La escultura monumental de Canogar se instala en Carabanchel

La AEPE acompañó al artista en tan emotivo acto

 

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, inauguró el pasado 30 de junio, la instalación de la escultura Hermes, de Rafael Canogar, Medalla de Honor de la AEPE, en el cruce de la calle Antonio Leyva y Josefa Fernández Buterga, del madrileño distrito de Carabanchel.

La escultura ha estado expuesta en la plaza de Cibeles en el marco de la exposición que CentroCentro ha dedicado a su obra.

En el acto estuvieron presentes la delegada de Cultura, Turismo y Deporte, Marta Rivera de la Cruz, el concejal del distrito, Carlos Izquierdo y el Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, José Gabriel Astudillo López, así como el propio artista.

Rafael Canogar, Medalla de Honor de la AEPE, y José Gabriel Astudillo, Presidente de la AEPE, en el acto de inauguración

 

Hermes se incorpora a la Ruta del Arte de Carabanchel, un proyecto pionero que recorrerá el distrito conectando murales, esculturas y espacios de creación vecinal y consolidando la marca Distrito 11 como un referente de vanguardia en Madrid

Se organizará en dos grandes ejes: uno centrado en la pintura y escultura contemporánea, y otro que abarcará muralismo y arte urbano

Almeida ha agradecido a Canogar “su generosidad, talento y excelencia” con esta ciudad “que tanto le quiere y le acoge”, ya que la colocación de la estatua Hermes “permite fundir lo mejor de la cultura con nuestro espacio público”, una forma de “hacer de la cultura parte de nuestra vida cotidiana” y, ha subrayado Almeida, “nos señala cuál es el mejor futuro para la ciudad y el camino más corto para crecer como sociedad”.

Asimismo, el alcalde ha puesto en valor la labor del concejal Carlos Izquierdo “por crear las mejores condiciones para convertir el distrito en un ecosistema de creación artística” con especial énfasis en el arte contemporáneo, “pero que acoge cualquier manifestación que venga a enriquecernos como ciudad y sociedad”. En este sentido, Almeida ha destacado que “la ciudad de Madrid no se entiende sin la cultura, sin sus creadores, artistas y galerías”, ese ecosistema “que nos permite desconectar del día a día para disfrutar del placer de la cultura”.

La instalación de la obra, en el cruce de la calle Antonio Leyva y Josefa Fernández Buterga, continúa el modelo descentralizado y colaborativo impulsado por la Junta Municipal de Carabanchel. Esta escultura monumental se enmarca en un plan estratégico para consolidar un circuito cultural al aire libre, con una red de esculturas de calidad a lo largo de 460 metros.

La escultura Hermes se incorpora así a la Ruta del Arte de Carabanchel, un proyecto pionero que recorrerá el distrito, conectando murales, esculturas y espacios de creación vecinal y consolidando la marca Distrito 11 como un referente de vanguardia en Madrid.

Esta ruta se organizará en dos grandes ejes: uno que desciende desde la avenida de Marqués de Vadillo por la calle de Antonio Leyva, centrado en la pintura y escultura contemporánea y otro que asciende por la calle de General Ricardos, centrado en el muralismo y el arte urbano. Por lo que el distrito suma la obra de Canogar a las de artistas como Abraham Lacalle, Santiago Ydáñez, Sfhir, Lidia Cao o Gerada.

La pieza, que ha estado expuesta en la Plaza de Cibeles desde el 29 de abril, es la última escultura de Rafael Canogar y se enmarca en la muestra del pintor y escultor toledano que se ha podido visitar en el espacio cultural CentroCentro hasta el 18 de mayo. La retrospectiva ‘Rafael Canogar. Realidades [Obras 1949-2024]’ está compuesta por 60 obras, procedentes en su mayoría de la colección personal del artista, así como de otras colecciones públicas y privadas como la del Museo Reina Sofía.

Firmas con sello de lujo. Tomás Paredes

Rafael Canogar, Premio Velázquez

 

El 25 de noviembre de 1891 aparecía en El Liberal, el artículo: “La catástrofe de anoche: España está de luto. Incendio en el Mueso de Pinturas”, lo firmaba Mariano de Cavia. Refería el texto que el Museo del Prado había ardido y contaba al detalle como había sucedido y quienes eran los afectados. Al final, aclaraba que era una broma, sólo un aviso por las pésimas condiciones de funcionamiento de la pinacoteca.

La mayoría de los lectores, entonces como ahora, no leyeron el final y salieron de sus casas despavoridos a contemplar el estado de la ruina, concentrándose un gentío desmesurado ante el edifico de Villanueva. Al día siguiente, El liberal publicó una aclaración del autor con rubro: “¿Por qué he incendiado el Museo de Pinturas?”, que explicaba los motivos y concluía: “Hemos inventado una catástrofe…para evitarla”.

El objetivo de Cavia era denunciar la situación precaria del Museo. Empleados y ujieres vivían en los bajos del museo con sus familias y en los altos cocinaban y hacían fuego para calentarse en el invierno. La situación era insostenible, de acampada, y eso inquietó al escritor y para llamar la atención, no se le ocurrió otra cosa que narrar su incendio con marcado dramatismo y anunciar que todo había quedado reducido a cenizas.

El 28 de noviembre, el ministro de Fomento, Manuel Linares Rivas, visitó el Museo y comprobó que los temores y datos ofrecidos por Cavia eran ciertos y objetivos. Y comenzó a tomar las medidas necesarias con la dirección y los arquitectos responsables para resolver aquel desaguisado.

 

Mariano de Cavia y Lac, zaragozano de 1855, se formó en el colegio jesuita de Carrión de los Condes y en su ciudad, comenzó a colaborar en semanarios, con la ilusión de ser periodista. En 1881 ingresa en El Liberal, poco tiempo. Dirige el Diario Democrático de Tarragona unos meses y vuelve a El Liberal. Va al Heraldo de Madrid, 1985, y al final de ese año escribe en El Imparcial hasta 1917, pasando a continuación a El Sol.

En un artículo, El Imparcial, 1.VIII.1908, defiende el uso de la palabra balompié, contra los que difundían la de fútbol, que comenzaba a generalizarse. Cavia fue un defensor del español y un pulcro sajelador de la palabra. En 1916, la Real Academia Española de la Lengua le elige como numerario, aunque se quedó en electo, porque su salud quebradiza no le permitió leer su discurso de recepción, que versaba sobre el “idioma aragonés”.

Alfonso XIII le condecoró y el Ayuntamiento de Zaragoza le nombró hijo meritísimo. Escribió crónicas taurinas con el pseudónimo de “Sobaquillo”. En De pitón a pitón, 1891, publica una entrevista imaginaria con el Nuncio del Vaticano sobre la moralidad de las corridas de toros. Entre sus obras: División de plaza, Azotes y galeras, Grageas, Chácharas.  Moría en 1920 y dos años luego, se editaba de forma póstuma su obra Limpia y fija. En su tiempo, tuvo una importancia extraordinaria y un halo exótico, ya que vivía en un hotel y tenía un piso para su biblioteca. ABC instituyó un premio con su nombre, para distinguir la belleza en la escritura.

 

El titular del incendio del Museo del Prado era apócrifo, como el que figura, ut supra, encabezando estas líneas, mal que nos pese a muchos. No, Rafael Canogar no ha sido aún distinguido con el Premio Velázquez lo que es noticia y supone una afrenta al Premio infligida por los sucesivos jurados.

Se suele culpar al gobierno o al ministro de Cultura de este desafuero, pero, la culpa es de quien vota: si no es libre para decidir o sigue consignas de quien le convoca, evidencia su incapacidad para ser jurado. Un títere no tiene dignidad, ni entidad, pende de quien tira de las cuerdas para que actúe. El gobierno ahora lo copa todo, con el mayor descaro y sin arrugarse, pero los peones que jalean la fiesta, ya están señalados por su oportunismo cobarde y su colaboracionismo.

Es una praxis espuria la que se ahorma en torno a la idea de criticar a unos para defender a otro. No se trata de denigrar a ninguna de las personalidades que lo han obtenido. ¡Felicitaciones para todos ellos! Sí, de defender la identidad de quien se propone, justiciando esa decisión con evidentes muestras objetivas, sin añagazas.

El Premio Velázquez fue creado por Orden del 17.VII. 2001 del Ministerio de Educación, Cultura y Deportes, constituido como galardón de carácter internacional “que premia la obra de un creador en el ámbito de las artes plásticas”. En la Orden que convoca el correspondiente a 2024, leemos en su artículo “Primero. Objetivo y finalidad del Premio: “El premio <Velázquez> de las Artes Plásticas…tiene por objetivo reconocer la totalidad de la obra de un creador en el ámbito de las artes plásticas en cualquiera de sus manifestaciones”.  La orden cita los requisitos para la presentación de candidaturas y da quince días de plazo desde su publicación en el BOE, que suele ocurrir en la primera quincena de julio.

 

Fecha sospechosa, dada nuestra meteorología. Presentar candidaturas en un tiempo veraniego de altas temperaturas es poco acertado, tramposo. Pero, no hay disculpas y las instituciones atentas a nuestro desarrollo socio-cultural deben de estar prestas en todo momento para cumplir su cometido en defensa de la cultura y la creatividad. Con posterioridad ha habido alguna modificación en relación al jurado, para hacerlo cada vez más manejable y por tanto improcedente.

Los galardonados son: Ramón Gaya, el primero, 2002; Tápies, Palazuelo, Juan Soriano, Antonio López, Gordillo, Cildo Meireles, Antoni Muntadas, Doris Salcedo, Artur Barrio. En 2012 no se otorgó. Aún, Jaume Plensa, Esther Ferrer, Isidoro Valcárcel Medina, Marta Minujin, Concha Jerez, Antoni Miralda, Cecilia Vicuña, Soledad Sevilla, Tania Bruguera, Elda Cerrato, Marisa González y Francesc Torres. No comparo, ni juzgo la desigualdad de esta nómina, el lector valorará esas trayectorias en relación a la desarrollada por Rafael Canogar.

¡Que no haya ni un miembro del grupo El Paso, entre los agraciados, es significativo, cuando fue el conjunto que más internacionalizó el arte hecho en España! Antes de establecer esta distinción murieron algunos miembros, pero en su vigencia estaban vivos Martin Chirino, Antonio Suárez, Luis Feito, ha poco desaparecidos. El único vivo es Rafael Canogar. Y no es su permanencia lo que merece mi atención, ni su pertenencia a El Paso, sino la calidad de su deslumbrante cursus honorum, la entidad y variedad de su trabajo sin renunciar jamás al rigor, ni perder nunca la orientación.

 

Rafael Canogar es, no el decano de nuestros artistas, si el más internacional. Este premio no va de edad, ¿o sí? En todo caso, la presencia de un Premio está en relación a la categoría de los premiados, quienes lo prestigian. A pesar de mi consideración por el maestro Ignacio Iturria, no creo que haya en el ámbito iberoamericano ninguna obra con la dimensión que exhibe la de Canogar.

Ignoro si este año el Premio Velázquez 2024 se le concederá a Rafael Canogar, sí así fuere, bienvenido sea, aunque haya tardado tanto. Pero si un año más, el jurado halla una trayectoria más importante e interesante que la suya, insistiremos el año que viene, desde distintas Instituciones, en proponerlo, como un acto de decencia, de justicia, ético.

En CentroCentro, Ayuntamiento de Madrid, palacio de Palacios, frente a la Cibeles, se puede contemplar una retrospectiva de su obra, con rubro de Realidades.1949-2024, hasta el 18.V.25. No es una antológica, pero hay piezas suficientes para entender su capacidad plástica y su dimensión, en recorrido comisariado por Alfonso de la Torre.

Fotografía Fernando Puente

 

Comisarié una antológica de su obra, Edificio da Alfândega de Oporto, patrocinaba Cordeiros Galería, con motivo de su septuagésimo quinto aniversario y conoció un éxito extraordinario. Expusimos piezas de diferentes épocas: pinturas, esculturas; realismo social, abstracción, informalismo…Logramos imbricar cuadros, libros, botellas de oporto de añadas distantes, carteles. Canogar es muy apreciado en Portugal, hay grandes colecciones enriquecidas con sus piezas. Sucede igual en Italia, Francia, Alemania, Dinamarca, Suecia, EEE.UU., Japón, China, México, Venezuela, Países Bajos, Uruguay, Polonia, Croacia, Noruega, Finlandia…

En los concursos públicos, del tipo que sean – municipales, nacionales.  internacionales, incluso privados-, se juzga lo que se presenta. A veces, las excusas vienen de esa circunstancia. Pero eso no se puede alegar en este caso, porque me consta que no es la primera vez que su candidatura se presenta. Hecho absolutamente ajeno al autor.

La gran virtud de Canogar es que se formó en la pintura, de la mano de Vázquez-Díaz; emergió de ella, quiso experimentar, pero siempre retornó a la pintura. Sus salidas han servido para reafirmar su entidad genuina y poder volver, cada vez con más fuerza, a la pintura. Es su destino, como la palabra para el poeta. Al regresar, deja algo para integrarse en lo que era: un pintor germinal, nunca acabado, en diálogo perenne, siempre distinto, siempre el mismo.

“Cuando llegué a la exposición de Canogar aún no estaba abierta. Di una vuelta por Cibeles hasta la hora de apertura. Subí a la 5ª, estaba solo, como me gusta ver las exposiciones, iba deteniéndome en las obras, hasta que delante de Toro de fuego, sentí alguien detrás. Me volví y creí reconocer al ministro de Cultura, Sr. Urtasun. Me hizo un gesto, como asintiendo, sí, soy yo. Seguí, sin más, hasta que, ante “P. 34-76, me dijo: <¿Le interesa? ¡Que exposición tan hermosa y qué creador tan fascinante! Es la tercera vez que vengo a verla y en cada visita me propongo volver>. Me sonrió, dio la vuelta y desapareció”. Un ruido me despertó, y comprendí que estaba soñando; como un jaspe salté de la cama para escribirlo, porque los sueños hay que anotarlos. El problema de los sueños es que casi siempre se olvidan antes de vivirlos.

                                                                                                                 

Tomás Paredes

Presidente de H. AICA Spain

Emotiva presentación del libro «Las Medallas de Honor» de Mª Dolores Barreda Pérez

En la tarde del 25 de octubre de 2024, en la sede social de la Asociación Española de Pintores y Escultores, tuvo lugar el acto de presentación del libro «Las Medallas de Honor», de la Secretaria General de la AEPE y Secretaria Perpetua, Mª Dolores Barreda Pérez.

El acto estuvo presidido por el Presidente de la entidad, José Gabriel Astudillo López y por Alejandro Aguilar Soria, autor de la ilustración de portada del libro, así como por los miembros de la Junta Directiva: Juan Manuel López Reina, Paloma Casado, Jesús Alcolea y Manuel Díaz Meré.

Y entre los numerosos socios y amigos, se encontraban presentes algunos de los medallados como  Tomás Paredes, Eduardo Naranjo, Rafael Canogar y Paula Varona. Y ante las ausencias irremediables, nos acompañaron también el hijo de Juan Alcalde, el de Venancio Blanco y la hija de José Luis Galicia.

Abrió el acto José Gabriel Astudillo, que recordó lo importante que es para la AEPE contar con todos ellos siempre y haberles entregado el máximo galardón que otorga la entidad.

El Presidente se dirigió a los presentes con las siguientes palabras:

«Todo hombre bueno es libre.

Y son luz, fuente de luz y sirven de luz a los demás.

Entre los muchos y magníficos recuerdos que guardo de los diez años de celebración y entrega de la Medalla de Honor de la Asociación Española de Pintores y Escultores, uno de los que me acompaña de manera más intensa es la imagen de los galardonados que han intervenido en los mismos.

Son sus reflexiones, sus consejos, sus opiniones y advertencias, todos los sueños que han ido desgranando, los que configuran en buena medida la historia de esta Asociación Española de Pintores y Escultores y construyen un edificio hecho de grandeza, de arte, de cultura, de espíritu positivo y de ideales.

Las Medallas de Honor han crecido, y nosotros con ellos, acompañados por la palabra directa, emotiva y sincera de quienes han sido con ellas galardonados, personas sabias, comprometidas y valientes. Y ese cúmulo de enseñanzas forma parte destacada e inolvidable del nuestra entidad.

Este volumen es además evocador y su lectura causa cierta nostalgia. Sucede siempre que se echa la vista atrás y se traen al presente anécdotas y vivencias como las que yo atesoro de todo este tiempo.

Los diferentes detalles que van revelando la intrahistoria de nuestra institución, el recurso a las citas poéticas, siempre tan sugerentes. Y, por encima de todo ello, la constatación de que en mis intervenciones una palabra se repite más que ninguna otra: artistas.

Este dato me hace sentir una profunda emoción y un sincero orgullo.

Aquí está el arte y los artistas esperanzados, comprometidos, diversos y unidos. El arte y los artistas en incesante progreso. Y en diálogo con el arte, su brillante historia, su fortaleza, la grandeza de su viaje milenario, su fraternidad y la tantas veces probada solidaridad de los artistas; su búsqueda del bienestar común, su alto sentido de la belleza, su convencido reconocimiento en la sociedad y sus vínculos históricos y entrañables con ella.

Valores y virtudes que nuestra institución tiene y que se reflejan cada año en el acto de entrega de la Medalla de Honor.

Una Medalla cuya esencia, todo lo que los ha impulsado, prestigiado y hecho crecer, permanecerá incólume. Como incólumes quedarán las palabras de quienes han sido y son los verdaderos protagonistas de su entrega: nuestros galardonados.

Testigos privilegiados de este tiempo, amantes de la belleza, comprometidos con el ser humano, fieles a sus principios y valores, ellos infunden sentido a estos textos que, reunidos, simbolizan los deseos que nos mueven, ejemplifican los objetivos para los que nació la Medalla de Honor y representan nuestras esperanzas«.

Después, dio paso a la autora, que explicó que el libro nacía de la necesidad de conservar la memoria de tan importantes momentos protagonizados por los más importantes artistas y personalidades que han tenido relación con la Asociación Española de Pintores y Escultores.

«Cuando ocupé la Secretaría General de la AEPE, creía que iba a encontrar un archivo maravilloso de los cientos de actos que de este tipo, habría realizado la entidad centenaria. Pero la realidad era tristemente reveladora de que nada se había conservado. Y comentando un día con el Presidente, me vino a decir que nosotros estábamos haciendo lo mismo, habíamos otorgado unos premios que en el futuro nadie recordaría, así que me animó a recopilar esas historias en el libro que hoy presentamos«.

Agradeció especialmente la autora «al Socio de Honor, compañero y amigo, Alejandro Aguilar Soria, por su desinteresada participación en la edición del libro, aportando la maravillosa ilustración de portada y el espíritu con el que siempre ha colaborado en esta casa«.

Y quiso después que los galardonados presentes, pudieran comentar lo que para ellos supuso la entrega de la Medalla de Honor de la AEPE.

Así que uno por uno, fueron agradeciendo a la entidad una distinción de la que destacaron, se entregaba entre iguales, entre compañeros artistas, que entienden del sufrimiento de la profesión y de los sinsabores y alegrías que la misma puede dar.

Rafael Canogar destacó la dicha de trabajar y que otros artistas celebren tu obra; Tomás Paredes alabó la inmensa actividad que da vida a la AEPE y que demuestra que sigue viva porque es necesaria, mientras que Eduardo Naranjo quiso expresar su disposición a colaborar en cuantas actividades realiza la institución, para la que deseó un largo y fructífero futuro; por su parte, Paula Varona se mostró entusiasmada con una asociación que no para de trabajar y proporcionar actividades a los artistas, que según dijo, es lo más importante que se puede hacer por quienes aman el mundo del arte.

Tomó también la palabra también a Francisco Blanco, hijo del escultor Venancio Blanco, que agradeció no sólo la invitación, sino la Medalla que recibió su padre en vida, que tan feliz le hizo. De manera similar, Juan Alcalde agradeció el recuerdo y la evocación de su padre, la invitación y la memoria que con actos de este tipo se intenta rescatar y recuperar.

Mª Dolores Barreda hizo mención al desaparecido Julio López, cuyas hijas no habían podido acudir al acto, disculpó la asistencia de Rafael Botí, a quien todos echaron de menos porque no suele perderse los actos que realiza la AEPE, de Soledad Lorenzo, que se encontraba fuera de Madrid, y de José Luis Galicia, cuya hija acudió a la presentación y agradeció no sólo la Medalla otorgada a su padre, sino la propuesta que para éste, hizo la AEPE al Ministerio de Cultura para obtener el Premio Nacional de Artes Plásticas que finalmente, no consiguió.

Tuvo también la autora un recuerdo especial para el IES «José Mª Infante» y la maravillosa obra que realiza, así como para los Delegados de la AEPE en Sevilla, Joaquín Fernández Igual y el recientemente fallecido Manuel Tabernero, quienes hicieron entrega de la distinción en nombre de todos los socios.

Finalizó su intervención evocando que «lo que recuerdo de cada uno de ellos siempre es la cara de felicidad, la sonrisa en los labios, la emoción de todos ellos, la alegría que irradiaban, la inmensa dicha de verse frente a otros artistas, recibiendo el reconocimiento que sólo dan quienes comparten alegrías y tristezas, y sabiendo lo importante que es que sean los propios artistas los que distinguen así a otro artista. Y me quedo con eso, con su sonrisa«.

Fue un acto espontáneo, sumamente sentido que emocionó a muchos de los asistentes, que disfrutaron de la presencia de tanto arte y tan grandes artistas, brindando al final de la tarde por todo ellos y por la Asociación Española de Pintores y Escultores.

De izquierda a derecha:

Alejandro Aguilar Soria, Paula Varona, Francisco Blanco, José Gabriel Astudillo, Mª Dolores Barreda Pérez, Eduardo Naranjo, Juan Luis Alcalde, Tomás Paredes y Rafael Canogar

 

 

El 25 de octubre se presenta el libro «Las Medallas de Honor»

Recopiladas por Mª Dolores Barreda Pérez, Secretaria General de la AEPE

Mª Dolores Barreda Pérez ha recopilado en un libro los últimos galardonados con la Medalla de Honor de la AEPE, bajo el título de LAS MEDALLAS DE HONOR de la Asociación Española de Pintores y Escultores.

Este libro representa la necesidad de dejar constancia tangible de las distinciones que la entidad ha dado en los últimos años, para que no se pierdan en el olvido.

El libro, no incluye los discursos de los medallados. Imposible recogerlos. Muchos no trajeron nada escrito, fue improvisado y no se ha logrado recoger sus palabras, a veces inconexas, a veces emocionadas… Pero sí se incluye su biografía, esa que va más allá de lo que en cualquier entrada de internet se puede encontrar.

Y por supuesto, las palabras solemnes de nuestro Presidente haciendo entrega del máximo galardón que una entidad puede conceder entre iguales de profesión, quizás por eso sean más sentidas y acogidas por quienes lo reciben.

Al acto de presentación asistirán quienes son motivo de nuestro orgullo, los galardonados con LAS MEDALLAS DE HONOR de la AEPE, o sus descendientes, puesto que algunos nos dejaron ya: Julio López, Tomás Paredes, Eduardo Naranjo, Juan Alcalde, Venancio Blanco, Rafael Canogar, Rafael Botí, Soledad Lorenzo, IES «José Mª Infante», José Luis Galicia y Paula Varona.

Contamos, además, con una portada maravillosa, obra de Alejandro Aguilar Soria, especialmente realizada para esta publicación.

 

Presentación del libro “LAS MEDALLAS DE HONOR”

Mª Dolores Barreda Pérez

Viernes 25 de octubre de 2024, 19 h.

Sede AEPE

C/ Infantas, 30, 2º drcha.

28004 Madrid

 

Firmas con sello de lujo: Tomás Paredes

La pluralidad del arte:

Tres exposiciones memorables

 

(CANOGAR, CALLERY, VILLENEUVE)

 

 

En un librito de aforismos, Piedra para mi tiempo, 1919, dice Lucien Blaga: “Con las plumas de otro puedes adornarte, pero no puedes volar. Eso poca gente lo sabe, pero no lo ignoran los pájaros”. ¡Aviso para críticos, artistas, curadores, furtivos!

¡Que el arte es plural, poca gente lo advierte, pero no lo deben ignorar ni sus amantes, ni creadores, ni intermediarios! Tenemos la manía de etiquetar, compartimentar y establecer un orden para el arte que resulta imprudente, rutinario, que frena su desarrollo y deturpa su libertad. Hemos pasado del “arte es lo que yo digo que es arte” al “arte es lo que el mercado dice que es arte”. ¡Y los profesionales sin inmutarse!

El arte es plural, como la sociedad, como la vida, como el paisaje, como el mar a pesar de su aparente igualdad ¡Las aguas son semejantes, pero todos los mares distintos! Nada mejor para probarlo que estos escolios a tres exposiciones distantes, memorables, que se pueden contemplar en Madrid, octubre/noviembre 2021: Rafael Canogar en Galería Álvaro Alcázar(galeria@galeriaalvaroalcazar.com) , Simon Callery Galería Rafael Pérez Hernando(info@rphart.net) y Charles Villeneuve en Casa de Vacas, parque del Retiro(charlvilleneuve@gmail.com).

Las tres son excepcionales, diversas, incomparables, con contenidos que producen sensaciones incontroladas, que conmueven, emocionan y reconfortan el espíritu. Las dos de galerías privadas con escasos visitantes, la de Casa de Vacas con 92.193 espectadores. Aunque el número de asistentes no sea determinante de calidad.

A pesar del desprecio que están sufriendo las galerías privadas de arte, son necesarias. Con toda probabilidad las galerías necesitan cambiar, adaptarse al ahora (alguna lo hace ya), pero, de momento, cumplen una función: la de poner en contacto al público con lo que van generando los artífices plásticos.

Estás líneas son homenaje a José de Castro Arines (Tuy 1911-Madrid 1997), crítico de arte, recordando sus crónicas del panorama expositivo de Madrid en su tiempo. No voy a considerar todas las exposiciones actuales, sino tres destacables: una, la consagración de la pintura mediante la pintura pura; otra, la recuperación de un sesgo arqueológico y telúrico de la pintura a través de telas desgarradas y cosidas. La tercera, manifestación de belleza y sensibilidad imbricando virtuosismo, maestría y talento plástico.

Los misoneistas pueden tener virtudes, igual que defectos los filoneistas. Para los que se postulan líderes de la modernez, los materiales duros son reaccionarios y los procesos viejunos y extemporáneos. Nada más absurdo, reaccionarios son aquellos que manipulan el pasado imponiendo sus criterios al margen de la sensibilidad y la inteligencia. Fidias hizo de la piedra un milagro para la eternidad. ¿Es Jan van Eyck un reaccionario por inventar y difundir la pintura al óleo? Antes que Rafael Sanzio, Alberto Durero pintó a la acuarela creando una técnica gloriosa a la que se suma con desparpajo Charles Villeneuve.

RAFAEL CANOGAR


Canogar, Toledo 1935, es el más internacional de los artistas españoles vivos. Se formó con Vázquez Díaz, cofundó el grupo El Paso y ha desarrollado una obra impresionante, hija de su búsqueda incansable y de la experimentación; continua con una alta exigencia autocrítica para no caer en el academicismo. Para conocer el grado de internacionalidad de un creador no hay más que ver sus cotizaciones en el mundo y los museos e instituciones donde está presente: Canogar supera la prueba con holgura.

Son datos objetivos, los interesados pueden buscar y verán sus obras en más de ciento cincuenta instituciones de cinco continentes. Es verdad que El Paso le dio visibilidad, pero no lo es menos que su obra ha crecido al margen de aquella estética y que su iconografía es tan feraz, tan plural, que alcanza una densa complejidad.

Durante la pandemia, se aisló en Marbella y, en absoluta soledad, dio un nuevo giro a su quehacer, sin cejar nunca en la inquietud de expresar la pintura a base de pintura, sin repetirse. Y creó una amplísima serie de trabajos abstractos, que pueden verse como paisajes donde el cielo y la tierra se abrazan, se consuelan la luz y la oscuridad, se miran las aguas y los vientos. Recurrió al metacrilato, pintándolo por ambas caras, y obtuvo un resultado espléndido: un canto en el que el horizonte se hace íntimo y remoto al tiempo, surcos que airean la tierra, abren el sol o afloran la luz de la noche. También telas y papeles surcados por el esplendor. Es complicado decir más con tan pocos elementos.

Hay obras decadentes al margen de la edad de sus autores y obras que rezuman descaro adolescente en creadores provectos. ¿Cuándo entra en decadencia un autor? Cuando se expresa con torpeza, repitiendo fórmulas que, aun siendo propias, ya experimentó. El caso de Canogar es llamativo, no sólo por su noble aspecto físico, sino por su capacidad creativa, por su constante frenesí para reinventar la pintura con la rebeldía de su trazo.

Rafael Canogar es una personalidad que desborda el oficio. Pintor, escultor, grabador, escritor, habla y escribe con solercia y con solvencia. Es un hombre ponderado, inteligente, sagaz. Nunca le he oído levantar la voz, ni perder la compostura, para defender aquello que creyere digno de defensa o aclaración. Es un caballero toledano con algo de azoriniano, elegante, capaz y al día, como un sempiterno amanecer.

Toda esta pintura se expuso a principios de año en el Museo Infanta Elena de Tomelloso, como deferencia a la labor cultural que hace Rafael Torres Ugena en el orbe Virgen de las Viñas. Ahora se muestra en la Galería Álvaro Alcázar, con una presencia imponente y rubro Orígenes: un espacio hermosísimo, amplio, techos altos, luminoso, dedicado entero a la exhibición de esta entrega con la que Canogar se reafirma, retrocede para avanzar, retomando aquellos Orígenes de Lezama Lima, donde se inventaba un nuevo cosmos lirico y poético ¡Pintura rimbaudiana adolescente!

Hay piezas magistrales, en su esencia, en su despojamiento, como Pivote, Fausto, Axial, Barda, Calima, Atavío, Éxodo, Péndulo…La pintura se desnuda y engrandece, se hace naturaleza y se muestra como un canto de vida y esperanza. No precisa ni un dato de apoyo quien pinta con esta majestuosa sencillez y probidad, con esta belleza sensual y tal capacidad de ensoñación ¡Canogar ha regresado a donde siempre ha permanecido!

Armazón Acrílico sobre metacrilato 200 x 150


Cruzada Acrílico sobre metacrilato 255 x 150

 

 

Fausto Acrílico sobre metacrilato 150 x 150

Leyenda Acrílico sobre metacrilato 255 x 155

 

 

S.P 38 Acrílico sobre metacrilato 70 x 50

 

SIMON CALLERY

 

Rafael Pérez Hernando es un galerista especial, siempre dispuesto a sorprendernos con lo que muestra y cómo lo exhibe: montajes propios, sobrios, elegantes, limpios. Su estética preferida es ascética, ática, sorda, tierna, genuina, de ebria sensibilidad. Ahí está su compromiso con Griffa, Viallat, Saytour, Hernández Pijuán, Beatriz Olano, el más puro Lamazares. Ahora incorpora por vez primera la obra de Simon Callery.

Que Simon Callery, Londres 1960, sea aquí un absoluto desconocido, no quiere decir que no haya desarrollado un lenguaje particular, ni que su obra no esté en el Btitish o en la Tate Gallery, o que tenga una andadura internacional, exponiendo en Zurich, Bélgica, París, Los Angeles, Turin y por supuesto, adunia en Londres y otros enclaves ingleses.

Su modo de trabajo es de arqueólogo de campo, extiende sus telas en yacimientos y ahí las impregna de naturaleza, historia y antigüedad. Allí, sobre el terreno excavado, las tinta y agujerea, las rasga, las cose, las remienda hasta conseguir un icono que relaciona el proceso ¡Un mosaico arcaico y de ahora mismo, iluminado de cromías silenciosas!

Simon Callery trabaja “para que la pintura vuelva a ser lo que era y, como resultado, obtener una mejor conciencia de nosotros mismos”. No es malo el propósito, ni fácil. Para que el arte nos transforme, ha de interesarnos, hemos de necesitarlo, contemplarlo. Ahora no se dan esas circunstancias en la sociedad. O se dan con escasez. Nuestros coetáneos prefieren el espectáculo, el entretenimiento, antes que el arte, que cuestiona.

El espectador verá, en Rafael Pérez Hernando, un montaje depurado, escueto, con cinco piezas mayores y cinco formatos breves frontales. Lienzos desgarrados, con grandes o pequeños agujeros, cosidos y remiendos, con cuatro caras: anterior, posterior y dos interiores, formando una suerte de túnel o ámbito o útero; el haz y el envés. Y gamas de colores sufridos, intensos, callados, verdes militar, tierras, tintos, cobrizos, ocres pardos.

Es como una máscara terrosa, impresión de restos de los terrenos excavados; cartografía arqueológica de vida y prehistoria. Acaso vestigios positivados de otras civilizaciones, signos y formas, sobre la piel de unas lonas, que empapa de pintura al temple. Al ver estas piezas me han venido a la mente algunos nombres- Rivera, Farreras, Fontana, Burri- de creadores muy distintos, que también se ligaron al misterio de la naturaleza con hurmiento, con magia, con don, experimentales.

Simon Callery, vive y trabaja entre Londres y Turín, es un excavador de yacimientos del sentido, un arqueólogo del espíritu. Busca y descubre en los orígenes, saca a luz lo que no sabe que encuentra y nos hace tomarnos en serio lo que aparenta una obviedad. Un arte diferente, que agarra, que sujeta la mirada y que nos hace pensar. No parece brillar, pero tiene luz, es como leer a Homero a través de Odysseas Elytis, o el Cantar de Mio Cid revisitado por Claudio Rodríguez.

Graduado en arte en el Cardif College, desde 1992 ha intervenido en veinte y siete individuales y en cientos de colectivas, como ArtNow’19 en la Tate Gallery. Becario de diversas instituciones de Inglaterra, Italia, India o Francia, forma parte presente de prestigiosas colecciones europeas y norteamericanas.

Dark Green Pocket Painting, 2020. Tela, pintura al temple, hilo y madera. 54 x 40 x 10 cm

 

Nesscliffe 19 Vertical, 2020. Tela, pintura al temple, lápiz, hilo y madera. 242 x 105 x 28 cm

 

Red Mantle, 2020. Tela, pintura al temple, cuerda, hilo y madera. 220 x 180 x 25 cm

 

Simon Callery en el sitio arqueológico de Nesscliffe (UK) en 2019

 

CHARLES VILLENEUVE

Se define a sí mismo como un artesano que comenzó trabajando la madera como ebanista, estudiando después diseño y como remate, arquitectura. Por tanto, arquitecto, diseñador, ebanista y pintor. Pero cuando contemplamos su obra, asohora, vemos que se trata de un virtuoso del dibujo y la acuarela. Pareciera que pinta el rumor del agua y el bisbiseo del viento, que hace titilar la luz, que espejea como un arcano.

Durante el mes de octubre ha expuesto en Casa de Vacas del Retiro, con éxito descomunal: 92.193 visitantes. Cuando lean estas líneas, ya no podrán ver sus obras, pero entren en internet y youtube y se asombrarán con los videos y referencias visuales de su trabajo. Ha causado conmoción su imaginario y, sobre todo, su proceso de ejecución. Él ha montado la exposición, así como las vitrinas y el mobiliario, diseñado y hecho por él mismo.

Charles Villeneuve, Nantes 1971, pertenece a una familia de ebanistas y artesanos y en ella se forma. Pero, quiere ir más allá, hace diseño y Arquitectura. Comienza a trabajar como arquitecto, pero lo que le satisface es la pintura. Deja todo lo demás y se consagra a la acuarela a través de sus evidentes dotes de dibujante. Una estancia formadora, en la Casa de Velázquez, le ligan a Madrid y desde los inicios de siglo reside entre nosotros, exponiendo regularmente.

A todo esto, le precede la obtención del Premio Nacional de Arquitectura de la Academie de Beaux Arts de París, en 1997, lo que antes fuera el Prix Roma. Luego ha obtenido numerosos galardones, que no voy a referir, pues internet está repleto de sus referencias. Si voy a comentar su sensibilidad y osadía, su chispa creativa, su capacidad de crear nuevas sensaciones al espectador.

¿Qué hace de Charles Villeneuve un artista diferente? Su obra, claro; su dibujo, su maestría al componer grandes panorámicas, con una sutileza y elegancia manifiestas. Su material, el papel y la acuarela. Su procedimiento, pintura del natural. Toma infinitos apuntes in situ, en cuadernos que exhibe, y luego en el estudio, con la morosidad del tallador de diamantes, da vida a esas enormes instantáneas, que subyugan. Paisajista urbano, a modo, pero también de interiores, retratista y calígrafo chino madrileño ya.

No trata de poner la pintura a merced de la acuarela, sino de hacer realismo con la ductilidad de la acuarela. A menudo vemos pintura a la acuarela con un carácter obsoleto, enmarañado y confuso. Hay algunos acuarelistas que han rescatado esta técnica del amaneramiento, del torpe manoseo, del aburrimiento, es el caso de Juan Díaz o de Charles Villeneuve, gigante y riguroso.

Con él, la acuarela se limpia, se poetiza, se atreve, vibra, aspirando a la perfección y la belleza ¿No es eso al arte? Villeneuve, en este trabajo de los últimos años que ha presentado en Madrid, alcanza un nivel difícil de igualar. Su pulcritud, su valentía, su acierto, sus novedosas soluciones hacen de su obra un idiolecto que le distingue y le ensalza. Une al rigor de sus formas la sensación mágica de los ambientes, que transforma en vistas espectaculares maravillando al espectador.

Grand Paris in progress Crédito Juan Carlos Dongil García

 

Grand Paris in progress Crédito Juan Carlos Dongil García

 

Grand Paris in progress Crédito Juan Carlos Dongil García

 

Grand Paris in progress Crédito Juan Carlos Dongil García

 

London Acuarela y tinta sobre papel 56 x 200

 

Paris. Rive Gauche Acuarela y tinta sobre papel 80 x 71

 

COLOFÓN

He reunido en este texto tres estéticas distintas, pero en su fin no tan diferentes. Canogar hace magia de la pintura con la pintura. Callery nos provoca una sensación arqueológica con una exquisita manera de entender el temple. Y Villeneuve renuncia a toda retórica para decir con la acuarela que el paisaje lo hacemos nosotros y nos acompaña en nuestros movimientos como una sutil sombra poemática, para demostrarnos que no hay técnicas caducas o modernas, sino arte o artificio ¡Y logra hacer del gris un paraíso!

¿Acaso alguien puede asegurar que el arte es sólo figurativo? O ¿abstracto, conceptual? ¿Es por ventura la rosa sólo roja? ¡Que unos trazos gestuales de óleo o acrílico nos sugieran sensaciones semejantes a las que nos producen unas telas agujereadas o una vista del Sena a la acuarela, no sólo es posible sino natural! ¿Es, o no, plural el arte?  ¿Quién se apasiona con Velázquez no lo puede hacer con Rothko o con Manolo Rivera? ¡El aroma de la rosa no esta condicionado por un color! Y que ningún crítico sienta la tentación de pensar que un autor ha tenido suerte porque él escriba de su obra, muy al contrario, la suerte es del crítico que sigue encontrando obras que le motiven, le conmuevan y le fuercen a compartir sus sensaciones ¡Ya saben con las plumas de otro no se puede volar!

                                                                                                                   Tomás Paredes

                   Presidente de H. de la Asociación Española de Críticos de Arte/AICA Spain

 

Mª Blanca Mac-Mahon Ordoñana

Por Mª Dolores Barreda Pérez

LAS PRIMERAS ARTISTAS DE LA

ASOCIACION ESPAÑOLA DE PINTORES Y ESCULTORES

Desde su fundación en 1910, y después de haber tratado en anteriores números a las Socias Fundadoras de la entidad, y las participantes en el primer Salón de Otoño, vamos a ir recuperando de la memoria colectiva, el nombre de las primeras socias que vinieron a formar parte de la Asociación de Pintores y Escultores.

Mª BLANCA MAC-MAHON ORDOÑANA

 

MAC-MAHON ORDAÑANA, Mª Blanca        P   1885      LA HABANA       VALLADOLID

Mª Blanca Mac-Mahon Ordoñana se inscribió en nuestra entidad como “Pintora”. Socia de número, no podemos determinar exactamente su fecha de alta.

La artista, nació en París el 15 de agosto de 1926.

María Blanca en una imagen de su juventud

Contrastamos los datos con su encantadora hermana, Rosa Mac-Mahon, quien guarda de la artista un recuerdo de absoluta admiración, solo superado por el sentimiento de profundo afecto y cariño a quien tan unida estuvo en vida.

Era hija de Manuel Mac Mahon y Valarino, fallecido en Madrid en 1968, y de Ángela Prudencia Ordoñana Gordovil, fallecida en 1993, matrimonio que tuvo dos hijas: Rosa, pintora autodidacta de vocación más tardía, maestra y catequista y Mª Blanca, tres años mayor, pintora y restauradora que falleció sin descendencia.

En su infancia, la familia regresa a Madrid hasta que estalla la guerra civil, que gracias a la doble nacionalidad, pasan la madre y las hijas en París,  mientras su padre permanece en Madrid toda la contienda.

María Blanca a los dos años de edad

Desde su más tierna infancia destacó su inclinación por las bellas artes, e inspirada por su madre,  una mujer adelantada a su tiempo que vio en sus hijas cualidades artísticas, comenzó copiando con dibujos que fue perfeccionando gracias a sus indicaciones.

En París donde destacó también por sus dotes artísticas y ya de regreso a España, se matriculó en la Escuela de Artes y Oficios, cuando contaba tan solo con 14 años, y donde destacó rápidamente en las clases de dibujo.

De allí pasaría a la Academia de Bellas Artes de San Fernando.

Ángela Prudencia Ordoñana Gordovil y sus hijas María Blanca y Rosa

En un artículo sin datar publicado en la prensa bajo el título de “A las sobrinas de Apeles les espera una labor dura”, bajo el subtítulo de “Nosotras, las mujeres”, y firmado por Ángeles Villarta, se describe así a Blanca: …”Era una adolescente alta, delgada, muy bonita… Blanca tiene ojos profundos, soñadores y largas manos expresivas… de familia bilbaína, concluyó sus estudios en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, de Madrid… Blanca era alumna de la Escuela de Artes y Oficios, donde destacó en clase de dibujo. Tenía vocación de pintora, pero es tímida y posiblemente no se hubiera arriesgado a manifestar su deseo porque temía el fracaso. A sus padres les gustaban mucho los dibujos de Blanquita. Un profesor, el señor Bermejo, intervino afortunadamente. –Fue a visitar a mi madre y le dijo que yo no debía desaprovechar mis condiciones para la pintura. Que ingresara en San Fernando. Fue el día más feliz de mi vida. Pero comprendí que una cosa era querer ser alumna de la Escuela y otra distinta conseguirlo. Mamá me animaba mucho. Es bilbaína, y, por lo tanto, muy tenaz. Le encantó la idea de tener una hija pintora. Puede decirse que fue mi “manager”. Un “manager” maravilloso. No sería exagerado asegurar que entré en San Fernando por delegación-“… Blanca prefiere el óleo, la composición… Su pintura, cuajada de aciertos, fue favorablemente juzgada por los mejores críticos. No resultó la presentación prematura de una obra y consiguió un gran éxito. Hoy lo conseguiría mayor porque ha realizado grandes progresos artísticos… La pintura es un arte caro, y Blanca ha buscado una fórmula que le permita preparar sus trabajos para la próxima exposición sin resultar, en exceso, gravosa al presupuesto familiar… Blanca Mac Mahon se ha especializado en el arte de restaurar. Con un grupo de compañeros realizó tan delicada labor en el retablo de San Juan de los Reyes de Toledo. Estuvo también en El Escorial. Actualmente trabaja en el Palacio Real… -Me gusta, no siento la menor afición por la copia, pero la restauración me atrae. Encontrarte con un cuadro destrozado, casi destruido y, poco a poco, devolverle todo su valor… En muchas ocasiones es preciso rehacer partes absolutamente perdidas sin restar nada al conjunto, siguiendo rigurosamente las características del resto de la obra, el estilo del artista que lo creó. Es una ocupación que proporciona sentido de la responsabilidad. Te confían una obra de gran mérito que puedes estropear si te descuidas, si no estás alerta pendiente de tu trabajo… Además de los conocimientos generales a todo artista, un restaurador precisa conocimientos de elaboración y preparación de materiales y una gran precisión de pincel. En España se puede hacer una labor importantísima, puesto que la riqueza pictórica es muy grande. Hay muchos cuadros deteriorados que podrían salvarse, lo mismo que en los museos, en las pinacotecas, en tantas iglesias y conventos-“.

La joven artista modelando en la Escuela de San Fernando

De aquellos días de estudios y trabajo, de esfuerzos y aprendizaje, Blanca recordaría que en su promoción eran apenas una docena de mujeres como ella las que cursaban estudios, pero que la mayor parte de las jóvenes, abandonaron los mismos para contraer matrimonio.

Como además era bellísima, en la escuela sirvió de modelo para sus compañeros, que hicieron de su imagen infinidad de retratos y esculturas, ya que veían en ella el ideal de belleza que pretendían copiar.

Autorretrato a los 18 años

De 1943 a 1947 cursó estudios en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando. Allí fue donde conoció a su marido, compañero de estudios, con quien contrajo matrimonio, el también pintor Rafael Reyes Torrent, artista valenciano de merecida fama en los círculos culturales y artísticos de la capital que retrataba a la más alta sociedad de la época y miembro también de la Asociación Española de Pintores y Escultores.

Participó en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1940, en donde aparece registrada como “María Blanca Mac-Mahon y Ordañana, natural de París. Domiciliada en Madrid, calle Mercenado, 46. Alumna de la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando de Madrid”. A la misma presentó la obra inscrita con el número 431 y titulada “Orvieto” (óleo).

María Blanca pintando al aire libre

A lo largo de su vida, María Blanca compaginó su faceta de pintora con la de restauradora, lo que le permitió vivir siempre de su trabajo, que como nos confiesa su hermana, “necesitaba pintar para vivir”.

Participó en el XX Salón de Otoño de 1946 y según confesión aparecida en una revista de la época sin poder determinar, bajo el título de “Las 3 Marías en el Salón de Otoño”, firmado por Juan de Diego, “… -el cuadro que yo expongo es un retrato de mi padre. Lo hice este verano en quince días y pensando en el Salón de Otoño-. María Blanca tiene una mirada llena de ilusiones. Piensa casarse cuando ella y su novio hayan vendido muchos cuadros. Entonces pondrán un estudio precioso y vivirán para el Arte y por el Arte. A María Blanca le hubiese gustado ser autora de “El Cardenal”, de Rafael… y a la pregunta de si piensa ganar mucho dinero con la pintura contesta que –sí… por ambición-… María Blanca recibió el primer encargo cuando copiaba un cuadro en una galería de la Escuela de San Fernando. Era un embajador extranjero, y la copia le valió quinientas pesetas; lo que ella había pedido en su inocencia… -Soy muy deportista, pero no practico ningún deporte. De niña saltaba muy bien a la comba eso de “al cocherito leré”… y en París gané una copa de plata en el internado por saltos de altura y de longitud-. A la pregunta de si existe algo en la vida por lo que dejaría de pintar contesta enérgica: -¡No! ¡Nada existe en el mundo capaz de hacerme olvidar que soy pintora!… Usted no sabe lo que se disfruta pintando-”.

La artista, a la derecha, restaurando en la Escuela de San Fernando

En 1951 expuso en la Sala Macarrón de Madrid y en 1953 participó en el Homenaje a Vázquez Díaz que tuvo lugar en el Museo Nacional de Arte Contemporáneo, junto a artistas como Eva Aggerholm, Venancio Blanco, Pilar Calvo, Ángel Ferránt, Ramón Lapayese, Jorge de Oteyza, José Planes, Ricardo Baroja, José Beulas, Rafael Boti, Canogar, Ramón Casas, Javier Clavo, Cossío, Salvador Dalí, Díaz Caneja, Luis Feito, M. A. Ferránt, Menchu Gal, Gutiérrez Solana, Agustín Ibarrola, Francisco Iturrino, José Lapayese, Aurora Lezcano, Ricardo Macarrón, Martínez Novillo, Enrique Mélida, Benjamín Palencia, Darío Regoyos, Rafael Reyes Torrent, Rubio Camín, Vaquero Turcios, Cristino de Vera, …

Niña sentada, sanguina

En 1953 intervino en la Exposición de Pintores españoles contemporáneos en Viareggio (Italia).

Participó también en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1954, en donde aparece registrada como “María Blanca Mac-Mahon y Ordañana, natural de París. Domiciliada en Madrid, Fernández de los Ríos, 96. Alumna de la Escuela Central de Bellas Artes”. A la misma, concurrió con la obra inscrita con el número 294, titulada “Guisando (Gredos)”.

La artista el día de su boda con Rafael Reyes Torrent, quien también fuera miembro de la AEPE

En 1955 cursó estudios en la Academia Española de Roma, aprovechando el premio “Roma” que obtiene su marido, y coincidiendo allí con otros compañeros de la Escuela de San Fernando como Joaquín García Donaire y Francisco Echauz.

Durante su estancia en Roma, que duró más de tres años, eran frecuentes los viajes del matrimonio a capitales europeas como Austria, Alemania, Dinamarca, Holanda, Bélgica o Francia, en las que recogían la influencia de los artistas clásicos.

Plumilla con aguada

En 1957 la Accademia Mondiale degli Artisti e Professionisti de Roma otorga el título de Maestro Accademico honoris causa a Blanca Mac Mahon, en reconocimiento a su trabajo en el campo de la pintura.

En 1959 Blanca fue condecorada con la Medalla de Plata en el Concurso Internacional de Roma Olimpiónica.

Autorretrato con bastidor

En 1961 realizó una exposición junto a su marido en la Sala Libros de Zaragoza, donde María Blanca presentó unos retratos que “demuestran una gran soltura y dominio técnico, tanto con la espátula como con el pincel”.

Participó en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1962 con la obra inscrita con el número 60 titulada “Madrid”, Sala III. P.V. En el catálogo se especifica que era “natural de París, domiciliada en Madrid, Marcenado, 42. Alumna de la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando. Ha expuesto en Mostra dei pittori Espagnoli, residentes en Roma, Salones Macarrón. Tiene obras en la Diputación Provincial de Ciudad Real y en colecciones particulares en Italia, Francia, Dinamarca y España. Profesora de dibujo. Premio Corporaciones en la Nacional de Bellas Artes de 1960”.

De regreso a Madrid, el matrimonio se instala en un estudio en la calle Sánchez Pacheco, 61.

Un retrato rápido hecho por su marido, Rafael Reyes Torent

En los años 60 llevó a cabo distintas exposiciones, como la realizada en los Salones Macarrón de Madrid.

En 1965 presentó en la Galería de Arte Atril una serie de óleos, dibujos y acuarelas “suficientes para acreditarla de la mejor manera entre nosotros. Figuras concebidas con brío y amplitud varoniles y tratadas con un colorido armonioso y transparente que revela una alta calidad pictórica (Blanca se ha dedicado algún tiempo a la restauración de cuadros antiguos. Nada tan útil para profundizar en las técnicas). Confieso mi predilección por los dibujos a pluma, terminados a la aguada. Es en ellos donde la artista se manifiesta más espontánea, más “suya”, recogiendo en una Parente facilidad una larga experiencia. Todo vibra, todo vive en aquellos trazos delicadísimos, manejados con maestría insuperable”…dice al presentárnosla el Marqués de Lozoya”, según apareció en el ABC el 7 de enero en una breve reseña firmada por Juanvi.

La promoción de la artista en los estudios de restauración

María Blanca modelando

La artista sorprendida con los pinceles

En 1968 consiguió una Mención Honorífica por su dibujo titulado “Palamós”, en el III Premio de Pintura “Villa de Palamós”, que mereció una reseña en la revista Proa en la que se dice: “Dibujar, para Blanca Mac-Mahón, es algo extraordinariamente sencillo. Ella habla con la pluma, se expresa con los trazos con tanta seguridad y con tanta vehemencia, como lo era el hablar para García Sanchíz o lo es para Beulas, ese coloso, el pintar las estepas aragonesas. Sus retratos, que hace con la rapidez con que manos expertas realizan un encaje de bolillos o un bordado de filigrana, contrariamente a su condición de maestra mano femenina, tienen una fuerza varonil, son recios y expresivos, fieles y espontáneos. Viajera incansable, ha recorrido junto a su marido casi toda Europa, obteniendo premios resonantes, mereciendo en 1968 el ser nombrada miembro académico Honoris Causa de la «Academia Mondiale degli Artisti e Professionesti» de Italia. Su obra está representada en Museos y numerosas colecciones extranjeras y nacionales. Palamós supo aceptarla y admirarla. Esperamos que en un futuro próximo nos vuelva a honrar con una nueva muestra de su arte”.

Retrato de mi padre

Tras la muerte de su esposo en 1984, María Blanca continuó pintando y restaurando, dedicada a la que fue su gran pasión hasta pocos meses antes de su fallecimiento, que tuvo lugar el 16 de agosto de 2016, justo al día siguiente de cumplir los 90 años.

Retrato de mi hermana Rosa

Mujer inteligente, sanguina

Mª Blanca Mac-Mahon Ordañana y la AEPE

* Al XX Salón de Otoño de 1946 concurrió inscrita como Mac-Mahon (María Blanca), con el número de obra 118. Titulada “Retrato de mi padre” (óleo)

* En el XXII Salón de Otoño de 1948 se presentó como asociada, Mac-Mahon (María Blanca), e inscribió con el número 266 la obra titulada “Horizonte”.

Retrato de mi padre, con el que participó en el XX Salón de Otoño de 1946

La Anunciación, óleo

Plumilla del monumento al General Martínez Campos, en el Retiro

Iglesia de Madrid, plumilla

Puerta de Alcalá, plumilla

Niña sentada, sanguina

Bibliografía y webgrafía

https://ddd.uab.cat/pub/llibres/1960/191258/expnacbel_a1960.pdf

https://www.joyanco.com/EnciclopediaArbillas/arbillas/fam19362.html

https://ddd.uab.cat/pub/llibres/1954/191178/expnacbel_a1954.pdf

https://www.abc.es/archivo/periodicos/abc-madrid-19681101-101.html

https://www.myheritage.es/names/maria_ordo%C3%B1ana

https://ddd.uab.cat › pub › llibres › expnacbel_a1962

https://ddd.uab.cat › pub › llibres › expnacbel_a1960

https://ganatiempos.blogspot.com/2019/09/las-ovejas-perdidas-de-hoy.html

https://tietarteve.com/exposicion-san-pedro-de-alcantara-y-su-santuario-en-oropesa/

https://ganatiempos.blogspot.com/2016/08/requien-para-un-ser-querido.html?zx=f0b4eb00aa67f16e

“Tradición y modernidad: Arte en Zaragoza en la década de los años cincuenta”, Mª Isabel Sepúlveda Sauras, Zaragoza: Prensas Universitarias de Zaragoza, 2005.

Revista Proa de Palamós, Nº 38, julio y agosto de 1968

“Instituciones artísticas del franquismo

ABC 07/01/1965   08/09/1968   12/10/1984   06/10/1956   30/09/1961

¡Hola!  10/4/1965

El Diario de Ávila   25/7/2011  20/9/2012

Archivo Histórico “Bernardino de Pantorba” de la Asociación Española de Pintores y Escultores

www.gacetadebellasartes.es

www.salondeotoño.es

Archivo familiar de Dña. Rosa Mac Mahon, a quien desde estas líneas deseo agradecer su colaboración y esfuerzo por rescatar del olvido la figura artística de su hermana María Blanca

S.M. la Reina Doña Sofía presidió el fallo del Jurado del 55 PREMIO REINA SOFIA DE PINTURA Y ESCULTURA

EL MADRILEÑO MANUEL DÍAZ MERÉ,

55 PREMIO REINA SOFIA DE PINTURA Y ESCULTURA

 

 Organizado por la Asociación Española de Pintores y Escultores en colaboración con GOOGLE

 

             Los finalistas son de Kagawa (Japón), San José (Costa Rica), Wuhan (China), Córdoba y Lepe (Huelva)

 

S.M. la Reina doña Sofía presidió el jueves 5 de marzo en el Salón de Actos de la Casa de Vacas del madrileño Parque del Retiro, el acto en el que se dio a conocer el fallo del Jurado y la entrega del 55 Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura que organiza la Asociación Española de Pintores y Escultores, en colaboración con Google.

S.M. la Reina Doña Sofía entrega el Diploma acreditativo al ganador del 55 Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura, Manuel Díaz Meré, junto a José Gabriel Astudillo López, Presidente de la AEPE y Mª Dolores Barreda Pérez, Secretaria General de la Asociación Española de Pintores y Escultores

 

El acto contó con la presencia del Secretario de Estado de Educación, Alejandro Tiana, del Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, José Gabriel Astudillo López, el Director de Políticas y Asuntos Públicos de Google España, Antonio Vargas, la Secretaria General de la Asociación Española de Pintores y Escultores, Mª Dolores Barreda Pérez, además de los miembros del Jurado como Ana Abade, Eduardo Naranjo, Alejandro Aguilar Soria, Javier Sierra, Tomás Paredes, Paula Varona, Rafael Canogar, Ricardo Sanz, Evaristo Guerra, y autoridades municipales como los Concejales Santiago Saura, Ángel Niño, Loreto Sordo, el Coordinador de Cultura del Ayuntamiento de Madrid, Jorge Moreta, el Director General de Bibliotecas, Archivos y Museos del Ayuntamiento de Madrid, Emilio del Río, el Subdirector General de Bellas Artes de la Comunidad de Madrid, Antonio Sánchez Luengo, entre otras muchas autoridades como el Ex Alcalde de Madrid, José Mª Álvarez del Manzano,  y invitados relacionados con el mundo de la cultura.

José Gabriel Astudillo López, Presidente de la AEPE, saluda a Alejandro Tiana, Secretario de Estado de Educación

 

Desde un poco antes de las siete de la tarde, el Presidente de la AEPE, José Gabriel Astudillo López, el Director de Políticas y Asuntos Públicos de Google España, Antonio Vargas, y la Secretaria General de la Asociación Española de Pintores y Escultores, Mª Dolores Barreda Pérez, esperaban la llegada de  Alejandro Tiana, Secretario de Estado de Educación y autoridad designada por el gobierno para acompañar a S.M. en el acto. Allí fue recibido junto al resto de invitados asistentes al acto.

 

De izquierda a derecha: Antonio Pardo, Mª Dolores Barreda Pérez, Secretaria General de la Asociación Española de Pintores y Escultores, Antonio Vargas, Director de GOOGLE España y Portugal y Ángel Niño, Concejal Delegado del Área de Emprendimiento e Innovación del Ayuntamiento de Madrid

De izquierda a derecha: Antonio Pardo, José Gabriel Astudillo, Alejandro Tiana, Santiago Saura y Ángel Niño

 

José Gabriel Astudillo, Antonio Vargas y Alejandro Tiana esperaron la llegada puntual de Doña Sofía, que acudió después a saludar  a la Junta Directiva de la Asociación Española de Pintores y Escultores, con quien posó con motivo de la celebración de los 110 años del nacimiento de la entidad que se cumplen en poco más de un mes.

S.M. la Reina Doña Sofía saluda a José Gabriel Astudillo, Presidente de la AEPE, junto a Alejandro Tiana, Secretario de Estado de Educación y Antonio Vargas, Director de GOOGLE España y Portugal

S.M. la Reina Doña Sofía posó junto a la Junta Directiva de la AEPE

Saludó después S.M. la Reina Doña Sofía a algunas de las autoridades invitadas, como el Concejal de Retiro, Santiago Saura, la Concejal de Moncloa, Loreto Sordo, el Concejal de Emprendimiento e Innovación, Ángel Niño, el Ex Alcalde de Madrid, José Mª Álvarez del Manzano, y la Directora de Casa de Vacas, Mª Dolores Chamero.

S.M. la Reina Doña Sofía saluda al Concejal de Retiro, Santiago Saura

S.M. la Reina Doña Sofía saluda a la Concejal de Moncloa, Loreto Sordo

S.M. la Reina Doña Sofía saluda al Concejal de Emprendimiento e Innovación, Ángel Niño

S.M. la Reina Doña Sofía saluda al Ex Alcalde de Madrid, José Mª Álvarez del Manzano

S.M. la Reina Doña Sofía saluda a la Directora de Casa de Vacas, Mª Dolores Chamero

 

Después, S.M. la Reina Doña Sofía, saludó a los miembros del Jurado presentes en el acto: Ana Abade Gil, Alejandro Aguilar Soria, Tomás Paredes, Paula Varona, Ricardo Sanz y Evaristo Guerra.

 

Tras los saludos iniciales, S.M. la Reina Doña Sofía presidió la mesa en el Salón de Actos habilitado  para acoger el fallo del Premio que lleva su nombre, en la que estuvo acompañada por el Director de Políticas y Asuntos Públicos de Google España, Antonio Vargas, el Presidente de la AEPE, José Gabriel Astudillo López, el Secretario de Estado de Educación, Alejandro Tiana,  gobierno y por Mª Dolores Barreda Pérez, Secretaria General de la Asociación Española de Pintores y Escultores y Secretaria del Jurado, quien presentó el acto.

Mª Dolores Barreda Pérez, Secretaria General de la Asociación Española de Pintores y Escultores y Secretaria del Jurado, se encargó de la conducción del acto

 

Antonio Vargas se dirigió a los asistentes en un breve discurso en el que destacó el decidido apoyo de GOOGLE a la cultura y al arte y sobre todo al PREMIO REINA SOFIA DE PINTURA Y ESCULTURA, destacando la importante labor que realiza la Asociación Española de Pintores y Escultores en la sociedad española y agradeciendo la implicación de S.M. la Reina en el premio.

El Director de Políticas y Asuntos Públicos de Google España, Antonio Vargas

Tras él, tomó la palabra el Presidente de la AEPE, José Gabriel Astudillo López, con un discurso que reproducimos íntegramente:

«En tan solo unos pocos días, la Asociación Española de Pintores y Escultores cumplirá 110 años de vida societaria al servicio del arte en España.

En 110 años de vida, la trascendencia de la labor artística y cultural desarrollada por la Asociación Española de Pintores y Escultores ha reportado un gran beneficio a la sociedad española, realizando más de 9.000 exposiciones, actos culturales y actividades artísticas de todo tipo, que han venido a consolidar su prestigio y la sitúan como una de las instituciones de mayor relevancia en el mundo del arte.

Todo ello, fruto de la ejemplar trayectoria iniciada por artistas como Benlliure, Chicharro, Sorolla, López Mezquita, José Francés, Miguel Blay y un largo etcétera de más de 180 de los mejores creadores del momento.

Desde 1964 contamos también con el apoyo de S.M. la Reina Doña Sofía, que hoy nos hace el honor de presidir el Premio que lleva su nombre y que llega a su edición número 55.

Y celebra así con nosotros y por adelantado, un cumpleaños muy especial para todos los que formamos esta gran familia de socios de la Asociación Española de Pintores y Escultores, porque son 110 años de vida societaria al servicio del arte en España.

La incansable labor de fomento de la libertad de creación, la especial dedicación a la protección del patrimonio cultural y el progreso espiritual e intelectual que aporta nuestra institución a la sociedad española a través del arte universal de la creación plástica y la capacidad de generar encuentro artísticos y espacios para el arte en un proyecto absolutamente necesario en la sociedad actual, son la definición del Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura que hoy culmina su edición número 55.

Una edición cargada de solidez y que por primera vez se ha abierto al mundo, haciendo así su primera convocatoria internacional.

El prestigio del Jurado que cada año consigue reunir a los mejores artistas de España, avala y consolida la contribución que para el mundo del arte y la cultura supone esta importante cita que cuenta con el apoyo incondicional de Google.

Queremos premiar la creatividad, la pasión por la belleza y el trabajo al servicio de los seres humanos. Queremos que una obra original sea admirada en todo el mundo y que produzca una emoción muy profunda en quienes la contemplan. Y que todo eso sea de la mano de nuestra Asociación Española de Pintores y Escultores.

Y gracias a Google, a su fe en nuestra entidad y en nuestro desinteresado trabajo, llegamos a todo el mundo, a los amantes del arte del mundo entero, al situar nuestras exposiciones en el Google Art & Culture, y dotar este importante Premio, cuya consolidación está definitivamente conseguida.

En su habitual línea de promoción e incentivo artístico, la Asociación Española de Pintores y Escultores apuesta no sólo por los creadores que con su labor artística desinteresada y en solitario producen arte, sino también por el reconocimiento que de esta tarea deben hacer los organismos culturales de España, viendo en nuestra centenaria institución un generador de arte de primer orden cuya gestión sin ánimo de lucro, no cesa de organizar y producir todo tipo de eventos y manifestaciones artísticas, imprescindibles en la vida cultural española.

La Asociación Española de Pintores y Escultores no puede dejar de agradecer la contribución que la sensibilidad y el trabajo de una serie de personas ha hecho posible que convocatorias como esta, sean una realidad y un éxito más en nuestra trayectoria.

En primer lugar quiero destacar a Francisco Ruiz Antón, cuyo apoyo nos honra y nos anima a mejorar día a día; a Antonio Vargas, que hoy preside este acto; a Ana Abade, que tan bien ha entendido nuestra filosofía y nuestro amor al arte; al Ayuntamiento de Madrid, a la Junta del Distrito de Retiro y a la responsable de Casa de Vacas, así como al resto de autoridades de la ciudad de Madrid.

Al magnífico Jurado reunido en torno a la Asociación Española de Pintores y Escultores, con el cariño que nos vienen demostrando, con su colaboración y apoyo y que viene a refrendar este Premio y la magnífica exposición, que de las obras seleccionadas y premiada, podemos hoy contemplar. Una muestra de excelente calidad que está al más alto nivel de las actuaciones artísticas que se realizan en España y cuyo eco perdurará como una de las mejores exposiciones llevadas a cabo en Madrid a lo largo del 2020.

El 55 Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura es posible gracias al esfuerzo altruista de la Junta Directiva de nuestra institución, pero sobre todo resulta ser tan brillante y excelente por el impagable trabajo que realiza Mª Dolores Barreda Pérez, la Secretaria General de la Asociación Española de Pintores y Escultores, a quien nunca podremos agradecer lo suficiente su incansable aliento.

Y es además posible, gracias al trabajo de los artistas participantes, seleccionados y premiado, y a la sociedad española que tan bien acoge todas y cada una de nuestras actividades y exposiciones.

Y como colofón especial, nuestra Presidenta de Honor, S.M. la Reina Doña Sofía, nos honra con su cariñosa presencia y nos distingue con su confianza, justo cuando vamos a cumplir 110 años de existencia, apoyando con su especial sensibilidad artística, la aportación que al mundo del arte viene realizando esta Asociación Española de Pintores y Escultores.

A todos, muchas gracias».

El Presidente de la AEPE, José Gabriel Astudillo López

 

Fue entonces cuando Mª Dolores Barreda Pérez, actuando como Secretaria del Jurado, procedió a la lectura del acta en la que se recogía que el 55 PREMIO REINA SOFIA DE PINTURA Y ESCULTURA se otorgaba al retrato realizado al óleo sobre lino de 117 x 90 cms. titulado “Lucía componiendo”, original de Manuel Díaz Meré, un madrileño de 32 años que se siente cómodo con el retrato como expresión plástica, en un abrazo a la tradición española que recuerda a Zurbarán, que pintaba la trama de los paños con un realismo prodigioso.

 

Tras la entrega del premio, la mesa presidencial posó junto a los miembros del Jurado

 

El acta recogía además que el Jurado había decidido nombrar finalistas las obras de: Teruhiro Ando, japonés afincado en España, con un acrílico minimalista de grandes proporciones titulado “Monono aware II”, de impronta oriental innegable; de la costarricense afincada en España Lorna Benavides, una escultura de talla directa en mármol rojo de Alicante titulada “Lakmé” que puede definirse como “abstracta figurativa”; de Lin Calle, un abstracto con técnica de acrílico sobre lienzo titulado “Bardera”, que hacen polifacética a esta joven artista; del artista cordobés Francisco Escalera González, una visión realista titulada “Río y ciudad, en verdes. Sevilla”, que va más allá e introduce la poética del ambiente; y del escultor de Lepe (Huelva) José Manuel Martínez Pérez, con la obra titulada “Serena”, una fusión entre la pasión de su autor por la dinámica de la anatomía humana y el comportamiento de los fluidos y masas musculares.

Teruhiro Ando, “Monono aware II”

Lorna Benavides, “Lakmé”

Lin Calle, “Bardera”

Francisco Escalera González, “Río y ciudad, en verdes. Sevilla”

José Manuel Martínez Pérez,  “Serena”

 

Tras la entrega del premio, los asistentes se situaron ante sus obras y esperaron la llegada de S.M. la Reina Doña Sofía y la comitiva, que visitó y saludó uno a uno a todos los seleccionados presentes en la Casa de Vacas, departiendo con ellos y disfrutando cada momento que hicieron del acto un momento único y un nuevo hito en la historia de la Asociación Española de Pintores y Escultores.

Tras más de dos horas, finalizó la visita real y quedó convocado el 56 PREMIO REINA SOFIA DE PINTURA Y ESCULTURA.

A la convocatoria del 55 PREMIO REINA SOFÍA DE PINTURA Y ESCULTURA se han presentado más de 300 obras de artistas de España y otros muchos países como China, Colombia, México o Italia, habiendo realizado el Jurado una selección de las 72 mejores obras (42 pinturas y 30 esculturas) correspondientes a 69 artistas diferentes.

Los artistas seleccionados para la exposición han sido: Ana Alcaraz Montesinos. Javier Aldarias Montiel. Teruhiro Ando. Juan Asensio de Cárdenas. Miguel Barbero. Lorna Benavides Romero. Carmen Bonilla. Rosa Patricia Bravo Díaz (Patricia Bravo). Kevin Bustamante Vergara. Lin Calle Corral. Francisco Carrillo Rodríguez. Lola Catalá Sanz. Gloria Cediel Lafuente. Jorge Cerdá Gironés. Teddy Cobeña. Michael de Coca Leicher. José María Cháfer. Manuel Díaz Meré. Dong Yang. Francisco Escalera González. Manuchehr Eftekar. Magdalena España. Teresa Esteban. Gonzalo Fernández Atance. José Manuel Galán Martín (Manuel Galán). Juan Carlos García Moreno (Morris). Rafael Juan Gómez Mena (Mena). Javier González Casanueva (Javier Casanueva). Eva González Morán. Agustín González Salvador. Ana Gutiérrez Mengual. Manuel Higueras García. Gen Isoe. Susana Jiménez Barrero (Susana Ximénez). Bartolomé Junquero García. André Lambert. Pepe Linares Molina. Francisco Javier López del Espino. Juan Manuel López-Reina Coso. Daniel Lorenzo Goñi. Antonio Lucas García. Joel Llopis García. Antonio Marina Rodríguez. Juan Ramón Martín. José Luis Martín de Vidales. José Manuel Martínez Pérez. Javier de Mendoza Soler. José Molares Fernández. Salvadora Morales Fernández. Juan Naranjo Torres. Antonio Navarro Menchón. Cristóbal Olmedo Aranda.  Javier Ortas González. Pedro José Pavón Pérez. Juan Francisco Pérez-Rosas Hidalgo. Diego Peribáñez Villalba. José María Pinto Rey. Agustín Pontesa. Gonzalo Prieto Cordero. José Pablo Puente Jerez. Enrique Rodríguez García (Guzpeña). Rodrigo Romero Pérez.  Pilar Sagarra Moor. Bárbara Saínz Vizcaya. José Ramón Sala. Lidia Sancho Heras. Antonio Téllez de Peralta. Trinidad Toscano Martín. Leovigildo J. Cristóbal Valverde.

Más información, todas las fotografías del acto, así como la versión digital de todas las obras seleccionadas recogidas en el catálogo en esta misma web, pestaña «Certámenes y Premios», subpestaña «Premio Reina Sofía».

 

La AEPE en la Agenda de la Casa Real

Desde el pasado viernes día 28 de febrero de 2020, la Casa Real ha publicado la Agenda para la semana del 2 al 8 de marzo de 2020, reflejando la actividad de S.M. la Reina Doña Sofía, en la que destaca el acto que presidirá el próximo día 5 de marzo, cuando se realice el fallo del Jurado y entrega del 55 Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura que organiza la Asociación Española de Pintores y Escultores en colaboración con Google.

A tan sólo unas horas de conocer el nombre del artista ganador, que recibirá de manos de S.M. la Reina Doña Sofía el premio, todo está preparado ya para un acto que será inolvidable para la Asociación Española de Pintores y Escultores.

Aquí os dejamos las imágenes.

 

El jueves 5 de marzo se falla el 55 PREMIO REINA SOFIA DE PINTURA Y ESCULTURA

FALLO DEL JURADO DEL

55 PREMIO REINA SOFÍA DE PINTURA Y ESCULTURA

Al acto solo se podrá acceder mediante invitación personalizada

.

PRESIDIDO POR S.M. LA REINA DOÑA SOFIA,

PRESIDENTA DE HONOR DE LA

ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE PINTORES Y ESCULTORES

 

S.M. la Reina doña Sofía presidirá el próximo jueves 5 de marzo de 2020

el acto del fallo del Jurado y entrega del Premio que organiza

la Asociación Española de Pintores y Escultores,

y que cuenta con la colaboración de Google

 

S.M. la Reina Doña Sófía presidirá el jueves 5 de marzo en el Salón de Actos de la Casa de Vacas del madrileño Parque del Retiro, el acto en el que se dará a conocer el fallo del Jurado y se llevará a cabo la entrega del 55 Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura que organiza la Asociación Española de Pintores y Escultores, en colaboración con Google.

Al acto asistirán el Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, José Gabriel Astudillo López, el Director de Políticas y Asuntos Públicos de Google España, Antonio Vargas, los miembros del Jurado así como distintas personalidades del mundo de la cultura y autoridades.

El 55 PREMIO REINA SOFÍA DE PINTURA Y ESCULTURA está dotado con 10.000 euros a una única obra, habiéndose convertido ya en un premio referente y de los mejores dotado de España, que cuenta con la colaboración del gigante tecnológico GOOGLE, después de cinco ediciones en el nuevo formato, para esta edición ha ampliado sus fronteras con un giro hacia la internacionalización, extendiéndose a los creadores de todo el mundo, reflejando así el compromiso de la Asociación Española de Pintores y Escultores con el arte y la cultura.

El Premio viene así avalado por un jurado excepcional, auténticos profesionales del arte con diversas y muy distintas perspectivas sobre la creación, abarcando desde la teoría a la práctica del arte, e incluyendo el comisariado, la conservación, el periodismo… pero siempre con un vínculo muy especial y exclusivo con el ámbito del arte que representan.

En esta edición, el Jurado ha estado presidido por José Gabriel Astudillo López, Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, actuando como Secretaria del mismo, Mª Dolores Barreda Pérez, Secretaria General de la Asociación Española de Pintores y Escultores y que ha contado con los Vocales Ana Abade Gil, en representación de Google, Eduardo Naranjo, Pintor, escultor, grabador y Académico de la Real Academia de las Artes y las Letras de Extremadura, Alejandro Aguilar Soria, Artista multidisciplinar, comisario, galerista y autor de la imagen visual del premio, Javier Sierra, Periodista y escritor, Tomás Paredes, Crítico de Arte y miembro del Comité de Premios de AICA, Paula Varona, Pintora, Rafael Canogar, Pintor, escultor, grabador, Académico y en representación de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Ricardo Sanz, Pintor y Evaristo Guerra, Pintor.

La exposición de obras seleccionadas cuenta con 42 pinturas y 30 esculturas y de entre todas ellas, el próximo día 5 de marzo se dará a conocer a la premiada, además de los 5 finalistas elegidos en esta edición.

Los 69 artistas seleccionados para la exposición han sido: Ana Alcaraz Montesinos. Javier Aldarias Montiel. Teruhiro Ando. Juan Asensio de Cárdenas. Miguel Barbero. Lorna Benavides Romero. Carmen Bonilla. Rosa Patricia Bravo Díaz (Patricia Bravo). Kevin Bustamante Vergara. Lin Calle Corral. Francisco Carrillo Rodríguez. Lola Catalá Sanz. Gloria Cediel Lafuente. Jorge Cerdá Gironés. Teddy Cobeña. Michael de Coca Leicher. José María Cháfer. Manuel Díaz Meré. Dong Yang. Francisco Escalera González. Manuchehr Eftekar. Magdalena España. Teresa Esteban. Gonzalo Fernández Atance. José Manuel Galán Martín (Manuel Galán). Juan Carlos García Moreno (Morris). Rafael Juan Gómez Mena (Mena). Javier González Casanueva (Javier Casanueva). Eva González Morán. Agustín González Salvador. Ana Gutiérrez Mengual. Manuel Higueras García. Gen Isoe. Susana Jiménez Barrero (Susana Ximénez). Bartolomé Junquero García. André Lambert. Pepe Linares Molina. Francisco Javier López del Espino. Juan Manuel López-Reina Coso. Daniel Lorenzo Goñi. Antonio Lucas García. Joel Llopis García. Antonio Marina Rodríguez. Juan Ramón Martín. José Luis Martín de Vidales. José Manuel Martínez Pérez. Javier de Mendoza Soler. José Molares Fernández. Salvadora Morales Fernández. Juan Naranjo Torres. Antonio Navarro Menchón. Cristóbal Olmedo Aranda.  Javier Ortas González. Pedro José Pavón Pérez. Juan Francisco Pérez-Rosas Hidalgo. Diego Peribáñez Villalba. José María Pinto Rey. Agustín Pontesa. Gonzalo Prieto Cordero. José Pablo Puente Jerez. Enrique Rodríguez García (Guzpeña). Rodrigo Romero Pérez.  Pilar Sagarra Moor. Bárbara Saínz Vizcaya. José Ramón Sala. Lidia Sancho Heras. Antonio Téllez de Peralta. Trinidad Toscano Martín. Leovigildo J. Cristóbal Valverde.

Tal y como comenta José Gabriel Astudillo, “en esta edición hemos contado con un jurado excelente por su diversidad y cualificación, excepcional por su incondicional apoyo a la Asociación Española de Pintores y Escultores, con opiniones diferentes en un ejercicio versátil, dinámico y enriquecedor que ha sabido aunar la genialidad artística de los mejores artistas contemporáneos que han concurrido a la convocatoria. Un Jurado competente y prestigioso que se ha tomado muy en serio las labores de deliberación, con apasionantes discusiones y provechosas sentencias que contemplaban estilos muy distintos y técnicas muy dispares, cuya energía y dedicación han sido ejemplares y demuestran que el PREMIO REINA SOFIA DE PINTURA Y ESCULTURA se ha otorgado de una forma honesta y coherente”.

 

Fallo del Jurado del 55 PREMIO REINA SOFIA DE PINTURA Y ESCULTURA:

5 de marzo de 2020. 19 h

Exposición: del 6 al 22 de marzo de 2020

Casa de Vacas del Parque del Retiro

Paseo de Colombia, s/n

28009 Madrid

De lunes a domingo de 10 a 21 horas

Metro: Retiro (línea 2)

Bus: 2, 20, 28

BICIMAD: Estación 102 (calle Alcalá, 95), estación 60 (Plaza Independencia, 6)

Rafael Canogar, Vocal del Jurado del 55 PREMIO REINA SOFIA DE PINTURA Y ESCULTURA

Fue una reunión importante la del 11 de febrero de 2020. Una tarde-noche intensa de más de seis horas, en las que hubo anécdotas, criterios, argumentos y debates de todo tipo, que giraban en torno a todas y cada una de las obras que se habían presentado al 55 PREMIO REINA SOFIA DE PINTURA Y ESCULTURA que convoca la Asociación Española de Pintores y Escultores.

Y entre un descanso y respiro, también hubo tiempo de comunicar y formalizar las impresiones de cada uno de los miembros del Jurado respecto al trabajo que estaban realizando.

Destacamos las declaraciones de:

 

Rafael Canogar

Vocal del Jurado

Pintor, escultor, grabador y Académico. En representación de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando

 

 

El Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura me parece una forma de ayudar a los artistas

para que se vean luego sus obras en Casa de Vacas. Me parece que es una gran oportunidad

para ellos y sus obras; además de poder descubrir valores nuevos.  

Además, es verdaderamente encomiable el esfuerzo y el trabajo que hace la AEPE organizando este premio.

Esta edición está muy bien, hay un nivel medio bueno.

Como miembro del Jurado son muchos elementos en los que me fijo y los que componen una obra de arte.

Tras tantos años de profesión, he podido ver mucha obra, y uno tienen ya una cierta

costumbre de ver inmediatamente los elementos fundamentales que hacen que una

obra se distinga: tenga fuerza, esté bien compuesta, que sea actual, etc.

Son muchos elementos a tener en cuenta.

 

 

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