Firmas con sello de lujo. Tomás Paredes

De «Azul» a Noigandres y más allá

 

Con este rubro exótico, se ha mostrado en Casa de América, hasta el 14 de noviembre 2024, la exposición más importante que se ha visto en Madrid sobre las vanguardias literarias de uno y otro lado del Atlántico durante el siglo XX. Es verdad que limitada a la desbordante colección López-Triquell, propietaria de los contenidos.

La exposición era abusiva, descorazonadora para un simple mortal, lector y amante de la creatividad de ese periodo, tal era la cantidad de primeras, rarezas, manifiestos, carteles, manuscritos y joyas literarias capitales exhibidas; hasta 500 piezas. Del comisariado conjunto de Juan Manuel Bonet y de José Ignacio Abeijón no podía esperarse otra cosa. Excelente el montaje, objetivo tan complicado con tanto elemento, al que no era ajeno Claudio Pérez Miguez, experto en la materia y riguroso profesional.

Terminada la muestra pública, cuyo periodo de exhibición se me antoja corto, queda el catálogo editado para la ocasión, convertido en otra joya literaria y cuya entidad quiero comentar, amén de los diferentes roles de las personas que han colaborado en este acontecimiento. Porque se trata de un acontecimiento cultural y no tengo la certeza de que haya sido contemplado así, pero insisto. ¡un acontecimiento cultural!

Aunque no aparece escrito en el colofón, ni en parte alguna, me consta que la tirada es de cien ejemplares, lo que es muy insuficiente. Soy un privilegiado al tener la ocasión de releerlo, subrayarlo, anotarlo, pero no puedo dejar de pensar que una obra así necesita muchos más ejemplares. El autor quiere que le lean, el coleccionista pretende dar a conocer su tesoro y, por supuesto, como mejor se homenaje a los autores es con una gran difusión.

El verbo coleccionar y el sustantivo coleccionista son palabras que hacen sonreír al arte, porque sin coleccionismo el arte, la vida de los artistas, no serían posibles. Los pilares fundamentales del arte: el autor y el coleccionista, el resto son complementos, aleatorios, por importantes que sean. Coleccionar es reunir un conjunto ordenado de cosas. Hay innumerables tipos de coleccionista: patrocinadores, mecenas, negociantes, oportunistas, nuevos ricos, aventureros…

Y de colecciones. Antonio Prates coleccionaba entre otras cosas, papeles de seda que envolvían las naranjas. Francisco Rodríguez restauró un castillo medieval para exponer obras de Álvaro Delgado. El doctor Puigvert se hacia con todo lo que podía de Sert. Josep Mª Cadena, crítico de arte, colecciona de todo, desde botones o bolígrafos a cómics y pinturas. El museo Thyssen procede de la colección Thyssen….

Se repiten los tópicos ignaros de que el coleccionismo existió siempre. No es verdad. Se apunta como primer coleccionista a Ptolomeo II Filadelfo, s. III a.d.c., que inauguró la Biblioteca de Alejandría. Y no, una biblioteca es más que una colección de libros, es un volcán dormido, inteligente, luz reunida del mundo creativo dispuesta a despertar: el autorretrato de un bibliófilo o un mecenas. El coleccionismo tal como lo entendemos ahora nace en el Renacimiento y se pule en los siglos XVI y XVII.

 

La principal característica de la vida, de la cultura, del arte es la pluralidad. Existe un coleccionismo público y otro privado. El único que garantiza esa pluralidad, esa diversidad, es el privado, porque es la determinación de una persona, que adquiere, conjunta, colecciona lo que siente, lo que le inspira, lo que le enriquece el espíritu y lo hace con su propio dinero. Los trileros politicastros de turno tratan de desacreditar la función del mecenas, del empresario sin entender que intentan cercenar la fuente que les hace vivir, que les permite jugar a sobrevivir de la cosa pública sin producir nada.

Empresario es el señor que tiene ideas, las pone en práctica y con ello genera un bien social, proporcionando productos útiles, creando empleo, riqueza y pagando impuestos. Y dedica sus beneficios a crecer y muscular su entidad vital y social. ¡Que invierta sus ganancias potenciando el mundo de la cultura es una suerte, porque permite que esta se desarrolle y nos enriquezca a todos! El gran coleccionista suele ser un mecenas, alguien que no espera un retorno económico de su patrocinio. Pero, ¿por qué iba a ser condenable que alguien patrocine la cultura esperando un retorno de su inversión?

Todos deberíamos agradecer al industrial Juan López Hurtado que destine sus ganancias a reunir los ejemplos más significativos de las vanguardias literarias iberoamericanas s. XX. Podría haberlo dedicado a adquirir coches de lujos, yates u objetos banales caros. No sería lo mismo para el grueso de la sociedad. El coleccionismo importa más que el Ministerio de Cultura, porque ayuda a todos, en tanto que el Ministerio se inclina por la deriva ideológica, por el amiguismo y por lo que se lleva. No hay más que ver en qué se han convertido los Premio Nacionales del mundo de la cultura.

¡Qué hay sujetos que se dicen empresarios y son unos explotadores! Pues claro, ya hemos convenido en que la sociedad es plural. Y que para corregir los desafueros están las leyes y la justicia. El empresario es más respetable cuando más ejerce de empresario, porque sabe que produce algo de lo que viven los trabajadores y él y si falla a unos se traiciona a sí mismo. Por suerte he conocido y convivido con grandes empresarios y profesionales libres, que han acabado siendo estupendos coleccionistas y no son populares, como es el caso de Juan López Hurtado, quién junto a su esposa, Marta Triquell, ha conjuntado este emporio literario, estético, de pensamiento y belleza.

El catálogo, gran formato, diseño gráfico de Miguel San José Romano, impreso por Gráficas Hercu y Gráficas Rey, fotografías de Andrés Vargas Llanos, es una pieza de colección, un documento excepcional del periodo que ensaya, vertebrado por el texto general y por países de Juan Manuel Bonet. Sus “fans” le consideran un datista, pero ¿qué se puede construir con rigor sin datos fidedignos? Lo que importa en Bonet, más allá de los datos, es su pericia en relacionarlos y el ritmo que impone en los textos. En esto es un maestro absoluto, como en el periodo de vanguardias que tan bien domina.

Bonet ha realizado un trabajo titánico, de una riqueza y brillantez manifiestas. No se le escapa nada y, además, lo hace tan cercano, que da la sensación de que está hablando con los autores que comenta, sin dejar de conversar con el lector. “Azul”, Valparaíso 1888, el libro rompedor de Rubén Darío, el aire nuevo, da color al título, pero la exposición iniciaba con el modernisme catalán, que a su vez fue el principio de la biblioteca López-Triquell y llega más allá de Noigandres, el concretismo brasileño.

Era una exposición para ver en distintas jornadas, igual que el catálogo, que no debe de leerse seguido, sino a sorbos, como los licores densos y olorosos; es una silva de varia lección que deleita mientras enseña. Cualquiera cita nominal sería cercenante. Hay que repasarlo, poco a poco, pero entero, posicionarse ante el conjunto. Las representaciones de Argentina y del Perú son exhaustivas, expansivas, detallistas. Las de Bolivia y Ecuador, descubridoras, reparadoras, bellísimas. En la brasileña echo de menos algo de Eugen Gomringer, Oyvind Fahlström, pero todo llegará.

La diferencia de Bonet con otros especialistas es que Juan Manuel es bibliófilo lector, no todos lo son. Y cuando tú lees un libro y tomas notas y lo relacionas, tu visión es otra, total, esférica, interrelacionada. Cuando Bonet cita un título, te recuerda el autor de la tapa, el editor, el encuadernador, el propietario primero o el anterior, el dedicatario, y luego debate sobre el contenido y los vestigios que revela.

Me resisto a llamar coleccionista a un lector que reúne libros, aunque no deje de serlo. Por cierto, algo que los norteamericanos, muy habituados a buenas bibliotecas públicas, no hacen. No en todas partes se estima la formación de una biblioteca particular. Pero, hay acciones que van más allá de lo personal y se convierten en proyectos culturales de dimensión, en apuestas contra la pérdida de la memoria ointelectual, como el de la colección López-Triquell, que tiene un afán de exhaustividad, profundizando con exclusividad. Su más reciente deriva es la brasileira, que está en formación.

En el catálogo se reproducen tapas y contratapas, catálogos, panfletos, revistas, afiches, algunos muy raros de ver y otros jamás vistos por los aficionados al lapso temporal que se contempla: la cubierta de Ucelay para los poemas de Milicua, la de Manuel Méndez para Proel; los Carteles de Gecé, lo portada de Joc Net de Tápies, el cadáver exquisito de Jorge Cáceres y Huidobro, las obras de Nahuí Olin, las tapas del Dr. Atl, el Amor original  de José Álvarez Baragaño con esa cubierta mágica de Wifredo Lam, ¡qué maravilla!.

En un país, España, donde el gobierno descree de la cultura, dedicado al espectáculo y a la construcción de muros, más que nunca, los coleccionistas son vitales. El coleccionista es un restaurador de la historia, facilita la percepción objetiva de lo que pasó para que los ciudadanos no necesiten intermediarios, ni ideólogos baratos que les digan que el pasado fue como ellos lo pintan. El coleccionista protege la realidad, ampara la libertad, limpia la memoria de interese espurios, es soteriológico, preserva las nuevas formas culturales, que testimonian cambios históricos, como enseña Fredric Jameson.

Para los que no vieron la exposición, queda el catálogo, referente para las vanguardias iberoamericanas del siglo XX. Por eso, insisto en que sería muy conveniente otra edición para que llegue a muchas manos, a muchas bibliotecas que puedan difundir este legado que ha construido Juan López Hurtado. No se trata de una propuesta para una elite, sino del contenido genial, espiritual, que ilumina de forma deslumbrante media centuria del s. XX.

Tomás Paredes

                                                                                               Presidente H. de AICA Spain

AÑO ALCALÁ-GALIANO: En el 150 aniversario de su nacimiento

Por Begoña Alcalá-Galiano Ferrer

Nieta y especialista en su obra

Retratos

Este capítulo, cerrará la serie de los publicados a lo largo de este año en el que se conmemora el nacimiento del pintor Alvaro Alcalá Galiano y Vildósola, el cual fue miembro del AEPE y tuvo el honor de ocupar la presidencia de esta Asociación durante varios años.

Aquí se ha considerado parte de su biografía y de su obra, y ambos aspectos han quedado reflejados más ampliamente en el libro que la autora de este artículo ha escrito en memoria de su abuelo, algunas veces olvidado por la historia del Arte y sin embargo recordado, a veces, tan solo por su violenta muerte en la guerra civil española, la cual sacudió duramente las relaciones entre los diferentes estamentos sociopolíticos del momento histórico que tuvo lugar entre 1936 y 1939,  que conllevó la desaparición de muchos personajes  españoles, cuyo recuerdo no debería quedar en el olvido, como es el caso  del pintor Alvaro Alcala-Galiano.

En este compendio de capítulos se ha pretendido hacer un retrato del pintor, y en este que ahora sirve de cierre, se mostrarán algunos de los realizados por él mismo.

Alcalá Galiano no ha sido especialmente considerado como un pintor retratista, sin embargo, en su obra figuran muchos retratos, tanto en figuras individuales como en obras costumbristas, en las que cuida atento el detalle de los rostros de los personajes retratados así como de sus ropajes. Entre estos cuadros aparecen obras realizadas a lápiz, carboncillo, sanguina y óleo.

Desde sus primeros dibujos de niñez y juventud aparecen retratos de su familia, así como de figuras de su entorno más cercano, lo cual demuestra su amor por sus raíces. A medida en que su obra se va ampliando, aparece un buen número de retratos que dan luz a su a veces, oscura biografía.

A lo largo de su carrera artística sus retratos cobran gran fuerza expresiva y así lo demuestra en la gran cantidad de detalles que acompañan a los personajes que salen de sus pinceles. Cuando quiere destacar otros motivos de sus cuadros, estos personajes aparecen desdibujados, a veces expresados con dos pinceladas, a la manera de los impresionistas.

  Mercedes Vildósola, madre del pintor

Matilde Privat de Coste,abuela del pintor

Autorretrato del pintor niño

 

Barcas de Heno. Fragmento

      

Bañista

Gitana

Campesinos gallegos

Campesinos arratianos

Vendimiadores

        

Retrato de su esposa Isabel Chavarri

Retrato de sus hijos Alfonso y Alberto

Retrato de su madre Mercedes Vildósola

El Almirante Juan Martinez de Recalde

        

Antonio Alcalá Galiano y Villavicencio

Nina gallega

Comadres

       

El Segoviano

Sus autorretratos muestran un rostro serio y sereno

Autorretrato del pintor en su estudio

 

Ahora que se acerca el final del relato de la biografía del pintor Alvaro Alcalá Galiano, es de justicia mencionar su triste y temprana muerte.

El pintor no solía manifestar públicamente sus ideas políticas, aunque su entorno familiar y social, su relación con la monarquía, su título de Conde y sus nombramientos honorarios, es de suponer, que fueron suficiente motivo para su encarcelamiento y posterior fusilamiento en Paracuellos de Jarama en aquel fatídico mes de noviembre de 1936. En agosto de aquel año, un grupo de milicianos republicanos arrancaron los lienzos y los pinceles al pintor, encarcelándolo sin juicio alguno en la cárcel de San Antón. Posteriormente y estando las tropas franquistas a las puertas de Madrid, muchos de los presos de aquella cárcel, recibieron la noticia de su liberación. Al día siguiente les ordenaron subir a los camiones que supuestamente les conducirían a Valencia, pero aquel viaje se truncó para muchos, entre ellos para el pintor Álvaro Alcalá Galiano, a quien hicieron descender del camión que le transportaba, en Paracuellos del Jarama, siendo fusilado y enterrado en una de las fosas comunes de aquel cementerio.

Sirva este artículo de epitafio de aquel singular pintor. Mi abuelo.

                                  Begoña Alcalá Galiano Ferrer

Recordando… Aniceto Marinas

Obras, artistas, socios, pequeñas historias…

Por Mª Dolores Barreda Pérez

 

Aniceto Marinas García

MARINAS GARCIA, Aniceto      E   1910(F  )         set.1866       SEGOVIA        MADRID       23.set.1953

Socio Fundador

Autorretrato

 

Aniceto Marinas García nació en Segovia, el 17 de abril de 1866, de familia humilde, en la calle de los Caballeros, de la parroquia de San Millán, en Segovia, calle que lleva hoy su nombre.

Aniceto ingresó siendo muy niño en el Coro de Infantes de la Catedral de Segovia, en el que ganaba unas pesetas con las que ayudaba en su casa.

Fue violinista en iglesias y conciertos, pero al hacerse mayor y con la voz más bronca, tuvo que dejar el coro, aunque siguió tocando el violín hasta que marchó a Madrid.

Con la cera derretida de las velas y cirios de la Catedral, empezó a esculpir pequeñas tallas, trabajando también con barro y arcilla, haciendo figuritas para los belenes, que sus hermanos vendían por las casas de Segovia, ayudando así a la maltrecha economía de la familia.

En 1882 se matriculó en la Escuela de Artes y Oficios de Segovia. Por aquellos años se estaba restaurando El Alcázar, lo que fue su primera oportunidad, pues los encargados de la misma, Fernando Tarragó y Pedro Grau, adivinaron el potencial del joven Marinas y le llamaron a participar en dichas obras.

Asistió a las clases del pintor de Historia Emilio Soubrier y del dibujante Pedro Subirats, ambos serían también con el tiempo, socios fundadores de la AEPE, modelando cabezas clásicas, bustos y todo tipo de obras.

Distintas fotografías del artista a lo largo de su vida

Con el socio Mariano Benlliure

Recibiendo la Cruz de Alfonso X el sabio

 

Ante sus dotes artísticas, en 1884 es pensionado por la Diputación de Segovia para estudiar en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, donde tuvo como profesores a Juan Mansó y Jerónimo Suñol, a condición de ganar por oposición una plaza en la Academia de España en Roma, como así ocurrió al cuarto año de su beca.

En 1888 consigue el Premio de la Academia de España en Roma.

En 1890 obtuvo la Segunda Medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes por su San Sebastián Mártir y también la Medalla de Oro en la Exposición Internacional de Munich.

En 1892 envía obra a la Exposición Nacional de Bellas Artes, consiguiendo la Primera Medalla con su escultura El dos de mayo de 1808, ubicada en los jardines del General Fanjul de Madrid.

En 1893 obtiene la Medalla de Oro de la Exposición Internacional de Chicago.

Al regresar de su pensión en Roma, pasó por momentos de angustia y estrechez, siendo ayudado entonces su segundo mecenas, el obispo de Salamanca, Fray Tomás de Cámara, que le encargó para la fachada principal de la iglesia de San Juan de Sahagún, dos grandes bajorrelieves de bronce que representan el Milagro del Pozo Amarillo, y la Pacificación de los Bandos, de gran inspiración y originalidad.

Distintas fotografías del artista

Bajorrelieve de Los Amantes de Teruel

 

Posteriormente realizaría monumentos importantes por concurso, como el de Legazpi, en Zumárraga, Moreno Nieto, en Badajoz, Concepción Arenal, en Orense, Guzmán el Bueno, en León, Velázquez y el Héroe del Cascorro, en Madrid, todos ellos ejecutados en bronce, en la década de 1890, y comienzos del nuevo siglo XX, que le dieron prestigio y notoria fama.

Conoce en Madrid a Valentina Merchán Ambrosio, natural de Villanueva de la Vera, localidad donde contraerán matrimonio.

En la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1899 obtiene la Primera Medalla por la escultura de Velázquez que hoy se admira ante la fachada y puerta principal del Museo del Prado de Madrid.

Él mismo decía que este trabajo le llevó más tiempo en la silla concibiéndolo, que ejecutándolo. Se pasó semanas enteras frente al Museo del Prado observando dónde y cómo colocar finalmente la obra. Se impuso la misión de que la misma no estorbase en nada al conjunto arquitectónico del edificio. Marinas decía: “A mí lo que más tiempo me lleva es la paciencia de la silla”. El día de la colocación de la estatua llegaba y cuando fueron a colocarla le preguntaron cómo debían hacerlo, y entonces respondió: “Con un simple dado de piedra, para que se pueda conversar directamente con Velázquez”.

Por esta obra se le concedió el Lazo de Comendador de Número de la Orden de Isabel la Católica.

Anciano

 

En 1901, ganó por oposición la cátedra de Modelado y Composición Decorativa en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid, permaneciendo en ella hasta 1936.

En 1903, fue designado académico de número de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, donde llevó a cabo una importante lucha personal que la Academia hizo suya, solicitando el justo, el legítimo restablecimiento de la sala de escultura contemporánea en el patio central del Museo de Arte Moderno, para que las obras de los maestros de fines del XIX y principios del xx, demostrasen a las gentes de hoy y de mañana su espléndido significado y tuvieran el respeto que se merecen.

En el año 1909 fue premiado y reconocido con la Gran Cruz al Mérito Militar.

En 1913 entrega a Cádiz el Monumento a las Cortes de Cádiz de 1812. Es su monumento más ambicioso y un gran conjunto escultórico de primer orden. El propio autor consideraba que esta obra era “mi mejor obra”. Para la confección de éste monumento trabajaba frecuentemente en un solar situado enfrente de su casa, dada las dimensiones del mismo y de la cantidad de grupos que llevaba, siendo bastante complicada su realización.

En 1923 Aniceto Marinas es reconocido con la Gran Cruz de Alfonso XII.

Busto de Benlliure

Busto de su esposa

Niña madrileña

 

En la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1926 logró la Medalla de Honor por la obra Hermanitos de leche, que perteneciendo al Museo del Prado, se exhibe en el Museo de Segovia.

La Guerra Civil la pasó en Navas del Marqués, Ávila, donde falleció su esposa y a su regreso a Madrid, tras la contienda, encontró su estudio en escombros y sus obras robadas, teniendo que partir de cero nuevamente para poder subsistir.

En 1945 se le concede la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio.

Después de la Guerra Civil Española, Aniceto Marinas fue designado presidente de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en su Sección de Escultura.

En 1947 inauguró una exposición de 33 obras, que incluían 14 esculturas, 8 pinturas y 11 dibujos en el Museo de Arte Moderno de Madrid. En la muestra se exhibió un retrato de Benlliure en bronce, conocida por los artistas de la época como “El desafío”, ya que se creó por un acuerdo amistoso entre los dos artistas: Marinas haría el busto de Benlliure y éste el de Marinas para ver cuál era el mejor.

En 1950, fue elegido director general de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

Cristo en su última palabra

Cervantes

Monumento a Juan Bravo

Judith y Olofernes

 

Los veranos los pasaba en el pueblo abulense de Las Navas del Marqués, localidad a la que regaló dos Cristos que sustituían a los quemados durante la Guerra Civil.

Al final de sus días, en los que se encontraba ciego, bastante solo y falto de cariño, estaba ya enfermo y sus piernas apenas le tenían en pie, ya que se le hinchaban y no caminaba bien, pero a pesar de todo, con 84 años, acudía a actos y asambleas en las que se le requería.

Falleció en Madrid, el 23 de septiembre de 1953, a consecuencia de un derrame cerebral del que no pudo recuperarse.

Hombre locuaz, comunicativo, de conversación fluida y amena; se expresa como un castellano viejo, con sencillez y naturalidad; no era vanidoso y sí un buen ejemplo de caballerosidad y compañerismo al que sus coetáneos definieron como “hombre y artista honrado, fiel a una inspiración y a una escuela”.

En Madrid tiene una calle dedicada a su memoria, una placa en la calle Marqués de Urquijo, 29, donde tenía su estudio, así como en el pueblo de su esposa, Valentina Merchán Ambrosio, en Villanueva de la Vera, Cáceres, que le dedica su Plaza Mayor. En Brunete, el Centro Cultural lleva su nombre, así como El Parque Madrid Río 2012 contiene los Jardines Aniceto Marinas, situados en la margen izquierda, en el talud que se encuentra entre la Glorieta de San Vicente y el río Manzanares.

Hermanos de leche

La Piedad

 

El Centro Segoviano de Madrid creó en 1996 el Premio Aniceto Marinas a la labor del Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Castilla y León.

En Segovia se encuentran sus obras más significativas como el Monumento a Daoíz y Velarde.

En Madrid, el Monumento a Velázquez que preside la entrada al Museo del Prado, pero también el Monumento a Eloy Gonzalo, en Cascorro, el grupo La Libertad del Monumento a Alfonso XII del Parque del Retiro, el Monumento al Sagrado Corazón del Cerro de los Ángeles de Getafe, que fuera destruido durante la Guerra Civil y del que se realizó un nuevo proyecto inaugurado en 1965, varios años después de su muerte.

Fueron sus discípulos Juan Luis Vassallo Parodi, Lorenzo Fernández de Viana, Toribio García Andrés y Florentino Trapero.

Grupo escultórico «La Libertad», del Monumento a Alfonso XII en el Parque del Retiro de Madrid

 

Junto a Mariano Benlliure, del que fue compañero inseparable, fue un genial intérprete de la escultura del último tercio del siglo XIX. Su estilo se encuentra a caballo entre el naturalismo y el realismo.

Aniceto Marinas y su esposa no tuvieron hijos, pero contaron con la compañía de sus sobrinas Gertrudis y Valentina, solo dos de la numerosa familia de su esposa.

Su sobrino, Mariano Timón Ambrosio, escultor también e imaginero, era Director de la Escuela de Artes y Oficios Artísticos de Palencia.

Velázquez, en la fachada del Museo del Prado de Madrid

 

Es preciso reconocer su gran maestría en la realización de grupos escultóricos, en los que se convirtió en todo un referente del momento. En ellos logró transmitir el sentimiento, el dolor o la tragedia del momento histórico, con una fuerza a veces desgarradora, como en el caso de los Héroes del Dos de Mayo.

Los personajes históricos que esculpe parecen cobrar vida a través de la perfección de sus rasgos y la extraordinaria expresividad de sus cuerpos. Sus obras cuentan una historia, muestran la personalidad de un héroe o transmiten un sentimiento religioso. Logra superar la rigidez del estilo academicista de la época, transmitiendo un mensaje al espectador. Todo en ellas tiene un significado, por eso es preciso detenerse ante cada uno de sus personajes y observar cada detalle, leer en sus pliegues, en sus gestos, en su ambientación. Cada una de sus esculturas se convierte en una obra de arte. En más de una ocasión ha sido calificado como un autor de «poemas épicos en bronce».

Monumento al pueblo del dos de mayo de 1808

Monumento a Eloy Gonzalo, Cascorro, Madrid

 Monumento a Daoíz y Velarde de Segovia

 

Al final de su vida se especializó en la escultura religiosa y alcanzó una categoría comparable a la de los mejores imagineros españoles de todos los tiempos, trasladando la experiencia de su madurez a las figuras religiosas que tanto le inspiraban en aquellos años.

Importa recordar siempre varias de las obras representativas y características del gran escultor. Y que, incluso, señalan simbólicamente la trayectoria vital, serenamente recta, conmovedoramente apasionada del artista y sus tres directrices fundamentales: la honda fe en lo divino; la ternura hacia lo humano y el ardor nunca amortiguado del arte, como expresión perfecta de los dos sentimientos anteriores.

Comentaba que “se puede ser pintor y se puede ser escultor. Pero ser artista, es otra cosa. Esa cualidad no se aprende en los tratados, hay que llevarla muy dentro del alma. Tiene el artista a su alcance, siempre que quiera, un magnífico libro abierto, cantera inagotable de los más variados y hermosos temas: la naturaleza. No precisa más que ser un buen observador”.

 

 

Sus principales obras son: Monumento al filósofo Moreno Nieto, 1896, Badajoz;  Monumento a Miguel López de Legazpi, 1897, Zumárraga, Guipúzcoa. Monumento a Velázquez, 1899, Madrid. Monumento a Concepción Arenal, 1899, Orense. Monumento a Eloy Gonzalo, 1902, Madrid. Hermanitos de Leche, Biblioteca Nacional, Madrid. Grupo La Libertad (en el Monumento a Alfonso XII) 1905, Madrid. Monumento a Fray Enrique Flórez de Setién, 1906, Villadiego, Burgos.  Monumento conmemorativo del atentado a los Reyes de España, 1908, Madrid. Monumento a los Héroes del Dos de Mayo, 1908, Madrid. Monumento a Daoiz y Velarde, 1910, Alcázar de Segovia, Segovia. Monumento a Fray Tomás Cámara, 1910, Salamanca. Monumento a las Cortes de Cádiz, 1913, Cádiz. Monumento al Sagrado Corazón de Jesús, 1919, Cerro de los Ángeles, Getafe, Madrid. Altorrelieve de los Amantes de Teruel, 1921, Teruel. Monumento a Juan Bravo, 1922, Segovia. Monumento a Ramón Fernández Asenjo, 1927, Luarca, Asturias. Monumento a José Rodao, 1927, Segovia. Monumento a Guzmán el Bueno, 1929, León.   La Soledad al pie de la Cruz, 1930, Segovia. Santo Cristo en su última palabra, 1947, Segovia. Stmo. Cristo de Gracia, 1948, Las Navas del Marqués, Ávila. Stmo. Cristo de la Salud, 1948, Las Navas del Marqués, Ávila. Monumento ecuestre del general José Enrique Varela, 1948, San Fernando, Cádiz. Grupo escultórico Frontón del Palacio de Buena Vista, actual sede del Cuartel General del Ejército de Tierra, 1943, Madrid.

Monumento a la Constitución de 1812, Cádiz

Aniceto Marinas y la AEPE

Socio Fundador de la Asociación de Pintores y Escultores.

Nombrado vocal de la Junta Organizadora de la Asociación de Pintores y Escultores, cargo en el que permaneció hasta octubre de 1914.

Cesó por renovación reglamentaria el 30 de noviembre de 1911, designado por sorteo pero fue reelegido.

Se agregó a la comisión para estudio de la reforma de Estatutos de las Exposiciones Nacionales el 22 enero 1911.

Participó en los Salones de Otoño de 1943, 1944 y 1966 (éste, centenario de su nacimiento).

Tuvo una Sala especial homenaje en la Exposición Nacional de 1966, por su centenario.

En el XVII Salón de Otoño de 1943 participó con las obras Retrato de Mariano Benlliure y Urso

En el XVIII Salón de Otoño de 1944 lo hizo con el Boceto del frontispicio del Ministerio del Ejército

 

 

Monumento al Sagrado Corazón de Jesús del Cerro de los Ángeles

En 1919 se inauguró el impresionante monumento del Sagrado Corazón de Jesús en el Cerro de los Ángeles de Madrid, el centro geográfico de España, que en poco tiempo alcanzaría una cifra de visitantes espectacular, ampliándose el conjunto con una ermita y convento, que se convirtió en el primer gran centro de peregrinación de España.

A imitación del mismo, en el resto de ciudades y poblaciones españolas se fueron realizando monumentos al Sagrado Corazón de Jesús, con gran influencia de la escultura de Marinas.

 

El primer Monumento al Sagrado Corazón de Jesús inaugurado en 1919 por Alfonso XIII

 

El monumento, que se edificó con las aportaciones voluntarias de miles de españoles, era todo de piedra caliza en tonos ligeramente amarillentos. Contaba con dos grupos de esculturas laterales, uno de los cuales representaba a la «Humanidad santificada» y el otro a la «Humanidad que tiende a santificarse».

En el primero de los grupos figuraban los santos Santa Margarita de Alacoque, religiosa de la Visitación, San Agustín, San Francisco de Asís, Santa Teresa de Jesús, Santa Gertrudis, el beato Bernardo de Hoyos y San Juan Evangelista.

En el segundo grupo, que estaba situado a la izquierda del monumento, se representaba el camino para llegar al cielo mediante la práctica de la caridad, del amor, de la humildad y del arrepentimiento. La caridad  estaba representada por una hija de San Vicente de Paúl y cinco niños guiados por ella. Otro grupo de cinco figuras representaba la Virtud y el Amor, personificada la primera por una joven de elevada alcurnia y una niña con el traje de primera comunión, y el segundo, por un hombre y una mujer del pueblo con un niño en brazos.

Grupos escultóricos del primer Monumento al Sagrado Corazón de Jesús

 

La altura del monumento era de 28 metros, incluida la figura, a la que correspondían 9 metros desde el plinto. El ancho era de 31,5 metros, y de fondo tenía 16 metros. Estaba construido con piedra de Almorquí, y en ella se emplearon 882 toneladas de material.

Con la República, los sucesos de Getafe se precipitan, y a pesar de facilitar la salida de las Carmelitas del convento, que serán encarceladas en la localidad, el 23 de julio de 1936 se produce el fusilamiento de cinco miembros de la Compañía obrera del Sagrado Corazón por parte de milicianos republicanos, que defendían y guardaban el monumento de posibles atentados.

Cinco días después, los milicianos proceden al fusilamiento de la imagen de Jesús y del monumento de Aniceto Marinas, cuyas imágenes aparecerían en los medios de comunicación internacional.

El fusilamiento del Sagrado Corazón de Jesús  por los milicianos

Los restos del monumento, una vez dinamitado

 

Tras ello, procedieron a la destrucción de las esculturas, primeramente a mano, mutilando las obras con picos y mazas y por último, dada la dureza de su material, recurrieron a la dinamita hasta lograr reducirlo a ruinas. La prensa del Frente Popular publicó en portada y en primera página las fotografías del fusilamiento y comentó favorablemente el hecho calificándolo de «Desaparición de un estorbo».

El Ayuntamiento de Getafe, en decisión refrendada por el Gobierno de la República, cambió el nombre cerro de los Ángeles por el de «cerro Rojo», nombre que conservó hasta el final de la guerra civil.

Terminada la guerra, el régimen de Francisco Franco  recuperó su nombre original y dio orden de construir un nuevo monumento, réplica del anterior, que comenzó a edificarse en 1944.

La imagen del Sagrado Corazón de Jesús y su pedestal fueron de nuevo obra de Aniceto Marinas, y los grupos escultóricos de la base de Fernando Cruz Solís. El nuevo monumento muestra a Cristo con los brazos abiertos y mide 11,50 metros. El pedestal sobre el que se apoya, de 26 metros, está rematado con la leyenda Reino en España.

En la base de éste se encuentra un altar, debajo del cual se encuentra la oración Sagrado Corazón, en vos confío. Encima de éste, en el centro figura la locución España al Sagrado Corazón de Jesús. A los lados se encuentran, a la izquierda, el escudo del papa León XIII  y, a la derecha, el escudo episcopal del entonces nuncio en España Francesco Ragonesi.

Los grupos escultórico están situados a los laterales del pedestal. Los grupos delanteros representan a la España misionera y a la España defensora de la fe. Los dos grupos posteriores representan a la Iglesia militante y a la Iglesia triunfante. Estos dos últimos están personificados por las figuras originales pero dispuestas en distinto orden.

El primer grupo está representado por: Isabel la Católica, Cristóbal Colón, Hernán Cortés y Fray Junípero Serra. El segundo grupo representado por: Osio, obispo de Córdoba, Don Pelayo, Diego Laínez, Juan de Austria, y el beato Anselmo Polanco.

El tercer grupo representado por: La caridad, personificada por una religiosa guiando niños, la virtud, representada por una niña con flores y otra vestida de niña de primera comunión, el amor, representado por un hombre y una mujer del pueblo con un niño en brazos y además un hombre desnudo que se dirige a Cristo.

El cuarto y último grupo representado por: San Agustín, San Francisco de Asís, Santa Margarita de Alacoque, Santa Teresa de Jesús, Santa Gertrudis y el beato Bernardo de Hoyos.

El 25 de junio de 1965 fue inaugurado el nuevo monumento, conservándose las ruinas de lo que quedó del anterior monumento (la base y el arranque del pedestal) en un nuevo emplazamiento en frente de la explanada. El nuevo monumento se levantó en el mismo lugar que ocupaba el original.

Ruinas del primer Monumento al Sagrado Corazón de Jesús que aún pueden verse en el Cerro de los Ángeles

Detalle de cómo quedó la cabeza tras ser dinamitado

 

Diez años después de la inauguración del monumento, en 1975, se inaugura el santuario del Sagrado Corazón de Jesús, obra no existente en el proyecto anterior.

El acceso al templo se encuentra debajo del monumento al Sagrado Corazón. Se accede por dos puertas

El santuario se encuentra en la base del monumento. Es de 12 metros de altura, con una superficie de 42,40 metros de largo y ancho, formando un cuadrado. El complejo está compuesto por cinco bóvedas de cañón. Las tres naves principales son de 11 metros de ancho y las dos naves laterales de 4,50 metros de ancho.

Según Aniceto Marinas confesó, hizo esta obra trabajando con fe y entusiasmo, “me persiguieron, me buscaron con verdadero ahínco, y mi salvación fue no encontrarme en Madrid. Saquearon mi casa totalmente, destrozaron todas las esculturas que guardaba como reliquias y que eran tantas que con ellas podía llenar por tres veces la sala de Exposiciones del Museo. Tenía una reproducción maravillosa del Cristo de Velázquez, con que me obsequió un amigo, y la hicieron tiras…”.

 

 

Los Directores de la Gaceta de Bellas Artes de la AEPE: José Prados López

Por Mª Dolores Barreda Pérez

 

Los Directores de la Gaceta de Bellas Artes

de la Asociación Española de Pintores y Escultores

 

José Prados López

PRADOS LOPEZ, José                   Cr  1932                     1897                  MALAGA                     MADRID  1972

Secretario Perpetuo de la AEPE

 

José Prados López nació en Málaga en 1897.

Hijo del matrimonio formado por Manuel Prados Corral y Carmen López Arias, que tuvieron tres hijos: José, Josefa (fallecida en 1946 en Madrid) y Manuel, cronista oficial de Málaga.

Los chicos eran sobrinos de  Baldomero y Rafael López Arias, malagueños pedagogos y periodistas de marcada ideología republicana que pertenecían a la iglesia evangélica bautista, de la que Rafael llegaría a ser pastor, y que dirigieron un centro de enseñanza protestante en la capital alicantina, denominado primero ‘Escuela Moderna’ y luego ‘Escuela Modelo’, al menos desde 1905.

Los hermanos recibirán sus primeras enseñanzas en el colegio evangelista situado en la calle de Torrijos de Málaga.

Apasionado de las letras, como su hermano Manuel, también periodista y escritor, pronto comienza su colaboración con revistas y prensa de la época en su ciudad natal.

En 1917 figuraba como maestro de una escuela privada en Málaga.

  

Casa natal donde vivía la familia Prados López

 

En 1920 encontramos su primer artículo firmado en La Unión ilustrada, de Madrid, dedicado a su hermano Manolo, iniciando una colaboración de pequeños pasajes y cuentos, historias cortas en las que demuestra una prosa versada de traza romántica.

En 1929 presenta “Historia de un hombre bueno”, escrito junto a su hermano Manuel, al concurso de cuentos convocado por la revista Estampa.

José Prados López, el primero por la izquierda

 

A partir de 1930 escribe para Nuevo mundo artículos costumbristas bajo el título de Siluetas y charlas periodísticas, en los que presenta instituciones y pasajes de la vida diaria de Madrid.

Y sobre esas fechas comienza su colaboración con ABC y Blanco y Negro.

Busto de José Prados López obra de González Macías

 

En 1932 escribe para Luz artículos relacionados con el arte. También para otros diarios y revistas de la época como Mundo gráfico, Mundo Hispánico, La Voz, La Libertad, Informaciones, Ideal, El Siglo futuro, El Sol, La Nación, El Financiero, Cartel de las artes, El Heraldo de Madrid, Ideal, La Vanguardia española, Fotos, Falange, La Nueva España, Yugo, ejerciendo en ellos como crítico de arte. Colaborador fijo del diario Pueblo desde 1943 y del diario Madrid desde 1957.

Escribió críticas sobre la gran mayoría de artistas que exponían en la capital, además de otros muchos que lo hacían por el resto de España, siendo sus comentarios numerosísimos y diarios, además de tratar sobre todo tipo de exposiciones de importancia.

Desde 1933 vivía en el mismo piso en el que la Asociación de Pintores y Escultores mantenía sus oficinas, en la Calle Infantas número 30, piso primero derecha (la AEPE ocupa en la actualidad el 2º piso).

Caricatura de Espin

 

En 1935 fue nombrado profesor de Historia de las artes gráficas publicitarias de la Escuela de Artes Gráficas y después profesor de Historia del Arte de la Escuela de Artes y Oficios de Madrid.

Miembro de los jurados de las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes, de concursos de todo tipo de arte, grabado, escultura, pintura… y realizó también una gran labor como conferenciante, impartiendo charlas acerca de la pintura de los clásicos, el arte contemporáneo, los artistas de su época, músicos, poetas, incluso teatro.

Desde 1940 y a través del Radio España de Madrid, todos los jueves, comentaba con juicio objetivo y sereno las exposiciones estéticas que se celebraban en la capital de España como auténtico apasionado del arte.

Con motivo de sus bodas de plata con la profesión y como homenaje, se publicó en 1950 por suscripción entre los artistas, el tomo 1946-1948 de su Arte Español, al que siguieron otro par de tomos anuarios que recogían sus crónicas de Arte emitidas por Radio España.

A tenor de la labor cultural y artística que realizaba, en 1951, a propuesta del Ministerio de Educación Nacional, le fue concedida la Cruz de Alfonso X el Sabio.

José Prados López retratado por Alfredo Enguix

 

Con tal motivo, la Asociación de Pintores y Escultores de la que era Secretario Perpetuo, organizó un banquete-homenaje que se celebró en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, el 8 de marzo de aquel año, al que acudieron más de 300 personas y en el transcurso del cual le fueron impuestas las insignias de la orden.

En 1957 fue nombrado profesor de Historia del Arte y Dibujo Ornamental de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre de Madrid.

En 1960 obtuvo el Premio “Ortega Munilla” otorgado por la Mutua de Agentes Comerciales de España, por el trabajo “Se va ensanchando Castilla”, publicado en el semanario Domingo.

Casado con Amalia García González, tuvo una sola hija, Carmina Prados -López García, que en 1961 contrajo matrimonio con el doctor en medicina José Daniel Ortega Piga.

En 1962 fue galardonado con la Medalla de Oro de la Orden de Arts, Sciences et Lettres y con el grado de Oficial de la Orden del Mérito Nacional Francés, por su contribución al mundo del arte.

La condecoración le fue entregada en abril, en el transcurso de un acto celebrado en la sala de honor del Ayuntamiento de la localidad francesa de Pau, donde se realizó la imposición de las Palmas Académicas y de Mérito Nacional Francés.

José Prados López retratado por Luis Brihuega

 

Un mes más tarde, se celebraba un banquete homenaje en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, que con esta ocasión reunió a los críticos y artistas más relevantes del mundo cultural de la capital de España.

Secretario General de la Asociación Española de Pintores y Escultores, cargo que desempeñó a lo largo de 37 años (desde 1935 hasta 1972) siendo además, director de la Gaceta de Bellas Artes, revista que emite la misma entidad desde 1910 y que a lo largo de muchos años fue un referente en el mundo del arte español.

Fue además distinguido como Secretario Perpetuo de la centenaria institución, como homenaje a su labor en la AEPE.

 

Secretario también del prestigioso Grupo Velázquez, surgido de la centenaria entidad y compuesto por relevantes socios de la AEPE.

En principio, un grupo de amigos artistas, se reunían para tomar café en la Puerta del Sol, bajo la convocatoria de José Prados López. Y lo que empezó siendo unas charlas animadas, terminó constituyendo un grupo formal bajo el nombre del inmortal Velázquez, cuyo objetivo era hacer exposiciones y seguir con las reuniones para tratar todo tipo de asuntos relacionados con el arte. La mayoría, buscaba defender la pintura dentro de la crisis de la posguerra, siendo muy estimado y popular por la crítica y el público, hasta que los miembros se fueron haciendo mayores, diluyéndose al cabo del tiempo.

El propio Prados López lo definía así: «El Grupo Velázquez ha nacido por una necesidad urgente de continuidad. No es que ninguno de sus nueve pintores vayan a pintar como Velázquez, ni a seguir su concepto, cosa ideal que los honraría sobremanera. Es que en esta ambición de continuidad, el Grupo se puso bajo la advocación del más grande pintor del mundo, en un acatamiento españolísimo de su máxima jerarquía, como una bella bandera desplegada, temblorosa de estímulo para el trabajo y para las ilusiones, como un símbolo de pureza y de altura. De este modo el Grupo Velázquez pregona y pregonará su españolismo porque ninguno de sus componentes necesita mirar al extranjero para aprender nada ni para expresar sus sentimientos«.

Tras una larga enfermedad, falleció en Madrid el 1 abril de 1972, siendo enterrado en la Sacramental de San Justo de la capital.

A lo largo de su trayectoria, publicó distintos libros, impartió conferencias y recibió diferentes reconocimientos, que le otorgaron un gran prestigio en el mundo de las artes y de las letras.

José Prados López entrevistando al Sr. Rovira en la revista Blanco y Negro

 

Algunos de los libros que publicó son: la biografía “Chicharro”, dedicada al fundador de la AEPE; su novela “Desolación”; o su obra titulada “Frivolidad” escrita junto su hermano Manuel.

Impartió numerosísimas conferencias, entre las que destacamos las que tuvieron como marco el Palacio Achurri de Bilbao (1947), “Modernismo y eternidad en la pintura de Chicharro”, en el Museo de Arte Moderno (1947), “Luz y color en la obra de los Barrera”, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid (1947), “La obra escultórica de la marquesa de Spano” (1949), “Crítica sobre la Bienal Hispanoamericana de Arte” en el teatro del Círculo de Bellas Artes (1951), “Ribera y la Crítica” en el Centro Industrial y Comercial de Madrid (1952), “Arte de ayer y de hoy” en la Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País (1952), “El paisaje de La Mancha en la obra de Isidro Antequera”, “Artistas levantinos de ayer y de hoy”, en el Aula de Cultura de la Caja de Ahorros de Alicante (1955), “Arte valenciano de ayer y de hoy” (1956), o “Por el realismo a la espiritualidad”, en la Confederación de Cajas de Ahorro, entre otras muchas.
A lo largo de su vida profesional obtuvo el Premio de 1935 de la Real Academia de Medicina y el Primer Premio de Crítica de Arte de 1948 del Círculo de Bellas Artes de Madrid.

Fue miembro de las Reales Academias de Bellas Artes de Nuestra Señora de las Angustias de Granada, Purísima Concepción de Valladolid, San Telmo de Málaga y Rosario de La Coruña, Socio de Honor del Círculo de Bellas Artes, Socio de Mérito de la Agrupación Española de Acuarelistas.

De él se dijo que “fue siempre fiel a un criterio, que manifestó sin agresividad, pero con firmeza… un criterio limpio de un hombre noble y de cordial naturaleza… Su personalidad como crítico de arte fue estimada en toda su valía por amplios sectores artísticos nacionales, que en él encontraron el más firma valedor del realismo de tradición española, en cuya defensa se mantuvo tenazmente fiel a lo largo de su dilatada vida profesional. Con él desaparece uno de los más importantes escritores artísticos de nuestro país y uno de los más inquebrantables paladines del arte nacional”.

En ABC se leía: “La muerte de José Prados López, secretario perpetuo de la Asociación Nacional de Pintores y Escultores, produce un vacío irreparable en la crítica de arte madrileña, de la que era decano, y sobre todo en la organización de Salones de Otoño, certamen éste que Prados López alentó y orientó siempre con ejemplar dedicación. La Asociación Nacional de Pintores y Escultores fue otra de las empresas que Prados López realizó y mantuvo con exquisito tacto y plena entrega. Los Amigos de Velázquez, a su vez, pierden a su crítico más constante y, desde luego, a su inspirador más cabal No es posible resumir ahora la gran obra llevada a cabo por el crítico de arte desaparecido, cuya puntual dedicación a lo largo de los años (en Radio España, en el diario Madrid y otros muchos) viene a ser el calidoscopio de una extensísima parcela del arte español de nuestro tiempo, cuya pureza defendió siempre con energía y honestidad, luchando denodadamente con cuanto pudiera menoscabar las raíces y la fidelidad de unas maneras nacionales frente a modas extrañas a su naturaleza. El profesor J. Camón Aznar, presidente de la Asociación Española de Críticos de Arte a la que Prados López pertenecía desde su constitución, ha expresado a todos los miembros de la A. E. C. A. el sentimiento por la muerte del compañero querido y admirado”.

Prados López con Fernando Castan Palomar, en el transcurso de una entrevista celebrada en la casa del Secretario Perpetuo de la AEPE

 

Para José Prados López el arte era algo más que una serie de exposiciones, era el producto de unos sentimientos unidos a una técnica y por encima de la técnica.

Según decía, “Crítico en principio, es todo aquel que no se convierte en “padrino interesado” de sus amigos y contertulios”.

Dejó inconclusas numerosas biografías sobre artistas socios de la entidad.

A su muerte, se le quiso recordar otorgando un premio a su nombre en el Salón de Otoño, la Medalla de Acuarela José Prados López, que hasta el día de hoy concede la institución.

Su busto en piedra, realizado por el escultor González Macías, fue donado por su viuda a la AEPE, figurando entre los bienes patrimoniales de la entidad.

Fotografiado por Alfonso

Nuevo Mundo, 1931

Pueblo, 6 de agosto de 1951

Pueblo 11/3/1952

En una tertulia, con amigos

El domicilio de José  Prados López se encontraba en el piso primero de la Calle Infantas, 30

Manuel y José Prados López

José Prados López en un almuerzo

Los hermanos Prados López

La aldea gala: los irreductibles

Mª Dolores Barreda Pérez

Secretaria General

Secretaria Perpetua de la AEPE

 

Bajo el gran telón de la solidaridad y sostenibilidad que tan de moda está ahora en esta bendita España, se dirigen a nosotros infinidad de instituciones de todo tipo con ideas peregrinas en las que solicitan nuestra colaboración, y por supuesto, la de los artistas a los que representamos, en aras de lograr una obra artística innovadora, de mejora, sostenible y solidaria, sensibilizando sobre el deterioro del medio ambiente y el cambio climático, cuyo fin último sería una subasta solidaria de las obras, que se exhibirían en algún restaurante…

Lo pienso y recapacito, y con inmensa tristeza pienso que ya no saben cómo degradar y sangrar más a los artistas.

Para la sociedad actual no importan más que los conceptos y acciones de esta nueva religión, humillando la obra artística hasta extremos insospechados, rozando incluso la malicia, puesto que amparados bajo el paraguas de la solidaridad, se busca llevar a cabo actividades a coste cero, pero muy a la moda del postureo que impera.

Me pregunto si le pedirán a un cocinero que haga lo mismo y done después su comida, su esfuerzo, su trabajo, para deleitar al público de manera innovadora, sostenible y solidaria.

También nos escriben para mostrarnos espacios fabulosos para eventos de todo tipo, solicitando que así se lo hagamos llegar a nuestros asociados, a módicos precios de escándalo, con todo tipo de servicios asociados, excepto los de una cartera de clientes al modo en que de toda la vida han tenido las verdaderas galerías de arte.

Cuelgacuadros, como venimos ya conociéndolas, con otras ideas peregrinas en la asistencia a ferias y exposiciones en países muy interesantes, también a módicos y desorbitados precios, de a metro cuadrado la exhibición.

Constituidas como fundaciones, asociaciones o empresas, estos nuevos salvadores del arte y los artistas pretenden hacer su negocio.

Es lícito. Como liberal que soy, defiendo la iniciativa privada y el libre mercado, la propiedad privada, la justicia… pero me pongo a pensar en todos esos cargos de una fundación cualquiera, que se nutre de los fondos del estado y de las subvenciones que acumula por dedicarse a enaltecer la agenda 2030, en los empresarios que sin pudor deciden alquilar sus espacios a precio de oro sin más actividad que la de contar con unas lindas paredes, bajo el dosel de galerías de arte, y en aquellas otras empresas que nacen al rubor de los sueños e ilusiones de los artistas, y que envueltos en un aire de modernidad, aluden a la digitalización y universalidad de internet para acometer exposiciones peregrinas en galerías inexistentes, como una oportunidad de negocio no explorado bien aún en España, que comienza a ser ya calado por cuantos incautos han tenido la desdicha de caer en sus patrañas.

Todos ellos, cobran sueldos de escándalo, en sus debidas proporciones. Todos ellos se nutren de la ilusión y el trabajo de artistas que siguen sin percibir ni un solo estímulo por su esencia creativa y a los que la sociedad, o quienes vertebran ese sociedad, piden más cada día.

Hablamos siempre de manera hueca y banal de cómo la sociedad necesita del arte y los artistas, de que son imprescindibles porque el arte es universal y trasciende barreras, porque tiene la capacidad de provocar cambios sociales y políticos, porque ayuda a construir identidades, sin olvidar su impacto económico…

Palabrerías nada más. Pueden decirlo como quieran, pero el arte hoy en día es solo un medio más para lograr modificar las ideas y pensamientos de generaciones enteras, de forma que se convierta en algo anecdótico y nimio, puesto que en la sociedad actual, todos son pintores, todos escultores, todos fotógrafos, todos chefs, todos músicos, todos… y ninguno…

No somos solidarios. Vivimos de nuestro trabajo, que en algún momento puede prestarse a apoyar causas y acciones, pero que en ningún caso nos da de comer. La prueba es que la mayoría de los artistas tiene un trabajo que soporta su pintura.

Según nos afean algunas entidades subvencionadas, en la AEPE no somos igualitarios, porque nuestros premios no contemplan la igualdad de género, es decir, deberíamos elegir las obras según su autor, no por ellas mismas.

No somos inclusivos. Pese a que mantenemos una prestigiosa Medalla de Pintura Down Madrid en el Salón de Otoño, creada expresamente para este certamen en el que se da así la oportunidad a un artista de este colectivo, de exponer su obra junto a la de profesionales. Pero claro, tampoco elegimos las obras preguntando por el sexo del autor discapacitado.

No somos sostenibles, que visto así, nuestro trabajo debería reutilizar cada lienzo y cada tablero, por las dos caras a ser posible, para evitar daños al planeta… también se puede morir de belleza entonces…

No somos reciclables… ni ecológicos, ni nuestras obras son de mejora para el medio ambiente y el cambio climático…. Cachis…

Y por eso no entramos en la oficialidad de instituciones que hacen de estas iniciativas su modo de vida y razón de ser.

Somos antiguos, muy antiguos. Creemos en la belleza por sí misma sin necesidad de innovar el acto creativo… las innovaciones en el arte hoy en día, se centran en exposiciones inmersivas donde prima la imagen y se confunde el arte con el ocio y entretenimiento, intentando reinventar la relación del público con las artes plásticas.

Las nuevas tecnologías vienen a crear atmósferas mágicas en torno a la contemplación de cuadros para que el visitante participe en el hecho creativo, frente a la contemplación serena de una obra ideada para ser vista en un ambiente específico.

Las llaman experiencias sensoriales, multidimensionales e interactivas más cercanas al cine y la televisión, a los vídeos de redes sociales, cuyo presupuesto millonario se invierte en comunicación y publicidad exterior.

Pero no puedo dejar de pensar que nada hay que pueda sustituir la contemplación directa de una obra de arte. Nada. El consumo fácil, el entretenimiento, el ocio y la rutina a la que nos lleva esta cultura de lo inmediato, entontece al público y lo aleja, cada vez más, del Arte con mayúsculas.

De ahí que fundaciones y entidades abusen de los artistas, pidiendo su participación en acciones solidarias en favor de causas sostenibles, reciclables, igualitarias…

Se ha perdido el respeto por los artistas. Y la culpa también es de los propios artistas, aceptando como arte y declarando obra artística instalaciones de plátanos en una balda o escaleras apoyadas en paredes o medio vaso de agua, la exposición de productos de desayuno comprados en un supermercado, performance donde una mujer vestida de flamenca simula morir, cuadros hechos con bragas, una bandera grafiteada…

Si eso es lo que la sociedad va a entender como arte y además se le ofrece como una experiencia inmersiva, resultará imposible que ver un cuadro o escultura “normal” llegue a ser contemplado como una obra de arte en toda regla.

Para las generaciones actuales, el concepto de artista se ha devaluado tanto que sólo se reconoce como tal a quien vive de las industrias  creativas. Pocos afortunados son.

Entre tanto, en la AEPE seguimos capeando las solicitudes de colaboración basadas en acciones solidarias con entidades recién nacidas al amor del dinero que todos ponemos al pagar nuestros impuestos.

Me acuerdo ahora de Goscinny y Uderzo y de aquello de… toda la Galia está ocupada por los romanos… ¿Toda? ¡No! Una aldea poblada por irreductibles galos resiste, todavía y como siempre, al invasor…

Esa es nuestra lucha, y nuestros valores. Creemos en el arte auténtico, y esa fe es nuestra poción mágica que prepara con esmero nuestro druida, nuestro Presidente, José Gabriel Astudillo, en el convencimiento de que no se puede seguir exprimiendo a los artistas en aras de agendas comercializadoras de formas cada vez más inapropiadas y humillantes.

No se puede confundir el Arte con el nuevo estilo de vida que nos venden como arte, a través de vías rápidas y masivas que alimentan negocios que en nada benefician al creador.

El Arte no puede morir. Y de nosotros depende velar también porque no muera.

Margarita de Frau

Por Mª Dolores Barreda Pérez

 

LAS PRIMERAS ARTISTAS DE LA

ASOCIACION ESPAÑOLA DE PINTORES Y ESCULTORES

Desde su fundación en 1910, y después de haber tratado en anteriores números a las Socias Fundadoras de la entidad, y las participantes en el primer Salón de Otoño, vamos a ir recuperando de la memoria colectiva, el nombre de las primeras socias que vinieron a formar parte de la Asociación de Pintores y Escultores.

 

Margarita de Frau

GONZALEZ DE FRAU, Margarita         1981      19.jun.1914     MADRID               MADRID

 

Margarita en una fotografía de 1936

 

Margarita González Giraud, fue conocida en el mundo artístico como Margarita de Frau.

La fecha de su nacimiento varía dependiendo de la fuente consultada. En algunas se data en 1914, en otras, en 1919, fecha esta última que resulta del todo imposible, ya que si contrajo matrimonio en 1929, no podría haberse casado con solo 10 años. También hay textos en los se le adjudica el mismo lugar y fecha de nacimiento que su marido, José Frau Ruiz (Vigo, 1898). Pero, en su ficha del Registro Nacional de Extranjeros en México, se certifica que la pintora nació en Madrid en 1909.

Y aunque no se puede comprobar que ninguna de estas fechas sea correcta, esta última es la que resulta más convincente en relación con el resto de su biografía.

Pero también es cierto que en la ficha que rellenó cuando se hizo socia de la Asociación de Pintores y Escultores, consignó que había nacido en Madrid, el 19 de junio de 1914, y aunque habría que tener en cuenta que la coquetería reinante en la sociedad de la época, hacía que algunas mujeres se quitaran años, en principio, no tenemos por qué dudar de su palabra.

Hija de un mayordomo real de Alfonso XIII, se conservan dos reportajes en los que la autora explicaba que había comenzado a pintar en el estudio de su hermano mayor, quien al apreciar el talento de la joven, habría convencido a su padre para buscarle un profesor.

De esta manera, contrataron al pintor y también socio de la AEPE, José Frau Ruiz, que en 1929 se convertiría en esposo de Margarita.

Desde ese mismo momento, ella compartió todos sus logros con su marido, minimizando, en ocasiones, su propio mérito y adoptando el apellido de su marido para firmar sus obras, dándose a conocer entonces como “Margarita de Frau” o “Margarita Frau”.

Así, comienza a participar en exposiciones y certámenes públicos.

Interior

El abrazo de la hiedra

 

Sus primeras menciones en la prensa aparecen en 1932, con motivo de su participación en la Exposición Nacional de Bellas Artes, a la que presentó el lienzo Ventana que mira al puente, llamando la atención de algunos periódicos, que la describieron como “un prodigio de sencillez, de sobriedad y de sentimiento”.

En 1933, el matrimonio expuso en el Museo de Arte Moderno de Madrid, en una antológica dedicada exclusivamente a ellos. La institución se encontraba en un periodo de renovación y apertura hacia las actitudes vanguardistas, liderado por el recién nombrado director Juan de la Encina. De este modo, la exposición de los Frau se integró dentro de la nueva programación de muestras temporales dedicadas a artistas contemporáneos que estaba promoviendo el museo.

La revista Blanco y Negro reproduciría una de las obras más representativas de Margarita, un bodegón titulado Anunciación, y fotografías de El abrazo de la hiedra y otras obras de su marido.

En la Gaceta de Bellas Artes se citaban además, La casa de enfrente, Marina, El tren, Anunciación y Caracola, reproduciéndose estas dos últimas.

Por lo general, las críticas fueron positivas. Antonio de Lezama, por ejemplo, afirmó que la obra de Margarita era “muy moderna en la tendencia y en la técnica, sin que ello excluya la nota emotiva, sencilla y claramente expresada, ni una manera de pintar que acusa un temperamento artístico sólido y firme”.

Además, muchas de las crónicas coincidieron en advertir una evolución estilística opuesta en ambos artistas. Manuel Abril observó en José Frau un cambio hacia la depuración y la sobriedad, mientras que según el crítico, Margarita partía de un dibujo demasiado preciso, superficial y decorativista, para progresar hacia una mayor plasticidad.

La artista en una fotografía de 1934

 

En Blanco y Negro se decía de Margarita que no llevaba muchos años de pintora, si bien El abrazo de la hiedra contenía “en discreto equilibrio las mejoras de plástica que avanzan y la —aunque fina— excesiva simplificación decorativa que va paulatinamente desapareciendo en provecho de más hondas calidades”.

José Francés, por su parte, terminaba su artículo expresando que “Acompaña en la Exposición a su marido Margarita de Frau con una pequeña colección de diez notas delicadas y sutiles. Indudable discípula suya, orientada hacia un fin coincidente, ostenta, empero, rasgos distintos y anuncia un temperamento capaz de gustos distintos”.

Manuel Abril percibía “una fragancia poética de feminidad exquisita” en sus obras,mientras que en La Gaceta de Bellas Artes se afirmaba que la pintora prestaba “un encanto peculiar” a sus lienzos, en los que “su fina y aguda sensibilidad de mujer, en la que se adivinan ternuras infinitas, resplandece por entero. Sobre todo, en la elección de temas […], como el que titula Anunciación”.

La exposición resultó ser un gran éxito, teniendo en cuenta que él contaba con una trayectoria afianzada, mientras que ella todavía estaba dando unos firmes, pero primerizos pasos en el mundo de las exposiciones públicas. Con los años, la experiencia ganada por la pintora y el creciente interés de las instituciones por la labor de las mujeres artistas, hicieron que el reconocimiento de Margarita en prensa fuera cada vez más notable.

Retrato de Margarita de Frau pintado por su marido, el también socio de la AEPE, José Frau

 

En 1934, el matrimonio volvió a mostra al público sus obras en la Exposición Nacional de Bellas Artes y sus lienzos, descritos como “excelentes”. Margarita presentó Jardín y Tinta en plata.

En esta ocasión, Margarita logró un mayor reconocimiento que su marido. Su obra Jardines, se reprodujo en la portada del número de la Gaceta de Bellas Artes dedicado a la exposición y Tinta en plata fue merecedora de una medalla de tercera clase concedida por unanimidad, por lo que entró a formar parte de las colecciones del Museo de Arte Moderno, siendo alabada y reproducida en publicaciones como Mundo Gráfico, La Libertad, El Heraldo de Madrid, La Nación…

Estévez Ortega, por ejemplo, definía a la galardonada como “la discípula más predilecta y fiel” de Frau y apuntaba a las diferencias entre ambos: “Tan importante como el color suele ser la anécdota en la obra de Margarita, en a que se puede señalar cierta obsesión literaria puesta al servicio de su exquisita sensibilidad de mujer, plena de ternuras”…

En la misma línea, López Izquierdo señalaba, “La alta crítica quiso eludir el parecido extremo de la obra de Margarita, francamente identificada, o al menos tendenciosa, a la creada por José Frau. La influencia es natural y hasta lógica, y a nada raro obedece esa analogía. La sola diferencia es la que motiva la distancia temperamental del hombre a la mujer. De Frau solo puede decirse que no debe confundirse al apreciar sus lienzos la ingenuidad con la feminidad o delicadeza conceptiva. De Margarita digamos que es una promesa casi ya en sazón, de sana orientación y norma fija, llamada a integrar la airosa hueste de mujeres pintoras”.

Tinta en plata

El galardón obtenido fue celebrado en un homenaje que le dispensaron amigos y admiradores en el Hotel Ritz de Madrid, y al que asistieron Juan de la Encina, y socios de la AEPE como Marceliano Santa María, Julio Moisés, Julio Prieto Nespereira, José Francés, Manuel Abril, Estévez Ortega, Gil Fillol, Manuel Benedito, Timoteo Pérez Rubio, Gregorio Prieto, José Aguiar…

El triunfo y reconocimiento de las obras del matrimonio les llevaron a participar en las Exposiciones Internacionales de Pittsburgh, organizadas por el Instituto Carnegie, una muestra a la que sólo se accedía por invitación expresa de los organizadores y en la que el matrimonio estuvo presente en las ediciones de 1934, 1935, 1936 y 1937, mientras que a la de 1938, solo acudió Margarita.

Estas exposiciones también incluían la venta de obras, siendo además itinerantes por distintas ciudades de Estados Unidos, llegando a museos e instituciones como el Museo de Arte de San Francisco.

Bodegón con ventana

La selección de obras era bastante exclusiva, de forma que de cada país, se incluían solo 20 o 30. La encargada de escoger las obras en España era Margaret Palmer, que ya había asistido al homenaje a la artista en el Hotel Ritz con ocasión de lograr su medalla, quien comentaba siempre su selección a Homer Saint-Gaudens, director de Bellas Artes del Instituto Carnegie, que en alguna ocasión escribió que“esta Frau es más fuerte que su marido, o mejor, es mucho más encantadora”.

En estas exposiciones en EEUU, los Frau compartieron sala con artistas como Salvador Dalí, Picasso, Genaro Lahuerta, Daniel Vázquez Díaz, José de Togores o José Gutiérrez Solana.

A finales de 1934 Margarita participó en el XIV Salón de Otoño con las obras tituladas Ruinas y Cocina o interior, que fueron reproducidas en diferentes publicaciones. También lo hizo su marido con otras obras.

Para Estévez Ortega, Ruinas “era superior a Interior, ya que en el primero la autora conseguía definir su personalidad pictórica, también marcada por la emoción y el lirismo, aunque el segundo demostraba una infinita delicadeza, un temperamento sensible, de un lirismo exaltado y un sereno concepto del arte”.

Anunciación

Ramas sin hojas

 

Para Estévez Ortega, Ruinas “era superior a Interior, ya que en el primero la autora conseguía definir su personalidad pictórica, también marcada por la emoción y el lirismo, aunque el segundo demostraba una infinita delicadeza, un temperamento sensible, de un lirismo exaltado y un sereno concepto del arte”.

La revista Blanco y Negro publicaba: “Del matrimonio Frau, preferimos la obra de la esposa. No por galantería, sino por equidad”. En La Nación, se imprimió un reportaje dedicado casi en exclusiva a la pintora, mientras que la obra de su marido le valió la distinción de Socio de Mérito de la Asociación de Pintores y Escultores.

Gaceta de Bellas Artes, mayo-junio 1934

Ellas 10/7/1932

 

El matrimonio volvió a participar en el Salón de Otoño de 1935, al que Margarita presentó Anunciación y Paloma Mensajera.

Margarita de Frau, Gaceta de Bellas Artes, julio 1933

 

También se pudo ver obra de los dos en la Exposición de Arte Español Contemporáneo que en 1936 tuvo lugar en el Museo del Jeu de Paume de las Tullerías de París, donde se exhibieron obras de Picasso, Juan Gris María Blanchard, Zuloaga, Gargallo…

La prensa española destacó entonces su participación como parte del grupo de artistas de tendencia constructivista, neotradicionalista y humanista que figuraban en la muestra.

En 1936 el matrimonio participó también en la Exposición Nacional de Bellas Artes que quedó interrumpida por el estallido de la Guerra Civil.

José Frau se inscribiría en las Milicias de la Cultura, creadas por el Ministerio de Instrucción Pública con la finalidad de alfabetizar a los soldados, mientras que Margarita se afiliaría en calidad de “paisajista”, al Sindicato único de la Enseñanza de Madrid, ligado a la CNT.

Durante el conflicto, el propio bando republicano condenó a muerte a José Frau, ya que su colección de arte religioso levantó sospechas sobre sus relaciones con la iglesia.

Tanto José como Margarita procedían de familias bien posicionadas: el padre de José Frau había pertenecido a la Sección de Fronteras de la Guardia Civil y el de Margarita había sido mayordomo real. Y los reportajes de la época también dan a entender que la pareja pertenecía a la alta burguesía ya que, según describen, vivían en una enorme casa en Madrid, con jardín y servicio doméstico.

Las gestiones realizadas por Margarita lograron salvar la vida de su esposo, permitiendo continuar con su carrera artística una vez finalizado el conflicto, si bien emigraron a América por separado.

Antes, en 1940, realizó una exposición en la Galería Buchholz de Madrid.

Según el Registro Nacional de Extranjeros de México, Margarita de Frau y su hijo, que en aquel momento tenía cinco años, viajaron allí desde Buenos Aires en 1940.

En 1943 Margarita ganó la pensión de la Fundación Conde de Cartagena concedida por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, que consistía en un viaje por Latinoamérica de un año, en el transcurso del cual, realizó doce óleos que se expusieron en solitario en el Salón Marabini de Madrid un año más tarde.

José permaneció en España, logrando en 1943 la Primera Medalla de la Exposición Nacional de Bellas Artes, viajando en 1947 a Buenos Aires y de allí a Coyoacán, en México donde la familia estableció su residencia, entablando amistad con intelectuales exiliados.

José expondría en varios lugares de México, en Nueva York y otras ciudades americanas, y continuó participando en diferentes muestras españolas, sobre todo a partir de su regreso a Madrid en 1964.

Sobre Margarita de Frau, no se ha podido hallar ninguna actividad artística correspondiente a la etapa mexicana, aunque retomó su participación en exposiciones tras su regreso a España, donde continuó trabajando hasta su fallecimiento, ocurrido en1986, diez años después que su marido.

Paloma mensajera

Ruinas

 

Margarita de Frau y la AEPE

Participó en las siguientes ediciones:

XIV Salón de Otoño de 1934, con la obra Ruinas.

XV Salón de Otoño de 1935 con Paloma mensajera y Anunciación.

 

AÑO ROMERO DE TORRES: En el 150 aniversario de su nacimiento

Por Juan José García López

Licenciado en Filosofía y Letras

Presidente de la Asociación Cultural Pro Casa Museo Julio Romero de Torres en Córdoba

 

En la apagada adormecida ciudad de Córdoba ha vuelto a brillar la Luz Eterna del Universo del insigne laureado creador Artista Cordobés, Don Julio Romero de Torres, nació en una familia formada por una pléyade familiar de artistas, en su cúspide su padre Rafael Romero Barros y su madre Rosario de Torres Delgado, con sus siete hermanos, él fue el sexto hijo varón más pequeño, siendo el séptimo por orden de nacimiento, en total 8 hijos/as, donde Angela fue la octava. El 09 de noviembre del año 1874 en la vivienda familiar, otorgada para vivir y trabajar, en cesión a Rafael Romero Barros, como Director del Museo Provincial, siendo propiedad de la Diputación de Córdoba este antiguo hospital de la Caridad, tras la desamortización de Mendizábal a mediados del siglo XIX.

Fachada de la Casa Familiar Julio Romero de Torres, reivindicación cultural para que sea Casa Museo Natal

 

Lo mismo que se ha celebrado el nacimiento de este personaje ilustre cordobés, la vivienda familiar ha recobrado su puesta en valor, aconteciendo la apertura del patio familiar durante el Festival de los Patios en mayo, el Festival de Flora en octubre y ahora en el mes de diciembre estará abierto durante 12 días para el disfrute de los cordobeses y cordobesas, y visitantes tras la petición realizada desde ProyectoGarlo, cuyo fundador es Juanjo García López, es decir un servidor, que hasta este mes ha tenido el honor de ir escribiendo y presentando temáticas entorno al 150 Aniversario auspiciado desde nuestra Asociación Española de Pintores y Escultores. Si “nuestra” pues yo también soy socio de la misma desde hace unos meses.

Escrito este encabezamiento de este último mes, os presento opiniones de personas que han querido responder a la siguiente pregunta: ¿ Quién es para ti Julio Romero de Torres ? Para después presentar unos temas poéticos recibidos para su publicación, y noticias relevantes entorno a la efeméride, que considero de interés cultural.

El verso como pincel Julio Romero de Torres.

Comenzamos:

Conocí a Julio Romero de Torres lejos de aquí, de pequeña, por las canciones y anuncios en calendarios o póster,era algo para mi  ancestral , folclórico y lejano. Al venir al sur y enamorarme por completo de su gente, sol, olor, calor, sentimientos, descubrí al pintor que me hace entender,además,el alma,la profundidad de la mujer cordobesa y sus matices. Viendo sus cuadros me sumerjo en el embrujo,la esencia,la melancolía, el misterio. Julio Romero de Torres sigue siendo un enigma para mi ,por lo que trasciende, por lo invisible,por lo que hay más allá..Para mi es un camino por el que me adentro para identificarme y amar mi Córdoba.

MariÁngeles Ruiz.

Pues para mí es un gran artista ..sus pinturas han hecho, aún más hermosa a Córdoba a través de la belleza de sus mujeres … plasmó a la mujer cordobesa … como nadie lo hizo e influyó y engrandeció el arte cordobés … y propagó el arte Taurino, la belleza de los toros y el arte del torero. La mujer cordobesa, el arte del torero y la fiesta taurina y Julio Romero de Torres …van de la mano.

MariCarmen Moreno.

Julio Romero de Torres ocupa un lugar importante en el panorama artístico español y, podría decirse, mundial. Su obra ha definido la identidad de la mujer andaluza, especialmente la cordobesa, de una forma que no se había hecho antes. Su singular técnica, combinando óleo y temple al mismo tiempo, le permitió crear esa atmósfera tan característica de sus pinturas, llena de  simbolismo y elementos de nuestra tierra. Además, Romero de Torres retrató a personas de todas las clases sociales de su época, desde la alta sociedad hasta mujeres de la peor estofa, captando con maestría el alma de Córdoba y de Andalucía. Su obra también reflejó el alma del cante y el baile flamenco, inmortalizando a las artistas más célebres de su tiempo. Sin duda, es un gran artista que supo plasmar el espíritu de su tierra y su gente.

Rafael Castejón, artista, especializado en Retratos.

Romero de Torres es un genio indiscutible de la pintura española. Su visión única de la mujer andaluza, llena de sensualidad y misterio, lo convierte en un artista inigualable. Sus obras, cargadas de simbolismo y emoción, me transportan a un universo donde la belleza y la tragedia se entrelazan. Su legado trasciende las fronteras de su tiempo y continúa inspirando a artistas de todo el mundo. Para mí, Romero de Torres es mucho más que un pintor: es un poeta visual que ha dejado una huella imborrable en el arte español. La maestría de Romero de Torres en el manejo de la luz y el color es sencillamente asombrosa. Su capacidad para capturar la esencia de sus modelos y retratar la vida cotidiana de su época lo convierten en un cronista excepcional. Su obra, un tesoro nacional, más bien, diría que es un tesoro de talla mundial que debe darse a conocer y nos permite adentrarnos en el alma de Andalucía y comprender mejor. Nos permite conocer mejor la historia y las tradiciones de Andalucía. Su influencia en el arte español es innegable y su legado perdura hasta nuestros días, inspirando a nuevas generaciones de artistas. Agradezco al ProyectoGarlo por haber enriquecido mis conocimientos al darme a conocer a este artista.

Maruja para Nueva York 1925.

 

Jean Bruschini.

Julio Romero de Torres es un pintor del interior del ser que pone en el cuadro lo que él ve: hermosura y tristeza que hacen refugio y facilitan el paso a una tranquilidad en el que mira al sentirse acompañado. Es la visión de un instante de plasticidad que reconforta. Así encuentra el hueco dentro de cada alma que mira sus obras, en un lugar donde cada uno aloja lo virtuoso y donde él pasa como «Pedro por su casa». Siempre aceptado, por lo tanto eterno, se le debe agradecimiento y respeto al haber mostrado el «cómo está usted» de su tiempo. Su obra es el rastro que deja, en tela y pintura en mágica combinación, la vida de un artista principal Andaluz de admirable  sensibilidad, valentía y generosidad.

Julián Ulpiano Muñoz Moreno.

Inmigrante por amor, descubrí a Julio Romero de Torres a través de los ojos de mi querida esposa Isabel. Sus pinturas no me conmovieron, pero reforzaron mis sentimientos sobre la ciudad que afortunadamente me acogió. La felicidad está en esos momentos en los que, paseando por museos o salas de exposiciones en Córdoba, descubrimos los cuadros de un pintor costumbrista, influenciado por Tiziano, pero como lo subraya Mercedes Valverde Candil, “el Amor sacro, amor profano del italiano se convierte en Amor místico, amor profano” con Julio Romero de Torres. ¿Refleja el alma de Córdoba? Más allá de la mirada a sus hermosas mujeres y de sus severos personajes, Romero de Torres nos ofrece la visión de un mundo incautado en los colores oscuros del pasado, muy lejos de la luminosa Córdoba en busca de la Convivencia.

Robert Lanquar, Comisario del Foro de Córdoba para la Convivencia.

La obra de un pintor no solamente es reflejo de corrientes estéticas o de idearios artísticos, que en el caso de Julio Romero se enlazan con movimientos de vanguardia europeos, con el contacto directo con Santiago Rusiñol o con las ideas surgidas de la intelectualidad española. La obra de Romero de Torres nos muestra la mirada del pintor, una mirada que va más allá del costumbrismo, y se adentra, como un Nonell andaluz, en la dignidad de un pueblo cargado de significación. De su paleta surge una nueva liturgia estética, y sus personajes se despliegan en una atmósfera solemne, en una adoración constante de la vida y el sentimiento trágico de la existencia.

Pedro Marfil, profesor titular, Área de Historia del Arte, Universidad de Córdoba.

Siempre, cuando surge la posibilidad de hablar de Julio Romero de Torres, me viene a la memoria el recuerdo de quien fue mi valedor en el conocimiento del insigne pintor cordobés. Me estoy refiriendo a Francisco Zueras Torrens, quien por la década de los 70 del siglo pasado me descubrió toda su grandeza, que por aquel entonces —recién llegado a Córdoba de tierras castellanas— relacionaba únicamente con La Chiquita Piconera. Hoy día, tras un arduo estudio del pintor, a causa de la redacción de una biografía para radio (radionovela) de 66 capítulos, lo que posteriormente dio origen a la publicación Pasión y Belleza. Julio Romero de Torres y Córdoba, me permito afirmar que, sin duda alguna, Julio Romero de Torres es el primer simbolista español, uno de los más grandes pintores españoles de todos los tiempos, y el que ha cerrado el ciclo de los geniales pintores de Córdoba. Consumo las líneas concedidas para este trabajo con tres afirmaciones de Mercedes Valverde, una de las cumbres actuales en el conocimiento del pintor, de quien también recibí, recibo, y recibiré su enseñanza: «Julio Romero de Torres. Inigualable, insustituible, irrepetible»

Alfredo Asensi Díaz. Radiofonista y Académico.

 

Obra para Exposición de Nueva York 1925.

 

ADMIRACIÓN POR JULIO ROMERO DE TORRES

JULIO ROMERO DE TORRES,

PALETA MAGNA MULTICOLOR

DONDE FLORECEN  COLORES

QUE DAN VIDA AL ENSUEÑO

EN UN CUADRO DE CORAZONES.

EN EL QUE  SE ROMPE LA VIDA

DONDE BROTAN  LOS COLORES,

EL MILAGRO DE JULIO ROMERO.

GENIO DE  LA VERDAD A PINCEL

QUE PINTA EL DRAMA SINCERO

DE RICOS, POBRES Y ARTISTAS

QUE SIN NINGUNA CORTAPISA

POSAN  PARA   JULIO  ROMERO.

GENIO, CAPACIDAD Y GRANDEZA

QUE ENGRANDECE  LAS PUPILAS

IMPRESIONANTES, ATRACTIVAS,

DE LA SIN PAR MUJER CORDOBESA.

COLORES VARIADOS DE SU PALETA,

EN LA QUE MEZCLA DOLOR Y BELLEZA

PINCELES,  PARA PINTAR A LA LUNA

BESANDO AL  RÍO…   EN  LA RIBERA.

 

Francisco Bravo Antibón.

JULIO ROMERO DE TORRES

Sólo oír este nombre, ya me produce un estado mágico de ensoñación. Me sugiere una paleta con los más bellos colores, que con su compañeros los pinceles, atrapan dulzura, tragedia y belleza; cuyo resultado es un óleo y temple, capaz de crear imágenes y situaciones espléndidas Escenas cotidianas representantes de una oscura vida, o de una excepcional fiesta flamenca, o de una trágica situación. Sus pinceles han capturado de la vida misma el momento. Han sido la cámara que sus ojos percibieron y que su día a día le descubrió. Julio Romero fue el fotógrafo a pincel de realidades, un maestro cordobés de profesión y de convencimiento. Enamorado total de nuestras calles, de nuestro río, de nuestra luna, de la ribera… ahí queda su profundo amor por Córdoba: en el fondo de las obras, con la representación brumosa de escenas de nuestra tierra.

Francisco Bravo Antibón.

 Por esos mundos, 1 julio 1912.

 

Julio Romero De Torres. Qué se podría decir de su mirada penetrante de aquel pintor simbolista español. De aquel artista, joven de pintura regionalista, estética de la generación 98 y modernismo triunfante… La vida es corta para tanta inmensidad de la que poseen algunos genios, entre ellos  «Julio Romero De Torre”, cordobés y andaluz de pura cepa. Existen matices que a través del arte perfora la inclinación humana: grandeza, trazos de agudeza, espíritu y constelación. Así llegan a ser las grandes estrellas. La sutileza de los conceptos, son arco iris de captación, vida y encanto. Nuestro gran pintor “Julio Romero De Torre”, el que pintó a “La mujer morena” y tantísimas obras más, mostró mucho más matices, de lo que a veces se aprecian. Su trayectoria de vida y alma flamenca, su simetría y captación, llenaba todos los blancos deslizando su propia alma en cada obra, paisajes y escenas costumbristas.  Gracias “Julio Romero De Torres por tu gran legado andaluz.

Rosario Morales Vargas. Escritora.

 

Juanjo de Proyecto Garlo pintando en Octubre 2024, Patio Casa Natal Julio Romero de Torres.

 

 

El hermoso patio guarda

como si fuera un joyero

la fuente octogonal

sobre empedrado suelo

a naranjos y las flores

los cubre y sirve de techo

en la mañana expectante

etéreo azul del cielo

Fachada del Bellas Artes

y enfrente otro museo

donde el alma cordobesa

tiene su mejor reflejo

en el color de sus cuadros

y en cada cuadro un requiebro

al alma de la ciudad

su arte y sus monumentos

Mujeres.. que todo dicen

con sus ojos verdes y negros

la pasión y el desencanto

la tristeza de un recuerdo

cobres y medias de seda

paraisos e infiernos

la elegancia,finura

amores y desencuentros

Córdoba hecha mujer

la pintó Julio Romero.

 

Angela Luna Villaseca. Escritora.

Julio Romero de Torres, un destacado pintor español del siglo XX, es conocido por su capacidad para capturar la esencia de la cultura andaluza a través de su arte. Nacido en 1874 en Córdoba, su obra se caracteriza por la representación de mujeres, especialmente en el contexto de la tradición y la belleza andaluza. Su estilo combina elementos de simbolismo y el modernismo, lo que le permitió destacar no solo en España, sino también a nivel internacional.

Uno de los aspectos más importantes de Romero de Torres es su habilidad para transmitir emociones profundas a través de sus retratos. Sus obras, como «La chiquita piconera» o «Mujer con abanico», no solo son visualmente atractivas, sino que también cuentan historias sobre la vida y las tradiciones de las mujeres andaluzas. Esta capacidad para evocar sentimientos ha resonado con audiencias de diversas culturas, lo que ha contribuido a su reconocimiento internacional.

Además el uso del color y la luz en sus obras refleja una influencia del impresionismo, que lo conecta con movimientos artísticos globales. Esto ha permitido que su trabajo sea apreciado no solo por su temática española, sino también por su calidad técnica y estética.

A pesar de enfrentar ciertos desafíos durante su vida, incluyendo el conflicto político en España y la posterior Guerra Civil, el legado artístico de Julio Romero de Torres perdura. Su influencia se puede ver en generaciones posteriores de artistas que buscan capturar la esencia cultural a través del arte.

En conclusión, Julio Romero de Torres es un ejemplo significativo del talento español que ha dejado una huella indeleble en el panorama artístico mundial. Su habilidad para fusionar tradición y modernidad le ha asegurado un lugar destacado en la historia del arte internacional, permitiendo que su obra siga siendo objeto de estudio y admiración hoy en día.

José María Tejero.

 

Detalle Plaza El Potro.

 

 

¿ Quién es Julio Romero de Torres para mí?

— Tita , ¡han puesto tu foto en este museo!.

Esa  fue la sorprendente reacción de mi pequeño sobrino la primera vez que lo llevé al museo de Julio Romero de Torres.

—  Sí mira— me dijo entusiasmado, señalando uno de los cuadros del pintor.

Y es que una reproducción del mismo colgaba en casa de la abuela desde siempre.

Para él, aquella muchacha morena apoyada en la pared,  de ojos oscuros y grandes , era su tía…, era yo.

Un  rubor por fuera y también interior, me removió el sentimiento de identificación con el universo del pintor que,  para mí, es CÓRDOBA, en su mayor y más profunda expresión y esencia.

Crecí rodeada de imágenes de sus cuadros, sobre toda en láminas enmarcadas que decoraban con naranjas, limones, jazmines y guapas caras morenas, las cocinas, salones o  pasillos de las casas.

Y la suya,  su Museo, su Patio, su Taller, una vez que los visitas, pienso que  se incorpora a la memoria de la propia identidad cordobesa.

Sin duda, el Museo es uno de los lugares más emblemáticos que me gusta mostrar a los amigos que visitan la ciudad, y el que más «sabor cordobés»  desprende, me dicen.

No es de extrañar que si me preguntan de dónde soy, no me limite a decir «soy de Córdoba»,  sino que me guste añadir con orgullo … de la tierra de Julio Romero.

Ángela Arroyo Portero.

 

Detalle X Encuentro Artístico Visita Patio Jardín 22 enero 2023 – X Encuentro Artístico Visita Patio Jardín 22 enero 2023.

 

En el terreno literario os mostramos el siguiente poema escrito y sentido por Juan Antonio Conde Castro, ferviente luchador por la rehabilitación y musealización de la Casa Natal Julio Romero de Torres, miembro de la Junta Directiva de la Asociación Cultural en Córdoba.

 

Contemplando los cuadros de Julio Romero, primo,

lo que sentí, hoy lo escribo para tí.

Que lo que inspiró al pintor,

hoy me lo ha inspirado a mí.

 

  ROSAS DE SU JARDIN

Por «La Gracia», caí en «El Pecado»,

y «Más allá del pecado»,

por tener mi «Conciencia Tranquila»,

arrepentido le canté «La Saeta», prima «Carcelera»,

del «Poema del cante jondo»…

Pero, primo, ésto no quedó así,

que «Seguirrilla gitana» le ofrecí

a la mujer más bonita y soberana,

con la que Dios, a Córdoba,

quiso bendecir.

Era una joya, primo,

para tí y para mí,

«La nieta de la Trini»,

que se nos quiso lucir,

como prieto membrillo

de Puente Genil.

Allí Fosforito con su cante

la vino a bendecir, cantando

a la «Consagración de la copla»,

que Julio la pintó

para el mundo entero,

también, para tí y para mí.

Más no te puedo decir,

que «La Copla», es…, «Alegrías», «Malagueña»,

que dan ganas de vivir.

Y aunque la alegría muera,

siempre podremos decir:

-¡»Mira qué bonita era»!-

Y con ojos de seguro pedigrí,

quiero y te vuelvo a repetir, que:

La vida es para gozarla,

la muerte, para maldecir.

«Dos sendas» tiene el amor,

que la vida hace seguir:

una, de «Conciencia tranquila»,

la otra es un «Mal de amores»,

el más despreciable sentir,

que arruina el semblante

y dan ganas de morir.

Pero, «Córdoba, Venus de poesía»,

a Julio, pintor, quiso elegir,

para que presentara sus mujeres,

que orgulloso las pintó

como las vio y las hizo vivir.

Que Julio quiso que fueran,

rosas florecidas de su jardín.

 

Julio Romero de Torres en el Patio de Casa Natal Familiar en Córdoba.

 

A continuación vamos a sumergirnos en una serie de actividades vinculadas al 150 Aniversario del Nacimiento celebradas en la ciudad de Córdoba. Comenzamos el día 08 de noviembre con la celebración del Desfile «Córdoba: Moda con Alma»:

Desfile Córdoba Moda con Alma, organizado por Amalia González Aroca y Fundación Cajasol, 150 Aniversario 2024.

 

«La Fundación Cajasol ha celebrado el desfile “Córdoba: Moda con Alma”, un evento que combinó creatividad, arte y tradición, reuniendo a destacados diseñadores cordobeses.

En el marco del ciclo con el mismo nombre, este desfile no sólo ha destacado la riqueza de la moda local, sino que también ha rendido homenaje al 150 aniversario del nacimiento del pintor cordobés Julio Romero de Torres, entrelazando la elegancia de la alta costura con un tributo al arte y la cultura de la región.

Seis diseñadores locales de renombre —Francisco Tamaral, Florencio Pérez, Inma Benicio, Joaquín Serra, Julia Gona y Rosa Nacarino— han presentado sus colecciones, mostrando propuestas que abarcaron desde sofisticados looks de invitada hasta majestuosos diseños nupciales. Cada creador ha aportado su estilo único, exaltando la artesanía y la creatividad cordobesa.

El evento “Córdoba: Moda con Alma” ideado, coordinado y organizado por Amalia González Aroca, contó con la colaboración del estilista Eduardo Raya y su equipo de «El Guapo Habla», que se encargaron del maquillaje y la peluquería de los modelos.

Asimismo, estuvo acompañado por las actuaciones en vivo del bailaor Manuel Jiménez, galardonado con el Premio Extraordinario al Mejor Bailaor en el Festival de Jerez 2023, con la guitarra por Luis Murillo. Además, la pianista cordobesa Carmen Gavilán puso la banda sonora al desfile, aportando un toque de sensibilidad y elegancia.

El éxito del evento, que logró llenar por completo el aforo, reafirma el compromiso de la Fundación Cajasol con la promoción del talento local y la preservación de las tradiciones andaluzas.

El esfuerzo por unir moda, arte y cultura en “Córdoba: Moda con Alma” se traduce en una apuesta por la visibilidad del tejido empresarial y artístico cordobés, contribuyendo a la generación de empleo y al impulso de nuevos valores en el sector.

La Fundación Cajasol, a través de iniciativas como esta, sigue fortaleciendo su misión de preservar la identidad cultural andaluza y promover el talento joven, convirtiéndose en un referente en el ámbito social, cultural y artístico de la región.»

Reflexión personal sobre este evento en Córdoba:

He vivido un sueño hecho realidad en el Desfile «Córdoba; Moda con Alma«. Una experiencia que traspasó las fronteras del tiempo y me transportó al universo pictórico de Julio Romero de Torres. Sentir la fusión entre moda y arte, tan palpable en cada prenda y cada gesto, fue como ver al propio maestro entre el público, aplaudiendo con emoción. Cada pieza, cada movimiento, era un homenaje a su legado, un canto a la belleza eterna de la mujer y a la fuerza de la creatividad. ¿Quién podría imaginar que, siglos después, su obra seguiría inspirando a diseñadores y artistas? En este desfile, Julio Romero de Torres cobró vida, y con él, la moda se convirtió en un lenguaje universal que habla al corazón.

El Desfile «Córdoba Moda con Alma» ideado y organizado por la Fundación Cajasol y Amalia González Aroca, no fue simplemente un homenaje al pasado, sino una audaz reinterpretación del legado de Julio Romero de Torres para el presente. Los diseñadores, al igual que el maestro cordobés, capturaron la esencia de la mujer, su fuerza y su sensualidad, pero lo hicieron con una mirada contemporánea, utilizando técnicas y materiales innovadores. Este evento demostró que la moda, lejos de ser superficial, es un vehículo para expresar ideas, emociones y visiones del mundo. Julio Romero de Torres estaría orgulloso de ver cómo su obra sigue inspirando a nuevas generaciones de creadores.

Canal PTV Córdoba.

Gracias al Equipo de PTV Córdoba Paseando x Córdoba, Ruta de Julio Romero de Torres.

 

El mismo día 08 de noviembre la cadena de Televisión PTV Córdoba presenta la Ruta de Julio Romero de Torres, en el marco del 150 Aniversario, agradecimiento a todo el equipo profesional que hace posible este programa «Paseando X Córdoba», Presentan: Amparo P. Muñoz, Andrea Rojas, imagen y edición, Antonio Cáceres y Álvaro Peche, aquí os presentamos el enlace: https://www.youtube.com/watch?v=GHXlUr82TpI

Actos Conmemorativos.

El día 09 de noviembre 2024 celebramos con tres actos conmemorativos históricos el nacimiento de Julio Romero de Torres en su casa natal, ubicada en la plaza del potro, donde actualmente están los Museos: El Bellas Artes y el Julio Romero de Torres, en los que se están organizando interesantes actividades culturales entorno a la obra artística y vida profesional de Julio Romero de Torres.

Durante este mes de noviembre se han celebrado conferencias, presentación de libros, visitas teatralizadas, documentales, visitas guiadas, actividades pictóricas, encuentros culturales, en los diferentes espacios culturales de la ciudad de Córdoba, por parte de las Administraciones Públicas y entidades culturales privadas. La verdad que este ímpetu de actividades está siendo novedoso, y esperamos que el año que viene 2025 se sigan celebrando tanto para la memoria de nuestro ilustre pintor como apoyo a la puesta en valor de la Casa Natal como Museo de Córdoba.

Aunque a día de hoy, 24 de noviembre del año 2024, no sabemos cuando se iniciarán las obras de rehabilitación por parte de la Diputación de Córdoba, y tampoco tenemos noticias de la firma del Convenio entre Junta de Andalucía, Ayuntamiento de Córdoba y Diputación de Córdoba. Seguimos «esperando»….

ODA AL GENIO CORDOBÉS 2024 POR JORGE BUSTAMANTE LUJÁN.

 

Documentación Histórica en Prensa:

1910 en el Estudio de Córdoba con Julio Romero de Torres.

1910 fue un año muy importante para Julio Romero de Torres. Una noche investigando sobre unas pinturas, encontré un artículo en prensa histórica en la revista titulada “Por esos mundos”, y procedo a transcribirlo aquí, para el goce de todos los lectores de la Gaceta de Bellas Artes.

“Existe y muy arraigado aún, el prejuicio de que, a no ser en Madrid o Barcelona, apenas si hay quien pueda figurar gallardamente en las cimas de la intelectualidad española. ¡Crasísimo error, hijo del más lamentable y absorbente centralismo, que mantiene la ignorancia y pereza mental de las gentes!

En provincias, en esas pequeñas capitales en que la vida se desliza algo monótona y tranquila, el pensamiento y el estro creador suelen muchas veces cultivarse con sumo acierto, porque esa misma calma que el espíritu disfruta, convídale a laborar fecundo y poderoso hasta producir obras de arte cuya fuerza y serenidad nos recuerdan las de aquellos grandes maestros de los siglos XVI y XVII, llamados de oro en los anales de la Belleza.

Al ilustre pintor, a quien estas líneas se refieren, preguntábamosle si no obtendría mayor retribución por su trabajo residiendo en esta Corte, y nos respondió:

  • Sí; es indudable que viviendo en Madrid me pagarían más por los cuadros; pero…

Y asomando una sonrisa ingenua que revelaba mil confesiones, añadió:

  • Pero lo que me sucedería es que apenas pintaría nada.
  • ¿Y eso? – le replicamos – provocándoles a la expansión confidencial.
  • Pues, la verdad, cierto es que Córdoba resulta una ciudad muerta comparada con Madrid y aún otras capitales provincianas de importancia; pero tiene un ambiente natural en el que flota mucha poesía y un gran ensueño, atmósfera de idealismo que crea espontáneamente arte, algo inexplicable pero sensible y real que el alma dotada de penetración y delicadeza percibe con facilidad en esta Andalucía que unos llaman trágica y otros riente, por lo regular sin conocerla a fondo, pues ambos caracteres tiene sin que el uno excluya por completo al otro.

En Madrid – continuó Julio Romero – hay más intelectualidad, más tráfago de ideas e impresiones artísticas; pero esa vida excesivamente febril que allí se hace, no es tampoco la más a propósito para producir, si el artista no posee una fuerza de voluntad y una ambición extraordinarias.

Y, en efecto, al escuchar estas palabras del eminente pintor que desde su rincón cordobés ha logrado triunfar en Madrid y ser nombrado frecuentemente por críticos y revistas de todos los países, especialmente en Norte-América, venía a nuestra memoria lo dicho por un crítico de arte del siglo XVII, refiriéndose a la excursión que al finalizar aquella centuria hizo Velázquez a Venecia: «Y permaneció retraído del trato de pintores y mercaderes, porque para producir vale más no contemplar lo que otros hacen ni escuchar polémicas y choques de ideas sobre materias artísticas, cuya síntesis está expresada en este hermoso pensamiento de Palacio Valdés: En arte, el aislamiento es una fuerza».

Penetrando por las estrechas calles de los barrios cordobeses próximos al Guadalquivir, que en tiempo de los Abderramanes constituían la Ajarquía de los cristianos, llégase a la plaza del Potro, pintoresco lugar citado por Cervantes como punto de alegre recreación. En ella se un antiguo edificio, vetusto caserón de prócer de familia ya extinguida, que la Diputación de Córdoba destina a la pinacoteca y museo arqueológico, y en el cual, en apartado lugar, tiene su estudio Romero Torres. Es un amplia sala cuadrada, en planta baja, que recibe próvido torrente de luz de un precioso jardín frontero a ella.

Allí vimos bocetos de cuadros, fotografías, manchas de color, objetos de arte antiguo y moderno, todo medio revuelto y mostrando ese bello desorden de que nos habla Goncourt en La casa de un artista.

Reproducido por la fotografía aparece a un lado La musa gitana, el magnífico cuadro que consagró a Julio Romero como artista admirable, y que fue premiado con primera medalla en la Exposición celebrada en Madrid el año 1907. Este lienzo representa una mujer, joven, desnuda, recostada en un sofá, y recuerda a La maja desnuda de Goya; pero ¡qué dos tipos tan diferentes, tan interesantes y tan españoles, cada uno en su estilo! En la gitana de Romero de Torres se vé claramente reflejado el romanticismo de su raza, ardoroso y brutal a veces, rústico y doliente otras. En la hermosa hembra del glorioso maestro aragonés traspira la intensa fuerza femenina que llama a la vida por todos sus poros.

Próximo a dicha reproducción fotográfica se ve un pequeño manuscrito con varios tachones, una cuartilla clavada en la pared con doradas puntas de París. Sin duda – nos dijimos – debe ser algo muy interesante cuando el artista lo conserva así, ostentándolo cual una reliquia. Nos acercamos y pudimos comprobar la importancia del papelito. Era el original, autógrafo, de aquella inmortal becqueriana aprendida de memoria por nuestras mujeres de todas las clases sociales de la generación anterior:

«Hoy la tierra y los cielos me sonríen; hoy llega al fondo de mi alma el sol; hoy la he visto… la he visto y me ha mirado. ¡Hoy creo en Dios!»

¿Cómo ha llegado hasta el estudio del pintor cordobés tal primicia literaria? Lo ignoramos, y a fe que sería curioso saberlo. Romero de Torres es un gran pintor que a fuerza de talento y voluntad, sostiene todavía el prestigio de la clásica escuela cordobesa. Su espiritualidad, nota característica de su estilo, y el tono delicado que siempre arranca a la paleta, hacen de él un artista florentino, sólo que además tiene la fuerza de la inspiración y sentimiento que el ambiente andaluz, jocundamente intenso y luminoso, da a las obras artísticas de sus hijos.

Sorolla, el gran Sorolla, fue un día a visitar su estudio Sabido es que el temperamento estético del admirable pintor valenciano es completamente opuesto al de Romero de Torres. El del primero es fuerte, vigoroso, extremadamente colorista, avasallador; y el del segundo es suave, delicado, intenso, marcadamente espiritual. Son algo así como los dos polos del arte pictórico.

Pues bien, al salir del estudio y penetrar en el jardín que lo rodea, Sorolla, que debió experimentar una especie de transición de lo ideal a lo real, se quedó un momento en éxtasis, como si bañase su espíritu en aquel ambiente soleado y luminoso que ofrecían los perfumes de las plantas y la tranquila paz de la naturaleza.

Entonces, abandonándose al encanto que le producía aquello, exclamó:

  • ¡Qué hermoso es esto!

Y, volviéndose hacía Romero de Torres, le dijo:

  • Hombre, ¿por qué no pinta usted este verjel? Aquí hay plantas, flores, agua y sol… ¿No le inspira a usted nada todo eso?

Romero de Torres hizo un gesto indefinible ante aquella sincera pero inoportuna excitación que, dirigida a él, resultada una herejía artística. Y, allá en sus adentros, es posible que dejara retozar algún fuerte adjetivo, ahogado fiera y amablemente por el respeto que el ilustre maestro valenciano le mereciera.

Romero de Torres pertenece a una dinastía de artistas. Su padre fue, como él lo es ahora, profesor de la Escuela Superior de Artes e Industrias de Córdoba; su hermano también es pintor, notable y cultisimo publicista, investigador de arte retrospectivo y arqueología. En su familia hay allegados que figuran con justo renombre en la República de las letras. Esto trae a nuestra memoria una porción de biografías de artistas eminentes de los siglos pasados, cuyos deudos, en su mayor parte, artífices y cultivadores del arte fueron, y así éste parece que, agradecido a su constante devoción, los recompensara ungiéndolos desde la infancia con el hálito de la inspiración y la belleza.

  • Para llegar a ser algo grande – díjonos una vez Romero de Torres – es necesario no solamente tener fe en el propio éxito, sino mirar el cultivo del arte con un respeto y un entusiasmo verdaderamente místicos, dedicándole toda la idealidad que seamos capaces de concebir.

Y así es que, como en un principio decimos Julio Romero, que frecuentemente a Madrid viene, vive, no obstante, establecido en Córdoba, con daño acaso de sus intereses, pero deleitándose en el ensueño que las calles silenciosas y casi siempre desiertas de la vieja ciudad, todo remembranzas, le ofrecen. Su mayor placer consiste en internarse por los barrios más típicos de la ciudad.

En estos paseos, Romero de Torres, observa tipos, admira capiteles, arcos y piedras labradas, que tanto abundan por todos los rincones de Córdoba – reliquias romanas y árabes – no siendo raro encontrarle en el fondo de alguno de aquellos magníficos patios que caracterizan la construcción andaluza, aspirando el perfume de las flores y el oloroso bouquet del montilla.

En estos paseos y excursiones, la imaginación del artista se exalta y sueña, recogiendo la mente aquellos fragmentos de poesía que luego el pincel traduce en los lienzos. Este es el proceso de la inspiración artística que anima sus cuadros, en los cuales refléjase maravillosamente la rica alma andaluza.

Roberto DE GALAIN, Por esos mundos, Madrid, 1910. Transcripción literal realizada por Juanjo Garlo.

Por esos mundos fachada Casa del Museo 1910.

Por esos mundos 1 mayo 1910 en el estudio.

Por esos mundos 1910 en el estudio de Córdoba

Casa Natal Julio Romero de Torres

 

1925 Estudio de Julio Romero de Torres en Madrid.

Escrito por el periodista Antonio G. de Linares (Concarneau, Francia, 1875 – 1945). Generación del 98.

“Bajo el dintel que separa las dos zonas del estudio, la de la luz y la de la sombra, Romero de Torres, el artista magnífico y pagano, dice, pintando, su oración a la Afrodita….

Fotografía: Lolita Nieto, la modelo de Romero tiene en su belleza juvenil toda la pasión aureolada de fatalidad que ilumina la obra del maestro… Fots. CAMPÚA

Del estudio que es hogar de su espíritu y refugio de su esfuerzo, Romero de Torres, artista magnífico y pagano, hizo un templo: el de Nuestra Señora de todas las ilusiones y todos los desengaños; de todos los amores y todos los odios, de toda clemencia y toda crueldad…

De su estudio hizo Romero de Torres el templo de la Afrodita divina y eterna que está en toda belleza de mujer…

Hay en este estudio de Romero dos estudios, y en su templo dos templos separados tan sólo por el dintel que marca una viga desnuda y labrada a la antigua maena española: una viga bajo la cual se tienden y se deslizan, sutiles y recogidas como sierpes, dos cortinas de seda, pantallas de colores violentos, que tienden sus volutas de reflejo hacia las modelos con el gesto de amorosa posesión que anudó los anillos del pitón sagrado entorno a la desnudez palpitante de Salambó…

Desde el dintel guardado por las sierpes de seda hasta el ventanal del frente, el templo es de la luz; y es de la sombra desde ese dintel hasta el fondo del estudio; hasta la chimenea monumental; hasta el diván cobijado al amparo de un biombo en lo más secreto de la estancia como en una cripta de silencio y de paz. Y en la línea divisoria, bajo la viga labrada, es la eterna, ingrávida, muda contienda del día y de la noche: es el detenerse del sol ante la obstinación de la penumbra, como el torrente despeñado se detiene al caer sobre el remanso del llano en perpetuo y lento girar de vórtice… Sobre él, como en la maravilla de un conjuro, el maestro pinta, inclinado ante su modelo y ante su lienzo en actitud ritual…

La Afrodita que Romero encuentra, y a la que reverencia en cada modelo, es a las veces del templo de la luz y es del templo de la sombra en ocasiones; y hay un cuadro del maestro, ese portentoso lienzo de La Rivalidad, donde las dos Afroditas, las dos mujeres, oponen y contrastan sus hermosuras íntegramente ofrecidas, en pugna de contrarias voluptuosidades: la que gusta de su libre albedrío y de mostrarse en el orgullo de sí misma y la que busca el recato para guardarle como último velo, cuando todos los velos han caído.

Mujeres del día y mujeres de la noche: mujeres que aman para vivir y mujeres que viven para amar: mujeres de vanidad o mujeres de pasión, aquí están todas, en estos lienzos que Romero de Torres pinta gravemente, silenciosamente, con la tristeza placentera y solemne del amor en su instante sobrehumano, cuando transmite la antorcha de la vida…

En el templo, en el estudio de Romero, hallaréis con frecuencia modelos nuevas: Lola, Concha, María, Carmen, Angustias… Una llegó de Córdoba; la otra de Sevilla; otra de Granada; otra de Jerez, y la preferida nació de padres andaluces, en Madrid… Sin embargo, todas esas modelos de Romero parecen hermanas: todas son la mujer extática y ardiente, amorosa y atormentada, esclava y dueña, que en la obra, tan intensa y tan pródiga del gran pintor, vuelve siempre, como una amante que no se olvida, como el tema de una sinfonía, como el retornelo de una canción de tálamo o de cuna…

En su estudio, en su templo, tiene Romero un cuadro velado por una cortina de damasco. Ese cuadro no se vende por ningún precio.

Pero hay tal vez algo más en este lienzo orlado de oro y oculto a las miradas indiscretas por su cortina de damasco; hay quizá un altar del recuerdo, un sancta-sanctorum de evocaciones para el alma…

La Rivalidad, última obra de Julio Romero, tiene también su historia.

Cuando llegó a Madrid la Godún, aquella bailarina rusa de la Compañía del «Crí-Crí», buscó a Romero. Había visto un cuadro del maestro en Barcelona, y se le ofreció como modelo al pintor de la Afrodita.

El entusiasmo de la bailarina; su devoción por el arte; su afán de quedar, en la obra de Romero, como una inspiradora comprensiva, sugirieron al artista el contraste de su Rivalidad, donde se enfrentan la mujer del alma y la mujer del sexo.

Una personalidad muy alta, un hombre que está sobre los hombres, visitó un día el estudio de Julio Romero y vió, en el esbozo de Rivalidad, el desnudo de la Godún…

Dijo:

  • Ya agradaría ver posar a esta modelo…

Romero transmitió a la bailarina la frase del gran señor:

  • Si quiere verme, que vaya al teatro donde bailo desnuda, también; y si quiere verme desnuda, aquí, que pague lo que vale una entrada completa del teatro…

Así respondió la bailarina, que jamás quiso cobrar sus poses en el estudio de Romero, ni consintió que nadie que no fuera ella pagara la merienda o el refresco, al término de la jornada de labor…

Mueren la tarde y la luz… Termina la jornada de labor y de esfuerzo… El maestro abandona la paleta y los pinceles… Es la hora de la charla, del humor, de la copla, del cuento…

En torno al taburete de Romero las modelos forman corro.. Y con su voz profunda, con su actitud hierática de almuecín, el artista refiere ocurrencias que no siempre tienen ingenuidad de cuento blanco; pero que en cambio hacen florecer con risas cristalinas o inextinguibles la juventud fragante, la abrileña alegría de las «chiquillas»…

Antonio G. de Linares en Nuevo Mundo, año 1925.

(Concarneau, Francia, 1875 – 1945)

Más información en la web: https://proyectogarlo.es/category/150-jrt/

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1925 Estudio de Julio Romero de Torres en Madrid

 

Conclusión.-

En este penúltimo camino vamos a presentar una serie de fotografías destacadas sobre Año Romero de Torres como cierre. Dicen que una imagen vale más que mil palabras. Muchas gracias por estos momentos escritos, espero haber aportado más luces a la personalidad humana y artística de nuestro cordobés Julio Romero de Torres.

Todo llega a su fin, todo sucede por algo, todo acontece sin sentido a veces, o con grandes fundamentos, todo o nada, esa es la cuestión.

Este mes es el penúltimo donde el Universo de Julio Romero de Torres se hace presente en actividades culturales, ilusiones, aciertos, desaciertos, sueños, realidades, poemas, deseos, desencuentros, rivalidades, sorpresas, pasado, presente y futuro en el camino al I Centenario de su muerte en el año 2030 alrededor de un Ser Humano que ha dado y sigue vivo en nuestra Córdoba, lejana y sola. Vamos a ir al pasado en la prensa histórica al año 1910 y al 1925, donde habla Julio a sus amigos periodistas sobre el Arte, la Inspiración y sus obras atemporales. También podemos conocer destacadas actividades culturales acontecidas en nuestra ciudad, así como un reportaje fotográfico sobre el Universo presente en sus pinturas. Julio nos dice en 1910 “Pues, la verdad, cierto es que Córdoba resulta una ciudad muerta comparada con Madrid y aún otras capitales provincianas de importancia; pero tiene un ambiente natural en el que flota mucha poesía y un gran ensueño, atmósfera de idealismo que crea espontáneamente arte, algo inexplicable pero sensible y real que el alma dotada de penetración y delicadeza percibe con facilidad en esta Andalucía que unos llaman trágica y otros riente, por lo regular sin conocerla a fondo, pues ambos caracteres tiene sin que el uno excluya por completo al otro.” (Por esos mundos, 1910) Además decir, en mi secreta admiración por su vida artística, que aún nos queda mucho por Descubrir en cada obra pictórica, en cada emoción, en fin, se presenta ahora el honor de seguir investigando sobre la dinastía Los Romero de Torres. Siempre agradecido, un servidor. Garlo.

Pro Casa Natal Museo ya !

Detalle Fernando Bolivar Homenaje a Julio Romero de Torres.

Cartel Calendario Diciembre 2024 En el Patio Casa Natal Julio Romero de Torres. Diseño JBL.

 

Firmas con sello de lujo. Tomás Paredes

Bernard Noël

¡Por favor, retengan este nombre!

Verán que hay razones adunia para reconocerle y retener su nombre. Ha sido bastante traducido al español, pero su presencia pasa de puntillas por nuestra actualidad y estimo que los motivos para tenerle en nuestro aprecio son muchos, incluso para ponerlo en el altar donde se venera la dignidad del ser humano, ahora que eso suena tan extraño en el lodazal político-social que nos acosa.

Bernard Noël, brillante intelectual francés de amplísima bibliografía, es poeta, novelista, dramaturgo narrador, crítico de arte, ensayista, conferenciante, dibujante; conjunta un legado impresionante al que me referiré en partes. Mas, en lo que más voy a incidir es en su actitud personal, en su proceder como hombre, en su conducta acorde con su pensamiento. ¡Cuando la dignidad del hombre se ha deturpado, enfangado, empecinado, viene muy recordar vidas que se guiaron con la dignidad, la decencia y la epiqueya!

Comienza a publicar poesía inicios de los cincuenta, pero es un desconocido, hasta que edita Le château de Cène/El castillo de Cena, por el proceso que genera y por su contenido erótico, siendo calificada como una obra excepcional, para alguno un tanto pornográfica. Esta novela, en parte, responde a su posición contra la guerra sucia del Estado francés en el conflicto argelino, pero es mucho más.

Situémonos dentro de lo posible. 1956, Sala Wagram de París, Noël asiste a un mitin acerca de la libertad de prensa. En el acto uno grupo pro argelino entra en la sala, lanzas gases y se forma la marimorena, viene la policía y detiene a los asistentes, los pone contra la pared, cacheos, amenazas y ritual de caricias. Noël se aleja, cuando puede, impresionado. Él milita contra el colonialismo y está a favor de la liberación de Argelia, algunos le llamarán más tarde recadero del FNL.

 

Bernard Noël

 

En 1958 escribe un primer borrador de Le Château de Céne, pero no le convence del todo y lo guarda. Con el mote de “Mao”, se asocia a una red pro Argelia y ejerce funciones de correo y alberga a algún activista. Denunciado por un torturado, en 1961 le detienen y encarcelan en mazmorras, que utilizó la Gestapo en la ocupación, y oye los gritos de los torturados. Un comité de escritores lo saca de prisión. No podrá escribir durante siete años, impedido por esos aullidos humanos, el dolor y la miseria.

Participa en las revueltas de mayo del 68, en mítines y algaradas estudiantiles. Inicia su obra Dictionaire de la Commune. Atormentado por la situación, a final de enero 1969 se enclaustra tres semanas y escribe de un tirón Le Château de Cène, que aparecerá el 27 de junio, ediciones Jèrôme Martineau, con el pseudónimo Urbain d’ Orlhac y dedicado a Pierre Morion, máscara de André Pieyre de Mandiargues, que siempre le había alentado. Se hace un tiraje de tête –ejemplares singulares que abren la primer edición-, 50 copias con un grabado de François Lunven para las ediciones de Fata Morgana.

Comienzan las pesquisas para descubrir quién es el tal Urbain d’Orlhac, las defensas y refutaciones de la novela, hasta el punto de prohibirla y secuestrarla en 1970. El 23 de noviembre de 1971 aparece una nueva edición del “Castillo” ya firmado por Bernard Noël, editado por Jean-Jacques Pauvert.

Lo denuncian por atentar contra la moral y “las buenas costumbres” y en 1973 se produce la primera vista en el juzgado. Un grupo de amigos contacta con el abogado Robert Badinter, famoso por oponerse y luchar contra la pena de muerte, más tarde ministro de Justicia. Noël le dice que no puede pagarle, pero él insiste en defenderle gratis. Al juicio acceden como testigos de Noël: Raymond Abellio, Jacques Derrida, Pierre Dumayet, Claude Gallimard, Pierre Madaule, Claude Roy y Philippe Sollers.

Después, no sin fina ironía, Noël narrará secuencias del juicio, señalando como a Philippe Sollers le expulsaron par gesticular y contestar con sorna o como el juez se conturbó cuando llamó a Derrida y cuando tuvo que hacer que se identificara Claude Gallimard, preguntándole que a qué se dedicaba, siendo tan conocido.

Noél se indignó con su abogado porque alegó en su defensa que era muy buen escritor y que eso es inofensivo, matizando: “Creo que escribir es eso: ser ofensivo contra todo y contra todos”.  No embargante, le condenan a una multa y a prisión. Más que su erotismo salvaje, lo que molestó era la defensa de una Argelia libre. En 1975 se acoge a la ley de amnistía concedida por la elección de Valéry Giscard d’ Estaing.

30 de abril 1975, nueva edición de “El castillo” con Jean-Jacques Pauvert, enriquecida con L’Outrage aux mots/ El ultraje a las palabras, donde aparece por vez primera la palabra sensure- que Valente traduce como sensura– que inventa Noël para designar la privación del sentido que caracteriza a la nueva forma de dominación sin coerción y sin violencia del llamado mundo libre y que identifica al poder que hace creer en la libertad de expresión, pero que violenta la lengua desnaturalizándola. ¡Les suena algo todo esto!

Para Noël: “La privación de sentido es la forma más sutil del lavado de cerebro, pues ella opera sin el conocimiento de su víctima”. Contraria a la censura de Estado la sensura del mundo occidental es imperceptible, creando un vacío mental mediante la abundancia de información y de espectáculo. “¡Si no puedes convencer, confúndelos!”, Harry S. Truman. Lo estamos viviendo sin percatarnos.

En 1977 el libro es rehabilitado. Para Bernard Noël, la democracia se basa en la delegación del poder;” y la delegación del poder aleja siempre al poder mismo de los ciudadanos y lo vuelve intocable […] Hoy la democracia no es más que una firma de índices de audiencia que están absolutamente manipulados […]La cultura es, a pesar de todo, una forma de anticomunismo…La mediocridad desgasta la sensibilidad al mismo tiempo que el juicio”.

“Yo escribo para proponer textos que no me hagan pensar en otra cosa”, confesó en México, 1994. Urbain Bernard Fernand Noël viene a nacer en Sainte-Geneviève-sur-Argence en 1930, Aveyron. Proteico asaz, tenaz, vitalista, polígrafo con más de cien títulos que se asoman a todos los géneros, es complicada la síntesis de su legado y de su actividad. Editor, dramaturgo, artista visual, ensayista, traductor del italiano y el inglés: uno de los intelectuales más brillantes de su tiempo y poeta de consideración.

La acción política y el oro del pensamiento van a ser la columna vertebral de su obra. Intelectual crítico, sarcástico, ácido, lúcido, agudo, dispuesto contra el poder. Otorgó un sentido peyorativo a la palabra populismo, que, hasta entonces había tenido una valoración positiva. Fue voz de la conciencia del ser ante el desastre de la guerra y de la banalización de la sociedad.

Entre sus obras de calado: Extraits du corps, 1958, poesía en prosa, ópera prima; La face du silence, 1967; El resto del viaje y otros poemas; Diccionario de la Comuna, 1971; La castración mental, 1997; La Chute des temps, 1983, libro capital; Le rumeur de l’air, 1986…. Premio Antonin Artaud 1967, Nacional de Poesía 1992, Premio Max Jacob 2004, P. Roberto Ganzo 2010, Premio Gabriele D’Annunzio 2011. “Para mí, -aseguró- la poesía es una suerte de tormenta mental que hace llover el verbo, el movimiento, un movimiento de violenta unidad entre el afuera y el adentro”.

“…la oscuridad es a la luz lo que el olvido al recuerdo”. En París, estudia psicología y periodismo, las deja para trabajar, empleándose como redactor de diccionarios y enciclopedias, editorial Robert Laffont.. Director literario de Delpire; en 1977 crea la colección “Clasiques abregés”, con gran éxito en la enseñanza media; en 1977/83 está en Flammarion. Debe mucho a Nerval, Bataille y Blanchot. Se inventa los Seminarios de Traducción de la Fondation Royaumont, cuyos “Cahiers” dirige hasta 1990.  En 1995 es elegido para festejar el centenario de Paul Eluard y recogiendo múltiples voces, publica: Qu’est-ce que la poesie. Muere a los 91 años en Laon, 2021.

Puso en valor y rescató del olvido las obras de Georges Bataille, Jacques Prevel- no confundir con Jacques Prevert-, Colette Peignot, Mina Loy, Colette Thomas. Fue editor y prologuista de Gît-le-Coeur, recuerdos parisinos del poeta checo Vitêzslav Nezval; también, de Amour à mort, poemario póstumo de César Moro y prologó una edición francesa de Emilio Adolfo Westphalen.

De 1973 a 2015 escribe 9 Monologues, relatos donde todas las frases comienzan por un pronombre personal, destacando Nosotros. En 1975 edita Lettres verticales, poemas experimentales escritos con acrósticos de los dedicatarios. Mantuvo una interesante Correspondance con Georges. A veces está próximo a Merleau-Ponty.

Lean La castración mental, Huerga &Fierro, Madrid 1998, con pobre prólogo de José Ángel Valente y traducción de Daniel Sarasola. No es un consejo es un regalo. Un conjunto de veintidós textos breves, apenas 155 páginas. Insisto, p.31: “La privación de sentido- o sensura- es el arma por antonomasia de la democracia. Permite engañar la conciencia y vaciar las cabezas sin turbar la pasividad de las víctimas”.  

No confundir a Bernard Noël con Marie Noël, pseudónimo de Marie Rouget (1883-1967), poeta francesa católica, en eterna pelea de amor con Dios, que ahora proponen canonizar y hacer santa y que gozó de una enrome popularidad.

Sabemos que hay intelectuales por el mundo. ¿Hay intelectuales en España? ¿Dónde se esconden? ¡El intelectual no se reivindica con el silencio! Si se está al servicio de una ideología, la razón se anula y crece la oscuridad, por eso hay un exceso de personas oscuras inter nos. ¡Bernard Noël, no olviden este nombre! ¡ Comprometido, visionario, uno de los últimos condenados por vapulear las buenas costumbres, Bernard Noël!

(1820- 1910) Nadar- Retrato de Gerard de Nerval, escritor francés (1808-1855) – (MeisterDrucke-914587)

 

Tomás Paredes

                                                                                                    Presidente H. AICA Spain

 

AÑO ROMERO DE TORRES: En el 150 aniversario de su nacimiento

Por Juan José García López

Licenciado en Filosofía y Letras

Presidente de la Asociación Cultural Pro Casa Museo Julio Romero de Torres en Córdoba

 

En este domingo día 20 de octubre del año 2024 empiezo a escribir lo que se va a leer en el mes de noviembre, tengo de fecha máxima el día 24 de octubre, festivo local en Córdoba, Custodio Arcángel San Rafael, y además mañana lunes 21 de octubre comienzo a pintar en el mismo patio familiar de la Casa Natal de Julio Romero de Torres. Hecho histórico. Hace unos meses solicité a la Diputación de Córdoba la adecuación de celebrar unas sesiones pictóricas en el patio jardín arqueológico, el cual está rehabilitado desde el año 2014 con presupuesto público de la institución provincial propietaria de la casa natal, y hace unos días recibo una llamada inesperada, confirmándome que me han concedido ir a pintar. Ahora mismo tengo un gran gozo y responsabilidad al disponer de tiempo e ilusión de crear en el mismo universo de Julio Romero de Torres y su familia, en su patio íntimo, donde fue creciendo, formándose en el pintor universal de Andalucía y España, como todos ya sabemos. En estas horas de la noche, solo expreso mi gratitud a la Vicepresidenta Segunda de Diputación, Marta Siles y al Presidente de Diputación Córdoba, Salvador Fuentes por aprobar esta solicitud artística.

En el mes de octubre hemos comenzado con actividades culturales destacadas entorno a la Conmemoración del 150 Aniversario Nacimiento de nuestro insigne laureado artista español, Julio Romero de Torres. En la Fundación Cajasol, sede en Córdoba, ha presentado el ciclo Córdoba Moda con Alma, evento cultural organizado por Amalia González Aroca. En este enlace viene toda la información de esta actividad: https://fundacioncajasol.com/julio-romero-de-torres-moda-y-arte-en-cordoba/

La Fundación Cajasol se ha convertido en el epicentro de la moda y el arte cordobés con la conferencia «La indumentaria femenina en la obra de Julio Romero de Torres» dentro del ciclo “Córdoba: Moda con alma”.

El evento, enmarcado en el 150 aniversario del nacimiento de Julio Romero de Torres y organizado y presentado por la creadora de contenido Amalia González Aroca, congregó en la sede de la institución, en Ronda de los Tejares, a numeroso público apasionado.

La conferencia, moderada por Juanjo Garlo, contó con la participación de la joven historiadora del arte Lucía García Muñoz y el reconocido diseñador Francisco Tamaral, con una vasta experiencia en vestuario teatral y de época. Ambos expertos desvelaron cómo Julio Romero de Torres, más allá de ser un pintor, fue un verdadero maestro de la moda, llegando a impartir clases de tejidos en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid en 1916.

La moda como lenguaje universal

Lucía García Muñoz destacó cómo en las obras de Romero de Torres, la vestimenta se convierte en un lenguaje universal que trasciende las épocas. Desde los opulentos trajes de la Belle Époque hasta la liberación de las formas en los años 20, el pintor cordobés captura la esencia de cada época a través de la indumentaria.

Su habilidad para representar tanto la moda burguesa como la popular, con piezas tan emblemáticas como la mantilla o el traje de gitana, lo convierte en un cronista visual de la sociedad de su tiempo. Añadía de forma documentada que el artista tenía la costumbre de regalar a sus modelos los vestidos que lucían en sus cuadros, piezas únicas diseñadas con exquisito detalle y materiales nobles. De esta manera, elevaba a sus musas y las convertía en verdaderas protagonistas de sus obras.

Un homenaje a la mujer

Tamaral, con una gran experiencia en vestuario teatral y de época, ofreció una perspectiva única sobre cómo la obra de Romero de Torres ha trascendido el ámbito pictórico para influir profundamente en el universo de la moda. Más allá de los vestidos, tejidos y colores, Tamaral destacó la capacidad de Romero de Torres para capturar la esencia de un momento, una emoción y una atmósfera, elementos que los diseñadores contemporáneos buscan transmitir en sus creaciones.

Tamaral citó referencias a diseñadores nacionales como Balenciaga, Francis Montesinos, Hanníbal Laguna o el cordobés Florencio Pérez, entre otros, quienes han reconocido abiertamente la influencia de Romero de Torres en sus colecciones. Según Tamaral, «Romero de Torres fue un maestro de la composición, del color y de la narrativa visual. Su obra es una fuente inagotable de inspiración para cualquier creador».

El diseñador cordobés compartió su visión personal sobre el universo estético de Romero de Torres, destacando la sensualidad, la elegancia y el dramatismo inherentes a sus pinturas, así como las composiciones de sus obras pueden influir hoy en editoriales de moda o para formatos de publicidad. Hizo hincapié en que la moda y el arte siempre han estado estrechamente relacionados y Julio Romero de Torres es un claro ejemplo de cómo un pintor puede influir en generaciones de diseñadores contemporáneos.

CÓRDOBA: MODA CON ALMA

La conferencia de este martes forma parte del ciclo ‘Córdoba: Moda con alma’ de la Fundación Cajasol para poner en valor la moda local como parte de las manifestaciones culturales y artísticas de la tierra. ‘Córdoba: Moda con alma’ contará con otro evento más en 2024: un desfile en homenaje al reconocido pintor cordobés, con una reinterpretación vanguardista de su estilo en la moda actual.

Si quieres visualizar esta actividad cultural, en el canal YouTube de Fundación Cajasol https://www.youtube.com/watch?v=_oy315FEwD4

Si en algún momento necesitarán de realizar consulta sobre el 150 Aniversario Nacimiento Julio Romero de Torres en el siguiente enlace pueden buscar: https://proyectogarlo.es/category/150-jrt/

¡ Ven anímate participa en este día festivo cultural ! De esta forma anunciamos este acto conmemorativo en la ciudad de Córdoba:

Muchas gracias. ¡ Ven anímate participa en este día festivo cultural !

La Asociación Cultural Pro Casa Museo Julio Romero de Torres en Córdoba se ha creado para lograr (diciembre 2023), como objetivo final, la puesta en valor de la Casa Familiar del pintor Julio Romero de Torres como Museo en la ciudad de Córdoba, y honrar la vida artística del gran maestro.

Este año 2024, Conmemoración del 150 Aniversario de su nacimiento nos sumamos a todos los eventos organizados por las instituciones públicas, entidades privadas comprometidas y particulares convocando, a la población y ciudadanía del mundo, la actividad cultural siguiente: «Homenaje a Julio Romero de Torres en la ciudad de Córdoba» en diferentes emplazamientos de la ciudad.

¡ Ven anímate participa en este día festivo cultural !

Consiste en encontrarnos a las 12h del mediodía en el Cementerio de San Rafael para dar un homenaje especial en su día de nacimiento, el 09 noviembre 2024, donde el pueblo cordobés y del mundo pueda expresar su gratitud por tan insigne cordobés para nuestra tierra. Tras el acto cultural, dirigirnos hacia otra cita, en el mismo día, a las 14h, frente a la Fachada de su Casa Natal en la plaza del Potro, y tras el almuerzo, a las 18h realizar el homenaje en su Monumento en el Parque de la Agricultura. Todo el día 09 de noviembre 2024 en homenaje en la ciudad de Córdoba, a diferentes horarios y lugares para dar el merecido tributo a tan ilustre cordobés.

Diferentes lugares y horas para motivar la participación de las personas que quieran acompañar en esta Conmemoración.

Asociación Cultural ProCasa Museo Julio Romero de Torres en Córdoba pensamos que esta actividad motivará la sensibilización, la concienciación y el desarrollo cultural entorno a la personalidad, obra artística y vida profesional del pintor universal español, nacido en Córdoba, Julio Romero de Torres en su 150 Aniversario.

La Asociación Pro Casa Museo Julio Romero de Torres comunica que su objetivo principal es la sensibilización, concienciación y difusión de la Casa Natal como Museo de la Ciudad de Córdoba. Nos sumamos a la Conmemoración del 150 Aniversario Nacimiento Julio Romero de Torres en Córdoba con este programa de actos durante el día 09 noviembre 2024.

Pintor Garlo pinta en el Patio de la Casa Julio Romero de Torres en Córdoba siendo un hito histórico este evento artístico, más información : https://proyectogarlo.es/garlo-deja-su-huella-en-el-jardin-arqueologico-de-los-romero-de-torres/

 

A continuación hemos invitado a personas de diferentes ámbitos de la población a qué nos respondieran a una sencilla pregunta, es la siguiente: ¿ Quién es para ti Julio Romero de Torres ?  recibiendo alrededor de 30 respuestas hasta el día 24 de octubre, día de la Festividad de San Rafael en la ciudad de Córdoba.

Comenzamos.

 

Han pasado ya 150 años desde q viniera al mundo y Córdoba se vuelca en celebrar al mayor referente del simbolismo español, Julio Romero de Torres.

Creo que como pintor es diferente a lo que surgió en su época, pero hoy, todo el mundo reconoce al pintor como gran artista y sus mujeres retratadas, por todos reconocidas, marcan la maestría del pincel, el color tan característico y la belleza q los envuelve. Un genio inigualable y una historia en la que todos estamos involucrados ya que a mayor gloria de la ciudad, la que quiere ser capital europea de la cultura, debe apostar por ampliar los espacios expositivos para su obra, para su grandeza y para estar orgullosos todos del Maestro. Ahí estaremos y pedimos ese pacto q deben tener todas las instituciones públicas para llevarlo a efecto. Señores, una oportunidad única que no deben desperdiciar. !! Julio Romero de Torres lo merece y su ciudad natal también !!

Gracias a la sociedad civil y cultural que esperan ser oídas y confían que al final el sentido común haga de su sueño una realidad.

José Gabriel Astudillo, Presidente de Asociación Española de Pintores y Escultores @aepemadrid

He recibido la invitación de dar mi percepción de este gran pintor y con gusto lo hago ya que soy un gran admirador de su figura ,su familia de artistas y su legado artístico y cultural. Soy cordobés de nacimiento y he vivido 20 años en esta ciudad, por razones familiares y profesionales ahora vivo en Valencia. Esta lejanía relativa me hace ver su figura y obra con mas imparcialidad para darme cuenta de su grandeza artística. Toda mi familia son grandes admiradores de JRT y en ese ambiente he sido educado, recuerdo especial a mi padre, pintor aficionado y seguidor artístico del pintor.

JRT. Como persona el y su familia son ejemplares, amaron profundamente a Córdoba con un desinterés absoluto. A tal punto que la obra artística que tenían en su poder y su maravillosa casa/museo ha sido donada a la ciudad de manera altruista . ¡¡Asombroso gesto de generosidad !! El artista tiene unos grandes valores personales.

Fidelidad  a sus raíces y a sus gentes . Es algo que está presente en toda su vida y obra. Sobriedad  en su obra con rasgos simbólicos con matices de Seriedad en sus retratos de los mas diversos personajes. El Senequismo cordobés y la fuerza del destino esta presente en muchos cuadros.

La libertad pinta con una grandeza de miras, contracorriente de la época ,de sus convencionalismos y prejuicios sociales y morales. Aunque es religioso y respeta en sus cuadros la fe cristiana. Campechanía, se identifica con el pueblo llano, las personas humildes, a los que pinta con dignidad y complicidad empática. Su nivel intelectual y cultural y su conocimiento del mundo exterior.

JRT es un pintor modernista en la línea de los intelectuales de la generación del 98. Zuloaga, Sorolla etc tienen influencias mutuas. El estilo cautiva y emociona, sus temas son cordobeses /andaluces y muchos fondos de sus cuadros son paisajes monumentales cordobeses. Nadie como él ha hecho una obra tan acorde a la copla. Sus vestimentas, marcan tendencia en la moda de entonces.

Vaya mi admiración a este glorioso artista. En el homenaje de su nacimiento hace 150 años y también el agradecimiento a su familia por la generosidad y desprendimiento para con los cordobeses y sus instituciones, que creo que debe ser correspondido esta generosidad con unas instalaciones dignas y adecuadas a la magnífica obra artística y legado histórico.

Francisco Carrasco Pozo. Psicopedagogo. Valencia.

El artista que mejor ha sabido extraer las esencias de Córdoba y de sus gentes” “Un apasionado de la pintura, las tradiciones populares y del misterio de una Córdoba discreta  y a la vez mágica”

Antonio Hurtado. Concejal grupo municipal del PSOE-Córdoba.

Cuando Juanjo me brindó esta oportunidad de poder decir lo que me transmite el Maestro Julio Romero de Torres , cerré los ojos y me volví a ver en la cuna de su arte …la primera vez que pude saborear sus tonos entre abrazos de su época, sentí que los ojos de Mi Alma se abrían de par en par, tanto fue así, que me puse a indagar su cuna… Julio parido de familia de artistas, con un gran sentido de Humor sin elegir miradas nuevas para compartir, valiente para Recrear la Belleza de la Mujer sin tabúes …al día de hoy, seguiría Regalando vida desde su Sensibilidad infinita con el lenguaje libre de sus colores, miradas… haciendo un Brindis a todo lo que se podía decir entonces desde su pensamiento a la Magia Inconfundible e Irrepetible de sus manos….

Macarena Alburqueque Candela Sol y Luna.

Lo primero que un cordobés le viene al pensamiento,  cuando hace un juicio objetivo de Julio Romero de Torres es la pintura hacia la mujer cordobesa, en su expresión máxima de belleza, dulzura,  morena con su moño, joven,  y en el contexto de una Córdoba conocida mundialmente.

Rafa Ledesma Figueroa.

Un auténtico placer desde el año 1964 que pise Córdoba y vi el museo me enamoré de su arte. Por aquellos tiempos estaba el museo muy sencillo, estaba el cuarto donde Julio pintaba con los caballetes, la cama y todos sus enseres, luego lo reformaron y me lleve una desilusión cuando no había nada de aquellos momentos de mis primeras visitas. En fin estaría días, semanas, años escribiendo maravillas de nuestro gran ilustre pintor: Julio Romero de Torres.

Tomás García Murillo.

Una aventura. Viajar a las raíces del arte universal de esta tierra nuestra y hoy son Patrimonio de la Humanidad. Pinceladas que suenan a coplas vividas por mujeres de mirada penetrante, sumidas en un halo de misterio y fatalidad, con la Córdoba inmortal siempre en el fondo. Visión que obliga a hacernos preguntas e imaginar respuestas. Pasión y misterio. Para mí, eso es Julio Romero.

Máximo Ortega.

Julio Romero de Torres fue el pintor que supo captar a la perfección la esencia y la belleza en las miradas, cuidando el entorno, en las luces y las sombras, creando ese ambiente tan tradicional que se respiraba en sus cuadros.

Inma López.

Para mí Julio Romero de Torres es un genuino representante del carácter cordobés, con su sobriedad y profundidad de pensamiento. Fue una persona con unas dotes innatas para el dibujo y la pintura que perfecciona en el ambiente artístico que mama en su familia. Adquirido su estilo personal, realista y liberal, se decanta por la denuncia de la situación a la que se ve sometida la mujer, bien por la sociedad, o la familia: padres, esposos, novios o hermanos. Julio con su pintura se convierte en un rompedor, en un liberador de la mujer y del cuerpo femenino.  La viste con atrevidos vestidos y telas que se ciñen y ajustan al cuerpo, revelando formas que se adivinan. Su atrevimiento lo lleva a representar a la mujer en la profesión más denostada, para culminar con la representación del  estilizado desnudo femenino. Se convierte con su pintura en un rompedor y valedor de la reivindicación de la libertad femenina, tan en boga en la actualidad. Su liberalidad representada no sólo en su obra, sino en su relación con el mundo social del arte y la cultura, amén de la diversión: cante y baile. Le permite en las tertulias con quienes se relaciona, expresar sus ideas y pensamiento personal, ante: filósofos, poetas, dramaturgos, escritores y en general, con los representantes de las bellas artes que lo admiran.

Pero no sólo es la élite cultural, Julio tiene la virtud de hacerse pueblo y frecuentar, tabernas, antros y tablaos donde se llena y alimenta del sentir del pueblo. Su capacidad le permite navegar entre dos aguas que le van a permitir reflejar en su obra ambos estatus sociales. De él solo puedo mostrar mi admiración por su arte y su personalidad que ha marcado un antes y un después de presencia, que tras el 150 aniversario de su muerte, sigue viva, quizá, con más fuerza.

Juan Antonio Conde Castro.

Para mi es el pintor que supo captar y perpetuar, con su brocha y los colores, la esencia y la versatilidad de la mujer cordobesa.

Inma Sánchez.

Un gran artista en general y un gran pintor en particular, que supo plasmar en un lienzo el color del espíritu cordobés. Y claro, para vivir prefirió Madrid, y Córdoba para morir.

Rafael Bueno.

Aprendí desde mi adolescencia a convivir en el saloncito de la casa de mis padres con la Chiquita Piconera, con Naranjas y Limones y con alguna pintura más de Julio Romero gracias a un calendario que alguna institución publicó allá por los años 60/70 y regaló, de forma que en muchas casas de familias humildes como la mía constituía casi la única decoración. Allí estaban ellas, todas aquellas mujeres que Julio pintó tomando parte de nuestros almuerzos, cenas y tertulias familiares durante muchos años… Muchas veces me pregunté qué fue de esos cuadros al desaparecer aquella casa, ¿se perdieron? No es posible… no pueden perderse porque forman parte de mi vida y de mi corazón.

Veva Tapia.

 

Julio Romero de Torres es un patio de vecinos cargado de macetas, con una fuente en el centro que al caer el agua suena, es naranjos con azahar, es gitanillas y claveles, es la Mezquita y sus arcos guardando la eternidad, es el río Guadalquivir y el trinar de unos pájaros al pasear por la Ribera, es devoción, es San Rafael, es una copa de fino y un plato de berenjenas con miel, es cante, es alegría, es flamenco, es bureo y perol. Julio Romero es Córdoba, sin más, una ciudad que se abre al mundo y como máximo exponente nuestro pintor más relevante, quien mejor ha retratado la idiosincrasia de nuestra ciudad, dejen que Julio Romero enseñe Córdoba a quienes nos visitan pues no existirá un mejor guía. Julio Romero de Torres y Córdoba, una misma palabra, un mismo sentir.

Iván Fernández. Concejal grupo municipal Hacemos Córdoba.

Es muy difícil expresar en dos líneas a tan extraordinario pintor, dueño y fiel a su propio lenguaje pictórico que creó un estilo inigualable, una pintura narrativa y literaria, fue el gran pintor de la generación del 98.

Mercedes Valverde Candil. Exdirectora de Museos Municipales Ayuntamiento de Córdoba.

Julio Romero es el pintor de El alma de la mujer andaluza, asomada a sus ojos.

Gregorio.

Julio Romero de Torres: Un inconmensurable de la pintura.

Cuando hablamos de Julio Romero de Torres como un «inconmensurable», estamos describiendo a un artista cuya grandeza es tan vasta e inabarcable que escapa a cualquier intento de medida. Es como intentar cuantificar la belleza de un amanecer o la profundidad de un océano; simplemente no hay palabras suficientes. Su alma cordobesa en cada pincelada, con un personal homenaje a su tierra, a sus gentes y a sus tradiciones, pero vistas a través de un prisma único y personal. Sus cuadros son retratos psicológicos, llenos de simbolismo y de una carga emocional que nos conmueve profundamente. Un intelectual inquieto: Romero de Torres no era solo un pintor, sino un intelectual que se interesaba por todo lo que le rodeaba. Su obra refleja una profunda cultura y un conocimiento de las corrientes artísticas de su época. Nuestra suerte, nuestro tesoro y nuestra obligación como cordobeses es mantener su legado duradero cuya influencia trasciende las fronteras de su tiempo y sigue siendo una fuente de inspiración para artistas de todo el mundo. Lo que me pediste de JRT. Lo he hecho con la IA, ya va conmigo a todos los lados. Tu ya lo sabes lo que es para mi JRT: INCONMENSURABLE.

Amalia González Aroca. Experta en Comunicación y organizadora de Eventos.

Julio Romero de Torres, ha sido el mejor pintor español que ha representado, en el primer tercio del siglo XX el movimiento  simbolista-costumbrista en España, Sudamérica y sobretodo Andalucía.

Reflexión de RafaE’.

Para mi Julio Romero de Torres, es el mejor pintor andaluz de todos los tiempos. Sus obras expresan el sentimiento del alma cordobesa. Es una pena que en Andalucia no se le valore en toda su dimensión. Me parece muy bien que a la estación de Renfe se le quiera poner su nombre.

Ladislao Rodríguez Galán «Ladis». Fotoperiodista y Académico.

Para mí es uno de los mejores pintores que supo plasmar de una manera inigualable los sentimientos de la mujer cordobesa y que estuvo representada hasta en los billetes- a nivel mundial- como es el caso de La Fuensanta, uno de sus más antiguos e importantes cuadros  y que yo pinté para homenajearlo.

Mari Pepa Muñoz.

Julio Romero es el artista que mejor simboliza el alma de Córdoba, tanto en sus paisajes, como la representación del acerbo cultural que representaba la esencia de esta ciudad en el primer cuarto del  siglo XX, con obras llenas de paisajismo, tradición, sensualidad y misterio. Dentro de su obra, en mi opinión, hay que destacar el cuadro “Mira que que bonita era” por la luminosidad y el ambiente que recrea en el cuadro.

Carlos Pelillo Moraza.

JULIO ROMERO DE TORRES Y LA POESIA. El pintor de la “mujer morena” fue un artista multidisciplinar, pues además de los pinceles, tocaba muy bien la guitarra y se atrevía con varios palos del flamenco. Nacido en una familia de artistas, en la obra de este pintor Simbolista, pintura y poesía se cogen de la mano trasmitiendo su espíritu. Sonido y color. Palabra y pincel. Su alma estaba imbuida de emoción poética y armonía pictórica. Su cromatismo, muy de colores positivos, evocan, la paz, la pureza, el infinito y la armonía que podemos encontrar en cualquier manifestación de la belleza por medio de la palabra, sea en verso o en prosa.  Su obra refleja toda la poesía que vivía en su interior.

Tuna España. Don Dudo.

Para mí JULIO ROMERO DE TORRES como diseñadora de moda es todo un referente en la historia de la moda. Julio en sus obras representaba tanto la moda burguesa como la moda más popular. Yo pienso que fue un revolucionario y una persona muy influyente para su época en moda y en muchos otros aspectos. Fusionaba arte y la moda, a la vez que transmitía emociones en un mismo retrato. En sus obras utilizó una buena variedad de tejidos, cortes, formas y colores. Al final, en sus obras mostraba lo que sería una editorial de moda actual pero con la indumentaria de la época en retratos. Refleja la belleza de la mujer con una mezcla de dulzura y a la vez desencanto, ardor y a la vez frialdad, nostalgia con presencia. Me sumo a la opinión que Julio Romero de Torres sería un importante influencer en los tiempos que corren.

Inma Benicio, diseñadora de Moda y vestuario de teatro.

Julio Romero de Torres es la quinta esencia del arte Cordobés. El no solo pintaba y lo hacía bien… sino que supo inmortalizar la Córdoba Romántica que todos soñamos. Solo es posible hacer esto si estás locamente enamorado de nuestra Córdoba.

Julián Urbano, Concejal Fiestas y Tradiciones. Ayuntamiento de Córdoba.

Para mí, Julio Romero de Torres, consiguió reflejar en sus pinturas la personalidad de Córdoba, a través de los retratos de sus musas en cuyas miradas queda recogido el silencio de la ciudad andalusi, un silencio enigmático y misterioso, que nos sobrecoge al contemplar las obras del genial pintor cordobés. Sin duda alguna, Julio Romero de Torres fue un  enamorado de la mujer cordobesa, el artista la destacó como personaje principal en sus obras. Sus pinturas resumen todo el mundo interior del artista, como dijo Zueras Torrens, que no fué otro que la devoción a la mujer, prototipo del ardor sensual de las civilizaciones que arraigan en su Córdoba natal, haciéndola protagonista de escenas procedentes del legado andaluz, en cuánto a dualismo del amor y la muerte.

Aurora Barona, Actriz, cantante y presentadora.

Julio Romero de Torres es Córdoba guerrera, Córdoba Barroca, Córdoba judía, Córdoba cristiana, Córdoba romana, Córdoba religiosa, Córdoba Torera, Córdoba flamenca, Julio Romero es Córdoba, Cultura y Arte.

Manuel Jiménez.

 

 

Julio Romero de Torres, uno de los pintores más emblemáticos de Córdoba, ha dejado una huella imborrable en la historia del arte español. Su obra, caracterizada por la fusión del simbolismo y el realismo, se desarrolla en diversas etapas que reflejan su evolución personal y artística. Desde sus inicios, Romero de Torres exploró la riqueza cultural de su tierra, plasmando en sus lienzos la esencia del folclore andaluz y la belleza de la mujer cordobesa. Su dominio técnico y su capacidad para evocar el misterio han influido en generaciones de pintores, consolidándolo como un referente en el ámbito de las bellas artes. Las tonalidades vibrantes y la profundidad emocional de sus retratos han inspirado a numerosos artistas, reafirmando la importancia de su legado en la pintura española. Hoy, rendimos homenaje a un maestro que supo capturar el alma de su ciudad y trascenderla a través del arte. Hablar de Julio Romero de Torres es hablar de la esencia de Córdoba, de un maestro que transformó la cultura popular andaluza en arte y dejó una impronta perdurable en la pintura española.

Antonio Lara Quero, Comisario de Cultura del Ayuntamiento de Villa del Río.

Sentenciaba el aristócrata, poeta y pintor Carlos Ruiz Padilla, Conde (en mayúscula) de Casa-Padilla que Córdoba es “un panteón para toreros”, y eso parece cuando miramos a nuestro alrededor y presagiamos la enorme atmósfera cultural e histórica que a esta ciudad envuelve y que no es respirada con la misma intensidad por parte de todos los sectores públicos.

Julio Romero de Torres y la saga de pintores, museógrafos, arqueólogos y humanistas que representa, cubre de inmortalidad a la capital del Califato Omeya, pero a la vez evidencia una apatía crónica de los grandes pueblos, que por el  hecho de serlos de cuna, no aprecian su patrimonio ni la nómina de sus gestas. Algo así como “un cuervo en una jaula de oro”. El pueblo, en una expresión de purismo torero, es sabio y soberano, y sabe de lo que es digno poseedor, aunque delegue el cuidado de sus bienes en los Quijotes culturales que por estas calles milenarias seguimos deambulando, con más o menos fortuna.

Pero… si no tomamos conciencia de lo que somos y de lo que somos capaces de ser, nos pasará lo que ya auguraba el dramaturgo y poeta  Víctor Hugo, “la mente que no trabaja es una fábrica de idiotas”. Tomemos conciencia de clase y actuemos con el patriotismo local que, por Historia, nos corresponde.

Miguel Castellano Cañete, Presidente del Fondo Histórico-Cultural “Conde de Casa-Padilla”.

MAL DE AMORES

Entre sombras me encuentro,

apenas una tenue luz en la habitación.

Y su ausencia inundando la casa

de oscuridad, tristeza y decepción.

Mi rostro refleja la pena,

la negra pena que me rompe el corazón.

Refleja el dolor de la espera,

el augurio de un mal de amor.

Y madre mirándome absorta,

sufriendo en silencio mi aflicción,

presagiando un final oscuro

que impregna el aire de traición.

!Ay, mi niña de ojos tristes,

no sufras ni esperes más,

a aquel que de “mal de amores”

te dejó aguardando en soledad!

Inma López.

Julio Romero de Torres. Representa la Córdoba que quiero que conozca el mundo…

Maika Ruíz.

Por su técnica, por su estética, por su relación con el mundo de la cultura de su tiempo, con los intelectuales más prestigiosos de entonces, por su tratamiento del universo femenino, por haber exaltado a su tierra y a la mujer hasta la saciedad, por haber sido testimonio vivo de una época.. Julio Romero de Torres es para mí el pintor más importante de Córdoba y estimo que también uno de los más significativos a nivel nacional.

José María Palencia Cerezo, Ex-director del Museo de Bellas Artes de Córdoba.

Julio Romero de Torres es ese pintor cuyo estilo representa una mezcla de realismo y expresionismo. Sus obras reflejan la estética de la vida cotidiana y los sentimientos humanos con profundidad y transparencia, al igual que sus pinturas, que se caracterizan por los finos detalles y la riqueza de colores. Además de diversos temas como la pobreza, el amor y la vida social, que contribuyeron a enriquecer la cultura artística. Esto les da una personalidad vivaz al utilizar luces y sombras de una manera innovadora para mejorar la expresión emocional en sus obras. Esto es lo que hizo que muchos artistas se sintieran influenciados por él.

Aunque no vi su exposición en persona excepto a través de sus pinturas publicadas en Internet, todo el agradecimiento y reconocimiento va para Juan José García, quien tuvo mucho cuidado en publicar y prestar atención a todo lo concerniente, publicarlo y enviármelo. Se publicará en periódicos árabes. Tuve la alegría de escribir estas líneas, gracias al pintor Juan José, quien es de la ciudad de Córdoba.

Souad Khalil, Escritora, poeta, actriz y traductora de Libia.

 

La ciudad de Córdoba tiene una deuda con la saga familiar de los Romero, ya sean los Romero de Torres o los Romero Barros, manifestada en un insuficiente reconocimiento de su impacto cultural y su identificación con nuestra ciudad y su esencia más profunda.

En estas fechas en que se conmemora el 150 aniversario del nacimiento de Julio, tal deficiencia se pone dolorosamente de manifiesto y no sólo antes los propios cordobeses, sino también ante los miles de visitantes que se sienten atraídos por nuestra ciudad y que anhelarían una programación cultural seria y rigurosa, a la altura de quien ha sobrepasado el nivel de artista irrepetible para ser un icono internacional. Siendo así, la conmemoración de esta efeméride debe ser algo transversal que implique a  los agentes culturales, sociales y políticos de Córdoba, contando, por ejemplo, con las instituciones más antiguas y prestigiosas de la ciudad, como son el Real Círculo de la Amistad o la Real Academia, así como con las grandes personalidades de nuestra atmósfera intelectual, y con el pueblo de Córdoba. Con el deseo de que estas líneas sirvan de estímulo a las autoridades competentes, nos unimos al homenaje que desde la sociedad cordobesa y desde las instituciones debe brindarse al gran Julio Romero de Torres.

Paula Badanelli. Concejal Portavoz del Grupo VOX en el Ayuntamiento de Córdoba  y Presidente del CEP.

Julio Romero es un personaje de leyenda. Sin duda, está dentro de los diez mejores pintores españoles de todos los tiempos. Y, a pesar de todo, tanto su vida como su obra, siguen siendo bastante desconocidas para sus paisanos.

José Lara.

Julio Romero de Torres es quien despertó en mí la sensibilidad hacia el arte y la consciencia de lo maravilloso que es tener la inmensa suerte de poseer, como meros y humildes detentadores temporales, una obra de arte que en sí misma es única e irrepetible. En mi caso fue el origen de la colección particular de pintura andaluza del XIX que he ido creando en estos años y que tiene por nombre el apellido compuesto (Castillo Torreblanca) de mi bisabuelo de Priego de Córdoba así como de mi tatarabuelo de Castil de Campos y mi tataratatarabuelo de Fuente Tójar.

Antonio Castillo Gómez. Abogado. Colección Castillo Torreblanca.

Para  mí  Mi querido amigo y artista que eres JUANJO. Julio  Romero  de Torres. Uno  de los  mayores  pintores  simbolistas  europeos. Muy  representativos de sus  obras  con una  mirada y lectura muy profunda. Icono del Arte Español. Una de sus obras más emblemáticas la Chiquita Piconera  para mí, amigo Juanjo, J.R. de TORRES es un cordobés ETERNO que siempre estará  con  los  que  AMAMOS EL ARTE.

Pedro Sánchez. Un Cordobés, como nuestro eterno J.R….TORRES.

Para mi Julio Romero de Torres, fue un pintor simbolista que supo reflejar a Córdoba y la belleza de la mujer cordobesa creando un mundo orínico en su pintura. Es la máxima representación de un artista enamorado de su ciudad.

Eulogio Rafael Blanco artista multidisciplinar y maestro de los  Guadamecí y Cordobanes.

Julio Romero de Torres fue un pintor español conocido por sus retratos de mujeres andaluzas, combinando realismo y simbolismo, con un estilo que refleja la sensualidad y el misticismo de su tierra natal, Córdoba.

M. Ángeles Avalos Padilla. Responsable de Comunicación en Alzheimer Córdoba.

 

Para mi Julio Romero de Torres es la provocación sobre la realidad, es una vida bastante intensa que Julio Romero pudo disfrutar, la quiso retratar a través de imágenes de un índice altísimo de surrealismo, pero que han sido capaces de ser admitidas como parte de la identidad de Córdoba.

Juan Andrés de Gracia Cobos, Presidente Consejo del Movimiento Ciudadano de Córdoba – Al-Zahra.

Lo definen como simbolista recreador del arte regional. Yo lo defino como el verdadero ser de Córdoba. Su esencia se encuentra en la brisa que recorre cada estrechez de las calles de la judería; en el olor que emana de cada tallo plantado en un patio; en el canto del agua que fluye de los chorros del Potro. Romero de Torres es el alma viva de cada rincón de nuestra ciudad, observada con esos ojos cautivadores de las morenas cordobesas que desde sus marcos desafían con coraje y atrevimiento la sensualidad femenina y el erotismo que Julio les concedió.

Beatriz Ortiz Rodríguez

«El artista de los cinco sentidos. Percibo su obra como una completa experiencia sensorial. Frente a los lienzos del genial creador nuestro olfato se inunda de la fragancia de un clavel o de una naranja recién cortada, nuestros oídos se deleitan con el rasgueo de una melancólica guitarra, las yemas de nuestros dedos son acariciados por una sedosa piel, nuestro paladar es invadido por el sabor de un caldo montillano, Nuestra vista se ve cautivada por la mirada de unos ojos azabaches que nos intimidan por su belleza o nos entristecen por su pesar. En suma, cuadros para vivir con los cinco sentidos.”

César Morales. Catedrático emérito.

¿¿Quién es para mí Julio Romero?? Él y su obra es Córdoba, la que comprende las dos murallas concentradas, la «Córdoba vieja». Cordobés es todo aquél  que nazca en Córdoba y su provincia, pero el cordobés cordobés ha de haber nacido dentro de esa Córdoba doblemente amurallada, este será incapaz de ir del punto A al B en línea recta aunque pudiera hacerlo, necesita callejear, quebrar sus calles y al hacerlo en cada quiebro arranca, arrastra interioriza el trazado de sus barrios pasando a ser parte intrínseca  de su impronta, parte de su ser. En el callejón  más oscuro con la noche más negra y de madrugada se sentirá seguro, protegido, abrigado. Éste es Julio Romero, el que en su obra y sus mujeres, que no son otra cosa que esa Córdoba silenciosa y callada, la de la serenidad y la calma, orgullosa de su pasado y su historia, de su belleza y todo ello sin soberbia sin altivez, como digo calmada, segura de sí misma, segura de su absoluta belleza que podemos ver plasmada en el rostro de sus mujeres.

Joakinxo.

Julio Romero de Torres, busca en el Alma de la mujer; la belleza y armonía de los rincones de Córdoba. Podemos ver esos rincones maravillosos mirando los ojos negros azabache de las cordobesas. Julio es el misterio y el Alma de Córdoba.

Antonio Roa.

Para mi es un gran pintor al que no se ha valorado como merece y no se ha comprendido toda su simbología, gracias.

Rafi.

Julio Romero de Torres, cordobés universal, diestro y maestro de las artes pictóricas, trabajo que desarrolló en los albores del siglo XX. Para mí, es un adelantado a su tiempo, por cuanto mostró el alma femenina como nunca antes se había hecho, y de forma evolutiva cómo la mujer se iba empoderando. Sus musas, aparecen de forma natural, mirando a los ojos de quien presencia sus obras, así en la imperecedera “la Chiquita Piconera”, nunca solas, de fondo, acompañándolas, la ciudad de Córdoba, o algún naranjo. Abrió Córdoba al mundo, mostrando sus más bellos rincones y monumentos. Ese es su legado, mostrar su ciudad natal a la vez que interpelar al mundo sobre el papel de la mujer en la sociedad.

Alfonso.

El pintor que fue más A-GOSTO que Julio. La labor de un artista es la de dar alas a aquellos mensajes que son clave en la cultura,  tradiciones e idiosincrasia de una sociedad, con la que se identifica, siente y le apaSIONa, y eso precisamente envuelto en el misterio que le caracterizó estilísticamente, es lo que durante su prolífica vida creativa es lo que Julio Romero de Torres siente que es necesario transmitir. En su obra deja la herencia del alma cordobesa, la esencia de una manera de ser, de percibir, de sentir, con esos tintes melodramáticos que convierten en mitología la expresiVIDAd  del gesto, las miradas de un pueblo, a trAVEs de unos ojos de mujer en la que convergen todas las miradas posibles, desde la más casta, a la más mundana, pasando por   la madre, la esposa, por la hija, por la viuda, la docta y la fatal, no hay estereotipo que no se identifique con UNas formas de aMAR y DE sufrir al mas puro estilo andaluz que la mujer que Romero de Torres nos deja como legado en su obra, mezcla de genialidad y SENTIMIENTOS. Julio fue, es pues su ser y su alma pASEAn las calles de Córdoba cada atARDEcer, un pintor de vivencias extremas, de relatos de personas curtidas por una cierta forma de ser y entender la vida. Gracias Julio por compartir tu mundo con el resto del mundo.

Pol Ze Nit

Si PIENSO en cuadros de Julio Romero de Torres me vienen al recuerdo; miradas profundas, mujeres, desnudos, historia de España, Alfonso XIII, costumbres, paleta de color oscuro, atmósferas perfectas, carteles, retratos, grandes obras, oleos, líneas limpias y precisas, alegorías, composiciones equilibradas, innovación, simbolismo y creatividad.

Si observo mis sentimientos por los cuadros de cuadros de Julio Romero de Torres SIENTO; provocación, sensualidad, contrates, la condición humana en todas sus manifestaciones, riqueza y pobreza retratadas, pintura por encargo, pintura para innovar estilos, pintura siguiendo pasos de otros pintores, pintura provocadora, pintura que daba dinero y pintura libre para expresar lo que el artista deseaba.

Si VEO cuadros de Julio Romero de Torres siempre recuerdo a Córdoba y cuanto le debemos aún.

Mi obra favorita es “Horas de angustia”, el símbolo de una pintura fresca, con trazos impresionistas y representativa de la reacción a la injusticia social.

Isabel Bernal Gotor, Concejala del Ayuntamiento de Córdoba del Grupo Municipal Socialista

Solamente apuntar que Córdoba se engalana para rendir el homenaje tan merecido al malogrado laureado ilustre cordobés, Don Julio Romero de Torres (Córdoba, 1874 – 1930).

Para el día 09 de noviembre, día festivo donde PTV Córdoba, en el programa Córdoba TeVé, dirigido por Amparo Muñoz nos ha entrevistado hace días para informar y animar a la participación en los actos previstos en este día tan importante para el mundo del Arte, donde Julio Romero de Torres, es socio fundador en 1910 de la Asociación Española de Pintores y Escultores, junto a su inseparable hermano Enrique. Muchas gracias. Abrazos.

 

 

AÑO ALCALÁ-GALIANO: En el 150 aniversario de su nacimiento

Por Begoña Alcalá-Galiano Ferrer

Nieta y especialista en su obra

Ilustraciones y colaboraciones con diarios, revistas y el teatro

 

A lo largo de la vida de Álvaro Alcalá-Galiano, aparte de su obra pictórica, resaltan su interés y dedicación a diversas manifestaciones artísticas y literarias.  Forma parte del mundo de las artes y de la cultura y en ese terreno, escribe artículos, generalmente relacionados con las artes y la pintura. A veces encontramos sus artículos firmados bajo el seudónimo Juan de Eguía, relacionado este apellido con sus antepasados.

En sus publicaciones suelen aparecer cuadros, dibujos u otras ilustraciones de las obras del pintor; son muchas y por tanto se han seleccionado algunas de ellas por su interés o curiosidad.

Álvaro Alcalá-Galiano y Vildósola escribe artículos e ilustra páginas en el Diario ABC, La revista Moderna, revista Blanco y Negro, La Esfera, Raza Española, Hermes, la revista del Círculo de Bellas Artes,  así como en la Revista Idearium del Ateneo de Bilbao, sociedad en cuya fundación participa muy activamente, formando parte del grupo de fundadores y es el primer presidente  de dicha sociedad en 1915.

Entre sus obras y actividades culturales se pueden contemplar algunas ilustraciones tales como las que aquí se reseñan.

Estos primeros dibujos, obra de Alcalá-Galiano, ilustran el cuento que lleva por título el Borriquito de Mingorría, obra del escritor abulense José Zahonero que se publica en la revista Blanco y Negro el 27 de agosto de 1927.

 

 

También Ilustra Alcalá-Galiano artículos de prensa con sus dibujos y pinturas. Así, se encuentran fotografías de sus oleos en varios de los volúmenes de las revistas mencionadas, como son la Isla de Izaro vista desde Pedernales y La fiesta del mar, en la revista Hermes 1917

          La Isla de Izaro vista desde Pedernales 43×32

El Rigodón Revista Blanco y Negro  nº 198 16 febrero 1895

El Retiro Revista IEA abril 1899

En el tocador o El último detalle Revista IEA 1905

 

Unas veces sus publicaciones son para el gran público, pero otras lo son para sociedades privadas. Como estas dos muestras que aquí se presentan.

En esta primera imagen mostramos la obra del pintor que sirvió de ilustración al calendario de la Sociedad “Unión de Explosivos de Riotinto”. Esta obra lleva por título: Galanteando o La Conversación.

El óleo original  que sirvió para la elaboración de los calendarios fue presentado en la Exposición de Rio de Janeiro (Brasil) en 1913

 

En esta otra imagen se contempla la obra realizada por Altos Hornos de Vizcaya. Esta obra está publicada en la revista Centenario de la Sociedad Bilbaína en julio -agosto de 1900.

Viejos marineros holandeses y Lavanderas en Bretaña    

                         

Barcas del heno en Holanda.  Isla de Marken

Jimena la Calumniada 1918

Finalmente, recordar que a comienzos del S.XX era habitual encontrar obras de pintores afamados acompañando los estrenos de obras de teatro. Así los hermanos Álvarez Quintero hicieron el encargo al pintor Álvaro Alcalá-Galiano, de pintar el retrato de Jimena la Calumniada, para que fuese el cartel anunciador de la obra escrita por los famosos dramaturgos españoles y titulada “La Calumniada”.

Alcalá-Galiano pinta este cuadro en 1918 para el estreno en Madrid de la mencionada obra que es interpretada por la actriz María Guerrero en el teatro madrileño que hoy lleva su nombre.

Según afirma Joaquín González Moreno en su artículo “En torno a la Calumniada” en el diario ABC de 16 septiembre 1955, la escena del cuadro se sitúa en el convento de San Clemente de Sevilla. Sin embargo, posteriormente Santiago Montoto, lo ubica en el convento de Santa Clara.

En la obra de teatro se cita a Jimena que fue calumniada y se dice que Jimena era una alegoría de España. Se cita también al autor, así como el sitio donde está pintado el cuadro.

Una mención de esta obra se puede encontrar en la Hemeroteca, que fue publicada el 28 de octubre de 1932 en la revista Nuevo Mundo de Madrid donde se ve una foto del cuadro junto a otras 4 obras más de diferentes pintores de la época: Pasionera por José Garnelo, Carmen del Patio por Alfonso Grosso, Malvaloca por Moreno Carbonero, Rosa y Rosita por Pedro Antonio. Todos amigos y compañeros de Alcalá Galiano.

En otra publicación de la revista Blanco y Negro del periódico ABC de fecha de 22/09/1929 se puede ver otra foto de este cuadro.

También estuvo expuesto en la Exposición Iberoamericana de Sevilla en 1929 en el casino de la exposición, junto a otros cuadros de otros pintores relacionados con los Hermanos Quintero y también se expuso en Madrid y Barcelona.

 

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