28008 Madrid

De lunes a viernes: De 11 a 14 h. y de 17 a 20’30 h.

Metro: Moncloa (líneas 3, 6)

Bus: 1, 44, C2, 82, 132, 138, 160, 162, C1, 161, 83, 133, A, G, 46, 16, 61

Haciendo balance: sobreviviendo a la crisis

José Gabriel Astudillo López

Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores

 

El mes de mayo va a ser un periodo de reflexión. Hemos convocado dos Asambleas Generales, una Extraordinaria y otra Ordinaria, en las que presentar a los socios los datos de nuestra gestión en los años 2019, 2020 y 2021.

La pandemia no hizo posible que lleváramos a cabo las Asambleas en su momento, pero retomada la «normalidad», con las debidas precauciones y todas las medidas higiénico-sanitarias que son posibles, el próximo día 24 de mayo podremos finalmente presentar el balance de estos últimos tres ejercicios.

En marzo de 2020 dejamos convocada la Asamblea para aprobar la memoria de actividades del año 2019. No pudo ser. El covid y sus fatídicas consecuencias  lo impidieron hasta ahora. Así que volvemos al momento en que lo dejamos.

Celebraremos primero una Asamblea Extraordinaria, ya que es mi intención modificar un punto de los Estatutos vigentes de la entidad, en concreto el referido a la Comisión liquidadora en caso de disolución, ya que no me parece lógico que el sobrante se entregue a la Facultad de Bellas Artes de Madrid, en lugar de a sus legítimos propietarios: los socios de la institución.

Una rectificación que precisa de su aprobación en Asamblea, que a tal motivo he querido convocar. Devuelvo así a los socios lo que es suyo, puesto que son quienes mantienen y han contribuido a que nuestra casa común, sea lo que es y perviva y haga historia.

Son los socios quienes mantienen viva a la Asociación Española de Pintores y Escultores, son los auténticos «héroes» que en estos tiempos de crisis, y no solo económica, hacen posible que el ritmo de los proyectos y actividades que realizamos ,alcancen el éxito que están teniendo.

Y el balance es positivo, más que positivo. No sólo sobrevivimos en tiempos de crisis, sino que damos la cara y estamos en primera línea, capitaneando la actividad artística y cultural de España.

Cada nueva convocatoria de la AEPE es siempre emocionante. Nos genera una emoción al pensar que es un momento único para ver nuevos trabajos y descubrir artistas a la expectativa de que logren medallas, que siento generalmente como una pequeña victoria personal.

Es la identidad de nuestra casa común, lograr el reconocimiento de la entidad, de las personas que logran la Medalla, a sus esfuerzos, a sus momentos de crisis, constituyendo un pasito más hacia el éxito.

Pero no es sólo una cultura meritocrática, sino el orgullo del grupo al generar esas emociones en amigos ajenos al arte y la cultura.

Ese es el gran mérito de la Asociación Española  de Pintores y Escultores, el valorar todos juntos la grandeza de los ganadores, el esfuerzo de los creadores y la alegría de compartir los triunfos.

Mi mayor logro como Presidente es saber que el espíritu con el que se fundó la AEPE sigue vivo, presente y de plena actualidad en un mundo tan cambiante y egocéntrico.

Y mi mayor orgullo es representar a unos socios que rebosan talento y arte y hacen de ello su pasión y su vida, compartiéndolo con todos.

No he estado solo. He contado siempre con vuestro apoyo y ánimo, con vuestra colaboración  y aportaciones. Y con una gran Junta Directiva en la que me he apoyado incondicionalmente para afrontar un esfuerzo y un trabajo desmedido.

Decir que el soporte continuo, constante y extraordinario que ha supuesto el trabajo de la Secretaria General, Mª Dolores Barreda Pérez, es lo que ha permitido a nuestra casa estar a la altura de lo que nos demanda la sociedad y los tiempos es quedarme siempre corto.

Ella nos ha llevado siempre con la lengua fuera en un ritmo de trabajo  que ha marcado la frenética actividad mantenida, redactando proyectos, presentando iniciativas a otras instituciones, atendiendo una correspondencia cada vez más numerosa y unas consultas del Archivo Histórico «Bernardino de Pantorba» por el que ahora la AEPE goza de un gran reconocimiento y prestigio  en la historiografía del mundo del arte.

Sus esfuerzos por mantenernos en el siglo XXI sin olvidar  la historia  que atesoramos, recogen sus frutos en cada número de la Gaceta de Bellas Artes que con tanto acierto dirige. Y su labor callada y sacrificada, completamente altruista, deben servirnos de admiración, puesto que ya se ha ganado el respeto que merece del mundo del arte y la cultura.

Un balance positivo como decía, el que vamos a presentaros en la Asamblea, para la que pido vuestra asistencia y acompañamiento, vuestro apoyo y vuestra mejor intención, en la que confío como vengo haciéndolo ya desde hace años.

Llevamos 112 haciendo arte

112 años de pasión por el arte

112 años haciendo cultura en España

 

 

 

Recordando… Ignacio Pinazo Martínez

Obras, artistas, socios, pequeñas historias…

Por Mª Dolores Barreda Pérez

 

Ignacio Pinazo Martínez

Como hemos visto en la biografía de las primeras artistas de la AEPE, dedicada a Marisa Pinazo, además de ella, su padre, José Pinazo Martínez, su abuelo, Ignacio Martínez Camarlench y su tío Ignacio Pinazo Martínez, fueron socios de la Asociación de Pintores y Escultores.

     Con este motivo, recuperamos también aquí su memoria, que de otra forma ya no podríamos recordar…

 

 

Vocal de la AEPE en 1949

Socio de Mérito de la AEPE

 

PINAZO MARTINEZ, Ignacio   E   1916   30.abr.1883   VALENCIA    MADRID   13.oct.1970

 

Nació el 30 de abril de 1883 en Valencia, y desde niño estuvo rodeado de un soberbio ambiente artístico, ya que su padre, Ignacio Pinazo Camarlench, ejerció como maestro de los dos hijos del matrimonio con Teresa Martínez Monfort, enseñándoles dibujo y modelando figuras en su taller.

A la temprana edad de nueve años ingresó en la Academia de Bellas Artes de San Carlos de Valencia, donde inició su vocación escultórica, realizando dibujos de obras maestras de Hans Holbein.

Distintos retratos de Ignacio Pinazo Martínez pintados por su padre, Ignacio Pinazo Camarlench

En una fotografía viendo pintar a su padre al aire libre

 

Su padre lo envía a Madrid, donde trabajó en el taller de Mariano Benlliure, socio de la AEPE. A los veinte años, la Diputación de Valencia le concedió una beca de pensionado por cuatro años en Roma, donde tuvo como compañeros a Sorolla y Navarro, entre otros.

En 1907, visitó París y conoció a Rodin, recibiendo las lecciones del maestro de la escultura, estudiando los museos franceses y observando las tendencias de la época.

Allí recibió el encargo del director del Museo Nacional de Reproducciones Artísticas, don José Ramón Mélida, también socio de la AEPE, de realizar una copia de la Dama de Elche, que se encontraba expuesta bajo una campana de cristal en la sala ibérica del Louvre.

Encargo que Pinazo realizó, pues se le permitió el acceso a la obra durante tres sesiones de trabajo, para sacar un modelado en barro por puntos, sistema que permite la exactitud de todas las medidas del original.

Del modelo en barro se hizo un vaciado para conseguir un molde, lo que permitió sacar un cierto número de copias en escayola reforzada, retocadas y policromadas por el propio autor, considerándose todas ellas piezas originales por el carácter artesanal de la manufactura.

Se desconoce cuántas Damas de Elche realizó, aunque sabemos que en el Museo de Albacete se encuentra la numerada con el 60, con el fin de suministrar a entidades públicas y privadas las réplicas, para su difusión cultural y el conocimiento de tan importante obra de arte, y sabemos que Pinazo firmó y numeró cada una de ellas.

Pinazo fue muy cuidadoso a la hora de atender las peticiones de copias de la Dama de Elche, solo las hacía para instituciones culturales o personalidades de reconocida valía, pero copias de escayola se enviaron a los museos e instituciones más importantes de Europa y América, que todavía la exponen.

Sobre una de estas copias hay una curiosa anécdota, en su visita a Madrid de octubre de 1940 el jefe de las S.S., Heinrich Himmler, demuestra un especial interés por contemplar la réplica expuesta en el Museo del Prado, quedando testimonio gráfico del entusiasmo del siniestro personaje ante la misma.

Heinrich Himmler viendo la Dama de Eche de Pinazo en Madrid

En la Exposición Nacional de 1899 de Madrid, obtuvo una Mención de Honor, por la escultura Mi primera obra. Nueve años más tarde, en 1908, lograría una Segunda Medalla en la Exposición Internacional Hispano-Francesa de Zaragoza, por su obra Santuzza.

Mater Natura, Colección Carmen Tthyssen

El saque

Monumento a Ignacio Pinazo Camarlench

 

En 1915, presentó a la Exposición Nacional de Bellas Artes su obra denominada Saque, por la que logró la Segunda Medalla, en la cual muestra a un jugador de pelota valenciana, vestido a la usanza clásica.

En la Exposición Nacional de 1917, envió su obra Ofrenda, donde la forma se hace realidad, y la belleza existe siempre en el desnudo, situando al arte griego en la cúspide de todo. Sus desnudos son luminosos y apasionados.

En 1918, en el Salón de París recibió un gran galardón, la Medalla de la Legión de Honor, por su busto titulado El alcalde de Benifarach, estudio de raza con gran realismo en su rostro. Ese mismo año realizó el Monumento al Marqués de Borja (El Escorial) y al año siguiente, Estudio.

Dos fotografías de su obra Pagania, de 1920, basada en la Dama de Elche

 

En la década de 1920 realizó el grueso principal de su producción: Grupo de “Valencia” (1920), Busto del pintor valenciano Ignacio Pinazo Camarlench (1921), Busto de Magdalenita (1924), La Vida, La Oratoria, La Ofrenda a los dioses familiares, La Confarreatur, El Liberto. Realizó los bajorrelieves en el Salón de Actos del Colegio Notarial de Albacete y el boceto de la estatua colosal que se encuentra en el hall, del mismo edificio, Estatua colosal de la Fe, que remata la fachada exterior del edificio (1925), Busto del ingeniero de montes, don Ricardo Codorníu (1926), Bustos de los hijos de los príncipes de Hohenlohe (1927), Monumento a don Roque Martínez Pérez, en Jumilla (Murcia), jardín del rey don Pedro (1927). Las obras de Jesús Prendido, María Magdalena, Dolorosa, Virgen del Carmen, Virgen de la Asunción Yacente, Jesús Nazareno, para la Semana Santa de Jumilla las elaboró entre 1929 y 1952.

Guillot Carratalá señala que Ignacio Pinazo es el mejor escultor retratista que ha tenido España, durante la primera mitad del siglo xx.

Pinazo hace una síntesis entre el relato escultórico de la antigüedad clásica y los bustos étnicos de la región valenciana, de gran expresión y extraordinario realismo, ejemplo de ello es el busto que esculpió en mármol del nuncio en España, Cardenal Cicognan, o los de Padre Fullana, María Pinazo, Tío Quico, y el maravilloso retrato de su hija, titulado Obsesión, de cabellos barrocos, que caen sobre la frente femenina, busto en el que se juntan dos concepciones estéticas: belleza y sentimiento.

Ignacio Pinazo Martínez modelando la copia de la Dama de Elche

Trabajando en un busto

 

Tras muchos años de trabajo, concurrió a la Exposición Nacional de 1948, en la que obtuvo la Primera Medalla por su obra: Enigma, donde se aprecia claramente la influencia de la Venus Borghese de Canova; en la de Pinazo se muestra a una bellísima joven desnuda, reclinada, volviendo su cabeza dulce y encantadora, de insuperable belleza, que Gaya Nuño califica de “guapa ninfa”.

Terminada la Guerra Civil se dedicó a la imaginería religiosa, sin alejarse de lo profano.

En 1945, ingresó en la Orden de Alfonso X el Sabio, en 1967 fue nombrado miembro numerario de la Real Academia de San Carlos de Valencia, y fue también profesor de la Escuela Normal de Albacete y de la Escuela de Artes y Oficios de Madrid.

Ignacio Pinazo Martínez fue un escultor entusiasta de la estatuaria clásica griega, sobre todo de Fidias, del desnudo femenino y de Donatello en el Renacimiento italiano.

Falleció en Godella, Valencia, el 10 de octubre de 1970.

Ofrenda

Enigma

Mujer

 

Ignacio Pinazo Martínez y la AEPE

En Madrid, vivía en la calle Luis Díaz Cobeña, 18, en Lope de Vega, 55 y en Antonio García Quejido, 18.

Fue Vocal de la Asociación de Pintores y Escultores de 1949 a 1957.

Realizó la placa homenaje a Eduardo Rosales en 1949.

Socio de Mérito en el Salón de Otoño de 1935.

Participó en los siguientes Salones:

II Salón de Otoño de 1921:

296.- Retrato de Aureliano de Beruete y Moret, busto en bronce

297.- Pagania, bronce

298.- Amparito, bronce

En el V Salón de Otoño de 1924 presentó las obras:

447.- Magdalenita, bronce plateado

448.- Cabeza de querubín, bronce

Al VII Salón de Otoño de 1927:

503.- Retrato de Antonio Gotor, bronce

Al XIV Salón de Otoño de 1934:

9.- Retrato del pintor Pinazo Camarlench

Al XV Salón de Otoño de 1935:

368.- Valenciana, escayola

Al XVII Salón de Otoño de 1943:

12.- Generalísimo Franco, escayola

162.- Retrato de Muñoz Seca

Al XXIII Salón de Otoño de 1949:

22.- Retrato del Reverendo Padre Fullana, tierra cocida

Al XXVI Salón de Otoño de 1954:

167.- Consumatum Est, barro cocido

 

Distintas obras presentadas a los Salones de Otoño

 

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