Firmas con sello de lujo. Tomás Paredes

Isegoría y Parresía

 

Si van a DILE, encontrarán sólo la segunda. Isegoría es término originario de la antigua Grecia, que atribuía a todos el derecho a utilizar la palabra en la asamblea. Proviene de isos (=igual) y agora(=reunión), es decir, todos poseen el mismo derecho de expresión. La asamblea no la formaban todos los ciudadanos, sólo los derechohabientes. Libertad de palabra no es lo mismo que libertad de expresión. Hay matices que las diferencian.

Tener derecho al uso de la palabra no implica el derecho a ser escuchado. El respeto se consigue con la idoneidad de la expresión y con la capacidad de tener criterio. El debate no consiste en un diálogo de besugos. Si las preguntan no se responden con referentes reales, estamos deturpando la deliberación y, en consecuencia, no se podrá llegar a proposición oportuna.

La parresia, en el DRAE sin tilde en la i, se considera figura retórica, que pretende aparentar que se habla con libertad y audacia y lo que pareciera ofensa, sin embargo. es grato a aquel a quien se dirige. Es decir, le insufla un fuerte contenido irónico. Mas, el sentido que hoy se da a parresía es la facultad de todo ciudadano de hablar de todo, sin filtros, sin miedos. Algo que no ocurre el presente, porque toda intervención pública, o privada, esta mediatizada por la autocensura.

La democracia no es tal si no contempla en su desarrollo isegoría, isonomía e isotimia. Tampoco encontrarán en el DRAE los dos últimos términos. Isonomía, tener igualdad de derechos políticos ante la ley. Isotimia, posibilidad igualitaria de que cualquiera pueda optar a cargos públicos por sorteo, lo que en la antigüedad estaba sujeto a normas y colegios profesionales. Ahora se simplifica en exceso y hay asuntos que no pueden tratarse con frivolidad reduccionista, como las instituciones ancestrales.

No hablo de política. Ni de democracia. Es más, hoy por hoy, quien pretenda encontrar su dignidad y conservarla debe alejarse del muladar que han creado los políticos –”Si no puedes convencerlos, confúndelos”,  Harry S. Truman-. Se puede hablar de todo, sin autocensura, sin censura, sin pavor. Más todavía, es conveniente que dialoguemos sobre cualquier materia, siempre que tengamos opinión, criterio. Estamos acosados por los opinadores, en donde quiera que sea, das un golpe y se levanta una nube de palmeros, cantamañanas beneficiarios de la ignorancia, pendientes del móvil, no del propio caletre.

Gilbert Keith Chesterton, el “príncipe de las paradojas”, defendía que “para opinar hay que tener opinión”. Parece simple, pero es esencial. La opinión la forma el conocimiento, el pensamiento y el juicio que se obtiene del análisis equilibrado de un suceso. Equilibrio no es equidistancia. Algunos, demasiados, para defender una opción, menosprecian la del contrario. Los sectarios, los gregarios, los sicarios, los serviles no son inocentes; apestan por más que se perfumen con los réditos de su felonía.

Chesterton

 

Para tener criterio son precisas isegoría, parresía, juicio y opinión.  Criterio procede del griego, kriterion de krinein (=juzgar, separar), y es discernimiento y juicio para conocer la realidad de algo o alguien. Se tiene o no criterio, como ocurre con la sensibilidad. No es algo que pueda fragmentarse y emplearse según cómo. El criterio está por encima de gustos, preferencias, filias y fobias, el amor, las ideologías, las religiones. El amor por alguien no debe obnubilar nuestro juicio sobre su realidad. El criterio no es hacer justicia, pero para hacer justicia hay que tener criterio. En La caja de música, Costa-Gavras ensaya este asunto.

Costa-Gavras

 

El juicio no es “una facultad del alma”, como asegura el DRAE, sino una apuesta de nuestro pensamiento, una evidencia de nuestro criterio, una conquista. ¡Señores académicos, dónde están? ¡Atribuir al alma un juicio! ¡Vaya por Dios! La Academia no inventa la lengua, la registra: “limpia, fija y da esplendor”. ¡En lugar de estar tan atentos a las modas efímeras, deberían desmalezar el DRAE de ambigüedades, tergiversaciones y otros demonios! ¡Y de neologismos innecesarios y gratuitos!

Tener criterio es esencial para vivir con dignidad. El criterio sabe separar lo espurio de lo imaginado, lo falso de lo real, lo digno de lo indigno. El criterio te dice hasta donde puedes llegar, qué puedes o no debes hacer. El criterio fundamenta la idea unamuniana de hombre. Un hombre tiene defectos, pero lucha para que no alteren su condición. El criterio sirve para llegar a ser. Y no depende de la edad, aunque con los años se enerve.

En La Lectura, viernes 24 de enero de 2025, suplemento de El Mundo, Benjamín G. Rosado entrevista al director de orquesta W. Christie, que está de gira con varios conciertos en España por sus 80 años. William Christie que es muy crítico con la “panfletización de los libretos” y con los populismos, acaba afirmando: “…cuando ponemos una partitura al servicio de una ideología corremos el riesgo de eclipsar la belleza de las emociones, que es, en última instancia, donde reside el auténtico potencial de la música”. ¡Y de la vida!

El criterio, su ahormado, no lo genera la información recibida, sino del procesamiento por nuestro cerebro de esa información, para pensar y crear conocimiento. Toda esta ralea de narcisistas, furtivos, zascandiles, que se denomina a sí mismos tertulianos, comunicadores, se limitan a trasladarnos lo que reciben en la pantallita, que es algo muy distinto a pensar.

Lo más importante del hombre es la inteligencia. Algunos creen que el corazón. Pero, desbarran, sin inteligencia no hay nada, ni corazón, ni vida, ni futuro: sólo decadencia. ¡Ah!, recuerdo aquello tan hermoso del Libro del Desasosiego, cuando Bernardo Soares, heterónimo de Pessoa, exclama: “El corazón, si pudiera pensar, se pararía”. Es un hechizo, pero no es seguro, porque si el corazón pensara, cabría la posibilidad, o el sueño, de ser mejores. A los hombres me refiero.

La ausencia de pensamiento conduce a la decadencia. Decadencia, ausencia de fertilidad social, es debilidad, ruina, menoscabo, ocaso, declive, degeneración. Y no es una cuestión que dependa de la política. Nuestros siglos de oro, que se dan en decadencia política, ocasionaron la emergencia de genios y artistas universales. ¿Dónde están, hoy, en España, los grandes novelistas, poetas, pintores, músicos, científicos, pensadores? Existen profesionales en distintas áreas, excelentes buhoneros, no grandes cabezas, si muchas cabecinhas pensadoras, cuando no metecos a sueldo.

Epícteto

 

Defendía Epícteto que la virtud es la vida conteste con la razón y que la eudaimonía (= la felicidad), es una consecuencia de la virtud, que se logra por ataraxia (= serenidad); apatía (=desapasionamiento); y eupatías (=buenos sentimientos). Sólo debe ocuparnos lo que depende de nuestro albedrío, con independencia de las circunstancias externas, asegura el estoico.

Según Orígenes, en su tiempo, Epícteto (55-135), era más respetado y conocido de lo que lo fue Platón en el suyo. El filósofo griego, de quien ignoramos el nombre –epícteto, significa “adquirido”- fue esclavo manumitido en Roma y nunca escribió nada. Enseñó en Nicópolis, Grecia, donde abrió una escuela. No aleccionaba, enseñaba a pensar, daba herramientas a la razón para desperezarla. El historiador Flavio Arriano, alumno y seguidor, fue quien recogió el Enchiridión, que literalmente es Manual, y las Diatribas.

El sueño de la razón, de Francisco de Goya

 

El estoicismo nada tiene que ver con los libros de autoayuda. Ni Marco Aurelio, ni Trajano, ni Epícteto, ni Séneca son lideres o gurús que dan consejos para solucionar nuestros problemas existenciales. El estoicismo es sistema de pensamiento que hay que interiorizar y sajelar con la mayor limpieza y libertad; debe reflejarse en la vida que hacemos o en cómo hacemos nuestra vida. No es sólo aptitud, es, sobre manera, actitud, modo de vida. Arpa acaba de editar Manual de vida de Epícteto, en traducción de David Hernández de la Fuente.

¿Qué hemos hecho entre todos del lenguaje? Un galimatías, que sirve lo mismo para un roto que para un descosido. Hay miles de palabras deslumbrantes que duermen en los diccionarios y en los libros. Las palabras tienen que estar vivas, corresponder con lo que sucede. Hay lindos arcaísmos, que no se pueden utilizar, porque lo que describen no se da ya. Hemos de ser muy cuidadosos con las palabras y su significado. Si al agua llamamos vino o al amor costumbre estamos creando una aterradora confusión.

Retrato de Juan Ramón Jiménez, de Joaquín Sorolla

 

En Eternidades, 1918, Juan Ramón Jiménez, incluye su poema “Intelijencia”, donde clama por la idónea pulcritud de la palabra exacta y reza así con su grafía personal:

                                                         Intelijencia, dame
el nombre esacto de las cosas!
Que mi palabra sea
la cosa misma,
creada por mi alma nuevamente.
Que por mí vayan todos
los que no las conocen, a las cosas;
que por mí vayan todos
los que ya las olvidan, a las cosas;
que por mí vayan todos
los mismos que las aman, a las cosas…
¡Intelijencia, dame
el nombre esacto, y tuyo,
y suyo, y mío, de las cosas!

 

 

Tomás Paredes

                                                                                                  Presidente H. AICA/Spain

Firmas con sello de lujo. Tomás Paredes

Manolo Conde, Centenario

 

Manolo, así, con hipocorístico, porque era barriero, castizo, madrileño de pro, prefería el comercio de cercanía, las tabernas y las casas de comida casera. Al mismo tiempo, espíritu refinado, melómano, amante de la danza y defensor encendido del informalismo y la abstracción. ¡Una sensibilidad exquisita, sutil, para un tiempo gris panza de burro! Expresión que se atribuye a Héctor Velarde Bergmann referida al cielo ceniza de Lima.

En el estudio que dedica Pilar Sancet Bueno a Juana Francés, AACA, septiembre de 2007, la pintora alicantina sostiene: “A Manuel Conde le conocía desde hacía mucho tiempo. Fue compañero mío en la Escuela de San Fernando de Madrid. Teníamos una entrañable amistad. A través de él conocí a Canogar y a Feito, antes de El Paso, ya antes de El Paso, en la Galería Fernando Fe existía una gran inquietud, queriendo introducir nuevas tendencias. Esta galería, en donde Manuel Conde estaba, fue un lugar de encuentros. También conocí con anterioridad de El Paso a Antonio Saura. También a Pablo Serrano. Al resto del grupo lo conocí a través de Manuel Conde. Creo que Manuel Conde fue el aglutinante del grupo”.

Sigue interrogando la historiadora a la pintora, por si quería precisar o añadir algo y asegura Juana Francés: “Sólo recordar a Manuel Conde, a quien con frecuencia se olvida, cuando se habla de El Paso”.

Foto del grupo El Paso, 1957, con Conde a la derecha

 

En 2024 se cumple el centenario del nacimiento de Manuel Conde, poeta, escritor, crítico de arte, generador de cultura, acendrado bohemio. ¡Pues bien, hasta hoy, ni una línea, ni una mención, ni el más mínimo recuerdo! A excepción de Fernando Fernán-Gómez, que fue amigo cercano y protector en sus últimos años. Fernando se acuerda de él y me pidió una intervención sobre su obra, en el Foro Gaya Nuño, que tuvo lugar el día 29 de noviembre en Soria, patrocinado por Fundos, donde intervine junto a Juan Manuel Bonet, que disertó sobre las conexiones de El Paso y el surrealismo.

Manolo Conde, Madrid 1924, después de su primera enseñanza y brujulear por el Madrid republicano, se encuentra de sopetón con la Guerra Civil, que pasa en condiciones indecentes, como tantos. Su vocación temprana de poeta se aviene mal con el momento convulso. Estudia música y bellas artes en la Escuela de San Fernando y, aunque destaca en dibujo, desde un inicio apuesta por la renovación de la plástica, militando por la abstracción.

Se titula en 1949 siendo compañero de curso de Juana Francés, Revello de Toro o Francisco Farreras, con quien llegaría a tener una gran amistad. Además de las artes plásticas, Manolo era un melómano, asistiendo a conciertos y escuchando música como hábito. Su sensibilidad le encaminó hacia la formación de un gusto exquisito, volcándose en la poesía y defendiendo la causa de la renovación del lenguaje plástico.

Su ambiente estaba entre los pintores. Ya en 1950 publica Preludio de Arcoíris, que en realidad son cinco libros en uno, dedicado a Fernando Mignoni. En 1952, Canogar hace su primera expo en la galería Altamira y se encuentra con Manolo Conde, que le apoya y orienta hacia el informalismo.

Comienza a trabajar en la galería librería Fernando Fe, exponiendo a jóvenes rupturistas como Feito, Lucio Muñoz, Chillida, Quirós, Valdivieso…Con las ganancias marcha a París, invitado por Antoni Clavé con quien establece una relación de amistad y a quien Conde gana para la vía del informalismo. Viaja por Italia y regresa Madrid. Clavé siempre le tuvo en una alta estima.

En el verano del 56, Saura y Ayllón comienzan a fraguar lo que sería, en febrero de 1957, el grupo El Paso, estando entre los fundadores: Antonio Saura, Ayllón, Millares, Canogar, Feito, Manolo Conde, Rivera, Juana Francés, Antonio Suárez y Pablo Serrano.

Libros primero y último de Conde

 

Hasta 1959 formará parte del grupo, escribiendo textos para sus distintas exposiciones, pero, en el mes de abril, deja El Paso, separándose por discrepancias con su funcionamiento. En ese mismo año publica su segundo libro de poemas, El Muro y la monografía de Fernando Sáez. En 1961 está entre los fundadores de la Asociación Española de Críticos de Arte, pronto integrada en AICA. Comisariando ese año la participación española de la Bienal de París, volviendo a hacerlo en 1967.

 En el 63, hace la exposición de Dámaso y escribe un texto crítico sobre su obra en Cuadernos del Ateneo. Comisaría exposiciones y publica estudios sobre Alfredo Alcaín y Eduardo Sanz. Fundamentalmente poeta, en 1966 aparece Habitando el exilio, que es su libro de poemas más cuajada: de entrada, aromado de surrealismo; en su segunda parte, Contemplada presencia, están sus poemas más lúcidos.

Junto con Pepe Hierro, organiza la exposición de Úbeda en Sao Paulo y editan un libro-catálogo sobre su trayectoria. En 1971, publica el ensayo Los problemas del arte y una monografía sobre la vida y obra de Martín Chirino, en la famosa colección de la Dirección General de Bellas Artes.

En 1976, nuevo ensayo acerca de Uría Monzón, una pintura de ensueño, Rayuela. En los setenta, embarnece su bibliografía con textos para catálogos y ensayos sobre Antonio Valdivieso, Bores, Cristino Mallo, El cubismo y su proyección actual, Millares y en 1979, de nuevo en Editorial Rayuela, Toral, el tiempo suspendido.

Conde rodeado de los nombres de los artistas que colaboran en el libro

 

 En 1978, libro de poesía, mezclando éditos e inéditos, con ilustraciones de un centón de amigos pintores: El fuego cuadrado, tamaño folio mayor, con tres textos introductorios de las plumas de Teresa Soubriet, poeta y crítico de arte; el maestro de la síntesis crítica, Castro Arines, y el tercero de Javier Rubio, fino crítico de arte y poeta inédito a su vez.

Colaboró en varias revistas de su tiempo como Bellas Artes, Crónica 3, Arteguía, y Villa de Madrid, donde le buscaron una jefatura de redacción que le daba respiro económico. Fallece el 2 de marzo de 1990 y un año luego, en edición póstuma, con prólogo de Rodolfo Serrano, ve la luz el poemario Naufragio, casi una plaqueta, con sus últimos versos. Aunque no todos porque iba escribiendo por todas partes, en las servilletas de los bares, peteneras y cantares de una estrofa, que descansan en algún rincón preterido.

De Naufragio es esta letra, apta para una garganta de rajo flamenco:

                                                Tengo una mano tendida

                                                a ver si el cielo me oye.

                                                Con la otra mano acaricio

                                                 tu nombre.

Siempre fue muy inquieto. Cuando se reunían a escuchar música gesticulaba como si dirigiera la orquesta. Tuvo una fraternal amistad con Francisco Farreras, incluso existe una amplia correspondencia, que le escribía a Farreras y que el maestro conservó y nunca quiso publicar. Hay muy pocas fotografías de su persona, con el grupo El Paso está en la foto icónica de 1957: menudo y enteco, en el extremo, cabe Manolo Rivera; pero, luego ya es difícil encontrar alguna.

Le conocí y le traté, pero, era esquivo, escapista, timorato, aunque cariñoso. Llegaba a las inauguraciones y tras los saludos de rigor, un tanto precipitado, cuando te querías dar cuenta había desparecido. Nos citamos algunas veces para hablar más de poesía que de pintura. Antonio Leyva, amigo común, tenía muchas de esas peteneras, en papeluchos y servilletas, y prometió hacerle una edición, pero por las razones que fuere, nunca llegó. En 1988 participó en el grueso catálogo de la exposición que hizo el Ayuntamiento de Madrid de los Constructivista españoles.

Tuvo una importancia capital en la fundación del grupo El Paso, pero más para el informalismo y la abstracción de los años cincuenta a setenta en España. Conde fue siempre un ser abandonado. No se prestó atención a su poesía que, no obstante, tiene un acento propio, en algunos libros cercano al sobrerrealismo; en otros, machadiano y de una serenidad sensible para retratar ciudades, con poemas mínimos, leves, de una majestuosa sencillez, de una intensa fragilidad.

Dos poemas del libro Habitando el exilio

 

Y tenía razón Juana Francés, cuando se habla de El Paso, florece su olvido. Y si es de poesía, noche total. Para la tribu era un crítico de arte, que escribía demasiados catálogos, artículos y conferencias. Mas, yo presencié su fineza y su delirio lírico, muy agónico, trágico en los finales, porque veía venir la muerte y se regodeaba, pero escapando, como hacía de sólito. ¡Poeta de terciopelo y azabache, candor y quiebro!

Aunque son más los que le han olvidado que quienes le quisieron, Juan Antonio Gaya Nuño, Historia de la crítica de Arte en España, Ibérico Europea de Ediciones, Madrid enero de1975, le menciona y ensalza como entregado a la defensa del arte abstracto. ¡Heterodoxo, perspicaz, zahorí del duende, supo ver y su canto sobrio suena a Silos!

En 2010, en la fachada de la casa donde vivió, C/ Génova 7 de Madrid, el Ayuntamiento colocó una placa recordatoria de su vecindad. Poeta, escritor, pintor ocasional, aprendiz de músico, nefelibata, giróvago celeste, pero, sobre todo, bohemio: Manolo Conde encarna la figura más tierna y solanesca de la bohemia de esos años -no valleinclanesco, más bien figurante de Mateos- ¡Furtivo, orillado, secluso, casi secreto, anduvo “con dolorido cuidado”, como el canto bellísimo de Jorge Manrique: “desamparado de amores,/ de amores, que no de amor”.

 

Tomás Paredes

                                                                                                 Presidente H. AICA Spain

 

Firmas con sello de lujo. Tomás Paredes

De «Azul» a Noigandres y más allá

 

Con este rubro exótico, se ha mostrado en Casa de América, hasta el 14 de noviembre 2024, la exposición más importante que se ha visto en Madrid sobre las vanguardias literarias de uno y otro lado del Atlántico durante el siglo XX. Es verdad que limitada a la desbordante colección López-Triquell, propietaria de los contenidos.

La exposición era abusiva, descorazonadora para un simple mortal, lector y amante de la creatividad de ese periodo, tal era la cantidad de primeras, rarezas, manifiestos, carteles, manuscritos y joyas literarias capitales exhibidas; hasta 500 piezas. Del comisariado conjunto de Juan Manuel Bonet y de José Ignacio Abeijón no podía esperarse otra cosa. Excelente el montaje, objetivo tan complicado con tanto elemento, al que no era ajeno Claudio Pérez Miguez, experto en la materia y riguroso profesional.

Terminada la muestra pública, cuyo periodo de exhibición se me antoja corto, queda el catálogo editado para la ocasión, convertido en otra joya literaria y cuya entidad quiero comentar, amén de los diferentes roles de las personas que han colaborado en este acontecimiento. Porque se trata de un acontecimiento cultural y no tengo la certeza de que haya sido contemplado así, pero insisto. ¡un acontecimiento cultural!

Aunque no aparece escrito en el colofón, ni en parte alguna, me consta que la tirada es de cien ejemplares, lo que es muy insuficiente. Soy un privilegiado al tener la ocasión de releerlo, subrayarlo, anotarlo, pero no puedo dejar de pensar que una obra así necesita muchos más ejemplares. El autor quiere que le lean, el coleccionista pretende dar a conocer su tesoro y, por supuesto, como mejor se homenaje a los autores es con una gran difusión.

El verbo coleccionar y el sustantivo coleccionista son palabras que hacen sonreír al arte, porque sin coleccionismo el arte, la vida de los artistas, no serían posibles. Los pilares fundamentales del arte: el autor y el coleccionista, el resto son complementos, aleatorios, por importantes que sean. Coleccionar es reunir un conjunto ordenado de cosas. Hay innumerables tipos de coleccionista: patrocinadores, mecenas, negociantes, oportunistas, nuevos ricos, aventureros…

Y de colecciones. Antonio Prates coleccionaba entre otras cosas, papeles de seda que envolvían las naranjas. Francisco Rodríguez restauró un castillo medieval para exponer obras de Álvaro Delgado. El doctor Puigvert se hacia con todo lo que podía de Sert. Josep Mª Cadena, crítico de arte, colecciona de todo, desde botones o bolígrafos a cómics y pinturas. El museo Thyssen procede de la colección Thyssen….

Se repiten los tópicos ignaros de que el coleccionismo existió siempre. No es verdad. Se apunta como primer coleccionista a Ptolomeo II Filadelfo, s. III a.d.c., que inauguró la Biblioteca de Alejandría. Y no, una biblioteca es más que una colección de libros, es un volcán dormido, inteligente, luz reunida del mundo creativo dispuesta a despertar: el autorretrato de un bibliófilo o un mecenas. El coleccionismo tal como lo entendemos ahora nace en el Renacimiento y se pule en los siglos XVI y XVII.

 

La principal característica de la vida, de la cultura, del arte es la pluralidad. Existe un coleccionismo público y otro privado. El único que garantiza esa pluralidad, esa diversidad, es el privado, porque es la determinación de una persona, que adquiere, conjunta, colecciona lo que siente, lo que le inspira, lo que le enriquece el espíritu y lo hace con su propio dinero. Los trileros politicastros de turno tratan de desacreditar la función del mecenas, del empresario sin entender que intentan cercenar la fuente que les hace vivir, que les permite jugar a sobrevivir de la cosa pública sin producir nada.

Empresario es el señor que tiene ideas, las pone en práctica y con ello genera un bien social, proporcionando productos útiles, creando empleo, riqueza y pagando impuestos. Y dedica sus beneficios a crecer y muscular su entidad vital y social. ¡Que invierta sus ganancias potenciando el mundo de la cultura es una suerte, porque permite que esta se desarrolle y nos enriquezca a todos! El gran coleccionista suele ser un mecenas, alguien que no espera un retorno económico de su patrocinio. Pero, ¿por qué iba a ser condenable que alguien patrocine la cultura esperando un retorno de su inversión?

Todos deberíamos agradecer al industrial Juan López Hurtado que destine sus ganancias a reunir los ejemplos más significativos de las vanguardias literarias iberoamericanas s. XX. Podría haberlo dedicado a adquirir coches de lujos, yates u objetos banales caros. No sería lo mismo para el grueso de la sociedad. El coleccionismo importa más que el Ministerio de Cultura, porque ayuda a todos, en tanto que el Ministerio se inclina por la deriva ideológica, por el amiguismo y por lo que se lleva. No hay más que ver en qué se han convertido los Premio Nacionales del mundo de la cultura.

¡Qué hay sujetos que se dicen empresarios y son unos explotadores! Pues claro, ya hemos convenido en que la sociedad es plural. Y que para corregir los desafueros están las leyes y la justicia. El empresario es más respetable cuando más ejerce de empresario, porque sabe que produce algo de lo que viven los trabajadores y él y si falla a unos se traiciona a sí mismo. Por suerte he conocido y convivido con grandes empresarios y profesionales libres, que han acabado siendo estupendos coleccionistas y no son populares, como es el caso de Juan López Hurtado, quién junto a su esposa, Marta Triquell, ha conjuntado este emporio literario, estético, de pensamiento y belleza.

El catálogo, gran formato, diseño gráfico de Miguel San José Romano, impreso por Gráficas Hercu y Gráficas Rey, fotografías de Andrés Vargas Llanos, es una pieza de colección, un documento excepcional del periodo que ensaya, vertebrado por el texto general y por países de Juan Manuel Bonet. Sus “fans” le consideran un datista, pero ¿qué se puede construir con rigor sin datos fidedignos? Lo que importa en Bonet, más allá de los datos, es su pericia en relacionarlos y el ritmo que impone en los textos. En esto es un maestro absoluto, como en el periodo de vanguardias que tan bien domina.

Bonet ha realizado un trabajo titánico, de una riqueza y brillantez manifiestas. No se le escapa nada y, además, lo hace tan cercano, que da la sensación de que está hablando con los autores que comenta, sin dejar de conversar con el lector. “Azul”, Valparaíso 1888, el libro rompedor de Rubén Darío, el aire nuevo, da color al título, pero la exposición iniciaba con el modernisme catalán, que a su vez fue el principio de la biblioteca López-Triquell y llega más allá de Noigandres, el concretismo brasileño.

Era una exposición para ver en distintas jornadas, igual que el catálogo, que no debe de leerse seguido, sino a sorbos, como los licores densos y olorosos; es una silva de varia lección que deleita mientras enseña. Cualquiera cita nominal sería cercenante. Hay que repasarlo, poco a poco, pero entero, posicionarse ante el conjunto. Las representaciones de Argentina y del Perú son exhaustivas, expansivas, detallistas. Las de Bolivia y Ecuador, descubridoras, reparadoras, bellísimas. En la brasileña echo de menos algo de Eugen Gomringer, Oyvind Fahlström, pero todo llegará.

La diferencia de Bonet con otros especialistas es que Juan Manuel es bibliófilo lector, no todos lo son. Y cuando tú lees un libro y tomas notas y lo relacionas, tu visión es otra, total, esférica, interrelacionada. Cuando Bonet cita un título, te recuerda el autor de la tapa, el editor, el encuadernador, el propietario primero o el anterior, el dedicatario, y luego debate sobre el contenido y los vestigios que revela.

Me resisto a llamar coleccionista a un lector que reúne libros, aunque no deje de serlo. Por cierto, algo que los norteamericanos, muy habituados a buenas bibliotecas públicas, no hacen. No en todas partes se estima la formación de una biblioteca particular. Pero, hay acciones que van más allá de lo personal y se convierten en proyectos culturales de dimensión, en apuestas contra la pérdida de la memoria ointelectual, como el de la colección López-Triquell, que tiene un afán de exhaustividad, profundizando con exclusividad. Su más reciente deriva es la brasileira, que está en formación.

En el catálogo se reproducen tapas y contratapas, catálogos, panfletos, revistas, afiches, algunos muy raros de ver y otros jamás vistos por los aficionados al lapso temporal que se contempla: la cubierta de Ucelay para los poemas de Milicua, la de Manuel Méndez para Proel; los Carteles de Gecé, lo portada de Joc Net de Tápies, el cadáver exquisito de Jorge Cáceres y Huidobro, las obras de Nahuí Olin, las tapas del Dr. Atl, el Amor original  de José Álvarez Baragaño con esa cubierta mágica de Wifredo Lam, ¡qué maravilla!.

En un país, España, donde el gobierno descree de la cultura, dedicado al espectáculo y a la construcción de muros, más que nunca, los coleccionistas son vitales. El coleccionista es un restaurador de la historia, facilita la percepción objetiva de lo que pasó para que los ciudadanos no necesiten intermediarios, ni ideólogos baratos que les digan que el pasado fue como ellos lo pintan. El coleccionista protege la realidad, ampara la libertad, limpia la memoria de interese espurios, es soteriológico, preserva las nuevas formas culturales, que testimonian cambios históricos, como enseña Fredric Jameson.

Para los que no vieron la exposición, queda el catálogo, referente para las vanguardias iberoamericanas del siglo XX. Por eso, insisto en que sería muy conveniente otra edición para que llegue a muchas manos, a muchas bibliotecas que puedan difundir este legado que ha construido Juan López Hurtado. No se trata de una propuesta para una elite, sino del contenido genial, espiritual, que ilumina de forma deslumbrante media centuria del s. XX.

Tomás Paredes

                                                                                               Presidente H. de AICA Spain

Inaugurado el 91 Salón de Otoño de la AEPE

En la gran gala de las Bellas Artes en España

La Asociación Española de Pintores y Escultores entregó el 31 de octubre de 2024 los premios correspondientes al 91 Salón de Otoño, organizado por esta entidad centenaria, en una gran gala del arte que tuvo lugar en la Casa de Vacas del Parque del Buen Retiro, en la exposición de obras que se podrá visitar hasta el próximo domingo 24 de noviembre, de lunes a viernes, entre las 10 y las 21 h.

Fotografía de familia del 91 Salón de Otoño de la AEPE

 

El acto de inauguración de la exposición contó con la presencia del Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, José Gabriel Astudillo, del Vicepresidente, Juan Manuel López Reina, de Mª Dolores Barreda Pérez, Secretaria General,  los miembros de la Junta Directiva: Paloma Casado, Carmen Bonilla Carrasco, Fernando de Marta y Sebastián, Jesús Alcolea y Manuel Díaz Meré, así como de Juan Pedro Jordá Espina, biznieto del creador del Salón de Otoño, Juan Espina y Capo, que acompañado de su mujer, asistieron orgullosos a la nonagésimo primera edición de un certamen nacido en 1920 que se ha convertido en el más antiguo y prestigioso de los que se convocan en España.

Además, estuvieron presentes el biznieto de Joaquín Sorolla y Presidente de la Fundación, Antonio Mollá, así como los representantes de las entidades colaboradoras del 90 Salón de Otoño: José Luis Manzanares y Pablo Martínez, de Tritoma Gestión Cultural, Alan Hernández y Celina, de Inmobiliarias Encuentro, Miguel Ángel y Mª Luisa Codina, de la Fundición Codina Escultura, Juan Luis Olleros, Vicepresidente de la Agrupación Española de Acuarelistas, Begoña Alcalá-Galiano, en representación de la familia Alcalá-Galiano y por la Fundación Down Madrid, Ignacio Egea.

Contamos además con la presencia de la mayoría de los miembros del Jurado reunido para la ocasión como son Eduardo Naranjo, Alejandro Aguilar Soria, Paula Varona, Ricardo Sanz, Soledad Fernández, Mª Dolores Chamero, Tomás Paredes y Rafa Álvarez, así como otros Socios de Honor de la centenaria entidad como Alberto Serrano, Luis Javier Gayá…

La Junta Directiva de la AEPE y los miembros del Jurado que asistieron a la gala

 

Presentes estuvieron también numerosos socios, los artistas seleccionados venidos desde todos los rincones de la geografía nacional especialmente para el Salón de Otoño, así como un elevadísimo número de público que no pudo acceder al Salón de Actos de la Casa de Vacas, por tener un limitado aforo de 125 personas, y que esperaron pacientemente la salida de cuantos allí estaban, para departir y charlar sobre los trabajos premiados y seleccionados.

La presentación del acto corrió a cargo de la Secretaria General y Secretaria Perpetua de la AEPE, Mª Dolores Barreda Pérez, y se inició con las siguientes palabras:

Consternados y profundamente afectados por la tragedia que vive España, queremos hacer llegar nuestro más sincero pésame a las familias de los fallecidos y el apoyo a los miles de afectados, esperando que la ayuda llegue pronto para aliviar en lo posible su sufrimiento. Vaya nuestro recuerdo más emocionado y apoyo incondicional para todos ellos.

Ahora, guardaremos un minuto de silencio”.

 

 

Al finalizar ese tiempo, una cálida ovación estremeció a los asistentes a la gala, embargados por la emoción del momento y la tristeza infinita que embargaba los corazones de cuantos allí estaban.

Momentos después, la Secretaria General explicó que pese al dolor por lo sucedido, no habían pensado en suspender el acto, por respeto a los artistas llegados de todos los rincones de la geografía nacional, disculpando a quienes debían también formar parte del acto y no han podido estar presentes, por encontrarse cercanos a la catástrofe, como era el caso de Rosa López Maroto de Carranza, depositaria del legado de Santiago de Santiago.

De esta manera triste, aunque decidida, se abrió el acto con unas palabras de la Secretaria General que reproducimos íntegramente:

En esta celebración, me vais a permitir que como en años anteriores, alce mi voz para reivindicar a los artistas y sobre todo, a esta AEPE.

Como seguro coincidiréis conmigo, haber llegado a realizar 91 ediciones de un premio de pintura y escultura en España, es todo un acto heroico.

Que además, sea gracias a una entidad con 114 años de historia, en las que sus directivos no perciben ningún tipo de remuneración, que sea gracias a una entidad sin ánimo de lucro y sin apenas apoyos institucionales y sobre todo, en España, se convierte en una hazaña, en un acto épico, memorable, legendario, glorioso, trascendente, valiente, denodado, admirable… prácticamente en un milagro.

Acto que por supuesto y como ocurre con otros muchos, no es tenido en cuenta por nadie ya, porque como viene ocurriendo en España, pronto olvidamos nuestras hazañas y nuestro glorioso pasado, no digo ya su historia, que también, y no, no hablo de la España en la que no se ponía el sol, no, hablo del pasado artístico y cultural de nuestra España.

Si preguntamos a cualquier persona de mediana edad por el pintor más famoso de España de todos los tiempos, seguramente dirá que Picasso, Dalí… alguno dirá Velázquez o Goya pero, y por el escultor más famoso de España? Callarán, quizás alguno diga Chillida, Antonio López…

Entonces, dónde quedan pintores como El Greco, Murillo, Madrazo, Rosales… y escultores como Pedro de Mena, Salzillo, Susillo, Benlliure, Inurria, Capuz…

Seguimos sin aprender del pasado para no seguir cometiendo los mismos errores en el presente y por supuesto, en el futuro.

La Asociación Española de Pintores y Escultores ha sobrevivido a 13 años de Restauración en el reinado de Alfonso XIII, a los 8 años de la dictadura de Primo de Rivera, a los 9 años de la II República, a los 40 años de la dictadura de Francisco Franco y a los 49 años de democracia que vivimos y que sólo revelan el enorme esfuerzo que han hecho los miembros de las Juntas Directivas de todos aquellos artistas que nos precedieron pero, por encima de todo, nos muestran, una voluntad y un compromiso escrupuloso con el arte y los artistas que llega hasta el mismo día de hoy.

El Salón de Otoño confirma la existencia de una sensibilidad y una conciencia plena acerca de la importancia del hecho artístico en sí mismo como un bien patrimonial y su enorme riqueza en lo relativo a la generación de una herencia identitaria y cultural sólida.

Y eso que vemos y sentimos cualquiera de los que conocemos algo de la historia del arte de España, sigue siendo ignorado por los poderes culturales, por las instituciones y organismos dedicados a la nueva cultura, en la que no parece tener cabida el arte más básico y esencial: la pintura y la escultura que desde esta casa defendemos.

En el resto del mundo presumen de arte y cultura, de preservación de la historia, de museos y exposiciones, de artistas inigualables, de cuadros maravillosos, de obras singulares…

En España, nos empeñamos en dejar atrás todo eso y apostamos únicamente por el arte conceptual, apostamos por ser más modernos que nadie, más igualitarios, más inclusivos, más innovadores, más listos, más sostenibles, más reciclables, más ecológicos, más… en fin, de todo más y mejor que otros, también más diferentes que otros, porque Spain is diferent…

Pero de lo que presumen en el resto del mundo y aquí se ignora es, sobre todo, de instituciones culturales centenarias. Eso aquí no es trending topic.

Después del Salón de París, el Salón de Otoño de la Asociación Española de Pintores y Escultores es el certamen artístico más antiguo y prestigioso de todo el mundo, llegando este año a su edición número 91. Sólo el Salón de París nos supera.

Amigos, el resto de certámenes y convocatorias de arte de todo el mundo quedan detrás de este Salón de Otoño con mucha, con muchísima diferencia.

Y sin embargo, en todo el mundo, las instituciones oficiales presumen y se jactan de convocar premios de arte con menos historia que nuestro Salón de Otoño, se enorgullecen de contar con asociaciones, ni mucho menos centenarias como la nuestra, que atesoran años en defensa del arte.

El gobierno francés presume de su Salón, París enaltece su convocatoria, la prensa francesa y la crítica arropan y guardan su celebración, los artistas lo toman como referente, el público lo visita y apoya…

El gobierno español nos ignora, el Ministerio de Cultura ni contesta. Nuestras peticiones para que el Salón de Otoño de la AEPE consiga la consideración que, estamos convencidos, merece, ni siquiera son respondidas.

La lucha por lograr la distinción de Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes o el Premio Nacional de Artes Plásticas, frente a personalidades de moda y al postureo del momento, es una batalla imposible.

La pintura y la escultura deben competir en desigualdad de condiciones, con el performance, el arte conceptual y las exposiciones inmersivas, con espectáculos de masas, con exposiciones digitales, con el espectáculo, con el cine, el teatro, con el circo…

La prensa española y la crítica de arte nos desoyen, quizás porque en esta exposición de obras seleccionadas del 91 Salón de Otoño no exhibimos un burro siguiendo a una zanahoria o un cerdo volando o un perro verde que, en realidad, ya no son noticia porque no son nada nuevo ni expectante, y por supuesto, nada polémicas… cosas más variopintas se han visto ya en la gran feria del arte de Madrid.

Pero es que lo que aquí se exhibe hoy son obras maravillosas, son puro arte, arte del bueno, el mejor arte del momento de la mano de artistas singulares, excepcionales, únicos… quizás por eso no está aquí con nosotros ningún representante del gobierno.

Cualquier país y ciudad del mundo presumiría de tener una entidad como la nuestra, con nuestra historia, que cada mes podéis comprobar en la Gaceta de Bellas Artes, es excepcional y única, con los artistas que por ella han pasado, nombres de artistas que duermen el sueño del olvido… ¿Qué podéis esperar entonces vosotros para el futuro si los más grandes han quedado olvidados?

Cualquier país y ciudad del mundo nos protegería y distinguiría como merecemos, no solo ya por nuestra riqueza histórica (porque actualmente…. de esta…. nada de nada) sino por la heroicidad de seguir vivos 114 años después sin costar un solo euro a los contribuyentes y convocar 91 ediciones de un Salón de Otoño que vosotros hacéis que sea grande, como lo sois todos vosotros.

Cualquier país y ciudad del mundo se enorgullecería de contar con este patrimonio vivo que hoy llena esta sala… cualquiera, como digo, menos España, que pasa tan deprisa las hojas del libro de la historia que a fuerza de correr… ha olvidado ya su camino.

Es cierto, lo reconozco, no somos sostenibles, ni reciclables, ni ecológicos, ni sustentables, ni biodegradables, ni renovables… bueno, eso sí, con elecciones cada cuatro años… lo siento, no puedo seguir con el ecopostureo… y quizás por eso, porque no presumimos de todo esto, sino de arte, de pintores y escultores, de buenos artistas, y por eso, digo, no ocupamos el lugar que nos corresponde en el mundo de la cultura.

Quiero pensar que es eso y no el desconocimiento de la historia del arte de España, que también, lo que hace que no contemos con más apoyo que el de los artistas, ante los que me inclino y a quienes agradezco que asuman junto a nosotros, la responsabilidad de una nueva edición del Salón de Otoño.

A todos, muchas gracias

La Secretaria General y Secretaria Perpetua de la AEPE, Mª Dolores Barreda Pérez, en un momento de su intervención

 

Seguidamente, tomó la palabra el Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, José Gabriel Astudillo López, quien se dirigió a los presentes con estas palabras:

Después de 91 ediciones del Salón de Otoño, puede parecer que en torno a este certamen esté ya todo dicho. Nada más lejos de la realidad. Historia hay de la que mucho se podría escribir y más aún de sus artistas, más de 40.000 a lo largo de estos 105 años, que vienen a reflejar y a escribir la historia del arte de España de los siglos XX y XXI.

Por eso decimos que toda la historia del arte de España ha pasado por la Asociación Española de Pintores y Escultores, porque los que antaño eran noveles, hoy ya reconocidos, continúan presentándonos sus trabajos en este escaparate maravilloso con el que seguimos escribiendo la historia artística y cultural de España.

Un valor que pese a no contar con el reconocimiento de la administración, nos lleva a realizar una lucha solitaria en la que nos sentimos plenamente respaldados por la sociedad y los artistas, que encuentran en nuestro trabajo un auténtico valor patrimonial artístico de carácter histórico, que aúna identidad y memoria.

El Salón de Otoño concentra esos valores simbólicos, materiales y artísticos al ser testigo de la historia. A lo largo de sus 91 ediciones ha conectado directamente con el público, logrando en cada edición, el interés de la sociedad y de los ciudadanos, que han terminado identificándose con este certamen tan estrechamente unido al madrileño Parque del Buen Retiro.

En la conmemoración de la edición número 90 del Salón de Otoño que llevamos a cabo el pasado año, a través de su Ciclo de Conferencias quedó patente la importancia de esta convocatoria en el mundo artístico. Una importancia que vemos reflejada en cada nueva edición de la Gaceta de Bellas Artes donde su directora, nuestra Secretaria General y Secretaria Perpetua, Mª Dolores Barreda Pérez, nos está recordando y desvelando la historia de los grandes genios del mundo del arte que por nuestra entidad han pasado.

Sus desvelos porque ese pasado nos ayude a reafirmar el presente y nos enorgullezca con toda seguridad en el futuro, son dignos de alabanza, al igual que la tarea que al frente de la secretaría viene desarrollando con tan buen hacer y tan buen criterio.

No dejo de repetir que no es posible agradecer lo suficiente el trabajo que realiza, lo impagable de su acertada gestión, pero sobre todo, el cariño que está poniendo en recuperar tanta memoria para hacernos sentir grandes, como sin ningún tipo de duda, somos.

Reconocer nuestra historia es salvaguardar nuestra identidad y ambas, deben ser motivo de orgullo no sólo para nuestros socios, sino para todos aquellos artistas que concurren al Salón de Otoño, que pueden así sentir el peso y la responsabilidad de una convocatoria como esta, única en España, la más antigua de todas las existentes y además, la más prestigiosa y acreditada.

Por eso es para mí un honor, presentar una nueva edición que viene a refrendar la imprescindible existencia del Salón de Otoño en la vida cultural de España.

Una nueva edición que protagonizan los artistas, maravillosos todos, seleccionados o no, y el espléndido jurado que como cada año reunimos, garantes de un criterio autorizado por la experiencia y la profesionalidad que con su desinteresada colaboración y apoyo continuo a nuestra entidad, nos enorgullecen siempre y nos emocionan.

El apoyo de la Comunidad de Madrid, del Ayuntamiento de Madrid, a través de la Junta Municipal de Retiro, de la Casa de Vacas y de los organismos e instituciones que colaboran en esta grandiosa cita con el arte, hacen siempre que las fatigas, el trabajo y el esfuerzo que afrontamos cada nueva edición, valgan la pena y justifiquen los desvelos de la Junta Directiva que con tanto amor y cariño desinteresado, hacen posible este milagro del arte al que ahora asistimos.

A todos, muchas gracias”.

 

El Presidente de la AEPE, José Gabriel Astudillo López, en un momento de su intervención

 

Después, y como viene siendo tradicional, en el acto de inauguración se hizo entrega de los galardones honoríficos que otorga anualmente la Asociación Española de Pintores y Escultores.

La Secretaria General pidió la subida al escenario de Juan Gallardo y Eugenio López Berrón, dos de los cinco galardonados con el título de Socio de Mérito, disculpando la asistencia de los otros tres: Indalecio Sobrino, Rafael Segura y Ramón González, que no pudieron acudir por la imposibilidad de trasladarse a Madrid debido a la tragedia, procediendo a la lectura de la designación:

En la reunión de la Junta Directiva celebrada el pasado día 20 de marzo, se acuerda nombrar Socios de Mérito a Indalecio Sobrino, por su permanencia en la entidad a lo largo de 64 años, a Rafael Segura, por 54 años de fidelidad, a Juan Gallardo, por 52 años de cordialidad, a  Ramón González, por 51 años de inamovible fe y a Eugenio López Berrón, tras 51 años de entrega a la AEPE.

Sirva esta distinción como sincero abrazo a quienes a lo largo de tantos años, han sido fieles y leales defensores de esta casa común de los artistas, testigos y protagonistas de su historia y excepcionales compañeros de viaje.

En nombre de la AEPE, recibid nuestra felicitación, admiración y cariño más sincero, sabiendo que para esta casa, es un orgullo contar con vuestro arte”.

Los Socios de Mérito Juan Gallardo y Eugenio López Berrón recogieron su galardón de manos del Presidente de la AEPE, José Gabriel Astudillo, y de los miembros de la Junta Directiva

 

Nuevamente, la Secretaria General requirió la presencia en el escenario de Dolores Chamero, galardonada con el título de Socia de Honor, procediendo a la lectura de la designación:

Lola Chamero escucha la lectura de su nombramiento

 

En la reunión de la Junta Directiva celebrada el 18 de septiembre de 2024, se acordó nombrar Socia de Honor a Mª Dolores Chamero Moyano, quien desde  hace ya muchos años, es parte indispensable de la celebración del Salón de Otoño. Y no sólo de este certamen, sino del Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura, con ocasión de celebrarse en la Casa de Vacas del Parque del Buen Retiro, de la que es su directora.

Sin embargo, su concurso y aportación a esta entidad, no se han limitado al estricto papel profesional que acompaña a su cargo, sino que viene siendo una fuente inagotable de consejos y acciones que sin ningún lugar a dudas benefician al conjunto de los artistas, especialmente a los relacionados con nuestra entidad, y al mundo de la cultura madrileña y española.

Esa cercanía que demuestra siempre para con todo lo relacionado con la pintura y la escultura, trasciende a su faceta más personal, haciendo de ella un ejemplo y modelo de incondicional apoyo que nuestra entidad no puede más que distinguir con su máximo galardón.

Con inmenso orgullo y reconocimiento, la Asociación Española de Pintores y Escultores tiene el honor de realizar este pequeño reconocimiento por su entrega y aportación a esta casa común, en cuya familia ya es una más. Y como tal, la recibimos con los brazos abiertos”.

Lola Chamero, recogió su galardón de manos del Presidente de la AEPE, José Gabriel Astudillo López y del resto de miembros de la Junta Directiva

 

 

Lola Chamero se dirigió a los asistentes con las siguientes palabras:

“Queridos amigos, miembros de la Asociación Española de Pintores y Escultores y sobre todo, compañeros de alegrías y fatigas.

Recibo con inmensa gratitud este nombramiento de SOCIA DE HONOR… es sin duda alguna, un privilegio inmenso y un verdadero placer formar parte de esta ilustre, respetada y admirable Asociación, un privilegio que nunca imaginé tener y que me hace sentir profundamente agradecida y emocionada.

Y lo digo de todo corazón, porque esta consideración hacia mi persona, se debe a mi trabajo, un trabajo que me permite poder cultivar cada día la pasión y el amor que siento por la cultura y el arte.

Ese amor, amigos es el que compartimos todos los aquí presentes, y que nos hace ser unos privilegiados, no lo olvidéis nunca, tanto por poder hacer lo que nos gusta, como por poder estar cerca de grandes personas y mejores amigos, en un mundo donde cada vez se tiende más al individualismo.

Durante estos años, he podido estar muy cerca de todos vosotros, siendo testigo único de todas las labores y esfuerzos que conlleva mantener viva y activa una Asociación tan consistente, importante y representativa como la vuestra, una asociación que trabaja día a día con ahínco y desinteresadamente, manteniendo una lucha constante por seguir existiendo, por crecer y avanzar en una época que no es fácil y que, sin embargo, me consta que no solo lo lográis, sino que superáis las expectativas, por lo que os doy mi más sincera enhorabuena.

Pero es que además, y esto es lo más importante, todo ellos lo hacéis siendo siempre fieles al compromiso de promoción para con los artistas y al desarrollo del arte en España y eso, une y uno mucho.

Este reconocimiento es el galardón al espíritu de la colaboración y de la amistad.

No olvidemos que lo más valioso ha sido, es y será, la unión de las fuerzas, el trabajo en equipo y el compromiso por un propósito mayor a uno mismo.

Por todo ello, insisto, recibo con gran humildad y respeto este inmenso honor, el de formar parte de esta gran asociación, porque yo, solo soy un pequeño eslabón  de una gran cadena, una cadena llena de eslabones compuestos de ilusión, trabajo, altruismo y amor: el amor al arte y a la amistad.

Lo dicho, gracias a todos por confiar en mí, por ser fuente de constante inspiración y por la oportunidad que me dais de aprender de cada uno de vosotros, porque codo con codo, y todos juntos, tenemos el poder de contribuir en la construcción de un legado del que nos sintamos orgullosos.

Muchas gracias”.

 

Después, la Secretaria General procedió a dar lectura al acta del Jurado:

“En Madrid, a 26 de septiembre de 2024, reunido el Jurado de Selección y Calificación del 91 Salón de Otoño, organizado por la Asociación Española de Pintores y Escultores, compuesto por los siguientes miembros:

Presidente: José Gabriel Astudillo López, Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores; Secretaria: Mª Dolores Barreda Pérez, Secretaria General de la Asociación Española de Pintores y Escultores; Ambos con voz y sin voto, y los Vocales: Eduardo Naranjo, Alejandro Aguilar Soria, Paula Varona, Ricardo Sanz, Soledad Fernández, Tomás Paredes, Mª Dolores Chamero, Wifredo Rincón y Rafael Álvarez, acuerdan otorgar los siguientes premios:

 

PREMIOS DE LIBRE ACCESO

PREMIO AGRUPACIÓN ESPAÑOLA  DE ACUARELISTAS

Javier Ortas

Entregan el premio Juan Luis Olleros, Vicepresidente de la Agrupación Española de Acuarelistas y José Gabriel Astudillo López

 

PREMIO EXTRAORDINARIO ÁLVARO ALCALÁ-GALIANO

José Javier Velilla Aguilar

Entregan el premio Begoña Alcalá-Galiano y José Gabriel Astudillo López

 

PREMIO DE ESCULTURA SANTIAGO DE SANTIAGO

GULUAGA

Entrega el premio José Gabriel Astudillo López

 

 

PREMIO ENCUENTRO AL TALENTO JOVEN

Ana Molero Rodríguez

Entrega el premio Alan Hernández, Director Gerente de Inmobiliarias Encuentro

 

PREMIO FUNDICION CODINA

Ana María Castillo

Entregan el premio Mª Luisa y Miguel Ángel Codina, de la Fundición Codina

PREMIO EXCMO. AYTO. DE MÓSTOLES

Andrii Kovalyk

Entrega el premio Juan Manuel López Reina

PREMIO CIUDAD DE GETAFE

Iván Larra

Entregan el premio Paloma Casado y Carmen Bonilla Carrasco

PREMIO TRITOMA GESTION CULTURAL

Miguel Barbero

Entrega el premio José Luis Manzanares, Gerente de Tritoma

Por séptimo año consecutivo, la Asociación Española de Pintores y Escultores, en colaboración con la Fundación Down Madrid, ha decidido otorgar también la

MEDALLA DE PINTURA DOWN MADRID

reservada a artistas de este colectivo

Elena Muñoz Martín

 

Entregan el premio el Presidente del Patronato de la Fundación Down Madrid, Ignacio Egea y José Gabriel Astudillo López

PREMIOS HONORÍFICOS RESERVADOS A SOCIOS DE LA AEPE

(EXCEPTO A LOS MIEMBROS DE LA JUNTA DIRECTIVA)

MEDALLA DE GRABADO JUAN ESPINA Y CAPO

Raquel Mayor

Entregan el premio: Juan Pedro Jordá Espina y José Gabriel Astudillo López

MEDALLA DE DIBUJO ROBERTO FERNANDEZ-BALBUENA

Javier Langa

Entregan el premio: Fernando de Marta y Jesús Alcolea

MEDALLA DE ACUARELA JOSE PRADOS LÓPEZ

Juan Castilla

Entrega el premio: Rafa Álvarez a los dos hijos del artista, recientemente fallecido

MEDALLA DE ESCULTURA CARMEN ALCOVERRO Y LOPEZ

RCR Carretero

Entrega el premio: Mª Dolores Chamero

MEDALLA DE PINTURA MARCELINA PONCELA DE JARDIEL

Luis Javier Gayá

Entrega el premio: Tomás Paredes

MEDALLA DE ESCULTURA MIGUEL BLAY Y FABREGAS

Ana Hernando

Entrega el premio: Soledad Fernández

MEDALLA DE PINTURA CECILIO PLA Y GALLARDO

Paisano

Entrega el premio: Paula Varona

MEDALLA DE ESCULTURA MARIANO BENLLIURE Y GIL

Julio Murciego

Entrega el premio: Ricardo Sanz

MEDALLA DE PINTURA JOAQUIN SOROLLA Y BASTIDA

Ricardo Lamenca Espallargas

Entrega el premio: Antonio Mollá, biznieto de Joaquín Sorolla

MEDALLA DE ESCULTURA MATEO INURRIA

Luz Mari

Entrega el premio: Alejandro Aguilar Soria

MEDALLA DE PINTURA EDUARDO CHICHARRO

Raúl Gil Rodríguez

Entregan el premio: Eduardo Naranjo y José Gabriel Astudillo López

Para finalizar, la Secretaria General declaró “Desde este mismo momento, queda convocado el 92 SALÓN DE OTOÑO DE LA ASOCIACION ESPAÑOLA DE PINTORES Y ESCULTORES”.

Muchas gracias a todos, felicidades a los premiados y seleccionados, y feliz 91 Salón de Otoño.

La gran gala finalizó con la fotografía de familia de las instituciones, colaboradores, Junta Directiva y premiados de esta inolvidable edición del 91 Salón de Otoño de la AEPE

Los artistas seleccionados en el 91 Salón de Otoño han sido:

Pablo Alcalá-Zamora (Pablo Alcalá-Zamora González, Javier Alemany (Javier Alemany de la Peña), Isabel Alosete (Isabel Moreno González), Carlos Andino (Carlos Andino Cerrato), Isabel Arocena (Isabel Arocena Loureda), Fernando Arribillaga (Fernando Arribillaga Martínez), Miguel Barbero (Miguel Barbero Llorente), Carmen Bonilla (Carmen Bonilla Carrasco), Ana Brea (Ana Cristina Brea Gago), Guillermo Calvo Jareño, Paloma Casado (Paloma Casado López), Juan Castilla (Juan Castilla García), Ana Mª Castillo (Ana María Castillo García), Leovigildo Cristóbal (Leovigildo Jorge Cristóbal Valverde), Magdalena España (Magdalena España Luque), Ramón Estévez Abeytua, Pilar Ezquerra Samaniego, Larisa G. Rush (Larissa González Martínez), Luis Javier Gayá (Luis Javier Gayá Soler), Raúl Gil Rodríguez, José Manuel Gómez Lorenzo, Gómez de Salces (Antonio Gómez Ruiz), Guluaga (Luis Gutiérrez López), Ana Gutiérrez (Ana Gutiérrez Mengual), Ana Hernando (Ana María Hernando Torres), Juan Luis (Juan Luis Barud Dabrowski), Andrii Kovalyk, Ricardo Lamenca Espallargas, Javier Langa (Francisco Javier Langa Canseco), Cati Lanza (Catalina Lanza López), Iván Larra (Iván Larra Plaza), Juan Layos (Juan Layos Pantoja) Lola López (Mª Dolores López Fernández), Juan Manuel López-Reina (Juan Manuel López-Reina Coso), Juan Ramón Luque Ávalos, Luz Mari (Luz Mari Morales Abiega), José Llorens (José Ignacio Gutiérrez Llorens), María R. Maluenda (María del Rivero Maluenda Gómez), Elena Muñoz Martín, Raquel Mayor (Raquel Mayor Lázaro), Ana Molero Rodríguez, Julio Murciego (Julio Murciego Cabrero), Javier Ortas (Javier Ortas González), Francisco Ortega Guzmán – FOG (Francisco Ortega Guzmán), Ortuño (Isabel Ortuño Gómez), Paisano (Juan Manuel Paisano Tena), Mª Victoria Puentes (Mª Victoria Puentes Felisatti), RCR Carretero (Remedios Carretero Rubio), Gracia Ramírez Juan, Ricardo Renedo (Ricardo Renedo Herranz), Pablo Reviriego (Pablo Reviriego Moreno), Mª Isabel Román León, David Rus (David Martin Rus), David Sánchez (David Sánchez Sánchez), Santial (Santiago Alonso Martínez), Yolanda Serra (Yolanda Serra Marchante), José Javier Velilla Aguilar, Carolina Vidal (Carolina Vidal Biedma), Zárate (Mª Luisa Martínez de la Pascua de Zárate).

Todas las fotografías del acto, una galería de obras y el catálogo digital lo puedes ver en esta misma web, pestaña Certámenes y premios, subpestaña Salón de Otoño.

 

 

 

Emotiva presentación del libro «Las Medallas de Honor» de Mª Dolores Barreda Pérez

En la tarde del 25 de octubre de 2024, en la sede social de la Asociación Española de Pintores y Escultores, tuvo lugar el acto de presentación del libro «Las Medallas de Honor», de la Secretaria General de la AEPE y Secretaria Perpetua, Mª Dolores Barreda Pérez.

El acto estuvo presidido por el Presidente de la entidad, José Gabriel Astudillo López y por Alejandro Aguilar Soria, autor de la ilustración de portada del libro, así como por los miembros de la Junta Directiva: Juan Manuel López Reina, Paloma Casado, Jesús Alcolea y Manuel Díaz Meré.

Y entre los numerosos socios y amigos, se encontraban presentes algunos de los medallados como  Tomás Paredes, Eduardo Naranjo, Rafael Canogar y Paula Varona. Y ante las ausencias irremediables, nos acompañaron también el hijo de Juan Alcalde, el de Venancio Blanco y la hija de José Luis Galicia.

Abrió el acto José Gabriel Astudillo, que recordó lo importante que es para la AEPE contar con todos ellos siempre y haberles entregado el máximo galardón que otorga la entidad.

El Presidente se dirigió a los presentes con las siguientes palabras:

«Todo hombre bueno es libre.

Y son luz, fuente de luz y sirven de luz a los demás.

Entre los muchos y magníficos recuerdos que guardo de los diez años de celebración y entrega de la Medalla de Honor de la Asociación Española de Pintores y Escultores, uno de los que me acompaña de manera más intensa es la imagen de los galardonados que han intervenido en los mismos.

Son sus reflexiones, sus consejos, sus opiniones y advertencias, todos los sueños que han ido desgranando, los que configuran en buena medida la historia de esta Asociación Española de Pintores y Escultores y construyen un edificio hecho de grandeza, de arte, de cultura, de espíritu positivo y de ideales.

Las Medallas de Honor han crecido, y nosotros con ellos, acompañados por la palabra directa, emotiva y sincera de quienes han sido con ellas galardonados, personas sabias, comprometidas y valientes. Y ese cúmulo de enseñanzas forma parte destacada e inolvidable del nuestra entidad.

Este volumen es además evocador y su lectura causa cierta nostalgia. Sucede siempre que se echa la vista atrás y se traen al presente anécdotas y vivencias como las que yo atesoro de todo este tiempo.

Los diferentes detalles que van revelando la intrahistoria de nuestra institución, el recurso a las citas poéticas, siempre tan sugerentes. Y, por encima de todo ello, la constatación de que en mis intervenciones una palabra se repite más que ninguna otra: artistas.

Este dato me hace sentir una profunda emoción y un sincero orgullo.

Aquí está el arte y los artistas esperanzados, comprometidos, diversos y unidos. El arte y los artistas en incesante progreso. Y en diálogo con el arte, su brillante historia, su fortaleza, la grandeza de su viaje milenario, su fraternidad y la tantas veces probada solidaridad de los artistas; su búsqueda del bienestar común, su alto sentido de la belleza, su convencido reconocimiento en la sociedad y sus vínculos históricos y entrañables con ella.

Valores y virtudes que nuestra institución tiene y que se reflejan cada año en el acto de entrega de la Medalla de Honor.

Una Medalla cuya esencia, todo lo que los ha impulsado, prestigiado y hecho crecer, permanecerá incólume. Como incólumes quedarán las palabras de quienes han sido y son los verdaderos protagonistas de su entrega: nuestros galardonados.

Testigos privilegiados de este tiempo, amantes de la belleza, comprometidos con el ser humano, fieles a sus principios y valores, ellos infunden sentido a estos textos que, reunidos, simbolizan los deseos que nos mueven, ejemplifican los objetivos para los que nació la Medalla de Honor y representan nuestras esperanzas«.

Después, dio paso a la autora, que explicó que el libro nacía de la necesidad de conservar la memoria de tan importantes momentos protagonizados por los más importantes artistas y personalidades que han tenido relación con la Asociación Española de Pintores y Escultores.

«Cuando ocupé la Secretaría General de la AEPE, creía que iba a encontrar un archivo maravilloso de los cientos de actos que de este tipo, habría realizado la entidad centenaria. Pero la realidad era tristemente reveladora de que nada se había conservado. Y comentando un día con el Presidente, me vino a decir que nosotros estábamos haciendo lo mismo, habíamos otorgado unos premios que en el futuro nadie recordaría, así que me animó a recopilar esas historias en el libro que hoy presentamos«.

Agradeció especialmente la autora «al Socio de Honor, compañero y amigo, Alejandro Aguilar Soria, por su desinteresada participación en la edición del libro, aportando la maravillosa ilustración de portada y el espíritu con el que siempre ha colaborado en esta casa«.

Y quiso después que los galardonados presentes, pudieran comentar lo que para ellos supuso la entrega de la Medalla de Honor de la AEPE.

Así que uno por uno, fueron agradeciendo a la entidad una distinción de la que destacaron, se entregaba entre iguales, entre compañeros artistas, que entienden del sufrimiento de la profesión y de los sinsabores y alegrías que la misma puede dar.

Rafael Canogar destacó la dicha de trabajar y que otros artistas celebren tu obra; Tomás Paredes alabó la inmensa actividad que da vida a la AEPE y que demuestra que sigue viva porque es necesaria, mientras que Eduardo Naranjo quiso expresar su disposición a colaborar en cuantas actividades realiza la institución, para la que deseó un largo y fructífero futuro; por su parte, Paula Varona se mostró entusiasmada con una asociación que no para de trabajar y proporcionar actividades a los artistas, que según dijo, es lo más importante que se puede hacer por quienes aman el mundo del arte.

Tomó también la palabra también a Francisco Blanco, hijo del escultor Venancio Blanco, que agradeció no sólo la invitación, sino la Medalla que recibió su padre en vida, que tan feliz le hizo. De manera similar, Juan Alcalde agradeció el recuerdo y la evocación de su padre, la invitación y la memoria que con actos de este tipo se intenta rescatar y recuperar.

Mª Dolores Barreda hizo mención al desaparecido Julio López, cuyas hijas no habían podido acudir al acto, disculpó la asistencia de Rafael Botí, a quien todos echaron de menos porque no suele perderse los actos que realiza la AEPE, de Soledad Lorenzo, que se encontraba fuera de Madrid, y de José Luis Galicia, cuya hija acudió a la presentación y agradeció no sólo la Medalla otorgada a su padre, sino la propuesta que para éste, hizo la AEPE al Ministerio de Cultura para obtener el Premio Nacional de Artes Plásticas que finalmente, no consiguió.

Tuvo también la autora un recuerdo especial para el IES «José Mª Infante» y la maravillosa obra que realiza, así como para los Delegados de la AEPE en Sevilla, Joaquín Fernández Igual y el recientemente fallecido Manuel Tabernero, quienes hicieron entrega de la distinción en nombre de todos los socios.

Finalizó su intervención evocando que «lo que recuerdo de cada uno de ellos siempre es la cara de felicidad, la sonrisa en los labios, la emoción de todos ellos, la alegría que irradiaban, la inmensa dicha de verse frente a otros artistas, recibiendo el reconocimiento que sólo dan quienes comparten alegrías y tristezas, y sabiendo lo importante que es que sean los propios artistas los que distinguen así a otro artista. Y me quedo con eso, con su sonrisa«.

Fue un acto espontáneo, sumamente sentido que emocionó a muchos de los asistentes, que disfrutaron de la presencia de tanto arte y tan grandes artistas, brindando al final de la tarde por todo ellos y por la Asociación Española de Pintores y Escultores.

De izquierda a derecha:

Alejandro Aguilar Soria, Paula Varona, Francisco Blanco, José Gabriel Astudillo, Mª Dolores Barreda Pérez, Eduardo Naranjo, Juan Luis Alcalde, Tomás Paredes y Rafael Canogar

 

 

El 31 de octubre se inaugura el 91 Salón de Otoño

Celebrando la gran gala de las Bellas Artes de España

La Casa de Vacas del madrileño Parque del Buen Retiro acogerá el día 31 de octubre, a las 19 h. la gran gala de fallo del jurado, entrega de premios e inauguración de la exposición de las obras premiadas y seleccionadas en el 91 Salón de Otoño que organiza la Asociación Española de Pintores y Escultores, el certamen más antiguo y prestigioso de los que se organizan en España.

La muestra incluye un total de 60 obras, de entre más de 250 presentadas.

La gala contará con la asistencia del Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, José Gabriel Astudillo, el Vicepresidente de la entidad, Juan Manuel López-Reina, la Secretaria General, Mª Dolores Barreda Pérez,  así como del resto de miembros de la Junta Directiva, Paloma Casado, Carmen Bonilla Carrasco, Fernando de Marta, Jesús Alcolea y Manuel Díaz Meré.

Además, asistirán los miembros del Jurado de esta edición Eduardo Naranjo, Alejandro Aguilar Soria, Paula Varona, Ricardo Sanz, Soledad Fernández, Tomás Paredes, Mª Dolores Chamero, Rafa Álvarez y Wifredo Rincón, así como de los responsables de las distintas entidades colaboradoras del 91 Salón de Otoño, José Luis Manzanares, Gerente de Tritoma, José Luis Domínguez, Concejal de Cultura y Deportes del Ayuntamiento de Getafe, Daniel Martín Hernández, Concejal de Cultura del Ayuntamiento de Móstoles, Miguel Ángel y Marisa Codina, de la Fundición Codina, Alan Hernández, Director General de Inmobiliarias Encuentro, Santiago de Santiago, Manuel Alpañés, Presidente de la Agrupación Española de Acuarelistas, Begoña Alcalá-Galiano, así como Ignacio Egea, Presidente de la Fundación Down Madrid y Elena Escalona.

Organizado por la Asociación Española de Pintores y Escultores, el primer Salón de Otoño nació en 1920 como un acto de rebeldía frente a las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes, dando cabida a todas las tendencias, todos los estilos y todas las vanguardias.

104 años después, el Salón de Otoño cumple su edición número 91 y se enorgullece de tener una historia por la que han pasado casi 40.000 artistas, desde Picasso a Sorolla, de Gutiérrez Solana a Dis Berlin, de Alberti a Antonio López… y en el que se han otorgado alrededor de 2.400 premios.

Los artistas seleccionados en el 91 Salón de Otoño han sido:

Pablo Alcalá-Zamora (Pablo Alcalá-Zamora González)
Javier Alemany (Javier Alemany de la Peña)
Isabel Alosete (Isabel Moreno González)
Carlos Andino (Carlos Andino Cerrato)
Isabel Arocena (Isabel Arocena Loureda)
Fernando Arribillaga (Fernando Arribillaga Martínez)
Miguel Barbero (Miguel Barbero Llorente)
Carmen Bonilla (Carmen Bonilla Carrasco)
Ana Brea (Ana Cristina Brea Gago)
Guillermo Calvo Jareño
Paloma Casado (Paloma Casado López)
Juan Castilla (Juan Castilla García)
Ana Mª Castillo (Ana María Castillo García)
Leovigildo Cristóbal (Leovigildo Jorge Cristóbal Valverde)
Magdalena España (Magdalena España Luque)
Ramón Estévez Abeytua
Pilar Ezquerra Samaniego
Larisa G. Rush (Larissa González Martínez)
Luis Javier Gayá (Luis Javier Gayá Soler)
Raúl Gil Rodríguez
José Manuel Gómez Lorenzo
Gómez de Salces (Antonio Gómez Ruiz)
Guluaga (Luis Gutiérrez López)
Ana Gutiérrez (Ana Gutiérrez Mengual)
Ana Hernando (Ana María Hernando Torres)
Juan Luis (Juan Luis Barud Dabrowski)
Andrii Kovalyk
Ricardo Lamenca Espallargas
Javier Langa (Francisco Javier Langa Canseco)
Cati Lanza (Catalina Lanza López)
Iván Larra (Iván Larra Plaza)
Juan Layos (Juan Layos Pantoja)
Lola López (Mª Dolores López Fernández)
Juan Manuel López-Reina (Juan Manuel López-Reina Coso)
Juan Ramón Luque Ávalos
Luz Mari (Luz Mari Morales Abiega)
José Llorens (José Ignacio Gutiérrez Llorens)
María R. Maluenda (María del Rivero Maluenda Gómez)
Elena Muñoz Martín
Raquel Mayor (Raquel Mayor Lázaro)
Ana Molero Rodríguez
Julio Murciego (Julio Murciego Cabrero)
Javier Ortas (Javier Ortas González)
Francisco Ortega Guzmán – FOG (Francisco Ortega Guzmán)
Ortuño (Isabel Ortuño Gómez)
Paisano (Juan Manuel Paisano Tena)
Mª Victoria Puentes (Mª Victoria Puentes Felisatti)
RCR Carretero (Remedios Carretero Rubio)
Gracia Ramírez Juan
Ricardo Renedo (Ricardo Renedo Herranz)
Pablo Reviriego (Pablo Reviriego Moreno)
Mª Isabel Román León
David Rus (David Martin Rus)
David Sánchez (David Sánchez Sánchez)
Santial (Santiago Alonso Martínez)
Yolanda Serra (Yolanda Serra Marchante)
José Javier Velilla Aguilar
Carolina Vidal (Carolina Vidal Biedma)
Zárate (Mª Luisa Martínez de la Pascua de Zárate)

 

 

91 Salón de Otoño 

de la Asociación Española de Pintores y Escultores

31 de octubre – 24 de noviembre de 2024

Inauguración y entrega de premios: 31 de octubre, 19 h.

Casa de Vacas

Parque del Buen Retiro de Madrid

Paseo de Colombia, 1. 28009 Madrid

De lunes a domingo, de 10 a 21 h.

Metro: Retiro (Línea 2)

Bus: 2, 20, 28

BICIMAD: Estación 102 (C/ Alcalá, 95) y Estación 60 (Plaza de la Independencia, 6)

 

El extraordinario Jurado del 91 Salón de Otoño de la AEPE

Se reunió el pasado 26 de septiembre

 

El día 26 de septiembre de 2024 tuvo lugar la reunión del Jurado de selección y calificación del Salón de Otoño que este año llega a su edición número 91, y que organizado por la Asociación Española de Pintores y Escultores, es el certamen más antiguo y prestigioso de los que se convocan en España.

En esta ocasión, el jurado ha estado formado por José Gabriel Astudillo López, Presidente de la AEPE, Mª Dolores Barreda Pérez, Secretaria General de la AEPE, actuando como Presidente y Secretaria del mismo, ambos con voz y sin voto, y ha tenido como vocales a los artistas Eduardo Naranjo, Alejandro Aguilar Soria, Paula Varona, Ricardo Sanz, Soledad Fernández, José Luis Fernández, Tomás Paredes, Presidente de Honor de la Asociación Española de Críticos de Arte, Mª Dolores Chamero, Directora del Centro Cultural Casa de Vacas y Wifredo Rincón, Doctor en Historia del Arte por la Universidad de Zaragoza, profesor de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de Madrid y el pintor e ilustrador internacional Rafael Álvarez, autor asimismo del cartel anunciador del 91 Salón de Otoño.

La impecable labor que ha realizado el Jurado ha sido coherente, sostenida, sentida y supone la reunión de unas obras de excelente calidad en una magnífica exposición donde se pone de manifiesto la capacidad de conjugar la tradición con la innovación en el arte contemporáneo actual”, declara José Gabriel Astudillo.

La participación ha sido muy elevada –continúa el Presidente- y el nivel y la calidad han sido también muy altos, por lo que no se lo han puesto nada fácil al Jurado, que ha tenido que seleccionar, bajo estrictos criterios de calidad, un total de XX obras, XX pinturas y XX esculturas, teniendo muy en cuenta también el espacio expositivo donde se exhibirán”.

La inauguración de la exposición, el fallo del jurado y la entrega de premios del 91 Salón de Otoño tendrá lugar el próximo día 31 de octubre de 2024, a las 19 h, en la Casa de Vacas del Parque del Buen Retiro de Madrid, en el transcurso de una gran gala del arte de España, que ya se ha convertido en la más exitosa celebración artística de Madrid.

El 91 Salón de Otoño entregará un total de 20 premios que contemplan las disciplinas de pintura o escultura, indistintamente, con 4 premios, 6 galardones exclusivos de escultura, 2 de acuarela, 5 de pintura, 1 de dibujo, 1 de grabado y un premio especial de Down Madrid con el que se lleva a cabo una importante labor de integración de los pintores de este colectivo en la vida artística nacional.

De izquierda a derecha y de arriba a abajo:

Tomás Paredes, Alejandro Aguilar Soria, Eduardo Naranjo, Paula Varona, Wifredo Rincón, Mª Dolores Barreda Pérez, José Gabriel Astudillo López, Rafa Álvarez, Soledad Fernández, Lola Chamero y Ricardo Sanz

El 25 de octubre se presenta el libro «Las Medallas de Honor»

Recopiladas por Mª Dolores Barreda Pérez, Secretaria General de la AEPE

Mª Dolores Barreda Pérez ha recopilado en un libro los últimos galardonados con la Medalla de Honor de la AEPE, bajo el título de LAS MEDALLAS DE HONOR de la Asociación Española de Pintores y Escultores.

Este libro representa la necesidad de dejar constancia tangible de las distinciones que la entidad ha dado en los últimos años, para que no se pierdan en el olvido.

El libro, no incluye los discursos de los medallados. Imposible recogerlos. Muchos no trajeron nada escrito, fue improvisado y no se ha logrado recoger sus palabras, a veces inconexas, a veces emocionadas… Pero sí se incluye su biografía, esa que va más allá de lo que en cualquier entrada de internet se puede encontrar.

Y por supuesto, las palabras solemnes de nuestro Presidente haciendo entrega del máximo galardón que una entidad puede conceder entre iguales de profesión, quizás por eso sean más sentidas y acogidas por quienes lo reciben.

Al acto de presentación asistirán quienes son motivo de nuestro orgullo, los galardonados con LAS MEDALLAS DE HONOR de la AEPE, o sus descendientes, puesto que algunos nos dejaron ya: Julio López, Tomás Paredes, Eduardo Naranjo, Juan Alcalde, Venancio Blanco, Rafael Canogar, Rafael Botí, Soledad Lorenzo, IES «José Mª Infante», José Luis Galicia y Paula Varona.

Contamos, además, con una portada maravillosa, obra de Alejandro Aguilar Soria, especialmente realizada para esta publicación.

 

Presentación del libro “LAS MEDALLAS DE HONOR”

Mª Dolores Barreda Pérez

Viernes 25 de octubre de 2024, 19 h.

Sede AEPE

C/ Infantas, 30, 2º drcha.

28004 Madrid

 

Firmas con sello de lujo. Tomás Paredes

Albano en «Frieze Sculpture»

Recogiendo el testigo de Miró, Plensa y Barceló

 

Que uno de los nombres jóvenes del arte español en el ámbito internacional, Albano Hernández, esté entre los veintisiete artistas de todo el mundo, seleccionados por la conocida comisaria Fatoş Üstek para participar en la prestigiosa muestra londinense, es una noticia que debería afectar a distintos sectores de nuestra vida cultural por la importancia intrínseca de su elección.

Londres sigue siendo una luminaria para el arte en el Mundo, a pesar del Brexit y otras torpezas de políticos erráticos. Con más de veinte ediciones, Frieze Sculpture se ha consolidado como la cita anual imprescindible para los anantes del arte, coleccionistas de toda laya, galerías y casas de subastas, haciendo de Londres el epicentro global del arte en el arranque de cada temporada. Las ferias de arte contemporáneo se han convertido en lugar compartido para mostrar y en el espejo donde se miran todas las experiencias.

No es fácil estar en el meollo de este deslumbrante encuentro, pero Albano Hernández, Ávila 1988, lo ha logrado, tras una carrera orientada y valorada, por profesionales y coleccionistas. Es innegable el atroz liderazgo del coleccionismo en la actualidad.  Albano es el cuarto artista español seleccionado para Frieze Sculpture a lo largo de su existencia, tras Joan Miró, 2013; Jaume Plensa, 2014, 2017 y 2019; y Miquel Barceló, 2017.

“The Shadow” / La sombra, es la pieza con la que Albano concurre; una idea que conceptualiza a través de una sombra, pintada en el césped del mítico Regent Park. Obra concebida para esta ocasión y este lugar, que desborda géneros y técnicas, emergiendo como un híbrido de escultura y pintura. La limpidez del proceso y la belleza del resultado no ocultan la conciencia ecológica del autor y su compromiso en el movimiento residuo cero.

Albano, respondiendo a la invitación para su participación en Frieze Sculpture, crea una escultura con ecos lúdicos en los jardines ingleses, que no se eleva sobre la superficie ni la perfora, sino que, ahondando en las cuevas del concepto, privilegia una mirada mítica y mística, inaugurando su faceta de escultor de lugares. Utiliza material no tóxico para perfilar en el césped la sombra del árbol liquidámbar (Liquidambar styraciflua), especie documentada y traída a Europa por el naturalista español Francisco Hernández de Toledo, s. XVI, bajo el reinado del egregio Felipe II, aunque los estudios y referencias del estudioso no se publicaran hasta finales del s.XVII.

The Shadow. Boceto1.16x34cm.2024.BN

 

Sabemos, por otra parte, que, en 1618, introdujo en Inglaterra el liquidámbar el botánico John Banister, enviado al Nuevo Mundo por el obispo Henry Compton, quien lo mandará plantar en los jardines del palacio episcopal de Fulham. Se trata de un árbol aromático que produce una goma fragante y que en otoño sus hojas adquieren unas maravillosas cromías, que son envidia de las flores.

Albano Hernández, centrado en su proceso conceptual, destaca los protagonistas no humanos del jardín inglés. Establece asociaciones de ideas entre lo natural y lo simbólico, resaltando la relevancia de las sombras en la Historia del Arte -desde el mito de la caverna platónica-, que vertebran este trabajo en clave poética, respetando al medioambiente, haciendo dialogar luces y sombras, ilusión y realidad, materiales orgánicos e industriales.

¡Preciosa idea la búsqueda de las percepciones y sensaciones, que ofrecen las sombras! Plinio el Viejo recuerda a la muchacha de Corinto, que, enamorada, para conservar fresca la imagen de su amado, trazó su silueta partiendo de su sombra. Hecho que se ha tenido siempre por el origen de la pintura. Robar el alma de la imagen para ahormar un hito icónico, hacer de la huella un sentimiento.

The Shadow. Boceto2.2024

 

Víctor I. Stoichita, en Breve historia de la sombra, Siruela 1999, relaciona la sombra con el origen de la pintura, además de desplegar una calántica de belleza relativa a este abanico de percepciones. También María Zambrano tiene el hermoso poema, “Ni brisa ni en sombra”, donde solicita que actúe no la muerte, sino su sombra, enalteciendo el señorío de la luz y la fuerza de la sombra, con su impecable incisión en otros mundos.

El martirizado poeta rumano Lucian Blaga publicó Poemas de la luz, en cuyo final coloca “Piedras del tiempo”- unos aforismos que cierran ese volumen-, asegurando: “Es verdad que las sombras se parecen a la oscuridad, pero son hijas de la luz”. Así, este The Shadow expresa un mensaje de luz por medio de su sombra verde, sobre otras edades del verde, marca de la obra albaniana, que con esa gama comenzó deslumbrando con una solercia y un desparpajo que le han acompañado a lo largo de su corta carrera y que rehabilita a cada instante.

El arte en esta vertiente no se dirige tanto a la creación de belleza, que también, cuánto a la recuperación de un sentido originario del símbolo, propiciando otra modalidad de invención.  Resaltando en palabras de Howard N. Fox: “esa propensión que tienen las obras en las artes visuales a revelarse, en la mente del espectador, como una cosa distinta de lo que se sabe empíricamente que son”. Es decir, la sombra que vemos cobija una sucesión de acciones que orientan la percepción y la conciencia del observador.

 

The Shadow. Frieze Sculpture 2024

 

En el catálogo de la exposición de los futuristas en la Sackville Gallery, 1912, afirma Boccioni: “la simultaneidad de los estados de ánimo en la obra de arte: ese es el contagioso objetivo de nuestro arte”. Cómo se ve, estando en el siglo XXI, los artistas visuales no pueden olvidar de dónde vienen. Ahora, como en aquella eclosión de vida y renovación estética que propusieron los futuristas, los estados de ánimo del creador se reflejan tanto en el proceso como en el resultado final.

Al modo de Robert Smithson, comentando el homenaje a Tatlin, “Mouvement 7” de Dan Flavin: “El tiempo se convierte en un lugar al que se le resta el movimiento”. Cuando se tiene capacidad de imbricar todos los tiempos en un mismo tiempo se está ahormando un presente eviterno, se está configurando un momento para la eternidad, por fugaz que sea su presencia material. Lo hizo T.S. Eliot en La tierra baldía y lo repite Albano Hernández con The Shadow.

¡Que uno de sus artistas jóvenes participe en esta importantísima cita londinense es un reconocimiento para España! Albano se dio a conocer con 18 años, cuando se alzó con la Beca de Investigación Plástica del Premio BMW de Pintura. Completó su formación en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid, mientras seguía exponiendo y participando en concursos y premios de pintura en los que brilló con audacia y manifiesta sensibilidad.

Consiguió ser el más premiado de los jóvenes, en torno a treinta galardones de primer orden, entre ellos: Premio BMW de Pintura, 2012, Premio Obra Abierta, 2015 y Premio Artemisa, 2016. Participó en los encuentros de Eslovenia, dirigidos por el crítico internacional Brane Kovic. Hasta que puso rumbo al Reino Unido, donde se graduó en el Máster de Pintura del Royal College of Art, con el auspicio de Basil Alkazzi Scholarship y la distinción de Hine Painting Prize. Ha participado en numerosas individuales en Europa, ambas Américas, Asia, y en las ferias de Shanghái, Hong-Kong, Singapur, Estambul, Austria, México…

En Frieze Sculpture está representado por Pi Artworks y con su obra The Shadow, la más importante realizada hasta ahora, deja su impronta de guiños autobiográficos – ¡el verdalbano! – y pone de manifiesto su compromiso con la naturaleza, implicándola en el arte, exhibiendo la esplendidez de su presente y buenos augurios para su futuro.

The Shadow. Frieze Sculpture 2024

Desde sus inicios hasta ahora, sin perder la orientación, su lenguaje ha ido virando de una figuración vanguardista a un expresivo conceptual, donde el proceso rige el influjo de su efecto, concretando los parámetros que ejemplifican la consideración de arte en el presente. Claro, sin renunciar a su leitmotiv, el verde en todas sus gamas, sobre todo ese calentado de sol, que le identifica y la perfección del proceso que determina las percepciones hoy.

En la revista Távola Redonda, nº 20, diciembre de 1962, publica por primera vez Sophía de Mello Breyner su Arte Poética I, que inicia así: “Em Lagos em Agosto o sol cai a dereito e há sitios ande até o chão é caiado. O sol é pesado e a luz leve. Caminho no passeio rente ao muro mas não caibo na sombra. A sombra é uma fita estreita. Mergulho a mão na sombra como se a mergulhasse na água”.

Sophía de Mello es la diosa de la luz y la madre nutricia de las sombras. Al igual que la poeta portuguesa, los espectadores pondrán su mano sobre la sombra, sobre este The Shadow, como si la metieran en agua y sentirán esa sensación extraña de tocar una realidad, que se desvanece entre las manos, al tiempo que contemplan su presencia. El arte ya no busca la eternidad, sino la explosión efímera y la percepción fugaz como en una perenne performance, donde a pesar de toda novedad tecnológica, el hombre sigue siendo el chamán de la espiritualdiad.

The Shadow. Frieze Sculpture 2024

 

                                                                                                                   Tomás Paredes

                                                                                               Presidente de H, AICA/Spain

Firmas con sello de lujo. Tomás Paredes

Juan Van Halen

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Hay momentos en los que se conjura la gracia, el duende, la grandeza y el azul y producen una serie de sensaciones, que se convierten en espléndida vida vivida, si no en sentida poesía. Uno de esos momentos mágicos, guiados por las alas de un ángel, tuvo lugar el pasado lunes, día 20 de mayo, en la Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País, ¡famosa Torre de los Lujanes! Allí, a las siete y media, se reunía un conjunto de personalidades y amigos para celebrar al poeta Juan Van-Halen Acedo-onmis honor et gloria-, notario mayor de la luz guadarrameña y zahorí de las sombras.

La “Matritense”, cuyo emblema es “Socorre enseñando”, decana de las asociaciones culturales de Madrid, fue creada por Carlos III en 1775. Su sede, histórica por tantas razones, -prisión de Francisco I tras la batalla de Pavía, vencido por el emperador Carlos- abrió con la bendición de Campomanes y su sexto presidente fue Jovellanos. Madrid, sus instituciones públicas, saben que ahí tienen una joya y deberían cuidarla, porque la cultura, la historia, el arte, la poesía son de todos, aunque no todos las cuiden, y no debería vivir al aire de las ideologías, del poder y de la mendicidad.

López de Arenosa, T. Paredes, G. De Luis con Anson

 

Juan Van-Halen- ¡sería una renuncia explicar qué representa! -es muchas pasiones en una, un horizonte de almas en una blanca alma, muchos corazones en un desbordado y noble corazón. Entre tantos afanes y destinos, ha presidido durante veinte años la prestigiada Asociación de Escritores y Aristas Españoles. Ante su renuncia, la AEAE le agradece con un gesto intelectual y emotivo su dedicación y sus valores, al tiempo que se presentaba el retrato que le ha hecho José Sánchez Carralero, ilustre catedrático de la UCM y vicepresidente de la AEAE, por sobre todo, pintor, ¡maître Carralero!.

El profesor Carralero, probado paisajista de alcurnia y retratista de abolengo lo ha efigiado con el doble acierto de unir el parecido a una pintura mollar. No puedo dejar de citar a Rafael Martínez Díaz, hablando de Carralero, que ha heredado las virtudes cromáticas y felices de su maestro. El retrato es un asunto muy traidor, porque si se parece, el espectador dice que es muy bueno, pero si no, por feraz que sea la pintura se menosprecia. El retrato de Van-Halen, óleo sobre lienzo, 81×65 el bastidor, óvalo de 73×61 cm.  realizado por Carralero, es una ambueza de rica pintura y se parece al retratado, en trance con sus sueños. De modo que, ¡miel sobre hojuelas!

Esa imagen colorida y doliente de Van-Halen se va a unir a una galería de magníficos retratos de la AEAE, conviviendo con otros de Benlliure, Manuel Benedito, Marceliano Santa María, José Garnelo, Juan Comba, Enrique Segura y otro del propio Carralero. Conozco otros retratos de Van-Halen, los de Álvaro Delgado, los de José Gabriel Astudillo, Grau Santos, cada uno con los caprichos del pincel que lo pintó. Creo que éste de Carralero aúna la altivez del político y la sensación augural del poeta, la solemnidad del prócer y la inocencia del imbele.

Retrato de J. Van-Halen de J.Sánchez-Carralero

 

Abrió la sesión Manuel Rodríguez Alcayna, presidente de la Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País, saludando a la concurrencia y concediendo la palabra al alcalde de Madrid, Excmo. Sr. D, José Luis Martínez-Almeida, que presidió el acto. Martínez-Almeida destacó la labor de servidor público del homenajeado, recordando su paso por el Senado y por la Presidencia de la Asamblea de la Comunidad de Madrid, aireando anécdotas personales e incidiendo en la calidez humana de Van-Halen más allá de su prestigio de tribuno, de académico y literato plural.

Tras sus palabras, el burgomaestre con ayuda de Carralero, descubrieron el cuadro, cubierto hasta ese momento y situado a la derecha del estrado, entonces se produjo una ovación atronadora, que arreciaba con el abrazo de los maestros Carralero y Van-Halen. Fue un momento emotivo, con sensaciones distintas para cada uno de los que aplaudían; rebosantes los artistas, ante la imagen epítome de una andadura: una vida en un icono.

En la mesa, también el presidente de la Asamblea de Madrid, Excmo. Sr. D. Enrique Ossorio, que recordó la vieja amistad dentrambos, así como su afición a los libros de historia, comentando algunos de los títulos de la autoría de Van-Halen como Memoria secreta del hermano Leviatán, su preferido, y aclarando que, en muchos apartes, tras las sesiones de la Cámara, trataban de temas históricos, cuando los demás creían que conspiraban.

El ilustre senador, J. Van-Halen, dando las gracias

 

Gonzalo de Luis, columna vertebral de la AEAE y su Secretario General, leyó el acta en la que se acordó este evento y dio paso a María José López de Arenosa y José Luis Morales, que hicieron la laudatio compartida del polímata Van-Halen. López de Arenosa, que hace su tesis doctoral sobre la obra periodística de Van-Halen, con voz argéntea nos ilustró de sus andanzas fedatarias, corresponsal de guerra y cronista de las bellezas y miserias del orbe, así como sus crónicas de Vietnam y su paso por cabeceras: El Alcázar, Arriba, ABC, La Razón, amén de numerosas revistas, radios y televisiones.

José Luis Morales, estudioso de la obra vanhaliana y poeta, hizo una visita guiada por su conspicuo jardín lírico con parada y fonda en el soneto. Van-Halen es un maestro del soneto, un virtuoso, lo ha ensayado en todos los metros silábicos. Decir eso en la patria de Garcilaso, Quevedo, Góngora y Lope, es mucho decir. Morales, taxonómico y sajelador, no sólo estableció su canon, sino que le dedicó un soneto hermosísimo a su amigo y maestro, ruiseñor de las choperas de Torrelodones y muñidor de sus estíos.

La tarde discurría estuosa de elogios y aprecios, en un salón repleto, tanto que, incluso algunos asociados, tuvieron que seguir el acto fuera de la sala. En esto, tomó la palabra Luis María Anson, Real Academia Española, que, con su solercia para la voz idónea y su portentosa memoria, émulo de Borges, le propuso a Juan un diálogo, de periodista a periodista, que luego fue un monólogo maravilloso, cenital, orientalista, tibar, apolíneo.

Carralero, J. Lamo de Espinosa, Alcayna, Ossorio, Anson,  Mª J. López de Arenosa

 

Van-Halen confesó que “Anson era la persona que más le había ayudado” y detalló todas las referencias que la había proporcionado para su viaje a Vietnam y en otros. Entonces, Anson comenzó a desnudar el libro vanhaliano Cuaderno de Asia, recordando lo que cantaban los versos del poeta y lo que no habían contado. Recordó versos del emperador Le Thanh Tong, algunos opacados por el tiempo, y hermoseó el esplendor de la Bahía de Ha Long, donde liban las libélulas que se mecen en la Montaña Poema.

La sensibilidad se activaba como las caliptras de las raíces de las plantas que beben del rocío. La temperatura subió cuando Anson recitó versos del libro fundacional de Vietnam en su lengua original, sedosa y mágica como un yatagán hecho de megueces. Y vertía al español, con voz de jazmín, esas sentencias que ritualizan la belleza oriental. Le había oído, en otras ocasiones, breves poemas de la dinastía Tang, pero nunca ese énfasis con el que sonaba el vietnamita de terciopelo perla en la Torre de los Lujanes.

Y rememoró el Ramayana, y piropeó al Taj Mahal, “un poema en mármol”; y habló de la epopeya de Manás de Kirguistan, de los haikus de Basho, de Rizal, de Tagore; recitó a Darío y a Juan Ramón Jiménez: “Tú me mirarás llorando/ -será el tiempo de las flores-/ tú me mirarás llorando/ y yo te diré: no llores….”. Y siguió con los poemas de la tierra y el viento de Mao Tsé Tung. La ovación al soberbio monólogo de Anson fue honda y persistente, ardiente y suculenta, alerta y afanosa. ¡Qué memoria, que seguridad, qué sabor oral, qué gentil certería, qué oro purificado en su crisol!

Carralero y Van-Halen se abrazan ante el retrato del poeta

 

Como colofón, el senador, sentado en silla curul, agradecía el homenaje. Un Van-Halen, sonriente, tratando de sobreponerse a la emoción, daba las gracias a la Real Sociedad Económica Matritense -él fue el fundador de su revista Torre de los Lujanes!-, a cuya institución pertenece, y a la AEAE, y recordaba a todas las personas que habían sido importantes en su trayectoria, ante todo, poética: Luis María Anson, su cómplice; Luis Alberto de Cuenca, Carlos Murciano, José Luis Morales, sus antólogos; Chus Visor, Ángel González, Alberti…

Todos lo saben, pero reiteraré que la Asociación de Escritores y Artistas Españoles fue fundada en 1871, con la venia real, y que tuvo peso intelectual y artístico determinante, siendo presidida por varios premios Nobel, presidentes de Gobierno y egregios escritores y artistas como, José de Echegaray, Jacinto Benavente, Emilio Castelar, Canalejas, Benlliure, Benedito, Núñez de Arce, el arquitecto Luis Cervera Vera, Juan Van-Halen y ahora el preclaro cervantista y poeta castellano José López Martínez.

Rodríguez Alcayna, J.L. Martínez-Almeida, E. Ossorio, L.Mª Anson y G. de Luis

 

Y dicho todo esto, uno se pregunta: ¿dónde está la prensa, de qué informan los medios audiovisuales, en qué consiste el periodismo hoy? Porque, con la excepción de Telemadrid, no he visto la noticia en otras cabeceras. Los lectores tienen derecho a que sus respectivos diarios les informen de lo que ocurre, considerando eventos de cierta altura intelectual, vital y ciudadana. Y yo les aseguro que esta fue, no sólo un homenaje a un poeta, con ser importante, sino un ofrecimiento a la inteligencia, la belleza y la bondad del ser: un epinicio pindárico. Pero, mal se aviene el don con el turuleque.

Pero, a pesar de estas carencias de nuestra actualidad, de esa frivolidad enfangada, empecinada, que nos vulgariza, seguiremos leyendo a los poetas orientales, continuaremos admirando la sensibilidad de los nacidos en esas tierras que se asoman al Pacífico; persistiremos en  admirar la destreza artística de Carralero, en leer a Anson; aprenderemos de memoria lo sonetos de Van-Halen, porque en ese cosmos se vive de otra manera y se respira distinto aroma al que desprende la jifa gansteril , hortera, de la política hodierna.

 

Tomás Paredes

Presidente de H. AICA Spain

J.G Astudillo, Juan Soler, Van-Halen y J.L.Morales

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