Socio de Honor
Vicepresidente de la AEPE
Todo un autodidacta de excepcionales destrezas innatas para la escultura, que fue creando, aprendiendo y desarrollando por todo el mundo. Siempre con su «Torsón de Oro» al pecho, era una persona conocida, reconocida y querida del «todo Madrid» durante décadas, frecuentando todos los ambientes. Desde los barrios y asociaciones más humildes a los grandes palacios donde tenía extraordinarios clientes, pasando por los ambientes castrenses o los Congresos de Católicos y Vida Pública del CEU. Acercó el arte a los universitarios cediendo su obra para exposición en los campus. Y recibiendo múltiples distinciones.
Busto del Cardenal Herrera Oria