Por Mª Dolores Barreda Pérez
Los Directores de la Gaceta de Bellas Artes
de la Asociación Española de Pintores y Escultores
La Gaceta de Bellas Artes 1925- 1929 Bernardino de Pantorba
Como ya hemos visto, desde 1921 Bernardino de Pantorba ya colaboraba con artículos en la gaceta.
En 1925 Pedro García Camio, Secretario General de la Asociación, obtuvo una beca para estudiar retrato durante seis meses en París y en Londres, pensionado por la Junta de Ampliación de Estudios, lo que necesariamente le llevó a dejar temporalmente la secretaría en manos de Lorenzo Aguirre, mientras de la Gaceta se hizo cargo Bernardino de Pantorba.
En 1927 Camio fue pensionado para estudiar Retrato durante tres meses en Bélgica y Holanda, volviendo a hacerse cargo de la Gaceta el pintor y crítico Bernardino de Pantorba.
Este año comenzó a colaborar en la Gaceta como crítico teatral Enrique Estévez Ortega con su sección titulada “Del retablo de Talía”.
En la Gaceta apareció una sección nueva que prometía ser interesante, titulada Museos y galerías particulares, aunque luego no tuvo la continuidad que hubiera sido de desear a fin de conocer esa otra riqueza artística española.
Se seguía imprimiendo en la tipografía de A. de Ángel Alcoy, en calle Atocha, y que, tras el fallecimiento de su propietario a final de año pasó a llamarse Imprenta y litografía artísticas.
La suscripción costaba 12 pesetas al año y los anuncios 25 pesetas la página.
En 1926 el presupuesto de la Gaceta subió a 325 pesetas el número y se imprimía en Imprenta Hispánica, Cardenal Cisneros, número 47, Madrid. Tel. 9235.
Desde octubre de 1927 se imprimía en Zoila Alcasibar y Cía, situada en la Calle Martín de los Heros, 65, tel. 31136, surgiendo algunos errores en las numeraciones. Además, se vendía en Barcelona, en las Galerías Dalmau.
Ese mismo año falleció de penosa enfermedad Cándido Rouco, uno de los colaboradores de la Gaceta.
En abril de 1928 la impresión pasó a Urdapilleta Hermanos, en la Avenida de Pi y Margal, 18, pasando a mitad de año a Chulilla y Ángel, de la calle Torrecilla del Real, 17, tel. 71926.
Bernardino de Pantorba
LOPEZ JIMENEZ, José (B. de Pantorba) P.Cr 1920 29.jul.1896 SEVILLA MADRID 1987
Socio de Mérito de la AEPE
Socio de Honor
Vocal de la Junta Directiva
Bernardino de Pantorba por Ricardo López Cabrera
Como pintor, es un olvidado; como escritor teatral o poético, también; pero como crítico e historiador del Arte, y en particular de la Pintura, Bernardino de Pantorba sigue siendo de consulta obligada por los estudiosos.
Entre esos libros imprescindibles, hay que hojear a cada paso su «Historia y crítica de las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes celebradas en España», publicado en 1948 por Ediciones Alcor, de Madrid, con prólogo de Eduardo Chicharro, fundador y Presidente de la Asociación de Pintores y Escultores, y dedicatoria a la Hispanic Society of America.
Sus libros y escritos avalan por sí solos su faceta de historiador, investigador y crítico de arte.
Como pintor, pese a la profusión de obras, es completamente desconocido. Es desde este punto de vista desde el que abordo esta biografía.
BERNARDINO DE PANTORBA, PINTOR
José López Jiménez nació en Sevilla en junio de 1896.
Hijo del pintor sevillano Ricardo López Cabrera y de Rosario Jiménez Velázquez, una de las hijas del pintor sevillano José Jiménez Aranda.
Con diez años, estudiaba en un colegio de Sevilla. El maestro, Francisco Caroto, les imponía una lectura diaria de El Quijote, que los alumnos detestaban. José, con ganas ya de escribir desde niño, les dijo a sus compañeros de clase que pronto dejarían de leer la obra de Cervantes porque él iba a escribir un libro muy bueno para que pudieran leerlo en el colegio. Se puso a la tarea, que comenzó con el título… “El Ingenioso Hidalgo Don Bernardino de Pantorba”… y tras dos meses de trabajo, aburrido y cansado, abandonó la tarea. Sin embargo, las palabras primeras revolotearon en su cabeza ya para siempre.
En 1909 la madre y los cinco hijos se instalarán en Madrid, ya que el padre se había ido poco antes a Argentina.
ABC 1930
Con tan solo quince años escribió por primera vez en la revista madrileña Madrid Cómico. Según confesaba él mismo, las erratas con que reproducían los textos que remitía a la revista le sonrojaban, pero fueron 45 sus colaboraciones con aquel medio hasta noviembre de 1912.
En 1913 viajó con su madre y hermanos a Argentina, viviendo en la ciudad de Córdoba durante más de ocho años. Allí fue crítico de teatro del diario cordobés La Voz del Interior. Su colaboración gratuita propició una anécdota que derivaría con el tiempo en su seudónimo. Una noche, quiso corregir las pruebas de lo que se publicaría al día siguiente. El director llamó al regente de la imprenta y le dijo: “Che, atorrante, ándate y mirá si están las pruebitas de lo del señor…, el señor… señor…”. (No recordaba su firma). El crítico acudió en su auxilio: “López Jiménez”. El director sentenció: “Es verdad… tengo tantas macanas en la chola… Bueno, ándate vos y vení con las zonceras de lo del señor Gómez Gutiérrez…”
Según confesaba el propio pintor y crítico, un amigo le aconsejó el cambio de nombre o el uso de un seudónimo, ya que José López Jiménez era de lo más normal y en París no iba a sonar nada bien el “Mesié Yosé Lopé Yimené”.
Bernardino de Pantorba por Pedro García Camio
Bernardino de Pantorba por Marcelino Domingo
En 1930
La Esfera, 1928
La Esfera, 1929
La Unión Ilustrada, 1931
Bernardino de Pantorba en Unión Patriótica, 1928
En la Córdoba argentina publicó versos y artículos, una novela corta titulada “El vuelo”, un sainete “Pepínez”, editó dos cuadernos de versos, “Versos de amor, de dolor, de patria y de fe” y “Fuego y sangre” y un librillo de ciento diez páginas de prosa humorística titulado “López en la Argentina”.
Allí también estudió pintura en la Escuela de Bellas Artes y junto a su padre, y una carrerilla en la Escuela de Comercio. Y pintó, pintó mucho e hizo dos exposiciones.
Además, fue profesor de dibujo en las Escuelas Pías de Santo Tomás, dirigió la revista escolar “Hermes”, y ganó varios premios literarios con verso y prosa.
Y según confesaba, lo hizo todo con su nombre de José López Jiménez.
En 1921, con 25 años, regresa a Madrid y siguiendo las indicaciones de su progenitor, lo primero que hizo fue presentarse a su buen amigo Mariano Benlliure, amigo de su padre y también de su abuelo. En su libro “Cómo, cuándo, dónde, por qué y para qué nació Bernadino de Pantorba”, de donde extraemos todos estos datos, añade también la anécdota determinante para la adopción del seudónimo por el que hoy es conocido.
Benlliure le recibe con los brazos abiertos y despacha ante él a varias visitas. “A cada uno de los que llegaban me fue presentando, siempre muy amablemente, pero nunca de la misma manera: “Aquí le presento a mi joven y nuevo amigo el artista López Cabrera…”. Al segundo le dijo: “Este es mi joven y excelente amigo el artista Jiménez Aranda…”. Al tercero: “Mi joven y muy querido amigo el artista Aranda López…”. Al cuarto, ya abrazándome: “Mi joven amigo íntimo Cabrera Jiménez…”. Ni una sola vez acertó… No había tiempo que perder. ¡El seudónimo!”…
Fue entonces cuando se acordó de aquel nombre escrito de niño, que comenzó a usar desde entonces y hasta el final de sus días.
En abril de 1922 inauguró una exposición en el Ateneo de Madrid en la que se pudieron ver varios retratos y paisajes argentinos que el pintor realizó en Córdoba y por la que desfiló todo Madrid, incluida la Infanta Doña Isabel, que hizo grandes elogios de los cuadros presentados, especialmente de los paisajes argentinos.
En febrero de 1925 el sevillano presentó una exposición en el Salón Nancy, de la Carrera de San Jerónimo de Madrid. Los trabajos, firmados bajo el seudónimo de Bernardino de Pantorba, incluyeron 14 retratos y 25 cuadros de paisajes, mereciendo la crítica de los distintos medios de la época, que como el ABC, definían la muestra como de una “sincera y honrada factura artística… uno de los pocos pintores jóvenes completamente liberado de toda extraña influencia… pues el- Sr. López Jiménez ve hondamente el paisaje, del que presenta aspectos muy interesantes. Gran parte de los cuadros del artista sevillano… acusan un dominio indudable de tonos grises, intensamente representativos. Los retratos del Sr. López Jiménez acusan una muy estimable personalidad en este difícil género pictórico”.
Paisaje
En el diario El Liberal, escribía el historiador de Arte Luis Pérez Bueno una reseña sobre esta exposición, destacando que …”no es Pantorba por su arte clasificable como pintor andaluz… Pero hay algunos aspectos en el arte de Pantorba, dibujante, pintor y escritor que… le ligan en lo más íntimo de su ser con la encantadora región de Andalucía. Así por lo menos lo creemos ver en la virtud que tiene de percibir fina y hondamente, en su manera de dibujar tan límpida y correcta como un clásico renacentista, en su paleta fácil y obediente al sentimiento decorativo y en cierta esencia ática que donosamente zumba y trasciende de todas sus obras, ya dibuje, pinte, hable o escriba de materia artística… por eso es sensible y versado cuando traduce el natural, sin que nada le obligue a verlo a través de escuela o manera predeterminada… Todos los retratos, rotundamente todos, expresan la seguridad, la maestría y la rapidez de ejecución del artista: es una sesión empleada en cada uno de ellos, acusando lo esencial de línea, forma y espíritu del retratado. En ese quid de la gracia y del espíritu en la obra estriba la suma dificultad del género en que culmina Pantorba en primera línea… Esos retratos están realizados con depurada síntesis y cumplen el fin artístico, sin que en ellos falte ni sobre nada…no necesitan de entonaciones cromáticas para que produzcan la sensación del verismo perseguido…los dibujos tienen que emparentarse por la masculinidad de sus trazos con los de algunos maestros flamencos y holandeses en los comienzos del siglo XVII… Firmeza, gracia y vigor, sin que la línea, allí donde lo requiere, carezca de flexibilidad y dulzura… Pantorba, excepcional dibujante, dotado de una poderosa retina capaz de sustanciar la esencia de las cosas a través de las formas, con sensibilidad de colorista… la paleta del este pintor se amolda, se ajusta y responde al cromatismo culminante en el paisaje, totalizando su peculiar ambiente, sin dejar por eso de apuntar lo más intrínseco de los detalles y accidentes que dan la realidad de existencia de aquello que se quiso interpretar”…
En La Esfera, José Francés, quien fuera Presidente de la Asociación de Pintores y Escultores, escribía de esta exposición que …”Bernardino de Pantorba, crítico, no depende del Bernardino de Pantorba, pintor, sino en aquella fecunda experiencia del técnico que conoce lo que de oficio tiene la expresión plástica de la belleza natural o intelectiva… La actual exposición resume de un modo expresivo el arte de Bernardino de Pantorba como paisajista y como retratista… la aportación de Bernardino de Pantorba a las Exposiciones Nacionales y a los Salones de Otoño, mereció ser tenido en cuenta por la sinceridad que la informa y por el valor positivo que significa. Es un artista sensible y sutil, enemigo de la estridencia, alejado por convencimiento de los trucos efectistas; pero dotado, en cambio, de profunda receptividad sentimental y de un sentido decorativista muy moderno. Así, sus paisajes son bellos y verdaderos; causan el doble deleite visual y espiritual que la obra pictórica debe sugerir… se puede apreciar cómo procura la superación sucesiva, el incesante prurito de no adormecerse en una fórmula felizmente lograda… Hay en él ya el humorista que no precisa de las gamas cálidas de los esplendores del Sur, de las soleadas fulguraciones, para acreditar la fineza luminista y la delicadeza de matices… dibujos ágiles, sueltos de estilo, de una aparente ligereza, pero de una entrañable virtualidad clásica”…
Retrato
Unos meses después, en el semanario Blanco y Negro firmaba Antonio Méndez Casal un artículo en el que se refería a esta exposición y hablaba así del pintor: … “Espíritu inquieto y acometedor, tan presto se entrega ardorosamente al cultivo de la pintura, como, tomando la pluma, describe humorísticamente una escena de costumbres, o la psicología de un pueblo. En realidad, para él, todo es pintar… No hace mucho que en estas páginas hablamos de este lozano y sincero artista. Al comentar las obras del último Salón de Otoño hube de loar un cuadro que también figura en esta exposición, titulado “La montaña y la ría”. Bernardino de Pantorba, a pesar de los pocos años y de su temperamento impulsivo, vibrante, es artista cuya obra se halla en periodo de reposo y serenidad… Sabe que el arte es valor de gran permanencia que no cambia con las estaciones… No quiero decir que el arte de Bernardino de Pantorba sea repetición más o menos hábil de tipos estancados. Quiero, sí, consignar que su marcha es cautelosa y firme, sin hacer esas concesiones insinceras, que, si producen brillantes llamaradas, son cosa fugaz que no deja huella… Bernardino de Pantorba hizo su aprendizaje bajo la influencia tradicional del abuelo. Dominó sus nervios, dibujó analizando escrupulosamente la línea, y dueño de ella, comenzó a pintar. En este aspecto, no es un avanzado. Lo moderno es comenzar por el tejado… y ya pintando, ensayó las más diversas técnicas y formó la suya, que contiene al lado de elementos del pasado, no pocas conquistas del impresionismo y gérmenes de modalidades que pueden adquirir desarrollos insospechados. En el paisaje… hace ver su agudeza cromática para captar las finas tonalidades de la neblina… la gama gris, delicada, transmite la emoción bellamente triste del panorama… paisajes luminosos, sin estridencias… porque Bernardino de Pantorba es pintor que sabe orientarse en el paisaje, eligiendo con talento puntos de vista y horas de emoción… Acometió briosamente el estudio de la figura femenina y triunfó. Las líneas misteriosas que encierran el secreto expresivo de un rostro de mujer joven y bella son del dominio de nuestro artista”…
En 1925 presentó un retrato al VI Salón de Otoño que fue publicado por la revista Blanco y Negro y que para Antonio Méndez Casal era… “certero. Recoge con justeza la expresión nerviosa, inquieta, del pintor sevillano”…
En 1926 participó en la Exposición Internacional de Venecia, junto a muchos pintores miembros de la Asociación de Pintores y Escultores como Enrique Bráñez, Manuel Castro Gil, José Cruz Herrera, Carlos Dal- Ré, José Garnelo, Eugenio Hermoso, Fernando Labrada, Francisco Lloréns, Eduardo Martínez Vázquez, Francisco Mateos, Elíseo Meifrén, Manuel Menéndez, Julio Moisés, José Moreno Carbonero, Eduardo Navarro, Ceferino Palencia, Pedro Antonio, Francisco Pons Arnau…
La Nación 19.11.1926, Exposición en el Salón Nancy de Madrid
A la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1926 presentó un paisaje que la prensa destacó como “muy luminoso”.
Unos meses más tarde, presentaba una exposición de medio centenar de obras en el Salón Nancy de Madrid. En esta ocasión fueron solo 15 paisajes de Mallorca frente a un total de 35 retratos de escritores, artistas y hombres de ciencia de la España actual, que habían sido recogidas en un libro en el que además del retrato del personaje, se incluía una semblanza rápida y certera escrita por el mismo pintor y literato.
El ABC consideraba que “en estos retratos Pantorba proclama, con enérgica rotundidad, con gallardo desdén hacia las efímeras bogas modernistas, el señorío del dibujo clásico, del único dibujo. La línea que traza el lápiz valiente y honrado… obras de muy preclara estirpe y de contenido perdurable. Así, en los paisajes se nos ofrece en pleno dominio de la técnica… el juego de luz y de color está logrado con dominio absoluto del complejo arte de los matices y de los contrastes. La exposición de Pantorba… señala en la carrera del joven e ilustra artista una cumbre muy brillante de plenitud”.
Concurrió a la Bienal de Venecia de 1927, vendiendo allí las obras presentadas.
Al VII Salón de Otoño de 1927 presentó lo que para el semanario Blanco y Negro eran “tres paisajes deliciosos. Uno, de Mallorca, reproduce certeramente un campo de olivos retorcidos con el aspecto doloroso de este árbol tan mallorquín, que, agrupado y visto a ciertas horas, semeja una estampa dantesca. Santa María la Nueva es paisaje urbano, en el que el claroscuro ha sido manejado expresivamente”.
Paisaje
En 1927 la editorial Publicaciones Artísticas publicó el libro “Rostros de españoles”, simultaneada con una exposición de los mismos en el Salón Nancy de Madrid, sobre la que el crítico José Francés, bajo el seudónimo de Silvio Lago, escribía en La Esfera que eran …”verdaderamente admirables de exactitud facial, de carácter desvelado por la certeza concreta de los rasgos que fueron trazados ágilmente, seguramente con graciosa y espontánea facilidad… cualquiera puede ver que aquí no faltan caras inexpresivas y vulgares, vale decir, en términos de pintor, ingratas y comprometidas… el artista añade que estos retratos están hechos con honradez y sin receta, al margen de los ismos, extravagancias y piruetas de los suedoinnovadores, con el respeto a las normas clásicas y al natural… en tono desenfadado e ingenioso continúa también en las glosas literarias de cada retrato. No todas son favorables ni apologéticas. El escritor no cede en afán de veracidad al dibujante. Y de aquí el doble encanto de las semblanzas que muestran el alma a través del retrato y la obra propia… Pantorba viene demostrando hace tiempo este profundo y cada día más seguro valor de paisajista desde su primera exposición… Es una larga, sutil, profunda, exquisita depuración técnica y sentimental, un ahincado ejercicio de la voluntad y de la mirada para más íntima identificación con la Naturaleza, que ya puede y debe serles satisfactorios al artista”…
Los retratos fueron publicándose en La Esfera a lo largo de distintos meses, con grandes loas hacia el arte del pintor.
En 1928 realizó una exposición de sus obras recientes en el Salón Nancy de Madrid de la que se hizo eco toda la prensa. En el ABC se pudo leer que el artista “practica su arte y lo va depurando a través de una labor ahincada y ungida por la vocación fervorosa… Pantorba presenta veinte paisajes y quince retratos. A los primeros los titula modestamente “Impresiones del paisaje italiano”. Tienen de impresiones la rapidez vivaz con que están captadas por la retina clarividente los rincones de Florencia, Venecia, Pisa, Génova…. También muchos de ellos, la técnica de puro impresionismo… pero son mucho más que meras impresiones… están ejecutados con una grandeza de concepción, con una amplia visión interpretativa que los hace grandes composiciones de paisaje… la técnica, de tipo moderno es una afirmación siempre vibrante y entusiasta de respeto a lo eterno del arte… en sus cuadros hay la anatomía que el paisaje tiene y que tan pocos artistas de hoy aciertan a ver y, menos, a interpretar. Dibujante de tan firme lápiz y de tan graciosa originalidad al mismo tiempo, sus retratos son un acierto absoluto. La línea es esquemática, sobria, se reduce a lo estrictamente indispensable para modelas la forma… los retratos femeninos son la depuración de los de hace dos años… técnica que se ha coronado y engalanado con otro don: el de la elegancia”…
ABC 6.5.1928, Bernardino de Pantorba pintando en Gimignano
En el mismo diario, a lo largo del tiempo que duró la exposición, aparecieron otras reseñas que incluían fotografías del artista pintando y retratos y paisajes a lo largo de tres páginas completas en las que nuevamente, Antonio Méndez Casal reseñaba sus impresiones: “Bernardino de Pantorba es un mozo de inteligencia, ágil y de sensibilidad innata, afinada por constante ejercicio… vivió en ambiente de trabajo artístico, asistiendo a las múltiples fases de elaboración de la obra, de arte… Pantorba viajó, estudió Museos, se adentró en el espíritu de los ambientes más dispares del nuestro, y ya con al lápiz o bien con la pluma, comentó en serio o humorísticamente tipos y costumbres, manejando la ironía con bello desenfado… La curiosidad, bien orientada por una inteligente preparación, le permitió analizar sagazmente el proceso tan complejo de las técnicas pictóricas modernas, tomando de ellas cuanto estimó utilizable. Así, del impresionismo adquirió luminosidades, sentido de la atmósfera envolvente, rutilancias, manejado todo con sensibilidad de poeta… sus óleos son pequeñas visiones justas y concentradas, a modo de breves glosas, ricas en jugosidad captadora de la esencia del trozo comentado… y sus dibujos orientados hacia la posesión gráfica del gesto, han seguido una marcha ascendente que alcanzó en algún momento el premio del acierto definidor… exhibe paisajes eternos de renovación de una flora optimista; paisajes urbanos de gesto moderno… rica y sugestiva serie de visiones a modo de certeras estampas… Hombre austero, no gesticula, no fuerza el anuncio, no cultiva la farsa… Bernadino de Pantorba trabaja, analiza y ahonda… ya alcanzó el título de buen anatómico de la forma humana sin caer en la seudogalantería de adular al modelo femenino con amaneramientos ridículos… la condición de excelente dibujante no le impide continuar sin descanso su labor de análisis”.
Tal y como descubrimos por El Heraldo, la exposición fue visitada por la Infanta Doña Isabel, a quien gustaron mucho sus obras, y por un elevado número de público, que prodigaron grandes alabanzas de las obras expuestas.
Retrato de Antonio Machado
Retrato del maestro Barbieri
En esta exposición, que compartió junto al pintor italiano Alvé Valdemi, la crítica que recibió de la recién creada revista cultural Estampa, no fue del todo buena, refiriéndose la información, que no firma nadie en concreto, a la faceta paisajista de Pantorba, que juzga como simplista con expresiones y palabras como …”Bernardino de Pantorba, al interpretar el paisaje italiano, ha procurado, ante todo, el ambiente, fijándole con fidelidad y exactitud. Son, pues, paisajes informativos estos suyos, apuntes de observador curioso y perspicaz, a los que no falta el encanto de notas sueltas de álbum de viaje, más evocadoras y precisas que las farragosas descripciones literarias. Páginas sencillas, improvisadas y espontáneas, en las cuales no obstante, ha puesto el artista un gran celo, sacrificando los efectos vulgares y aludiendo toda complicación pictórica. Ha querido ser claro, sin preocupaciones de modernidad ni clasicismo, esas dos graves y contagiosas dolencias que tanto estrago están ocasionando entre la efervescente juventud y la vejez valetudinaria del Arte. Precisamente, la claridad y la sinceridad es lo que echábamos de menos en los retratos a que nos hemos referido. Pero también en ese género ha progresado Bernardino de Pantorba. Las cabezas expuestas en el Salón Nancy revelan una plausible evolución hacia un estilo más selecto, sobrio y sintético que, sin perder la factura convencional, anuncia la promesa de una manera aristocrática, distinta de la que por tal se entiende ahora”.
En 1929 participó en el IX Salón de Otoño. La Revista hispanoamericana de ciencias, letras y artes recogía una nota acerca del pintor en la que destaca que …”el joven y notable maestro, atesora, entre las muchas facetas y los muchos recursos de que se halla provisto su personal mérito indiscutible y sobresaliente, unas cualidades de paisajista eminente, cultivador de tan difícil y sugestivo género pictórico y un temperamento de observador de la naturaleza, sagaz, refinado y exquisito, que dan como resultado frutos sazonados y maduros de apetecible posesión. Su retina sensible para captar los innumerables y delicados matices del color y de la luz del ambiente, acusa en sus obras las propiedades envidiables de un feliz ejecutante de esta especialidad estética, y como consecuencia de ello, el que el nombre de Pantorba se halle incorporado a las filas de los elegidos y privilegiados… Por la extraordinaria cultura de este hombre, al unísono con sus sobresalientes propiedades de pintor, va su labor literaria”…
Paisaje
Concurrió a la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929, donde logró la Segunda Medalla de Pintura con el óleo titulado “Plaza del pueblo”.
En el Salón de Otoño de 1930 “Bernardino de Pantorba prosigue su avance afortunado con algunos bellos paisajes. Seguro de construcción y bien afinado de retina, envió a este salón algunos cuadros conocidos, que no decaen con la vecindad de otros”, comentaba el ABC.
En la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1930 obtuvo la Tercera Medalla por sus lienzos “Aprendiz de río” y “El encinar”, obras que pasaron a ser propiedad del Museo de Arte Moderno.
En 1931, en La Unión Ilustrada escribía Cecilio Barberán: “Su personalidad como pintor, no es menos digna de estudio. Hoy su actividad como tal la dedica casi por completo al paisaje. Como en sus libros da en éstos la nota de sinceridad y de lo moderno. Labor pictórica es la suya de alto valor estético. Para convencerse de ello es necesario estudiar primero sus dibujos. Dibujante notabilísimo no ignora un secreto de la línea que se pueda traducir en una emoción de espiritualidad y de gracia. Sus retratos al carbón son a menudo obras de singular valor. Ello nos dice que su concepto moderno del paisaje no es como el de tantos, que, sin saber dibujar apenas, se lanzan a crear obras de este género para ocultar mejor base tan fundamental. En Bernardino de Partorba, pintor actual, no cabe eso puesto que claramente se ve que su evolución hacia el impresionismo parte de un punto de noble y sólida disciplina artística, empujado por la más sana inquietud. Su obra, como hija de dichos factores, da siempre frutos logrados, de verdadero arte. Así lo hemos ido comprobando en las cuatro exposiciones personales que lleva realizadas; en la del Ateneo; Salón Nancy de óleos y dibujos y las celebradas en Bilbao y Zamora. Consecuencia de ello han sido los galardones obtenidos en cuantos certámenes ha concurrido. Segunda Medalla por su cuadro «Convento de Santa Clara», en la Iberoamericana de Sevilla y Tercera en nuestra Nacional últimamente celebrada por su cuadro «Aprendiz de río». —¿Cuál es su aspiración en el arte?—hemos preguntado al notable artista en nuestra charla —el poder pintar los paisajes como los siento—nos dice. Toda vez que tengo el concepto de que el paisaje moderno debe desprenderse del impresionismo que se ha entendido como impresiones de color y que hay que agregar este al paisaje clásico de construcción. Pues entiendo, que en él, hasta la fecha, no se ha unido la forma y el color y debe unirse. Como se ve «Bernardino de Pantorba» sabe dónde va y de dónde procede. ¿Se puede decir de todos los pintores lo mismo ? No. porque no todos heredaron los caudales que él heredó; si bien tal herencia tiene el mérito en él de haberla transformado en rama nueva de un árbol cuyas sombras de gloria se proyectan a menudo sobre el campo del arte contemporáneo”.
En 1934 inauguró en el salón central del Círculo de Bellas Artes una exposición de 32 paisajes y 18 retratos, óleos y dibujos, que el diario ABC consideró como “un verdadero alarde… dibujos policromados de elegancia señoril, de línea magistral y de finura sobria sin concesión alguna a efectismos subalternos… pero alguno de los paisajes son toda una lección en el género, como tema de emoción y como técnica con que esta emoción se interpreta… Bernardino de Pantorba pudo paladear ayer la emoción de un triunfo ganado tan limpiamente y con tanta participación de su nativo talento de pintor como de la voluntad insaciablemente dirigida a pintar cada día mejor. Lo ha logrado el artista. Por eso fueron ayer tan sinceras y expresivas las felicitaciones que merecieron su éxito”. En días posteriores el semanal Blanco y Negro publicaba con este motivo una fotografía del artista.
Paisaje
En 1936 el artista celebró en la Sala Gaspar de Barcelona una exposición de paisajes y retratos. Con ese motivo, el diario ABC destacaba que “La pintura de Pantorba, sólidamente construida y exaltada delicadamente por su fina percepción del matiz, ha merecido excelente acogida de la crítica. Pantorba sabe recoger como muy contados artistas son capaces de hacerlo, la fisonomía más delicada del campo español, sin recurrir a la mueca grotesca y a la descomposición absurda de la forma. Madrid, Mallorca, Bilbao…. Figuran interpretadas en esta exposición con gran dignidad y decoro artístico, ya que ha conseguido y llevado al lienzo ese aire fisionómico inconfundible, tan difícil de lograr, por encima de fórmulas y técnicas diversas”.
Paisaje
Desde 1935 su actividad como conferenciante, crítico de arte, prologando libros y catálogos, va ganando terreno en su trabajo, pese a seguir presentando obra a concursos y certámenes varios.
En mayo de 1942 realizó su primera exposición tras la contienda, exhibiendo un total de cuarenta y cuatro óleos y dibujos, la mayoría paisajes de la tierra y el mar de Gerona, que fue muy visitada y aplaudida por crítica y público.
Ese mismo año, participó en la Exposición Nacional de Bellas Artes con un retrato de Juan Pujol.
A partir de esta época, se dedicaba a pintar cuadros escritos en lienzos traducidos a papel, y en lugar de colores, a través de las palabras. Prólogos de libros, biografías, apuntes historiográficos y críticos sobre grandes pintores.
En el Salón de Otoño de 1948 logró la Segunda Medalla de Paisaje y el Premio del Ministerio de Educación.
En 1961 publicará una de sus obras cumbres “La pintura de Velázquez”.
Paisajes
En 1966 es nombrado académico correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría de Sevilla.
Dos años más tarde, académico de la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba.
Vivía en la Calle O’Donnell, 49-51 de Madrid.
Retrato de niña
A lo largo de su larga vida, Bernardino de Pantorba pintó más de 800 paisajes de casi todas las regiones de España y de algunas de Italia. Hizo alrededor de 500 retratos de españoles insignes y casi todos con el natural delante. Celebró quince exposiciones de sus obras en Madrid, Barcelona, Bilbao, Gerona, Zamora, Llerena y Bayona. Concurrió a 28 certámenes de arte internacionales y nacionales. Recibió 14 premios, distinciones y honores.
Publicó cerca de 80 títulos de historia, arte y crítica, traducidos al francés, inglés, alemán e italiano, además de infinidad de artículos y versos en revistas y diarios. Impartió más de 60 conferencias y lecturas. Fue director literario de una editorial madrileña. Dirigió una revista de arte. Fue corresponsal de dos revistas argentinas. Realizó casi dos millares de informes y peritajes de pintura.
Reunió en su domicilio más de 500 cuadros y cerca de 20.000 libros.
Paisajes
Bernardino de Pantorba se casó tres veces.
Falleció en Madrid, en 1990, a los 94 años.
Historiador, investigador, crítico de arte y pintor.
Como bibliógrafo y tratadista destaca su Historia y crítica de las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes celebradas en España, publicada en 1948.
Fue miembro de la Hispanic Society of America y del Patronato del Museo Sorolla. Así mismo, tiene dedicada una calle en la Villa de Vallecas de Madrid.
Paisajes
Bernardino de Pantorba y la AEPE
Participa en el III Salón de Otoño de 1922 con las obras tituladas La nube viajera, Cabeza de estudio, La escalinata y Alrededores de Madrid.
Al IV Salón de Otoño de 1923 presenta las obras Verano, Pinar de Puerta de Hierro, Tarde de sol, Noche de luna y Puesta de sol.
Al V Salón de Otoño de 1924: La montaña y la ría, Rucoba y Cementerio de pueblo.
Al VI Salón de Otoño de 1925: Encinas, Tarde y dos tituladas Apunte.
Al VII Salón de Otoño de 1927: Mañana, Olivos y Santa María la Nueva.
Al IX Salón de Otoño de 1929: Piedralabes y Calle de Piedralabes.
Al X Salón de Otoño de 1930: Hora de sol en Mallorca, Altor Hornos de Bilbao, Las seis y cuarto, Estudio de pinos, Corral extremeño y Convento de Santa Clara.
Al XIII Salón de Otoño de 1933: Piedras, Álamos blancos y Frente a Mundaca.
Al XIV Salón de Otoño de 1934: Orillas del Manzanares y Álamos blancos.
Al XVII Salón de Otoño de 1943 la obra Jardín florido.
Al XVIII Salón de Otoño de 1944: Patio de las Yeserías y Patio de las Casas de Pilatos.
Al XIX Salón de Otoño de 1945: Unas encinas y Plaza del Monasterio.
Al XX Salón de Otoño de 1946, Costas de Nerja.
Al XXI Salón de Otoño de 1947: Álamos blancos.
Al XXII Salón de Otoño de 1948: La casita del gallo, Hora de sol en Mallorca, Casa del Perdón y Árbol.
Al XXV Salón de Otoño de 1952: Sombrajos.
Retrato de Debussy
Cabeza de estudio
En 1923 es nombrado Socio de Mérito de la AEPE y un año más tarde, Socio de Honor en el Salón de 1924.
Vocal de la Junta Directiva desde 1925 y hasta 1927. Como vimos al abordar la biografía de Pedro García Camio en su momento, cuando a éste se le otorgó la beca para estudiar Retrato en París y Londres, dejó la Gaceta de Bellas Artes a cargo de Bernardino de Pantorba.
En 1927 en la sección española del Salón de Otoño de París, fue uno de los pocos autores que vendieron obra.
Ese mismo año, estuvo también presente en la Bienal de Venecia, vendiendo también sus obras allí.
La Asociación de Pintores y Escultores celebró en julio de 1927 una Exposición en el local del Ateneo de Alicante, en lo que se pretendió fuera inicio de una serie de exposiciones en diversas provincias, en la que participó con una obra.
En 1929 el Salón de exposiciones de la AEPE inauguró el 3 de abril una exposición de bodegones o naturalezas muertas en el local generosamente cedido por la sociedad de Amigos del Arte.
Retrato de Manuel de Falla
Retrato de José Clará
Retrato de José María López Mezquita
En 1930 además de participar con obra en el Salón de Otoño, fue uno de los miembros del Jurado del mismo.
En 1935 participa en el Salón de Mayo, denominado simplemente Exposición de Bellas Artes, con las mismas prerrogativas que un Salón de Otoño pero sin seguir la numeración de los mismos.
En 1942 la Junta Directiva acordó la celebración de una exposición homenaje a Jiménez Aranda, con la colaboración de su nieto, Bernardino de Pantorba, y se programaron posteriormente homenajes a Muñoz Degrain, Domingo Marqués y Sorolla.
La exposición homenaje a Jiménez Aranda se inauguró el 16 de enero de 1943 y se mantuvo hasta el 10 de febrero. La conferencia inaugural fue a cargo, como era natural, de Bernardino de Pantorba, nieto y biógrafo suyo, quien también costeó el catálogo. A dicha conferencia inauguración asistieron el Ministro y el Director General de Bellas Artes.
En 1947 la Asociación renovó la Junta directiva en Asamblea General Ordinaria, resultando en ella reelegido como Vocal Bernardino de Pantorba, manteniéndose en el cargo hasta 1955.
En el Salón de Otoño de 1948 había por primera vez medallas de primera, segunda y tercera clase, para pintura, escultura, grabado y dibujo y arte decorativo en general, distinguiéndose en pintura entre figura y paisaje. Medallas concedidas por voto escrito y firmado de los expositores. La acuarela entraba como pintura. Bernardino de Pantorba obtuvo la Primera Medalla. Además, fue galardonado con el Premio del Ministerio de Educación Nacional.
Retrato de José Francés
Retrato de Ruperto Chapí
En la Asamblea General de 1950 resultó elegido Bernardino de Pantorba como Vocal de la Junta Directiva.
En 1955, la Hispanic Society of América de Nueva York, premió a Bernardino de Pantorba por su destacada contribución al arte.
Su contribución a la Gaceta de Bellas Artes fue memorable, dejando escritos unos 150 artículos que abordaron todo tipo de temas y artistas.
Pronunció numerosas conferencias dentro de las actividades de la Asociación de Pintores y Escultores, como las que giraban en torno a Jiménez Aranda, Goya, Mateo Inurria, Velázquez, El romanticismo en la pintura española, Lucas, Becker, Zuloaga…
Paisajes