Obras, artistas, socios, pequeñas historias…
Por Mª Dolores Barreda Pérez
Hermenegildo Anglada Camarasa
ANGLADA CAMARASA, Hermenegildo P 1911 (F) 11.set.1872 POLLENSA PARIS/BARCELONA 7.jul.1959
Socio Fundador
Retrato de Anglada-Camarasa obra de Gamonal, publicado en La Esfera, el 8/7/1916
Hermenegildo Anglada Camarasa nació el 11 de septiembre de 1871 en Barcelona.
Hijo de un pintor-decorador de carruajes que murió cuando el futuro artista sólo tenía siete años, su hogar estuvo en constante debate entre los que querían impedir que el niño siguiera una incipiente vocación pictórica y los que le alentaban.
Con vocación artística muy temprana, estudió pintura con José Planella y Tomás Moragas primero y con Modesto Urgell después, en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona.
Sus huidas de la incomprensión familiar, especialmente la de su madre, le llevaron a menudo a retirarse al bosque, especialmente desde 1888 a la localidad de Arbucias, en la comarca gerundense de La Selva, pintando paisajes y participando activamente en las veladas promovidas por el escritor, periodista y político Víctor Balaguer, autodenominado “El trovador de Montserrat”.
En 1894 realizó su primera exposición individual en la Sala Parés de Barcelona.
Al comenzar el siglo XX estableció su residencia y abre estudio en París, asistiendo a la Academie Julian, con el maestro René Prinet. Son años de estudio y preparación que aprovecha intensamente con el maestro Jean-Paul Laurens y Benjamin Constant.
Además, estudió en la Academie Colarossi, una escuela de arte fundada por el escultor italiano Filippo Colarossi, que estaba situada en 10 rue de la Grande-Chaumière en París.
Creada en el siglo xix como una alternativa a la escuela oficial, la Ecole des Beaux Arts, que, a los ojos de muchos prometedores jóvenes artistas de la época, se había vuelto demasiado conservadora, fue junto con la Academie Julian las únicas que aceptaban estudiantes femeninas y les permitían dibujar modelos de desnudo masculino.
Descubrió los espectáculos y cafés del París nocturno como tema entonces preferente de su obra; los traducía con un criterio cercano a la estética de los Nabis —formados como él en la Académie Julian—, primando la luz y un color suave, difuso e irisado, muy por encima del trazo y de la forma, personal aportación suya al posimpresionismo internacional.
Distintas fotografías del pintor
Su nueva exposición individual en Barcelona, en la Sala Parés, de 1900, fue muy importante para él, para el Modernismo catalán y de rebote para la renovación pictórica general: tuvo por fin un éxito en casa, y la exposición supuso un gran impacto. Santiago Rusiñol le compró dos pequeñas pinturas y el joven Pablo Picasso, dio su giro definitivo hacia posiciones artísticas innovadoras precisamente tras ver esta singular exposición barcelonesa.
En 1901 participó en la Exposición Internacional de Dresde, coincidiendo con los también socios de la AEPE Ignacio Zuloaga y Francisco Iturrino, obteniendo renombre mundial con sus obras.
En 1904 una estancia en Bretaña reaviva momentáneamente su antigua tendencia al paisajismo, pero es a raíz de un breve viaje estival a Valencia el mismo año que se produjo una novedad importante en su obra: Anglada sintetizó en su arte influencias del decorativismo del folclore valenciano, tratado más como explosión de color que como anecdotismo folclórico, sin dejar tampoco los temas gitanos.
El 4 de marzo de 1905 contrajo matrimonio con la pintora francesa Isabelle Beaubois, a la que conocía desde 1899 y con la que estudió en la Academia Julian, que ayudó al artista español cuando éste pasaba sus peores momentos económicos, poco antes de lograr su éxito mundial.
Granadina
Los padrinos de su boda serían el pintor y maestro René Prinet y el pintor Louis Girardot, además de los hermanos René Marie (pintor y compositor) y del también pintor Carlos de Avezac de Castéra, éstos últimos serían los primeros coleccionistas de la obra de Anglada Camarasa.
Se desconocen las circunstancias de la ruptura de la pareja. Después, cuando Isabelle se unió
con el compositor y pianista Enrique Montoriol Tarrés, cuñado del dramaturgo Josep Pous i Pagès, continuó discretamente su carrera pictórica, de la que sólo han quedado escasas referencias.
Isabelle pasó el invierno de 1913-14 en Barcelona, pintando, obras que estaban destinadas a París, donde entre 1907 y 1927 participó en los Salones de Automne, de la Societé Nationale, de los Independents y en el de Artistes Françaises. El crítico Romano Jori las pudo ver en privado, e hizo un gran elogio, aunque subrayó que eran españoladas e insistió varias veces en que se trataba de obras que parecían hechas por un hombre. Las tres reproducciones que Jori publicó acompañando su artículo, permiten ver un tratamiento fuerte de los temas gitanos que recuerdan a los que Anglada hacía unos años antes.
En esa época Isabelle participó, como en mínimo un par de veces, en exposiciones de arte barcelonesas, como en la VI Internacional de Arte de 1911 y la de Arte Francés de 1917, sin que quede constancia de que hubiera expuesto antes, en los años de su matrimonio con Anglada. En esa época, ya firmaba como Isabel Beaubois-Montoriol.
Paisaje con casa
Andares gitanos
Regresando a Hermenegildo, en 1907 obtiene la Medalla de Oro de la Bienal de Venecia y en 1910, la Medalla de Oro de la Bienal de Buenos Aires.
Aparte de su obra, Anglada tuvo en París una constante actividad didáctica, con alumnos luego tan destacados como María Blanchard, Amadeu de Sousa Cardoso o Charles Ginner. Con todo, hasta 1914 sus exposiciones en toda Europa e incluso en América continuaron ininterrumpidamente: Múnich, Venecia (VI, VII y XI Bienales), París (Salon National, d’Automne y des Orientalistes), Barcelona, Berlín, Bruselas, Londres, Zúrich, Buenos Aires, donde obtuvo el Gran Premio en 1910, Roma, Gran Premio 1911, Praga y Moscú. El citado Gran Premio de Roma lo tuvo que compartir con otros artistas, entre los que estaban Klimt, Hammershoi, Mestrovic, Mancini, Zorn y Zuloaga, lo que irritó profundamente a Anglada que había sido el artista más votado por el jurado.
Sus estancias en la isla de Mallorca de Anglada Camarasa se hicieron cada vez más frecuentes gracias a su amistad con la rica terrateniente Simone Martini, con la que mantuvo una relación formal.
Almendros
La singularidad de su trabajo se reforzó a partir de 1913 cuando estableció allí su residencia, hasta donde le acompañó su aventajado discípulo Tito Cittadini, y fue seguido por el pintor mallorquín Joan Fuester Bonnin. En 1916 se fundaba la Escuela de Pollensa.
Mallorca se había convertía en una especie de colonia de artistas para el paisaje mallorquín y para España ya que acuden multitud de artistas a instalarse para pintar su paisaje.
Quizás uno de factores que hace que Mallorca se convierta en una colonia de artistas sea la llegada en el siglo XIX de George Sand y Fréderíc Chopin que se instalan en la Cartuja de Valldemosa.
Gitana con niña
En este lugar como es conocido, George Sand escribe “Un invierno en Mallorca” relatando su estancia allí. Durante la etapa del Modernismo y el último tercio del siglo XIX empiezan a llegar artistas como Santiago Rusiñol que fue un referente junto a otros artistas trabajando el paisaje de la isla.
Republicano convencido y masón, en 1914 viajará a Moscú, donde contactará con la intelectualidad de la época, siendo admirado por el escritor Máximo Gorki y el director teatral Vsévolod Meyerhold, hasta el punto de que el segundo, realizó en San Petersburgo una escenografía basada en la obra del pintor catalán.
En 1916 mantenía su domicilio en España, en la calle Provenza, 185, 2º, 1ª de Barcelona.
A iniciativa de la AEPE, en 1916 realizó una exposición en el Palacio del Retiro de Madrid de sus obras más representativas.
Los enamorados de Jaca
En 1917 formó parte de la Junta ejecutiva encargada de organizar la Exposición Nacional de Bellas Artes de ese año, junto a los socios de la AEPE Álvarez de Sotomayor, Manuel Benedito, Eduardo Chicharro, López Mezquita, Anselmo Miguel Nieto, Joaquín Mir, Mongrell, Pinazo Martínez, Rodríguez Acosta, Romero de Torres, Verger, Zaragoza, Zubiaurre y Zuloaga, entre otros.
Entre 1924 y 1936 expuso en Pittsburgh, Washington, Nueva York, Chicago, Des Moines, Los Ángeles, Dallas, Filadelfia, San Diego, St. Louis, Boston, Cleveland y Providence, así como en Buenos Aires, Barcelona (Exposición Internacional de 1929), Londres (1930, donde apareció una gran monografía sobre su figura) y Liverpool.
En 1931 Hermenegildo contrajo matrimonio con su sobrina-nieta Beatriz Huelin Rocamora, treinta años menor que él y la única que le dio descendencia.
La duquesa de Dúrcal
Torero
El matrimonio tuvo dos hijos, un pequeño que falleció en plena guerra civil y minó considerablemente la saludo de su madre, y Beatriz.
Cuando estalla la guerra civil, sorprende a su familia en la ciudad de Barcelona, donde su padre se encontraba exponiendo sus últimas obras.
El gobierno republicano lo utilizó como elemento disuasorio y dada la importancia del personaje en aquella época y dado que era considerado dentro de la izquierda como todo un referente, hablaron con él y se decidió que fuera a vivir al Monasterio de Santa María de Montserrat durante un periodo de casi dos años.
Allí pintó muchos cuadros y algunos de ellos resaltando un onirismo propio de algunas de sus obras de paisaje más destacadas.
Dada su afinidad con la izquierda española, la familia se trasladó más tarde a la ciudad francesa de Pougues-les-Eaux, donde son acogidos por el amigo y compañero, el artista Carlos Baca-Flor.
Vivieron después en un hotel, con la intención de viajar con destino a los Estados Unidos, donde su padre tenía importantes amistades y coleccionistas.
Interior de un café-concert
Sin embargo, el estallido de la Segunda Guerra Mundial trunca sus planes, permaneciendo en la ciudad francesa hasta 1947, cuando la familia regresa a Port Pollensa, en Palma de Mallorca.
Allí retomará su temática de paisaje. Enamorado de la naturaleza, compró unos terrenos y una casita de pescadores, una finca llamada “El pinaret”, donde cultivaba su huerto y se ocupaba de sus flores, viviendo una etapa de felicidad tardía en la que ya apenas pintaba debido a su avanzada edad.
Realizó entonces algunas exposiciones importantes en Barcelona (sobre todo las de 1948, 1952 y 1955), Palma de Mallorca, Pittsburgh (1950), Buenos Aires (1955), y expuso por primera vez en la Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid, en 1954 fuera de concurso, donde fue colmado de honores oficiales (Gran Cruz de Alfonso X el Sabio, Académico de Honor de San Fernando yel Premio Juan March.
Falleció el 7 de julio de 1959 en Puerto de Pollensa, Mallorca.
Hacia 1960 y tras el fallecimiento de su padre, su única hija Beatriz, junto a su madre y su marido, comienza a idear la realización de un museo en memoria de Hermenegildo Anglada Camarasa, en el que poder reunir sus trabajos y mostrarlos al público, ayudando a la difusión de su arte.
Baile gitano
La novia de Benimamet
De esta manera, en 1967 nacerá el Museo Anglada Camarasa, en el Port de Pollenca.
En 1988 la Fundación La Caixa adquirirá este fondo museístico para exhibirlo junto a su exposición permanente en el Gran Hotel de Palma.
Beatriz tiene ya continuadora en la labor de investigación y catalogación de la ingente obra de Hermenegildo Anglada-Camarasa. Se trata de su nieta, Silvia Pizarro.
Conocido por la utilización de un cromatismo singularmente mágico, fugaz y efímero, Camarasa hará de la figura femenina y el paisaje los principales motivos de su repertorio artístico.
Su característica obra diferenciada por el uso de colores saturados y texturas etéreas parecían formar paisajes de ensueño y figuras inmateriales que mostraban sutilmente la irracionalidad del contexto que le tocó vivir.
La huerta de Pollenca
Isabelle Beaubois por Carlos Baca-Flor
El Llegada de la romería del arroz
Influenciado durante su estancia en París por Toulousse Lautrec y la representación del espectáculo, por la aplicación del color al modo de Degas y la representación de la figura femenina como hizo Gustav Dlimt, Camarasa creó una pintura muy particular con la que se distinguió de los demás artistas de su época, una pintura que también incluyó una parte del bagaje artístico que adquirió frecuentando los círculos de artistas hispanohablantes.
Su obra alcanzó la fama internacional a través de diversas exposiciones que realizó por toda Europa, siendo uno de los artistas que representaría la vida al más estilo baudelairiano, o lo que algunos han llamado la «efervescencia finisecular».
Gran parte de su obra está adscrita al modernismo y, en lo concerniente a tal estilo artístico, los valores cromáticos quedan en ella supeditados a lo suntuario y ornamental, con abundancia de motivos orientalizantes, un tratamiento artificioso de la luz y densos empastes.
Isabelle Beaubois
La gitana de las granadas
Sevillana
Sonia de Klamery de pie
Hermenegildo Anglada Camarasa y la AEPE
Ingresó en la AEPE como Socio Fundador en octubre de 1911, teniendo su domicilio en París, 9 rue Ganneron.
El 11 de abril de 1912 se eligieron los Jurados para las diversas secciones de la Exposición Nacional de 1914. Los expositores votaron como jurado en la sección de escultura a Hermán Anglada, que obtuvo 5 votos. Sin embargo, no consiguió el número suficiente y finalmente no fue designado como jurado, pero sí como sustituto del jurado en tercer lugar.
En la Junta Directiva del 30 de junio de 1915 se decidió dirigir una carta al Socio Fundador Anglada-Camarasa “proponiéndole traiga a Madrid las obras que tiene reunidas en el Palacio de Bellas Artes de Barcelona, para ser expuestas en esta corte, haciéndole presente que la Asociación se encargará incluso de la organización de dicha exposición”.
En la Gaceta de Bellas Artes del 15 de junio de 1916 se da cuenta de que “La Asociación de Pintores y Escultores se dirigió el año último al pintor Anglada, en ocasión de hallarse éste de celebrando una exposición de sus obras en Barcelona, para rogarle viniese a Madrid a repetir aquella exposición y ofreciendo su modesto concurso para la realización de la misma. Después de algunas negociaciones que el pintor ha tenido que realizar para poder exponer muchas telas que no son ya de su propiedad, ofrece ahora un conjunto de 34 cuadros de diversos tamaños entre ellos uno de seis metros por seis, otro de cinco por cinco, tres por dos, etcétera, hasta los de dos por uno y medio metros. El Círculo de Bellas artes y la Asociación patrocinan esta Exposición Anglada, que se instalará en seis salones del Palacio de Bellas Artes del Retiro y habrá de inaugurarse del 20 al 25 del corriente. Hace mucho tiempo que hay grandes deseos de conocer la obra del pintor catalán, cuya firma se cotiza tan alta en el mercado mundial y cuyos grandes prestigios son motivo de legítimo orgullo para los españoles”.
En la Gaceta del 1 de julio de 1916, la portada informa de la reunión de la Junta Directiva del 15 de junio, en la que el Secretario informa de haberse recibido una carta del pintor Anglada Camarasa, con la que el artista contesta, reproduciendo íntegramente la carta, que dice así: “Sr. D. José Mª López Mezquita. Madrid. Distinguido amigo y compañero: Correspondiendo a la solicitud que en nombre propio y como presidente de la Asociación de Pintores y Escultores de Madrid, me dirigió para que les remitiera mis obras para una exposición en esa capital, me cabe el placer de comunicarle que desde este momento quedan aquellas a su disposición para que puedan realizar su idea, que en tan alto grado me honra. No contesté antes a la petición que me dirigió usted en nombre de la selecta entidad de su digna presidencia, porque aguardé poderles complacer de un modo definitivo a su deseo. Para ello he tenido que combinar fechas con otras entidades artísticas americanas que, igualmente solicitaban mi obra. Sirvales esto de explicación para perdonarme el involuntario retraso. Quedan, pues, libres durante todo el mes de junio las obras que expuse en el Palacio de Bellas artes de Barcelona, cedido por el excelentísimo Ayuntamiento de mi ciudad natal. Más tarde, me sería probablemente imposible realizar en Madrid esa exposición, que yo mismo ansío con tanto agrado. El conjunto de obras que tengo ahora disponible representa lo más seleccionado de mi labor en los doce últimos años, y pasada esta oportunidad sería muy difícil poder reunir un número de ellas representativo de mi arte. Ustedes verán pues, si hayan modo de realizar el propósito cuanto les agradezco su solicitud y cuanto practiquen para llevarla a término. A usted más especialmente, me es grato testimoniarle mi agradecimiento, aprovechando esta oportunidad para hacerlo y para reiterarle mi amistad y consideración más distinguida. Le estrecha la mano su atento servidor, H. Anglada Camarasa”.
Como la AEPE no tenía medios materiales para llevar a cabo la muestra, acordó dirigirse al Círculo de Bellas Artes, solicitando su apoyo, al Ministro de Instrucción pública y Bellas Artes y al director general del ramo para la concesión del Palacio del Retiro.
La contestación positiva del Círculo de Bellas Artes hizo posible que por iniciativa de la AEPE el día 26 de junio de 1916 se inaugurara la exposición Anglada Camarasa en el Palacio del Retiro. Una muestra de 29 cuadros y tres grandes dibujos, incluyendo cuatro grandes lienzos: Valencia, El tango de la corona, Los enamorados de Jaca y Aldeanos de Gandía.
Con el número del 15 de octubre de 1916 de la Gaceta de Bellas Artes, los socios de la AEPE recibieron los folletos de las conferencias dadas en la Exposición por José Francés y Federico García Sanchiz.
Puesta de Sol – La Fortaleza
Paisaje
Los ópalos
Sonia de Klamery echada
Gruta en el fondo del mar
Paisaje de montaña, Pollenca
Pinos en Formentor
Monasterio de Montserrat
Girasoles
Novia valenciana
Entre las rosas
El tango de la corona