Emotivo homenaje a Diego Canca

En la sede social de la AEPE

Con importantes personalidades del mundo de la cultura

Una serie de amigos, compañeros y artistas del pintor, escultor, y grabador hiperrealista, y también escritor ceutí Diego Canca, rindieron un homenaje al que consideran con una trayectoria humanista desbordante y repleta de arte.

Y el mejor lugar para hacerlo, no pudo ser otro que la Asociación Española de Pintores y Escultores, una «casa del artista», como le gusta decir a nuestro Presidente, abierta a la inquietud y al arte contemporáneo en todas sus formas y maneras, que  abrió así sus puertas para recibir a uno de sus ilustres socios.

El acto tuvo lugar el día 7 de noviembre y en el mismo, el autor presentó su última obra, un «Retrato de Fernando Colomo», quien también estuvo presente.

 

De izquierda a derecha: Pedro Touceda, Belén Rubio, Azucena de la Fuente, Mª Dolores Barreda Pérez, Petro Valverde, Diego Canca, Fernando Colomo y José Gabriel Astudillo López

 

Abrió el acto del Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, dando la bienvenida a los artistas, para a continuación, dar la palabra a la Secretaria General de la AEPE y Secretaria Perpetua, Mª Dolores Barreda Pérez, quien realizó una presentación del homenajeado cuyas palabras reproducimos a continuación:

“Diego Canca, nació en 1948, en Ceuta, junto al mar.

Allí cursó sus primeros estudios y descubrió el grafito, el carboncillo, los lápices de Alpino y a Velázquez y a los clásicos.

Después fue el óleo y la fe que en él despertó en su profesora de dibujo, la que lo llevó a Barcelona, a continuar sus estudios

Allí vende sus dibujos y conoce a Salvador Dalí, a quien admira profundamente y que tanto influirá en la primera etapa de su obra, donde el surrealismo onírico y fantástico quedan patentes.

A comienzo de los años 70 se traslada a Madrid, comenzando sus primeras exposiciones en formato pequeño y empapándose de los clásicos, especialmente los del Renacimiento.

Su estudio y aprendizaje lo llevaron a investigar sobre los nuevos componentes del óleo y a nutrirse y compartir experiencias con otros artistas.

Así conoció a Antonio López, con quien mantiene una viva amistad.

Participó en innumerables exposiciones colectivas hasta que en 1985 presentó, como no podía ser de otra manera, su primera individual en Ceuta.

A finales de los 80 trasladó su residencia a Churriana de la Vega, a unos pocos kilómetros de Granada, donde continuó su trabajo y en donde dirigió la Escuela Municipal de Pintura.

En agradecimiento, el pueblo de Churriana de la Vega puso su nombre a una calle y a una sala del museo en reconocimiento a su aportación al mundo del arte. Una sala más conocida como Museo Diego Canca.

La Galería de arte americana Batik llevó su obra a ferias internacionales de arte y a ciudades como Nueva York, Berlín, Frankfurt, Gante…

A mediados de los años 90, se centra en el aguafuerte, aguatinta, punta seca y las técnicas del grabado, estudiando con los mejores del momento e investigando siempre hasta alcanzar un nivel técnico insuperable.

En 2008, presenta en Ceuta una ambiciosa muestra que lo consagrará como gran maestro, dejando paso entonces a su primer trabajo como novelista “Te espero en el mar”, primera de una trilogía que continuó con “Dolores la mala” y “Todas las persianas no son blancas”, con la que cerrará a finales de año la trilogía.

En 2015 publica “Mi desnuda realidad”, un libro recopilatorio de vivencias y fantasías creativas plasmadas con distintos medios, incluyendo corazón, cabeza, mano y jirones de piel que quedaron en cada obra.

Este año 2025 comienza una nueva etapa en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid y acaba de anunciar que no volverá a participar en el circuito de muestras individuales de galerías privadas.

Capaz de pintar las canciones que han dejado huella en sus buenos y malos momentos, el artista acaba de poner en marcha un ambicioso proyecto que define como la gran culminación de su carrera: “Ceuta desde las azoteas”, una obra que lleva años preparando y promete ser su tributo definitivo a la ciudad que lo vio nacer.

Y hasta aquí llegamos a una biografía básica en la que los datos esenciales nos hablan de su trayectoria, pero poco nos dicen de él como persona.

En este tipo de actos, quienes me conocen saben que me gusta siempre hacer un perfil humano, ese que no sale en los libros ni en Google, ese por el que nos quedará ya marcado su nombre y que guardaremos en nuestro corazón.

Por eso quiero traer aquí algunas de las frases y pensamientos del artista, que nos ayudarán a conocerle mejor.

Por ejemplo, cuando habla de su tierra, a la que siempre vuelve, Diego Canca dice que “Ceuta me ha dado el espíritu aventurero y marinero, esa ciudad que convive con el mar, que vive su levante, su poniente, sus humedades y que es para mí tan especial. Y Churriana de la Vega me ha dado esa felicidad que da el interior de cultivar el tabaco, el espárrago… la serenidad que me ha aportado y el afecto y cariño tan grande que siento allí”.

En cuanto a su inspiración, Diego asegura que “Yo vivo de sensaciones, no me limito a representar los objetos como los veo, sino como los siento y como los veo con mi corazón”.

Su estrecha relación con la música también han marcado su obra, por eso explica que hay melodías trascendentales con las que ha logrado conectar los sentidos a través de elementos compartidos como el ritmo y el color, de forma que la música ha inspirado sus pinturas y cada pintura evoca así emociones musicales que crean una experiencia multisensorial.

Y relativo a su docencia, repite que “Hacer arte no te convierte en artista. Os enseño la técnica, pero nunca os enseñaré a ser artistas, eso lo tenéis que descubrir vosotros”. Y esto lo piensa desde la responsabilidad añadida en su compromiso con el arte, algo que le parece muy importante, “ya que influye y juega con los sentimientos de las personas”.

Respecto a él mismo, declara que “ser artista viene de serie incorporado a tu vida, aunque se tarda en verlo con claridad, en asumirlo como pieza esencial en tu vida. Entender que la vida a partir de ese momento va a estar condicionada por un espíritu que sólo está a gusto cuando está inmerso en tareas creativas, que nunca acabas de aprender, que jamás sacia tu sed”…

También tiene claro que el artista “es un ser solitario, necesita estar libre en todo momento, vivir en su torre de marfil, no ya la del estudio, sino también la que no se ve, la que te hace estar con gente y no estar, la que acaba por aislarte del mundo que te rodea para instalarte sin remisión en el tuyo propio”…

Y además, afirma que “ser artista es algo especial. No querría ser de otra forma. Es algo más que una religión. Una forma de vida en la que no importa el tiempo, sólo estar implicado en proyectos continuos donde la ilusión se rige por el principal motor para llegar a un destino incierto”.

Con la vista siempre puesta en el futuro, declara que le seduce mucho el arte emergente, que marca nuevos caminos, tendencias distintas a las que se quiere unir, porque esos artistas son los que le ayudan a seguir aprendiendo.

De él, se ha dicho, se ha escrito mucho y muy variado.

Críticos y artistas se admiran de su dominio del lápiz y su dibujo. No en vano él mismo asegura que vino al mundo con un dedo más en la mano: el lápiz de grafito, que a día de hoy, se ha convertido en su más fiel compañero de viaje.

Por reunir algunos de los adjetivos con los que le han definido, destacaremos que Diego Canca es abierto de mente, perseverante, pulcro, trabajador, paciente, selectivo, concienzudo, ordenado, detallista, sensible, sereno, cálido, inconformista, humano… y cantarín, porque Diego canta a todas horas y eso se refleja en sus obras y en sus relaciones con los demás, y pese a que como hemos visto antes, él mismo admitía la soledad de la creación, también hay que admirar su cordialidad y conexión con los demás.

Eso es lo que hoy se respira aquí, en esta Sala Eduardo Chicharro de la Asociación Española de Pintores y Escultores, pura cordialidad, el triunfo de la amistad y el reconocimiento sincero de otros artistas que como él, que como el lema de esta propia casa, viven por y para el arte.

En este momento cabe recordar otro lema muy cinematográfico que nos reúne aquí hoy, el de la compañía cinematográfica Metro-Goldwyn-Mayer que como todos recordaréis cuando aparece el león en la pantalla, dice así: Ars, Gratia, Artis. El arte por el arte.

Eso es lo que celebramos hoy, el arte de Diego Canca.

Muchas gracias”.

Un momento de la intervención de la Secretaria General de la AEPE, Mª Dolores Barreda Pérez

 

Tomó después la palabra Alfonso Leal, uno de los promotores del homenaje, y tras él, la actriz Azucena de la Fuente, dedicó un poema al artista que fue muy aplaudido.

Alfonso Leal Muñoz

Azucena de la Fuente

 

Después intervinieron Belén Rubio, agradeciendo a todos el apoyo al acto, el galerista José Mª Bea, quien mostró su satisfacción por la obra de Diego Canca, el Delegado de la AEPE en Córdoba, Francis Arroyo Ceballos y el periodista Nacho Valbuena.

Belén Rubio

José María Bea


Francis Arroyo Ceballos, Delegado de la AEPE de Córdoba

Nacho Valbuena

 

El crítico musical y director de cine Pedro Touceda, fue el encargado de presentar el retrato que Diego Canca ha realizado del cineasta Fernando Colomo, un grafito que causó admiración y dejó entusiasmado al retratado, que compartió con los presentes la especial amistad que le une al artista.

 

Tomó después la palabra Diego Canca, quien muy emocionado, agradeció el honor y el cariño recibido en una jornada que prometió no olvidar jamás.

Tras tantas emociones, fue José Gabriel Astudillo López, Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, quien cerró el acto con las siguientes palabras:

Señoras y señores, queridos amigos:

El homenaje que hoy brindamos a Diego Canca celebra esencialmente a la persona, personalidad y obra del artista, entrañable amigo fiel detrás de cuya trayectoria, hay toda una filosofía de vida, una manera de ser y de hacer.

Diego nos deslumbra con su saber, con su formación, con su calidad humana y, en definitiva, como un humanista contemporáneo.

Estar y trabajar junto a él es un privilegio múltiple: es ver, gozar y aprender de uno de los grandes y ser testigo de cómo transforma un espacio en un lugar mágico y especial.

Para esta Asociación Española de Pintores y Escultores es un placer llevar a cabo este homenaje porque siempre hemos defendido que a los grandes hay que celebrarlos en vida, reconocerlos cuando ellos pueden gozar de ese reconocimiento y disfrutar de la gratitud, que es tan esquiva entre los egos desmesurados de algunos artistas.

No hace falta pasear por los momentos estelares de su vida que nuestra Secretaria General y Secretaria Perpetua de la AEPE nos ha recordado. Tampoco nos hace falta descubrirlo en su faceta de escritor, casi poeta, grabador, escultor, pintor… sólo como hombre ya nos bastaría, hombre triunfante y reconocido como personalidad meritoria de la cultura española.

Diego ha sido y sigue siendo un moderno visionario que en la edad madura, aporta con sabiduría y generosidad su arte, ese que corre por sus venas y estimula a quienes le conocen, a quienes aprendemos de él en cada detalle y a quienes asistimos al legado que está dejando en cada página del libro de la vida que escribe a diario.

Si tuviéramos que definirle con una sola palabra, yo apostaría por la de “humanista”, y así dibujaríamos de un solo trazo a un hombre que ha cultivado, a lo largo de su dilatada y fértil vida, quehaceres diversos y en todos ellos ha destacado.

Sus fecundos trabajos literarios y artísticos hacen que veamos en él a un hombre del Renacimiento.

Al proponer tan merecido homenaje, los organizadores tuvimos presente su indudable papel de pedagogo y pensador contemporáneo que mantiene la vitalidad de un pensamiento siempre inacabado en el que coinciden la contradicción, la curiosidad, la reflexión, el misterio, la esperanza y desesperanza, la alegría y la tristeza, el escepticismo, la utopía…

Hoy brindamos junto a él, con él, por él, y lo hacemos por la vida, por la fraternidad y el conocimiento, tres ejes que creo sirven de ideales y son parte de su esencia y personalidad.

Este homenaje convocado por artistas de toda España, es merecido. Con generosidad en la pluma y el pincel, en el encuentro, Diego ha sabido transmitir una concepción ética y estética de su mundo interior, una nueva organización de saberes con los que ha regalado a cuantos le conocemos y a cuantos admiran su obra, una interpretación del mundo diferente y lúcida, regalos que él ha ofrecido con generosidad.

Afecto, diálogo y controversias entre amigos que hoy culminan en este brindis que nos reúne y que me recuerda a aquellos otros que se celebraban en esta misma casa, cuando artistas como Eduardo Chicharro o Joaquín Sorolla, Presidentes de la AEPE, presentaban a sus compañeros artistas sus últimas obras antes de exponerlas al público.

De la misma manera, hoy Diego Canca nos presenta el retrato que ha realizado al cineasta Fernando Colomo, artista también, frustrado pintor, creador de escenas y amigo de esta casa, por sus aportes como miembro del Jurado del internacional Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura.

Y lo hace entre amigos, artistas, creadores, aprendices de la vida que como él, son observadores de un mundo convulsionado y protagonistas de la historia de la pintura en España, en el mundo, en cuyo devenir contribuyen también.

Celebremos pues este enorme caudal de experiencias que confluyen en esta sala, como reflexión rigurosa y autobiográfica y como caudal inagotable de ideas transformadoras del arte en un ambiente de libertad de alta implicación personal.

Decía que hacemos gala y homenaje a un humanista, pero no del Renacimiento, sino de la época actual y contemporánea, de una época en la que el hombre está más que nunca en el centro del cosmos, ese  universo en el que Diego Canca lleva ensalzando los valores del ser humano desde que se inició en el arte.

Gracias”.

 

 

Tras estas emocionadas palabras, procedió a entregar a Diego Canca en nombre de todos los asistentes, una placa conmemorativa en recuerdo del acto, que finalizó con una sesión de fotografías y el brindis con una copa de vino español.

Además de los reseñados, acudieron al acto personalidades del mundo de las artes y las letras como Diego M Canca Obispo, letrado, el modisto Petro Valverde, el fotógrafo Ernesto Villavicencio, la coleccionista Vicky Vargas, la Vicepresidenta de la Fundación Dalma, Belén Ibáñez, la fotógrafo Alicia Gosalvez, autora de la mayoría de las instantáneas que cubren este reportaje, el dibujante neoyorquino de Marvel Comics Lance Tooks, los artistas Alejandro Aguilar Soria, Lao Seré, Renata Seré, Miguel Rodríguez, Edgar Gru, Eva Valero Almonacid, Javier González Ramos, Fernando Hervás, Belén Díaz, Juan Ruiz Ibáñez, Magui Rebollo, Concha Navarro, Jaime Urbón Menéndez, Germán Losada, Ernesto Amadeu Schlieper, Mª Jesús Bartolomé, y un sinfín de amigos como Concha Pertiñez, Nacho Baeza, José Luis Ruiz, Suni Tavera, Manuel Manjón, Manuel Picazo, Lola Rodríguez de Casanova, Pilar Torres, Paulo Henrique Borges, Eva María Suárez García, Eneko Peláez Larra, Carolina Ochoa Castillo, Juan Carlos Malonda, Pablo Ballesteros Fernández,Eduardo Tostón Valdés, Luke Delgado Pastor, Ángeles Gómez Martín, Lola Torres Duró, Alberto Almeida Bartolomé, Javier Aguado, Sylvia Ángel Eyess…

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