Restauración de la escultura «Retrato de Carlos del Pozo» de Mariano Benlliure

Por Blanca del Pilar Balbuena Lorenzo

Experta en Conservación y Restauración del Patrimonio Cultural

 

Pertenece al fondo patrimonial de la Asociación Española de Pintores y Escultores, gracias a una donación de Alejandro Aguilar Soria, Socio de Honor de la AEPE

«Retrato de Carlos del Pozo«, de Mariano Benlliure

 

Su nombre completo era Carlos Rodríguez del Pozo. Era hijo del gobernador de la capital cuando el país aún era una colonia española. Probablemente debutó de barítono en 1911 en el Teatro Reale de Madrid como Wagner en » Fausto » de C. Gounod. Pronto comenzó a cantar partes principales de barítono. En 1913, en el mismo teatro, apareció como Silvio junto a Titta Ruffo (Tonio) en «Pagliacci» de R. Leoncavallo. En 1924 aquí cantó la parte de Rigoletto. En 1927 en el teatro de la Zarzuela de Madrid apareció en » Mignon » como socio de Conchita Supervía, Roberto D’Alessio y Felipe Romito. En 1928 en el mismo teatro participa en » Les Contes d’Hoffmann » junto a Vicente Sempere, Matilde Revenga, Hina Spani, Pina Raymondo y Giulio Fregosi. En 1932 en el Teatro Calderón de Madrid alcanzó un gran éxito como Don Bartolo en » Il Barbiere di Siviglia » junto a Maria Espinalt, Vicente Simón, Carlo Morelli y Aníbal Vela. Se retiró de los escenarios en 1940.

 

Carlos del Pozo, además de barítono, fue un locutor de radio para la cadena EAJ-7 Unión Radio Madrid (el embrión de la Cadena SER) (Pérez, 2008). Esta emisora se inauguró el 17 de junio de 1925 y tuvo su sede en la sexta planta del edificio de la Sociedad Madrid-París, en el número 32 de la Gran Vía. A la inauguración asistió el rey Alfonso XIII junto con el Consejo de Administración de “Unión Radio”, el alcalde de Madrid, el Director General de Comunicaciones, el presidente de la Diputación, …remarcando la importancia que tuvo la cadena desde su lanzamiento.

Pronto salió el primer número de “Ondas”, revista editada por esta empresa radiofónica y de la cual fue su portavoz. Uno de los logros más importantes de la programación de “Unión Radio” fue el diario hablado “La Palabra”, un informativo general que se retransmitió por primera vez el martes 7 de octubre de 1930 para toda la cadena. Con 20 minutos de duración, contó con las voces de Luis Medina y Carlos del Pozo, tratando de deportes y toros, donde coincidiría con el escultor Mariano Benlliure.

Se sabe con certeza que la escultura de Don Carlos del Pozo la realizó Mariano Benlliure en 1942, gracias a una fotografía encontrada en el libro de Violeta Montoliu Soler titulado “Mariano Benlliure: 1862-1947”. En estas fechas, Carlos del Pozo ya estaba retirado de Unión Radio, por lo que la realización del busto se pudo deber a una relación amistosa entre los dos.

Dos fotografías donde se puede ver a Mariano Benlliure junto a Carlos del Pozo y el busto objeto de la restauración

ESTADO DE CONSERVACION

Las distintas patologías que interfieren en la conservación del bien, así como el grado de afectación de las mismas, permiten afirmar que el estado de conservación de la escultura a simple vista es relativamente bueno, pero no se puede considerar una pieza estable.

Se pudo observar una pérdida general de la pátina del bien, así como modificaciones en el cromatismo que dificultan en gran medida la lectura del conjunto. Este cambio en el color de la obra se debe a una espesa capa de suciedad de tipo graso, probablemente de carbón, producida por las condiciones ambientales del lugar donde residía la escultura. Sumado a lo anterior, se distinguen pequeñas pérdidas y rasguños en toda la superficie.

La gran falta matérica trasera es uno de los daños más notorios, posiblemente causado, así mismo, por una mala manipulación, transporte y/o almacenaje precario. Además, se podría constatar una importante marca en la frente del retratado. Este deterioro puede deberse a la absorción de partículas y materiales de carácter ácido, favorecido por el rozamiento durante la manipulación.

Finalmente, se han encontrado elementos incrustados de color naranja-marrón, en la solapa y la base de la escultura, así como en la frente, de origen desconocido y sin una finalidad concreta. Los grafitis, ubicados en la base junto al nombre del retratado, se reducen a una zona bastante apartada de la escultura, pero son bastante molestos e identificables.

INTERVENCION. LIMPIEZA MECANICA

La importante cantidad de suciedad que recubre la escultura puede transportar partículas de carácter ácido que reaccionen químicamente con el yeso, por lo que se decidió eliminar dicha polución mediante la utilización de brochas suaves y distintas gomas de borrar, una excelente alternativa a otros tratamientos más agresivos con disolventes.

Lámina 2. Solapa tras limpieza con gomas

LIMPIEZA QUIMICA CON MÉTODO ACUOSO

Una vez concluía la limpieza mecánica, se inició una serie de limpiezas por toda la superficie con un producto adecuado respecto a la cantidad de humedad que transfiere y al control del tiempo de actuación: el agar-agar. Se optó por la elaboración de un gel viscoso empleando esta tipología de alga, aplicándolo por la superficie, controlando en todo momento el tiempo de actuación para asegurar la estabilidad del soporte. Aplicándolo en  sucesivas capas, se obtuvo un resultado muy satisfactorio, inclusive en zonas tan delicadas como la inscripción a lápiz “Carlos del Pozo”, las áreas que presentaban zonas naranjas y los recovecos más inaccesibles, como las solapas y algunas zonas de la cara.

La limpieza química se justifica dada la higroscopicidad del yeso, que hace que el polvo y la suciedad, presentes en el ambiente y cuyo vehículo de transporte es la humedad, se adhiera a la matriz y sea imposible eliminarlos mediante tratamientos más sencillos.

Lámina 3. Efectividad del gel agar-agar

TRATAMIENTOS DE REINTEGRACION     

Existen numerosos deterioros de pequeño y mediano tamaño que interfieren con la lectura de la escultura, siendo necesario realizar reintegraciones volumétricas, utilizando una técnica y materiales que permitan distinguir el original de los añadidos, así como estables químicamente a lo largo del tiempo. Se elaboró un estuco que permitió rellenar aquellas faltas más molestas, utilizando un espatulín y, posteriormente, lijándolas para aplanar la superficie.

En cuanto a la reintegración cromática de las faltas estucadas – ya que destacan en gran medida del original – se utilizaron acuarelas QoR en Aquazol®, unos pigmentos realizados especialmente para el campo de conservación. La técnica utilizada fue el puntillismo, permitiendo discernir levemente la reintegración con el yeso original siendo reversible y facilitando posteriores tareas conservativas.

CONCLUSIONES

Tras la realización de estos procesos de intervención, se ha podido constatar la efectividad de los mismos, otorgando a la escultura la estabilidad que requería. Dichos procedimientos se han escogido teniendo en cuenta proyectos anteriores, constatando su efectividad sobre obras similares. La nueva visión de la escultura permite apreciarla tal y como pudo ser cuando se realizó.

AGRADECIMIENTOS

Este proyecto ha sido posible gracias a la AEPE, la cual me ha dado la gran oportunidad de realizar la restauración de una escultura realmente maravillosa e importante para nuestro patrimonio. Su labor como asociación no solo se remite a velar por los artistas actuales, sino a cuidar los bienes que constituyen parte de nuestra historia.

El trabajo completo puede consultarse aquí:

RESTAURACIÓN DE LA ESCULTURA DE MARIANO BENLLIURE

La escultura antes de comenzar la restauración

«Retrato de Carlos del Pozo«, obra de Mariano Benlliure, ya restaurada

 

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