Las Medallas de la AEPE: Marceliano Santa María Sedano

Por Mª Dolores Barreda Pérez

Después de ver cómo y cuándo nació la Medalla de la Asociación de Pintores y Escultores, vamos a seguir conociendo más acerca de los galardones en los que se otorga actualmente, con sus correspondientes denominaciones. 

Medalla de Dibujo “Marceliano Santa María Sedano”

del Salón de Dibujo, Grabado e Ilustración

En el año 2016 la Asociación Española de Pintores y Escultores convocó por vez primera el Salón de Dibujo de la AEPE, que constituyó un rotundo éxito.

Con este Salón, buscamos que sea a través del lenguaje universal que representa el dibujo, una de las formas de engrandecer la manifestación artística de la pintura, mediante la eclosión de una técnica de representación elevada, base de toda la creación plástica, en una exposición de obras seleccionadas, siguiendo estrictos criterios de calidad y excelencia.

Además del dibujo, el grabado ha sido también una técnica muy utilizada por los artistas, que estamos intentando recuperar y elevar al nivel que merece. Y lo mismo ocurre con la ilustración, mermada drásticamente de cualquier presencia expositiva, que debe ocupar su espacio y que nos gustaría dignificar.

El Salón del Dibujo, Grabado e Ilustración de la AEPE, constituye pues una cita grandiosa, una excelente oportunidad de presentar el talento y la calidad de todos los artistas y cuenta con dos premios instituidos especialmente para honrar a los fundadores de la centenaria entidad y para terminar de reconocer la importancia que esta cita tiene en el calendario expositivo de la entidad.

En 2017 y gracias a la propuesta que realizara el Presidente de la AEPE, José Gabriel Astudillo, bajo el título de “La plenitud de los nombres”, se acordaba la reorganización de los premios y galardones que otorgaba la institución en los distintos certámenes y concursos habituales. En el caso del Salón del Dibujo, Grabado e Ilustración, y como en el resto de las ocasiones con el ánimo de honrar la memoria de los fundadores de la AEPE, se instituyeron los siguientes premios: La Medalla de Dibujo Marceliano Santamaría Sedano, la Medalla de Grabado Francisco Esteve Botey y la Medalla de Ilustración Eulogio Varela Sartorio.

MARCELIANO SANTA MARIA SEDANO

SANTAMARIA SEDANO, Marceliano  P   1923  18.jun.1866   BURGOS   MADRID  12.10.1952

Presidente de la Asociación de Pintores y Escultores

Director de la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos

El año 2021 se cumplen 155 años de su nacimiento

Autorretrato

El pintor, academicista e impresionista Marceliano Santa María Sedano o Marceliano Santamaría y Sedano como también lo escriben distintos medios, nació en Burgos, el 18 de junio de 1866, en el seno de una familia artesana dedicada a la platería.

Con su padre, Luciano, aprendió los oficios de platero, oribe (el trabajo con oro) y joyero, y básicamente a dibujar, a fuerza de diseñar cálices y custodias, construyendo candelabros y martillando bandejas.

Es en el taller donde adquiere una sólida formación estética y espiritual que le acompañaría de por vida, en la ciudad sonora del pasado, en el taller de orfebrería religiosa y repartida entre libros y pinceles. Este sedimento romántico saldrá siempre a la superficie en sus obras y en su vida personal, que reflejará la emoción y el alma del artista.

Alternó los estudios de bachiller, que terminó en Palencia, con los artísticos de la Academia de Dibujo, situada en la antigua sede del Consulado del Mar de Burgos, donde impartían clases los maestros Isidro Gil Gavilondo y Evaristo Barrio.

En compañía de su tío Ángel Sedano Espiga, canónigo de la Catedral, se trasladó a Madrid, en 1885, con el deseo de asistir a las clases del Círculo de Bellas Artes y a la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando.

Apenas llegado a Madrid, un trágico accidente puso en gravísimo peligro su vida. En la calle de San Bernardo le atropello un tranvía, destrozándole la mandíbula inferior y parte del cuello. Sacado de entre las ruedas y conducido a su domicilio, después de la primera cura en la Casa de Socorro, tardó más de diez meses en triunfar su robusta naturaleza contra la muerte. 

Entró después como aprendiz al estudio del pintor Manuel Domínguez Sánchez, teniendo como compañeros a los artistas Fernando Álvarez de Sotomayor y Eduardo Chicharro Agüera, ambos fundadores de la Asociación de Pintores y Escultores y además, Presidentes, como él mismo luego, de la misma, llegando el uno a Director del Museo del Prado y a Director de la Academia Española de Roma el otro.

En 1885 obtuvo el Segundo Premio en la Exposición de Bellas Artes de Burgos con un estudio de paisaje, después de haber realizado diversos trabajos de ilustraciones.

En el campo

Logró el Primer Premio al año siguiente y tras la concesión de la Tercera Medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1890, fue becado por la Diputación Provincial de Burgos para ampliar estudios en Italia, fijando su residencia en Roma durante cinco años, compartiendo pinceles con Rafael Romero de Torres, con Mateo Inurria, con artistas que como él, ansiaban la gloria y rezumaban un intenso amor al arte.

Fue allí donde pintó el famoso lienzo El triunfo de la Santa Cruz en las Navas de Tolosa, en el que ha sabido conservar como tantas otras obras del maestro, hitos de los momentos evolutivos de su arte, y del que la crítica italiana destacó que era “miltoniano de concepto y miguelangesco de ejecución”. Todo en él es arrogante y gigantesco: cerca de 6 metros por cinco, la composición, el episodio que conmemora, la técnica segura, la frescura del trazo, la espontaneidad de la ejecución…

Paisaje castellano

Pintado en pleno verano, el terrible calor húmedo de Roma se lo puso difícil al maestro, que se encerró con el cadáver de un enorme caballo blanco, recién muerto, y tres negros vivientes y sudorosos. La descomposición del equino y la exudación, causaban una atmósfera nauseabunda que el artista venció, pese a los desvanecimientos, contando el autor en entrevistas posteriores, que perdió parcialmente el sentido del olfato de buenos olores, conservando de forma pertinaz el de los repugnantes, lo que nos da idea de su concepto realista de la pintura.

El triunfo de la Santa Cruz en las Navas de Tolosa

En 1895 vuelve a España para afincarse en Burgos, donde el Ayuntamiento de Burgos le requiere para pintar cuadros, murales y techos.

A partir de 1900 se dedica a la enseñanza en Burgos y crea una famosa escuela de pintores que siguieron con su estilo; además, el pintor realizó numerosos retratos reales, retratos de aristócratas y burgueses locales. No obstante, el sobrenombre de «Pintor de Castilla» le viene por sus innumerables paisajes, de una sensibilidad cercana a la mostrada en literatura por la generación del 98, que consideraba Castilla y sus paisajes como médula de España.

Ya en Madrid, inició nueva etapa artística que incluyó también una intensa dedicación pedagógica, ejerciendo la docencia en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos.

Sol de verano

La Medalla de Primera Clase la ganó en la Exposición Nacional de 1910 con Angélica y Medoro. Destaca su colaboración en muchos concursos y escritos en publicaciones de la época (Blanco y Negro, Revista Moderna, La Ilustración Española y Americana, Boletín de la Real Academia de San Fernando, Caras y Caretas, etc.).

Angélica y Medoro

En 1912 fue elegido miembro de la Real Academia de San Fernando a los cuarenta y seis años de edad.

En diciembre de 1914 falleció su madre.

Vivía Marceliano con su hermana Carmen, viuda de Teodoro Boneta y Osés, Mayor de Intendencia Militar, hasta que se casó con Carmen Arán, aunque en algunos inventarios figura como Orán, si bien el chalet donde vivía era “Villa Arán”, y los familiares mantienen el apellido Arán.

La fama del pintor fue extendiendo la enorme popularidad adquirida hasta que en 1914 apareció, en las columnas de La Esfera, el primer comentario del que fuera su principal cronista Silvio Lago, seudónimo de José Francés, además de otras muchas críticas que evidencian la estima hacia el pintor de ilustres personajes de la época, como Valle-Inclán, Azorín, Camón Aznar, fray Justo Pérez de Urbel, Armiñán, Sánchez Camargo, Cossío, de la Fuente, etc.

El río

Representó a la Academia de San Fernando en el Primer Congreso Nacional de Bellas Artes, en 1918, que fue organizado por la Asociación de Pintores y Escultores, perteneciendo al Comité Ejecutivo del Congreso.

Desempeñó entre otros, los cargos de Presidente de la Asociación de Pintores y Escultores, Presidente de Honor del Círculo de Bellas Artes y Académico correspondiente en diversas Academias nacionales y extranjeras.

Retrató a innumerables personajes de la época como Echegaray, Eduardo Dato, Primo de Rivera, Franco y pintó en veintiséis ocasiones al Rey Alfonso XIII, la primera de ellas cuando aún no había sido proclamado Monarca de España, y en otras varias a su esposa, la Reina Doña Victoria Eugenia.

Programa de mano de la exposición de Burgos de 1923

En 1919 participó en una exposición hispano-francesa de Zaragoza junto a Beruete, Regoyos, Francisco Domingo, Picasso, Arteta, Vázquez Díaz, Gargallo, Bonnard, Vlaminck y otros. Era por entonces presidente de la sección de pintura del Círculo de Bellas Artes de Madrid.

Pasaba las vacaciones en su ciudad natal, dedicando gran parte de la actividad a pintar el paisaje burgalés, ganándose el apelativo de “Pintor de Castilla”, como hasta hoy se le conoce.

El Ayuntamiento organizó una exposición individual en 1923 y acordó nombrarlo Hijo Predilecto de Burgos el año siguiente, entregándoselo junto a la Gran Cruz de Isabel la Católica, solicitada previamente por el Concejo.

La Ilustración Española y Americana de 1913

Premiado en numerosísimas ocasiones, fue condecorado con la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio, la Gran Cruz de Leopoldo II de Bélgica, el título de caballero de la Legión de Honor, la Medalla de Oro de la Cruz Roja Española, la Medalla del Trabajo, entre otros honores, como el de caballero del Santísimo y Santiago de Burgos.

En 1934 fue nombrado Director de la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos, cargo que ocupó hasta su jubilación.

En este año, recibe la Medalla de Honor en la Nacional de Bellas Artes, lo que supone su definitiva consagración en el mundo de la pintura.

Durante la Guerra Civil, su salud empeora y tiene que ingeniar soluciones para poder pintar, ya que le era imposible comprar los instrumentos necesarios. Tras la contienda, continuó su actividad con mucha menos intensidad. En esta época recibió la Medalla de Oro Extraordinaria del Círculo de Bellas Artes en 1943, y también se convirtió en mentor, protector y benefactor de jóvenes artistas.

Rebaño

Gracias a su mediación, en agosto de 1944 el Ayuntamiento de Burgos cedió el Palacio de la Audiencia de Burgos, a la Asociación Nacional de Pintores y Escultores para llevar a cabo una muestra cuyos protagonistas fueron los burgaleses Marcela Escolano, que presentó doce obras, en su mayoría paisajes, y Pablo Remacha, en la especialidad de forjado. Fue una gran innovación el coprotagonismo del género femenino en la muestra, siendo Marcela Escolano la única mujer que triunfó dentro del panorama de la pintura burgalesa en la época.

En Burgos logró ser profeta en su tierra, con una estima popular tan importante, que la corporación municipal acordó concederle la Medalla de Oro de Burgos en 1946.

Busto del artista en el Paseo del Espolón de Burgos

En 1948 el Gobierno Civil, la Diputación Provincial y el Ayuntamiento de Burgos patrocinaron una exposición individual en el Teatro Principal de Burgos, que también dedicó al pintor de Castilla un museo, instalado en el antiguo Monasterio de San Juan y el salón o andén central del paseo del Espolón, que está presidido por su busto.

Programa de mano del homenaje del Club Rotary

Además de pintor, Marceliano Santa María fue ilustrador, director artístico de empresas dedicadas a las artes industriales, proyectista de obras de orfebrería, alfombras y vidrieras, jurado casi sin cesar y promotor de exposiciones; es decir, uno de los prohombres que tuvieron en sus manos un magnífico tanto por ciento de la actividad artística española de la época.

Programa de la exposición en las Galerías Layetanas de Barcelona de 1935

Y si por todo ello no fuera suficiente, podía haber ejercido perfectamente la escultura, que también practicaba con acierto; dio conferencias; se entregó a la enseñanza; estimuló vocaciones mediante el magisterio artístico, incluso negándose legítimos ocios de jubilado. Y escribió un muy considerable puñado de artículos y discursos académicos, donde se evidencian sus inquietudes culturales y su insobornable pasión por Burgos y por Castilla.

Fotografía aparecida en La Esfera, en 1914

Silvio Lago, el crítico, y José Francés, el amigo, escribían así acerca de su figura:

…”el maestro alcanzó gloria pronto en el arte de retratar gentes, componer humanas escenas y evocar aventuras y poemáticos idealismos… y se dio a amar por entero la contemplación y relato de su tierra nativa y a mantener ferviente la nostalgia de la figura del Cid…

…murió en plena dedicación de lo que constituyera la ilusión y la actividad infinita de toda su vida: el arte….

…cada verano, Santa María volvía a su tierra, lo que se traducía en una serie, sin cesar renovada, de visiones frescas, fragantes, plenas de claro optimismo, felizmente opuestas a la tendencia monocroma que suele oscurecer el arte de los pintores en su máxima senectud….

… artista dotado de una inmarchitable ingenuidad, de una casi infantil ufanía… la sensatez noble, el equilibrio reflexivo y, sobre todo, su infinita bondad y tolerancia… su obra estuvo saturada de cultura literaria, de apasionado conocimiento de la historia de la patria…

… entre el Triunfo de la Santa Cruz y Angélica y Medoro, se suceden veinte años de una renovación estética constante, de un permanente anhelo de perfecciones sensoriales y espiritualismos cada vez más sensibles, hasta llegar a la depurada quintaesencia de su arte, donde la verdad y el ensueño se fundían en unas creaciones que heredaban legítimas la aúrea atmósfera y voluptuosa complacencia cromática de los venecianos…

… Marceliano rinde tributo a su época. Está siempre en la vanguardia y compite con los maestros coetáneos. Así, no solamente puede estudiarse a lo largo de la dilatada obra de Santa María su propia personalidad, sino hallar como un resumen de las diversas tendencias que han agitado la pintura española durante el último período del siglo XIX y los primeros del XX.

… aborda y triunfa en todos los géneros:

El lienzo histórico: Triunfo de la Santa Cruz, Las hijas del Cid, Se va ensanchando Castilla …

El cuadro simbolista: El mar dará sus muertos (La Resurrección de la carne)…

La pintura decorativa: techos del Ayuntamiento de Burgos y del Palacio de Justicia de Madrid… El cuadro anecdótico y costumbrista: ¿Será difteria?, A la Epístola…

Los cuadros de tendencia social y melodramática…

El cuadro al gusto finisecular: Entierro de una niña, A mejorar la raza burguesa. …

Los temas religiosos: Santa Teresa, El Buen Pastor, Santa Casilda, San Benito, Las Animas, La Santísima Trinidad…

El cuadro de tema rural, de concepto reciamente naturalista: El esquileo…

… pero predominan en su obra los temas cidianos, reflejados con un esplendor cromático propio de Tiziano, composición robusta, sobria de tonos, enérgica de trazo, con la obsesión de enaltecer lo supremo de la pintura y la personificación de la misma y la lealtad castellanas.

… Sus paisajes rurales son obras con un aparente aspecto de grandes bocetos de impresionistas y fugaces interpretaciones, donde predominan las gamas claras, azules, transparentes, rosadas lejanías, verdores jugosos y la canción del agua en regatos y arroyos, o majestades fluviales. Son obras que siempre interpretó del natural y jamás reinterpretó en el interior de un estudio.

… Pasó la guerra civil en Madrid, con angustia e inquietud, pero con la alegría inesperada de recibir un sobre franqueado en la zona nacional, con un sello en el que se reproducía su cuadro “Se va ensanchando Castilla” y que constituía un homenaje al arte del pintor. 

… Marceliano Santa María es robusto, musculoso, bien plantado, con los hombros anchos de un guerrero de castellana historia … Y es, al mismo tiempo, sencillo, parco y sentimental, como un pastor de égloga o un oteador de horizontes en el ingente silencio de las cumbres…

… He sido testigo tembloroso, apenado, de los últimos momentos de Marceliano Santa María y puedo decir que la última impresión vital que se llevó al otro mundo fue la de una infinita alegría, al decirle yo —el amigo y el crítico tan leal a él— que su cuadro Ya se van los pastores a la Extremadura y el boceto del retrato de su sobrina con el hijo, niño, me parecían admirables. Fue esta idea la postrera de su pensamiento….  

Paraje con pinos

Marceliano falleció a las dos de la tarde víctima de una bronco-neumonía, en su casa estudio de la calle Abel, 17, cuando contaba con 86 años. Cuatro días antes, seguía pintando su cuadro “Ya se van los pastores a la Extremadura”, aquejado de un fuerte catarro que degeneró pero que le mantuvo en pleno uso de sus facultades.

En el momento de su muerte se encontraban con él su sobrino, Juan Antonio Arán Martínez de Setién Santa María (al que había adoptado como hijo propio al carecer de descendencia) y el crítico y amigo Juan Francés.

Retrato de Carmen Orán, esposa del pintor

Fue enterrado en la Sacramental de la Almudena, junto a su esposa Carmen Arán.

Junto a su hijo adoptivo

Marceliano Santa María y la AEPE

* En el XII Salón de Otoño de 1932:  Aparece inscrito como Santa María, (D. Marceliano). Reside en Madrid, Abel, 11. Sala V Pintura:

21.- “Un páramo” (óleo, 0,76 x 0,90

22.- “Aldea solitaria” (óleo), 0,90 x 0,97

* En el XIII Salón de Otoño de 1933, el maestro contó con una Sala propia en la que exhibió 33 obras: Luz dorada, El sendero, Ancha es Castilla, Burgos, El Tajuña, Calle de Poza de la Sal, El Manzanares, Cauce en el Soto, Urones, Villalvilla, Cuestas de Zulema, Ventorrillo, Pradoluengo, Gavillas, Ermita de Toberna, Casas rústicas, El esquileo, Campo de Burgos, Tierra labrada, Calle de Pradoluengo, Quintanilleja, Páramo, El río Henares, El Pardo, Aldea solitaria, Arroyo de Gredos, Tierra encendida, Calleja sombría, Campos de oro, Arboleda, Serranía, Pinar y Calle de Cotar.

* En el XV Salón de Otoño de 1935 apareció inscrito como “Santa María (D. Marceliano), natural de Burgos. Reside en Madrid, Abel, 19. Socio de Honor del Salón de 1923. Al mismo, concurrió con cinco obras que se exhibieron en la Sala III:

29.- “Covarrubias” (óleo) 0,65 x 0,71

30.- “El vado” (óleo) 0,65 x 0,71

31.- “Lejanía” (óleo) 0,80 x 0,85

32.- “Ribera frondosa” (óleo) 0,65 x 0,71

33.- “Molinillo” (óleo) 6,65 x 0,71

Molinillo, obra presentada al XV Salón de Otoño

* En el XXIV Salón de Otoño de 1950 estuvo también presente en la Sala XI, dedicada a los Fundadores de la Asociación de Pintores y Escultores, junto a artistas como Espina y Capo, Moreno Carbonero, Pinazo, Joaquín Sorolla, Zubiaurre… con tres obras:

21.- “Quintanilla Vivar”

22.- “Fruta del tiempo”

23.- “Puente rústico”.

Fruta del tiempo, obra presentada al XXIV Salón de Otoño

* En el XXV Salón de Otoño de 1952 también presentó tres obras:
246.- “Aldea castellana” (óleo)

247.- “Camino de Lilaila” (óleo)

248.- “Panorama burgalés” (óleo)

Aldea castellana, obra presentada al XXV Salón de Otoño

* En el XXIX Salón de Otoño de 1957 estuvo presente ya que la Junta Directiva quiso recordar al maestro dedicándole una Sala de Honor (Sala IV) al que “fuera nuestro Presidente, Socio de Honor y Fundador, Medalla de Honor de las Nacionales, gloria de la pintura española, aquel simpático y cordial ejemplar humano que fue el Sr. D. Marceliano Santa María”. En la misma, se exhibieron las obras: “Sra. Dª Milagros de la Paz de Matos” (retrato), “Bodegón”, “D. Florencio Rodríguez” (retrato), “Conchita” (retrato), “La resurrección de la carne”, “Esposa del autor” (retrato), “Ilmo. Sr. D. Luis Sánchez Cuervo” (retrato), “Excmo. Sr. D. Ricardo Rada” (retrato), “D. José Rodiles de  Salas” (retrato), “María Luisa Simón” (retrato), “Retrato familiar” (obra póstuma), “D. Juan Antonio de Arán” (retrato), “Excmo. Sr. D. José Echegaray” (retrato), “Excmo. Sr. D. Manrique Mariscal de Gante” (retrato), “Dña. Carmen Heredia de Regueral” (retrato), “D. José Rodiles Pascual” (retrato), “Bodegón”, “Dña. María Fabra de Fraile” (retrato), “Regreso de la cacería”, “La solana”, “Villalvilla”, “Orbaneja”, “Zagala”, “Vivar del Cid”, “Gavillas”, “Tierras del Cid”, “Panderetera”, “Sesteando”, “Nieve en Amaniel”, “Lavadero de Cortes”, “La parva”, “Río Cardeña”, “Autorretrato”, “Tierra mater”, “Portillo”, “Trillando”, “Lavanderas del Arlanzón”, “Serpenteo del cauce”, “Panorama burgalés”, “Sigüenza”, “Castellana”, “Vado de Escaño”, “Parador de Villatoro”, “Calma estival”, “Lavadero cubierto”, “Calle de Poza de la Sal”, y “Colegiata de Peñaranda”.

* En el XXXIII Salón de Otoño de 1962, con motivo del aniversario de la fundación de la entidad, estuvo también presente en la Sala Quinta, llamada Sala de Fundadores, junto a otros artistas como Joaquín Sorolla, Valentín Zubiaurre, Chicharro, Álvarez de Sotomayor, … en la que se exhibieron sus obras:

143.- “Término de Villacienzo” (óleo)

149.- “Parador de Villatoro” (óleo)

165.- “Retrato de Inmaculada Martínez de Setién” (óleo)

Ventorrillo, obra presentada al XXXIII Salón de Otoño

* En el XXXVIII Salón de Otoño de 1967 se presentó una Sala de Maestros con nombres señeros como Chicharro, Soria Aedo, Roberto Domingo, Cruz Herrera, Bardasano… exhibió dos obras:

321.- “Figura”

322.- “Paisaje”

Retrato de Inmaculada Martínez de Setién que se exhibió en el XXXIII Salón de Otoño

EN 2021 SE CUMPLE EL 155 ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DEL ARTISTA

La conmemoración de los nacimientos o las defunciones, por la proximidad a los seres eminentes que han merecido este homenaje, casi pueden reducirse a una entrañable evocación. Si en el momento de su óbito surgió la necrología, aún viva y caliente, al correr de los años su recuerdo se encuentra en una zona de transición, en la que gravita el pasado, en colisión con los gustos, los modos y las modas del presente.

Tan sólo en el curso de varias generaciones llega a consolidarse la fama, y así podemos afirmar que por un escalonamiento de juicios llegamos a hacer un análisis sereno del pretérito, tanto por lo que respecta al personaje como a sus obras.

A veces la estela de la vida de un gran hombre se pierde en un Guadiana espiritual para aparecer en la superficie pasados muchos años como en un descubrimiento maravilloso, que, pese a los avatares del olvido, justifica esa constante de las artes y de las letras, ya que, sin el apoyo de lo que fue, lo llamado nuevo y lo moderno, con cierta petulancia de inventores gregarios, no podría existir. Son importantes, sin embargo, estos recuerdos y volver nuestra atención a los que por sus obras fueron objeto de admiración, estima y enseñanza.

Mas sin pasado, sin memoria para juzgar el pasado, lo presente no tendría sentido.

Ribera

Santa María triunfó en las difíciles circunstancias del renacimiento contemporáneo, sin apartarse sin embargo, de lo que resultaba todavía discreto. Pero su verdadera cumbre la alcanzó en 1933, en el marco del Salón de Otoño, organizado por esta Asociación de Pintores y Escultores, con en una sala repleta de paisajes de Castilla, junto a otra sala de extraordinario valor consagrada a Julio Romero de Torres. El éxito es popular, de una espontaneidad extraordinaria, de una unanimidad de crítica de los matices más contrarios en el campo del periodismo. La pintura española había sabido interpretar de una manera original los valores ambientales del paisaje burgalés, donde se resume una Castilla no del todo esteparia, sino una Castilla con reflejos de agua, con alcores amables, con lejanías íntimas y acogedoras vistas, e interpretadas de una manera espontánea, sin profundizar en valores anecdóticos de un puro paisaje o valores sicológicos del paisanaje, con la inspiración del paisaje burgalés sentido a la manera de un profeta (frase que repetía muchas veces Santa María), que capta rápidamente, taquigráficamente, la extraña enseñanza de una luz superior, esta luz admirable y difícil de Castilla, tratada de una manera etérea con un mínimo de plasticidad, con fugacidad instantánea, en una especie de síntesis de dos horas de observación, donde se expresa y recoge un mundo en el solo instante de unas pinceladas.

Así como la escuela impresionista francesa había conseguido esa misma expresión en el color, Santa María trató de crear otra escuela de valores ambientales puramente luminosos, con una vibración acertada de colorido, del que no se aparta, pero que no es lo esencial en sus cuadros. Es precisamente cuando pretende resaltar con preferencia efectos de color, cuando sus paisajes resultan ser acertados, porque su verdadera originalidad está, como repito, en conseguir el valor expresivo de una luz viva, como aquel Zohar o luz mística propia de sus antepasados israelitas en Castilla.

Marceliano había ya ganado la medalla de honor, máximo galardón, un año antes de que se la concediesen en la exposición nacional de 1934. La había ganado en ese Salón de Otoño de 1933. Poco importaba ya el cuadro concreto a que se había de otorgar ese galardón, en lucha con colosos como Gutiérrez Solana, Soria Aedo y Maiffren. Ese premio sólo podía ser el resumen de un historial y la creación de un estilo. El estilo fue el de sus paisajes burgaleses que habían quedado consagrados desde el año anterior. Santa María conjuga su libertad y espontaneidad a una especie de ascenso de escalafón, de avance firme entre distinciones oficiales y trabajo de academias.

El esplendor lo vivió en ese Salón de Otoño, luego en Burgos, cuando recibió la Medalla de Oro de la ciudad, la Gran Cruz de Isabel la Católica, la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio,… el ocaso lleva viviéndolo ya desde hace casi medio siglo en el que su visión de Castilla ha sido poco a poco olvidada de manera trágica e imperdonable.

EL OLVIDADO PINTOR DE CASTILLA

El Museo del Prado está en deuda con el artista. La mayor pinacoteca nacional cuenta en su inventario con cinco obras del pintor burgalés. Sin embargo, ninguna de ellas se puede ver en Madrid:

* “La misa de pontifical”, para cuyo personaje central, el obispo arrodillado, tomó como modelo a su amado tío, canónigo de la catedral de Burgos, se encuentra en depósito en el Palacio Real de Riofrío.

La misa de pontifical

* “El triunfo de la Santa Cruz en la batalla de las Navas de Tolosa”, pertenece al Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, pero se encuentra en depósito en el Museo Marceliano Santa María, aunque ahora mismo no se exhibe debido a las obras que acaban de llevarse a cabo en el Monasterio de San Juan que acoge la colección.

El Triunfo de la Santa Cruz en la Batalla de las Navas de Tolosa tal y como se exhibía en el Museo Marceliano Santa María

* “Angélica y Medoro”, también del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, en depósito en el Museo Marceliano Santa María de Burgos.

Angélica y Mérodo

* “Las hijas del Cid”, perteneciente al Museo del Prado, pero que aparece como “No expuesto”, comprensible al apreciarse perfectamente el ruinoso estado de conservación que muestra y cuya fotografía exhibe la propia web del Museo.

Las hijas del Cid

* “Páramo”, perteneciente al Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, pero actualmente en depósito en el Museo de Salamanca.

Páramo

Incomprensible pero cierto… la obra de este gran pintor no tiene cabida en el Museo del Prado ni en el Reina Sofía. Definitivamente, no interesa. Además, habría que añadir la censura moralizante que en la actualidad sufrirían algunas de estas obras, cuya exhibición sería impensable: una misa… que a nadie ya interesa, la batalla de las Navas de Tolosa, en donde los esclavos negros, (me niego a escribir aquí hombres de color porque ¿de qué color son?, ¿en qué contexto histórico nos encontramos?) son arrollados por la victoriosa y triunfante Cruz… imposible exponer este cuadro en el contexto actual, visto con los ojos maledicentes de la progresía absurda, como imposible es aquel otro de Soria Aedo titulado “Turbas sin Dios”, que representa la quema de una iglesia y la profanación de un crucifijo por las turbas republicanas…. Porque como escucho ahora en las visitas guiadas, un desgraciado incendio ocurrido en 1936, destruyó el edificio…

En Madrid, la ciudad que le aplaudió y encumbró, solo pueden verse dos lienzos suyos en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando: el titulado “Atalaya castellana” y el “Retrato de Carmen Orán”, en cuyo inventario nadie ha reparado que el apellido de su mujer no se corresponde a la ficha, ya que figura como Orán, siendo Arán el correcto.

Retrato de Carmen Orán, en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando

Pueden verse también, aunque sólo en los días visitables, los frescos que pintara en el Palacio de Justicia de Madrid, tan de actualidad hasta hace poco, ya que bajo sus techos se ha llevado a cabo el famoso juicio del proceso de Cataluña.

Atalaya castellana, también en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando

Y quitando las colecciones y coleccionistas privados, cuyo número será elevado, pero de los que el común de los mortales no tenemos acceso, ninguna otra obra de Marceliano Santa María puede verse en Madrid.

Una deuda que bien podrían reparar algunas instituciones echando mano a la familia, deseosa de perpetuar el reconocimiento del artista, con sus magníficos paisajes tan característicos tan diferentes a los evocados por la generación del 98, pero tan esenciales para entender la vida y el arte de ese periodo de la historia artística de España que parece esfumarse sin remedio.

MUSEO MARCELIANO SANTA MARIA DE BURGOS

El Museo Marceliano Santa María de Burgos se encuentra enclavado en el Claustro del Monasterio de San Juan Bautista de la capital burgalesa. De titularidad municipal, ha atravesado por distintas etapas de olvido por parte del consistorio, que actualmente ha vuelto a reunir al patronato desde que en 1979 lo hiciera por última vez, para determinar el futuro de la sede.

Las obras de la cubierta del claustro han obligado a desmontar las obras de este museo, que aguardan custodiadas lo que al respecto determine el patronato, que debe ahora aprobar un proyecto de musealización y lanzar un concurso de ideas que adapte un espacio tan complejo y permita la colocación de las obras.

Museo Marceliano Santa María en Burgos

Otro gran problema que debe vencer el patronato es la asignación en los presupuestos municipales de un presupuesto propio, del que hasta este momento ha carecido el museo, ya que el potencial del museo, que es excelente y de primer orden, necesita de otros proyectos especiales (como exposiciones temporales o cualquier otro tipo de evento), para mantener el museo activo y convertirse en una opción que el público aprecie y distinga. De ese movimiento y de esa intensidad, dependerá el interés del público, posibilitando que se ofrezca a los visitantes una forma interesante de conocer el arte y al artista.

De todo ello depende que el futuro Museo Marceliano Santa María se convierta en un auténtico referente cultural de Burgos, de España y por supuesto, de la escena internacional.

Museo Marceliano Santa María

El museo se nutre de fondos propios de la ciudad de Burgos, pertenecientes al Ayuntamiento, así como de obras en depósito, donaciones y la obra cedida por los familiares de Marceliano Santa María, integrantes del Patronato y que viene a ser aproximadamente el 60 % de la colección.

La familia del artista, representada en el Patronato por Pilar Arán, Juan José Setién, Cristina Romano y otros sobrinos, ven con preocupación el futuro del Museo, sobre todo en los tiempos que vivimos, sobre todo por los largos plazos y las trabas administrativas que parecen no tener fin, pero pese a las que confían, pueda llegar a recuperarse la memoria de tan insigne artista.

Museo Marceliano Santa María

Según nos asegura Ignacio González, técnico responsable del Ayuntamiento de Burgos, la totalidad de la obra del museo se encuentra inventariada y debidamente embalada para evitar que los trabajos de la cubierta pudieran dañar cualquier obra, a la espera de que el concurso de ideas pueda al fin ver la luz y se proceda a la adjudicación del mismo, interrumpido por la inesperada pandemia que sufrimos, y cuya licitación se esperaba para el segundo semestre del año.

A la espera de una nueva reunión del Patronato, el interés por la obra de este burgalés universal no decae, sobre todo ahora, que una de sus obras más emblemáticas, va a estar presente en la exposición que bajo el título de “Invitadas. Fragmentos sobre mujeres, ideología y artes plásticas en España (1833-1931)”, inaugurará próximamente el Museo Nacional del Prado y que podrá visitarse del 6 de octubre de 2020 al 14 de marzo del año 2021.

EL PALACIO DE JUSTICIA

Ocho  grandes e ilustres pintores y escultores españoles, todos ellos miembros de la Asociación Española de Pintores y Escultores, se encargaron de la decoración pictórica y escultórica del nuevo Palacio de Justicia de Madrid: Marceliano Santa María, José Garnelo, Alvaro Alcalá Galiano, Enrique Simonet, Miguel Blay, Lorenzo Coullaut Valera, Mario Capuz y Fructuoso Orduña.

Nos referimos al Tribunal Supremo, cuya sede se encuentra en el antiguo Monasterio Real de la Visitación de Nuestra Señora, conocido popularmente en Madrid como las Salesas Reales, que en 1915 sufrió un incendio que devastó completamente el edificio y ocasionó su posterior reforma por parte del arquitecto Joaquín Rojí y López Calvo.

Frescos de Marceliano Santa María en el Tribunal Supremo

Se encargó a artistas del momento, esculturas y frescos que enriqueciesen las fachadas y estancias nobles. Estas obras realizadas ex profeso para el edificio se centraron lógicamente en representaciones referidas a la Justicia, la Equidad, el Derecho y la Jurisprudencia, el gran cuarteto de las alegorías jurídicas.

En el antiguo vestíbulo de la Audiencia Provincial, situado junto a la entrada de la calle del Marqués de la Ensenada, se encuentran una serie de medallones pictóricos firmados por Álvaro Alcalá Galiano, conde del Real Aprecio: Derecho Natural, Derecho Romano, Derecho Canónico, Derecho Internacional y La entrega a Moisés de las tablas de la Ley. Se trata de alegorías que simbolizan la Administración de la Justicia, que se completan con cuatro mosaicos también alegóricos, situados sobre las puertas que se abren en los muros laterales, y que representan a la Ley, La Fortaleza, La Igualdad y la Elocuencia.

Alcalá Galiano también realizó las pinturas de los tramos alternos del techo de la galería de los pasos perdidos de la planta superior, que hacen alusión a conceptos relacionados igualmente con la Justicia: el delito, la riqueza, el progreso y la verdad desnuda.

El Salón del Pleno del Tribunal Supremo, la estancia de mayor riqueza del edificio, y donde se celebra el acto solemne de apertura del año judicial presidido por el rey, está cubierto con una bóveda esquifada y un techo moldurado con dorados. En el centro se sitúa la composición pictórica La Ley triunfando sobre el mal o El vencimiento de los delitos y los vicios ante la aparición de la Justicia, realizada por Marceliano Santa María Sedano en 1920, composición que simboliza la esperanza y la espera de la aplicación de las leyes y del cumplimiento de las sentencias.

El antedespacho del presidente del Tribunal Supremo, en el frente norte del edificio, está cubierto con una cúpula semiesférica con pinturas de José Garnelo y Alda, ejecutadas en 1924 y cuyo trabajo puede considerarse como la exaltación final de la Justicia.

La iluminación de la bóveda se consigue por medio de cinco ventanales elípticos, que rodean el contorno de la línea de arranque, y entre las vidrieras, se sitúan alegorías de las distintas ramas o modalidades del Derecho: Derecho Natural, Derecho Civil, Derecho Canónico, Derecho Internacional, Derecho Mercantil y Derecho Penal. 

En el centro de la cúpula se desarrolla el tema principal del conjunto: La imposición por España del collar de la Justicia a la Magistratura. Del anillo de la base de la bóveda arranca un árbol, el árbol de la justicia, entre cuyo ramaje se despliegan las representaciones alegóricas de las virtudes y dignidades, que han de tutelar la acción de los magistrados: la Asiduidad, la Vigilancia, la Perseverancia, la Reflexión, la Fama, el Amor a la Justicia, la Verdad, la Meditación, la Memoria, el Entendimiento, la Gloria y la Voluntad.

La entrada principal y la escalera se cubren con una gran vidriera de la casa Maumejean, en las que aparecen de nuevo figuras alegóricas de la Justicia, y una serie de pinturas en la cornisa que presentan escenas costumbristas, que hacen referencia a las regiones españolas y las principales fuentes de producción obra de Enrique Simonet Lombardo.

Descendiendo por la escalera, se sitúan junto a su arranque dos esculturas de Lorenzo Coullaut Valera que representan a Justiniano y Alfonso X el Sabio, dos alegorías de la Jurisprudencia.

En la fachada principal, situada frente a la plaza de la Villa de París, el único elemento que destacaba era la portada de acceso, rematada por un gran frontón triangular, sobre el que se colocó en 1920 un grupo escultórico firmado por Miguel Blay, La Justicia amparándose en la Equidad y el Derecho.

A los lados del grupo central, encontramos otras dos esculturas realizadas también por Blay. A la derecha, la representación del Derecho Romano. En el lado contrario, tenemos el Derecho Civil.

Las hornacinas situadas a los lados de la entrada principal albergan las estatuas de los juristas Papiniano y Gayo, obras de Mario Capuz y Vicent, que simbolizan a la Jurisprudencia.

En cuanto a las esculturas de las hornacinas laterales, representan a hombres de leyes, que simbolizan otra vez la Jurisprudencia: Gregorio López y Jacome Ruiz. La escultura de Jacome Ruiz fue realizada por Fructuoso Orduna y la de Gregorio López es obra de Mario Capuz.

Bibliografía y webgrafía

http://dbe.rah.es/biografias/7518/marceliano-santa-maria-sedano

“Necrología. D. Marceliano Santa María y Sedano”, por José Francés

Biografía de Marceliano Santa María y Sedano, por José Pablo Arévalo García-Galán

“Las exposiciones de los pintores burgaleses en las salas de arte y galerías de burgos. (I)”. Almudena Alonso González

La Esfera 26/12/1914 13/4/1918 14/2/1920 3/7/1920 4/2/1922  29/11/1924

Mundo Gráfico 14/4/1915

La Epoca 11/2/1915  26/6/1920

La Ilustración Española y Americana 22/6/1917

La Ilustración artística 5/7/1915

Mundo gráfico 26/5/1915

La Correspondencia de España 27/2/1916

Hojas selectas 1/1917

Nuevo mundo 24/11/1916  2/2/1917 3/11/1933

Actualidad hispana. 7/1934

Castilla (Madrid. 1924). 2/11/1924

Francisco de Cossío, Boletín de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando Nº 24 de 1967

Museo del Prado

https://realacademiabellasartessanfernando.com/es

http://www.aytoburgos.es/direcciones/museo-marceliano-santa-maria-0

http://www.museodeburgos.com/index.php?option=com_content&task=view&id=851&Itemid=121

https://www.diariodeburgos.es/noticia/z2117bbd8-ee14-80e1-ae2a05226616d7c0/los-sucesores-de-marceliano-santa-maria-defienden-el-museo

Archivo Histórico “Bernardino de Pantorba” de la Asociación Española de Pintores y Escultores

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Pilar, Mª Carmen, Rosario y Mª Josefa Álvarez de Sotomayor

Por Mª Dolores Barreda Pérez

 

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LAS PRIMERAS ARTISTAS DE LA

 

ASOCIACION ESPAÑOLA DE PINTORES Y ESCULTORES

 

Desde su fundación en 1910, y después de haber tratado en anteriores números a las Socias Fundadoras de la entidad, y las participantes en el primer Salón de Otoño, vamos a ir recuperando de la memoria colectiva, el nombre de las primeras socias que vinieron a formar parte de la Asociación de Pintores y Escultores.

 

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PILAR, Mª CARMEN, ROSARIO Y Mª JOSEFA ALVAREZ DE SOTOMAYOR

 

ALVAREZ DE SOTOMAYOR, Pilar                                   P.D             1930      1908         LA CORUÑA     MADRID

ALVAREZ DE SOTOMAYOR, Mª. Carmen                   P                 1930      1910               SANTIAGO CHILE     MADRID  1993

ALVZ.SOTOMAYOR CASTRO, Mª Rosario                  P                 30.jun.1921                OLEIROS (Coruña)      MADRID

 

Pilar, María del Carmen, Rosario y María Josefa Álvarez de Sotomayor, hijas del famoso pintor y retratista de la alta sociedad, que fuera además Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores en 1929, eran también pintoras. Excepto Mª Josefa, todas fueron además socias de la AEPE y expusieron sus obras en distintos momentos.

Hijas de Fernando Álvarez de Sotomayor (Ferrol, 1875-Madrid, 17-3-1960) y Pilar de Castro Gómez (San Juan de Jornes, La Coruña, 1882-Madrid, 6-9-1970), que contrajeron matrimonio el 11 de julio de 1907 en la iglesia de La Coruña y de cuya unión nacerían siete hijos: Pilar (religiosa Adoratriz); Mª del Carmen, Ana Mª, José María, Mª Rosario, Mª Josefa y Fernando (fallecido en 1937).

Junto a “la dulce compañera de mi vida”, como definía Fernando a su esposa, visitaban las propiedades familiares de su esposa como el Pazo de Mende, edificado en 1666, situado cerca del Camino a As Corredoiras, un lugar de belleza extraordinaria cuya capilla y fuente son dignas de mención, y el Pazo de Sergude.

Una vez que el matrimonio regresa de Chile, donde Fernando ejerció de Director de la Escuela de Bellas Artes de Chile, fijó su residencia en Madrid, en la calle Villanueva, 29, para trasladarse después a un ático en la plaza de Cánovas, al lado del hotel Palace, donde terminaron de criarse los hijos del matrimonio cuando no residían en Galicia, debido a las largas estancias que también allí pasaban.

En 1919 Fernando es nombrado Director del Museo del Prado, y la proximidad con su estudio y residencia harán que sus hijos sean asiduos visitantes de la pinacoteca, lo que también influiría en su desarrollo artístico y cultural.

Retrato de Pilar de Castro Gómez en su juventud y abajo, en plenitud en la casa de Sergude

 

A Pilar, Carmen, Rosario y Josefa les apasionó el mundo de la pintura con el que convivían en casa. Las escenas gallegas y los retratos consiguieron llenar toda su atención y recibieron formación artística, si bien no de su padre, que decía que no sabía enseñar.

Los veraneos familiares en Sergude, que dieron los cuadros más etnográficos y coloristas de Fernando Sotomayor, propiciaron el desarrollo artístico de sus hijas.

A la izquierda, el pintor junto a sus hijos Pilar, María del Carmen, María Josefa, Ana María, Fernando y José María y sobre estas líneas pasados los años, juntos a sus hijos, nietos e hijo político

 

La casa, hoy de sus descendientes, conserva el estudio tal como él lo dejó: un cuadro inacabado en el caballete, los pinceles y la mesa que usaba de paleta. Ese era el ambiente en el que crecieron las pintoras Sotomayor. Ese, y el de las visitas de los retratados que acudían al estudio de Madrid a posar.

Al proclamarse la Segunda República, Fernando Álvarez de Sotomayor es cesado, trasladándose la familia a Inglaterra. De viaje, a su paso por Lisboa, tuvieron oportunidad de exponer el padre con dos de sus hijas, Pilar y María del Carmen.

Abuela y nietos en donde se ven reflejados los hijos del pintor con su abuela y el ambiente que les rodeó en su niñez

 

Pilar Álvarez de Sotomayor y Castro

(A Coruña, 1908 –Torrente, Valencia, 25 octubre 1993).

En 1927 expone por primera vez en el escaparate del comercio Casa Tizón (Muebles Tizón) de La Coruña, un retrato de una princesa eslava. Un diario de la época lo refería así: “Desde hace pocos días se exhibe en el escaparate de la Casa Tizón un precioso óleo pintado por la bellísima señorita Pilar Álvarez de Sotomayor, hija del ilustre director del Museo del Prado, que con esta nueva obra demuestra una vez más cómo ha heredado las portentosas facultades artísticas de su progenitor. Pilar, artista por temperamento, y tan bella como modesta, ha ofrecido esta obra primorosa…a la “Acción católica de la mujer”, institución de carácter nacional”…

En 1932 perfecciona sus estudios en París.

Pilar en 1930

 

Participó en la Asociación de Artistas de La Coruña en 1934, una iniciativa impulsada por su padre, en donde ese mismo año expuso en una muestra de mujeres artistas, en la que también participaron sus hermanas Pilar y Rosario.

Las tres pintoras volvieron a coincidir en 1960, al cumplirse el XXV aniversario de la sala, que se conmemoró con una exposición similar.

En 1936 expuso en la Sociedad Nacional de Bellas Artes de Lisboa.

Pilar fue una lúcida pintora con enorme talento que retrató a sus amigas en innumerables ocasiones con un estilo que recordaba a la mejor Mary Cassatt o a los prerrafaelitas.

En el año 1947 se organizó una exposición de arte llevada a cabo por la Delegación Nacional de la Sección Femenina de FET y JONS en el Círculo Cultural Medina- que permaneció abierto entre los días 2 y 16 de abril-. Entre las artistas que figuraron encontramos a las cuatro hermanas: María Del Carmen Álvarez de Sotomayor, María Josefa Álvarez de Sotomayor , María del Rosario Álvarez de Sotomayor, Pilar Álvarez de Sotomayor, …….

Iglesia de Montealegre del Castillo pintada por Pilar

 

En sus últimos años ingresa en la orden de las Religiosas Adoratrices, donde continuará llevando a cabo numerosas pinturas para los conventos de la orden, así como restauraciones, como la realizada para la Ermita de Nuestra Señora de los Reyes de Las Palmas de Gran Canaria.

Realizó un gigantesco tríptico para el presbiterio de la Iglesia de Santiago Apóstol de Montealegre del Castillo, en Albacete, con motivos alusivos a Santiago Apóstol y junto a la pintora María Teresa Peña.

Según lo publicado en el diario coruñés El Orzán, “Pilar era culta, refinada, sabía siete idiomas: francés, inglés, alemán, ruso, italiano y portugués;  y en la pintura tenía una técnica muy parecida a la de su padre, lo que hizo que los cuadros que pintara para los conventos de las Adoratrices fueran cuadros verdaderamente magníficos”.

Distintas obras de Pilar y su firma autógrafa

 

Josefa Álvarez de Sotomayor y Castro

Hizo la primera comunión junto a su hermana Pilar.

El único dato conocido acerca de ella se refiere a la misma exposición de arte en la que coincidió con sus hermanas realizada en 1947 en el Círculo Cultural Medina reseñado anteriormente.

A través de las páginas de la revista “Gran Mundo” del 23 de febrero de 1930 o del ABC del 18 de febrero del mismo año, sabemos de su boda en Madrid con Héctor Rodríguez Bauzá.

Recordatorio de Primera Comunión de las hermanas Pilar y Josefa, y la ceremonia de matrimonio de Josefa celebrada en la Iglesia de los Jerónimos de Madrid

 

María del Carmen Álvarez de Sotomayor y Castro

Nacida en Chile en 1910,

En 1936 expuso junto a su hermana Pilar y a su padre, en la Sociedad Nacional de Bellas Artes de Lisboa.

En 1936, contrajo matrimonio con Maximino Rodríguez Feijóo Borrell. Max Borrell -así lo llamaban-, coruñés, era amigo de Francisco Franco y solía acompañarle a pescar atunes en el yate Azor y también en la pesca de salmones en los ríos de Galicia y de Asturias.

Carmen retratada por su padre

 

Max Borrell, hermano de Herminia Borrell, famosa por su belleza y su legendaria vida -se casó con Gulbenkian, el hijo del magnate armenio del petróleo- fue quien inició a Franco en la pesca cuando era gobernador civil de A Coruña y Franco veraneaba en el Pazo de Meirás. Lo llevó en un bote de pescar y vio su entusiasmo: al día siguiente Franco le llamó para repetir: «Yo le diré a Carmen que nos prepare unas tortillas y unos filetes: así podremos estar más tiempo en la mar». De ese modo nació la afición del Caudillo al anzuelo.

Carmen en 1930

 

Expuso en una individual en 1944 en los salones Macarrón de Madrid, donde mostró 17 obras, de los que una crítica firmada por A. de las Heras, reseñó (Hoja Oficial del lunes del 1 de mayo de 1944)… “tiene en su trabajo una unidad emanada de su temperamento que la concede un lugar aparte entre los jóvenes pintores… María del Carmen tiene, además de las condiciones que se necesitan para ser catalogada como artista de destacado rango, esas otras dotes de laboriosidad, amor al oficio y trabajo sin descanso que se adquieren con el tiempo y con una vocación sin desmayo. Sólo así se puede llegar a la depuración pictórica que plantea en ese cuadro que titula “Lección de música”, ni a ese otro “Un estudio de mujer”, donde por reducción en la materia y por acumulación de sentimiento artístico llega a hacer una pequeña obra maestra. Buena base de su oficio de pintar son sus dibujos hechos con lápiz sutil y penetrante, con ojo cierto y reglas exactas que le permite una ordenación de los valores que deben ser tenido en cuenta cuando del dibujo se trata.

Mª Carmen retratada por su padre

 

Para María del Carmen hay un lugar en la pintura contemporánea debido a sus propios méritos y a su gran talento. Independientemente de la noble herencia, de la que puede enorgullecerse muy legítimamente”.

Participó en la “Exposición de Arte Español Contemporáneo” de Buenos Aires de 1947 y en la exposición en la que coincidió con sus hermanas realizada ese mismo año en el Círculo Cultural Medina, de la que ya hemos hablado refiriéndonos a su hermana Pilar.

Gansos

 

Rosario Álvarez de Sotomayor y Castro

Nacida en Liñas, Oleiros (La Coruña), en 1921.

La primera muestra de Rosario (A Coruña, 1921) fue en la mencionada exposición de la Asociación de Artistas, en 1960, donde también se estrenó María Josefa, la vocación más tardía de las hermanas Sotomayor. En esa ocasión, en la Exposición de Artistas Gallegas, coincide con obras de sus hermanas Pilar y María Josefa.

Rosario retratada por su padre bajo el título de “Armonia”

 

Rosario dirigió una galería de arte en Madrid y tuvo ocasión de exponer su obra en Pontevedra, Pamplona y Londres.

En 1947 participó en la exposición en la que coincidió con sus hermanas en el Círculo Cultural Medina, ya reseñada.

Es autora del retrato de su padre que cuelga en la galería de retratos de alcaldes del Ayuntamiento de A Coruña.

Participó en el 51 Salón de Otoño de 1984 con dos obras: “Cartuja de Talamanca del Jarama” y “Restauradoras del tapiz (Real Fábrica)”.

«Mi padre no sabía enseñar, pintaba delante de nosotros y así aprendíamos», contaba Rosario en 2001, en La Coruña, con motivo de una retrospectiva de su obra, y hacía toda una declaración de principios: «Pintaré hasta el día en que me muera, como mi padre, que el día que falleció había estado pintando».

Distintas obras de Rosario como La Modelo, Bodegón, Muchacha  y dos interpretaciones de obras de su padre

 

 

Bibliografía y webgrafía

Clara HERNÁNDEZ “Una exposicion reivindica la obra de 24 artistas condenadas al silencio”. 20 minutos.es, 19 enero 1910

«La hija del pintor Sotomayor, que es adoratriz, es también una excelente artista, a quien se deben los óleos de muchos conventos de la orden» Hoja del Lunes, 4 mayo 1964

Marisa OROPESA Creadoras olvidadas. Valladolid, 2010 

“Un hermoso regalo” El Orzán, 11 agosto 1927.

Abc, 28 octubre 1993

https://www.laopinioncoruna.es/contraportada/2015/12/20/sotomayor-femenino-plural/1025153.html

https://www.20minutos.es/noticia/610145/0/creadoras/olvidadas/exposicion/

https://www.20minutos.es/noticia/610145/0/creadoras/olvidadas/exposicion/#xtor=AD-15&xts=467263

Revista aracelitana: publicación bimensual ilustrada: Año V Número 85 – 1914 enero 22

http://www.pintoresgallegos.com/bibliografia/mariadelrosarioalvarezdesotomayor.html

https://idus.us.es/xmlui/bitstream/handle/11441/39433/Pages%20from%20Investigacion_Genero_12-13-408-2.pdf?sequence=1

https://www.elcorreogallego.es/vida-social/ecg-h/escena-venatoria-oleo-retrato-fernando-alvarez-sotomayor/idEdicion-2008-03-30/idNoticia-281247

“Exposición María del Carmen Álvarez de Sotomayor” Hoja del lunes, 24 abril 1944

de las HERAS “Exposición María del Carmen Álvarez Sotomayor” Hoja del lunes, 1 mayo 1944

ABC (Madrid) – 04/03/1936

La Época (Madrid. 1849). 3/3/1936

La Nación (Madrid). 3/3/1936

El Siglo futuro. 4/3/1936

El Orzán: diario independiente: Año X Número 2710 – 1927 febrero 15

Hoja Oficial del Lunes: Año XIX Número 705 – 1960 diciembre 26

Hoja Oficial del lunes: editada por la Asociación de la Prensa: Epoca Tercera Número 1310 – 1964 mayo 4

ABC (Madrid) 18/02/1930

Hoja Oficial del lunes: editada por la Asociación de la Prensa: Epoca Tercera Número 267 – 1944 mayo 1

ABC Madrid, 10 deJulio de 1983

ABC 19 de mayo de 1934

Museo del Prado

Archivo Histórico “Bernardino de Pantorba” de la Asociación Española de Pintores y Escultores

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Lorenzo Victoriano Aguirre y Sánchez

Autor del Cartel anunciador del VII Salón de Otoño de 1927

Por Mª Dolores Barreda Pérez

AGUIRRE SANCHEZ, Lorenzo Victoriano    P    1920    14.nov.1885      PAMPLONA    MADRID    6.10.1942

Pintor, dibujante, escenógrafo, cartelista, escritor, periodista y policía español.

Sus padres se trasladan a Alicante cuando Lorenzo Aguirre cuenta con cuatro años.

A los once, inicia en Alicante sus estudios pictóricos con el pintor alcoyano Lorenzo Casanovas primero, del que recibe una buena orientación que le servirá de mucho en su profesión de buen pintor, y después con Lorenzo Pericás.

En 1899 se traslada a Madrid para ampliar sus conocimientos, asistiendo a las clases de la Escuela Superior de Pintura, Escultura y Grabado.

Al carecer de beca debe volver a Alicante, si bien lo hace con la idea fija de irse a París, donde sabe que existe un ambiente artístico excepcional. Falto de dinero, pinta una Inmaculada Concepción y organiza una rifa, de la que obtiene el dinero suficiente para trasladarse a París.

Allí realiza trabajos de escenografía en los talleres del Gran Teatro de la Ópera, siendo discípulo de los maestros Bailly y Gambón, de los que aprende todo lo correspondiente al entramado de la escenografía, adquiriendo el difícil arte de concebir buenos bocetos y mostrando la perspectiva y los conocimientos constructivos, enseñanzas que aplicará posteriormente para actividades ajenas al teatro.

Su partida de París a principios de 1907, no le permiten contemplar el nacimiento de nuevos estilos como el cubista, pero cuyo seguimiento realiza a través de revistas y libros.

Recorre varias ciudades europeas en las que visita escuelas y museos y regresa a Madrid con 23 años de edad y los ojos y el entusiasmo transformados en almacenes de pintura.

Establecido en la capital, pinta, dibuja y hace caricaturas.

En 1908 decide presentarse a las oposiciones que se convocaban para Agentes del Cuerpo de Vigilancia de Madrid, siendo nombrado aspirante al cuerpo con un sueldo de 1.500 pesetas.

El 11 de Marzo de 1908 es destinado a Alcoy, en calidad de Agente, trasladado poco después a Barcelona y para enero de 1910 el destino será Alicante, donde en seguida se hará famoso no sólo como pintor, sino por la resolución de un complicado crimen. A finales de año y gracias al celo desempeñado en su trabajo, Aguirre asciende al cargo de Segundo Jefe de Vigilancia.

En 1910 se casa con Remedios Corbi y Sanchís.

Ese mismo año participa en una exposición celebrada en México con motivo de la conmemoración de su independencia, obteniendo la Medalla de Bronce, su primer premio importante.

El 9 de Mayo de 1914, uno de sus dibujos ilustra un artículo escrito por Pedro de Répide titulado “El viejo barranco”, que apare en la revista “La Esfera”.

Poco a poco sus caricaturas empiezan a ser incluidas en varios medios.

Paralelamente se fue convirtiendo en uno de los nombres referentes en los Salones de Humoristas, disciplina que estaba en decadencia y vivió una etapa de renacimiento por la inclusión de las caricaturas que hacían referencia a la primera guerra mundial, así como en las escenografías de los teatros de la capital.

En 1919 el Ateneo de Madrid organiza su primera exposición individual de pinturas.

Desde 1914 hasta 1927 estuvo destinado en Madrid, tras una breve estancia en Murcia, ascendió al grado de Inspector de tercera y poco después al de segunda clase, al figurar el número uno en el escalafón de su clase.

En 1927 su mujer, Remedios Corbi y Sanchís, gravemente enferma, fallece en su domicilio madrileño. Este hecho y que su madre viva en Alicante, le animan a pedir el traslado a Alicante.

El taller del pintor está situado en la parte más pintoresca de Benalua. Desde su estudio viaja por toda la provincia tratando con sus pinceles los paisajes de su entorno.

Tras regresar a Alicante, se mete de lleno en la fiesta de las Hogueras de San Juan. Dibuja por encargo los carteles oficiales de los primeros años (1928, 1929 y 1930), siendo además el constructor de hogueras de la Plaza de Isabel II (hoy Gabriel Miró).

Carteles suyos anuncian también el Carnaval o las verbenas benéficas.

Su sueldo de policía le permite vivir cómodamente. Así comienza a colaborar asiduamente en periódicos y revistas como El Tío Cuc.

Su contacto con el teatro no es sólo en calidad de escenógrafo, sino que también se atreve a poner la letra a tres piezas líricas de su sobrino, el compositor alicantino José Terol Corbí: el sainete “Alfonso, el enterao” (1918), la zarzuela “La última canción” (1919) y la opereta “La Estrella de Oriente” (1920).

También escribe en la revista Fogueres de Sant Joan, una obra inédita de temática foguerera, donde, a manera de mosaico, desfilan varios personajes de la mitología griega junto a otros típicamente alicantinos.

En los años veinte Lorenzo Aguirre ya ha logrado un gran renombre por sus pinturas, que podemos inscribir dentro del denominado “Art Nouveau” hasta el punto de que obtuvo varios premios nacionales e internacionales.

En enero de 1930 se casa en segundas nupcias con Francisca Benito Rivas, con quien tiene tres hijas: Jesusa, también pintora, Margarita, y la poeta Francisca Aguirre.

Sus hijas lo recuerdan entusiasmándose con las historias prodigiosas que discurrían en las pantallas cinematográficas, pintando horas y horas con una concentración tan fulminante que le llevaba a mojar los pinceles en su tacita de café, mientras sonreía contemplando una pincelada.

En 1933 y 1934 se matricula en la Escuela de Artes y Oficios Artísticos, en los cursos de Grabado Artístico y de Fotografía aplicada, y opta a una plaza de profesor auxiliar temporal de dibujo lineal en la misma escuela.

Sus ideales republicanos le llevan a hacerse miembro del Partido Comunista, que le asigna el cargo de Director de la Escuela de la Policía Española.

Entre tanto, su prestigio como docente le vale ser nombrado, junto a Tomás Flores Vicente y Agustín María Ripoll, ponente en la formulación del nuevo plan de enseñanza teórico- practica de la Escuela de Policía.

Tras el comienzo de la Guerra Civil, Lorenzo Aguirre es nombrado Jefe Superior de Policía de Madrid el 8 de septiembre de 1936. Su traslado junto al gobierno a Barcelona, hizo que abandonara su hogar en Madrid, donde dejó cuadros y biblioteca.

El 11 de diciembre de 1936 se traslada a Valencia, donde seguirá desempeñando el mismo cargo.

En Valencia solicita entrar en la Logia masónica “La accidental”, en cuyos informes se decía que “era un hombre de ideas democráticas, de amplia cultura, bueno de carácter y temperamento tranquilo y calculador, honradez profesional buena y buen comportamiento con su familia al igual que su solvencia moral es buena”, según consta en el Archivo de Guerra de Salamanca. Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo. Expediente de Lorenzo Aguirre nº 4 A, legajo nº 136.

En los informes se aconseja su aceptación, pero parece ser que no llega a formalizarse por la dinámica de la guerra. Una vez más se traslada con su familia a Barcelona y después se exilia, junto a su mujer e hijas, a Francia.

Vive unas semanas en París intentando, como Modigliani, vender dibujos y acuarelas por las calles y las plazas.

Se traslada con su familia a Le Havre, con el propósito de embarcar hacia Latinoamérica, y allí pinta retratos y paisajes marítimos, mientras viven en un hotelito llamado La Rotonde de la Gare, junto al puerto y a la estación del ferrocarril.

En Junio de 1939 realiza una exposición en la Galeria George V de Le Havre, donde exhibe 25 cuadros de retratos y paisajes de Normandía, que capta con gran delicadeza.

Hubo además una segunda exposición organizada por la Señora de la Montagne, pero el estallido de la Segunda Guerra Mundial precipita el regreso de la familia Aguirre a España.

La familia Aguirre antes de la Guerra

Mientras su familia regresó por Hendaya en febrero,  Lorenzo Aguirre espera unos meses más hasta que en Mayo, entra en la península, siendo inmediatamente detenido y hecho preso en la cárcel de Ondarreta, en San Sebastian.

Pese a las pésimas condiciones carcelarias, allí pinta para las monjas que atienden a los presos, cuatro cuadros en los que relata la vida de su fundadora, la madre Rafols. Cuadros de elaborado dibujo y dentro de la tradición barroca española religiosa, en los que retrata a sus hijas como las niñas que acompañan a la fundadora.

Al ser Subdirector de Policía de Madrid en 1936, en la Causa General se le involucra en el asesinato de José Calvo Sotelo, siendo acusado de auxilio a la rebelión.

El 8 de febrero de 1941 es trasladado a la cárcel madrileña de Porlier, donde realiza uno de sus mejores cuadros “Cabeza de Vasco”, en el que retrata, en un perfil rotundo, escultórico, la cabeza de un compañero de prisión (medico-cirujano), insertándola en un paisaje posterior que significa la apertura y la visión más allá de las paredes de la celda.

Poco antes de morir escribe tres cuentos, cada uno de ellos dedicados a una de sus hijas, en los que inventa y recrea cuentos tradicionales, adaptando cada uno a las características de cada una de sus hijas, la presumida, la soñadora, la valiente… cuentos que emocionan por la frescura del dibujo, la concreción de la línea, el exquisito arabesco y la diestra y la armoniosa mano que siempre alentó su vocación artística.

Sus tres hijas piden clemencia para él a la hija de Francisco Franco, aunque finalmente, en el día de su santo, Aguirre es ejecutado a garrote vil en la madrileña cárcel de Porlier el 6 de octubre de 1942.

En 1947 se archiva su expediente de masón por no haber encontrado pruebas en su contra.

En el año 1986, y gracias a la gestión de Concepción Badiola y Pedro Manterola, el Banco de Bilbao expuso las obras de Aguirre en Pamplona y Bilbao, donde es admirado.

En Alicante se le dedicó en 2003 un homenaje en el MUBAG en forma de exposición y se solicitó una calle para Aguirre.

Remitió asiduamente sus obras a exposiciones y certámenes artísticos.

Concurrió a las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes celebradas en Madrid en los años 1904, 1915, 1920, 1924, 1926, 1930, 1932 y 1936.

Obtuvo distintos premios, como la Tercera Medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes (Madrid, 1920), la Medalla de Oro en la Exposición de Artes Decorativas de París (1925), el Primer Premio de carteles anunciadores del VII Congreso Internacional de Oleicultura (1925), y la Segunda Medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes (Madrid, 1930).

Sus obras están presentes en el Museo de Navarra, Museo Elisa Cendrero de Ciudad Real, Museo de Bellas Artes de Gravina (Alicante), Museo de La Rioja, MUBAG de Alicante,  Museo del Hermitage de Moscú, la Kutxa de San Sebastián y la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

Francisca Aguirre

La niña de la medallita

Los payasos

Luz divina

 

Bernardino de Pantorba escribió de él que «Lorenzo Aguirre Sánchez puede poner debajo de su nombre a titulo de profesión, nada más que siete palabras: pintor, cartelista, caricaturista, periodista, escenógrafo, comediógrafo y policía”. Es el prototipo de artista modernista, polifacético y gran conocedor de la cultura.

Su pintura ofrecería siempre la mística gravedad navarra y la euforia luminosa del Mediterráneo. Su mirada distribuye en los lienzos la penumbra ancestral de la meditación y la eternidad súbita de la luz… Aguirre fue un artista y un hombre machadiano. De su buena fe hay muchas pruebas. Una de ellas: su predilección por el retrato, su respeto por los rostros humanos. Un respeto que se desplaza también a los paisajes: en su obra los paisajes no son acotaciones del territorio del planeta, sino palpitaciones de la misteriosa casa colectiva en donde los seres humanos “viven, laboran, pasan y sueñan, y en un día como tantos, descansan bajo la tierra”. A los retratos de Aguirre los ilumina la fraternidad; a sus paisajes los iluminan la lentitud y la compasión. Y siempre, en los rostros de sus criaturas y en los rostros de sus paisajes, comparece la alegría de los colores besándose los unos a los otros; la alegría que exhalan la presencia y las grietas de la vida. Porque pintar de verdad, con verdad, es un acto de gracias.”

Lorenzo Aguirre fue depurando sus dibujos, convirtiéndose en un gran sintetista del trazo. Elaboraba unos tipos que servían de arquetipos generales, es decir, personajes que pueden quedar en la memoria popular… convirtiendo a todos estos personajes en protagonistas de sus escenas y significándose como el humorista de rasgos morales. Convirtió su obra en reportajes de su época.

En los años 30 coincidió en la búsqueda de la técnica de la encáustica, técnica en la que, junto con Anselmo Miguel Nieto, fueron grandes innovadores. Lorenzo Aguirre después de unos años de paciente investigación, realizó una serie de cuadros, tanto con soporte de madera, más habitual, como sobre lienzo, en los que demostró una gran maestría.

La técnica de la Encaústica la describía así su hija: “Sus tarritos de cera estaban dispuestos en un cofre, maculado, ya por el uso. En ellas sumergía con medida el fino cauterio calentado en el hornillo; retiraba con aquel una gotita de cera coloreada, la depositaba en el lugar correspondiente de la obra y la mezclaba con las demás, tan seguro en el toque que me hacía sonreír de entusiasmo. Conforme iba pintando me enseñaba de qué modo iba mezclando los colores con la cera”.

Mariano Benlliure por Lorenzo Aguirre. Gaceta de Bellas Artes, abril 1921

 

LORENZO AGUIRRE EN LA AEPE

Formó parte del Comité organizador de la Asociación de Pintores y Escultores para la Exposición del Libro que se realizó en Leipzig.

Medalla de Honor de la Asociación de Pintores y Escultores en la Exposición Nacional en 1934, entregada en 1935.

Realizó varios carteles para los Salones de Otoño.

Participó en las exposiciones de la Asociación de Pintores y Escultores de México (1925) llevada por el Sr. Escudero, y de Caracas, que llevó Chicharro Gamo en 1932, de la que se destacaron sus cuadros «llenos de sol alicantino».

Escribió con cierta asiduidad sobre temas de arte. En la Gaceta de Bellas Artes que edita la Asociación Española de Pintores y Escultores, se encuentran unas treinta obras suyas, caricaturas, dibujos de humor la mayor parte y algunos cuadros, siendo su primera intervención en la Gaceta una caricatura de Mariano Benlliure. También escribió algún artículo, como los dedicados a Argelés, Bellver y Chicharro, uno sobre aranceles y dos sobre los salones de otoño.

Socio de Mérito en el Salón de Otoño de 1922 y de Honor en el de 1923.

Bernardino de Pantorba le dedicó un artículo en 1930, en la Gaceta de Bellas Artes (397).

Elegido Vocal de la Junta Directiva el 24 de febrero de 1921, Contador de la Junta Directiva el 13 de enero de 1923 cargo que ocupó hasta 1926 y en 1928. De nuevo fue vocal en 1935.

Secretario interino en 1925 por ausencia de Camio, fue Delegado en Alicante en 1927.

 

SU PARTICIPACION EN LOS SALONES DE OTOÑO DE LA AEPE:

– I Salón de Otoño de 1920, D. Lorenzo Aguirre Sánchez, natural de Pamplona, Navarra; reside en Madrid, calle del Duque de Alba, número 14.

  1. “Retrato de mi madre”, óleo, 1,00 x 0,94

 

– II Salón de Otoño de 1921, D. Lorenzo Aguirre Sánchez, natural de Pamplona, Navarra; reside en Madrid, calle del Duque de Alba, número 14.

  1. “Mi hermana”, retrato óleo
  2. “Mi sobrina”, retrato óleo

 

– III Salón de Otoño de 1922, D. Lorenzo Aguirre Sánchez, natural de Pamplona, Navarra; reside en Madrid, calle del Duque de Alba, número 14.

 

– IV Salón de Otoño de 1923, D. Lorenzo Aguirre Sánchez, natural de Pamplona, Navarra; reside en Madrid, calle del Duque de Alba, número 14. (Socio de Mérito en el Salón de 1922).

4 “La capilla de los Juanes”

5 Coro de Santa María

6 La Josefa

7 Geranios

8 Santa María (interior)

464 Manzanares, óleo 0,40 x 0,50

465 Moncloa, óleo 0,40 x 0,50

466 Casa de Campo, óleo 0,40 x 0,50

 

– V Salón de Otoño de 1924. D. Lorenzo Aguirre Sánchez, natural de Pamplona, Navarra; reside en Madrid, calle del Duque de Alba, número 14. (Socio de Honor de Salones anteriores)

1 “Los botijeros”, óleo 1,40 x 1,40

 

– VI Salón de Otoño de 1925. D. Lorenzo Aguirre Sánchez, natural de Pamplona, Navarra; reside en Madrid, calle del Duque de Alba, número 14. (Socio de Honor de Salones anteriores)

5 Peñón de Ifac, óleo

6 Atardecer (Calpe), óleo

7 El Cau de la Granota (calpe), óleo

 

– VII Salón de Otoño de 1927. D. Lorenzo Aguirre Sánchez, natural de Pamplona, Navarra; reside en Madrid, calle del Duque de Alba, número 14. (Socio de Honor de Salones anteriores)

209 Atardecer, Alicante, 1 m x 1 m

595 Playa de San Juan (óleo)

 

– XIV Salón de Otoño de 1935. D. Lorenzo Aguirre Sánchez

218 Muchacha (encáustica), 0,84 x 0,72

Campos

La mesa

Parejas

Viejo campesino

 

Bibliografía y webgrafía:

Museo del Prado

Pantorba, Bernardino de, Historia y crítica de las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes celebradas en España [1948], Madrid, Jesús Ramón García-Rama, 1980, p. 364.

http://www.arte.sbhac.net/Plasticos/Plasticos.htm

http://www.euskonews.eus/0460zbk/efem46003es.html

https://alicantinos.wordpress.com/2012/01/30/aguirre-sanchez-lorenzo-2/

Felix Grande en El País, 1999

Gregorio Díaz Ereño y Camino Paredes Giraldo en el Catalogo de la Exposición Lorenzo Aguirre editado por la Diputación de Alicante 2003.

http://www.alicantevivo.org/2009/06/lorenzo-aguirre-una-vida-apasionante-y.html

http://www.enciclopedianavarra.biz/navarra/aguirre-sanchez-lorenzo/386/1/

http://www.arte.sbhac.net/Plasticos/Aguirre/Aguirre.htm

https://es.wikipedia.org/wiki/Lorenzo_Aguirre

Enciclopedia Universal ilustrada Europeo Americana. Primer apéndice. Espasa Calpe. Madrid. (1930-1934).

Homenaje a Lorenzo Aguirre (1884-1942). Editado por el Banco de Bilbao. Bilbao, mayo de 1986.

http://dbe.rah.es/biografias/50481/lorenzo-aguirre-sanchez

http://ineselo69.blogspot.com/2017/12/lorenzo-victoriano-aguirre-sanchez.html

http://aunamendi.eusko-ikaskuntza.eus/es/aguirre-sanchez-lorenzo-victoriano/ar-7123/

https://documentalismomemorialistayrepublicano.wordpress.com/2017/03/16/lorenzo-victoriano-aguirre-sanchez/

 

 

 

 

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