Presentado el AÑO BENLLIURE 2022 en Madrid

Con motivo de la conmemoración del 75º aniversario del fallecimiento del escultor

En la sede de la Asociación Española de Pintores y Escultores, de la que fue Socio Fundador

 

El 22 de septiembre de 2022 tuvo lugar en la sede de la AEPE, el acto de presentación del AÑO BENLLIURE en Madrid que la localidad de Crevillente está llevando a cabo con motivo de la conmemoración del 75 aniversario del fallecimiento del escultor.

La mesa presidencial la formaban Mª Dolores Barreda Pérez, José Antonio Macía, Jorge Alarte, José Gabriel Astudillo López, José Manuel Penalva Casanova y José Fernández Sánchez

 

El acto contó con una amplia representación política e institucional, ya que al mismo asistieron José Fernández Sánchez, Concejal de la Junta de Centro, en representación del Alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, de Jorge Alarte Gorbe, Director General de Relaciones con las Comunidades Autónomas y Representación Institucional de la Presidencia de la Generalidad Valenciana, de Joan Baldoví, Diputado Nacional de Compromís, el Alcalde de Crevillente, José Manuel Penalva Casanova, el Presidente de la Federación de Cofradías y Hermandades de Semana Santa de Crevillente, José Antonio Maciá Ruiz, el Primer Teniente de Alcalde, Manuel Penalva Alarcón, el Concejal de Cultura, Jesús Ruiz Morcillo, la Concejala de Medio Ambiente, Estefanía Salinas Peral, Antonio Asensio Alfonso, Secretario de la Federación de Cofradías y Hermandades de Semana Santa de Crevillent, el Director General de Patrimonio Cultural del Ayuntamiento de Madrid, en representación de la Concejala de Cultura Andrea Levy, Luis Lafuente, el Consejero Técnico del Director General de Patrimonio Cultural del Área de Gobierno de Cultura, Turismo y Deporte, Fernando García Rubio, el Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, José Gabriel Astudillo, la Secretaria General, Mª Dolores Barreda Pérez y algunos miembros de la Junta Directiva de la AEPE, como Juan Manuel López Reina, Alicia Sánchez Carmona, Antonio Téllez de Peralta, Paloma Casado López, Carmen Bonilla Carrasco, Ana Martínez y Jesús Alcolea.

Los miembros de la Junta Directiva de la AEPE que estuvieron presentes en el acto; de izquierda a derecha: Carmen Bonilla Carrasco, Antonio Téllez de Peralta, Paloma Casado, Ana Martínez, Alicia Sánchez Carmona, Jesús Alcolea y Juan Manuel López Reina 

 

Además, amigos, socios y artistas como Dolores Chamero, Directora de la Casa de Vacas, Miguel Ángel Codina, de la Fundición Codina, Salvador Amaya, Mapi Gutiérrez, Pedro Quesada, Javier de Mota, Ramón Chaparro, Lola Santos y un largo etcétera que llenaron la sala y crearon un ambiente de cálida acogida.

 

De izquierda a derecha: Mª Dolores Barreda Pérez, José Antonio Macía, Jorge Alarte, José Gabriel Astudillo López, José Manuel Penalva Casanova y José Fernández Sánchez

 

La presentación del acto corrió a cargo de Mª Dolores Barreda Pérez, Secretaria General de la Asociación Española de Pintores y Escultores, quien dio la bienvenida a los asistentes y el turno de palabra para las distintas intervenciones que sobre la figura del genial artista valenciano, se realizaron.

El acto comenzó con unas palabras de José Fernández Sánchez, que en nombre del alcalde, José Luis Martínez Almeida, y de todos los madrileños, reconoció en la figura de Benlliure un referente internacional de la escultura y recordó que “Madrid es una ciudad, cuyo paisaje urbano no se entiende sin Benlliure. Una ciudad en la que el escultor y pintor fallecería hace 75 años en su casa estudio de la calle de José Abascal, y que ha visto enriquecido su ornato monumental, con numerosas obras del escultor a lo largo de calles, parques históricos y plazas. Todas esas obras -desde el icónico conjunto arquitectónico y escultórico de Alfonso XII, hasta la del teniente Ruiz en la plaza del Rey- son claves para entender la fisonomía de Madrid de finales del siglo XIX y principios del XX.  Por ello, aprovechando esta conmemoración, el Ayuntamiento de Madrid está llevando a cabo un exhaustivo programa de limpieza y restauración de los monumentos de titularidad municipal obra de Benlliure”, al tiempo que repasaba algunas de las actuaciones llevadas a cabo por el Ayuntamiento de Madrid para conmemorar el 75 aniversario de su fallecimiento.

José Fernández Sánchez en un momento de su intervención

 

Tras estas palabras, el Alcalde de Crevillente le hizo entrega de una Medalla conmemorativa con motivo del 75 aniversario, obra de José Gabriel Astudillo, a la que Fernández correspondió con el agradecimiento de la ciudad de Madrid.

José Fernández Sánchez, Concejal de la Junta de Centro, en representación del Alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, recoge la Medalla conmemorativa del 75 aniversario del fallecimiento de Mariano Benlliure, de manos del Alcalde de Crevillente, José Manuel Penalva

 

También el regidor hizo entrega de la Medalla conmemorativa al Diputado Joan Baldoví, quien agradeció esta muestra de cariño hacia un valenciano universal y manifestó su apoyo incondicional a reconocimientos como el que se estaba realizando en el acto, a la vez que quiso reconocer la labor de la Asociación Española de Pintores y Escultores como depositaria de un legado artístico tan impresionante.

Joan Baldoví, Diputado nacional, recoge la Medalla conmemorativa del 75 aniversario del fallecimiento de Mariano Benlliure, de manos del Alcalde de Crevillente, José Manuel Penalva

 

Instantes después, Jorge Alarte Gorbe, Director General de Relaciones con las Comunidades Autónomas y Representación Institucional de la Presidencia de la Generalidad Valenciana, se dirigió a los asistentes para poner de relieve el apoyo institucional que el gobierno valenciano ha querido dar al AÑO BENLLIURE, adelantando en primicia que en breves fechas, se anunciará la adquisición de la importante colección Lladró que la Generalidad está ultimando, con todo lo que ello supone para Valencia y para el mundo del arte, al ser una actuación que va a incluir interesantes y desconocidas piezas de Mariano Benlliure.

Jorge Alarte Gorbe, Director General de Relaciones con las Comunidades Autónomas y Representación Institucional de la Presidencia de la Generalidad Valenciana, en un momento de su intervención

 

Instantes después, José Manuel Penalva le hizo entrega también de la Medalla conmemorativa, que el representante del gobierno valenciano agradeció sinceramente.

Jorge Alarte recoge la Medalla conmemorativa del 75 aniversario del fallecimiento de Mariano Benlliure, de manos del Alcalde de Crevillente, José Manuel Penalva

 

Con la reproducción de un vídeo sobre la figura del escultor y la conmemoración del AÑO BENLLIURE que ha realizado el Ayuntamiento de Crevillente, continuó el acto.

Tras el visionado del mismo, Mª Dolores Barreda Pérez, presentó la figura de Benlliure en unas palabras que reproducimos íntegramente.

Queridos amigos:

Hoy podemos afirmar que Mariano Benlliure vuelve a su casa.

Vuelve a esta casa común, como le gusta decir a nuestro Presidente, a la casa de los pintores y escultores, a la casa de los artistas de España.

Vuelve para presentar en Madrid las actividades que en torno a esta celebración han organizado los más íntimos y legítimos depositarios de su legado, en una localidad que atesora su herencia, la custodia y la venera, y le imprime ese sol y esa luz que sólo los artistas valencianos han conseguido mostrar al mundo.

Estoy hablando de Crevillente.

Crevillente tiene mucho que ver con nuestra Asociación Española de Pintores y Escultores. Pese a la distancia, pese a quien crea que en nada nos atañe, tanto la localidad como nuestra entidad, defienden el origen de todo lo que tiene que ver con Marianet, como le gustaba al escultor que le llamaran sus amigos.

Crevillente custodia una rica colección de obras compuesta por modelos y bocetos en escayola, que luego se utilizaban para realizar las obras en materia definitiva como el mármol, el bronce o la madera. 

Es decir, modelos de suma fragilidad, pero de gran valor, porque representan la primera idea en el proceso creativo del escultor y son por tanto piezas originales de un valor artístico incalculable.

Por su parte, la Asociación Española de Pintores y Escultores guarda a su vez la idea original del artista, de la que nacimos hace ya 112 años.

Y es que en 1904, Mariano Benlliure, en el  transcurso de un banquete celebrado en el Retiro en honor de los artistas premiados en la Exposición Nacional de ese año, propuso ya la “formación de una Sociedad de Pintores y Escultores Españoles, aún residentes en el extranjero, con objeto de defender sus intereses materiales y artísticos,… fomentar todas las manifestaciones del Arte por medio de Exposiciones en España y en el extranjero, crear una Caja de socorros y pensiones…y la instalación de un salón permanente donde los individuos que perteneciera a la Asociación pudiesen exponer sus obras, dando así mayores facilidades al público y a los artistas para la venta”.

Estas y otras ideas expuestas entonces fueron acogidas por todos los presentes y los ausentes cuando las conocieron, con unánime aplauso.

Pero Mariano Benlliure no volvió a acordarse de ello y la idea quedó sumida en el olvido.

Sería una buena idea, porque si no, no estaríamos hoy aquí y no seríamos tan necesarios, creo incluso que hoy más que nunca, en España.

Como veis, compartimos así ser el germen y el principio de las ideas y de las obras de Mariano Benlliure. Una coalición asombrosa y única que escasas veces se da en el mundo del arte.

De Mariano Benlliure se puede decir todo, lo cual nos llevaría días, semanas, meses… y se puede decir nada, sólo contemplando una de sus obras. Lo cierto es que de Marianet se ha dicho ya casi todo.

Benlliure, Sorolla fueron los iniciadores de la pintura y la escultura moderna en España. Ambos tuvieron mucho que ver con esta casa, con la AEPE. Benlliure, como germen inicial de una idea que sobrevive 112 años después. Sorolla como segundo Presidente de esta casa. Los dos, que aunque viviendo y trabajando en el extranjero, mostrando al mundo de lo que era capaz el arte en España, se esforzaron y lucharon por dignificar la profesión y el reconocimiento del arte español en el mundo.

Mariano Benlliure fue un artista completo, un escultor excepcional con un virtuosismo y capacidad de trabajo admirables, un trabajo en todo tipo de materiales, un innovador en la reformulación de nuevos formatos, inventando fórmulas inéditas, composiciones únicas con novedosas visiones monumentales, alardes técnicos en el mármol, matizadas ceras en el bronce, de excepcional calidad en las pátinas, medallas de estilo inigualable y personal, detalles en obras de cerámica, de menaje y utensilios domésticos, en vidrieras maravillosas de complejidad simbólica y trascendencia ornamental sublime, con una riqueza expresiva sencilla, que no fácil, no confundir…

Obras que llegaron al mundo, a todos los rincones de España que hoy se enorgullecen de tener una obra de este inmortal artista, en Madrid, una ciudad que es un gran museo de escultura al aire libre, en EEUU, en Nueva York, en Cuba, Perú, Buenos Aires, Panamá, Italia, Alemania, Austria…

Su faceta de pintor, poco desarrollada profesionalmente, quizás menos conocida también, está presente en toda su obra preparatoria a través de dibujos y bocetos, pero también con retratos y cuadros en los que  Mediante el juego del claroscuro y un modelado pictoricista imprimía a sus obras cualidades casi táctiles, fuertemente expresivas. Prestaba igual atención al detalle, que ejecutaba con gran soltura y un virtuosismo alejado de todo manierismo, como al equilibrio armónico de sus composiciones.

Mariano Benlliure recibió en vida premios y distinciones, todos los honores imaginables, era popular, conocido, mediático, hoy diríamos que un gran influencer del arte… aún sin pretenderlo. Era admirado y envidiado por igual. Denostado por quienes mezclan arte con política sin entender que el arte es vida y que algunos como él, privilegiados, pueden vivir y comer de sus creaciones más allá del régimen político en el que se encuentren.

Era auténtico, único, uno de los escultores españoles más prolíficos y versátiles, más reconocidos mundialmente.

De su vida, nos queda un ejemplo y lección de cordialidad, la obligación histórica y el tributo de gratitud al legado vital y glorioso que merece, la revalorización de su obra y de su personalidad que con la declaración del AÑO BENLLIURE se quiere conseguir.

Un honor para la Asociación Española de Pintores y Escultores, un honor para Valencia, un honor para Crevillente, un honor para toda España y para el mundo que hoy tenemos la suerte de presentar en la que fuera también su casa.

Muchas gracias”.

Mª Dolores Barreda Pérez, Secretaria General de la Asociación Española de Pintores y Escultores, Secretaria Perpetua de la AEPE, en un momento de su intervención

 

Después, como artista también, como escultor, como Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, José Gabriel Astudillo recordó la especial relación de Mariano Benlliure con esta centenaria entidad. Reproducimos también su discurso.

Buenas tardes a todos

Representante de la Generalidad Valenciana, Alcalde, Presidente, Secretaria general, miembros de la Junta, socios, amigos.

Preside esta sala una escultura de Mariano Benlliure perteneciente al fondo patrimonial de esta entidad nacida hace ahora 112 años, pero gestada en la cabeza de Benlliure hace en realidad 118 años.

Mariano Benlliure y Gil, está ligado a nuestra institución desde hace ciento doce años.

Como muy bien ha mencionado nuestra “Secretaria Perpetua”, la fundación de la Asociación de Pintores y Escultores se fraguó según una idea original de Mariano Benlliure y Gil. Idea brillante que a pesar de necesaria, no pudo retomarse hasta 1910, en que Eduardo Chicharro, Miguel Blay y Cecilio Plá, y aquí volvemos otra vez a encontrarnos con Valencia y su luz y sus creadores, sintieron una apremiante necesidad de unir a todos los artistas de España para constituir una fuerza, para prestarse mutualidad y recíproco apoyo, y así se formó una Junta Organizadora que convocó a  los pintores y escultores españoles y logró reunirlos en el gran salón de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

Fruto de aquella reunión, más de 180 artistas de primera fila del arte español, así como otros muchos anónimos que más tarde fueron, y son aún maestros del arte de España, nació la Asociación de Pintores y Escultores.

Mariano Benlliure y Gil se convirtió en el Socio Fundador número 47; mientras que José Benlliure Ortiz fue Socio Fundador número 116, al igual que José y Juan Antonio Benlliure y Gil.

La base sobre la que Mariano Benlliure pedía una “regeneración del artista y el resurgimiento del arte, tan abandonado en nuestra patria de los poderes públicos”, como vemos, un mensaje de plena actualidad, quedó así plasmada el 15 de abril de 1910, curiosamente, el mismo día en que ahora se celebra el Día Mundial del Arte, proclamado por la UNESCO, en la fecha elegida en honor al nacimiento de Leonardo da Vinci, símbolo mundial de paz, libertad de expresión, tolerancia, fraternidad y multiculturalismo.

Mariano Benlliure estuvo presente, contribuyó y fue historia viva de los más importantes acontecimientos que han tenido lugar en esta Asociación de Pintores y Escultores. Fue compañero, amigo, jurado, participante y autoridad en las convocatorias de la entidad a las que siempre acudió fiel y constante, con alegría y juicio.

Además de Socio Fundador, fue Vocal de la Junta Directiva de la Asociación de Pintores y Escultores en 1914, participando activamente en las actividades programadas.

Para el Festival Benéfico que realizó la entidad en 1915, y que contó con la asistencia de los Reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia, donó obra para ser subastada, y encabezó la lista para la suscripción que partiendo de nuestra institución, pretendió salvar de la venta la obra “La Adoración de los Reyes”, de Van Der Goes, con 1.000 pesetas de la época.

En 1918 se le nombró Presidente del I Congreso Nacional de Bellas Artes que organizó la Asociación de Pintores y Escultores, en el paraninfo de la Universidad Central de Madrid, que bajo el Patronato del Rey, contó con la representación de todos los organismos artísticos y centros de enseñanza, así como la Escuela de Artes Gráficas, Artes y Oficios, el Museo de Arte Nacional y Moderno, Artes Industriales, Ateneo, Colegio de Arquitectos, Círculo de Bellas Artes, Real Conservatorio y Sociedad Española de Amigos del Arte.

En el homenaje que nuestra institución brindó a Juan Espina y Capo, el creador del Salón de Otoño que este mismo año llega a su edición número 89, convirtiéndose en el certamen artístico más antiguo y prestigioso de los que se convocan en España, Mariano Benlliure modeló y pagó de su bolsillo una Medalla conmemorativa que se le entregó en el transcurso de un banquete celebrado en su honor.

Fue miembro de los Jurados de los certámenes organizados por la entidad, así como de otro tipo de convocatorias, como ser miembro del Comité organizador de la Exposición Internacional de Grabado de Florencia, en 1926, en la que participó activamente la Asociación de Pintores y Escultores, o del Comité para Exposiciones en Europa, en 1928.

En el homenaje que le rindió la Casa de Valencia en 1944, y en el que colaboró para su organización esta Asociación de Pintores y Escultores, contó con la representación del escultor murciano José Planes Peñalver.

Mariano Benlliure participó en más de once ediciones del Salón de Otoño, las de 1920, 1921, 1924, 1927, 1931, 1932, 1933, mayo 1935, 1935, 1942 y 1943.

Se le nombró Socio de Honor del Salón de Otoño en 1924 y en el de 1945, se le otorgó una Sala Homenaje en la que expuso 17 obras.

En 2017, la Junta Directiva de la AEPE por unanimidad aprobó la propuesta que yo mismo presenté bajo el título de “La plenitud de los nombres”, en donde se acordaba la reorganización de los premios y galardones que otorgaba la institución en los distintos certámenes y concursos habituales, con el ánimo de honrar la memoria de los fundadores de la AEPE, instituyéndose para el Salón de Otoño la Medalla de Escultura Mariano Benlliure y Gil.

De esta forma, se hacía honor a algunos de los grandes maestros del arte y se saldaba una deuda de eterna gratitud a quienes sembraron la semilla de la unión de los artistas, en una maravillosa casa que aún hoy en día sigue en pie y luchando por el arte en España.

Mariano Benlliure fue el libertador de la escultura española. Dominando todos los materiales, géneros y técnicas, llevó el nombre del arte de España por todo el mundo. Y la Asociación Española de Pintores y Escultores tuvo el honor de tenerle entre sus más preclaros miembros.

El pasado mes de enero, la Junta Directiva en pleno de esta Asociación Española de Pintores y Escultores, votó unánimemente a favor de la adhesión de nuestra entidad al AÑO BENLLIURE promovido por el Ayuntamiento de Crevillente y por la Federación de Cofradías y Hermandades de Semana Santa de Crevillente, con el privilegio que para todos los miembros de nuestra institución supone sumarse a esta magnífica celebración.

Hoy que ya es realidad el tributo, queremos expresar nuestra más sincera enhorabuena por su contribución, nuestra gratitud por el recuerdo a quien fuera uno de nuestros fundadores y nuestro orgullo por saber que existen aún ciudades en España, como es el caso de Crevillente, en donde se honra la memoria de los maestros del arte con mayúsculas.

Muchas gracias”.

 

José Gabriel Astudillo López, Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, en un momento de su intervención

 

Tras las palabras del Presidente, Mª Dolores Barreda recordó a los presentes que Crevillente tiene la suerte de contar con el Museo Mariano Benlliure y además, con una Semana Santa declarada de interés turístico internacional, que cuenta con maravillosos pasos procesionales salidos de la mano de Mariano Benlliure.

De esta forma, la Federación de Cofradías y Hermandades de Semana Santa de Crevillente se ha volcado también con el AÑO BENLLIURE, y así lo presentó el Presidente de la Federación de Cofradías y Hermandades de Semana Santa de Crevillente, José Antonio Maciá Ruiz.

Maciá recordó los actos que Crevillente ha programado bajo el lema de “Las infinitas formas en el alma”, que se iniciaron con la declaración del Ayuntamiento de Crevillente del “Año Mariano Benlliure”, a la que se sumó la Generalidad Valenciana con un Decreto en el que se declaraba el año 2022 como el AÑO BENLLIURE.

Se han realizado múltiples actividades como el Concurso Internacional de fotografía que este año tenía como temática la Imaginería Procesional de Mariano Benlliure. La presentación en FITUR del 75 aniversario, que resultó todo un éxito, así como el Certamen Internacional Literario de investigación y ensayo que tenía del escultor como eje central.

Además, un Certamen Internacional de Escultura bajo el lema “Memoria y tiempo”, la Exposición fotográfica itinerante Mariano Benlliure, que ha podido verse en la Sala Exposiciones del Palacio de la Diputación de Alicante, la realización de un Medallón conmemorativo del 75 aniversario, obra del escultor José Gabriel Astudillo López, las Tallas sobre peana de recuerdo de Artmiralles, la Exposición Fotográfica Crevillente en tiempos de Benlliure, el Concierto Sinfónico extraordinario que la Orquesta de la Diputación de Alicante llevó a cabo el pasado mes de abril, la Noche modernista que el Museo Municipal Mariano Belliure desarrolló, con una recreación ambientada en la vida de la época modernista de finales del siglo XIX y principios del XX, periodo en el que vivió Mariano Benlliure, con personajes caracterizados.

En el mes de junio tuvo lugar la presentación del AÑO BENLLIURE en Valencia, en el Museo de la Ciudad, y se emprendieron otro tipo de acciones como el sello de la Sociedad Filatélica dedicado al aniversario y la realización de un vídeo cuyo protagonista es el escultor.

A partir de estos momentos, con la presentación en Madrid del AÑO BENLLIURE, se inician otro tipo de actividades como la presentación de un cómic sobre el escultor, la exposición Monumentos funerarios, basada en esta faceta artística de Benlliure, y habrá también conferencias, otros actos incluidos en el III Congreso Internacional de Escultura Religiosa, que contará con una Mesa Benlliure, la Exposición fotográfica de obras del artista en la Cripta de Nuestra Señora de Belén, y la Exposición “Los Benlliure’s”, donde se exhibirán tronos e imágenes del escultor realizadas expresamente para Crevillente.

En noviembre, en el Cementerio de El Canbanyal, se llevará a cabo un sentido homenaje ante la tumba de Mariano Benlliure, y otra exposición de los dibujos del artista que incluye bocetos y carboncillos, estudios previos a las esculturas. En los colegios de Crevillente se llevará a cabo también el Certamen literario, de dibujo e instagram en un marathón escolar que tendrá como figura central a Mariano Benlliure.

La exposición Los Rostros de Benlliure sacará del almacén del Museo de Mariano Benlliure, piezas que pocas veces se muestran, dando la oportunidad de poder verlas tras muchos años en la oscuridad.

La Exposición fotográfica itinerante viajará en noviembre hasta Alicante y después a Cartagena, cuando se lleve a cabo un concierto coral, otra conferencia que impartirá el director de la Casa-Museo Benlliure de Valencia, mientras que en Santa Pola tendrá lugar un Estudio Conceptual de una obra de Mariano Benlliure.

El año se cerrará con un acto institucional en el Ayuntamiento de Crevillente, que colocará ante la fachada del Museo una escultura del artista, obra de Mapi Gutiérrez Sáinz, además de una lápida homenaje en el 75 aniversario, cerrando un año repleto de actividad que quedará recogido en la Revista resumen del conjunto de actos realizados y que se alargará hasta la presentación en 2023, del libro que sobre las mujeres coetáneas de Mariano Benlliure, miembros de la Asociación Española de Pintores y Escultores”.

José Antonio Maciá Ruiz, Presidente de la Federación de Cofradías y Hermandades de Semana Santa de Crevillente, en un momento de su intervención

 

Tras el repaso a las actividades realizado por José Antonio Maciá, tomó la palabra el Alcalde

Presidente del Ayuntamiento de Crevillente, José Manuel Penalva Casanova, quien glosó la importancia del escultor para la localidad. Pero antes de nada, quiso manifestar que la organización y el programa de actividades han partido de la Federación de Cofradías y Hermandades de Semana Santa de Crevillente, agradeciendo a José Antonio Maciá especialmente, su implicación y buen hacer en el desarrollo de todo lo relativo al acontecimiento.

Como advirtió el Alcalde, es una programación a la altura de una celebración tan importante.

José Manuel Penalva Casanova, Alcalde Presidente del Ayuntamiento de Crevillente, durante su intervención

 

Tras las palabras del Alcalde, Mª Dolores Barreda Pérez recordó que la ciudad de Madrid es el gran museo de escultura al aire libre y tiene la suerte de atesorar 13 monumentos públicos y 9 funerarios (3 de ellos desparecidos) de Mariano Benlliure. “Madrid se ha sumado también a la celebración de este AÑO BENLLIURE, y aunque ha olvidado a dos actores fundamentales alrededor de la vida y obra de Benlliure como son la localidad de Crevillente y la Asociación Española de Pintores y Escultores, estamos convencidos de que Marianet, que sigue esculpiendo desde el cielo las hermosas nubes que adornan los cielos de Valencia y de Madrid, sabrá perdonarlo y no tenerlo jamás en cuenta”.

Tras estas palabras, el Alcalde de Crevillente, hizo entrega de la Medalla conmemorativa del 75 aniversario del fallecimiento de Mariano Benlliure al Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, José Gabriel Astudillo, autor a su vez de dicha obra, quien destacó que “recibo la medalla en nombre de todos los que admiramos a Benlliure. Para mí ha sido muy importante hacer frente a este encargo por muy diversos motivos. El primero de ellos, mi cariño hacia un maestro como Benlliure. El segundo, la gratitud hacia una localidad que sabe estar a la altura que supone custodiar la obra de un genio del arte. Y sobre todo, la responsabilidad de dejar y velar por un legado tan magnífico como el que supone su obra, viva a día de hoy no solo en el Museo que lleva su  nombre, sino en los pasos procesionales que cada año protagonizan su semana santa, haciendo vivo su legado, manteniendo vivo su recuerdo, reviviendo su genialidad y homenajeando toda una vida dedicada al arte. Muchas gracias a todos por compartir este acto en Madrid y por vuestra admiración hacia el gran maestro de la escultura española”.

José Manuel Penalva Casanova, Alcalde Presidente del Ayuntamiento de Crevillente, hace entrega de la Medalla conmemorativa del 75 aniversario del fallecimiento de Mariano Benlliure a José Gabriel Astudillo López 

 

También se entregó una Medalla conmemorativa a Mª Dolores Barreda Pérez, Secretaria General y Secretaria Perpetua de la AEPE, por su apoyo y difusión del AÑO BENLLIURE.

Mª Dolores Barreda Pérez, Secretaria General y Secretaria Perpetua de la AEPE, recoge la Medalla conmemorativa del 75 aniversario del fallecimiento de Mariano Benlliure de manos de José Manuel Penalva Casanova, Alcalde Presidente del Ayuntamiento de Crevillente

 

Medalla conmemorativa del 75 aniversario del fallecimiento de Mariano Benlliure obra de José Gabriel Astudillo López

 

Por su parte, el Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, José Gabriel Astudillo, entregó distintas Medallas de la AEPE al Alcalde de Crevillente, José Manuel Penalva, a José Antonio Maciá, Federación de Cofradías y Hermandades de Semana Santa de Crevillente y al Museo Benlliure, como agradecimiento a la conservación, relevancia y fortalecimiento de la figura de uno de los mejores escultores que ha tenido España.

El Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, José Gabriel Astudillo, entrega la Medalla de la AEPE al Alcalde de Crevillente, José Manuel Penalva

 

El Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, José Gabriel Astudillo, entrega la Medalla de la AEPE a José Antonio Maciá, Presidente de la Federación de Cofradías y Hermandades de Semana Santa de Crevillente 

 

El Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, José Gabriel Astudillo, entrega la Medalla de la AEPE al Director del Museo de la Semana Santa de Crevillente

 

Las Medallas de la Asociación Española de Pintores y Escultores que José Gabriel Astudillo entregó a Crevillente con motivo del AÑO BENLLIURE

 

Agradeciendo la asistencia de cuantos se encontraban en el acto, éste dio fin con una foto de familia de algunos de los presentes.

 

 

Recordando… Álvaro Alcalá Galiano y Vildósola

Por Mª Dolores Barreda Pérez

 

Álvaro Alcalá Galiano y Vildósola

 

Continuando con la saga de artistas que estamos recogiendo a lo largo de estos meses, hoy recordamos a uno de nuestros más ilustres socios. Recuperamos así su memoria, para que no duerma en el olvido.

 

Álvaro Alcalá Galiano y Vildósola

 

 

ALCALA‑GALIANO VILDOSOLA, Alvaro        P            1910 (F)        21.may.1873   BILBAO         MADRID/BILBAO     PARACUELLOS 27.nov.1936

Conde del Real Aprecio

 

Socio Fundador de la Asociación de Pintores y Escultores

Vicepresidente de la AEPE

Presidente de la AEPE

Socio de Honor

 

Jesús Ygnacio Dionisio Álvaro María de la Santísima Trinidad Alcalá Galiano y Vildósola nació en Bilbao, el 21 de mayo de 1873.

Era hijo único de Mercedes Vildósola y Coste, natural de Bilbao, y de Jesús Alcalá-Galiano Eguía, hijo a su vez del Barón de Bellera, Dionisio Salvador Alcalá-Galiano Bermúdez, el famoso marino de la Batalla de Trafalgar al que nohay que confundir con el político.

Tampoco hay que confundir a Álvaro Alcalá Galiano Osma, el literato y escritor, con su primo, el pintor Álvaro Alcalá Galiano que es el que nos ocupa.

Nacido en el seno de una familia aristocrática, ostentó el título de Conde del Real Aprecio, el de Mayordomo de Semana del Rey Alfonso XIII y el de Maestrante de la Real Maestranza de Caballería de Zaragoza.

 

 

En la localidad francesa de Ciboure, de donde era su abuela materna, Matilde Privat de Coste, pasó largas temporadas en su niñez, donde le gustaba pintar paisajes y en donde el entonces director de la Escuela de Bellas Artes de París, M. Gervex, le propuso trasladarse a la capital francesa para formarse junto al maestro M. Bonat.

Por esos mundos. 1903

 

Rechazada la propuesta por sus padres, su juventud transcurrió en Bilbao, donde recibió clases de su primer maestro, Adolfo Guiard, el introductor del impresionismo en el País Vasco, que tras pasar por Barcelona y París se estableció en Bilbao, abriendo un taller en la calle Correo, 23.

El progreso en sus estudios artísticos hace que su familia decida que los amplíe en Madrid, comenzando su formación como discípulo de Jiménez Aranda primero, cuando el artista contaba con 18 años de edad, aprendiendo el vigor y la escrupulosidad del dibujo, y posteriormente bajo la tutela de Joaquín Sorolla, quien fuera Presidente de la Asociación de Pintores y Escultores, destacando como uno de sus más notables alumnos. Con Sorolla descubrió el color impetuoso, se enamoró del aire libre y la factura amplia.

Así pasó de la enseñanza de un gran dibujante a la de un gran colorista, uniendo de forma fiel  y equilibrada ambas, buscando para sus obras problemas de dibujo y de color, armonías de líneas y de tonos.

 

Autorretrato

 

Entre dos maestros, Alcalá Galiano supo demostrar su personalidad independiente de las naturales influencias y empezó a pintar con independencia de criterio.

Colaboró en las páginas del diario ABC y de Blanco y Negro, con dibujos muy del gusto de la época, en un medio en el que se sentía muy a gusto, puesto que siempre se declaró profundamente monárquico y de derechas, lo que le costaría la vida.

Centrado en escenas costumbristas o de género, no descuida la construcción de las formas por atender a los cambiantes efectos de la luz, ni abandona éstos para ocuparse solamente de aquella.

 

Aldeano

Viejo bretón

Muchacha

La carta

 

Viajó por multitud de países en los que visitó museos y pinacotecas “para estudiar la técnica de cada autor, comparando estilos, procedimientos, manías, todo lo que entra en la compleja personalidad de un artista, todo lo que él lleva al lienzo”… Así lo destacaba La Correspondencia de España en 1903, cuando informaba a los lectores de cómo los periódicos franceses, tan parcos de elogios con los artistas extranjeros, aireaban por esos días el nombre de un magnífico pintor: Álvaro Alcalá Galiano.

 

El maestro en su estudio trabajando

 

En el artículo, firmado por Manuel Bueno, se asegura que “no es un maestro, pero está en vías de serlo… hay en Alcalá Galiano cierta poesía en la visión de las cosas, que recuerda el temperamento de Puvis y cierta franqueza de procedimiento que quizá haya aprendido de Sorolla… Carezco de títulos para extender credenciales de genio a nadie. No he podido sustraerme, sin embargo, al sano impulso de ponderar lo que vale un artista joven a quien ya cita con calientes elogios la prensa extranjera. Es un compatriota nuestro que honra… un artista destinado a tener extensa nombradía… Alcalá Galiano es un temperamento, es joven, es laborioso y renueva en el trabajo esas consoladoras alegrías que no comprenden todos. Su firma se cotiza ya a buen precio en el mercado. Y sobre todo: hay muchos, yo entre ellos, que creen en él. Y si su fe desmayara, la que nosotros hemos puesto en su talento le conduciría al triunfo definitivo”.

 

Sobre cubierta, puerto de Volendam (Holanda)

 

La primera vez que expuso fue a los veintiún años, en 1894 y en el Salón que el Círculo de Bellas Artes tenía entonces en la calle de la Libertad. Presentó cuatro cuadros, de los cuales fueron objeto de críticas satisfactorias “Tipo vizcaíno” y “Vieja de Mondéjar”.

En la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1897 obtuvo la Tercera Medalla por su obra “El rancho”, igual recompensa que la obtenida en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1899, mientras que en la de 1901, logró la Segunda Medalla.

Alrededor de 1900 viajó por la Bretaña francesa, Holanda y Alemania, ampliando sus estudios y conocimientos y desarrollando su técnica paisajista y mural. Allí pintó con entusiasmo y uno de esos lienzos, el titulado “Sobre cubierta”, ganó la Segunda Medalla de la Exposición Nacional de 1901.

 

Después de la vendimia

 

A partir de estas fechas, sus obras forman parte de grandes exposiciones colectivas repartidas por toda la geografía nacional, como la del Salón Amaré de 1903, junto a nombres como Sorolla, Moreno Carbonero, Muñoz Degrain, Garnelo, Beruete, Pradilla, López Mezquita, la Exposición Anglo latina celebrada en Londres, la Exposición de Pintura Española de Argentina, que celebraba José Pinelo…

En 1902, en su estudio madrileño de la calle Villanueva, hizo una exposición con veinte cuadros que había traído fruto de ese viaje, con pintorescos tipos holandeses y bretones, que mereció buenas reseñas por parte de los críticos, que manifestaron que Alcalá Galiano …”ha sabido conservar el carácter propio de nuestra pintura interpretando un ambiente tan distinto a ella”… o …”que es la fe de vida de un vigoroso temperamento”…

En 1903 participó en la Segunda Exposición de Arte Español celebrada en los salones de Durand-Ruel de París, reseñando la crítica que …”este joven artista, continúa distinguiéndose por la sinceridad de su arte… pinta sin contorsiones, sin esfuerzos, sin incoherencias; el esfuerzo, la incoherencia queda para el taller en donde trabaja lleno de fe y con ardiente entusiasmo. Su espíritu se abre a las sanas influencias de la pintura moderna, en la que estudia lo que hay de sólido y fundamental, sin olvidar nunca lo que se debe a la vieja escuela española”…

 

Limpiando sardinas

 

 

Distintas imágenes e ilustraciones de semanarios, revistas y diarios con dibujos del artista

 

En 1905 su estudio estaba situado en la calle Sacramento de Madrid, donde el artista presentó las dos obras que había realizado para la Diputación de Vizcaya. Composiciones decorativas que fueron merecedoras de un generalizado aplauso entre la crítica y los propios artistas, al considerarlas dos composiciones de …”valentía de las líneas y riqueza de tonalidades, vibrante de luces, animación y alegría… por las que recibió muchas y muy merecidas felicitaciones”…

 

El rapto

 

Alentado por sus recientes éxitos, el artista regresó a Bretaña y Holanda, surgiendo ahí las primeras obras importantes y valiosas, las más conocidas y celebradas: “Lavanderas bretonas”, “Viejos marinos holandeses”, “Las barcas del heno” y “La fiesta del mar”, que expuso en el Salón de París de 1910 y con la que obtuvo la Tercera Medalla.

Ese mismo año, logró la Segunda Medalla en la Exposición Universal de Buenos Aires.

En 1916 consigue el Gran Premio de Honor de la Exposición Internacional de Panamá y no será hasta 1920, cuando logra la ansiada Primera Medalla de la Exposición Nacional de Bellas Artes, por el lienzo titulado “La senda”, que se encuentra en el Museo del Prado de Madrid.

El 23 de febrero de 1908, en el Palacio Chávarri de Bilbao, el artista contrajo matrimonio con María Isabel Chávarri Aldecoa, hija del acaudalado empresario y político Benigno Chávarri, Marqués del mismo título, con quien tuvo tres hijos: Alfonso, Alberto e Isabel.

 

LA CONVERSACION

Imagen del Calendario de la Unión Española de Explosivos de 1923

 

En la década de los años veinte, Alcalá Galiano centró su atención en la decoración, pintando un techo y un friso destinado a la mansión madrileña de Tomás Allende, donde hizo cinco paneles para la capilla, representando la llegada de San Carlos Borroneo a Milán y otros episodios de la vida del santo.

Concluida la obra, Alcalá Galiano emprendió la realización de los techos del Palacio de Justicia de Madrid, hoy sede del Tribunal Supremo, surgido de la reforma del antiguo monasterio de la Visitación de la Bienaventurada Virgen María, más conocido como las Salesas Reales, que en 1915 había sufrido un pavoroso incendio.

Pintó allí seis techos, dos de grandes dimensiones, con distintas composiciones alegóricas de las leyes humanas y la Ley Divina, figuras que simbolizan la Verdad, la Riqueza, el Progreso y el Delito.

En ellas, mantuvo el credo realista, bien documentado en cuanto al carácter e indumentaria de los personajes y su agrupación similar a los cuadros de género. Pintados al óleo, sin estilizar la línea, sin descuidar la perspectiva aérea, sus decoraciones se ven animadas y luminosas, en las que penetra a menudo la luz del sol, repartiendo reflejos y dando a los motivos su máxima vistosidad.

 

Paisaje

 

Realizó también tres paneles históricos en el Ministerio de Marina, que recogen con el dinamismo bélico de las líneas, la poderosa sinfonía de los colores que alcanza, en algunos puntos, intensidad de himno patriótico, como fue definida por la prensa del momento.

Sus figuras simbólicas, tanto del Palacio de Justicia como del Ministerio de la Marina, continúan la tradición insuperable de este género con nubes, escorzos, piernas y brazos desnudos, túnicas flotantes, perfiles griegos, atributos mitológicos…  Las líneas, mórbidas y los colores, pomposos, con fuertes contrastes de sombra y luz.

En 1923 le fue concedida la Cruz del Mérito Naval por sus trabajos en el Ministerio de Marina.

Ese mismo año, fue elegido para ilustrar el famoso calendario de la Unión Española de Explosivos, que se distribuía por toda España.

 

Acantilados

Marina nocturna

Firma autógrafa

 

En 1924 en su estudio, reunió una exposición de marinas de la que se hizo eco la prensa de la época, como en este texto de Concha Espina en el que leemos …”magnífica colección de sus obras, entre las cuales faltan muchas adquiridas por los museos y salones insignes, o viajeras por el mundo… nunca habíamos recibido plenamente la influencia de sus marinas, lienzo que nos acercan a los arenales de nuestro país… cuadros veraces, tan sensibles, donde el refinamiento del colorido, el empuje y la emoción del asunto, adquieren una sublimidad incomparable… no le detienen fatigas ni peligros en los viajes temerarios. Espíritu aventurero de la indómita Vizcaya… nos transmite el sentimiento de la mar con un arte viril y español que no tiene semejanza”…

 

Fotografías de los techos del Palacio de Justicia aparecidas en la Gaceta de Bellas Artes de octubre de 1924

 

En 1928 el gobierno francés nombró Caballero de la Legión de Honor al ilustre pintor, en agradecimiento a las Exposiciones de Arte francés que, siendo Presidente de la Asociación de Pintores y Escultores, organizó en el Palacio del Retiro, tal y como aparece publicado en El Imparcial del 14 de octubre.

A su mano de dibujante se deben las primeras imágenes que se conocen de las pinturas rupestres de la cueva de Santimamiñe, situada en la localidad vizcaína de Cortézubi, en donde se han hallado restos y pinturas rupestres datados en el Paleolítico Superior, y que está considerada como un icono de la cultura vizcaína y su principal yacimiento prehistórico.

 

Bretonas

Pescador

Gitanos conversando

Canal en Bretaña

Paisaje

Pueblo andaluz

 

Álvaro Alcalá Galiano vivió en la Calle Don Ramón de la Cruz, número 15 y en la Calle Almagro, 40 de Madrid.

Amante de las artes y la cultura, fue el impulsor de la creación del Ateneo de Bilbao, del cual fue su primer Presidente.

 

La senda

 

Álvaro Alcalá Galiano y Vildósola se encontraba detenido en noviembre de 1936, en la cárcel de San Antón de Madrid por pertenecer a la organización política de derechas Acción Española, de tendencia abiertamente antimarxista.

Allí se prestaba más atención a los civiles con antecedentes sociopolíticos, sacerdotes y religiosos, y se determinaba si un preso vivía o moría.

El día 27 de noviembre de 1936, la autoridad carcelaria llamó a los presos que aparecían en la lista, uno a uno, y les fue despojando de sus pertenencias. Álvaro Alcalá Galiano fue uno de ellos. Atado por las manos, fue subido a un vehículo de dos pisos de color verde del servicio público de transportes de Madrid.

La expedición fue escoltada hasta la madrileña localidad de Paracuellos del Jarama, por milicianos pertenecientes a las Milicias de Vigilancia de la Retaguardia, que eran quienes integraban los pelotones de fusilamiento junto a los milicianos comunistas adscritos a la checa de la calle Marqués de Riscal.

Así fue cómo el 27 de noviembre de 1936, Álvaro Alcalá Galiano fue fusilado en Paracuellos del Jarama.

En 2006 una exposición en Igorre, donde la familia conserva la casa, reunió un conjunto de cuadros de tema vasco y con personajes y vistas del valle de Arratia, escogidas de colecciones particulares, sobre todo de sus descendientes, y sirvió para preparar otra exposición antológica en Bilbao y Madrid, que nunca se llegaron a celebrar.

Álvaro Alcalá Galiano firmó innumerables artículos a lo largo de su vida, bajo el pseudónimo de Juan de Eguía.

 

Vendedoras de frutas

Veleros

 

Hay obras del artista en multitud de instituciones como en el Ayuntamiento de París, la Diputación Foral de Bilbao, la Casa de Juntas de Gernika, la Colección Fundación MAXAM (Unión Española de Explosivos), Madrid, el Ministerio de Marina, Madrid, el MNBA-Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires, el MNCARS-Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid, el Museo ABC, Madrid, el Museo Arqueológico Nacional, Madrid, el Museo de Bellas Artes de Bilbao, Bilbao, el Museo de Bellas Artes de Santander, Santander, el Museo Nacional del Prado, Madrid o el Museo San Telmo, Donostia-San Sebastián.

Díptico Unidos por el pensamiento

 

Álvaro Alcalá Galiano y la AEPE

Socio Fundador de la Asociación de Pintores y Escultores.

En 1914 es elegido Vicepresidente de la Asociación, cargo que ocupará hasta 1926.

Donó obra para el festival benéfico que organizó la AEPE en 1915.

Perteneció al Comité ejecutivo del I Congreso Nacional de Bellas Artes que convocó la AEPE en 1918 y presentó además una ponencia.

Fue jurado de distintas convocatorias de la institución, en los Salones de Otoño y en Exposiciones Nacionales, como la de 1922, en el Concurso Nacional de Arte decorativo de 1926, en la Bienal de Venecia…

Fue también Vocal representante de la Asociación en la Comisión Técnica para la Exposición de Arte español en la XV Bienal de Venecia.

Tras haber sido Presidente accidental en varias ocasiones, en 1927 es elegido Presidente de la AEPE.

En 1928 formó parte del Comité para la Exposición del arte francés e italiano y del libro alemán.

Fue nombrado Socio de Honor del Salón de Otoño de 1925.

Participó en los Salones de Otoño de 1920, 1921, 1922 y 1925.

Al I Salón de Otoño de 1920 presentó la obra

949.- Vendedora de manzanas, óleo

Al II Salón de Otoño de 1921 concurrió con

11.- La playa de San Fausto (Galicia), óleo, 1,10 x 0,90

En el III Salón de Otoño de 1922 estuvo presente con la obra

5.- Playa desierta, óleo, 1,03 x 1,20

Al VI Salón de Otoño de 1925 concurrió con

8.- El molino del brujo (Bretaña), óleo, 137 x 108

9.- Viejo pescador (Holanda), óleo, 116 x 96

Los Directores de la Gaceta de Bellas Artes de la AEPE: Cándido Medina Queralt

Por Mª Dolores Barreda Pérez

 

Los Directores de la Gaceta de Bellas Artes

de la Asociación Española de Pintores y Escultores

 

La  Gaceta de Bellas Artes 1921-1922

La revista recogía un resumen de la Gaceta de Madrid, en noticias relacionadas con el mundo del arte, sobre todo en materia de docencia, incluyendo los movimientos del profesorado de dibujo en las escuelas y facultades de España, lo que entonces tenía todo el sentido del mundo ya que el profesorado formaba un núcleo muy numeroso de socios de la entidad.

Por estos años se llevó a cabo la creación de una biblioteca en la sede de la Asociación, solicitando a sus miembros, distintas entidades y asociaciones, su colaboración en forma de donación de libros, dándose cuenta de los llegados en los números sucesivos, como la importante donación que realizó la Real Academia Nacional de Medicina.

Por su parte, la Dirección General de Bellas Artes concedió a la Asociación de Pintores y Escultores, con destino a su biblioteca, una importante colección de pruebas de aguafortistas, desde Goya, así como ocho tomos, lujosamente encuadernados, del Quijote del Centenario, ilustrado por Jiménez Aranda, donación de sus hijos.

En la Junta General del 24 de febrero de 1921 se eligió Secretario a Cándido Medina Queralt, encargándole también de la dirección de la Gaceta, si bien dos meses después, en abril de 1921, presentó su dimisión como encargado de la misma.

 

Cándido Medina Queralt

MEDINA QUERALT, Cándido       D.P       1920             BARCELONA         MADRID

Secretario de la AEPE

 

Con escasos datos acerca de su vida personal, más allá de su nacimiento en Barcelona, según dejó consignada en su ficha de inscripción en la Asociación de Pintores y Escultores, Cándido Medina Queralt vivía en Madrid, en la calle Argumosa, número 4.

En algunos documentos encontrados relacionados con su trabajo y profesión, se describía a sí mismo como “Ingeniero de la Internacional Institución Electroténica”, una escuela libre de ingenieros mecánicos electricistas, fundada en 1903 en Valencia, por Julio Cervera que daba títulos propios de ingeniero mecánico, electricista y mecánico-electricista, denominados libres. Fue una de las primeras experiencias de educación a distancia de todo el mundo. En 1908 pasó a llamarse Institución de Enseñanza Técnica, ofreciendo cursos en disco. Publicaba además la revista Electricidad y Mecánica, que estuvo en el mercado desde 1905 hasta al menos 1920.

Cabe destacar que Julio Cervera, que trabajó en 1899 durante tres meses con Guillermo Marconi y su ayudante, George Kemp, obtuvo ya sus primeras patentes en telegrafía sin hilos antes de finalizar el año.

Según el profesor Ángel Faus, una de las patentes más destacadas de Cervera es la del telemando de equipos y sistemas, antecesor del mando a distancia, atribuyéndole también la invención del primer sistema técnico de la radio.

Julio Cervera según últimas investigaciones realizadas, desarrolló la radio once años antes que Marconi. Cierto es que el italiano inventó antes que Cervera la telegrafía sin hilos, pero para transmitir señales, no sonido. Cervera transmitió la voz humana -y no señales- sin hilos entre Jávea, Alicante, e Ibiza en 1902, lo que significó la conexión de dos puntos alejados cerca de 85 kilómetros.

Decíamos que Cándido Medina Queralt firmaba como Ingeniero de la Internacional Institución Electroténica, y además como Constructor de Obras.

 

Anuncios aparecidos en la prensa de la época

 

Con pequeños guiños a la arquitectura y al arte, era gran aficionado al dibujo, como aseguraba el Anuario del Comercio, de la Industria, de la Magistratura y de la Administración de 1899.

En 1902 se presentó a las oposiciones para alguna de las plazas de Catedrático de Caligrafía de Instituto en diferentes centros educativos de España, si bien no se ha podido confirmar si la consiguió finalmente.

En 1904 comenzó a publicar artículos en algunos diarios y revistas especializadas como La Construcción Moderna, la más importante y con mayor tradición en el ámbito de la arquitectura española y principal plataforma de opinión de sus profesionales en el primer tercio del siglo veinte, cuyos contenidos versaban sobre edificios públicos, privados y religiosos, fábricas y materiales de construcción, proyectos urbanísticos y obras y saneamiento público, abastecimientos de aguas, congresos internacionales de arquitectura, artículos técnicos e informaciones de carácter corporativo, notas bibliográficas y de actualidad, arte y arqueología. Un gran aporte de la revista eran sus ilustraciones, especialmente las fotografías de edificios construidos en la época, tanto españoles como extranjeros.

También publicaba en la revista El Constructor, especializada en ingeniería civil y sanitaria, construcción, obras públicas, arquitectura y decoración, urbanismo y automovilismo y mecánica, que se publicaba con la colaboración de ingenieros, arquitectos, directores de empresas de construcción y fabricación de materiales, carpinteros y maestros de obras, entre otros profesionales. Publicaba artículos dedicados a trabajos de albañilería, cubiertas, herrería o carpintería, propagando materiales modernos (uralitas, pavimentos, asfaltos, cementos, hormigones, cerámicas, estructuras metálicas, tuberías) o maquinaria (ascensores, montacargas, calefacción, etc.).

 

La inauguración del Salón de Otoño de 1922, donde aparece el Ministro y el Director General de Bellas Artes junto a los organizadores, de la AEPE, entre los que se encontraría sin lugar a dudas el Secretario de la AEPE

 

En 1903 figura como Director de la Academia Politécnica Caballero de Gracia, 26, tercero, según se anunciaba en el Boletín Minero y Comercial, Revista ilustrada y en El Defensor de los Pueblos.
En 1904 La Construcción Moderna daba cuenta de la siguiente noticia “El Mundo Industrial.- Hemos recibido el número primero de una interesante revista que, con dicho título, ha empezado a publicarse en esta corte bajo la dirección de D. Cándido Medina Queralt… Devolvemos el saludo que a la prensa dirige, y deseámosla vida larga y próspera”.

En 1910 se encargó de organizar la obra de la Casa de los Actores, realizada por la Asociación de Actores, que abrió sus puertas junto al Teatro Español, y en donde estuvo ayudado por el arquitecto Francisco Reynals Toledo, cuyas obras realizadas en Madrid se caracterizaban por su estilo modernista, y con quien había también dirigido la obra de instalación del Casino de Madrid en todo lo relacionado con la decoración, mobiliario…

 

El Director General de Bellas Artes inaugura  el II Salón Otoño de 1921, en donde estaría el Secretario de la AEPE

 

En 1916 presentó una patente denominada “Escenometal”, un nuevo sistema patentado de Escenario metálico incombustible, que  firmó  como Ingeniero de la Internacional Institución Electrotécnica, Constructor de Obras, tal y como recogió la revista Electricidad y mecánica.

Un año después, la misma revista declaraba que “el invento realizado por el Ingeniero de esta Escuela, D. Cándido Medina Queralt y el artista dramático Arturo de La Riva, titulado “Escenometal”… hoy tenemos la satisfacción de comunicar que el 27 de diciembre fue firmado el contrato para la instalación del mismo en el magnífico “Teatro Pereda”, en construcción, en Santander. Al dar cuenta de dicho contrato, felicitamos calurosamente a los inventores, y en especial, a nuestro muy querido amigo Cándido Medina”.

Según se lee en La Correspondencia de España del 30 de julio de 1919  “las salas de butacas, las galerías, telares, los peines y otros servicios escénicos, han sido construidos en metal con arregglo a la nueva patente denominada “Escenometal”, de la cual hasta la fecha, el teatro Pereda de Santander es el segundo de España que la ha utilizado. Suple con grandes ventajas al maderamen en los escenarios. Con el objeto de dotar al teatro de las mejores condiciones de incombustibilidad, además de utilizarse en él es Escenometal, en la construcción del coliseo se ha empleado, casi en su totalidad, el hormigón armado, y la cabina del cina va situada detrás del muro posterior del escenario”…

 

Patente Escenometal

 

Por El Pueblo cántabro, de julio de 1924, sabemos que veraneaba en Santander junto a su mujer, lo cual denota una posición económica desahogada.

Sin muchos más datos que aportar, más que el gran número de conferencias de temática arquitectónica que impartió a lo largo de su carrera, como curiosidad destacamos que el año 1927 lo dedicó por entero a esta actividad.

 

Un recodo de Miera. Fotografía del Archivo Moreno. Con esa obra participó en el I Salón de Otoño de 1920. En la fotografía de abajo, la misma obra recogida en el catálogo del I Salón de Otoño

 

Cándido Medina Queralt y la AEPE

En  1921 es nombrado Secretario General de la Asociación Española de Pintores y Escultores, puesto que ejerció hasta 1922, junto con el de Director de Gaceta de Bellas Artes, para la que escribió distintos artículos sobre paisajistas catalanes.

Participó en el Salón de Otoño de 1920 con cuatro óleos titulados: “Recodo del Miera” (0,78 x 1,26), “Paisaje de Cuenca” (0,87 x 0,96), “En la carretera de Mirones” (0,88 x 0,97) y “La presa” (0,56 x 0,85).

En el Salón de Otoño de 1921 lo hizo con dos óleos: “La marina. Ribadesella”, óleo de 1,30 x 0,78 y “Costa cantábrica”, un óleo de 1,20 x 1,00.

 

Matilde Calvo Rodero

Por Mª Dolores Barreda Pérez

 

LAS PRIMERAS ARTISTAS DE LA

ASOCIACION ESPAÑOLA DE PINTORES Y ESCULTORES

Desde su fundación en 1910, y después de haber tratado en anteriores números a las Socias Fundadoras de la entidad, y las participantes en el primer Salón de Otoño, vamos a ir recuperando de la memoria colectiva, el nombre de las primeras socias que vinieron a formar parte de la Asociación de Pintores y Escultores.

 

Matilde Calvo Rodero

CALVO RODERO, Matilde            P            1918             MADRID        MADRID

 

Matilde Calvo Rodero fue una pintora, escultora y maestra del grabado y la encuadernación que nació en Madrid, en 1899.

Hija de María Anunciación Rodero Domínguez (1874-1961) y de Gaspar Cástor Calvo Rodero, quien fuera subdirector de Tabacalera en Madrid. El matrimonio tuvo seis hijas y un hijo: Josefa, Carmen, Matilde, Rosalía, Isabel (maestra superior y socia de la Real Sociedad Española de Historia Natural, nombrada mecanógrafa-calculadora del Instituto Geográfico y Catastral), Pilar (maestra de la Sección Primera del Instituto-Escuela, cronista de moda y decoración, discípula de José Planés entre 1939 y 1941, que ingresó en la Escuela de Bellas Artes en 1942 y participó en numerosas muestras, siendo reconocida con una tercera medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid) y Rafael.

La familia Calvo Rodero vivía en la calle Juan de Mena, número 16, muy próxima al Museo del Prado.

La desahogada situación económica de la familia permitió una esmerada educación y formación de las hijas, lo que denotaba la amplitud de miras del matrimonio.

En 1915 estaba matriculada en la Escuela de San Fernando cursando cuatro o cinco materias al año, reincidiendo en Perspectiva, Anatomía, Paisaje, Dibujo del Antiguo y Ropajes.

En 1918 se matriculó en la Escuela Especial de Pintura, Escultura y Grabado. Fueron años de aprendizaje provechosos, sobre todo por su entrega al estudio y práctica de las materias en las que obtuvo altas calificaciones y reconocimientos.

En 1918 y 1919 logró el Premio en Pintura decorativa.

En 1919 obtuvo el Premio en Estudios del colorido  la Medalla y premio metálico en Grabado en dulce.

Durante su formación, conoció a Victorina Durán, a la que uniría algo más que una estrecha amistad y con quien compartió estudio de arte, ubicado en una terraza del primer número de la calle Ventura de la Vega, esquina a la Carrera de San Jerónimo, financiado por el padre de Calvo.

En 1920 participó en el Primer Salón de Otoño de Artistas Independientes fundado por la Asociación de Pintores y Escultores.

En el curso de 1922-23, se matriculó en la Escuela de San Fernando, formando parte de una promoción en la que estaban alumnos como Milagros Tercero, Encarnación Rubio y Gómez, Ana María Gómez González Mallo de Viveiro, luego conocida como Maruja Mallo, Matilde Calvo y Rodero, María Luisa Pérez Herrero, Victorina Durán Cebrián, Jesusa Torres Cañamares, Ana María Jiménez Cerra y Antonia Rodríguez Navarro, casi todas ellas, miembros de la Asociación de Pintores y Escultores, así como Rosa Chacel o Timoteo Pérez Rubio.

En esa época, sus amigas la bautizaron como “la princesa del dólar”, ya que solía ayudar a aquellos compañeros que no tenían posibilidad de comprar materiales, como hacía con Gregorio Prieto, miembro también de la AEPE.

Además de la titulación como artista, prolongó sus estudios unos meses para obtener el título universitario de profesor de Dibujo, que le permitiría en el futuro ejercer la docencia oficial y ganarse la vida con el arte.

Matilde pasaba los veranos en Galicia, Cantabria y Portugal, y realizaba amplias excursiones por la sierra madrileña junto a su amiga Victorina Durán.

En 1922 concurrió a la Exposición Nacional de Bellas Artes, siendo propuesta para los premios de grabado por la obra “Jardín romántico”,  tal y como recogió el diario El Sol.

Por su parte, la Revista de Bellas Artes del mes de junio, dedicó una página que incluía un aguafuerte, a la “notable artista, pintora y grabadora, discípula de la Escuela de San Fernando de Madrid. Matilde Calvo Rodero ha presentado unas pruebas de aguafuerte en la actual Exposición Nacional, que merecen la atención de los que gustan seguir los comienzos de los que practican el grabado al aguafuerte. Esta joven e inteligente artista nació en Madrid el año 1899, siendo por lo tanto, muy simpático el que en tan poco tiempo se haya manifestado tan notablemente, lo mismo en pintura que en el grabado. En los pocos años que lleva de vida, ha hecho verdaderos progresos como alumna en la Escuela de San Fernando, habiendo obtenido premios en las clases de Arte decorativo, en la de Estética del color, y medalla y premio en la de Grabado en dulce; ha asistido a los dos Salones de Otoño de Madrid, en los cuales se distinguió, como así en una particular que celebró en el Salón del Ateneo de Madrid; y en la actual Exposición Nacional ha obtenido, aunque modesto, el premio de una Bolsa de viaje.

La técnica de esta señorita artista se manifiesta de una manera agradable de ejecución, de una forma de rayar sus grabados algo a lo de los dibujantes que manejan mucho el carbón para hacer ilustraciones, y por ello vemos en sus aguafuertes una tonalidad en la que predominan sombras planas sobre el rayado; también puede ser esta tendencia de no dejar el rayado limpio y concreto, a la influencia de ciertas tendencias, hoy puestas en moda por algunos aguafortistas, equivocados desde luego en este concepto, y que, en Matilde Calvo no es sino una inocencia de aprendizaje que sabrá dejar, a medida que siga trabajando. Aparte de esas influencias, natural cuando se está en los primeros años, esta artista nos demuestra con sus trabajos un temperamento nada común en el sexo a que pertenece… esta artista, por el contrario, ella busca, se ve en sus actuales obras, la manera de tener un carácter propio que exprese su estado de alma, indudablemente de artista muy aceptable.”

Otros diarios del momento también destacaron los aguafuertes que la artista presentó a la Exposición Nacional.

En 1923 se presentó al concurso de aguafuertes del Círculo de Bellas Artes, donde coincidió con prestigiosas firmas en esta técnica como Castro Gil, Pedraza Ostos, Espinós Gisbert o Pilar Zamora. Así lo recogía La Moda elegante de principios de ese año.

En marzo de 1923 concurrió al Concurso Nacional de Pintura relacionada con las Artes Industriales, donde logró premio de 1.000 pesetas por su proyecto de friso cerámico en la sección “Cerámica sobre superficie plana, esmaltes y vidriería”.

Rafael Doménech, miembro de la AEPE, concedió el 5 de junio de 1923 a Matilde Calvo Rodero los diplomas de Estudio de los Métodos y Procedimientos de Enseñanza de Dibujo y del Arte en los centros de Enseñanza primaria y secundaria del Extranjero.

En 1924 se presentó al Concurso de dibujos para alfombras que organizó la Casa de Suárez, cuyo propósito era la creación de nuevos motivos para las alfombras de nudo. Pese a no lograr ningún premio, la prensa del momento destacaba que el jurado estimó como de mérito y recomendó por encontrar en ellos aciertos indudables, los trabajos de Matilde Calvo Rodero y Victorina Durán.

Ese mismo año presentó a la Exposición Nacional de Bellas Artes un tapiz que la prensa destacó sucintamente, pero con el que ganó una Bolsa de viaje y 500 pesetas en la sección de Arte Decorativo.

En 1925 ganó un premio de 1.000 pesetas en el Concurso Nacional de Arte Decorativo, al que presentó un proyecto de fuente para jardín en colaboración con Enrique González Edo, siendo recogido por los diarios y revistas.

 

Firma autógrafa de la artista

 

Acudió también a la Exposición Internacional de Artes Decorativas celebrada en París en 1925, y a la Exposición Nacional de Arte Decorativo, Arquitectura y Grabado de París, donde consiguió Diploma de Honor y Medalla de Plata con siete encuadernaciones artísticas en piel de las obras Vita Nova, Manon Lescaut, La dama de las camelias, Tratado de técnica ornamental, La luna nueva, Hernán y Dorotea y Salomé.

Reproducción aparecida en Gran Vida, 1927

 

También presentó obra a la Exposición Nacional de Artes Decorativas de 1926, reseñando la prensa de la época “la obra bien ejecutada y bien compuesta de Matilde Calvo Rodero, su cubierta de cuero repujado con aplicaciones”… o “merecen consideración las trece encuadernaciones y otros dos fragmentos de zoculada de Matilde Calvo Rodero, que acreditan sus condiciones de excelente docoradora”.

En diciembre de 1926 realizó una exposición junto a Victorina Durán en el Club Femenino Liceum, ya que fueron fundadoras de la institución fundada por María de Maeztu. Se trató de una colección de objetos y cuadros: batiks, aguafuertes, óleos, marcos, carpetas de escritorio, muñecos, tarjetones de pergamino, almanaques, limpiaplumas y cubiertas de libros. Los diarios destacaron que eran “en su mayor parte cubiertas para libros y encuadernaciones de excelente gusto”, de “dos artistas ya conocidas en los centros artísticos por haber sido laureadas en diferentes concursos nacionales. Matilde es una excelente grabadora que une al conocimiento de la técnica una fina intuición para el adorno”… “artistas cuya incesante actividad nos permite con frecuencia podernos recrear en sus obras, dignas siempre de elogio, porque demuestran un depurado sentido estético”… “Las numerosas obras que exponen en encuadernaciones en tela y cuero, en tapices y marcos, prueban que las artistas están dotadas de sensibilidad exquisita y tienen una apreciación sutil y opulenta de su arte. La esplendidez de colorido y la elegancia de línea que caracteriza muchas de las obras exhibidas muestran cuan bien saben sentir color y forma. Con no menos exquisita técnica aparecen ejecutadas las aguafuertes que avaloran y enriquecen la exposición”…

Jardín romántico, aguafuerte

 

En 1927 participó en la III Exposición Internacional de Artes Decorativas de Monza. Por aquella época mantenía estrechas relaciones con el Museo de Artes Industriales, actual Museo Nacional de Artes Industriales (denominación primera del actual Museo Nacional de Artes Decorativas), y con su círculo de artistas, diseñadores e intelectuales como Rafael Doménech, Pérez Dolz, Muñoz Dueñas, Victorina Durán… socios de la AEPE. De hecho, el Museo participó en la Exposición de Monza, y su director y equipo técnico formaron parte de la comisión organizadora de la del 25, recibiendo en sus colecciones parte de lo mostrado en el pabellón español.

 

Empleados en el Museo Nacional de Artes Industriales, 1921. De izq. a der.: sentados, Gregorio Muñoz Dueñas y Rafael Doménech; de pie, Francisco Pérez Dolz, Matilde Calvo Rodero, Lluís Montané, Luis Fernández, Victorina Durán y Rigoberto Soler. MNAD

 

En 1926 concurrió junto  a Victorina Durán, al Premio Guadalerzas de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, creado en memoria de su fundador, Emilio Nieto, marqués de Guadalerzas y académico de número. En él se convocaba a los artistas a presentar sus obras en “Tapas de cuero repujado, con colores y matices metálicos, apropiadas para guardar estampas y dibujos, siendo reconocidas con el primer accésit, dotado de 1500 pesetas, por la obra con el lema “Córdoba”.

 

Castillo, grabado

 

En 1928 su amiga Victorina Durán apoyó como secretaria de la Escuela del Hogar, junto a José Moreno Carbonero, Socio Fundador de la AEPE, el nombramiento de Matilde Calvo para la plaza de “Trabajos en ante y cuero-batik”.

En el Concurso Nacional de Arte Decorativo y Grabado de 1929 consiguió el Premio de encuadernación, dotado con 1.500 pesetas.

 

Grabado de Matilde Calvo Rodero

 

Con elogios recibió la prensa su participación en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1930, refiriéndose a ella como “admirable artista y mujer de gran inteligencia, hace alardes de buen gusto y de sutilísima sensibilidad con sus cubiertas y encuadernaciones en piel, pergamino y cuero, sabiamente repujadas, pirograbadas, pintadas o policromía. Meter dentro de ellos un libro es una desdicha para el autor, porque no se sabe hacer otra cosa que mantenerlo cerrado y admirar las tapas que hace con sus monos de hada Matilde Calvo Rodero”. En esta ocasión, por las obras expuestas, logró Tercera Medalla y 1.000 pesetas.

 

Patio de los leones de la Alhambra, Granada. Grabado, 35 x 31

 

En 1930, con su plaza de profesora de la Escuela del Hogar y Profesional de la Mujer, fue pensionada durante dos meses por la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas para perfeccionar su técnica de encuadernación en París.

Allí perfeccionó sus técnicas de preparación de los libros en rústica para ser encuadernados, en la restauración de las páginas rotas, montado y restaurando grabados, y otros trabajos como encuadernación en papel y piel, la preparación de las pieles, la encuadernación completa en piel, montado de aplicaciones en marfil, plata y otros materiales en la encuadernación en piel, además de estuches, dorados y títulos

En el Salón Internacional del Libro de Arte de París de 1931 ya se la trataba como de “maestra del arte de encuadernar, confirmando sus relevantes aptitudes y fama”.

 

Encuadernación en piel blanca pirograbada aparecida en El Imparcial  en 1931

 

En 1934 participó en la Exposición Nacional de Bellas Artes y dos años después, en 1936, en el Concurso de Artes Gráficas (que incluía las técnicas de encuadernación, tipografía, litografía y fotograbado) convocado por la Cámara del Libro de Madrid, consiguió el primer premio con los trabajos presentados bajo los lemas “Wizani» y «Rubalyat».

Tras la contienda, Matilde se dedicó básicamente a la enseñanza, aunque continuó exponiendo sus piezas como en 1946, cuando participó en el I Salón Femenino de Bellas Artes organizado por el semanario Domingo y patrocinado por la Dirección General de Bellas Artes junto a artistas como Rosario de Velasco, Ángeles Santos y Marisa Roësset, todas ellas miembros de la AEPE.

 

Encuadernación de libro de Poe

 

Encuadernación de libro de Ricardo Wagner

Encuadernación de libro Fairy Book

 

En 1948 seguía trabajando en la Escuela del Hogar y Profesional de la Mujer y fue promocionada con un sueldo o gratificación anual de 6.000 pesetas.

Falleció en Madrid, en 1982, a los 83 años.

En noviembre de 2015 la Pieza del Mes en el Museo de Artes Decorativas fue una encuadernación suya.

 

Matilde Calvo Rodero y la AEPE

Al I Salón de Otoño de 1920 presentó la obra:

137.- Panneau con seis apuntes de viaje, óleo, 0,79 x 1,10

Al II Salón de Otoño de 1921, en el que figuró inscrita como natural de Madrid, vive en Juan de Mena, 16,  presentó el óleo

51.- Bodegón, estudio en rojos, 1,16 x 0,97

Al III Salón de Otoño de 1922 presentó tres obras:

46.- Bodegón, óleo, 0,76 x 0,63

47.- Panó con cuatro apuntes, óleo, 82 x 0,72

48.- Panó con cuatro apuntes, 0,55 x 1,25

 

 

Recordando… El Museo Pérez Comendador-Leroux

Obras, artistas, socios, pequeñas historias…

Por Mª Dolores Barreda Pérez

 

El Museo Pérez Comendador-Leroux

 

Fachada del Museo Pérez Comendador-Leroux, en la Casa de los Dávila en Hervás, Cáceres

 

El 25 de octubre de 1986 se inauguró en Hervás, Cáceres, el Museo Pérez Comendador-Leroux, tras la donación del legado escultórico y pictórico del matrimonio Pérez Comendador-Leroux, realizada por Roger Lecourtier Morel al Ayuntamiento de la localidad. El museo está instalado en la Casa de los Dávila, rehabilitada por la Diputación de Cáceres, en un entorno arquitectónico declarado conjunto histórico en 1969 con la colaboración del propio Enrique Pérez Comendador, miembro de la Academia de Bellas Artes de San Fernando

El museo está ubicado en una antigua casona de finales del XVIII y principios del XIX, construida por la familia de Miguel de Arce Soto y Quiñones y Pedro Lumeras Quiñones, y contaría con la posible intervención de arquitectos salmantinos que trabajan en Hervás en el último cuarto del XVIII como Nicolás Rodriguez, Juan de Sagarvinaga o Jerónimo Garcia de Quiñones.

Situada en el centro de la población, el edificio de planta rectangular presenta fachada principal y posterior a los jardines que en un primer momento lo formaba una amplia extensión dedicada a jardín, cocheras, parrales, huerta y prados. En 1969 fue incluida en la Declaración del Conjunto Histórico de Hervás, acompañando al Barrio Judío y a otros edificios de los siglos XVI al XVIII.

Junto a la obra de Comendador, la pintura de Magdalena Leroux Morel nos propone un viaje por las ciudades conocidas y sentidas por el matrimonio de artistas: París, Sevilla, El Cairo, Madrid, pueblos y ciudades de la geografía extremeña: Cáceres, Plasencia, Badajoz, Hervás, Aldeanueva del Camino… y Roma, una y otra vez en la obra de ambos, convirtiendo al Museo Pérez Comendador-Leroux- integrado en la Red de Museos de Extremadura – en parada obligada de la ruta cultural de la Vía de la Plata.

Se suman a los fondos del Museo otras obras de amigos del matrimonio, casualmente también todos ellos miembros de la Asociación de Pintores y Escultores, como Eugenio Hermoso, Alfonso Groso o Zuloaga.

Los fondos museísticos se abren además a jóvenes artistas extremeños que han expuesto en la Sala de Exposiciones temporales del Museo, que completa su oferta cultural con otros servicios y actividades culturales como la Biblioteca Pública A. Arrojo Muñoz, la Escuela Municipal de Música, talleres, cursos de verano dedicados a la plástica y a la música…

 

 

Recordando… Madelein Leroux Morel

Obras, artistas, socios, pequeñas historias…

Por Mª Dolores Barreda Pérez

 

El matrimonio

Madelein Leroux y

Enrique Pérez Comendador

El matrimonio

 

Continuando con la saga de artistas que estamos recogiendo a lo largo de estos meses, hoy recordamos a uno de nuestros más ilustres socios, Enrique Pérez Comendador, casado con otra artista desconocida, la francesa Madelein Leroux. Recuperamos así su memoria, para que no duerman en el olvido.

 

Madelein Leroux Morel

Autorretrato

 

Nació en la calle Notre Dame de Champs en Montparnasse, París, el 30 de junio de 1902, de una familia de descendientes bretones afincados en París, fruto del matrimonio entre Auguste Leroux y Jenny Clotilde Morel, del que nacieron además otros dos hijos: André y Lucienne.

Su hermana Lucienne Leroux (1903-1981), siguió los pasos de Madeleine, ya que fue alumna de su padre y Ferdinand Humbert (1842-1936) en la Escuela de Bellas Artes de París, compitió por el Premio de Roma de 1926 donde obtuvo una mención por su «Ninfa dormida», luego presentada sin éxito en 1927. Obtuvo una Medalla de Plata en el Salón de Artistas Franceses en 1924 y una Medalla de Pata en la Exposición Internacional de París de 1937. Fue residente de la Casa de Velázquez de Madrid en 1935. Pintora de composición, de influencia clásica, su toque es a veces más neoimpresionista («En el río», 1920). España fue una gran fuente de inspiración para ella. Se dedicó a la docencia en Dijon, al este de Francia, y luego en la región de París.

En una fotografía de 1922

 

Su hermano André (París 1911-Nogent sur Marne 1997) fue también pintor.

Su padre, Auguste Leroux, al igual que su tío Georges Paul, que era también pintor, fue un destacado artista y profesor de la Escuela Superior de Bellas Artes de París, que decoró con algunas obras los mosaicos de la Basílica del Sagrado Corazón de París.

August Leroux

 

En este ambiente artístico creció Madeleine, que al igual que sus hermanos, fue alumna de su padre y de Ferdinand Humbert, en la Escuela de Bellas Artes de París.

En 1923 expuso en el Salón de los Artistas Franceses y en 1926 logró la Medalla de Oro en el Salón de los Artistas Franceses.

Segundo gran Premio de Roma en 1927, consistente en una beca del gobierno francés, por su obra «Stylite»

En 1929 la Casa Velázquez gestionada por el gobierno francés, la pensionó para que completara su formación en Madrid, donde estudió a los grandes maestros españoles como Velázquez, Zurbarán y Goya.

La artista en 1932

 

En la exposición de trabajos de los artistas becados que se celebró en la Casa de Velázquez en febrero de 1931, la artista presentó un par de docenas de trabajos, vistas y paisajes de lugares españoles y alguna figura femenina popular, tal y como recogen el ABC, que reseña que el escultor Mariano Benlliure adquirió una de sus obras, y el diario La Voz.

En esa exposición participó también su hermana Lucienne, becada también en la Casa de Velázquez, como reseña el Blanco y Negro del 22 de febrero de 1931.

Ese año presentó obra al Salón de Otoño.

Es en esta época cuando conoce al que se sería su marido, el escultor Enrique Pérez Comendador, con el que se casará el 22 de abril de 1931, en París y que recogieron medios como La Época y Ahora.

Presentó obra a la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1932, como recoge el Blanco y Negro de la época.

En mayo de ese mismo año, realizó una exposición en el Círculo de Bellas Artes, a la que asistió el embajador francés, y quedó inmortalizada con una fotografía en el Blanco y Negro del 19 de mayo, y a la que presentó óleos, acuarelas y dibujos.

Madelein Leroux ante un retrato obra de su marido, Enrique Pérez Comendador

 

El ABC del 5 de junio de ese año, anunciaba ya que en su próximo número incluiría  reproducciones en color de la obra “El Castillo de Alcañiz”, de Madeleine Leroux.

Pero fueron los diarios Ahora y La Voz, los que publicaron la misma fotografía de la artista con motivo de la exposición.

Madeleine Leroux en la inauguración de su exposición en el Círculo de Bellas Artes, en 1932

La Voz, 1932

 

Amiga de la también socia de la Asociación de Pintores y Escultores Rosario de Velasco, en junio de 1932 firmaba la convocatoria para un homenaje a esta artista, junto a personalidades como Concha Espina, José Gutiérrez Solana, Juan de la Encina, Antonio Méndez Casal o Matilde Marquina.

El diario Ahora dedicó una página con dos fotografías de sus obras, que firmaba Gil Fillol, a la “pintora españolizada”, en la que se reseña que “Madeleine Leroux ha sido pensionada en la Casa de Velázquez. Pero su retina venia demasiado cargada de pintura de Montmartre para dejarse impresionar por las frondas tranquilas de la Moncloa… Madeleine Leroux venía de París a la Casa de Velázquez; pero a nosotros sus primeros cuadros, sus paisajes y figuras, no nos daban la impresión de cuadros franceses, sino de cuadros de Montmartre, que es otra cosa. Como Mari Cassat, la ninfa del impresionismo, que llenaba de ternura femenina las ásperas composiciones de Renoir, Madeleine Leroux había dado a aquella pintura dislocada y turbulenta una gentileza y una gracia de que eran incapaces los asiduos expositores de Montmartre. Acusaba, además, su obra una personalidad que no es frecuente entre los jóvenes colocados en un medio artístico uniforme. En los primeros momentos, no obstante, la Moncloa, con su magnífica ejecutoria de parque natural, con su limpio cielo, con su arboleda majestuosa y su horizonte goyesco, no parecían sugerirle una interpretación de nuestro arte. Los apuntes de entonces seguían siendo reflejo demasiado directo del naturismo pictórico importado a la tendencia impresionista por los imitadores de Monet, de Sisley, de Pissano. Sisley, especialmente, aparecía con sobrada frecuencia en las notas de monasterios castellanos… En el Círculo de Bellas Artes ha celebrado recientemente una Exposición la pintora Madeleine Leroux. Junto a cuadros de su pensionado en la Casa de Velazquez figuraban otros, hechos bajo la influencia inmediata del ambiente español. (Si pudiéramos hablar a estas alturas de escuelas regionales, diríamos más propiamente castellano.) Madeleine Leroux se ha convertido. Sin renegar de aquellas enseñanzas que animaron su formación artística de ímpetu moderno, ha visto renovada su sensibilidad en una dirección netamente española. Artista de talento, espíritu bien cultivado, más asequible por ello a las emociones de la Naturaleza, ha sabido trocar la dulce melancolía gris de las imágenes parisienses por esta suculenta alegría del color, característica de nuestros jugosos paisajes. Pero insistamos: en la obra actual de Madeleine Leroux no hay rectificaciones caprichosas. No existe esa especie de domesticidad del arte, que nos proporciona  muchas veces la sensación equivocada de temperamentos fácilmente adaptables. Lo que hay es sinceridad, emotividad, franqueza de expresión. Por eso mismo, el tránsito es poco perceptible. Entre los cuadros del pensionado y los de ahora se ha filtrado el sentimiento español, de un modo que tal vez a la propia pintora haya sorprendido. Suavemente, silenciosamente. «No pierden estos lienzos de hoy la fuerza de dibujo y la manera constructiva, que son las mejores aportaciones de la pintura nueva. Y en cambio se enriquecen con gamas y tonalidades coloristas acordes con nuestras tradiciones. Podemos decir que Madeleine Leroux ha españolizado su arte. Y, al mismo tiempo, ha traído al concepto del paisaje español la sobriedad y robustez de tendencias que Montmartre, por exceso de apresuramiento, estaba malogrando”.

Por el ABC de mayo de 1934 sabemos que la artista inauguró en París una exposición de obras ejecutadas en España, en el Ofice National Espagnol du Tourismo, de la que “habla con gran elogio la crítica parisién. Exhibe 16 óleos, 13 acuarelas y ocho dibujos de figura, paisaje y naturaleza muerta. De esta exposición se ocupa Mr. Fouqueray con entusiasmo en Le Journal, como labor de artista que ha comprendido y abordado en el espíritu del paisaje y del ambiente españoles, plantando su caballete frente a los temas vivos de los que ha sabido recoger una emoción delicada. Esta joven e ilustre pintora ha recorrido para preparar los trabajos de esta exposición, diversos ambientes, tales como Segovia, Alcañiz, Hervás, Valverde, Carmona, Sevilla, Paracuellos, Candelario y la Sierra de Guadarrama. Al acto inaugural asistió selecta concurrencia francesa y española, que elogió calurosamente la distinción y acierto logrados”.

Jerez de los Caballeros. Museo de Sevilla

 

En 1935 participó en la exposición de obras de antiguos alumnos de la Casa de Velázquez que se celebró en el salón de la calle Faubourga Saint Honoré.

En Madrid vivió en la calle del General Pardiñas, 118,  en la calle Zurbano, 34.

Falleció en 1984.

Expuso sus obras en varios países del mundo junto a las de su marido, y actualmente pueden encontrarse dos en el Museo de Bellas Artes de Sevilla y en distintas colecciones particulares, aunque muchas de ellas, se encuentran en el Museo Pérez Comendador-Leroux de Hervás.

Chinas peinándose. Exposición Nacional de Bellas Artes de 1941

 

Sus últimos años de vida los dedicó precisamente a la creación de esta casa museo, que no pudo ver terminada, pero que finalizó su sobrino Roger Lecourtier Morel en 1986.

Vista de Roma

Un parque

Parque

Monasterio de El Parral

 

La merienda, 1934

Catedral de Segovia, presentada al Salón de Otoño de 1931

 

Madeleine Leroux y la AEPE

A pesar de no ser, como su marido, socia de la AEPE, participó en los siguientes salones:

*XI Salón de Otoño de 1931, con las obras:

33.- Paisaje mediterráneo, óleo, 0,89 x 1,07

35.- El Castillo de Alcañiz, acuarel93 x 0,76

36.- La Catedral de Segovia, óleo, 0,59 x 0,69

*Al XV Salón de Otoño de 1935,  en la Sala VIII donde exponían sus obras los pensionados de la Casa de Velázquez, presentó la obra:

134.- Porte de Toledo

Calle mediterránea

Maceta de flores

Busto de Madeleine Leroux de la Fundación Capa

Lámina del Blanco y Negro de 1930

Bodegón de Navidad, del Museo de Bellas Artes de Sevilla

Recordando… Enrique Pérez Comendador

Obras, artistas, socios, pequeñas historias…

Por Mª Dolores Barreda Pérez

 

El matrimonio

Madelein Leroux y

Enrique Pérez Comendador

El matrimonio

 

Continuando con la saga de artistas que estamos recogiendo a lo largo de estos meses, hoy recordamos a uno de nuestros más ilustres socios, Enrique Pérez Comendador, casado con otra artista desconocida, la francesa Madelein Leroux. Recuperamos así su memoria, para que no duerman en el olvido.

 

Enrique Pérez Comendador

 

PEREZ COMENDADOR, Enrique P.E.   1920   17.nov.1900   HERVAS (Ca)  MADRID

Socio de Mérito de la AEPE

Socio de Honor de la AEPE

Vocal de la Junta Directiva de la AEPE

Director de la Academia Española de Bellas Artes de Roma

 

Enrique Pérez Comendador nació en Hervás, Cáceres, el 17 de noviembre de 1900, fruto del matrimonio entre Ángel Pérez Neila y Enriqueta Camila Comendador.

De niño asistió a la escuela de su localidad natal hasta que su padre consiguió trabajo en una fábrica de harinas en Sevilla, trasladándose toda la familia a orillas del Guadalquivir. Allí estudió con los Salesianos y en el Colegio de San Ramón y a los catorce años ingresa en la Escuela de Artes, Industrias y Bellas Artes logrando el título de Perito Aparejador.

Su interés por el arte le llevó a ingresar como aprendiz, por intermediación de un tío suyo jesuita, en el taller del escultor y Socio Fundador de la Asociación de Pintores y Escultores, Joaquín Bilbao Martínez, actividad en la que se mantuvo hasta los diecinueve años.

Fotografía de un jovencísimo Enrique Pérez Comendador

 

Se traslada entonces a Madrid tras conseguir una beca del Ayuntamiento de Sevilla y de la Diputación de Cáceres, que le permitió viajar por España y por Italia y Francia.

Por esos años, conoció al duque del Infantado, que se convirtió, durante unos años, en su protegido, y para él realizó retratos de su familia.

En 1920 logró la Primera Medalla Regional de Badajoz.

En Madrid entabló amistad con otros colegas como Miquel Blay y Jacinto Higueras, además de con pintores como Moreno Carbonero o Javier de Winthuysen, todos ellos socios de la Asociación de Pintores y Escultores.

En la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1924, con sólo 24 años de edad, obtiene la Tercera Medalla de Escultura.

Trabajando en el Parque de María Luisa de Sevilla

 

En 1925 ganó el concurso para erigir un monumento a Gabriel y Galán en Cáceres.

En 1929 fue galardonado con la Medalla de Oro de la Exposición Iberoamericana de Sevilla.

Ese mismo año, conoció a la pintora francesa Madeleine Loroux Morel, que por entonces se encontraba pensionada en la Casa Velázquez de Madrid.

En la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1930 logra la Segunda Medalla de Escultura.

Trabajando en la escultura de Francisco Rodríguez Marín

 

En la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1932 consigue la Primera Medalla de Escultura.

Contrae matrimonio con Madelein Leroux en París en 1932, cuando contaba con treinta y un años.

En 1934 logra el Gran Premio de Roma y obtiene una pensión para la Academia de España en Roma, por lo que se instaló en la capital italiana durante más de cinco años, en los que estudió el arte clásico que influenció su obra, sobre todo el desnudo femenino, pero también la escultura etrusca y la pintura al fresco.

Viajó también por Grecia, Inglaterra, Austria y Francia.

En 1935 ganó el Premio Nacional de Escultura.

Trabajando en su estudio

 

En 1941 se instala en Madrid, donde trabajó como profesor de Modelado del Natural y Composición Escultórica en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando hasta 1970.

Tras desempeñar distintos cargos como miembro del Patronato del Museo de Arte Moderno de Madrid (1942-1950); comisario de la Exposición Oficial de Arte Español en El Cairo y Alejandría (1950); miembro del Patronato del Museo de Arte Contemporáneo de Madrid (1960-1967) y consejero Nacional de Educación (1966-1970), en 1969 fue nombrado director de la Academia Española de Bellas Artes en Roma, puesto en el que permaneció cinco años.

En 1975 obtuvo el Premio Barón de Forna de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

Vasco Núñez de Balboa, Madrid

 

Su actividad académica fue muy intensa: en 1934, fue nombrado académico correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes Santa Isabel de Hungría de Sevilla (Premio de Honor en 1967); en 1950, correspondiente del instituto de Francia de París; en 1954 numerario de la Academia Nacional de San Lucas de Roma; en 1955, numerario de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, ingresando en 1957; en 1962 correspondiente de la Academia Nacional de Bellas Artes de Lisboa; en 1963 correspondiente del Instituto de Cultura Hispánica de Madrid; en 1964 correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos de Valencia, y en 1968, correspondiente de la Bellas Artes de San Telmo de Málaga y de la de Bellas Artes San Jorge de Barcelona.

Entre otras distinciones, recibió la Medalla de Oro al Mérito del Trabajo; Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio; Encomienda de la Orden del Mérito Civil y la Cruz de la Corona de Talía. Asimismo, fue distinguido como Hijo Predilecto de Hervás; Hijo Adoptivo de Sevilla y miembro de honor de la Sociedad Nacional de Bellas Artes de Chile.

Monumento a Ramón Gómez de la Serna, Las Vistillas, Madrid

 

En su localidad natal, se halla el Museo Pérez Comendador-Leroux, instalado en un importante edificio histórico del siglo XVIII, que custodia una parte importante de la obra de este matrimonio de artistas.

El conocido como “el escultor de la hispanidad”, falleció en Madrid, el 2 de marzo de 1981, a los ochenta años de edad.

En su obra, el clasicismo adquirido tras su paso por Roma, se une al regionalismo-costumbrismo que había cultivado, principalmente, en su primera época, adquiriendo sus obras, con el paso del tiempo, una monumentalidad que le acercan a una visión épica de los modelos. Además de monumentos de personajes históricos y retratos de personalidades de su tiempo, Pérez Comendador realizó imaginería para el culto de la Semana Santa. La figura humana, pues, centró toda su actividad artística.

 

Su inclinación hacia la estética del mundo clásico queda atestiguada por la rotunda sobriedad de sus esculturas, siempre equilibradas, comedidas y alejadas de cualquier abigarramiento.

Dentro de la producción de Comendador destaca la retratística, pues efigió a más de cien personajes.

El arte de Pérez Comendador destaca sobremanera por el concienzudo estudio fisonómico y expresivo de sus trabajos y por  la maestría en el dibujo y en la composición de la pieza.

Del extenso artículo que sobre el artista apareció en la Gaceta de Bellas Artes de abril de 1936, firmado por Javier Tassara, destacamos: “… se dejó influenciar más fácilmente por el arte parisino que la gracia italiana, y su arte de los primeros tiempos era un arte en el que predominaba la concisión de líneas y volúmenes… pero a pesar de su gusto moderno, bajo una sumaria estilización ponderada y magnífica, se advertía un sentido tradicional y castizo, un modo y manera a lo español, una reminiscencia grata de la escuela sevillana, que más tarde culminó en varias obras de temas cristianos…. Pérez Comendador es uno de los escultores españoles que mejor conoce la técnica de la escultura en sus diversas manifestaciones y materias. En su obra ni hay preferencia temática, ni le es dilecto éste o el otro procedimiento. Madera, bronces, terracotas, piedra, mármoles… y siempre la misma pasmosa seguridad, idéntico dominio, pareja facilidad para el logro inmediato y seguro. Además, no le es ajeno nunca el procedimiento adecuado al tema que requiere la materia propicia para su expresión plástica; “su materia” con la manera justa. El arte del escultor sabe cuándo hay que tallar y cuándo el modelado es la precisa modalidad imprescindible. Ya lo he dicho: Rodin modeló una adolescente; pero talló en mármol una vieja… Su arte, robusto y recio; su modelado, caricioso; su personalidad se destaca más en algunas otras obras… Si la materia, la forma y el motivo no es obstáculo para logros estéticos de fina calidad, el tamaño no supone dificultad alguna para Pérez Comendador”

 

Retrato de José Hernández Díaz

 

Enrique Pérez Comendador y la AEPE

Autorretrato

 

En Madrid, vivía en la calle Daniel Urrabieta, núm. 3, en la Colonia del Viso.

Socio de Mérito en el Salón de Otoño de 1925 y Socio de Honor en el Salón de 1930.

Vocal de la Junta Directiva de la AEPE en 1931

*Al V Salón de Otoño de 1924 presentó:

Retrato de mi padre

Cabeza de estudio

*Al VI Salón de Otoño de 1925 llevó:

Retrato

Cabeza de mujer

Boceto

Mochuelo

Pájaro

*Al IX Salón de Otoño de 1929:

Cabrerillo conquense

*Al X Salón de Otoño de 1930 presentó:

Joaquín Bilbao

Macarena

Sevillana

Busto

*Al XI Salón de Otoño de 1931 presentó:

Cabeza

Retrato

Retrato

Maja

Monumento a Pedro de Valdivia, Chile

 

San Pedro de Alcántara, Cáceres

 

Auguste Leroux

Pizarro

 

 

Los Directores de la Gaceta de Bellas Artes de la AEPE: Francisco Llorens y Díaz

Por Mª Dolores Barreda Pérez

 

Los Directores de la Gaceta de Bellas Artes

de la Asociación Española de Pintores y Escultores

 

La  Gaceta de Bellas Artes 1916-1920

Siguiendo la historia de la revista, en 1915 la Junta Directiva facultó a los señores Ramón Pulido y Francisco Llorens para que estudiaran lo referente a la publicación de la Gaceta.

Hasta 1935, Ramón Pulido publicó al menos treinta y seis artículos en la Gaceta de Bellas Artes sobre temas de muy variada índole.

En 1916, la dirigía Francisco Llorens, y tuvo algunas modificaciones, pues pasó a ser quincenal, incorporó un resumen de temario en primera, cambiando de cabecera en octubre y dejando de salir al público para distribuirse solamente entre los asociados y entes oficiales y artísticos.

Consta que en julio de 1916, la Junta Directiva mantenía un Vocal redactor de la Gaceta, Francisco Llorens, que figuraba además como Vocal segundo de la Junta.

En 1917 se mantenía quincenalmente con 8 páginas, impresa en Tipografía A. de Angel Alcoy, de la calle Atocha 30, dpdo. y distribución gratuita a los socios.

En julio de 1918 celebró su número 100, apareciendo entonces con doce páginas, que en octubre de 1919, llegó a las 16, con dos páginas completas de anuncios, y nuevo diseño y cambio de papel, “dándose gran importancia a la Sección libre, que significa el deseo de la Asociación de que se conozca el estado de ánimo de la vida artística”.

En los años 20 solo existían en España tres revistas dedicadas al arte, todas ellas de vida efímera y ninguna tan longeva en el tiempo como la Gaceta de Bellas Artes de la AEPE. Una de ellas era la revista MUSEUM, editada en Barcelona, que se mantuvo poco tiempo en el mercado, la de la Sociedad de Amigos del Arte, que no era para el gran público, la Revista de Bellas Artes, dirigida por Francisco Pompey y que sacó solo 20 números.

 

Francisco Llorens y Díaz

 

 

 

Retrato de Francisco Llorens en la Real Academia Gallega de Bellas Artes, 1946

 

 

LLORENS Y DIAZ, Francisco   P   1910(F082)   10.abr.1874   LA CORUÑA   MADRID  (c/Sta. Engracia)   11.feb.1948

 

Socio Fundador Nº 82

Socio de Mérito de la AEPE

Socio de Honor de la AEPE

 

Francisco Llorens Díaz nació el 10 de abril de 1874 en La Coruña.

Era el hijo menos de tres hermanos del matrimonio formado por José Llorens Batista, dedicado a la importación de ultramarinos  y de Paulina Díaz de Villar, perteneciente a una familia de la burguesía local.

Desde muy joven se sintió atraído por el dibujo, aunque debido a la presión familiar comenzó a estudiar la carrera de Comercio en La Coruña, ingresando poco después en la Escuela de Artes y Oficios de La Coruña, donde fue alumno de Román Navarro García, pintor de escenas castrenses, puesto que era también militar, que llegó a dirigir la Escuela de Artes de La Coruña.

En 1892 se matricula en la Escuela Especial de Pintura, Escultura y Grabado de Madrid, teniendo como profesor al paisajista Carlos de Haes.

Fue entonces cuando tuvo la oportunidad de hacer copias en el Museo del Prado, especialmente de Velázquez, Murillo y Rubens. Completó su formación en el taller del que fuera Presidente de la Asociación de Pintores y Escultores, Joa­quín Sorolla, en 1893, de quien aprendió la pasión y el valor de la luz en el paisaje.

Ese mismo año participó en la Exposición de Impresiones de viaje celebrada en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.

Costas gallegas

Estudio de mujer

 

En 1897 recibe el que será su primer trabajo profesional, el Casino de La Coruña le encarga realizar unos paneles decorativos con temas de paisaje.

En la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1899 obtuvo una Mención de Honor, y logró además una Beca para la Academia de España en Roma, donde pasará cuatro años, viajando por Roma, Bélgica, Holanda y París, donde quedó seducido por Cézanne y los impresionistas.

Llegada de Francisco Llorens de Roma a La Coruña

 

Compañeros y amigos se granjeó a lo largo de estos años en los que estuvo en Roma, como los socios de la Asociación de Pintores y Escultores José Benlliure, Manuel Benedito, Ramón Casas, Santiago Rusiñol, Gaudi, Sotomayor, Chicharro, Piñole y Bacarisas, con los que trabó profunda amistad.

Vive cuatro años en Roma, y desde allí colabora con el periódico coruñés El Noroeste, enviando sus impresiones bajo el pseudónimo de “Sor Checco”.

Distintas fotografías de Francisco Llorens

 

Vivió unos meses de intenso trabajo en Brujas, ciudad que le causó una profunda impresión. Tres de los cuadros que pintó en Roma, El golfo de Nápoles, Mar de Capri y Campesinas de Flandes, elogiados al parecer por el rey Víctor Manuel III, fueron adquiridos por el embajador de España en la capital italiana para que decorasen el palacio del Quirinal.

En 1906 regresa a La Coruña, frecuentando las tertulias de Emilia Pardo Bazán, en donde vivirá hasta 1913, cuando logra la cátedra de Dibujo Artístico en la Escuela de Comercio de Barcelona, ciudad en la que reside hasta que se instala en Madrid durante los inviernos, pasando los veranos en Galicia.

En 1907 obtiene la Tercera Medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes por su cuadro “La Encina”. Ese mismo año pinta “El Obelisco”, una de sus obras de referencia tras su regreso de Italia en la que, en palabras de Juan José Luna “Hay toda una evocación del impresionismo francés consolidado por el dibujo —Sisley, Pisarro…— y por un gusto modernista, bien puesto al día, sin someterse a ejercicios de decoración”.

Marina

El molino

Costa de Mera

 

En 1908 logra la Segunda Medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes, participando en la Exposición Regional Gallega en Santiago, para la que realiza su cartel oficial y obtiene una de las tres medallas de oro de la misma.

Realiza varios carteles para el Real Club Deportivo de futbol de La Coruña.

En 1909 participa en la Exposición Internacional de Barcelona y en la Muestra Regional de Arte Gallego en Santiago de Compostela. Un año más tarde, en la Nacional de Bellas Artes, así como en la de 1912

En 1912 es elegido Académico de la Real Academia de Bellas Artes de La Coruña, de la que en 1919 es nombrado Supernumerario.

En 1916 es elegido Presidente de la sección de pintura del Círculo de Bellas Artes.

Contraluz

Aldeana 

Acuarela del bosque

 

En 1918 contrae matrimonio con Eva Rodríguez, la menor de los cinco hijos del reconocido médico coruñés José Rodríguez Martínez, con quien tendrá́ dos hijas, Eva (1920) y Rosario (1925), pero de la que enviudará en 1925.

En 1922 obtiene la Medalla de Honor de la Exposición Nacional de Bellas Artes por la obra “Rías Bajas”.

En 1924 Expone en Centro de Galicia en Madrid. Pasa ese verano en Perillo y Bastiagueiro (Oleiros, A Coruña), donde realizará numerosos apuntes que luego transformará en pinturas en su estudio madrileño de la calle Santa Engracia, nº 6.

En 1925 se le concede la Gran Cruz de la Orden de Carlos III.

Carretera de La Coruña

 

En 1926 Participa en la Exposición de Arte Contemporáneo Español en Buenos Aires.

En 1928 es nombrado académico correspondiente de la Real Academia Gallega de la Lengua.

En 1930 expone en Bélgica y Holanda. Es nombrado miembro correspondiente de la Real Academia Gallega.

Pasa el primer año de la guerra civil en su estudio de la calle Santa Engracia de Madrid, con sus hijas, trasladándose en 1937 con su familia a Valencia.

Paisaje

 

Finalizada la contienda volvió a Madrid, retomando sus veraneos en la localidad coruñesa de Sada.

En 1941 presentó una exposición en el Salón Cano de Madrid formada por paisajes de Galicia, bodegones y paisajes del jardín botánico de Valencia.

En diciembre de 1942 fue nombrado Académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, y un año más tarde, Académico de Honor de la Academia Provincial de Bellas Artes de La Coruña,

A partir de 1945 su salud se resiente y comienza a padecer perdidas de memoria. Realiza su último cuadro “La vela roja” que deja inacabado.

Anverso y reverso de la Medalla conmemorativa del centenario de Llorens de la Diputación de La Coruña

 

Falleció el 11 de febrero de 1948 en Madrid, donde fue enterrado junto a su esposa, pero los restos de ambos fueron trasladados posteriormente por el Ayuntamiento de La Coruña, al cementerio de San Amaro.

En 1972 se celebró en Madrid una gran exposición retrospectiva dedicada al pintor, repetida más tarde en La Coruña y Vigo.

Nuevas exposiciones de sus obras organizó Caixa Vigo en 1998 en La Coruña, Vigo, Orense y Santiago.

Madrid

Paisaje

Roma desde la Academia Española 

Encajera

 

Francisco Llorens y la AEPE

Socio Fundador de la Asociación de Pintores y Escultores, con el núm. 82. Fue Vocal de la Junta directiva desde 1914 a 1917 y en 1930. Tesorero de 1931 a 1934. Socio de Mérito en el Salón de Otoño de 1922, y de Honor en 1923.

Participó en el Salón de Otoño de los años 1920, 1921, 1931 y 1933, 1934, 1944, 1947 y en el de 1950, donde fue homenajeado. Jurado en los salones de 1931 y 1934.

*Al II Salón de Otoño de 1921 presentó las obras

Hórreos

Cuenca del Mandeo

*Al III Salón de Otoño de 1922

Nubes blancas

El pinar de Lóngora

*Al IV Salón de Otoño de 1923 las obras

El Hórreo y la iglesia

Marea alta

Roiveira

*Al XI Salón de Otoño de 1931

Otoño

Retrato

*Al XIII Salón de Otoño de 1933

Bodegón

Paisaje

Bodegón

*Al XV Salón de Otoño de 1935

Manzanas

Verde y oro

*Al XVIII Salón de Otoño de 1944

La huerta

*Al XXI Salón de Otoño de 1947

Paisaje gallego

En el XXIV Salón de Otoño de 1950 el artista contó con una Sala Retrospectiva, la Sala III, en la que se exhibieron un total de 27 obras

Mañanas de agosto en las mariñas, Valle esmeralda, Ría gallega, Canal de Brujas (Bélgica), Dehesa de la Villa, El Peirao (Betanzos), La nube, Verde gris, Detrás está el mar (La Coruña), Remanso, Playa de Sada, Playa de Sada, Autorretrato, La Beguinage, Otoño, Baceta de retrato

Otoño, Boceto de retrato, Río Mendo, El castaño, Carretera de Fontán (La Coruña), Retrato, Río Mandeo, Boceto, Serenidad, El camino del bosque, La Iglesia de San Michele (Capri), Dos apuntes de Roma, Capilla superior de la Iglesia de San Francisco de Asís, El pino, Casas de Betanzos y El Muelle (Betanzos).

En el XXXIX Salón de Otoño de 1968, una obra suya se exhibió en la Sala XII, correspondiente a Dibujos de maestros:

Paisaje

Valle Esmeralda (Valle de Barcia)

Paisaje

Mi hija

 Jardín Botánico

Ría Gallega

Paisaje

Paisaje con anciana

Pastoral

distintos paisajes de Francisco Llorens

Firma autógrafa

La Ternera

Pepa García Valenzuela

Por Mª Dolores Barreda Pérez

 

LAS PRIMERAS ARTISTAS DE LA

ASOCIACION ESPAÑOLA DE PINTORES Y ESCULTORES

Desde su fundación en 1910, y después de haber tratado en anteriores números a las Socias Fundadoras de la entidad, y las participantes en el primer Salón de Otoño, vamos a ir recuperando de la memoria colectiva, el nombre de las primeras socias que vinieron a formar parte de la Asociación de Pintores y Escultores.

 

Pepa García Valenzuela

GARCIA VALENZUELA, Mª Josefa            AD.        1942      UBEDA(J)            BILBAO

 

 

María Josefa García-Valenzuela Lillo nació en Úbeda, Jaen, en 1918, si bien es cierto que he encontrado otro tipo de referencias que sitúan la fecha en 1910 y también en 1912.

Estudió con el socio de la Asociación de Pintores y Escultores, Gustavo de Maeztu, durante cinco años en Estella.

Estudió tres años más con el artista esmaltador de exquisita sensibilidad y formación colorista, el bilbaíno Francisco Álvarez Galíndez, Medalla de Oro de 1913 en la Escuela de Arte Industrial de Ginebra.

Se trasladó después a Barcelona, para continuar los estudios de esmaltado, bajo la maestría de Miguel Soldevila, el esmaltador más destacado de su tiempo, con rica gama de colores e irisaciones y junto a Modesto Morató, el famoso orfebre que abandonó el taller familiar para dedicarse por entero a los esmaltes.

La primera noticia oficial que de ella tenemos la leemos en La Voz, La Libertad, El Debate y La Nación, con motivo de su participación en el XIV Salón de Otoño de 1934, siendo propuesta para socio, junto a otras artistas asociadas como Ana de Tudela o Flora López del Castrillo.

Participó en la Exposición Nacional de Bellas Artes de ese mismo año, según aparece en el diario Las Provincias.

Puerto de Bermeo. Acuarela y tinta sobre papel

 

En los Cuadernos de Arte e Iconografía de la Fundación Universitaria Española, Seminario de Arte e Iconografía “Marqués de Lozoya” de Madrid (2017), se publica un Anexo correspondiente a “La discípula de Gustavo de Maeztu, María Josefa García Valenzuela”, en la que se recoge que “la artista se presentó en 1935 a la Tercera Exposición de Artistas Vascongados celebrada, como otros años, en los salones del Museo de Arte Moderno de Bilbao, junto a otros sesenta y siete artistas.

Puente del Arenal. Acuarela y tinta sobre papel

 

Allí destacó María Josefa con dos esmaltes: Vieja Castilla y Puerto de pescadores, aunque en realidad era pintora al óleo y sobre todo, era la única alumna que tenía Gustavo de Maeztu.

Ésta y el joven Arturo Acebal Idígoras, pintor y escultor, son las únicas personas que pudieron llamar «maestro» a Gustavo de Maeztu.

El encuentro de la joven Mª Josefa con Gustavo de Maeztu nos lo ha contado muchas veces pues llegan a tener gran amistad, ella y su numerosa familia, con la familia Maeztu. Nos recordaba cómo al montarse en el tranvía de Bilbao se encontró que el número del ticket era capicúa y pensó que eso le iba a traer suerte, que ha llegado el momento de conocer al artista que admiraba desde hacía tiempo y que hasta ahora no se había atrevido acercarse. Decidida fue a su casa, preguntó por él y le pide ser su alumna. Gustavo se asombró porque, claro, el someterse a un horario fijo, el explicar paso a paso su pintura, el cobrar una cantidad determinada… no eran situaciones fáciles de admitir por el «libre» Gustavo, y quedaron en que fuera por su casa cuando quisiera para verle pintar.

Con ese acuerdo era difícil coincidir pero sí iba tomando la pintora el aire de su «maestro» y sobre todo le aconsejaba cómo hacerlo y hacia qué tipo de pintura debe dirigirse. Él fue el que le recomendó que aprendiera a esmaltar, técnica que desarrolló con mucho acierto. Fue su alumna durante toda la vida de Gustavo”.

Reproducimos el afectuoso y cercano recuerdo personal de su alumna, ya mayor, sobre su admirado Gustavo de Maeztu: «Hablar lo que se dice hablar, ni sé ni pretendo. La junta de P. Históricos me ha elegido a mí por haber sido la única discípula, junto con Acebal el ceramista, de este genial pintor. Y porque quizá crean que yo sea la más adecuada para hablar de su obra. ¡Todo lo contrario! No tengo talla para enjuiciar su pintura y lo único que les diré, y mal, es algo de su vida y un poco de su obra. A mi manera. Gustavo de Maeztu fue un gran amigo, un gran señor y un magnífico pintor, y genial en todo…  Con sus pinturas a la encáustica y sus cementos colorantes, empieza a estudiar las materias con que están pintadas las cuevas de Altamira, pero como Leonardo de Vinci abarca más de lo que la vida le puede dar de sí. Sin embargo revistas científicas hablan de los cementos, y un día, en su estudio de Bilbao me enseña una carta de una empresa noruega anunciándole la visita. Llega ese día, y con su chamarra de diez bolsillos, (porque los tenía hasta por la espalda, para sus álbumes de bocetos), se va a comer con estos señores al Torróntegui. Pero por la noche en su casa da una cena de smoking y les dice que su invento de cementos colorantes o se lo compra el Estado o se lo lleva a la tumba, como así desgraciadamente ha sido, pero que no sale de España. En esa casa estudio de Estella donde yo aprendí a pintar vi desfilar gentes bohemias como él, artistas, escritores, gitanos, diplomáticos y allí en esa casa-estudio propiedad de su gran amigo el Marqués de Feria, que se lo alquilaba creo que por dos duros al mes, Gustavo de Maeztu pintaba con una mano y con la otra sostenía el tubo que se le caía. Era tan genial, que un día compró una reja por tres cuartos, y dio una fiesta a la reja, para lo cual invitó a todos los escritores navarros, poetas y pintores. Llegó Zuloaga para ese acontecimiento, y cada uno puso de su cosecha algo para cantar a la reja, que le cortó creo que 50 pesetas y se gastó miles en el canto que le dedicó. Otro día el Embajador japonés le adquiere un cuadro: motivo, unos burros. Este gran coleccionista nipón propone regalarlo al museo de su país y Gustavo ordena que a esos burros de unos gitanos, se les de un gran pienso. Jamás le oí hablar mal de ningún pintor. El que no era artista, era un buen padre de familia, o un hombre que no podía permitirse el lujo de pintar bien porque otras actividades se lo impedían y así disculpaba o el fracaso o la falta de personalidad. Gustavo de Maeztu se viene a Estella cuando el asesinato de Calvo Sotelo. Le escribe a su hermano Ramiro para que se venga aquí, porque el ambiente se pone feo, pero el gran don Ramiro, como él le llamaba, le escribe y le dice que su puesto está en Madrid y no lo puede abandonar. Y con aquella manera de hablar a escopetazos que tenía Gustavo, me dijo: ya verá como tendré que ir a buscarle en un caballo blanco como Santiago y con la boina blanca de Zumalacárregui. Era amigo de todos los gitanos, que por Maeztu tenían verdadero respeto y adoración. Cuando yo iba a pintar a su estudio, muchas veces sola en aquel caserón, me daba la llave y me decía: no tengas miedo, ahí están los gitanos que te custodiarán, porque ellos no empiezan a ser peligrosos hasta los tres kilómetros. De cerca vigilan como mastines. Y yo temblando hasta que aparecía o la madre de Maeztu o las muchachas. Este pintor que tenía enfoque mundial, jamás quiso aprovecharse de la situación de su hermano Ramiro, ni en la política ni cuando estuvo de Embajador en Buenos Aires. Recibió una invitación para exponer en una gran sala argentina y me decía siempre que cuando pasaran unos cuantos años iría. Pero jamás en aquel tiempo para que no creyeran iba al calor del puesto de su hermano. Su pereza por salir de Estella donde todo el mundo le quería y tan popular era, le restó ese puesto que le correspondía en el panorama mundial del arte, como una primera figura que era. Su muerte tan prematura, cuando tantas cosas le quedaron por hacer tuvo un final que yo creo que en Estella se recordará como nota emocionante del gran pintor bohemio y bueno. Salió del cuarto el sacerdote que le confesó, y el pobre de Maeztu ya casi sin voz, le llamó a su hermana Ángela para que encargara la mejor tarta en la pastelería y se la enviara a este ministro del Señor que tan bien le había preparado para la otra vida. Cuando su hermana me contaba esta nota triste y graciosa a la vez del pintor a quien yo debo lo que soy, recé por el alma de este hombre de espíritu; mezcla de bohemio infantil que, al final de sus días, no quiso vender sus obras a ningún precio, porque Estella se merecía un museo. Y este lo regaló él. Descanse en paz el que en su vida fue un poco de todo: escritor, poeta y hasta torero a ratos. Pero artista genial siempre, gran amigo y gran señor. Que Estella corresponda a este gesto con otro y si esta bella ciudad que posee tantos monumentos nacionales le dedicara uno a su museo, sería de justicia».

Cuando Mª Josefa García Valenzuela escribió estas cuartillas todavía andaban las obras de Maeztu errantes por diferentes sótanos de la ciudad, hasta que definitivamente en 1991 se inauguró su Museo en el precioso edificio del Palacio de los Reyes de Navarra de Estella. Aunque ya muy mayor pero muy lúcida hasta el final, su alumna ha sabido que las obras de Maeztu están, por fin, bien albergadas”.

Úbeda

En 1939 estuvo presente en la Exposición de Pintura, Escultura y Arte Decorativo celebrada en el Hotel Carlton de Bilbao, que había sido la sede del Gobierno de Euzkadi, donde participa junto a otros pintores como Gustavo Maeztu, Julio Moisés, Marisa Roesset, Ignacio Zuloaga, Ignacio Zuloaga “El Mozo”, escultores como Moisés de Huerta y artistas de otras artes en las que entra nuestra artista, muchos de ellos socios de la Asociación de Pintores y Escultores.

Ese mismo año participó también en la Muestra Internacional de Arte Sacro que tuvo lugar en Vitoria.

En 1941 obtuvo un Segundo Premio en el Milenario de Castilla, celebrado en Burgos, y en 1943 el Primer Premio de Artesanía con el tríptico “Castilla”, que adquirió el Estado español.

Paisaje. tinta sobre papel

 

En 1944 el periódico Destino, en su Sección “Las exposiciones y sus artistas. Formas y colores”, dedica una columna a María Pepa García Valenzuela y sus esmaltes:

No todas las artes gozan del mismo predicamento entre el gran púbico. La pintura al óleo absorbe la casi totalidad de las vocaciones que ven en ella una mayor posibilidad de prestigio y ganancia inmediata. No habría nada que objetar a este hecho si no viéramos, paralelamente, cómo van disminuyendo los cultivadores de otras técnicas «menos asequibles. Así, el esmalte, de tan gloriosa tradición y que actualmente, salvo contadas excepciones, tiene un simple valor de arte aplicado a la joyería.

Entre estas excepciones que continúan creyendo en el esmalte como un procedimiento capaz de recoger toda la inquietud de una sensibilidad artística, cabe señalar la de la joven artista norteña María Pepa García Valenzuela. He aquí un caso simpático de vocación. Después de sus primeros éxitos —primer premio de Artes diversas, en la pasada Exposición Nacional de Artesanía; Primer Premio de la Asociación de Pintores y Escultores de Madrid—,un buen día, Mª Pepa García Valenzuela se decide a seguir el consejo de su paisano, el doctor Jauristi, uno de nuestros pocos tratadistas del arte del esmalte, que le indica el nombre de algunos esmaltadores catalanes como posibles elementos eficaces para el enriquecimiento de su técnica, ya de sí depurada y suficiente. En ocasión de su estancia en Barcelona por motivos de estudios, María Pepa Valenzuela nos ha hablado del esmalte en España, de sus posibilidades, del arte señorial de SoIdevila, de la técnica apuradísima de Morató, de Ricardo Arrúe, de Andreu Álvarez Galíndez,  y de los grandes maestros extranjeros Schneider y Gaveau.

María Pepa García Valenzuela habla con simpática vivacidad de los problemas de su arte. Pero, más que insistir sobre los elementos técnicos de su arte, tiene un curioso afán para demostramos que el esmalte es un arte capaz de reflejar el carácter de una época y la fuerza de una personalidad.

—El esmalte —nos dice— no puede detenerse en su evolución. Quizá su principal defecto ha sido siempre su excesiva dependencia en relación a otras artes. Pero no puede ser juzgado por su parasitismo accidental. Yo creo que debe renovarse, perdiendo el fácil anacronismo o la sumisión excesiva a expresiones que ya no se adaptan a nuestro momento. En este sentido, estimo en mucho la obra de Soldevila  por ser, en algunos de sus aspectos, un reflejo exacto de su tiempo, servido con una técnica excepcional. Yo busco en mis esmaltes la máxima expresión con un mínimo de líneas. En cuanto a temas, creo en la vía directa, en el apunte del natural. Ese ha sido mi camino en mis esmaltes a base de tipos vascos. En cuanto a los temas religiosos lo sacrifico todo a una fuerte expresividad. Estos valores de expresión no pueden hacernos olvidar la necesidad de una técnica exacta y precisa, pero tampoco deben sacrificarse aquellos a ésta.

Expresado en otra forma, el esmalte no es únicamente una técnica. Marta Pepa García Valenzuela tiene el propósito de celebrar en la próxima temporada su primera exposición barcelonesa. En aquella ocasión las obras hablarán por ella. Pero los que ya hemos tenido ocasión de saborear las delicadezas de su arte nos complacemos en augurar un éxito a esta exquisita artista que los buenos hados nos han traído ahora a nuestra ciudad”.

En 1945 presentó el dibujo titulado “Sinfonía marinera”, a la Exposición Nacional de Bellas Artes celebrada en los palacios del Retiro.

Sobre estas líneas, algunas fotografías de su obra Vía Crucis, pertenecientes al Archivo Moreno

 

En 1946 expuso con gran éxito sus esmaltes en San Sebastián, como así lo recogió la revista Fotos, y realizó una Exposición de Esmaltes en la Sala de Estampas del Museo Nacional de Arte Moderno, que se clausuró el 11 de noviembre con un acto en el que habla sobre la exposición el que fuera Presidente de la Asociación de Pintores y Escultores, José Francés.

Anuncio del I Salón  Femenino de Arte Actual en el que participó

 

También en el año 1946, el periódico Destino, en su Sección “Las exposiciones de la semana”, dedica otra reseña a la artista, con motivo de su exposición en la Sala Argos de Barcelona:

 “El esmalte es el fruto de una técnica sabia y audaz. El llamear de los colores apasionados en el fuego helado de la superficie vitrificada, exige un cálculo certero, una lúcida penetración en el matiz, en los imponderables que cooperan en la fastuosa riqueza. María Pepa García Valenzuela ha llegado pronto a un completo dominio de tan difíciles y esquivos elementos.

  1. García Valenzuela no se aviene al triste papel que generalmente se atribuye al esmalte. Es simpático su gesto de rebeldía no admitiendo como única razón de esta técnica su fácil e inmediata aplicación a la orfebrería. De ahí este cargar el acierto sobre lo que en todo arte es expresión de una personalidad concreta. Estos esmaltes se enriquecen con la Intención explícita en sus elementos formales: en el arabesco lineal, en la modulación cromática. Se advierte que la artista ha buscado su inspiración en los apuntes del natural y que antes que esmaltadora se considera, simplemente, artista. Sus escenas vascas no son simple traducción al esmalte de formas halladas. Contienen un personal esfuerzo de interpretación de un paisaje y de un pintoresco. En cuanto a sus escenas religiosas, esta misma fuerza de personalidad se manifiesta en una expresividad amiga de laconismos que hacen más patentes las fulguraciones de la materia. Su «Via-Crucis» es un esfuerzo notabilísimo en este camino de dramática simplicidad.

María Pepa García Valenzuela acompaña sus esmaltes con algunas telas al óleo y una serie de dibujos. Estos últimos nos interesan, especialmente, porque en cierto modo constituyen los elementos previos de esta completa cristalización artística que se manifiesta en los esmaltes”.

Esta exposición fue recogida también en la Hoja oficial de la provincia de Barcelona, en la que leemos: “En las Galerías Argos hace su primera aparición en Barcelona la distinguida artista vasca María Josefa García Valenzuela. Expone algunas pinturas, dibujos coloreados y una magnífica colección de esmaltes. Estos últimos han ganado para su destacada autora lauros merecidísimos. Así, su “Rincón marinero”, obtuvo el primer premio –siendo adquirido por el Estado español- en la Exposición Nacional de Artes Decorativas de 1943; y su “Cristo muerto”- que forma parte de un interesantísimo “Vía Crucis”- fue acreedor de una Segunda Medalla en la Exposición de Artesanía celebrada en Burgos, en 1944, con motivo del Milenario de Castilla. Asimismo, fue merecedora de un Primer Premio en el Salón de Otoño del propio año, habiéndole sido adquirida también por el Estado una importante colección de dibujos sobre temas de nuestra Cruzada. María J. García Valenzuela tiene del esmalte un concepto moderno, apartado de la técnica miniaturista que parece ser la más seguida por sus cultivadores. Y en sus admirables piezas triunfa una hierática austeridad, un simplicismo lineal que no es óbice para que la artista prodigue generosamente las riquezas de color y de matiz, conseguidas en la mayor parte de sus obras con una abundancia y una armonía de tonos ciertamente notable. En otras piezas, como las que integran el aludido “Vía Crucis”, aquella también citada austeridad se acentúa adrede, en busca de una intensidad dramática cuya idónea función no se vea entorpecida por elementos que puedan paliar su ascética y emocionada expresión, lograda sobriamente. Aparte de este interesante conjunto, merece principalísimo elogio su espléndido tríptico “Alegoría” –acaso la más acabada y enjundiosa de sus realizaciones- “Puentedey”, rico en calidades y de varonil fuerza; “Dolorosa”, “Pataches”, “Nostalgia” y el ya citado “Rincón marinero”. Deseamos a la refinada y relevante artista una grata estancia entre nosotros, augurándole un éxito a todas luces justo”.

En 1950 participó en la Exposición de Arte Sacro de Roma y realizó algunas otras exposiciones, como la celebrada en la Universidad de Oviedo.

Obra presentada al XIV salón de otoño.

Estío, presentada al XXIII Salón de Otoño

 

Por Real Orden del 14/7/1953, el Estado lleva a cabo la compra de dos de sus obras con destino al Museo Nacional de Artes Decorativas, según ofrecimiento de la propia artista, y por importe de 60.000 pesetas. Se trata del tondo esmaltado titulado “Natividad”, y de la placa de vidrio y cristal titulada “Sagrada Familia. Adoración de los pastores”.

En 1954, por la revista Hola, sabemos que la artista regresó a exponer a Bilbao tras permanecer varios años en Barcelona.

Distintos apuntes y paisajes de la artista

 

En 1955 participó en la III Bienal Hispanoamericana celebrada en Barcelona.

En 1959 logró la Primera Medalla de Arte Decorativo de la Exposición de Bellas Artes correspondiente al XXX Salón de Otoño.

En 1960 obtuvo una Pensión de Bellas Artes, consistente en una asignación de 50.000 pesetas, concedida a los cultivadores de los diversos géneros artísticos, con objeto de favorecer la actividad creadora y facilitar al artista el poder liberarse por un cierto tiempo, de trabajos ajenos a la creación, estimulando otras actividades de carácter teórico, crítico o interpretativo.

En 1962 participó en el Salón Internacional Femenino, como lo recoge el Diario de Burgos, junto a otras artistas de la Asociación de Pintores y Escultores como María Revenga, Josefina Miró, Menchu Gal, Mercedes Gómez Pablos, Gloria Merino, Carmen Arozana y María Dolores Andreu.

Respecto a este I Salón Femenino de Arte Actual, recogido en la Hoja oficial de la provincia de Barcelona, hay que añadir que se celebró en la sala municipal de exposiciones del antiguo Hospital de la Santa Cruz de Barcelona, contando con la colaboración del Ayuntamiento y la Diputación de Barcelona. En el mismo participaron 56 artistas en las disciplinas de pintura, dibujo,  cerámica, grabado y esmalte, siendo la invitada de honor Olga Sacharoff.

Fuera de catálogo, María Josefa García Valenzuela exhibió varios esmaltes, figurando como becaria de la Fundación March, y destacándose que “la distinguida artista es muy conocida en el ambiente artístico de Barcelona por haber expuesto en ella varias veces sus exquisitas realizaciones”.

Natividad. Esmalte, Museo de Artes Decorativas

 

En 1962 presentó la acuarela titulada “Puerto de Agrigento”, a la Exposición Nacional de Bellas Artes, donde reseñó que era “natural de Úbeda, domiciliada en Bilbao, en el Paseo Campo Volantín, 28; discípula de Gustavo de Maeztu. Ha expuesto en Museo Nacional de Arte Moderno de Madrid, Universidad de Oviedo, Bienal de Barcelona, Exposición Internacional de Arte Femenino, exposiciones nacionales”.

En este mismo año, dentro de un estilo tradicional, pero con elementos renovadores, María Josefa García Valenzuela realizó, con ayuda de la Fundación March, un gran panel de esmalte en ópalos traslúcidos y opacos, con temas marinos.

Sagrada Familia: Adoración de los Pastores. Museo de Artes Decorativas

 

En 1970 se presentó a los Premios Villacis y Muñoz Barberán que convocaba la Diputación Provincial de Murcia, al igual que hiciera en 1974, año en que no fue admitida, y en 1976.

En 1973 presentó una exposición en la Caja de Ahorros de Oviedo con veintisiete cuadros y doce esmaltes.

Según algunas  fuentes, María Josefa García Valenzuela falleció en Bilbao, en 1997, sin embargo, en El Correo español del día 5 de marzo de 2001, se cita que “en el día de ayer falleció en Bilbao Doña María Josefa García Valenzuela, pintora”, lo cual no ofrecería dudas acerca de la fecha de su defunción, situándola en el 4 de marzo de 2001.

Los esmaltes de Maria Josefa Garcia Valenzuela figuran en museos y colecciones particulares de Méjico, Barcelona, Roma y Bilbao.

La Diputación de Asturias adquirió el esmalte “Descendimiento”, y, además de otros trabajos para esta última ciudad, la artista realizó un Vía Crucis, los esmaltes para los trasatlánticos “Cabo de San Roque” y “Cabo de San Vicente” y para algunos Paradores Nacionales.

 

La Espera, presentada al XVIII Salón de Otoño

Poema castellano, presentado al XIV Salón de Otoño

 

María Josefa García Valenzuela y la AEPE

*En el XIV Salón de Otoño de 1934, en Arte Decorativo

Poema castellano

* Al XVII Salón de Otoño de 1943 llevó

Puentedey, esmalte

La Virgencita de la aldea, esmalte

Mater Amábilis, esmalte

Puerto viejo de Algarta, esmalte

*En el XVIII Salón de Otoño de 1944 presentó

Cristo muerto, esmalte en ópalos

De la fuente, esmalte en ópalos y traslúcidos

La espera, esmalte en ópalos y traslúcidos

*Al XXI Salón de Otoño de 1947 presentó

Estío

*Al XXIII Salón de Otoño de 1949 presentó una única obra en la sección de Arte Decorativo

Estío, tríptico de esmaltes ópalos traslúcidos

*Al XXV Salón de Otoño de 1952 presentó

Paz marinera

*Al XXVI Salón de Otoño de 1954 presentó

Haro (Logroño)

Virgen marinera

José Gabriel Astudillo, Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores

En una votación atípica

Sobrevenida por las circunstancias especiales en que estos días se ve envuelta la ciudad de Madrid, debido a la celebración de la cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, OTAN, la jornada electoral que la Asociación Española de Pintores y Escultores llevó a cabo el martes 28 de junio de 2022, se convirtió en una gran carrera de obstáculos contra la que nada se pudo hacer.

Madrid sufría cortes de tráfico con interrupciones que afectaron al Paseo de la Castellana, Gran Vía, Recoletos… y un largo etcétera de calles de la almendra central de la capital, donde se encuentra enclavada la sede social de la AEPE.

Fueron cientos las llamadas que se recibieron en la sede social de la AEPE, a través de las cuales los socios residentes en Madrid, principalmente, nos reiteraban su apoyo pero expresaban su imposibilidad de acercarse hasta el lugar de votación.

El Presidente en funciones, atendió muchas de estas llamadas en las que recibió el apoyo total de los socios, que lamentaban no poder acercarse a ejercer su derecho a voto.

Fuera de la sede social, el ambiente era bastante atípico, con unas calles tomadas por la policía en las que no era posible circular en vehículo, y se hacía difícil hacerlo incluso a pie.

Los controles policiales y los continuos cortes del poco tráfico rodado no hicieron posible que las segundas votaciones democráticas de la historia de la AEPE fueran lucidas.

No obstante, los pocos y osados “socios” que se acercaron a la sede social, arroparon al único candidato y además de cumplir con su derecho a voto, asistieron a la celebración de la Asamblea de proclamación de Presidente de la AEPE, y presenciaron la investidura.

Con una sola candidatura, José Gabriel Astudillo fue proclamado Presidente, acompañado de la casi totalidad de la Junta Directiva propuesta en esta nueva etapa, a excepción de Manuel Díaz Meré que se encontraba indispuesto, quienes en todo momento se mostraron ilusionados por continuar un trabajo que llevan a cabo con tanto orgullo.

Por su parte, el Presidente, se mostró agradecido por la cantidad de votos recibidos por los conductos reglamentarios, de los socios de provincia, principalmente.

Se mostró feliz y aludió a su responsabilidad por seguir haciendo de la centenaria entidad, una institución de referencia artística y cultural de España

 

Su Junta Directiva está formada por Juan Manuel López Reina, como Vicepresidente, Mª Dolores Barreda Pérez, como Secretaria General, y por los Vocales Alicia Sánchez Carmona, Antonio Téllez de Peralta, Paloma Casado López, Carmen Bonilla Carrasco, teniendo como Bibliotecario a Fernando de Marta y Sebastián, como Tesorera de la entidad a Ana Martínez Córdoba y como Consejeros a Manuel Díaz Meré y Jesús Alcolea Ríos.

José Gabriel Astudillo afronta así el que será su tercer mandato, aunque el segundo democrático, con una Junta Directiva formada por artistas y gestores con amplia experiencia y reconocido prestigio artístico y personal, y quiere destacar sobre todo su agradecimiento personal y reconocimiento institucional a los miembros que conforman la Junta, y dar especialmente la bienvenida a quienes se incorporan, para entre todos lograr muchos éxitos en los próximos cuatro años que redunden en beneficio de todos los socios de la entidad y del mundo del arte, de los artistas y de la sociedad española en general.

 

Esta web utiliza cookies propias para su correcto funcionamiento. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Ver Política de cookies
Privacidad