Zaragoza inaugura un busto de Francisco Pradilla

Continúan los actos del «Año Pradilla»

El centenario de la muerte de Francisco Pradilla está sirviendo para saldar viejas deudas que se arrastraban con su legado. A la gran exposición que hasta el próximo 9 de enero permanecerá en la Lonja de Zaragoza, comisariada por Wifredo Rincón  y al espacio expositivo recién inaugurado en su Villanueva de Gállego natal, este jueves se ha sumado el descubrimiento de un busto en la calle Moret de la capital aragonesa, justo al lado del Museo de Zaragoza.

La vicealcaldesa y consejera de Cultura, Sara Fernández, ha inaugurado esta mañana el busto del pintor aragonés Francisco Pradilla Ortiz, en un acto en el que han estado presentes tambien las concejalas de Villanueva de Gállego, Frinnette Reynoso y Susana González, el escultor, José Gabriel Astudillo; la biznieta el pintor, Sonia Pradilla; el historiador de arte, Wifredo Rincón y miembros de la corporación municipal.

Con motivo de la conmemoración del centenario de su fallecimiento, el Ayuntamiento de Villanueva de Gállego, localidad natal de Francisco Pradilla, está realizando diferentes actividades en torno al ilustre aragonés con el objetivo de que su figura perdure en el tiempo. Entre ellas está la colocación de cuatro bustos del pintor en los lugares que marcaron su vida y en los que desarrolló su trabajo profesional, como fueron Villanueva de Gállego, Zaragoza, Roma y Madrid.

El busto que hoy se ha inaugurado en la calle Moret de Zaragoza está realizado en bronce y su altura es de 51 cm. Se encuentra colocado sobre una peana de acero corten, de 130 cm. de altura, a la que se incorpora una placa de bronce con una breve inscripción. Es obra del pintor y escultor madrileño José Gabriel Astudillo López, actualmente Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores.

 


Ante la tumba de Pradilla

Convocados por la Asociación Española de Pintores y Escultores, familiares y artistas acudieron este primero de noviembre de  2021 a la Sacramental de San Justo de Madrid, a visitar la tumba del pintor aragonés Francisco Pradilla.

Una sencilla sepultura para el que quiso ser enterrado sin pompas ni honores, y ante la que los asistentes han tenido ocasión de conmemorar los 100 años del fallecimiento del pintor español, que fuera Director del Museo del Prado y Director de la Real Academia de España en Roma, Francisco Pradilla y Ortiz, que dejó este mundo el 1 de noviembre de 1921.

 

El Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, José Gabriel Astudillo López, ha tomado la palabra para dirigirse a los presentes con estas palabras:

«Maestro: ha venido a verte Juana.

La Gaceta de Bellas Artes, órgano de la Asociación de Pintores y Escultores, del 1 de noviembre de 1921 abría su publicación con la triste noticia de la muerte del gran Francisco Pradilla.

Las sentidas palabras publicadas tras la reciente pérdida, cobran ahora mayor significado y por eso, voy a repetirlas.

España ha perdido uno de sus más ilustres hijos, gloria preeminente del arte pictórico español en el pasado siglo.

El primero de noviembre, festividad de Todos los Santos, a las dos y media de la tarde, dejó de existir el insigne artista, el gran pintor aragonés, que supo, con su arte, llevar triunfante el nombre de España por el extranjero.

El ambiente, preñado del incienso por los difuntos, saturado del olor de los crisantemos y de la cera, nos envolvía en su vaho de tristeza y respeto.

La parca, insaciable, necesitaba una víctima más, y fue en este solemne día cuando una procesión de seres enlutados, sombríos y llorosos, caminaban hacia el cementerio, cargados con flores y coronas, para rendir tributo de recuerdo a los suyos, cuando nos comunicaron la triste nueva del fallecimiento de Pradilla.

España entera está de luto.

La obra de Pradilla es vastísima, habiendo cultivado todos los géneros y consiguiendo siempre triunfar, gracias a su gran talento.

Contemporáneo de Plasencia, Fortuny, Rosales y Madrazo, en 1878 conquistó la más alta recompensa en la pintura.

Artista tan grande como modesto, rehuyó siempre la popularidad, consagrándose por entero al Arte.

Hombre de gran cultura, fue esclavo de sus pinceles, y en ellos puso todo su amor y su alma.

La Asociación de Pintores y Escultores, que con España entera llora tan irreparable pérdida, une su dolor al de su atribulada familia y le testimonia su profundo sentimiento….

El entierro

A las tres de la tarde, como ya hemos anunciado, fue sacado el cadáver del pintor Pradilla de la casa mortuoria, Quintana, 33, para el cementerio de San Justo. El féretro fue llevado a hombros de servidores de la casa y colocado en el coche fúnebre.

Presidieron el duelo el coronel Molins, en representación del Rey; el Presidente del Consejo de Ministros, Antonio Maura, el Ministro de Instrucción Pública, Sr. Silió, y en representación de la familia, el doctor Huertas y los hijos políticos del finado, Sres. Huertas y Páez.

Entre los concurrentes, recordamos a Mariano Benlliure, Tomás Bretón, Cecilio Plá, Moreno Carbonero, Álvarez de Sotomayor, Miguel Blay, Aniceto Marinas, Marceliano Santamaría, Casal, Marín, Alda, Sampérez, Regidor, Pulido, Benedito, Gascón y Marín, Cuartero, Serra, Menéndez Pidal, Conde de Cerragería, Marqués de Bendaña, Arteta, Blanco Coris, Queralt, Camio, Gumicio y otros muchos artistas y políticos.

El duelo se despidió en la plaza de España.

La Asociación de Pintores y Escultores había acordado dedicar una corona al finado, que su familia, agradeciendo el acuerdo, no aceptó, porque la modestia de D. Francisco así lo tenía dispuesto.

Así consta en la esquela que publicó la familia, en la que se especifica que “No se reparten esquelas ni se admiten coronas por expresa voluntad del finado”.

Descanse en paz el que fue gloria de las Artes españolas”.

Apoyado nuevamente en la Gaceta de Bellas Artes de la Asociación de Pintores y Escultores, nueve años más tarde Ramón Pulido comentaba que “…los que conocimos a Pradilla en Roma, al recordarle en la Ciudad Eterna como pontífice de la pintura española, y ver cómo acudían a su estudio, con fervoroso entusiasmo, cientos y cientos de extranjeros de todas partes del mundo a solicitar su autógrafo, y comparamos de qué modo el año 1921, en Madrid, los que asistimos a su entierro éramos un número contadísimo, y el desprecio y la indiferencia de la crítica al dar la noticia de su muerte, no podemos por menos de sentir tristeza al ver de qué modo muchas de las grandes figuras del arte, en el ocaso de su vida, son olvidadas, y ni la patria grande ni la chica tienen para ellos esos recuerdos póstumos de ternura y amor para quien, en vida, las dio tantos días de gloria….

Pradilla no se perdonó jamás el haber abandonado Italia para venir a España, pues no podía suponerse que encontraría aquí tantas rivalidades y odios que habían de amargar su vida. Madrid, y sobre todo Zaragoza, están en deuda con este gran artista”.

Ante estas palabras, solo puedo decir: Maestro, estamos en ello.

Todos los que estamos hoy aquí reunidos hemos dejado atrás diferencias y venimos a mostrarte nuestro reconocimiento ante el mundo.

Lo estamos intentando al menos. Zaragoza te reconoce como uno de sus más grandes hijos y Madrid se prepara para homenajearte como te mereces.

Perdona la tardanza, pero ya está todo hecho.

Maestro, hasta Juana ha venido a verte.

Descansa en paz».

 

Tras el sentido discurso de José Gabriel Astudillo, tomó la palabra Sonia Pradilla en nombre de la familia Pradilla, que intervino en los siguientes términos:

«Buenos días a todos los que hoy, en un día festivo, os habéis querido unir a la convocatoria que la Asociación Española de Pintores y Escultores (AEPE) ha realizado a través de su web para honrar la figura de Francisco Pradilla en el día en que se cumple el primer centenario de su fallecimiento y, por ello, os queremos dar las gracias.

Estamos ante la tumba de Francisco Pradilla que, como veis, no puede ser más sencilla, sin ornamento alguno, como así lo dispuso, signo de su personalidad austera y no amigo del halago fácil pese a que alcanzó todo cuanto le era dable alcanzar a un artista español en aquella época de la segunda mitad del siglo XIX a nivel nacional e internacional. Su obra está incluida en museos e instituciones tanto en España como en América, Europa y Oceanía y en colecciones privadas españolas y extranjeras; decoró palacios, recibió encargos oficiales tanto en nuestro país como fuera de nuestras fronteras, obtuvo medallas de honor y condecoraciones en España, Francia, Alemania, Italia, etc.

Fue uno de los fundadores de esta Asociación que hoy nos convoca. Contribuyó de una manera decisiva para que la Basílica del Pilar fuera declarada monumento nacional en 1904. Renunció a su vida en Roma donde residió más de veinte años con su familia y donde, según sus palabras, pasó los mejores años de su vida, para aceptar su nombramiento como director del Museo del Prado, aceptación que no podía rechazar pues lo consideró un deber. Maestro y amigo de un joven Sorolla, ayudó a otros pintores jóvenes que le tenían por maestro resaltando que, entre ellos, se encontraban dos jóvenes discípulas: su sobrina Inocencia Arangoa y Elina Molins.

Era honesto, enormemente familiar, con una gran cultura, melómano, un espíritu independiente y sobre todo con un afán por el estudio y perfeccionamiento que persiguió hasta los últimos días de su vida.

La noticia de su fallecimiento se publicó no sólo en los diarios españoles de la época si no también en Francia, Alemania, Italia, Bélgica, Reino Unido, Estados Unidos , etc.

A su entierro y pese a las consignas que dio en vida al respecto, concurrieron representantes de la política, las letras y las artes:

PRESIDIÓ EL DUELO EL CORONEL MOLINS EN REPRESENTACIÓN DE EL REY, EL JEFE DE GOBIERNO, SR. MAURA,  EL MINISTRO DE INSTRUCCIÓN PÚBLICA, SR. SILIÓ, ENRIQUE CUARTERO POR LA ASOCIACIÓN DE PINTORES Y ESCULTORES, CECILIO PLÁ POR LA ESCUELA DE SAN FERNANDO, EL SR. SERRA POR LA ASOCIACIÓN DE ESCRITORES Y ARTISTAS, D. MARIANO BENLLIURE EN REPRESENTACIÓN DEL PATRONATO DEL MUSEO DE ARTE MODERNO Y LOS ARTISTAS MORENO CARBONERO, BLAY, GARNELO, MARINAS, BRETÓN, MENÉNDEZ PIDAL Y VILLEGAS, ENTRE OTROS.

 

Para finalizar, reitero mi agradecimiento a la AEPE y, especialmente a su Presidente, José Gabriel Astudillo y a su Secretaria General, Mª Dolores Barreda, por su contribución desinteresada a mantener vivo el recuerdo de esta gran figura y mejor persona que fue Francisco Pradilla y, como no, a Wifredo Rincón, máximo especialista en Pradilla y  ex presidente de la AEPE, que ha dedicado una gran parte de su vida profesional a divulgar la figura de mi bisabuelo«.

Presente en el homenaje, Wifredo Rincón ha asistido en representación del Gobierno de Aragón, de la ciudad de Zaragoza y como Hijo Adoptivo de Villanueva de Gállego, la ciudad natal de Francisco Pradilla, destacando el agradecimiento de las instituciones por sumar este acto al Año Pradilla, ayudando a engrandecer la memoria de quien fuera uno de los mejores artistas que ha tenido España y destacando su faceta más humana.

Para el mayor estudioso de Francisco Pradilla, reencontrarse con él al pie de su tumba es «un sincero homenaje que le acerca un poco más si cabe a quien lleva estudiando su vida y su obra durante tantos años, y con quien llega a un final que fue tan característico de su personalidad, con las indicaciones que el propio artista dejó estipuladas para este momento».

Entre los numerosos asistentes, además de la familia y miembros de la Junta Directiva de la Asociación Española de Pintores y Escultores, muchos artistas de la Asociación Española de Pintores y Escultores como Fernando de Marta, Antonio Téllez de Peralta, Magdalena España, Paulino L. Tardón, Carlos Andino, Patricia Larrea…

Y para cerrar el acto, los presentes rezaron un Padre Nuestro en memoria de quien hizo de España gloria del mundo.

D.E.P.

 

 

 

Las Medallas de la AEPE: Francisco Pradilla

Por Mª Dolores Barreda Pérez

Después de ver cómo y cuándo nació la Medalla de la Asociación de Pintores y Escultores, vamos a seguir conociendo más acerca de los galardones en los que se otorga actualmente, con sus correspondientes denominaciones.

 

Medalla de Pintura Francisco Pradilla

Del Certamen de Pequeño Formato

 

La pintura de pequeño formato es una síntesis de lo mínimo y no obstante es completa, plena, sorprendente y satisfactoria. Trabajar en un formato reducido permite la inmediatez, la experimentación creativa, el derroche de imaginación, el despliegue de color que no abordamos en obras de mayor escala.

Desde esta tradición pictórica, la Asociación Española de Pintores y Escultores convoca anualmente el Certamen de Pequeño Formato que siempre supone un gran éxito tanto en la participación de los socios como en la calidad de las obras presentadas.

Son obras grandes, pese a su pequeño formato, que nunca nos dejan indiferentes porque encierran, de la misma forma que una preciosa y costosísima esencia, lo mejor de los sentimientos de los maravillosos artistas que componen nuestra entidad.

En el año 1979, la Asociación Española de Pintores y Escultores llegó a un acuerdo con la Galería Eureka, situada en la vecina calle Caballero de Gracia, para realizar una exposición de pequeño formato que se celebraría en el año siguiente, buscando una continuidad en el futuro y llegando a ser ya una de las convocatorias más tradicionales de la entidad.

El I Certamen tuvo lugar del 28 de marzo al 12 de abril de 1980 con un límite de tamaño de 46 cms.

En Eureka se llevaron a cabo las seis primeras ediciones del premio, trasladándose en 1986 a la Galería Infantas hasta su cierre, y encontrando desde entonces cabida en distintos locales e instalaciones municipales que siempre ceden sus espacios expositivos para acoger una muestra tan característica.

El arraigo definitivo de este certamen hace que estemos a punto de llegar a su edición número 40, todo un logro que destila fragancia y crédito.

En 2017 y gracias a la propuesta que realizara el Presidente de la AEPE, José Gabriel Astudillo, bajo el título de “La plenitud de los nombres”, se acordaba la reorganización de los premios y galardones que otorgaba la institución en los distintos certámenes y concursos habituales. En el caso del Certamen de Pequeño Formato, y como en el resto de las ocasiones con el ánimo de honrar la memoria de los fundadores de la AEPE, se instituyeron los premios: Medalla de Pintura Francisco Pradilla y Medalla de Escultura Juan Bautista Adsuara.

 

Francisco Pradilla y Ortiz

 

En el número de la Gaceta de Bellas Artes correspondiente al 15 de febrero de 1930, Ramón Pulido firmaba un artículo en el que se quejaba… “los que el año 1921, en Madrid, asistimos a su entierro éramos un número contadísimo, y el desprecio y la indiferencia de la crítica al dar noticia de su muerte, no podemos por menos de sentir tristeza al ver de qué modo muchas de las grandes figuras del arte, en el ocaso de su vida, son olvidadas, y ni la patria grande ni la chica tienen para ellos esos recuerdos póstumos de ternura y amor para quien, en vida, las dio tantos días de gloria”. Unas palabras que lamentable y tristemente un siglo después, mantienen su vigencia.

Francisco Pradilla es justamente considerado como uno de los máximos exponentes de la pintura española del último cuarto del siglo XIX, además del último gran maestro del género histórico en esta centuria.

Autorretrato de juventud

 

Consiguió situar a las grandes composiciones históricas, que tanto éxito tenían en el siglo XIX español, en lo más alto de la pintura europea. Su Juana la Loca bien puede considerarse como una de las mejores obras del siglo, gracias a la brillantez y la fuerza de su estilo realista, en el que las pinceladas de óleo vibran y se aprecian claramente en el lienzo.

Francisco Pradilla y Ortiz nació el 24 de julio de 1848 en Villanueva de Gállego, un pequeño pueblo de Aragón. De muy joven entró como aprendiz en el taller de pintura del escenógrafo de Zaragoza Mariano Pescador, quien le animó a acudir a la Escuela de Bellas Artes de San Luis.

El profesor Bernardino Montañés ve en él unas dotes excepcionales, encaminando sus pasos hacia Madrid, donde compaginará su trabajo como ayudante en el estudio de los escenógrafos Augusto Ferri y Jorge Busato, con la asistencia a la Escuela Superior de Pintura, Escultura y Grabado, donde tuvo como maestros a Federico Madrazo y Carlos Rivera.

Incitado por José Casado del Alisal, primer Director de la Academia Española en Roma, que deseaba contar en la primera promoción de pensionados con las mejores promesas del panorama artístico español, en 1874 ganó la pensión de la primera promoción en la Academia de España en Roma, junto a Casto Plasencia, Jaime Morera y Alejandro Ferrant y Fischermans, estos últimos, Socios Fundadores de la Asociación Española de Pintores y Escultores.

El trabajo correspondiente al tercer año de pensión le supone a Pradilla un éxito rotundo. Se trata de Doña Juana la Loca, con la que consigue la Medalla de Honor en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1878 y la Medalla de Honor en la Sección Española de la Exposición Universal de París de ese mismo año.

Doña Juana La Loca

 

Desde entonces empezó Pradilla a pintar encargos para los amantes del arte del mundo entero, cotizándose sus obras a precios muy elevados.

Este sonoro triunfo le llevaría a recibir el encargo del Senado para la ejecución del cuadro La rendición de Granada, cuya difusión le catapultaría a una fama internacional.  Tan gran éxito obtuvo el cuadro, que el Senado no sólo recompensó al artista con mayor cantidad que la contratada, sino que durante muchos días permitió la entrada al edificio a todo el que quiso admirar la obra. Madrid entero desfiló por el salón de conferencias del Senado. Y es que esta obra produjo entre los pintores y los críticos profunda admiración, rindiéndosele homenaje en Roma por parte de todos los pintores. Las revistas del mundo entero reprodujeron la obra y publicaron todo tipo de elogios. En Francia, se le otorgó la cruz de la Legión de Honor y se le nombró además individuo extranjero de la Academia de Bellas Artes de París.

La rendición de Granada

 

Su nombramiento como Director de la Academia de España en Roma, sustituyendo a Casado del Alisal, le hizo fijar su residencia en la ciudad eterna, donde, emulando a su admirado Fortuny, abrió un estudio al que acudían los más importantes coleccionistas y marchantes de Europa. Pero agobiado por las obligaciones administrativas del cargo, presentó su renuncia a los ocho meses.

Los años vividos en Italia, alternando su trabajo en Roma con los veranos pasados en las Lagunas Pontinas de Terracina, fueron los más felices de su vida.

En 1896 es nombrado Director del Museo del Prado, un cargo que colma las ambiciones de cualquier artista, más él que gozaba de un extraordinario reconocimiento artístico entre coleccionistas y marchantes de todo el mundo, viéndose obligado a regresar a España.

La situación real del Museo, las críticas a la conservación de la colección, el vivir atrapado nuevamente por las limitaciones administrativas, desatendiendo su verdadera vocación de pintar, hicieron que en 1989 abandonara el cargo y con cincuenta años, cansado, se alejó voluntariamente de actos sociales y políticos, dedicando su vida a pintar.

Autorretrato de 1917

 

En su magnífico palacio-estudio recibía a numerosos amigos como Pérez Galdós, Núñez de Arce, el Marqués de Pidal y al mismísimo rey, que solía visitarlo con frecuencia.

Aunque su muerte sorprendió a muchos por el alejamiento del pintor de la vida social, la exposición póstuma de sus obras que se instaló en su propio domicilio, fue un éxito de concurrencia, ya fuera para visitar un lugar difícilmente accesible o por ver «los Pradillas» que conservaba su propio autor.

Entre todos los géneros pictóricos que cultivó, la pintura de historia fue la que más fama le proporcionó. Se interesó por las anécdotas más emotivas de la historia. También pintó retratos de la aristocracia madrileña y conjuntos decorativos, como la ornamentación del Palacio de Linares de Madrid, para el que ejecutó la Lección de Venus al Amor, en el techo del salón de baile.

Pradilla por Alejandro Fischermans

 

Pradilla fue también un gran paisajista, como ya demostró en sus composiciones de historia. Intentaba ambientar las escenas en exteriores y con una depurada técnica, organizaba amplias perspectivas panorámicas con multitud de figuras y de motivos.

La faceta más moderna de su obra son los abocetados paisajes que realizó tomados del natural, en los que busca plasmar sensaciones atmosféricas y paisajes, y donde abundan las luces efectistas.

Falleció en Madrid a causa de un cáncer en la boca, en su casa estudio situada en la calle Quintana,33, el 1 de noviembre de 1921. A su entierro, celebrado en el cementerio de Santa María, acudieron multitud de miembros de la Asociación Española de Pintores y Escultores como Mariano Benlliure, Moreno Carbonero, Álvarez de Sotomayor, Casado del Alisal, Miguel Blay, Benedito, Cecilio Plá, Aniceto Marinas, Marceliano Santamaría…

Huecograbado del pintor

Autorretrato

 

La Asociación Española de Pintores y Escultores dedicó una corona al finado que la familia, agradecida, no aceptó porque la modestia de Francisco Pradilla así lo tenía dispuesto, y abrió con la triste noticia el número de la Gaceta de Bellas Artes del 1 de noviembre de 1921, en la que además de una semblanza y biografía de su vida, se acompañaba en el sentimiento a la familia.

Su nivel de maestría fue tal, que una narración de la historia de España sin sus cuadros es una crónica huérfana de imágenes.

Su obra fue ingente y se halla dispersa en colecciones particulares españolas y en diferentes países europeos y sudamericanos.

También fue un buen ilustrador gráfico de publicaciones literarias, un maestro retratista y un gran pintor costumbrista, siendo las pinturas de este último género las más abundantes y cotizadas.

Cortejo del bautizo del Príncipe Juan

 

Pradilla supo crearse un estilo personal fruto de la observación, aquilatando valores, con un espíritu analítico, dominando el color sin ser colorista, la técnica, la composición, el dibujo, y con un concepto estético muy elevado y espiritual del arte, creó obras que tuvieron un público entusiasta que en todo momento le rindieron franca y sincera admiración.

Juana La Loca recluida en Tordesillas

 

Sus cuadros de costumbres italianas y españolas son obras sugestivas, tienen interés y belleza, en ellas buscó Pradilla la psicología de los personajes y el ambiente de su propia naturaleza.

Las lagunas pontinas y los pueblos de Galicia recogieron una gracia extraordinaria cuyo profundo estudio supone la contemplación de la naturaleza como pocos pintores hicieran, trasladando esa atmósfera a sus lienzos con recogimiento.

El suspiro del moro

 

El pintor era amante del aislamiento: vivía entregado al trabajo, correcto, sin ganas de visitas y reuniones, lo que le hacía poco asequible. Los domingos por la tarde recibía en su estudio a sus amigos íntimos, artistas y no artistas, y si le pedían consejos los daba sin apelar a medias tintas, en forma clara y concreta, fuesen gratos o desagradables, él, a quien le molestaba la adulación profundamente.

Sorolla, que fuera discípulo de Pradilla en Roma y Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, recibió del maestro consejos tan sinceros que le molestaron por su rudeza, llegando a distanciarlos en el transcurso de sus vidas, si bien finalmente el valenciano tuvo para Pradilla frases de justicia y de cariño.

Últimas nieves en Terracina

 

Pintaba la figura de un modo admirable y era un gran paisajista, creando obras que es difícil superar. Fue además un acuarelista extraordinario, dando a este género de pintura la solidez y calidad del óleo, sin perder el encanto y la gracia de la acuarela.

Hizo retratos muy bellos, pero no transigía con adular al retratado, rechazando la mayoría de encargos si conllevaban esta “pena”.

Primavera

 

Sus cuadros eran de una preparación lenta y minuciosa, debido a los muchos apuntes, dibujos y estudios que hacía antes de dar comienzo a la obra definitiva; preparaba el fondo, sobre todo en sus cuadros de historia. En el aire libre buscaba el momento de luz y hora que respondiese de modo muy expresivo al asunto que había concebido para su cuadro, los efectos de nubes, los terrenos en que los grandes carros marcaban las huellas de las ruedas… todo era objeto de profunda observación.

Amparito

 

Consiguió todos los honores que su talento le granjeó: fue académico de Bellas Artes en España y en las academias de París, Berlín, Munich y otras más. Fue condecorado con grandes cruces nacionales y extranjeras y sus cuadros se pagaban a precios muy elevados.

En palabras de Wifredo Rincón, especialista en la figura del aragonés, y quien fuera también Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, fue un pintor muy versátil que rivalizó en popularidad y prestigio con Joaquín Sorolla. Practicó todos los géneros: el retrato, la pintura de historia, estampas populares y costumbristas, paisajes, cuadros alegóricos y mitológicos próximos al simbolismo en ocasiones, aunque fue en la pintura histórica donde logró sus mayores éxitos y su maestría indiscutible. Fue un pincel refinado de ‘realismo ambiental’.

La tarde

 

Hace no mucho tiempo, recibimos emocionados en la AEPE la visita de la bisnieta del maestro Pradilla, Sonia Pradilla, quien nos habló de la familia y de su abuelo, el también pintor e hijo del aragonés, Miguel Pradilla, figura desconocida que siguió los pasos de su padre.

En una exposición celebrada en octubre de 2018 en Pozuelo de Alarcón, se rindió homenaje a los dos artistas, pintores que compartieron el amor a Italia, donde Francisco vivió tantos años y Miguel pasó toda su infancia, y la pintura de uno y otro volvía a los mismos escenarios (como las Lagunas Pontinas) con décadas de distancia.

Bajo el árbol consagrado a Ceres

 

Padre e hijo coinciden también en su interés por las escenas populares y costumbristas de fiestas, romerías, procesiones, mercados, etc. Y en la pasión por el paisaje, aunque con estilos muy diversos, con Francisco endeudado con el preciosismo y Miguel influido ya por el impresionismo.

La lectura de Anacreonte

 

En la página web de la AEPE www.gacetadebellasartes.es  publicamos también en el apartado “Recordando a nuestros socios”, la documentación que tan amablemente nos hicieron llegar en el ánimo de ayudar a difundir la memoria de ambos, que a todos recomiendo visitar.

Miguel recordaba a su padre “conmovido por su amor de hijo y su vocación de artista… yo consideraba a mi padre como a un dios, como a un coloso al que nunca podría llegar”… motivo por el que tantas veces declinó presentar sus trabajos al público, temiendo quizás, España es así… antes, durante y me temo que después… que la comparación entre uno y otro destrozaría su vocación.

Manolas en el palco

 

Pradilla gustaba de Rembrandt, Velázquez, Tiziano, el Greco y Ribera. Apasionado de Wagner, lector incansable, viajero y deportista, buen alpinista, gran nadador, practicante de gimnasia, senderista… el lado más personal del maestro así nos lo recordó su bisnieta, merced a las impresiones que su abuelo Miguel escribiera de él.

Retrato de la Marquesa de Encinares

 

Francisco Pradilla y la AEPE

En el III Salón de Otoño de 1922, Francisco Pradilla expuso tres obras cedidas para la ocasión por Félix Boix. Se trataba de hacer un pequeño homenaje al gran artista fallecido unos meses antes. Las obras expuestas fueron:

471.- “Recogedora de algas” (Vigo), óleo

472.- “El suspiro del moro” (boceto), óleo

473.- “Estudios de bordados y telas para La rendición de Granada” (acuarela)

En el V Salón de Otoño de 1924 estuvo presente también en la Sala de Recuerdos, junto a obras de Goya, Eugenio Lucas, Palmaroli, Rosales y otros muchos artistas fallecidos, con una obra propiedad de F.F.

413.- “Dibujo”

Niebla de primavera en Italia

 

 

Webgrafía y bibliografía

https://historiaragon.com/2016/11/01/francisco-pradilla/

AUTORRETRATOS DE FRANCISCO PRADILLA. A PROPÓSITO DEL CONSERVADO EN EL MUSEO DE ZARAGOZA Wifredo Rincón García online: https://ifc.dpz.es/recursos/publicaciones/35/21/52rincon.pdf

http://www.bibliotecalazarogaldiano.es/carhis/descargas/Rincon-Garcia_De-pintura-y-fotografia-cartas-de-Francisco-Padilla-Ortiz-a-Antonio-Canovas-y-Vallejo-Kaulak.pdf

Wifredo Rincón ‘Francisco Pradilla’ (Aneto, 1999)

Archivo Histórico “Bernardino de Pantorba” de la Asociación Española de Pintores y Escultores

www.gacetadebellasartes.es

www.salondeotoño.es

Inaugurado el XXXVII Certamen de Pequeño Formato de la AEPE

El día 20 de noviembre, en la Sala de Exposiciones del Centro Cultural Moncloa, tuvo lugar el acto de inauguración de la edición número 37 del tradicional Certamen de Pequeño Formato, una concurrida muestra que contó con un magnífico escenario y que estuvo presidido por José Gabriel Astudillo López, Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, y a la que también asistieron la Secretaria General, Mª Dolores Barreda Pérez y distintos miembros de la Junta Directiva, como Antonio Téllez, Fernando de Marta, Ana Martínez e Itziar Zabalza Murillo.

Además, por parte de la Junta Municipal de Moncloa-Aravaca, estuvieron presentes el Coordinador del Distrito, Javier Machetti Bermejo, quien disculpó la asistencia de la Concejala y la Directora del Centro Cultural Moncloa, Mª Jesús Escotet González. Por supuesto, también asistieron algunos Socios de Honor como Rafael Botí y distintas personalidades como Sonia Pradilla, biaznieta de Francisco Pradilla, cuyo nombre refleja la Medalla creada a tal fin para este certamen, así como numerosísimo público que hizo del acto uno de los más concurridos actos culturales de la semana.

El Jurado encargado de la selección y calificación del XXXVII Certamen de Pequeño Formato ha esta constituido por: José Gabriel Astudillo López, Presidente de la AEPE, actuando como Presidente del Jurado y Mª Dolores Barreda Pérez, Secretaria de la AEPE, en calidad de Secretaria del mismo, ambos con voz y sin voto; y como Vocales Paloma Casado y Alicia Sánchez Carmona, ambas directivas de la AEPE, y Rosa María Sanz Bueno, pintora y socia de la AEPE elegida al azar.

La exposición, que se prolongará hasta el 12 de diciembre, cuenta con 95 obras de distintos autores, y ha contado además con la Medalla de Pintura Francisco Pradilla y la Medalla de Escultura Juan Bautista Adsuara, además de distintas Menciones de Honor.

En el acto de inauguración se hizo entrega de los premios, que resultaron ser los siguientes:

Medalla de Pintura Francisco Pradilla, dotada con Medalla y Diploma de la AEPE, a Martha Lucila Gómez. Jana. Óleo / lienzo. 53 x 64

Medalla de Escultura Juan Bautista Adsuara, dotada con Medalla y Diploma de la AEPE, a Julio Nuez. Mini estructura. Hierro soldado. 43 x 40 x 16

Mención de Honor, dotada con diploma, a Francisco Bertrán Hernández. La isleta del moro. Acuarela / papel. 33 x 50

Mención de Honor, dotada con diploma, a Enrique López Sardón. Dos transparencias. Óleo / lienzo. 38 x 48

Mención de Honor, dotada con diploma, a Pilar Vich. Origen. Talla en alabastro y resina. 35 x 22 x 22

 

Los artistas participantes en la exposición de este XXXVII Certamen de Pequeño Formato  son: Joaquín Alarcón González – Marta Argüelles Sangro – María Socorro Arroyo – Juan Carlos Atroche – Asunción Bau Forn – Francisco Bertrán Hernández – Teresa Blanco del Piñal – Nicolás Blanco Muelas – Carmen Bonilla – Rosa Elvira Caamaño – Tomi    Caballero Sánchez – Alfonso Calle – Martina Cantero – Manuela Carcelén – Ataúlfo Casado Bustarviejo – Lola Catalá –  M. Ángeles Conesa Artés (G. Artés) – Pilar Cortés  – José Manuel Chamorro – Carmen de la Calle Llurba – José Antonio de la Peña – Paz Díaz de Espada – Higinio Díaz-Marta (Gini) – Emilia Díaz Rull – Sopetrán Doménech – José Domínguez – Rocío Domíguez Perals – Carmen Durán – José Luis Fiol Valero – M. Esther Flórez Fuentes – Mariano Galán – Victoria Gándara – Fernando García de Juan – Ángeles García-Quismondo – Carmen García Mesas (Naná Mesas) – Manuel Gascón – Raúl Gil Rodríguez – Rafael Gómez Mena (Mena) – Martha Lucila Gómez Serrano – Eva González Morán – Sergio González Riveiro – Lydia Gordillo – Víctor Gosálvez – Dorothee Heiden – Felipe Hodgson Ravina – Victoria Jáimez – Sonsoles Jiménez – Fidel Latiesas – Enrique López Sardón – Luis López Terciado – Paulino Lorenzo Tardón – María R. Maluenda –  Carmen Marcos – José Luis Martín de Blas – Emilio Martínez Sánchez – Christian Mera – Isabel Monfort Siso – David Montes Alonso – Antonio Municio – Concha Muñoz – Pedro Muñoz Mendoza – Julio Nuez – Beatriz Olabarría del Corral – José Luis Ortega Flórez de Uría (José Luis Flórez de Uría) – Enrique Pedrero Muñoz – José María Pedrosa – Luis Pereira – Juan Fco. Pérez Somalo – Nieves Pezzi – Paloma Ramírez Montesinos – Pura Ramos Calderón – Marcelo Daniel Rodríguez (Daniel Rod) – Milagros Rodríguez Bautista – Cristóbal Rodríguez Leiva (Cristóbal Leiva) – Avelina Sánchez-Carpio – Antonio Segovia – Jorge Andrés Segovia – Esdras Serna Pichat – Pilar Silva Mora (Pilar Quirós) –  Miguel Sokolowski – Emilio Sotomayor – Arturo Tejero Esteban – Antonio Téllez de Peralta – Austión Tirado – Mª Rosa Tortajada Perrote – Ana Undurraga – Pilar Vich – Jorge Rodríguez Fernández (Jorge Yunta).

 

En esta misma web en la pestaña “Certámenes y Premios”, subpestaña “Certamen de Pequeño Formato”, puede consultarse el catálogo digital de la muestra realizado para la ocasión.

XXXVII Certamen de Pequeño Formato

Del 15 de noviembre al 13 de diciembre de 2018

Inauguración: martes 20 de noviembre, 19 h.

Sala de Exposiciones

Centro Cultural Moncloa

Junta Municipal de Moncloa-Aravaca

Plaza Moncloa, 1

28008 Madrid

Horario de visitas L a V: de 11 a 14 h. y de 17 a 20’30 h.

Metro: Moncloa (líneas 3, 6)

Bus: 1, 44, C2, 82, 132, 138, 160, 162, C1, 161, 83, 133, A, G, 46, 16, 61

 

 

 

 

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