Mª Blanca Mac-Mahon Ordoñana

Por Mª Dolores Barreda Pérez

LAS PRIMERAS ARTISTAS DE LA

ASOCIACION ESPAÑOLA DE PINTORES Y ESCULTORES

Desde su fundación en 1910, y después de haber tratado en anteriores números a las Socias Fundadoras de la entidad, y las participantes en el primer Salón de Otoño, vamos a ir recuperando de la memoria colectiva, el nombre de las primeras socias que vinieron a formar parte de la Asociación de Pintores y Escultores.

Mª BLANCA MAC-MAHON ORDOÑANA

 

MAC-MAHON ORDAÑANA, Mª Blanca        P   1885      LA HABANA       VALLADOLID

Mª Blanca Mac-Mahon Ordoñana se inscribió en nuestra entidad como “Pintora”. Socia de número, no podemos determinar exactamente su fecha de alta.

La artista, nació en París el 15 de agosto de 1926.

María Blanca en una imagen de su juventud

Contrastamos los datos con su encantadora hermana, Rosa Mac-Mahon, quien guarda de la artista un recuerdo de absoluta admiración, solo superado por el sentimiento de profundo afecto y cariño a quien tan unida estuvo en vida.

Era hija de Manuel Mac Mahon y Valarino, fallecido en Madrid en 1968, y de Ángela Prudencia Ordoñana Gordovil, fallecida en 1993, matrimonio que tuvo dos hijas: Rosa, pintora autodidacta de vocación más tardía, maestra y catequista y Mª Blanca, tres años mayor, pintora y restauradora que falleció sin descendencia.

En su infancia, la familia regresa a Madrid hasta que estalla la guerra civil, que gracias a la doble nacionalidad, pasan la madre y las hijas en París,  mientras su padre permanece en Madrid toda la contienda.

María Blanca a los dos años de edad

Desde su más tierna infancia destacó su inclinación por las bellas artes, e inspirada por su madre,  una mujer adelantada a su tiempo que vio en sus hijas cualidades artísticas, comenzó copiando con dibujos que fue perfeccionando gracias a sus indicaciones.

En París donde destacó también por sus dotes artísticas y ya de regreso a España, se matriculó en la Escuela de Artes y Oficios, cuando contaba tan solo con 14 años, y donde destacó rápidamente en las clases de dibujo.

De allí pasaría a la Academia de Bellas Artes de San Fernando.

Ángela Prudencia Ordoñana Gordovil y sus hijas María Blanca y Rosa

En un artículo sin datar publicado en la prensa bajo el título de “A las sobrinas de Apeles les espera una labor dura”, bajo el subtítulo de “Nosotras, las mujeres”, y firmado por Ángeles Villarta, se describe así a Blanca: …”Era una adolescente alta, delgada, muy bonita… Blanca tiene ojos profundos, soñadores y largas manos expresivas… de familia bilbaína, concluyó sus estudios en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, de Madrid… Blanca era alumna de la Escuela de Artes y Oficios, donde destacó en clase de dibujo. Tenía vocación de pintora, pero es tímida y posiblemente no se hubiera arriesgado a manifestar su deseo porque temía el fracaso. A sus padres les gustaban mucho los dibujos de Blanquita. Un profesor, el señor Bermejo, intervino afortunadamente. –Fue a visitar a mi madre y le dijo que yo no debía desaprovechar mis condiciones para la pintura. Que ingresara en San Fernando. Fue el día más feliz de mi vida. Pero comprendí que una cosa era querer ser alumna de la Escuela y otra distinta conseguirlo. Mamá me animaba mucho. Es bilbaína, y, por lo tanto, muy tenaz. Le encantó la idea de tener una hija pintora. Puede decirse que fue mi “manager”. Un “manager” maravilloso. No sería exagerado asegurar que entré en San Fernando por delegación-“… Blanca prefiere el óleo, la composición… Su pintura, cuajada de aciertos, fue favorablemente juzgada por los mejores críticos. No resultó la presentación prematura de una obra y consiguió un gran éxito. Hoy lo conseguiría mayor porque ha realizado grandes progresos artísticos… La pintura es un arte caro, y Blanca ha buscado una fórmula que le permita preparar sus trabajos para la próxima exposición sin resultar, en exceso, gravosa al presupuesto familiar… Blanca Mac Mahon se ha especializado en el arte de restaurar. Con un grupo de compañeros realizó tan delicada labor en el retablo de San Juan de los Reyes de Toledo. Estuvo también en El Escorial. Actualmente trabaja en el Palacio Real… -Me gusta, no siento la menor afición por la copia, pero la restauración me atrae. Encontrarte con un cuadro destrozado, casi destruido y, poco a poco, devolverle todo su valor… En muchas ocasiones es preciso rehacer partes absolutamente perdidas sin restar nada al conjunto, siguiendo rigurosamente las características del resto de la obra, el estilo del artista que lo creó. Es una ocupación que proporciona sentido de la responsabilidad. Te confían una obra de gran mérito que puedes estropear si te descuidas, si no estás alerta pendiente de tu trabajo… Además de los conocimientos generales a todo artista, un restaurador precisa conocimientos de elaboración y preparación de materiales y una gran precisión de pincel. En España se puede hacer una labor importantísima, puesto que la riqueza pictórica es muy grande. Hay muchos cuadros deteriorados que podrían salvarse, lo mismo que en los museos, en las pinacotecas, en tantas iglesias y conventos-“.

La joven artista modelando en la Escuela de San Fernando

De aquellos días de estudios y trabajo, de esfuerzos y aprendizaje, Blanca recordaría que en su promoción eran apenas una docena de mujeres como ella las que cursaban estudios, pero que la mayor parte de las jóvenes, abandonaron los mismos para contraer matrimonio.

Como además era bellísima, en la escuela sirvió de modelo para sus compañeros, que hicieron de su imagen infinidad de retratos y esculturas, ya que veían en ella el ideal de belleza que pretendían copiar.

Autorretrato a los 18 años

De 1943 a 1947 cursó estudios en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando. Allí fue donde conoció a su marido, compañero de estudios, con quien contrajo matrimonio, el también pintor Rafael Reyes Torrent, artista valenciano de merecida fama en los círculos culturales y artísticos de la capital que retrataba a la más alta sociedad de la época y miembro también de la Asociación Española de Pintores y Escultores.

Participó en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1940, en donde aparece registrada como “María Blanca Mac-Mahon y Ordañana, natural de París. Domiciliada en Madrid, calle Mercenado, 46. Alumna de la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando de Madrid”. A la misma presentó la obra inscrita con el número 431 y titulada “Orvieto” (óleo).

María Blanca pintando al aire libre

A lo largo de su vida, María Blanca compaginó su faceta de pintora con la de restauradora, lo que le permitió vivir siempre de su trabajo, que como nos confiesa su hermana, “necesitaba pintar para vivir”.

Participó en el XX Salón de Otoño de 1946 y según confesión aparecida en una revista de la época sin poder determinar, bajo el título de “Las 3 Marías en el Salón de Otoño”, firmado por Juan de Diego, “… -el cuadro que yo expongo es un retrato de mi padre. Lo hice este verano en quince días y pensando en el Salón de Otoño-. María Blanca tiene una mirada llena de ilusiones. Piensa casarse cuando ella y su novio hayan vendido muchos cuadros. Entonces pondrán un estudio precioso y vivirán para el Arte y por el Arte. A María Blanca le hubiese gustado ser autora de “El Cardenal”, de Rafael… y a la pregunta de si piensa ganar mucho dinero con la pintura contesta que –sí… por ambición-… María Blanca recibió el primer encargo cuando copiaba un cuadro en una galería de la Escuela de San Fernando. Era un embajador extranjero, y la copia le valió quinientas pesetas; lo que ella había pedido en su inocencia… -Soy muy deportista, pero no practico ningún deporte. De niña saltaba muy bien a la comba eso de “al cocherito leré”… y en París gané una copa de plata en el internado por saltos de altura y de longitud-. A la pregunta de si existe algo en la vida por lo que dejaría de pintar contesta enérgica: -¡No! ¡Nada existe en el mundo capaz de hacerme olvidar que soy pintora!… Usted no sabe lo que se disfruta pintando-”.

La artista, a la derecha, restaurando en la Escuela de San Fernando

En 1951 expuso en la Sala Macarrón de Madrid y en 1953 participó en el Homenaje a Vázquez Díaz que tuvo lugar en el Museo Nacional de Arte Contemporáneo, junto a artistas como Eva Aggerholm, Venancio Blanco, Pilar Calvo, Ángel Ferránt, Ramón Lapayese, Jorge de Oteyza, José Planes, Ricardo Baroja, José Beulas, Rafael Boti, Canogar, Ramón Casas, Javier Clavo, Cossío, Salvador Dalí, Díaz Caneja, Luis Feito, M. A. Ferránt, Menchu Gal, Gutiérrez Solana, Agustín Ibarrola, Francisco Iturrino, José Lapayese, Aurora Lezcano, Ricardo Macarrón, Martínez Novillo, Enrique Mélida, Benjamín Palencia, Darío Regoyos, Rafael Reyes Torrent, Rubio Camín, Vaquero Turcios, Cristino de Vera, …

Niña sentada, sanguina

En 1953 intervino en la Exposición de Pintores españoles contemporáneos en Viareggio (Italia).

Participó también en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1954, en donde aparece registrada como “María Blanca Mac-Mahon y Ordañana, natural de París. Domiciliada en Madrid, Fernández de los Ríos, 96. Alumna de la Escuela Central de Bellas Artes”. A la misma, concurrió con la obra inscrita con el número 294, titulada “Guisando (Gredos)”.

La artista el día de su boda con Rafael Reyes Torrent, quien también fuera miembro de la AEPE

En 1955 cursó estudios en la Academia Española de Roma, aprovechando el premio “Roma” que obtiene su marido, y coincidiendo allí con otros compañeros de la Escuela de San Fernando como Joaquín García Donaire y Francisco Echauz.

Durante su estancia en Roma, que duró más de tres años, eran frecuentes los viajes del matrimonio a capitales europeas como Austria, Alemania, Dinamarca, Holanda, Bélgica o Francia, en las que recogían la influencia de los artistas clásicos.

Plumilla con aguada

En 1957 la Accademia Mondiale degli Artisti e Professionisti de Roma otorga el título de Maestro Accademico honoris causa a Blanca Mac Mahon, en reconocimiento a su trabajo en el campo de la pintura.

En 1959 Blanca fue condecorada con la Medalla de Plata en el Concurso Internacional de Roma Olimpiónica.

Autorretrato con bastidor

En 1961 realizó una exposición junto a su marido en la Sala Libros de Zaragoza, donde María Blanca presentó unos retratos que “demuestran una gran soltura y dominio técnico, tanto con la espátula como con el pincel”.

Participó en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1962 con la obra inscrita con el número 60 titulada “Madrid”, Sala III. P.V. En el catálogo se especifica que era “natural de París, domiciliada en Madrid, Marcenado, 42. Alumna de la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando. Ha expuesto en Mostra dei pittori Espagnoli, residentes en Roma, Salones Macarrón. Tiene obras en la Diputación Provincial de Ciudad Real y en colecciones particulares en Italia, Francia, Dinamarca y España. Profesora de dibujo. Premio Corporaciones en la Nacional de Bellas Artes de 1960”.

De regreso a Madrid, el matrimonio se instala en un estudio en la calle Sánchez Pacheco, 61.

Un retrato rápido hecho por su marido, Rafael Reyes Torent

En los años 60 llevó a cabo distintas exposiciones, como la realizada en los Salones Macarrón de Madrid.

En 1965 presentó en la Galería de Arte Atril una serie de óleos, dibujos y acuarelas “suficientes para acreditarla de la mejor manera entre nosotros. Figuras concebidas con brío y amplitud varoniles y tratadas con un colorido armonioso y transparente que revela una alta calidad pictórica (Blanca se ha dedicado algún tiempo a la restauración de cuadros antiguos. Nada tan útil para profundizar en las técnicas). Confieso mi predilección por los dibujos a pluma, terminados a la aguada. Es en ellos donde la artista se manifiesta más espontánea, más “suya”, recogiendo en una Parente facilidad una larga experiencia. Todo vibra, todo vive en aquellos trazos delicadísimos, manejados con maestría insuperable”…dice al presentárnosla el Marqués de Lozoya”, según apareció en el ABC el 7 de enero en una breve reseña firmada por Juanvi.

La promoción de la artista en los estudios de restauración

María Blanca modelando

La artista sorprendida con los pinceles

En 1968 consiguió una Mención Honorífica por su dibujo titulado “Palamós”, en el III Premio de Pintura “Villa de Palamós”, que mereció una reseña en la revista Proa en la que se dice: “Dibujar, para Blanca Mac-Mahón, es algo extraordinariamente sencillo. Ella habla con la pluma, se expresa con los trazos con tanta seguridad y con tanta vehemencia, como lo era el hablar para García Sanchíz o lo es para Beulas, ese coloso, el pintar las estepas aragonesas. Sus retratos, que hace con la rapidez con que manos expertas realizan un encaje de bolillos o un bordado de filigrana, contrariamente a su condición de maestra mano femenina, tienen una fuerza varonil, son recios y expresivos, fieles y espontáneos. Viajera incansable, ha recorrido junto a su marido casi toda Europa, obteniendo premios resonantes, mereciendo en 1968 el ser nombrada miembro académico Honoris Causa de la «Academia Mondiale degli Artisti e Professionesti» de Italia. Su obra está representada en Museos y numerosas colecciones extranjeras y nacionales. Palamós supo aceptarla y admirarla. Esperamos que en un futuro próximo nos vuelva a honrar con una nueva muestra de su arte”.

Retrato de mi padre

Tras la muerte de su esposo en 1984, María Blanca continuó pintando y restaurando, dedicada a la que fue su gran pasión hasta pocos meses antes de su fallecimiento, que tuvo lugar el 16 de agosto de 2016, justo al día siguiente de cumplir los 90 años.

Retrato de mi hermana Rosa

Mujer inteligente, sanguina

Mª Blanca Mac-Mahon Ordañana y la AEPE

* Al XX Salón de Otoño de 1946 concurrió inscrita como Mac-Mahon (María Blanca), con el número de obra 118. Titulada “Retrato de mi padre” (óleo)

* En el XXII Salón de Otoño de 1948 se presentó como asociada, Mac-Mahon (María Blanca), e inscribió con el número 266 la obra titulada “Horizonte”.

Retrato de mi padre, con el que participó en el XX Salón de Otoño de 1946

La Anunciación, óleo

Plumilla del monumento al General Martínez Campos, en el Retiro

Iglesia de Madrid, plumilla

Puerta de Alcalá, plumilla

Niña sentada, sanguina

Bibliografía y webgrafía

https://ddd.uab.cat/pub/llibres/1960/191258/expnacbel_a1960.pdf

http://www.joyanco.com/EnciclopediaArbillas/arbillas/fam19362.html

https://ddd.uab.cat/pub/llibres/1954/191178/expnacbel_a1954.pdf

https://www.abc.es/archivo/periodicos/abc-madrid-19681101-101.html

https://www.myheritage.es/names/maria_ordo%C3%B1ana

https://ddd.uab.cat › pub › llibres › expnacbel_a1962

https://ddd.uab.cat › pub › llibres › expnacbel_a1960

http://ganatiempos.blogspot.com/2019/09/las-ovejas-perdidas-de-hoy.html

http://tietarteve.com/exposicion-san-pedro-de-alcantara-y-su-santuario-en-oropesa/

https://ganatiempos.blogspot.com/2016/08/requien-para-un-ser-querido.html?zx=f0b4eb00aa67f16e

“Tradición y modernidad: Arte en Zaragoza en la década de los años cincuenta”, Mª Isabel Sepúlveda Sauras, Zaragoza: Prensas Universitarias de Zaragoza, 2005.

Revista Proa de Palamós, Nº 38, julio y agosto de 1968

“Instituciones artísticas del franquismo

ABC 07/01/1965   08/09/1968   12/10/1984   06/10/1956   30/09/1961

¡Hola!  10/4/1965

El Diario de Ávila   25/7/2011  20/9/2012

Archivo Histórico “Bernardino de Pantorba” de la Asociación Española de Pintores y Escultores

www.gacetadebellasartes.es

www.salondeotoño.es

Archivo familiar de Dña. Rosa Mac Mahon, a quien desde estas líneas deseo agradecer su colaboración y esfuerzo por rescatar del olvido la figura artística de su hermana María Blanca

Las Medallas de la AEPE: José Moreno Carbonero

Por Mª Dolores Barreda Pérez

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Después de ver cómo y cuándo nació la Medalla de la Asociación de Pintores y Escultores, vamos a seguir conociendo más acerca de los galardones en los que se otorga actualmente, con sus correspondientes denominaciones.

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Medalla de Pintura “José Moreno Carbonero”

del Salón de Primavera de Valdepeñas

 

En el año 2005 la Asociación Española  de Pintores y Escultores propuso crear en Valdepeñas y para el año 2006, un Salón de Primavera “Por Tierras de Castilla-La Mancha”, que fuera de carácter nacional, teniendo en cuenta la tradición plástica internacional de la ciudad manchega.

De esta forma nació una magnífica exposición que pese a los altibajos sufridos, perdura en el tiempo logrando ser una magnífica exposición, orgullo de nivel artístico y calidad y que viene a convertirse en un espléndido complemento en la vida artística de la ciudad.

El Ayuntamiento de Valdepeñas, sensible a las muestras artísticas y la calidad avalada por la Asociación Española de Pintores y Escultores, acogió desde el principio la iniciativa, presentado para ello el incomparable marco del Museo Municipal, uno de los mejores y más importantes centros de arte de España, para la exhibición del certamen, que suele celebrarse en los meses de mayo o junio.

 

El Salón de Primavera “Por Tierras de Castilla- La Mancha” se ha convertido así en un bastión en el arte y la cultura de Castilla-La Mancha, una muestra consolidada en el panorama artístico español, abierta además a la participación de cualquier artista.

El Salón contó con distintos premios en metálico y honoríficos, hasta que en el año 2017, con motivo de la celebración de su edición número XI, se instituyeron especialmente para el mismo, dos premios con los que honrar a los fundadores de la centenaria entidad y que vienen así a terminar de reconocer la importancia que esta cita tiene en el calendario expositivo de la entidad: la Medalla de Pintura José Moreno Carbonero y la Medalla de Escultura Lorenzo y Federico Coullaut Valera.

 

JOSE MORENO CARBONERO

MORENO CARBONERO, José P   1910(F101)       28.mar.1860     MALAGA               MADRID  15.abr.1942

 

José Moreno Carbonero (Málaga, 28 de marzo de 1860 – Madrid, 15 de abril de 1942) fue uno de los últimos grandes pintores de historia del siglo XIX, destacando también en la técnica del retrato. Fue además el pintor malagueño más reconocido, valorado y con más aceptación de público y venta de obras de su momento.

José Moreno Carbonero retratado en ABC en 1891

 

Nacido en una familia de origen humilde, su vocación artística se inició gracias al pintor valenciano afincado en Málaga, Bernardo Ferrándiz Bádenes, que, al igual que hacía con el resto de alumnos, no le cobraba las clases particulares que ofrecía en su estudio. Ferrándiz era entonces profesor en la Escuela de Bellas Artes de San Telmo de Málaga y desde un principio vio en él a un destacado discípulo a quien apoyó decididamente.

Retratos de Rosario Carbonero Romero y José Moreno Delgado, padres del pintor

 

José Moreno Carbonero logró en 1872 la Medalla de Oro en la Exposición del Liceo de Málaga y un año más tarde, junto a su maestro Ferrándiz, viajó a Marruecos  donde comenzó a interpretar escenas costumbristas y de temática africana a la manera de Mariano ­Fortuny.

En 1875, ganó el Premio Barroso, y realizó el Retrato de Alfonso XII, que le valió fama y notoriedad.

José Moreno Carbonero en 1905 pintando una de sus obras de gran formato según apareció en el diario ABC

 

En la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1876 obtuvo una Tercera Medalla, logrando después una pensión de la Diputación de Málaga para estudiar en París cuando tenía tan sólo quince años.

Autorretrato

 

Allí ingresó en el taller de Jean-Leon Gérôme, cuyas obras de temática histórica y mitológica llevaron a lo más alto el arte académico francés, que influyó mucho en su pintura, y allí se relacionó también con el célebre marchante de arte Adolphe Goupil, uno de los hombres más ricos de Francia y fundador de Goupil & Cie. una empresa editora de reproducciones de arte, en grabado y fotografía, referencia obligada en el mundo artístico.

En un ambiente artístico privilegiado, conoció a Raimundo de Madrazo, amistad que pervivió  hasta su fallecimiento.

Participó en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1877, consiguiendo la Medalla de Segunda Clase; en la de 1881 ganó la Primera Medalla con una de sus obras más conocidas: El príncipe don Carlos de Viana, pintado con tan sólo veintiún años y que le supuso el inicio de su fama como pintor a nivel nacional.

El Príncipe Don Carlos de Viana

 

Gracias a este éxito, Moreno Carbonero fue distinguido con la pensión de mérito (1882-1885) para la Academia de España en Roma.

En 1883, viajó a París, para documentarse en otra de sus obras más conocidas: La conversión del duque de Gandía por la que obtuvo una Primera Medalla en la Exposición Nacional de 1884, siendo además premiada en las exposiciones internacionales de Múnich y Viena, donde le dieron Medalla de Oro, París (1889) y en la de Chicago (1893), galardonado con medalla única.

La conversión del Duque de Gandía

 

El crítico de arte Jacinto Octavio Picón (El Correo, 1884), calificó esta obra juvenil de Moreno Carbonero como “una de las más notables que ha producido en España la pintura contemporánea”.

En 1887, y ya en Madrid, decoró una de las capillas de la Basílica de San Francisco el Grande, y vivió grandes triunfos y reconocimientos que le acarrearon encargos de la burguesía de la época.

Igualmente, el Senado le encargó uno de los lienzos del Salón de Conferencias, para el que pintó la entrada triunfal del capitán Roger de Flor al mando de ocho mil almogáraves catalanes y aragoneses en la ciudad de Constantinopla.

Entrada de Roger de Flor a Constantinopla, en el Palacio del Senado

 

Profesor, catedrático de dibujo del natural de la Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, fue nombrado académico correspondiente de la misma, teniendo como alumnos a Juan Gris y Salvador Dalí, entre otros.

El 27 de enero de 1889 contrajo matrimonio con María Rosario Castel Supervielle, hija de Simón Castel Saenz, un importante industrial malagueño que era presidente de la Cámara de Comercio, y de Rosario Supervielle Baratau. En su boda actuaron como testigos el Marqués de la Paniega, presidente de la Real Academia de San Telmo, el ex Ministro Eduardo Palanca y su íntimo amigo Muñoz Degrain. De esta unión nació un único hijo, José Moreno-Carbonero Castel, casado con Josefa Travesedo, hija de los Condes de Maluque, y que falleció sin descendencia.

Retratos de María Castel, esposa del pintor

 

En la década de 1890, continuó participando con obras en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes con temas costumbristas de pequeño formato, recibiendo también una medalla especial en Budapest. Envió obra a las de los años 1907, 1908, 1918, 1919 y 1922, y a la Internacional de Barcelona de 1929.

Realizó también exposiciones individuales en la Sala Barcino (1930 y 1932), en la Sala Parés (1932), en las Galerías Layetanas (1933) y tres exposiciones homenaje que se celebraron en Madrid, en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, la Sociedad de Amigos del Arte y la Agrupación Artística de Castro Gil.

En 1910 antes de hacer entrega de otro de sus cuadros más conocidos, «La fundación de Buenos Aires«, el Rey Alfonso XIII lo visitó su taller madrileño para contemplar la obra terminada. En los ambientes artísticos de la época todos conocían la predilección del monarca por Moreno Carbonero más allá del mero hecho de que el artista fuese pintor de la Corte. El cuadro agradó y conmocionó al rey, que hizo colgar frente a su cama, en el Palacio de Oriente de Madrid, el boceto del rostro de Garay con su yelmo reluciente, que le regalara el artista.

José Moreno Carbonero retratado por Sorolla

 

Moreno Carbonero trabajaba con una rigurosidad técnica y rigorismo historicista que reflejaban la obsesión por la reproducción documental, casi “arqueologicista” del hecho histórico, por lo que sus obras son mucho más que simples pinturas de historia, reflejando modos culturales y corrientes artísticas, pormenorizando en los detalles el rigor histórico de un gran documentalista.

El artista en su estudio en 1922

 

Moreno Carbonero a pesar de vivir en Madrid durante toda su vida, en la calle Miguel Ángel, n.º 5, siguió muy ligado a su ciudad natal, Málaga, donde realizó varias donaciones al Museo de Bellas Artes, y hacia 1937, creó el Legado Moreno Carbonero, en el que se comprendían distintas obras y que tras su muerte, enriqueció su hijo.

En el ABC en 1922 junto a su mujer, su hijo y su nuera

 

Falleció en Madrid, en 1942, siendo reconocido en vida por sus méritos artísticos y su valía como pintor.

El pintor en 1903

En 1912 preparando una de sus exposiciones

 

Moreno Carbonero y la AEPE

Socio Fundador Nº 40 de la Asociación de Pintores y Escultores.

* Participó en el III Salón de Otoño de 1922, inscrito como José Moreno Carbonero, natural de Málaga; reside en Madrid, Miguel Ángel, 5, con la obra titulada “Primera salida de Don Quijote”, óleo de 0,82 x 0,70.

* Al XI Salón de Otoño de 1931 presentó el óleo inscrito con el número 615, titulado “Andaluza”.

* Para el XII Salón de Otoño de 1932 preparó la obra “Un arroyo en el monte”, óleo de 0,70 x 0,95.

*Al XV Salón de Otoño de 1935 presentó la obra “El Monte Ulía en un día de tempestad”, un óleo de 0,63 x 0,73.

* En el XXIV Salón de Otoño de 1950, y aunque ya había fallecido, estuvo presente en la Sala de Fundadores con las obras “Andaluza”, “Retrato de mi hijo” y “La conversión del Duque de Gandía” (réplica).

* En el XXXVII Salón de Otoño también estuvo presente en la Sala de Maestros con la obra “Puerto pesquero”.

«Andaluza», obra presentada al XXIV Salón de Otoño

 

Caricaturas del artista aparecidas en Madrid Cómico en  1886 y 1895

Fotografía del pintor aparecida en el ABC de 1958

 

 

Biografía y webgrafía

ABC 22 de Febrero de 1914, 18/12/1926, 26/03/1960, 7/2/1940, 16/4/1922, 1/6/1905, 19/07/1891, 22/03/1958, 10/03/2006, 16/04/2003, 10/03/2006, 24/11/1957, 28/03/1989, 26/01/1924, 07/05/1927, 24/11/1957, 08/04/1959, 16/02/1963,

Blanco y Negro 12/5/1912, 1/2/1920, 22/2/1914, 27/05/1928, 26/9/1926

Cánovas Vallejo, Apuntes para un Diccionario de pintores malagueños del siglo XIX, Madrid, Antonio G. Izquierdo, 1908, págs. 39-47

Cuenca López, Museo de pintores y escultores andaluces contemporáneos, La Habana, Imprenta Rambla, Bouza y Cía., 1923

AA., Moreno Carbonero. Homenaje al glorioso maestro, Málaga, Real Academia de Bellas Artes de San Telmo, 1943

Homenaje a José Moreno Carbonero en el primer centenario de su nacimiento, Málaga, Caja de Ahorros Provincial, Diputación Provincial, 1958

Lafuente Ferrari, José Moreno Carbonero, Málaga, Caja de Ahorros Provincial, Obra Cultural, 1967

El palacio del Senado, Madrid, 1980

Sauret Guerrero, “Metodología de la pintura de historia: el ejercicio de Moreno Carbonero”, en Baética, (Universidad de Málaga), n.º 9 (1986)

La pintura de historia del siglo XIX en España, catálogo de exposición, Madrid, Museo del Prado, 1992

A.E. Pérez Sánchez, H. González Zymla y L. de Frutos Sastre, Catálogo de pinturas de la Real Academia de la Historia, Madrid, Real Academia de la Historia-Fundación Ramón Areces, 2003

https://www.museodelprado.es/aprende/enciclopedia/voz/moreno-carbonero-jose/3b311cad-a5cb-4d74-9bab-45fce96b4a74

https://www.researchgate.net/publication/245344359_Jose_Moreno_Carbonero_Homenaje_en_el_150_aniversario_de_su_nacimiento_1858-1942

https://www.europeana.eu/portal/es/explore/people/52480-jose-moreno-carbonero.html

http://ceres.mcu.es/pages/ResultSearch?txtSimpleSearch=Moreno%20Carbonero,%20Jos%E9&simpleSearch=0&hipertextSearch=1&search=simple&MuseumsSearch=&MuseumsRolSearch=1&listaMuseos=null

Archivo Histórico “Bernardino de Pantorba” de la Asociación Española de Pintores y Escultores

www.gacetadebellasartes.es

www.salondeotoño.es

 

Acerca del erróneamente titulado «Autorretrato de José Mª López Mezquita»

Por Mª Dolores Barreda Pérez

 

Acerca del erróneamente titulado «Autorretrato de José Mª López Mezquita»

 

Mediante el proyecto de digitalización del Archivo Histórico Bernardino de Pantorba, de la Asociación Española de Pintores y Escultores, comenzamos a recopilar datos e informaciones acerca de nuestros socios y su historia, paralela a la de la institución.

Desde el principio, me llamó mucho la atención un retrato del que fuera Presidente de la AEPE, José María López Mezquita, en el que aparece con un sombrero de copa y frac, al más puro estilo romántico, con un cigarrillo en la mano enguantada y una mirada entre serena y humilde, en calma y tranquila, que termina siendo inquietante y al cabo de unos minutos mirándola, torna a resignada, pero lejos de vanaglorias y orgullos, fruto de un estrecho conocimiento de su personalidad.

En los libros, manuales y textos e imágenes consultados, este cuadro aparece como un “Autorretrato”, óleo s/lienzo h. 1930. Col. Familiar del artista.

Sin embargo, nada más lejos de la realidad, puesto que no es un autorretrato, sino el retrato de uno de sus discípulos, que debía conocer muy bien la personalidad y el genio del reputado artista, para lograr transmitir tan fielmente su imagen templada y tranquila.

El cuadro es obra de Antoine Schulte, que la presentó al XI Salón de Otoño de 1931, inscrita como “Retrato de José María López Mezquita” (óleo), con número de inscripción 61.

En el catálogo de dicho Salón, aparece la obra con su autor en tres ocasiones:

La primera, relacionada en la Sala III, como:  SCHULTE (D. Antornelle).

La segunda, en el índice de expositores y salas donde figuran sus obras, aparece en la sección de pintura como: SCHULTE (D. Antornelle), natural de New York City, donde reside, 50, Central Park South. Sala 3, número 61.

Y por último, la tercera, que reproduce una fotografía de la obra y bajo la cual se lee: RETRATO DE JOSE MARIA LOPEZ MEZQUITA Por Mis Schulter.

Es evidente que la inscripción no concuerda exactamente con la autoría, ya que la “D.” se refiere al tratamiento de varón, y tratándose de un nombre extranjero, quien así lo reflejara no supo exactamente si se estaba refiriendo a un hombre o a una mujer.

El cuadro incluye en la esquina superior derecha la siguiente dedicatoria:

“A mi querido maestro López Mezquita de su discípula Antoinette Schult. New York, 1930”.

«Retrato de José Mª López Mezquita», obra original de Antoinette Schulte, 1930

 

Del catálogo del XI Salón de Otoño de 1931

 

Y es evidente que el cuadro pertenece a la colección particular / familiar del artista, puesto que sería un recuerdo de la alumna que el gran pintor tendría en estima.

Como vemos, y en realidad, estamos hablando de la pintora Antoinette Schulte, (o Antoine e incluso Antoinet, y Schult o Schulte, puesto que de todas esas formas he encontrado referencia a la misma) nacida en Nueva York en 1897 y discípula del taller de José María López Mezquita en Madrid.

 

Cursó sus primeros estudios artísticos con el pintor figurativo canadiense-estadounidense George Brant Bridgman, quien enseñaba a los artistas en la Liga de Estudiantes de Arte de Nueva York, la escuela de Bellas Artes situada en la Calle West 57th de Manhattan.

También estudió con Homer Boss, conocido artista y filósofo que dominó el expresionismo y gustaba trabajar la pintura del “plen air”, transmitiendo a sus alumnos el oficio en contacto con la naturaleza en las costas de Maine.

En Nueva York conoció al ya afamado José María López Mezquita, consiguiendo ser admitida por él como su discípula y con quien pasaría cinco largos años acompañándole en sus continuos viajes, como el que juntos realizaron a la ciudad de Elche, y que hicieron que ambos llevaran la magia de sus palmerales por el mundo.

Amplió después su aprendizaje en París, en donde trabó gran amistad con el pintor, grabador, escultor y decorador Georges-Charles Dufresne y con el también artista gráfico francés André Dunoyer de Segonzac, creadores del Neorrealismo, el movimiento que se manifestó en las décadas de los años 20 y 30 como reacción al Surrealismo y Cubismo imperantes en la época.

Con ellos celebró una importante exposición en París, pero además expuso sus obras en distintas ciudades de Estados Unidos.

Participó en los Salones de América de 1924, 1929, 1931 a 1935

Estuvo presente en la Bienal de 1932 del Corcoran Gallery of Art de Washington D.C.

En 1936 expuso en la Marie Sterner Gallery.

En 1942 en la sucursal de la Galería Bignou de Manhattan, y luego en su sede central de París.

En los años 1932, 1933, 1948 y 1952 expuso en el Salon d’Automne y en el Salon des Tuileries de París.

En 1950 expuso de forma individual en la Calerie Charpentier de París.

Miembro de la Audubon Artists Inc., grupo al que pertenecieron artistas como Walt Disney o Dalí.

En 1955 realizó una exposición individual en Bruselas (Bélgica) y un año más tarde en la Galerie Andre Weil de París.

Su obra está presente en museos y colecciones como el Museo de Art Montclair de Nueva Jersey, en el Benjamin Wet Museum de New York, en el Newark Museum de Essex de Nueva Jersey, en la Colección de la Universidad del Gobierno Francés, en el Museo de Aix-en-Provence, en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, en el Museo de Arte Moderno, en la Institución Smithsonian, el Museo de Toronto,…

En el New York Times del 4 de junio de 1981, apareció su obituario en el que se podía leer:

Antoinette E. Schulte, artista, murió de cáncer en su apartamento de Manhattan el 26 de mayo.Tenía 84 años. Las pinturas de Miss Schulte, que incluyen bodegones, retratos, paisajes y vistas de París, se encuentran en colecciones y museos de todo el mundo. Comenzó a pintar cuando era joven y continuó en París y luego estudió con el retratista español López Mezquita. Su padre fue Anthony Schulte, quien fundó una cadena de tiendas de cigarros en Nueva York. Le sobreviven una hermana, Lucille S. Bassett, de Manhattan”.

En el diario Detroit, del estado de Michigan, apareció sobre la pintora la siguiente reseña el día 24 de noviembre de 1931:

“Antoinette Schulte aclamada en N.Y. después de un largo estudio en España. Las más aclamadas obras para los amantes del arte contemporáneo, colgaban de las paredes de las Galerías Ferragil, de una muchacha de la alta sociedad a quien no le gustaba tejer suéteres en tiempos de guerra.

Antoinette Schulte, hija de Anthony Schulte, quien fundara la cadena de tiendas de cigarros que lleva su nombre, ha alcanzado, después de varios años de difícil aplicación, esa etapa de éxito que le permite exhibir una exposición como si fuera un hombre.

En 1918 se esperaba que hiciera «Lo de ella», por lo que diseñó tarjetas de cena para las tiendas de regalos, productos para el tabaco y otras cosas para los más pequeños.

Una vez terminada la guerra, se encontró incapaz de resistir el impulso de crear. Visitó Madrid y se apresuró a elegir al maestro español, López Mezquita, bajo cuya instrucción pasó cinco años asimilando la escena española.

La reputación que ella quería comenzó a tomar forma. El Salón Otoño de Madrid eligió una de sus pinturas. Lo mismo hizo el Salón de París. Luego fue a Sudamérica y pintó en todos los países, excepto en Bolivia y Paraguay.

No hace mucho, una de sus fotografías, identificada solo por un número, ganó una gran popularidad en una gran galería de Nueva York.

«La sobriedad y la honestidad de los sentimientos son consideraciones muy importantes para ella como pintora, de forma que los solemnes, extravagantes o que se detienen de inmediato en el arte, hacen de ella un atractivo insignificante», dice Frank Crowninshied en un prólogo al catálogo de su exposición. Su meta estética, en resumen, es más de equilibrio y moderación que de bravura, agitación o sorpresa. Su capacidad de sentir, incluso de evocar, un estado de ánimo poético; La profundidad y la sinceridad de su temperamento y el amplio horizonte de sus gustos deberían hacer de su desarrollo como pintora un tema de interés para los amantes del arte contemporáneo en Estados Unidos”.

 

 

 

 

Bibliografía y webgrafía

Colección Mujeres en la Memoria

http://diazdemiranda.com/es/noticias/coleccion-mujeres-la-memoria/

Social Security death index, viewed May 12, 2010. – (Antoinett Schulte; b. Feb. 28, 1897; d. May 1981, New York, N.Y.) 

New York Times june 4 1981

https://www.diarioinformacion.com/secciones/noticiaOpinion.jsp?pRef=2154_8_667023__Opinion-pintor-Lopez-Mezquita-yPere-Ibarra
“Anticuarios, expertos, coleccionistas y museos. El comercio, el estudio y la salvaguarda de del arte en la Cataluña del siglo XX”, de Bonaventura Bassegoda y Ignasi Domènech. Memoria Artium, 15. Universidad de Barcelona, 2012

https://www.artprice.com/artist/135871/antoinette-schulte/biography

Archives of American Art Journal

The University of Chicago Press 

The Archives of American Art, Smithsonian Institution

Archivo Histórico “Bernardino de Pantorba” de la Asociación Española de Pintores y Escultores

www.gacetadebellasartes.es

www.salondeotoño.es

Victorina Durán Cebrián

Por Mª Dolores Barreda Pérez

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LAS PRIMERAS ARTISTAS DE LA

ASOCIACION ESPAÑOLA DE PINTORES Y ESCULTORES

Desde su fundación en 1910, y después de haber tratado en anteriores números a las Socias Fundadoras de la entidad, y las participantes en el primer Salón de Otoño, vamos a ir recuperando de la memoria colectiva, el nombre de las primeras socias que vinieron a formar parte de la Asociación de Pintores y Escultores.

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VICTORINA DURAN CEBRIAN

 

DURAN CEBRIAN, Victorina        P   1918      12.dic.1899    ALCOY    MADRID 10.dic.1993

 

Nacida en Alcoy, el 12 de diciembre de 1899, como así consta en los archivos de la Asociación Española de Pintores y Escultores, entidad a la que se asoció en 1918, era la pequeña de cuatro hermanos: María, Miguel y Francisco.

En el semanario español Gente Menuda del 30 de enero de 1910, quedó retratada una jovencísima Victorina Durán Cebrián, como la número 5 del Concurso de Belleza Infantil, según fotografía de Alviach

 

Pintora, escenógrafa, diseñadora de vestuario teatral, profesora, periodista, directora teatral, músico y dramaturga.

Su familia estaba muy relacionada con el Teatro Real de Madrid, ya que su padre José Durán Lerchundi, poseía el abono número 1 y su madre, Genoveva Cebrián Fernández, era bailarina de puntas en dicho teatro. Como curiosidad, destacar que también eran bailarinas su abuela y bisabuela.

Desde niña presenciaba los ensayos y espectáculos de ópera desde bastidores por lo que no fue raro que a los nueve años ingresara en el Conservatorio Superior de Música y Declamación para estudiar piano. Pero además, y al mismo tiempo, recibía también clases de pintura.

Sus primeros anhelos discurren en el mundo de la interpretación, llegando a ser una verdadera obsesión su ideal de dedicarse al teatro, si bien su padre y la familia paterna, no aceptan esa vida y así es cómo Victorina se resigna y dedica todo su tiempo al dibujo y la pintura.

En 1917 ingresa en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, compartiendo aulas con Rosa Chachel y Matilde Calvo Rodero, con quienes mantendrá una amistad de por vida, y con Salvador Dalí, Gregorio Prieto, Maruja Mallo y Timoteo Pérez Rubio.

Frecuentó tertulias de la época, como la del saloncillo del Teatro Español, y comenzó a viajar a París asiduamente desde 1920, donde descubrió su homosexualidad, que vivió abiertamente y que reafirmó en contacto con los círculos sáfico-literarios de Gertrude Stein, Alice B. Toklas, Janet Flanner, Syilvia Beach y Natalie Clifford Barney, entre otras.

Participó en la Exposición Internacional de París de 1925, en la sección de Arte e Industrias textiles,  que Francisco Javier Pérez Rojas describe: “El pabellón nacional es, como digo, un edificio atractivo, gallardo de línea, alegre de entonación. Obra del arquitecto Sr. Bravo, se presta a la armónica colaboración ornamental de artistas e industriales. Así, las fuentes exteriores, enlosado, azulejería y fuente del patio interior, son de cerámica sevillana, de los hermanos González; las columnas, leones heráldicos y escudo nacional, del ceramista Roberto Roca; la verja y puerta, de hierro forjado, de Juan José; las rejas de las ventanas, de Julio Pascual; las vidrieras, ejecutadas por Maumejean: una de ellas con arreglo a un proyector de Néstor; las telas, de Mariano Fortuna y Madrazo, de Pérez Dolz y Victorina Durán; y los muebles, del Museo de Artes Industriales”.

En 1926, formando parte del Lyceum Club Femenino, realizó varias exposiciones de sus cuadros, batiks (una de las varias técnicas de teñido por reserva en donde se colorean tejidos y consiste en aplicar capas de cera sobre las regiones que no se desean teñir) y sus figurines para el teatro.

A principios de 1929, tras fallecer su padre en 1927, Victorina Durán Cebrián ganó por oposición la Cátedra de Indumentaria del Conservatorio de Música y Declamación, que estaba vacante por el fallecimiento del pintor Juan Comba.

Victorina Durán, que había sido a su vez alumna de la sección de Declamación y del propio Comba entre los años de 1913 y 1916, la ejerció hasta julio de 1937, fecha en la que obtuvo licencia para trasladarse con la compañía de Margarita Xirgu a Buenos Aires (Por la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de protección de datos de carácter personal nos ha sido imposible consultar su contenido. Tampoco hemos localizado su expediente de oposición. El Museo Nacional del Teatro. Almagro conserva el archivo personal de la figurinista).

Convertida en la primera mujer Catedrática de Indumentaria del Real Conservatorio de Música y Declamación de Madrid, comenzó a trabajar con Irene López Heredia, Lola Membrives y, sobre todo, con Margarita Xirgu y Rivas Cherif, desde 1931 realizando vestuarios y escenografías para esta compañía que se implantó en el Teatro Español durante varias temporadas.

Victorina Durán Cebrián  en una foto de la época

 

Participó también en la fundación del Teatro Escuela de Arte, T.E.A., donde se encargó de los decorados y los figurines.

Embozado

Exiliada tras el estallido de la Guerra Civil, en septiembre de 1937 comenzó su nueva vida en Argentina, encargándose del vestuario del teatro El Odeón, de Margarita Xirgu y de El Politama, de Irene López Heredia, además de otros como del Teatro Colón de Buenos Aires, donde también fue dibujante durante más de catorce años, y del Teatro Cervantes donde, además de trabajar como figurinista para su director, López Naguil, daba conferencias sobre indumentaria.

Óleo “Salida de misa”

En este período acaba su autobiografía titulada “Sucedió”, que está incompleta, pero se sabe por sus familiares que a partir de los años 60 vuelve a España y comienza a trabajar con Nati Mistral.

Realizó también otras dos memorias autobiográficas bajo los títulos de “Así es” y “El rastro de Madrid”, además de obras teatrales inéditas depositadas en el Archivo del Museo Nacional del Teatro de Almagro.

Fue depurada por el nuevo régimen. En el Archivo General de la Administración se conserva su expediente de revisión de depuración fechado en 1965.

Vista de Madrid. Óleo

En los 70 se dedicó en exclusiva a la pintura y a realizar exposiciones, siendo su trayectoria muy activa hasta que la enfermedad acabó con su vida, falleciendo en Madrid el 10 de diciembre de 1993.

Si bien no ha sido posible encontrar referencias a su pintura, desempeñó un papel fundamental en la renovación del teatro español, realizando una gran labor crítica y educativa sobre la plástica teatral. Formó a varios discípulos, nuevos profesionales que dieron nombre a la escena española, como Emilio Burgos y José Caballero, entre otros.

Molino

Mujer de Castilla

 

Algunas opiniones recogidas sobre la figura de Victorina Durán Cebrián, la describen así:

En palabras de Eduardo Baliari, Crítico de arte argentino, “Así es su vida. Un perpetuo ir descubriendo formas, colores y líneas…”

María Francias Olmedo de Cerda, Crítica de arte española  “Una mujer excepcional; espontánea, sincera, naturalmente sencilla y sencillamente natural. Victorina Durán es de las personas que dejan huella”.

Diego Grimoldi, Crítico de arte argentino “El nombre de Victorina Durán es sinónimo de invención permanente, de gracia elevada a la categoría de vivencia estética”.

Antonio Fernández Bordas, Director del Real Conservatorio Superior de Música y Declamación “La mujer que tiene talento y dedica su vida al estudio, llega a ocupar un puesto brillantísimo y la Srta. Durán es un buen ejemplo de mi afirmación”.

Presentación de Osvaldo Svanascini a Victorina Durán en su conferencia “La fantasía del mar” el 5 de agosto de 1954, “Para los que somos sus amigos, las interpretaciones siempre diferentes y sorpresivas de Victorina Durán, sus trabajos ya como escenógrafa, pintora o creadora, sus palabras de encanto o su simpática figura, nos acercan a una manera distinta de ver la vida. Para todos aquellos que no la conocen tanto como nosotros, diré solamente que Victorina es un poco de todo aquello que hubiéramos querido ser en nuestra vida: capacidad para la invención, nobleza frente a las cosas que forman los distintos enigmas del arte y, principalmente, una fabulosa entidad de sorpresas”.

Firmas autógrafas de Victorina Durán Cebrián

Biografía y webgrafía:

“Victorina Durán, escritora y artista del teatro de vanguardia”, Tesis doctoral de Eva María Moreno Lago. Doctorado en estudios filológicos de la Universidad de Sevilla. 2018

“Las enseñanzas teatrales en el cambio de siglo: la apertura de la Cátedra de Indumentaria en el conservatorio de música y declamación (1903-1922)”, por Guadalupe Soria Tomás y Ramón Gutiérrez Santos.

“Fomento artístico y Sociedad Liberal. Exposiciones Nacionales de Bellas Artes (1917-1936)”, Lola Caparrós Masegosa. Universidad de Granada. Universidad Nacional de Educación a Distancia. Granada, 2016

“Las inéditas. Voces femeninas más allá del silencio”, Yolanda Romano Martín y Sara Velázquez García (Coords.) Ediciones Universidad de Salamanca, mayo 2018

“La Exposición de Artes Decorativas de París de 1925”, Francisco Javier Pérez Rojas. Artigrama, nº 21. 2006 43-84

http://ceres.mcu.es/pages/Main?idt=131612&inventary=ES01755&table=FMUS&museum=MNT#dcId=1546552874182&p=5

https://idus.us.es/xmlui/bitstream/handle/11441/78965/TESIS%20INCOMPLETA.pdf?sequence=1&isAllowed=y

 

Distintas escenografías en acuarela de Victorina Durán Cebrián, conservadas en el Museo del Teatro, en la Red Digital de Colecciones de Museos de España

 

Marisa Roesset Velasco

Por Mª Dolores Barreda Pérez

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LAS PRIMERAS ARTISTAS DE LA

ASOCIACION ESPAÑOLA DE PINTORES Y ESCULTORES

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Desde su fundación en 1910, y después de haber tratado en anteriores números a las Socias Fundadoras de la entidad, y las participantes en el primer Salón de Otoño, vamos a ir recuperando de la memoria colectiva, el nombre de las primeras socias que vinieron a formar parte de la Asociación de Pintores y Escultores.

Marisa Roesset Velasco

ROESSET VELASCO, Marisa. P. 1912. 06. mar. 1904 MADRID. MADRID 18.nov.1976.

Pintora española que nació en Madrid en 1904, en el seno de una familia de artistas y que cultivó el retrato y los temas religiosos, fundiendo con una técnica de vanguardia, una fina espiritualidad.  Amiga del krausismo, pero católica y apostólica.

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Autorretrato

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Miembros de su familia y grandes influencias en su vida fueron su tía María Roësset Mosquera, que firmaba como MaRo (1882-1921), y sus sobrinas pintoras, esscritoras, escultoras e ilustradoras Marga Gil Roësset (1908-1932), Marisa Roësset Velasco (1904-1976) y Consuelo Gil Roësset (1905-1995).

Aprendió a dibujar de la mano de su tía María Roësset, disciplina que fue la base fundamental de toda su obra, sus dibujos realizados con apenas diez años ya sorprendieron por su depurada calidad técnica.

De sus catorce años se conservan, un bellísimo pastel a modo de autorretrato, y varias acuarelas en las que demuestra que ya dominaba también esa técnica, según cuenta la que más tarde fue su compañera Lola Rodríguez Aragón en el libro “La mujer en el arte español 1900-1984”.

Alumna en la madrileña Escuela de Bellas Artes de San Fernando, del que fuera Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, Fernando Álvarez de Sotomayor, así como de José María López Mezquita y Daniel Vázquez Díaz, socios también de la institución.

Compartió aula con otras figuras que el tiempo reconoció grandes artistas como Salvador Dalí, Victorina Durán o Lucía Sánchez de Saornil, Marisa se especializó en el retrato y puso especial énfasis en el estudio de la pintura religiosa, una decisión valiente ya que no era un género muy apreciado en aquellos momentos y aunque el retrato sí era muy considerado, el enfoque que impuso en sus obras ya demostraba ideas muy avanzadas para su época. Nunca perteneció a corriente artística concreta porque siempre buscó en la pintura su propia identidad como mujer y como creadora sin atenerse a cánones.

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Retrato de una amiga

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Se dio a conocer en el Liceum Club Femenino, en una exposición que resultó ser un éxito, destacando especialmente por las críticas favorables de su obra titulada “Rezando el Rosario”.

Junto a la pintora alemana Gisela Ephrussi, expuso en el Palacio de Bibliotecas y Museos Nacionales de Madrid entre los que destacaron sus lienzos “Marinero Vasco”, “Hanny y Guki”, “Bolas”, “La Playa”, “Gitana” y otros dos autorretratos.

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Este acontecimiento se vio reflejado en la Gaceta de Bellas Artes del 15 de diciembre de 1929, en donde G.C. (presumiblemente Pedro García Camio) firma una crítica de la exposición en la que se afirma que “la Srta. Roësset es ya bastante conocida en el mundo del Arte. Debutó en la Exposición Nacional de 1924 con un autorretrato que mereció la tercera medalla y que ahora figura en la Galería de Arte Moderno de Madrid. Más tarde, expuso telas de temas variados en diversos certámenes artísticos, y, últimamente, en la Exposición Internacional de Barcelona, el Jurado le adjudicó también una tercera medalla. Lo interesante de la pintura de la Srta. Roësset, está en la continua evolución de su manera de ver e interpretar la Naturaleza; aún más lo sería si esta evolución no hubiera obedecido un poco a la influencia de los diversos maestros que ha tenido. Es probable que la gran facilidad y dominio de la paleta que ya posee la joven artista, hayan favorecido esta pequeña debilidad suya, que, desde luego, ahora ha desaparecido completamente, como lo revelan sus últimas obras.  Su pintura, antes bituminosa y algo sucia, se ha ido poco a poco limpiando e inundando de luz; en la clara visión del aire libre se ha concentrado todo el esfuerzo colorístico de la joven artista. El “Cuadro para el cuarto de una niña” es, a mi juicio, la mejor tela de las expuestas; en él, las gamas de color son exquisitamente buscadas y conseguidas; la composición tiene una gracia purísima, y la personalidad de la Srta. Roësset se afirma rotundamente; también el cuadro “Una gitana” es obra de gran fuerza: la figura está dibujada con seguridad y energía varonil, y el carácter de la cabeza revela una fuerte penetración psicológica del modelo. Estas dos telas y unas cuantas más nos enseñan una artista llena de vigor y de la que se puede esperar mucho en el porvenir, que auguramos glorioso…. La exposición es digna de todo elogio, y se hace simpática por el noble esfuerzo que representa en estas dos jóvenes damas que, abrazando el camino del Arte, han tenido el valor de ponerse en las líneas avanzadas”.

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Retrato de la Señora de la Peña. 1947

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Participando después en numerosas exposiciones y certámenes artísticos, como la exposición celebrada en el Museo Nacional de Arte Moderno de Madrid en 1929 y dos años más tarde al concurso de Pintura, Escultura y Grabado organizado por el Círculo de Bellas Artes de Madrid.

Consiguió la Tercera Medalla en la Exposición Nacional de 1924 y en la de 1929, por los lienzos titulados Autorretrato y Reposo. Segunda Medalla en la Nacional de 1941 por el lienzo titulado La Anunciación.

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La Anunciación

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Participó en el IX Salón de Otoño de 1929, con la obra titulada “Campesinos de Ávila”, un óleo sobre lienzo de 1’39 x 1’12 cms. y en cuya ficha de inscripción figuraba que la artista era natural de Madrid, con domicilio en la Calle Valenzuela, 3.

En la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1934 mostró su otra pasión, la pintura religiosa: su cuadro “Virgen”, una obra religiosa pero de una fractura rotundamente moderna, llamó la atención de los espectadores y críticos que vieron en esa generación por primera vez con rigor a las mujeres artistas españolas.

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Estévez Ortega firma un interesante artículo en la Gaceta de Bellas Artes de marzo de 1934 en el que se dice que ”…la joven pintora Marisa Roësset, segura de su arte y dotada de raras condiciones pictóricas. Marisa, en constante evolución, procede, por selección, con agudeza extraordinaria, con señero sentido crítico y con un poderoso instinto asimilativo, que no la perjudica porque tiene talento y un fervoroso deseo de colmar, de ser, de lograr… Pero Marisa, menuda, circunspecta, reflexiva y serena, pese a su rostro de chiquillo travieso y voluntarioso, sabe bien por dónde camina a dónde…. y va en derechura hacia el final, con parsimonia… Ni tiene impaciencias juveniles, ni apresuramientos locos. Lentamente, gustosamente…. va haciendo su labor, cada vez más depurada, más personal, más libre de ajenas influencias y más coetánea de su tiempo y de su época

Presentó obras a la exposición del Women International Art Club de 1947 y un año después en la Internacional de Buenos Aires.

En su trayectoria artística recibió excelentes críticas que se publicaron en las más prestigiosas publicaciones como Blanco y Negro, El Sol, La Esfera, Crónica, El Imparcial, La Libertad, El Heraldo de Madrid, La Voz, La Época y Estampa entre otros.

Autorretrato (1924). Marisa se auto dibuja como una joven de estética moderna, pelo a lo garçon y cuidado estilo

 

En su obra “La isla del tesoro” (1928) o “La Isla Misteriosa” sus modelos fueron su hermano menor, Mauricio y un hijo de su maestro, Sotomayor

 

Vivió discretamente su condición homosexual, manteniendo una estrecha relación con la profesora del Centro de Canto, Lola Rodríguez Aragón, mostrándose como una mujer moderna, con una estética cercana al dandismo, alejándose y cuestionando los estereotipos femeninos de la mujer, mostrando la búsqueda de su propia identidad.

Durante casi cuarenta años dio clases de pintura en su estudio de la calle Goya.

 Mujer de azul (1928)

 

Roësset fue una pintora inteligente llena de amor y alegría.

Sus obras tienen una depurada técnica y muestran un trabajo excepcional del color con una base sólida de dibujo que presentan escorzos y perspectivas exquisitas.

Su obra forma parte de las colecciones del Museo de Arte Moderno de Barcelona, de la Escuela de Canto de Madrid y del Museo del Prado entre otras instituciones.

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Marisa murió de cáncer en 1976. Su compañera Lola Rodríguez Aragón hizo de las dos casas en las que vivían, un cuidado museo con toda su obra. Su intención era hacer un patronato y donarlo al Estado español, pero vio truncada su ideal al fallecer repentinamente, desmantelando entonces la familia todo su legado, con el reparto de cuadros y enseres.

Ambas descansan en la misma tumba en la Sacramental de San Isidro de Madrid.

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BIBLIOGRAFÍA

Mujeres en el arte español, cat. exp., Madrid, Centro Cultural Conde Duque, 1984.

Pantorba, Bernardino de, Historia y crítica de las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes celebradas en España [1948], Madrid, Jesús Ramón García-Rama, 1980, p. 471.

El retrato elegante, cat. exp., Madrid, Museo Municipal, 2000, pp. 116-117, n.º 140.

Gaceta de Bellas Artes

 

 

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