Recordando… Ignacio Pinazo Martínez

Obras, artistas, socios, pequeñas historias…

Por Mª Dolores Barreda Pérez

 

Ignacio Pinazo Martínez

Como hemos visto en la biografía de las primeras artistas de la AEPE, dedicada a Marisa Pinazo, además de ella, su padre, José Pinazo Martínez, su abuelo, Ignacio Martínez Camarlench y su tío Ignacio Pinazo Martínez, fueron socios de la Asociación de Pintores y Escultores.

     Con este motivo, recuperamos también aquí su memoria, que de otra forma ya no podríamos recordar…

 

 

Vocal de la AEPE en 1949

Socio de Mérito de la AEPE

 

PINAZO MARTINEZ, Ignacio   E   1916   30.abr.1883   VALENCIA    MADRID   13.oct.1970

 

Nació el 30 de abril de 1883 en Valencia, y desde niño estuvo rodeado de un soberbio ambiente artístico, ya que su padre, Ignacio Pinazo Camarlench, ejerció como maestro de los dos hijos del matrimonio con Teresa Martínez Monfort, enseñándoles dibujo y modelando figuras en su taller.

A la temprana edad de nueve años ingresó en la Academia de Bellas Artes de San Carlos de Valencia, donde inició su vocación escultórica, realizando dibujos de obras maestras de Hans Holbein.

Distintos retratos de Ignacio Pinazo Martínez pintados por su padre, Ignacio Pinazo Camarlench

En una fotografía viendo pintar a su padre al aire libre

 

Su padre lo envía a Madrid, donde trabajó en el taller de Mariano Benlliure, socio de la AEPE. A los veinte años, la Diputación de Valencia le concedió una beca de pensionado por cuatro años en Roma, donde tuvo como compañeros a Sorolla y Navarro, entre otros.

En 1907, visitó París y conoció a Rodin, recibiendo las lecciones del maestro de la escultura, estudiando los museos franceses y observando las tendencias de la época.

Allí recibió el encargo del director del Museo Nacional de Reproducciones Artísticas, don José Ramón Mélida, también socio de la AEPE, de realizar una copia de la Dama de Elche, que se encontraba expuesta bajo una campana de cristal en la sala ibérica del Louvre.

Encargo que Pinazo realizó, pues se le permitió el acceso a la obra durante tres sesiones de trabajo, para sacar un modelado en barro por puntos, sistema que permite la exactitud de todas las medidas del original.

Del modelo en barro se hizo un vaciado para conseguir un molde, lo que permitió sacar un cierto número de copias en escayola reforzada, retocadas y policromadas por el propio autor, considerándose todas ellas piezas originales por el carácter artesanal de la manufactura.

Se desconoce cuántas Damas de Elche realizó, aunque sabemos que en el Museo de Albacete se encuentra la numerada con el 60, con el fin de suministrar a entidades públicas y privadas las réplicas, para su difusión cultural y el conocimiento de tan importante obra de arte, y sabemos que Pinazo firmó y numeró cada una de ellas.

Pinazo fue muy cuidadoso a la hora de atender las peticiones de copias de la Dama de Elche, solo las hacía para instituciones culturales o personalidades de reconocida valía, pero copias de escayola se enviaron a los museos e instituciones más importantes de Europa y América, que todavía la exponen.

Sobre una de estas copias hay una curiosa anécdota, en su visita a Madrid de octubre de 1940 el jefe de las S.S., Heinrich Himmler, demuestra un especial interés por contemplar la réplica expuesta en el Museo del Prado, quedando testimonio gráfico del entusiasmo del siniestro personaje ante la misma.

Heinrich Himmler viendo la Dama de Eche de Pinazo en Madrid

En la Exposición Nacional de 1899 de Madrid, obtuvo una Mención de Honor, por la escultura Mi primera obra. Nueve años más tarde, en 1908, lograría una Segunda Medalla en la Exposición Internacional Hispano-Francesa de Zaragoza, por su obra Santuzza.

Mater Natura, Colección Carmen Tthyssen

El saque

Monumento a Ignacio Pinazo Camarlench

 

En 1915, presentó a la Exposición Nacional de Bellas Artes su obra denominada Saque, por la que logró la Segunda Medalla, en la cual muestra a un jugador de pelota valenciana, vestido a la usanza clásica.

En la Exposición Nacional de 1917, envió su obra Ofrenda, donde la forma se hace realidad, y la belleza existe siempre en el desnudo, situando al arte griego en la cúspide de todo. Sus desnudos son luminosos y apasionados.

En 1918, en el Salón de París recibió un gran galardón, la Medalla de la Legión de Honor, por su busto titulado El alcalde de Benifarach, estudio de raza con gran realismo en su rostro. Ese mismo año realizó el Monumento al Marqués de Borja (El Escorial) y al año siguiente, Estudio.

Dos fotografías de su obra Pagania, de 1920, basada en la Dama de Elche

 

En la década de 1920 realizó el grueso principal de su producción: Grupo de “Valencia” (1920), Busto del pintor valenciano Ignacio Pinazo Camarlench (1921), Busto de Magdalenita (1924), La Vida, La Oratoria, La Ofrenda a los dioses familiares, La Confarreatur, El Liberto. Realizó los bajorrelieves en el Salón de Actos del Colegio Notarial de Albacete y el boceto de la estatua colosal que se encuentra en el hall, del mismo edificio, Estatua colosal de la Fe, que remata la fachada exterior del edificio (1925), Busto del ingeniero de montes, don Ricardo Codorníu (1926), Bustos de los hijos de los príncipes de Hohenlohe (1927), Monumento a don Roque Martínez Pérez, en Jumilla (Murcia), jardín del rey don Pedro (1927). Las obras de Jesús Prendido, María Magdalena, Dolorosa, Virgen del Carmen, Virgen de la Asunción Yacente, Jesús Nazareno, para la Semana Santa de Jumilla las elaboró entre 1929 y 1952.

Guillot Carratalá señala que Ignacio Pinazo es el mejor escultor retratista que ha tenido España, durante la primera mitad del siglo xx.

Pinazo hace una síntesis entre el relato escultórico de la antigüedad clásica y los bustos étnicos de la región valenciana, de gran expresión y extraordinario realismo, ejemplo de ello es el busto que esculpió en mármol del nuncio en España, Cardenal Cicognan, o los de Padre Fullana, María Pinazo, Tío Quico, y el maravilloso retrato de su hija, titulado Obsesión, de cabellos barrocos, que caen sobre la frente femenina, busto en el que se juntan dos concepciones estéticas: belleza y sentimiento.

Ignacio Pinazo Martínez modelando la copia de la Dama de Elche

Trabajando en un busto

 

Tras muchos años de trabajo, concurrió a la Exposición Nacional de 1948, en la que obtuvo la Primera Medalla por su obra: Enigma, donde se aprecia claramente la influencia de la Venus Borghese de Canova; en la de Pinazo se muestra a una bellísima joven desnuda, reclinada, volviendo su cabeza dulce y encantadora, de insuperable belleza, que Gaya Nuño califica de “guapa ninfa”.

Terminada la Guerra Civil se dedicó a la imaginería religiosa, sin alejarse de lo profano.

En 1945, ingresó en la Orden de Alfonso X el Sabio, en 1967 fue nombrado miembro numerario de la Real Academia de San Carlos de Valencia, y fue también profesor de la Escuela Normal de Albacete y de la Escuela de Artes y Oficios de Madrid.

Ignacio Pinazo Martínez fue un escultor entusiasta de la estatuaria clásica griega, sobre todo de Fidias, del desnudo femenino y de Donatello en el Renacimiento italiano.

Falleció en Godella, Valencia, el 10 de octubre de 1970.

Ofrenda

Enigma

Mujer

 

Ignacio Pinazo Martínez y la AEPE

En Madrid, vivía en la calle Luis Díaz Cobeña, 18, en Lope de Vega, 55 y en Antonio García Quejido, 18.

Fue Vocal de la Asociación de Pintores y Escultores de 1949 a 1957.

Realizó la placa homenaje a Eduardo Rosales en 1949.

Socio de Mérito en el Salón de Otoño de 1935.

Participó en los siguientes Salones:

II Salón de Otoño de 1921:

296.- Retrato de Aureliano de Beruete y Moret, busto en bronce

297.- Pagania, bronce

298.- Amparito, bronce

En el V Salón de Otoño de 1924 presentó las obras:

447.- Magdalenita, bronce plateado

448.- Cabeza de querubín, bronce

Al VII Salón de Otoño de 1927:

503.- Retrato de Antonio Gotor, bronce

Al XIV Salón de Otoño de 1934:

9.- Retrato del pintor Pinazo Camarlench

Al XV Salón de Otoño de 1935:

368.- Valenciana, escayola

Al XVII Salón de Otoño de 1943:

12.- Generalísimo Franco, escayola

162.- Retrato de Muñoz Seca

Al XXIII Salón de Otoño de 1949:

22.- Retrato del Reverendo Padre Fullana, tierra cocida

Al XXVI Salón de Otoño de 1954:

167.- Consumatum Est, barro cocido

 

Distintas obras presentadas a los Salones de Otoño

 

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