El 30 de octubre se inaugura el 92 Salón de Otoño

Celebrando la gran gala de las Bellas Artes de España

La Casa de Vacas del madrileño Parque del Buen Retiro acogerá el día 30 de octubre, a las 19 h. la gran gala de fallo del jurado, entrega de premios e inauguración de la exposición de las obras premiadas y seleccionadas en el 92 Salón de Otoño que organiza la Asociación Española de Pintores y Escultores, el certamen más antiguo y prestigioso de los que se organizan en España.

La muestra incluye un total de 70 obras, de entre más de 300 presentadas.

La gala contará con la asistencia del Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, José Gabriel Astudillo, el Vicepresidente de la entidad, Juan Manuel López-Reina, la Secretaria General, Mª Dolores Barreda Pérez,  así como del resto de miembros de la Junta Directiva, Paloma Casado, Carmen Bonilla Carrasco, Fernando de Marta y Manuel Díaz Meré.

Además, asistirán los miembros del Jurado de esta edición Eduardo Naranjo, Alejandro Aguilar Soria, Paula Varona, Ricardo Sanz, Soledad Fernández, Tomás Paredes, Mª Dolores Chamero, así como de los responsables de las distintas entidades colaboradoras del 92 Salón de Otoño, José Luis Manzanares, Gerente de Tritoma, José Luis Domínguez, Concejal de Cultura y Deportes del Ayuntamiento de Getafe, Daniel Martín Hernández, Concejal de Cultura del Ayuntamiento de Móstoles, Miguel Ángel y Marisa Codina, de la Fundición Codina, Alan Hernández, Director General de Inmobiliarias Encuentro, Rosa María López-Maroto, Directora y Legataria del Memorial Museo D. Santiago de Santiago, Juan Luis Olleros, Presidente de la Agrupación Española de Acuarelistas, Begoña Alcalá-Galiano, así como Ignacio Egea, Presidente de la Fundación Down Madrid y Elena Escalona.

Organizado por la Asociación Española de Pintores y Escultores, el primer Salón de Otoño nació en 1920 como un acto de rebeldía frente a las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes, dando cabida a todas las tendencias, todos los estilos y todas las vanguardias.

105 años después, el Salón de Otoño cumple su edición número 92 y se enorgullece de tener una historia por la que han pasado casi 40.000 artistas, desde Picasso a Sorolla, de Gutiérrez Solana a Dis Berlin, de Alberti a Antonio López… y en el que se han otorgado alrededor de 2.400 premios.

Los artistas seleccionados en el 92 Salón de Otoño han sido:

Pablo Alcalá-Zamora (Pablo Alcalá-Zamora González)
Myriam Alcaraz (Myriam Alcaraz Ludeña)
Javier Alemany (Javier Alemany de la Peña)
Jorge Alvar (Jorge Pablo Alvar Ezquerra)
Alberto Artigas Azcoaga
Atarraya (Luis Manuel Díaz Díez)
Jimena Aznar (Jimena Aznar Rodríguez-Pardo)
Miguel Barbero (Miguel Barbero Llorente)
Mª Ángeles Bret (Mª Ángeles Bret Franco)
Carmela del Casar (Carmela del Casar Ximénez)
Rui Chen (Rui Chen Chen)
Eva Contreras (Eva Contreras Francisco)
Eloy Cordero (Eloy Cordero Padrón)
Jorge Cortés (Jorge Cortes González)
Leovigildo Cristóbal Valverde
Fiona Olimpia (Laura Fiona Cunilles Mula)
Dabrowska (Carmen Dabrowski Pernas)
Carmen Durán (Carmen Durán Sanz)
Federico Echevarría (Federico Echevarría Sainz)
Magdalena España (Magdalena España Luque)
Carmen Espinosa (Carmen Espinosa Soto)
Paz Esteban (Mª Paz Esteban Vacas)
Ramón Estévez Abeytua
Andrés Galián Vivancos
Angar Jiménez (Ángel García Jiménez)
Luis Javier Gayá (Luis Javier Gayá Soler)
Alberto Gómez Ascaso
José Manuel Gómez Lorenzo
Vicente Hernaiz (Vicente Hernaiz Pascual)
Ana Hernando (Ana Mª Hernando Torres)
Juan Luis (Juan Luis Barud Dabrowski)
Joaquín Calvo (Miguel Joaquín Calvo)
Sophie Justet
Andrii Kovalyk
Ricardo Lamenca (Ricardo Lamenca Espallargas)
Luis F. Lancho (Luis Francisco Lancho Jiménez)
Pablo Linares Amor
Juan Manuel López-Reina (Juan Manuel López-Reina Coso)
Marchante Serra (Yolanda Marchante Serra)
Martínez Porras (José Antonio Martínez Porras)
Adolfo Manuel Merino Mareque
Carlos Montero (Carlos Montero Viso)
Luz Mari Morales (Luz Mari Morales Abiega)
Laura Moret (Laura Moret Escrig)
Pedro Muñoz (Pedro Muñoz Mendoza)
Elena Muñoz Martín
Catalina Orart (Catalina Orozco de la Torre)
Javier Ortas (Javier Ortas González)
Francisco Ortega Guzmán – FOG (Francisco Ortega Guzmán)
Paisano (Juan Manuel Paisano Tena)
José María Pinto Rey
Félix Quiroga (Félix Quiroga Cubas)
Rafamarinas (Rafael Marinas Piña)
Gracia Ramírez Juan
Ricky Reese (Ricardo Reese)
Ricardo Renedo (Ricardo Renedo Herranz)
Marcial Rincón (Marcial Pérez Gutiérrez)
Ro. Rosado (Rosa Rosado Maqueda)
Juan Rodríguez Rodríguez
David Sánchez (David Sánchez Sánchez)
Charo Santamarina (Rosario García-Santamarina)
José Antonio Urosa (José Antonio Urosa Moujadami)
Chantal Valeriani
José Valladares (José Valladares Moreno)
Ron Zohar

 

 

92 Salón de Otoño

de la Asociación Española de Pintores y Escultores

30 de octubre – 23 de noviembre de 2025

Casa de Vacas

Parque del Buen Retiro de Madrid

Pº de Colombia, 1. 28009 Madrid

De lunes a domingo, de 10 a 21 h.

Metro: Retiro (Línea 2)

Bus: 2, 20, 28

BICIMAD: Estación 102 (C/ Alcalá, 95) y Estación 60 (Plza. Independencia, 6)

 

 

 

 

 

 

Un jurado de grandes artistas

Para el 92 Salón de Otoño

El jurado del 92 Salón de Otoño de la Asociación Española de Pintores y Escultores se reunió el pasado día 1 de octubre para elegir las obras premiadas de esta edición y las obras seleccionadas para la exposición del certamen, cuya inauguración tendrá lugar el jueves 30 de octubre de 2025, a las 19 h. en la madrileña Casa de Vacas del Parque del Buen Retiro.

El Salón de Otoño, que celebra este año su edición número 92, es el certamen artístico más antiguo y prestigioso de los que se convocan en España, nació en 1920 con el objetivo de promover y difundir la creación pictórica contemporánea en todas sus expresiones y apoyar a los jóvenes artistas de la mano de los grandes maestros del arte.

En esta edición, el jurado ha estado compuesto por José Gabriel Astudillo López, Presidente de la AEPE,  Mª Dolores Barreda Pérez, Secretaria General de la AEPE, actuando como Presidente y Secretaria del mismo, ambos con voz y sin voto, y ha tenido como vocales a los artistas Eduardo Naranjo, Alejandro Aguilar Soria, Paula Varona, Soledad Fernández y Ricardo Sanz, contando también con Tomás Paredes, Presidente de Honor de la Asociación Española de Críticos de Arte y Mª Dolores Chamero, Directora del Centro Cultural Casa de Vacas.

Tras revisar una por una las obras presentadas al certamen, el jurado se ha encargado de analizar y seleccionar meticulosamente las piezas galardonadas con los 20 premios que incluye el Salón, específicos de pintura, escultura, acuarela, grabado, dibujo, así como la Medalla Down Madrid, reservada a los artistas de este colectivo.

Un total de 70 obras de una amplia variedad de técnicas y estilos, han resultado seleccionadas para la exposición, de entre las cuales saldrán las obras premiadas, cuya autoría se revelará en el transcurso del acto de inauguración, cuando se celebre la gran gala de las bellas artes de España, en un acto que se ha convertido ya en imprescindible en el calendario cultural y artístico de España.

El 92 Salón de Otoño cuenta con la colaboración de Tritoma Gestión Cultural, del Ayuntamiento de Getafe, el Ayuntamiento de la Villa de Móstoles, de la Fundición Codina, Inmobiliarias Encuentro, Santiago de Santiago, la Agrupación Española de Acuarelistas, la familia Alcalá-Galiano, la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de Madrid, contando además con un premio especial reservado a los artistas Down Madrid, consistente en una Medalla.

La Asociación Española de Pintores y Escultores lleva 115 años abanderando la creación y exhibición artística española a lo largo de décadas gloriosas de pintura y escultura nacional e internacional. Con más de 9.000 actos culturales a sus espaldas, es una referencia obligada en la realización de muestras y exhibiciones. La AEPE es también pionera en la edición de una revista artística con 115 años de historia como es la Gaceta de Bellas Artes, brindando sus socios a otras instituciones en las que han ejercido cargos de suma importancia, como Directores del Museo del Prado, de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, del Círculo de Bellas Artes, del Ateneo, de la Academia de España en Roma, del Museo de Arte Moderno, hoy Museo Reina Sofía, de la facultad de Bellas Artes…

 

De izquierda a derecha: Eduardo Naranjo, Tomás Paredes, Soledad Fernández, Dolores Chamero, Paula Varona, Mª Dolores Barreda Pérez,

José Gabriel Astudillo López, Ricardo Sanz y Alejandro Aguilar Soria

 

 

Toda la información del 92 Salón de Otoño la tienes en esta misma web, pestaña Certámenes y Premios.

 

 

 

Firmas con sello de lujo. Tomás Paredes

¿Somos tan cultos como nos creemos?

 

Con toda evidencia, no. Es alarmante constatar el bajo nivel cultural de nuestra sociedad, desde las élites a las bases. ¿En qué fundamento esta conclusión? En los programas de las televisiones, en la prensa escrita, en el lodazal de internet, en las conversaciones cotidianas, en las preferencias mayoritarias de nuestros congéneres, en los libros que glorifican las ventas, en la polarización, en la chabacanería general, en los opinadores sin porqué, en el escaso y pobre lenguaje de comunicación…

No se trata de pesimismo, ni de negativismo. Pero, el sueño maravilloso de la vida (Quevedo), se merece otros soñadores, otra actitud humana. T.S. Eliot identificaba la cultura con aquello que hace que la vida merezca la pena ser vivida. Podemos pretender que todas las personas sean cultas, legítimo, pero no ocurre, la realidad es muy otra. Esta desafección cultural del momento es sintomática. Se ha perdido el sentido del pudor, del honor, del pundonor, la frescura de la naturalidad, la sencillez de la decencia.

¿Quién es una persona culta? Aquella que demuestra una amplia y sajelada comprensión del mundo, fundamentando sus razones gracias el desarrollo inteligente de sus facultades. Quien genera y tiene pensamiento, el que mantiene un deseo constante de aprender. No se trata de tener información, de ser un erudito, sino de saber conducirse en las circunstancias y cuestiones que plantea la vida, acertar en las interrelaciones de los elementos existenciales y contrastar las conclusiones.

Desarrollar la inteligencia, ejercitarla, pensar, corregirse, con sano acento crítico. Saber no es reunir datos, sino mantener la actitud acorde con tu aptitud; relacionar conocimientos y sentimientos con criterio. La sensibilidad se tiene, o se carece de ella; cuando se posee hay que cultivarla, exponerla, comprometerse para que se active y estilice. ¡Y qué hacemos con los sicarios, los gregarios, los servilones, los comprados!

Estoy construyendo una obra, que me exige conocimiento, pensamiento, decisiones críticas, de ámbito universal. Dadas su extensión y complejidad, me obliga a lecturas constantes, a consultas a colegas y especialistas, a revisiones, a estar en estado de centinela con lo que rodea cada tema. Si la obra tiene interés o no, se verá al final del proyecto y lo manifestarán sus lectores, si los hubiere.

Vengo indagando acerca del mundo oriental, el sur asiático, India. Y en concreto sobre la poesía en India durante el siglo XX y sus bordes. Y he podido comprobar cuánto desconocía yo y la ignorancia casi general sobre ese inmenso mundo. En España, en Europa, no interesa de modo manifiesto, con la excepción del Reino Unido, por razones obvias de colonización, donde hay publicaciones, ediciones y bibliografía suficiente.

Lo de España y el español es de traca, sobre todo en la poesía. Conocía: INDIA. Poesía Contemporánea, edición a cargo de Alfredo Villaverde y Shyama Prasad Ganguly, Ediciones Libertarias S.L., Madrid 1994. He releído esta breve antología, que pone algún orden en esa selvática sociedad; he vuelto a Tagore, Arun Kolatkar y referencias sueltas, pero todo muy en precario, pasando de puntillas. El resultado de las consultas, sin entrar en detalles, han sido desolador, misérrimo. ¡El desconocimiento es oceánico, la bibliografía inexistente, los especialistas fallidos!

Madre india, obra de R. Tagore

 

¿Cómo es posible que individuos que tienen una alta representación intelectual, que ocupan puestos de responsabilidad, que se tienen por doctos y cultivados, ignoren tanto de un casi continente como es la India?  Todos mencionan a Rabindranath Tagore, sin mucho convencimiento, pero poco más. ¿Hay intelectuales? ¿Dónde están?

 La rebelión de 1857 inicia el camino de la independencia del yugo inglés, que culmina en 1947. La República de la India o Bharat, consta de 28 estados y ocho territorios con una superficie de 3.287.265 km2, desde las cumbres del Himalaya al océano Índico. En ese espacio habitan 1.437 millones de personas, el país más poblado del mundo. La Constitución de 1950 reconoce dos lenguas oficiales: hindi e inglés y veintidós cooficiales. En reajustes posteriores las lenguas han tenido un influjo determinante.

Rabindranath Tagore

 

Un hermoso y vasto espacio de la tierra donde el colorido trata de tapar las diferencias sociales y los hedores. Pero, ¿cómo menospreciar un conglomerado humano cuyo pájaro nacional es el pavor real y su animal simbólico el tigre? La India es desequilibro cómplice, la no violencia de Mahatma Gandhi, el loto sagrado, el baniano, las vacas sacralizadas, la purificación en río contaminado, el misticismo y su fascinante, aromada, inabarcable y espiritual poesía. Se desgajaron Pakistán y Ceilán, la “lágrima de la India”, hoy Sri Lanka, donde el cingalés y el tamil son mayoritarios.

El reinado de Tagore, premio Nobel de Literatura en 1913, es indiscutible. Juan Ramón Jiménez y Cenobia Camprubí se prendaron de su obra y lo tradujeron del inglés y todos le hemos leído a través del filtro juanrramoniano.“Sé como el sándalo que perfuma el hacha del leñador que le hiere”. ¿Quién no ha leído, Ofrenda lírica, La luna nueva, El cartero del rey, Pájaros errantes, El asceta…?.

Rabindranath Tagore (1861-1941), poeta bengalí, también escribió en inglés; músico, pedagogo, filósofo, dramaturgo, pintor. En 1883 se casó con Mrinalini Devi, que tenía diez años. Fue un constante animador de la independencia, un polímata que extendió su fama al mundo, sobre todo a partir de 1913. Entre sus obras más conocidas: Hogar y el mundo, Gora,…Tagore muere en 1941 dejando una legado feracísimo y maravilloso.

Jibanananda Das

 

En España fue muy leído, gracias a Juan Ramón Jiménez y otras traducciones. La mejor de Gitanjali, la de Manuel Díaz Gárriz, En el XX era una estrella del mundo, ahora ha decaído, no se lee apenas. Pero, es el clásico del bengalí. Para situarnos con posibles de claridad en este bosque tupido de lenguas, creencias y tradiciones, hay que acometer la entrada a través de las lenguas; las principales son: hindi, inglés, bengalí, malayalam o malabar, punyabí, urdu, odia u oriya, télegu, gujarati, kannada, marathi, tamil, asamés…

Es preciso tener en cuenta los años de agitación independentista donde el acaloramiento político partidario ensombrece algunas obras. Desde 1857 se venía gestando un sentimiento de rechazo a los ingleses y eso creó nucleos revolucionarios muchas veces silenciados con las cárceles o la muerte. Voy a destacar a determinados autores cuya labor contrastada se ha destacado en el siglo XX, entrada la modernidad del verso libre, rompiendo una estricta tradición conservadora.

En lengua hindi hay que mencionar cumbres, ignoradas con rigor por los occidentales, nosotros, con valores estéticos y creativos excepcionales, como Suryakant Tripathi “Nirala”, Kunwar Narayan, Gajanand Madhar Muktibodh o Manglesh Dabral. Entre los poetas nativos que se han expresado en inglés: Nissim Ezekiel, Jayanta Mahapatra, Don Moraes, Shiv K. Kumar o Arun Kolatkar, el único traducido al español por David Puig, Kala goda/ Poemas de Bombay, Kriller 71 Ediciones, 2020, en gustosa edición.

El bengalí tiene una honda tradición y producción importante, lengua materna de Tagore, que también escribió en inglés. En ella se han escrito obras de consideración como las de Amiya Chandra Chakravarty, que fue secretario de Tagore; Jibanananda Das, uno de los más renombrados poetas bengalíes. Subhash Mukhopadhyay, Sankha Ghosh o Kabita Sinha la poeta que levantó la bandera en defensa de las mujeres.

En malabar o malayalam es de justicia mencionar a G Sankara Kurup, más conocido por Mahakavi G, con su galardonada antología Odakkuzhal / La flauta de bambú, 1950. Balamani Amma, conocida como “la poeta de la maternidad”, por los temas que frecuentó, falleció en 2004, padeciendo alzheimer desde 1999.  Kavalam Ayyappa Paniker, llamado Ayyappa Paniker(1930-2008), cuya obra Kurukshethram, 1960, fue un libro crucial en el devenir de la poesía malabar.

Nissim Ezekiel

Amrita Pritam

La lengua punyabí o panjabí, región del Punjab, con más de 100 millones de hablantes, es tonal y se escribe con un alfabeto gurmukhi, vinculado a la religión sij. Mohan Singh, que se tiene por el padre la literatura moderna punyabí. Amrita Pritam(1919-2005) nacida en el actual Pakistán y fallecida en Delhi, la poeta más considerada de esta lengua. Shiv Kumar Batatvi, tachado de romántico por su lírica amorosa.

El urdu es la lengua oficial de Pakistán y una de las cooficiales de la India. Es la lengua nativa de 70 millones de individuos y la segunda de 160 millones. Tiene influencia del persa y del árabe y se escribe de derecha a izquierda con caligrafía nastaliq. Mirza Ghalib (1797-1869) Escribe en persa y urdu, pero sienta las bases del urdu moderno, a través de sus cartas y sus ghazales, que los extiende mucho más allá de lo tradicional. Faiz Ahmed Faiz, Muhammad Iqbal, Ahmed Faraz, N.M. Rashed, Akhlaq Mohammed Khan, cuyo pseudónimo es Shahryar; Shamsur Rahman Faruqi(1935-2020).

Poemas de Bombay de Kolatkar

Tapa antologia de poesía

 

Parece suficiente la apertura de esta ventana a una inmensidad. Suerte de esbozo, que espero sea corregido y aumentado por aquellos que sepan más que yo de este mundo interminable de misterio y de belleza. Más que instruir, deseo advertir sobre un tesoro, crear inquietud en saber lo que hace inigualable ese palacio repleto de joyas preciosas. No busco especialistas, ni tragalibros, ni citadores digitales, sino curiosidad intelectual, sensibilidad, acciones que coadyuven a que esta vida merezca la pena ser vivida.

Cuando llueve, todo el que no se guarece, se moja. Los albañales partidarios, sectarios, están destruyendo la convivencia, haciéndonos olvidar lo fundamental para debatir el grado de fetidez de la basura. ¿Hay intelectuales? ¿Por qué no se manifiestan? Los mediocres no pueden conducirnos sino a su mediocridad, no tienen otro horizonte. “Ognuno sta solo sul cuor della terra / trafitto da un ragio di sole:/ ed é subito será”.

 

Tomás Paredes

                                                                                              Presidente H. de AICA Spain

Firmas con sello de lujo: Tomás Paredes

 

Esto no es una necrológica, ¿O sí?: Gerardo Chávez

 

En la mañana del domingo 22 de junio fallecía el maestro Gerardo Chávez, uno de los principales creadores plásticos peruanos y una personalidad desbordante siempre batallando en pro de la cultura y de su querido Perú. Vivió más de treinta años en Europa, sobre todo en París, y regresó de forma intermitente, circunstancia que le convierte en un artista internacional, pero menos conocido de lo que debiera en su tierra natal y muy valorado en Europa.

En el imaginario colectivo- ¡Edgar Morin!- se le tiene por uno de los surrealistas conspicuos y sin dejar de serlo, es mucho más que eso. Su etapa surrealista es genuina, feraz, fantástica, onírica, aunque prefiero encuadrarlo en la cima de lo real maravilloso, en sintonía con la visión de Alejo Carpentier. Su andadura ha sido larga -ha muerto a los 87 años-, tiene varias etapas, todas ellas con una impronta personal, haciendo dialogar el esplendor con el misterio, lo telúrico con la imaginación, lo ancestral con lo porvenir, el erotismo y lo chamánico.

Gerardo Chávez, alto, canducho, sonriente, era un hombre dotado para vivir: empático, optimista, simpático, seductor, generador absoluto de entidad, no sólo es un artista de renombre internacional, uno de los grandes nombres del arte en Latinoamérica, sino un inquieto activista cultural. En su Trujillo natal creó un Museo del Juguete, el primer Museo de Arte Contemporáneo del Perú, la I Bienal de Arte Contemporáneo…y estaba en vías de abrir un Museo Arqueológico. Y todo ello a sus expensas, con la base de su colección personal, no solo de pintura moderna sino también de piezas arqueológicas.

Paredes y Gerardo Chávez en su estudio limeño

 

Juan Manuel Bonet, a la sazón director del Instituto Cervantes, me propuso para presentar una gran monografía sobre su obra y una antológica con motivo de sus ochenta años en el Museo Nacional de Lima, octubre de 2017. Aunque le conocía de París, aquella ocasión ahormó mi admiración por su sencilla complejidad y una amistad que se prolongó hasta que un accidente cardiovascular le retuvo en el hospital del que ya no saldría con vida.

Edmundo Gerardo Chávez López nació en Trujillo, 17.XI.1937, pero creció en Paiján, y pronto quedó huérfano de madre, en una familia de veintitrés hermanos, por lo que a los nueve años comenzó a buscarse la vida en todo tipo de empleo ocasional. Tuvo siempre pasión y facultades para el dibujo, y desde chico quiso ser pintor, emulando a su hermano Ángel que alcanzó cuotas de prestigio.

Siguiendo a Ángel Chávez, marcha a Lima y en 1953 entra en la Escuela Nacional de Bellas Artes, donde se forma, licenciándose en 1959, año de su primera individual en Lima, al tiempo que participa en la Bienal de París. Siempre becado en atención a su brillantez. Inquieto, vitalista, decide embarcarse para Europa en compañía de Tilsa Tsuchiya y Alberto González Basurco. Nápoles, Pompeya, Roma, Florencia, donde pasa dos años y comienza a despegar, ayudándose de su guitarra en los bares para vivir.

La Tamalera, 1959

 

En una exposición en Roma, le compran obras Negusleco, Kirk Douglas y Anthony Quinn al tiempo que Matta le invita a ir a Paris. Lo que hace el intrépido soñador peruano con ganas de comerse el mundo. Se establece en la capital de Francia, donde Roberto Matta será su guía y protector compartiendo con Wifredo Lam su padrinazgo. Lam le presenta a Alejo Carpentier y a André Breton, que le propone ilustrar los Cantos de Maldoror, obra que realiza, que encanta a Bretón, pero que no llega a publicarse por la muerte del papa del surrealismo. Poco antes de la pandemia, Francesc Miralles al tener noticia de esta obra me hizo que propusiera una expo conjunta de las ilustraciones al Conde de Lautréamont de Chávez y Dalí, lo que enloqueció al maestro de Trujillo, pero vino la peste y todo lo empecinó.

En París, congregó en su lenguaje un cierto expresionismo, que se fue aclarando y decantando con cierta influencia de Matta para llegar a la década de los setenta donde logra un idiolecto entre mítico y erótico, imaginativo, dando vida a una fauna surreal, enigmática y con una impronta soberbia. Los pasteles grasos sobre tela se convertirán en una proceridad, que dio pie a la monografía que le dedicó Alain Bosquet, 1976 y a un puñado de exposiciones determinantes. Paul Anka fue uno de sus coleccionistas.

De la serie de los carruseles

 

En 1976, en compañía de Joaquín Roca Rey y de Jorge Eduardo Eielson representa al Perú en la Bienal de Venecia. Un año luego, expone en la galería Desbrieres, obteniendo un éxito escandaloso, que le llevará a exhibiciones en Ámsterdam, Bruselas, Milán…En el 68 participa en los movimientos de mayo y después regresa a Trujillo, pero las condiciones no son las deseables y vuelve a París.

Ávido de aprender, como una esponja seca de agua, viaja a la Isla de Pascua, visita las cuevas de Altamira y las de Tasili recogiendo el eco de los primitivos en sucesivas etapas. En el 81 realiza otra muestra deslumbrante en el Museo de Arte Italiano con repercusión internacional. Seguirán sus series de los reyes, los carruseles y cierta recuperación del indigenismo con su monumental La procesión de la papa.

Tras la creación de los museos, en 2006 formalizó una Fundación con su nombre para ocuparse de su obra propia y su legado. En 2009 fue nombrado Gran Oficial de la Orden del Sol y obtuvo la medalla del Congreso de la República, así como el nombramiento de Caballero de las Artes y las Letras en Francia.

En octubre de 2017, junto al académico y embajador Harry Belevan, Luis Novais y Élida Román presentamos la gran monografía que celebraba su 80 aniversario. Unas semanas inolvidables, que anduve de la radio a la televisión y la prensa escrita hablando del maestro, sirviéndome para tomar el pulso de su influencia y de su importancia para la historia del arte y para las siguientes generaciones de pintores. Entonces, la notoriedad alcanzaba a partes iguales a Gerardo Chávez y a Fernando de Szyszlo, que muere el mismo día que llego a Lima, 9 de octubre de 2017, con quien tenía concertada una cita para visitarle.

Harry Belevan y Gerardo Chávez

 

Se estableció una campaña en pro de denominar con el nombre de Szyszlo al Museo Nacional, algo que Chávez no vio acertado, oponiéndose, y se distanciaron por esta circunstancia. Poco tiempo después hizo una gran exposición en México y en 2022 publicó su autobiografía Antes del olvido, donde Chávez reflexiona sobre su existencia y su cosmos, con envidiable fluidez, con llaneza y simpatía, mostrando un talante que la adustez de Szyszlo no poseía, como se aprecia en La vida sin dueño.

Su obra ha cautivado a cientos de apasionados en Europa y ambas Américas, expuso en varias capitales de EE.UU. Y a poetas, filósofos, críticos; la amplísima bibliografía que analiza su obra cuenta con las firmas de Juan Manuel Ugarte Eléspuru, A. Bosquet, Carlo Giacomozi, Mario Vargas Llosa, Edouard Glisant, Daniel Lefort, Manuel Scorza, César Miró, Patrick Waldberg, Damián Bayón, Jacques Meuris, Roger Otahi, Matta, David Sobrevilla, Élida Román, Alberto Tauro del Pino, Luis Enrique Tord, Renzo Modesti, Jean- Domimique Rey, Silvano Martini, Jerome Peignot, Jacques Baron…

Repetía adunia: “La belleza es algo que va a salvar al hombre”. Era un creyente, no en sentido religioso, sino en el más fieramente humano; amaba el arte de los otros, no era envidioso, era un hombre confiado, hecho a sí mismo, emprendedor, constructor de caminos, liberal, con gran atención a la justicia social.

Pastel graso sobre lienzo

 

Dibujante consumado -se percibe en sus dibujos autónomos, en sus pinturas y en los libros en colaboración con Joyce Mansour-. Aquí reproduzco la plaquette l’autre coté, 1984. Pero, también en Trous Noirs, poema de Mansour. Puso sus mágicos trazos en Wari Nayra, poemas escritos en aymara. Y en Sonetos del viejo amador de Arturo Corcuera. Y en las Poesías de Manuel Scorza. Pintor de grandes recursos, escultor, grabador. Y poeta. Le insistí en que publicara los poemas, mas sin éxito, en todo caso aparecen como pequeños milagros en el ensayo de Bosquet y en otros textos.

Su obra ha interesado a varios cineastas, que han intentado reflejar su mundo. En 1976 la tv. francesa, en el programa “Pintores de nuestro tiempo”, bajo la dirección de Michel Lancelot le dedica un corto. En 1981, el cineasta peruano Gilberto Zapata realiza un cortometraje de su vida y obra con rubro “El transparente habitado”. Es muy complejo elegir una pieza, una etapa, cuando realizó tantas obras maestras a lo largo de una vida plena de aciertos, de duende, de gracia con los colores y las formas, que nos llevan de la lírica poética al lado trágico del hombre, de los tiovivos a los mitos incas, de lo enigmático a lo sublime. ¡España le debe una antológica para responder a su cariño!

Si sus inicios están comprometidos con la belleza y la sutileza, alternó épocas oscuras, expresionistas, con ese milagro de sus pasteles grasos y el retrato de la idiosincrasia de su peruanidad. Pasarán los años y seguirá creciendo su obra y nunca olvidaremos su sonrisa. Despertará América y tomará por bandera su obra descomunal, fantástica, emocionante, mágica, mistérica, donde el hombre danza con el dolor y la alegría, con la miseria y la grandeza. ¡Cuándo Perú descubra a su creador más proteico, más incomparable, le pondrá en el altar donde se venera la expresividad más inteligente!

A Bibiana, a Gerardo Amador, a todos los más cercanos, mis condolencias. Y al pueblo entero del Perú. Se ausenta un grande de la creatividad y sólo podemos honrarle conociendo su orbe infinito y difundiendo sus virtudes humanas y plásticas. ¡Sit tibi terra levis, maestro, amigo, creador de mundos que enriquecen la vida para siempre!

 

                                                                                                                    Tomás Paredes

                                                                                                    Presidente H. AICA Spain

Tapa de la monografia de Bosquet

Plaquette con Joyce Mansour

Amantes

El ogro

Firmas con sello de lujo: Tomás Paredes

 

                         

 Juan Martínez: Un cosmos genuino

En contra de lo que se mantiene, la información de lo que ocurre cada vez se fragmenta más y se hace más local, más corta, más imperceptible, más desinformación. Ya sé que no todo cabe en los medios generalistas y que los temáticos o especializados se han hecho muy selectivos, cuando no sectarios, dando cabida más a ideologías afines que a manifestaciones de presencia. Y así, lo que sucede en Granada con respecto al arte, por elegir un asunto, se queda en la capital nazarí y lo que acontece en Huesca, no llega ni a Zaragoza. ¡Y qué decir de lo que ocurre en Suiza, aunque nos ataña!  ¡Que en otros momentos eso no ha sido así, me consta!

Juan Martínez, artista español que reside en Suiza desde 1966, acaba de inaugurar una importante muestra de su trabajo a lo largo de cincuenta años de pintura y escultura. Y lo ha hecho en la galería de arte de un castillo conocido, por su arquitectura, su parque de esculturas y sus numerosas hectáreas de flora espectacular: le château du Vullierens, en el cantón de Vaud. ¡Un marco incomparable para una manifestación de raigambre!

Le château du Vullierens es un prestigioso ejemplo de arquitectura civil suiza del siglo XVIII, reedificado sobre los restos de un castillo del s. XIII. Vistas excepcionales de los Alpes, el Mont Blanc, el lago Leman. Goza de unos 14.000 rizomas de lirio hemerocalis y unas 400 variedades de iris; miles de tulipanes y otras flores que conforman un tapiz de cromatismo hechicero, además de las rosaledas que lo festonean. Y un parque de esculturas de ochenta autores internacionales, entre ellos nuestro inolvidable amigo y compatriota Manuel Torres. Sin faltarle sus ocho hectáreas de viñedos propios, que proporcionan gustosos caldos.

 

La exhibición, que se inauguró el pasado día 17 de mayo estará abierta hasta el 11 de julio próximo. Se trata de una retrospectiva, que conjunta escultura y pintura, realizadas entre los años setenta y la actualidad, por Juan Martínez, con el título de “L’art de l’intranquilité”. Es verdad que la obra expuesta, inquieta, solivianta, remueve, inquiere; y que todos esos efectos se recogen en francés con tal palabra. Pero, hubiera preferido sólo el sustantivo “arte” o “inquietud”. En todo caso, el rubro no deturpa el contenido.   

Una retrospectiva contiene obras de un autor o grupo con el fin de reflejar su trayectoria. Aquí están desde un autorretrato primerizo y expresionista, a los “Armarios” expuestos en Boston en el inicio de los ochenta, series avaladas por la escritura de Carlos Fuentes en México, sus “Sapos”, “Jardín zen”, “Conexiones”, hasta un actual tríptico de las “Miradas perdidas”, de una impronta tan exquisita como profunda, que resume años de ductilidad y belleza. Aunque el pintor no se proponga la expectativa de la belleza, no puede renunciar a ella.

Juan Martínez es autor de varios libros especiales, en español y francés, realizados en colaboración con los poetas Antonio Gamoneda, Juan Gelman, José Manuel Caballero Bonald o José-Flor Tappy, la poeta reina de la Suiza de expresión francesa. Y un nuevo libro con Gamoneda a punto de salir a la luz. Es un enorme caudal de poesía y pintura, que no se puede silenciar, ni dejar de valorar.

 

El pensamiento lógico, aquel que sigue un razonamiento impoluto y perfecto, se acaba con la comprobación de su exactitud. Pero, el arte, más que irracional, pertenece a lo que conocemos como pensamiento mágico, que excede la razón, para insertarse en el orbe de lo maravilloso, que produce esas sensaciones que no podemos controlar y nos arrastra de lleno a la emoción, a la eclosión de un sentimiento empático, mago y majo.

Cuando la presencia se enseñorea y el arte grita su entidad, toca nuestras fibras más íntimas sin necesidad de comprender nada, ni de análisis alguno. ¿Cuándo escuchamos la Novena de Beethoven, requerimos alguna explicación a nuestra emoción?  A la pintura, al dibujo, a la escultura, al arte en movimiento no llegamos por las mismas vías que al Concierto de violín de Félix Mendelssohn, pero la plenitud que nos produce es la misma; la sensación de proceridad no varía.       

Todos saben que Ludwig Wittgenstein era un irredento admirador de la poesía de Georg Trakl y que a través de su amigo Ludwig von Ficker le hizo llegar una suma de 20.000 coronas para que pudiera dedicarse a crear sin otras preocupaciones. Pero, Trakl se suicida en un hospital en Cracovia, sin llegar a disfrutar de ese hermoso gesto. El propio Wittgenstein, de forma explícita y clara llegó a confesar: “no llego a entender la poesía de Trakl, pero su lenguaje me deslumbra”.  Le ocurrió algo parecido a Martín Heidegger, que hace un estudio de la poesía de Trakl más filológico que semántico, más especulativo que concluyente, más deslumbrado que iluminado.

 

Juan Martínez en una entrevista reciente, manifestaba: “Que ma peinture provoque rêve ou cauchemar, peu importe, pourvu que le spectateur bouge”. Es el leitmotiv de su idiolecto, se trata de una expresividad comprometida, del compromiso con el ser humano, con nuestros hermanos, con el devenir del ser. No importa que esta pintura provoque sueños o pesadillas, lo que importa es que despierte, que agite, que remueva conciencias, que fustigue al espectador.

Muestra amplia y compleja, comisariada por Jaël Bruigom, hecha a zancadas de gigante, pues su producción es ancha y el espacio nunca es suficiente. La pintura de Juan Martínez no está concebida para entretener ni para decorar, ahorma un simbolismo expresionista que coadyuva a la configuración de sus sentimientos, a la materialización de sus sensaciones. Juan es un hombre herido, como tantos, pero pinta con heridas, escozor, con su realidad poetizada, porque es evidente su sesgo trágico, tano como su determinación poética.

 

Están esas máscaras del horror, esas caretas del sufrimiento, esos ahogados de infaustas travesías, pero también la melancolía de las “miradas perdidas”, donde los ojos y las cosas lloran jirones de noche, recordando aquel hallazgo irrepetible de Virgilio en la Eneida, Libro I, cuando sostiene: “sunt lacrimae rerum, et mentem mortalia tangunt”, hay lágrimas en las cosas mientras la mortalidad nos concierne, en tanto la mortalidad toca a nuestro espíritu. Hay dolor en estas imágenes y lisura, como en los jardines zen. Hay simbologías que denuncian la insensibilidad, como esos sapos de sangre fría; como esos armarios para guardar las tinieblas y ocultar los cadáveres y las sombras.

Aurgitano de Navas de San Juan, desde muy joven sabe que su mundo está orientado por una sensibilidad, que se anima de estructuras frágiles, buscando unas sensaciones que mantenga su cercanía con el prójimo. Y se marcha a Barcelona donde estudia Arquitectura y desde allí a Lausana, licenciándose en la Escuela Cantonal de Bellas Artes. A partir de entonces, sin dejar de ser español, hace su vida en Suiza, donde crea su obra y la difunde en Centroeuropa, América y España y Portugal, en Osaka en  próximas fechas.

Hay pocos casos semejantes, porque no es suizo, pero allí ha vivido gran parte de su vida, siempre retornado a las geometrías giennenses de los olivos y desde estos regresando a los bosques entre lagos y montañas blancas. Nadie puede escapar a su sombra y la suya es tanto suiza como hispana, salvando el testimonio de los documentos. Juan fue un pintor de Juana Mordó, en España, y de Fefa Seiquer, pero también de Alice Pauli, Michael Schultz y donde más ha expuesto ha sido en Suiza y Alemania.

 

Sus obras están presentes en el Museo Nacional Reina Sofía, en los de Lausana y Ginebra, en el Guggenheim de Nueva York, en Lisboa, Atenas, Ámsterdam y en incontables colecciones privadas del mundo, pero adunia en Suiza, por lo que no puede despegarse, ni impedir la atención que la han dispensado y le sigue ofreciendo. ¿Y qué decir de su bibliografía?: Carlos Fuentes, F: Calvo Serraller, Agustín Gómez-Arcos, Françoise Jaunin, Rogelio Blanco, Miguel Logroño…

Hay excelentes pintores españoles, que habitan o han vivido entre nosotros, a los que no se presta la más mínima atención por parte de las instituciones publicas o privadas, que estarían obligas por razones obvias a hacerlo. Pero mayor es la ausencia de atención a los creadores que han hecho su vida fuera de nuestras fronteras, porque a la postre algunos acababan por no ser de aquí ni de allá y terminan bailando como fantasmas.

Sólo ha habido un intento serio de resolver este error histórico y lo propuso Roberto Velázquez en la Fundación Telefónica, hasta que le dejaron. Comenzó el proyecto, adquiriendo obras a exiliados de toda laya: Clavé, Subirá-Puig, Peinado, Viñes, Vilató, Parra, Perico Flores, Bores….Pero, no pudo continuar su iniciativa y eso se notará con el tiempo y con el tiempo crecerá el halo iluminado de Roberto Velázquez.

Esta exhibición en el Château du Vullierens, cerca de Morges, se ha celebrado con la colaboración de la asociación de los Amies de Juan Martínez, teniendo como invitado especial a José Félix García, productor y especialista en Fundaciones, autor de algunas de las fotografías que aquí se adjuntan. ¡Podrá el espectador buscar referencias, pero en rigor sólo va a encontrar en estas piezas un cosmos genuino, un lenguaje al servicio de una sensibilidad, más cerca de un idiolecto poético que de la filosofía, más desbordadas sensaciones que irracionalidad, más existencialismo que naturalismo!

                                                                                                                  Tomás Paredes

                                                                                          Presidente de H. de AICA Spain

 

Le château du Vullierens

Firmas con sello de lujo. Tomás Paredes

De Chebé a Chepé: el niño postista

¡Cómo ha cedido el planeta editorial! Nunca, en nada, debemos generalizar, pero el bajón es tal, que uno no ceja en la tentación de hacerlo. ¡Miren lo sucedido con Anagrama, las mediocres ediciones de Alfaguara, la vulgaridad de Seix Barral, la dejadez lacerante de Espasa!¡Y lo digo con dolor, porque soy amante de los libros y este descuido actual no es más que menosprecio al tesoro que las letras crean!

Igual que los supermercados están en batalla alocada por ver quién ofrece productos más baratos, las editoriales quieren vender a precios bajos, lo que no consiguen, pero degenerando los continentes hasta cotas insultantes, de mal gusto. ¡Y claro, también podemos encontrar editoriales dignas con ediciones preciosas, pero es la rareza! Impera el beneficio, que es necesario, porque sin beneficios no existe continuidad, pero no estoy de acuerdo con el procedimiento: degenerar nunca es honesto ni aconsejable.

Existen editoriales de toda laya y condición- rigurosas, frívolas, pagadas, estrafalarias, fraudulentas, correctas, artísticas, especializadas, temáticas, científicas, de poesía, ilustradas-, algunas, casi secretas, se convierten en el milagroso capricho de alguien, que enriquece nuestras vidas, porque sí, porque se lo exige su actitud. Otras, sólo miran los resultados crematísticos; alguna, pocas, que se empeña en una línea cuyo principal objetivo es la difusión cultural, dejar constancia del sueño de la vida de los creadores, mostrar esencias que no deben ser ignoradas, ni perdidas.

En esa dirección está Libros del Innombrable, Zaragoza, cuyo timonel es Raúl Herrero. Libros del innombrable, varias colecciones, nació en 1998 con el propósito de editar libros “raros o bifrontes”. Su rubro homenajea la novela El Innombrable de Samuel Beckett, pero, también esa pretensión de que la poesía nombra lo innombrable.

Una editorial requiere de una organización empresarial y de peones, que, en silencio, llevan a cabo un trabajo arduo. Mas, sobre todo, de un condotiero, arrojado y tenaz, que guíe la nave por el vinoso mar de los aciertos. Aquí, el capitán, vestido de príncipe de la edición, no es otro que Raúl Herrero, patafísico. Zaragozano de 1973, poeta, pintor, antólogo, dramaturgo, actor, director, novelista, hombre orquesta, diestro en innúmeres instrumentos. ¡Raúl es como un jardín cuajado de flores, que no aciertas a saber qué es lo que más te atrae, si su belleza, sus cromías o sus aromas!

Eduardo Chicharro Papiri

 

Cuando encuentras a Raúl Herrero no sabes bien si estás ante un mistagogo, arúspice, un chaman o el poeta de Los trenes salvajes. Su vestimenta arrabalesca, su mirada enigmática, su sonrisa egineta, te predisponen al prodigio. Y eso es lo que hace con tantos títulos editados en su fábrica de sueños. Es probable que esté enamorado de torreones de mágicos castillos, no lo he podido constatar; de lo que estoy seguro es de que está abducido por el postismo. Obsesionado, comprometido, identificado, hasta convertirse en una criatura postista, como lo es el niño Toni, genuino fruto postista.

Ya oigo alguna voz intemperante, que clama, pero, ¿a estas alturas, a quién interesa el postismo? Pues, por lo que se estudia y se comenta y se lee, a muchas personas importa, entre las que me cuento. Raúl Herrero, desde que Antonio F. Molina le metiera el gusanillo en la mente, se ha transformado en el ángel anunciador del postismo. Ha publicado en su editorial a Chebé, Nieva, Fernández Molina, Beneyto; una antología de poesía postita, a los estudiosos del fenómeno, a los Chicharro y, poco ha, Memorias del niño Toni, objeto de estas líneas y perejil de todas las salsas postistas.

Para los que ya conocen, sobran explicaciones. Para los que no estén al tanto, urge comenzar por referir la trilogía Chicharro. No quiero ser ingenuo, todos conocen al dedillo la obra pictórica excepcional de Eduardo Chicharro y Agüera, Madrid 1873-1949. Famosísimo en su tiempo, fundador de AEPE y su primer presidente, creador del Salón de Otoño, director de la Academia de Roma, de la de Bellas Artes de San Fernando, director General de Bellas Artes durante la República…¡Una estrella!.

Su único hijo, Eduardo Chicharro Briones, 1905-1964, llegó a ser otra celebridad. No al alcance de la de su padre, pero fue un hombre venerado, conocido cono Don Eduardo Chicharro, “Chicharro hijo” o Chebé. Convencionalmente se le tiene por poeta, creador del Postismo y, siendo verdad, se soslaya la calidad de su pintura y la magia de su docencia. Todos sus alumnos- Lucio Muñoz, Ramo, Nieva, Ory. Ángel Crespo, Zarco, Carriedo, Antonio López- se hacían lenguas, o se hacen, de su brillantez, su elegancia, de su señorío, de su magisterio, de su porte exquisito y conquistador.

Cierra la trilogía, Antonio Chicharro Papiri, Roma 1940, hijo de Don Eduardo y de la pintora italiana Nanda Papiri, autor de Memorias del niño Toni, Libros del innombrable, 2022. A lo largo de 375 páginas, el niño Toni narra sus recuerdos de Roma, su vida con sus abuelos y la corta presencia de su padre, que fallece a sus veinticuatro años, en un ambiente entre surrealista, ingenuo, sibarita y tedioso. El niño Toni, Chepé, estudia Medicina y tras años de tanteo, rondando el peligro y la bohemia, desarrolla su vida profesional como director de una editorial médica, siendo el científico de la saga.

Ángel Maroto y el niño Toni

 

A través de su narración, ante todo, se percibe la realidad de ser el fruto postista por excelencia. Es posible que el postismo sea el único movimiento creativo de la historia que cuente entre sus componentes con un niño, que dibuja y escribe poemas. No hay ningún ejemplo vivo, ni muerto, más evidente de lo que es el postismo que la personalidad de Chepé. Vista esta panorámica con ojo de pez, no tiene ninguna gracia, ni mérito, que yo repita las andanzas del niño Toni, sus anécdotas y vivencias, para ello, deberán comprar el libro y disfrutar de su contenido. ¡No se van a aburrir!

Repito, para los doctos, excusas por la insistencia. Pero, los que desconocen tienen derecho y obligación de saber lo que es el postismo. Igual que Italia alardea del futurismo y Francia del surrealismo, España debería de enorgullecerse de la creación de dos movimientos de vanguardia: el ultraísmo y el postismo. Para el primero, lean su más completa y clara visión, su análisis más conspicuo: Las cosas se han roto. Antología de la poesía ultraísta, 2012, Juan Manuel Bonet, colec. Vandalia, Fundación José Manuel Lara. Para el segundo las notas y referencias que a continuación apunto.

Las citadas Memorias del niño Toni se abren con prólogo de Raúl Herrero, que explica la génesis de la publicación, así como el concepto del postismo, su historia y cumplida bibliografía. El postismo, que para Chebé está entre los “primerísimos ismos”, en realidad fue de los últimos. Se fragua mediados los años cuarenta y lo lidera Eduardo Chicharro Briones, Silvano Sernesi y Carlos Edmundo de Ory; un año más tarde se les unen Ángel Crespo, Gabino Alejandro Carriedo y Félix Casanova de Ayala.

Sin un gran estruendo, clava sus raíces en un silencio que no lo manifiesta ni le permite morir. Tuvo su gran ración de menosprecio, incluso de traiciones y oportunistas que se quisieron subir al carro una vez faltó Chebé. Gloria Fuertes se reivindica como la única mujer postista, lo que no cuaja estando la pintora Nanda Papiri, musa y sacerdotisa de la fantasía dragónica. Entre los filopostista se encuentran: Antonio Fernández Molina, José Fernández Arroyo, José Luis Mayoral, Carlos de la Rica, Antonio Leyva, Avedan, Beneyto…El postismo es un guiño inteligente a la creatividad más plural, que no ajena el humor, ni la gracia, ni el duende, si no, ¿cómo iba a amar el flamenco Chebé?

Se cita como postista a Manolito el Pollero y me parece un hecho relevante y de justicia. Porque El Pollero, encarna los dictados existenciales y creativos del postismo. Manuel Fernández Sanz, heredó una pollería prestigiosa, que le dio la oportunidad de vivir de la pluma y dar crédito a otros poetas menesterosos. Camilo José Cela, también con ostugos postistas, le publicó su libro Silva, Grillera y Cigarral. Pero, además, encontramos sus versos en revistas y en diversos números de La Estafeta Literaria. En edición reciente, Mario Fernández, librero y tipógrafo espasino, hace un retrato correcto, fiel, de El Pollero, en una reedición de Silva, Grillera y Cigarral, Reino de Cordelia, junio 2020.

El niño Toni es el joyel que consuma el sesgo científico del postismo, 1945. Médico, melómano y brillante conversador, que está obligado a publicar su poesía, como eslabón del caudal postista, porque el postismo, como quería Eugenio Montes para los estilos, no es de un lapso concreto, sino que es transversal en el tiempo. Ignoramos cuando nace, sabemos cuando se hizo visible- los cuatro manifiestos de Chebé-, desconocemos su finitud. ¡El postismo es un regalo de la inteligencia del hombre en un tiempo oscuro!

Chepé, El niño Toni, nos traslada la temperatura del ambiente familiar, en un fidelísimo homenaje a sus padres, venerando a Chebé y envolviendo en hálara de ternura a Nanda Papiri y a su hermana, la niña Lilla. Narra su novelesca trayectoria y nos deja pulidos perfiles de Paco Nieva, Lucio Muñoz, Antonio López, y, por encima de todos, el de su padre, Eduardo Chicharro Briones, a quien dibuja con todas sus luces y sombras, con sus deslumbramientos y sus debilidades. No se guarda nada y eso es un disfrute para el lector y una exigencia de Antonio López, el maestro realista del s.XXI.

El libro me ha planteado varias cuestiones: ¿por qué no se ha valorado y estudiado con rigor la obra de Eduardo Chicharro? ¿Por qué las referencias librescas de “Chicharro hijo” son tan escasas y tan pobres? ¿Por qué no se ha debatido la pintura de Chebé? ¿Por qué no ha tenido recorrido la inocencia espléndida y feérica de Nanda Papiri? Chebé y Nanda Papiri engendraron un hijo postista, que ahí sigue, vivito y coleando, y eso que le falta un riñón ¡Con dos riñones hubiera superado a todos los postistas y asimilados! Este libro incide en la vitalidad del postismo, en su perfume, en todo lo que queda por saber y en la conveniencia de la publicación de la poesía de Chepé.

 

Tomás Paredes

Presidente H. de AICA Spain

Eduardo Chicharro y Agüera

Eduardo Chicharro Briones pintado por su padre, Eduardo Chicharro Agüera

Nanda Pairi y los niños Lilla y Tony Chicharro Papiri pintados por Eduardo Chicharro Briones

Firmas con sello de lujo. Tomás Paredes

…Y Toledo

La Fundación Obra Pía de los Pizarro, que preside el Vizconde de Amaya, Hernando de Orellana -Pizarro, es una fundación privada, con sede en Trujillo, Cáceres, cuyo objetivo global es acrecentar y cultivar relaciones de España-Extremadura con Perú y Sudamérica. Dedica sus fondos a conservar patrimonio histórico y a tejer una relación intercultural de exposiciones, conferencias, debates, biblioteca, publicaciones y factura de una colección de arte hispanoamericano.

Acaba de clausurar la exposición Romeral…Y Toledo, patrocinada por la Fundación Obra Pía de los Pizarro, en colaboración con Arte Trujillo Perú Contemporáneo, obra de Romeral y comisariada por mí. La muestra, en el palacio de los Barrantes-Cervantes, se acompañaba de un magnífico catálogo. El palacio, s. XVII, rehabilitado, con un cuidado extremo, por la Fundación es la sede oficial de la misma y una de las joyas renacentistas de Trujillo.

He tomado parte en varias de sus actividades, percibiendo siempre un aire de soledad oficial. Ni la Junta de Extremadura, ni el Ayuntamiento de Trujillo, ni los trujillanos, entienden ni sienten este importante proyecto que una empresa privada, a su absoluta coste, viene haciendo en Extremadura. Y no hablo de subvenciones, que ni las piden ni las quieren, sino de una mera atención personal a un desarrollo cultural generoso. ¿Qué le pasa al PP con la cultura? Y digo al PP, porque en este caso es quien gobierna. ¿Qué ocurre en Trujillo para que una manifestación así no suscite la atención de sus vecinos?

Toledo vista de Sorolla, oleo a tabla 53×122 (2000)

 

Trujillo, el gran joyel de Extremadura, ensartado de iglesias y palacios del barroco y el renacimiento, agoniza, entre el descuido de quienes deberían privilegiarlo y el desencanto de quienes lo viven. No es fácil vivificar una ciudad media como esta, lo sé, pero sus dirigentes públicos y empresas privadas espabilan o se encontraron todos lamentándose en el funeral. ¡Una urbe tan hermosa, tan noble, con tanto abolengo, tan mágica en sus inesperados rincones, merece una atención, que ahora no tiene!

La exposición ROMERAL, pintura-escultura-dibujo, mostraba a pasos de gigante, su desarrollo plástico en cincuenta años de oficio. En su poema “Andalucía”, Manuel Machado, “banderillero de Apolo/ supo, cantó y está solo”- y así sigue solo, merced a una sociedad que está a otra cosa- después de cantar a siete capitales andaluzas, deja para el final a Sevilla, sin más, cual materia inefable: “Y Sevilla”, ¡ahí queda eso!

Pues bien, visto Romeral en varias etapas, técnicas y tentativas, cerraba su propuesta con su canto icónico a Toledo, cumpliendo con los cánones de su idiolecto. Y así, reproduzco varias vistas de “La peñascosa pesadumbre estable/ ni se derrumba ni se precipita!”, como inicia el poema de Jorge Guillén. ¡El milagro de Toledo es consustancial a su hechizo, a su sobriedad imperial, a la obra hecha por los siglos!

Toledo de oro y noche (poliptico) mixta a  lienzo144x100(1980)

 

No ha gozado Toledo del favor de los poetas, ha tenido otras fortunas. Desde el s. XI hasta la fecha, todos los que suenan, lo nombran. Pero, no hay un soneto incontestable, broncíneo, sobre Toledo; no existe un poema que pongan en pinganitos su condición de topacio ascensional, ahormado con la meguez de los canjilones del tiempo. ¿Cómo no lo harían Fray Luis o Tirso de Molina, con tanto que lo citan en sus liras o comedias?

Además, Toledo es la capital del hito manriqueño. Ahí se casa el poeta, 1470, con doña Guiomar Castañeda Meneses. En Toledo es nombrado capitán de la Hermandad de Toledo por gracia de la Reina Católica. Y Juan de Borgoña lo retratará más tarde, ya instalado en la penumbra. Jorge Manrique es nuestra luminaria anterrenacentista, Con sólo una canción, con solo una estrofa bastaría para respetarle:

                                                    Con dolorido cuidado,

                                                    desgrado, pena y dolor,

                                                    parto yo, triste amador,

                                                    de amores desamparado,

                                                   de amores, que no de amor….

¿Les suena?, “…no me podrán quitar el dolorido/ sentir si ya del todo quitan el sentido”, Égloga I de Garcilaso. Caballero de las armas y las letras, murió en una escaramuza ante el castillo de Garcimuñoz en Santa María del Campo Rus, antes de los 39 años, como quieren los dioses para los poetas cimeros. Lo distingue en su “Glosa”, Antonio Machado: “Entre los poetas míos / tiene Manrique un altar”.                                                

El poeta Jesús Cobo, maestro y amigo, zahorí del hurmiento toledano, uno de los conspicuos exégetas de la pintura de Romeral, ya publicó “Toledo como tema poético”, Archivo Secreto, nº 3, Toledo 2006, pp. 294-319, una antología de poemas y unos comentarios tan acertados como brillantes sobre este asunto.

Toledo sueño  22×33 acuarela 1987

 

Es probable que su enigmático misterio, que el repujado cáliz de vida y piedra que circunda el Tajo intimide, hasta el punto de aturdir con su presencia milenaria. Porque desde el Romancero a Gonzalo de Berceo; el mago Garcilaso; Lope, Góngora, Quevedo; Bécquer y A buen juez mejor testigo de José Zorrilla; Galdós, Blasco Ibañez en sus novelas; Lorca, Jorge Guillén; Vivanco, Ridruejo, García Nieto, Villacañas… Todos pasean Toledo, pero pocos desnudan su alma con la estirpe del prodigio.

El mismo Cervantes no se excede. En Los Trabajos de Persiles y Segismunda, esa obra que tanto elogia Azorín, venera la capital del Tajo como “peñascosa pesadumbre, gloria de España y luz de las ciudades”. Pero, ¿y el silencio de Gabriel de Bocángel? Algunos lo refieren con la venustez que su entidad y su arquitectura encienden, con el valor de su historia, no todos con la grandeza enllamecida con la que lo exorna El Griego.

Toledo huele al amanecer con la enjundia mollar del tomillo. Pero es al anochecer, que las hordas se esfuman, cuando suena su silencio con el misterio de un tango de Antonia la Negra. Entre tinieblas y nieblas, Toledo es un tronío de los delirios del hombre. Es en ese denso callar, roto por la cita puntual de las campanas, cuando podemos cruzarnos con Garcilaso, con Bécquer o doña Isabel de Urbina, mujer de Lope, con Micaela Luján, su amante; con una sombra, que dibuje con sigilo el duende del misterio; con un arpegio mistérico de Paco de Lucía o la melodía undosa de eternidad de Juan de Yepes.

Toledo rojo oleo tabla 38×46 (1988)

 

Toledo, después de serlo todo, de cruzar varias civilizaciones y tantas heridas se ha convertido en materia poetizada, en paisaje poemático, en antesala gloriosa de cigarrales y montes aromados. No puedo obviar el soberbio ofrecimiento que construye Jesús Cobo, cuando comenta la visión, aparentemente abstracta de “Toledo” de Rafael Canogar, Museo de Arte Abstracto de Cuenca, revista Archivo Secreto. Rilke, aunque toledano confeso y convicto, más que cantarlo, lo interioriza su salmodia intelectual.

Juan Antonio Villacañas (1922-2001), toledano de Toledo, cultor de lira juanantoniana, por cuya sangre navegaba la ciudad tibar, invitó a Dante a conocerla y le sirvió de guía, emulando a Virgilio, dejando testimonio en El Dante en Toledo, 1980. Y por si se nos había pasado, Manuel García Chamorro hizo una glosa en ataujía sobre su viaje, Fantasía Toledana, Jaén 1983. Y entre realidades y fantasías se teje el misterio que acicala ese cofre de taracea donde se guarda el tiempo que es Toledo.

Verán a Toledo en todos los colores, por los pinceles de ROMERAL: azul, verde, oro, plata, bistre, bermellón, almagre, entre brumas o entre soles; perfumado de incienso y de cantueso. ¡Sereno, mágico, majestuoso, eterno, observando desde su alta atalaya como las generaciones se suceden, ante su soberana impronta!

Toledo nevado, 100×144 cm.,  mixta a tabla (2017), Colección de la Diputación de Toledo

 

He descubierto un soneto luciérnaga de Florbela Espanca, Soror Saudade y María das Quimeras, como ella se llamó, que, en su portugués original, fulge como fuego cuando arde, reproducido en el catálogo. ¡Al poeta siempre hay que agradecerle su canto, como intermediario sigiloso entre los dioses y los hombres, las hambres y los adioses!

“Romeral …Y Toledo”, ha sido una ocasión feliz para gozar del arte, de ese abrazo que se dan poesía y arte plástico, en esa ciudad de conquistadores, Trujillo, cuna de Pizarro, lecho de nobles emprendedores. En la accesible poética de José Ángel Buesa  -cubano de 1910, muerto en el exilio de Santo Domingo, en 1982-, en el segundo cuarteto, leemos:

                                 Así como el exceso de virtud hace el vicio,

                                el exceso de arte llega a ser artificio.

                                Escribe de tal modo que te entienda la gente,

                               igual si es ignorante que si es indiferente.

Lo esencial esta orientado por la esencia, es cortesía de la elegancia. No hay distancias cuando el amor se lo propone. Lo que nace oscuro, si auténtico, con el tiempo se aclara. Es distinto ennochecer la claridad para que no se vea, que despojar de máscaras y tinieblas la luz. Y no importa tanto el desafecto de los políticos a la cultura, como la afección de una dinámica elegante como la de la Fundación Obra Pía de los Pizarro, que mantiene su espléndida generosidad para con esta tierra tan huérfana de mecenas.

Toledo misterioso mixta tabla 81×100, 2016

                                                                                                                   Tomás Paredes

                                                                                                    Presidente H. AICA Spain

 

Firmas con sello de lujo. Tomás Paredes

Rafael Canogar, Premio Velázquez

 

El 25 de noviembre de 1891 aparecía en El Liberal, el artículo: “La catástrofe de anoche: España está de luto. Incendio en el Mueso de Pinturas”, lo firmaba Mariano de Cavia. Refería el texto que el Museo del Prado había ardido y contaba al detalle como había sucedido y quienes eran los afectados. Al final, aclaraba que era una broma, sólo un aviso por las pésimas condiciones de funcionamiento de la pinacoteca.

La mayoría de los lectores, entonces como ahora, no leyeron el final y salieron de sus casas despavoridos a contemplar el estado de la ruina, concentrándose un gentío desmesurado ante el edifico de Villanueva. Al día siguiente, El liberal publicó una aclaración del autor con rubro: “¿Por qué he incendiado el Museo de Pinturas?”, que explicaba los motivos y concluía: “Hemos inventado una catástrofe…para evitarla”.

El objetivo de Cavia era denunciar la situación precaria del Museo. Empleados y ujieres vivían en los bajos del museo con sus familias y en los altos cocinaban y hacían fuego para calentarse en el invierno. La situación era insostenible, de acampada, y eso inquietó al escritor y para llamar la atención, no se le ocurrió otra cosa que narrar su incendio con marcado dramatismo y anunciar que todo había quedado reducido a cenizas.

El 28 de noviembre, el ministro de Fomento, Manuel Linares Rivas, visitó el Museo y comprobó que los temores y datos ofrecidos por Cavia eran ciertos y objetivos. Y comenzó a tomar las medidas necesarias con la dirección y los arquitectos responsables para resolver aquel desaguisado.

 

Mariano de Cavia y Lac, zaragozano de 1855, se formó en el colegio jesuita de Carrión de los Condes y en su ciudad, comenzó a colaborar en semanarios, con la ilusión de ser periodista. En 1881 ingresa en El Liberal, poco tiempo. Dirige el Diario Democrático de Tarragona unos meses y vuelve a El Liberal. Va al Heraldo de Madrid, 1985, y al final de ese año escribe en El Imparcial hasta 1917, pasando a continuación a El Sol.

En un artículo, El Imparcial, 1.VIII.1908, defiende el uso de la palabra balompié, contra los que difundían la de fútbol, que comenzaba a generalizarse. Cavia fue un defensor del español y un pulcro sajelador de la palabra. En 1916, la Real Academia Española de la Lengua le elige como numerario, aunque se quedó en electo, porque su salud quebradiza no le permitió leer su discurso de recepción, que versaba sobre el “idioma aragonés”.

Alfonso XIII le condecoró y el Ayuntamiento de Zaragoza le nombró hijo meritísimo. Escribió crónicas taurinas con el pseudónimo de “Sobaquillo”. En De pitón a pitón, 1891, publica una entrevista imaginaria con el Nuncio del Vaticano sobre la moralidad de las corridas de toros. Entre sus obras: División de plaza, Azotes y galeras, Grageas, Chácharas.  Moría en 1920 y dos años luego, se editaba de forma póstuma su obra Limpia y fija. En su tiempo, tuvo una importancia extraordinaria y un halo exótico, ya que vivía en un hotel y tenía un piso para su biblioteca. ABC instituyó un premio con su nombre, para distinguir la belleza en la escritura.

 

El titular del incendio del Museo del Prado era apócrifo, como el que figura, ut supra, encabezando estas líneas, mal que nos pese a muchos. No, Rafael Canogar no ha sido aún distinguido con el Premio Velázquez lo que es noticia y supone una afrenta al Premio infligida por los sucesivos jurados.

Se suele culpar al gobierno o al ministro de Cultura de este desafuero, pero, la culpa es de quien vota: si no es libre para decidir o sigue consignas de quien le convoca, evidencia su incapacidad para ser jurado. Un títere no tiene dignidad, ni entidad, pende de quien tira de las cuerdas para que actúe. El gobierno ahora lo copa todo, con el mayor descaro y sin arrugarse, pero los peones que jalean la fiesta, ya están señalados por su oportunismo cobarde y su colaboracionismo.

Es una praxis espuria la que se ahorma en torno a la idea de criticar a unos para defender a otro. No se trata de denigrar a ninguna de las personalidades que lo han obtenido. ¡Felicitaciones para todos ellos! Sí, de defender la identidad de quien se propone, justiciando esa decisión con evidentes muestras objetivas, sin añagazas.

El Premio Velázquez fue creado por Orden del 17.VII. 2001 del Ministerio de Educación, Cultura y Deportes, constituido como galardón de carácter internacional “que premia la obra de un creador en el ámbito de las artes plásticas”. En la Orden que convoca el correspondiente a 2024, leemos en su artículo “Primero. Objetivo y finalidad del Premio: “El premio <Velázquez> de las Artes Plásticas…tiene por objetivo reconocer la totalidad de la obra de un creador en el ámbito de las artes plásticas en cualquiera de sus manifestaciones”.  La orden cita los requisitos para la presentación de candidaturas y da quince días de plazo desde su publicación en el BOE, que suele ocurrir en la primera quincena de julio.

 

Fecha sospechosa, dada nuestra meteorología. Presentar candidaturas en un tiempo veraniego de altas temperaturas es poco acertado, tramposo. Pero, no hay disculpas y las instituciones atentas a nuestro desarrollo socio-cultural deben de estar prestas en todo momento para cumplir su cometido en defensa de la cultura y la creatividad. Con posterioridad ha habido alguna modificación en relación al jurado, para hacerlo cada vez más manejable y por tanto improcedente.

Los galardonados son: Ramón Gaya, el primero, 2002; Tápies, Palazuelo, Juan Soriano, Antonio López, Gordillo, Cildo Meireles, Antoni Muntadas, Doris Salcedo, Artur Barrio. En 2012 no se otorgó. Aún, Jaume Plensa, Esther Ferrer, Isidoro Valcárcel Medina, Marta Minujin, Concha Jerez, Antoni Miralda, Cecilia Vicuña, Soledad Sevilla, Tania Bruguera, Elda Cerrato, Marisa González y Francesc Torres. No comparo, ni juzgo la desigualdad de esta nómina, el lector valorará esas trayectorias en relación a la desarrollada por Rafael Canogar.

¡Que no haya ni un miembro del grupo El Paso, entre los agraciados, es significativo, cuando fue el conjunto que más internacionalizó el arte hecho en España! Antes de establecer esta distinción murieron algunos miembros, pero en su vigencia estaban vivos Martin Chirino, Antonio Suárez, Luis Feito, ha poco desaparecidos. El único vivo es Rafael Canogar. Y no es su permanencia lo que merece mi atención, ni su pertenencia a El Paso, sino la calidad de su deslumbrante cursus honorum, la entidad y variedad de su trabajo sin renunciar jamás al rigor, ni perder nunca la orientación.

 

Rafael Canogar es, no el decano de nuestros artistas, si el más internacional. Este premio no va de edad, ¿o sí? En todo caso, la presencia de un Premio está en relación a la categoría de los premiados, quienes lo prestigian. A pesar de mi consideración por el maestro Ignacio Iturria, no creo que haya en el ámbito iberoamericano ninguna obra con la dimensión que exhibe la de Canogar.

Ignoro si este año el Premio Velázquez 2024 se le concederá a Rafael Canogar, sí así fuere, bienvenido sea, aunque haya tardado tanto. Pero si un año más, el jurado halla una trayectoria más importante e interesante que la suya, insistiremos el año que viene, desde distintas Instituciones, en proponerlo, como un acto de decencia, de justicia, ético.

En CentroCentro, Ayuntamiento de Madrid, palacio de Palacios, frente a la Cibeles, se puede contemplar una retrospectiva de su obra, con rubro de Realidades.1949-2024, hasta el 18.V.25. No es una antológica, pero hay piezas suficientes para entender su capacidad plástica y su dimensión, en recorrido comisariado por Alfonso de la Torre.

Fotografía Fernando Puente

 

Comisarié una antológica de su obra, Edificio da Alfândega de Oporto, patrocinaba Cordeiros Galería, con motivo de su septuagésimo quinto aniversario y conoció un éxito extraordinario. Expusimos piezas de diferentes épocas: pinturas, esculturas; realismo social, abstracción, informalismo…Logramos imbricar cuadros, libros, botellas de oporto de añadas distantes, carteles. Canogar es muy apreciado en Portugal, hay grandes colecciones enriquecidas con sus piezas. Sucede igual en Italia, Francia, Alemania, Dinamarca, Suecia, EEE.UU., Japón, China, México, Venezuela, Países Bajos, Uruguay, Polonia, Croacia, Noruega, Finlandia…

En los concursos públicos, del tipo que sean – municipales, nacionales.  internacionales, incluso privados-, se juzga lo que se presenta. A veces, las excusas vienen de esa circunstancia. Pero eso no se puede alegar en este caso, porque me consta que no es la primera vez que su candidatura se presenta. Hecho absolutamente ajeno al autor.

La gran virtud de Canogar es que se formó en la pintura, de la mano de Vázquez-Díaz; emergió de ella, quiso experimentar, pero siempre retornó a la pintura. Sus salidas han servido para reafirmar su entidad genuina y poder volver, cada vez con más fuerza, a la pintura. Es su destino, como la palabra para el poeta. Al regresar, deja algo para integrarse en lo que era: un pintor germinal, nunca acabado, en diálogo perenne, siempre distinto, siempre el mismo.

“Cuando llegué a la exposición de Canogar aún no estaba abierta. Di una vuelta por Cibeles hasta la hora de apertura. Subí a la 5ª, estaba solo, como me gusta ver las exposiciones, iba deteniéndome en las obras, hasta que delante de Toro de fuego, sentí alguien detrás. Me volví y creí reconocer al ministro de Cultura, Sr. Urtasun. Me hizo un gesto, como asintiendo, sí, soy yo. Seguí, sin más, hasta que, ante “P. 34-76, me dijo: <¿Le interesa? ¡Que exposición tan hermosa y qué creador tan fascinante! Es la tercera vez que vengo a verla y en cada visita me propongo volver>. Me sonrió, dio la vuelta y desapareció”. Un ruido me despertó, y comprendí que estaba soñando; como un jaspe salté de la cama para escribirlo, porque los sueños hay que anotarlos. El problema de los sueños es que casi siempre se olvidan antes de vivirlos.

                                                                                                                 

Tomás Paredes

Presidente de H. AICA Spain

Soledad Fernández recibió la Medalla de Honor de la AEPE

Agradecida, emocionada y rodeada de artistas y amigos

 

El 14 de febrero de 2025, en la sede social de la AEPE, tuvo lugar el acto de imposición de la Medalla de Honor de la AEPE a la pintora y socia Soledad Fernández.

Presidió el acto José Gabriel Astudillo López, Presidente de la centenaria entidad, que hizo entrega del más alto reconocimiento que otorga la Asociación Española de Pintores y Escultores.

 

A su llegada, Soledad Fernández fue recibida por los miembros de la Junta Directiva que asistieron al acto, la Secretaria General y Secretaria Perpetua de la AEPE, Mª Dolores Barreda Pérez, Paloma Casado, Carmen Bonilla Carrasco, Fernando de Marta y Jesús Alcolea, estando también presentes Tomás Paredes, la Alcaldesa de Villalba, Mariola Vargas, su esposo, familiares y numerosos socios y amigos.

Abrió el acto con una reseña biográfica, la Secretaria General y Secretaria Perpetua de la AEPE, Mª Dolores Barreda Pérez, quien destacó el aspecto humano y personal de la medallada en una semblanza que reproducimos íntegra:

«SOLEDAD FERNÁNDEZ. EL ALMA DE LA PINTURA

Nace en Madrid… da igual en qué fecha porque en realidad estamos hablando de una adolescente…

Y aunque gata de nacimiento, pronto traslada su residencia a Collado Villalba, que es donde tienen la suerte de tenerla como vecina.

Su inquietud por el arte la lleva a estudiar en el taller del pintor de la escuela sevillana José Gutiérrez Valle.

Pero más allá del taller, acude con regularidad al Círculo de Bellas Artes de Madrid, donde me ha contado alguna vez José Gabriel, acudían los artistas a dibujar modelos en vivo, que es sin duda la parte que más ha debido de marcar su trayectoria artística, ya que se adquiere una mano, como decís los pintores, difícilmente posible de lograr sin esa experiencia.

Tímidamente, comienza a presentar obras a certámenes y concursos

En los años 80, en plena movida madrileña, viaja a París, Roma, Londres y Venecia, donde aprende de los clásicos que tanta importancia tienen en su obra.

Y a contracorriente, cuando estaba tan de moda el paisaje urbano hiperrealista, decide dedicarse al cuerpo humano, al desnudo.

Esa decisión, tan acertada ahora que revisamos su obra, fue la que le proporcionó su seña de identidad y el estilo propio por el que hoy en día es reconocida, la que ha hecho de ella una pintora única y excepcional del desnudo femenino.

Pero decíamos que viaja por las capitales artísticas europeas, y este aprendizaje queda plasmado en las primeras exposiciones que realiza, hasta que en 1987 logra exhibir su obra en la Sammer Gallery de Londres, una prestigiosa casa que abrió sus puertas en 1975 y estaba especializada en arte orientalista.

Tras la experiencia británica, llegaron pronto otras muestras en Madrid, Barcelona, Zaragoza, Palma de Mallorca o El Escorial, así como su participación en importantes ferias nacionales e internacionales, como las de Washington, Chicago, Miami, Santander o Valencia.

Ese mismo año, obtiene el Primer Premio de Pintura Extranjera del XXIX Certamen Internacional Grolla d’Oro de Treviso, Venecia.

Dos años más tarde, logra el Primer Premio del VI Certamen del Premio de Pintura Durán.

Soledad tiene obra en importantes museos de Francia, Malta, Cádiz, Huesca y en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, aquí en Madrid.

De ella han escrito importantes críticos de arte, de esos que en realidad hacen crítica y conocen la trayectoria de un artista y sus desvelos e inquietudes, aunque poco puedan decir en realidad de su alma.

Soledad ha pasado muchas, muchísimas horas en el Museo del Prado. Como ella misma confiesa, sus pies siempre la han llevado hacia la obra de Rogier Van der Weyden. Hablamos de El Descendimiento, una pintura que hizo famoso a su autor por el naturalismo de sus detalles y el patetismo expresivo de sus personajes, a quienes logró dar vida e infundir el sufrimiento que tanto nos conmueve hoy en día y que imagino, tanto impresionó también a Soledad.

Y entonces, tuvo una idea brillante y genial: trasladar a la actualidad a aquellos personajes y que esa compasión y dolor que el cuadro transmite, represente el contenido social que cinco siglos después vivimos.

Si presidiera este homenaje algún miembro del gobierno de España, invitado como estaba y de quien no tenemos respuesta, sin duda hablaría del nuevo término que han inventado hace apenas dos semanas, otro nuevo eufemismo que anotar: el dolor social.

Pero no se trata del dolor social al que se refería el gobierno el otro día, sino del dolor de los familiares ante una víctima de accidente de trabajo, algo que por desgracia, aún es común en España y a veces, inevitable y fortuito.

Sin embargo, si el modelo nos estremece, también lo hace la versión de Soledad, que ha sabido reexperimentar las verdades espirituales de Van der Weyden.

Como ella misma cuenta, prepara sus telas personalmente, puesto que sus tramas le permiten conseguir unas texturas y transparencias que también pintan, y partiendo de su herencia clásica, su admiración por el realismo de Velázquez y de los pintores del siglo de oro, ha elegido el cuerpo humano como tema principal, como fuente de inspiración y como lenguaje con el que transmitir tantas y tan intensas emociones.

Sin embargo, sus obras están cargadas a la vez de un fuerte romanticismo, y también de un simbolismo prerrafaelista en el que los personajes se desnudan y donde los ropajes se incorporan como algo ajeno a los mismos, pero a la vez intrínseco y complejo.

La utilización del romanticismo y simbolismo que demuestra, nos presenta siempre una luz increíble en la que hay un dominio total de las sombras, lo que da como resultado, volúmenes, pliegues y ondulaciones imposibles de contener, en estudiadas sesiones que demuestran además, que Soledad es una incansable trabajadora.

Uno de sus temas favoritos es el desnudo femenino, cuya carnalidad afronta con unos colores maravillosos y una frescura traslúcida que los hace únicos por su armonía y sensibilidad.

De estilo delicado, sus mujeres son como ella, rezuman amor y cariño, respiran belleza y reflejan a una mujer hermosa de buenos sentimientos y grandeza de espíritu.

El resultado son obras de tremenda fuerza expresiva y creativa, de gran belleza y de mensaje, que transforma la materia en espíritu, y en las que laten unas pinceladas preciosistas y apasionadas.

Sus mujeres son, como digo, como ella, por eso las desnuda, para que veamos en todo momento su alma, más allá de su cuerpo, repleta de voluptuosidad y de naturalidad a la vez, repleta de belleza y calma, de amor y sosiego.

Soledad es conocida por ser una de las mejores pintoras realistas.

Citando alguna de esas críticas, especialmente elegida puesto que quien la ha hecho es el reconocido crítico Tomás Paredes, también como ahora ella, Medalla de Honor de la Asociación Española de Pintores y Escultores, “¿Qué determina la obra de Soledad Fernández?: la técnica, el concepto, la decisión de ahormar un mundo personal, que respira en sus formas y cromías. Su realismo, antes que representar, presenta, muestra la presencia del misterio y la emoción, aunados por su solercia técnica, por la dimensión que brota en cada pincelada, por la sensación de su impacto”.

La evolución en los temas es algo que la ha llevado a plasmar el cuerpo humano acompañado esta vez de telas de exuberante y vivo colorismo: me refiero a los mantones de Manila, que representa junto a manos de fuerza contenida, en ejercicios de auténtica maestría, ya que estas telas plantean una laboriosidad y dificultad extremas, tanto en hacerlas como en pintarlas.

Y también refleja su calma y sosiego en bodegones, en frutas retorcidas y ajadas muy del gusto de pintores de la escuela madrileña. Membrillos que hasta parece que podemos oler y coger en cuanto se descuide Soledad.

Sus manos, estas que tengo junto a mí ahora, pero también esas que pinta, suponen un lenguaje no verbal que son capaces de expresar los diversos afectos del ánimo y evidencian la estrecha relación entre la mano y la mente, pues la mano expresa lo que la mente piensa y lo que la artista siente, siendo capaz de reflejar la interioridad psíquica.

Pintar una mano es algo muy difícil. Visto como fragmento, tal y como lo utiliza ella, adquiere muchísima importancia, ya que por ella misma y sola, representa un todo.

Es una huella, un signo de identidad humana que remite a la propia artista.

Y a pesar de que se dice que pintar manos es de lo más difícil anatómicamente, yo creo que pintar manos que reflejan una historia, es lo más sublime en el arte.

Citando nuevamente a Tomás Paredes, “pocos han pintado como ella, con pulcritud y ductilidad, papeles envolviendo cuerpos… telas acariciando la figura humana… sabiendo dar calidad y calidez a la carnación, intimidad a las personas, vida a los objetos”…

Soledad está siempre rodeada de cariño, de personas a las que ama y que utiliza como modelos en sus obras. Por eso, las trata también con mucha ternura, y eso, que parece que no cuenta, se refleja en sus pinceladas, amorosas, primorosas y sabias.

Soledad es artista, pero también hija, hermana, madre y abuela. Lo hace todo, y todo bien… bueno, ya sabéis que las mujeres podemos hacer un montón de cosas a la vez…

Soledad es una pintora de versos que difumina con su pintura líricos trazos de belleza. Por eso, quiero terminar esta introducción a su vida y obra, con algunos versos de Eloy Sánchez Rosillo, que dicen así:

Tu obra es patrimonio

de cuantos quieran que les pertenezca.

Pero, además de compartir tan fértil

y tan bella heredad con los que la hacen suya,

yo fui también testigo de tu vida,

y eso sólo unos pocos lo hemos sido.

Ineludible obligación gustosa

y legítimo orgullo

mueven y moverán mi ánimo y mi lengua

al testimonio fiel.

Querida Soledad: como le gusta decir al Presidente, ya eras parte de esta gran familia de socios que componemos los miembros de la Asociación Española de Pintores y Escultores, pero hoy escribes además, una nueva página de honor en nuestra historia, que recordaremos mientras queden artistas que busquen aprender de quienes cultivan la belleza.

Gracias por tu arte, por tu ternura y tu cariño, que es lo que celebramos quienes tenemos el honor de conocerte.

Muchas gracias»

El Presidente dio entonces la palabra a la hermana de Soledad Fernández, que leyó unas notas de la artista, así como algunos pasajes de su autoría.

Tras su intervención, el Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, José Gabriel Astudillo López, exaltó las cualidades de la artista en un discurso que también reproducimos íntegro:

«Soledad Fernández es una gran artista. Pero es además amiga, compañera y maestra, una gran persona que ha logrado superarse en la conquista de la excelencia, haciendo de su trabajo una búsqueda de la belleza, la innovación y la creatividad.

Es quien ha dado esos maravillosos brochazos de color al paisaje, a veces gris, del mundo en que vivimos, haciendo del virtuosismo y de la temática femenina, un espacio exclusivo y especial que nos ha hecho admirar, emocionarnos y sentir muchas y muy variadas emociones y que se resumen en una máxima que es la creación de la belleza.

Este reconocimiento al mérito que hoy otorga la Asociación Española de Pintores y Escultores es también una invitación a detenerse en su biografía ejemplar, en esa parte inmutable de la vida que es la inquietud artística.

No hay más que mirar su rostro para descubrir la suma de facultades, afán y trabajo que representa y que hoy se concentra en esta humilde Sala Eduardo Chicharro.

Con su obra, en definitiva, ha contribuido a hacer de la inmensa familia de artistas que es esta casa, un lugar mejor para vivir y conectar con otros buscadores de belleza y creadores geniales, unidos por el amor común a las bellas artes.

Como bien ha hecho la Secretaria General al perfilar su biografía, porque así lo merecía al hablar de ella y de su obra, asumo el riesgo de que mis palabras no alcancen a reflejar el conjunto de razones por las que hoy le rendimos homenaje con la entrega de esta Medalla de Honor de la AEPE.

Las Bellas Artes requieren el impulso generoso y apasionado de los mecenas y de quienes trabajan en beneficio de la cultura sin esperar nada a cambio. De los museos e instituciones, de la sociedad en su conjunto, pero sobre todas esas cosas, precisan de los creadores, de los artistas que se estudiarán en los siglos futuros y que son los artistas de hoy, a quienes hay que reconocer su genialidad y maestría.

Su creatividad y su inspiración son garantía de que sus obras perdurarán, marcarán tendencias y serán recordadas y admiradas. Por eso distinguimos hoy a Soledad Fernández.

Su pintura es sinónimo de elegancia, de belleza, de distinción y de arte, pero también de tesón y esfuerzo.

Hoy distinguimos con la Medalla de Honor de la AEPE, no solo por las emocionantes obras que ha regalado a los amantes de la pintura durante décadas, sino también por haber sabido sobreponerse a las dificultades de encarar la madurez en este arte ahondando en su talento y redescubriendo su propia personalidad como pintora.

Soledad ha depositado la mayor de sus energías y todo su talento en sus obras, pero también ha puesto su energía en hacer brillar las obras de los demás, en aportar su sensato juicio en desvelar a futuros talentos y en distinguir las buenas obras de arte y el placer de conocerlas.

El impacto sensorial y sentimental de la belleza de sus obras pone de relieve su inmenso amor por la pintura, y el hecho de hacer de la figura femenina su tema predilecto solo nos viene a reafirmar en la especial sensibilidad que tiene su obra, en la fuerza cohesionadora de la misma, en la irrepetible identificación de sus trazos y en la genialidad de sus escenas, ricas en detalles y que al fin y al cabo solo presentan, el alma de la propia artista.

Te llamas Soledad y como puedes ver, no estás sola. Llevas muchos años dejando por ahí tu esencia y tu buen hacer y hoy hemos reunido aquí algunos trocitos nada más, que son los que te dispensamos en estos aplausos, devolviéndote el cariño que a diario nos has dispensado y que hoy recoges como una antítesis a tu nombre en forma de compañerismo.

Te llamas Soledad, pero ya ves que no estás sola, que nunca lo has estado porque has creado tantas obras, tantas mujeres hablando con sus gestos y sus silencios, que en cada nueva creación entablas un fascinante diálogo contigo misma y con el alma que infundes a cada una de ellas, nacida de tu propia alma y de tu propia esencia…

No te voy a llamar bruja Soledad, pero das vida a rostros y a cuerpos y los haces vivir ya por siempre en nuestra retina y eso para mí tiene un nombre: magia. Así que prefiero llamarte encantadora, maga, poeta del pincel, señora de los colores… la bruja del oeste de este Madrid que hoy se rinde a tus pies.

La página que hoy escribimos en la Asociación Española de Pintores y Escultores con la entrega de esta Medalla de Honor a Soledad Fernández, no ocupará la primera plana de ningún diario, pero puedo aseguraros que para esta casa constituye uno de sus capítulos fundamentales.

Su esfuerzo y su talento no caen en saco roto, porque nuestras vidas, como la de ella, entregadas a las Bellas Artes, son una enorme fuente de riqueza y fecundidad, de belleza para toda la sociedad, y además un gran orgullo para todos los socios de esta casa, para los artistas y para los amantes del arte y la cultura de todo el mundo.

Recibe Soledad esta Medalla de Honor y permítenos regocijarnos contigo y compartir tu triunfo y tu arte.

Muchas gracias«.

Tras estas palabras, el Presidente hizo entrega de la Medalla de Honor de la AEPE a Soledad Fernández, así como del Diploma acreditativo de la misma, mientras la concurrencia aplaudía cariñosamente a la artista, visiblemente emocionada, que no pudo evitar que se le empañaran los ojos.

Soledad Fernández también quiso agradecer el honor con palabras sentidas en las que expresó que estaba realmente emocionada y agradecida y que en la AEPE había encontrado una verdadera casa de los artistas en donde la hermandad y el arte van de la mano en el estupendo trabajo que están realizando para toda la sociedad española.

Después, la artista firmó en el Libro de Honor de la AEPE y  una vez realizada la sesión de fotografías obligada, los asistentes pudieron felicitarla de forma personal y compartir una copa de vino español en otra velada inolvidable de la Asociación Española de Pintores y Escultores.

 

Tomás Paredes, Jurado del 60 Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura

La del pasado día 23 de enero de 2025, tuvo lugar la reunión del Jurado del 60 Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura. Una tarde maravillosa en la que se dieron cita amigos de la Asociación Española de Pintores y Escultores, de artistas, de profesionales cuyo criterio se hizo oír en las más de seis horas que duró la sesión, convertida en una lección magistral de arte gracias a sus miembros, que aportaron alegría, experiencia, saber, arte… mucho arte.

Todas y cada una de las más de 300 obras presentadas al certamen tuvieron su momento de gloria, su presencia, su revisión, su debate, su comentario y detalle. Para todas hubo una palabra, un gesto, un reconocimiento al esfuerzo del artista como no podía ser de otra manera.

Y entre descanso y respiro, también hubo tiempo de comentar las impresiones de cada uno de los miembros del Jurado respecto a lo que estaban viendo y sintiendo.

Esto es lo que comentó

Tomás Paredes

Vocal del Jurado

del 60 Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura

Crítico de Arte, Comité de Premios de AICA

Para mí es un honor acudir a este Premio siempre que me convocan, y aunque no es una novedad, porque vengo participando en certámenes de todo tipo desde hace ya muchos años, a este en concreto le tengo un afecto muy especial, ya que es un certamen muy importante en el mundo del arte. El trabajo de los artistas ha sido bueno y los resultados nos van a mostrar lo que se está haciendo en la actualidad en la pintura y la escultura.

60 PREMIO REINA SOFIA DE PINTURA Y ESCULTURA

de la Asociación Española de Pintores y Escultores

con la colaboración de GOOGLE

Inauguración: 27 de febrero de 2025, 19 h. ENTRADA LIBRE

Fallo y entrega del Premio, presidido por S.M. la Reina Doña Sofía:

17 de marzo de 2025, 19 h. SOLO CON INVITACIÓN

27 de febrero a 23 de marzo de 2025

Casa de Vacas

Parque del Buen Retiro de Madrid

Pº de Colombia, 1. 28009 Madrid

De lunes a domingo, de 10 a 21 h.

Metro: Retiro (Línea 2)

Bus: 2, 20, 28

BICIMAD: Estación 102 (C/ Alcalá, 95) y Estación 60 (Plza. Independencia, 6)

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