Alejandro Martínez García, 57 Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura

Organizado por la Asociación Española de Pintores y Escultores 

y con la  especial colaboración de Google

 

Los finalistas son de Logroño y Valladolid

 

El Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, José Gabriel Astudillo López, Santiago Saura, Concejal Presidente de la Junta Municipal de Retiro y Mª Dolores Barreda Pérez, Secretaria General de la AEPE, algunos miembros del Jurado como Javier Sierra, Tomás Paredes, Paula Varona, Ricardo Sanz y Dolores Chamero, así como la Junta Directiva de la centenaria entidad, presidieron el 3 de marzo, en la Casa de Vacas del madrileño Parque del Buen Retiro, el acto en el que se dio a conocer el fallo del Jurado y se llevó a cabo la entrega del 57 Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura, que organiza la Asociación Española de Pintores y Escultores y cuenta con la colaboración de Google.

De izquierda a derecha: Mª Dolores Barreda Pérez, Lola Chamero, José Gabriel Astudillo, Isidoro Moreno López, Alejandro Martínez García, César Orrico, Tomás Paredes, Santiago Saura, Paula Varona, Javier Sierra y Ricardo Sanz

 

El 57 PREMIO REINA SOFIA DE PINTURA Y ESCULTURA recayó en el artista de Elda, Alicante, Alejandro Martínez García, con la obra titulada “SER XV”, óleo sobre papel de 180 x 120 cm, un retrato a gran formato que es en realidad un ejercicio de reflexión y búsqueda del interior, de gran riqueza plástica y armonía cromática, en una excelente fusión de abstracción y figuración en el que también está presente la naturaleza. El Jurado ha querido destacar de esta obra el perfecto dominio de la carnalidad de su paleta y la sensibilidad y espiritualidad que transmite la exaltación del color.

Alejandro Martínez García recogió el premio de manos de José Gabriel Astudillo y Santiago Saura

La obra ganadora que ha merecido el 57 Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura, «Ser XV», óleo/papel, 180 x 120

 

Además, el Jurado ha querido destacar en esta ocasión, solo dos obras finalistas.

La primera es la escultura titulada “Tiempo”, del logroñés César Orrico, un bronce a la cera perdida de 83 x 39 x 25 cm, que representa una figura femenina que fusiona la originalidad en la representación con los principios fundamentales de la escultura, partiendo de un tratamiento naturalista del cuerpo y a través de un modelado preciso y fluido. La obra, que denota un profundo conocimiento de la anatomía, está cargada de expresividad, movimiento y belleza, que rebosa sensualidad y vida.

 

César Orrico recoge su diploma como finalista del 57 Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura

Finalista del 57 Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura «Tiempo», Bronce a la cera perdida, 83 x 39 x 25 

La segunda finalista ha sido el óleo sobre lienzo de 150 x 150 cm, titulado “Refugio de montaña”, del vallisoletano Isidoro Moreno López, que cuenta con numerosos premios y que aúna la reciedumbre grave del paisajismo de Castilla con el resplandeciente luminismo del levante. Un paisajista que concentra lo mejor de los grandes maestros y en este caso ha sabido trasladar al lienzo, a través de una pincelada larga, empastada, decidida y reluciente, un  paisaje de montaña de agresivos y delirantes contrastes y pleno de belleza y sensibilidad.

Isidoro Moreno recoge su diploma como finalista del 57 Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura

Finalista del 57 Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura, «Refugio de montaña V», óleo/lienzo, 15 0x 150

Por su parte, el resto de autores seleccionados representan a artistas de toda la geografía nacional, teniendo también cabida la participación internacional con obras de autores mexicanos, chinos, alemanes…

Con todo, conforman una exposición de enorme calidad y excepcionalidad, puesto que presenta una variada producción en la que está presente lo mejor de cada artista, y que bien puede ofrecer una idea del enorme talento de los creadores españoles representados en la muestra.

El acto comenzó con la proyección de un vídeo de bienvenida en el que descubrir qué es y qué hace la Asociación Española de Pintores y Escultores. La Secretaria General, Mª Dolores Barreda Pérez, tomó la palabra para agradecer a todos su presencia y disculpar la asistencia de la Presidenta de Honor de la AEPE, S.M. la Reina Doña Sofía.

Mª Dolores Barreda Pérez, Secretaria General de la AEPE, abrió el acto del fallo del jurado y entrega del 57 Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura

 

En su discurso, José Gabriel Astudillo, Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores y Presidente del Jurado, quiso tener unas palabras de apoyo y solidaridad con el pueblo ucraniano, por el difícil momento que atraviesa y unirse a la condena de la barbarie que está sufriendo. Fueron unas emotivas palabras a las que se unieron todos los presentes.

 

José Gabriel Astudillo, Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, dirigiéndose a los asistentes

 

Tras unas sentidas palabras, destacó que “la limitación que determina el espacio disponible de exposición de obras condiciona también el número de las seleccionadas, que deberían ser más si atendemos a su calidad, pero no han podido superar las condiciones de una sala grandiosa y espectacular, como lo es la Casa de Vacas del madrileño Parque del Buen Retiro, que pese a lo que nos gustaría, tiene una superficie delimitada.

Para todos los artistas que han participado en esta edición, pese a no estar seleccionados, me gustaría tener unas palabras de reconocimiento, puesto que su valoración de sí mismos demuestra que están trabajando con ilusión y con ahínco, que se están esforzando cada día para que su arte llegue a ser apreciado como merece”.

Hizo también especial hincapié en la excelente labor que ha realizado el Jurado de esta edición, “no tengo palabras para expresar la satisfacción que me proporciona saber que han estado volcados y han aportado su saber y su sentir en una difícil elección que saben perfectamente, puede cambiar la vida de los artistas, con toda la responsabilidad que eso conlleva.

Han sido justos, apasionados y han sido ellos mismos frente a cada una de las obras participantes, expresando, defendiendo, apreciando con su sensibilidad y sello personal, cada matiz y cada detalle, que es lo que enriquece y aporta calidad a esta exposición de obras reunidas”.

Los miembros del Jurado asistentes al acto, de izquierda a derecha: Tomás Paredes, Paula Varona, Ricardo Sanz, Lola Chamero y Javier Sierra

 

Tal y como asegura Miguel Escassi, en nombre de Google y en el catálogo editado con motivo de la exposición, “el Premio Reina Sofía es un referente internacional imprescindible en el mundo artístico actual por la oportunidad que supone para los artistas de visibilizar su trabajo, y esa labor que realiza la Asociación Española de Pintores y Escultores, canaliza el deseo de los artistas de poder llegar a mostrar todo su talento, por eso tenemos que mostrar nuestro profundo agradecimiento por el importante papel que realiza”.

Por su parte,  la Secretaria General, Mª Dolores Barreda Pérez, quiso destacar “la excepcionalidad del premio por ser uno de los más importantes y prestigiosos de toda España, una plataforma única para el impulso de nuevos y jóvenes creadores, grandes promesas y futuros genios del arte, reunidos en una magnífica exposición cuya calidad salta a la vista”.

 

Santiago Saura, Concejal de Retiro, señaló en su discurso que «el Premio Reina Sofía que hoy entregamos en su 57ª edición, es una de esas citas culturales que desde la Junta Municipal de Retiro consideramos imprescindibles, ya que sirven para dar impulso y reconocimiento a nuestros artistas y por eso cada año cuenta con nuestro apoyo y lo va a seguir contando, como no podía ser de otra manera«.

«No hay mayor visibilidad para nuestros artistas, que facilitar este espacio emblemático que es Casa de Vacas, en pleno corazón del distrito, del Parque del Retiro, y del Paisaje de la Luz, declarado Patrimonio mundial el pasado 25 de julio de 2021«, añadió.

 

Santiago Saura, Concejal de Retiro, en un momento de su intervención

 

Los artistas seleccionados para la exposición han sido: Aracely Alarcón Morales, Guiomar Álvarez de Toledo, Teruhiro Ando, Beatriz Arteaga Pitzenbauer, Miguel Barbero, Luis Bascuñana Ramírez, Lorna Benavides Romero, Juan Manuel Bernardo Bueno, Joaquín Besoy Posada, José Manuel Cajal López (Cajal), Juan Jesús Calvo Rodríguez (Juanje), Maya Carbajal y Sandra Krysiak  (HANSEN & KRYSIAK), Lola Catalá, Gloria Cediel Lafuente, Leovigildo Jorge Cristóbal Valverde (Leovigildo Cristóbal Valverde), Javier de Mendoza Soler (Demendoza Sculpture),Fernando Devesa Molina, Francisco Escalera González, Magdalena España Luque, José Carlos Espinel, Rafael Pedro Fernández Prieto (Curiaqui), Diego Fernández , Jeny Fernández Pérez, Laura Fiona Cunillés Mulá (Fiona Olimpia), Soledad Flores García, José Manuel Galán Martin (Manuel Galán), Esperanza García, Susana García Bravo, Ángeles García González, Carmen  García Mesás (Nana Messás), Antonio Gómez Ruiz (Gómez de Salces), Juan Antonio González Saiz – Juanchi, Pablo Guerreiro Fernández, Ana Gutiérrez Mengual (Ana Gutiérrez), Cristina Iglesias Mauri (Cristina Jobs), Mariano Jerónimo Vilallonga López-Izquierdo (Mariano J. Vilallonga), Catalina Lanza (Cati Lanza), Coro López-izquierdo Botín (Coro López-Izquierdo), Juan Manuel López-Reina Coso, Jesús Martín Gómez (Jesús de Zafra), David Martínez Calderón (David Calderón), Alejandro Martínez García, Pepa Miranda, José Molares, Luz María Morales Abíega, Cynthia Morán Killeavy, Isidoro Moreno López, Laura Moret Escrig, Pilar Navamuel, Juan Núñez-Romero Cortés (Juan Núñez), Cristóbal Olmedo Aranda, Catalina Orozco de la Torre (Catalina Orart), Javier Ortas González, César Orrico Méndez, Juan Pérez Galiana (Galiana), Pilar Pérez Hidalgo, Mikel Pinto Muñoz, José María Pinto Rey, Agustín Pontesta Icuza (A. Pontesta), José Puente Jerez, Pablo Javier Redondo Díez (Odnoder), Ricardo Renedo  Herranz, Pablo Reviriego Moreno, Enrique Rodríguez García (Guzpeña), Pilar Sagarra Moor, Juan Saturio Santos, Austión Tirado, Francisco José Triviño Martínez (Paco Triviño), Pilar Vich Pérez, Beatriz Zerolo Durán (Bea Zerolo).

La entrega del Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura se viene realizando en un acto presidido por S.M. la Reina Doña Sofía, Presidenta de Honor de la AEPE, que este año no ha podido acompañarnos por motivo de agenda, pero que ha hecho llegar su más sincera felicitación a los seleccionados, finalistas y premiado y su más cordial enhorabuena a organizadores y artistas en general.

El éxito del acto de entrega del 57 Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura estuvo repleto de guiños y pequeños gestos de la organización que se volcaron en una fiesta del arte de la que todos disfrutaron hasta la hora de cierre de la Casa de Vacas.

Por su parte, los miembros de la Junta Directiva de la Asociación Española de Pintores y Escultores, Juan Manuel López-Reina, Alicia Sánchez Carmona, Antonio Téllez de Peralta, Paloma Casado y Carmen Bonilla Carrasco, Fernando de Marta, Ana Martínez Córdoba e Itziar Zabalza Murillo, atendieron los comentarios de los asistentes y departieron animadamente durante la velada.

Al finalizar el acto, la Secretaria General declaró convocada la edición número 58 del PREMIO REINA SOFIA DE PINTURA Y ESCULTURA

La Secretaria General, Mª Dolores Barreda Pérez, dio por finalizado el acto declarando convocada la edición número 58 del PREMIO REINA SOFIA DE PINTURA Y ESCULTURA

 

Más información,  fotografías del acto, catálogo digital y asistentes, es esta misma web, pestaña «Certámenes y premios», Subpestaña «Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura».

 

 

57 PREMIO REINA SOFIA DE PINTURA Y ESCULTURA

Del 3 de marzo al 3 de abril de 2022

Casa de Vacas

Parque del Buen Retiro de Madrid

Paseo de Colombia, s/n, 28009 Madrid

Entrada gratuita

Lunes a Domingo de 10 a 21 h.

Metro: Ibiza (L9), Retiro (L2)

Bus 1, 2, 9, 15, 19, 20, 28, 51, 52, 74, 146, 202

BiciMAD Estaciones: 60, 65

 

José Gabriel Astudillo, Presidente del Jurado del 57 Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura

El pasado día 8 de febrero de 2022, tuvo lugar la reunión del Jurado del 57 Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura. Una tarde maravillosa en la que se dieron cita amigos de la Asociación Española de Pintores y Escultores, de artistas, de profesionales cuyo criterio se hizo oír en las más de cinco horas que duró la sesión, convertida en una lección magistral de arte gracias a sus miembros, que aportaron alegría, experiencia, saber, arte… mucho arte.

Todas y cada una de las más de 250 obras presentadas al certamen tuvieron su momento de gloria, su presencia, su revisión, su debate, su comentario y detalle. Para todas hubo una palabra, un gesto, un reconocimiento al esfuerzo del artista como no podía ser de otra manera.

Y entre descanso y respiro, también hubo tiempo de comentar las impresiones de cada uno de los miembros del Jurado respecto a lo que estaban viendo y sintiendo.

Esto es lo que comentó

 

José Gabriel Astudillo López

Presidente del Jurado

del 57 Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura

Presidente de la 

Asociación Española de Pintores y Escultores

 

 

«La limitación que determina el espacio disponible de exposición de obras condiciona también el número de las seleccionadas, que deberían ser más si atendemos a su calidad, pero no han podido superar las condiciones de una sala grandiosa y espectacular, como lo es la Casa de Vacas del madrileño Parque del Buen Retiro, que pese a lo que nos gustaría, tiene una superficie delimitada.

Para todos los artistas que han participado en esta edición, pese a no estar seleccionados, me gustaría tener unas palabras de reconocimiento, puesto que su valoración de sí mismos demuestra que están trabajando con ilusión y con ahínco, que se están esforzando cada día para que su arte llegue a ser apreciado como merece.

Mi petición personal es que continúen por ese camino y no se desanimen por no estar incluidos en esta ocasión, porque la filosofía de este certamen se centra en la valoración de una obra, no de un currículo o de una trayectoria, motivo por el cual las oportunidades siempre estarán ahí, en cada nueva creación, en cada pincelada, en cada muestra de arrojo y atrevimiento.

En la Asociación Española de Pintores y Escultores valoramos tremendamente esa aportación de los artistas porque nuestro empeño es hacer posible que puedan participar, ofreciendo esa oportunidad para que su lucha sea fructífera y viable.

Nuestro apoyo debe ser total porque la participación de los artistas en este certamen supone compartir el esfuerzo que hacen al exteriorizar y exponer su obra a la crítica del jurado y del público, un paso al frente para el que se necesita mucho valor y confianza en sí mismos, y para el que estamos presentes, intentando ayudarles para que sea de la mano de una institución del prestigio que atesora la AEPE».

 

Recordando… Adolfo Lozano Sidro

Obras, artistas, socios, pequeñas historias…

Por Mª Dolores Barreda Pérez

 

Adolfo Lozano Sidro

 

LOZANO SIDRO, Adolfo  P  1910(F177)  21.ene.1872  PRIEGO (Co)  MADRID/PRIEGO 7.nov.1935

Socio Fundador Nº 177

Autor del cartel del Baile de Payasos de la AEPE en el Teatro Real

 

En 2022 se cumple el 150 aniversario de su nacimiento, conmemoración a la que desde la Asociación Española de Pintores y Escultores nos unimos

 

Nació el 21 de enero de 1872 en Priego de Córdoba, en el seno de una familia acomodada.

Su padre, José María Lozano Alcalá- Zamora, era juez; su abuelo, Fausto Lozano, era alcalde del municipio, y sus tíos, Adolfo y Manuel Sidro, promotores-fiscales en Almodóvar del Campo y Cabra.

Siendo niño, recibió su primera formación artística de su tío abuelo Federico Alcalá-Zamora Franco, que era profesor de Pintura en Madrid y pasaba largas temporadas en Priego. Inició sus estudios de bachillerato en Cabra.

En 1855 se trasladó a Málaga con su familia; allí simultaneó el bachillerato con las clases de la escuela provincial de Bellas Artes de San Telmo en Málaga, donde consta su presencia desde 1887, y en el taller de José Moreno Carbonero, su admirado maestro.

 

Gracias a sus grandes dotes para el dibujo, presentes a lo largo de toda su vida, desde 1890 se dedicará, exclusivamente, a perfeccionar su formación artística. A los dieciocho años ganó una mención honorífica en el certamen convocado por la Sociedad Económica Cordobesa de Amigos del País.

Ese mismo año se trasladó, junto a su familia, a Granada, en cuya Audiencia Provincial estaba destinado su padre. Éste deseaba que su hijo estudiase Derecho, pero él se matriculó en la Facultad de Filosofía y Letras.

En 1892 participó en una exposición organizada por la Diputación Provincial de Córdoba, que le concedió una pensión que nunca llegó a hacerse efectiva.

 

Durante su etapa granadina perteneció a una tertulia regeneracionista llamada Cofradía del Avellano, con quien colaboró en la publicación, en 1899, de El libro de Granada.

En 1893 abandonó definitivamente los estudios universitarios y se trasladó a Madrid para completar allí su formación artística junto a Moreno Carbonero, de quien aprendió composición y colorido.

Poco después de llegar a la capital, las estrecheces económicas que atravesaba su familia —que no podía enviarle dinero— le obligaron a buscar trabajo para financiar sus estudios. Esa falta de recursos le llevó a tener que industrializar su arte, pintando postales y abanicos, según le eran encargados por las casas de comercio, y a relacionarse con el fotógrafo Francisco Ruiz Santaella, también de Priego, con quien colaboró y de quien fue amigo.

 

Cuando Moreno Carbonero cerró su academia, Lozano Sidro pasó a completar su formación con Joaquín Sorolla, de quien asume ciertos rasgos del luminismo que se advierten en su serie de paisajes y patios andaluces con macetas y flores. En 1904 pinta en Priego una serie de retratos de distintos miembros de su familia, todos ellos de gran calidad: Alfredo Calvo Lozano, Rosario Muñoz Vizcaíno, José Ruiz Torres Hurtado, José Tomás Valverde Castilla, Loreto Lozano Alcalá-Zamora, Antonio Calvo Serrano, etc.

 

Como consecuencia de la muerte de su cuñado, Alfredo Calvo, en 1913, Adolfo acogió en Madrid a Amelia, su hermana, y a sus diez hijos, a quienes sacó adelante no sin ciertos apuros. A este mismo año corresponde el retrato de Fidel Fita Colomer, encargado por la Real Academia de la Historia.

Uno de sus sobrinos, Alfredo, inició estudios en la Facultad de Bellas Artes de Madrid, lo que debió de animar a Lozano Sidro para que se matriculara, a sus cuarenta y cinco años, con el objeto de obtener la titulación académica superior. Consta en la Facultad desde 1917 hasta 1922, pero, al no presentarse a los exámenes, nunca obtuvo el título.

En 1922 pintó el retrato de Niceto Alcalá-Zamora que se conserva en el Ayuntamiento de Priego de Córdoba.

 

Junto con su labor pictórica, se debe reconocer la calidad artística de su actividad como ilustrador gráfico al servicio editorial del diario ABC y de algunos otros periódicos. Tras haber ganado el primer premio en el concurso de ilustración de la revista Blanco y Negro de 1903, participó asiduamente en sus ediciones, dejando en sus páginas muchos de sus mejores trabajos y siendo autor de algunas de sus más bellas portadas, que son obras que reflejan bien la “belle epoque” española.

También ilustró el “Cuento Semanal” y, en 1925, una edición de la novela de Juan Valera Pepita Jiménez, cuyos veinte dibujos originales se expusieron en el Salón de Nancy en Madrid, en 1926. También hizo algunos carteles, como el de la Feria de Granada de 1904.

 

Sus ideas regeneracionistas siempre mantuvieron vivo su compromiso con los más humildes, lo que le llevó a usar el lenguaje gráfico como instrumento de denuncia social, de modo que su obra se convierte en una crónica de la vida cotidiana de su época, en la que están presentes, con visión crítica, todas las capas sociales, desde los terratenientes andaluces hasta los gitanos vendedores en las ferias andaluzas y, muy especialmente, una cierta fascinación por la fiesta nocturna y la alta sociedad aristocrática y burguesa, que permanece ociosa y vive exclusivamente para tales fiestas. Se le ha considerado uno de los más incisivos cronistas gráficos de su tiempo, autor de un estilo propio lleno de elegancia, humor y aguda capacidad de observación.

Recibió diversas condecoraciones en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes, como una Mención de Honor en 1897 por su Santa Teresa de Jesús, adquirida para una iglesia de México, la Tercera Medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1910 por su “Caballero Andante”, y la Medalla de Plata de Dibujo en la Internacional de Panamá de 1916.

 

 

Obtuvo, además, el reconocimiento real, ya que uno de sus lienzos fue comprado por la reina María Cristina, quién lo exhibía en el Palacio Real.

Son muy numerosas, conocidas y valoradas sus gouache, pequeños cuadros de composición bien ordenada, temáticas iconográficas agradables, tratados con gracia y delicadeza, en un estilo realista que denuncia claramente su formación decimonónica. También practicó la pintura orientalista, con fascinación por los ambientes musulmanes, como su Diversión del Sultán Selím, y por el mundo japonés.

 

De su abundante obra deben destacarse Hombre con chaleco, La odalisca (1908), La limosna y Saliendo de Misa (1917), La plaza de Priego (1928), La puerta del Sol (1929), Feria de Priego; La Becerrada, etc.

 

La sala Vilches de Madrid organizó dos exposiciones personales de su obra en los años 1908 y 1912 y, según señala Pantorba, ambas tuvieron notable éxito de ventas.

Aunque afincando en Madrid, nunca olvidará sus raíces, regresando los veranos a su Priego natal. En 1935, durante su estancia en este municipio, contrae una enfermedad que lo llevará a la muerte, el 7 de noviembre, a los 63 años, siendo enterrado al día siguiente  en el cementerio del Santo Cristo de Priego, ciudad que le ha dedicado un museo monográfico.

Este mismo año se cumple el 150 aniversario de su nacimiento, aniversario al que desde la Asociación Española de Pintores y Escultores nos unimos, felicitando al Ayuntamiento de Priego por las iniciativas que con tal motivo realice.

 

El consistorio prieguense ha guardado la memoria de este hijo ilustre, al dar su nombre al Centro Cultural del municipio, además del Museo en el que se encuentra parte de su obra, a través de un Patronato que con motivo del aniversario, ha organizado una serie de actos encaminados a divulgar los valores y la obra del pintor, así como dar a conocer el museo más allá del ámbito local.

El programa de actos incluirá una exposición antológica de la obra de Lozano Sidro en la ciudad Córdoba, después del acuerdo logrado con la Fundación de Artes Plásticas Rafael Botí, que permitirá realizar una muestra en una de las salas con las que cuenta el centro en la capital cordobesa.

Para esta exposición, que tendrá lugar entre los meses de junio y septiembre de este año, se contará con la obra del Museo, así como con la colaboración del Museo ABC del dibujo y la ilustración de Madrid, así como con la colaboración del Museo de Bellas Artes de Córdoba, sin olvidar el apoyo de los herederos del pintor. De igual forma se editará un catálogo de la exposición con textos divulgativos sobre las obras de Lozano Sidro.

 

Además, se va a editar un libro sobre las obras expuestas en el museo prieguense, que incluirá un estudio en profundidad de las 40 mejores obras de Lozano Sidro, dando prioridad a las que se encuentran en el citado museo.

Las actividades conmemorativas continuarán también con una exposición homenaje a cargo de la Asociación de Pintores de Priego, que realizarán cuadros inspirados en obras del pintor prieguense. Y por último, está prevista realizar una campaña divulgativa para acercar a los centros educativos, a los prieguenses y al público en general, la vida y la obra de Lozano Sidro.

 

Adolfo Lozano Sidro y la AEPE

La Gaceta de Bellas Artes de enero de 1913 informaba del “Baile de Payasos” que se iba a celebrar en el Teatro Real de Madrid el día 17 de ese mismo mes y que finalmente se verificó el día 24 de enero. Fue un gran esfuerzo de la Junta Directiva que venía preparando el baile de máscaras, según propuesta del Enrique Ubao. La novedad consistía “en implantar en Madrid los bailes de un color, con sorpresas de índole pintoresca que se preparaban, siendo obligatorio el disfraz en colores blanco y amarillo. La sala presentará un verdadero aspecto de sala de espectáculos y desde los palcos, como de las mesas del restaurante, se podrá gozar un punto de vista que necesariamente ha de ser rico de luz y de color, y atrayente por la animación más fácil de conseguir en grupos desenvueltos con alegría hirviente como la propia espuma del champagne, que en la apiñada fila de la acostumbrada concurrencia”… Se hacía notar los beneficios que la AEPE podía alcanzar de este festival y en bien de todos, para poder fomentar los planes de la Asociación.

El cartel anunciador de este gran baile fue obra de Adolfo Lozano Sidro.

 

La Gaceta de Bellas Artes del 15 de mayo de 1926 dedicó dos páginas completas al artista, con la reproducción de las obras tituladas “El homenaje”, y “Esperando el mixto”, en una crítica firmada por Bernardino de Pantorba. Además de repasar brevemente su biografía, el crítico se refiere a la exposición celebrada en el Salón Nancy, recogiendo el éxito cosechado con ella y refiere que “le ha servido para afirmar su fama de experto dibujante… Un poco oscurecida por su labor de ilustrador ha quedado su obra puramente pictórica. Sus óleos no han logrado alcanzar la aceptación de sus dibujos a la gouache, trabajados fuera del concepto decorativo y de la manera sintética que hoy predominan. Son dibujos que se hermanan con los pequeños cuadros de composición que se pintaban a fines del siglo pasado; dibujos compuestos de un modo realista y tratados con una gracia muy hábil… Es Lozano Sidro –como acertadamente reconoce el crítico Méndez Casal- un observador un tanto humorista de la vida, un dibujante que interpreta las escenas del gran mundo, acentuando tipos, las más de las veces indulgentemente; otras poniendo tal cual ponderación irónica… la mano de este notable artista, que ha sabido abrir su camino con esforzada honradez, con limpio tesón y ha logrado imponer, en este ambiente no siempre honesto, sus dibujos sinceros, sagaces, deliciosamente humorísticos”…

Socio de Honor del X Salón de Otoño, recompensa que equivalía a un importante premio en esta convocatoria y al que sólo accedían los más notables artistas.

Asiduo participante del Salón de Otoño, participó en

* II Salón de Otoño de 1921, donde apareció inscrito como “Adolfo Lozano Sidro, natural de Priego (Córdoba); vive en Madrid, San Mateo, 30”, y presentó la obra

166.- Las diversiones del Sultán Selim, gouache; 050 x 0,61

* VIII Salón de Otoño de 1928

161.- Fiesta de corte, guache

162.- En la Plaza de Priego, guache

163.- Esperando el mixto, guache

* IX Salón de Otoño de 1929

111.- Una fiesta aristocrática

112.- Un café

113.- Una verbena

114.- Sonata (Señorita antigua tocando el piano)

115.- Florentinos (Dos cabezas pequeñas antiguas)

116.- Madrid de noche

117.- La Puerta del Sol

* X Salón de Otoño de 1930

156.- Retrato romántico, óleo, 0,72 x 0,62

157.- Azucenas, óleo, 0,67 x 0,88

158.- Un patio andaluz, óleo, 0,92 x 0,80

159.- Rosas de enredadera, óleo, 0,64 x 0,75

160.- Adoquinadores, óleo, 0,52 x 0,38

* XI Salón de Otoño de 1931

297.- Románticos, guache

472.- La presidencia de la becerrada, gouache

* XIII Salón de Otoño de 1933, en el que aparece con nuevo domicilio en la calle Princesa, 41

151.- Otoño, óleo VIII XVII

359.- Calle de noche

361 Sala de un teatro

 

 

Los Directores de la Gaceta de Bellas Artes de la AEPE: Bernardo G. de Candamo

Por Mª Dolores Barreda Pérez

 

Los Directores de la Gaceta de Bellas Artes

de la Asociación Española de Pintores y Escultores

cabecera 1

 

La  Gaceta de Bellas Artes 1912

En octubre de 1912, en el número 28, en el que figura como Director Manuel Villegas, en el que será el número de su despedida, y como Redactor-Jefe Bernardo G. de Candamo, la portada hace un importante anuncio. Con el antetítulo “Nuestras reformas”, el titular “Lo que aspiramos a hacer”, y la entradilla destaca “Intentando mejoras materiales. Siempre dentro del Reglamento. Conversaciones sobre Arte. Teoría y Estética. Queremos que los artistas colaboren en nuestras campañas”. Y tras esta declaración de intenciones, un largo texto que merece la pena reproducir:

La GACETA DE LA ASOCIACIÓN DE PINTORES Y ESCULTORES va a cambiar, si no así de pronto y súbitamente de aspecto, por lo menos en un sentido del todo compatible con el Reglamento, de criterio.

Entiéndase lo de criterio como debe entenderse. Nos referimos, exclusivamente, a que ya que la Asociación ha adquirido fuerza, personalidad y vida, debe a su vez adquirir fuerza, vida y personalidad el Boletín, que es a modo de programa y a manera de síntesis a un tiempo mismo. Sobre todo personalidad es lo que necesita, lo que exige este periódico. Y la tal personalidad suya no puede ser otra cosa que un reflejo fiel de la personalidad de la vasta entidad social.

Bien está que el Boletín recoja las cuentas, los estados, las convocatorias, los anuncios de Exposiciones próximas, la noticia de las recompensas, etc. Para eso es, en primer término. Pero esto, por ser de índole utilitaria, es menos alto y menos ideal que otros nobles estímulos artísticos. Eso es el final del arte, es el acabamiento material de las obras de belleza, que por ser como son, y dada la índole de la vida contemporánea, no pueden aspirar a galardones de una naturaleza más elevada.

La GACETA dirá, pues, todo lo que debe decir; anunciará cuanto debe anunciar, recogerá cuanto debe recoger. Pero, ¿no os parece a vosotros, artistas, que falta algo? ¿No creéis que aparte de lo puramente oficial y referente a las aspiraciones justas, pero limitadas, debemos nosotros, los que redactamos la Revista, hablaros de arte y hablaros de belleza! Para los que encuentren en las columnas dedicadas a la información oficial la noticia que les convenga, nuestra divagación previa servirá de distracción y de entretenimiento, para los que no sólo no hallen lo que anhelan hallar, sino acaso lo contrario, nuestras palabras podrán ser consoladoras.

Pretendemos hablar de ideal artístico y de práctica del arte, de acuerdo con los criterios actuales, con las tendencias del día. No serán nuestros discursos escritos vanas palabrerías. El ejemplo servirá para concretar lo teórico; y junto al recuerdo de obras realizadas irá la consignación de las teorías que las han precedido.

Hablaremos de estética; haremos labor crítica; realizaremos trabajo, si no pedagógico, que sirva de estímulo al pensamiento y de excitante al recuerdo. No pararemos mientes en lo que signifique pueril moda de un día; y ni acogeremos con una sonrisa siquiera, ni consideraremos digna de nuestra protesta la arbitrariedad artística, que va encubriendo su impotencia cada día bajo un calificativo diverso. El arte, sobre todo en España, debe responder a la salud, al equilibrio, a las condiciones inalienables de la raza.

Tampoco sentaremos plaza de voceros del sentido común. Un poco de decisión en arte, una pequeña dosis de valor para afirmar, en la mayoría de los casos, a la obra aún construida con arreglo a cánones de escuela o de casticismo un nuevo y poderoso prestigio. El sentido común no ha tenido nunca que ver con el arte puro en sus aspectos geniales.

Es preciso añadir al pensamiento inicial algo que en vez de ser sentido común valga por sentido crítico. Hace falta propagar entre todos que la crítica no es solamente censura de la obra realizada; el primer crítico debe serlo el artista mismo, critico de sí propio y crítico de la realidad o de la idea que aspire a reproducir mediante los materiales del oficio. Sin recurrir a la minucia histórica, puede recordarse que todos los genios del arte, en todos los tiempos, han trabajado sobre bases de criticismo de su obra y de la naturaleza del arte en general. De Leonardo de Vinci a Augusto Rodin hay más espacio en lo relativo al tiempo transcurrido que en lo que significa comprensión del arte en la idea y en el trabajo mecánico que su realización exige.

Hablaremos de arte, a nuestro modo, como nuestra cultura y Dios nos den a entender. ¿Hay nada más bello ni más noble que una conversación frecuente sobre materias artísticas? Y esto que hemos escrito es tanto como el enunciado de una campaña. Precederá a lo utilitario, a lo que posee valor económico y se mezclará con ello, lo que aparte el pensamiento del número, de la cátedra, de la oposición, de la Exposición y de las recompensas. Sobre el conjunto prosaico de las noticias posará de vez en cuando su vuelo la mariposa del Ideal.

Y en esto aspiramos a que nos ayuden nuestros colegas los artistas españoles. Será la GA CETA tribuna abierta permanentemente a toda idea, a toda doctrina artística. No deben preocuparse los pintores o escultores de no dominar la forma literaria. El que tenga algo que decir que lo diga. Nuestra Redacción se encargará de corregir las cuartillas que se nos manden en los casos poco probables de que ello sea preciso. Estamos dispuestos, no sólo a acoger los trabajos que lo merezcan, sino a realizar las campañas que no estando en desacuerdo con el Reglamento sean justas.

Confiamos en que esta intervención directa de los asociados en la GACETA pueda fortalecernos y en que puedan deducirse de ella considerables ventajas para el arte español actual.

He aquí una parte de nuestro programa, acaso ampliable en lo que se refiere al aspecto de la GACETA, a mejoras de presentación, a mayor frecuencia y, sobre todo, a mayor puntualidad en su aparición.

Al efecto, ha aceptado el cargo de Redactor-jefe de nuestro Boletín un escritor que ha hecho notables campañas de crítica de arte, Bernardo G. de Candamo, conocido ventajosamente de cuantos se interesan en España de cuestiones literarias y periodísticas. Su nombre es una garantía, y nos complacemos en poderlo colocar al frente de esta publicación”.

Sin embargo, el número 28, correspondiente a octubre de 1912, fue el último en hacerse en ese año, reanudándose la publicación ya en enero de 1913, pero con otra cabecera llamada “Por el Arte”, y con otro director, José Garnelo y Alda.

Que González de Candamo fuera Redactor-Jefe de la Gaceta de Bellas Artes no puede más que ser motivo de orgullo para nuestra publicación, que con él alcanzó una categoría que sólo a la luz de la historia se puede apreciar como debiera, puesto que la biografía de este hombre, que ahora abordamos, deja bien claro que debíamos hablar de él como cofundador de la Generación del 98. Ni más, ni menos.

Bernardo González de Candamo y Sánchez-Campomanes fue una de las figuras más destacadas del panorama cultural español desde finales del siglo XIX y hasta más de la mitad del siglo XX.

Y un orgullo para todos los socios de la Asociación Española de Pintores y Escultores.

 

Bernardo G. de Candamo

 

Firmaba sus escritos como Bernardo G. de Candamo, abreviando sus apellidos, que eran González de Candamo y Sánchez-Campomanes, y utilizó también el pseudónimo de Iván d’Artedo.

Bernardo G. de Candamo fue un periodista y escritor modernista español, miembro de la generación del 98, nacido el 5 de enero de 1881 en París (otros escritos lo fechan el día 1 e incluso el 2), y que falleció en Madrid, el 9 de septiembre de 1967.

Fue además un prestigioso crítico literario y de teatro en los principales diarios españoles durante el primer tercio del siglo XX. Socio Bibliotecario del Ateneo de Madrid durante la Segunda República y salvador de esa casa y de su Biblioteca durante la Guerra Civil.

Su nacimiento en París fue circunstancial, debido a la ocupación de su padre, el abogado Ladislao González de Candamo, que trabajaba en la legación de Perú en la república francesa. Su tío, Manuel Candamo Iriarte, que era embajador del Perú en Francia, había sido Presidente de la República.

A los tres años, su familia regresó a Oviedo, donde estudió la enseñanza primaria con Ramón Pérez de Ayala. Bernardo realizó sus estudios en la capital asturiana y concluyó el Bachillerato en Madrid, en el Instituto San Isidro, ciudad a la que se había trasladado en 1893.

En Madrid se licenció en Filosofía y Letras en la Universidad Central, alternando continuos y frecuentes viajes a París, donde se introdujo en el mundo de los primeros poetas modernistas, como el guatemalteco Gómez Carrillo, con el que Candamo mantuvo una estrecha amistad.

La formación de Candamo fue también autodidacta, basada en su gran afición a la lectura y en el acceso que desde niño tuvo a una completa formación intelectual, dada la relación de su familia con los distintos ambientes artísticos.

A los 17 años, sustituyó las clases con las tertulias de los escritores y artistas en los cafés madrileños y en el Ateneo de Madrid. Contaba entre sus amigos y contertulios con los principales escritores de fines del siglo XIX y principios del XX que conformaron el Modernismo español y la Generación del 98. En particular, entabló estrechas relaciones con Rubén Darío, Ramón María del Valle Inclán, Francisco Villaespesa, Juan Ramón Jiménez, Pío Baroja, Azorín, Jacinto Benavente, Ramiro de Maeztu y Miguel de Unamuno, con quien mantuvo una amistad profunda e intercambió, hasta la muerte del rector en 1936, numerosas cartas, reproducidas en el libro de Jesús Blázquez “Unamuno y Candamo. Amistad y epistolario (1899-1936)”.

Candamo introdujo en esas tertulias modernistas y noventayochistas del cambio de siglo a Rubén Darío; en abril de 1900, recibió en Madrid a Juan Ramón Jiménez cuando éste llegó a la capital por primera vez, junto con Francisco Villaespesa, Salvador Rueda y Julio Pellicer y se lo presentó a Miguel de Unamuno; también proporcionó al rector las primeras noticias sobre Picasso, cuando ambos colaboraban en la revista Arte Joven.

Entre 1899 y 1906, publicó poesías, cuentos y reseñas bibliográficas en revistas señeras del grupo del 98, en las que algunas veces actuó como cofundador.

La actividad profesional de Bernardo G. de Candamo fue eminentemente periodística, pues de periodista ejerció en los principales rotativos españoles del primer tercio del siglo XX.

El crítico, que se movía como pez en el agua por el Madrid intelectual y bohemio de la época, fue descrito por Víctor Ruiz Albéniz, Chispero, de esta manera: “Menudito, muy miope, eterno ironista, gran cultura, buena pluma, pero acusando excesivamente su constante afán de encaramarse tras de las innovaciones triunfales, a las que, por cierto, siempre llegaba con retraso y para caer de ellas inmediatamente”.

Por su parte, Rubén Darío, en su Autobiografía, lo incluye en la relevante nómina de amigos españoles del fin de siglo: “Me juntaba siempre con antiguos camaradas, como Alejandro Sawa, y otros nuevos, como el charmeur Jacinto Benavente, el robusto vasco Baroja, otro vasco fuerte, Ramiro de Maeztu; Ruiz Contreras, Matheu y otros cuantos más, y un núcleo de jóvenes que debían adquirir más tarde un brillante nombre: los hermanos Machado; Antonio Palomero, renombrado como poeta humorístico bajo el nombre de Gil Parrado; los hermanos González Blanco, Cristóbal de Castro, Candamo; dos líricos admirables, cada cual a su manera: Francisco Villaespesa y Juan Ramón Jiménez; Caramanchel, Nilo Fabra, sutil poeta de sentimiento y de arte; el hoy triunfador Marquina y tantos más”.

Cabecera de la Gaceta en la que aparece como Redactor-Jefe Bernardo G. de Candamo

 

Luis Calvo, en una semblanza dedicada a Candamo con motivo de su muerte, no duda en declarar que “en vez de ‘Los del 98, y Candamo’, hubiera debido decirse: ‘Candamo y los del 98’. Pues fue el engarce de aquellos hombres dispersos e individualistas que formaron la generación de 1898”.

Fue corresponsal en París para el diario El Mundo durante la primera guerra mundial, además de escribir ya desde finales del XIX en Gente Vieja, Cosmópolis, Revista Nueva, Helios, Madrid Cómico, Vida Literaria, Santo y Seña, Nuestro Tiempo, Juventud, la barcelonesa Revista, La Hoja del Lunes, de Madrid —en la que firmaba con el seudónimo de Iván d’Artedo—, Vida Nueva, La Lectura, Arte Joven o El Fígaro.

Unamuno, a través de sus numerosas cartas a Candamo, influyó en sus concepciones literarias y en su toma de compromiso social. Candamo, por su parte, fue el informador de Unamuno con respecto a cuanto acontecía en los ambientes literarios del Madrid. Durante décadas, actuó como fiel compañero del rector salmantino en sus visitas a la capital. Visitó a don Miguel en su destierro en Hendaya durante la época de la dictadura de Primo de Rivera, régimen que también le deportó a él mismo a Ciudad Real.

Toda la literatura de finales del XIX y, sobre todo, de la primera mitad del XX, llegó a manos de Candamo, que ilustró durante décadas a sus lectores con acertadas opiniones y comentarios objetivos sobre el panorama literario contemporáneo al autor. Obras de Baroja, Unamuno y Azorín; de los dramaturgos Arniches, los Quintero, el matrimonio Martínez Sierra o Jacinto Benavente; de hispanoamericanos como el poeta mexicano Francisco A. Icaza, pasaron por el tamiz crítico de Candamo, que supo recomendar al público español qué representaciones teatrales merecía la pena ir a ver o qué libros era imprescindible adquirir.

Bernardo González de Candamo, un espíritu inquieto y a buen seguro devorador de todo tipo de literatura, también escribió algún que otro poema que publicó en la revista Arte Joven, de la que él mismo fue uno de los fundadores.

Candamo, además de su labor periodística como crítico literario y teatral, desarrolló una amplia actividad en el seno del Ateneo Científico, Artístico y Literario de Madrid desde su ingreso en 1899, cuando la presidenta de la sección de Literatura, Emilia Pardo Bazán, lo propuso para ostentar el cargo de secretario de la misma sección.

 

En el mismo número de la Gaceta de octubre de 1912, Villegas Brieva confirma  el cargo de Redactor-Jefe de Candamo

 

Leyó Bernardo con motivo de su nombramiento un ar­tículo en el que, bajo el epígrafe de “Opiniones literarias”, realizaba un exhaustivo análisis de la generación de fin de siglo. En el texto, que suscitó numerosos comentarios por parte de sus coetáneos, se hallan varias de las premisas que definen a Candamo. Una frase es particularmente reveladora: “Y puse sobre mi corazón las Elegías de Ventura Ruiz de Aguilera, y puse sobre mi cabeza El sombrero de tres picos”. Es decir, el “parisino” reconocía en el pasado inmediato español una fuente importante de inspiración y enseñanza.

Pero, como los del grupo en que está inscrito y en el que comenzó su andadura desde tan joven, también fue un gran defensor de la literatura que se cultivaba fuera de las fronteras españolas —especialmente la francesa y, destacando sobre el resto, la obra de Verlaine, del que se declaró ferviente admirador y discípulo—, y el “arte nuevo”.

Este tema fue motivo de diversas digresiones aparecidas en artículos posteriores de don Bernardo, y resulta fundamental para conocer la opinión acerca de lo que debe ser la literatura el publicado el 19 de marzo de 1912 en la primera página de El Mundo madrileño y en el que, con el título de “Acerca del Neoclasicismo. Escritores y edi­tores”, arremete contra los que él denomina “casticistas”, a los que identifica como aquellos autores tan anclados en el pasado, concretamente en el nacional, que se niegan a abrir los ojos a las nuevas tendencias que llegan de fuera. Comienza el artículo así: “Se advierte en la literatura española contemporánea algo que vale por un caso de atavismo, de regresión a los viejos modelos, de vuelta atrás. (…) Algunos, muchos acaso, de los escritores jóvenes, procuraron dar a sus ideas y a sus sentimientos del día una expresión denodada y un vocabulario de edades pretéritas y remotas. El hecho es indu­dable. Desde Pedro de Répide a Diego San José está repitiéndose a diario el caso”. E incluye en el texto la postura de los que, como él, defendían la novedad: “El hecho de copiar el estilo viejo es para nosotros algo pueril, algo presuntuoso y que además va contra el progreso de una literatura que, como la española, se ha dejado influenciar por toda clase de elementos extraños, unos del Norte: ejemplo, los libros de caballerías; otros meridionales, y ahí están los poetas italianos, que trasegaron toda su espiritualidades el seco naturalismo del arte de Castilla”.

Algunas de las escasas fotografías existentes de Bernardo G. de Candamo

 

Su labor le granjeó un homenaje de doscientos ateneístas en mayo de 1935, presidido por sus amigos Manuel Azaña, Fernando de los Ríos, Ramón del Valle Inclán y Ángel Osorio y Gallardo. Al poco tiempo, el Ateneo le nombró Socio de Honor.

Durante la Guerra Civil, Candamo fue el único miembro de la Junta Directiva de la casa que permaneció en el Madrid sitiado. Consiguió preservar la Biblioteca e instalaciones del Ateneo y logró mantener las propias actividades de la institución durante aquellos duros años.

Al terminar la contienda, Candamo fue depurado por el nuevo régimen. Le salvó que su hijo primogénito, Bernardo, luchara en las filas nacionales y falleciera a los 25 años, y Finat, el Conde de Mayalde, director de Seguridad que fue teniente provisional del hijo muerto.

Solamente algunas publicaciones dirigidas por antiguos amigos le abrieron sus puertas -«Santo y Seña», «ABC» y «Hoja del Lunes» de Madrid- en las que firmaba bajo el seudónimo Iván d’Artedo, en recuerdo de uno de los más bellos paisajes de su infancia asturiana, la Concha de Artedo.

También utilizó el seudónimo Pickwick, por su gran admiración a Dickens.

Poco antes de morir recibió el homenaje de la Asociación de la Prensa de Madrid.

Bernardo González de Candamo falleció en su casa de Madrid, el 9 de septiembre de 1967, a los 86 años de edad.

La obra de Bernardo G. de Candamo es esencialmente periodística. Publicó en 1900 su primer y único libro bajo el título de Estrofas con un prólogo de su maestro y amigo Miguel de Unamuno. Se trata de un libro de prosa poética modernista, muy influido por la literatura francesa del momento y por Rubén Darío. El libro no alcanzó el éxito que esperaba y decidió dedicarse al periodismo como crítico literario y de teatro.

En sus primeros años de actividad profesional, colaboró en las revistas noventayochistas: Arte Joven, Vida Literaria, Vida Nueva, Juventud y La Lectura, así como en los periódicos madrileños El Imparcial y Diario Universal.

La firma de Candamo apareció en los principales rotativos españoles del primer tercio del siglo XX. Ejerció como crítico de teatro y de literatura en El Gráfico, El Fígaro y El Mundo, La Vanguardia de Barcelona, La Nación, El Tiempo, e Informaciones. Trabajó como redactor jefe en El Fígaro y en la revista Summa.

Bernardo González de Candamo y Sánchez Campomanes estaba casado con Carmen Feliú Acevedo, hija del general Feliú, militar afecto al rey, y a la que unía una gran amistad con la infanta Doña Isabel.

Padres del periodista y crítico de arte Luis González de Candamo y Feliú, especialista en la obra de pintores y escultores tales como Pancho Cossío, Benjamín Palencia, Francisco Arias, Eduardo Vicente, Álvaro Delgado, Luis García Ochoa, Francisco San José, Gerardo Rueda, Gustavo Torner, Antonio Lorenzo, Aurelio Teno, Matías Figares, Juan Francisco Toro de Juanas y Manuel Pardo.

Bernardo con sus hijos Bernardo y Luis

 

Vivía en el barrio de Salamanca, en la confluencia de la calle Claudio Coello con Don Ramón de la Cruz, donde nacieron sus hijos Bernardo, fallecido en la Guerra Civil, Carmen, fallecida al año de nacer, y Luis.

 

Ana de Tudela

Por Mª Dolores Barreda Pérez

 

LAS PRIMERAS ARTISTAS DE LA

ASOCIACION ESPAÑOLA DE PINTORES Y ESCULTORES

Desde su fundación en 1910, y después de haber tratado en anteriores números a las Socias Fundadoras de la entidad, y las participantes en el primer Salón de Otoño, vamos a ir recuperando de la memoria colectiva, el nombre de las primeras socias que vinieron a formar parte de la Asociación de Pintores y Escultores.

 

Ana de Tudela

 

TUDELA, Ana de    P    1950    CARTAGENA    MADRID

 

Ana Ortiz Pérez de Tudela, nació a principios del siglo XX en Cartagena, probablemente por estar allí destinado su padre, ya que era hija del Teniente Coronel José Ortiz.

Poco sabemos de su infancia y adolescencia, sólo que desde bien niña tuvo afición por el mundo de la pintura y que mientras su padre no aprobaba esos estudios, su madre la alentó en todo momento.

Fue discípula de José Pinazo Martínez, socio fundador de la Asociación de Pintores y Escultores, en la Academia de Dibujo que el pintor mantenía en Madrid.

La artista, que firmaba sus obras como Ana de Tudela, participó en el II Salón de Otoño de 1921, con un cuadro “que nos describe las flores de Mallorca con el castillo de Bellver… y un abanico magníficamente pintado”, como reseñaba el diario La Época.

En 1922 envió la obra “Interior de iglesia” a la Exposición Nacional de Bellas Artes, como recogieron El Heraldo de Madrid y La Libertad.

Según leemos en La Vanguardia, en junio de 1923, participó en la Exposición de Arte de Barcelona con tres obras, dos de figura y un interior, en las cuales se ven “las cualidades que posee para el cultivo de la figura. Uno de esos cuadros, sobre todo, señala un camino sano por el sincero estudio que revela, tanto en lo concerniente a la forma como al color”.

En 1924 participó en una muestra que organizó la Escuela de Cerámica de la Moncloa, bajo el nombre de Exposición Municipal de Artes Industriales, que dirigía el socio de la AEPE Francisco Alcántara, en los salones del Círculo de Bellas Artes, en la que se exhibieron más de 300 obras de cerámica, encajes, talla y pintura, como testimonió La Correspondencia de España.

En 1927 presentó obra al Certamen del Trabajo del Ateneo de Burgos, obteniendo el Premio de Cooperación de la sección artística por unos dibujos, tal y como consignaba el Diario de Burgos.

En febrero de 1931, una fotografía de la artista servía de portada a la revista bisemanal Mujeres españolas. Ya dentro del número, una pequeña reseña nos informa de que …”si bien la fotografía de la portada nunca dice de las primorosas pinceladas que prodigadas en sus cuadros, revelan una maravillosa e intuitiva técnica, en los retratos que reproducimos y que son copia exacta de las señoritas María Teresa y Emilia Barrera… y un interior de una iglesia de Burgos, una cabeza de estudio de un viejo y una gitana, los cuales han estado expuestos en una de las exposiciones de Barcelona, siendo muy felicitada por la prensa y críticos locales. En una visita a su estudio, hemos contemplado obras admirables, tomadas todas del natural en la sierra de Gredos, Burgos, Granada y Palma de Mallorca. Lo portentoso de esta gentil niña, ya que así puede llamársele, tanto por su juventud, como por la ingenuidad de su carita angelical, es que casi se ha formado sola, aunque reconoce que en el corto tiempo que la ha dirigido el genial don José Pinazo, es donde ha completado su técnica… La señorita Ana de Tudela, aunque contrariando algo a sus familiares por su decisiva vocación al arte, tiene el apoyo entusiasta de su inteligentísima madre, distinguida dama que ha sabido formar el espíritu abierto y comprensivo de su hija, para mayor gloria del arte pictórico español”.

Por la revista Ellas, de junio de 1932, sabemos que era la Tesorera de la Junta Nacional de la Juventud Católicofemenina Española, institución fundada en 1926.

Portada de la revista Ellas, 1931

 

En 1934 participó en el Salón de Otoño, obteniendo la “Propuesta de Socio” de la Asociación de Pintores y Escultores, que equivalía a un importante galardón. Así lo reflejan La Libertad, El Sol, El Debate, El Siglo futuro, La Voz,…

La Época recogió una amplia información sobre las mujeres participantes en el Salón de Otoño, en la que se distinguía que “En pintura se lleva en esta ocasión la preferencia «Malagueña» de Ana de Tudela, nota muy fina de color y bien entonada y sin nada que pedir respecto a calidades”.

Blanco y Negro también reseñó la obra que Ana de Tudela presentó al Salón de Otoño, así como el ABC, que recoge la “Propuesta de Socio” para ella.

1935 fue un año decisivo en la vida de la artista. El 14 de marzo inauguraba una exposición de sus obras en el Círculo de Bellas Artes, que tuvo eco en la prensa del momento, apareciendo en La Voz, El Heraldo de Madrid, El Sol, La Libertad, ABC, Blanco y Negro, La Vanguardia…

La inauguración de su exposición en el Círculo de Bellas Artes de Madrid apareció en distintos medios de la época

 

Fotografía original de la Exposición de Ana de Tudela en el Círculo de Bellas Artes. Junto a Rafael Salazar Alonso, Alcalde de Madrid. Fotografía, Archivo José Luis Temes

 

En La Nación y en La Libertad, se publicó una fotografía de la artista realizada por el fotógrafo Alfonso, en la que aparece junto a dos de sus obras, y en días sucesivos, en el mismo diario, otra fotografía que recoge la inauguración de la exposición de Ana de Tudela, en la que aparece la artista junto al Ministro de Marina y al Alcalde de Madrid.

La Libertad, marzo de 1935

 

La Época publicaría además una nota de arte, firmada por J.M., en la que destaca que “Ana de Tudela presenta óleos y dibujos. Tanto los unos como los otros, son manifestaciones de grato sabor, realizadas con la loable intención de conseguir un fin artístico. En el colorido, en la factura de sus retratos, amenas composiciones y atinados interiores, revela Ana de Tudela, una sana inclinación y cualidades de gran ventaja para el logro feliz de su carrera pictórica. El carácter de ciertos dibujos y la adecuada visualidad de algunas de sus obras acusan temperamento para triunfos próximos”.

Fotografías de dos de sus obras del Archivo Moreno y  Archivo Ruiz Vernaci

 

En Ahora, Gil Fillol firma una crítica bajo el título de “La nueva pintora Ana María de Tudela”, una página completa en la que se reproducen tres de sus obras, las tituladas “Elmadiallah” (Agua de Dios), “Refugio” y “Vidas humildes”. Por las palabras del crítico de arte sabemos que “…es una pintora joven y capacitada… su último maestro fue José Pinazo… en muchos cuadro de Ana de Tudela se advierte aún la influencia de Pinazo… una influencia de gusto… la predilección por las tonalidades claras de gran efecto luminoso, prendió en sus discípulos… Es indudable que Ana de Tudela conformó su sensibilidad de artista a las mismas predilecciones de Pinazo. Adelantemos que esta joven pintora, en vías de formación aún, muestra excelente disposición para ese género de pintura cuyo lenguaje plástico es el color, entonado en escalas de notas simples y armónicas de gran delicadeza. Domina especialmente las entonaciones en oro y plata…. Hoy, por ejemplo, puede hablarse de una pintura delicada, de tonos tiernos y claros, sin hacer pensar que se trata de una pintura intrascendente…. Esa sensación maravillosa de vigor constructivo, pintura fuerte, solidez clásica y, al mismo tiempo, sutilezas de color, entonaciones dulces, gamas delicadísimas… en la misma trayectoria se agita la inquietud estética de Ana de Tudela. La aparente confusión que ahora se nota en el estilo impreciso de la joven pintora es, o me figuro yo que es, un fenómeno pasajero, propio de la educación atropellada de todos los pintores impacientes. Ana de Tudela se está formando –repito que bajo un signo inmejorable- y todavía atormentan su espíritu las influencias de lo que vio y las incertidumbre de su propio temperamento… alterna el dibujo varonil con notas de luminosidad… modela, con dureza, a veces con rudeza, como si toda la fuerza de expresión quedara confiada a la resistencia de los lápices… se recrea buscando armonías, tonalidades y contrastes de fino sentido colorista, sin descuidar la plasticidad del dibujo… tal variedad no puede perjudicar a una pintora en formación… de la suma de vibraciones que ahora conmueven la sensibilidad estética de Ana de Tudela surgirá al fin, la pintura personal que ya auguran sus cuadros del Círculo de Bellas Artes”.

Dibujos de la artista aparecidos en Ahora, en marzo de 1935

 

Por su parte, El Debate publicaba una crítica de la exposición en la que destaca la … “obra múltiple y varia que comprueba en el artista un temperamento indudable, una personalidad en formación. Este “pintor”, que no hace arte femenil –intrascendencia, blandura, superficialidad- aunque aporte refinamientos de femenina sensibilidad a su arte, adopta una actitud ejemplar de iniciación de trayectoria artística: mirar abierto al mundo, a la embriaguez de la luz y del colorido; sensibilidad alerta al sentimiento del paisaje; espíritu en tensión para fijar el ritmo sutil y fugitivo de la expresión anímica sobre el espejo de las formas corpóreas. Y espíritu y mirar cerrados –en inflexible alejamiento- a la canción de sirenas de las estéticas de vanguardia… Ana de Tudela pinta de frente a la realidad, buscando la exaltación de su “sentido”, la captación de sus esquemas formales, sin interponer entre su sensibilidad y el mundo, entre su mirar y la realidad exterior, la pauta de criterios deformadores… preferimos a los paisajes e interiores, sus retratos. Y estimados los realizados al lápiz, superiores a los óleos… porque en ellos alía la fuerza de la expresión individual con el prestigio del carácter representativo… vemos a Ana de Tudela… un “pintor” que trabaja por interpretar la realidad, que lucha por captar los encantos pintorescos del mundo, y que nos trae como logro de su primera jornada: bella luz natural prisionera en monumentos y paisajes… que traslucen su espíritu en el esquema formal de la fisonomía”.

El Debate, marzo de 1935

 

En El Siglo futuro se podía leer que “Ana de Tudela presenta un conjunto de obras muy aceptables, en las que ha ahogado todo el preciosismo y detalle de la pintura de mujer, y en la que sin embargo influye su condición femenina en la limpieza de los asuntos y en el buen gusto y discreta combinación de luces y efectos. Desde luego la especialidad y el éxito de Ana Tudela son sus retratos a lápiz; todos los catalogados bajo el título de «Canción de mar», a base de cabezas vascas, a más de “Pescador» y “Jasé Luis» son inmejorables, correctos de dibujo, bien de colorido y sobre todo asomando un alma y una psicología a través de sus ojos expresivos. El retrato de la señorita Dolores Escosura, igualmente un acierto. En sus óleos sobresale «Malagueña», de elegantes tintas y bella colocación… el público que acude a la Exposición y tras la antesala de colorines ,de Ramón Muñiz, la contemplación de los cuadros de Ana Tudela son un descanso y un recreo para los sentidos y un remanso para el espíritu”.

Y también con motivo de su exposición, en el Diario de la Marina de La Habana apareció publicada otra fotografía de la artista ante uno de sus cuadros.

Diario de la Marina  periódico oficial del apostadero de La Habana 1935

 

Por su parte, en distintos días, el ABC también recogía la exposición, incluso en el ABC de Sevilla se leía …”la apertura de una Exposición de Pinturas Argentinas, que con la de las obras de Ana de Tudela constituye gran éxito para el Círculo de Bellas Artes”.

 

 

A mediados de marzo, ABC se hacía eco de la marcha de la muestra, con alentadoras palabras en las que expresa que …”son 55 cuadros de figura, paisaje y bodegones. Esta pintora se halla en momento de comenzar a soltarse y a construir la forma, anunciando la posibilidad de triunfo, si un trabajo intenso, perseverante, austero, preside su labor próxima”.

Y ya clausurando la muestra, publicó otra crítica en la que se decía que …”con todos los honores, una gran Exposición de Ana de Tudela… mucha labor. Acaso demasiada labor, que si dice tanto de la fecundidad creadora de esta artista sugiere también el recelo de que las evidentes dotes privilegiadas de la artista se diversifiquen demasiado, con mengua de la intensidad de la obra. Viajera, peregrina enfervorizada del arte que impresiona su maravillosa retira mediterránea… el talento de interpretación sabe salir airoso de la dura prueba de agilidad… en dibujo, Ana de Tudela es magistral. Y cuando a toda otra valoración antepone la del dibujo, éste la retribuye con esplendidez el homenaje… los retratos acusan ese mismo valor inestimable del dibujo, pero aquí sin insistir dañosamente en la línea, sino con una matización muy fina e insinuante, que con recorta gracia la forma”…

En el Blanco y Negro de marzo de 1935 firmaba Manuel Abril una crítica en la que decía que …”Ana de Tudela comenzó pintando el repertorio oficial del muestrario de temas artísticos para uso de los aspirantes a artista… a cada obra se advierte que ganan terreno, de manera paulatina, pero ya manifiesta y decidida, las dos características de la nueva modalidad… por un lado, el dibujo preciso; por otro, la sobriedad de la entonación colorística. Los dibujos que presenta esta muchacha denotan un dominio del oficio y una seria atención al modelo, que habla muy a favor de ella, sobre todo cuando, como aquí sucede, los aciertos mejores de expresión y carácter y dibujo se dan en aquellos casos en los que los modelos son más serios y más ajenos a otros atractivos de arte “efectista o bonito”. En el color igualmente, la tendencia a componer el cuadro entero, entonando en una calve de color, a base de una gama, y gama sobria, nos hace recibir con simpatía y con expectación atentísima la aparición de esta muchacha… los dibujos en negro y negro y siena, o negro y sepia, son tan varios, como acertados, predominando la fortaleza del carácter, la seriedad de su interpretación y la justeza del dibujo”.

También en 1935 presentó obra a la Exposición Nacional de Bellas Artes que se celebró en el mes de mayo en el Retiro.

Y parece ser que también en 1935, realizó una exposición individual en las Galerías Layetanas de Barcelona.

En febrero de 1936 La Época nos reseña “la exposición La memoria de Gargallo, una visión retrospectiva del palacio de la duquesa de Alba, por Ventura Rodríguez, con Ana Tudela, Virgilio Bernabéu, Valls, Muñiz y Vela-Puig”.

En noviembre de 1942, ABC recoge su participación en el Concurso Nacional de Acuarelas, esculturas y carteles organizado por la Dirección General de Bellas Artes, junto a artistas como Bonnin, Potau, Benjamín Palencia, Peris Aragó…

En diciembre de 1943, una de sus obras protagoniza la portada de Y, la Revista para la Mujer, una hermosa Virgen con el Niño en brazos de delicada factura y composición clásica.

Paisaje

 

Por la Hoja Oficial del lunes de octubre de 1943 sabemos que realizó una exposición en el Salón Cano de Madrid, donde presentó 18 obras, y mereció una crítica que firmaba A. de las H. en la que decía que sus “cuadros son el exponente de una vocación y un temperamento femenino en el arte de pintar y el principio de una técnica que en su día dará frutos madurados por el estudio y el trabajo… Ana de Tudela posee todos los componentes para llegar lejos en el camino emprendido, le falta el sello que la diferencie del resto de los demás pintores. Y así, por ejemplo, esos cuadros de carácter religioso que hoy nos recuerdan a estampas muy admiradas en nuestra niñez, irán tomando cuerpo y fuerza cuando un día, al verlas, nos pongan de golpe en primer plano el arte de Ana de Tudela.  Como ya nos ponen hoy de manera más decisiva en posesión de un estilo los pequeños cuadros de flores donde su autora emplea sus recursos con más dominio y soltura. En el corto número de cuadros reunidos para esta exhibición se completan éstos entre sí como tendencias y posibilidades y anuncian el porvenir firme que aguarda a esta joven pintora”.

ABC nos hace saber que “la inauguración tuvo un gran éxito y que estuvo presidida por el Director General de Bellas Artes, Marqués de Lozoya, asistiendo a la misma además el Infante Luis Alfonso de Baviera y Borbón, el escultor Mariano Benlliure y otras muchas personalidades del Arte y las Letras, recibiendo la pintora calurosas felicitaciones”.

Cecilio Barberán firma en el ABC del 6 de octubre de 1943 una crítica en la que se asegura que “Hay en la obra de Ana de Tudela un predominio de dibujo. El lápiz de color es en sus manos el mejor colaborador para hacer un género pictórico mixto entre la composición cromática y la arquitectura lineal, que por su solidez y fino concepto lo destaca con singular personalidad… Ana de Tudela, culminada su formación como dibujante, ensaya luego otra obra al óleo con la mejor fortuna. Va su predilección en este caso hacia composiciones de pintura religiosa… lienzos que revelan sus excelentes condiciones para la pintura mural; composición y colorido la ponen muy cerca del triunfo en lo decorativo… tampoco le es ajena a la artista el abordar otros temas pictóricos en donde prevalecen el estudio de calidades y las orquestaciones de color más finas… apenas comienza el camino del arte, ya muestra una obra de positivo interés. La misa está presidida por una sólida formación, que no es ajena en este caso a los conceptos del arte moderno”.

El ABC menciona también su participación en el XVIII Salón de Otoño de 1944.

Como queda reflejado en distintos medios como La Vanguardia o el Cartel de las artes, participa en el Salón de Otoño de 1945.

En marzo de 1946 participa en el I Salón Femenino de Bellas Artes organizado por la Sociedad Española de Amigos del Arte, en el Museo de Arte Moderno, por el semanario “Domingo” y patrocinado por la Dirección General de Bellas Artes.

Madrid, 27-5-1946.- Inauguración de una exposición de pintura en el Salón Cano, con un cuadro de Ana de Tudela. EFE Vidal

 

En 1946 fue distinguida como “Socio de Mérito del Salón de Otoño”, inaugurando una nueva exposición en mayo, en el Salón Cano de Madrid, que recogió el diario ABC.

En mayo de 1946, según refleja el ABC, inauguró una nueva exposición, sin que se especifique dónde.

En el Salón de Otoño de 1948 obtuvo la Tercera Medalla de Pintura y ese mismo año, participó en la Exposición Nacional de Bellas Artes con la obra “Pomona”.

En marzo de 1949 expuso en los Salones Macarrón de Madrid.

Y en abril de ese mismo año, el ABC publica que Ana de Tudela había logrado la Medalla de Oro de Pintura de la VI Exposición Nacional de Arte Sacro celebrada en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.

El ABC de noviembre de 1950 recoge la Segunda Medalla obtenida en el XXIV Salón de Otoño, en la sección de Pintura (figura).

En abril de 1951 el ABC informa del fallo de la VII Exposición Nacional de Estampas de la Pasión, en la que Ana de Tudela logró la Medalla de Oro de Dibujo por su obra “La Anunciación”.

En octubre de 1952 obtuvo Primera Medalla en la sección de Pintura (figura), del Salón de Otoño, por su obra “Princesa india”.

Participó también en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1954, según detalla ABC.

A partir de esta fecha, su rastro se pierde hasta que se tiene constancia de su fallecimiento el 5 de marzo de 1990, en Madrid.

Obras presentadas al Salón de Otoño de distintos años

 

Ana de Tudela y la AEPE

La artista participó en un total de trece convocatorias del Salón de Otoño con distintas obras, desde el año 1921 hasta 1962:

II Salón de Otoño de 1921. Apareció inscrita como Srta. Ana de Tudela, natural de Cartagena; vive en Madrid, Lope de Rueda, 19.

257.- Flores de Mallorca, óleo, 1,24 x 1,63

XIV Salón de Otoño de 1934, reside en Madrid, Diego de León, 24 moderno

133.- Motrico, óleo, 0,67 x 0,54

135.- Refugio, óleo, 0,71 x 0,59

XVIII Salón de Otoño de 1944

104.- Retrato, óleo

135.- Máter Purísima, óleo

XIX Salón de Otoño de1945

148.- Sibila, óleo

149.- Sibila, óleo

150.- Retrato, óleo

XX Salón de Otoño de 1946

14.- Salomé, óleo

XXII Salón de Otoño de 1948:

Pandora

Bacante

XXIII Salón de Otoño de 1949

223.- Voces

XXIV Salón de Otoño de 1950, aparece como Tercera Medalla 1948 y Premio Diputación de Madrid 1948. Socio de Mérito Salón de Otoño

42.- Muchacha de Palestina, dibujo

175.- Primavera, óleo

185.- Rosas, óleo

XXV Salón de Otoño de 1952

87.- Estampa isabelina, óleo

88.- Princesa India, óleo

XXVI Salón de Otoño de 1954

179.- Piedad, dibujo

XXVII Salón de Otoño de 1955

94.- Dríada, óleo sobre papel de oro

XXIX Salón de Otoño de 1957

100.- En el maizal, óleo

101.- Mater Divinae Gratiae, óleo

102.- Niña de la rosa, óleo

XXXIII Salón de Otoño de 1962

179.- El marinero vasco Joshu-Miren, óleo

 

 

Mª Dolores Barreda Pérez, Secretaria del Jurado del 57 Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura

El pasado día 8 de febrero de 2022, tuvo lugar la reunión del Jurado del 57 Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura. Una tarde maravillosa en la que se dieron cita amigos de la Asociación Española de Pintores y Escultores, de artistas, de profesionales cuyo criterio se hizo oír en las más de cinco horas que duró la sesión, convertida en una lección magistral de arte gracias a sus miembros, que aportaron alegría, experiencia, saber, arte… mucho arte.

Todas y cada una de las más de 250 obras presentadas al certamen tuvieron su momento de gloria, su presencia, su revisión, su debate, su comentario y detalle. Para todas hubo una palabra, un gesto, un reconocimiento al esfuerzo del artista como no podía ser de otra manera.

Y entre descanso y respiro, también hubo tiempo de comentar las impresiones de cada uno de los miembros del Jurado respecto a lo que estaban viendo y sintiendo.

Esto es lo que comentó

Mª Dolores Barreda Pérez

Secretaria del Jurado

del 57 Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura

Secretaria General de la 

Asociación Española de Pintores y Escultores

Secretaria Perpetua de la AEPE

Miembro de AECA

 

 

Como Secretaria del Jurado del 57 Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura,  mi mayor preocupación ha consistido en garantizar que absolutamente todas las obras presentadas al certamen se mostraran al Jurado.

Cada detalle, cada pregunta que ellos hacían, debía tener una respuesta clara y precisa por mi parte para avalar la decisión final de un Jurado que no lo ha tenido nada fácil.

Soy testigo de cómo los integrantes de la maravillosa reunión que vivimos, han dado lo mejor de sí mismos defendiendo y respaldando obras que para ellos merecían ser seleccionadas.

También de comentarios en los que, más allá del propio artista y profesional, he podido tomar mayor conciencia de la dimensión humana de los miembros del Jurado.

Eso ha sido para mí especialmente emocionante. 

También lo ha sido llevar toda la reunión con una transparencia natural en la que no ha habido hueco alguno para  la hipocresía. La certeza de que cada elección ha partido de la sensibilidad ha hecho muy fácil el desarrollo de la sesión.

Y la concusión final, la difícil y amarga tarea de tener que decidir por una sola obra, ha sido toda una lección de cómo la inspiración y la energía se convertía en palabras llenas de arte, que brotaban del corazón de grandes artistas y profesionales, que reconocían y aplaudían a otro de sus iguales».

 

 

 

Josetxo Soria Checa, Vocal del Jurado del 57 Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura

El pasado día 8 de febrero de 2022, tuvo lugar la reunión del Jurado del 57 Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura. Una tarde maravillosa en la que se dieron cita amigos de la Asociación Española de Pintores y Escultores, de artistas, de profesionales cuyo criterio se hizo oír en las más de cinco horas que duró la sesión, convertida en una lección magistral de arte gracias a sus miembros, que aportaron alegría, experiencia, saber, arte… mucho arte.

Todas y cada una de las más de 250 obras presentadas al certamen tuvieron su momento de gloria, su presencia, su revisión, su debate, su comentario y detalle. Para todas hubo una palabra, un gesto, un reconocimiento al esfuerzo del artista como no podía ser de otra manera.

Y entre descanso y respiro, también hubo tiempo de comentar las impresiones de cada uno de los miembros del Jurado respecto a lo que estaban viendo y sintiendo.

Esto es lo que comentó

Josetxo Soria Checa

Vocal del Jurado

del 57 Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura

GOOGLE España

 

«La 57 edición del Premio Reina Sofía está siendo muy interesante,  como las anteriores y como en la última en la que participé. He podido ver una gran diversidad de obras, autores y artistas en general. Es un placer una vez más participar como jurado y contribuir al arte en España.

Además, el formato de presentación de obras ha sido bastante variado, igual que cada artista, con su especial sensibilidad, pero en general, la diversidad prima en toda la edición.

Igual que en ediciones anteriores, me asombra bastante la calidad de las obras presentadas. Incluso es posible que en esta edición el nivel haya sido más alto todavía.

En Google estamos convencidos de que el Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura es super necesario, imprescindible, porque es importantísimo dar una oportunidad sobre todo a los artistas que empiezan, a través de certámenes en el que como este, la participación es anónima y la posibilidad de exponer muy real, incluso de lograr ganar el Premio Reina Sofía. Estamos convencidos de que es un trampolín para su carrera, y desde luego es más que necesario crear esa oportunidad de mostrarse al mundo.

También he apreciado la variedad de temas tratados por los artistas en esta ocasión: la vejez, la mujer, incluso en algunos se puede ver casi un llamamiento a la España vaciada en algunas obras… son temas que vemos todos los días en las noticias, en televisión, internet o redes sociales y que tienen su reflejo en el arte, como no puede ser de otra manera.

La Asociación Española de Pintores y Escultores es un referente y punto de encuentro de gente que genera cultura y arte, nunca mejor dicho, por amor al arte, y desde luego canaliza el deseo de muchos artistas de poder llegar a mostrar todo su talento. Y la entidad se convierte así  en la gran catalizadora de que todo esto se lleve a cabo. Por nuestra parte, es una relación sobre todo de mucho cariño y de profundo agradecimiento por su existencia».

Eduardo Naranjo, Vocal del Jurado del 57 Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura

La del pasado día 8 de febrero de 2022, tuvo lugar la reunión del Jurado del 57 Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura. Una tarde maravillosa en la que se dieron cita amigos de la Asociación Española de Pintores y Escultores, de artistas, de profesionales cuyo criterio se hizo oír en las más de cinco horas que duró la sesión, convertida en una lección magistral de arte gracias a sus miembros, que aportaron alegría, experiencia, saber, arte… mucho arte.

Todas y cada una de las más de 250 obras presentadas al certamen tuvieron su momento de gloria, su presencia, su revisión, su debate, su comentario y detalle. Para todas hubo una palabra, un gesto, un reconocimiento al esfuerzo del artista como no podía ser de otra manera.

Y entre descanso y respiro, también hubo tiempo de comentar las impresiones de cada uno de los miembros del Jurado respecto a lo que estaban viendo y sintiendo.

Esto es lo que comentó

Eduardo Naranjo

Vocal del Jurado

del 57 Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura

Pintor, escultor, grabador y

Académico de la Real Academia de las Artes y las Letras de Extremadura

Medalla de Honor de la AEPE

 

«Esta edición está siendo muy especial, bastante buena, como todas las demás.  

Creo que quizás algo superior la calidad de la pintura, algo más que la de escultura, aunque hay algunas esculturas que son fabulosas.

Y en cierto modo hay más nivel artístico en esta edición, un nivel superior con mayor cantidad de obras, más obras que tienen mayor calidad.

La AEPE está haciendo una labor muy buena porque detrás de iniciativas como esta hay una clara voluntad de apoyar al arte y a los artistas, que hoy más que nunca está haciendo muchísima falta.

Esta Asociación que es tan antigua y moderna a la vez, para los artistas es muy importante porque así se sienten más arropados y mejor entendidos y además su obra tiene la ocasión de que se divulgue más, que es lo importante de estos concursos.

Las obras en general sí reflejan la situación que estamos pasando. Quiérase o no, sí, pero no de manera demasiado extensible o visible, pero de una forma o de otra sí se nota. Es imposible que no se note una situación tan peculiar, aunque ahora menos grave. Pero vamos que no es nada nuevo esto, para nada, pero el arte siempre refleja esto. Y en los artistas, sobre todo, que por lo general tienen una sensibilidad que en otros oficios se nota menos».

Javier Sierra, Vocal del Jurado del 57 Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura

La del pasado día 8 de febrero de 2022, tuvo lugar la reunión del Jurado del 57 Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura. Una tarde maravillosa en la que se dieron cita amigos de la Asociación Española de Pintores y Escultores, de artistas, de profesionales cuyo criterio se hizo oír en las más de cinco horas que duró la sesión, convertida en una lección magistral de arte gracias a sus miembros, que aportaron alegría, experiencia, saber, arte… mucho arte.

Todas y cada una de las más de 250 obras presentadas al certamen tuvieron su momento de gloria, su presencia, su revisión, su debate, su comentario y detalle. Para todas hubo una palabra, un gesto, un reconocimiento al esfuerzo del artista como no podía ser de otra manera.

Y entre descanso y respiro, también hubo tiempo de comentar las impresiones de cada uno de los miembros del Jurado respecto a lo que estaban viendo y sintiendo.

Esto es lo que comentó

Javier Sierra

Vocal del Jurado

del 57 Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura

Periodista y escritor

Socio de Honor de la AEPE

 

«En esta edición ha habido mucha cantidad de obras y la calidad se ha concentrado en pintores de gran formato, hablando de pintura, esa ha sido migran sorpresa. En cuanto a escultura, me sigue sorprendiendo gratamente que va creciendo cada año la participación y algunas de las obras presentadas tienen un nivel extraordinario. Desde ese punto de vista, ya llevo en el jurado desde 2015, veo que ha ido creciendo la calidad de las obras presentadas en general. Aunque este año hay mucha cantidad, y eso va en demérito, claro. Cuánta más cantidad, la calidad se queda más aislada, más reducida.

Como miembro del Jurado, lo que haces en un primer momento es hacer un descarte de las obras que ves claramente que tienen que quedar fuera. Donde vienen las grandes dudas es a la hora de valorar las mejores, las que van a ser finalistas e indudablemente la ganadora. Tengo en mente cuatro o cinco que me están dando vueltas en la cabeza y son las que me han llamado más, más me han transmitido.

Uno de los puntos desde donde parte mi juicio es que la obra tenga un relato: que me cuenten algo. Las obras meramente figurativas, las obras que solo juegan con el color o con las texturas, son obras que desde mi punto de vista se quedan fuera de mi apoyo. Entiendo que hay otros miembros del jurado que apoyarán eso y, por lo tanto, van a tener su respaldo. Pero mi voto siempre va para aquellas obras que tengan un relato, que me estén contando algo, que me generen una emoción particular, que incluso inviten a una discusión o un debate entre quiénes las contemplan. Yo creo que eso es lo que le da magnitud al trabajo de un artista.

Al haber sido juez ya numerosas veces del premio, ¿crees que la pandemia y toda la situación que la acompaña ha influido en las obras a nivel temático y artístico?

Igual que el año pasado sí vimos una gran influencia de la pandemia, en esta ocasión no es así. La edición anterior había un número de obras interesante que estaba vinculado con medicina, con sufrimiento, en fin, veías un poco los ecos de las preocupaciones sociales. Este año en cambio no, yo no he detectado que haya habido un pico de obras que estén conectadas con la pandemia más allá de dos o tres ejemplos que no son significativos.

La verdadera obra de arte es la que trasciende a su tiempo. Es muy difícil que una obra que esté muy pegada a los temas sociales que aparecen en las noticias dentro de veinte años sea valorada. A no ser que coja la noticia y le de un enfoque distinto, una óptica distinta y que sirva para retratar la época; es muy difícil que una obra que sea un eco de lo noticioso trascienda. Yo creo que el artista, por propia definición, debe buscar cosas eternas.

La Asociación Española de Pintores y Escultores está en una situación muy interesante. Evidentemente, hasta ahora, hasta 2022, se ha sabido mantener y se ha adaptado a las circunstancias, pero vienen por delante desafíos muy importantes. Por ejemplo, el desafío digital, que está ahora mismo cerniéndose sobre el mundo del arte, los NFTs, los metaversos. Todo esto está configurando un nuevo mundo para el arte. Va a haber museos virtuales dentro de una década. Va a haber coleccionistas, ya los hay, de obra digital. ¿Cómo se va a adaptar la AEPE a esa transformación? Bueno, pues eso es algo que va a ser muy interesante de ver. Pero yo creo que la AEPE tiene esa juventud, esas ganas de transformarse dentro de la veteranía, porque evidentemente estamos hablando de una institución centenaria, pero los artistas son siempre jóvenes».

Tomás Paredes, Vocal del Jurado del 57 Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura

El pasado día 8 de febrero de 2022, tuvo lugar la reunión del Jurado del 57 Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura. Una tarde maravillosa en la que se dieron cita amigos de la Asociación Española de Pintores y Escultores, de artistas, de profesionales cuyo criterio se hizo oír en las más de cinco horas que duró la sesión, convertida en una lección magistral de arte gracias a sus miembros, que aportaron alegría, experiencia, saber, arte… mucho arte.

Todas y cada una de las más de 250 obras presentadas al certamen tuvieron su momento de gloria, su presencia, su revisión, su debate, su comentario y detalle. Para todas hubo una palabra, un gesto, un reconocimiento al esfuerzo del artista como no podía ser de otra manera.

Y entre descanso y respiro, también hubo tiempo de comentar las impresiones de cada uno de los miembros del Jurado respecto a lo que estaban viendo y sintiendo.

Esto es lo que comentó

Tomás Paredes

Vocal del Jurado

del 57 Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura

Crítico de Arte, Comité de Premios de AICA

 

«Mi apreciación personal es de un profundo agradecimiento a la existencia de este premio, al hecho de que todos los artistas puedan presentar y exponer sus trabajos, porque hoy en día con las circunstancias en las que estamos, es un poco complicado. Es un privilegio que aún podamos celebrar el arte de esta manera. 

La pandemia ha trastornado todo un poco. Y también el arte. La comunicación y la convivencia son necesarias, aunque luego el artista se aísle y haga arte. Yo creo que ha afectado a todo.  Surgen ciertos temores que siempre afectan y terminan reflejándose en la obra.

Las obras presentadas esta edición son bastante diferentes a las de otras, aunque siempre hay algún autor que repite su trabajo. Este año he notado que hay un nivel más alto que en ocasiones anteriores.  Hay mucha variedad de los temas y ninguna obra se asemeja al resto. Me sorprende la activa participación en la categoría de escultura y la calidad de las piezas. El jurado ha tenido que tomar una difícil decisión para elegir una obra ganadora.      

La Asociación Española de Pintores y Escultores es una institución que lleva mucho tiempo dedicada a los artistas. Juega un papel muy importante, porque no solo es un círculo y una sociedad de amigos artistas, sino que se mantiene activa. Realiza exposiciones, concursos, inventa eventos, cursos. La AEPE es una forma de mantener vivo el arte y es una institución necesaria y beneficiosa para todos los artistas».

Esta web utiliza cookies propias para su correcto funcionamiento. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Ver Política de cookies
Privacidad