Entrevista a Julio López Hernández

Por Mª Dolores Barreda Pérez

El pasado día 21 de febrero, la Asociación Española de Pintores y Escultores hizo entrega, en un acto celebrado en la sede social de la entidad, de  su Medalla de Honor al escultor madrileño Julio López Hernández.

De manos de su Presidente, José Gabriel Astudillo López, y bajo la atenta mirada de algunos de los miembros de la Junta Directiva y numerosos amigos y autoridades, como el Delegado de las Artes de Madrid, Pedro Corral, Julio López recogió, agradecido y emocionado, el reconocimiento por su excelente labor y singular trayectoria artística.

Vivió el arte des muy niño, ya que su padre y abuelo eran orfebres, y comenzó trabajando tallas religiosas. De la Escuela de Artes Oficios pasó a la de Bellas Artes de San Fernando, en donde conoció a  artistas como Antonio López García y Lucio Muñoz, con quienes entabló una amistad que aún perdura.

La Escuela de Escultores de Coca le permitió resistir el vendaval de la abstracción que se instaló en el arte de los cincuenta. A partir de esa etapa, renueva la figuración, luchando contra el academicismo y creando el realismo trascendente o mágico, es decir, trascender la realidad a partir de la realidad misma.

Su evolución del expresionismo al realismo  hace que su obra se incluya en la «escuela realista madrileña», junto a sus grandes amigos Antonio López, Amalia Avia, Isabel Quintanilla, María Moreno…. En 1962 contrajo matrimonio con Esperanza Parada, recientemente fallecida, con quien tuvo dos hijas.

Prestigioso medallista, ha renovado esta disciplina mediante la creación de las “medallas de pie” como él las llama. Por eso el acto ha tenido una especial significación al recibir la Medalla de Honor que modelara especialmente para la Asociación Española de Pintores y Escultores el que fuera su Presidente, Fructuoso Orduña.

Profesor de Modelado de la Escuela de Artes y Oficios de Madrid, en 1982 se le otorga  el Premio Nacional de Artes Plásticas “por su sentido original de la escultura realista fuera de los cánones académicos y su revitalización del espíritu clasicista”. En 1986 es elegido Académico en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, y ha realizado importantes exposiciones por todo el mundo. Sus obras se encuentran en los principales museos y colecciones.

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Hablamos en exclusiva con Julio, que contesta agradecido, todas nuestra preguntas.

Acaba de recibir la Medalla de Honor de la Asociación Española de Pintores y Escultores. ¿Hace ilusión un premio más?

Julio López Hernández: Mucho, Muchísimo. En realidad yo tengo muy pocos premios, pero la verdad es que los premios cuando no se persiguen, gustan más y los agradezco más, y este no lo he perseguido, me lo habéis dado por un reconocimiento desde la lejanía, que es aún más bonito.

Es un merecido homenaje a un gran artista….

J. L. H.: Los premios te los dan porque te conocen mucho, pero yo creo que aquí lo habéis hecho atisbando que yo era alguien (ríe abierta, francamente divertido)… y me encanta, me gusta mucho lo que habéis hecho.

¿Cómo recuerda a la Asociación Española de Pintores y Escultores?

J. L. H.: En mi tiempo de formación y posteriormente en el auge de mi carrera, la Asociación Española de Pintores y Escultores era lo más, era la entidad de referencia, era la única primordial que había en España.

Entonces, recibir la Medalla de Honor de una entidad como la AEPE…

J. L. H.: Me gusta, me gusta mucho, tiene un algo de limpio y puro aún, sin viciar, que me gusta… porque otro tipo de premios que me puedan dar los valoraré, pero siempre sabré que son más circunstanciales, que te los dan por un escalafón alto y este tipo de cosas…. pero creo que aquí os habéis saltado el escalafón y lo habéis hecho de corazón y a mí me parece que eso es mucho más bonito y por tanto lo valoro más.

La AEPE hacía muchos años que no concedía su Medalla de Honor como merecido homenaje a los pintores y escultores de su tiempo…

J. L. H.: Porque yo creo que esto estaba anquilosado, no como ahora, que parece que está vivo y muy vivo…  Para mí ya te comentaba que en mi etapa de formación, cuando estaba iniciando mi andadura, aquellos hombres de la Asociación Española de Pintores y Escultores eran la meta del arte… los más grandes, lo mejor que había… y también se premiaba de una forma más bonita que se hace hoy en día, porque antes se daban auténticos homenajes. Ahora ya no se hacen homenajes a los artistas, les darán premios muy sustanciosos en cuanto a lo económico, pero homenajes como los de antes, ya no se dan

¿Cómo eran los pintores y escultores a los que consideraba “la meta” de entonces?

J. L. H.: Antes los escultores trabajaban casi siempre por encargo, porque no había una venta fácil, ni había una clientela, por eso el tipo de escultura que había no era la que plasmaba el pensamiento nuevo de los jóvenes artistas. Antes lo que había eran obras que tenían una utilidad inmediata, esculturas de utilidad inmediata o artistas que hacían una determinada cosa que era necesaria hacer; por eso estos hombres respondían a los encargos, a la demanda, y eran buenos escultores, aunque a algunos les faltaba eso, les faltaba el tema personal.

¿Había menos creatividad?

J. L. H.: No es que hubiera menos ideas, es que su indagación en el ser, se limitaba a que si les mandaban hacer un personaje histórico, asimilaban los estudios que tenían de cómo hacer la obra, pero desde un plano de lejanía que evitaba incorporar sus propios sentimientos y esa mirada personal de las cosas, y esa, es una conquista del arte moderno… aunque también tenían cosas muy bonitas, les faltaban otras, pero es como ahora nosotros, también tenemos unas cosas y nos faltan otras….

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¿Materiales más variados, más versátiles…?

J. L. H.: Sí, la verdad, ahora hay una diversidad y libertad absoluta y un panorama que se ha abierto y ofrece más cosas para trasladar los ideales de tu creatividad, aunque eso también puede ser bueno y peligroso.

Los peligros del arte actual….

J. L. H.: Es que yo creo que cuando hablamos de una obra, ésta tiene siempre que tener un grado de utilidad, que la demande alguien, no sólo tú, sino que sea necesaria para algo, y eso se da en algunos momentos de la historia del arte con mucha fortuna, y en otros, no tanto, pero actualmente estábamos sufriendo una peligrosa desavenencia entre la apetencia del artista a título personal, la que busca algo, algo grande, y lo que quiere la sociedad en realidad del artista. El peligro es que nos encontramos en una soledad absoluta y tenemos que rascar en nuestra interioridad para sacar a flote algo, algo que sea grande, y yo creo que ya nos hemos dado cuenta todos y se saca, o al menos, se intenta sacar.

Volvamos a la Medalla de la Asociación Española de Pintores y Escultores…

J. L. H.: Recuerdo que era el más alto reconocimiento de los grandes artistas del momento que trabajaban con gran nobleza, porque por aquella época no había una intromisión tan poderosa del comercio especializado en arte, de las galerías…

Hoy en día sin una galería detrás,  el artista no nadie….

J. L. H.: Antes había unas galerías que vendían de una manera más circunstancial y puntual, pero no como ahora, con esa infraestructura de conexiones internacionales, de valores que superan su propio precio y se ponen unos precios más arriba, unas galerías que establecen una conexión con las otras y hay una propaganda enorme, eso no existía antes,  así que la Asociación Española de Pintores y Escultores estaba obligada a reconocer los nuevos valores, porque si no los descubrían ellos no los descubría nadie….

Hablamos del talento….

J. L. H.: Efectivamente, del talento, y si no lo hacía la AEPE no lo hacía nadie, porque no había una infraestructura para hacer propaganda en este sentido, no había nada … las galerías que lograban vender obra, era  porque coincidían, porque habían unido a un artista con un comprador, pero ahora el coleccionismo solo intenta invertir, no actúa no gasta nunca en balde, y eso creo que es lo que debe predominar en el espíritu de la Asociación Española de Pintores y Escultores.

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El pasado año 2013 formaste parte del Jurado del Salón de Otoño, un honor para la AEPE, pero ¿cuál es tu valoración del Salón, de las obras presentadas, de la función que el Salón tiene?

J. L. H.: Lo vi todo muy bien, sobre todo en el sentido de que los participantes no eran creadores atrapados en el pasado como pudiera parecer, que el Salón de Otoño es algo del siglo pasado, no. Que sea de larga tradición no quiere decir que los que se presentaron al Salón no tengan la mirada puesta en lo moderno y en lo que se está haciendo ahora, porque lo había. Había muestras de gente que estaba haciendo propuestas bastante avanzadas y así lo comentamos Antonio López y yo mientras veíamos las obras presentadas, había cosas que se veía que eran muy actuales y muy reales, del arte que se está haciendo ahora,

¿Qué es lo que más valoró del Salón de Otoño?

J. L. H.: Pues a mi personalmente me gustó mucho que no fuera como en otros concursos que hay, que se rigen por una trayectoria profesional y que tienes que haber hecho muchas exposiciones y tener un reconocimiento de crítica y público detrás, respaldando el premio que te van a dar, como justificándolo, no, no,… Yo lo que vi era inicialmente puro, y eso me encantó, me gustó mucho, (recalca) y mi recomendación es que debéis de insistir en ese camino que ya no sigue ninguna organización hoy, con unos premios que no son muy fuertes ni numerosos, pero que se ve que hay una propaganda apoyando el concurso, porque es muy interesante que esa gente que no tiene a nadie detrás, se le de un apoyo, es gente desasistida de apoyos de galerías y toda esa parafernalia…. yo vi allí algo muy desinteresado y muy bonito, y eso francamente, me gustó.

El Salón de Otoño nació con esa idea, dar cabida a los que estaban fuera de los circuitos oficiales del arte,….

J. L. H.: Pues sí, el Salón de Otoño siempre estaba fuera de las Exposiciones Nacionales y con ese mismo espíritu, y era el que ayudaba a dar los primeros pasos, y en ese sentido sí seguís haciéndolo así, haciéndolo bien, me parece realmente bien, y que esa línea es necesario conservarla.

Pues dicho así, y abusando de tu generosidad, me gustaría pedirte que formaras parte del Jurado del próximo Salón de Otoño, sería un gran honor para nosotros…..

J. L. H.: Pues yo encantado, porque me lo pasé muy bien y me gustó mucho aquella reunión en la que todos comentábamos lo que veíamos y en la que todos actuamos con la mayor sinceridad y en donde me sentí muy a gusto, porque no sientes presiones, ni valoraciones interesadas, y la verdad es que lo comentamos allí todos los que estuvimos… Tomás Paredes, Alma Ramas, Rafael López-Sors, Antonio López, Astudillo y tú misma, que nos gustó a todos mucho la sinceridad y espontaneidad de la selección de obras y premios…

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Es muy importante que nos digas esto porque a nuestros socios, a todos los que se presentaron el pasado año al Salón de Otoño, a todos los que piensen participar en la próxima convocatoria, les gustará conocer la opinión de los que juzgan su obra…

J. L. H.: Pues que sepan que lo hacemos desde el respeto, con una visión abierta en la que nada hay que digamos que no nos gusta a priori, y que miramos y remiramos las propuestas, porque hay cosas muy atractivas y nosotros como Jurado no nos cerramos a ninguna… luego ya están los criterios de gusto personal, pero ahí ya…. cada uno escoge lo que más le gusta….

La Medalla de Honor de la AEPE que te entregó el viernes José Gabriel Astudillo es obra del escultor Fructuoso Orduña, quien da la casualidad de que también fue Presidente de la AEPE. Cuando la tuviste en tu mano sonreíste abiertamente ¿qué sensación te produjo?

J. L. H.: Es una medalla hermosa, diseñada de forma conceptual, está bien diseñada por un buen escultor con un gran sentido del relieve, y con una representación funcional, se ve que está pensada para ser un premio. Lo que es asombroso es que la Asociación Española de Pintores y Escultores la haya mantenido viva en el tiempo, cuando este tipo de trofeos suelen olvidarse muy a menudo.

¿Y como renovador de la disciplina medallista?

J. L. H.: Para mi las medallas tienen unas connotaciones vitales mucho más atrayentes. Después de tantos años de experiencia y con el conocimiento de su trayectoria, de su nacimiento, de cómo empezó, para lo que servía, de su significado y simbolismo… creo que es eso, el simbolismo significativo lo que le da a la medalla la gran proyección artística que debe tener. A una medalla le tienes que pedir muchas más atribuciones que la de la simple representación, y en las medallas de los premios suele ser así, el conocimiento con un símbolo, se presenta la pintura, la escultura y ya esta,….

Si, pero contigo la medalla adquiere otro relieve y otra categoría…

J. L. H.: Es que no es sólo una representación formal de algo, hay que ponerle sentimiento y darle vida… en fin, la medalla es fiel, pero lo mismo hay que hacer ya otra …  (ríe)

Y eso es lo que lleva haciendo Julio López Hernández toda una vida: insuflar el soplo de la vida al frío bronce y a la piedra.

Entrevista a Julio López. Febrero 2014

Entrevista a Alejandro Aguilar Soria: «Todos hacemos poesía visual»

Por Mª Dolores Barreda Pérez

Alejandro Aguilar Soria es un madrileño con una fuerte personalidad, curioso, extrovertido y polifacético.

Crecido en estrecho contacto con el mundo artístico, su formación académica aborda disciplinas tales como la pintura, escultura, música, física, …y por supuesto, la filosofía. Destaca en él su inquietud, su enorme capacidad observadora, su profundo análisis y continua experimentación, el perfeccionismo y sobre todo, su ironía y buen humor.

Todas estas peculiaridades hacen que cuantos le conocen le valoren como un auténtico genio, un artista completo, único y excepcional.

Su producción pictórica está presente en los mejores museos de España y en los más dispares de temática y asunto, así como en multitud de colecciones repartidas por todo el mundo, gracias a la originalidad de su técnica y la fuerza expresiva con la que dota a toda su obra.

Es innovador, original, profundo y reconocido como creador de simbolismos y criptogramas. Rodeado de discípulos y amigos, transmite unas ideas revolucionarias en tiempos de crisis en medio de un ritmo de trabajo rápido e incansable.

Sus virtudes y aptitudes son innumerables, como su fino humor y jovialidad. Retórico brillante, mantiene excelentes contactos con mecenas, artistas e intelectuales de todo tipo porque está dotado de un gran dinamismo social.

Observador inteligente, muy receptivo y motivado por aprender todo tipo de materias, cualidades y circunstancias que hacen que explique su concepción del arte y del artista, como un todo global en el que entran disciplinas tan variadas como el pintor, escultor, dibujante, caricaturista, profesor, comunicador, diseñador, psicólogo, moralista, escenógrafo, arquitecto, lingüista, literato….

En la clausura de su exposición titulada “Damas Nobles” de poesía visual, charlamos un momento con él para averiguar el secreto del éxito de una muestra en la que ha conseguido vender más del 90 % de la obra expuesta.

¿Cuál es el secreto del éxito de la exposición “Damas Nobles”?

Su carácter intergeneracional. Es asombrosa la cantidad de niños que han acudido junto a su familia a visitar mis Damas y las múltiples interpretaciones que me han comentado que han encontrado en ellas. Definitivamente ha sido un triunfo llegar a los espectadores más jóvenes y arrancar de ellos una idea tan clara y positiva de mis obras.

Era eso lo que buscaba con la muestra ¿no?

Efectivamente mi deseo era hacer trabajar la imaginación del espectador para que leyera y disfrutara de las obras, pero también haciéndole copartícipe de la creación en sí misma y de su significado, pudiendo experimentar todo tipo de sensaciones, el concepto de la mujer y sus deseos, forjando después sus propias conclusiones….

Quiere esto decir que los poemas visuales se han convertido en su mejor medio de expresión?

No, que va. Llevo muchísimos años haciendo poesía visual, disfrutando con ella y experimentando con los poemas digitales, de acción, gastronómicos, ocasionales,… para mí la poesía visual se puede leer, ver, escuchar, oír, hablar, cantar,….y es un medio más de expresarme y llegar al espectador, pero en mi interior pesa igual que otro tipo de disciplinas tradicionales como la pintura, la escultura o el diseño.

¿Qué hay de sí mismo en cada Dama?

Mentiría si dijera que muy poco. Si analizo detenidamente cada una, solas o en su conjunto, son en realidad un espejo, un auténtico reflejo de mí mismo.

Entonces es verdad que es divertido….

Irónico, pero sin caer en la socarronería, más satírico y sarcástico que mordaz, en fin, un poco de todo, aunque también me preocupa mucho no herir la susceptibilidad de nadie, porque creo que no es necesario realmente hacer daño y porque creo que el arte no está para eso, sino para transmitir la belleza, sensaciones, ideas y pensamientos… justo lo que hacen mis Damas Nobles.

¿Qué cree que dirían ellas de su nueva imagen?

Lo mismo que yo he pretendido, les parecería muy divertido y verían que en realidad es un análisis de la mujer, de múltiples aspectos femeninos, del rol que cada una de ellas tiene. Y comprobarían que en toda mujer siempre hay una “Dama Noble” y que en toda Dama Noble hay además una mujer sencilla alejada de la imagen superior que puedan dar.

¿Cómo ve el horizonte de la poesía visual en España?

Cada día un poco mejor. Es verdad que aún no hay una cultura de la poesía visual como disciplina artística en España, pero también es cierto que hay convocatorias a nivel nacional de gran renombre y que están luchando por abrirse paso en la marea de conceptos artísticos, y que cada día más hay nuevos espacios dedicados a este tipo de arte y un mayor público atraído por él. Y por supuesto, una crítica especializada que se está tomando muy en serio el desarrollo de la poesía visual y de las nuevas tecnologías al servicio del arte.

Sus proyectos futuros ¿giran en torno a las nuevas tecnologías?

Yo diría que abarcan las nuevas tecnologías, pero no todos mis proyectos son éstos. Me encanta la pintura, la escultura, estoy trabajando en mi Libro de Autor y en la participación en algunas ferias de arte a las que quiero acudir con grabados, arte final y por supuesto atender los encargos de algunos retratos y otros compromisos que me hacen estar muy dividido y activo en múltiples disciplinas.

Su continua referencia a los criptogramas y símbolos ¿son una forma de terapia artística o una obsesión?

(Ríe divertido) No llegan a ser obsesión pero sí actúan de terapia… y no sólo artística. Es cierto que me encanta todo lo oculto y trascendental de los criptogramas, me fascina esa forma de comunicación intercultural y atemporal de un signo y toda la carga iconográfica que encierran. Y por eso me gusta combinarlos, experimentar con ellos, inventarme nuevos iconos e imágenes que desde luego, no dejan indiferentes a nadie. Provocar ese choque de culturas y civilizaciones es una referencia obligada en mi obra.

Próxima parada….

Pintura, llevo ya algún tiempo preparando mi próxima exposición en la que el formato grande será el protagonista, y los criptogramas, por supuesto….

Alejandro Aguilar Soria 2

 

PORTADA Damas Nobles

El triunfo de la poesía visual. Entrevista a Alejandro Aguilar Soria

Por Mª Dolores Barreda Pérez

Su discreción y modestia, su buen humor, proverbial entre los que lo conocen y aprecian, puede llevar a engaño a quienes no lo conocen, o no saben que se encuentran ante uno de los artistas más completos y relevantes del arte actual, en todo el concepto y la expresión que esa acepción tiene.

Sus obras pueden encontrarse en colecciones tan dispares como las clásicas de la Academia de Bellas Artes de San Fernando, la Biblioteca Nacional, en la Comunidad Económica Europea, en su sede de Bruselas, en el Museo Diógenes Taborda de Buenos Aires, en la  Colección del Credit Suisse, el Museo de Bellas Artes de Asturias o el Museo Taurino, y en las novedosas y vanguardistas salas del Museo del Grabado de Arte Contemporáneo de Marbella, la Colección de Poesía Experimental de la  Diputación de Badajoz, el Museo de Arte Contemporáneo de Castilla – La Mancha, en Interolerti, la Casa de la Poesía Olerte Etxea y la Fundación Volpe Stessen de Buenos Aires, sin mencionar los Ayuntamientos, Diputaciones, Cajas de Ahorro y Museos Provinciales de Dibujo y Arte Contemporáneo repartidos por toda la geografía nacional.

En Alejandro Aguilar Soria conviven con naturalidad múltiples formas de expresión, por un lado pintando, con un derroche de imaginación difícilmente calificable que le vale los apelativos de “genio”, “maestro”, “visionario” o “soñador”, por otro, haciendo bellísimas esculturas de increíbles formas y texturas, pero también a través de performances, acciones, instalaciones, y por supuesto, creando magia con mensajes visuales a los que ha incorporado su especial predilección por los criptogramas y símbolos, que tan propios y característicos son en toda su producción artística.

Su última exposición titulada “Damas Nobles” de poesía visual, acaba de encumbrarlo a lo más alto. El 90 % de las obras se ha vendido, y eso, en los tiempos que corren, no es que sea extraño, es que es un auténtico triunfo.

A punto de finalizar la exposición ¿cuál sería su primer balance?

Estoy muy contento por esta exposición, tanto por la aceptación que ha tenido la obra, como por cómo ha funcionado. Ha sido abrumador el número de familias que han pasado a verla, y sobre todo niños, que es a quienes más ha llamado la atención. Estoy encantado de que ésta haya sido una exposición intergeneracional porque eso es lo que siempre he pretendido, un lenguaje universal en el que todos entiendan los mensajes, de una forma lúdica y entretenida.

¿Por qué Damas y no Caballeros?

En primer lugar por mi admiración al sexo opuesto, la idea de jugar con el contrario me atrae mucho. Además el artista, el hombre, busca entender y analizar aquello que le es cercano y a la vez opuesto. Y luego hay una serie de añadidos como que estéticamente, las damas dan más juego, la documentación gráfica de partida es abundante, más vistosa y llamativa, y sobre todo porque es mucho más divertido intentar jugar con ideas y conceptos desde el lado opuesto.

¿Poseen alguna característica en especial que aúne y resuma esta muestra?

Sí, ser poliédricos. Todas las Damas son como un poliedro: tienen múltiples caras y facetas, múltiples lecturas, múltiples mensajes,… cada uno encuentra uno diferente en él. Quizás muchos logren ver un mismo significado, pero todos encierran una miscelánea de mensajes con los que me he divertido sobremanera.

Como pintor de éxito y escultor y artista multidisciplinar, ¿por qué hacer poesías visuales?

Creo que tocaba. Siempre he hecho poesías visuales, es algo que me apasiona y me divierte, y justo ahora se dieron todos los elementos necesarios para realizar esta exposición: por un lado me apetecía muchísimo, por otro, encontré una sala de exposiciones dedicada en exclusiva a las nuevas tecnologías, y eso en España es algo casi extraordinario, porque a pesar de que cada vez más los centros de arte prestan su espacio a este arte, no abundan las salas que exhiban de forma permanente estas obras. Fue una emoción increíble encontrar el espacio y ver que encajaba con mi idea de exhibición, que podía realizar el montaje ideal para exhibir mis Damas.

¿Desde cuándo realizas poesías visuales?

Creo que desde bien pequeño. La poesía visual es muy llamativa y siempre me han llamado la atención los criptogramas, criptografías, los símbolos, … porque poseen un lenguaje universal que todos pueden interpretar independientemente del idioma, del sexo, de la edad, de la cultura, … y extraer símbolos de otras culturas y civilizaciones e interpretarlos a mi modo y manera ya me apasionaba de niño, y de hecho, es una constante en toda mi obra.

Hablamos de poesías… en tu caso, ¿primero son literarias y luego visuales?

Sí, efectivamente mi mundo interior parte de un texto, pero lo considero aún demasiado íntimo como para mostrarlo de la forma que lo he hecho con las Damas. Y luego, con el tiempo, muchas veces la imagen ha dominado al texto, o lo ha complementado o enriquecido,… pero sí, los juegos literarios son también la base de la iconografía, y está claro que en mi lucha interna ha ganado la imagen.

¿Y la ciberpoesía, no en lo relativo a los medios digitales en su creación, sino la referida a la producción con recursos tecnológicos como el hipertexto, la animación o la realidad virtural, para cuándo?

Ya he hecho intervenciones en este campo y han sido bastante satisfactorias, y también en la poesía colaborativa, intergrupal e interactiva, y a través de instalaciones, intervenciones y numerosas actuaciones con las que he visto y experimentado cómo interactuar con los demás, cómo transformar el mensaje y cómo ven los espectadores esa forma de poesía a la que aún no están acostumbrados, pero a pesar de que todo lo que es novedoso me atrae, me gusta mucho más el trabajo en la soledad de mi taller, como acto íntimo en el que mi forma de expresión es casi casi, espiritual.

¿Es difícil hacer poesía visual?

Todos hacemos poesías visuales porque la poesía visual es un arte que está al alcance de todos. Cualquiera puede hacer poesía visual sin pretender ser un artista.

Entonces ¿todos somos artistas?

No es intrusismo, ni se trata de pretender ser lo que no se es. En la sociedad actual todos tendemos a catalogar, clasificar y denominarlo todo. Y estamos acostumbrados a identificar al artista con el pintor o con el escultor. Pero un artista no es sólo eso. Mi concepción del artista se asemeja a la visión renacentista en la que confluían grandes talentos que lo mismo escribían un tratado, que pintaban una catedral, que esculpían una imagen y que, en definitiva, transformaban la belleza y hacían de ella una forma de expresión. Si uno sólo pinta se convierte en un artesano, pero no es un artista en toda la acepción de la palabra y no tal y como hoy la usamos.

Me estás describiendo a Leonardo….

Por supuesto, Leonardo da Vinci ya realizaba poesías visuales, poesía fractal,… pero mucho antes de él, los hombres primitivos que pintaron Altamira hicieron poesías visuales y así hasta remontarnos al primer trazo humano del que podamos tener noticias; la naturaleza hace también poemas visuales de extraordinaria belleza… todo depende de quién los vea y cómo los interprete….

¿Por qué no está tan extendida la poesía visual?

Porque a pesar de que en la calle y en nuestra vida cotidiana estamos rodeados de poemas visuales, no reparamos en ellos como una auténtica muestra de “arte”, no los tomamos en consideración hasta que alguien los cataloga como arte y la crisis actual que atraviesa el arte moderno no ayuda en nada a variar esa catalogación. Volvemos a la pregunta anterior porque estamos acostumbrados a clasificar al artista en una única disciplina, y todo lo que se salga de ella ya no cuenta y como decíamos, el artista es algo mucho más amplio…

En vista del éxito de la poesía visual, ¿para cuándo la próxima muestra?

Material e inspiración no me faltan nunca. Pero además de algunos cuadros que tengo empezados y varias esculturas que están terminadas ya, estoy trabajando en una serie de poemas visuales sobre la vida del artista, en toda la amplia concepción de este término y tal y como yo lo contemplo, y sobre el deporte, y sobre la cotidianeidad de la vida…. pero me faltan horas en el día para abarcar todo lo que me gusta.

¿Y el nexo común de todo tu trabajo?

Por supuesto, el humor. Me divierte un montón transformar lo imposible y hacerlo de una forma divertida y jugando con todas las interpretaciones de las que sea capaz y que todo sea objeto de risa y despierte en quien lo vea una gran sonrisa.

Alejandro Aguilar Soria 1

 

Damas. Recuerdos 1

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