Rosa Pombo Ruiz

Por Mª Dolores Barreda Pérez

 

LAS PRIMERAS ARTISTAS DE LA

ASOCIACION ESPAÑOLA DE PINTORES Y ESCULTORES

Desde su fundación en 1910, y después de haber tratado en anteriores números a las Socias Fundadoras de la entidad, y las participantes en el primer Salón de Otoño, vamos a ir recuperando de la memoria colectiva, el nombre de las primeras socias que vinieron a formar parte de la Asociación de Pintores y Escultores.

 

Rosa Pombo Ruiz

POMBO, Rosa                P       1923                       MADRID

 

 

Rosa Pombo y Ruiz nació en Madrid en 1897.

Hija de Soledad Ruiz y Pérez, que también firmaba como Soledad Ruiz de Pombo, escritora y feminista, Vicepresidenta de la Asociación Nacional de Mujeres Españolas, ANME, una entidad sufragista fundada en 1918 por Consuelo González Ramos y María Espinosa de los Monteros con la intención de promover los derechos de las mujeres y específicamente el derecho al voto, y que en 1932 estaba presidida por la también socia de la AEPE, Julia Peguero Sanz.

Soledad Ruiz y Pérez colaboraba asiduamente en la prensa católica de Toledo y en la de Madrid, en el diario El Debate. Publicó además una novela “El mi Juan. Novela montañesa”, y varias piezas dramáticas breves recogidas en “El teatro en casa. Colección de comedias y cuadros dramáticos”, así como un libro de devoción “La práctica de las virtudes ofrecida por las almas del Purgatorio”.

En cuanto al padre, nada hemos podido averiguar.

 

Rosa Pombo Ruiz tenía dos hermanos: Faustino Leopoldo y María Jesús, funcionaria de Hacienda.

En Madrid, Rosa se acreditó como copista en el Museo del Prado.

Discípula del gran grabador, maestro de varias generaciones y socio de la AEPE, Manuel Castro Gil.

De formación académica clásica, realizó notables copias de los grandes maestros, si bien prefería la pintura del natural: paisajes, naturalezas muertas, algunos retratos…

Al igual que su madre, involucrada en temas feministas, Rosa se declaraba antoniana (de los Padres Franciscanos) y presidía la Sección de Propaganda de las Juventudes de la Acción Católica de la Mujer en Madrid.

En 1922 figuraba como miembro de la Sociedad Peñalara, con el número 2.053, al igual que su madre y hermanos, con números 2.052, 2.050 y 2.051.

Contrajo matrimonio con el estudiante de Medicina y estudioso Santiago Fernández y Contreras, investigador y divulgador de la historia de Mora, Toledo, que finalmente se decantaría por la literatura y el periodismo.

Santiago Fernández y Contreras en 1924

 

El matrimonio se estableció en Mora, donde poseían una casa solariega y una saneada hacienda entre olivos y viñedos.

Fotografía del patio de la casa de Rosa Pombo y Santiago Fernández Contreras aparecida en la revista Toledo de 1928

 

Rosa ilustraría algunos de los trabajos periodísticos de su marido con primorosas «plumillas», así como algunos reportajes para la revista Toledo entre 1928 y 1929.

Junto a él fundó “El Castellano” en Mora, que dirigía Santiago, colaborando ella además de con sus dibujos, con artículos que firmaba con el pseudónimo de “Marcela”, en una sección fija titulada “Entre nosotras”, que adoptaba la forma de una carta escrita por una mujer de Mora, ama de casa, que enviaba a una amiga sin nombre, joven y rica, con residencia en Madrid.

Rejas toledanas. Plumilla realizada para la revista Toledo que ilustraba  distintos trabajos periodísticos

 

Marcela es dueña de una prosa más que estimable, aunque su horizonte principal no sea literario, sino moral y religioso, con un fondo de feminismo católico muy conservador. A través del contenido de sus cartas-artículo, vislumbramos su pensamiento, sostenido en cuatro pilares fundamentales: el sentido religioso de la vida, la defensa de la moral católica, la importancia del papel de la mujer y la conservación de las tradiciones.

Aceros toledanos. Plumilla realizada para la revista Toledo que ilustraba  distintos trabajos periodísticos

 

En 1929 restauró la imagen de la Virgen de la Soledad de Mora, una talla de antiguos méritos que se venera en la localidad manchega.

Vivió en Mora la mayor parte de su vida, y ejerciendo en la localidad en distintos centros educativos y luego en su propia casa, como profesora tanto de idiomas como de dibujo y pintura, encontrando la satisfacción de que algunos de sus alumnos llegaran a ser grandes artistas, como Manuel de Gracia Gómez-Pintado.

Hasta su muerte en 1986, próxima a los 90 años, siguió dibujando y pintando.

La mayor parte de su producción se encuentra en su propia casa de Mora, así como en colecciones privadas y en algunas instituciones religiosas como la Residencia para ancianos de aquella localidad toledana.

El matrimonio solía veranear en Santander y tuvo dos hijos: Rafael y Alejandro.

El Cristo de Toledo. Plumilla realizada para la revista Toledo que ilustraba  distintos trabajos periodísticos

 

Rafael fue un reconocido poeta, que aunque nacido en Madrid en 1927,  era vecino de la villa de Mora, donde transcurrió su infancia y juventud. Rafael era maestro,  periodista y estudioso, al igual que su padre, de la historia de Mora, lo que le acreditó como “Moracho Ejemplar”, según constata una placa que el Ayuntamiento de Mora colocó en la casa donde vivieron, dedicada a él, su padre y a su hermano Alejandro, “porque gracias a ellos Mora les debía el conocimiento de su historia”. Estuvo también ligado, siendo incluso declarado Hijo Adoptivo de La Puebla de Montalbán, a esa otra localidad toledana, donde vivió los últimos años de su vida.

 

El hombre de campo. Plumilla realizada para la revista Toledo que ilustraba  distintos trabajos periodísticos

 

Y Alejandro, Y Alejandro, maestro y periodista nacido en 1930 en Mora, número uno de su promoción en la Escuela de Periodismo de la Iglesia de Madrid y doctor en Ciencias de la Educación. Director del diario «Ya», profesor de la Escuela de Periodismo de la Iglesia y director de las revistas «Signo», «Vida Rural» y «Nuestra Ciudad». Académico de número de la Academia Hispánica de Filatelia y académico correspondiente de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo. Recibió varios premios literarios y periodísticos, entre ellos, el Rodríguez Santamaría de la APM, el Mesonero Romanos del Ayuntamiento de Madrid, el Premio Bravo de la Conferencia Episcopal Española y el Premio Doncel de biografías por su libro «Maestro Azorín». Autor de una veintena de obras de ensayo, biografía y narración. Durante su presidencia, se instauró el premio periodístico Larra, que anualmente se concedía al periodista menor de treinta años que más se haya distinguido. Simultaneó su cargo de presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid con la presidencia de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), entre 2000 y 2004.

La fiesta del pueblo. Plumilla realizada para la revista Toledo que ilustraba  distintos trabajos periodísticos

Rosa Pombo Ruiz y la AEPE

Presentó obras al III Salón de Otoño de 1922, donde aparecía inscrita como Rosa Pombo Ruiz, natural de Madrid; viven en Lope de Vega, 39 y 41.

236.- Meditación, óleo, 0,51 x 0,65

236.- Un panó con ocho apuntes, óleo, 0,63 x 0,82

Al IV Salón de Otoño de 1923 presentó

254.- Tablero con apuntes. Estudio de paisajes de montaña, óleo, 0,89 x 1

Al V Salón de Otoño de 1924 presentó las obras

277.- Retrato, óleo, 0,95 x 0,67

278.-Alrededores de la Isla (Retiro), tableros con apuntes, 0,52 x 0,65

La torre del pueblo. Plumilla realizada para la revista Toledo que ilustraba  distintos trabajos periodísticos

 

http://www.mora.es/info/cultura/rosa_pombo

https://memoriademora.files.wordpress.com/2014/08/rosa-pombo.pdf

 

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