Justo Revilla: Mujer dormida

Desde hace bastante tiempo se encuentra colgada en las paredes del largo pasillo de la Asociación Española de Pintores y Escultores una obra que destaca sobre las otras debido a la sensibilidad y tranquilidad que transmite a cualquiera que lo observe.

Justo Revilla

Se trata del cuadro titulado Mujer Dormida, del  artista Justo Revilla. Este artista madrileño se caracteriza por observar y penetrar en los temas, y esta obra no es una excepción. Podría decirse que éste tema, la vida humana, es uno de los temas que con mayor frecuencia aborda en sus pinturas.   La empatía con la que pinta a las personas retratadas es también, una de sus principales señas de identidad. Es importante mencionar que para él, las experiencias de la vida son las que hacen a las personas sabias, de ahí que retrate a gente adulta, siempre con una belleza y unas proporciones exquisitas.

Todas sus características, como no, se reflejan también en la obra colgada en las pareces de la AEPE. En  un primer y único plano se encuentra la señora dormida en una sillón a la cual se le ha caído el libro mientras estaba durmiendo, de ahí que tenga una mano colgando y el libro en el suelo.  Justo Revilla, para darle mayor protagonismo a la figura, además de ponerla en el primer plano, ha decidido pintar el fondo de negro, de forma que no haya nada más además de la figura, el sillón en el que está sentada la figura principal y el libro que caído.  Toda la obra está trabajada con una pincelada bastante suelta, y no se ha parado en trabajar ningún tipo de detalle de la obra, dando así importancia a la acción y no a la persona retratada. A pesar de eso, el dibujo que ha hecho el autor de este óleo sobre lienzo de gran tamaño (130 x 97,1 cm) es excelente, ya que con “cuatro pinceladas sueltas”, y sin ningún detalle,  ha logrado que se vea lo que está representando.

En cuanto a la manera en la que el artista ha utilizado la paleta de colores tierras, blanco y negro, podría recordar a un estilo de pintura barroca, que concretamente pertenece a su fase inicial (comienzos del siglo XVII), conocido como tenebrismo. Los principales exponentes de este estilo fueron Caravaggio y José de Rivera, y la característica principal de este estilo de pintura es el contraste violento entre las luces y las sombras a través de una forzada iluminación.

Es curioso ver como una imagen tan simple como esta pueda contener tanto significado, y solo basta con detenerse a mirar detalladamente e interpretar los detalles.

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