Mª Luisa Pérez Herrero

Por Mª Dolores Barreda Pérez

 

LAS PRIMERAS ARTISTAS DE LA

ASOCIACION ESPAÑOLA DE PINTORES Y ESCULTORES

Desde su fundación en 1910, y después de haber tratado en anteriores números a las Socias Fundadoras de la entidad, y las participantes en el primer Salón de Otoño, vamos a ir recuperando de la memoria colectiva, el nombre de las primeras socias que vinieron a formar parte de la Asociación de Pintores y Escultores.

María Luisa Pérez Herrero

 

PEREZ HERRERA, Mª Luisa    P  1919  12.abr.1887  MADRID  26 may.1934MADRID

Madrid, 12 de abril de 1898 – Madrid, 26 de mayo de 1934

Cuenta con una calle en el madrileño distrito de Chamartín

 

La pintora Mª Luisa Pérez Herrero nació en Madrid, el 12 de abril de 1898. Sin embargo, en los registros de la Asociación Española de Pintores y Escultores, en los que cada artista, de puño y letra, consignaba sus datos personales, figura como fecha de nacimiento el 12 de abril de 1887.

Nació en el seno de una familia humilde, hija de Manuel Pérez Calvo y de Francisca Herrero Fernández, que tuvieron también otro hijo llamado Félix.

Imagen aparecida en la Revista La Esfera, de 1923

 

Mª Luisa estudió en el Colegio San Luis de los Franceses de la calle Tres Cruces, fundado en esa ubicación en 1856 y que estaba a cargo de las Siervas de María, luego de las Siervas de la Caridad, y quedaba relativamente cercano a la residencia familiar, que por entonces estaba en la calle Orellana, 3.

Las dotes artísticas de la joven debieron quedar patentes desde temprana edad, y como la familia no disponía de recursos económicos con los que sufragar la inscripción en la Escuela de Pintura, Escultura y Grabado, solicitó la matrícula gratuita.

Ya en el curso de 1918-19, ganó un premio en metálico consistente en 62,50 pesetas en la asignatura de Paisaje, obteniendo también diploma en febrero de 1919, en Dibujo del antiguo.

Fotografía de 1920 aparecida en la prensa de la época

 

En la Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid fue discípula de Antonio Muñoz Degrain, uno de los Socios Fundadores de la Asociación Española de Pintores y Escultores y un excelente paisajista del que sin lugar a dudas recibió el influjo que denota cada obra, de su intenso amor por el paisaje.

En 1919 consiguió una beca en el Monasterio de El Paular, en donde desarrolló su afición por la pintura de paisaje que la caracterizaba. Así lo recogía, en la sección titulada Actualidad femenina, la revista popular ilustrada Mundo Gráfico de 1919, en donde la información se acompañaba de una fotografía de la artista.

A finales de 1919, la Biblioteca Nacional (Salón de los Amigos del Arte), acogía la segunda exposición de los alumnos pensionados en El Paular, en donde obtuvo el Primer Premio, hecho que recogió la prensa de la época, que publicó fotografías de la artista y una breve reseña en la que destacaba que …“la artista presenta, entre cuadros, apuntes y estudios, trece obras muy bien pintadas… que tienen un gran encanto y poesía”…

De esa fecha data una reseña que el periodista Juan de la Encina le dedica en el Semanario España: “Rusiñol ha influido sin duda en la señorita María Luisa Pérez Herrero. No por el simple hecho indiferente de que esta señorita haya tomado por tema de algunas de sus obras los jardines de Aranjuez, sino por el modo de componer, en parte, por el estilo y la intención… paisajes finos, brillantes, decorativos. Están ejecutados con un cierto brío y franqueza poco femeninos. Parecen que han salido de mano de varón. Bien empastados y jugosos, sin embargo, a las veces, como es natural en quien comienza, se le enturbia y adensa el color y no consigue el efecto que se propone su autora. El tiempo y el estudio traerán lo que falta”…

«Calleja de Miraflores de la Sierra» y «Puesta de sol», de 1923

 

En agosto de 1919 el Círculo de Bellas Artes de Madrid organizó la Exposición de Bellas Artes en Santander, que incluía más de 350 obras de pintura, escultura y grabado, de artistas como Sorolla, Moreno Carbonero, Muñoz Degrain, López-Mezquita, Domingo Marqués y Pinazo Martínez, entre otros muchos, exhibiendo además una obra de la joven artista Mª Luisa Pérez Herrero.

En aquellos momentos la artista comenzó a destacar por su buen hacer, ocupando portadas de publicaciones a todo color algunos de sus cuadros realizados en El Paular, como el aparecido en La Esfera el 21 de febrero de 1920, titulado “Un rincón de la iglesia”.

 

El pintor y crítico de arte José Blanco Coris, dedica entonces unas líneas en El Heraldo de Madrid, a la artista: “Para nuestros lectores la Srta. Pérez Herrero no es una desconocida. Nos hemos ocupado de ella, con elogio… pertenece al grupo de alumnas que hace poco tiempo ingresaron en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando, de las que han seguido con brillantez y aprovechamiento las enseñanzas de aquel centro de cultura… María Luisa Pérez no es una pintora femenina, no refleja el espíritu de mujer en sus obras que están resueltas con factura valiente de pincelada francesa y nerviosa. Su paleta es limpia y luminosa y siente el natural con grandeza… en sus estudios y apuntes no hemos encontrado ningún detalle mezquino, ninguna de esas notas pequeñas que todos los artistas hacen y poseen en el laboratorio de sus producciones… cuadros impresionados del natural con el tema obligado de la nota amarilla, nos recordaron las primeras obras de Mir, por su brillantez y luminosidad, por su factura amplia. La señorita Pérez Herrero, cuya modestia y sencillez son encantadoras, es una artista de gran porvenir, cuyos primeros pasos en la pintura revelan una disposición extraordinaria; la de ir al natural con lienzos de a metro a luchar con los elementos, y esto, que lo hacen contados artistas, es una gran virtud, un gran deseo de avanzar y llegar en poco tiempo a donde otros llegaron a maestros por sus pasos contados. María Luisa Pérez Herrero pertenece al grupo, que poco a poco vamos dando a conocer, de las mujeres pintoras y escultoras que en la actualidad honran y son el encanto de las Bellas Artes españolas”.

En 1920 se le concede una Bolsa de viaje con motivo de la Exposición Nacional celebrada ese año y participa en el Primer Salón de Otoño de Artistas Independientes de Madrid, celebrado en el Palacio de Exposiciones del Parque del Retiro de Madrid y organizado por la Asociación de Pintores y Escultores. Una presencia que no pasó desapercibidos para la crítica y el público.

En agosto de 1921 consiguió aprobar la plaza de ayudante de Dibujo de la Escuela Normal de Maestras de Madrid, participando en noviembre en la Exposición de Artistas Madrileños junto a grandes pintores, miembros de la Asociación de Pintores y Escultores, como Eduardo Chicharro, José Bermejo, Juan Espina, Martínez Cubells, Hernández Nájera, Ramón Pulido, Roberto Fernández Balbuena, Ricardo Fons, la familia Zuloaga (Daniel, Juan, Esperanza y Teodora), y otros muchos artistas.

Una vez más destacaron las obras de Mª Luisa, que mereció una reseña firmada por Ramón José Izquierdo en La Correspondencia de España, quien aseguraba que  “La pintura de paisaje ha hecho evolución en Madrid… en primera línea, debe contarse a María Luisa Pérez Herrero. Frondas estivales la revela como una artista indiscutible, y hace concebir incalculables esperanzas para lo porvenir, teniendo en cuenta que este cuadro, que vale más incomparablemente que los de muchos que se hallan en el final de su carrera artística y se llaman laureados y maestros, es debido a una joven que empezó ayer a pintar. Es verdaderamente raro que en tan poco tiempo se pueda adquirir tanta maestría en la interpretación del natural. La luz, el color, la perspectiva difícil de las enramadas iluminadas por el sol. En cuanto a la poesía que respira su cuadro, no nos extraña que la haya sentido, porque es mujer y artista”.

Con motivo de la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1922, distintos periódicos de la época recogen la concesión de una Tercera Medalla a la artista por su obra titulada “Frondas estivales”.

En abril de 1923 realizó una exposición en el Salón permanente del Círculo de Bellas Artes de Madrid, que fue visitada por el rey Alfonso XIII y la reina Victoria Eugenia, llegando a ser portada del diario ABC.

Fotografía aparecida en El Heraldo de 1923

 

Los comentarios se vuelven cada vez más sólidos y prestigiosos, como el que hace en El Heraldo, el crítico Blanco Coris, destacando que fue “S.M. la Reina Victoria la primera en visitar la muestra y adquirir dos de sus  notables paisajes”…la artista ha puesto su alma entera en la tarea de ofrecernos el ambiente, el encanto y la poesía de las alamedas del Real Sitio, con la honradez y la brillantez de paleta que la caracteriza… en el grupo de los paisajes de la sierra sobresalen lienzos magistrales, obras completas de técnica, color, luz y perspectiva… una nota vigorosa y bien resuelta de una contraluz de sol. Conciertan con estas obras en número de treinta y una, ofreciendo un conjunto brillante y una demostración ponderante de las facultades de esta joven artista”.

Gran Vida destaca también la exposición comentando: … “la labor de esta artista que, aun no siendo nada brusca, ha sabido, sin embargo, abstraerse de ese algo de ñoñería que suelen tener los trabajos femeninos, hasta el punto que, de primera vez, da la sensación de haber sido ejecutadas por manos más vigorosas… una prueba de su valentía… en otras obras empieza a percibirse más el alma de la mujer, sin que esto quiera decir que hallásemos la más ligera falta de vigor. Es, pues, la obra de nuestra joven y estimada pintora, simpática por su modestia, decidida, pero sin estrabismos ni alucinaciones coloristas, antes por el contrario es delicada, bien definida, toda armonía, es la halagüeña esperanza del mañana, la promesa de un brillante porvenir…”

La artista fotografiada en 1935 para Mundo Femenino

 

José Francés, quien fuera Presidente de la Asociación de Pintores y Escultores, le dedica un amplio reportaje, bajo el título de “Una pintora paisajista”, que incluye párrafos como éstos:

…”La vernalidad del ambiente y la fidelidad emocional de los lienzos de la señorita Pérez Herrero han sido, por el momento, más fuertes que nuestro afán de concretar. Dentro del alud paisajista, los cuadros de la señorita Pérez Herrero salvan y se libertan por su esencia peculiar.

«La calle Arcediano de Salamanca»

 

La señorita Pérez Herrero no es el turista mercantil del paisaje… La extraña y valiosa calidad viril del temperamento y de la técnica. Porque María Pérez Herrero pinta como un hombre»—se ha dicho demasiadas veces… el arte de la señorita Pérez Herrero, tiene un acento varonil, una seguridad varonil, una varonil elocuencia. No se sabría definir exactamente con palabras en qué consiste ese carácter de masculinidad en un paisaje; pero es lo cierto que existe. Otras pintoras—evitemos alusiones directas—se ve en seguida que pintan como su mamá bordaba relojeras y zapatillas o como una hermanita suya hace encaje de bolillos… La señorita Pérez Herrero… siente un comprensivo amor al paisaje, se le adivina el deleite de interpretar el amplio milagro de la luz en el aire libre. Su Exposición actual se compone de dos temas distintos: Aranjuez y Miraflores de la Sierra. Los jardines artificialmente logrados y el natural espectáculo pueblerino. Dos épocas también: el otoño preferentemente en los ¡jardines; el verano encandeciendo muros, azulando sombras y mustiando tierras, en las callejas o los caminos … Y siempre María Luisa Pérez Herrero acusa la veracidad de cada sitio y cada hora. Y siempre con un lenguaje enérgico donde hasta la misma languidez otoñal se libra de alfeñiquería femenina… la señorita Pérez Herrero lo consigue en la fidelidad expresiva de la Naturaleza. Cuando abarca horizontes no mengua su brío. Significación fuerte de esa capacidad es el lienzo titulado Lejanía, que está logrado de un modo sereno y atmosférico. En los apuntes se muestra también basta qué profundidad sabe abarcar los fugitivos matices de las cosas”…

Ilustración de 1920

 

En 1923 la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas le otorga una pensión en París. María Luisa Pérez Herrero recibe entonces un homenaje-despedida el día 27 de abril, tras el cual se trasladó a París y a Bélgica. El banquete de honor fue organizado por los profesores, compañeros admiradores y amigos, que deseaban ofrecerle su testimonio de admiración.

Fue un año de intenso trabajo para la artista y fruto de ese viaje, será premiada tres años más tarde en la Exposición de Cádiz de 1926.

Fotografía de la revista Blanco y Negro, 1934

 

Presentó obras a la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1924 y ya finalizado su viaje, volvió a exponer los paisajes de Francia y Bélgica en el Salón de Exposiciones del Circulo de Bellas Artes en diciembre de 1925, recibiendo nuevamente la visita de los reyes y elogiosas críticas,  como esta, firmada por L.P.S. en la que destaca: “El triunfo logrado por esta notable pintora de paisajes no ha sido para nosotros una sorpresa. Lo esperábamos. La corriente y curso de su arte estaba definido para cuantos seguimos con interés las cuestiones que afectan al cultivo y desarrollo de las artes-bellas… La Pérez Herrero ha creado con fortuna esos sus cuadros, todos bellos y todos distintos. La mayoría de sus paisajes parecen querer ser y vivir por sí mismos, codiciosos de soledad y silencio. En los canales y viejas calles de Brujas todo parece sumido en el recuerdo de glorias. Quizá las primeras obras de la Pérez Herrero pudieron darnos la impresión de sentimiento de melancolía, de pesadumbre… del sentimiento romántico de Santiago Rusiñol… Desde entonces han pasado algunos años…”

«Melancolía«, aparecida en la revista La Esfera

 

Hesperia firmó en la revista Gran vida otro texto: “Tarea grata para la memoria es recordar la labor expuesta en el Círculo de Bellas Artes por María Luisa hace dos años; era toda una promesa de un porvenir halagüeño; …al contemplar sus nuevas producciones, realizadas unas entré la bruma del Sena, otras bajo el cielo de Bélgica, algo parecido al nuestro, hemos tenido la inmensa alegría de ver en sus lienzos, más enérgicos quizás, la misma serenidad que cuando marchó; ha retenido en ellos todo cuanto sus ojos contemplaron, sin ningún afán innovador, abstrayéndose con resolución inquebrantable del ambiente casi anárquico que la rodeaba. Esta firmeza suya en seguir el camino, comenzado acertadamente, en medio de una Babel de tendencias, en el centro de las exaltaciones y estridencias de unas u otras nuevas orientaciones del arte, nos demuestra que la base sobre la que desarrolla sus actividades nuestra artista es sólida, pues únicamente así puede permanecerse inmutable, sin el más leve contagio de influencia alguna. Indudablemente, el ardoroso celo en el estudio allende la frontera ha contribuido a que adquiriese mayor dominio en su técnica, cada vez más robusta, más resuelta. La diafanidad de su paleta se ha acentuado; esas notas grises, tan finas, …tiene, sin embargo, una vaporosa transparencia… Los efectos de sol en esos trozos de los jardines tienen la natural luminosidad…. El estímulo de la recompensa obtenida; el afán de demostrar al regreso que no se malgastó el tiempo; la ilusión del éxito, hicieron redoblar sus esfuerzos, trabajar intensamente, logrando que su labor fructífera, de una gran fecundidad, obtuviese la deseada aprobación unánime, a la par que el avance dado con tal brío la colocara entre las de los buenos paisajistas. Ante la nueva obra de María Luisa, de conjunto acertadísimo y bello; ante la realización de esperanzas concebidas, hemos de pensar con verdadera alegría que si su enérgica voluntad y la fe en sí misma le han dado valor para salvar dolorosos escollos y conseguir colocarse en primera fila, pronto, si, como es de esperar, sus ánimos no decaen, la veremos ocupar un puesto de honor, llegar a la cúspide de esa cumbre tan soñada, a la que pocas veces se llega joven aún”.

«Oración»

 

Los comentarios fueron unánimes. En otro artículo se lee: …”María Luisa Pérez Herrero es una pintora que hermana con feliz acierto el tecnicismo aprendido de los viejos maestros y la clara y moderna visión de los bellos paisajes, que traslada al lienzo Ubre de todo prejuicio, buscando reflejar en su obra la verdad y la emoción. Y tanto busca lo emotivo María Luisa, la gentil artista, que en ocasiones hace literatura con sus cuadros, porque en ciertos paisajes y apuntes se observa el atormentado espíritu de la autora, a quien impregnan de un sentimiento romántico, melancólico, él ambiente gris de las grandes urbes en que se agitan entre brumas y lluvias las vidas afanosas de las multitudes, o hacen soñadora los lagares solitarios y- sugeridores que recuerdan tiempos pretéritos y gloriosos. La obra de María Luisa Pérez Herrero, realizada con verdadero amor, atrae por su sinceridad y sencillez. No se advierten en ella afectación ni deseo de asombrar con procedimientos nuevos o extravagantes. Está hecha honradamente por quien tiene medios de halagar el snobismo de los que alardean de modernos o de conseguir el aplauso de la galería. Ni unos ni otros son adulados por la artista, a quien no faltan los plácemes del público, el premio de la crítica y el éxito de venta Todo se lo merece la trabajadora e Inteligente pintora”.

La artista en Mundo Gráfico

 

Y justo cuando empezábamos a dejar atrás críticas en las que se hace referencia continua a su condición de mujer, la Unión ilustrada publicó un artículo firmado por otra mujer llamada Regina, en el que se comenta en tono más que jocoso que: …”-Esta muchacha .pinta como un .hombre-… -Yo creo lo contrario, que pinta : como mujer -las mujeres no tienen generalmente esa maestría, ese verismo, y los asuntos, si se quitan las flores y los niños… – i Ah, vamos! Tú te refieres a las que disculpan su ñoñería» con un sexo, sin tener en cuenta que esa incapacidad de hacer acosas serias también se da en los hombres… Creo que si la mujer tiene verdadero talento, puede y debe hacer las cosas con la misma maestría que cualquier hombre; y, sin embargo, su obra ha de ser en todo momento viril. Aquí tenéis un ejemplo. María Luisa Herero pinta como un hombre y siente como una mujer que es. Sus cuadros, irreprochables en la factura, podrían ostentar en lo que a dominio de la técnica se refiere una firma masculina; pero un espíritu varonil no podría darles en esa ternura de interpretación, esa dulce melancolía tan femenina. -Tienes razón-asintió Marichu- se puede ser muy femenina sin ser ñoña”…

Nuevo Mundo, 1925

 

Presentó obra también a la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1926 y en 1927 vuelve a realizar una exposición en el Lyceum Club Femenino que fue muy bien acogida con críticas como: “María Luisa Pérez Herrero sigue con inquebrantable tesón y entusiasmo su buen camino elegido, o sea desarrollando su actividad siempre al impulso del sentimiento y, por lo tanto, sin preocupaciones de evolución ni esnobismos. Una vez más esta artista ha traspuesto las fronteras, ha pasado entre la exaltación de diversas tendencias, logrando salir libre de todo contagio; su nueva obra, que hace bien poco hemos contemplado, así lo demuestra; en los bellos paisajes de Brujas, Holanda y París hay una enérgica resolución, una firmeza hay en permanecer fiel al íntimo sentir, que tarde o nunca podrá quebrantar ninguna de esas modalidades tan en boga e insustanciales. Nuestra amiga, hoy por hoy, unifica la acción con el sentimiento. ¡Dios le conserve la perseverancia!”.

«Estampa«, 1929

 

O esta otra: “Acaso sea María Luisa Pérez Herrero una de las artistas que con mayor firmeza va creándose una personalidad en la pintura, y, sin duda ninguna, puede afirmarse, que nadie como ella trabaja y lucha en busca de aquella suprema fórmula de la belleza, que es ideal de todo aquel que a las artes consagra su obra. María Luisa recorre el Mundo, en su ansia de nuevos horizontes, y en todos lados recoge con delicada emoción y exquisita factura los paisajes que son regalo de los gemidos y sugieren ideas a la imaginación. Los cuadros de María Luisa Pérez Herrero -yo poseo uno que no vacilo en calificar de primoroso- son una demostración irrefutable de la marcha triunfal que sigue la inteligente y gentil pintora. Los paisajes españoles, las tierras holandesas, las viejas ciudades belgas, los bellos rincones de Francia, canales, calles, jardines. palacios, puertos, todo, en suma, cuanto impresiona la retina de nuestra compatriota tiene su interpretación justa y personalísima en los lienzos que manchan los pinceles de la joven pintora. Y por esto sus Exposiciones son éxitos rotundos de público, de crítica y de venta, que no sólo de aplausos viven los artistas”.

Gran Vida, 1926

 

A finales de 1928 realizó otra exposición en la Sociedad de Amigos del Arte, muestra que recogía sus obras, “interesantes recuerdos de sus recientes viajes por Francia, Bélgica e Italia”, cuyos cuadros son “muestras felicísimas de un fino impresionismo rezagado”… “Desde aquella muchacha … recién salida de la Escuela de San Fernando, a la que atraían los atardeceres otoñales de la Moncloa y del Retiro y las frondas de Aranjuez, a esta joven que se enfrenta con los parquea parisinos, sumidos en la niebla, con las silenciosas calles de las viejas ciudades belgas y con las piedras doradas de los antiguos edificios de Venecia y Roma, hay un corto período de tiempo en que su arte se depura precipitadamente y en el que esta notable paisajista logra captar mejor cada día que transcurre la infinita poesía de los paisajes que ve”.

Gran Vida, 1926

 

Luis León firmaba en la Unión patriótica, un artículo titulado “Los paisajes de María Luisa Pérez Herrero” en el que reseñaba que “emocionan por su sinceridad. Nada de convencionalismos ni de efectos rebuscados y artificiosos. Nada de amaneramientos de estilo, ni de audacias más o menos avanzadas, para seguir la moda. La artista se ha colocado ante el natural, sin prejuicios ni preocupaciones; una sensibilidad exquisita y susceptible de ser impresionada, un talento comprensivo, una noble sinceridad y un temperamento capaz de trasladar al lienzo las notas de color, de armonía y de belleza que han pasado por su alma. Lo que la ilustre paisajista ha llevado a sus cuadros, no son las frías copias del natural, sino sus propias emociones transformadas en luz, en acordes cromáticos y en bellas formas vibrantes de vida… ese es el supremo encanto de estos paisajes. Y en su sinceridad está el secreto de su valor…A través de las tonalidades y las líneas de estos paisajes aparece siempre el alma de la artista. La técnica es sencilla y sobria, desprovista de afectación. No se ve nunca la preocupación de producir efectos exteriores… Ella refleja los bellos matices del natural, pero no como espejo inconsciente, sino como un alma vibrante de emoción, que da vida al reflejo y en cada nota pone un acento de creación. Ofrece, pues, el conjunto de esta obra lo que en arte tiene más valor: personalidad, carácter y la noble orientación de un idealismo”.

Paisaje de Alsasua

 

Para José Francés, esta exposición supuso el triunfo de la artista y así lo relató en La Esfera, en un extenso texto del que destacamos: “María Pérez Herrero es la nómada apasionada de los lugares melancólicos… aprendió en los jardines rusiñolescos… bajo la sombra tutelar del viejo pintor catalán…pero en El Paular se evadió del rusiñolismo… su paleta gana en elementos cromáticos. No hay tanto verde de arquitecturas vegetales, ni tantos ocres y cadmios de otoño… Después se suceden los viajes… el pozo cromático no se agota…la señorita Pérez Herrero es una elegíaca del paisaje, como Rusiñol es un paisajista elegíaco…si al principio parecía coincidir con el maestro catalán, luego abandonaría las coincidencias temáticas y tonales para decir con acento propio la misma modalidad espiritual… temas preferentes que vemos reiterados sin fatiga ni obstinación. Al contrario, fluidamente, deliciosamente atractivos, con algo nuevo e inédito… Cada vez la encontramos mejor dueña de sus facultades y más aprovechada de la natural educación estética recibida. Cada vez también más afirmativa de su personalidad, sin peligro de amaneramiento… La exposición que ahora celebra en el Salón de Amigos del Arte tiene el valor consagrativo y definidor”…

La artista fotografiada para Gran Vida, en 1926

 

En julio de 1929 participará en la Exposición permanente del Círculo de Bellas Artes, en el Salón de Amigos del Arte, junto a otros grandes artistas como Chicharro, Hermoso, Adsuara, Verdugo Landi, Baroja, Julio Moisés, Pulido, Urquiola, Blanco Coris, Zubiaurre, Zuloaga…

Para finalizar el año, la revista La Esfera, le dedica una página completa con la reproducción de tres de sus obras, que firma Antonio García Bouza y titula “Lo que ha hecho María Luisa Pérez Herrero”, refiriéndose a su estancia en Salamanca. Según descubrimos en el relato, un amigo salmantino, Julio Fabrés de Solís, ha dado hospitalidad en su casa a la pintora durante tres semanas. Aquello debió ser un gran acontecimiento para una ciudad como Salamanca, sobre todo porque la artista se dedicó a pintar del natural sus calles y monumentos en plena calle, rodeada de la expectación propia que atraía a niños y mayores. Allí pintó más de una docena de cuadros en la primera visita que realizaba a la ciudad… “Todo lo que ha visto y traducido con sus pinceles ha sido por ella misma buscado con esa fina perspicacia de los verdaderos artistas”…

«Escena del bosque»

 

Entre 1929 y 1934 participó con sus obras en distintas exposiciones en las que siempre aparecía reseñada como “uno de nuestros excelentes paisajistas” o “célebre paisajista”, mientras sus obras ocupaban las portadas de prestigiosas revistas como Blanco y Negro o La Esfera y colabora en otras publicaciones como la revista Ellas, Semanario de las mujeres españolas, dirigida por José Mª Pemán, junto a Rafael Fernández Cuevas, «Osear» y Manuel Pedros..

«Interior con jarrón de crisantemos»

 

En 1930 la pintora visita la Puebla de Bolívar, en Vizcaya, tierra donde nacieron los antepasados del héroe. La prensa recoge el viaje…”Todo Puebla de Bolívar, con su ambiente de poesía y su atmósfera de luz, ha pasado a los lienzos de María Luisa Pérez Herrero… Diez y seis cuadros… magnífica obra, en verdad… por la perfección artística con que ha sido realizado… Los cuadros son de un inmenso valor histórico y de extraordinario mérito artístico… y figuran en una Exposición que, con motivo del Centenario del Libertador, ha de organizarse en Venezuela. Será indudablemente un maravilloso éxito. Venezuela sabrá apreciar como es debido la delicadeza del homenaje y el valor de la labor artística”.

El Liberal, 1928

 

Presentó dos cuadros a la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1932 que merecieron el calificativo de “acertadísimos”.

Distintas ilustraciones aparecidas en La Esfera, en 1929

 

A la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1934 presentó dos obras tituladas  “Urdiain (Navarra)” y “Por tierras de Navarra”. En la inscripción situó su domicilio en la calle Isaac Peral, nº 12, 1º.

La exposición, celebrada en los Palacios del Retiro madrileño, se inauguró el día 24 de mayo y contó con la presencia del Presidente de la República y de Miguel Blay, Vicepresidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores.

«Canal de Brujas»

 

La artista había llevado sus obras y horas antes del “vernissage”, se sintió indispuesta.  El rápido desenlace de la funesta operación de apéndice a la que fue sometida “in extremis”, fue devastador, falleciendo dos días después, el 26 de mayo de 1934. Sus restos descansan en el madrileño cementerio de La Almudena.

La prensa recogió la triste noticia: “Casi repentinamente, en plena juventud, cuando las ilusiones de su arte parecían más próximas al triunfo, ha fallecido ayer en Madrid la notabilísima pintora María Luisa Pérez Herrero. La noticia causará dolor y sorpresa. Su pujante vigor artístico, puesto de manifiesto en la actual Exposición de Bellas Artes, donde se admiran dos obras suyas de las más destacadas del certamen, era promesa de esa consagración a que todos los artistas aspiran… fue prototipo de pintoras disciplinadas. Se formó en el estudio, a fuerza de constancia y vocación y había llegado, tras una lucha dura, pero sin claudicaciones ni desmayos, a ese grado de madurez y maestría que acreditan sus últimas obras. ¡Triste es pensar que son las últimas! Lo mejor de ellas no es solo la delicadeza y ternura con que están ejecutadas, ni la emoción profunda que difunde su espíritu sereno, sino las esperanzas que hacían concebir para un futuro próximo, que la muerte ha truncado. Descanse en paz la excelente pintora”….

En distintos medios se leía… “Se podía considerar como una de las figuras más interesantes de nuestra pintura contemporánea, y a sus méritos de artista, a sus lauros oficiales, había que añadir el encanto personal, su bondad, su gentileza, su talento. Entre artistas y profanos deja un recuerdo dulce y amable que servirá de lenitivo al dolor de perderla”….

O incluso: …”Esos son para mí los recuerdos más vivos; cartas donde expresaba siempre la nostalgia de España, y sobre todo, de su Madrid y de Aranjuez… Pero nos queda su densa obra, sin efectismos ni amaneramientos moderna, sin alarde de vanguardismo llena de vigorosa espontaneidad y trazada con soberbia técnica… La última tarde que estuvo a vernos, fué el 15 de mayo, con su madre, su sobrina y una excelente amiga, que ha velado su espantosa agonía de mártir. María Luisa cortó los últimos lirios del jardín. Para el estudio, me dijo. Y viendo los rosales cuajados de capullos, tardíos por el frío tenaz, añadió: —Volveré pronto, cuando estén abiertas las rosas. Ha sido la última vez que la he visto. Y esas primeras rosas han ido en su ataúd… Asociando su nombre al de tantos pintores y tantos poetas muertos cuando prodigaban el «divino tesoro», cuando ya las promesas habían cuajado en realidades, pero estas realidades habrían la promesa de más vastas perspectivas, buscaremos el consuelo posible en la idea de que los predilectos de los dioses mueren jóvenes, frase, no por mil veces repetida, tumba las rosas y los merecidos laureles.. menos oportuna. MATILDE RAS Las amargas lágrimas son para los que cumplimos el deber de dejar sobre su Ciudad Lineal, 30 de mayo 1934”.

La Gaceta de Bellas Artes destacó sobre su socia: “En la Sala XVII están los paisajes de la infortunada María Luisa Pérez Herrero, cuando más ansias de vivir tenía y más ilusiones se había forjado. Sus dos paisajes, sencillos y delicados, nos hablan de un buen temperamento de paisajista, prematuramente malogrado, y de una artista sensible al color y que sabía ver el natural”.

La Esfera, 1929

 

A propuesta del Jurado de la Exposición de Bellas Artes, el Estado adquirió por un valor de 3.000 pesetas, la obra titulada “Urdiain”, en reconocimiento de sus méritos y homenaje a su memoria.

Días después, la Junta Directiva de la Asociación Española de Pintores y Escultores acordó abrir una suscripción popular para poner una lápida sobre la tumba de la notable pintora, haciendo pública la noticia en los diarios e invitando a los artistas expositores de la Nacional a aportar sus donativos.

La Suscripción popular abierta por la Asociación de Pintores y Escultores se publicó en todos los diarios de la época

 

Vivió también en el número 10 de la calle Ataulfo en Madrid, ​ existiendo actualmente una calle con su nombre en el madrileño distrito de Chamartín.

Firma autógrafa de la artista

 

Sólo unos meses después, en diciembre de ese mismo año, el Círculo de Bellas Artes acogía una exposición póstuma de sus obras, de “aquellos lienzos que habían quedado en su estudio… el placer estético que ha de producirnos la contemplación de su obra ha de estar unido a la tristeza que nos causa el saber que ya la artista no exista…. Obras ejecutadas en Bélgica, Francia y en diversos lugares de España”…

A la inauguración de la muestra póstuma acudieron su madre y su hermano, y distintos familiares …”que han querido honrar su memoria con la mejor ofrenda para una artista, exhibir un conjunto seleccionadísimo y delicado de toda su producción estética… con una figura, se presentan cincuenta y cinco paisajes de Europa, en sus viajes de estudio y formación… de esta ilustre paisajista”…

 

Distintos paisajes de París

 

También se leía: …”Lienzos de una evocación nostálgica, la emoción estética se transfiere al recuerdo de la artista… María Luisa fue haciendo el camino de su carrera artística. Disputaba, sin privilegio alguno, y también sin debilidad, porque es justo reconocer la fortaleza de su carácter, el puesto que pretendía alcanzar; se  lo disputaba a los demás pintores y no era ni quería ser más que un pintor más cuyos laureles fuesen otorgados por el acierto con que la mano supiera llevar al lienzo las sensaciones captadas a la naturaleza. Un concurso, un certamen, una exposición. En cada paso afirmaba su personalidad. Llegó a situarse en la primera línea de nuestros paisajistas. Sus lienzos de Aranjuez, comenzaron a colocar su nombre entre los de los pintores más interesantes de la hora actual” …

«Una calle de Brujas» 1927

 

«Rincón de la Iglesia«, 1920

 

«El Monasterio de El Paular»

 

«Casa Rectoral de Salamanca», 1929

 

«Canal de Venecia»

 

Gil Fillol, en Ahora Madrid, fue más allá. Cerraba el artículo reivindicando lo que sería justo enmendar, lo que desde estas insignificantes líneas también apoyamos: …”En el estricto sentido profesional, María Luisa fue un «pintor». Me acuerdo aún de sus primeros cuadros, cuando, esclavizada todavía por las enseñanzas del colegio, concebía entonces el paisaje un poco a la práctica casera… Ya al celebrar la Exposición en la Sociedad Amigos del Arte (enero de 1929)… María Luisa Pérez-Herrero se había hecho pintor. Era su pintura robusta, vigorosa, arquitectural; pero sin ocultar los infinitos matices de su alma femenina. Parecía pintor por la fuerte solidez constructiva y el garbo masculino de los severos paisajes. Pero en sus Obras resplandecía siempre aquel encanto ingenuo y sencillo, de belleza modesta y natural, que fue siempre el mejor ornato de su labor artística. Supo salvar, a fuerza de talento, los instantes de peligro en que las pintoras, sintiéndose pintores, abandonan definitivamente su ventajosa posición en el Arte. La ternura, la comprensión, la afectividad, todas esas hermosas cualidades de la mujer sensible que estimula el amor a la Naturaleza, suelen apagarse ante las preocupaciones de una técnica briosa y varonil. En María Luisa no cedieron al impulso de sus alientos de pintor. Se hicieron, por lo contrario, más firmes y señeras bajo el signo de su sensibilidad de pintora. Y brillaron más destacadamente en aquellos dos cuadros últimos: “Urdiain» y “Por tierras de Navarra», en los cuales la malograda artista cifraba sus legítimas aspiraciones.

Yo no sé si María Luisa Pérez-Herrero está representada en nuestro Museo de Pinturas.  Es justo que lo estén todas las pintoras ilustres que pintan como los pintores ilustres. Pero es necesario que  no falte ésta, quien, además de ser notable en alto grado, dio a sus paisajes un sello personal, inconfundible, de auténtica y sincera feminidad”.

Un año después, aún era recordada en los círculos artísticos… hasta hoy.

«Urdiain»

 

Mª Luisa Pérez Herrero y la AEPE

Al primer Salón concurrió inscrita como Dª María Luisa Pérez Herrero; natural de Madrid, donde reside, en la calle de Ataulfo, núm. 10, y presentó tres óleos, los titulados “Sol de la tarde (Aranjuez), paisaje, óleo; 1,21 x 1,29; “Hora romántica”, óleo; 0,93 x 0,82; y “Jardín de Aranjuez”, óleo; 0,86 x 0,70.

Al VI Salón de Otoño de 1925 presentó tres óleos: el titulado “El Dyver” (Brujas); 130 x 120; “Una calle de Brujas”, 106 x 88 y “Canal viejo”, 112 x 86.

Al X Salón de Otoño de 1930 presentó dos óleos, el número 211 titulado “Jardín de la Princesa” (Madrid), 1,22 x 1,30; y “Plaza del Burgo” (Brujas), de 0,93 x 0,38.

 

Buscando la tumba olvidada… entre los sepulcros que ya nadie visita

Llegamos temprano al madrileño cementerio de La Almudena donde  se encuentra la tumba de Mª Luisa Pérez Herrero. Es un día radiante de sol que invita al paseo y a la búsqueda… Llevamos las referencias aportadas diligentemente por los servicios de la mayor necrópolis de Europa, y pese a ello… es casi casi, como buscar una aguja en un pajar.

Echamos más de media mañana en limpiar de hojas secas las tumbas, por ver si en alguna figura el nombre que buscamos; el musgo, la piedra… letras irreconocibles por el paso del tiempo y el olvido, que también esculpe como pinta en algunos lienzos.

Y de pronto,  encontramos a Matías, que cuida de muchas tumbas y de su arreglo y mantenimiento. Es providencial, porque estábamos a punto de tirar la toalla, pero conocedor de su oficio, rápidamente sitúa las coordenadas y en menos de diez minutos nos encontramos  limpiando una  tumba repleta de hojas y musgo, de tiempo y olvido, ante la que aparece, por fin, una simple lápida  con un bajorrelieve en el que se adivina la efigie de Mª Luisa y unos pinceles.

El texto es escueto: A LA PINTORA Mª LUISA PEREZ HERRERO SUS COMPAÑEROS.  Rodeando el círculo, a la derecha, difícilmente se lee: A LOS 36 AÑOS.

Esta fue la lápida que en 1934 , y por suscripción popular de la Asociación Española de Pintores y Escultores, le brindaron sus compañeros como último tributo.

Cinco años más tarde, la tumba recibió los restos de su madre, fallecida, curiosamente, el mismo día que realizamos la búsqueda de la tumba de la artista, un 15 de noviembre. Coincidencia?

En 1949 recibió también los restos de su hermano Félix y un 16 de noviembre de 1977, los restos de su padre. La familia  entonces, dispuso una lápida con los nombres de los padres y el hermano, situando justo en el centro, la lápida original de Mª Luisa.

Allí duerme el sueño inmortal de los justos, que en esta vida, da igual quien hayas sido, ni los méritos que aportes… el olvido es una lápida mucho mayor que cualquier mausoleo, y a pesar de la familia y los amigos… cuando caen las hojas de la indiferencia, ya no hay vuelta atrás…

Al menos ha quedado limpia, la hemos adecentado todo lo posible. Mientras lo hacemos, le cuento a Matías su historia, sorprendido como está por el inesperado hallazgo y curioso por algo tan inusual. Sólo lamenta pensar que el sitio no ha sido limpiado en… más de treinta años, de eso dice, puede dar fe. Y sólo piensa en la tristeza de comprobar cuántas tumbas como esa, no reciben ya la visita, aunque tardía, de nadie.

Antes de irnos, un enorme gato de los que abundan en esa parte del cementerio, toma posesión del espacio rehabilitado y me conforta pensar que a partir de ese momento, Mª Luisa va a tener ya siempre compañía…

 

Desconocidas pero no olvidadas: Laureana Bartolomé Lorente, María de Andrés Domínguez, María Bazán y Díaz, María Martínez García, Rosa Baeza García y Carola Marchante

Por Mª Dolores Barreda Pérez

LAS PRIMERAS ARTISTAS DE LA

ASOCIACION ESPAÑOLA DE PINTORES Y ESCULTORES

Desde su fundación en 1910, y después de haber tratado en anteriores números a las Socias Fundadoras de la entidad, y las participantes en el primer Salón de Otoño, vamos a ir recuperando de la memoria colectiva, el nombre de las primeras socias que vinieron a formar parte de la Asociación de Pintores y Escultores.

DESCONOCIDAS PERO NO OLVIDADAS

Hasta el último minuto he intentado recopilar información acerca de muchas de nuestras primeras socias, de las que nada o casi nada sabemos.

Han sido infructuosas las llamadas de atención a cualquier  persona que nos pudiera proporcionar información respecto a nuestras socias.

Duermen el injusto sueño del olvido pero aunque sólo con dos líneas, han quedado ya para siempre reflejadas en nuestro inventario artístico.

Nada voy a opinar sobre ellas.

Nada más allá de mi personal admiración, recuerdo y empeño en poder recuperarlas para la memoria colectiva de nuestra entidad.

Pero dejando esto aparte, no voy tampoco a elucubrar acerca de ellas, ni de su ejemplo,  ni  de  su  lucha  por  la igualdad, ni de cómo rompieron barreras, ni de su militancia feminista, ni de cómo se han visto privadas de reconocimiento (si es que lo merecen), ni de si eran libres, independientes, modernas, ni de que les faltó la oportunidad frente a los hombres, o si de estaban frustradas o eran progresistas, o por el contrario eran aburridas amas de casa que no tuvieron oportunidad en la vida de demostrar su arte y estaban sometidas a sus maridos (si los tenían) y a las reglas de la sociedad en la que vivían…..  

Nada diré a este respecto, puesto que nada sabemos de ellas.

En mi labor de investigación a lo largo de tantos años ya, no paro de leer comentarios en este sentido acerca de mujeres de las que poco o nada se sabe.  Casi se les inventa una vida de película y de lucha por reafirmarse como mujeres…. cuando en realidad, nada o casi nada se sabe de ellas.

Por eso, no caeré en hacer lo mismo que no comparto.

Casi nada o poco sabemos de ellas, solo que tenían inquietud artística, lo que les llevó a integrarse en la Asociación de Pintores y Escultores, que llegaron a participar en algunas ediciones del Salón de Otoño, que pese a vivir diseminadas por la geografía nacional, entendían que Madrid era el centro de la vida artística española, y sobre todo, que creían en nuestra entidad como punto de referencia del arte del momento.

Nada o casi nada sabemos de ellas, pero escritas están ya en nuestra memoria y nuestros archivos y merecen su particular homenaje, sus letras grandes y su fotografía imaginaria, su momento de gloria que ya nadie podrá arrebatarles…

Va por ellas, por las desconocidas… pero no olvidadas.

LAUREANA BARTOLOMÉ LORENTE

BARTOLOME LORENTE, Laureana P  1910 (N) ESTELLA (NA) MADRID

La socia Laureana Bartolomé Lorente se inscribió en nuestra entidad como “Pintora”, en 1910, año de la fundación. Socia de número “nacida en Estella (Navarra). Vive en Madrid”.

Además de pintora, debió dedicarse a realizar Arte Decorativo, ya que en el ABC del 23/9/1907 aparece como autora de “etageres de madera pirograbados”, es decir, unas baldas o estanterías decoradas. Lo único que no es correcto de la mínima información que aparece en el ABC, es el nombre del autor, ya que figura como Laureano Bartolomé Lorente y como vemos, se tratata en realidad Laureana.

Por La Correspondencia de España de los días 22 y 23/09/1907 sabemos que obtuvo Medalla de Tercera Clase en el Segundo Grupo (Ornamental) en la Exposición de Industrias  Madrileñas,  precisamente  con etageres de madera pirograbados, compitiendo junto a artistas de la talla de Gabino Stuyk (Real Fábrica de Tapices) o Maumejean (Vidrieras)…

Nada más sabemos sobre ella.

ABC 23/09/1907

La Correspondencia de España 22/09/1907, 23/09/1907

Mujer y Arte en España: Artistas de antes de 1936. Obra expuesta-obra desaparecida.  Tesis doctoral de Vicent Ibiza i Osca

www.calameo.com/books/000089035e8fc3cd181b7

Archivo Histórico “Bernardino de Pantorba” de la Asociación Española de Pintores y Escultores

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MARÍA DE ANDRÉS DOMÍNGUEZ

ANDRES DOMINGUEZ Mª DE     E     1959     24.set.1903     ASTURIAS         MADRID

María de Andrés Domínguez se inscribió en nuestra entidad como “Escultora”, en 1959. Socia de número nacida el “24 de septiembre de 1903 en Asturias, con domicilio en Madrid”.

Nada más hemos encontrado al respecto.

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MARÍA BAZÁN Y DÍAZ

BAZAN Y DIAZ, María   P  1910 (N) MADRID (Serrano 38

María Bazán y Díaz se inscribió en nuestra entidad como “Pintora”, en 1910, año de la fundación. Socia de número nacida en Madrid, “con domicilio en la calle Serrano, 38”.

Solo encontramos datos de ella en una esquela publicada en La Nación el 9/03/1926, en donde se dice que su tía (hermana de su madre), la señorita Antonia Díaz y Ramón, ha fallecido el 8/03/1926, apareciendo el nombre de otros familiares como su tía Elisa Díaz y Ramón y el hermano político de la finada, Pedro Bazán.

La Nación 9/3/1926

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MARÍA MARTÍNEZ GARCÍA

MARTINEZ GARCIA, María          P     1922              22.ene.1904     MADRID

María Martínez García se inscribió en nuestra entidad como “Pintora”, en 1922. Socia de número nacida el “22 de enero de 1904 en Madrid”.

Nada más hemos encontrado al respecto.

Archivo Histórico “Bernardino de Pantorba” de la Asociación Española de Pintores y Escultores

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ROSA BAEZA GARCÍA

BAEZA GARCIA, Rosa      P   1907  MADRID       MADRID

Rosa Baeza García se inscribió en nuestra entidad como “Pintora”. Socia de número nacida en 1907 en Madrid.

En el BOE de la provincia de Madrid del 5 de Mayo de 1931, se publica la concesión de una beca de 500 pesetas a Rosa Baeza García, alumna de la Escuela de Pintura, Escultura y Grabado, siendo obligatorio justificar “ser natural de Madrid y carecer de medios para sufragar sus estudios”, hecho que también reflejan los diarios El Sol y La Voz.

Gracias a este dato, conocemos que cursó estudios en la Escuela de Pintura, Escultura y Grabado de Madrid. Obtuvo el Primer premio en la asignatura de Historia del Arte y el resto de asignaturas las superó con Matrículas de Honor.

Con este motivo, fue elegida entre todas las alumnas del centro, para realizar una excursión oficial por Castilla y Galicia.

Por otro diario de la época conocemos que era hija del Jefe de la Prisión.

Pasada la Guerra Civil, aprobó las oposiciones del año 1945: “Doña Rosa Baeza García, exp. Destino (Madrid), a Nebreda (Burgos”).

En la revista semanal de Guadalajara Flores y Abejas de noviembre del año 1986 aparece recogida una reseña en la que se indica que en esa fecha se ha inaugurado “en la Sala de Exposiciones de la CAZAR”, una muestra pictórica de Rosa Baeza García, que permaneció abierta hasta el día 14 de ese mismo mes.

En ella se indica que la artista ha ganado su merecido prestigio a lo largo de una dilatada carrera, logrando crear su propia escuela. Sus obras están repartidas por diferentes países como Italia, Suiza y algunos hispanoamericanos.

 “La selección de obras expuestas, en la que se observa un marcado acento impresionista, está compuesta por 46 cuadros, alternando la técnica del óleo y el pastel”.

Falleció el 3 de abril de 1997, a los 89 años de edad.

BOE 5/05/1931

La Voz 25/11/1927

El Sol 26/11/1927

El Progreso 27/07/1928

Diario de Burgos 12/09/1946

Flores y abejas 5/11/1986

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CAROLA MARCHANTE

MARCHANTE, Carola   P     1931    VALENCIA        VALENCIA Calle Sorni, 8, Valencia

Carola Marchante se inscribió en nuestra entidad como “Pintora”, en 1931. Socia de número nacida en Valencia, donde reside, en la calle Sorni 8. 

Las escasas referencias encontradas en la prensa hablan de su obra como de “pura pintura valenciana” y según Gil Fillol escribió en el diario Ahora, como un “cuadro de mérito”.

Carola Marchante y la AEPE

En el XII Salón de Otoño de 1932 se inscribió como Marchante (Srta. Carola), natural de Valencia, donde reside,  Sorni,  8.  Presentó dos obras, una expuesta en la Sala IX y otra en la Sala XI:

130.- «Nelet» (óleo), 2,15 x 1,33

165 “El hombre del farol” (óleo), 1,11 x 0,89

Diario de Córdoba de comercio, industria, administración, noticias y… 2/11/1932

El Adelanto de Salamanca 6/11/1932

Ahora, diario gráfico 22/10/1932

Heraldo de Almería 3/11/1932

http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0029993658&page=34&search=%22Carola+Marchante%22&lang=es

http://www.memoriademadrid.es/doc_anexos/Workflow/3/151462/hem_ahora_19321022.pdf

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