Entrega de la Medalla de Honor de la AEPE a Paula Varona

El galardón se entregará en la sede social de la centenaria

entidad situada junto a la madrileña Gran Vía

 

Será el jueves 22 de febrero de 2024, a las 19 h.

 

En un acto que se celebrará el próximo día 22 de febrero, a las 19 h. en la sede institucional de la Asociación Española de Pintores y Escultores, la artista Paula Varona recibirá la “Medalla de Honor” de la institución, que le será otorgada de manos de su Presidente José Gabriel Astudillo, en reconocimiento a su aportación extraordinaria al mundo del arte.

Al acto, al que se espera que acudan innumerables socios y amigos, así como algunos de los máximos representantes del mundo del arte académico y la crítica, será presentado por la Secretaria General de la Asociación Española de Pintores y Escultores, Mª Dolores Barreda Pérez, quien realizará un breve recorrido por la trayectoria biográfica y artística de la homenajeada, para a modo de introducción, dar paso al homenaje espontáneo, nacido del corazón de todos los que forman la Asociación Española de Pintores y Escultores, desvelando no sólo a la extraordinaria profesional, sino haciendo especial hincapié en los valores humanos que rodean a la persona de Paula Varona.

Por su parte, José Gabriel Astudillo, Presidente de la centenaria entidad, dará paso a un discurso emotivo en el destacará que “Paula Varona siempre ha sido una pintora valiente a la hora de defender sus valores artísticos, y a pesar de las dificultades que haya podido encontrar a lo largo de su trayectoria, pero que los sacrificios que ha realizado, las alegrías que ha experimentado, el singular significado que para esta artista tiene el conjunto de su producción y experiencia artística y profesional, son hoy ejemplo para muchos artistas y creadores, para muchos de nuestros socios. Por eso, el ejemplo de tu vida nos interesa a todos”.

Se verificará así la entrega de la Medalla y del Diploma acreditativo, tras la cual, Paula Varona dirigirá unas palabras a los asistentes y firmará en el Libro de Honor de la Asociación Española de Pintores y Escultores.

La Medalla de Honor de la AEPE se ha concedido en anteriores ocasiones al escultor Julio López Hernández, al crítico Tomás Paredes, a los pintores Eduardo Naranjo, Juan Alcalde, al escultor Venancio Blanco, a la galerista Soledad Lorenzo, al IES José María Infantes de la localidad sevillana de Utrera, y al pintor José Luis Galicia.

Fecha: jueves 22 de febrero de 2024

Lugar: sede de la Asociación Española de Pintores y Escultores

C/ Infantas, 30, 2º drcha.

28004 Madrid

915 22 49 61 / 630 508 189

 

 

El IES “José María Infantes” de Utrera, recibió la Medalla de Honor de la Asociación Española de Pintores y Escultores 2020

Es el primer Instituto-Museo de España

 

El final del curso 2021-2022 del Instituto de Educación Secundaria “José María Infantes” de la localidad sevillana de Utrera, ha servido de marco para llevar a cabo el acto de entrega de la Medalla de Honor que la Asociación Española de Pintores y Escultores le otorgó el pasado año 2020, y que por las restricciones impuestas por la pandemia, ha debido posponerse en distintas ocasiones.

La Asociación Española de Pintores y Escultores ha querido destacar que esta distinción por primera vez va a parar a manos de una institución educativa. Y es que la labor que realiza este instituto en el campo cultural en la localidad es realmente destacada y no tiene parangón en todo el territorio nacional.

En el acto de entrega de este reconocimiento, estaban presentes los Delegados de Sevilla de la AEPE, Joaquín Fernández Igual y Manuel Tabernero. Por su parte,  Joaquín Fernández explicó que «nosotros queremos reconocer vuestro esfuerzo y dedicación, para que cunda el ejemplo y que otros centros educativos se hagan eco». Juan Guerrero y Manuel Adolfo Jiménez, dos profesores del IES José María Infantes, que a lo largo de todos estos años han sido dos artífices fundamentales de este proyecto, fueron los encargados de recoger la distinción.

De izquierda a derecha: Laura Sousa Marín, Directora del IES, la Delegada de educación de Sevilla, María José Eslava,

Joaquín Fernández Igual, Delegado de la AEPE en Sevilla, José María Villalobos, Alcalde de Utrera,

la Concejala  de Cultura del Ayuntamiento de Utrera, Carmen Violeta Fernández Treviño, Juan Guerrero,  

Profesor y Responsable de Arte y Manolo Tabernero, Delegado de la AEPE en Sevilla

 

También estuvo presente en el acto la directora, Laura Sousa, quien agradeció a la esta asociación «por pensar en nuestro centro, en el gran tesoro que para nosotros es este proyecto, y por querer homenajearlo». Para Sousa, este premio «es un reconocimiento al valor de la educación y al profesorado». La directora del centro quiso hacer un breve repaso por la historia de este proyecto, que recordó como nació «para atender a los alumnos con problemas de conducta, como una forma de motivar y trabajar a través del arte». Un proyecto que se hizo grande, traspasando los límites locales y que ha llegado a recibir un premio a nivel nacional al éxito educativo. Desde los primeros pasos, han pasado más de 20 años, según la directora «impregnando al alumnado y a sus familias, y con la participación de todas las etapas educativas, convirtiéndose en el hilo conductor del centro, en la seña de identidad de nuestro instituto».

 

Apoyando la labor del instituto utrerano, estuvo presente también en la entrega de la distinción la delegada provincial de Educación de la Junta de Andalucía en funciones, María José Eslava, quien afirmó que «este es un ejemplo de buenas prácticas», siendo un instituto «único en toda la comunidad autónoma». Para Eslava, «el arte es el hilo conductor para que los chicos aprendan todo tipo de materias» y mostró su alegría por «hacer que los chavales se sientan importantes, ya que no solo se favorece la formación académica, sino como personas».

Un acto de reconocimiento a la labor que se hace desde el instituto, al que acudió José María Villalobos, alcalde de Utrera, quien aseguró que la distinción recibida es «tremendamente merecida». El primer edil utrerano, aseguró que «el instituto puede seguir contando con el Ayuntamiento».

Los Delegados de la Asociación Española de Pintores y Escultores en Sevilla, Manolo Tabernero y Joaquín Fernández Igual, momentos antes del acto

 

En el mismo acto tuvo también lugar la inauguración del último y meritorio trabajo que han llevado a cabo los alumnos, una réplica de una de las esculturas más famosas de la historia: ‘El pensador’ de Auguste Rodin.

El proyecto de ‘Escuela-museo’ por el que apostó en su día este centro educativo utrerano, lo ha terminado convirtiendo en toda una referencia a nivel nacional, ya que existen realmente pocos ejemplos como el que se ha creado en Utrera, que además es mostrado en muchas ocasiones por sus propios alumnos en varios idiomas, al estilo de las grandes atracciones turísticas.

La réplica de esta conocida escultura, que ha sido realizada por los propios estudiantes, se ha colocado en el vestíbulo principal de entrada al instituto, bajo nada más y nada menos que la reproducción de la Capilla Sixtina, otra de las obras cumbre que se han materializado en los últimos años en el centro. Los estudiantes no sólo han creado una réplica, ya que existen planes para que otras de las réplicas que han realizado de ‘El pensador’, se coloque en un rincón del casco urbano de Utrera y que pueda así ser disfrutada por todos los ciudadanos.

Así, a obras como la propia capilla Sixtina, los toros de Guisando, las cuevas de Altamira, la fuente de los leones de la Alhambra o El Guernica, a partir de ahora se ha unido esta icónica escultura que llega para completar la amplísima colección con la que cuenta este museo de excepción.

La Medalla de Honor de la AEPE, distinción, que otorga la entidad con carácter anual a la persona o entidad distinguida de modo sobresaliente en la creación artística, en el estudio y promoción de las artes o en la protección del patrimonio histórico y cultural, es “la única que otorgan los propios artistas, reconociendo los méritos de otros artistas o entidades que velan especialmente por el mundo del arte”, en palabras de su Presidente, José Gabriel Astudillo López.

El Instituto José María Infantes de Utrera rebosa arte. Los profesores del centro conocido como “El Pastorcito”, enamorados del arte, se propusieron convertir su trabajo en un proyecto con el que han llegado a ser el primer instituto-museo de España, implicando en la tarea a los alumnos.

Todo ello, a través de la realización de réplicas de algunas de las obras de arte más famosas de la historia, que inundan los espacios de todo el instituto en un recorrido que cuenta con guía y traductores.

 

Desde la famosa fuente del patio de los leones de La Alhambra, a las pinturas de Altamira, pasando por la cúpula de San Antonio de la Florida de Madrid, donde reposan los restos de Francisco de Goya, el famoso cuadro La Escuela de Atenas, de Rafael o La Libertad guiando al pueblo, de Delacroix, una reproducción de la Capilla Sixtina, pero también una clase dedicada a Caravaggio, otra a la escuela francesa, a Murillo, Cezanne, al impresionismo, Renacimiento, Barroco, Expresionismo e incluso arte asiático.

Recientemente, el catálogo de reproducciones artísticas se ha ampliado con la famosa Dama de Elche, uno de los toros de Guisando (Ávila) y la Bicha de Balazote, y ya proyectan la recreación de las vitrinas de la Saint Chapelle de París, la Piedra Rosetta, un jardín renacentista, tres espacios expositivos dedicados a mujeres pintoras y un nuevo impulso a la clase dedicada al Barroco español. La reproducción del Guernica, de Picasso, de siete metros de ancho por tres de alto, realizada por los alumnos para el Instituto Ruiz Gijón, ha sido un trabajo espectacular del que se sienten también muy orgullosos.

Trabajos hechos por los alumnos de los últimos años en un proyecto multidisciplinar cuya excelencia les ha valido distintos encargos y que impulsa el desarrollo de habilidades y competencias tanto de profesores como de alumnos, con el beneficio que ello reporta a la localidad, a la región y a la sociedad en general.

La centenaria entidad, que ha cumplido ya 112 años de vida societaria al servicio del arte en España, comunicó a la dirección del centro la concesión de la Medalla de Honor, que poseen artistas, mecenas, galeristas y críticos de arte como los escultores Julio López y Venancio Blanco, los pintores Eduardo Naranjo, Juan Alcalde y Rafael Canogar, críticos de arte como Tomás Paredes, mecenas como Rafael Botí Torres y galeristas como Soledad Lorenzo.

De esta forma, el Instituto de Enseñanza Secundaria “José María Infantes” se convierte en el primer centro educativo en recibir el prestigioso galardón y tal y como indica Mª Dolores Barreda Pérez, la Secretaria General de la Asociación Española de Pintores y Escultores, “desde hace años venimos reclamando la importancia de la educación artística en la escuela y desde edades tempranas como medio para fomentar la cultura en la sociedad actual. Por eso el IES José Mª Infantes representa ese anhelo largamente soñado por los artistas de España, del mundo, de ver dignificado y engrandecido el arte desde un medio académico que ha conseguido implicar a sus estudiantes en un proyecto maravilloso”.

Desde estas líneas, nuestra más sincera felicitación a la dirección, claustro de profesores, alumnos, a sus familias, a la localidad de Utrera, y por supuesto, a todos los implicados en el proyecto, que deben llevar a gala y asumir con orgullo, el contar con un centro de excelencia único en el mundo. Lo es de toda Andalucía, como modelo y ejemplo a seguir, y lo debe ser no sólo para España, sino para todo el mundo.

Felicidades a todos

El IES “José María Infantes” de Utrera, Medalla de Honor de la Asociación Española de Pintores y Escultores 2020

Es el primer instituto-museo de España

 

Con las restricciones que nos impone la pandemia, y en una ceremonia que se pospondrá hasta que las condiciones sanitarias lo permitan, la Asociación Española de Pintores y Escultores acaba de dar a conocer que la Medalla de Honor de la centenaria institución correspondiente al año 2020, ha recaído en el Instituto de Educación Secundaria “José María Infantes”, de la localidad sevillana de Utrera.

Esta distinción, que otorga la AEPE con carácter anual a la persona o entidad distinguida de modo sobresaliente en la creación artística, en el estudio y promoción de las artes o en la protección del patrimonio histórico y cultural, es “la única que otorgan los propios artistas, reconociendo los méritos de otros artistas o entidades que velan especialmente por el mundo del arte”, en palabras de su Presidente, José Gabriel Astudillo López.

El Instituto José María Infantes de Utrera rebosa arte. Los profesores del centro conocido como “El Pastorcito”, enamorados del arte, se propusieron convertir su trabajo en un proyecto con el que han llegado a ser el primer instituto-museo de España, implicando en la tarea a los alumnos.

Todo ello, a través de la realización de réplicas de algunas de las obras de arte más famosas de la historia, que inundan los espacios de todo el instituto en un recorrido que cuenta con guía y traductores.

Desde la famosa fuente del patio de los leones de La Alhambra, a las pinturas de Altamira, pasando por la cúpula de San Antonio de la Florida de Madrid, donde reposan los restos de Francisco de Goya, el famoso cuadro La Escuela de Atenas, de Rafael o La Libertad guiando al pueblo, de Delacroix, una reproducción de la Capilla Sixtina, pero también una clase dedicada a Caravaggio, otra a la escuela francesa, a Murillo, Cezanne, al impresionismo, Renacimiento, Barroco, Expresionismo e incluso arte asiático.

Recientemente, el catálogo de reproducciones artísticas se ha ampliado con la famosa Dama de Elche, uno de los toros de Guisando (Ávila) y la Bicha de Balazote, y ya proyectan la recreación de las vitrinas de la Saint Chapelle de París, la Piedra Rosetta, un jardín renacentista, tres espacios expositivos dedicados a mujeres pintoras y un nuevo impulso a la clase dedicada al Barroco español. La reproducción del Guernica, de Picasso, de siete metros de ancho por tres de alto, realizada por los alumnos para el Instituto Ruiz Gijón, ha sido un trabajo espectacular del que se sienten también muy orgullosos.

Trabajos hechos por los alumnos de los últimos años en un proyecto multidisciplinar cuya excelencia les ha valido distintos encargos y que impulsa el desarrollo de habilidades y competencias tanto de profesores como de alumnos, con el beneficio que ello reporta a la localidad, a la región y a la sociedad en general.

La centenaria entidad, que hace apenas un día, el 15 de abril, cumplía 111 años de vida societaria al servicio del arte en España, ya ha comunicado a la dirección del centro la concesión de la Medalla de Honor, que poseen artistas, mecenas, galeristas y críticos de arte como los escultores Julio López y Venancio Blanco, los pintores Eduardo Naranjo, Juan Alcalde y Rafael Canogar, críticos de arte como Tomás Paredes, mecenas como Rafael Botí Torres y galeristas como Soledad Lorenzo.

De esta forma, el Instituto de Enseñanza Secundaria “José María Infantes” se convierte en el primer centro educativo en recibir el prestigioso galardón y tal y como indica Mª Dolores Barreda Pérez, la Secretaria General de la Asociación Española de Pintores y Escultores, “desde hace años venimos reclamando la importancia de la educación artística en la escuela y desde edades tempranas como medio para fomentar la cultura en la sociedad actual. Por eso el IES José Mª Infantes representa ese anhelo largamente soñado por los artistas de España, del mundo, de ver dignificado y engrandecido el arte desde un medio académico que ha conseguido implicar a sus estudiantes en un proyecto maravilloso”.

Desde estas líneas, nuestra más sincera felicitación a la dirección, claustro de profesores, alumnos, a sus familias, a la localidad de Utrera, y por supuesto, a todos los implicados en el proyecto, que deben llevar a gala y asumir con orgullo, el contar con un centro de excelencia único en el mundo. Lo es de toda Andalucía, como modelo y ejemplo a seguir, y lo debe ser no sólo para España, sino para todo el mundo.

Felicidades a todos

 

 

Fallece Juan Alcalde, “el último de París”

Medalla de Honor de la AEPE en 2016

El pintor y grabador Juan Alcalde, uno de los máximos exponentes de la Escuela de París, falleció el pasado domingo 31 de mayo de 2020 en Madrid, rodeado de su familia, cuando contaba con 102 años de edad.

El artista había recibido hace cuatro años la Medalla de Honor de la Asociación Española de Pintores y Escultores, un galardón que reconoce a aquellos artistas que se han distinguido de modo sobresaliente en el mundo de la creación artística, y que resultó ser el último galardón y acto al que asistió.

Hace apenas 15 días, en su estudio de una céntrica calle madrileña, presumía ante la Medalla de la AEPE, que preside la chimenea del salón, reconociendo que le hizo mucha ilusión recibirla y reencontrarse en aquel acto con otros artistas, celebrado en el año 2016, con multitud de amigos que quisieron acompañarle en un momento tan especial que contó también con la asistencia de la Infanta Elena de Borbón, amiga y admiradora de la obra del pintor.

De izquierda a derecha: Mª Dolores Barreda Pérez, Secretaria General de la AEPE y miembro de AECA, José Gabriel Astudillo, Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, Juan Alcalde y la Infanta Doña Elena, en el último acto público en el que recibió la Medalla de Honor de la AEPE

Juan Alcalde se sintió indispuesto hace menos de una semana, ingresando en el Hospital Clínico de San Carlos, donde un fallo renal terminó con su vida. Sus hijos Juan Luis y Sergio, que han estado con él hasta el último momento,  han respetado sus más íntimos deseos de discreción. Tras su exposición en el tanatorio madrileño de San Isidro, esta misma mañana ha sido llevado la crematorio de La Almudena, tras lo cual recibirá sepultura en una ceremonia íntima y familiar.

Recordarmos las intervenciones que en el acto de entrega de la Medalla de Honor de la AEPE realizaron la Secretaria General y miembro de AECA, Mª Dolores Barreda Pérez, y el Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, José Gabriel Astudillo López, repletas de referencias sobre su vida y su trabajo.

Mª Dolores Barreda Pérez, realizó un breve recorrido por la trayectoria artística y profesional del reconocido pintor haciendo especial hincapié en proporcionar a los presentes un bosquejo resumido de cómo es Juan Alcalde, y no sólo de su biografía, con datos y fechas frías y distantes, sino introduciendo a los presentes en la vida, el pensamiento y un poquito en el alma mágica del artista.

“Una gran persona y un excelente pintor es el motivo que hoy nos reúne para hacer un sencillo y emotivo homenaje, como los que hacemos en esta centenaria institución.

Podría esbozaros aquí una biografía y leer detenidamente fechas y sucesos de su larga vida, y no haría más que ahorraros acudir a las enciclopedias de arte, en donde podréis encontrar todo lo relacionado con su vida artística, incontable número de exposiciones, podría además desgranar su azarosa vida y su fructífero trabajo.

Pero si hiciera todo esto, seguiríais sin conocer de verdad al hombre al que hoy rendimos tributo, así es que voy a intentar hablar del hombre, del artista y de cómo es su trabajo.

Juan Alcalde Alonso es castizo, aquí diríamos que es un auténtico gato, nacido en el Rastro, cerca de Cascorro, y con unos padres que lejos de caer en el tipismo, no hacen sino reforzar esa estampa: su padre, zapatero, y su madre, cigarrera de la fábrica de tabacos de la calle Embajadores, al lado del portillo, (Ahí es nada).

Llegados a este punto, quizás me podría especificar la calle y el número exacto donde nació, para que sea esta Asociación Española de Pintores y Escultores quien solicite al Ayuntamiento de Madrid que en la fachada de dicho portal, se coloque una placa conmemorativa dentro del Plan Memoria de Madrid, que recuerde el feliz acontecimiento.

Estudió en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid, con Agustín L. González, en el Museo de Reproducciones Artísticas y en el Círculo de Bellas Artes, y más tarde ingresó en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, teniendo entre otros profesores a Aurelio Arteta, que fue su valedor para el Premio “Molina Higueras”, que le concede la Academia de San Fernando, con una pintura que él propio Juan definió como de un “realismo decadente”, si bien es cierto que ya se le daba muy bien.

El Director de la Real Academia, el Conde de Romanones, le promete una beca para estudiar en París, planes que se verán truncados por el inicio de la guerra civil, donde luchará en el frente de Madrid.

Tiene que retirarse a Francia, siendo internado en un campo de concentración en donde está a punto de morir de disentería, hasta que es ingresado en un viejo hospital de Perpiñán en el que convive con enfermos mentales.

En 1944 regresa a Madrid donde se casa con Conchita Moreda y prosigue su difícil vida de pintor, teniendo que pintar carteleras cinematográficas para cubrir sus mínimas necesidades.

En 1950 emigra a Caracas, donde consigue vivir bien de su profesión de pintor, realiza encargos y exposiciones, pinta paisajes, hace ilustraciones… allí nacen sus hijos Juan Luis y Sergio.

Sin embargo, no se siente a gusto, el éxito fácil le incomoda y decide regresar a París, hacer realidad su sueño dorado y pintar las gabarras que recorren el Sena, las tabernas, los trabajadores de la orilla del río.

Allí se encuentra con otros miembros de la Escuela Española de París como Baltasar Lobo, Joaquín Peinado o Hernando Viñes y conoce a grandes amigos, como Marcel Marceau, Picasso, Neruda,…

Las muestras y exposiciones se suceden en Madrid, Londres, París, Caracas,…

En 1979 fallece su esposa que tantos sueños y dificultades había compartido con él. Durante cuatro años, Juan Alcalde no vuelve a exponer, hasta el año 1983, que lo hace en Madrid.

En 1984 contrae matrimonio con Patrocinio Molero, junto a la que inicia una nueva e importante etapa de su vida.

Hasta aquí, sintetizados y resumidos, unos pocos datos biográficos que esbozan una intensa vida, pero nada aún que pueda mostrarnos su rica vida interior, su pensamiento y personalidad.

De él se ha escrito, no seré yo quien diga que bastante poco, pero con palabras realmente bellas y admirables, que describen así su trabajo:

“Despojada de todo artificio innecesario, hermoso en su absoluta desnudez, es una pintura esencial, en la más exacta acepción del término. En sus cuadros hallamos la soledad, mas no la desesperación”.

“La obra de Juan Alcalde, plena de inteligencia y de sensibilidad, posee una carga poética que trasciende debajo de su aparente frialdad”.

“Pintura de personalísima factura, sin antecedentes en el devenir de nuestra creación artística y sin influencias miméticas de otros grandes maestros contemporáneos”.

“Es poética la pintura de Alcalde. Lírica de los sentimientos hechos luz; por los versos libres del color. Sin académica rima que lo amarre. Sin otra métrica que la suya. La de las pocas cosas que se pintan en su pintura”.

“Juan Alcalde es un clásico por encima de las academias y los convencionales equilibrios de los escritores porque, a solas con su corazón, con su paleta y con su soledad, Juan Alcalde sabe pintarnos el mundo de primera mano y con el trazo atenazador –y sobrecogedor- de la más sabia y angélica de todas las inocencias: la del artista que tiene la gracia mágica –e incluso dolorosa- de convertir en velocísimo y maduro arte cuanto toca”.

“Alcalde pinta cosas que hacen de un hombre, un artista, un asceta esencial y esencialista en pintura, un enamorado de la realidad y de la vida, un hombre delicioso y natural”.

“La pintura de Alcalde es de las que llegan a lo más hondo sin necesidad de trascendentalismos. Siente lo que dice y lo transmite con la sencillez de lo que resulta importante”.

“Alcalde aborda temas clásicos figurativos: paisaje, bodegón, bodegones inmersos en un trasfondo de ciudades muy originales y distintivos, maternidades, desnudos y figura humana en general, tratándolos con gran belleza en un estilo lleno de misticismo, armonía, delicadeza y suavidad, cualidades que afectan tanto a su forma como a su fondo, y por supuesto al colorido, abundante en blancos. Pero además, las formas se hallan simplificadas y sintetizadas”.

Podría seguir relatándoles retazos de escritos que giran alrededor de su obra, pero creo que es más interesante saber qué piensa de él mismo y cómo se define.

“Trabajo con óleos porque el aceite vive como el ser humano, no se queda perpetuo. El óleo trabaja por sí mismo y tengo la certeza de que mis cuadros no son lo que serán”.

Su inagotable vitalismo se refleja en la frase: «No me gustaría morir sabiendo, me gustaría morir aprendiendo».

Para Juan Alcalde, el arte es la búsqueda de sí mismo.

Su vida es una continua incertidumbre, pero como él mismo admite, «las desgracias pueden traer gracias».

«Lo peor que le puede pasar al ser humano es no tener gracia ni desgracia», añade.

«Los problemas son los que generan el pensamiento; sin ellos, el cerebro se muere», asiente con rotundidad.

“Cada día que pienso en rejuvenecerme, quisiera ser algo menos figurativo, pero no soy capaz de abstraerme del todo, no soy capaz de llegar a la abstracción pura. Llevo en las espaldas un peso muy grande, que no puedo descargarme, aunque lo intente. Me interesa la abstracción de Velázquez, de Goya. Los figurativos malos del siglo pasado hacen daño, aunque también está Rosales, que es fabuloso. Importa lo que es puro, lo que sale del espíritu del alma, del interior del hombre”…  La sensibilidad sobre todo.

Hablar de Juan es hablar de su pulgar. Como él mismo asegura, su pulgar es más importante que los pinceles, es el que conduce los colores al lienzo, y tiene además un componente sensual que no tiene el pincel, y en sus propias palabras, “es que cuando tú pones el pulgar en una tela, ahí está tu sensibilidad, la proyección de tu espíritu en el dedo, casi como un autorretrato”.

Juan ha sido su propio mecenas, se ha respaldado a sí mismo, ha creído en él, porque lo único que ha tratado de ser toda su vida es Juan Alcalde.

Por eso, lejos de escuelas, lejos de influencias, lejos de comparaciones o amigos que interfieran en esta semblanza, lejos de similitudes y analogías, hoy homenajeamos a quien ha tratado de ser toda su vida, y yo diría que lo ha conseguido, Juan Alcalde”.

Por su parte, el Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, José Gabriel Astudillo, recordó a todos que su arte está caracterizado por el personal estilo que ha hecho de este pintor un referente para las nuevas generaciones creadoras en una disertación en la que explicó por qué Juan Alcalde se ha hecho merecedor de este galardón:

“Este reconocimiento a un artista como Juan Alcalde, es el testimonio inequívoco del constante compromiso de la Asociación Española de Pintores y Escultores con la cultura, y es además, nuestro más decidido apoyo a sus creadores y difusores.

Esta Medalla reconoce una vida, un camino personal que nos vienes así a transmitir en las obras realizadas, una referencia visible en la que nos ofreces, al revivirlas y contemplarlas, la posibilidad de ser también artistas.

Tu obra, todo tu trabajo, es además una fuente inequívoca de esperanza, porque has ejercido como pintor y grabador, un oficio en el que no sólo se ve la carga entusiasta y optimista que desprenden tus blancos, sino que llega al público y al espectador con una nueva mirada, como un gesto de aliento y estímulo en el que demostrar que en sus vidas y obras puede hacerse realidad la idea de que en multitud de ocasiones, es en las dificultades y limitaciones donde la creatividad se expresa con especial intensidad.

Juan Alcalde es un gran artista, y lo es porque domina lo que encierra su corazón, y sólo el que mejor comprende y conoce sus afectos y pasiones, llega a ser un gran artista; un artista que domina la luz y la forma a través de la sensibilidad.

Esa parte esencial de su alma de artista es la que logra unir la materia a lo inmaterial, dando forma al espíritu. Decía mi siempre admirado Sorolla, quien honró esta institución cuando fue su Presidente, que la pintura es un “estado del alma”, una frase que se ajusta perfectamente al arte que nos regala Juan Alcalde.

Juan es un gran artista, un pintor que ha hecho de su trabajo un estilo de vida, un pintor que pinta todo el día, todos los días del año, que pinta hasta cuando no pinta. Que cuando duerme pinta y cuando vela pinta. Porque el regalo que nos ha hecho a todos los que amamos el arte, el regalo de ser pintor, lleva escondido el veneno y la carga dulce de la total dedicación y entrega con que ha regido su vida.

El mundo de la cultura, la sociedad en general, no podemos sino agradecer su contribución y reconocer el arte creador que subyace en el reverso de toda su obra, en la que late la ilusión más originaria que cabe por la vida, la de hacer de la vida pura belleza.

Eso es lo que pretende esta Medalla que hoy te entregamos, ser la mirada compartida de lo que eres y de lo que queremos ser a través de tu obra. Decía Miguel de Unamuno, cuya sensibilidad comparten todas y cada una de las obras de Juan Alcalde, que “el artista y sobre todo el hombre, seguirá hablando a través de su obra, para beneficio y goce de muchas generaciones”.

Ese es el ejemplo que dejas y que de forma sencilla, agradecemos.

Hoy rendimos homenaje a quien como decía antes la Secretaria General, ha conseguido ser Juan Alcalde. Que este momento compartido quede siempre en tu corazón, como quedará en nuestra historia y nuestra memoria.

Que quede grabado en oro. Para siempre, querido Juan. No hay medalla que pueda hacerse de la aleación de cariño, amistad y agradecimiento, con la que simbólicamente está hecha esta Medalla que hoy te entregamos de la Asociación Española de Pintores y Escultores”.

A continuación, el Presidente entregó la Medalla de Honor a Juan Alcalde, quien la recibió emocionado y dirigió unas palabras a los asistentes en las que sólo pudo agradecer el honor y declararse feliz y emocionado por el hecho de estar allí, y saberse de verdad objeto de una atención tan especial.

Fue después requerido para que firmara en el Libro de Honor de la Asociación Española de Pintores y Escultores, y lo hizo con letra firme, clara y pulcra, ante la expectación de los presentes por los comentarios que en todo momento el homenajeado realizó y en los que jocosamente trataba sobre los 99 años que había ya cumplido.

La Infanta Doña Elena, sentada hasta ese momento entre el público, acudió a felicitar al amigo y artista y de forma cariñosa posó con los integrantes de la mesa presidencial, así con cuantos asistentes y amigos se encontraban en el acto.

Cabe recordar las múltiples ocasiones en las que la familia real ha asistido a actos organizados por la Asociación Española de Pintores y Escultores, teniendo en cuenta que SS.MM. los Reyes don Juan Carlos y doña Sofía son los Presidentes de Honor de la centenaria entidad, que está a punto de convocar el 52 Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura.

Firmó después la Infanta en el Libro de Honor de la entidad, justo debajo de la firma que en el año 90 dedicara con motivo de su visita al tradicional Salón de Otoño, y prometió asistir en la medida de sus posibilidades, a otros actos de la entidad.

D.E.P.

Eduardo Naranjo inaugura exposición en el Muba

El próximo día 16 de enero el pintor Eduardo Naranjo, Medalla de Honor de la AEPE y tan unido a la centenaria entidad, inaugura la exposición que bajo el título de “El lugar de la figura”, presentará una selección de una treintena de trabajos de su propia colección privada creados en las dos últimas décadas, en el Museo de Bellas Artes (Muba) de Badajoz.

Veinte años después de su última estancia en este mismo espacio expositivo, el pintor de Monesterio regresa a su Extremadura natal con el apoyo de la Diputación Provincial de Badajoz y justo cuando el museo celebra sus cien años de historia.

La tercera exposición de Naranjo en Extremadura podrá visitarse hasta el próximo 8 de marzo y ya se augura que sea una de las más visitadas en la historia del Muba, en la que el artista ha puesto especial cariño porque se trata de “volver a mi tierra y enseñar mi obra a nuestra gente».

Casi todos los cuadros objeto de esta exposición son propiedad del autor, y forman parte de una colección privada que bien podría formar parte de los fondos de la fundación museo en la que viene trabajando el artista con el ayuntamiento de la localidad. Es más, a estas alturas de su carrera, Naranjo no quiere deshacerse de estos cuadros. «Pienso vender muy poco», comenta Naranjo, para que «haya una obra que se pueda contemplar por siempre en algún museo».

‘Eduardo Naranjo. El lugar de la figura’ es el título de la exposición que el jueves 16 de enero, a las 12.00 horas, se presentará en el patio del Museo de Bellas Artes de Badajoz -calle Duque de San Germán-. La exposición de podrá contemplar hasta el 8 de marzo. Mañanas, de martes a domingo, de 10 a 14; tardes, de 16 a 20 horas.

Fuente, El Periódico de Extremadura

 

Soledad Lorenzo recibió la Medalla de Honor de la AEPE

En un acto celebrado el pasado viernes en la sede institucional de la AEPE, la galerista de arte Soledad Lorenzo recogió la “Medalla de Honor”, que le fue otorgada de manos de su Presidente, José Gabriel Astudillo, en reconocimiento a su aportación extraordinaria al mundo del arte.

Repleta de asistentes, entre los que se encontraban numerosos socios y amigos, así como diferentes entidades colaboradoras de la Asociación Española de Pintores y Escultores, transcurrió un acto emocionado en el que a modo de introducción, la Secretaria General, Mª Dolores Barreda Pérez, realizó un perfil humano de la galerista, resaltando el homenaje espontáneo, nacido del corazón de todos los que forman la Asociación Española de Pintores y Escultores, y haciendo especial hincapié en los valores humanos que rodean a la persona de Soledad Lorenzo.

Soledad Lorenzo, que en algunos momentos se mostró nerviosa, emocionada y agradecida, y quiso corresponder haciendo un pequeño repaso, siempre desde su experiencia y su especial mirada experimentada, a la situación del arte actual, en la que destacó, no encuentra nada nuevo que la emocione especialmente.

Fueron muchos los amigos y admiradores que quisieron acompañar a Soledad Lorenzo en este acto, como el Director Gerente del Museo Thyssen, Evelio Acevedo, el Presidente de Down Madrid, Ignacio Egea, la Asesora de la Concejala de Cultura del Ayuntamiento de Madrid, Isabel Rossel, el representante del Concejal de Retiro, Antonio Pardo, el Director de El Taller del Prado, Francisco Molina, otros ilustres galardonados con la Medalla de Honor, como Rafael Botí Torres y Tomás Paredes Romero, además de los miembros de la Junta Directiva, Juan Manuel López Reina, Alicia Sánchez Carmona, Antonio Téllez de Peralta, Paloma Casado, Carmen Bonilla Carrasco, Fernando de Marta, Ana Martínez Córdoba e Itziar Zabalza.

El Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, José Gabriel Astudillo, hizo especial mención a las autoridades que han disculpado la asistencia al acto, haciendo especial hincapié en la llamada de la Casa Real, en la que S.M. la Reina Doña Sofía, Presidenta de Honor de la institución, y la Infanta Doña Elena, le rogaron hicera llegar su felicitación más cariñosa a la homenajeada.

Como en otras ocasiones, por lo entrañable de las palabras que a modo de introducción realizó Mª Dolores Barreda Pérez, palabras que emocionaron no sólo al homenajeado, sino a todos los asistentes, y por la encendida defensa de su perfil humano, reseñamos a continuación la intervención de la Secretaria General:

«Soledad Lorenzo es una de esas figuras imprescindibles a la hora de hablar del arte en España.

Como siempre les digo en estas ocasiones, pueden acudir a su página web para consultar su biografía, a los libros publicados sobre ella y su trabajo, a multitud de escritos en los que bucear y descubrir su vida.

Lo que me gustaría ofrecerles aquí es sólo unas cuantas pinceladas acerca de su persona, para que puedan hacerse una idea más amplia de su concepción del arte.

Soledad Lorenzo es menuda y meticulosa, paciente, elegante, una dama del arte en toda regla, una mujer hermosa y espigada que ha tenido que sufrir en su vida personal grandes estragos de los que la salvó el arte y el trabajo. Y aunque nunca ha sido coleccionista, a veces se quedaba con obras de artistas que creía eran importantes.

Tras su etapa de iniciación, montó su propia galería de arte, hoy ya mítica entre todos los que somos parte de este mundo, un proyecto que cerró, igual que cerraba una etapa de su vida, pasando página y reflexionando sobre lo logrado.

Fueron 40 años de galerista que, afortunadamente, han quedado plasmados en el libro “Una vida con el arte”, un proyecto elaborado por Antonio Lucas y Mariano Navarro, fruto del premio que la Fundación Arte y Mecenazgo le entregó en 2012.

Profeta en su tierra, ha sido reconocida también con multitud de premios y distinciones, como la de torrelavegense ilustre, la Medalla de Oro de las Bellas Artes, la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo, la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio…

Soledad Lorenzo aunque no lo sepa, ya posee una obra que la vincula a esta Asociación Española de Pintores y Escultores: se trata de la Medalla de Oro del Ayuntamiento de Madrid, una obra original realizada por el que fuera Presidente de esta institución centenaria, José Pascual Ortells López…

Hoy recibe otra Medalla, obra de otro de nuestros Presidentes, en este caso, de Fructuoso Orduña, con lo que ya serán dos las obras con las que se acerque a esta nuestra casa…

Siempre ha vivido sucesos y experiencias de manera natural y lógica, aunque desde una perspectiva de curiosidad e investigación.

Fascinada con la vida, cree firmemente en la idea de superación que todos llevamos dentro y nunca se queja por nada.

Desde sus inicios, ha trabajado con artistas vivos, de los que poder aprender y asimilar su creatividad y brillantez, que busca de forma incansable con una exquisita sensibilidad.

Cree que “la maravilla del arte es emocional e intransferible y la cultura es la base del progreso de la sociedad”.

En sus propias palabras, “su meta nunca ha sido el éxito, sino eludir el fracaso”.

Piensa que pese a la libertad de la que gozamos, no hablamos con libertad, pero sin embargo, si se pinta con libertad.

Trabajadora infatigable, es una persona fuerte, que parece haber encontrado la paz lejos de la angustia del fracaso.

Después de haber entregado toda su vida al arte y a los artistas, rodeada de arte en un entorno artístico y cultural único, desde su casa en el Madrid de los Austrias, contempla gustosa su imponente colección, depositada en el Museo Reina Sofía y sigue reflexionando acerca de la realidad cultural y artística de España, colaborando de una forma altruista, en actividades como la que hoy nos ocupa en la Asociación Española de Pintores y Escultores.

Ella mejor que nadie sabe y conoce los pesares de quienes dedican su vida al mundo del arte; ella, que ha aupado y encumbrado a grandes artistas contemporáneos.

Soledad Lorenzo representa todo aquello ya desaparecido y que tanto echa de menos el artista de hoy en día: el papel de un galerista profesional.

Las galerías actuales se limitan a alquilar sus espacios y confían toda la promoción y el márketing al propio artista, incapaz de cubrir todos los aspectos necesarios para poder desarrollar su carrera.

Ella no, porque ella se manejaba como auténtica intermediaria entre coleccionistas, críticos, comisarios, entre el artista y su obra.

Por eso Soledad Lorenzo significó un antes y un después en el mundo del arte. Ella entendió a los artistas, les guió por el difícil mundo de la creación y supo ponerse además en el lugar de sus clientes, seleccionando para ellos aquellas obras que mejor encajaban en su personalidad.

Soledad, que pese al nombre, nunca ha estado sola, ha entendido que pese a lo sobrevalorado que está el ideal de la belleza, el arte acompaña y reúne y en algunas personas con sensibilidad, como es su caso, es imprescindible en sus vidas, es una necesidad que nunca se agota.

Soledad Lorenzo valora el trabajo de los galeristas en su justa medida, como una profesión en la que el galerista presenta a los artistas que le emocionan y trabajan para que ambos puedan vivir de su trabajo.

Y todo eso es también, y en realidad, todo un arte que los pintores y escultores de todos los tiempos, valoran y echan hoy día mucho de menos.

Todo un arte, como digo, que cuenta con nuestra más profunda admiración por su trabajo y que hoy se ve así recompensada con la concesión de la Medalla de Honor de la Asociación Española de Pintores y Escultores tan merecida».

Muchas gracias

 

A continuación, el Presidente entregó la Medalla de Honor a Soledad Lorenzo, quien la recibió emocionada y en las que sólo pudo agradecer el honor y declararse feliz por el hecho de estar allí, y saberse de verdad objeto de una atención tan especial.

Las palabras del Presidente fueron:

«Señoras y Señores, autoridades, queridos socios, amigos:

Bienvenidos a este humilde acto que, aunque no esté revestido de la solemnidad propia e institucional de una entrega habitual de premios, sí encierra en sí mismo, lo mejor de esta Asociación Española de Pintores y Escultores.

Libres así de rígidos protocolos, preparamos este acto con el cariño y el sentimiento de quienes rinden un sincero y emotivo homenaje a quien tanto ha hecho por el arte en España.

Hoy entregamos la Medalla de Honor de la Asociación Española de Pintores y Escultores y me corresponde a mí, como Presidente, el honor de materializarlo.

Un auténtico orgullo por la brillante trayectoria y excelente biografía de nuestra homenajeada, que ha sabido canalizar con tanto acierto su vocación, ayudando a artistas de diferentes estilos y técnicas, a encumbrarse en el siempre difícil mundo del arte contemporáneo.

Soledad Lorenzo los ayudó con su ejemplo hasta alcanzar el reconocimiento y la notoriedad, creando también ella misma, un ambiente propicio para ello, para la creación y transmisión del conocimiento, involucrando a toda la sociedad e invitándola a una labor de reflexión sobre la cultura que se ha visto fructífera y tremendamente positiva.

Y todo lo hizo guiada por su intuición y gracias a su inmenso talento, ese con el que se nace y que no puede aprenderse ni otorgarse alegremente; talento que en la antigüedad era una moneda, una medida de riqueza.

A todos nos viene ahora a la mente la parábola de los talentos, que nos sirve de reflexión para preguntarnos dónde han ido nuestros talentos y admirar lo bien que ha sabido Soledad Lorenzo gestionar los que ella descubrió.

Como todos ustedes saben, la Asociación Española de Pintores y Escultores nació en 1910. El Acta Fundacional la firmaron más de 180 grandes artistas de la época, con los que estoy seguro, Soledad Lorenzo se hubiera emocionado, porque hablamos de artistas como Sorolla, Cecilio Pla, Benlliure, Romero de Torres, Gutiérrez Solana, Miguel Blay, José Clará… y así una larga lista de, permítanme el término taurino, “primeras espadas” del arte.

Arte. Eso es lo que nos une, a Soledad Lorenzo y a esta Asociación Española de Pintores y Escultores, el arte de quienes hemos sabido crear el ambiente propicio para que se desarrolle el talento, reconocerlo, encumbrarlo,  y presentarlo a la sociedad para que lo aprecie.

Vivimos unos años convulsos, no sólo políticamente hablando. La pérdida del rumbo de la sociedad afecta a todos los ámbitos de la vida, y especialmente en lo que rodea al mundo del arte.

Por eso hay que reconocer a quienes como Soledad Lorenzo, como esta misma Asociación Española de Pintores y Escultores, luchan y apuestan por el talento, por quienes reclaman y valoran los talentos que hay en España.

Somos instituciones como la AEPE, como la propia Soledad Lorenzo, convertida ya en institución y leyenda, quienes creímos y seguimos creyendo en ellos. Porque creímos y seguimos creyendo en sus valores, en su vocación.

Y les arropamos con todo nuestro ejemplo. Un maravilloso ejemplo de más de 100 años, en nuestro caso, y un paradigma de profesionalidad como el que reúne Soledad Lorenzo, a quien hoy rendimos sentido homenaje.

Una consideración y un respeto que estoy convencido, Soledad sabrá apreciar porque viene expresamente de los artistas, aquellos a los que a lo largo de su vida tanto ha ayudado.

No es este un galardón pomposo o un título otorgado por altas instancias tan alejadas en la actualidad de la realidad patente y patética que vivimos. Es una sencilla muestra de consideración a quien ha sabido enamorarse del arte moderno, de parte de quienes lo están haciendo en estos mismos momentos, de los mismos artistas que ven con admiración a quien tanto ha luchado a lo largo de toda una vida, por ellos.

Un honor que concedemos a toda una vida de lucha personal y vicisitudes del espíritu, no por gloria ni por lucro, sino por hacer realidad algo que no existía.

Un reconocimiento con el que fomentar que entre todos aquellos que nos escuchan y se dedican a la misma lucha y afanes, haya alguno que algún día se pare aquí mismo, donde hoy se sienta Soledad Lorenzo, y vuelva a servir de ejemplo de tenacidad al servicio del arte y la cultura.

Los artistas, agradecidos, te honramos hoy y aplaudimos, expresándote nuestro más sincero reconocimiento».

Después, llegó el momento de compartir entre todos los asistentes, brindando y celebrando el momento.

 

 

El viernes 13 se entrega la Medalla de Honor a Soledad Lorenzo

El próximo viernes día 13 de diciembre de 2019, en la sede social de la Asociación Española de Pintores y Escultores, situada en la Calle Infantas, número 30, a las 19 h. tendrá lugar el acto de entrega de la Medalla de la AEPE a la galerista de arte contemporáneo española, referente indiscutible del mercado del arte en España en el último cuarto del siglo XX.

 

Soledad Lorenzo García (Torrelavega, Cantabria, 13 septiembre de 1937), pasó su infancia en su ciudad natal, pero por problemas políticos de su padre, Pedro Lorenzo Molleda (alcalde republicano de Torrelavega encarcelado durante la guerra civil), se trasladó toda la familia a Madrid, Zaragoza y posteriormente a Barcelona. Recibió de su ciudad natal en el año 2007 el título de Torrelaveguense Ilustre.

Soledad Lorenzo se quedó sin familia cuando aún era muy joven, una de las razones por las que entregó su vida entera al arte y a sus artistas, según sus propias palabras “la maravilla del arte es emocional e intransferible y la cultura es la base del progreso de la sociedad”.

Desde pequeña asistió con su padre a tertulias y exposiciones en Barcelona, lo que fomentó su amor por la pintura y por la escultura. Con seis años ya había posado para Joaquim Sunyer, miembro destacado del Novecentismo catalán.

Se casó en 1960 a los 23 años, vivió con su marido en Londres, ejecutivo de la constructora española Huarte, durante once años, pero a consecuencia de un cáncer falleció en Madrid en 1973 y con 36 años se quedó viuda. «No creo en Dios, creo en la vida»’, diría más tarde en una entrevista.

En 1974 comenzó su aprendizaje profesional en el mundo del arte cuando trabajó en la galería Fernando Guereta, pronto va ganando confianza y soltura, y los artistas se estaban convirtiendo en sus grandes amigos. A partir de 1976 comenzó a trabajar durante ocho años en la Galería Theo de Madrid, con sus propietarios el matrimonio formado por el pintor Fernando Mignoni y Elvira González. En 1985, a través del Ministerio de Cultura, fue comisaria en Bruselas de las exposiciones que España presentó en el festival de cultura española Europalia, con motivo de la entrada de España en el Mercado Común.​

En 1989 el fotógrafo Helmut Newton, una de las grandes figuras del siglo XX, australiano de origen alemán conocido por sus fotografías de moda y sus famosos retratos a “celebrities”, se fija en Lorenzo y le realiza una exquisita fotografía, que ha formado parte de la extensa producción de este fotógrafo internacional.

Lorenzo necesitaba el contacto directo con los artistas por eso se decidió a crear su propia galería de arte en 1986. Su referencia como modelo galerístico era la galería Juana Mordó. Se estableció en un local muy espacioso y luminoso en la calle Orfila de Madrid y ahí permaneció hasta su cierre. La reforma la hizo su hermano arquitecto, Ricardo Lorenzo García, con el pintor Gustavo Torner.

Inauguró la galería con el artista Alfonso Fraile, seguido de Gustavo Torner, Jordi Texeidor, Vicente Rojo, Antonio Lorenzo, Pablo Palazuelo del que fue gran amiga. Posteriormente trabajó con artistas como Tàpies, José Luis Gómez Perales, Guillermo Pérez Villalta, Miquel Barceló, Soledad Sevilla, Hernández Pijoan, Luis Gordillo, Antonio Lorenzo.

Los primeros artistas jóvenes que trabajaron con ella fueron los escultores vascos Txomin Badiola y Pello Irazu, Broto, Pedro Mora, Susy Gómez , Juan Uslé, PereJaume Victoria Civera, Íñigo Manglano-Ovalle, Jorge Galindo, José Maria Sicilia, Sergio Prego, Ana Laura Alaez, La Ribot. Muy pronto se abrió al mercado internacional participando en las mejores ferias de arte contemporáneo. Ha trabajado con artistas internacionales de reconocido prestigio como, Louise Bourgeois, artista con la que mantuvo una estrecha relación, Julian Schnabel, Ross Blecker, Tony Oursler, Robert Longo, Paul McCarthy, David Salle entre otros. Ha participado en las mejores ferias de arte europeas, como la Feria de Arte Contemporáneo ARCO de Madrid, la feria Art Basel de Basilea en Suiza y Frieze en Londres.​

En diciembre de 2012 cerró su galería que dirigió durante 26 años, ya que consideró que con su consabida autoexigencia y con una edad de 75 años, no podía entregarse al mismo ritmo y con la máxima intensidad que el trabajo con sus artistas requerían. Y aunque nunca ha sido coleccionista, a veces se quedaba con obras de artistas que creía eran importantes. Se ha exhibido una selección de ellas en el Museo de Arte Moderno de Santander y en Valencia.

Reside en un gran loft en el Madrid de los Austrias donde vive rodeada de obras de sus artistas como de Juan Uslé, Philipp Fröhlich, José María Sicilia, Victoria Civera entre otros. También conserva una escultura de la serie arañas de Louise Bourgeois (regalo de la autora). Jamás ha buscado el éxito, sin embargo, siempre le ha acompañado.

Deseaba que las obras que poseía estuvieran en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid para que las disfrute el máximo número de personas posible. Por lo que el año 2014, entregó en depósito en trámites de donación la mayor parte de su legado, 406 obras de 89 artistas.

Con la obtención del premio Arte y Mecenazo, decide, animada por sus amigos, que le escriban su biografía y se la encarga al crítico de arte Mariano Navarro y Antonio Lucas titulada Una vida con el arte. Es la primera monografía dedicada a una galerista española.

Patrona de honor de la Fundación Museo Reina Sofía.​

Premios

Entre los galardones, premios y homenajes concedidos a Soledad Lorenzo, figuran entre los más destacados:

Medalla de Oro de las Bellas Artes

Torrelaveguense Ilustre

Medalla de Oro del Ayuntamiento de Madrid

Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo. Consejo de Ministros de España

Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio

 

Os esperamos

Medalla de Honor de la AEPE

A Soledad Lorenzo

Viernes 13 de diciembre de 2019

19 h.

Sede de la AEPE

Calle Infantas, 30, 2º derecha

28004 Madrid

L a V: de 10 a 14 h. y de 17 a 20 h.

Metro: Chueca, Sevilla, Banco de España (líneas 1 y 5)

Bus: 146, 2, 34

Rafael Botí Torres recibe la Medalla de Honor de la AEPE

En un acto celebrado el pasado día 21 de diciembre en la sede institucional de la AEPE, el benefactor y altruista madrileño Rafael Botí Torres recogió la “Medalla de Honor”, que le fue otorgada de manos de su Presidente José Gabriel Astudillo, en reconocimiento a su labor de coleccionista, mecenas, y emprendedor que ha dedicado toda una vida al fomento del arte y la cultura.

Momentos antes de comenzar el acto, en el despacho presidencial, de izquierda a derecha: Mª Dolores Barreda Pérez, Secretaria General de la AEPE, junto a Rafael Botí Torres, José Gabriel Astudillo, Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores y Juan Manuel López-Reina, Vicepresidente de la AEPE

                            

Repleta de asistentes, entre los que se encontraban numerosos socios y amigos, así como diferentes personalidades del mundo del arte y la cultura como Tomás Paredes, el Director del Museo de Bellas Artes de Córdoba, José María Palencia, el que fuera director del Instituto Cervantes, crítico de arte, comisario y poeta Juan Manuel Bonet Planes, numerosos socios, amigos y público en general, transcurrió un acto emocionado en el que a modo de introducción, la Secretaria General, Mª Dolores Barreda Pérez, realizó un breve recorrido por la biografía casi desconocida del mecenas, especialista en la obra de Rafael Botí Gaitán y de Daniel Vázquez Díaz, y que sigue realizando actividades culturales en las que difunde a estos y a otros muchos artistas.

El homenaje espontáneo, nacido del corazón de todos los que forman la Asociación Española de Pintores y Escultores hizo especial hincapié en los valores humanos que siempre han rodeado a la persona de Rafael Botí Torres.

José Gabriel Astudillo lo reflejó muy acertadamente cuando expresó que Rafael “une a su cualidad de mecenas y benefactor, la de académico: su vida ha sido una perseverante investigación de toda aquella  manifestación artística relacionada con la obra de su padre, que le apasiona, logrando la excelencia y la fama por sus estudios al respecto. Como promotor cultural, ha depositado todo su talento y su energía en detectar, impulsar y hacer brillar las obras de los demás”

Y sobre todos estos valores, Astudillo destacó que “en realidad, su trabajo constituye también toda una auténtica obra de arte, porque sin él, sin su empuje e iniciativa, muchos talentos permanecerían ocultos toda la vida y nos privarían, a quienes disfrutamos a diario de la cultura, del placer de conocerlos.

Tras la imposición de la Medalla de Honor, el homenajeado quiso también dirigir unas palabras a los asistentes, pero la emoción lo embargó hasta el final y sólo pudo agradecer el honor de un reconocimiento de una institución tan prestigiosa como la Asociación Española de Pintores y Escultores.

Tras recibir la Medalla de Honor de la Asociación Española de Pintores y Escultores, Rafael Botí Torres firmó en el Libro de Honor de la AEPE, bajo la atenta mirada del Presidente, José Gabriel Astudillo.

Y finalmente, firmó el acta de donación del cuadro titulado «Desde mi ventana», de Rafael Botí Gaitán, que ha donado a la AEPE y figura ya inscrito e inventariado en el patrimonio de la entidad.

Como en otras ocasiones, por lo entrañable de las palabras que a modo de introducción realizó Mª Dolores Barreda Pérez, palabras que emocionaron no sólo al homenajeado, sino a todos los asistentes, y por la encendida defensa de su perfil humano, reseñamos a continuación la intervención de la Secretaria General:

Rafael Botí Torres (1930) nació en Madrid, aunque no puede olvidar la Córdoba natal de su padre a la que ama como a una hija.

Hijo único del músico y pintor Rafael Botí Gaitán y de Isidra Torres Lerma, naturales de Córdoba.

Durante los primeros días del conflicto, su casa de Madrid, situada en la Calle Gobernador, 21, frente al Jardín Botánico, es semidestruida en un bombardeo.

La familia Botí se desplaza a Manzanares, en Ciudad Real, donde su padre ejerció como Profesor de Dibujo y como Bibliotecario en un Instituto de Segunda Enseñanza.

Terminada la Guerra Civil, la familia regresa a Madrid, en donde aunque pequeño, nuestro Rafael comparte el ambiente artístico y cultural que rodea a su padre, acercándose a figuras como Vázquez Díaz, José Caballero, la Duquesa de Alba, Sáez de Heredia, Micaela Amaya “La Chunga”, José Camón Aznar, Antonio Manuel Campoy, Marino Gómez-Santos, Elena Flórez,….en tertulias y visitas en las que acompañaba a su padre, que de niño lo llevaba a todas partes, yendo de su mano a los estudios de todos sus amigos.

Así, tuvo la dicha de ser un niño que jugaba entre los lienzos y pinceles de Vázquez Díaz, los hermanos Solana y otros grandes artistas amigos de la familia.

Según él mismo ha declarado, posó mucho para Vázquez Díaz entre los años 50 y 55. Lo hacía en su estudio, los domingos por la mañana y allí lo pasaba de maravilla.

Por este motivo, ha vivido toda su vida rodeado de arte y de artistas.

Por eso, podemos decir que lleva el arte dentro.

Desistió de pintar desanimado por su progenitor, ya que según ha declarado en alguna ocasión, su padre le dijo: «Mira, niño, dedícate a otra cosa que Dios no te ha llamado por ese camino»…

A fuerza de batallar por reivindicar la figura paterna, de invertir trabajo y dadivosidad a favor de Rafael Botí padre y de Vázquez Díaz, muy poco sabemos en realidad de Rafael Botí hijo.

Rafael Botí Torres estudio Economía y trabajó en la Banca, con categoría de Director de Sucursal.

Agente de la Propiedad Inmobiliaria, empresario y emprendedor, editor de numerosas obras sobre el arte, director de la Sala del Banco de Córdoba en Madrid, promovió la difusión del arte de los andaluces y, en general, del arte español comisariando exposiciones y escribiendo textos para catálogos.

Miembro de la Asociación Madrileña de Críticos de Arte

Miembro de la Asociación Española de Críticos de Arte

Miembro de la Asociación Española de Escritores y Artistas

Ha luchado incansablemente, y lo sigue haciendo, por la difusión y trascendencia de la obra de su padre, el músico y pintor Rafael Botí Gaitán.

Lucha que se materializó en la adquisición de parte de sus obras por la ciudad de Córdoba, a través de su Diputación provincial, ya que había apoyado al artista en vida con la concesión de diferentes becas.

La necesidad de gestionar este legado es el germen para la creación de la Fundación provincial de artes plásticas Rafael Botí, de la que nuestro Rafael es Miembro del Consejo Rector, además de Miembro de su Comisión Técnica.

Sus desvelos y trabajos culturales y artísticos le llevaron a la Vicepresidencia de la Academia Libre de Arte y Letras de San Antón.

Es además Socio de Honor de la Asociación Española de Pintores y Escultores

En el año 2010 fue nombrado Hijo Adoptivo de Torrelodones (Madrid), donde organiza el “Certamen de Pintura en Directo Rafael Botí”

En el año 2012 fue nombrado Académico de Honor de la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba

En 2016, y coincidiendo con la celebración del día de Andalucía, recibió la insignia de oro y plata y Diploma de Honor del Real Círculo de la Amistad, Liceo Artístico y Literario de Córdoba.

Como coleccionista de obras de arte, con predilección por las de Vázquez Díaz, y José Caballero, Rafael Alberti, Antonio Cobo y otros muchos pintores maestros en los que ha centrado su difusión, es el máximo especialista, experto  y conocedor de la obra de Vázquez Díaz y de Juan Antonio Morales

Su generosidad es bien conocida por la donación de obras de Vázquez Díaz y de Rafael Botí, y por el préstamo de otras muchas para su exhibición en importantes exposiciones pictóricas.

En la actualidad, colabora siempre que es convocado, como Miembro de Jurados de premios, certámenes y bienales.

Enamorado de Córdoba, pasión que comparte con su esposa, reparten su tiempo entre Madrid y esta ciudad en la que posee una vivienda junto a los jardines de Los Patos, muy cerca del palacete que perteneciera a Manolete, y que a su padre le habría encantado, por lo mucho que a él le gustaban los toros.

Allí miran también el patio de la Calle Isabel II, en el que sus padres se conocieron y en el que por iniciativa propia, logró ubicar una placa alusiva al pintor y músico cordobés como reconocimiento del que fuera su hogar.

Rafael es discreto, elegante, una excelente persona. No habla mal de nadie, no falta nunca a nadie, es generoso, amigo de sus amigos, paciente, luchador, optimista y creyente fiel de la realidad de las cosas.

Sincero y sensato, lo único que le hubiera pedido a la vida después de tantos sacrificios compartidos con su esposa Dely Blanco, presente en este homenaje como no podía ser de otra manera, es tener descendencia, pero echando mano de su optimismo, eso también lo han arreglado, haciendo hija a la hermosa ciudad de Córdoba, de la que ambos están completamente enamorados, y no sin razón, me consta.

Al realizar este perfil, creo que la AEPE no puede ocultar su alegría y entusiasmo por otorgar hoy esta merecida Medalla, un honor que debe convertirse en estímulo cargado de pleno y consciente sentido de responsabilidad que todos compartimos con Rafael.

Gratitud y reconocimiento son los sentimientos que en este momento nos embargan a la hora de pensar en Rafael y analizar el devenir de su vida, rodeado de arte y de artistas y de vivencias que han sido constante preocupación en su vida.

Constituye no sólo un noble hábito, sino un obligado gesto el reconocimiento y recuerdo de las virtudes humanas y valores artísticos de un mecenas como Rafael. Estoy convencida de que todos los aquí presentes, todos los que te conocemos, corroboramos el sentimiento generalizado de quienes te hemos tratado, destacando tus afables dotes personales y tu extraordinaria vocación altruista.

Nos gustaría que este acto constituya para todos el recuerdo de tu figura, nobilísimo arte y una ejemplo de energía y fecundidad al servicio de los demás.

Etimológicamente el término proviene del nombre del famoso consejero de Augusto, Mecenas, protector de las letras y de las artes, que implica una idea y conciencia del arte como realidad que incluye unos valores y unos sentimientos de amor y generosidad como los que encarnas.

Estamos acostumbrados a entender el mecenazgo como un amor por las letras y las artes que se manifiesta en forma de acción de estímulo y ayuda de gobiernos y de hombres ricos y poderosos. Incluso hoy en día, esa generosidad está ligada a motivos utilitarios de poder, de prestigio social y de otro tipo de iniciativas de los grandes grupos industriales y económicos.

En el caso de Rafael, debemos entender el mecenazgo como misión, tal y como nos advertía en su momento el propio Ortega y Gasset.

No pretendo en esta introducción acumular sólo datos de un currículo de Rafael Botí Torres. Creo que era indispensable presentar aquí un apretado perfil humano de quien se ha pasado la vida difundiendo con eficacia el legado de los demás.

Al rememorar su presencia activa en todo tipo de actos de difusión de otros pintores, destacaremos sobre todo la fecunda labor que viene realizando en la ciudad de Córdoba, en la Fundación que lleva los apellidos de su padre. Una Fundación que intenta de forma cíclica renovarse y transformarse en una institución sólida y a la altura, y que tanto hace en el campo de las artes.

Desde la AEPE, desde AECA, podemos dar fe de los esfuerzos realizados en épocas de bonanza y de crisis para cumplir las ilusiones y los sueños de su fundador, contando siempre, eso sí, con su extraordinaria generosidad a la hora de ceder obras en beneficio y consecución de este fin.

Me resulta indispensable vincular el entusiasmo que ha puesto en realizar publicaciones de gran calidad que rememoren el importantísimo trabajo de los pintores, en realizar exposiciones antológicas, temáticas, y una fecunda labor que se acompaña de múltiples gestiones y trabajos cuyo detalle oscuro, laborioso, callado, no cabe aquí.

Me he resistido con todas mis fuerzas a hablar en esta introducción de Rafael Botí Gaitán como artista, no así como padre y amigo, y de Daniel Vázquez Díaz, puesto que hoy el protagonista indiscutible y absoluto de nuestro reconocimiento es Rafael Botí Torres. Él sólo y por él mismo. Por su trabajo, y su personalidad.

La callada memoria del olvido debe ser devuelta y recordada para homenajear a Rafael Botí Torres.

Por eso quiero proclamar que Rafael Botí Gaitán será por siempre el maestro y pintor cordobés por excelencia del siglo XX, pero tú, Rafael, sólo tú, serás únicamente nuestro Rafael, con entidad propia más allá de la memoria de tu amado padre, nuestro Rafael más allá de posibles comparaciones o referencias, nuestro Rafael más allá de quienes te asocien únicamente a él.

Tú serás ya por siempre el Rafael de la Asociación Española de Pintores y Escultores que hoy te agradece una vida entera dedicada al arte y los artistas.

Felicidades y muchas gracias

 

A continuación, el Presidente entregó la Medalla de Honor a Rafael Botí Torres, quien la recibió emocionado y dirigió unas palabras a los asistentes en las que sólo pudo agradecer el honor y declararse feliz y emocionado por el hecho de estar allí, y saberse de verdad objeto de una atención tan especial.

Las palabras del Presidente fueron:

Queridos socios y amigos:

Hacemos esta tarde un hermoso acto de reconocimiento a la generosidad.

La AEPE siempre ha sabido reconocer todas las disciplinas que conforman las Bellas Artes: la formación de una base sólida, la selección de la mejor materia prima, la suma de destrezas y buen gusto, la búsqueda de la belleza, en suma, el aroma que, como la cultura, caracteriza a una prestigiosa entidad como la nuestra.

En los últimos años la AEPE ha sabido reescribirse: con decisión firme y vocación de servicio bien demostrada, ha apostado sin ambages por la pintura y la escultura, dos de las más nobles entre las Bellas Artes, para convertirse en el catalizador del arte y los artistas en Madrid y en toda España.

En un siglo tan agitado como en el que nos ha tocado vivir, este reconocimiento al mérito que hoy otorga la AEPE es también una invitación a detenerse en una biografía ejemplar, en esa parte inmutable de la vida que es la inquietud artística. No hay más que mirar su rostro para descubrir la suma de facultades, afán y trabajo que representa y que hoy se concentran en esta Sala “Eduardo Chicharro”.

Las Bellas Artes requieren el impulso generoso y apasionado de los mecenas y de quienes trabajan en beneficio de la cultura sin esperar nada a cambio. Por eso reconocemos hoy la labor de Rafael Botí Torres, que ha dedicado su vida al estudio y la difusión del arte, presentando una atención especial a la obra de su padre y a la de su maestro, Vázquez Díaz, a través de todo tipo de trabajos y desvelos, actividades, y por cuantos medios han estado a su alcance.

En la AEPE abundan los mecenas y benefactores culturales, ya que como sabéis, todos los miembros de la Junta Directiva trabajamos por amor al arte.

De igual forma, Rafael une a su cualidad de mecenas y benefactor, la de académico: su vida ha sido una perseverante investigación de toda aquella  manifestación artística relacionada con la obra de su padre, que le apasiona, logrando la excelencia y la fama por sus estudios al respecto. Como promotor cultural, ha depositado todo su talento y su energía en detectar, impulsar y hacer brillar las obras de los demás.

En realidad, su trabajo constituye también toda una auténtica obra de arte, porque sin él, sin su empuje e iniciativa, muchos talentos permanecerían ocultos toda la vida y nos privarían, a quienes disfrutamos a diario de la cultura, del placer de conocerlos.

Por eso hoy reconocemos y galardonamos a uno de esos grandes exponentes de la promoción cultural, a Rafael Botí Torres.  Toda su vida ha sido un esfuerzo constante por acercar al público el arte y la creación cultural. La divulgación pictórica de la obra de su padre, y de su maestro, es la pequeña muestra de cómo ha logrado contagiar su pasión pictórica a tantos ciudadanos, a través de la generosidad extrema y gracias a la perseverancia de una vida dedicada a ello.

Rafael Botí Torres es un modelo de conducta para la sociedad; un alma que ha logrado superarse en la conquista de la excelencia, haciendo de su trabajo una transmisión y difusión de la pintura y del arte que no puede pasar inadvertida.

Pero hoy Rafael no está aquí como representación ni como difusor de la obra de otros artistas, sino que está con nosotros por ser reconocido como un gran filántropo y una excelente persona. Está aquí por méritos propios y no cabe hablar más que de él.

Decía la Secretaria General en su nota biográfica, que no quería hablar más que estrictamente lo necesario del pintor Botí y de Vázquez Díaz. Efectivamente, hoy el único protagonista aquí es Rafael, cuya forma de ser, cuya bondad y  cuyo perfil humano le ha granjeado el cariño y el agradecimiento de cuantos estamos en esta sala, de los que no están, de los cordobeses, de los españoles, de todos los que amamos el arte y alabamos la generosidad de su vida.

El esfuerzo que hoy reconocemos no caerá en saco roto. Porque toda una vida entregada a las Bellas Artes es una enorme fuente de fecundidad y riqueza para toda la sociedad, y es, además, un orgullo para todos los españoles, para todos los artistas y para esta Asociación Española de Pintores y Escultores que hoy te aplaude.

Hoy es un día para celebrar. La Asociación Española de Pintores y Escultores está de fiesta y este acto de entrega de la Medalla de Honor es una buena muestra del espíritu de agradecimiento y de servicio que vivimos en esta centenaria institución a la que me gusta llamar casa de todos.

Hemos aprendido de nuestros predecesores -y hoy lo vemos encarnado en Rafael- a trabajar con alegría y con afán de ayudar a los demás, al servicio del arte y de los artistas. Probablemente todos me habéis oído decir que cada día nos empeñamos en que la AEPE sea uno de los mejores lugares del mundo en donde reconocer el arte y la creación. Estoy persuadido del privilegio que tenemos quiénes cada día compartimos una misión tan relevante en servicio de la sociedad.

Por supuesto, los obstáculos no nos faltan: así ha ocurrido en el pasado y así seguirá sucediendo en el futuro, en medio de las tormentas se descubre el temple de los buenos marineros. Y ahora podemos estar contentos porque las circunstancias del entorno nos hacen ver que ni podemos ser mediocres, ni podemos vivir instalados en la cultura de la queja.

Pero mis palabras deben ser fundamentalmente de felicitación y agradecimiento a Rafael Botí. Hoy recordamos la suma de muchas tareas sencillas, silenciosas, calladas, realizadas con el empeño de servir: a la memoria de su padre, a la del maestro Vázquez Díaz, a la de ciudades como Córdoba, Nerva, Jaén, a empresas y fines de todo tipo relacionados siempre con el mundo del arte… a la de nuestra propia entidad y a la de otras muchas instituciones.

En un gesto más de generosidad y altruismo, Rafael nos ha hecho llegar la obra que aquí exhibimos del pintor Rafael Botí Gaitán, cuya donación a esta Asociación Española de Pintores y Escultores quedará reflejada en el acta que a continuación firmaremos para que quede ya por siempre unida a nuestra institución, en un acto que nos abruma y recuerda la grandeza de quien hoy homenajeamos.

Por esta ingente tarea, llena de coraje y magnanimidad, la Asociación Española de Pintores y Escultores te manifiesta su reconocimiento y su gratitud. Rafael: te quiero dar las gracias, en nombre de todos, porque con tu compromiso, con tu capacidad de superar las dificultades con paciencia, ingenio y creatividad, has contribuido a plasmar el espíritu que da vida al acto creativo y al arte.

El amor al trabajo bien hecho, el afán de descubrir la verdad y darla a conocer, la lealtad, el ambiente de afecto y preocupación por los demás, son rasgos de ese espíritu fundacional -que enseguida perciben quienes se acercan a la AEPE- y que son reales porque muchas personas como tú se empeñan en vivirlos cada día.

Además de felicitarte y de agradecerte que hayas hecho tuyos los fines y los proyectos de nuestra entidad, quiero decirte que tu espíritu de servicio es una fuente de inspiración para quienes trabajamos ahora en el difícil mundo del arte y la cultura.

Llevas toda una vida luchando por difundir el arte de los demás, el arte de muchos artistas y lo has hecho trabajando cada día con ahínco, no por vanagloria, sino por servir mejor a los demás, al arte, a los artistas, enseñando con el ejemplo y con la palabra, con toda tu vida, mediante publicaciones, textos, exposiciones, premios, certámenes, en definitiva, con logros repletos de beneficios para los creadores y para toda la sociedad.

Las instituciones, como las personas, se hacen mejores cuando se acostumbran a dar las gracias a quienes las sirven con lealtad. Esta entrega de la Medalla de Honor es, por tanto, un bien para todos y no sólo para el galardonado.

Por esta vida dedicada a preservar la memoria de los artistas, nuestra Junta Directiva ha acordado concederte la Medalla de Honor. Quienes hoy te acompañamos –y otras muchas personas que no han podido acudir- te felicitamos de todo corazón, y nos unimos a tu alegría y grandiosidad. Muchas gracias.

       

     

El viernes se entrega la Medalla de Honor a Rafael Botí Torres

El próximo viernes día 21 de diciembre de 2018, en la sede social de la Asociación Española de Pintores y Escultores, situada en la Calle Infantas, número 30, a las 19 h. tendrá lugar el acto de entrega de la Medalla de la AEPE al mecenas y filántropo Rafael Botí Torres.

Rafael Botí Torres, hijo del pintor cordobés Rafael Botí, figura importante formada en el taller de Vázquez Díaz, creció en ese mundo artístico paterno y hasta en alguna ocasión fue modelo de Vázquez Díaz para realizar la figura de un torero; y ya de mayor se afanó en formar una colección que, con el tiempo, alcanzó un alto nivel al adquirir numerosas obras de Vázquez Díaz. Un fondo patrimonial que desde hace años trata de compartir y por ello donó una parte sustancial de las obras de su padre a los cordobeses, donación hecha a la Diputación Provincial que difunde la Fundación Rafael Botí, constituida en un factor cultural con notable proyección; y en su testamento deja en herencia al Museo Vázquez Díaz de Nerva (Huelva) los bocetos y dibujos realizados por don Daniel Vázquez Díaz para realizar los frescos del Descubrimiento de Santa María de la Rábida.

Coleccionista, mecenas, emprendedor; una vida dedicada al fomento de la cultura. Patrocina certámenes artísticos e impulsa exposiciones; es miembro de la Asociación Española de Críticos de Arte; académico… Y la Asociación Española de Pintores y Escultores reconoce esa labor desprendida e inteligente otorgando a Rafael Botí Torres su Medalla de Honor.

Al término del acto, celebraremos la tradicional copa de navidad.

Os esperamos

 

Rafael Botí Torres, Medalla de Honor de la Asociación Española de Pintores y Escultores

La Junta Directiva de la Asociación Española de Pintores y Escultores, AEPE, presidida por José Gabriel Astudillo, ha concedido su Medalla de Honor al coleccionista Rafael Botí Torres, ‘en reconocimiento y agradecimiento’ a su confianza en la Asociación, inquebrantable fe en la entidad, máxima cordialidad ‘y gran predisposición mostrada siempre a la hora de colaborar con nuestra institución’. La Medalla de Honor se entregará el 21 de diciembre de 2018 en la sede social de AEPE, al término de la tradicional Copa de Navidad.


Rafael Botí Torres, hijo del pintor cordobés Rafael Botí, figura importante formada en el taller de Vázquez Díaz, creció en ese mundo artístico paterno y hasta en alguna ocasión fue modelo de Vázquez Díaz para realizar la figura de un torero; y ya de mayor se afanó en formar una colección que, con el tiempo, alcanzó un alto nivel al adquirir numerosas obras de Vázquez Díaz. Un fondo patrimonial que desde hace años trata de compartir y por ello donó una parte sustancial de las obras de su padre a los cordobeses, donación hecha a la Diputación Provincial que difunde la Fundación Rafael Botí, constituida en un factor cultural con notable proyección; y en su testamento deja en herencia al Museo Vázquez Díaz de Nerva (Huelva) los bocetos y dibujos realizados por don Daniel Vázquez Díaz para realizar los frescos del Descubrimiento de Santa María de la Rábida.
Coleccionista, mecenas, emprendedor; una vida dedicada al fomento de la cultura. Patrocina certámenes artísticos e impulsa exposiciones; es miembro de la Asociación Española de Críticos de Arte; académico… Y la Asociación Española de Pintores y Escultores reconoce esa labor desprendida e inteligente otorgando a Rafael Botí Torres su Medalla de Honor.

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