Las Medallas de la AEPE: Juan Bautista Adsuara

Por Mª Dolores Barreda Pérez

 

Después de ver cómo y cuándo nació la Medalla de la Asociación de Pintores y Escultores, vamos a seguir conociendo más acerca de los galardones en los que se otorga actualmente, con sus correspondientes denominaciones.

 

Medalla de Escultura Juan Bautista Adsuara Ramos

del Certamen de Pequeño Formato

 

En 1980 la Asociación Española de Pintores y Escultores convocó el I Certamen de Pequeño Formato, con gran tradición entre los asociados y que este mismo año llega a su edición número 39.

En 2017 y gracias a la propuesta que realizara el Presidente de la AEPE, José Gabriel Astudillo, bajo el título de “La plenitud de los nombres”, se acordaba la reorganización de los premios y galardones que otorgaba la institución en los distintos certámenes y concursos habituales. En el caso del Certamen de Pequeño Formato, y como en el resto de las ocasiones con el ánimo de honrar la memoria de los fundadores de la AEPE, se instituyeron los premios: Medalla de Pintura Francisco Pradilla y Medalla de Escultura Juan Bautista Adsuara.

 

JUAN BAUTISTA ADSUARA

 

ADSUARA RAMOS, Juan Bautista  E 1924   31.jul.1891  CASTELLON     MADRID/CASTELLON   17.ene.1973

 

Juan Bautista Adsuara Ramos nació en Castellón de la Plana, el 31 de julio de 1893.

Hijo de José Adsuara, natural de Alfara de Algimia (Valencia) y de Mariana Ramos (Castellón), era el cuarto de los seis hijos de un modesto matrimonio de artesanos alpargateros.

Sin ningún tipo de influencia artística, su hermano Emilio, siete años mayor que Juan, se inclina hacia la pintura, y guiado por Eduardo Laforet, profesor del instituto de Castellón, llega a trasladarse a Madrid para continuar sus estudios, si bien falleció prematuramente en 1911.

Autorretrato de 1926

 

El mismo profesor contempló las actitudes que para el dibujo y el modelado en barro tenía Juan Bautista, al que animó a seguir estudios de la Academia de Dibujo.

Becado por la Diputación Provincial de Castellón, en 1907 comienza sus estudios en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, teniendo como maestros a dos de los Socios Fundadores de la Asociación Española de Pintores y Escultores: José Garnelo y Miguel Blay.

Mientras duraron sus estudios trabajó en un taller modelando medallas conmemorativas.

En 1912 consiguió la Tercera Medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes por su obra “Estudio. Cabeza de niño” y tras cumplir el servicio militar en Marruecos, regresa a su tierra natal para realizar algunos trabajos, regresando en 1916 a Madrid.

Comienza a trabajar en los talleres del sacerdote Félix Granda, dedicados a la imaginería religiosa principalmente. Allí entablará amistad con otro de los firmantes del acta fundacional de la AEPE, el escultor José Capuz.

«El mago de la madera», como fue bautizado por la prensa, trabajando en su estudio

 

En 1920 firma un contrato con la compañía de seguros La Aurora Polar, para la realización de una obra monumental que culminará el edificio que la entidad poseía en el Paseo de Recoletos de la capital.

El mismo año en el que consigue también la Segunda Medalla de la Exposición Nacional de Bellas Artes con la obra “San Juan Bautista”.

En esta época montó su propio taller animado por los encargos de retratos y distintos monumentos, que le permiten ya dedicarse por entero a la profesión.

Participa entonces en las distintas exposiciones nacionales hasta que en 1922 lleva a cabo un largo viaje por distintos países europeos como Francia, Italia, Grecia y Alemania.

En 1923 logra el Primer Premio de la XVI Bienal de Venecia y al año siguiente es galardonado con la Primera Medalla de la Exposición Nacional de Bellas Artes con un yeso titulado “Piedad”, que adquiere el Estado para el Museo Nacional de Arte Moderno.

En 1925 participó en la Primera Exposición de Artistas Ibéricos y en 1926, y para Castellón, realizó el monumento al pintor Francisco Ribalta.

En 1927 expuso en la ciudad holandesa de La Haya y dos años más tarde, participó con la maternidad titulada “La Carga”, en la Exposición Internacional de Barcelona, cuyo ayuntamiento compró la escultura.

Una fotografía de Juan Adsuara aparecida en la prensa en 1929

 

En 1929 consiguió el Premio Nacional de Escultura con dos alegorías tituladas “Las Artes” y “Las Ciencias”, que adornan la fachada del Ministerio de Educación y Ciencia con sede en la calle Alcalá de Madrid.

“Las Artes” y “Las Ciencias”, de la fachada del Ministerio de Educación y Ciencia de la calle Alcalá de Madrid, que le valieron el Premio Nacional de Escultura

 

En 1932 consigue la Cátedra de Dibujo de ropajes y del natural de la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, cubriendo la vacante dejada por Julio Romero de Torres, quien también fuera uno de los Socios Fundadores de la Asociación Española de Pintores y Escultores.

Bañista

 

La docencia para él es una vocación a la que se entrega con fuerte sentido del deber, siendo reconocido no sólo como un gran escultor, sino como un gran maestro.

Siguió realizando encargos de todo tipo, especialmente de Castellón, donde pasaba sus vacaciones estivales y donde la sorprende el estallido de la guerra civil, que le acarreó que fuera desposeído de su cátedra sin más.

Testigo de saqueos y desmanes de todo tipo con valiosas obras de arte, alertó a las autoridades al respecto, siendo nombrado Delegado Oficial de la Junta de Protección del Tesoro Artístico de Castellón, salvando por su mediación importantísimas obras de arte religioso de la zona del Maestrazgo.

Eva

 

Reincorporado a su Cátedra en 1937, su vuelta a Madrid le depara, por imposición oficial, la tarea de depurar, junto al Director de la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, Manuel Menéndez, otro de los Socios Fundadores de la AEPE, aquellos profesores considerados “fascistas” por las autoridades del momento. Su informe se limitó a calificar los valores profesionales y pedagógicos de los profesores.

Retrato de Juan Bautista Adsuara

 

De vuelta a Castellón, reanuda el rescate de obras de arte, siendo trasladado a Barcelona en 1938 y a Perelada, donde se depositaron las más importantes obras del Museo del Prado que fueron llevadas a Ginebra.

Terminada la guerra, volvió a Castellón a pasar sus vacaciones en un clima enrarecido en el que es acusado y detenido como colaborador del gobierno republicano.

Demostró que sus intervenciones fueron sólo de asesoría técnica, no política, como experto en Bellas Artes, poniéndose de manifiesto que su actuación en los primeros meses de la guerra fue meritísima, pues gracias a su celo se libraron de la destrucción multitud de obras de arte religioso que hoy se exhiben en iglesias y museos.

Juan Adsuara en la plenitud

 

La intervención a su favor de numerosos amigos como Álvarez de Sotomayor, nuevo director del Museo del Prado y uno de los Presidentes de la Asociación Española de Pintores y Escultores, fue decisiva para que la causa fuera sobreseída, y si bien era por todos conocido que Adsuara era republicano, incluso amigo personal de Azaña, su desinterés por la política activa también era más que sabida.

En 1940 se integró a su Cátedra en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, ocupándose de sus clases y de los encargos de obras originales y de restauraciones, como la reconstrucción que llevó a cabo del Monumento al Sagrado Corazón del Cerro de los Ángeles de Madrid.

Cadencia

 

Desde su casa y estudio en Madrid, situada en la calle Sánchez Bustillo, 3, y entre 1943 y 1946 realiza la que se ha considerado su obra más importante: toda la decoración escultórica de la iglesia del Espíritu Santo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, compuesta por diversas esculturas y relieves.

En 1948 es nombrado Académico de la Real Academia, cubriendo la vacante de Mariano Benlliure, otro de los Socios Fundadores de la AEPE, siendo contestado en su discurso de toma de posesión por José Francés, quien fuera también Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores.

En 1958 ocupó el cargo de Director de la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, hasta que por problemas de salud, presentó su renuncia en 1963.

Sello conmemorativo editado hace unos años 

 

Jubilado de su cátedra en 1961 y honrado como premio a su labor docente con la Gran Cruz de la Orden de Alfonso X el Sabio, en 1964 y tras la muerte de Capuz, finalizará los relieves del Circulo de Bellas Artes de Madrid y en 1965 realiza una estatua de Carlos III para los jardines de Sabatini, por encargo del Ayuntamiento de Madrid.

Antes de fallecer legó a la Diputación Provincial de Castellón toda la obra que conservaba en su estudio madrileño y que hoy se exhibe en el Museo de Bellas Artes de Castellón.

Su última exposición tuvo lugar en 1971, con motivo de la muestra que de Artistas Socios de Honor se llevó a cabo en el Círculo de Bellas Artes de Madrid

En 1973 se traslada a Castellón donde muere el 17 de enero de 1973.

Estudio. Cabeza de niño

 

Según nos describía F. Pérez Dolz, Juan Adsuara era “por naturaleza, modesto, serio meditativo, honestísimo y artista muy respetado. Desde niño, y antes de haber recibido lección alguna, en cascotes de yeso  tallaba graciosas filigranas. Juan es un caso de perseverancia en la personalidad nativa, sin vacilaciones ni desmayos”.

En el periódico El Debate se apuntó que Adsuara exhibía en sus obras la “exaltación de las cualidades que son el fundamento de su personalidad y de su carácter, fuerza, sinceridad, energía expresiva y delicadeza. Sencillo y claro como un buen levantino, es adorador de la forma, que bajo sus dedos y buscando siempre la mayor emoción, unas veces se hace amplia y barroca y otras se simplifica y estiliza en un ansia  de elocuencia sorprendente”.

Fauno

 

De él dijo Fernando Álvarez de Sotomayor, quien fuera Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, como Director del Museo del Prado: “No olvidare nunca su trabajo y desvelo para devolver a España su tesoro de arte depositado en Ginebra colaborando conmigo durante varios meses”.

Fue un artista deseoso de incorporarse a la renovación plástica, pero en él pesaba mucho su formación clásica así como su excesiva admiración por la imaginería barroca. De esta manera aunque su intención fuese honrada y sincera y su escultura cambie poderosamente de dirección, siempre va a dar la sensación de que su cambio es externo y formal, que no llega a entender en lo más profundo esta renovación y que prácticamente lo que hace es un lavado de cara de la escultura tradicional.

Escultor bien dotado, especialmente en su tallas de madera, entre 1927 y 1936 realiza su obra más valida con un cierto esquematismo de líneas y planos pero llena de una gracia especial con cierto ascendente Mediterráneo.

Crucifijo

 

Como otros muchos artistas que proceden de tierras valencianas, se integró en el llamado grupo del realismo castellano y en la denominada “Generación valenciana post Benlliure” en el que podríamos incluir escultores como Julio Vicent, José Capuz, Julio Antonio, José Ortells …. todos ellos socios, Socios Fundadores y Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores.

Estos artistas no crearon una Escuela ni un grupo homogéneo en sus tendencias, puesto que lo único que les unía era desvincularse del pasado e iniciar una renovación de la escultura. Lo hicieron cada uno según su entender, creando volúmenes y formas personales, aunque manteniendo su conexión con el clasicismo en la acepción más pura del término.

Adsuara estudió profundamente a Alonso Berruguete, al que llamaba su maestro y cuya obra es la “más extraordinaria del mundo, en cuanto a expresión de vida”, confesaba.

La cúpula del edificio de Seguros de la Aurora, en el Paseo de Recoletos, 4 de Madrid, con  la cuadriga en bronce de Juan Bautista Adsuara

 

Cultivó todos los géneros de la escultura y sus variadas técnicas, porque fue un artista formado e informado, destacando entre sus temas preferidos las maternidades, figuras femeninas, desnudos, obras religiosas, alegóricas, monumentos públicos y retratos.

Influido también por el escultor y amigo Victorio Macho, de gran expresividad, su escultura presenta una preocupación por formas y volúmenes. En sus imágenes religiosas se acerca más a la escultura castellana, mientras que en sus figuras femeninas y sus maternidades, son frescas y con unos planos llenos de gracia.

Parte trasera de la cúpula del edificio de Seguros de la Aurora y detalle de la cuadriga

 

Sus obras de madera tallada son exquisitas y sus alegorías, sin perder la raíz clásica, acentúan sobriamente la estilización de los planos y extrema rigidez de sus líneas, con vestigios de formas geométricas. Un idealismo novedoso de cierta influencia neocubista y de Mestrovic.

Relieves del edificio del Banco Bilbao Vizcaya situado en  la calle Alcalá, 45 de Madrid

 

Los principales monumentos que llevó a cabo se pueden contemplar en Madrid, Castellón, Vigo y Chile, y su obra religiosa en la Iglesia del Espíritu Santo de Madrid, Benicasim y en el Museo Provincial de Bellas Artes de Castellón.

La Abundancia, obra presentada al IX Salón de Otoño

 

Juan Bautista Adsuara y la AEPE

Conocido como el “mago de la madera”, Juan Bautista Adsuara fue nombrado Socio de Honor de la Asociación Española de Pintores y Escultores en 1927, año en el que ingresó como Vocal de la Junta Directiva, cargo que ocupó también en los años 1930 y 1931.

Participó en los siguientes salones:

* I Salón de Otoño de 1920, inscrito como “Juan Adsuara Ramos, natural de Castellón de la Plana, reside en Madrid, calle de la Reina, 45” con la obra:

852.- “Desnudo femenino” (bronce)

* III Salón de Otoño de 1922, “Juan Adsuara, natural de Castellón de la Plana, vive en Madrid, Ferraz, 61”, y la obra:

489.- “Estudio de Evangelista” para talla en madera, yeso patinado.

* VII Salón de Otoño de 1927, inscrito como “Juan Adsuara, n. de Castellón de la Plana; reside en Madrid, Sánchez Bustillo, 3”, con la obra:

554.- “El pintor Ribalta” (boceto en bronce).

* IX Salón de Otoño de 1929, apareció inscrito como “Juan Adsuara, natrual de Castellón. Vive en Madrid, Sánchez Bustillo, 3. (Socio de Honor de Salones anteriores)”. Presentó tres obras:

208.- “La abundancia” (yeso)

209.- “Flora” (yeso)

210.- “Maternidad” (madera)

* En el L Salón de Otoño estuvo también presente por conmemorarse el 50 aniversario de la creación del certamen, con el bronce titulado “Madrileña”.

Desnudo

Maternidad

 

Madrileña

Las tres Gracias (Castellón)

 

 

 

Webgrafía y bibliografía

La Voz 26/6/1925

El Imparcial 5/6/1929

La Libertad 7/7/1929  27/10/1922

La Gaceta literaria 15/10/1929,

Las Provincias: diario de Valencia 17/01/1910  18/06/1917

El Pueblo: diario republicano de Valencia 12/03/1912  02/01/1924  19/06/1924  26/06/1924

La Ilustración artística 25/10/1915

La Correspondencia de España 15/06/1917  26/06/1923

Diario de Valencia  04/03/1918  29/06/1923

La Esfera 05/06/1920  21/07/1923

La Prensa: 18/06/1924

El Heraldo de Castellón 05/06/1926 

Josefina Alix Trueba (1985). Escultura Española 1900-1936. Madrid Ed. El Viso

Jaime Peris Domínguez (1991). Adsuara(1891-1973). Castellón-Servei de Publicacions Diputació de Castelló.

“La obra artística de Fisac, Adsuara y Stolz en la Iglesia del Espíritu Santo”, Fidel García Cuéllar. Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Madrid, 2007

Archivo Histórico “Bernardino de Pantorba” de la Asociación Española de Pintores y Escultores

www.gacetadebellasartes.es

www.salondeotoño.es

 

Mª Blanca Mac-Mahon Ordoñana

Por Mª Dolores Barreda Pérez

LAS PRIMERAS ARTISTAS DE LA

ASOCIACION ESPAÑOLA DE PINTORES Y ESCULTORES

Desde su fundación en 1910, y después de haber tratado en anteriores números a las Socias Fundadoras de la entidad, y las participantes en el primer Salón de Otoño, vamos a ir recuperando de la memoria colectiva, el nombre de las primeras socias que vinieron a formar parte de la Asociación de Pintores y Escultores.

Mª BLANCA MAC-MAHON ORDOÑANA

 

MAC-MAHON ORDAÑANA, Mª Blanca        P   1885      LA HABANA       VALLADOLID

Mª Blanca Mac-Mahon Ordoñana se inscribió en nuestra entidad como “Pintora”. Socia de número, no podemos determinar exactamente su fecha de alta.

La artista, nació en París el 15 de agosto de 1926.

María Blanca en una imagen de su juventud

Contrastamos los datos con su encantadora hermana, Rosa Mac-Mahon, quien guarda de la artista un recuerdo de absoluta admiración, solo superado por el sentimiento de profundo afecto y cariño a quien tan unida estuvo en vida.

Era hija de Manuel Mac Mahon y Valarino, fallecido en Madrid en 1968, y de Ángela Prudencia Ordoñana Gordovil, fallecida en 1993, matrimonio que tuvo dos hijas: Rosa, pintora autodidacta de vocación más tardía, maestra y catequista y Mª Blanca, tres años mayor, pintora y restauradora que falleció sin descendencia.

En su infancia, la familia regresa a Madrid hasta que estalla la guerra civil, que gracias a la doble nacionalidad, pasan la madre y las hijas en París,  mientras su padre permanece en Madrid toda la contienda.

María Blanca a los dos años de edad

Desde su más tierna infancia destacó su inclinación por las bellas artes, e inspirada por su madre,  una mujer adelantada a su tiempo que vio en sus hijas cualidades artísticas, comenzó copiando con dibujos que fue perfeccionando gracias a sus indicaciones.

En París donde destacó también por sus dotes artísticas y ya de regreso a España, se matriculó en la Escuela de Artes y Oficios, cuando contaba tan solo con 14 años, y donde destacó rápidamente en las clases de dibujo.

De allí pasaría a la Academia de Bellas Artes de San Fernando.

Ángela Prudencia Ordoñana Gordovil y sus hijas María Blanca y Rosa

En un artículo sin datar publicado en la prensa bajo el título de “A las sobrinas de Apeles les espera una labor dura”, bajo el subtítulo de “Nosotras, las mujeres”, y firmado por Ángeles Villarta, se describe así a Blanca: …”Era una adolescente alta, delgada, muy bonita… Blanca tiene ojos profundos, soñadores y largas manos expresivas… de familia bilbaína, concluyó sus estudios en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, de Madrid… Blanca era alumna de la Escuela de Artes y Oficios, donde destacó en clase de dibujo. Tenía vocación de pintora, pero es tímida y posiblemente no se hubiera arriesgado a manifestar su deseo porque temía el fracaso. A sus padres les gustaban mucho los dibujos de Blanquita. Un profesor, el señor Bermejo, intervino afortunadamente. –Fue a visitar a mi madre y le dijo que yo no debía desaprovechar mis condiciones para la pintura. Que ingresara en San Fernando. Fue el día más feliz de mi vida. Pero comprendí que una cosa era querer ser alumna de la Escuela y otra distinta conseguirlo. Mamá me animaba mucho. Es bilbaína, y, por lo tanto, muy tenaz. Le encantó la idea de tener una hija pintora. Puede decirse que fue mi “manager”. Un “manager” maravilloso. No sería exagerado asegurar que entré en San Fernando por delegación-“… Blanca prefiere el óleo, la composición… Su pintura, cuajada de aciertos, fue favorablemente juzgada por los mejores críticos. No resultó la presentación prematura de una obra y consiguió un gran éxito. Hoy lo conseguiría mayor porque ha realizado grandes progresos artísticos… La pintura es un arte caro, y Blanca ha buscado una fórmula que le permita preparar sus trabajos para la próxima exposición sin resultar, en exceso, gravosa al presupuesto familiar… Blanca Mac Mahon se ha especializado en el arte de restaurar. Con un grupo de compañeros realizó tan delicada labor en el retablo de San Juan de los Reyes de Toledo. Estuvo también en El Escorial. Actualmente trabaja en el Palacio Real… -Me gusta, no siento la menor afición por la copia, pero la restauración me atrae. Encontrarte con un cuadro destrozado, casi destruido y, poco a poco, devolverle todo su valor… En muchas ocasiones es preciso rehacer partes absolutamente perdidas sin restar nada al conjunto, siguiendo rigurosamente las características del resto de la obra, el estilo del artista que lo creó. Es una ocupación que proporciona sentido de la responsabilidad. Te confían una obra de gran mérito que puedes estropear si te descuidas, si no estás alerta pendiente de tu trabajo… Además de los conocimientos generales a todo artista, un restaurador precisa conocimientos de elaboración y preparación de materiales y una gran precisión de pincel. En España se puede hacer una labor importantísima, puesto que la riqueza pictórica es muy grande. Hay muchos cuadros deteriorados que podrían salvarse, lo mismo que en los museos, en las pinacotecas, en tantas iglesias y conventos-“.

La joven artista modelando en la Escuela de San Fernando

De aquellos días de estudios y trabajo, de esfuerzos y aprendizaje, Blanca recordaría que en su promoción eran apenas una docena de mujeres como ella las que cursaban estudios, pero que la mayor parte de las jóvenes, abandonaron los mismos para contraer matrimonio.

Como además era bellísima, en la escuela sirvió de modelo para sus compañeros, que hicieron de su imagen infinidad de retratos y esculturas, ya que veían en ella el ideal de belleza que pretendían copiar.

Autorretrato a los 18 años

De 1943 a 1947 cursó estudios en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando. Allí fue donde conoció a su marido, compañero de estudios, con quien contrajo matrimonio, el también pintor Rafael Reyes Torrent, artista valenciano de merecida fama en los círculos culturales y artísticos de la capital que retrataba a la más alta sociedad de la época y miembro también de la Asociación Española de Pintores y Escultores.

Participó en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1940, en donde aparece registrada como “María Blanca Mac-Mahon y Ordañana, natural de París. Domiciliada en Madrid, calle Mercenado, 46. Alumna de la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando de Madrid”. A la misma presentó la obra inscrita con el número 431 y titulada “Orvieto” (óleo).

María Blanca pintando al aire libre

A lo largo de su vida, María Blanca compaginó su faceta de pintora con la de restauradora, lo que le permitió vivir siempre de su trabajo, que como nos confiesa su hermana, “necesitaba pintar para vivir”.

Participó en el XX Salón de Otoño de 1946 y según confesión aparecida en una revista de la época sin poder determinar, bajo el título de “Las 3 Marías en el Salón de Otoño”, firmado por Juan de Diego, “… -el cuadro que yo expongo es un retrato de mi padre. Lo hice este verano en quince días y pensando en el Salón de Otoño-. María Blanca tiene una mirada llena de ilusiones. Piensa casarse cuando ella y su novio hayan vendido muchos cuadros. Entonces pondrán un estudio precioso y vivirán para el Arte y por el Arte. A María Blanca le hubiese gustado ser autora de “El Cardenal”, de Rafael… y a la pregunta de si piensa ganar mucho dinero con la pintura contesta que –sí… por ambición-… María Blanca recibió el primer encargo cuando copiaba un cuadro en una galería de la Escuela de San Fernando. Era un embajador extranjero, y la copia le valió quinientas pesetas; lo que ella había pedido en su inocencia… -Soy muy deportista, pero no practico ningún deporte. De niña saltaba muy bien a la comba eso de “al cocherito leré”… y en París gané una copa de plata en el internado por saltos de altura y de longitud-. A la pregunta de si existe algo en la vida por lo que dejaría de pintar contesta enérgica: -¡No! ¡Nada existe en el mundo capaz de hacerme olvidar que soy pintora!… Usted no sabe lo que se disfruta pintando-”.

La artista, a la derecha, restaurando en la Escuela de San Fernando

En 1951 expuso en la Sala Macarrón de Madrid y en 1953 participó en el Homenaje a Vázquez Díaz que tuvo lugar en el Museo Nacional de Arte Contemporáneo, junto a artistas como Eva Aggerholm, Venancio Blanco, Pilar Calvo, Ángel Ferránt, Ramón Lapayese, Jorge de Oteyza, José Planes, Ricardo Baroja, José Beulas, Rafael Boti, Canogar, Ramón Casas, Javier Clavo, Cossío, Salvador Dalí, Díaz Caneja, Luis Feito, M. A. Ferránt, Menchu Gal, Gutiérrez Solana, Agustín Ibarrola, Francisco Iturrino, José Lapayese, Aurora Lezcano, Ricardo Macarrón, Martínez Novillo, Enrique Mélida, Benjamín Palencia, Darío Regoyos, Rafael Reyes Torrent, Rubio Camín, Vaquero Turcios, Cristino de Vera, …

Niña sentada, sanguina

En 1953 intervino en la Exposición de Pintores españoles contemporáneos en Viareggio (Italia).

Participó también en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1954, en donde aparece registrada como “María Blanca Mac-Mahon y Ordañana, natural de París. Domiciliada en Madrid, Fernández de los Ríos, 96. Alumna de la Escuela Central de Bellas Artes”. A la misma, concurrió con la obra inscrita con el número 294, titulada “Guisando (Gredos)”.

La artista el día de su boda con Rafael Reyes Torrent, quien también fuera miembro de la AEPE

En 1955 cursó estudios en la Academia Española de Roma, aprovechando el premio “Roma” que obtiene su marido, y coincidiendo allí con otros compañeros de la Escuela de San Fernando como Joaquín García Donaire y Francisco Echauz.

Durante su estancia en Roma, que duró más de tres años, eran frecuentes los viajes del matrimonio a capitales europeas como Austria, Alemania, Dinamarca, Holanda, Bélgica o Francia, en las que recogían la influencia de los artistas clásicos.

Plumilla con aguada

En 1957 la Accademia Mondiale degli Artisti e Professionisti de Roma otorga el título de Maestro Accademico honoris causa a Blanca Mac Mahon, en reconocimiento a su trabajo en el campo de la pintura.

En 1959 Blanca fue condecorada con la Medalla de Plata en el Concurso Internacional de Roma Olimpiónica.

Autorretrato con bastidor

En 1961 realizó una exposición junto a su marido en la Sala Libros de Zaragoza, donde María Blanca presentó unos retratos que “demuestran una gran soltura y dominio técnico, tanto con la espátula como con el pincel”.

Participó en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1962 con la obra inscrita con el número 60 titulada “Madrid”, Sala III. P.V. En el catálogo se especifica que era “natural de París, domiciliada en Madrid, Marcenado, 42. Alumna de la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando. Ha expuesto en Mostra dei pittori Espagnoli, residentes en Roma, Salones Macarrón. Tiene obras en la Diputación Provincial de Ciudad Real y en colecciones particulares en Italia, Francia, Dinamarca y España. Profesora de dibujo. Premio Corporaciones en la Nacional de Bellas Artes de 1960”.

De regreso a Madrid, el matrimonio se instala en un estudio en la calle Sánchez Pacheco, 61.

Un retrato rápido hecho por su marido, Rafael Reyes Torent

En los años 60 llevó a cabo distintas exposiciones, como la realizada en los Salones Macarrón de Madrid.

En 1965 presentó en la Galería de Arte Atril una serie de óleos, dibujos y acuarelas “suficientes para acreditarla de la mejor manera entre nosotros. Figuras concebidas con brío y amplitud varoniles y tratadas con un colorido armonioso y transparente que revela una alta calidad pictórica (Blanca se ha dedicado algún tiempo a la restauración de cuadros antiguos. Nada tan útil para profundizar en las técnicas). Confieso mi predilección por los dibujos a pluma, terminados a la aguada. Es en ellos donde la artista se manifiesta más espontánea, más “suya”, recogiendo en una Parente facilidad una larga experiencia. Todo vibra, todo vive en aquellos trazos delicadísimos, manejados con maestría insuperable”…dice al presentárnosla el Marqués de Lozoya”, según apareció en el ABC el 7 de enero en una breve reseña firmada por Juanvi.

La promoción de la artista en los estudios de restauración

María Blanca modelando

La artista sorprendida con los pinceles

En 1968 consiguió una Mención Honorífica por su dibujo titulado “Palamós”, en el III Premio de Pintura “Villa de Palamós”, que mereció una reseña en la revista Proa en la que se dice: “Dibujar, para Blanca Mac-Mahón, es algo extraordinariamente sencillo. Ella habla con la pluma, se expresa con los trazos con tanta seguridad y con tanta vehemencia, como lo era el hablar para García Sanchíz o lo es para Beulas, ese coloso, el pintar las estepas aragonesas. Sus retratos, que hace con la rapidez con que manos expertas realizan un encaje de bolillos o un bordado de filigrana, contrariamente a su condición de maestra mano femenina, tienen una fuerza varonil, son recios y expresivos, fieles y espontáneos. Viajera incansable, ha recorrido junto a su marido casi toda Europa, obteniendo premios resonantes, mereciendo en 1968 el ser nombrada miembro académico Honoris Causa de la «Academia Mondiale degli Artisti e Professionesti» de Italia. Su obra está representada en Museos y numerosas colecciones extranjeras y nacionales. Palamós supo aceptarla y admirarla. Esperamos que en un futuro próximo nos vuelva a honrar con una nueva muestra de su arte”.

Retrato de mi padre

Tras la muerte de su esposo en 1984, María Blanca continuó pintando y restaurando, dedicada a la que fue su gran pasión hasta pocos meses antes de su fallecimiento, que tuvo lugar el 16 de agosto de 2016, justo al día siguiente de cumplir los 90 años.

Retrato de mi hermana Rosa

Mujer inteligente, sanguina

Mª Blanca Mac-Mahon Ordañana y la AEPE

* Al XX Salón de Otoño de 1946 concurrió inscrita como Mac-Mahon (María Blanca), con el número de obra 118. Titulada “Retrato de mi padre” (óleo)

* En el XXII Salón de Otoño de 1948 se presentó como asociada, Mac-Mahon (María Blanca), e inscribió con el número 266 la obra titulada “Horizonte”.

Retrato de mi padre, con el que participó en el XX Salón de Otoño de 1946

La Anunciación, óleo

Plumilla del monumento al General Martínez Campos, en el Retiro

Iglesia de Madrid, plumilla

Puerta de Alcalá, plumilla

Niña sentada, sanguina

Bibliografía y webgrafía

https://ddd.uab.cat/pub/llibres/1960/191258/expnacbel_a1960.pdf

http://www.joyanco.com/EnciclopediaArbillas/arbillas/fam19362.html

https://ddd.uab.cat/pub/llibres/1954/191178/expnacbel_a1954.pdf

https://www.abc.es/archivo/periodicos/abc-madrid-19681101-101.html

https://www.myheritage.es/names/maria_ordo%C3%B1ana

https://ddd.uab.cat › pub › llibres › expnacbel_a1962

https://ddd.uab.cat › pub › llibres › expnacbel_a1960

http://ganatiempos.blogspot.com/2019/09/las-ovejas-perdidas-de-hoy.html

http://tietarteve.com/exposicion-san-pedro-de-alcantara-y-su-santuario-en-oropesa/

https://ganatiempos.blogspot.com/2016/08/requien-para-un-ser-querido.html?zx=f0b4eb00aa67f16e

“Tradición y modernidad: Arte en Zaragoza en la década de los años cincuenta”, Mª Isabel Sepúlveda Sauras, Zaragoza: Prensas Universitarias de Zaragoza, 2005.

Revista Proa de Palamós, Nº 38, julio y agosto de 1968

“Instituciones artísticas del franquismo

ABC 07/01/1965   08/09/1968   12/10/1984   06/10/1956   30/09/1961

¡Hola!  10/4/1965

El Diario de Ávila   25/7/2011  20/9/2012

Archivo Histórico “Bernardino de Pantorba” de la Asociación Española de Pintores y Escultores

www.gacetadebellasartes.es

www.salondeotoño.es

Archivo familiar de Dña. Rosa Mac Mahon, a quien desde estas líneas deseo agradecer su colaboración y esfuerzo por rescatar del olvido la figura artística de su hermana María Blanca

Las Medallas de la AEPE: Francisco Pradilla

Por Mª Dolores Barreda Pérez

Después de ver cómo y cuándo nació la Medalla de la Asociación de Pintores y Escultores, vamos a seguir conociendo más acerca de los galardones en los que se otorga actualmente, con sus correspondientes denominaciones.

 

Medalla de Pintura Francisco Pradilla

Del Certamen de Pequeño Formato

 

La pintura de pequeño formato es una síntesis de lo mínimo y no obstante es completa, plena, sorprendente y satisfactoria. Trabajar en un formato reducido permite la inmediatez, la experimentación creativa, el derroche de imaginación, el despliegue de color que no abordamos en obras de mayor escala.

Desde esta tradición pictórica, la Asociación Española de Pintores y Escultores convoca anualmente el Certamen de Pequeño Formato que siempre supone un gran éxito tanto en la participación de los socios como en la calidad de las obras presentadas.

Son obras grandes, pese a su pequeño formato, que nunca nos dejan indiferentes porque encierran, de la misma forma que una preciosa y costosísima esencia, lo mejor de los sentimientos de los maravillosos artistas que componen nuestra entidad.

En el año 1979, la Asociación Española de Pintores y Escultores llegó a un acuerdo con la Galería Eureka, situada en la vecina calle Caballero de Gracia, para realizar una exposición de pequeño formato que se celebraría en el año siguiente, buscando una continuidad en el futuro y llegando a ser ya una de las convocatorias más tradicionales de la entidad.

El I Certamen tuvo lugar del 28 de marzo al 12 de abril de 1980 con un límite de tamaño de 46 cms.

En Eureka se llevaron a cabo las seis primeras ediciones del premio, trasladándose en 1986 a la Galería Infantas hasta su cierre, y encontrando desde entonces cabida en distintos locales e instalaciones municipales que siempre ceden sus espacios expositivos para acoger una muestra tan característica.

El arraigo definitivo de este certamen hace que estemos a punto de llegar a su edición número 40, todo un logro que destila fragancia y crédito.

En 2017 y gracias a la propuesta que realizara el Presidente de la AEPE, José Gabriel Astudillo, bajo el título de “La plenitud de los nombres”, se acordaba la reorganización de los premios y galardones que otorgaba la institución en los distintos certámenes y concursos habituales. En el caso del Certamen de Pequeño Formato, y como en el resto de las ocasiones con el ánimo de honrar la memoria de los fundadores de la AEPE, se instituyeron los premios: Medalla de Pintura Francisco Pradilla y Medalla de Escultura Juan Bautista Adsuara.

 

Francisco Pradilla y Ortiz

 

En el número de la Gaceta de Bellas Artes correspondiente al 15 de febrero de 1930, Ramón Pulido firmaba un artículo en el que se quejaba… “los que el año 1921, en Madrid, asistimos a su entierro éramos un número contadísimo, y el desprecio y la indiferencia de la crítica al dar noticia de su muerte, no podemos por menos de sentir tristeza al ver de qué modo muchas de las grandes figuras del arte, en el ocaso de su vida, son olvidadas, y ni la patria grande ni la chica tienen para ellos esos recuerdos póstumos de ternura y amor para quien, en vida, las dio tantos días de gloria”. Unas palabras que lamentable y tristemente un siglo después, mantienen su vigencia.

Francisco Pradilla es justamente considerado como uno de los máximos exponentes de la pintura española del último cuarto del siglo XIX, además del último gran maestro del género histórico en esta centuria.

Autorretrato de juventud

 

Consiguió situar a las grandes composiciones históricas, que tanto éxito tenían en el siglo XIX español, en lo más alto de la pintura europea. Su Juana la Loca bien puede considerarse como una de las mejores obras del siglo, gracias a la brillantez y la fuerza de su estilo realista, en el que las pinceladas de óleo vibran y se aprecian claramente en el lienzo.

Francisco Pradilla y Ortiz nació el 24 de julio de 1848 en Villanueva de Gállego, un pequeño pueblo de Aragón. De muy joven entró como aprendiz en el taller de pintura del escenógrafo de Zaragoza Mariano Pescador, quien le animó a acudir a la Escuela de Bellas Artes de San Luis.

El profesor Bernardino Montañés ve en él unas dotes excepcionales, encaminando sus pasos hacia Madrid, donde compaginará su trabajo como ayudante en el estudio de los escenógrafos Augusto Ferri y Jorge Busato, con la asistencia a la Escuela Superior de Pintura, Escultura y Grabado, donde tuvo como maestros a Federico Madrazo y Carlos Rivera.

Incitado por José Casado del Alisal, primer Director de la Academia Española en Roma, que deseaba contar en la primera promoción de pensionados con las mejores promesas del panorama artístico español, en 1874 ganó la pensión de la primera promoción en la Academia de España en Roma, junto a Casto Plasencia, Jaime Morera y Alejandro Ferrant y Fischermans, estos últimos, Socios Fundadores de la Asociación Española de Pintores y Escultores.

El trabajo correspondiente al tercer año de pensión le supone a Pradilla un éxito rotundo. Se trata de Doña Juana la Loca, con la que consigue la Medalla de Honor en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1878 y la Medalla de Honor en la Sección Española de la Exposición Universal de París de ese mismo año.

Doña Juana La Loca

 

Desde entonces empezó Pradilla a pintar encargos para los amantes del arte del mundo entero, cotizándose sus obras a precios muy elevados.

Este sonoro triunfo le llevaría a recibir el encargo del Senado para la ejecución del cuadro La rendición de Granada, cuya difusión le catapultaría a una fama internacional.  Tan gran éxito obtuvo el cuadro, que el Senado no sólo recompensó al artista con mayor cantidad que la contratada, sino que durante muchos días permitió la entrada al edificio a todo el que quiso admirar la obra. Madrid entero desfiló por el salón de conferencias del Senado. Y es que esta obra produjo entre los pintores y los críticos profunda admiración, rindiéndosele homenaje en Roma por parte de todos los pintores. Las revistas del mundo entero reprodujeron la obra y publicaron todo tipo de elogios. En Francia, se le otorgó la cruz de la Legión de Honor y se le nombró además individuo extranjero de la Academia de Bellas Artes de París.

La rendición de Granada

 

Su nombramiento como Director de la Academia de España en Roma, sustituyendo a Casado del Alisal, le hizo fijar su residencia en la ciudad eterna, donde, emulando a su admirado Fortuny, abrió un estudio al que acudían los más importantes coleccionistas y marchantes de Europa. Pero agobiado por las obligaciones administrativas del cargo, presentó su renuncia a los ocho meses.

Los años vividos en Italia, alternando su trabajo en Roma con los veranos pasados en las Lagunas Pontinas de Terracina, fueron los más felices de su vida.

En 1896 es nombrado Director del Museo del Prado, un cargo que colma las ambiciones de cualquier artista, más él que gozaba de un extraordinario reconocimiento artístico entre coleccionistas y marchantes de todo el mundo, viéndose obligado a regresar a España.

La situación real del Museo, las críticas a la conservación de la colección, el vivir atrapado nuevamente por las limitaciones administrativas, desatendiendo su verdadera vocación de pintar, hicieron que en 1989 abandonara el cargo y con cincuenta años, cansado, se alejó voluntariamente de actos sociales y políticos, dedicando su vida a pintar.

Autorretrato de 1917

 

En su magnífico palacio-estudio recibía a numerosos amigos como Pérez Galdós, Núñez de Arce, el Marqués de Pidal y al mismísimo rey, que solía visitarlo con frecuencia.

Aunque su muerte sorprendió a muchos por el alejamiento del pintor de la vida social, la exposición póstuma de sus obras que se instaló en su propio domicilio, fue un éxito de concurrencia, ya fuera para visitar un lugar difícilmente accesible o por ver «los Pradillas» que conservaba su propio autor.

Entre todos los géneros pictóricos que cultivó, la pintura de historia fue la que más fama le proporcionó. Se interesó por las anécdotas más emotivas de la historia. También pintó retratos de la aristocracia madrileña y conjuntos decorativos, como la ornamentación del Palacio de Linares de Madrid, para el que ejecutó la Lección de Venus al Amor, en el techo del salón de baile.

Pradilla por Alejandro Fischermans

 

Pradilla fue también un gran paisajista, como ya demostró en sus composiciones de historia. Intentaba ambientar las escenas en exteriores y con una depurada técnica, organizaba amplias perspectivas panorámicas con multitud de figuras y de motivos.

La faceta más moderna de su obra son los abocetados paisajes que realizó tomados del natural, en los que busca plasmar sensaciones atmosféricas y paisajes, y donde abundan las luces efectistas.

Falleció en Madrid a causa de un cáncer en la boca, en su casa estudio situada en la calle Quintana,33, el 1 de noviembre de 1921. A su entierro, celebrado en el cementerio de Santa María, acudieron multitud de miembros de la Asociación Española de Pintores y Escultores como Mariano Benlliure, Moreno Carbonero, Álvarez de Sotomayor, Casado del Alisal, Miguel Blay, Benedito, Cecilio Plá, Aniceto Marinas, Marceliano Santamaría…

Huecograbado del pintor

Autorretrato

 

La Asociación Española de Pintores y Escultores dedicó una corona al finado que la familia, agradecida, no aceptó porque la modestia de Francisco Pradilla así lo tenía dispuesto, y abrió con la triste noticia el número de la Gaceta de Bellas Artes del 1 de noviembre de 1921, en la que además de una semblanza y biografía de su vida, se acompañaba en el sentimiento a la familia.

Su nivel de maestría fue tal, que una narración de la historia de España sin sus cuadros es una crónica huérfana de imágenes.

Su obra fue ingente y se halla dispersa en colecciones particulares españolas y en diferentes países europeos y sudamericanos.

También fue un buen ilustrador gráfico de publicaciones literarias, un maestro retratista y un gran pintor costumbrista, siendo las pinturas de este último género las más abundantes y cotizadas.

Cortejo del bautizo del Príncipe Juan

 

Pradilla supo crearse un estilo personal fruto de la observación, aquilatando valores, con un espíritu analítico, dominando el color sin ser colorista, la técnica, la composición, el dibujo, y con un concepto estético muy elevado y espiritual del arte, creó obras que tuvieron un público entusiasta que en todo momento le rindieron franca y sincera admiración.

Juana La Loca recluida en Tordesillas

 

Sus cuadros de costumbres italianas y españolas son obras sugestivas, tienen interés y belleza, en ellas buscó Pradilla la psicología de los personajes y el ambiente de su propia naturaleza.

Las lagunas pontinas y los pueblos de Galicia recogieron una gracia extraordinaria cuyo profundo estudio supone la contemplación de la naturaleza como pocos pintores hicieran, trasladando esa atmósfera a sus lienzos con recogimiento.

El suspiro del moro

 

El pintor era amante del aislamiento: vivía entregado al trabajo, correcto, sin ganas de visitas y reuniones, lo que le hacía poco asequible. Los domingos por la tarde recibía en su estudio a sus amigos íntimos, artistas y no artistas, y si le pedían consejos los daba sin apelar a medias tintas, en forma clara y concreta, fuesen gratos o desagradables, él, a quien le molestaba la adulación profundamente.

Sorolla, que fuera discípulo de Pradilla en Roma y Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, recibió del maestro consejos tan sinceros que le molestaron por su rudeza, llegando a distanciarlos en el transcurso de sus vidas, si bien finalmente el valenciano tuvo para Pradilla frases de justicia y de cariño.

Últimas nieves en Terracina

 

Pintaba la figura de un modo admirable y era un gran paisajista, creando obras que es difícil superar. Fue además un acuarelista extraordinario, dando a este género de pintura la solidez y calidad del óleo, sin perder el encanto y la gracia de la acuarela.

Hizo retratos muy bellos, pero no transigía con adular al retratado, rechazando la mayoría de encargos si conllevaban esta “pena”.

Primavera

 

Sus cuadros eran de una preparación lenta y minuciosa, debido a los muchos apuntes, dibujos y estudios que hacía antes de dar comienzo a la obra definitiva; preparaba el fondo, sobre todo en sus cuadros de historia. En el aire libre buscaba el momento de luz y hora que respondiese de modo muy expresivo al asunto que había concebido para su cuadro, los efectos de nubes, los terrenos en que los grandes carros marcaban las huellas de las ruedas… todo era objeto de profunda observación.

Amparito

 

Consiguió todos los honores que su talento le granjeó: fue académico de Bellas Artes en España y en las academias de París, Berlín, Munich y otras más. Fue condecorado con grandes cruces nacionales y extranjeras y sus cuadros se pagaban a precios muy elevados.

En palabras de Wifredo Rincón, especialista en la figura del aragonés, y quien fuera también Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, fue un pintor muy versátil que rivalizó en popularidad y prestigio con Joaquín Sorolla. Practicó todos los géneros: el retrato, la pintura de historia, estampas populares y costumbristas, paisajes, cuadros alegóricos y mitológicos próximos al simbolismo en ocasiones, aunque fue en la pintura histórica donde logró sus mayores éxitos y su maestría indiscutible. Fue un pincel refinado de ‘realismo ambiental’.

La tarde

 

Hace no mucho tiempo, recibimos emocionados en la AEPE la visita de la bisnieta del maestro Pradilla, Sonia Pradilla, quien nos habló de la familia y de su abuelo, el también pintor e hijo del aragonés, Miguel Pradilla, figura desconocida que siguió los pasos de su padre.

En una exposición celebrada en octubre de 2018 en Pozuelo de Alarcón, se rindió homenaje a los dos artistas, pintores que compartieron el amor a Italia, donde Francisco vivió tantos años y Miguel pasó toda su infancia, y la pintura de uno y otro volvía a los mismos escenarios (como las Lagunas Pontinas) con décadas de distancia.

Bajo el árbol consagrado a Ceres

 

Padre e hijo coinciden también en su interés por las escenas populares y costumbristas de fiestas, romerías, procesiones, mercados, etc. Y en la pasión por el paisaje, aunque con estilos muy diversos, con Francisco endeudado con el preciosismo y Miguel influido ya por el impresionismo.

La lectura de Anacreonte

 

En la página web de la AEPE www.gacetadebellasartes.es  publicamos también en el apartado “Recordando a nuestros socios”, la documentación que tan amablemente nos hicieron llegar en el ánimo de ayudar a difundir la memoria de ambos, que a todos recomiendo visitar.

Miguel recordaba a su padre “conmovido por su amor de hijo y su vocación de artista… yo consideraba a mi padre como a un dios, como a un coloso al que nunca podría llegar”… motivo por el que tantas veces declinó presentar sus trabajos al público, temiendo quizás, España es así… antes, durante y me temo que después… que la comparación entre uno y otro destrozaría su vocación.

Manolas en el palco

 

Pradilla gustaba de Rembrandt, Velázquez, Tiziano, el Greco y Ribera. Apasionado de Wagner, lector incansable, viajero y deportista, buen alpinista, gran nadador, practicante de gimnasia, senderista… el lado más personal del maestro así nos lo recordó su bisnieta, merced a las impresiones que su abuelo Miguel escribiera de él.

Retrato de la Marquesa de Encinares

 

Francisco Pradilla y la AEPE

En el III Salón de Otoño de 1922, Francisco Pradilla expuso tres obras cedidas para la ocasión por Félix Boix. Se trataba de hacer un pequeño homenaje al gran artista fallecido unos meses antes. Las obras expuestas fueron:

471.- “Recogedora de algas” (Vigo), óleo

472.- “El suspiro del moro” (boceto), óleo

473.- “Estudios de bordados y telas para La rendición de Granada” (acuarela)

En el V Salón de Otoño de 1924 estuvo presente también en la Sala de Recuerdos, junto a obras de Goya, Eugenio Lucas, Palmaroli, Rosales y otros muchos artistas fallecidos, con una obra propiedad de F.F.

413.- “Dibujo”

Niebla de primavera en Italia

 

 

Webgrafía y bibliografía

https://historiaragon.com/2016/11/01/francisco-pradilla/

AUTORRETRATOS DE FRANCISCO PRADILLA. A PROPÓSITO DEL CONSERVADO EN EL MUSEO DE ZARAGOZA Wifredo Rincón García online: https://ifc.dpz.es/recursos/publicaciones/35/21/52rincon.pdf

http://www.bibliotecalazarogaldiano.es/carhis/descargas/Rincon-Garcia_De-pintura-y-fotografia-cartas-de-Francisco-Padilla-Ortiz-a-Antonio-Canovas-y-Vallejo-Kaulak.pdf

Wifredo Rincón ‘Francisco Pradilla’ (Aneto, 1999)

Archivo Histórico “Bernardino de Pantorba” de la Asociación Española de Pintores y Escultores

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Aurora Lezcano y de Saracho

Por Mª Dolores Barreda Pérez

LAS PRIMERAS ARTISTAS DE LA

ASOCIACION ESPAÑOLA DE PINTORES Y ESCULTORES

Desde su fundación en 1910, y después de haber tratado en anteriores números a las Socias Fundadoras de la entidad, y las participantes en el primer Salón de Otoño, vamos a ir recuperando de la memoria colectiva, el nombre de las primeras socias que vinieron a formar parte de la Asociación de Pintores y Escultores..

AURORA LEZCANO Y DE SARACHO

MARQUESA DE O’REILLY

LEZCANO Y DE SARACHO, Aurora    P  1942  11.jun.1912  MADRID  MADRID  Marquesa de O’Reilly

Aurora Lezcano de Saracho se inscribió en nuestra entidad como “Pintora”. Socia de número nacida en Madrid, el 11 de junio de 1912, con domicilio en la calle Sacramento, 5. Así aparece en la ficha de la entidad, además de en otros escritos, documentos y portales online.

Sin embargo, sabemos ahora que la pintora, periodista, conferenciante, ensayista, columnista, guionista de cine e investigadora histórica, nació en Madrid, el 6 de junio de 1914, pese a que en otro tipo de diccionarios se cite como fecha de nacimiento el 9 de junio de 1914.

Aurora Lezcano en 1942

Aurora era hija del célebre pintor Carlos Lezcano, discípulo destacado del paisajista Carlos de Haes y de Joaquín Sorolla, quien fuera Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, y de Aurora Saracho Spínola, a quien todos conocían por “su bondad y la afabilidad de su trato exquisito”.

La familia Lezcano vivía en el palacete de la Calle Sacramento, hoy conocido como edificio O’Reilly.

Pese a que Carlos Lezcano estudió para abogado en el cercano Instituto de San Isidro, su pasión por el dibujo y la pintura le llevaron a realizar infinidad de apuntes con los que fue preparando sus estudios artísticos.

Retrato de Carlos Lezcano, por Joaquín Sorolla

En 1900, cuando Sorolla llega a Madrid y monta estudio y casa, Carlos Lezcano asiste a su taller, y le acompañará en alguno de sus viajes a Valencia. Lezcano viajó por Galicia y el País Vasco, conociendo en una finca de Galicia a una joven de Bilbao, llamada Aurora Saracho Spínola, con quien se casó, trasladándose el matrimonio a vivir a Madrid, dedicándose a los negocios y a su familia.

Además de con Sorolla, Carlos hizo amistad con multitud de artistas, especialmente con Eugenio Hermoso y Anselmo Miguel Nieto, ambos también socios de número de la Asociación Española de Pintores y Escultores.

En un ambiente familiar propicio a las artes, creció Aurora, que tuvo por primer maestro a su padre, que bien pronto distinguió las dotes artísticas de su hija.

El fallecimiento del hijo varón y hermano de Aurora, sumió a su padre en una nostalgia enfermiza que sólo la pintura logró mitigar en parte, dedicándose el matrimonio a viajar y a pintar la que sería su gran pasión: los castillos de España.

Una pasión que le llevó a exponer sus castillos españoles en las Galerías Georges Petit  y Galería Hantcourt, ambas de París, valiéndole que el gobierno francés adquiriera alguna de sus obras para el Museo de Jeu de Paume. Allí residió durante algún tiempo, logrando ser conocido como “el pintor de la España heróica” por los franceses. En 1927 expuso en Boston, vendiendo toda la colección de una sola vez.

Según confesaba la propia artista, “Mi padre, el pintor Carlos Lezcano, me enseñó desde niña a amar el arte y todo lo bello, especialmente la pintura. Mi padre era apasionado de Goya y de el Greco, yo heredé esta admiración, principalmente por Goya, maestro de la caracterización, porque al especializarme yo en el retrato, Goya me atrae por su estudio psicológico del modelo y por su técnica maravillosa”.

Además de a Goya, Aurora admiraba profundamente a Sorolla, a quien reconoce como maestro de su padre y genio impresionista, luminoso, colorista, lleno de pasión, seguridad y vibración.

Aurora, que vivía en la mansión familiar de la calle Sacramento de Madrid, acompañó a sus padres por algunos viajes y compartió su pasión por el dibujo y el arte.

Portada del libro en el que colaboró

Su primer y mejor maestro fue su padre, pero desde muy niña Aurora tuvo además otros destacados profesores como el propio Sorolla y Álvarez de Sotomayor, ambos serían Presidentes de la Asociación Española de Pintores y Escultores.

Su primera exposición colectiva tuvo lugar en Madrid, en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1934, a la que concurrió con una de sus primeras obras.

En 1936 se casó con Darío Valcárcel y Kholy, Marqués de O’Reilly, abogado, académico de la Academia de Jurisprudencia y Legislación, medalla de la Campaña, nacido el 31 de marzo de 1906 en Madrid. Con vocación literaria, desde muy joven colaboró en numerosos periódicos y revistas españoles y americanos como ABC, El Diario Vasco, La Nación de Buenos Aires y El Diario de la Marina de La Habana. Era autor, además, de tres novelas y dos comedias, por lo que compartía con Aurora inquietudes y experiencias artísticas, que desde el primer momento se mostraron muy fructíferas.

De la unión nacieron tres hijos: Aurora, Isabel Clara Eugenia y Darío Valcárcel Lezcano.

Aurora Lezcano junto a sus tres hijos

El matrimonio se trasladó a vivir a la calle Alarcón esquina con Maura, junto al Museo del Prado, que tantas veces visitaría Aurora y posteriormente quedaría como estudio de trabajo, muy cerca del estudio de Álvarez de Sotomayor, quien como hemos dicho, fuera su maestro.

Durante la Guerra Civil, Aurora fue corresponsal de ABC, ya que desde muy joven, alternó la actividad de la pintura con el periodismo: crónicas, artículos, entrevistas, reportajes, y con las actividades culturales y una intensa vida social. Además, colaboró con José María Pemán y con Ángel María de Lera en el libro “Papeles sobre los novios y el noviazgo”.

Su primera exposición individual tuvo lugar en noviembre de 1941 en Barcelona.

Concurrió además a la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1941, de la que el crítico Manuel Abril destacó ya en su momento  …“autora afortunada con buen retrato…” y cuyo “Retrato de Enrique de Carlos” fue definido por otros medios como “realizado con pincelada rápida, segura y expresiva”.

En la I Exposición Nacional de Educación y Descanso de 1941 obtuvo la Medalla de Plata, que conllevaba como premio un viaje de estudios por Alemania e Italia.

En 1941 expuso en Barcelona una valiosa colección de lienzos de su padre, acompañando los mismos con 17 telas propias bajo el título de “Estudios de figura”, mereciendo ya entonces elogios por considerarlas la crítica “…aciertos donde apunta la personalidad de su autora, artista a la que, sin duda, esperan jornadas de positivo éxito”…

En 1944 Aurora y su marido se trasladan a vivir al palacete de la Calle Sacramento donde vivía de niña junto a sus padres, y que a partir de ese momento se conocerá como Palacio O’Reilly. Con 5 balcones a la Calle Sacramento, el estudio, dormitorio y otras piezas de la casa daban a la calle del Rollo, donde según confesaba Aurora, “quisiera morir”.

Aurora Lezcano en su casa de la calle Sacramento

En enero de 1944 expuso en el Salón Cano de Madrid, destacando la prensa del momento que “la Marquesa de O’Reilly es un temperamento artístico descubierto en la primera Exposición Nacional de Arte de Educación y Descanso, donde consiguió uno de los primeros premios. Desde entonces, corto espacio de un par de años, la inquieta artista viene realizando ampulosa obra que se traduce en que en todos los comicios nacionales y colectivos, veamos algún óleo prometedor de la misma… En esta exposición individual presenta 25 lienzos, casi todos ellos retratos… obsesión permanente de su arte… en este sentido tiene su mérito la obra de Lezcano al enfrentarse con el mismo con esa valentía temperamental que lo hace”…

Aurora Lezcano pintando en su estudio

Una interviú publicada en el ABC en febrero de 1944, titulada “Los retratos de Aurora Lezcano” y firmada por el periodista J.S., explica que  …”visitamos su estudio situado en la calle Alarcón… allí vimos los últimos retratos que pinta: el del obispo auxiliar de Madrid-Alcalá, Dr. Morcillo, un lienzo de Figuras de la Pasión para el concurso de los Amigos del Arte y el balbuceo ya definido de José Francés, difuminado su aire académico, en la castiza capa que apenas deja ver el libro casi cerrado…. No sé si la pintora que hay en Aurora se formó en Italia al calor de un turismo artístico….transformado después en pasión artística… Hay antes otra influencia decisiva: la de Carlos Lezcano, su padre… con estos antecedentes, fácil es ver la obra actual… No se improvisa el genio, aunque sea consustancial a la corporeidad física. Se es o no se es, pero hace falta demostrarlo. Y a este punto preciso sólo llegan no los que pueden, sino los que pueden y quieren. De ahí el triunfo de Aurora Lezcano, pintora por educación y vocación, que capta en sus retratos los más recónditos matices del modelo. Hasta hoy la Marquesa de O’Reilly sólo se nos ha mostrado artista consumada en la técnica del retrato. Pero día llegará –y eso nos lo ha dicho sin preguntárselo- en que peregrine con sus bártulos de pintar por la misma ruta que un día su padre, recorriera, captando para la posterioridad de sus lienzos, las mismas piedras venerables”.

En 1944 participó también en la IV Exposición Nacional de Educación y Descanso y en julio, en la exposición que la Sección Femenina de F.E.T. y de las J.O.N.S. realizó en San Lorenzo de El Escorial, en la que se presentaron sólo artistas femeninas como Julia Minguillón, Rosario de Velasco, Marisa Roesset, María del Carmen Álvarez de Sotomoyor, Emilia Legarde, María Teresa Perinat, Marta Valenzuela y otras….

En 1948 expuso en Madrid una muestra de sus cuadros que fue muy bien acogida por la crítica y el público, contando en su inauguración con la asistencia del Marqués de Lozoya, Director General de Bellas Artes, de Eugenio D’Ors, Joaquín Calvo Sotelo y otras ilustres personalidades del mundo de las bellas artes muy vinculadas a la Asociación Española de Pintores y Escultores.

Aurora Lezcano junto al Infante D. Luis Alfonso de Baviera y Borbón y el Director General de Bellas Artes en una exposición en su domicilio

En 1948 comenzó a exponer sus obras en su propia casa, a cuyo acto de presentación acudían todo tipo de personalidades de la vida política y cultural madrileña, como Agustín de Foxá o José Francés, quien fuera Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, ambos grandes amigos de la artista.

Así, en los salones de su palacete, comenzó a llevar al uso una tertulia frecuentada por la intelectualidad de la época, a la que acudían aristócratas, librepensadores, artistas, como el Marqués de Santoflor, Agustín de Foxá, Ortega y Gasset, Gregorio Marañón, José María Pemán, Luis María Ansón, Camilo José Cela, José Francés, Eugenio D’Ors, Torcuato Luca de Tena, Luis Rosales, Julio Caro Baroja, Pedro Sainz Rodríguez, Rafael Alberti, Sánchez Mazas, Cunqueiro, José Plá … una verdadera Academia en la que los espíritus ilustrados mantenían la tradición de los salones literarios.

Banquete ofrecido en honor de Aurora Lezcano al recibir el Lazo de Dama de Isabel La Católica

Su hospitalaria amistad era legendaria, presidiendo reuniones en salones adornados con exquisito detalle en donde lo mejor era el ambiente que sabía crear entre los tertulianos y el respetuoso silencio que lograba para las opiniones expuestas por cada cual. En esos años, el clima de tolerancia y libertad que allí se disfrutaba era un eslabón de futuro civilizado en una atmósfera exterior cargada de problemas. En palabras de Gonzalo Fernández de la Mora “Aurora presidía con su aire bonachón y risueño aquellos conciliábulos por los que desfilaron personalidades destacadas de la vida nacional que disertaban en un ámbito de respeto, aunque sus puntos de vista no fuera acogidos con unanimidad. El colofón era un suntuoso refrigerio en que los postres predominaban en versiones admirables que ella misma supervisaba “para endulzar las discrepancias” solía repetir al término de las sesiones. El ocio veraniego lo disfrutaba en Fuenterrabía en un piso que se asomaba a la ría y a la marisma de Chingudi. Allí pintaba los paisajes fronterizos que le enamoraban. Aurora hacía de la amistad un culto”.

A partir de entonces, la exposición de obras en su casa en exposiciones anuales fue una característica en su forma de presentar a la crítica su trabajo, que alternó con contadas exposiciones en salas y galerías, como las que hacía en la Abril de Madrid.

Participó en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1952.

Aurora Lezcano en su estudio, retratando a José Francés, quien fuera Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores

En 1965 recibió el Lazo de Dama de Isabel La Católica, concedido por el Jefe del Estado a través del Ministerio de Asuntos Exteriores, debido a sus trabajos de documentación histórica y pictórica sobre el primer Conde de O’Reilly

En 1966 realizó una gran exposición en la Galería Afrodisio Aguado, que confirmó la calidad de su pintura, estimada por quienes la conocían, pero no del público, ya que Aurora no prodigaba sus exposiciones. El hecho lo recogió el diario ABC, que destacaba …”algunos retratos, excelentes de factura y entrañablemente testimoniales, como los de Marañón, Vaquero y García Viñolas…. Lo más significativo de esta exposición son los cuadros madrileños, ese Madrid carreriano, que Aurora ha sabido interpretar como muy pocos”…

La artista en una fotografía de 1981

En 1975 realizó una exposición en la Galería Abril, reseñando la revista Bellas Artes de marzo de ese mismo año “Aurora, con su inquietud a cuestas manifiesta en tantas actividades, periodismo, literatura, plástica…. Posee un estilo marcado por esa inquieta observación de las cosas reales. Las apreciaciones, las contemplaciones de la realidad, marcan una emoción en la artista, que luego transforma en obra de arte. Su estilo es personal, influido por el impresionismo, muy suelto de línea y captador de ambientes y entornos.

Ese mismo año, la Estafeta Literaria recoge la noticia del ingreso de Aurora en la Sociedad Vascongada de Amigos del País.

En diciembre de 1969 expuso algunas de sus obras en el Centro Cubano de Madrid, como recogió el ABC en un texto que decía …”Aurora Lezcano, en cuya pintura podemos reencontrar el ya disperso espíritu de Madrid… cuyo único defecto consiste en no exponer todas las veces que debiera, y debiera exponer muchas, ha salido de su retiro y nos ofrece cinco cuadros deliciosos, de tema madrileño unos, y otros en los que varía con gran sensibilidad sobre el eterno tema de Venecia y Roma”.  Con Aurora exponen también Aniel, Emilio Sánchez, Hipólito Hidalgo de Caviedes, Jorge Mustelier, Prieto Nespereira y Ramón Estalella.

Una imagen tomada en la inauguración de la exposición en el Salón Cano en 1944

En 1974 presentó su primera obra literaria “Madrid, sus cosas y sus gentes y…” en la librería Abril, teniendo como introductor del acto al académico Camilo José Cela. Recibió magníficas críticas del mismo, como la aparecida en el ABC en el mes de febrero, escrita por Pedro Rocamora, en la que asegura que …”Sólo los escritores que han pasado del mundo de la pintura al de las letras son capaces de obtener este difícil contraste de matices, de luces y de sombras, de primeros planos y de esfumadas lejanías, en su obra escrita. Tal es el caso de esta fina madrileña que –a compás de una profunda vocación estética- trasfunde a sus páginas la delicadeza de su espíritu”.

En marzo de 1975 vuelve a la Sala Abril con 36 obras que introdujo en el catálogo José María de Areilza, en donde declaraba: “Si el arte de pintar consiste en la contemplación y en la recreación de lo visto a través del filtro personal de la mente o de la sensibilidad o de ambas a la vez, entonces hay que reconocer en Aurora Lezcano unos dones excepcionales de artista pintora. Sus lienzos demuestran que sabe mirar como nadie y adivinar la quintaesencia que late en el sentido profundo de las cosas. Y que interroga la psicología de los retratados con una certera intuición femenina que palpa el trasfondo de sus personajes en una exhaustiva auscultación pictórica. Pero luego elabora tales datos en esa misteriosa computadora biológica que es el cerebro y refleja en pinceladas certeras, sobrias, austeras lo que ella ha interpretado del tema propuesto: retrato, paisaje o naturaleza muerta… en la pintura de Aurora Lezcano ese entorno vital no podía falta y tiene su asiento en la tierra vasca… Aurora forma parte de esa admirable cohorte de espíritus sensibles que manejan el pincel con el fluido telúrico que entra por los ojos y sale por las manos. El terruño en el que Aurora trabaja y vive durante buena parte del año es la ribera del Bidasoa, en el paraje que el río ha cambiado de sexo y se ha vuelto mujer… allí sueña la pintora ante los desnudo lienzos que ya se hallan grávidos de los ambientes de Fuenterrabía, confín vascongado de España. Saludamos con alborozo la nueva exposición de Aurora Lezcano, en la que continúa un ilustre apellido de relevante significado en la historia de la pintura española de la Edad Contemporánea”.

Imagen de la inauguración de su exposición de 1948

En El País, en junio de 1977 se reseña que el libro “Madrid, sus cosas y sus gentes”, convertido ya en un clásico, ha batido una de las marcas de venta en la última Feria del Libro madrileña. Las 260 páginas del pequeño tratado matritense recogen, entre otros temas, los últimos atentados sufridos por el casco austríaco de la ciudad, a cuenta de la piqueta y la especulación. Desde la desaparición del circo Price hasta el derribo del convento de las Bernardas, en la calle más antigua de la pequeña zona medieval.

En 1979 expuso nuevamente en la Sala Abril “imágenes y composiciones reales y plenas de misterio”, bajo una introducción de Antonio Manuel Campoy, quien destacó el …”canto plástico a Madrid cuyos rincones más sugestivos conoce la pintora como nadie” y que resultó ser todo un éxito, tal y como recogía el diario ABC.

En 1979 falleció su marido, trasladando por esa época, su domicilio a la próxima Calle Mayor, 80, 2º piso, puesto que el Madrid de los Austrias era el espacio en el que se encontraba verdaderamente a gusto.

Portada de su libro que incluye una de sus ilustraciones

En 1981, fiel a la Sala Abril de Madrid, expone sus últimas obras, hecho que recoge el ABC de mayo, bajo el título de “Aurora Lezcano: una escritora que pinta:  “Así define a la marquesa viuda de  O’Reilly Gregorio Marañón Moya, que presenta el último catálogo de Aurora, cuya exposición se inaugura el martes 19 de mayo en la Sala Abril. Una escritora que pinta y una pintora que escribe desde hace cuarenta años, cuyos libros y cuyos cuadros son piezas del mismo “puzzle” vital, frangmentos de figuras y paisajes de experiencias y recuerdos, que saltan de Castilla a las Vascongadas, de Madrid a Fuenterrabía, sin romper el hilo del color, aunque matizándolo de un sitio a otro y sin que la palabra pierda su estilo. En esta ocasión Aurora presenta una muestra singular, en cuanto a más de sus estampas madrileñas y cantábricas, la pintora estrena seis retratos y una breve antología de autorretratos de 1935 a 1975. …. Habitual de los Jardines de El Retiro, del Madrid de los Austrias (su barrio), del mar encrespado….lo que ahora nos ofrece no son grandes lienzos para las Nacionales, los Salones de Otoño o los de Bellas Artes…. Sino una exposición intimista, en la que sobreabunda el pequeño formato, la instantánea plástica de un lugar y una hora. Y la mirada despierta y joven que nos contempla, década a década, desde media docena de autoanálisis al óleo, en los que el tiempo quedó detenido provisionalmente y que es, hoy, la biografía en imágenes de Aurora Lezcano”.

Tras una larga enfermedad, el 22 de agosto de 1987, Aurora falleció en Madrid.

Catálogo de su exposición de 1979 en la Sala Abril

A lo largo de su vida promovió muchas iniciativas culturales: desde la defensa de los cementerios románticos emprendida por Eugenio d’Ors y Agustín de Foxá, hasta la protección de edificios históricos amenazados por la especulación o la incuria en el Madrid de los Austrias. Impulsó premios literarios, ediciones, concursos y exposiciones que añadieron vitalidad a la vida intelectual de los años transcurridos entre el final de la guerra civil y la restauración de 1975.

Sus trabajos de documentación histórica y pictórica sobre el primer Conde de O’Reilly le valieron la concesión de la Orden de Isabel la Católica y un lugar de honor en la Sociedad Vascongada de Amigos del País.  El general hispano-irlandés Alejandro O’Reilly, gobernador de Luisiana en 1770, mantuvo bajo jurisdicción española en el reinado de Carlos III territorios norteamericanos de extensión superior al actual territorio españoles, desde Texas hasta Florida. Aurora investigó y contribuyó a restablecer en su verídica versión algunas páginas de esta etapa española de Norteamérica.

De ella dijeron:

…”Era una gran dama vasca de linaje y talante, y madrileña entusiasta de la mejor escuela. Había heredado de su padre, un refinado gusto artístico y un notable talento pictórico que acaso por modestia no quiso desarrollar por entero…. En los salones de Aurora, en la calle Sacramento, en la que presidía reuniones con selecta y sustanciosa concurrencia, adornados con exquisito detalle, muebles de época, tapices y cuadros, vitrinas y miniaturas, alfombras y lámparas espectaculares…. Aurora hacía de la amistad un culto. Sus amigos lo eran para siempre y en cualquier circunstancia”… José María de Areilza.

….”se nos ha ido. Ella, que era un volcán de noble y alegre vitalidad… pintaba con pasión muchas horas diarias. Buenos paisajes y acertados retratos… escritora inteligente y sagaz… adoraba Madrid”… Gregorio Marañón Moya.

…“pintora impresionista de ardiente paleta y pincel ligero, enraizada en la noble tradición magistral de su padre… enamorada de la belleza en el mueble, la porcelana, el tapiz, el bronce, el libro y las gentes… era impulsiva, apasionada y creadora”… Gonzalo Fernández de la Mora.

Su sólida formación profesional se esconde tras una especial sensibilidad plástica y se polariza en tres aspectos fundamentales: los tipos y paisajes vascongados, los rincones del viejo Madrid y los retratos (modelos de penetración psicológica).

Retrato del guitarrista Pedro Moreno

El catálogo del XVI Salón de Otoño reproducía tres retratos de la artista

Aurora Lezcano y la AEPE

A la Exposición de Bellas Artes correspondiente al 14 Salón de Otoño de 1935, concurrió Aurora inscrita como “Lercano Saracho (Dª Aurora), natural de Madrid. Vive en Alarcón, 7. Como vemos, un error con el apellido que sólo afectó a la relación final de expositores, puesto que en la ficha técnica de las obras, el apellido aparecía correctamente, y a la misma presentó dos obras:

86.- “Estudio de marinero” (óleo), 0,96 x 0,77

90.- “Estudio de gitana” (óleo), 0,93 x 0,77

A este certamen también concurrió su padre con la obra :

97.- “El acueducto de Segovia (impresión de otoño)” (óleo), 0,91 x 1,02

Al XVI Salón de Otoño de 1942 concurrió inscrita como Lezcano (Aurora), Marquesa de O’Reilly:

10.- “Retrato de Marianita Garrigues y L. de Chicheri” (óleo)

12.- “Retrato de Luis Joaquín Garrigues y L. de Chicheri” (óleo)

28.- “Retrato de la Marquesa de Bosch de Arés” (óleo)

Al XIX Salón de Otoño de 1945 presentó tres obras:

7.- “Bodegón” (óleo)

14.- “Marina”

284.- “El hombre del vaso de vino” (óleo)

Al XX Salón de Otoño de 1946 concurrió con la obra:

119.- “Torre de Comares” (óleo)

Retrato

Retratos del Conde de Foxá y de un niño aparecidos en la revista Medina

Retrato del niño Enrique de Carlos

Retrato de Eugenio D’Ors

Retrato de Agustín de Foxá

Felicitación manuscrita a Luis Rosales

Felicitación de Navidad de la artista

En el transcurso de una cena junto al Alcalde de Madrid y a Camilo José Cela

El Palacio O’Reilly

Situado en la calle del Sacramento, en pleno casco histórico de la Villa de Madrid, dentro del primitivo trazado medieval de la ciudad y del llamado Madrid de los Austrias.

Vista actual del Palacio O’Reilly

En 1725 se encargó a Pedro Hernández la construcción de un edificio anejo al Convento de las Bernardas del Santísimo Sacramento, destinado a casas del convento y del que asoma y aún puede visitarse, el que en su día fue huerto de las monjas y a la calle del Rollo.

En 1830 la familia Uceda vendió el edificio a la familia Lezcano, que fue pasando de generación en generación durante más de un siglo.

En 1913 parte del edificio fue utilizado como Museo Nacional de Artes Industriales, pero además de albergar el Museo, también estuvo instalada allí la Comisaría Regia de Turismo y en la planta baja, desde 1920 a 1923, la redacción del periódico La Libertad.

El portal en la época en que vivía allí Aurora Lezcano

Después de la Guerra Civil, se instaló en el edificio la Organización Nacional de Ciegos.

El pintor Carlos Lezcano vivía allí junto a su familia, pese a estar residiendo en la capital francesa largas temporadas y realizar continuos viajes, siendo sus hijos quienes habitaban la casa.

En 1929 el pintor falleció en el palacete, y no fue hasta 1944 en que su hija Aurora y su familia, se trasladaron a vivir al palacete, que desde ese momento se conoció como Palacio O’Reilly.

Después de la guerra civil también se le empezó a conocer como la “casa de las gabardinas” por hallarse instalados en una parte del palacio los talleres de la Fábrica de gabardinas Valls y Viña.

El Convento de las Bernardas sufrió importantes daños durante la guerra civil y tras diversas vicisitudes, finalmente a mediados de los años 70 se derribó la mayor parte de sus dependencias.

En los años cincuenta los marqueses venden el edificio a la Inmobiliaria Hispania que alquila una parte del edificio como viviendas. Con el tiempo el edificio se va deteriorando y comienza el abandono de las viviendas.

En 1978 fue adquirido por el Ayuntamiento que, tras restaurarlo bajo la supervisión del arquitecto Joaquín Roldán Pascual en 1982, lo destinó al área de Hacienda y Economía, manteniendo sólo las fachadas tras adaptar el inmueble al nuevo uso y sufrir distintas restauraciones que lo han ido adaptando a las nuevas necesidades del mismo uso.

Estudio del pintor Carlos Lezcano en el Palacete de Sacramento, 3

En la fachada del restaurado edificio se colocó una lápida el día 11 de abril de 1983 -fecha de inauguración de las obras de rehabilitación- que perpetuó el homenaje del Ayuntamiento de Madrid, con un medallón en bronce con su busto en altorrelieve, que preside la siguiente dedicatoria: «Esta casa fue hogar y estudio del pintor madrileño CARLOS LEZCANO (1870-1929). En su peregrinar por los caminos olvidados de España llevó al lienzo el hondo silencio de sus ruinas, desvelando la emoción dormida de sus pueblos y paisajes.» El Ayuntamiento de Madrid en el LI V aniversario de su muerte.

Ese mismo día fue inaugurada en el vestíbulo principal del edificio una Exposición conmemorativa del artista, montada con la colaboración del Servicio de Exposiciones del Museo Municipal, que reunió una serie de lienzos representativos de sus fases creativas más señaladas. Junto a dos óleos propiedad del Ayuntamiento de Madrid, se colgaron veintidós más, pertenecientes a las colecciones privadas de la Marquesa de O’Reilly y de su hija, Aurora Valcárcel, quien buscó la iconografía más ilustrativa de su abuelo.

Placa conmemorativa en la fachada del Palacio O’Reilly de la Calle Sacramento de Madrid

Webgrafía y bibliografía

Madrid, sus cosas, sus gentes y … Aurora Lezcano. Editorial: Prensa Española, Madrid, 1976

Revista Hidalguía número 165. Año 1981

https://books.google.es/books?id=PpU3e2ydsN0C&pg=PA244&lpg=PA244&dq=Aurora+LEZCANO+Y+DE+SARACHO&source=bl&ots=RNRLUynt4b&sig=ACfU3U2LzVk5Vr0ieeDKxOU4eejOB-2j2g&hl=es&sa=X&ved=2ahUKEwjr8p_UhMDpAhW6C2MBHboFCcs4ChDoATAAegQIChAB#v=onepage&q=Aurora%20LEZCANO%20Y%20DE%20SARACHO&f=false

Insituciones artísticas del franquismo: las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes: (1941-1968), Lola Caparrós Masegosa. Prensas de la Universidad de Zaragoza, 2019

http://royalisticism.blogspot.com/2018_08_25_archive.html

https://www.galiciadigital.com/opinion/opinion.18713.php

Beerman, Eric (1981). «Un bosquejo biográfico y genealógico del general Alejandro O’Reilly». Revista Hidalguía (Madrid) (165): 225-244. ISSN 0018-1285.

Campoy, A. M. (10 de mayo de 1966). «Arte y artistas. Crítica de exposiciones. Salones, salas y galerías»ABC (Madrid): 15-17. ISSN 1136-0143.

https://research.frick.org/spanish/detail/3073

http://aunamendi.eusko-ikaskuntza.eus/es/lezcano-y-de-saracho-aurora/ar-81072/

Las Provincias: diario de Valencia 22/06/1934

Hoja Oficial del Lunes 7/07/1941 27/10/1941  10/12/1945  26/04/1948  10/04/1950 9/06/1969  25/10/1971 29/11/1971  31/12/1973 03/03/1975  07/05/1979   17/07/1995 

Diario de Burgos 11/10/1942

Hoja Oficial de la provincia de Barcelona 12/10/1942

Imperio: Diario de Zamora 14/01/1944 16/07/1944  30/07/1944

Bellas Artes 03/1975  01/1977

La Estafeta Literaria 15/01/1974  15/03/1975 15/07/1975 01/08/1975

El Libro Español: revista mensual del Instituto Nacional del Libro Español, julio de 1975, diciembre 1975

Medina  7/12/1941 24/5/1942  08/11/1942  09/01/1944   10/06/1945

Cambio 16. 20/5/1979

El País 22/5/1981

La Tribuna de Toledo. 11/2/2017

Y  1/1/1942

Revista Villa de Madrid

El País  24/06/1977

ABC Sevilla  05/07/1959  25/08/1987

Blanco y Negro 26/01/1974 2/3/1974  05/06/1965 

ABC  5/6/1936  23/05/1976  12/12/1969   17/05/1981  12/03/1975  22/2/1974  20/05/1979  21/06/1977   24/08/1987 05/12/1969  22/02/1974  01/12/1976  30/06/1973 15/03/1975  15/03/1975 23/05/1976  24/08/1987  25/08/1987  06/05/1973  13/05/1979 07/05/1972  29/12/1973  04/06/1981  09/06/1981 09/12/1979  19/03/1978 01/06/1969  21/09/1969  02/09/1973  31/08/1969  09/11/1969  27/04/1969  29/05/01977  27/01/01974  23/06/1974  18/05/1969  25/07/1981   5/1/1969  26/1/69  12/2/77  2/2/1969  12/1/1969  21/12/69, 10/8/69, 14/3/78, 1/6/69, 3/7/77, 4/5/69, 26/8/73, 16/9/73, 26/11/77, 2/4/78, 25/1/70, 2/11/69, 24/8/69, 13/4/69, 15/4/78, 12/5/74, 21/7/74, 14/6/70, 29/4/78, 22/2/70, 1, 8/10/70, 7/4/79, 29/12/73, 9/5/79, 28/2/75, 3/8/75, 22/2/76, 9/1/72, 14/3/81, 5/3/72, 2/4/72, 13/2/72, 27/5/79, 25/6/72, 21/5/72, 3/8/69, 3/2/74, 29/3/70, 20/1/74, 19/1/74, 26/7/78, 5/4/70, 1/3/70, 11/5/78, 9/3/69, 12/4/70, 22/4/78, 20/5/79, 3/9/72, 14/1/73, 20/8/72, 30/7/72, 22/5/81, 5/1/75, 17/3/50, 3/10/64, 3/12/69, 11/1/79, 10/12/58, 19/1/67, 24/6/75, 1/12/77, 14/12/79, 9/7/67, 4/12/80, 22/5/79, 27/8/87, 23/11/76, 11/4/76, 15/2/76, 22/2/76, 31/5/79, 27/6/76, 7/3/76, 23/5/76, 4/4/76, 22/5/71, 2/9/77, 24/8/77, 5/7/87, 1/2/70, 26/7/78, 31/8/77, 15/2/70, 22/1/74, 9/9/78, 11/6/78, 1/3/70, 10/9/78, 16/8/78, 2/8/78, 21/4/87, 12/8/78, 11/8/78, 21/4/87, 12/8/78, 3/10/76, 10/10/76, 26/5/79, 28/6/64, 3/8/68, 11/7/76, 27/1/77, 2/2/77, 29/8/87  20/4/1975  27/12/1973  20/7/1969  6/4/1969  13/7/1975  16/11/1973  21/4/1974  16/2/1969  26/1/1977  14/6/1978  30/1/1977

Archivo Histórico “Bernardino de Pantorba” de la Asociación Española de Pintores y Escultores

www.gacetadebellasartes.es

www.salondeotoño.es

Las Medallas de la AEPE: Juan Cristóbal

Por Mª Dolores Barreda Pérez

Después de ver cómo y cuándo nació la Medalla de la Asociación de Pintores y Escultores, vamos a seguir conociendo más acerca de los galardones en los que se otorga actualmente, con sus correspondientes denominaciones.

Medalla de Pintura Juan Cristóbal

del Salón de Arte Realista

En el año 2015, la Junta Directiva de la Asociación Española de Pintores y Escultores creó el Salón de Arte Realista, en contraposición del Salón de Arte Abstracto, que se ha convertido ya en una de las más esperadas convocatorias de la centenaria entidad, nacido para hacer de este arte una continua experiencia creadora que aporta todo tipo de conocimientos y la belleza de otra realidad, que sólo está en las manos de los artistas.

En 2017 y gracias a la propuesta que realizara el Presidente de la AEPE, José Gabriel Astudillo, bajo el título de “La plenitud de los nombres”, se acordaba la reorganización de los premios y galardones que otorgaba la institución en los distintos certámenes y concursos habituales. En el caso del Salón de Arte Realista, y como en el resto de las ocasiones con el ánimo de honrar la memoria de los fundadores de la AEPE, se instituyeron los premios: Medalla de Pintura José Villegas Cordero y Medalla de Escultura Juan Cristóbal.

 

JUAN CRISTOBAL GONZALEZ QUESADA

 

GONZALEZ DE QUESADA, Juan Cristobal      E    1928 24.may.1898           OHANES(Almeria)      GRANADA/MADRID            19.set.1961

 

Juan Cristóbal González Quesada, conocido como Juan Cristóbal, nació el 25 de mayo de 1896 en Ohanes, Almería. Cuando contaba con 10 años, su padre emigra a Argentina y el resto de la familia se traslada a vivir a casa de una tía en Granada.

En 1908 comienza a trabajar de botones en el Centro Artístico y Literario de Granada, y un año después, ingresa en el estudio del escultor Nicolás Prados Benítez y en la Escuela de Artes y Oficios de Granada.

Al año siguiente, obtiene la Primera Medalla de la Exposición de Escultores Noveles, organizada por la Sociedad Filarmónica de Granada.

Juan Cristóbal en su juventud

 

En 1913, en el Centro Artístico de Granada, realizó su primera exposición, siendo descubierto por el escultor francés Daniel Backe y por Natalio Rivas, que le ofrece su protección, creándose desde ese momento una relación casi paterno-filial durante el resto de sus vidas.

Consigue una beca del Ayuntamiento, Diputación de Granada y Centro Artístico y Literario de Granada para estudiar en la Escuela de Bellas Artes en Madrid, a donde se traslada a vivir en 1914, ingresando en el estudio de Mariano Benlliure, uno de los Socios Fundadores de la Asociación de Pintores y Escultores, durante un breve tiempo.

Su primer estudio estaba situado en una buhardilla de la calle Atocha 151, que sirvió de refugio a jóvenes intelectuales granadinos como Ismael González de la Serna, Manuel Ángeles Ortiz y Miguel Pizarro.

Retratando a Natalio Rivas en Granada

 

Durante sus estudios, entabla amistad con artistas como Antonio Vila Arrufat, Timoteo Pérez Rubio, Ramón Acín, Paulino Vicente, los arquitectos Emilio Castro, Enrique Colás, Adolfo Blanco, y los escultores Moisés Huertas, Fructuoso Orduña, José Ortells y Julio Vicent, todos ellos Socios y Fundadores de la Asociación de Pintores y Escultores.

En 1917 expone por primera vez en el Ateneo de Madrid, junto a su amigo el pintor Ismael de la Serna, inaugura su primer Monumento en el Puente Internacional de Irún (Guipúzcoa) y recibe el encargo del Monumento a Ángel Ganivet del Ayuntamiento de Granada.

Durante esos años, participa en numerosas exposiciones nacionales y certámenes internacionales de todo tipo, obteniendo la Segunda Medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1917.

En su estudio de la Calle Londres de Madrid

 

El Ministerio de Instrucción Pública le concede una bolsa de viaje junto a Nicanor Piñole, Ricardo Urgell, Jesús Corredoira y Leandro Oroz.

A partir de 1918 recibe numerosos encargos y proyectos que le proporcionan una estabilidad económica.

Imagen aparecida en La Esfera

 

En 1919 traslada su estudio a la calle Don Ramón de la Cruz, 56 y en 1931 a la calle Londres, 44 de Madrid, que realizara el arquitecto Emiliano Castro.

Curiosamente hoy, en este número de la Gaceta de Bellas Artes correspondiente al mes de junio de 2020, se entrelazan las historias de Juan Cristóbal y de Mª Teresa Jiménez de Blas, la artista socia de la AEPE cuya biografía descubrimos también en este ejemplar, por ser vecinos del Madrid Moderno.

Juan Cristóbal en una fotografía de 1934, en su estudio

 

En 1920 contrae matrimonio con Juana Granel, del que nacerán seis hijos: Luisa, Rafaela, Micaela, Manuela, Teresa Cristobalina y Juan Cristóbal.

Tras una intensa actividad realizando esculturas y monumentos por toda la geografía nacional, obtiene la Primera Medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes.

La gitana Elvira

 

En 1923 comienza a ser jurado en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes, bienales y concursos, junto a otros miembros de la Asociación de Pintores y Escultores como Mariano Benlliure, Victorio Macho, Juan Adsuara, Fructuoso Orduña, Moisés Huertas, Julio Vicente, José Ortells…

En 1926 inauguró en Salamanca el Monumento a Gabriel y Galán, realizando para el Círculo de Bellas Artes de Madrid el Alto Relieve La Música.

Trabajando en el busto de Goya para San Antonio de La Florida, de Madrid

 

Muy activo en la vida cultural y artística de España, participó en innumerables homenajes a pintores y escultores de su época, actos solidarios, e incontables iniciativas relacionadas con el mundo de las bellas artes.

En 1928 es invitado por el Gobierno de la Unión Soviética a visitar el país junto a Ramón Pérez de Ayala, Gregorio Marañon, Hernández Catá, Clemente de Diego, Anselmo Miguel Nieto.

Monumento a Zuloaga, Madrid

 

En estos años se reunían en su estudio de Don Ramón de la Cruz, asiduamente, un amplio círculo de amistades entre otros Ignacio Zuloaga, Julio Camba, Julio Romero de Torres, Rafael Penagos, Enrique de Mesa, Anselmo Miguel Nieto, Emiliano Barral, Lorenzo Domínguez, Ramón Pérez de Ayala, Casto Fernández – Shaw, Emiliano Castro…

Monumento a Ángel Ganivet

En 1930, con motivo de una excursión a Los Toros de Guisando y Cadalso de los Vidrios, de homenaje a Ramón Pérez de Ayala por haber sido nombrado académico de la Lengua, Juan Cristóbal descubre el Palacio de los Duques de Frías, adquiriendo, posteriormente, a Rafael Carlevaris la primera parcela del monumento, iniciando desde ese momento su restauración y conservación.

Victoria, portada de la Gaceta de Bellas Artes de julio de 1924

 

En esos años, es nombrado Vocal del Patronato del Museo de Arte Moderno.  
Cofundador en 1933 de la Asociación de Amigos de la Unión Soviética, fue recibido en distintas ocasiones por el Presidente del Gobierno, Manuel Azaña, con quien mantuvo estrecha amistad.

En 1934 la Real Academia de Bellas Artes le concede una beca para estudiar en Roma, costeada por el Legado del Conde de Cartagena, si bien se verá obligado a renunciar por motivos personales.

Cabeza (mármol)

 

Llevó a cabo la restauración de la estatua de Felipe III (Plaza Mayor de Madrid), de Juan de Bolonia (Giambolagna) y Pedro de Taca, regalo del gran Duque de Florencia Cosme de Medicis a Felipe III, tras el atentado sufrido el 14 de Abril de 1931, teniendo que reconstruir la cabeza del caballo, la grupa y la figura de Felipe III, siendo reinstalada la estatua el 23 de Agosto de 1934 en La Plaza Mayor.

Pasó la guerra civil en Madrid.

Princesita de ojos azules, obra presentada al I Salón de Otoño

 

En 1940 cede un tercio del Molino Burleta a Ignacio Zuloaga y otro a José Minguijon, con la intención de crear un Museo Cervantino.

Destacan la exposición organizada en 1958 en la Biblioteca Nacional de Madrid, la de 1972 del Círculo de Bellas Artes, institución para la que había creado en los años 30 la imagen de la Sibila Casandra, o la celebrada en el Palacio de Carlos V de Granada. En los últimos años de su vida, instaló su estudio en Ávila, donde vivió y trabajó hasta morir en la cercana población madrileña de Cadalso de los Vidrios el 19 de septiembre de 1961.

El artista junto al monumento a El Cid, de Burgos

 

Juan Cristóbal trabajaba piedra, bronce y madera. En su estilo confluyen el helenismo y el quattrocento italiano más clásicos con las corrientes contemporáneas, combinando asimismo en su lenguaje el simbolismo y el realismo.

Se especializó en arte urbano e imágenes monumentales. Son obra suya, entre otras muchas, el majestuoso Cid Campeador a caballo de Burgos, el monumento a Julio Romero de Torres de Córdoba o las estatuas de Manuel de Falla y Ángel Ganivet de Granada. También retrató a Indalecio Prieto o Ramón Pérez de Ayala.

En 2001 el Ayuntamiento de Cadalso de los Vidrios nombró a Juan Cristóbal “Hijo Adoptivo de la Villa” a título póstumo.

Desnudo

 

En el 2002 la Real Academia de Bellas Artes Nuestra Señora de las Angustias de Granada, creó la Medalla de Bellas Artes, Escultura, “Juan Cristóbal”.

En 2019, el Ayuntamiento de Madrid, colocó una placa en memoria del escultor en el número 87 de la madrileña calle de José Ortega y Gasset, lugar donde más tiempo vivió Juan Cristobal en la capital.

Al acto, asistieron familiares del escultor, amigos de la familia y representantes de grupos políticos del Ayuntamiento y el Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, José Gabriel Astudillo, invitado especialmente por la familia.

Retrato del pintor Pérez Rubio

 

Por su estudio han pasado alumnos que han terminado siendo grandes artistas, como como el escultor Emiliano Barral, a quien conoció haciendo el servicio militar, el pintor y escultor .

Tras la guerra y hasta su muerte, siguió siendo el de siempre, pero haciendo cierta revisión de los criterios plásticos y de representación contra los que él y su generación se habían definido en su juventud: naturalismo, abocetamiento, cierto carácter narrativo y hasta cierta retórica decimonónica.

Retrato de Goya

 

Pero lo que más siguió haciendo fueron bustos y cabezas, casi todos retratos, reflejo del ancho mundo de sus amistades, que, como antes de la guerra, incluía a muchos de los principales protagonistas de la vida cultural y social de Madrid.

Hombre apasionado, vital en extremo, que vivió intensamente la amistad y el amor, a su muerte dejó un generalizado sentimiento de humanidad y simpatía, así como el recuerdo de un tiempo que, en la España de entonces, empezaba a parecer muy lejano.

Retrato de José María Pemán

 

Juan Cristóbal y la AEPE

* Participo en el I Salón de Otoño de 1920, inscrito como Cristóbal, D. Juan; natural de Granada; reside en Madrid, calle de Don Ramón de la Cruz, número 56. Al mismo, presentó las obras:

889.- “Princesita de los ojos azules” (bronce)

890.- “El hombre sin ojos” (piedra).

* Al VI Salón de Otoño de 1925, en el que figuró inscrito de la misma manera,  presentó el mármol

420.- “Un Ángel”.

Protagoniza la portada de la Gaceta de Bellas Artes de la Asociación de Pintores y Escultores del 1 de julio de 1924, en donde Pedro G. Camio firmaba un artículo bajo el epígrafe de “Artistas contemporáneos”

En la Gaceta de Bellas Artes de junio de 1930, Bernardino de Pantorba firma un artículo en el que reconoce a Juan Cristóbal como “un escultor de su tiempo… que conoce la curva que trazan en la historia los diversos estilos escultóricos, y en vez de fijarse en uno de ellos, para seguirlo ciegamente, procura la alianza de todos, hasta lograr una síntesis equilibrada. Sus obras tienen, como casi todas las buenas obras de nuestro siglo, un acento nuevo al par que viejo”…

Juan Cristóbal fue Vocal de la Junta Directiva de la AEPE en 1929. Fue nombrado como Jurado para la Exposición Nacional de 1930 y actuó de Jurado en el IX Salón de Otoño. Siempre que se solicitó su ayuda y colaboración para la entidad, cumplió su cometido.

Juan Cristóbal

Retrato de Julio Romero de Torres

 

El Museo Juan Cristóbal en Cadalso de los Vidrios

El recientemente restaurado Palacio de Villena alberga las obras más representativas de Juan Cristóbal que posee la familia del artista

 

 

 

Webgrafía y bibliografía

https://juancristobalescultor.es/biografia-1896-1920/

http://ceres.mcu.es/pages/ResultSearch?Museo=MNEV&txtSimpleSearch=P%EDo%20del%20R%EDo%20Hortega&simpleSearch=0&hipertextSearch=1&search=simple&MuseumsSearch=MNEV%7C&MuseumsRolSearch=15&listaMuseos=[Museo%20Nacional%20de%20Escultura]

http://dbe.rah.es/biografias/13443/juan-gonzalez-quesada

«Juan Cristóbal», Chueca Goitia, F., 1965, Madrid

«Diccionario de pintores y escultores españoles del siglo XX», Editorial Forum Artis. Texto de Manuel Ruiz Ruiz

«La escultura española contemporánea 1800-1978». José María Medina. Editorial Edarcón, 1978,Madrid

«Arte español siglo XX. Colección Ars Hispanae». Juan Antonio Gaya Nuño, Editorial Plus Ultra, 1978, Madrid

«La escultura española contemporánea». Juan Antonio Gaya Nuño, Editorial Guadarrama, 1957, Madrid

«Historia de las Exposiciones de Bellas Artes celebradas en España». Bernardino de Pantorbo, Editorial Roma, 1985, Madrid

«Vida y obra de Ignacio Zuloaga». Enrique Lafuente Ferrari. Revista de Occidente 1972, Madrid

«Cuadernos Ignacio Zuloaga», Casa Museo Ignacio Zuloaga, Zumaya, Guipúzcoa, AAVV

Archivo Histórico “Bernardino de Pantorba” de la Asociación Española de Pintores y Escultores

www.gacetadebellasartes.es

www.salondeotoño.es

 

Mª Teresa Jiménez de Blas

Por Mª Dolores Barreda Pérez

LAS PRIMERAS ARTISTAS DE LA

ASOCIACION ESPAÑOLA DE PINTORES Y ESCULTORES

Desde su fundación en 1910, y después de haber tratado en anteriores números a las Socias Fundadoras de la entidad, y las participantes en el primer Salón de Otoño, vamos a ir recuperando de la memoria colectiva, el nombre de las primeras socias que vinieron a formar parte de la Asociación de Pintores y Escultores.

Mª TERESA JIMENEZ DE BLAS

JIMENEZ DE BLAS, Teresa   D.P      1930    1897    AVILA   MADRID

Teresa Jiménez de Blas se inscribió en nuestra entidad como “Dibujante y Pintora”, en 1930. Socia de número nacida en Ávila en 1897, y residente en Madrid, así lo hizo constar en su ficha de inscripción, si bien corroboramos ahora que por una cuestión de coquetería propia de la época, debió quitarse algunos años, puesto que familiares de la artista nos confirman como fecha de nacimiento el 16 de abril de 1894, en Ávila.

Autorretrato, Teresa Jiménez de Blas

Teresa era la segunda hija mayor del matrimonio formado por Arturo Jiménez García y Pilar de Blas Iturmendi. Sus hermanos varones, Arturo, José y Antonio, eran militares, mientras que su hermana María era maestra del Ayuntamiento de Madrid, destinada en las Escuelas Aguirre y la pequeña Carmen formó una extensa familia.

Su hermana María estaba casada con el pintor Leopoldo Barreda Aparici, que tenía su taller en la calle cardenal Cisneros nº 60 de Madrid, heredado de su padre, el también pintor Leopoldo Barreda Fontana.

Teresa vivió su infancia en Ávila, Valencia y Córdoba, ya que su padre era militar, rigiendo sus vidas los destinos asignados. Realizó sus primeros estudios en las religiosas escolapias de Valencia, donde recibió la primera comunión.

En 1906 fallece su padre y la familia se traslada a vivir a la calle Londres, 18 de Madrid Moderno, una colonia de hotelitos adosados de estilo modernista situada junto a la Plaza de Toros de Las Ventas, entre el barrio madrileño de La Guindalera y las Ventas del Espíritu Santo.

Retrato de María Salomé Montero en la revista Cosmópolis

El hotelito de la calle Londres era una casa que incluía comedor, despacho, cuarto árabe, salón japonés, mirador, balcón… y estaba decorada con piezas y muebles turcos traídos de la Exposición de París que combinaban con el estuco en las paredes, el artesonado del techo y el suelo de mosaicos de colores… e incluía también el estudio de la hija pintora que como vemos, estaba rodeada de estímulos artísticos.

Estudió en la Escuela de Bellas Artes, donde fue discípula de tres Socios Fundadores de la Asociación Española de Pintores y Escultores: José Garnelo y Alda, Cecilio Plá Gallardo y Julio Romero de Torres, especializándose en dibujos y retratos infantiles al carbón.

Retrato de Lolita Blas Piquer en la revista Cosmópolis

Complementó su formación como copista del Museo del Prado, a donde acudió regularmente entre 1924 y 1929, figurando en el libro de copistas un total de 28 visitas que incluyen copias de “Las Hilanderas”, “Saturno devorando a sus hijos”, “Judit y Holofernes”, “ Felipe II”, de Tiziano, Ribera, Velázquez, Goya, Fortuny, Murillo, El Greco, Houasse, Alonso Cano, Vicente López…

En 1929 participa en la Exposición Iberoamericana de Sevilla con un diorama de la vida cotidiana de Goya, un encargo profesional que pudo verse en las salas del Pabellón de Goya inspirado del cuadro “El niño del carricoche”, junto a copias de la producción del pintor, como el boceto de un cartón para tapiz y lienzos como el “Autorretrato” de Goya y el “Retrato de su esposa Josefa Bayeu” y dos pinturas negras “Saturno devorando a sus hijos” y “Judit y Holofernes”. Los cuatro, copias que María Teresa Jiménez de Blas pintó entre noviembre de 1928 y enero de 1929.

Diorama de la Quinta de Goya ex la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929

Participó en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1930 (diario La Libertad) con dos retratos, uno de María Salome Mantero Meléndez y otro del dominico Padre Antonio García Figar, y en la Exposición Nacional del Trabajo de la Mujer Española, organizada por la Acción Femenina de Barcelona, en Mayo de 1930, además de en otras muestras como la Exposición con la Unión de Damas de París.

Retrato de Lolita Calatrava en la revista Cosmópolis

Por el ABC de diciembre de 1930 sabemos que en ese mes inauguró en los Salones de la Sociedad Española de Amigos del Arte (Palacio de la Biblioteca Nacional) una “Exposición de retratos”, dibujos al carbón en sepia, en su mayor parte femeninos, con un total de 37 obras logrando, a juicio del diario “la condición primordial de todo retrato, que es el parecido”. La muestra se inauguró el 20 de diciembre de 1930 y se prorrogó hasta el 11 de enero de 1931.

Se relacionó además con el grupo de pintoras de la época que incluía a Inés Camprubi Mabón, y con socias de la Asociación Española de Pintores y Escultores como Carmen Álvarez de Sotomayor y María de los Ángeles López Roberts.

De la revista Blanco y Negro de mayo de 1930

En el diario La Época de 1930 se informa de que el periodista en cuestión, que no firma la crónica, ha estado en el estudio de la pintora, donde ha visto “con gran complacencia los últimos trabajos hechos por la misma, dedicados más especialmente al dibujo. Se trata de una serie de retratos de niños, asunto por el cual tiene la artista una marcada predilección y en los que muestra el acierto con que sabe interpretar esos deliciosos momentos del alma de los niños, recogiendo los rasgos más característicos dé la ingenuidad y la gracia infantil. Entre otros dibujos figuran los hijos del general Goded y de los señores de López Puigcerver, Sandio Muñoz, Suances, Arias, Menzel, Boza, Maulero, Sanfelíu, Barreda, Meléndez, etc También hemos visto otros retratos del padre fray Antonio García D. Vigar, doctor Codina y señora, Dionisio Pérez, generala La Torre, señoritas de Olavide, Robles, etc”.

Mª Teresa a la izquierda, junto a su cuñada, en Barcelona

En la revista Cosmópolis de mayo de 1930 apareció un reportaje sobre Teresa en la que el escritor, periodista y político Dionisio Pérez Gutiérrez, escribía: “Modestamente, laboriosamente, se va formando con una técnica personal esta singular artista María Teresa Jiménez de Blas. Ya pueblan su estudio numerosos retratos de muchachas y de niños en los que el temperamento de la artista se define con singular originalidad y amor. María Teresa resucita un arte que dio fama al gran dibujante catalán Ramón Casas. No ha habido, sin duda, sugestión de ninguna clase en esta renovación de un arte delicioso. María Teresa comenzó el aprendizaje de su técnica firme y singular, más que en clases de dibujos, en el Museo del Prado, copiando al óleo cuadros de Goya, de Alonso Cano y de Ribera. Aprendió a dibujar, en realidad, con el pincel más que con la barra de carboncillo. Hay, sin duda, un dominio del dibujo cuando se adiestra la mano reproduciendo la luz imprecisa de los contornos vagos, que finge la sombra, reproducida por el óleo. Bien pronto María Teresa utilizó este perfeccionamiento de la técnica dibujando con el lápiz con la misma suavidad, con el mismo matizamiento, con el mismo vigor de contrastes con que lo hacía Ramón Casas. Y cito reiteradamente este nombre porque ningún otro llegó en nuestro arte moderno a lograr los efectos que alcanzara con el lápiz el admirable dibujante catalán.En este arte de María Teresa revelóse una verdadera vocación por el retrato, y singularmente por los retratos de niños y de muchachas jóvenes. En esta singular predilección llega ya María Teresa a un perfeccionamiento sorprendente. Fingir la vida con la paleta plena de colores, pudiendo reproducir en toda su integridad la luz que marca los planos y matizar los volúmenes y graduar los deliciosos juegos de la sombra, si es cosa bien difícil, es hacedera para muchos; pero lograr estos efectos con el único tono de blanco y negro de que puede disponer el lápiz, revelar un alma con el trazado de las líneas que componen un rostro, fingir con un trazo en unos ojos la pasión o la serenidad, la gracia alegre o la melancolía, es una dificultad casi insuperable. No se necesita conocer a los modelos que María Teresa va reproduciendo para entender espiritualmente, ideológicamente, a las retratadas. Pocas veces en este arte moderno del dibujo se atiende con mayor acierto a la expresión interior, al estado de alma de los modelos. Hay (cuantos se dedican al arte de reproducir la figura humana lo saben) una dificultad enorme para pintar o dibujar mujeres jóvenes y niños, llegando a determinar la personalidad de cada una de las figuras reproducidas. En los rostros de los niños apenas hay detalles fisiognómicos que los distingan unos de otros; acontece cosa semejante con los rostros de las mujeres jóvenes. Esta dificultad la vence María Teresa con una técnica sencilla e ingenua; es arte más de sentimiento, de expresión del artista, que arte de precisiones del dibujo; es un arte de colocación, de descendimiento de la luz, de utilización hábil y sagaz de todos los elementos para lograr una expresión definitiva y una revelación de alma.  Allá en un apartado estudio del solitario barrio de Madrid Moderno, esta artista novel trabaja afanosamente y depura su arte en un progreso diario. Seguramente algún día se revelará al gran público en una Exposición de muchachas lindas y niños graciosos. Vale la pena preparar la consagración de esta artista, que trae al entristecido y preocupado arte moderno esta alegría sana de los niños que ríen y de las muchachas guapas que miran ya con ojos llenos de pasión o turbados de ensimismamiento”.

Retrato de Homín Arias en la revista Cosmópolis

En 1931 Ángel Ferrant, Socio Fundador de la Asociación Española de Pintores y Escultores, firma un artículo en El Heraldo de Madrid en el que escribe: “Mano de mujer. Una mano de mujer que expone, igualmente—hay tres Exposiciones ahora—, en uno de los salones de los Amigos del Arte». Mano minuciosa que quiere para su arte una pulcritud de buena labor, como si se tratase de buenos bordados de monjas o de esa maquinita Kodak con la señorita del traje a rayas y todo. Nosotros no conocemos a los retratados por María Teresa Jiménez de Blas. Si los conociésemos diríamos, sinceramente, algo sobre el hallazgo de los parecidos, pero así sólo podemos decir algo acerca de la técnica. Técnica de labor presentada después de bien lavadita y con el planchado hecho de brillo. Hemos visto por ahí, por constantes Exposiciones, muchos retratos como estos, que pudieran ser de la retratista en cuestión. En papeles sin una arruga, con un cristal preservador y con ese tono sepia de lo que se pretende hacer agradable se exhiben las obras. Rostros y más rostros en los que los rasgos trazados con un ritmo muy aprendido suelen tener todos ellos—y los de todos—un carácter igual. Sin embargo, es de ver y de considerar lo que María Teresa Jiménez de Blas ha trabajado. Presenta muchísimos dibujos y en la cantidad se aprecia una voluntad pegada a la obra, a hacer una determinada jornada de labor. Cueste lo que cueste. Aunque se apliquen las palabras que el Dios de las alturas dijo al hombre. Entonces al hombre y no precisamente a la mujer. «Ganarás el sustento con el sudor de tu frente».

La Unión Ilustrada  del 22 de febrero de 1931 reproduce un dibujo de la artista, añadiendo que “en este cuadro María Teresa Jiménez de Blas, titulado «Candor», es eso, el candor del modelo, lo que resalta en primer término. Por eso es tan difícil pintar a los niños. Porque hay en sus caritas ingenuas una expresión deliciosamente candorosa, que no está al alcance de todos los pinceles”.

La Unión Ilustrada

En 1932 se publica el apéndice del Diccionario ESPASA, que incluye un artículo biográfico firmado por Dionisio Pérez Gutiérrez, al que acompañan la reproducción de seis de sus dibujos.

Dos años más tarde, en 1934, el diario monárquico La Nación, reseña el acto de la bendición de la bandera de la Juventud Católica Femenina de la Parroquia de Covadonga de Madrid, en el que destaca que era una “verdadera obra de arte, debida, la parte de pintura, a la señorita Teresa Jiménez de Blas, y el bordado y confección a la presidenta de dicha Juventud, señorita Pilar Castro”.

En los primeros meses de la guerra civil y debido a su orientación católica, Teresa estuvo escondida en casa de Jacobo Boza Montoto y de su prima Carmen de Blas Hernández, ya que era de la CEDA, y persona muy activa. Después pudo trasladarse a Valencia, donde pasó parte de la guerra con la familia Robles Piquer, llegando más tarde a San Sebastián, a casa de su hermana Carmen. Al finalizar la guerra volvió a casa, al hotelito de la calle de Londres.

Hasta que perdió mucha vista y habilidad con las manos, María Teresa siguió pintando temas religiosos y retratos de encargo, sobre todo dibujos de niños, viviendo gracias a la pensión militar que cobraba desde 1938, vacante por fallecimiento de su madre, que ascendía a 1.250 pesetas anuales, y a los múltiples encargos profesionales que atendía, como los ángeles que realizara para la Iglesia de Covadonga de la madrileña Plaza de Manuel Becerra.

Falleció el 23 de enero de 1960, en la residencia de los dominicos de la calle Claudio Coello, 141.

Teresa Jiménez de Blas y la AEPE

* Al X Salón de Otoño de 1930 se presentó en la sección de “Grabado y Dibujo”, inscribiéndose como Jiménez de Blas (Doña Teresa), natural de Ávila. Vive en Madrid, Londres, 18 (Madrid Moderno). Concurrió con dos obras:

323.- “Retrato de A.J. (su  hermano Antonio Jiménez)”

324.- “Retrato de Teresita Meléndez”

Retrato de A.J. (su hermano Antonio Jiménez) presentado al X Salón de Otoño de la AEPE

Retrato de Teresita Boza en la revista Cosmópolis

Webgrafía y bibliografía

Archivos de la familia proporcionados por su sobrina nieta Susana Mazzarino Jimenez

http://wm1640482.web-maker.es/Mujeres-pintoras/Teresa-Jimenez-de-Blas/

https://es.calameo.com/read/001179791ef0c868eef6e

https://www.boe.es/datos/pdfs/BOE//1949/287/A04366-04367.pdf

http://bibliotecadigital.jcyl.es/bdter/i18n/catalogo_imagenes/grupo.cmd?path=10064837

http://fernandoalcolea.es/Pintoras-extranjeras-en-Espanya/Ines-Camprub/

La Época 8/3/1930

Heraldo de Madrid 3/1/1931

ABC 21/12/1930

La Libertad 18/12/1930

El Imparcial 19/12/1930

Ahora 20/12/1930

La Libertad 20/12/1930, 11/6/1930, 18/12/1930, 7/1/1931

El Heraldo de Madrid 3/1/1931

La Voz 2/1/1931

El Liberal 7/1/1931

La Unión ilustrada 22/2/1931

La Nación 23/4/1934

La Correspondencia de Valencia 26/5/1906

Cosmópolis, Mayo 1930

Archivo Histórico “Bernardino de Pantorba” de la Asociación Española de Pintores y Escultores

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Las Medallas de la AEPE: José Villegas Cordero

Por Mª Dolores Barreda Pérez

Después de ver cómo y cuándo nació la Medalla de la Asociación de Pintores y Escultores, vamos a seguir conociendo más acerca de los galardones en los que se otorga actualmente, con sus correspondientes denominaciones.

Medalla de Pintura José Villegas Cordero

Del Salón de Arte Realista

En el año 2015, la Junta Directiva de la Asociación Española de Pintores y Escultores creó el Salón de Arte Realista, en contraposición del Salón de Arte Abstracto, que se ha convertido ya en una de las más esperadas convocatorias de la centenaria entidad, nacido para hacer de este arte una continua experiencia creadora que aporta todo tipo de conocimientos y la belleza de otra realidad, que sólo está en las manos de los artistas.

En 2017 y gracias a la propuesta que realizara el Presidente de la AEPE, José Gabriel Astudillo, bajo el título de “La plenitud de los nombres”, se acordaba la reorganización de los premios y galardones que otorgaba la institución en los distintos certámenes y concursos habituales. En el caso del Salón de Arte Realista, y como en el resto de las ocasiones con el ánimo de honrar la memoria de los fundadores de la AEPE, se instituyeron los premios: Medalla de Pintura José Villegas Cordero y Medalla de Escultura Juan Cristóbal.

JOSE VILLEGAS CORDERO

VILLEGAS CORDERO, José     P     1910(F069)       26.ago.1844     SEVILLA     MADRID    9.nov 1921

José Villegas Cordero nació en Sevilla, el 26 de agosto de 1844, y falleció en Madrid, el 9 de noviembre de 1921.

José Villegas Cordero en un retrato aparecido en la Revista de Bellas Artes de 1921

Hijo de un modesto barbero que vivía en la calle Mercaderes, cerca de la iglesia del Salvador, asistió al Colegio de San Fernando, en el barrio del mismo nombre de Sevilla, donde veía a los pintores que allí iban a obtener apuntes del natural. Pese a la oposición del padre, José llenaba de dibujos y de manchas de color las paredes, las puertas y las ventanas de su casa, de forma que comenzaron a acudir a él distintos personajes con encargos decorativos, muestras para tiendas, medallones para camas.

Autorretrato

En 1862 entró como aprendiz en el taller de José María Romero, pintor de retratos de la burguesía y aristocracia sevillana y también creador de escenas costumbristas y de pinturas religiosas,  teniendo como maestros a Eduardo Cano y a Federico Rubio en anatomía, para el que el infantil alumno llegó a ilustrar una obra del famoso cirujano, en la Escuela de Bellas Artes de Sevilla, destacando enseguida merced a sus innatas dotes artísticas. Su hermano Ricardo, cinco años menor que él, también fue un gran pintor orientalista.

Autorretrato

Deseoso de llegar a Madrid para complementar su formación, en 1867, tras cuatro años de estudios sevillanos, llegó a la capital y logró entrar en el estudio de Federico Madrazo, estableciendo amistad como otros pintores como Fortuny, de quien se sentía como su “discípulo predilecto”.

Autorretrato

En Madrid, acudía al Museo del Prado para estudiar a Velázquez, al que copió con especial delectación, adquiriendo para su técnica la espontaneidad. El sentido de la luz y el uso del color del gran maestro.

Tras distintas estancias en Sevilla y Madrid, organizó una excursión a Marruecos, viajando con Fortuny, empapándose de la pintura orientalista tan de moda en el momento.

Autorretrato

Tras algunos viajes más, logró realizar su sueño de llegar a Roma, acompañado por los pintores Rafael Peralta y Luis Jiménez Aranda, siendo  bien recibido por artistas españoles como Eduardo Rosales, que le ofreció compartir su estudio y que un año después, al regresar el maestro madrileño a España, pasó a ocupar él solo.

Autorretrato

Con estudio propio, su carrera despegó llegando a obtener una fama pareja a la que allí disfrutaba Mariano Fortuny, a quien admiraba profundamente y a quien había conocido años antes en Madrid.

Logró también rápidamente encontrar coleccionistas y anticuarios que se interesaron por sus obras, obteniendo una clientela internacional que compraba directamente sus pinturas en su estudio a precios satisfactorios, que se elevaban a medida en que sus creaciones eran premiadas en las sucesivas exposiciones internacionales a las que se fue presentando. Los principales marchantes parisinos le ofrecieron ventajosos contratos para trabajar para ellos.

Autorretrato

La pintura de Villegas en Roma era la que dictaba la moda en aquellos momentos, generalmente de pequeño formato, ejecutada con una técnica preciosista en la que trataba temas históricos, escenas costumbristas, paisajes o retratos.

Autorretrato

También le pedían mucho temas orientalistas, que Villegas pudo realizar con gran maestría gracias a los bocetos que había atesorado en Marruecos, así como ciertas obras de «pintura de género».

A la muerte de Fortuny en 1874, se convirtió en el pintor español más popular en Roma, el mejor considerado y más cotizado de la ciudad.

La muerte del maestro

Algunas de sus obras de aquella época pudieron verse en Sevilla gracias a las Exposiciones regionales y en Madrid gracias a las Galerías Bosch y Hernández.

En 1878 el Senado le encargó un lienzo de tema histórico sobre La entrevista de Hernán Cortés con Moctezuma y a pesar de que después le retiró el encargo, a Villegas ya le había interesado la pintura histórica, realizando obras de excelente factura como La paz de Cambray y La última visita de don Juan de Austria a Felipe II.

Desnudo masculino

A partir de 1877 residió con frecuencia en Venecia, abordando temas y vistas del canal para ambientar cuadros y ahondando además en temas inspirados en el Renacimiento italiano. Muchas de las obras concebidas en este período fueron a parar no solo a Europa, sino a las colecciones de grandes millonarios norteamericanos, alcanzando todas ellas precios astronómicos.

Casado con Lucia Monti, a quien retrató en diferentes ocasiones.

Dos de los retratos de Lucía Monti 

La buena marcha de su economía permitió a Villegas construirse un chalet-estudio en Roma, de fantasiosa estética morisca, un suntuoso palacete en el Parioli romano que se convirtió en un célebre cenáculo para la sociedad del momento, y en el cual se reunían artistas y coleccionistas en famosas veladas. Por desgracia, el palacete sería demolido en la década de 1950.

En la década de los 90 el pintor continuaba con representaciones de personajes eclesiásticos y con el siempre presente tema costumbrista. de esta época es su renombrado cuadro La muerte del torero, que vendió por 100.000 pesetas del momento.

El confidente

En 1898 fue nombrado director de la Academia Española de Bellas Artes de Roma, haciendo valer su cargo para exigir rigor en los ejercicios, aplicación del pensionado y la obligatoriedad de una estancia en París. Esta dirección hizo que perdurara su prestigio en Roma hasta su regreso a España en 1901.

Ya en Madrid, fue nombrado director del Museo del Prado y también de inmediato académico de Bellas Artes de San Fernando, incorporándose al mundo literario y artístico, convirtiéndose en una de las principales figuras de la intelectualidad, al tiempo que se le consideró el pintor de moda.

Clérigos

Como Director del Museo del Prado realizó realizando en el mismo tan grandes cambios que lo convirtieron, bajo sus 17 años de dirección, en uno de los principales museos del mundo: dio presencia a la escultura en la pinacoteca, dotando de calefacción al edificio y protegiendo al Museo contra el fuego. Dimitiría del cargo en 1918, a raíz del hurto de varias piezas del Tesoro del Delfín cometido por un empleado del museo.

Tras pintar a Alfonso XIII, su faceta de retratista le valió fama en la alta sociedad madrileña, siendo muy demandado este tipo de trabajos que aumentaron su prestigio.

El triunfo de la dogaresa

En los últimos años de su vida Villegas padeció una afección visual que le dejó casi ciego y le apartó de la práctica de la pintura desde 1918 hasta la fecha de su muerte en 1921, viviendo durante ese tiempo recluido.

Tuvo como alumnos aventajados a Luis Menéndez Pidal, que también fuera Socio Fundador de la Asociación Española de Pintores y Escultores y a Justo Ruiz de Luna.

En el embarcadero. Sevilla desde Triana

La pintura de Villegas de sus últimos años derivó en el simbolismo, al que llegó sin duda con notable retraso, concibiendo el famoso Decálogo, un conjunto de doce pinturas en las que representó los diez mandamientos de la ley de Dios más un prólogo y un epílogo, logrando efectos de una gran belleza que refuerzan el contenido narrativo de las escenas.

La siesta

La producción pictórica de Villegas es muy numerosa y en ella trató todos los géneros pictóricos como los temas de historia, el paisaje, escenas costumbristas, casacones y retratos.

Villegas se destaca por su esfuerzo en obtener en sus obras una máxima naturalidad en la descripción de los gestos y actitudes de los personajes, siendo minucioso y preciso en la descripción arquitectónica de los escenarios de sus obras, de los vestuarios y de los objetos.

La vuelta del rebaño

El subyugante ambiente urbano de la ciudad de Venecia fue también motivo de inspiración para Villegas, pero la modalidad pictórica que más renombre le proporcionó fue la de asuntos costumbristas, con la que alcanzó un notable éxito de crítica y de público. La moda por temas de inspiración española tan en boga en Europa hizo que Villegas alcanzara con ella un excepcional resultado, merced a la calidad y el virtuosismo que plasmaba en este tipo de pinturas, alcanzando gran éxito en temas taurinos.

Realizó también con gran fortuna temas populares de inspiración italiana, escenas protagonizadas por personajes como obispos o cardenales, representaciones de carácter orientalista y retratos.

Limosna en Sevilla

Mujeres en la ventana

José Villegas Cordero y la AEPE

Socio fundador de la Asociación de Pintores y Escultores en 1910, ocupó el cargo de Vicesecretario en 1913.

En 1914, en la Junta General Extraordinaria celebrada el 24 de mayo para la elección de la nueva Junta, fue elegido Presidente de la Asociación de Pintores y Escultores, cargo que finalmente no aceptó por ser Director del Museo del Prado y ser estatutariamente incompatible.

Sus obras colgaron en el III Salón de Otoño de 1922, en la Sala XII del Recuerdo, en donde figuraban sólo obras de artistas fallecidos, junto a Fortuny, Jiménez Aranda, Eugenio Lucas, Madrazo o Pradilla entre otros. Fueron las siguientes:

475.- “Apunte” (gouache)

476.- “Apunte” (gouache)

477.- “Dibujo a pluma”

478.- “En la playa de San Sebastián”

479.- “Un rincón del Retiro” óleo

480.- “Los sueños de Don Quijote” (dibujo)

Terraza en Biarritz

Mujeres en el jardín

Las Parcas

Plaza de San Marcos

Retrato de Lucía Monti

Retrato de mujer sevillana

Retrato de Ricardo Villegas Cordero, hermano del pintor

Retrato del Cardenal

Decálogo. La Fatiga

Webgrafía y Bibliografía

http://dbe.rah.es/biografias/5779/jose-villegas-cordero

http://www.memoriademadrid.es/doc_anexos/Workflow/2/143640/hem_revistabellasartes_19211201.pdf

Pérez Calero, Gerardo (2008). «Arte y Coleccionismo: obras selectas españolas del siglo XIX en la Fundación coruñesa María José Jove». Laboratorio de Arte: Revista del Departamento de Historia del Arte (21): 204. ISSN1130-5762.

Diccionario de Arte, Pintores del siglo XIX, Editorial LIBSA, 2001. 

CASTRO MARTÍN, Ángel: Vida y obra de José Villegas Cordero (1844-1921), Caja Sur, Sevilla-Córdoba 2001. 

CASTRO MARTÍN, Ángel: José Villegas. Retrospectiva (1844-1921), IberCaja, Zaragoza, 2005. 

CASTRO MARTÍN, Ángel: José Villegas. 1844-1921 , Fundación Caja Navarra, Pamplona, 2004. 

MENA, José María de (1996). «Drama y misterio del pintor y académico Villegas (En el Centenario del comienzo de su «Decálogo»)». Boletín de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (83): 395-414. Consultado el 16 de agosto de 2017.

Archivo Histórico “Bernardino de Pantorba” de la Asociación Española de Pintores y Escultores

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Carmen Nonell Masjuan

Por Mª Dolores Barreda Pérez

LAS PRIMERAS ARTISTAS DE LA

ASOCIACION ESPAÑOLA DE PINTORES Y ESCULTORES

Desde su fundación en 1910, y después de haber tratado en anteriores números a las Socias Fundadoras de la entidad, y las participantes en el primer Salón de Otoño, vamos a ir recuperando de la memoria colectiva, el nombre de las primeras socias que vinieron a formar parte de la Asociación de Pintores y Escultores.

Mª CARMEN NONELL MASJUAN

NONELL MASJUAN, Mª Carmen  P     1931    BARCELONA    MADRID  Calle Santiñáñez, 2, Madrid

Carmen Nonell Masjuan se inscribió en nuestra entidad como “Pintora”, en 1931. Socia de número nacida en Barcelona, vivía en Madrid, en la calle Santibáñez, 2.

Carmen fue escritora, periodista y pintora, nacida en Barcelona en  1920 que pertenecía a una familia culta que facilitó a sus hijas Carolina y Carmen, una sólida formación.

Las dos hermanas escribieron sobre la vida y la obra de su tío, el pintor Isidro Nonell Monturiol.

Carmen realizó su formación académica y artística en Madrid, donde estudió pintura siendo discípula de Cecilio Plá y de Julio Moisés, ambos artistas Socios Fundadores de la Asociación Española de Pintores y Escultores.

En Madrid realizó también exposiciones de su obra y concurrió a algunos certámenes.

Carmen Nonell Masjuan se inscribió en nuestra entidad como “Pintora”, en 1931

Sin embargo, Carmen era una artista llamada a todo tipo de artes, por lo que la carrera literaria tuvo finalmente más peso en su vida.

En 1948, el célebre compositor del impresionismo musical español Joaquín Turina, escribió un prólogo para uno de los libros de Carmen Nonell, en el que le dedicó unas palabras a su faceta artística: “… Carmen Nonell, barcelonesa en su nacimiento y madrileña en su vida, vino a este mundo decidida a crearse una reputación, un nombre, en las artes o en la literatura. Su primera ilusión fue la pintura. ¡Esos maravillosos cuadros del Prado, desde Fra Angélico al Tiziano, desde Murillo a Ribera, desde Velázquez a Goya! Sin embargo, a pesar de sus estudios con Cecilio Plá y con Julio Moisés, a pesar de sus adelantos en el dibujo y en el color, Carmen debió tener serios altercados con sus paisajes, con sus figuras, con toda su labor pictórica. No queremos nosotros penetrar en el recinto espiritual de los secretos. La reacción del alma es siempre misteriosa. Pero sí confirmamos el cambio de rumbo de Carmen Nonell hacia la región de las letras”….

Manuscrito de Joaquín Turina para el prólogo de uno de sus libros

Entre el 17 y el 31 de octubre de 1975, realizó una exposición de óleos en la Sala de Exposiciones del Palacio de Benacazón de Toledo que más tarde llevó al Aula “Espolón” de Burgos. Con este motivo, la reseña del periódico declaraba que “sabe dar con la pincelada decorativa. Para nuestro gusto, tiene mucho camino por delante hasta dar con la pincelada artística, pero esto es harina para otro costal. La artista siente un sentido primario de las cosas, lo que decimos con un sentido todo lo contrario a lo peyorativo, es decir casi de alabanza. Termina por hacer decorativos los lienzos. Al fin y al cabo, no es tan fácil, según el sentido al uso, lograr la idea partiendo de lo concreto, lo que sin duda consigue Carmen Nonell, al menos en los paisajes, mientras se va haciendo clara, muy clara, en las flores que presenta”.

Cartel de la exposición de 1975 de Toledo

Finalmente, Carmen Nonell inauguró una escuela de pintura que llevaba su nombre, teniendo como discípulos a artistas como Eduardo Santos Guada o Mayte Spínola, entre otros.

Distintos artículos de Carmen Nonell  de la revista Liceo, de 1961

Carmen Nonell, fue corresponsal del diario Pueblo en Berlín, y colaboró ​​también en ABC.

Publicó varias novelas en castellano, la obra Los cinco (1948) sobre los músicos del Grupo de los Cinco y una recopilación de poesía. Selección de sonetos de amor (1965). Entre sus novelas cabe destacar Caminos cruzados (1946), El cauce perdido (1946), Zoco Grande (1956), La vida empieza hoy (1966) y Los que se quedan (1967). También ha publicado obras de carácter infantil, como Los dos castillos (1944) y Gato y la estrella (1966). Es autora igualmente de estudios críticos sobre narrativa española y de libros de viaje y rutas turística, como La Rioja, Vascongadas y Navarra (1967), El Pirineo catalán (1969), El arte asturianense (1969), Teruel, ignorada maravilla (1969) y Guadalajara, nudo de la Alcarria (1971).

En algunas ocasiones firmó sus obras con los seudónimos: Bárbara Nagore y Menkar Onell.

Portada del libro que escribió junto a su hermana Carolina

Además, recibió numerosos galardones literarios como el Premio de Cuentos Boris Bureba de 1948, Accesít al Premio Café Gojón de 1952, En 1955 recibió el Premio Fémina, Premio Armengot de 1969…

Junto a su hermana publicó conjuntamente, las obras Cerámica y alfarería populares de España (1973) y Guía de El Pirineo Catalán (1976).

Portada de la revista La Hora XXV al servicio del médico

Carmen Nonell Masjuan y la AEPE

* En el XI Salón de Otoño de 1931 apareció inscrita como Nonell (Srta. María del Carmen), natural de Barcelona. Reside en Madrid, Santibáñez, 2, y presentó la obra con número 414, expuesta en la Sala 16. A pesar de ese número, en el catálogo observamos que es la obra:

363.- “Bodegón” (óleo)

«Bodegón», obra presentada al XI Salón de Otoño de 1931

* En el XII Salón de Otoño de 1932 figuró inscrita como Nonell (Srta. Carmen), natural de Barcelona. Reside en Madrid, calle Recoletos, 4. Presentó tres obras con los números 50, 224 y 225, que se exhibieron en la Sala VI y en la Sala XVI.

50.- “Retrato de D. G. Moro” (óleo), 0,68 x 0,58

224.- “Jardín” (óleo) 0,76 x 0,62

225.-“Retrato de mi hermana” (óleo) 1,00 x 0,87

* En 1934 se presentó al XIII Salón de Otoño, inscrita como Nonell (Srta. Carmen), natural de Barcelona. Reside en Madrid, calle Recoletos, 4. Presentó las obras con número 192, Sala X y 304, Sala XIV.

192.- “Retrato” (óleo), calificada por la prensa de la época como un “excelente tipo de pintura” y como “admirables condiciones de retratista”

304.- “Retrato” (óleo).

Autógrafo de Carmen Nonell

Paisaje urbano

Webgrafía y Bibliografía

http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=nonell-masjuan-carmen

«Nonell Masjuan, Carmen (1913-VVVV). » MCNBiografias.com». www.mcnbiografias.com. Consultado el 19 de diciembre de 2019.

«Carme Nonell i Masjuan». enciclopèdia.cat (en catalán). Consultado el 24 de marzo de 2019.«prensa». ediciones dyskolo. Consultado el 20 de diciembre de 2019.

«Nonell Masjuan, Carmen (1915-)». datos.bne.es. Consultado el 19 de diciembre de 2019.

https://eduardosantosguada.es › el-estudio-de-un-pintor

https://www.lagunacuida.org › landing › subasta-benefica2

La Libertad 3/1/1934

Diario de Burgos 3/12/1975

Biblioteca Digital Fundación Juan March. Legado Joaquín Turina

ABC 30-11-1967

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Las Medallas de la AEPE: Federico Coullaut Valera

Por Mª Dolores Barreda Pérez

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Después de ver cómo y cuándo nació la Medalla de la Asociación de Pintores y Escultores, vamos a seguir conociendo más acerca de los galardones en los que se otorga actualmente, con sus correspondientes denominaciones.

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Medalla de Escultura “Lorenzo y Federico Coullaut Valera”

del Salón de Primavera de Valdepeñas

 

Como hemos visto en el número anterior, la Asociación Española  de Pintores y Escultores creó para Valdepeñas el Salón de Primavera “Por Tierras de Castilla-La Mancha”, instituyendo especialmente para el mismo, dos premios con los que honrar a los fundadores de la centenaria entidad y que vienen así a terminar de reconocer la importancia que esta cita tiene en el calendario expositivo de la entidad: la Medalla de Pintura José Moreno Carbonero y la Medalla de Escultura Lorenzo y Federico Coullaut Valera.

 

FEDERICO COULLAUT VALERA MENDIGIOITIA

 

COULLAUT VALERA MENDIGOITIA, Federico       E    1936 25.abr.1912 MADRID

MADRID/LA GRANJA     13.oct.1989

 

Nació en Madrid el 25 de abril de 1912. Su padre, Lorenzo Coullaut Valera, fue un afamado y reconocido escultor, fue su maestro, y además, uno de los Socios Fundadores de la Asociación Española de Pintores y Escultores.

Se crió en el estudio de su padre, entre barro y escayola, rodeado de tallas de madera, de estatuas de bronce y de figuras de piedra, y allí, de la mano de tan insigne maestro, adquirió los conocimientos técnicos que el oficio requiere.

De un neoclasicismo con matices modernistas, ha sido fundamentalmente un escultor de monumentos y retratos, pero su increíble obra religiosa es digna de encomio y lo convierten en uno de los más importantes imagineros del Siglo XX.

Cuando tan solo contaba con 15 años de edad, talló la obra titulada “Mater Salvatoris”, que presentó a varias Exposiciones.

En 1932 fallece su padre y Federico se ve obligado a acabar varios trabajos iniciados por éste, como el del Parque de El Retiro de Madrid, el jinete andaluz, en bronce, correspondiente al monumento a los hermanos Serafín y Joaquín Álvarez Quintero, y el monumento a Miguel de Cervantes de la Plaza de España de Madrid, con las figuras de las dos Dulcineas, Rinconete y Cortadillo (10 figuras) y La Gitanilla (6 figuras).

Desde muy joven participó en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes, pero sin llegar a conseguir recompensas importantes. En cambio, alcanzó destacados premios en otros terrenos, como la Medalla de Oro en la II Exposición de Estampas de la Pasión (1942), las primeras medallas de la Exposición Nacional de Deportes de 1944, de la Exposición de Artesanía de 1945 y del Salón de Otoño de 1978; segunda medalla de la Bienal de Marbella de 1981, así como el premio especial de escultura de la XX Exposición de la Asociación de Pintores y Escultores (Madrid, 1983). Oficial del Mérito Nacional de Francia desde 1965, era académico correspondiente de la de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría de Sevilla desde 1979.

Virgen, Reina y Madre 

Poco a poco se va afirmando como un gran maestro, y así, entre 1958 y 1959 se ocupó de restaurar los elementos escultóricos de la Puerta de Alcalá. De 1961 data la ampliación del Felipe II, de Leone Leoni, que realizó para la explanada contigua a la Plaza de la Armería con motivo del IV Centenario de la capitalidad de Madrid, existiendo otra copia junto a la iglesia de San Pablo en Valladolid. En 1963 realizó el sencillo monumento dedicado a las víctimas del atentado de la boda del rey Alfonso XIII en 1906 en la calle Mayor de Madrid, para sustituir a otro anterior de Aniceto Marinas.

Maestría que logró junto al reconocimiento artístico total, con el famoso “Ángel de Madrid” del edificio Metrópolis, que el 11 de Octubre de 1977 coronó con una Victoria Alada de 6 metros y 3000 kilos de peso, realizada en bronce, sustituyendo al Ave Fénix en la cúpula del edificio y que desde entonces está asociada a los cielos de nuestra capital.

El jinete del Monumento a los Hermanos Álvarez Quintero en el Retiro

 

Trabajó muchos años en silencio, y dispersó sus obras por el territorio español y países como México, E.E.U.U., Alemania, República Dominicana, Bélgica, etc.

Con su obra civil, en bustos y retratos llega a la perfección y a la proximidad humana, observando el detalle más íntimo. Conjuga los monumentos con el entorno manteniendo un enorme sentido del equilibrio, pero la faceta que más desarrolló y que, posiblemente, hiciese más popular su firma fue la realización de esculturas religiosas y de Semana Santa.

Vivió siempre del encargo, motivo por el que no podía reunir obra suficiente como para hacer exposiciones, debiendo cumplir con las entregas.

Distintas imágenes de la Victoria Alada que culmina el edificó de Metrópolis, en la madrileña Gran Vía y dan cuenta de las colosales dimensiones de la obra

 

Su inmensa obra imaginera se compone de casi cuarenta pasos de Semana Santa, cada uno de ellos compuesto por una docena de figuras policromadas que se reparten por la zona de Levante; millares de bustos, según confesión del propio Federico, repartidos por domicilios particulares de todo el mundo, ocho obispos gigantes para el frontispicio de la Diputación de Soria, un Carlos III de colosales proporciones en Corpus Christi, Los Ángeles (California), el monumento en recuerdo de las víctimas del atentado a SS.MM. los reyes Alfonso XII y Victoria Eugenia, el del músico Enrique Iniesta, a Pío Baroja, a Joselito el Gallo en Sevilla, a Diego Laínez en Almazán (Soria),

Falleció en la Granja de San Ildefonso, Segovia, el 13 de octubre de 1989.

El autor ante su obra El Prendimiento

 

Su relación con la Asociación Española de Pintores y Escultores venía de lejos, ya que su padre, como hemos mencionado anteriormente, fue uno de los Socios Fundadores.

Participó en la Junta Directiva de la AEPE, ya que fue Vocal entre los años 1944 y 1946.

Pío Baroja en bronce

 

Obtuvo la Primera Medalla en el Salón de Otoño de 1978 y el Premio Leonardo Martínez Bueno de ese mismo año, la Medalla Mateo Inurria en el de 1979, Premio especial de Escultura en el Certamen de San Isidro de 1983 y finalmente, Premio Especial de Escultura en el Certamen de San Isidro de 1983.

Tuvo como discípulos destacados a Docha Rioboó, también socia de la AEPE y a Luis Sanguino.

Arquero

 

Federico Coullaut y la AEPE

  • XI Salón de Otoño de 1931, inscrito como Federico Coullant, natural de Madrid, Viven en Torrijos, 19, Sala 9, presentó la obra:
  1. “Ensueño” (desnudo en escayola)
  • Al XVII Salón de Otoño de 1943, inscrito como Federico Coullaut Valera, presentó la obra:
  1. “Virgen, Reina y Madre” (escayola)
  • En el XVIII Salón de Otoño de 1944 presentó la obra:

33.- Busto retrato (escayola)

  • Al XLVII Salón de Otoño de 1979 presentó dos obras:

170.- “Disparate matrimonial”

171.- “Ceballos rejoneando”

  • En el XLIX Salón de Otoño de 1981 presentó las obras: “Torso de mujer” y “Perezosa”
  • En el 50 Salón de Otoño de 1983, en la Sala Homenaje a los artistas del I Salón de Otoño de 1920, exhibió dos obras: “Relas” y “Los sueños de la razón”.
  • En el 51 Salón de Otoño de 1984 presentó el “Boceto en Bronce de Pío Baroja”.

 

Distintos retratos de Federico Coullaut-Valera

Busto de mujer

Desnudo femenino

Distintas instantáneas del escultor

Felipe II

El  Quijote del Monumento a Cervantes

 San Fernando de la Catedral de la Almudena 

 

 

Bibliografía y webgrafía

El Liberal 14/6/1930

Ahora 11/2/1932

El Imparcial 12/2/1932

Nuevo mundo 31/10/1931, 3/6/1932

La Libertad 29/6/1932

La Época 12/4/1935

Yugo 17/3/1944,  9/4/1960, 10/4/1960, 13/4/1960,

Fotos 29/3/1947, 2/7/1960

Faro de Vigo 22/1/1966

Proa 20/3/1964, 27/2/1975

Diario 16 15/10/1977

Cinco días 29/12/1979

El País 26/12/1979, 19/12/1982

Ideal 15/4/1973, 28/3/1983, 15/4/1984, 18/4/1984, 19/4/1984

La Voz de Almería 8/4/1980, 11/4/1981, 7/4/1985, 23/3/1986

ABC  15/6/1932, 31/10/1931, 3/11/1931, 6/4/1944, 15/11/1951, 30/11/1943, 23/4/2017,  18/3/1980, 9/7/1964, 9/12/1944, 21/11/1950, 3/10/1978, 30/9/1984, 14/3/1986, 10/4/1966, 1/10/1964, 26/12/1979, 6/3/1953, 8/6/1930, 16/6/1935,29/6/1943, 30/4/1969

Blanco y Negro 10/10/1964

LORITE CRUZ, Pablo Jesús. «Federico Coullaut Valera, un imaginero preocupado por la iconografía.» Getshemaní Cofradía de Nuestro Señor de la Oración en el Huerto y Nuestra Señora de la Esperanza. Úbeda, 2010. N.º 27. Págs. 59-64.

-LORITE CRUZ, Pablo Jesús. Parangón y diferencias entre la Virgen de la Esperanza de Úbeda y la Soledad de Cuenca, ambas obras de Federico Coullaut Valera. Getshemaní Cofradía de Nuestro Señor de la Oración en el Huerto y Nuestra Señora de la Esperanza. Úbeda, 2011. N.º 28. Págs. 57-60.

https://es.wikipedia.org/wiki/Federico_Coullaut-Valera

https://xn--jesusconlacaa-tkb.es/la-hermandad/el-escultor/

http://dbe.rah.es/biografias/5311/federico-coullaut-valera-mendigutia

http://cervantes.bne.es/es/exposicion/obras/federico-coullaut-valera-termina-monumento-cervantes-plaza-espana

Bibl.: J. M.ª Gajate García, La obra escultórica de Lorenzo y Federico Coullaut-Valera en Madrid, Madrid, Safel Editores, 1997; F. J. Portela Sandoval, “Federico Coullaut-Valera Mendigutía”, en VV. AA., Libro de la Venerable Hermandad de la Soledad de San Agustín, Cuenca, Diputación Provincial, 1997, págs. 99-102; J. M. Carretero, “Federico Coullaut- Valera” en VV. AA., Coullaut-Valera. Tres generaciones de escultores, Segovia, Diputación Provincial, 2002, págs. 67-96.

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María A. Multedo Villarreal

Por Mª Dolores Barreda Pérez

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LAS PRIMERAS ARTISTAS DE LA

ASOCIACION ESPAÑOLA DE PINTORES Y ESCULTORES

Desde su fundación en 1910, y después de haber tratado en anteriores números a las Socias Fundadoras de la entidad, y las participantes en el primer Salón de Otoño, vamos a ir recuperando de la memoria colectiva, el nombre de las primeras socias que vinieron a formar parte de la Asociación de Pintores y Escultores.

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MARÍA ANGUSTIAS MULTEDO VILLARREAL

 

MULTEDO VILLARREAL, María A.   P    1932   MURCIA   MADRID José Marañón, 12, Madrid

 

María Angustias Multedo Villarreal, pintora, ceramista, xilógrafa, arquéologa y restauradora murciana. Desde muy niña, demostró su afición por el arte, tanto en Murcia como en Granada, a pesar de contar con la oposición de sus padres frente a su vocación.

En 1921 cursó estudios y obtuvo el diploma superior en la Academia de Bellas Artes de San Carlos de Valencia, con calificaciones “excelentes”, logrando además el premio en la asignatura de Historia de las Bellas Artes.

En Valencia cursó igualmente estudios de porcelanas y cerámicas, técnica que también dominaba y cuyas muestras presentó en varias exposiciones.

María A. Multedo en 1934

 

Allí tuvo como profesores y guías al pintor valenciano Juan José Zapater y al maestro y también socio de la AEPE, José Benlliure. Curiosamente, los dos artistas destacan como pintores costumbristas y regionalistas valencianos que retrataron la Valencia de su época y supieron ver en María A. no sólo a una excelente pintora, sino a una estudiosa del arte, en todas sus facetas, con excepcionales dotes y gran sensibilidad.

Su tío fue el diplomático y escritor Manuel Multedo y Cortina, que en su tiempo, dio clases de Literatura junto a Menéndez Pidal o Menéndez Pelayo en el Ateneo Científico, Literario y Artístico de Madrid, antes de emprender una exitosa carrera diplomática que le llevó por muchos países de todo el mundo. Gracias a él pudo realizar distintos viajes por Europa, donde conoció los mejores centros artísticos del momento y emprendió su formación en Italia.

Residió allí largas temporadas, ampliando continuamente sus estudios y copiando de manera admirable grandes obras en sus museos, haciendo muchos trabajos como el realizado en el año 1924, sobre cerámicas “Etruscas”, en el Instituto Industrial, diplomándose también en aquel país en Xilografía.

En 1929  se licenció en restauración de pintura y cursó estudios en la Escuela de Artes Ornamentales y Pintura decorativa de la Universidad de Roma, y Arqueología y Bellas Artes, todo ello con calificaciones más que sobresalientes.

En Roma, estudió de forma especial las decoraciones pompeyanas, realizando el Curso de pintura al fresco y técnicas de pintura mural, logrando la Medalla de Plata en 1930, concedida por el Gobernatore de Roma.

Algunos de sus maestros son hoy en día reconocidos estudiosos especializados en diversas materias, como el profesor Venturini-Papari, especialista en pintura mural y Director de la Escuela de Arte Ornamental de Roma. Gracias a su apoyo y ánimo, María A. publicó sus notas sobre “Las técnicas de las pinturas murales”, de obligado conocimiento en los estudiosos de la materia.

En 1931 regresa a Madrid, impartiendo conferencias especializadas en Pompeya, como la que tuvo lugar en el Círculo de Bellas Artes de la capital  en el mes de junio.

De regreso del mercado, obra presentada al Salón de Otoño de 1932

 

En octubre de ese mismo año, inaugura una reducida muestra de sus obras en el salón de exposiciones del Lyceum Club Femenino, del que se hace socia, apareciendo en los registros de esta entidad como Profesora de Pintura, según el censo elaborado por la periodista Concha Fagoaga, a quien ahora mismo recuerdo también como mi profesora de Periodismo en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid en los años 80.

Ingresa también en la Asociación de Pintores y Escultores y se relaciona en el ambiente artístico de la época colaborando también en revistas y publicaciones como Mundo Femenino, dirigida por la también socia de la AEPE, Julia Peguero Sanz de Trayero, que ya vimos en un artículo anterior.

En la Gaceta de Bellas Artes de abril de 1933 publicó un interesante artículo sobre la pintura al fresco. En esa época, montó un estudio con su nombre en su domicilio de la calle Alcalá Zamora, 38 (antes Alfonso XII), en el que daba lecciones de pintura, porcelanas y decoración de muebles.

Ese mismo mes y año, expuso una selección de paisajes y bodegones en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.

Sobre estas líneas, «Desnudo», obra presentada al Salón de Otoño de 1932

Abajo, cerámica aparecida en la revista Mundo Femenino en 1934

 

A partir de 1942 aparece como Encargada del curso de la Escuela-Fábrica de Cerámica de Madrid, en donde impartía la asignatura “Pintura sobre porcelana”, con un sueldo y gratificación anual de 5.000 pesetas.

En 1943 participó en la Exposición femenina de Pintura y Escultura de la Asociación de Escritores y Artistas Españoles AEAE.

Profesora de la Escuela Nacional de Cerámica, solía reunir en su casa de Madrid una animada tertulia, formada por viejos amigos, pintores, escritores y algún que otro anticuario, en un ambiente cosmopolita, fascinante por su riqueza de interpretaciones y reunión de grandes artistas, que destilaba cultura, arte y belleza, entre los que se encontraba el también joven pintor valenciano Amadeo Roca Gisbert.

En la primera mitad de los años cincuenta, María A. Multedo falleció, dispersándose su recuerdo y su obra de manera absurda y con ella, la memoria de una pintora con méritos más que sobrados para ocupar un lugar preeminente entre la relación de artistas levantinos de la primera mitad del siglo XX.

La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando conserva una obra suya estampada sobre papel Japón del año 1934.

Algunas de las críticas aparecidas en la prensa de la época hablaban de ella y de su obra en estos términos:

“…estudios de figura al óleo y más delicados ejecutados a la sanguina, con temas decorativos vistosos”. Pero era con los bodegones con los que la autora “se complacía en la notación de las diferentes calidades de flores y frutas.  Paisajes y bodegones en donde poder contemplar el privilegiado temperamento colorista de la autora. La materia aparece en ellos a trechos con gruesa pasta de color, a veces puesta con el cuchillo; a veces, asimismo, con un insistente afán que prescinde del alarde y busca la fijación justa del matiz.

Sus frutas y sus flores son hermosísimos trozos de pintura de la mejor escuela levantina, llenas de la gran riqueza cromática de su paleta, pero también toda la finura de sus pinceles, tan diestros en el zarpazo impresionista rápido como en el logro minucioso de calidades y valoraciones pictóricas.

No faltan algunos aciertos en los retratos, aunque en ellos baja el diapasón de la cuerda temperamental de la eminente artista”.

Una gran artista que en pintura mural, “lo mismo la realizada con la técnica de lo ejecutado en Domusaurea de Nerón por el pintor Fabullo, utilizando colores preparados a la cera, que en «Madona», pintada al fresco, se revela una maestra, muy difícilmente superable por su dominio del arte y por su cultura y gusto exquisito”…

El crítico de arte y periodista de la época José Manaut Nogues

Retrato, presentado al Salón de Otoño de 1935

 

La prensa, sin excepción, le dedicó los mayores elogios, diciendo que en todas sus obras “vibra un sentido poético que le acerca a los grandes paisajistas”.

De ella dijo el crítico de arte, abogado y periodista José Manaut Nogues “Pintor muy completo lo mismo domina la figura que el paisaje, pero en las “Naturalezas muertas” es donde más acierta plenamente a plasmar la verdad que ante su fecunda retina se ofrece.

Elllo no obsta para que en el retrato haya conseguido una personalidad relevante, que nos complacemos en acusar.

Recordando a aquella niña, que en días para nosotros de satisfacciones por lo que supusieron para la juventud de Arte, en Valencia-, ya mujer y dominando la técnica de su difícil Arte, estando asistida de talento indudable, confiamos que en esta manifestación de su arte, tan vario como interesantísimo, donde vemos no a la mujer –tan finamente exquisita- sino al Pintor, que ha llegado a vencer, nuestros augurios serán confirmados por el éxito más alentador, en la hidalga tierra de Castilla, tan acogedora para todo lo que de Levante llega a la altiplanicie española”.

Jardín de Aranjuez. España. Archivo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Madrid

 

María A. Multedo Villarreal y la AEPE

  • Participó en el XI Salón de Otoño de 1931 inscrita como A. Multedo (Dª María), natural de Murcia. Vive en Madrid, Pasaje de la Alhambra, 2. Con las obras:

92.- “Flores” (óleo) 0,43 x 0,46. Sala 4

388.- “Venecia” (óleo) 0,17 x 0,41. Sala 15

  • En el XII Salón de Otoño de 1932 apareció inscrita como Multedo y Villa-Real (Dª María), natural de Murcia. Vive en Madrid, Alcalá Zamora, 38. Con obras: Sala VI, nº 69, 70 y 71; Sala VII nº 17; Sala XVII, nº 256 y 257. Sala Central, nº 342

69.- Bodegón de frutas y cerámica (óleo) 0,71 x 0,95

70.-De regreso del mercado (óleo)

71.- Bodegón de uvas y copa de cristal (óleo) 0,71 x 0,95

87.- Desnudo (óleo) 0,44 x 0,36

256.- Motivo decorativo en encáustica 0,22 x 0,32

257.- Fragmento decorativo a encáustica (técnica pompeyana) 0,37 x 0,48

342.- Un cesto en cerámica a esmalte

  • Al XIII Salón de Otoño de 1933 concurrió como Multedo y Villa-Real (Srta. María A.), natural de Murcia. Reside en Madrid, Niceto Alcalá-Zamora (antes Alfonso XII), 38. Con obras en las Sala X, nº 189; Sala XI, nº 214 y 215; Sala XVIII, nº 350 y 357;  Sala XIX, nº 366

189.- Fuensanta (óleo)

214.- Isla de Capri (óleo)

215.- Jardín de Aranjuez (óleo)

350.- Pintura mural (copia ejecutada con la técnica usada por el pintor Fabullo en la Domusaurea  de Nerón. Colores preparadas a la cera)

Madona

366.- Estudio para la figura que en decoración de una capilla representará la Caridad (fresco)

  • En el XIV Salón de Otoño de 1935 apareció inscrita como Multedo (Dª María A.), natural de Murcia. Reside en Madrid, General Arrando, 10. Y  presentó la obra

123.- Jardín de Aranjuez (óleo)

  • En el XV Salón de Otoño de 1935, aparece como Multedo (Srta. María), natural de Murcia. Reside en Madrid, José Marañón, 12. Sala X, nº 189; Sala XVI, nº 308.

189.- Interior de iglesia (óleo) 0,71 x 0,95

308.- Retrato (óleo) 1,01 x 0,85

 

Anuncio publicado en la Gaceta de Bellas Artes

Un óleo, publicado en la revista Mundo Femenino

 

 

 

Bibliografía y webgrafía

GRACIA, RUIZ LLAMAS, María, “Ilustración gráfica en periódicos y revistas de Murcia (1920-1950)”, en Google Books. [En línea] URL<   https://books.google.es/books?id=F1VHbYTIvy4C&pg=PA105&lpg=PA105&dq=mar%C3%ADa+a.+multedo&source=bl&ots=jFXWunS9IR&sig=SjJV8h6smmrfvLDtPD8XVoXyULY&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwjZl_bXyoTZAhUnsKQKHQg4DCcQ6AEIODAG#v=onepage&q=mar%C3%ADa%20a.%20multedo&f=false > (Última revisión: 20/06/2017)

“Dona i Art a Espanya: Artistes d’abans de 1936. Obra exposada-obra desapareguda”. Tesis doctoral de Vicent Ibiza i Osca

http://reddebibliotecas.jccm.es/intrabibl/images/BPE-CR/Exposiciones/Mayo_Junio_Julio_15/mujeres-fuman/dossier-definitivo-COMP.pdf

Las fundadoras del Lyceum Club Femenino Española. Juan Aguilera Sastre. Universidad de La Rioja.  Anexo 2. Otras socias del Lyceum Club. Censo de Concha Fagoaga

España en …. 1931, Anuario de España, 1931-1932 , José Gutiérrez-Ravé.

ABC 14/06/1931, 17/6/1931, 13/04/1933,  20/04/1933,  14/11/1935, 26/03/1943

Ahora 21/10/1931, página 20

La Voz 9/11/1931, 25/04/1933 

El Sol  5/4/1933, 18/04/1933

La Libertad 14/06/1931, 13/4/1933, 24/04/1933, 8/12/1933, 3/1/1934

Luz 13/4/1933, página 9.

La Época 07/11/1932, 25/4/1933, 30/10/1933, 1/11/1935

Mundo femenino 1/7/1934, n.º 100

El Tiempo: diario independiente 14/05/1933

El Siglo futuro 17/11/1932

La verdad 18/05/1933

Lanza 5/08/2001

Alerta 8/8/2001

Archivo Histórico “Bernardino de Pantorba” de la Asociación Española de Pintores y Escultores

www.gacetadebellasartes.es

www.salondeotoño.es

 

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