Donación de un busto de Margarita Sans Jordi

Representa al General Domingo Batet Mestres

Gracias a la generosidad de su nieto,  Julio Batet Rodríguez -Roda

 

El pasado mes de diciembre, Julio Batet Rodríguez-Roda contactó con nuestra entidad haciéndonos llegar su inquietud por el futuro de tres esculturas que poseía en su domicilio, y que buscaba de alguna manera poder preservar.

Nadie mejor que la Asociación Española de Pintores y Escultores para custodiar un legado de grandes artistas, miembros a su vez de la entidad, como son Margarita Sans Jordi y Victorio Macho.

Junto a la donación de las obras, que ya se encuentran convenientemente inventariadas en el patrimonio de la institución, nos hizo llegar un texto que no nos resistimos a publicar de forma íntegra, agradeciendo una vez más y desde estas líneas, su gesto altruista y confianza en la AEPE.

 

Donación a la Asociación Española de Pintores y Escultores

 

El general Domingo Batet Mestres fue hijo de Domingo Batet Rosich y Ventura Mestres Sugrañes. Nació el 30 de agosto de 1872 en Tarragona.

El general Batet se casó con Elvira Martínez de Larrea con la que tuvo dos hijos: Domingo y Elvira Batet Martínez.

Domingo Batet Martínez casó en primeras nupcias con Antonia López López con la que tuvo dos hijos: Domingo y Elvira Batet López. Elvira falleció a los pocos meses de nacer.

Casó más tarde con Carmen Rodríguez-Roda Compaired y fruto del matrimonio fueron sus cuatro hijos: Carmen, Reyes, Julio y Juan Ramón Batet Rodríguez-Roda.

La donación que hago a la Asociación Española de Pintores y Escultores colma mis deseos de que se perpetúen dos bustos que están repletos de recuerdos positivos para mí. Dos bustos: General Domingo Batet Mestres, realizado por Margarita Sans Jordi, y Benito Pérez Galdós, nominado por Victorio Macho.

Dono ambos sin apoyo de documentación alguna.

El busto del general Batet siempre se ha atribuido a Margarita Sans Jordi.

Nací en Torrelavega en el año 1949. Mis padres fueron Carmen Rodríguez-Roda Compaired y Domingo Batet Martínez. Desde que vi la luz en esa ciudad de La Montaña, esos bustos fueron compañeros y alimento de mi imaginación. En la biblioteca familiar han estado siempre las obras completas de Galdós y, ya en la adolescencia, era muy corriente que curioseara, de vez en cuando, en toda la documentación que mi padre tenía de mi abuelo, el general Domingo Batet Mestres.

Mis padres nos educaron en un ejemplar distanciamiento de ideologías. Mi padre falleció en 1968 con 66 años cumplidos. A la edad que tenía yo cuando él falleció, no me permitió ocasión idónea para platear preguntas. En 1970 me ausenté de Madrid, en donde vivíamos desde 1963.

Mi padre, Domingo Batet Martínez, tenía la documentación del general Batet. Cuando falleció, 27 de mayo de 1968, mi madre quedó afectada y tuvo que solicitar la incorporación en Magistratura del Trabajo, después de casi veinticinco años de excedencia. La situación económica familiar era mala a causa de unos problemas de mi hermano mayor, con los que el patrimonio familiar quedó muy reducido.

El cuñado de mi padre, Francisco Carbó Cotal, y su hijo, Francisco Carbó Batet, presionaron a mi madre para que les entregara la documentación completa que tenía del general Batet con el fin de escribir una biografía. Viuda reciente tuvo que luchar por sus hijos, solicitar el regreso al trabajo para solucionar problemas… y la presión de enviar toda la documentación a su cuñado. Aprovechó la venida a Madrid de un hermano suyo, Celestino Rodríguez-Roda Compaired, para encargarle le llevara presencialmente esos documentos a Francisco Carbó Cotal. No se firmó ningún documento de entrega y recibí y siempre negaron la entrega, afirmando que la documentación siempre la habían tenido ellos. La depositaron en el Archivo Maciá-Tarradellas ubicado en el monasterio de Poblet. La intención era que el monje benedictino de Monserrat, Hilari Raguer, escribiera la biografía del general, pues se dedicaba a la investigación histórica.

Mi madre solicitó a Hilari Raguer que indagara la autoría del busto del general Batet.

Mi madre falleció hace veintiún años. Recuerdo que ordenando los documentos que se quedaron en casa en la anterior «donación» a mis primos, hallé algunos preciosísimos. Uno de ellos es la estampa manuscrita por el jesuita Serapio Leturia, confesor y asistente de mi abuelo en el penal de Burgos al que acompañó los días antes y hasta el momento del fusilamiento. Es una estampa «suscipe, sante Pater» en cuyo reverso escribió las últimas palabras de mi abuelo.

Encontré un trozo de folio en el que mi madre había escrito algo como: «Parece ser que la autora del busto es Monserrat San Jordi o nombre parecido».

Esto es todo lo que puedo aportar para sustentar mi donación.

La razón de que la escultura esté vestida con el uniforme francés es a causa de las posibles represalias que temía la artista, lo que motivó que la escultora lo vistiera con uniforme y capa del ejército francés, pero sin dejar de reseñar con claridad, la Cruz Laureada de San Fernando del ejército español.

El busto de Galdós está más relacionado con la familia de mi madre. Su padre, Julio Rodríguez-Roda Hacar, fue ingeniero de caminos, canales y puertos. Entre sus obras (ferrocarril Ceuta – Tetuán, ensanchamiento del Puerto de Castellón, ensanchamiento de la ciudad de Tetuán y otras), destaca el el ensanchamiento del Puerto de la Luz y de las Palmas. Mi madre nació en Melilla, y la familia residió tiempo en Las Palmas. Ahí uno yo la relación del busto de don Benito Pérez Galdós.

Tengo documentos preciosos en los que admiro la figura del general Batet, un militar auténtico, sin antecedentes militares en su familia. Sí tuvo mucha admiración por el general Prim, paisano suyo. Escritores hay (Santos Juliá) que afirman que fue muy apreciado por generales rebeldes con la República: Mola (paisano, amigo y traidor más tarde), Cabanellas, Queipo de Llano. Y afirma que era un conservador republicano, ferviente católico y apolítico. Esto último me parece importante, pues, desde la ejemplar Transición española, hay formaciones políticas de izquierdas y republicanas que han conseguido casi adueñarse de su figura. Juliá afirma que Franco no firmó el indulto al general Batet, porque Queipo se negó al indulto del general Campins que le solicitó Franco. Como militar siempre ofreció un alto nivel profesional y un gran respeto a los gobiernos legalmente constituidos.

Siendo capitán general de la IV División Militar, Cataluña, abortó la proclamación del Está català por parte de Lluís Companys, en octubre de 1934, con el mínimo derramamiento de sangre. Ostentando la capitanía general de la VI División Militar, Burgos, puso peros a la sublevación militar, dirigida en principio por Mola y luego por Franco, por lo que fue hecho prisionero. Es el único caso que siendo detenido el 18 de julio de 1936, no fue fusilado hasta el 18 de febrero de 1937, me refiero al tiempo transcurrido.

Cuando sus tropas detuvieron a Lluís Companys, el general Batet le dijo: «Por la violencia jamás se logran los ideales, aunque estos sean justos».

En 1921, siendo coronel, lo nombran Juez especial en los actos del Annual, lo que se conoció como el expediente Picasso. Desde el momento de su nombramiento pide ser cesado en su responsabilidad, y que sean nombrados jueces del cuerpo jurídico, dado que su nombramiento no se ajustaba al código de justicia militar, y, por tanto, era nulo. Viajó a Madrid y se entrevistó con el subsecretario de Guerra, general Barrera, que lo escuchó y regresó al mando de su regimiento. Pero mientras comenzó su tarea en condiciones calamitosas y con constantes trabas en su desempeño. Dejó escrito: «En mi cometido, no se me dejaba obrar en perfecta libertad, pues, según quién era el culpable, se creía injustamente no encontrarle culpabilidad».

Últimamente se está resucitando el enfrentamiento de las dos Españas irreconciliables, que parecían reconciliadas en la Transición. El general Batet, en aquella época, no tenía cabida en ninguna de las dos Españas. Los catalanistas lo repudiaban por no obedecer a Companys el 6 de octubre de 1934. Las izquierdas no lo querían. Las derechas lo repudian pues lo consideraban afecto a Companys —pues defendían que actuó inducido por sus subordinados— y que no fue lo suficientemente duro durante la noche del 6 de octubre de 1934. Y la misma derecha lo acusó de traición al no secundar desde Burgos el levantamiento contra la República.

Todo esto para destacar algo mi admiración por una personalidad tan equilibrada y que dejó escritas a mano, momentos antes de su fusilamiento, unas cartas a sus hijos y a su cuñada María Martínez de Larrea. A sus hijos (mi padre) les decía ideas como esta: «Sed siempre buenos ciudadanos y cumplid siempre con vuestro deber, cualquiera que sean las circunstancias que os depare el destino. Seguid mi ejemplo, y no cuente, para vosotros, el fin que he tenido».

Pido disculpas por haberme alargado tanto. No haber conocido a mi abuelo y no haberlo disfrutado algunos años, ahora se me va haciendo duro. En realidad no conocí a mis abuelos Domingo y Elvira, ni a mi abuelo Julio. Solo disfruté en contadas ocasiones de mi abuela Carmen.

San Sebastián de los Reyes, 14 de diciembre de 2021

Julio Batet Rodríguez-Roda

 

El General Domingo Batet Mestres. Archivo de la familia Batet

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