Ante la tumba de Pradilla

Convocados por la Asociación Española de Pintores y Escultores, familiares y artistas acudieron este primero de noviembre de  2021 a la Sacramental de San Justo de Madrid, a visitar la tumba del pintor aragonés Francisco Pradilla.

Una sencilla sepultura para el que quiso ser enterrado sin pompas ni honores, y ante la que los asistentes han tenido ocasión de conmemorar los 100 años del fallecimiento del pintor español, que fuera Director del Museo del Prado y Director de la Real Academia de España en Roma, Francisco Pradilla y Ortiz, que dejó este mundo el 1 de noviembre de 1921.

 

El Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, José Gabriel Astudillo López, ha tomado la palabra para dirigirse a los presentes con estas palabras:

«Maestro: ha venido a verte Juana.

La Gaceta de Bellas Artes, órgano de la Asociación de Pintores y Escultores, del 1 de noviembre de 1921 abría su publicación con la triste noticia de la muerte del gran Francisco Pradilla.

Las sentidas palabras publicadas tras la reciente pérdida, cobran ahora mayor significado y por eso, voy a repetirlas.

España ha perdido uno de sus más ilustres hijos, gloria preeminente del arte pictórico español en el pasado siglo.

El primero de noviembre, festividad de Todos los Santos, a las dos y media de la tarde, dejó de existir el insigne artista, el gran pintor aragonés, que supo, con su arte, llevar triunfante el nombre de España por el extranjero.

El ambiente, preñado del incienso por los difuntos, saturado del olor de los crisantemos y de la cera, nos envolvía en su vaho de tristeza y respeto.

La parca, insaciable, necesitaba una víctima más, y fue en este solemne día cuando una procesión de seres enlutados, sombríos y llorosos, caminaban hacia el cementerio, cargados con flores y coronas, para rendir tributo de recuerdo a los suyos, cuando nos comunicaron la triste nueva del fallecimiento de Pradilla.

España entera está de luto.

La obra de Pradilla es vastísima, habiendo cultivado todos los géneros y consiguiendo siempre triunfar, gracias a su gran talento.

Contemporáneo de Plasencia, Fortuny, Rosales y Madrazo, en 1878 conquistó la más alta recompensa en la pintura.

Artista tan grande como modesto, rehuyó siempre la popularidad, consagrándose por entero al Arte.

Hombre de gran cultura, fue esclavo de sus pinceles, y en ellos puso todo su amor y su alma.

La Asociación de Pintores y Escultores, que con España entera llora tan irreparable pérdida, une su dolor al de su atribulada familia y le testimonia su profundo sentimiento….

El entierro

A las tres de la tarde, como ya hemos anunciado, fue sacado el cadáver del pintor Pradilla de la casa mortuoria, Quintana, 33, para el cementerio de San Justo. El féretro fue llevado a hombros de servidores de la casa y colocado en el coche fúnebre.

Presidieron el duelo el coronel Molins, en representación del Rey; el Presidente del Consejo de Ministros, Antonio Maura, el Ministro de Instrucción Pública, Sr. Silió, y en representación de la familia, el doctor Huertas y los hijos políticos del finado, Sres. Huertas y Páez.

Entre los concurrentes, recordamos a Mariano Benlliure, Tomás Bretón, Cecilio Plá, Moreno Carbonero, Álvarez de Sotomayor, Miguel Blay, Aniceto Marinas, Marceliano Santamaría, Casal, Marín, Alda, Sampérez, Regidor, Pulido, Benedito, Gascón y Marín, Cuartero, Serra, Menéndez Pidal, Conde de Cerragería, Marqués de Bendaña, Arteta, Blanco Coris, Queralt, Camio, Gumicio y otros muchos artistas y políticos.

El duelo se despidió en la plaza de España.

La Asociación de Pintores y Escultores había acordado dedicar una corona al finado, que su familia, agradeciendo el acuerdo, no aceptó, porque la modestia de D. Francisco así lo tenía dispuesto.

Así consta en la esquela que publicó la familia, en la que se especifica que “No se reparten esquelas ni se admiten coronas por expresa voluntad del finado”.

Descanse en paz el que fue gloria de las Artes españolas”.

Apoyado nuevamente en la Gaceta de Bellas Artes de la Asociación de Pintores y Escultores, nueve años más tarde Ramón Pulido comentaba que “…los que conocimos a Pradilla en Roma, al recordarle en la Ciudad Eterna como pontífice de la pintura española, y ver cómo acudían a su estudio, con fervoroso entusiasmo, cientos y cientos de extranjeros de todas partes del mundo a solicitar su autógrafo, y comparamos de qué modo el año 1921, en Madrid, los que asistimos a su entierro éramos un número contadísimo, y el desprecio y la indiferencia de la crítica al dar la noticia de su muerte, no podemos por menos de sentir tristeza al ver de qué modo muchas de las grandes figuras del arte, en el ocaso de su vida, son olvidadas, y ni la patria grande ni la chica tienen para ellos esos recuerdos póstumos de ternura y amor para quien, en vida, las dio tantos días de gloria….

Pradilla no se perdonó jamás el haber abandonado Italia para venir a España, pues no podía suponerse que encontraría aquí tantas rivalidades y odios que habían de amargar su vida. Madrid, y sobre todo Zaragoza, están en deuda con este gran artista”.

Ante estas palabras, solo puedo decir: Maestro, estamos en ello.

Todos los que estamos hoy aquí reunidos hemos dejado atrás diferencias y venimos a mostrarte nuestro reconocimiento ante el mundo.

Lo estamos intentando al menos. Zaragoza te reconoce como uno de sus más grandes hijos y Madrid se prepara para homenajearte como te mereces.

Perdona la tardanza, pero ya está todo hecho.

Maestro, hasta Juana ha venido a verte.

Descansa en paz».

 

Tras el sentido discurso de José Gabriel Astudillo, tomó la palabra Sonia Pradilla en nombre de la familia Pradilla, que intervino en los siguientes términos:

«Buenos días a todos los que hoy, en un día festivo, os habéis querido unir a la convocatoria que la Asociación Española de Pintores y Escultores (AEPE) ha realizado a través de su web para honrar la figura de Francisco Pradilla en el día en que se cumple el primer centenario de su fallecimiento y, por ello, os queremos dar las gracias.

Estamos ante la tumba de Francisco Pradilla que, como veis, no puede ser más sencilla, sin ornamento alguno, como así lo dispuso, signo de su personalidad austera y no amigo del halago fácil pese a que alcanzó todo cuanto le era dable alcanzar a un artista español en aquella época de la segunda mitad del siglo XIX a nivel nacional e internacional. Su obra está incluida en museos e instituciones tanto en España como en América, Europa y Oceanía y en colecciones privadas españolas y extranjeras; decoró palacios, recibió encargos oficiales tanto en nuestro país como fuera de nuestras fronteras, obtuvo medallas de honor y condecoraciones en España, Francia, Alemania, Italia, etc.

Fue uno de los fundadores de esta Asociación que hoy nos convoca. Contribuyó de una manera decisiva para que la Basílica del Pilar fuera declarada monumento nacional en 1904. Renunció a su vida en Roma donde residió más de veinte años con su familia y donde, según sus palabras, pasó los mejores años de su vida, para aceptar su nombramiento como director del Museo del Prado, aceptación que no podía rechazar pues lo consideró un deber. Maestro y amigo de un joven Sorolla, ayudó a otros pintores jóvenes que le tenían por maestro resaltando que, entre ellos, se encontraban dos jóvenes discípulas: su sobrina Inocencia Arangoa y Elina Molins.

Era honesto, enormemente familiar, con una gran cultura, melómano, un espíritu independiente y sobre todo con un afán por el estudio y perfeccionamiento que persiguió hasta los últimos días de su vida.

La noticia de su fallecimiento se publicó no sólo en los diarios españoles de la época si no también en Francia, Alemania, Italia, Bélgica, Reino Unido, Estados Unidos , etc.

A su entierro y pese a las consignas que dio en vida al respecto, concurrieron representantes de la política, las letras y las artes:

PRESIDIÓ EL DUELO EL CORONEL MOLINS EN REPRESENTACIÓN DE EL REY, EL JEFE DE GOBIERNO, SR. MAURA,  EL MINISTRO DE INSTRUCCIÓN PÚBLICA, SR. SILIÓ, ENRIQUE CUARTERO POR LA ASOCIACIÓN DE PINTORES Y ESCULTORES, CECILIO PLÁ POR LA ESCUELA DE SAN FERNANDO, EL SR. SERRA POR LA ASOCIACIÓN DE ESCRITORES Y ARTISTAS, D. MARIANO BENLLIURE EN REPRESENTACIÓN DEL PATRONATO DEL MUSEO DE ARTE MODERNO Y LOS ARTISTAS MORENO CARBONERO, BLAY, GARNELO, MARINAS, BRETÓN, MENÉNDEZ PIDAL Y VILLEGAS, ENTRE OTROS.

 

Para finalizar, reitero mi agradecimiento a la AEPE y, especialmente a su Presidente, José Gabriel Astudillo y a su Secretaria General, Mª Dolores Barreda, por su contribución desinteresada a mantener vivo el recuerdo de esta gran figura y mejor persona que fue Francisco Pradilla y, como no, a Wifredo Rincón, máximo especialista en Pradilla y  ex presidente de la AEPE, que ha dedicado una gran parte de su vida profesional a divulgar la figura de mi bisabuelo«.

Presente en el homenaje, Wifredo Rincón ha asistido en representación del Gobierno de Aragón, de la ciudad de Zaragoza y como Hijo Adoptivo de Villanueva de Gállego, la ciudad natal de Francisco Pradilla, destacando el agradecimiento de las instituciones por sumar este acto al Año Pradilla, ayudando a engrandecer la memoria de quien fuera uno de los mejores artistas que ha tenido España y destacando su faceta más humana.

Para el mayor estudioso de Francisco Pradilla, reencontrarse con él al pie de su tumba es «un sincero homenaje que le acerca un poco más si cabe a quien lleva estudiando su vida y su obra durante tantos años, y con quien llega a un final que fue tan característico de su personalidad, con las indicaciones que el propio artista dejó estipuladas para este momento».

Entre los numerosos asistentes, además de la familia y miembros de la Junta Directiva de la Asociación Española de Pintores y Escultores, muchos artistas de la Asociación Española de Pintores y Escultores como Fernando de Marta, Antonio Téllez de Peralta, Magdalena España, Paulino L. Tardón, Carlos Andino, Patricia Larrea…

Y para cerrar el acto, los presentes rezaron un Padre Nuestro en memoria de quien hizo de España gloria del mundo.

D.E.P.

 

 

 

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