Javier Sierra, Vocal del Jurado del 57 Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura

La del pasado día 8 de febrero de 2022, tuvo lugar la reunión del Jurado del 57 Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura. Una tarde maravillosa en la que se dieron cita amigos de la Asociación Española de Pintores y Escultores, de artistas, de profesionales cuyo criterio se hizo oír en las más de cinco horas que duró la sesión, convertida en una lección magistral de arte gracias a sus miembros, que aportaron alegría, experiencia, saber, arte… mucho arte.

Todas y cada una de las más de 250 obras presentadas al certamen tuvieron su momento de gloria, su presencia, su revisión, su debate, su comentario y detalle. Para todas hubo una palabra, un gesto, un reconocimiento al esfuerzo del artista como no podía ser de otra manera.

Y entre descanso y respiro, también hubo tiempo de comentar las impresiones de cada uno de los miembros del Jurado respecto a lo que estaban viendo y sintiendo.

Esto es lo que comentó

Javier Sierra

Vocal del Jurado

del 57 Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura

Periodista y escritor

Socio de Honor de la AEPE

 

«En esta edición ha habido mucha cantidad de obras y la calidad se ha concentrado en pintores de gran formato, hablando de pintura, esa ha sido migran sorpresa. En cuanto a escultura, me sigue sorprendiendo gratamente que va creciendo cada año la participación y algunas de las obras presentadas tienen un nivel extraordinario. Desde ese punto de vista, ya llevo en el jurado desde 2015, veo que ha ido creciendo la calidad de las obras presentadas en general. Aunque este año hay mucha cantidad, y eso va en demérito, claro. Cuánta más cantidad, la calidad se queda más aislada, más reducida.

Como miembro del Jurado, lo que haces en un primer momento es hacer un descarte de las obras que ves claramente que tienen que quedar fuera. Donde vienen las grandes dudas es a la hora de valorar las mejores, las que van a ser finalistas e indudablemente la ganadora. Tengo en mente cuatro o cinco que me están dando vueltas en la cabeza y son las que me han llamado más, más me han transmitido.

Uno de los puntos desde donde parte mi juicio es que la obra tenga un relato: que me cuenten algo. Las obras meramente figurativas, las obras que solo juegan con el color o con las texturas, son obras que desde mi punto de vista se quedan fuera de mi apoyo. Entiendo que hay otros miembros del jurado que apoyarán eso y, por lo tanto, van a tener su respaldo. Pero mi voto siempre va para aquellas obras que tengan un relato, que me estén contando algo, que me generen una emoción particular, que incluso inviten a una discusión o un debate entre quiénes las contemplan. Yo creo que eso es lo que le da magnitud al trabajo de un artista.

Al haber sido juez ya numerosas veces del premio, ¿crees que la pandemia y toda la situación que la acompaña ha influido en las obras a nivel temático y artístico?

Igual que el año pasado sí vimos una gran influencia de la pandemia, en esta ocasión no es así. La edición anterior había un número de obras interesante que estaba vinculado con medicina, con sufrimiento, en fin, veías un poco los ecos de las preocupaciones sociales. Este año en cambio no, yo no he detectado que haya habido un pico de obras que estén conectadas con la pandemia más allá de dos o tres ejemplos que no son significativos.

La verdadera obra de arte es la que trasciende a su tiempo. Es muy difícil que una obra que esté muy pegada a los temas sociales que aparecen en las noticias dentro de veinte años sea valorada. A no ser que coja la noticia y le de un enfoque distinto, una óptica distinta y que sirva para retratar la época; es muy difícil que una obra que sea un eco de lo noticioso trascienda. Yo creo que el artista, por propia definición, debe buscar cosas eternas.

La Asociación Española de Pintores y Escultores está en una situación muy interesante. Evidentemente, hasta ahora, hasta 2022, se ha sabido mantener y se ha adaptado a las circunstancias, pero vienen por delante desafíos muy importantes. Por ejemplo, el desafío digital, que está ahora mismo cerniéndose sobre el mundo del arte, los NFTs, los metaversos. Todo esto está configurando un nuevo mundo para el arte. Va a haber museos virtuales dentro de una década. Va a haber coleccionistas, ya los hay, de obra digital. ¿Cómo se va a adaptar la AEPE a esa transformación? Bueno, pues eso es algo que va a ser muy interesante de ver. Pero yo creo que la AEPE tiene esa juventud, esas ganas de transformarse dentro de la veteranía, porque evidentemente estamos hablando de una institución centenaria, pero los artistas son siempre jóvenes».

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