Por Mª Dolores Barreda Pérez
Los Directores de la Gaceta de Bellas Artes
de la Asociación Española de Pintores y Escultores
Guido Caprotti Pachetti
CAPROTTI PACHETTI, Guido P <1922 5.may.1887 MONZA (Italia) MADRID/VALMASEDA 5.set.1966
Vocal de la Junta Directiva
Socio de Mérito
Socio de Honor
Autorretrato
Guido Caprotti Pachetti nació el 5 de octubre de 1887 en Monza, ciudad italiana cercana a Milán.
Era el hijo pequeño del matrimonio formado por Gerardo Caprotti y Claudia Pacchetti, que contaba además con otros dos hijos varones.
Su padre era íntimo amigo del compositor Giuseppe Verdi, uno de los más famosos compositores de todos los tiempos, autor de Rigoletto, El trovador, La traviata, Aida, Nabucco,…
Además, era pariente del pintor Giovanni Boldini, del que todos conocemos su famoso retrato de Verdi, gran retratista que vivió casi toda su vida en París.
La familia Caprotti creció en este ambiente artístico en el que los estímulos terminarán fomentando la inclinación de Guido por la pintura.
En su Monza natal comienza su formación artística báscia, una ciudad repleta de referencias que influirán desde el primer momento en su carrera, llegando al punto de firmar y hacerse llamar Guido Caprotti da Monza, muy al estilo italiano de añadir la ciudad de origen al apellido.
En Milán comenzará sus estudios de arquitectura, hasta que Mosé Bianchi, el pintor y grabador considerado el antecesor del divisionismo, caracterizado por su interés por la pureza del color y el estudio de la luz, descubre sus dotes artísticas.
Autorretrato
Animado por el maestro, abandona la carrera de arquitectura y pasa a la Academia de Bellas Artes de Brera, uno de los centros de enseñanza artística más importantes de Europa por el que han pasado artistas como Jacques-Louis David, Antonio Canova, Medardo Rosso o Marino Marini.
Con profesores como Cesare Tallone, uno de los principales representantes del naturalismo lombardo, el joven Caprotti se consideraba su discípulo predilecto.
Atraído por la figura humana, estudia la luz y el color del paisaje y conoce al que será su más entrañable amigo, Anselmo Bucci, uno de los fundadores en 1922 del movimiento “Novecento” italiano, en el que los artistas se orientan hacia el pasado para crear un “clasicismo moderno” basado en la pureza de las formas y la armonía de la composición.
Guido Caprotti junto a su hijo Óscar y su nieto Edgar
Tras sus estudios, en 1908 obtiene el diploma de profesor de dibujo, y pese a los deseos de su maestro Tallone de ocupar su lugar en la Academia de Brera, Caprotti rechazará la oferta pedagógica que cree no va en su naturaleza inquieta.
En 1910 obtiene el premio de la Fundación Bozzi-Caimi por un óleo titulado La superviviente. Además, logra el premio “Francisco Hayez” (pintor autor del famoso cuadro El beso), de la Academia de Brera, y del Premio de Roma de la misma institución, dividido en dos modalidades, retrato y desnudo, que le concedía una beca para un viaje de estudios de dos años a la capital italiana. Guido Caprotti fue el único artista que consiguió el premio en ambas categorías de forma simultánea.
Un año más tarde, logró la Medalla de Plata de la Exposición Nacional de Bellas Artes de Turín y en 1912, obtuvo la Medalla de Oro de la Exposición Nacional de Bellas Artes de la Academia de Brera de Milán, de la que sería nombrado Socio de Honor.
En 1914 celebró su primera exposición personal de casi cincuenta obras, que supuso un rotundo éxito y en la que vendió toda la producción.
En la inauguración de su exposición, ABC
Animado por los resultados, viaja por toda Europa, siendo invitado a exponer en Bélgica, Inglaterra, Alemania o Rusia, donde estuvo un año entero pintando paisajes.
En París entrará en contacto con las nuevas tendencias y establecerá amistad con otros artistas como Renoir, Degas o Rodin.
Allí afina sus retratos, que se convierten en obras elegantes y sugestivas, con influencias internacionales del postimpresionismo y divisionismo.
Conocido ya a nivel internacional, durante la Primera Guerra Mundial visitará España, admirando ciudades como Toledo, Segovia, Burgos, Murcia, Elche y Ávila, ciudad a la que llegaría por casualidad en 1916, tras dejarlo un tren bloqueado por una intensa nevada en la ciudad de Santa Teresa, donde hubo de permanecer tres días antes de reanudar el viaje.
Allí visitó la imponente muralla y fue testigo del silencio y la tranquilidad de la que se enamoró, prolongando su estancia en la misma hasta el año 1936, cuando estalla la Guerra Civil.
Ávila acogió con simpatía al pintor, siendo autorizado por el alcalde para trabajar en el viejo edificio del Alcázar, ya desaparecido, un antiguo palacio que en otros tiempos ocuparan Sorolla, Zuloaga o Eduardo Chicharro, todos ellos Socios Fundadores de la Asociación de Pintores y Escultores.
Zuloaga y Caprotti
Su primer gran cuadro de temática abulense, Los ojos de la noche, lo presentó a la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1917. A partir de entonces pasará la mayor parte de su tiempo trabajando en su estudio, pasando su pintura a reflejar el ambiente castellano.
En 1918 realiza su primera exposición en España, inaugurada por la Infanta Isabel, conocida popularmente como la Chata, en la que presenta 49 pinturas realizadas a lo largo de sus viajes por las ciudades españolas.
El éxito de la muestra le valió que la ciudad de Ávila le nombrara Hijo Adoptivo ese mismo año.
Pese a residir en Ávila, mantenía domicilio y taller en Madrid, primero en la calle Villanueva, 29 y después en la calle Goya, 6, donde recibía a clientes, amigos y compañeros.
Los ojos de la noche
Empapado en el ambiente artístico madrileño, presentó obras a los Salones de París, Londres o Nueva York, continuando sus viajes por Europa.
En 1920 contrajo matrimonio con Laura de la Torre Hernández, hija del arquitecto Félix de la Torre y de Laura Hernández. De gran formación, pues había estudiado en Alemania e Inglaterra, con ella compartió el amor por el arte, ya que Laura se dedicaba al arte de las miniaturas.
El matrimonio tuvo tres hijos: Laura y los gemelos Óscar y Edgar, este último jugador del Real Madrid de baloncesto en los años cuarenta, y alternaba su residencia entre Ávila, Madrid y la villa vizcaína de Balmaseda.
Guido Caprotti por López Mezquita
En 1920 Alfonso XIII le concede la distinción de Comendador de la Orden de Isabel la Católica.
Cuatro años después, al rey Victor Manuel III le nombraría Gran Oficial de la Orden de la Corona de Italia.
Embajador del arte italiano en España, sus buenas relaciones artísticas con Francia le valieron que fuera nombrado delegado de ese país en algunas exposiciones internacionales.
En 1930 el matrimonio adquirió el Palacio de Superunda que convirtió en su residencia, cercana a la que fuera Casa de Santa Teresa, que había sido utilizado como albergue militar, pero que restauró y rehabilitó gracias a sus estudios de arquitectura.
El estallido de la Guerra Civil le sorprendió en Madrid, obligándolo a un accidentado exilio. Su casa de Ávila fue utilizada por el bando nacional mientras su casa estudio de Madrid era saqueada por el bando republicano y finalmente bombardeada, viendo también cómo su finca de Balmaseda era devastada por los milicianos.
Por tierras de Castilla
Tras la guerra, regresa a Ávila y recupera la normalidad en su trabajo.
Más de cien de sus cuadros fueron destruidos o vendidos durante la guerra, e incluso descubre que un individuo llamado “Targel” los vende como suyos tras haber sustituido la firma del pintor.
A partir de 1940, tras continuas restauraciones de su casa, sigue viviendo en su palacio de Ávila, pasando el verano en Vizcaya y, los meses más crudos del invierno, se traslada a Madrid.
Retoma sus viajes por Europa y sus exposiciones, impartiendo conferencias y participando en multitud de actos de carácter cultural.
En junio de 1942 inaugura su exposición personal más completa y representativa de su carrera en el Museo de Arte Moderno de Madrid, una muestra que recoge obras de su primera etapa italiana, de temática abulense, retratos, bodegones y dibujos.
La ofrenda del pan
La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando le nombra académico correspondiente en el extranjero, y el Ayuntamiento de Ávila le otorgará la Medalla de Oro de la ciudad.
Después de este éxito aumenta su presencia en exposiciones y muestras individuales. Incluso en noviembre de 1942 inaugura una exposición en Barcelona en la que, además de sus obras, se muestran también algunas miniaturas de su esposa, Laura de la Torre.
También se exponen algunas de las esculturas de su hijo, Oscar Caprotti, entre las que destaca el “Busto de mi madre”. A partir de ahora, el pintor italiano incluirá obras de su familia en todas sus exposiciones personales.
Óscar Caprotti modelando y dos de sus esculturas
En septiembre de 1949, Caprotti viaja por primera vez a México. Allí queda impresionado por la obra de los artistas del país, especialmente por el arte de los muralistas que le recordaba a los fresquistas italianos del Quatrocento.
Desde este momento, Caprotti sentirá la necesidad de difundir el arte mexicano alrededor de todo el mundo, e incluso consigue que en la Comisión Bienal de Venecia se dediquen dos salas a obras del país americano. Gracias a este logro, en 1950 es nombrado Miembro Correspondiente del Ateneo de Ciencias y Artes de México, además se le concede la Cruz y Placa General de División Ignacio Comonfort, la Orden Civil de México y la Gran Cruz del Águila Azteca.
Esta época coincide con continuos viajes por distintos países como Venezuela, Cuba, Haití y Estados Unidos.
La fuente
A su regreso a España, vuele a Ávila y alterna frecuentes viajes a su Monza natal, de donde traería un saquito de tierra del Santuario delle Grazie, que quiso le sirviera de cabecero en su tumba, a modo de almohada.
En 1959 vuelve a México, donde realiza un gigantesco mural de 16 por 4 metros de largo que sería su primer y último mural.
Procesión de Santa Teresa
Cuando se encontraba a punto de terminar su obra, sufrió una aparatosa caída que le produce una grave lesión de rodilla de la que nunca terminó de recuperarse.
La muerte le sorprendió en Balmaseda, Vizcaya, tras sufrir una bronconeumonía que le ocasionó una secuela de infarto, falleciendo el 5 de septiembre de 1966. Su cuerpo es trasladado a Ávila donde será enterrado el 7 de septiembre en el cementerio de la ciudad, en una tumba decorada únicamente con su mano derecha, esculpida por su hijo Óscar. Allí descansa junto al resto de su familia.
Ofrenda
Quien le conocía aseguraba que era humilde, sincero y trabajador diario convencido de los beneficios que aporta el esfuerzo.
En mayo de 1982, el Ayuntamiento de Ávila tomó la decisión de dedicar una calle en su recuerdo, ubicada cerca de la urbanización de las Hervencias. Además, puede visitarse una exposición de sus cuadros en el Palacio de Superunda-Caprotti de la misma ciudad.
Como curiosidad, añadiremos que su hijo Óscar era escultor y también socio de la AEPE. Piloto de rallyes, fue un gran deportista y campeón de España de motonáutica.
Parte de su obra se encuentra en el Museo del Palacio Superunda-Caprotti, acompañando a la colección de su padre y de su madre, Laura de la Torre, que como hemos mencionado, era miniaturista.
Mercado
Guido Caprotti y la AEPE
Inscrito en la Asociación Española de Pintores y Escultores en 1922, llegó a ser Vocal de la Junta Directiva en 1929, 1930, 1931 y 1934.
Socio de Mérito en el Salón de 1922.
Socio de Honor en de 1930
Escribió en la Gaceta de Bellas Artes algunos artículos sobre artistas italianos, reproduciéndose en sus páginas más de una decena de sus obras.
Participó en los siguientes salones:
III Salón de Otoño de 1922:
51.- Retrato de Madame T.S. óleo, 2,34 x 1,24
52.- El Cristo de los Dolores, Córdoba, óleo, 0,95 x 1
X Salón de Otoño de 1930:
66.- Don Miguel de Unamuno, óleo, 1,08 x 1,37
XII Salón de Otoño de 1932:
29.- Herminia la cantora, óleo, 1,26 x 1,10
30.- La voz de las tinieblas. óleo, 2,50 x 2,40
31.- Estudio de desnudo, óleo, 1,23 x 0,92
XIII Salón de Otoño de 1933:
27.- Reflejos, óleo
44.- Pura sangre, óleo
XVI Salón de Otoño de 1942:
20.- La fuente, óleo
Su hijo Óscar, participó en los siguientes salones:
XX Salón de Otoño de 1946: Niño
XXV Salón de Otoño de 1952: Lidia y Desnudo
La voz de las tinieblas
Retrato
Marqués de Piedras Albas
Laura de la Torre
Invierno
Herminia la cantaora
Estudio de desnudo
Ermita de Las Vacas
El Cristo de los Dolores
Algunas imágenes de la casa estudio del pintor en Ávila
Aixa
Dominicos
Monjas
Leda y el cisne