María Nueve Iglesias Serna

Por Mª Dolores Barreda Pérez

 

LAS PRIMERAS ARTISTAS DE LA

ASOCIACION ESPAÑOLA DE PINTORES Y ESCULTORES

Desde su fundación en 1910, y después de haber tratado en anteriores números a las Socias Fundadoras de la entidad, y las participantes en el primer Salón de Otoño, vamos a ir recuperando de la memoria colectiva, el nombre de las primeras socias que vinieron a formar parte de la Asociación de Pintores y Escultores.

 

María Nueve Iglesias Serna

NUEVE IGLESIAS DE LA SERNA, María            P            1921           ALBACETE              MADRID

 

 

María Nueve Iglesias de la Serna nació en 1886 en la ciudad de Albacete, y no en Castellón como reflejan distintos medios, pues así figura inscrita en los registros de nuestra entidad y así consta además en las inscripciones formalizadas para las distintas actividades en las que participó.

Hija única de Luisa Serna Sebastián y del Teniente coronel Luis Nueve-Iglesias López, del que quedó huérfana con apenas dieciséis años.

Con facilidad para los idiomas, completó su formación artística en la academia que el pintor costumbrista Vicente Castell Doménech tenía en la calle San Vicente y posteriormente en la de Cervantes de Castellón.

En 1918 realizó un lienzo para el camarín de la Virgen de la Archicofradía de Nuestra Señora de la Antigua de Guadalajara, donde pasó una larga temporada que recogía la prensa del momento, que apreciaba sobremanera sus dibujos y “trabajos pictóricos”.

En 1918 presentó el dibujo “Mirando a lo lejos”, a la revista Blanco y Negro que fue portada del 1 de septiembre.

Trabajó en la Escuela de Bellas Artes de Sevilla, teniendo por maestro al pintor Gonzalo Bilbao, con quien aprendió los principios del dibujo y el colorido con estudios del natural: paisajes y algunos retratos.

Autorretrato de Vicente Castells, en cuyo taller se formó la artista en sus primeros años

 

Con residencia fija en Madrid, aunque con continuas visitas a Castellón, Guadalajara y Sevilla, en los años veinte se dedicó a realizar copias del Museo del Prado, pues como tal figura en el libro de copistas, que le valían un sustento gracias a las obras de Velázquez, Goya, Rubens, Tiziano, Veronés, Ribera, Murillo o El Greco. Ello de proporcionó un gran dominio de la técnica y un aprendizaje de gran envergadura.

En 1921 se inscribió en la Asociación de Pintores y Escultores, participando en distintas ediciones del Salón de Otoño.

En 1925 participó en la Exposición de arte español en México que patrocinó la Asociación de Pintores y Escultores, de cuya organización de encargó Miguel Sierra Escudero, junto a grandes artistas como Alcalá Galiano, Aguirre, Argelés, Astruc, José Benlliure, Juan Antonio Benlliure, Bueno, Cortés, Cerdá, Fernández Balbuena, Francés, Camio, Balcera, Casimiro García, Gutierrez Solana, García Sánchez, García Arévalo, Hermoso, Lecaroz, Llorens, Leguso, Meifrén, Moisés, Pulido, Pantorba, Pedro Antonio, Puget, Rodriguez Jaldón, Raurich, Ribera, Rico Cejudo, Serra Farnés, Santamaría, Sobrino, Tassara y Verdugo Landi.

En marzo de 1926 el Heraldo de Castellón reproducía traducido un artículo que el crítico de arte Tancrede Viala, publicaba en la Revue du Vrai e Lu Beau de París, acerca de la artista en el que se leía: “El hermosísimo estudio que María Nueve-Iglesias ha expuesto en el Salón de Otoño de Madrid, denota gran sensibilidad y armonía y exquisito conocimiento del dibujo. Esta artista, cuyo nombre pongo de relieve por primera vez, es española y trabajó sola mucho tiempo… El de la actriz María Guerrero, es una de sus obras pictóricas más importantes. Expresión, movimiento, atractivo, justeza del colorido, flexibilidad del dibujo se unen en esta obra, sobria, agradable en todos sus aspectos. Marinas, retratos, estudios al óleo y a la acuarela, forman lo más selecto de la producción de esta artista que denota gran predilección por la acuarela, sutil en sus tonalidades y atrayente en su factura. En el Salón de Otoño de Madrid nos ofrece “Pensativa” (óleo); “Marina” e “Iglesia de Castellón” (acuarelas), y en ellas nos muestra que el gusto refinado de María Nueve-Iglesias está firmemente asentado en una técnica habilísima. Mucho celebramos tan autorizado juicio, aunque no nos haya podido sorprender, convencidos hace tiempo de los talentos pictóricos de María Nueve-Iglesias, muy conocida y admirada en Castellón”.

Pinturas del retablo de la Virgen de la Archicofradía de Nuestra Señora de la Antigua de Guadalajara

 

En 1931 debió de sufrir alguna enfermedad grave encontrándose en Castellón, de la que informó la prensa de la época y de la que se recuperó totalmente.

A principios de enero de 1932, tras una prolongada estancia en Castellón, invitada por los señores de Efrén Viló, María y su madre regresaban a su domicilio de la Calle Pelayo, 6 de Madrid.

En mayo de 1935 participó en el Salón, denominado simplemente Exposición de Bellas Artes, que tuvo las mismas prerrogativas que un Salón de Otoño, pero sin seguir la numeración de los mismos.

Tomó parte también en el XV Salón de Otoño de 1935, celebrado en el Palacio de Exposiciones del Retiro, contó con un jurado de excepción compuesto por los José Moreno Carbonero, Presidente, y Mariano Benlliure, Francisco Llorens, Fructuoso Orduna, y Enrique Estévez Ortega.

En 1937 estuvo también presente en la exposición que pudo verse en la Casa Guastarola de Ciudad de México con obras que viajaron desde Valencia.

«Mirando a lo lejos», portada del Blanco y Negro del 1 de septiembre de 1918

 

Hacia 1940 se encontraba definitivamente instalada en Castellón donde era reconocida y admirada por sus trabajos. Allí estableció una academia de pintura en la que se formaron muchos artistas castellonenses y en la que, además, impartía clases de idiomas.

En 1944 sería la primera mujer que expuso en Castellón, en las salas del Círculo Antiguo y Cultural pero, a pesar de su fama y del reconocimiento que gozó en su ciudad natal, prácticamente no volvió a exponer.

Fundamentalmente se dedicó a su trabajo en el que destacaban bodegones, paisajes, retratos y obras religiosas de gran formato que conseguía vender a muy buenos precios.

Prueba de su buen hacer y de la estima que consiguió en 1958 se celebró una Exposición de Artistas Noveles, en los salones de la Caja de Ahorros, como homenaje a su profesora María Nueve-Iglesias.

María falleció en Castellón en 1968.

En 1981 sus obras estuvieron presentes en una exposición colectiva de artistas castellonenses fallecidos, celebrada en la Galería de Arte El Campanar, situada en la calle Colón, 4 de Castellón, a cargo de Cirilo Nebot Llompart.

En 2019 fue incluida en la exposición colectiva  que bajo el título de Dibujantas, pioneras de la Ilustración  tuvo lugar en el Museo ABC.

Galería de Arte El Campanar, 1981

 

María Nueve Iglesias y la AEPE

Participó en el VI Salón de Otoño de 1925 con las obras:

236.- Pensativa, óleo, 92 x 81

237.- Marina, acuarela, 57 x 42

238.- Iglesia de Castellón, acuarela, 54 x 37

En el VII Salón de Otoño de 1927

363.-Tierras de Castilla óleo, 0,92 x 0,82

En el XII Salón de Otoño de 1932

240.- Noche de lluvia, óleo, 0,58 x 0,45

284.- Procesión en el pueblo, óleo, 0,79 x 0,65

Al XIII Salón de Otoño de 1933

194.- Paisaje de Castellón de la Plana, óleo

238.- El abuelo, óleo

360.- Chiquillos, acuarela

Al XIV Salón de Otoño de 1935

210.- Una calle antigua de Castellón, óleo, 0,81 x 0,63

En el XV Salón de Otoño de 1935

326.- Marina, óleo, 0,80 x 0,60

343.- Paisaje, acuarela, 0,69 x 0,50

 

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