Aurora Lezcano y de Saracho

Por Mª Dolores Barreda Pérez

LAS PRIMERAS ARTISTAS DE LA

ASOCIACION ESPAÑOLA DE PINTORES Y ESCULTORES

Desde su fundación en 1910, y después de haber tratado en anteriores números a las Socias Fundadoras de la entidad, y las participantes en el primer Salón de Otoño, vamos a ir recuperando de la memoria colectiva, el nombre de las primeras socias que vinieron a formar parte de la Asociación de Pintores y Escultores..

AURORA LEZCANO Y DE SARACHO

MARQUESA DE O’REILLY

LEZCANO Y DE SARACHO, Aurora    P  1942  11.jun.1912  MADRID  MADRID  Marquesa de O’Reilly

Aurora Lezcano de Saracho se inscribió en nuestra entidad como “Pintora”. Socia de número nacida en Madrid, el 11 de junio de 1912, con domicilio en la calle Sacramento, 5. Así aparece en la ficha de la entidad, además de en otros escritos, documentos y portales online.

Sin embargo, sabemos ahora que la pintora, periodista, conferenciante, ensayista, columnista, guionista de cine e investigadora histórica, nació en Madrid, el 6 de junio de 1914, pese a que en otro tipo de diccionarios se cite como fecha de nacimiento el 9 de junio de 1914.

Aurora Lezcano en 1942

Aurora era hija del célebre pintor Carlos Lezcano, discípulo destacado del paisajista Carlos de Haes y de Joaquín Sorolla, quien fuera Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, y de Aurora Saracho Spínola, a quien todos conocían por “su bondad y la afabilidad de su trato exquisito”.

La familia Lezcano vivía en el palacete de la Calle Sacramento, hoy conocido como edificio O’Reilly.

Pese a que Carlos Lezcano estudió para abogado en el cercano Instituto de San Isidro, su pasión por el dibujo y la pintura le llevaron a realizar infinidad de apuntes con los que fue preparando sus estudios artísticos.

Retrato de Carlos Lezcano, por Joaquín Sorolla

En 1900, cuando Sorolla llega a Madrid y monta estudio y casa, Carlos Lezcano asiste a su taller, y le acompañará en alguno de sus viajes a Valencia. Lezcano viajó por Galicia y el País Vasco, conociendo en una finca de Galicia a una joven de Bilbao, llamada Aurora Saracho Spínola, con quien se casó, trasladándose el matrimonio a vivir a Madrid, dedicándose a los negocios y a su familia.

Además de con Sorolla, Carlos hizo amistad con multitud de artistas, especialmente con Eugenio Hermoso y Anselmo Miguel Nieto, ambos también socios de número de la Asociación Española de Pintores y Escultores.

En un ambiente familiar propicio a las artes, creció Aurora, que tuvo por primer maestro a su padre, que bien pronto distinguió las dotes artísticas de su hija.

El fallecimiento del hijo varón y hermano de Aurora, sumió a su padre en una nostalgia enfermiza que sólo la pintura logró mitigar en parte, dedicándose el matrimonio a viajar y a pintar la que sería su gran pasión: los castillos de España.

Una pasión que le llevó a exponer sus castillos españoles en las Galerías Georges Petit  y Galería Hantcourt, ambas de París, valiéndole que el gobierno francés adquiriera alguna de sus obras para el Museo de Jeu de Paume. Allí residió durante algún tiempo, logrando ser conocido como “el pintor de la España heróica” por los franceses. En 1927 expuso en Boston, vendiendo toda la colección de una sola vez.

Según confesaba la propia artista, “Mi padre, el pintor Carlos Lezcano, me enseñó desde niña a amar el arte y todo lo bello, especialmente la pintura. Mi padre era apasionado de Goya y de el Greco, yo heredé esta admiración, principalmente por Goya, maestro de la caracterización, porque al especializarme yo en el retrato, Goya me atrae por su estudio psicológico del modelo y por su técnica maravillosa”.

Además de a Goya, Aurora admiraba profundamente a Sorolla, a quien reconoce como maestro de su padre y genio impresionista, luminoso, colorista, lleno de pasión, seguridad y vibración.

Aurora, que vivía en la mansión familiar de la calle Sacramento de Madrid, acompañó a sus padres por algunos viajes y compartió su pasión por el dibujo y el arte.

Portada del libro en el que colaboró

Su primer y mejor maestro fue su padre, pero desde muy niña Aurora tuvo además otros destacados profesores como el propio Sorolla y Álvarez de Sotomayor, ambos serían Presidentes de la Asociación Española de Pintores y Escultores.

Su primera exposición colectiva tuvo lugar en Madrid, en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1934, a la que concurrió con una de sus primeras obras.

En 1936 se casó con Darío Valcárcel y Kholy, Marqués de O’Reilly, abogado, académico de la Academia de Jurisprudencia y Legislación, medalla de la Campaña, nacido el 31 de marzo de 1906 en Madrid. Con vocación literaria, desde muy joven colaboró en numerosos periódicos y revistas españoles y americanos como ABC, El Diario Vasco, La Nación de Buenos Aires y El Diario de la Marina de La Habana. Era autor, además, de tres novelas y dos comedias, por lo que compartía con Aurora inquietudes y experiencias artísticas, que desde el primer momento se mostraron muy fructíferas.

De la unión nacieron tres hijos: Aurora, Isabel Clara Eugenia y Darío Valcárcel Lezcano.

Aurora Lezcano junto a sus tres hijos

El matrimonio se trasladó a vivir a la calle Alarcón esquina con Maura, junto al Museo del Prado, que tantas veces visitaría Aurora y posteriormente quedaría como estudio de trabajo, muy cerca del estudio de Álvarez de Sotomayor, quien como hemos dicho, fuera su maestro.

Durante la Guerra Civil, Aurora fue corresponsal de ABC, ya que desde muy joven, alternó la actividad de la pintura con el periodismo: crónicas, artículos, entrevistas, reportajes, y con las actividades culturales y una intensa vida social. Además, colaboró con José María Pemán y con Ángel María de Lera en el libro “Papeles sobre los novios y el noviazgo”.

Su primera exposición individual tuvo lugar en noviembre de 1941 en Barcelona.

Concurrió además a la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1941, de la que el crítico Manuel Abril destacó ya en su momento  …“autora afortunada con buen retrato…” y cuyo “Retrato de Enrique de Carlos” fue definido por otros medios como “realizado con pincelada rápida, segura y expresiva”.

En la I Exposición Nacional de Educación y Descanso de 1941 obtuvo la Medalla de Plata, que conllevaba como premio un viaje de estudios por Alemania e Italia.

En 1941 expuso en Barcelona una valiosa colección de lienzos de su padre, acompañando los mismos con 17 telas propias bajo el título de “Estudios de figura”, mereciendo ya entonces elogios por considerarlas la crítica “…aciertos donde apunta la personalidad de su autora, artista a la que, sin duda, esperan jornadas de positivo éxito”…

En 1944 Aurora y su marido se trasladan a vivir al palacete de la Calle Sacramento donde vivía de niña junto a sus padres, y que a partir de ese momento se conocerá como Palacio O’Reilly. Con 5 balcones a la Calle Sacramento, el estudio, dormitorio y otras piezas de la casa daban a la calle del Rollo, donde según confesaba Aurora, “quisiera morir”.

Aurora Lezcano en su casa de la calle Sacramento

En enero de 1944 expuso en el Salón Cano de Madrid, destacando la prensa del momento que “la Marquesa de O’Reilly es un temperamento artístico descubierto en la primera Exposición Nacional de Arte de Educación y Descanso, donde consiguió uno de los primeros premios. Desde entonces, corto espacio de un par de años, la inquieta artista viene realizando ampulosa obra que se traduce en que en todos los comicios nacionales y colectivos, veamos algún óleo prometedor de la misma… En esta exposición individual presenta 25 lienzos, casi todos ellos retratos… obsesión permanente de su arte… en este sentido tiene su mérito la obra de Lezcano al enfrentarse con el mismo con esa valentía temperamental que lo hace”…

Aurora Lezcano pintando en su estudio

Una interviú publicada en el ABC en febrero de 1944, titulada “Los retratos de Aurora Lezcano” y firmada por el periodista J.S., explica que  …”visitamos su estudio situado en la calle Alarcón… allí vimos los últimos retratos que pinta: el del obispo auxiliar de Madrid-Alcalá, Dr. Morcillo, un lienzo de Figuras de la Pasión para el concurso de los Amigos del Arte y el balbuceo ya definido de José Francés, difuminado su aire académico, en la castiza capa que apenas deja ver el libro casi cerrado…. No sé si la pintora que hay en Aurora se formó en Italia al calor de un turismo artístico….transformado después en pasión artística… Hay antes otra influencia decisiva: la de Carlos Lezcano, su padre… con estos antecedentes, fácil es ver la obra actual… No se improvisa el genio, aunque sea consustancial a la corporeidad física. Se es o no se es, pero hace falta demostrarlo. Y a este punto preciso sólo llegan no los que pueden, sino los que pueden y quieren. De ahí el triunfo de Aurora Lezcano, pintora por educación y vocación, que capta en sus retratos los más recónditos matices del modelo. Hasta hoy la Marquesa de O’Reilly sólo se nos ha mostrado artista consumada en la técnica del retrato. Pero día llegará –y eso nos lo ha dicho sin preguntárselo- en que peregrine con sus bártulos de pintar por la misma ruta que un día su padre, recorriera, captando para la posterioridad de sus lienzos, las mismas piedras venerables”.

En 1944 participó también en la IV Exposición Nacional de Educación y Descanso y en julio, en la exposición que la Sección Femenina de F.E.T. y de las J.O.N.S. realizó en San Lorenzo de El Escorial, en la que se presentaron sólo artistas femeninas como Julia Minguillón, Rosario de Velasco, Marisa Roesset, María del Carmen Álvarez de Sotomoyor, Emilia Legarde, María Teresa Perinat, Marta Valenzuela y otras….

En 1948 expuso en Madrid una muestra de sus cuadros que fue muy bien acogida por la crítica y el público, contando en su inauguración con la asistencia del Marqués de Lozoya, Director General de Bellas Artes, de Eugenio D’Ors, Joaquín Calvo Sotelo y otras ilustres personalidades del mundo de las bellas artes muy vinculadas a la Asociación Española de Pintores y Escultores.

Aurora Lezcano junto al Infante D. Luis Alfonso de Baviera y Borbón y el Director General de Bellas Artes en una exposición en su domicilio

En 1948 comenzó a exponer sus obras en su propia casa, a cuyo acto de presentación acudían todo tipo de personalidades de la vida política y cultural madrileña, como Agustín de Foxá o José Francés, quien fuera Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, ambos grandes amigos de la artista.

Así, en los salones de su palacete, comenzó a llevar al uso una tertulia frecuentada por la intelectualidad de la época, a la que acudían aristócratas, librepensadores, artistas, como el Marqués de Santoflor, Agustín de Foxá, Ortega y Gasset, Gregorio Marañón, José María Pemán, Luis María Ansón, Camilo José Cela, José Francés, Eugenio D’Ors, Torcuato Luca de Tena, Luis Rosales, Julio Caro Baroja, Pedro Sainz Rodríguez, Rafael Alberti, Sánchez Mazas, Cunqueiro, José Plá … una verdadera Academia en la que los espíritus ilustrados mantenían la tradición de los salones literarios.

Banquete ofrecido en honor de Aurora Lezcano al recibir el Lazo de Dama de Isabel La Católica

Su hospitalaria amistad era legendaria, presidiendo reuniones en salones adornados con exquisito detalle en donde lo mejor era el ambiente que sabía crear entre los tertulianos y el respetuoso silencio que lograba para las opiniones expuestas por cada cual. En esos años, el clima de tolerancia y libertad que allí se disfrutaba era un eslabón de futuro civilizado en una atmósfera exterior cargada de problemas. En palabras de Gonzalo Fernández de la Mora “Aurora presidía con su aire bonachón y risueño aquellos conciliábulos por los que desfilaron personalidades destacadas de la vida nacional que disertaban en un ámbito de respeto, aunque sus puntos de vista no fuera acogidos con unanimidad. El colofón era un suntuoso refrigerio en que los postres predominaban en versiones admirables que ella misma supervisaba “para endulzar las discrepancias” solía repetir al término de las sesiones. El ocio veraniego lo disfrutaba en Fuenterrabía en un piso que se asomaba a la ría y a la marisma de Chingudi. Allí pintaba los paisajes fronterizos que le enamoraban. Aurora hacía de la amistad un culto”.

A partir de entonces, la exposición de obras en su casa en exposiciones anuales fue una característica en su forma de presentar a la crítica su trabajo, que alternó con contadas exposiciones en salas y galerías, como las que hacía en la Abril de Madrid.

Participó en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1952.

Aurora Lezcano en su estudio, retratando a José Francés, quien fuera Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores

En 1965 recibió el Lazo de Dama de Isabel La Católica, concedido por el Jefe del Estado a través del Ministerio de Asuntos Exteriores, debido a sus trabajos de documentación histórica y pictórica sobre el primer Conde de O’Reilly

En 1966 realizó una gran exposición en la Galería Afrodisio Aguado, que confirmó la calidad de su pintura, estimada por quienes la conocían, pero no del público, ya que Aurora no prodigaba sus exposiciones. El hecho lo recogió el diario ABC, que destacaba …”algunos retratos, excelentes de factura y entrañablemente testimoniales, como los de Marañón, Vaquero y García Viñolas…. Lo más significativo de esta exposición son los cuadros madrileños, ese Madrid carreriano, que Aurora ha sabido interpretar como muy pocos”…

La artista en una fotografía de 1981

En 1975 realizó una exposición en la Galería Abril, reseñando la revista Bellas Artes de marzo de ese mismo año “Aurora, con su inquietud a cuestas manifiesta en tantas actividades, periodismo, literatura, plástica…. Posee un estilo marcado por esa inquieta observación de las cosas reales. Las apreciaciones, las contemplaciones de la realidad, marcan una emoción en la artista, que luego transforma en obra de arte. Su estilo es personal, influido por el impresionismo, muy suelto de línea y captador de ambientes y entornos.

Ese mismo año, la Estafeta Literaria recoge la noticia del ingreso de Aurora en la Sociedad Vascongada de Amigos del País.

En diciembre de 1969 expuso algunas de sus obras en el Centro Cubano de Madrid, como recogió el ABC en un texto que decía …”Aurora Lezcano, en cuya pintura podemos reencontrar el ya disperso espíritu de Madrid… cuyo único defecto consiste en no exponer todas las veces que debiera, y debiera exponer muchas, ha salido de su retiro y nos ofrece cinco cuadros deliciosos, de tema madrileño unos, y otros en los que varía con gran sensibilidad sobre el eterno tema de Venecia y Roma”.  Con Aurora exponen también Aniel, Emilio Sánchez, Hipólito Hidalgo de Caviedes, Jorge Mustelier, Prieto Nespereira y Ramón Estalella.

Una imagen tomada en la inauguración de la exposición en el Salón Cano en 1944

En 1974 presentó su primera obra literaria “Madrid, sus cosas y sus gentes y…” en la librería Abril, teniendo como introductor del acto al académico Camilo José Cela. Recibió magníficas críticas del mismo, como la aparecida en el ABC en el mes de febrero, escrita por Pedro Rocamora, en la que asegura que …”Sólo los escritores que han pasado del mundo de la pintura al de las letras son capaces de obtener este difícil contraste de matices, de luces y de sombras, de primeros planos y de esfumadas lejanías, en su obra escrita. Tal es el caso de esta fina madrileña que –a compás de una profunda vocación estética- trasfunde a sus páginas la delicadeza de su espíritu”.

En marzo de 1975 vuelve a la Sala Abril con 36 obras que introdujo en el catálogo José María de Areilza, en donde declaraba: “Si el arte de pintar consiste en la contemplación y en la recreación de lo visto a través del filtro personal de la mente o de la sensibilidad o de ambas a la vez, entonces hay que reconocer en Aurora Lezcano unos dones excepcionales de artista pintora. Sus lienzos demuestran que sabe mirar como nadie y adivinar la quintaesencia que late en el sentido profundo de las cosas. Y que interroga la psicología de los retratados con una certera intuición femenina que palpa el trasfondo de sus personajes en una exhaustiva auscultación pictórica. Pero luego elabora tales datos en esa misteriosa computadora biológica que es el cerebro y refleja en pinceladas certeras, sobrias, austeras lo que ella ha interpretado del tema propuesto: retrato, paisaje o naturaleza muerta… en la pintura de Aurora Lezcano ese entorno vital no podía falta y tiene su asiento en la tierra vasca… Aurora forma parte de esa admirable cohorte de espíritus sensibles que manejan el pincel con el fluido telúrico que entra por los ojos y sale por las manos. El terruño en el que Aurora trabaja y vive durante buena parte del año es la ribera del Bidasoa, en el paraje que el río ha cambiado de sexo y se ha vuelto mujer… allí sueña la pintora ante los desnudo lienzos que ya se hallan grávidos de los ambientes de Fuenterrabía, confín vascongado de España. Saludamos con alborozo la nueva exposición de Aurora Lezcano, en la que continúa un ilustre apellido de relevante significado en la historia de la pintura española de la Edad Contemporánea”.

Imagen de la inauguración de su exposición de 1948

En El País, en junio de 1977 se reseña que el libro “Madrid, sus cosas y sus gentes”, convertido ya en un clásico, ha batido una de las marcas de venta en la última Feria del Libro madrileña. Las 260 páginas del pequeño tratado matritense recogen, entre otros temas, los últimos atentados sufridos por el casco austríaco de la ciudad, a cuenta de la piqueta y la especulación. Desde la desaparición del circo Price hasta el derribo del convento de las Bernardas, en la calle más antigua de la pequeña zona medieval.

En 1979 expuso nuevamente en la Sala Abril “imágenes y composiciones reales y plenas de misterio”, bajo una introducción de Antonio Manuel Campoy, quien destacó el …”canto plástico a Madrid cuyos rincones más sugestivos conoce la pintora como nadie” y que resultó ser todo un éxito, tal y como recogía el diario ABC.

En 1979 falleció su marido, trasladando por esa época, su domicilio a la próxima Calle Mayor, 80, 2º piso, puesto que el Madrid de los Austrias era el espacio en el que se encontraba verdaderamente a gusto.

Portada de su libro que incluye una de sus ilustraciones

En 1981, fiel a la Sala Abril de Madrid, expone sus últimas obras, hecho que recoge el ABC de mayo, bajo el título de “Aurora Lezcano: una escritora que pinta:  “Así define a la marquesa viuda de  O’Reilly Gregorio Marañón Moya, que presenta el último catálogo de Aurora, cuya exposición se inaugura el martes 19 de mayo en la Sala Abril. Una escritora que pinta y una pintora que escribe desde hace cuarenta años, cuyos libros y cuyos cuadros son piezas del mismo “puzzle” vital, frangmentos de figuras y paisajes de experiencias y recuerdos, que saltan de Castilla a las Vascongadas, de Madrid a Fuenterrabía, sin romper el hilo del color, aunque matizándolo de un sitio a otro y sin que la palabra pierda su estilo. En esta ocasión Aurora presenta una muestra singular, en cuanto a más de sus estampas madrileñas y cantábricas, la pintora estrena seis retratos y una breve antología de autorretratos de 1935 a 1975. …. Habitual de los Jardines de El Retiro, del Madrid de los Austrias (su barrio), del mar encrespado….lo que ahora nos ofrece no son grandes lienzos para las Nacionales, los Salones de Otoño o los de Bellas Artes…. Sino una exposición intimista, en la que sobreabunda el pequeño formato, la instantánea plástica de un lugar y una hora. Y la mirada despierta y joven que nos contempla, década a década, desde media docena de autoanálisis al óleo, en los que el tiempo quedó detenido provisionalmente y que es, hoy, la biografía en imágenes de Aurora Lezcano”.

Tras una larga enfermedad, el 22 de agosto de 1987, Aurora falleció en Madrid.

Catálogo de su exposición de 1979 en la Sala Abril

A lo largo de su vida promovió muchas iniciativas culturales: desde la defensa de los cementerios románticos emprendida por Eugenio d’Ors y Agustín de Foxá, hasta la protección de edificios históricos amenazados por la especulación o la incuria en el Madrid de los Austrias. Impulsó premios literarios, ediciones, concursos y exposiciones que añadieron vitalidad a la vida intelectual de los años transcurridos entre el final de la guerra civil y la restauración de 1975.

Sus trabajos de documentación histórica y pictórica sobre el primer Conde de O’Reilly le valieron la concesión de la Orden de Isabel la Católica y un lugar de honor en la Sociedad Vascongada de Amigos del País.  El general hispano-irlandés Alejandro O’Reilly, gobernador de Luisiana en 1770, mantuvo bajo jurisdicción española en el reinado de Carlos III territorios norteamericanos de extensión superior al actual territorio españoles, desde Texas hasta Florida. Aurora investigó y contribuyó a restablecer en su verídica versión algunas páginas de esta etapa española de Norteamérica.

De ella dijeron:

…”Era una gran dama vasca de linaje y talante, y madrileña entusiasta de la mejor escuela. Había heredado de su padre, un refinado gusto artístico y un notable talento pictórico que acaso por modestia no quiso desarrollar por entero…. En los salones de Aurora, en la calle Sacramento, en la que presidía reuniones con selecta y sustanciosa concurrencia, adornados con exquisito detalle, muebles de época, tapices y cuadros, vitrinas y miniaturas, alfombras y lámparas espectaculares…. Aurora hacía de la amistad un culto. Sus amigos lo eran para siempre y en cualquier circunstancia”… José María de Areilza.

….”se nos ha ido. Ella, que era un volcán de noble y alegre vitalidad… pintaba con pasión muchas horas diarias. Buenos paisajes y acertados retratos… escritora inteligente y sagaz… adoraba Madrid”… Gregorio Marañón Moya.

…“pintora impresionista de ardiente paleta y pincel ligero, enraizada en la noble tradición magistral de su padre… enamorada de la belleza en el mueble, la porcelana, el tapiz, el bronce, el libro y las gentes… era impulsiva, apasionada y creadora”… Gonzalo Fernández de la Mora.

Su sólida formación profesional se esconde tras una especial sensibilidad plástica y se polariza en tres aspectos fundamentales: los tipos y paisajes vascongados, los rincones del viejo Madrid y los retratos (modelos de penetración psicológica).

Retrato del guitarrista Pedro Moreno

El catálogo del XVI Salón de Otoño reproducía tres retratos de la artista

Aurora Lezcano y la AEPE

A la Exposición de Bellas Artes correspondiente al 14 Salón de Otoño de 1935, concurrió Aurora inscrita como “Lercano Saracho (Dª Aurora), natural de Madrid. Vive en Alarcón, 7. Como vemos, un error con el apellido que sólo afectó a la relación final de expositores, puesto que en la ficha técnica de las obras, el apellido aparecía correctamente, y a la misma presentó dos obras:

86.- “Estudio de marinero” (óleo), 0,96 x 0,77

90.- “Estudio de gitana” (óleo), 0,93 x 0,77

A este certamen también concurrió su padre con la obra :

97.- “El acueducto de Segovia (impresión de otoño)” (óleo), 0,91 x 1,02

Al XVI Salón de Otoño de 1942 concurrió inscrita como Lezcano (Aurora), Marquesa de O’Reilly:

10.- “Retrato de Marianita Garrigues y L. de Chicheri” (óleo)

12.- “Retrato de Luis Joaquín Garrigues y L. de Chicheri” (óleo)

28.- “Retrato de la Marquesa de Bosch de Arés” (óleo)

Al XIX Salón de Otoño de 1945 presentó tres obras:

7.- “Bodegón” (óleo)

14.- “Marina”

284.- “El hombre del vaso de vino” (óleo)

Al XX Salón de Otoño de 1946 concurrió con la obra:

119.- “Torre de Comares” (óleo)

Retrato

Retratos del Conde de Foxá y de un niño aparecidos en la revista Medina

Retrato del niño Enrique de Carlos

Retrato de Eugenio D’Ors

Retrato de Agustín de Foxá

Felicitación manuscrita a Luis Rosales

Felicitación de Navidad de la artista

En el transcurso de una cena junto al Alcalde de Madrid y a Camilo José Cela

El Palacio O’Reilly

Situado en la calle del Sacramento, en pleno casco histórico de la Villa de Madrid, dentro del primitivo trazado medieval de la ciudad y del llamado Madrid de los Austrias.

Vista actual del Palacio O’Reilly

En 1725 se encargó a Pedro Hernández la construcción de un edificio anejo al Convento de las Bernardas del Santísimo Sacramento, destinado a casas del convento y del que asoma y aún puede visitarse, el que en su día fue huerto de las monjas y a la calle del Rollo.

En 1830 la familia Uceda vendió el edificio a la familia Lezcano, que fue pasando de generación en generación durante más de un siglo.

En 1913 parte del edificio fue utilizado como Museo Nacional de Artes Industriales, pero además de albergar el Museo, también estuvo instalada allí la Comisaría Regia de Turismo y en la planta baja, desde 1920 a 1923, la redacción del periódico La Libertad.

El portal en la época en que vivía allí Aurora Lezcano

Después de la Guerra Civil, se instaló en el edificio la Organización Nacional de Ciegos.

El pintor Carlos Lezcano vivía allí junto a su familia, pese a estar residiendo en la capital francesa largas temporadas y realizar continuos viajes, siendo sus hijos quienes habitaban la casa.

En 1929 el pintor falleció en el palacete, y no fue hasta 1944 en que su hija Aurora y su familia, se trasladaron a vivir al palacete, que desde ese momento se conoció como Palacio O’Reilly.

Después de la guerra civil también se le empezó a conocer como la “casa de las gabardinas” por hallarse instalados en una parte del palacio los talleres de la Fábrica de gabardinas Valls y Viña.

El Convento de las Bernardas sufrió importantes daños durante la guerra civil y tras diversas vicisitudes, finalmente a mediados de los años 70 se derribó la mayor parte de sus dependencias.

En los años cincuenta los marqueses venden el edificio a la Inmobiliaria Hispania que alquila una parte del edificio como viviendas. Con el tiempo el edificio se va deteriorando y comienza el abandono de las viviendas.

En 1978 fue adquirido por el Ayuntamiento que, tras restaurarlo bajo la supervisión del arquitecto Joaquín Roldán Pascual en 1982, lo destinó al área de Hacienda y Economía, manteniendo sólo las fachadas tras adaptar el inmueble al nuevo uso y sufrir distintas restauraciones que lo han ido adaptando a las nuevas necesidades del mismo uso.

Estudio del pintor Carlos Lezcano en el Palacete de Sacramento, 3

En la fachada del restaurado edificio se colocó una lápida el día 11 de abril de 1983 -fecha de inauguración de las obras de rehabilitación- que perpetuó el homenaje del Ayuntamiento de Madrid, con un medallón en bronce con su busto en altorrelieve, que preside la siguiente dedicatoria: «Esta casa fue hogar y estudio del pintor madrileño CARLOS LEZCANO (1870-1929). En su peregrinar por los caminos olvidados de España llevó al lienzo el hondo silencio de sus ruinas, desvelando la emoción dormida de sus pueblos y paisajes.» El Ayuntamiento de Madrid en el LI V aniversario de su muerte.

Ese mismo día fue inaugurada en el vestíbulo principal del edificio una Exposición conmemorativa del artista, montada con la colaboración del Servicio de Exposiciones del Museo Municipal, que reunió una serie de lienzos representativos de sus fases creativas más señaladas. Junto a dos óleos propiedad del Ayuntamiento de Madrid, se colgaron veintidós más, pertenecientes a las colecciones privadas de la Marquesa de O’Reilly y de su hija, Aurora Valcárcel, quien buscó la iconografía más ilustrativa de su abuelo.

Placa conmemorativa en la fachada del Palacio O’Reilly de la Calle Sacramento de Madrid

Webgrafía y bibliografía

Madrid, sus cosas, sus gentes y … Aurora Lezcano. Editorial: Prensa Española, Madrid, 1976

Revista Hidalguía número 165. Año 1981

https://books.google.es/books?id=PpU3e2ydsN0C&pg=PA244&lpg=PA244&dq=Aurora+LEZCANO+Y+DE+SARACHO&source=bl&ots=RNRLUynt4b&sig=ACfU3U2LzVk5Vr0ieeDKxOU4eejOB-2j2g&hl=es&sa=X&ved=2ahUKEwjr8p_UhMDpAhW6C2MBHboFCcs4ChDoATAAegQIChAB#v=onepage&q=Aurora%20LEZCANO%20Y%20DE%20SARACHO&f=false

Insituciones artísticas del franquismo: las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes: (1941-1968), Lola Caparrós Masegosa. Prensas de la Universidad de Zaragoza, 2019

http://royalisticism.blogspot.com/2018_08_25_archive.html

https://www.galiciadigital.com/opinion/opinion.18713.php

Beerman, Eric (1981). «Un bosquejo biográfico y genealógico del general Alejandro O’Reilly». Revista Hidalguía (Madrid) (165): 225-244. ISSN 0018-1285.

Campoy, A. M. (10 de mayo de 1966). «Arte y artistas. Crítica de exposiciones. Salones, salas y galerías»ABC (Madrid): 15-17. ISSN 1136-0143.

https://research.frick.org/spanish/detail/3073

http://aunamendi.eusko-ikaskuntza.eus/es/lezcano-y-de-saracho-aurora/ar-81072/

Las Provincias: diario de Valencia 22/06/1934

Hoja Oficial del Lunes 7/07/1941 27/10/1941  10/12/1945  26/04/1948  10/04/1950 9/06/1969  25/10/1971 29/11/1971  31/12/1973 03/03/1975  07/05/1979   17/07/1995 

Diario de Burgos 11/10/1942

Hoja Oficial de la provincia de Barcelona 12/10/1942

Imperio: Diario de Zamora 14/01/1944 16/07/1944  30/07/1944

Bellas Artes 03/1975  01/1977

La Estafeta Literaria 15/01/1974  15/03/1975 15/07/1975 01/08/1975

El Libro Español: revista mensual del Instituto Nacional del Libro Español, julio de 1975, diciembre 1975

Medina  7/12/1941 24/5/1942  08/11/1942  09/01/1944   10/06/1945

Cambio 16. 20/5/1979

El País 22/5/1981

La Tribuna de Toledo. 11/2/2017

Y  1/1/1942

Revista Villa de Madrid

El País  24/06/1977

ABC Sevilla  05/07/1959  25/08/1987

Blanco y Negro 26/01/1974 2/3/1974  05/06/1965 

ABC  5/6/1936  23/05/1976  12/12/1969   17/05/1981  12/03/1975  22/2/1974  20/05/1979  21/06/1977   24/08/1987 05/12/1969  22/02/1974  01/12/1976  30/06/1973 15/03/1975  15/03/1975 23/05/1976  24/08/1987  25/08/1987  06/05/1973  13/05/1979 07/05/1972  29/12/1973  04/06/1981  09/06/1981 09/12/1979  19/03/1978 01/06/1969  21/09/1969  02/09/1973  31/08/1969  09/11/1969  27/04/1969  29/05/01977  27/01/01974  23/06/1974  18/05/1969  25/07/1981   5/1/1969  26/1/69  12/2/77  2/2/1969  12/1/1969  21/12/69, 10/8/69, 14/3/78, 1/6/69, 3/7/77, 4/5/69, 26/8/73, 16/9/73, 26/11/77, 2/4/78, 25/1/70, 2/11/69, 24/8/69, 13/4/69, 15/4/78, 12/5/74, 21/7/74, 14/6/70, 29/4/78, 22/2/70, 1, 8/10/70, 7/4/79, 29/12/73, 9/5/79, 28/2/75, 3/8/75, 22/2/76, 9/1/72, 14/3/81, 5/3/72, 2/4/72, 13/2/72, 27/5/79, 25/6/72, 21/5/72, 3/8/69, 3/2/74, 29/3/70, 20/1/74, 19/1/74, 26/7/78, 5/4/70, 1/3/70, 11/5/78, 9/3/69, 12/4/70, 22/4/78, 20/5/79, 3/9/72, 14/1/73, 20/8/72, 30/7/72, 22/5/81, 5/1/75, 17/3/50, 3/10/64, 3/12/69, 11/1/79, 10/12/58, 19/1/67, 24/6/75, 1/12/77, 14/12/79, 9/7/67, 4/12/80, 22/5/79, 27/8/87, 23/11/76, 11/4/76, 15/2/76, 22/2/76, 31/5/79, 27/6/76, 7/3/76, 23/5/76, 4/4/76, 22/5/71, 2/9/77, 24/8/77, 5/7/87, 1/2/70, 26/7/78, 31/8/77, 15/2/70, 22/1/74, 9/9/78, 11/6/78, 1/3/70, 10/9/78, 16/8/78, 2/8/78, 21/4/87, 12/8/78, 11/8/78, 21/4/87, 12/8/78, 3/10/76, 10/10/76, 26/5/79, 28/6/64, 3/8/68, 11/7/76, 27/1/77, 2/2/77, 29/8/87  20/4/1975  27/12/1973  20/7/1969  6/4/1969  13/7/1975  16/11/1973  21/4/1974  16/2/1969  26/1/1977  14/6/1978  30/1/1977

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Mª Teresa Jiménez de Blas

Por Mª Dolores Barreda Pérez

LAS PRIMERAS ARTISTAS DE LA

ASOCIACION ESPAÑOLA DE PINTORES Y ESCULTORES

Desde su fundación en 1910, y después de haber tratado en anteriores números a las Socias Fundadoras de la entidad, y las participantes en el primer Salón de Otoño, vamos a ir recuperando de la memoria colectiva, el nombre de las primeras socias que vinieron a formar parte de la Asociación de Pintores y Escultores.

Mª TERESA JIMENEZ DE BLAS

JIMENEZ DE BLAS, Teresa   D.P      1930    1897    AVILA   MADRID

Teresa Jiménez de Blas se inscribió en nuestra entidad como “Dibujante y Pintora”, en 1930. Socia de número nacida en Ávila en 1897, y residente en Madrid, así lo hizo constar en su ficha de inscripción, si bien corroboramos ahora que por una cuestión de coquetería propia de la época, debió quitarse algunos años, puesto que familiares de la artista nos confirman como fecha de nacimiento el 16 de abril de 1894, en Ávila.

Autorretrato, Teresa Jiménez de Blas

Teresa era la segunda hija mayor del matrimonio formado por Arturo Jiménez García y Pilar de Blas Iturmendi. Sus hermanos varones, Arturo, José y Antonio, eran militares, mientras que su hermana María era maestra del Ayuntamiento de Madrid, destinada en las Escuelas Aguirre y la pequeña Carmen formó una extensa familia.

Su hermana María estaba casada con el pintor Leopoldo Barreda Aparici, que tenía su taller en la calle cardenal Cisneros nº 60 de Madrid, heredado de su padre, el también pintor Leopoldo Barreda Fontana.

Teresa vivió su infancia en Ávila, Valencia y Córdoba, ya que su padre era militar, rigiendo sus vidas los destinos asignados. Realizó sus primeros estudios en las religiosas escolapias de Valencia, donde recibió la primera comunión.

En 1906 fallece su padre y la familia se traslada a vivir a la calle Londres, 18 de Madrid Moderno, una colonia de hotelitos adosados de estilo modernista situada junto a la Plaza de Toros de Las Ventas, entre el barrio madrileño de La Guindalera y las Ventas del Espíritu Santo.

Retrato de María Salomé Montero en la revista Cosmópolis

El hotelito de la calle Londres era una casa que incluía comedor, despacho, cuarto árabe, salón japonés, mirador, balcón… y estaba decorada con piezas y muebles turcos traídos de la Exposición de París que combinaban con el estuco en las paredes, el artesonado del techo y el suelo de mosaicos de colores… e incluía también el estudio de la hija pintora que como vemos, estaba rodeada de estímulos artísticos.

Estudió en la Escuela de Bellas Artes, donde fue discípula de tres Socios Fundadores de la Asociación Española de Pintores y Escultores: José Garnelo y Alda, Cecilio Plá Gallardo y Julio Romero de Torres, especializándose en dibujos y retratos infantiles al carbón.

Retrato de Lolita Blas Piquer en la revista Cosmópolis

Complementó su formación como copista del Museo del Prado, a donde acudió regularmente entre 1924 y 1929, figurando en el libro de copistas un total de 28 visitas que incluyen copias de “Las Hilanderas”, “Saturno devorando a sus hijos”, “Judit y Holofernes”, “ Felipe II”, de Tiziano, Ribera, Velázquez, Goya, Fortuny, Murillo, El Greco, Houasse, Alonso Cano, Vicente López…

En 1929 participa en la Exposición Iberoamericana de Sevilla con un diorama de la vida cotidiana de Goya, un encargo profesional que pudo verse en las salas del Pabellón de Goya inspirado del cuadro “El niño del carricoche”, junto a copias de la producción del pintor, como el boceto de un cartón para tapiz y lienzos como el “Autorretrato” de Goya y el “Retrato de su esposa Josefa Bayeu” y dos pinturas negras “Saturno devorando a sus hijos” y “Judit y Holofernes”. Los cuatro, copias que María Teresa Jiménez de Blas pintó entre noviembre de 1928 y enero de 1929.

Diorama de la Quinta de Goya ex la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929

Participó en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1930 (diario La Libertad) con dos retratos, uno de María Salome Mantero Meléndez y otro del dominico Padre Antonio García Figar, y en la Exposición Nacional del Trabajo de la Mujer Española, organizada por la Acción Femenina de Barcelona, en Mayo de 1930, además de en otras muestras como la Exposición con la Unión de Damas de París.

Retrato de Lolita Calatrava en la revista Cosmópolis

Por el ABC de diciembre de 1930 sabemos que en ese mes inauguró en los Salones de la Sociedad Española de Amigos del Arte (Palacio de la Biblioteca Nacional) una “Exposición de retratos”, dibujos al carbón en sepia, en su mayor parte femeninos, con un total de 37 obras logrando, a juicio del diario “la condición primordial de todo retrato, que es el parecido”. La muestra se inauguró el 20 de diciembre de 1930 y se prorrogó hasta el 11 de enero de 1931.

Se relacionó además con el grupo de pintoras de la época que incluía a Inés Camprubi Mabón, y con socias de la Asociación Española de Pintores y Escultores como Carmen Álvarez de Sotomayor y María de los Ángeles López Roberts.

De la revista Blanco y Negro de mayo de 1930

En el diario La Época de 1930 se informa de que el periodista en cuestión, que no firma la crónica, ha estado en el estudio de la pintora, donde ha visto “con gran complacencia los últimos trabajos hechos por la misma, dedicados más especialmente al dibujo. Se trata de una serie de retratos de niños, asunto por el cual tiene la artista una marcada predilección y en los que muestra el acierto con que sabe interpretar esos deliciosos momentos del alma de los niños, recogiendo los rasgos más característicos dé la ingenuidad y la gracia infantil. Entre otros dibujos figuran los hijos del general Goded y de los señores de López Puigcerver, Sandio Muñoz, Suances, Arias, Menzel, Boza, Maulero, Sanfelíu, Barreda, Meléndez, etc También hemos visto otros retratos del padre fray Antonio García D. Vigar, doctor Codina y señora, Dionisio Pérez, generala La Torre, señoritas de Olavide, Robles, etc”.

Mª Teresa a la izquierda, junto a su cuñada, en Barcelona

En la revista Cosmópolis de mayo de 1930 apareció un reportaje sobre Teresa en la que el escritor, periodista y político Dionisio Pérez Gutiérrez, escribía: “Modestamente, laboriosamente, se va formando con una técnica personal esta singular artista María Teresa Jiménez de Blas. Ya pueblan su estudio numerosos retratos de muchachas y de niños en los que el temperamento de la artista se define con singular originalidad y amor. María Teresa resucita un arte que dio fama al gran dibujante catalán Ramón Casas. No ha habido, sin duda, sugestión de ninguna clase en esta renovación de un arte delicioso. María Teresa comenzó el aprendizaje de su técnica firme y singular, más que en clases de dibujos, en el Museo del Prado, copiando al óleo cuadros de Goya, de Alonso Cano y de Ribera. Aprendió a dibujar, en realidad, con el pincel más que con la barra de carboncillo. Hay, sin duda, un dominio del dibujo cuando se adiestra la mano reproduciendo la luz imprecisa de los contornos vagos, que finge la sombra, reproducida por el óleo. Bien pronto María Teresa utilizó este perfeccionamiento de la técnica dibujando con el lápiz con la misma suavidad, con el mismo matizamiento, con el mismo vigor de contrastes con que lo hacía Ramón Casas. Y cito reiteradamente este nombre porque ningún otro llegó en nuestro arte moderno a lograr los efectos que alcanzara con el lápiz el admirable dibujante catalán.En este arte de María Teresa revelóse una verdadera vocación por el retrato, y singularmente por los retratos de niños y de muchachas jóvenes. En esta singular predilección llega ya María Teresa a un perfeccionamiento sorprendente. Fingir la vida con la paleta plena de colores, pudiendo reproducir en toda su integridad la luz que marca los planos y matizar los volúmenes y graduar los deliciosos juegos de la sombra, si es cosa bien difícil, es hacedera para muchos; pero lograr estos efectos con el único tono de blanco y negro de que puede disponer el lápiz, revelar un alma con el trazado de las líneas que componen un rostro, fingir con un trazo en unos ojos la pasión o la serenidad, la gracia alegre o la melancolía, es una dificultad casi insuperable. No se necesita conocer a los modelos que María Teresa va reproduciendo para entender espiritualmente, ideológicamente, a las retratadas. Pocas veces en este arte moderno del dibujo se atiende con mayor acierto a la expresión interior, al estado de alma de los modelos. Hay (cuantos se dedican al arte de reproducir la figura humana lo saben) una dificultad enorme para pintar o dibujar mujeres jóvenes y niños, llegando a determinar la personalidad de cada una de las figuras reproducidas. En los rostros de los niños apenas hay detalles fisiognómicos que los distingan unos de otros; acontece cosa semejante con los rostros de las mujeres jóvenes. Esta dificultad la vence María Teresa con una técnica sencilla e ingenua; es arte más de sentimiento, de expresión del artista, que arte de precisiones del dibujo; es un arte de colocación, de descendimiento de la luz, de utilización hábil y sagaz de todos los elementos para lograr una expresión definitiva y una revelación de alma.  Allá en un apartado estudio del solitario barrio de Madrid Moderno, esta artista novel trabaja afanosamente y depura su arte en un progreso diario. Seguramente algún día se revelará al gran público en una Exposición de muchachas lindas y niños graciosos. Vale la pena preparar la consagración de esta artista, que trae al entristecido y preocupado arte moderno esta alegría sana de los niños que ríen y de las muchachas guapas que miran ya con ojos llenos de pasión o turbados de ensimismamiento”.

Retrato de Homín Arias en la revista Cosmópolis

En 1931 Ángel Ferrant, Socio Fundador de la Asociación Española de Pintores y Escultores, firma un artículo en El Heraldo de Madrid en el que escribe: “Mano de mujer. Una mano de mujer que expone, igualmente—hay tres Exposiciones ahora—, en uno de los salones de los Amigos del Arte». Mano minuciosa que quiere para su arte una pulcritud de buena labor, como si se tratase de buenos bordados de monjas o de esa maquinita Kodak con la señorita del traje a rayas y todo. Nosotros no conocemos a los retratados por María Teresa Jiménez de Blas. Si los conociésemos diríamos, sinceramente, algo sobre el hallazgo de los parecidos, pero así sólo podemos decir algo acerca de la técnica. Técnica de labor presentada después de bien lavadita y con el planchado hecho de brillo. Hemos visto por ahí, por constantes Exposiciones, muchos retratos como estos, que pudieran ser de la retratista en cuestión. En papeles sin una arruga, con un cristal preservador y con ese tono sepia de lo que se pretende hacer agradable se exhiben las obras. Rostros y más rostros en los que los rasgos trazados con un ritmo muy aprendido suelen tener todos ellos—y los de todos—un carácter igual. Sin embargo, es de ver y de considerar lo que María Teresa Jiménez de Blas ha trabajado. Presenta muchísimos dibujos y en la cantidad se aprecia una voluntad pegada a la obra, a hacer una determinada jornada de labor. Cueste lo que cueste. Aunque se apliquen las palabras que el Dios de las alturas dijo al hombre. Entonces al hombre y no precisamente a la mujer. «Ganarás el sustento con el sudor de tu frente».

La Unión Ilustrada  del 22 de febrero de 1931 reproduce un dibujo de la artista, añadiendo que “en este cuadro María Teresa Jiménez de Blas, titulado «Candor», es eso, el candor del modelo, lo que resalta en primer término. Por eso es tan difícil pintar a los niños. Porque hay en sus caritas ingenuas una expresión deliciosamente candorosa, que no está al alcance de todos los pinceles”.

La Unión Ilustrada

En 1932 se publica el apéndice del Diccionario ESPASA, que incluye un artículo biográfico firmado por Dionisio Pérez Gutiérrez, al que acompañan la reproducción de seis de sus dibujos.

Dos años más tarde, en 1934, el diario monárquico La Nación, reseña el acto de la bendición de la bandera de la Juventud Católica Femenina de la Parroquia de Covadonga de Madrid, en el que destaca que era una “verdadera obra de arte, debida, la parte de pintura, a la señorita Teresa Jiménez de Blas, y el bordado y confección a la presidenta de dicha Juventud, señorita Pilar Castro”.

En los primeros meses de la guerra civil y debido a su orientación católica, Teresa estuvo escondida en casa de Jacobo Boza Montoto y de su prima Carmen de Blas Hernández, ya que era de la CEDA, y persona muy activa. Después pudo trasladarse a Valencia, donde pasó parte de la guerra con la familia Robles Piquer, llegando más tarde a San Sebastián, a casa de su hermana Carmen. Al finalizar la guerra volvió a casa, al hotelito de la calle de Londres.

Hasta que perdió mucha vista y habilidad con las manos, María Teresa siguió pintando temas religiosos y retratos de encargo, sobre todo dibujos de niños, viviendo gracias a la pensión militar que cobraba desde 1938, vacante por fallecimiento de su madre, que ascendía a 1.250 pesetas anuales, y a los múltiples encargos profesionales que atendía, como los ángeles que realizara para la Iglesia de Covadonga de la madrileña Plaza de Manuel Becerra.

Falleció el 23 de enero de 1960, en la residencia de los dominicos de la calle Claudio Coello, 141.

Teresa Jiménez de Blas y la AEPE

* Al X Salón de Otoño de 1930 se presentó en la sección de “Grabado y Dibujo”, inscribiéndose como Jiménez de Blas (Doña Teresa), natural de Ávila. Vive en Madrid, Londres, 18 (Madrid Moderno). Concurrió con dos obras:

323.- “Retrato de A.J. (su  hermano Antonio Jiménez)”

324.- “Retrato de Teresita Meléndez”

Retrato de A.J. (su hermano Antonio Jiménez) presentado al X Salón de Otoño de la AEPE

Retrato de Teresita Boza en la revista Cosmópolis

Webgrafía y bibliografía

Archivos de la familia proporcionados por su sobrina nieta Susana Mazzarino Jimenez

http://wm1640482.web-maker.es/Mujeres-pintoras/Teresa-Jimenez-de-Blas/

https://es.calameo.com/read/001179791ef0c868eef6e

https://www.boe.es/datos/pdfs/BOE//1949/287/A04366-04367.pdf

http://bibliotecadigital.jcyl.es/bdter/i18n/catalogo_imagenes/grupo.cmd?path=10064837

http://fernandoalcolea.es/Pintoras-extranjeras-en-Espanya/Ines-Camprub/

La Época 8/3/1930

Heraldo de Madrid 3/1/1931

ABC 21/12/1930

La Libertad 18/12/1930

El Imparcial 19/12/1930

Ahora 20/12/1930

La Libertad 20/12/1930, 11/6/1930, 18/12/1930, 7/1/1931

El Heraldo de Madrid 3/1/1931

La Voz 2/1/1931

El Liberal 7/1/1931

La Unión ilustrada 22/2/1931

La Nación 23/4/1934

La Correspondencia de Valencia 26/5/1906

Cosmópolis, Mayo 1930

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Carmen Nonell Masjuan

Por Mª Dolores Barreda Pérez

LAS PRIMERAS ARTISTAS DE LA

ASOCIACION ESPAÑOLA DE PINTORES Y ESCULTORES

Desde su fundación en 1910, y después de haber tratado en anteriores números a las Socias Fundadoras de la entidad, y las participantes en el primer Salón de Otoño, vamos a ir recuperando de la memoria colectiva, el nombre de las primeras socias que vinieron a formar parte de la Asociación de Pintores y Escultores.

Mª CARMEN NONELL MASJUAN

NONELL MASJUAN, Mª Carmen  P     1931    BARCELONA    MADRID  Calle Santiñáñez, 2, Madrid

Carmen Nonell Masjuan se inscribió en nuestra entidad como “Pintora”, en 1931. Socia de número nacida en Barcelona, vivía en Madrid, en la calle Santibáñez, 2.

Carmen fue escritora, periodista y pintora, nacida en Barcelona en  1920 que pertenecía a una familia culta que facilitó a sus hijas Carolina y Carmen, una sólida formación.

Las dos hermanas escribieron sobre la vida y la obra de su tío, el pintor Isidro Nonell Monturiol.

Carmen realizó su formación académica y artística en Madrid, donde estudió pintura siendo discípula de Cecilio Plá y de Julio Moisés, ambos artistas Socios Fundadores de la Asociación Española de Pintores y Escultores.

En Madrid realizó también exposiciones de su obra y concurrió a algunos certámenes.

Carmen Nonell Masjuan se inscribió en nuestra entidad como “Pintora”, en 1931

Sin embargo, Carmen era una artista llamada a todo tipo de artes, por lo que la carrera literaria tuvo finalmente más peso en su vida.

En 1948, el célebre compositor del impresionismo musical español Joaquín Turina, escribió un prólogo para uno de los libros de Carmen Nonell, en el que le dedicó unas palabras a su faceta artística: “… Carmen Nonell, barcelonesa en su nacimiento y madrileña en su vida, vino a este mundo decidida a crearse una reputación, un nombre, en las artes o en la literatura. Su primera ilusión fue la pintura. ¡Esos maravillosos cuadros del Prado, desde Fra Angélico al Tiziano, desde Murillo a Ribera, desde Velázquez a Goya! Sin embargo, a pesar de sus estudios con Cecilio Plá y con Julio Moisés, a pesar de sus adelantos en el dibujo y en el color, Carmen debió tener serios altercados con sus paisajes, con sus figuras, con toda su labor pictórica. No queremos nosotros penetrar en el recinto espiritual de los secretos. La reacción del alma es siempre misteriosa. Pero sí confirmamos el cambio de rumbo de Carmen Nonell hacia la región de las letras”….

Manuscrito de Joaquín Turina para el prólogo de uno de sus libros

Entre el 17 y el 31 de octubre de 1975, realizó una exposición de óleos en la Sala de Exposiciones del Palacio de Benacazón de Toledo que más tarde llevó al Aula “Espolón” de Burgos. Con este motivo, la reseña del periódico declaraba que “sabe dar con la pincelada decorativa. Para nuestro gusto, tiene mucho camino por delante hasta dar con la pincelada artística, pero esto es harina para otro costal. La artista siente un sentido primario de las cosas, lo que decimos con un sentido todo lo contrario a lo peyorativo, es decir casi de alabanza. Termina por hacer decorativos los lienzos. Al fin y al cabo, no es tan fácil, según el sentido al uso, lograr la idea partiendo de lo concreto, lo que sin duda consigue Carmen Nonell, al menos en los paisajes, mientras se va haciendo clara, muy clara, en las flores que presenta”.

Cartel de la exposición de 1975 de Toledo

Finalmente, Carmen Nonell inauguró una escuela de pintura que llevaba su nombre, teniendo como discípulos a artistas como Eduardo Santos Guada o Mayte Spínola, entre otros.

Distintos artículos de Carmen Nonell  de la revista Liceo, de 1961

Carmen Nonell, fue corresponsal del diario Pueblo en Berlín, y colaboró ​​también en ABC.

Publicó varias novelas en castellano, la obra Los cinco (1948) sobre los músicos del Grupo de los Cinco y una recopilación de poesía. Selección de sonetos de amor (1965). Entre sus novelas cabe destacar Caminos cruzados (1946), El cauce perdido (1946), Zoco Grande (1956), La vida empieza hoy (1966) y Los que se quedan (1967). También ha publicado obras de carácter infantil, como Los dos castillos (1944) y Gato y la estrella (1966). Es autora igualmente de estudios críticos sobre narrativa española y de libros de viaje y rutas turística, como La Rioja, Vascongadas y Navarra (1967), El Pirineo catalán (1969), El arte asturianense (1969), Teruel, ignorada maravilla (1969) y Guadalajara, nudo de la Alcarria (1971).

En algunas ocasiones firmó sus obras con los seudónimos: Bárbara Nagore y Menkar Onell.

Portada del libro que escribió junto a su hermana Carolina

Además, recibió numerosos galardones literarios como el Premio de Cuentos Boris Bureba de 1948, Accesít al Premio Café Gojón de 1952, En 1955 recibió el Premio Fémina, Premio Armengot de 1969…

Junto a su hermana publicó conjuntamente, las obras Cerámica y alfarería populares de España (1973) y Guía de El Pirineo Catalán (1976).

Portada de la revista La Hora XXV al servicio del médico

Carmen Nonell Masjuan y la AEPE

* En el XI Salón de Otoño de 1931 apareció inscrita como Nonell (Srta. María del Carmen), natural de Barcelona. Reside en Madrid, Santibáñez, 2, y presentó la obra con número 414, expuesta en la Sala 16. A pesar de ese número, en el catálogo observamos que es la obra:

363.- “Bodegón” (óleo)

«Bodegón», obra presentada al XI Salón de Otoño de 1931

* En el XII Salón de Otoño de 1932 figuró inscrita como Nonell (Srta. Carmen), natural de Barcelona. Reside en Madrid, calle Recoletos, 4. Presentó tres obras con los números 50, 224 y 225, que se exhibieron en la Sala VI y en la Sala XVI.

50.- “Retrato de D. G. Moro” (óleo), 0,68 x 0,58

224.- “Jardín” (óleo) 0,76 x 0,62

225.-“Retrato de mi hermana” (óleo) 1,00 x 0,87

* En 1934 se presentó al XIII Salón de Otoño, inscrita como Nonell (Srta. Carmen), natural de Barcelona. Reside en Madrid, calle Recoletos, 4. Presentó las obras con número 192, Sala X y 304, Sala XIV.

192.- “Retrato” (óleo), calificada por la prensa de la época como un “excelente tipo de pintura” y como “admirables condiciones de retratista”

304.- “Retrato” (óleo).

Autógrafo de Carmen Nonell

Paisaje urbano

Webgrafía y Bibliografía

http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=nonell-masjuan-carmen

«Nonell Masjuan, Carmen (1913-VVVV). » MCNBiografias.com». www.mcnbiografias.com. Consultado el 19 de diciembre de 2019.

«Carme Nonell i Masjuan». enciclopèdia.cat (en catalán). Consultado el 24 de marzo de 2019.«prensa». ediciones dyskolo. Consultado el 20 de diciembre de 2019.

«Nonell Masjuan, Carmen (1915-)». datos.bne.es. Consultado el 19 de diciembre de 2019.

https://eduardosantosguada.es › el-estudio-de-un-pintor

https://www.lagunacuida.org › landing › subasta-benefica2

La Libertad 3/1/1934

Diario de Burgos 3/12/1975

Biblioteca Digital Fundación Juan March. Legado Joaquín Turina

ABC 30-11-1967

Archivo Histórico “Bernardino de Pantorba” de la Asociación Española de Pintores y Escultores

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Mª del Carmen Maura Herrera

Por Mª Dolores Barreda Pérez

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LAS PRIMERAS ARTISTAS DE LA

ASOCIACION ESPAÑOLA DE PINTORES Y ESCULTORES

Desde su fundación en 1910, y después de haber tratado en anteriores números a las Socias Fundadoras de la entidad, y las participantes en el primer Salón de Otoño, vamos a ir recuperando de la memoria colectiva, el nombre de las primeras socias que vinieron a formar parte de la Asociación de Pintores y Escultores.

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Mª DEL CARMEN MAURA HERRERA,

DUQUESA DE MEDINA SIDONIA, MARQUESA DE VILLAFRANCA DEL BIERZO, MARQUESA DE LOS VELEZ Y CONDESA DE NIEBLA

 

CARMEN MAURA HERRERA     (MAURA DE MEDINA SIDONIA, Mª Carmen)      P    1934     MADRID     BIARRIZ/MADRID

 

Poetisa, pintora y enfermera

Mª del Carmen Maura Herrera nació en Madrid, el 16 de febrero de 1905, contradiciendo los datos que acerca de su biografía aparecen en distintos medios que sitúan su nacimiento en Cuba, en 1906, y según nos confirma Liliane Mª Dahlmann Directora de la Fundación Casa Medina Sidonia.

Era la segunda hija del historiador Gabriel Maura Gamazo, Duque de Maura (nieta del político que fuera Presidente del Gobierno entre 1903 y 1922, Antonio Maura y Montaner) y de Julia Herrera y Herrera, Condesa de la Montera, cubana de nacimiento y de ascendencia cántabra.

Carmen Maura cuando contaba con 6 años de edad, junto a sus hermanos y a su madre

 

La familia tuvo además otros cinco hijos, Gabriela, Julia, María Victoria, Ramón y Martirio, educados todos en el ambiente artístico y cultural de principios de siglo y dentro de una familia de la alta sociedad que frecuentaba este tipo de círculos.

Carmen Maura cuando contaba 18 años

 

A finales de los años 20, en un baile celebrado en el Palacio de la Magdalena de Santander, residencia veraniega de los reyes, conoció a Joaquín Álvarez de Toledo Caro, XX Duque de Medina Sidonia, quien había estudiado la carrera de derecho y había pasado toda su juventud en Francia.

A caballo, junto a su hermano Ramón

 

María del Carmen Maura se casó en Biarritz, el 12 de octubre de 1931, en la Iglesia de Saint Eugenié, con Joaquín Álvarez de Toledo y Caro, XX duque de Medina Sidonia, Marqués de Villafranca y de los Vélez, (que portaba uniforme de la Real Maestranza de Valencia) instalándose el matrimonio en el Palacio de los Guzmán, de la Casa Ducal de Medina Sidonia, en Sanlúcar de Barrameda, al que engrandecieron con sus cuidados y dedicación, alternando sus viajes a la residencia de Madrid, en la calle Miguel Ángel, 9.

El día de su boda con Joaquín Álvarez de Toledo y Caro

Junto a su padre antes de entrar a la ceremonia

 

Durante la ceremonia celebrada en la Iglesia de Saint Eugenié, en Biarritz

 

En las elecciones de 1933 Joaquín se presentó como candidato de la derecha por Madrid, actividad política que compartió con su esposa Mª del Carmen, y que los llevaron a posicionarse en posturas de derecha extrema, que contrastan con el comunismo militante de su prima Constancia de la Mora Maura.

Carmen las ejerció además en escritos contra su tío Miguel Maura, al adherirse al Pacto de San Sebastián y estar preso en la Cárcel Modelo por ser promotor del advenimiento de la Segunda República.

Visitó Alemania en 1932 ya que consideraba que el régimen hitleriano buscaba la unión entre las distintas clases sociales, para evitar envidias entre ellas, a través de su hermanamiento, fuente de ayuda y colaboración entre todas ellas. Este hermanamiento se debía basar, según ella, en el cristianismo como “único modelo”.

Expuso sus impresiones en sus colaboraciones en la revista Ellas, Semanario de Mujeres Españolas, dirigida por José María Pemán, entre 1933 y 1934. Además, a partir de 1933 publicó monografías, conservándose inéditos autobiográficos en el archivo de la casa ducal de Medina Sidonia.

Junto a un grupo de artistas

 

Por distintos medios de la época, conocemos que en 1933 protagonizó un suceso muy ligado a la crispación política que se vivía en España, pues si bien en el diario ABC encontramos que fue detenida por la policía, el diario La Libertad la califica de “Dama subversiva”: Ha sido multada con 500 pesestas por dar gritos subversivos en el Pº de Coches del Retiro y llevar un emblema de la antigua bandera española”.

Carmen Maura y Herrera ocupaba un puesto destacado en la alta sociedad madrileña

 

En declaraciones posteriores al ABC la propia Carmen relata que no fue tal, sino que ella contestó con un “¡Viva el Rey! a un grito de ¡Abajo la Monarquía! que un sujeto dio, actuando entonces el guarda jurado número 105, al que ella facilitó su nombre y señas, para que pudiera formalizar la denuncia, e impidiéndole continuar su paseo, oponiéndose violentamente el guarda, que la hirió en la muñeca como así se comprobó en la Comisaría del Congreso, donde llegó la duquesa con el brazo sangrando. Termina sus declaraciones añadiendo que no ha pagado la multa ni piensa hacerlo.

Otra versión la encontramos en el diario La Libertad, en donde explica que “Jesús Calvo Varela, de 21 años y Manuel del Molina Bartolomé, de 17 años, han denunciado a Mª del Carmen Maura y Herrera por dar gritos contrarios al régimen y ostentar emblemas monárquicos”. Se dice que la señora es detenida y llevada a la Dirección de Seguridad, donde pagó las 500 pesetas que le impuso de multa el director Andrés Casaus, siendo puesta en libertad.

Junto a su marido, Joaquín Álvarez de Toledo y Caro

 

En 1933 prolifera su literatura en obras de teatro, comedias y dramas y otro tipo de escritos que publica a partir de entonces.

En 1934 participó en el Salón de Otoño de Madrid y en el de París.

Retrato de Maria del Carmen Maura y Herrera XX Duquesa de Medina Sidonia en 1921

 

En 1936, con el advenimiento de la República, toda la familia Maura se autoexilió a Portugal, desde donde los varones fueron pasando a España para incorporarse al ejército nacional.

Vida social en Estoril

 

El 21 de agosto de 1936, en Villa Marqués de Pinto de Estoril, nacía su única hija, Luisa Isabel Álvarez de Toledo y Maura, conocida popularmente como la Duquesa Roja, cuyo parto fue difícil y acarreó gran enfermedad a Mª del Carmen.

Por esto motivo, su esposo Joaquín no cruzará la frontera a España hasta el otoño de 1936, acudiendo directamente a Sanlúcar de Barrameda, en donde el Palacio había sido convertido en cuartel general de la Falange, y que consiguió liberar en parte para hacerlo de nuevo su residencia.

Con su hija de pocos meses, en Estoril

Junto a su hija Luisa Isabel Álvarez de Toledo y Maura

 

En 1937 y una vez repuesta de las secuelas del parto, Mª Carmen se traslada a Sevilla, alcanzando el grado de teniente como enfermera militar, demostrando tener una sensibilidad especial para sentir el dolor ajeno, que le dolía como propio.

Sensibilidad que se vislumbra en sus memorias manuscritas e inéditas y que está presente en su pintura y en sus obras de teatro.

La familia exiliada en Estoril

Su hija Isabel a los 6 años pintada por la artista

 

Otro retrato de su hija cuando contaba con 9 años

 

De vuelta a su casa de Sanlúcar, y una vez finalizada la Guerra Civil Española, Mª del Carmen creó un dispensario en el propio Palacio en el que atender a los necesitados, valiéndose de sus conocimientos médicos aprendidos como enfermera de Sanidad Militar, labor que le valió que en su honor le erigieran un monumento en un parque público de dicha localidad gaditana.

Un trabajo social ingente y desconocido que lo mismo daba cobijo a perseguidos que abordaba prácticas médicas a desahuciados, consiguiendo resultados sorprendentes.

Dispensario en el Palacio de Medina Sidonia

 

Durante los años de la contienda, el personal sanitario lograba unos conocimientos que les cualificaban como médicos, con una intensa práctica en hospitales y campañas que volcó luego en su propio dispensario, improvisando un consultorio que le ocupaba interminables mañanas de su tiempo.

Una labor altruista que compartió con su marido y que permitió que repartieran una comida diaria en el Palacio a los más necesitados en unos años “del hambre” muy complicados para la toda la población de posguerra.

Carmen Maura en los últimos años de su vida, durante una excursión

 

Denunciada por los médicos que veían en ella una seria competencia al haber logrado curaciones irracionales y fuera de toda duda, obligaron a Mª del Carmen a comparecer ante la Academia, redactando entonces una tesis que fue un resumen de los tratamientos y resultados, entonces verificables y que se imprimió en 1946, no logrando leerla por su prematura muerte, que le llegó en San Sebastián, el 20 de septiembre de ese mismo año, debido a un cáncer.

Tesis para la obtención del título de Doctor en Medicina

La artista en San Lucar de Barrameda

 

Conocedora de su fatal desenlace, vivió la enfermedad con gran entereza y resignación cristiana y dejó testamento ológrafo en el que pedía a su madre que mantuviera abierto el dispensario en el que tratar a sus enfermos, y leche a todos los niños. Escribió además una poesía para que se utilizara en el recordatorio de su defunción.

Poesía recordatorio de su defunción que escribió la propia artista

 

Fue enterrada en el Convento de Religiosas Franciscanas de la Anunciada, en Villafranca del Bierzo, León.

Pintora de paisajes y retratos al óleo y al pastel, expuso en París con éxito,  en Alemania, Portugal y en España durante el periodo republicano.

Hay obra suya en el Museo de Figuera de Foz de Coimbra, que donó en 1940.

Abordó la pintura de parte del retablo de la Iglesia de Niebla, en Huelva, que pintó en el Palacio de Sanlúcar, en donde se conserva, y que no pudo finalizar por su prematura muerte.

Partes del Retablo que pintó para la Iglesia de Niebla, Huelva

 

Su faceta literaria

En 1933 Nueva Editorial, de San Sebastián, publicó su novela “Las vidas sin Dios” y conjunto de poemas, ilustrados con dibujos a lápiz de la autora, titulado  “Romances”.  En 1937 vio la luz en Lisboa “Las Novias del Marino (versos de guerra y amores)”, pero para entonces, y desde 1926,  ya había escrito 10 obras de teatro, comedias que redactó en tan sólo tres meses sin borrador y directamente a máquina: “Nubes de verano” (para la compañía de María Guerrero), “La cita” (para la compañía de la Bárcena y Martínez Sierra), “Almudena” (para la compañía Díaz  Artígas), “La tragedia de Gilberto” (para la compañía de Alba Bonafé), “Plebiscito Celestial” (para el Teatro Cómico), “Los Ambiciosos” para el Lara, “Eva y Adán” Zarzuela para el Apolo, “Cuando dos que bien se quieren” para el Infanta Isabel, “Los últimos ganchos” para la compañía Díaz Artígas en el Reina Victoria y “La eterna historia” en verso para Fontalba y Margarita Xirgú.

Escribió además otras obras que se publicaron entre 1933 y 1960, como “Delitos de Omisión”, “Apuntes tomados al Natural”, “Han pasado los árabes”, “Recuerdos de infancia”, “Spring Valt”, “Recuerdos, sin importancia, de un viaje efectuado a Alemania”, “En las Minas de Río Tinto”, “Las vidas sin Dios”, “Resumen de mi actuación médica durante catorce años de mi vida”, Málaga, Imprenta Dardo, enero de 1946; “Colores” (Poemas), Biblioteca Nueva, 1960.

 

Mª del Carmen Maura Herrera y la AEPE

* XIII Salón de Otoño de 1933

Inscrita como Dª María del Carmen Maura de Medina Sidonia, natural de Madrid. Reside en Biarritz. Sala XIV.

294 “Recelo” (retrato pintado en Alemania) (pastel)

296 “Retrato de niño español” (pastel)

* Exposición de Bellas Artes de 1935 (correspondiente al 14 Salón de Otoño), inscrita como Dª. María del Carmen Maura de Medina Sidonia.

74 “Mi primo José Manuel Martínez M. y Pedraja” (pastel), 1,35 x 1,26

 

 

 

Bibliografía y webgrafía

Documentación aportada por la Fundación Casa de Medina Sidonia

ABC 21/07/1931, 7/4/1933, 8/4/1933, 24/9/1946, 30/10/1946, 13/12/1955

El Debate 26 mayo 1923

La Libertad 7/4/1933

https://fcmedinasidonia.com/isabel_alvarez_toledo/fcmedinasidonia/4archivo/14archivo8/8archivo.htm

Gran Mundo y Sport: arte, literatura, salones, Madrid 1906/07

 

Dolores Gómez Gil

Por Mª Dolores Barreda Pérez

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LAS PRIMERAS ARTISTAS DE LA

ASOCIACION ESPAÑOLA DE PINTORES Y ESCULTORES

Desde su fundación en 1910, y después de haber tratado en anteriores números a las Socias Fundadoras de la entidad, y las participantes en el primer Salón de Otoño, vamos a ir recuperando de la memoria colectiva, el nombre de las primeras socias que vinieron a formar parte de la Asociación de Pintores y Escultores.

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DOLORES GOMEZ GIL

 

GOMEZ GIL, Dolores (Lola)           P  < 1948                  1895 MALAGA              MADRID

 

Mª Dolores Gómez Gil, a quien todos conocían como Lola, nació en 1895 en Málaga.

Era hija del pintor costumbrista especializado en marinas, Guillermo Gómez Gil (Málaga 1862-Cádiz 1942), que participó en distintas ocasiones en las Exposiciones Nacionales y contaba con notables éxitos de venta con sus marinas, si bien también llevó a cabo una gran labor de magisterio, como profesor de Perspectiva y Paisaje en la Escuela de Artes Industriales y de Industria de Sevilla.

En ese ambiente artístico es donde Dolores Gómez Gil aprende a amar la pintura y combina así su otra gran pasión que comparte con su padre: el mar.

Guillermo Gómez Gil, padre de la artista

 

Siguiendo los pasos de la familia, vivió en Madrid y Sevilla, simultaneando los viajes a Cádiz, donde se impregna de la esencia del mar y del gusto por esta temática que tan bien dominó su padre.

La técnica que aprendió para pintar sus marinas es la misma utilizada por su progenitor, basada en los colores rojo, naranja y sombra tostada, si bien no llegó a emular la facilidad de un marinista “que pintaba paisajes terrestres con árboles que no existían”, como apuntaban de su padre.

Discípula de su maestro, en todo continuó sus pasos, puesto que también fue profesora de pintura.

La coincidencia de apellidos y similitud de las firmas de padre e hija ocasionaron que algunos eruditos los tomaran por hermanos, propiciando además que algunos anticuarios sin escrúpulos, trucaran a veces la inicial de Lola por la de Guillermo.

En 1943 realizó una exposición de marinas en el Salón Cano, que mereció la consideración de la prensa.

Lola Gómez Gil

 

En el diario ABC del 20 de Octubre de 1943,  se habla así de la Exposición de Lola Gómez Gil: “Se ha inaugurado la Exposición de marinas de la notable pintora malagueña Lola Gómez Gil. El acto estuvo presidido por el Director General de Bellas Artes, Marqués de Lozoya. Lola Gómez Gil, hija del ilustre pintor del mismo apellido, recientemente fallecido, presenta una bella colección de marinas en donde se aprecia la influencia de la escuela de su padre y maestro. Esto da a su obra un singular interés, que motivó la más calurosa admiración de toda la selecta concurrencia que asistió al acto inaugural. La artista recibió muchas felicitaciones”.

Tormenta

 

Por su parte, La Hoja Oficial del lunes del día 25 del mismo mes recogió el hecho con estas palabras: Arte. Exposición L. Gómez Gil: “La firma Gómez Gil es bien conocida de los aficionados a la pintura. Pero esta vez, ante ella, figura una inicial que indica no se trata del marinista andaluz, porque quien ahora expone es Lola Gómez Gil, hija del pintor de ese apellido.

Hace su exposición esta pintora en el Salón Cano y reúne allí 18 cuadros, conjunto de marinas que pregonan una herencia de gusto por las cosas del mar, al mismo tiempo que dicen de clara manera que también ha sido heredado el procedimiento y la técnica, como corresponde a un buen discípulo. Porque Lola Gómez Gil es, indudablemente, una buena discípula de su padre.

Los mismos momentos de luz; parecidos lugares son los que evoca con su pincel esta expositora, que lo hace aún –si es posible- de una manera más delicada que lo hizo, en su tiempo, su maestro, porque no en vano se trata de una mujer que lleva su sensibilidad y su percepción al arte con blanduras y suavidades, propias e inherentes al temperamento femenino.  La sencillez podría ser la característica de esta artista. Y esto, claro es, induce, en una exposición de varios cuadros, a una cierta monotonía que desaparece en cuanto éstos se los enfoca aisladamente; pues, aparte de su simplicidad expresiva, tienen, indudablemente, la representación de un tierno estado espiritual de su autora frente a la naturaleza”.

Fue asidua concurrente a certámenes y exposiciones nacionales, cuyas reseñas encontramos en la prensa, como la del ABC del 20 de julio de 1945, que señala …“Mar de invierno”, de Dolores Gómez Gil, reitera la excelente personalidad de esta marinista”… o la del ABC del 18 de noviembre de 1950, en la que se da cuenta de las medallas del XXIV Salón de Otoño, consiguiendo Dolores Gómez Gil una Primera Medalla en la sección de Pintura, modalidad de Paisaje.

En la segunda quincena de agosto de 1945 realizó una exposición de marinas en la Sala Hernández de San Sebastián, organizada por el Salón Cano de Madrid, en la que la artista presentó una veintena de obras.

 

Para el XX Salón de Otoño del año 1946, la crítica ya la consideró como una “excelente marinista”, como figura en el artículo que con motivo de la inauguración, firma Rafael Narbona.

En enero de 1948 realizó una muestra en la Sala Cano de Madrid, que recogió la prensa, en una breve nota firmada por Sánchez-Camargo, de esta manera: “Lola Gómez Gil ha expuesto una colección de “marinas”. Conocida la obra de su padre, la hija sigue la misma ruta decorativista y sin otro propósito que recordar a los aficionados cómo es el mar”.

Rocas

 

Su participación en el Salón de Otoño de 1950 quedó reflejada en un artículo titulado “El XXIV Salón de Otoño y sus razones”, firmado por Manuel Prados López, en el que se lee: “dos bellas marinas de Lola Gómez Gil, cada día más consciente de sus excepcionales posibilidades para la difícil interpretación de las aguas y su renovada hermosura”…

Y acerca de su concurrencia a la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1950, también el crítico Manuel Prados López, comenta: “El mar o la mar ha encontrado, como siempre, en Lola Gómez Gil una intérprete apasionada, conocedora de todos los secretos de las aguas”.

Tras una intensa participación en certámenes y exposiciones, que irán espaciándose con los años, Lola Gómez Gil falleció en Madrid, el 11 de febrero de 1966. El obituario indica que contaba 73 años de edad, que se educó en el taller de su padre y se distinguió como excelente marinista.

Paisaje

Lola Gómez Gil y la AEPE

Participó en un total de 16 Salones de Otoño, en los que apareció inscrita como Lola Gómez Gil. Tan sólo en uno de ellos figuró como Dolores y en otro como Lolita.

Al XVII Salón de Otoño de 1943 presentó dos obras que estuvieron expuestas en la Sala III: 35. “Levante en Cádiz” (óleo) y 39. “Bajamar” (óleo)

Al XVIII Salón de Otoño de 1944 presentó el óleo titulado “Tempestad”, inscrito como el número 2.

Al XIX Salón de Otoño de 1946 llevó las obras: 4. “Marea viva en San Sebastián” (óleo) y 99. “Playa de Santurce” (óleo)

Al XX Salón de Otoño de 1946 presentó la obra inscrita con el número 67, titulada “Marina” (óleo)

Al XXI Salón de Otoño de 1947 concurrió con la obra 3. “Desde Mundaca” (óleo)

Al XXII Salón de Otoño de 1948 llevó la obra 169. “Aguas de Cádiz”

En el XXIII Salón de Otoño de 1949 encontramos la obra 75. “Oleaje”

Al XXIV Salón de Otoño de 1950 presentó las obras:  19. “Frente a Noja” (óleo) y 23. “Playa de Sopelana” (óleo). En el catálogo de la exposición figuró expresamente como “Tercera Medalla 1948, Segunda Medalla 1949 y Premio Duque de Alba 1949. Socio de Mérito S.O.”

En el XXV Salón de Otoño de 1952 encontramos dos obras: 154. “Otoño” (marina), óleo y 158. “Marina” (óleo)

Al XXVI Salón de Otoño de 1954 presentó una única obra titulada 80. “Playa del Norte” (óleo)

En el XXVII Salón de Otoño de 1955 encontramos la obra 81. “Marina” (óleo)

Al XXVIII Salón de Otoño de 1957 concurrió con 77. “Playa de Algorta”

El XXIX Salón de Otoño de 1957 llevó las obras: 116. “Bajamar en Rota” (óleo) y 120. “Tormenta” (óleo)

En el XXX Salón de Otoño de 1959 encontramos 63. “Marina”

Al XXXIII Salón de Otoño de 1962 llevó la obra 168. “Marina” (óleo)

Al XXXIV Salón de Otoño de 1963 presentó dos obras: 135. “Marina” (óleo)y 139. “Marina” (óleo)

Naufragio

Marina

Marina rosada

Marina nocturna

Marina con luna

Marina al amanecer

Costa

Barcas

Barca

Bahía de Cádiz

Desde la Bahía de Cádiz

Autógrafos de Lola Gómez Gil

Al amanecer

 

Bibliografía y webgrafía

Instituciones artísticas del franquismo: Las exposiciones nacionales de Bellas Artes (1941-1968), de Lola Caparrós Masegosa.

Bibliografía Artística del franquismo: Publicaciones periódicas, 1936 – 1948, de Ana Isabel Álvarez Casado.

BARBERAN, Cecilio. Arte y Artistas. Tres Exposiciones de pintura. N~ 11.750, 24 Octubre 1943,

BARBERAN, Cecilio. Arte. Artistas. El XVIII Salón de Otoño. Nuestra pintura de paisaie. 1 Diciembre 1944

PARADAS, Eduardo. Arte y Artistas. La Exposición de Pinturas. N0 12.862, 1 Noviembre 1944, ABC 20/10/1943, 20/07/1945, 18/11/1950, 12/2/1966

Fotos (San Sebastián). 9/10/1943, 19/11/1944, 4/12/1954,

El País 14/6/1979, 9/6/1987, 11/6/1987, 17/6/1987,

Expansión de la actualidad económica diaria 5/6/1987

Hoja Oficial del lunes, 25/10/1943, 19/01/1948, 15/11/1948, 4/6/1979, 11/6/1979, 18/6/1979, 6/6/1983, 13/6/1983, 20/6/1983, 26/12/1983, 2/1/1984, 18/6/1984, 25/6/1984

Revista nacional de educación, Nº 66, Nº97, Nº 99

Archivo Histórico “Bernardino de Pantorba” de la Asociación Española de Pintores y Escultores

www.gacetadebellasartes.es

www.salondeotoño.es

 

Las Medallas de la AEPE: Antonio Casero Sanz

Por Mª Dolores Barreda Pérez

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Después de ver cómo y cuándo nació la Medalla de la Asociación de Pintores y Escultores, vamos a seguir conociendo más acerca de los galardones en los que se otorga actualmente, con sus correspondientes denominaciones.

ANTONIO CASERO SANZ

Medalla de Pintura del Certamen de San Isidro de Tema Madrileño

 

El Certamen de Artes Plásticas “San Isidro” de tema madrileño es una convocatoria tradicional en la Asociación, ya que cuenta con 56 ediciones realizadas, y coincide con las fiestas patronales de la ciudad de Madrid.

Nació en el año 1963, cuando la Asociación Nacional de Pintores y Escultores organizó en la Casa de la Panadería de la Plaza Mayor, una exposición sobre temas madrileños, con el patrocinio del Ayuntamiento de Madrid y cuya muestra quedó entre las fijas de la Asociación casi siempre en locales municipales aunque no en la misma ubicación.

Ha venido siendo denominada indistintamente como exposición de temas madrileños o de San Isidro, que es su nombre oficial, puesto que las fechas han sido siempre más o menos coincidentes con las populares fiestas de Madrid y el tema casi siempre obligatorio “Madrid en su sentido más amplio”, aunque en alguna ocasión solamente recomendado.

Habitualmente ha figurado en los programas de festejos de la ciudad, pero en varias convocatorias las fechas de exposición fueron posteriores e incluso en una ocasión anteriores a las fiestas.

En 1964 se celebró la exposición-concurso de temas madrileños, instalándose en el hermoso Patio de Cristales de la Casa de la Villa, donde se mostraron 31 obras, aunque el catálogo decía que era en los salones de la Casa de la Panadería, añadiendo: “Ningún lugar más apropiado para que los artistas de nuestra Asociación rindan culto a Madrid, la noble Ciudad de todos, donde se forjaron sus prestigios y donde se realizaron todos sus sueños”.

En 1965 se inauguró el día 3 de junio a las doce de la mañana, y contó con asistencia de Sus Altezas Reales los Príncipes Don Juan Carlos y Doña Sofía, permaneciendo abierta al público hasta el día 18, y exhibiendo un total de 39 obras.

En 1966 se inauguró la exposición en el Salón Real de la Casa de la Panadería de la Plaza Mayor de Madrid, presidiendo el acto de inauguración, el día 17 de junio a las cinco de la tarde, Sus Altezas Reales los Príncipes Don Juan Carlos y Doña Sofía, quien era Presidenta de Honor, acompañados de Manuel del Moral en representación del Alcalde, y los Delegados Municipales Antonio Aparisi, Ángel Novillo y Alfonso Maza, además de Ramón Falcón, por el Ministerio de Educación Nacional.

La exposición recogió 35 pinturas y 3 esculturas, naturalmente de temas madrileños, que era obligado en éste certamen aunque no tenía nombre propio todavía y se le llamaba simplemente Exposición de Pintura y Escultura.

Desde entonces, los temas exigidos son todos “del espíritu de Madrid, en su tipismo, en sus costumbres, en su alegría y en esa cordialidad proverbial de la capital de España… Con la gratitud que merece la gentileza de nuestro municipio, destacando en sus fiestas grandes, la otra fiesta grande del Arte, la Asociación entera aplaude está feliz ocasión de salir al público con los gratos temas de su perfil ciudadano”…

En 1974 se concedió por primera vez la Medalla Antonio Casero, en memoria de ese gran artista de temas madrileños fallecido por esas fechas, que recayó en Manuel López Herrera, y que permanece hasta nuestros días, en que además de ésta, se concede la Medalla de Escultura Luis Benedito Vives, el que fuera socio fundador, directivo de la AEPE y uno de los mejores escultores animalistas, cuyas obras pueden contemplarse en el Museo Nacional de Ciencias Naturales, así como en los mejores museos del mundo como el de Londres, Lisboa, Estocolmo…

En 2017 y gracias a la propuesta que realizara el Presidente de la AEPE, José Gabriel Astudillo, bajo el título de “La plenitud de los nombres”, se acordaba la reorganización de los premios y galardones que otorgaba la institución en los distintos certámenes y concursos habituales. En el caso del Certamen de San Isidro de Tema Madrileño, y como en el resto de las ocasiones con el ánimo de honrar la memoria de los fundadores de la AEPE, se mantuvo el premio: Medalla de Pintura Antonio Casero Sanz y se instituyó como nueva la Medalla de Escultura Luis Benedito Vives.

 

ANTONIO CASERO SANZ

 

CASERO SANZ, Antonio     P    1925    19.nov.1897    MADRID    MADRID    30.may.1973

 

Antonio Casero Sanz nació en Madrid el 19 de noviembre de 1897.

Hijo del ilustre poeta y dramaturgo Antonio Casero Barranco, escritor costumbrista que logró la fama a través de los sainetes, la mayoría de los cuales ilustró su hijo pintor.

Estudió bachillerato en San Antón, en la calle de la Farmacia.

Si bien comenzó su carrera de Derecho en la Universidad de la calle Ancha de San Bernardo, a los tres cursos la abandonó con el consiguiente disgusto de sus padres, porque según confesaba, “me di cuenta de que aquello no me entusiasmaba”.

Se dedicó entonces de lleno a estudiar en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, donde maduró su arte en los talleres de grabado.

Antonio heredó de su padre el gusto por el teatro y los toros, afición que desde muy pequeño cultivó con asiduas visitas a las corridas y las plazas, lo que influiría en su especial afición a realizar bocetos y pinturas de temas taurinos.

En Madrid acudía a la plaza vieja, donde su padre estaba abonado a la delantera del tendido 2, números 36 y 37, teniendo como vecinos de localidad a Benlliure, Luis de Tapia y Ricardo Marín… que recuerda que siempre acudía a la plaza provisto de un cuaderno de dibujo y lápices y a quien veía hacer sus apuntes taurinos con una maestría singular que quiso imitar. También acompañaba a su padre en sus paseos por Madrid,  llevando siempre su cuaderno de dibujo para captar los rincones y tipos castizos que veía en sus recorridos.

Con tan sólo 18 años, aprobó la oposición e ingresó en el Ayuntamiento de Madrid, siendo destinado en el Museo Municipal, donde pronto destacaron sus dibujos.

Autógrafos de Antonio Casero

 

Casado con Concepción Martínez Peláez, conocida por todos como Concha, que sería su musa, mujer y compañera, que no le abandonó nunca hasta su muerte, unos años antes de la del maestro, y cuya pérdida sólo supo cubrir gracias a la gran religiosidad de Antonio, pero con una tristeza infinitas que dieron a sus pinceles un matiz distinto y diferente.

Asiduo al palco de la corporación en la Plaza de Toros de las Ventas, cada corrida constituyó para él una oportunidad de dibujar y retratar el mundo taurino. Por ello, su obra está firmemente unida a la tauromaquia, llegando así a ser considerado como uno de sus más importantes referentes gráficos.

 

Realizaba sus obras con muy diversas técnicas, abarcando desde el óleo a la plumilla, acuarela, litografía, grabado…

Colaborador de distintas revistas, su actividad ilustradora creció y se asentó después de la guerra, realizando multitud de carteles para distintas ferias taurinas, sobre todo de Madrid, y para campañas publicitarias de compañías e institucionales, en los que el elemento visual principal lo constituía el mundo del toro.

Las crónicas visuales que hacía con sus dibujos de las corridas de toros, a lo largo de 42 años, las entregó puntualmente al diario ABC, pero también trabajó para el Blanco y Negro y otras publicaciones como el periódico El Heraldo de Madrid, en el que se inició.

Realizó distintas exposiciones de sus obras en salas y galerías de Madrid, sobre todo óleos de temática taurina marcados por el dinamismo de la escena y reflejando todo el colorido de las corridas. Además expuso en solitario en Caracas, Buenos aires, Barcelona… y en multitud de colectivas (anualmente con la agrupación Amigos de Velázquez).

Eran muy solicitados sus trabajos de grabados, aguafuertes, acuarelas, dibujos y lienzos, además de ilustraciones de libros, barajas, carteles de toros y abanicos, y para los años 60 ya había pintado miles de carteles taurinos.

Pero casi más que sus obras de toros, Antonio Casero dibujó los tipos populares del Madrid más castizo, que poco a poco desaparecía ante sus ojos: mocitas y galanes de bailes arnichescos y galdosianos, que bailaban chotis en merenderos y fondas con marco de cadenetas y farolillos. Mujeres con mantones y hombres con gorrillas, capa y pañuelo al cuello y noches de verbenas y romerías, cafés de piano y violín, procesiones, cafés cantantes, cupletistas, vendedores del Rastro, tipos pintorescos con toreros, picadores y manolas de mantilla y majos… y todo lo que, con su muerte, se llevó a la tumba de ese pedacito de Madrid perdido ya para siempre entre las brumas de la ilusión y la añoranza.

En 1957 el Ayuntamiento de Madrid concedió la Medalla de Plata de la Muy Noble, Leal y Heróica Villa del Dos de Mayo a Antonio Casero, como premio a su destacada y brillante labor de pintor y dibujante costumbrista de la capital de España.

En la crónica del ABC del 12 de marzo de 1957, José Baro Quesada aplaudía la distinción y dedicaba estas palabras: …”Casero era un hombre que ha tenido la valentía y buen gusto de ser un “tradicionalista” del arte… obra de sol, de toros y de mantillas, la suya. Obra de corazón, de nervio y de pasiones… Casero refleja una parte de la esencia de España”…

Autorretrato

 

Antonio Casero era un hombre jovial, sencillo, juvenil y en una expresión machadiana, un “hombre bueno” que solía pasear incansablemente. Madrugador, le gustaba coger los pinceles y pintar frenética pero inexorablemente.

En los últimos años de su vida visitaba diariamente la tumba de su esposa, a la que dedicó el libro de poemas “De Madrid al cielo”.

Sus dibujos taurinos tenían la belleza de la improvisación, el destello del arte recogido por la cámara impresionista de sus manos, de grafía agilísima, expresiva y sumamente eficaz.

Antonio Casero falleció en su domicilio de Madrid, de un infarto el 30 de mayo de 1973, a los 76 años.

Fue miembro de la Asociación Española de Pintores y Escultores y a lo largo de su trayectoria recibió diversas menciones honoríficas, como la del Salón de Otoño de Madrid.

El Ayuntamiento de Madrid colocó una placa en la calle San Bernardo, 95, en memoria del pintor costumbrista que vivió y murió en ese inmueble.

Antonio Casero y la AEPE

* En el V Salón de Otoño de 1924 se inscribió como natural de Madrid, donde reside, en la calle Carranza, 5, y presentó dos obras:

  1. “La bailaora”, 0,37 x 0,33
  2. “La capea de Becerril”, 0,33 x 0,43

* Al VI Salón de Otoño de 1925 presentó tres dibujos y dos apuntes:

  1. “Carnavalada”
  2. “El cafetín”
  3. “Rameras”
  4. “La castañera”, apunte
  5. “Golfemia”, apunte

*Al XI Salón de Otoño de 1931 presentó las siguientes obras que se exhibieron en la sala de la Unión de Dibujantes Españoles:

  1. “El quite”
  2. “Tres momentos de la fiesta”
  3. “La juerga”
  4. “La capea”

* Al XXVI Salón de Otoño de 1954 presentó una única obra,

  1. “La trilla” (óleo).

 

 

Bibliografía y webgrafía:

ABC

Blanco y Negro

CHAVARRI, R. The current Spanish painting. (Madrid, ediciones, S.A., European Ibero 1973).

https://ilustradoresehistorietistasespaol.blogspot.com/2012/08/antonio-casero.html

gustavosanmiguel.blogspot.com 30 de diciembre de 2012, 19:01

Archivo Histórico “Bernardino de Pantorba” de la Asociación Española de Pintores y Escultores

www.gacetadebellasartes.es

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Avelina Tomé Hidalgo

Por Mª Dolores Barreda Pérez

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LAS PRIMERAS ARTISTAS DE LA

ASOCIACION ESPAÑOLA DE PINTORES Y ESCULTORES

Desde su fundación en 1910, y después de haber tratado en anteriores números a las Socias Fundadoras de la entidad, y las participantes en el primer Salón de Otoño, vamos a ir recuperando de la memoria colectiva, el nombre de las primeras socias que vinieron a formar parte de la Asociación de Pintores y Escultores.

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TOME, Avelina   P   1950

 

Gracias a los constantes llamamientos que desde la Gaceta de Bellas Artes realizamos para que todos aquellos que tengan información acerca de nuestros socios, nos la hagan llegar y así entre todos, salvaguardar la memoria colectiva de los artistas en España, la familia de Avelina Tomé nos hizo llegar un ligero apunte acerca de esta pintora, que nos complace sobremanera poder ofrecer ampliado y recuperar de esta forma del olvido.

Avelina Tomé Hidalgo (1896 – 1974)

De familia humilde, Avelina Tomé Hidalgo nació en Toñanes (Alfoz de Lloredo, Cantabria) en 1896.

Era la hija menor de un carabinero destinado en dicha localidad, y fue única superviviente de seis hermanos.

La familia Tomé regresó a Argujillo (Zamora), de donde sus progenitores eran originarios.

Allí pasará parte de su infancia, pero la muerte prematura de su padre, obliga a la dispersión de la familia.

Avelina Tomé en su adolescencia

 

Avelina es enviada a Madrid, al Asilo de San Diego y San Nicolás [1] que era un colegio para niñas huérfanas y pobres, fundado en 1906 por los Marqueses de Vallejo y encomendado a las Hijas de la Caridad, labor educativa que sólo se interrumpió en los tiempos de la república y que continúa hasta la actualidad.

Asilo de San Diego y San Nicolás de Madrid

 

Desde muy joven se interesó por los estudios superiores de arte y 1913, contando con diez y siete años de edad, solicita permiso para presentarse a los exámenes de ingreso de la Escuela Especial de Pintura, Dibujo y Grabado [2].

La Escuela Especial tuvo varios nombres desde que se fundara como Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en 1752, hasta la actualidad, que es la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense [3].

Es de destacar que Avelina, además de carecer de medios económicos, provenía de un medio rural donde en aquellos tiempos la mayoría de la población era analfabeta, lo cual hacía más notable su decisión.

Avelina Tomé en los años 20

 

Por el Heraldo de Zamora del 15 de julio de 1914 sabemos que la Comisión Provincial “ha acordado pasar a informe del negociado respectivo, una instancia de Avelina Tomé Hidalgo de diecisiete años de edad, natural de Argujillo, exponiendo que dedicándose al arte de la pintura y no habiendo cursado en la Escuela de San Fernando de Madrid, presenta dos obras copias de otros cuadros del Museo de pinturas, para que juzgando por ellos vea si es posible que la Diputación zamorana, acuerde se proteja a la exponente, que por falta material de recursos no puede ampliar sus estudios”.

Los exámenes de ingreso a la Escuela Especial eran muy exigentes y los aspirantes solían prepararse en el estudio de algún pintor reconocido, pero no nos consta que Avelina tuviera esa oportunidad.

También por el Heraldo de Zamora del 1 de diciembre de 1916 conocemos que con fecha del día anterior, se hacen ejecutivos los acuerdos tomados por la Diputación provincial, “otorgando por una sola vez subvención de 1.000 pesetas respectivamente a los naturales de esta provincia don Jerónimo Seisdedos y doña Avelina Tomé, para que prosigan sus estudios de arte pictórico”.

En el Boletín Oficial de Zamora de esa misma fecha se añade que “los aspirantes tienen demostradas aptitudes para la pintura, según lo comprueban los cuadros que han presentado”.

Finalmente, en 1918 Avelina aprobó con el cuarto puesto las oposiciones de ingreso a la Escuela Especial, y como todavía sigue asilada en el Colegio de San Diego y San Nicolás se le concede matrícula gratuita [2].

En la Escuela estudiará Anatomía, Perspectiva, Paisaje, Ropaje y Teoría e Historia del Arte, obteniendo unas calificaciones extraordinarias que le valieron en 1919 una Matrícula de Honor en la asignatura de Dibujo del Antiguo [2].

Gracias a esta educación artística, pudo conseguir un medio de vida estable, abriendo su propio estudio donde impartir clases de pintura y realizar encargos particulares.

Avelina Tomé, primera por la derecha, impartiendo clases en su estudio

 

En 1926 se relaciona con los círculos artísticos de la capital, asistiendo a actos como la inauguración de la exposición de las obras del pintor argentino Enrique de Larrañaga, que tuvo lugar en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, quedando así recogido en medios como el diario El Sol del 4 de enero de 1926.

En 1929 aparece por primera vez en los registros de copistas del Museo del Prado copiando una “Dolorosa” (433) de Tiziano  [6].

Esta independencia económica también le permite continuar con su formación en la Escuela Especial y en el curso de 1931-32 se inscribe como alumna libre y cursa las últimas asignaturas del programa de Bellas Artes [2].

Los Alfareros de Coca(1950), retrato de Guillermo Murciego y su hijo Gabriel

 

Según observamos en La Nación del 14 de marzo de 1933, Avelina Tomé se presentó a la VI Exposición de Arte Estudiantil, organizada por la Federación de Estudiantes Católicos de Madrid, y resultó premiada en la sección de pintura (aunque no especifica cuál era el premio ni en qué consistía), otorgándole el mismo un jurado compuesto por Marisa Roesset, el arquitecto Sr. Anasagasti y el escultor Juan Adsuara.

En 1935 participa por primera vez en el XV Salón de Otoño [7] organizado por la Asociación Española de Pintores y Escultores (AEPE) con dos obras: Holandesita, y Cabeza de viejo (estudio).

“Bodegón del botijo”

 

Según averiguamos por el BOE Gaceta de Madrid del 11 de mayo de 1936, en el apartado de la Dirección General de Bellas Artes, Avelina Tomé Hidalgo quedó excluida de las oposiciones por no haber presentado a tiempo la certificación de penales o por haber prescrito el plazo de vigencia del presentado.

“Marina”

 

En 1936 Avelina da a luz en Madrid a su único hijo casi al tiempo en que estalla la guerra civil española. Este hecho interrumpirá su carrera artística, que retomará tras la contienda.

En 1947 expone en la Sala Marabini de Madrid, hecho que fue recogido de forma excepcional en el NODO (noticiero semanal que a partir de 1942 se proyectaba en los cines españoles antes de la proyección de la película) del 2 de junio de 1947: Exposición de Pinturas de Avelina Tomé en la Sala Marabini de Madrid. Edición sin audio, debido a que el audio original está deteriorado o se ha perdido.

“Anunciación” Tercera Medalla del Salón de Otoño de 1950

 

En febrero de 1952 inauguró una exposición de óleos en la Sala Vilches de Madrid, cuya nota recogió el diario ABC.

“Claveles”

 

Manteniendo su actividad docente y su producción artística, se presentó a distintos certámenes y exposiciones.

“Inmaculada”

 

Pintora de sólida formación técnica, las obras de Avelina Tomé tienen un estilo realista sobrio y giran en torno a temas costumbristas, paisajes y bodegones muy al gusto social de los clientes de la época.

«Caza”

 

Mujer independiente y ejemplo de superación personal, consiguió ganarse la vida a través de la pintura bajo unas circunstancias poco favorables al desarrollo profesional femenino.

“Bodegón con manzanas”

 

Pintó hasta los últimos días de su vida y falleció en Madrid en el año 1974.

“Cosiendo redes”

 

Avelina Tomé y la AEPE

Participó en los Salones de Otoño de los años 1935, 1949, 1950, 1952 y 1954, destacando la Tercera Medalla de Pintura que obtuvo en 1950 con la obra La Anunciación [7].

Al XV Salón de Otoño de 1935 presentó las obras “Holandesita” (óleo), 0,88 x 0,74, y “Cabeza de viejo” (estudio), 0,72 x 0,56

Al XXIII Salón de Otoño de 1949, y aunque figuraba erróneamente como “Hevelina Tomé Hidalgo”, presentó una única pieza: “Pescadores de Ondarroa”.

En el XXIV Salón de Otoño de 1950 exhibió dos obras: “Muchachas cosiendo” y “La Anunciación”, por la que consiguió la Tercera Medalla de pintura.

Al XXV Salón de Otoño de 1952 presentó las pinturas “Muchacha segoviana” y “Marina”.

Al XXVI Salón de Otoño de 1954 concurrió con una única obra titulada “Flores”.

Acerca de Avelina Tomé Hidalgo

Su nieta Maria del Mar Sánchez-Vega, residente en EEUU, nos hace llegar sus impresiones acerca de la artista, que no puedo dejar de aportar y transcribo literalmente:

“Me piden una nota personal sobre ella y me ponen en un aprieto porque apenas la conocí ya que murió cuando yo era muy pequeña. He crecido rodeada de cuadros y pensaba que en casa de los otros niños era lo mismo. Para mí el tener una abuela pintora era lo más normal del mundo. Mi padre cuenta que la abuela era muy reservada y hablaba poco sobre su vida probablemente porque pasó por etapas muy difíciles que pensó que no valía la pena compartir.

Quiero agradecer a todas las personas que llevan los archivos históricos de diferentes instituciones empezando por ustedes, la Asociación Española de Pintores y Escultores (AEPE), el Museo del Prado, la Biblioteca de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense y la Escuela de Arte de la Palma (antigua Artes y Oficios), que fueron siempre muy amables y contestaron de inmediato a nuestros requerimientos… Está claro que hay un gran interés en conocer a nuestras pintoras del siglo XX.

Ha sido muy emocionante obtener copias de las cartas que mi abuela escribió de su puño y letra a la Escuela Especial ya en 1913. Aprendimos que no cejó en su empeño de procurarse una educación superior desde muy joven, algo muy loable por las circunstancias de su vida, ya que estaba asilada en un colegio para huérfanas pobres. El hecho de que no sólo estudiara Bellas Artes sino que hiciera del arte su profesión en unos tiempos tan difíciles para las españolas, ha hecho que vea con gran admiración a mi abuela y me dé cuenta de la persona tan especial que debió ser. Qué lástima no tenerla con nosotros para que me pueda contar más cosas sobre su vida y sus inquietudes”.

AvelinaTomé Hidalgo con su nieta Mª del Mar Sánchez Vega

 

Distintas imágenes de NODO (noticiero semanal que a partir de 1942 se proyectaba en los cines españoles antes de la proyección de la película) del 2 de junio de 1947, que recoge la Exposición de Pinturas de AvelinaTomé en la Sala Marabinide Madrid

 

 

Referencias, Bibliografía y Webgrafía

[1] sandiegoysanvicente.com/historia/

[2] Archivo Histórico de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense, Madrid.

[3] https://www.ucm.es/historia_ucm_facultad_bellas_artes

[4] www.residencia.csic.es/expomujeres/en/cronologia.htm

[5] www.escueladeartelapalma.org/origen

[6]https://www.museodelprado.es/aprende/biblioteca/biblioteca-digital/buscador? efrbrer:p3009_has_form_of_manifestation=libros de copistas

[7] gacetadebellasartes.es/archivo-historico/

[8] http://artampl-dc.blogspot.com/2008/05/un-siglo-modelando-el-barro-esta.html

[9] https://www.descubrecoca.com/2011/05/acto-de-entrega-de-la-medalla-de-plata.html

BOE Gaceta de Madrid. Número 132. 11 de mayo de 1936 Dirección General de Bellas Artes.

El Sol, 4 enero 1926

La Nación, 14 marzo 1933

Heraldo de Zamora, 15 julio 1914

Heraldo de Zamora, 1 diciembre 1916

Boletín Oficial de Zamora, 1 diciembre 1916

NODO del 2 de junio de 1947. Exposición de Pinturas de Avelina Tomé en la Sala Marabini de Madrid. Edición sin audio: el audio original está deteriorado o se ha perdido. http://www.rtve.es/filmoteca/no-do/not-230/1467349/

ABC, 11 febrero 1952

Archivo Histórico “Bernardino de Pantorba” de la Asociación Española de Pintores y Escultores

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Mariana López Cancio

Por Mª Dolores Barreda Pérez

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LAS PRIMERAS ARTISTAS DE LA

ASOCIACION ESPAÑOLA DE PINTORES Y ESCULTORES

Desde su fundación en 1910, y después de haber tratado en anteriores números a las Socias Fundadoras de la entidad, y las participantes en el primer Salón de Otoño, vamos a ir recuperando de la memoria colectiva, el nombre de las primeras socias que vinieron a formar parte de la Asociación de Pintores y Escultores.

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MARIANA LOPEZ CANCIO

 

LOPEZ CANCIO, Mariana     P       1932      19.oct.1909        GIJON   MADRID     16.jun.1996

 

Domiciliada en Madrid: Claudio Coello, 22

Nace en Gijón el 19 de octubre de 1909, aunque desde que tenía seis años la familia se traslada a Madrid, donde residió toda su vida.

En 1928 comienza su formación con Manuel García Romero y más tarde con el pintor Julio Moisés, que entre 1930 y 1936 presidió la Asociación de Pintores y Escultores.

 

 

Además, asistió a las clases de dibujo que Julio Moisés impartía en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando.

En 1932 se presentó a la Exposición Nacional de Bellas Artes con el cuadro titulado “Naturaleza muerta”. Y a partir de entonces, estaría presente en sucesivas convocatorias.

Su primera exposición la realizó en 1940.

El 20 de diciembre de 1943 apareció una reseña en la Hoja Oficial del lunes relativa a la exposición de la artista en Madrid, en la Sala Macarrón, que se inauguró el 18 de diciembre y permaneció abierta hasta el 2 de enero de 1944, y firmada por A. de las Heras:

“Exposición López Cancio. En pocas exposiciones siente el visitante como en esta de Mariana López Cancio, una tan grata impresión de poesía, y a medida que pasa el tiempo contemplando las treinta obras de que consta el catálogo, la sensación que se adquiere es la de respirar un vivo perfume que llega a embriagar los sentidos… Hay demasiada claridad en los lienzos para que no se vea rápidamente, y en realidad no es otro sino un oficio bien adquirido, donde nada se ignora como técnica y al que se le presenta ese auxiliar que es todo en arte y que comúnmente se conoce por sensibilidad.  Con estos dos elementos, Mariana López Cancio pinta sus flores, que se iluminan y se hacen más sutiles y fragantes por el milagro de un temperamento…. la obra que expone esta pintora… que huye de grandilocuencias para concentrarse más en su propio espíritu, y en su propia vida interior. Porque sólo así se comprende que hayan sido producidas esas “rosas blancas”… con las flores y los bodegones ha entrado en la sala donde expone luz a raudales, tamizada por una exquisita sensibilidad y ha entrado también una buena lección de cómo se deben pintar cosas poco importantes para la vida material y tan imprescindibles para la vida del espíritu, como son las flores. Esta exhibición que marca un triunfo decisivo en la carrera de esta pintora es al mismo tiempo una gran promesa, dado el talento y la juventud que posee Mariana López Cancio, pintora sutil de cosas ilusionadas. Todas y cada una de las obras colgadas llevan en sí una gran fuerza como de ensueño. Pero hay un cuadro titulado “Ventana murciana” de un tan poderoso atractivo y de una luz tan apasionante, que su título debería ser “Nostalgia del Sur” porque en realidad no es otra cosa que una luz mediterránea conseguida  a través  de un sentimiento nostálgico en que la realidad pasa a segundo término dejando el campo a la fantasía”…

Bodegón de crisantemos

 

En enero de 1944 realizó una exposición en los Salones Macarrón, que recogió Imperio: Diario de Zamora, en un artículo titulado: El escultor Mateo Inurria y las pintoras Mariana López Cancio y Aurora Lezcano. Por J. Navarro Cruz.

En los Salones “Macarrón” expone Mariana López Cancio una apretada manifestación a base de bodegones y sobre todo de floreros, de su exquisito arte pictórico, en el que tan claramente queda patente su fina sensibilidad femenil…. sutil pintora de bellos cuadros… que hace con tanta soltura y delicadeza… sacrificando otras orientaciones que pudieran extraer de sus amplios conocimientos artísticos. Su técnica, dulce y ligera, con vaga fórmula impresionista muchas veces… el gusto secundario que pone la artista en los trastos accesorios… que lo consigue con armonía y fineza… claramente su firmeza de ejecución y ensamblaje… en otras obras se nos presenta muy resuelta y dura en la plasmación, vigorizando su mundo poético…. a base de tintas levantadas de tonalidad y marcadamente limitadas, como ocurre con –a nuestro juicio la mejor obra del conjunto expuesto- “Cacharros y telas”. La exquisita pintora se consagra con esta Exposición como una agraz intérprete del mundo botánico, endulzándolo con sumo gusto y no menos divina inspiración, consagrándola como una relevante artista que hay que tener en cuenta en adelante”

Bodegón con frutas

 

En marzo de ese mismo año expuso también en las Galerías Atenea de Barcelona.

En 1945 la Revista Aragón de marzo-abril 1945, en la sección Notas de arte, comentaba así la “Exposición de Mariana López Cancio: La pintura de floreros y bodegones ejercitada por manos femeninas no tiene para nosotros un crédito ilimitado; nos fundamos en que generalmente hay en su ejecución un virtuosismo que resulta molesto porque no alcanza la calidad que tienen los floreros de escuela flamenca, por ejemplo. Pero en este caso nos presentó en la Sala Macoy Mariana López Cancio veinte lienzos de una técnica briosa y resuelta en la que toda minuciosidad está sacrificada en aras de lograr un acorde de color o un efecto de luz. Esta artista, con una juventud de la que cabe esperar muchísimo y en la que su temperamento dulcemente femenino parece anunciar una pintura tranquila y recoleta, nos sorprende cómo simplifica los detalles y de la forma en que logra los mayores efectos cromáticos y luminosos con una pincelada amplia y llena de intención que sólo vemos en los grandes maestros. Mariana López Cancio no es una pintora cerebral en que cada línea o cada mancha de color va llena de prejuicios y que hacen que la obra carezca de espontaneidad; el suyo es arte logrado sin violencia, grato a la vista y que al decorar una estancia la llena de esa fác i l alegría tan lejana de las elucubraciones con que nos vienen torturando tantos «genios» actuales. El arte de Mariana López Cancio es pintura sana, bien orientada, alegre y distinguida, en la que los problemas de la técnica están resueltos con esa difícil facilidad que sólo vemos en los maestros de la pasada generación, tan denigrados por la juventud alegre y despreocupada. Como digno colofón al éxito de esta pintora se le dedicó un homenaje en el Centro Mercantil, al que asistieron gran número de artistas y distinguidas personalidades zaragozanas”.

Bodegón con perdiz

 

En noviembre de 1946 participó en la Primera Exposición Femenina, celebrada en los salones de Publitecsa, en Madrid.

En 1947 obtuvo el Premio Banco de España.

De la huerta

 

En 1947 fue seleccionada para la exposición de artistas de Europa organizada por el Women´s International Art Club de Londres.

También en 1947 y para la Exposición de Arte Español de Buenos Aires, de un total de ciento cuarenta y ocho artistas presentes en la exposición, sólo diez mujeres fueron seleccionadas por las autoridades con competencias en el ámbito artístico tanto por su enraizamiento con la tradición más conservadora como por su adscripción a las posiciones de la nueva figuración de la modernidad: M.ª del Carmen Álvarez de Sotomayor, María Gutiérrez Blanchard, Teresa Condeminas, Menchu Gal, Carmen de Legísima, Magdalena Leroux de Pérez Comendador, Mariana López Cancio, Julia Minguillón, Marisa Röesset y Delhy Tejero.

En 1948 consiguió la Segunda Medalla del Círculo de Bellas Artes de Palma de Mallorca y la Segunda Medalla de Pintura del XXII Salón de Otoño de 1948.

A la Exposición Nacional de Bellas Artes 1952, celebrada en mayo-Junio en los Palacios del Retiro, presentó las obras: “Reflejos en el agua” y “Dalias”.

Hortensias

 

En el ABC del 22 de marzo de 1953 y firmado por José Camón Aznar, aparece la reseña: “La exposición de Mariana López Cancio, en la Sala Macarrón, los temas de flores no presentan una definida personalidad. Hay, sí, delicadezas de luz de un grato timbre. Pero donde esta pintora nos ofrece las muestras mejores de su sensibilidad es en esos cuadros que están entre el florero y el paisaje. Un fresco encanto vegetal emanan estos lienzos, donde las hierbas más menudas están pintadas con ingenuidad y recorridas por la libre savia de los campos”.

En 1954 participó en la Exposición de Artistas Asturianos en homenaje a Evaristo Valle.

Crisantemos

 

En octubre de 1957 realizó una exposición en el Museo Zea de Medellín, actual Museo de Antioquía y segundo en importancia en Colombia.

En noviembre de 1960 expuso en París, en la avenida Matignon, resaltando el diario ABC que “Al “vernissage” de la Exposición de pinturas de Mariana López Cancio, concurría lo más destacado de la crítica de arte de París. Mariana López Cancio es a estas alturas un valor internacional. Sus flores y jardines dan la suprema claridad y contienen la emoción de su amor por la Naturaleza. En 1950 sus obras eran admitidas por la Royal Academy, de Londres, y aquel honor le abrió las puertas de muchos certámenes y museos. Ha expuesto en Italia también, y en la Argentina, y en otros países hispanoamericanos. Sus petunias, dalias, geranios y rosas azules de Aranjuez figuran en innumerables colecciones particulares. Las 26 obras que expone ahora son como una primavera fragmentada, con verdes tan jugosos como fondo, y matices tan puros, que hasta su delicado oficio parece derrotado por la atmósfera vegetal que crea. La Exposición de Mariana López Cancio es uno de los acontecimientos artísticos más finos de París: el remanso de la batalla entre lo clásico y lo abstracto a que asiste París todos los días; entre la Academia y el penúltimo “ismo”.

Flores

 

En 1961 recibe el Premio Marqués de Aledo del XXXII Salón de Otoño y en 1962 obtiene el Diploma de Primera Clase (Dibujo) del XXXIII Salón de Otoño.

En 1967 y posteriormente en 1970 y 1972 expuso en la Sala Cailuzán, situada en la Calle Don Jaime I, de Zaragoza.

Pintó bodegones y paisajes, siendo su estilo de marcado carácter tradicionalista.

Magnolias

 

Su obra está presente en colecciones particulares de toda Europa y América.

Prados López, Secretario de la Asociación de Pintores y Escultores, realizó un artículo sobre la obra de la pintora Mariana López Cancio con motivo de la presentación de treinta cuadros, la mayoría con temática de flores, en la Sala Macarrón de Madrid: “…son otras tantas expresiones de feminidad y delicadeza en lo que a los temas se refiere, porque si hablamos de su técnica tendríamos que decir que tiene la fortaleza, el empuje y la concepción amplia de un pintor que pintara muy bien…Esto de la feminidad en el arte no es cosa que deba atañer al sexo…Pero basta que sea una mujer quien pinta para que se hable en seguida de pintura femenina, con ese desdén que tiene mucho de preocupación mortificante…No hay pintura femenina ni masculina, sino pintura buena o mala…

Rosas y celindas

 

 

Mariana López Cancio y la AEPE

Al XIV Salón de Otoño de 1935 presentó una pintura inscrita con el número 136, titulada “De la huerta”, óleo de 1,25 x 1,12

Al XVI Salón de Otoño de 1942 presentó tres pinturas tituladas “Magnolias”, “Gladiolos y azucenas” y “Bodegón”

Al XVII Salón de Otoño de 1943 presentó una pintura titulada “Tulipanes”

Al XVIII Salón de Otoño de 1944 presentó tres pinturas tituladas “Bodegón con perdiz”, “Composición” y “Rosas”

Al XIX Salón de Otoño de 1945 presentó tres pinturas tituladas “Ventana” y “Flores y “Flores”

Al XX Salón de Otoño de 1946 presentó una pintura titulada “Rosas y celindas”

Al XXI Salón de Otoño de 1947 presentó una pintura titulada “Flores y frutas”

Al XXII Salón de Otoño de 1948 presentó tres pinturas tituladas “Flores”, “En el bosque” y “Flores”

Al XXIII Salón de Otoño de 1949 presentó una pintura titulada “A la sombra”

Al XXXII Salón de Otoño de 1961 presentó una pintura titulada “Contraluz”

Catálogo de la exposición de 1943 en la Sala Macarrón

Tulipanes

Ventana

 

 

Bibliografía y webgrafía

http://tematico.asturias.es/imujer/upload/documentos/MUJERES_ASTURIANAS_DESTACADAS_Base_de_datos.pdf

http://www.elistas.net/lista/tekhne/archivo/indice/331/msg/347/

Y (Madrid). 1/1/1942. La obra de la mujer en la Exposición Nacional de Bellas Artes.

ABC 28 noviembre de 1942; 22 de marzo de 1953; 19 de noviembre de 1960

Hoja Oficial del lunes: editada por la Asociación de la Prensa: Época Tercera Número 248 – 1943 diciembre 20

Imperio : Diario de Zamora de Falange Española de las J.O.N.S.: Año IX Número 2187 – 1944 Enero 14 Zamora : FET, JONS, 14/01/1944

Rosa Tristán. “El arte y los artistas. Las exposiciones actuales”. Nº 24193, 17 Marzo 1944.

Hoja oficial de la provincia de Barcelona: Época Tercera Número 263 – 1944 Marzo 13

La Vanguardia 12 de marzo de 1944.

Revista Aragón. Nº 193. Zaragoza, marzo-abril 1945. Notas de arte.

Exposición de Floreros y Bodegones de Artistas Españoles Contemporáneos del Museo Nacional de Arte Moderno. Abril de 1945.

Madariaga, Luis de. Plástica en Madrid. Pintura femenina N9 10, 1 Noviembre 1946, p. 9.

Noticias del extraniero. N2 15 1 Abril 1947.

Vida artística. Artes plásticas. Conferencies. Nº 14. 1 Marzo 1947.

Vida artística. Artes plásticas. Conferencias. Nº 12, 31 Diciembre 1948.

La Exposición Nacional de Bellas Artes, por Manuel Prados López. 1950

Exposición Nacional de Bellas Artes 1952. Mayo-Junio Palacios del Retiro

“Escritores y artistas asturianos”, de Constantino Suárez. Madrid, 1936, Oviedo, 1959.

Diario Ofensiva. Cuenca. 10 de junio de 1960

“La pintora Mariana López Cancio”. Víctor Alperi. 1989 – 15 páginas

Tesis doctoral. Matilde Torres López: “La mujer en la docencia y la práctica artística en Andalucía durante el siglo XIX”. Dirigida por la Dra. Rosario Camacho Martínez. Universidad de Málaga. Facultad de Filosofía y Letras Departamento de Historia del Arte Málaga, 2007

Tesis doctoral. Ana Isabel Álvarez Casado: “Bibliografía artística del franquismo: publicaciones periódicas, 1936 1948”. Tomo III Universidad Complutense de Madrid. Facultad de Geografía e Historia. Historia del Arte III (Contemporáneo). Bajo la dirección de: José Álvarez Lopera. Madrid. 2003

Serie VII Historia del Arte. Revista de la Facultad de Geografía e Historia. Espacio, tiempo y forma. 3 Año 2015. Nueva época. Pilar Muñoz López.

La Estafeta Literaria Nº 64

Revista Javierana. Revista católica de cultura general número extraordinario dedicado a la cultura española contemporánea. Octubre 1957

Fotos (San Sebastián). 24/10/1942; 18/12/1943

Falange (Las Palmas de Gran Canaria). 16/12/1944

La Nueva España. 11/3/1949; 15/6/1955; 18/6/1955; 25/3/1961; 29/9/1989; 5/1/1993; 17/1/1993;  23/5/1998; 12/3/1999

La Nueva España de Gijón. 10/4/1999; 26/4/2004;  8/5/2004

La Voz de Avilés. 23/5/2003

La Voz de Asturias. 23/12/2003; 18/2/2008

El País 18/6/1996: Falleció a los 86 años; 10/11/1998; 12/11/1998

La AEPE en la exposición del Museo ABC “Dibujantas”

A través del trabajo aportado por la Secretaria General, Mª Dolores Barreda Pérez

La exposición de las artistas pioneras de la ilustración es la primera muestra colectiva que reúne un total de 138 obras de maestras

La exposición ‘Dibujantas. Pioneras de la ilustración’, que desde el pasado 28 de mayo y hasta el 22 de septiembre se podrá visitar en el Museo ABC de Madrid, reúne por primera vez el trabajo de 42 de las 105 ilustradoras que colaboraron con las publicaciones ‘Blanco y Negro’ y ‘ABC’ desde su fundación en 1891 y en la que se incluyen algunas de las primeras socias de la Asociación Española de Pintores y Escultores.

La muestra está comisariada por Marta González Orbegozo y Josefina Alix, con las que ha colaborado estrechamente la Secretaria General de la AEPE, Mª Dolores Barreda Pérez, proporcionando la información y los datos biográficos necesarios para completar las biografías de Mª Ángeles López Roberts y Muguiro, Victorina Durán Cebrián o Rosario de Velasco Belausteguigoitia.

Algunos miembros de la Junta Directiva de la AEPE acudieron al acto de inauguración, especialmente invitados por la organización.
De izquierda a derecha: Fernando de Marta, Juan Manuel López-Reina, José Gabriel Astudillo, Ana Martínez, Mª Dolores Barreda Pérez y Paloma Casado

De esta forma, la Asociación Española de Pintores y Escultores, a través de su Archivo Histórico “Bernardino de Pantorba”, de su página web www.apintoresyescultores.es y del portal-buscador www.gacetadebellasartes.es han quedado reflejados en el catálogo editado con motivo de la exposición, en el que también aparece reflejada la Secretaria General, en los títulos de agradecimiento.

Las comisarias de la exposición han buceado entre las 150.000 piezas de la colección del Museo ABC, escogiendo las 138 de mayor calidad, es decir, aquellas que a su modo de ver, demuestran maestría en el dibujo y el uso del color y que son un reflejo de la época en la que fueron hechas.

La Secretaria General de la AEPE, Mª Dolores Barreda Pérez, posando ante una de las obras

Entre las protagonistas de la muestra, cuyo nombre hace referencia al «I Salón de Dibujantas» que tuvo lugar en el Lyceum Club Femenino en 1931, están desde las pioneras de finales del siglo XIX, como A.T.C, Piti Bartolozzi, Maruja Mallo o Marga Gil Roësset, las que despuntaron ya avanzado el siglo XX como María Rosa Bendala, hasta las más modernas de la década de los noventa, como Coti (Lucrecia Martínez Feduchi) o Mar Ferrero, la más joven de todas ellas.

Las comisarias, además, han llevado a cabo un vasto trabajo de investigación y documentación para elaborar el catálogo que reúne las biografías de cada una de las artistas seleccionadas, reivindicando así el papel invisible de la mujer en el campo de la ilustración durante los siglos XIX y XX. En la actualidad hay muchas y muy buenas ilustradoras, pero en el periodo que abarca la exposición prácticamente pasaron desapercibidas y no jugaron ningún papel relevante.

Obras de Mª Ángeles López Roberts y Muguiro, Victorina Durán Cebrián o Rosario de Velasco Belausteguigoitia

En la muestra también se incluyen obras de socias actuales de la Asociación Española de Pintores y Escultores como son Ana Muñoz y Adriana Zapisek.

Ramón Gutiérrez Santos

Autor del Cartel anunciador del XI Salón de Otoño de 1931

Por Mª Dolores Barreda Pérez

GUTIERREZ SANTOS, Ramón       P.G.  1927           1890     MADRID              DENIA/MADRID

Bien poco es lo que sabemos de este pintor y grabador nacido en 1890 en Madrid.

En 1929, junto a los artistas Mariano Monedero y Ángel Díaz Ramos, realizó una exposición de pintura, escultura e ilustración en el Ateneo de Madrid, en la que …”Gutiérrez Santos exhibe trece óleos y ocho ensayos decorativos. Entre éstos, destacan, como singular cierto, unos carteles. En aquellos, el pintor muestra también concepciones y maneras de decorador” (ABC, 22/01/1929).

Hemos podido seguir su rastro a través de las crónicas de la época, por las que conocemos que participó en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1930 (La Voz, 14/5/1930) y que tras la misma, …”de conformidad con la propuesta formulada por el Jurado de relación de la actual Exposición Nacional de Bellas Artes, han sido concedidas las siguientes bolsas de viaje y premios de aprecio de 500 pesetas: Sección de Pintura:…. Ramón Gutiérrez Santos…” (La Libertad, 12/07/1930).

En 1927 se hizo socio de la Asociación de Pintores y Escultores, y debió asociarse también a otro tipo de entidades artísticas, como la Unión de Dibujantes Españoles.

En julio de 1930 organiza una exposición que se realiza en Valencia, recogiendo la prensa que …”sobre la exposición de dibujos, acuarelas y guaches, organizada por la Unión de Dibujantes Españoles y que es la primera que con este carácter se ofrece en Valencia, y el encargado de su instalación y trabajos complementarios para su buena presentación es el artista don Ramón Gutiérrez Santos”. (Las Provincias, 24/07/1930 y La Correspondencia de Valencia, 24/07/1930).

En 1931 fue elegido Secretario de la Unión de Dibujantes Españoles, presidida por José Francés, …”una nueva Junta que ha empezado a preparar una completa y amplia renovación de sus actividades e iniciativas. Para llevar a cabo estos proyectos, de indiscutible importancia para los dibujantes españoles, la Unión de Dibujantes Españoles solicita el concurso de cuantos puedan y deban formar parte de ella, a cuyo fin se ruega comuniquen las adhesiones y altas en su lista general de socios al secretario general de la Unión de Dibujantes Españoles, D. Ramón Gutiérrez-Santos, y al domicilio social, Palacio de la Prensa (plaza del Callao, 4). El jueves 19, a las seis de la tarde, la Unión de Dibujantes Españoles celebrará, en el salón de conferencias de la Asociación de la Prensa, junta general extraordinaria”… (El Heraldo de Madrid, 16/11/1931).

Participó también en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1932 (Crónica, 29/05/1932), a la que presentó una obra titulada …«Esquiadores» es una pareja de deportistas de la nieve, pintada con algún amaneramiento por Ramón Gutiérrez Santos, que puede y debe hacer más;… según el periodista Antonio de Lezama (La Libertad, 10/06/1932), y que también recogió El Heraldo de Almería del 5 de junio de 1932.

En agosto de ese mismo año encontramos la siguiente reseña: …”A mediados de este mes inaugurará en Valencia una Exposición de sus obras pictóricas el joven maestro Ramón Gutiérrez Santos. Por la calidad y cantidad de los cuadros que tiene preparados el ilustre artista, es de esperar que obtenga un éxito resonante, que merecen su incansable laboriosidad y su constante renovación. Es grato hacer constar que esta manifestación artística está patrocinada por el Ayuntamiento de Oliva”. (El Heraldo de Madrid, 01/08/1932).

Apareció también en Las Provincias: diario de Valencia, del 15 de octubre de 1932, especificando que …”En los locales de Agricultura, Industria y Comercio de Gandía puede admirar quien quiera ir a visitarlas dos exposiciones. Sin calificativos. Una de fotografías. Otra de pintura…La otra exposición aludida es la de pintura. Varios cuadros y dibujos presentados por Ramón Gutiérrez Santos. La prueba de su valer se halla al pie de sus producciones, en bastantes de ellas: “Propiedad” o “Adquirido por…”. Ofrece a la contemplación y crítica de los aficionados una buena colección de trabajos de los más variados tamaños, asuntos y carácter. Finos dibujos, estampas con bastante alma, un gran lienzo “Esquiadores”, a plena luz de un paisaje nevado. Advertimos en algunos visitantes la admiración y oímos el elogio. “Acordeones”, cuyo asunto no reflejaría mejor una cámara fotográfica. En las invitaciones-catálogo, aparecen unas opiniones valiosas: “…Temperamento, solidez en el dibujo y dominio del color, son cualidades que constituyen su firme personalidad de futuro maestro…-C. del Rivero” o “…No busca lo superficial de las cosas. Busca lo de dentro afuera. –Bort Vela”. No puede ser más halagüeño este lenguaje, que más que una profecía, señala una actualidad encomiable”.

La muestra pasó de Valencia a Oliva, tal y como recoge el diario El Pueblo, el 20 de septiembre de 1932: “Desde Oliva. Exposición de Pinturas de Ramón Gutiérrez Santos. Oliva, la culta población alicantina, es teatro actualmente de un verdadero acontecimiento artístico: la Exposición de pinturas de Ramón Gutiérrez-Santos, que se exhibe en el salón de sesiones del Ayuntamiento. El notable artista valenciano ha presentado cuadros de méritos destacadísimos, algunos de valor incalculable y hermosos, bellísimos todos, en los cuales se adivina que el artista ha puesto toda su ilusión y ansias de triunfo. La exposición fue inaugurada el día 10 y quedará clausurada esta noche. Pues bien: los ocho días de certamen han sido un éxito continuado. El amplio salón del Ayuntamiento ha estado constantemente concurridísimo. Millares de personas no sólo de Oliva sino de los pueblos comarcanos, han desfilado por allí, arrancando las obras de Ramón Gutiérrez-Santos el mismo comentario de elogio y admiración de labios de todos los visitantes. Puede decirse sin temor a incurrir en la exageración que el éxito de este gran pintor ha superado grandemente los cálculos previstos. Se esperaba el éxito –esta es la verdad- pero nunca hasta el límite logrado. Las efusivas felicitaciones de que ha sido objeto el artista por el numeroso público que ha desfilado por el Ayuntamiento a lo largo de los ocho días de exposición, es la prueba más categórica del triunfo. En el sinnúmero de ellas no puede faltar la nuestra, tan sincera, como la que más. Como decimos antes, hoy se clausura la exposición. Para esta noche, a las diez, se ha organizado un festival con tal motivo y la velada promete ser interesantísima. Habrá recital de poesías y la clausura de la exposición por don Vicente Frasquet”.

El hecho lo recoge también la Revista de Gandía del 15 de octubre de 1932, en una crónica que reproduce la anterior y añade: “…Se advierten ya, en toda su obra, de una manera precisa atisbos de genio; tal vez el pintor que lleva en sí aún no se ha encontrado a sí mismo. Nosotros hemos leído en el reverso del catálogo de sus obras que Gutiérrez Santos es don en uno o uno en dos; tal vez esté eso dicho en otro sentido, pero es cierto; y ese desdoblamiento de su personalidad, es lo que debe evitar a toda costa. Debe reaccionar de dentro a fuera, buscando su personalidad propia que ya se manifiesta clara y pujante en los paisajes; seguro y penetrante en estos se advierten en él balbuceos que quieren ser modernistas en los retratos, y algún que otro amaneramiento más subrayado en el cuadro “España 1931”. Destacan, a nuestro juicio, el cuadro “Las islas Columbretes” excelente de colorido y probidad, “Isabeleta”, “Esquiadores”, “Barco en dique” y “Varadero”. Gutiérrez Santos empieza ahora ¡bien se advierte en sus cuadros! Y empieza bien. Como dice acertadamente Carlos del Rivero en una opinión inserta en la invitación, si la voluntad no le falla llegará muy lejos”.

La prensa de la época recogió su presentación de obras al XIII y XIV Salón de Otoño de la Asociación de Pintores y Escultores de los años 1933 y 1934 (La Libertad, 30/11/1933 y El Heraldo de Madrid, 30/10/1934).

Participa en la III Exposición General Valenciana de Bellas Artes, celebrada en julio de 1935, y consigue una Mención de Honor, reflejándose en las reseñas de los medios de la época: …”Otro es G. de los Santos, temperamento equilibrado, amplía cultura, que armoniza hacia un retrato de señora… esta mano izquierda y este cuello lo dieciocho”. Consiguió además una Tercera Medalla en la Sección de Artes Decorativas por una vidriera naval y una Segunda Medalla en la de Grabado y Dibujo (Ribalta. Revista valenciana de arte. Valencia, agosto de 1935).

 

Retrato presentado a la III Exposición General Valenciana de Bellas Artes

 

También firmaba como Ramón de los Santos y como G. de los Santos.

Su participación en el Salón de Otoño de la AEPE

* Al VI  Salón de Otoño de 1925 se presentó inscribiéndose así: Ramón Gutiérrez Santos. Natural de Madrid, donde reside, en la calle Blasco de Garay, 24. Presentó dos obras:

148. Retrato de la señorita E.G.S., óleo, 120 x 92 y

149. Jardín de verano, óleo, 88 x 68

* Al VII Salón de Otoño de 1927 concurrió con una única pintura:

Un rincón de la casa grande.

* Al VIII Salón de Otoño de 1928 presentó,

145, un “panó con nueve apuntes”.

* Al IX Salón de Otoño de 1929 presentó seis obras:

94. Natura Esmeralda (óleo), 1,05 x 0,90;

95. El paisajista Collar (óleo), 0,83 x 0,63;

316. Calvarios de Valencia (óleo), 0,71 x 0,45;

317. Boceto de cartel para Tortosa (temple), 0,35 x 0,45;

318. Boceto de tela (temple), 0,35 x 0,45 y

319. Boceto de vidriera (temple), 0,35 x 0,45.


Natura esmeralda

 

* Al X Salón de Otoño de 1930 concurrió con tres pinturas:

136. Estudio (óleo), 1,15 x 0,95;

137. Las islas Columbretes (óleo), 1,15 x 0,95 y

138. El puerto (dos apuntes de Valencia) (óleo), 0,46 x 1,18.

Y además, a la Sección de arte decorativo, con:

337. ¡Tierra! (proyecto para vidriera), temple 1,00 x 1,60;

338. Cariátide (ilustración), temple y

339. Carnaval (ilustración), temple

Las islas Columbetes

 

Tierra

 

* Al XI Salón de Otoño de 1931 presentó nueve obras tituladas:

“Tejados de El Cabañal”. Grabado;

“Cristal y calidades”;

“España 1931”;

“Ilustración”. Dibujo;

“Mariposas”. Dibujo;

“Lola”. Dibujo;

“Matilde”. Dibujo y

“¡Musa!”, Cartel.

 

Cristal y calidades

 

* Al XIII Salón de Otoño de 1933 llevó tres obras tituladas

“Acordeones”,

“La capital del Valle” y

“El Valle de Amil”.

 

 

Bibliografía y webgrafía:

ABC Madrid, 20/01/1929 y 22/01/1929

La Voz (Madrid). 14/5/1930,

La Libertad (Madrid. 1919). 12/7/1930; 10/6/1932 y 30/11/1933

Las Provincias: diario de Valencia: Año 65 Número 19907, 24/07/1930 y número 20595, 15/10/1932

La correspondencia de Valencia: diario de noticias : eco imparcial de la opi…: Año LIII Número 21248 – 1930 Julio 24

El Pueblo: diario republicano de Valencia – Año XXXII Número 13136, 15/05/1930 y 20/09/1932

El Heraldo de Madrid. 16/11/1931; 30/10/1934 y 01/08/1932

Crónica (Madrid. 1929). 29/5/1932,

Heraldo de Almería: diario político: Año III Número 464 – 1932 junio 5

Revista de Gandia : periódico dedicado al fomento de los interese…: Época 3ª Año XXXIII Número 1684, 15/10/1932

Ribalta. Revista valenciana de arte. Valencia, agosto de 1935

“Fomento artístico y Sociedad Liberal. Exposiciones Nacionales de Bellas Artes (1917-1936)”.  Lola Caparrós Masegosa. Universidad de Granada. Universidad Nacional de Educación a Distancia. Granada, 2016

“Consideraciones sobre el arte pictórico”. Conferencia pronunciada en el salón de sesiones del Ayuntamiento de Oliva en la inauguración de la exposición de pinturas de D. Ramón Gutiérrez Santos. José Mª Mengual y Mengual.

 

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