Estudio iconográfico del esqueleto en el siglo XVII

Por María Priego Sánchez

El arte barroco es un movimiento que se desarrolla en Europa en el siglo XVII y primera mitad del siglo XVIII y que se enmarca en dos procesos históricos necesarios para entenderlo: la Contrarreforma y el desarrollo de las monarquías absolutas.

La Contrarreforma supone la reacción de la Iglesia Católica a la ruptura que había supuesto en el siglo anterior la Reforma Protestante, que había provocado el fin de la unidad religiosa europea y un gran número de conflictos bélicos. La Iglesia católica pretende reafirmar las verdades puestas en duda por los protestantes, especialmente la primicia del pontífice romano e iniciar una reforma interna de las costumbres e instituciones que sin duda era necesaria. Para ello, se inicia una gran actividad en la diplomacia, la enseñanza, predicaciones, creación de nuevas órdenes religiosas y el arte será un vehículo de propaganda de todo este proceso. A la vez se desarrollan con mucha fuerza las monarquías absolutas en las naciones europeas, especialmente en Francia, que pasará a tener el papel hegemónico que había tenido España en el siglo anterior.

El gran centro artístico del barroco será Roma que origina su desarrollo esplendoroso de reformas urbanísticas y construcción de multitud de iglesias y conventos, aunque también en las capitales europeas tendrá mucho desarrollo el nuevo estilo ya que los gobernantes pretenden que las reformas y embellecimiento de la ciudad sea reflejo de su buen gobierno.

En líneas generales el arte barroco se caracteriza por un protagonismo de la arquitectura y el urbanismo, que engloban las demás artes. La estética barroca se caracteriza por un gran recargamiento decorativo, un gran dinamismo y un claro predominio de las sensaciones en contra de la razón y el orden renacentistas.

El siglo XVII para España supuso el final de su hegemonía política, económica y social. Tiene lugar una importante crisis demográfica y una precaria situación económica que situaron al país en una clara decadencia a la que ni monarcas ni validos fueron capaces de dar solución. El siglo está ocupado por los reinados de Felipe III, Felipe IV y Carlos II. La situación de crisis exigía urgentes reformas económicas y fiscales, aunque ni el Duque de Lerma, valido de Felipe III, ni Felipe IV junto al Conde-duque de Olivares, supieron hacerle frente. En la política interna la situación se agravó con las rebeliones de Cataluña y Portugal; y en la política exterior, la Paz de Westfalia, daba por finalizada la Guerra de los Treinta Años, obligando a España a reconocer la independencia de Holanda y supuso el fin de la hegemonía española a favor de Francia. La muerte de Carlos II en 1700 sin descendencia, abocó a España a la Guerra de Sucesión. La Paz de Utrecht reconoció a Felipe V como rey de España y con él empieza la dinastía borbónica, que potenció y reformó el país. Sin embargo, en el ámbito religioso y en el campo de las artes ha sido considerado un siglo de gran esplendor conocido como “El Siglo de Oro” con importantes artistas relevantes de nuestro país.

En el arte barroco español encontramos el tema de la muerte en una serie de obras que esconden diversos mensajes muy claros, además de contar con un valor simbólico, se trata de la pintura emblemática denominada “Vanitas”. Un género que surgió en el siglo XVI y se extendió al siglo XVII por muchos países, en concreto en Francia, Italia, España y Países Bajos. Se denomina Vanitas por Vanitas vanitatum, omnia vanitas[1], un pasaje eclesiástico donde se nos explica que de nada sirven los apegos al mundo si no se salva el alma. Se caracteriza por la representación de la idea de la inutilidad de los bienes terrenales frente a la certeza de la muerte, representada con la presencia de una calavera o esqueleto, tienen una intencionalidad moral. Usan la representación de diferentes objetos como imágenes simbólicas de la brevedad de la vida y el paso del tiempo.

Entre los distintos objetos representados con sus respectivos significados simbólicos puede aparecer la máscara del teatro como hipocresía del mundo, joyas y monedas como riquezas que no sirven en el otro mundo, la baraja y las armas como placeres del juego y de la caza, el reloj como el paso del tiempo y la vela como la llama de la vida. Estos cuadros no eran de gran tamaño, es decir de gabinete, personales, no tanto para la oración, sino para la meditación personal entorno a esas realidades del «tempus fugit». Fugacidad de los placeres, como decía Quevedo, “el hombre al nacer está empezando a morir. Antes que sepa andar el pie se mueve camino a la muerte…”[2] Esto se plasmará con todo tipo de imágenes, pero sobre todo aquellas que son realmente simbólicas con un sentido fatalista del destino.

Nos centraremos en la representación de la muerte en la figura humana. Desde tiempos remotos, se le daba mucha importancia a la muerte y se han creado numerosas obras de arte dándole culto. Los egipcios pasaban gran parte de su vida preparándose para el momento, creían que la muerte era la liberación del alma. La forma de representar la muerte en los países católicos del siglo XVII dependía de la Contrarreforma y su nueva configuración religiosa. Se basaron en la tradición medieval, basándose en su iconografía de la Danza macabra o el Triunfo de la muerte. Los motivos de la calavera o el esqueleto se convirtieron en grandes referentes de la representación de la muerte, tanto que eran usados como atributos de ayuda para la oración. También recurrieron a representaciones de figuras yacentes que acaban de morir, sirviendo de claro ejemplo para mostrar la vanidad de la vida.

Como ejemplo destacamos el cuadro de la muerte de Felipe IV, donde se encuentra representado con exactitud cómo se expuso el cadáver del rey. Un cuadro desconocido hasta 2002 que fue adquirido por el Estado Español para la Real Academia de la Historia. No se sabe nada sobre el autor de esta obra, pero se piensa que podría tratarse de alguien próximo a Pedro de Villafranca y Malagón.[3]

 

Pedro de Villafranca (Atrib.) Felipe IV muerto y vestido con hábito de terciario franciscano. Real Academia de la Historia. [En línea] URL: http://victorfernandezcorreas.com/despues-de-mi-nada/

 

Las Exequias de la Reina María Luisa de Orleans, de Sebastián Muñóz representa su túmulo, su lecho mortuorio, una muestra de la arquitectura efímera. Las telas son representaciones de telas reales conservadas. Coloca a personajes de la corte con los símbolos propios de la realeza, la corona, el cetro y una inscripción en la cartela barroca coronada con la calavera significando el triunfo de la muerte, ni los grandes y poderosos pueden librarse de ella.

Las Exequias de la Reina María Luisa de Orleans, de Sebastián Muñóz. [En línea] URL: https://www.pinterest.es/pin/388857749051058605/

 

El esqueleto representa, el cuerpo en fase de descarnamiento, putrefacción, tema muy presente durante el barroco. Se convierte en un simbolismo intermedio entre esta vida y la siguiente, se trata de una metáfora de la muerte. Para el cristianismo el esqueleto representa el momento de la resurrección pues es el momento los muertos se levantan de la tumba para enfrentarse al Juicio Final. Añadiéndole al esqueleto el simbolismo de poner fin a la vida terrenal para la resurrección. Dentro de esta línea del esqueleto como protagonista en temas iconográficos con un mensaje moralista o con simbolismo destacamos diferentes ejemplos del arte barroco en España.

La capilla de la Concepción de la Catedral de Sevilla, es un edificio gótico del siglo XVI transformado a lo largo de los siglos. En 1653 fue reformada y junto a todas las pinturas en relación a la vida de la Virgen o la historia de Cristo, se sitúa una de las pinturas con más trasfondo simbólico, El árbol de la vida, pintado por Ignacio de Ríes en torno a 1650.  Las figuras principales se sitúan a los lados del árbol, mientras que, en la copa del árbol, hay un grupo de personajes celebrando un banquete, al tiempo que comen, ríen y tañen instrumentos musicales, en torno a la mesa de los pecados capitales. Los personajes situados a ambos lados del árbol son el esqueleto, que porta una guadaña, y a su lado un pequeño diablo que tira de una soga para que el árbol caiga. Al otro lado Jesús toca una campana, mirando a los inquilinos de la zona superior, para indicarles que ha llegado su hora. En ella vemos la vida con los placeres, la cual pende de un hilo que va a caer ya que la muerte con la guadaña le va a dar el último toque. Por otro lado, la divinidad, el destino, nos avisa de que todo esto es efímero, la vida pende de un hilo. A la izquierda MIRA QVE TE AS DE MORIR/MIRA QVE NO SABES QVANDO y a la derecha MIRA QVE TE MIRA DIOS/MIRA QVE TE ESTA MIRANDO.

 

El árbol de la vida (1650), de Ignacio de Ríes, en la capilla de la Concepción de la Catedral de Sevilla. [En línea] URL: https://www.pinterest.es/pin/453034043746925759/

 

La muerte y el caballero de Pedro de Camprobin, una obra realizada para la iglesia del Hospital de la Caridad de Sevilla, programa iconográfico ideado por Miguel de Maraña que gira entorno a los temas de la caridad cristiana y meditaciones de la muerte. En ella podemos observar un bodegón con libros y música, y un caballero recibiendo la visita inesperada de una dama misteriosa, se trata de la muerte. Creando un significado claro en la obra, la muerte puede llegar en cualquier instante y de nada servirán los objetos, que son símbolo de los placeres del mundo.[4]

 

La muerte y el caballero de Pedro de Camprobin [En línea] URL: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Camprobin-el_caballero_y_la_muerte.jpg

 

En la Capilla Dorada de la Catedral de Salamanca, nos encontramos con la figura de la muerte acompañada de la inscripción «Memento mori» en un nicho intercalado, toda una referencia de origen medieval en pleno siglo XVI.

 

Representación de la Muerte con inscripción “Memento mori” en la Capilla Dorada de la Catedral Nueva de Salamanca. [En línea] URL: http://felix.ares.fm/?attachment_id=6860

 

La Muerte de Gil de Ronza, actualmente se encuentra en el Museo de Escultura de Valladolid. Una obra procedente del convento de San Francisco de Zamora. Esta escultura fue encontrada por Palomino y la atribuyó a Gaspar Becerra debido a unos dibujos anatómicos publicados por Juan Valverde de Hamusco, en 1556 en Roma. Entre sus dibujos se encontraban representados esqueletos del cuerpo humano con un carácter científico. A lo largo del tiempo y gracias al estudio realizado por Ángel Rivera de las Heras dictaminó que su estilo iconográfico pertenecía al encargo realizado por don Diego Vázquez de Cepeda al escultor Gil de Ronza para la decoración de las capillas funerarias del convento de Zamora. [5]

 

La Muerte de Gil de Ronza, Museo de Escultura de Valladolid. [En línea] URL http://domuspucelae.blogspot.com.es/2015/10/theatrum-la-muerte-un-macabro-heraldo.html

 

La apoteosis de todo esto está en el Hospital de la Caridad de Sevilla, la fundación de Don Miguel de Maraña, donde crea uno de los grandes programas simbólicos de la España del Barroco. Toda la iconografia  pensada por Maraña fue recogida en su libro, «Libro de la Verdad» , de una forma muy teatral busca una función didáctica en las pinturas, mostrando la caridad cristiana. Dentro de esta colección nos fijaremos en dos pintores: Juan de Valdés Leal y Bartolomé Esteban Murillo.

El Hospital se conserva entero con sus salas e incluso un pequeño museo. Seis pinturas de Murillo sobre la misericordia, cuatro de las cuales fueron robadas, en 1810, durante la Guerra de la Independencia por el Mariscal francés Soult, que posteriormente exhibió orgullosamente en su casa de París. A su muerte, las pinturas fueron vendidas por sus herederos, encontrándose en diversos museos del mundo, la Galería Nacional británica de Londres, la Galería Nacional canadiense de Ottawa, la Galería Nacional estadounidense de Washington y el Hermitage de San Petersburgo. Estos lienzos fueron sustituidos en un principio por cuatro paisajes con escenas bíblicas de Miguel Luna, que rompían el discurso iconográfico pretendido por Maraña. Desde 2008, se han colocado reproducciones de los cuadros originales de Murillo que hacen conservar el sentido iconográfico del conjunto de la iglesia y los cuadros de Luna se han restituido a la sala de capítulos alta con otros cuatro paisajes de su mano fechados en 1674.

A los pies de la iglesia están los famosos jeroglíficos de la muerte de Juan de Valdés Leal. In Ictu Oculi (En un abrir y cerrar de ojos), sobre un fondo negro se colocan estas imágenes escalofriantes. Un esqueleto con un sarcófago, el escorzo de la guadaña, elementos perecederos y tapa de manera sarcástica y amenazante la vela para apagar la llama de la vida. En este tópico medieval resucitado en el barroco vemos como la muerte llega a todos por igual, la muerte como algo igualatorio.  Una vez más vemos los libros, en uno de ellos vemos un arco triunfal representado, posiblemente uno de los templetes del propio autor para una fiesta de carácter religioso. Es una obra clara en la composición y extremadamente exquisita en la ejecución con unos brillos en negro incalculables.

 

In Ictu Oculi de Juan de Valdés Leal. [En línea] URL: https://en.wikipedia.org/wiki/In_Ictu_Oculi_(Vald%C3%A9s_Leal)

 

El segundo jeroglífico importante es Finis Gloriae Mundi, donde podemos observar a un caballero  y un Obispo del cual únicamente sólo quedan los atuendos sobre un cuerpo putrefacto.  El jeroglífico en este caso es el Juicio Final, aparece una libra que pesa nuestros pecados. Esta se sustenta por una mano divina.

 

[En línea] URL: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Finis_gloriae_mundi_from_Juan_Valdez_Leal.png

 

En el siglo XVII el significado de la vida y la muerte es un tema que sigue preocupando y que van relacionados para el disfrute de la vida eterna. Este tema será representado en numerosas ocasiones en las pinturas de Vanitas, como hemos visto, cuadros que esconden un gran simbolismo. El esqueleto es la representación de la muerte con su intencionalidad moral de la vida efímera y el paso del tiempo.

 

 

BIBLIOGRAFIA:

DAVINIA GÓMEZ MARTÍN, Iconografía de la Muerte en el arte Moderno Occidental, [En línea] URL: https://riull.ull.es/xmlui/bitstream/handle/915/1381/Iconografia%20de%20la%20muerte%20en%20el%20arte%20moderno%20occidental.pdf?sequence=1 (Última Consulta: 08/04/18)

JOSE A. ORTIZ, Emblemas de muerte y vanidad: del cráneo barroco al cráneo contemporáneo, Universidad de Barcelona. [En línea] URL: http://www.emblematica.es/anejos_imago/anejos-2/31_Jose_A_Ortiz.pdf (Última Consulta: 08/04/18)

Meditación sobre la muerte en la pintura barroca, [En línea] URL: file:///C:/ Dialnet-MeditacionSobreLaMuerteEnLaPinturaBarroca-3999537.pdf (Última Consulta: 08/04/18)

PEDRO LAIN ENTRALGO, La vida del hombre en la poesía de Quevedo. [En línea] URL: file:///C:/ la-vida-del-hombre-en-la-poesia-de-quevedo.pdf (Última Consulta: 08/04/18)

EL REINADO DE CARLOS II, La muerte de Felipe IV, en: El reinado de Carlos II, blogspot. 20/09/09. [En línea] URL: http://reinadodecarlosii.blogspot.com.es/2009/09/la-muerte-de-felipe-iv.html (Última Consulta: 08/04/18)

ARS LONGA. REFLEXIONES EN TORNO AL ARTE, De lo efímero de la vida: La Muerte y el Caballero de Pedro de Camprobín, en: Ars Longa. 17/09/09 [En línea] URL: http://arslonga-victor.blogspot.com.es/2009/09/de-lo-efimero-de-la-vida-la-muerte-y-el.html (Última Consulta: 08/04/18)

RED DIGITAL DE COLECCCIONES DE MUSEOS EN ESPAÑA, Muerte, en: Ceres.mcu.es. [En línea] URL: http://ceres.mcu.es/pages/ResultSearch?Museo=MNEV&txtSimpleSearch=Ronza,%20Gil%20de&simpleSearch=0&hipertextSearch=1&search=simple&MuseumsSearch=MNEV|&MuseumsRolSearch=15&listaMuseos=%5bMuseo%20Nacional%20de%20Escultura (Última Consulta: 08/04/18)

[1] Vanidad de vanidades, todo es vanidad

[2]Pedro Lain Entralgo, La vida del hombre en la poesía de Quevedo. [En línea] URL: file:///C:/ la-vida-del-hombre-en-la-poesia-de-quevedo.pdf (Última Consulta: 08/04/18)

[3] EL REINADO DE CARLOS II, La muerte de Felipe IV, en: El reinado de Carlos II, blogspot. 20/09/09. [En línea] URL: http://reinadodecarlosii.blogspot.com.es/2009/09/la-muerte-de-felipe-iv.html (Última Consulta: 08/04/18)

[4] ARS LONGA. REFLEXIONES EN TORNO AL ARTE, De lo efímero de la vida: La Muerte y el Caballero de Pedro de Camprobín, en: Ars Longa. 17/09/09 [En línea] URL: http://arslonga-victor.blogspot.com.es/2009/09/de-lo-efimero-de-la-vida-la-muerte-y-el.html (Última Consulta: 08/04/18)

[5]RED DIGITAL DE COLECCCIONES DE MUSEOS EN ESPAÑA, Muerte, en: Ceres.mcu.es. [En línea] URL: http://ceres.mcu.es/pages/ResultSearch?Museo=MNEV&txtSimpleSearch=Ronza,%20Gil%20de&simpleSearch=0&hipertextSearch=1&search=simple&MuseumsSearch=MNEV|&MuseumsRolSearch=15&listaMuseos=%5bMuseo%20Nacional%20de%20Escultura (Última Consulta: 08/04/18)

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