Ramón Gutiérrez Santos

Autor del Cartel anunciador del XI Salón de Otoño de 1931

Por Mª Dolores Barreda Pérez

GUTIERREZ SANTOS, Ramón       P.G.  1927           1890     MADRID              DENIA/MADRID

Bien poco es lo que sabemos de este pintor y grabador nacido en 1890 en Madrid.

En 1929, junto a los artistas Mariano Monedero y Ángel Díaz Ramos, realizó una exposición de pintura, escultura e ilustración en el Ateneo de Madrid, en la que …”Gutiérrez Santos exhibe trece óleos y ocho ensayos decorativos. Entre éstos, destacan, como singular cierto, unos carteles. En aquellos, el pintor muestra también concepciones y maneras de decorador” (ABC, 22/01/1929).

Hemos podido seguir su rastro a través de las crónicas de la época, por las que conocemos que participó en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1930 (La Voz, 14/5/1930) y que tras la misma, …”de conformidad con la propuesta formulada por el Jurado de relación de la actual Exposición Nacional de Bellas Artes, han sido concedidas las siguientes bolsas de viaje y premios de aprecio de 500 pesetas: Sección de Pintura:…. Ramón Gutiérrez Santos…” (La Libertad, 12/07/1930).

En 1927 se hizo socio de la Asociación de Pintores y Escultores, y debió asociarse también a otro tipo de entidades artísticas, como la Unión de Dibujantes Españoles.

En julio de 1930 organiza una exposición que se realiza en Valencia, recogiendo la prensa que …”sobre la exposición de dibujos, acuarelas y guaches, organizada por la Unión de Dibujantes Españoles y que es la primera que con este carácter se ofrece en Valencia, y el encargado de su instalación y trabajos complementarios para su buena presentación es el artista don Ramón Gutiérrez Santos”. (Las Provincias, 24/07/1930 y La Correspondencia de Valencia, 24/07/1930).

En 1931 fue elegido Secretario de la Unión de Dibujantes Españoles, presidida por José Francés, …”una nueva Junta que ha empezado a preparar una completa y amplia renovación de sus actividades e iniciativas. Para llevar a cabo estos proyectos, de indiscutible importancia para los dibujantes españoles, la Unión de Dibujantes Españoles solicita el concurso de cuantos puedan y deban formar parte de ella, a cuyo fin se ruega comuniquen las adhesiones y altas en su lista general de socios al secretario general de la Unión de Dibujantes Españoles, D. Ramón Gutiérrez-Santos, y al domicilio social, Palacio de la Prensa (plaza del Callao, 4). El jueves 19, a las seis de la tarde, la Unión de Dibujantes Españoles celebrará, en el salón de conferencias de la Asociación de la Prensa, junta general extraordinaria”… (El Heraldo de Madrid, 16/11/1931).

Participó también en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1932 (Crónica, 29/05/1932), a la que presentó una obra titulada …«Esquiadores» es una pareja de deportistas de la nieve, pintada con algún amaneramiento por Ramón Gutiérrez Santos, que puede y debe hacer más;… según el periodista Antonio de Lezama (La Libertad, 10/06/1932), y que también recogió El Heraldo de Almería del 5 de junio de 1932.

En agosto de ese mismo año encontramos la siguiente reseña: …”A mediados de este mes inaugurará en Valencia una Exposición de sus obras pictóricas el joven maestro Ramón Gutiérrez Santos. Por la calidad y cantidad de los cuadros que tiene preparados el ilustre artista, es de esperar que obtenga un éxito resonante, que merecen su incansable laboriosidad y su constante renovación. Es grato hacer constar que esta manifestación artística está patrocinada por el Ayuntamiento de Oliva”. (El Heraldo de Madrid, 01/08/1932).

Apareció también en Las Provincias: diario de Valencia, del 15 de octubre de 1932, especificando que …”En los locales de Agricultura, Industria y Comercio de Gandía puede admirar quien quiera ir a visitarlas dos exposiciones. Sin calificativos. Una de fotografías. Otra de pintura…La otra exposición aludida es la de pintura. Varios cuadros y dibujos presentados por Ramón Gutiérrez Santos. La prueba de su valer se halla al pie de sus producciones, en bastantes de ellas: “Propiedad” o “Adquirido por…”. Ofrece a la contemplación y crítica de los aficionados una buena colección de trabajos de los más variados tamaños, asuntos y carácter. Finos dibujos, estampas con bastante alma, un gran lienzo “Esquiadores”, a plena luz de un paisaje nevado. Advertimos en algunos visitantes la admiración y oímos el elogio. “Acordeones”, cuyo asunto no reflejaría mejor una cámara fotográfica. En las invitaciones-catálogo, aparecen unas opiniones valiosas: “…Temperamento, solidez en el dibujo y dominio del color, son cualidades que constituyen su firme personalidad de futuro maestro…-C. del Rivero” o “…No busca lo superficial de las cosas. Busca lo de dentro afuera. –Bort Vela”. No puede ser más halagüeño este lenguaje, que más que una profecía, señala una actualidad encomiable”.

La muestra pasó de Valencia a Oliva, tal y como recoge el diario El Pueblo, el 20 de septiembre de 1932: “Desde Oliva. Exposición de Pinturas de Ramón Gutiérrez Santos. Oliva, la culta población alicantina, es teatro actualmente de un verdadero acontecimiento artístico: la Exposición de pinturas de Ramón Gutiérrez-Santos, que se exhibe en el salón de sesiones del Ayuntamiento. El notable artista valenciano ha presentado cuadros de méritos destacadísimos, algunos de valor incalculable y hermosos, bellísimos todos, en los cuales se adivina que el artista ha puesto toda su ilusión y ansias de triunfo. La exposición fue inaugurada el día 10 y quedará clausurada esta noche. Pues bien: los ocho días de certamen han sido un éxito continuado. El amplio salón del Ayuntamiento ha estado constantemente concurridísimo. Millares de personas no sólo de Oliva sino de los pueblos comarcanos, han desfilado por allí, arrancando las obras de Ramón Gutiérrez-Santos el mismo comentario de elogio y admiración de labios de todos los visitantes. Puede decirse sin temor a incurrir en la exageración que el éxito de este gran pintor ha superado grandemente los cálculos previstos. Se esperaba el éxito –esta es la verdad- pero nunca hasta el límite logrado. Las efusivas felicitaciones de que ha sido objeto el artista por el numeroso público que ha desfilado por el Ayuntamiento a lo largo de los ocho días de exposición, es la prueba más categórica del triunfo. En el sinnúmero de ellas no puede faltar la nuestra, tan sincera, como la que más. Como decimos antes, hoy se clausura la exposición. Para esta noche, a las diez, se ha organizado un festival con tal motivo y la velada promete ser interesantísima. Habrá recital de poesías y la clausura de la exposición por don Vicente Frasquet”.

El hecho lo recoge también la Revista de Gandía del 15 de octubre de 1932, en una crónica que reproduce la anterior y añade: “…Se advierten ya, en toda su obra, de una manera precisa atisbos de genio; tal vez el pintor que lleva en sí aún no se ha encontrado a sí mismo. Nosotros hemos leído en el reverso del catálogo de sus obras que Gutiérrez Santos es don en uno o uno en dos; tal vez esté eso dicho en otro sentido, pero es cierto; y ese desdoblamiento de su personalidad, es lo que debe evitar a toda costa. Debe reaccionar de dentro a fuera, buscando su personalidad propia que ya se manifiesta clara y pujante en los paisajes; seguro y penetrante en estos se advierten en él balbuceos que quieren ser modernistas en los retratos, y algún que otro amaneramiento más subrayado en el cuadro “España 1931”. Destacan, a nuestro juicio, el cuadro “Las islas Columbretes” excelente de colorido y probidad, “Isabeleta”, “Esquiadores”, “Barco en dique” y “Varadero”. Gutiérrez Santos empieza ahora ¡bien se advierte en sus cuadros! Y empieza bien. Como dice acertadamente Carlos del Rivero en una opinión inserta en la invitación, si la voluntad no le falla llegará muy lejos”.

La prensa de la época recogió su presentación de obras al XIII y XIV Salón de Otoño de la Asociación de Pintores y Escultores de los años 1933 y 1934 (La Libertad, 30/11/1933 y El Heraldo de Madrid, 30/10/1934).

Participa en la III Exposición General Valenciana de Bellas Artes, celebrada en julio de 1935, y consigue una Mención de Honor, reflejándose en las reseñas de los medios de la época: …”Otro es G. de los Santos, temperamento equilibrado, amplía cultura, que armoniza hacia un retrato de señora… esta mano izquierda y este cuello lo dieciocho”. Consiguió además una Tercera Medalla en la Sección de Artes Decorativas por una vidriera naval y una Segunda Medalla en la de Grabado y Dibujo (Ribalta. Revista valenciana de arte. Valencia, agosto de 1935).

 

Retrato presentado a la III Exposición General Valenciana de Bellas Artes

 

También firmaba como Ramón de los Santos y como G. de los Santos.

Su participación en el Salón de Otoño de la AEPE

* Al VI  Salón de Otoño de 1925 se presentó inscribiéndose así: Ramón Gutiérrez Santos. Natural de Madrid, donde reside, en la calle Blasco de Garay, 24. Presentó dos obras:

148. Retrato de la señorita E.G.S., óleo, 120 x 92 y

149. Jardín de verano, óleo, 88 x 68

* Al VII Salón de Otoño de 1927 concurrió con una única pintura:

Un rincón de la casa grande.

* Al VIII Salón de Otoño de 1928 presentó,

145, un “panó con nueve apuntes”.

* Al IX Salón de Otoño de 1929 presentó seis obras:

94. Natura Esmeralda (óleo), 1,05 x 0,90;

95. El paisajista Collar (óleo), 0,83 x 0,63;

316. Calvarios de Valencia (óleo), 0,71 x 0,45;

317. Boceto de cartel para Tortosa (temple), 0,35 x 0,45;

318. Boceto de tela (temple), 0,35 x 0,45 y

319. Boceto de vidriera (temple), 0,35 x 0,45.


Natura esmeralda

 

* Al X Salón de Otoño de 1930 concurrió con tres pinturas:

136. Estudio (óleo), 1,15 x 0,95;

137. Las islas Columbretes (óleo), 1,15 x 0,95 y

138. El puerto (dos apuntes de Valencia) (óleo), 0,46 x 1,18.

Y además, a la Sección de arte decorativo, con:

337. ¡Tierra! (proyecto para vidriera), temple 1,00 x 1,60;

338. Cariátide (ilustración), temple y

339. Carnaval (ilustración), temple

Las islas Columbetes

 

Tierra

 

* Al XI Salón de Otoño de 1931 presentó nueve obras tituladas:

“Tejados de El Cabañal”. Grabado;

“Cristal y calidades”;

“España 1931”;

“Ilustración”. Dibujo;

“Mariposas”. Dibujo;

“Lola”. Dibujo;

“Matilde”. Dibujo y

“¡Musa!”, Cartel.

 

Cristal y calidades

 

* Al XIII Salón de Otoño de 1933 llevó tres obras tituladas

“Acordeones”,

“La capital del Valle” y

“El Valle de Amil”.

 

 

Bibliografía y webgrafía:

ABC Madrid, 20/01/1929 y 22/01/1929

La Voz (Madrid). 14/5/1930,

La Libertad (Madrid. 1919). 12/7/1930; 10/6/1932 y 30/11/1933

Las Provincias: diario de Valencia: Año 65 Número 19907, 24/07/1930 y número 20595, 15/10/1932

La correspondencia de Valencia: diario de noticias : eco imparcial de la opi…: Año LIII Número 21248 – 1930 Julio 24

El Pueblo: diario republicano de Valencia – Año XXXII Número 13136, 15/05/1930 y 20/09/1932

El Heraldo de Madrid. 16/11/1931; 30/10/1934 y 01/08/1932

Crónica (Madrid. 1929). 29/5/1932,

Heraldo de Almería: diario político: Año III Número 464 – 1932 junio 5

Revista de Gandia : periódico dedicado al fomento de los interese…: Época 3ª Año XXXIII Número 1684, 15/10/1932

Ribalta. Revista valenciana de arte. Valencia, agosto de 1935

“Fomento artístico y Sociedad Liberal. Exposiciones Nacionales de Bellas Artes (1917-1936)”.  Lola Caparrós Masegosa. Universidad de Granada. Universidad Nacional de Educación a Distancia. Granada, 2016

“Consideraciones sobre el arte pictórico”. Conferencia pronunciada en el salón de sesiones del Ayuntamiento de Oliva en la inauguración de la exposición de pinturas de D. Ramón Gutiérrez Santos. José Mª Mengual y Mengual.

 

Restauración del cartel del VII Salón de Otoño de 1927

Por

Sara Alonso Jiménez, Marina de Blas García y Lucía Sánchez Díaz

 

Cartel anunciador del VII Salón de Otoño de 1927, obra original de Lorenzo Aguirre y Sánchez. Guache sobre papel. 121’8 x 82 cm, técnica mixta sobre papel de 102 x 82 cms.

 

La pieza a tratar es una obra de gran formato (121’8 x 82 cm), datada de 1927 y atribuida al artista Aguirre. La técnica de ejecución que se llevó a cabo es la de guache sobre papel.

El cartel fue reentelado[1] con una tela sin preparación mediante un método acuoso -desconocido- que no dio buenos resultados y dejó a la vista grandes manchas en la obra por mala ejecución de la técnica. Además, produjo un destensado que probablemente se acrecentó por la mala conservación de la obra. Otro de los daños más significativos eran las grietas causadas por el incorrecto almacenamiento y manipulación de la misma.

Tras realizar un exhaustivo examen visual y una posterior documentación fotográfica, encontramos los siguientes daños, que para su mejor comprensión se dividen en dos grandes grupos:

  • Deterioros presentes en el anverso de la obra: lagunas de la pintura, suciedad superficial, manchas de humedad, de pintura blanca y del adhesivo utilizado para realizar dicho reentelado. También se observan levantamientos del papel del cartel a causa de roturas en el mismo.
  • Deterioros presentes en el reverso de la obra: manchas y suciedad generalizada, restos de pintura sobre el bastidor y de un material desconocido. El lienzo adherido al cartel presenta desgarros o roturas con restos de cinta de celofán, además de ser visibles las manchas de adhesivo por esta parte.

El desconocimiento de la técnica y materiales empleados al realizar la obra hacen que sea necesaria la realización de pruebas de solubilidad para evaluar su sensibilidad al agua, y en función de ello utilizar o no métodos acuosos en el proceso de restauración.

Tras realizar una prueba de solubilidad previa, se determina que los colores son removidos con agua por lo que son solubles a esta y a cualquier medio adhesivo en emulsión o disolución acuosa, lo que se tendrá en cuenta a la hora de elegir un método de limpieza y de adhesión del papel.

Prueba de solubilidad en los azules

Prueba de solubilidad de la figura roja

Prueba de solubilidad en el fondo ocre

 

A continuación, se realiza una somera limpieza superficial de la totalidad del reverso en la zona del lienzo sin desmontar la obra de su marco y bastidor -por lo que se tiene en cuenta que no debe ser aplicada demasiada presión durante la limpieza y/u otras intervenciones posteriores, “calzando” el objeto siempre y cuando sea necesario, para no destensarlo-. Ésta se llevará a cabo a través del “frotado” con goma de borrar de dureza media y por raspado con escalpelo donde fuese necesario, como en las zonas de difícil acceso tapadas por el bastidor, o para retirar las gotas secas de pintura blanca. Los restos de miga de goma de borrar y polvo serán barridos y recogidos con una brocha.

Limpieza mecánica del reverso con gomas de borrar

En cuanto a la limpieza del anverso, como ya se explicó anteriormente no se llevará a cabo por métodos acuosos, por lo que se empleará de nuevo la goma de borrar, pero de manera muy leve y superficial; ya que el color azul también es removido con esta técnica.

Limpieza del anverso con gomas de borrar

Cata de limpieza en el anverso

 

Tras la limpieza, retiramos unas cintas de carrocero adheridas al reverso que “protegían” los bordes de los rotos o desgarros, y asentamos de nuevo el papel con levantamientos al lienzo mediante adhesivo Benkola®[2] y los unimos a través de una sutura de hilos de lino adheridos al reverso con Beva film®[3] y calor aplicado con espátula térmica. También adherimos parches de lino con el mismo adhesivo a las zonas que presentaban ausencias matéricas del soporte

Sutura de hilos de lino mediante adhesión con Beva film® y calor aplicado con espátula térmica

 

Finalmente se lleva a cabo un proceso de reintegración en las faltas pictóricas de la obra. Se prepara una masilla con estuco tradicional -adhesivo orgánico de cola de conejo y yeso mate de dorador-, que ira aplicado sobre estas faltas y una vez seco, podremos reintegrarlas cromáticamente con acuarelas, mediante rayas verticales o rigattino que completen ópticamente la intervención en el conjunto de la obra.

Masilla de estuco tradicional en las faltas matéricas

Aclarado de las manchas de adhesivo en el anverso con acuarelas

Reintegración cromática con acuarelas mediante rigattino

 

También se optó por disimular la apariencia de las manchas de adhesivo en la zona media siguiendo el mismo procedimiento rebajando su color con acuarelas.

Se puede observar como la obra ha recuperado parte de su lectura perdida, así como la estabilidad física del mismo, a través de una sencilla pero correcta restauración obteniendo muy buenos resultados.

Anverso del cartel antes de su intervención

Anverso del cartel después de su intervención

Reverso del cartel antes de su intervención

Reverso del cartel después de su intervención

 

Esta restauración ha sido realizada por Sara Alonso Jiménez, Marina de Blas García y Lucía Sánchez Díaz durante los meses de octubre y noviembre de 2018 en la Asociación Española de Pintores y Escultores, bajo la supervisión de Itziar Zabalza Murillo, tutora de las becarias, en un proyecto de la Secretaria General de la entidad, Mª Dolores Barreda Pérez.

 

 

[1] El entelado, forración o reentelado es una técnica de restauración de pintura sobre lienzo. Se realiza cuando la tela original de la obra ha perdido sus propiedades mecánicas. Se realiza adhiriendo una tela nueva, previamente preparada y con unas características especiales para que se adecue a la obra.

[2] Adhesivo especial para papeles pesados y vinílicos reforzado con resinas

[3] Adhesivo film acrílico

Mª Ángeles López Roberts y Muguiro

Por Mª Dolores Barreda Pérez

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LAS PRIMERAS ARTISTAS DE LA

ASOCIACION ESPAÑOLA DE PINTORES Y ESCULTORES

Desde su fundación en 1910, y después de haber tratado en anteriores números a las Socias Fundadoras de la entidad, y las participantes en el primer Salón de Otoño, vamos a ir recuperando de la memoria colectiva, el nombre de las primeras socias que vinieron a formar parte de la Asociación de Pintores y Escultores.

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Mª ANGELES LÓPEZ ROBERTS Y MUGUIRO

 

LOPEZ ROBERTS Y MUGIRO, Mª Ángeles  D.G.P    1923   1890    MADRID   MADRID

Pintura, Grabado y Artes Decorativas. Fecha de alta: 1923

María de los Ángeles López Roberts y Muguiro nació en Madrid en 1890.

Conocida en su círculo íntimo como “Neneta”, era hija de Mauricio López Roberts Terry, embajador de España en Suiza, Gentilhombre de Cámara con ejercicio del rey Alfonso XIII, crítico de arte, miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y marqués consorte, y de María de los Ángeles Muguiro Beruete, 3ª Marquesa de Torrehermosa.

El matrimonio tuvo además otro hijo, Fermín López-Roberts y Mugiro, que nació en 1899 y fue también diplomático.

Autorretrato presentado al VI Salón de Otoño de 1925

 

Como vemos, la familia era sensible a las manifestaciones artísticas, ya que su padre era además poseedor de una colección de arte que incluía obras de Goya.

Mauricio López Roberts

 

En este ambiente cultural, no fue extraño que cursara estudios en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando, siendo discípula de Fernando Álvarez de Sotomayor y de José María López Mezquita, quienes fueran Presidentes de la Asociación Española de Pintores y Escultores.

Aparecía en todas las crónicas de sociedad de la época, debido principalmente a la vida social que tenía su familia, aunque a veces, en alguna, se mencionaba su afición a la pintura, como en esta reseña de la revista Vida aristocrática que firmaba Madriles el 20/09/1920

“Ya que sabes pintar,

Neneta López Roberts, pinta el mar.

Sin detenerte en nada

pon manos á la obra,

que tú puedes pintar la mar salada

con la sal que te sobra”.

Participó en las Exposiciones Nacionales de 1922, 1924, 1926 y 1930, en diversas ediciones del Salón de Otoño y en el VIII Salón de los Humoristas, celebrado en el Museo Nacional de Arte Moderno de Madrid entre mayo y junio de 1922.

Autorretrato presentado al VII Salón de Otoño de 1927

 

En 1923 se hizo socia de la Asociación de Pintores y Escultores.

Con motivo de la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1924, distintos periódicos destacaban sus obras …”no por galantería debida, sino por méritos positivos”… (La Época, 23/5/1924) y su …”colorido dibujo de brillantísimo color”… (El Sol, 6/6/1924).

No hemos encontrado referencia alguna de su vida personal, más que esta reseña del diario La Libertad del 12/04/1924, en donde se dice que “Los condes del Casal han tenido el acierto de celebrar una comida íntima, a la que han asistido eminentes personalidades do la pintura y  la escultura españolas. Con los dueños de la casa se sentaron Neneta López Roberts y su hija Blanquita, y los señores Benlliure D. Mariano), Blay, Moreno-Carbonero, Menéndez Pidal, Néstor Fernández de la Torre, Coullaut Valera y Capuz, y los eminentes”… por lo cual podemos deducir que tenía una hija.

Revista Blanco y Negro del 17 de agosto de 1930

 

Obtuvo breves reseñas de su participación en distintas exposiciones de la época, como cuando destacan …“el autorretrato de la señorita de López Roberts, realizado con pleno acierto”… referido al cuadro que presentó al VI Salón de Otoño de 1925 (La Época, 30/9/1925, La Voz 1/10/1925), o cuando aseguran que …“el cuadro titulado “La sopera de plata” merece destacarse por lo que revela de dominio y seguridad de pincel de la señorita María de los Ángeles López Roberts, en quien alienta una fuerte personalidad de artista”… (La Época, 12/5/1926).

Sus dibujos e ilustraciones comienzan a ocupar espacio en las distintas revistas de la época, como en la revista ilustrada “La Esfera”, que reproducía uno de sus cuadros en portada el 5 de diciembre de 1923 titulado “Mujer abulense”; o en la del 28 de marzo de 1925, en su página 12, y bajo el título de “Artistas jóvenes”, un autorretrato de ella; y también en el del 21 de agosto de 1926, en su página 33, y a toda página el dibujo titulado “Novios de antaño”.

Además de otras publicaciones como la revista semanal “Por esos Mundos”, cuya portada del 16 de mayo de 1926 lo ocupaba uno de sus dibujos más coloristas; o de la revista Blanco y Negro de marzo de 1930, que reproducía otro de sus dibujos bajo el título de “Estampas españolas”, o la portada de este semanario del 24 de agosto de 1930, con otro de sus dibujos, que representaba a una mujer con una cesta de pescado.

La artista en 1930

 

En 1930 aparece en una “Crónica de sociedad” de la revista Blanco y Negro, en la que se publica una fotografía de Neneta y de ella se dice:…”¿Conoces a la retratada, mon cher…? Es Neneta López Roberts… está con los pinceles y la paleta en la mano en actitud de pintar el edificio donde tiene albergue oficial el Gobierno de Suiza”…

En “El Heraldo de Madrid” del 25/10/1927, y con motivo del VII Salón de Otoño, se destaca que ….”mantiene con su envío el prestigio anteriormente conquistado… “Camino de la escuela”, el cuadro de María López Roberts, acusa, dentro de una orientación cartelista, una notable depuración técnica”… (Atlántico, 5/7/1929).

Estuvo residiendo una temporada en París, en donde realizó una exposición individual en 1934, en la sala Brame, del Boulevard Malesherbes.

ABC, edición Sevilla, 29 de abril de 1934

 

El ABC del 23/2/1934 recogía así la crónica de esta muestra. Arte y artistas. Exposición de pinturas en París. La señorita doña Ángeles López Roberts, hija de los marqueses de la Torrehermosa, ha presentado al público de París en la Galería Brame una exposición de obras suyas, que con el título de “Visiones de España” ha obtenido un grandísimo éxito de público y de crítica, habiéndose prorrogado su duración por solicitarlo así muchas personas que no habían podido ir a visitarla por motivo de las revueltas habidas últimamente en la Villa Luz. Se han ocupado de esta exhibición los críticos más notables, reconociendo en las obras de la señorita de López Roberts excepcionales condiciones de originalidad, colorido y dibujo, que revelaban además al público una España desconocida e interesantísima. Muchos de los cuadros han sido comprados por inteligentes coleccionistas. En suma, un gran éxito para nuestra compatriota y para el arte. Entre los concurrentes se contaban doña Beatriz, doña María Cristina, D. Jaima y D. Alfonso de Borbón, ….Miguel Zamacois…. Federico de Madrazo… Santiago Bonome…”

 

El 29 de abril de 1934 la edición sevillana del ABC, en su página 3, recoge la reseña del ABC en París de la exposición de Ángeles L. Roberts, y  junto a una fotografía y la reproducción de varios dibujos como el titulado “Ganado trashumante”, “La novia de la alberca. Salamanca”  y “La jota”, Mariano Daranas relata: “De estas Visiones de España” que Ángeles López Roberts acaba de exponer en una sala del Boulevard Malesherbes, cabe añadir a los elogios, que no regateó la crítica profesional, … El esfuerzo realizado por Ángeles López Roberts sugiere ciertos matices de la belleza eterna, accesible, es cierto, solamente a los iniciados; pero traduce, asimismo, con una originalidad elegante y a un tiempo persuasiva las características vivaces de un glorioso solar ignorado por sus propios moradores… ¡Cómo ante esta colección medimos la inaudita, la escalofriante variedad de las Españas! El estado de gracia, de inspiración, fue precedido en la artista por un religioso y tenar conocimiento de todo lo nacional y lo racial, disperso o reunido, anecdótico o permanente. En la formación artística e intelectual de la autora concurrieron, sin duda, factores de no común calidad: viajes desde los años más tempranos, trato y comercio de una sociedad –la suya- que prodigaba, junto a normas de frivolidad y egoísmo, estampas y ejemplos de alta sugestión estética; en fin, la circunstancia feliz de que fuera el hogar de sus padres –los marqueses de la Torrehermosa- uno de aquellos en donde las virtudes de entendimiento y de alma ardieron de consuno con noble y peremne llama. Pero si estos y otros títulos justifican y explican el patriotismo, la cultura y la vocación de la pintora, sería más difícil que, no yo, sino alguien mucho más perspicaz que yo, estableciera una relación de dependencia o simplemente de afinidad entre su personal obra artística y los modos y estilos de la pintora contemporánea. Este “Patio andaluz” responde, no hay duda, al tema evocado. Huérfano de etiqueta, el lienzo conservaría igual poder de evocación, análoga fidelidad descriptiva; pero al propio tiempo, el “Patio andaluz”, según Ángeles López Roberts, no recuerda a ninguna otra versión de cuantas sobre el mismo tema arquitectónico alojan los museos y colecciones particulares. No sólo no se les acerca, sino que choca y pugna con ellas. Digo lo mismo de “La jota”, “La florista cordobesa”, “La castañera madrileña”, “La santera zamorana”, “La procesión en una aldea de Castilla”… Es más que sorprendente, inaudita, la variedad folklórica e iconográfica, acumulada en estos treinta y tantos cuadros. Hay, asimismo, un “Alcalde de Sabiñánigo”, “Un domingo de Ramos en el Valle de Ansó”, una “Santa Casilda de Toledo”… Insistiendo: no es el fondo temático, no son la renovación y reiteración estilizadas de una España que, siendo siempre diferente, no reproduce sin mengua de su casticismo, uno siquiera de los tópicos de la España de pandereta, la característica de este pincel por tantos conceptos prócer. Las fotografías adjuntas no pueden sugerir cabalmente el acento nuevo que Ángeles López Roberts incorpora a la pintura contemporánea. Arte es el suyo de miniatura y de fresco, de friso y de estampa miniada e iluminada. Más claro: tanto por el aire pasmado e inmóvil de sus figuras, cuanto por la delectación prolija y morosa del ornamento y la opulencia y profundidad del color, el pincel de la inspirada compatriota abre sobre un mundo actual un nuevo cielo bizantino”.

Del Albaycín

 

En ese mismo año 1934 fue nombrada subdelegada de la Cruz Roja en la capital francesa. La familia tenía residencia en un palacete en la rue Cardinet de París, en donde Neneta montó un ropero dedicado a la Cruz Roja Española, para conseguir fondos con destino a los casos de extrema penuria de la vecina España.

En 1936 ilustró el libro “Cuentos de Oriente y de Occidente” Tomo I, de María Victoria Maura (cop. 1936).

El ABC del 15/2/1942, en la sección Arte y Artistas, Exposiciones, firmada por Cecilio Barberán, decía lo siguiente: “Óleos y dibujos de Ángeles López-Roberts, en los Salones Macarrón. Esta ilustre artista expone, en los prestigiosos Salones antes citados, una espléndida obra de óleos y dibujos, en donde está presente el primor más depurado. Alcanza la misma esta depuración ante la enseñanza del mejor arte moderno, y ello presta a su obra el valor y la belleza más positiva. Al más alto concepto de lo primoroso y de lo decorativo responden estos óleos y acuarelas que hoy admiramos. En los primeros, igual que todas las escuelas de arte tuvieron un sector de obra preciosista en donde la realidad que plasma está vista a través de la más alada y caprichosa visión, esta artista trueco la actual trayéndonos trajes de época, que le sirven para demostrarnos su dominio y sus aciertos en el dibujo, y una singular maestría en captar calidades de sedas, flores y oros y cuanto pudo enjoyar el traje de una mujer de ayer. Bellísimas y espléndidas estampas de época son éstas. Sus dibujos son eminentemente modernos. Pero construidos con una seguridad y una depuración, dentro de lo decorativo, que nos revelan cómo la artista vio en las mejores principios de este arte renovaciones que prestaban a éste bellezas siempre inéditas. Ricas y originales ilustraciones pueden ser muchos de éstos. Obra, por su minuciosidad, de un primitivo… muy moderno parecen muchas de estas estampas. La Exposición de Ángeles López-Roberts es, pues, admirable”.

     

Tarjeta postal de la época con una ilustración de la artista

 

En el ABC del 10/1/1946, en la sección de Arte y Artistas. La Exposición de artistas españoles e ingleses que se celebró en los salones del Instituto Británico en Madrid. …”Muy interesante es el concurso de obras pictóricas de la mujer…. María Ángeles López Roberts aporta una de las manifestaciones más inteligentes de la pintura de la mujer española”…

En 1951 realizó ilustraciones para el libro editado por la Asociación Nacional de Bibliotecarios, Archiveros y Arqueólogos “Catálogo Crítico de Libros Infantiles”, redactado con motivo de la Exposición de Bibliotecas Infantiles celebrada en la Biblioteca Nacional del 8 al 25 de marzo de 1951”, (Madrid, 1951, ANABA, Publicaciones Españolas).

 

En 1956 volvió a exponer en la Sala Macarrón. Con este motivo, el ABC del 3/3/1956, en la Sección Arte, escribía así José Camón Aznar: “En las pinturas de Ángeles López-Roberts hay un ingenuismo prerrafaelista. Ángeles López-Roberts expone en la Sala Macarrón una serie de pinturas de carácter más bien ilustrativo. Hay en ellas un ingenuismo prerrafaelista, con predilección por el dibujo, que es el dominante de estas obras, con tal superioridad, que el color se limita a iluminar los perfiles. Con una tendencia a la estampería de un intantilismo demasiado acromado, esta pintora concibe unas figuras y unas composiciones de carácter descriptivo como ilustraciones de cuentos felices, con un cierto aire germánico en la ingenuidad y fantasía de los temas. Son éstas unas pinturas muy claras y de una problemática ya resuelta. Preferimos de esta Exposición las obras de mayor formato, singularmente un bodegón que supera la calidad de arte menos del resto del conjunto y ofrece una coloración muy brillante, adecuada a la ausencia de valores atomosféricos en esta clase de pintura”.

El ABC del 27/12/1957 recogía así en su sección de Arte, la exposición de Temas de navidad y de invierno, por Ángeles López-Roberts: “Ángeles López-Roberts expone en los Salones Macarrón una interesante serie de pinturas sobre temas navideños e invernales. Hace esta pintora un arte decorativo amable y femenino, muy apropiado para la ornamentación de habitaciones de niños o la ilustración de publicaciones infantiles. Las más de estas obras están realizadas a la acuarela y al guache, técnicas que Ángeles López-Roberts cultiva con risueña pulcritud. Sobre el amplio repertorio anecdótico de esta Exposición se hace evidente una gran ternura y un singular y sugestivo acento poético, que imprimen a las obras allí reunidas su principal encanto”.

Mujer abulense

 

Fallece en Madrid, en 1973.

Su participación en el Salón de Otoño de la AEPE

Al I Salón de Otoño de 1920, en el que aparece inscrita como López Roberts, Dª María de los Ángeles, “Neneta”; natural de Madrid, donde reside, calle de Don Pedro, núm. 1, presentó dos acuarelas: “Paseo de Babrulbadur, princesa de la China, novia de Aladino”, acuarela; 0,53 x 0,68 y “En tiempo de miriñaque”, acuarela; 0,67 x 0,52.

Al II Salón de Otoño de 1921, presentó tres obras: “Las mariposas”, acuarela; 0,60 x 1,00;  “La danza de las plumas”, acuarela; 0,67 x 0,50 y “El estanque de los tiestos (estudio)”, óleo; 0,54 x 0,53.

Al III Salón de Otoño de 1922 lleva dos óleos: “El puesto del Milagro (Toledo), óleo; 0,33 x 1,12 y “Un rincón del parque del Sotillo (estudio)”, óleo; 0,60 x 0,71

Al IV Salón de Otoño de 1923 presentó las siguientes obras:  “Mujer de Ávila”, óleo; 0,64 x 0,52 y “La falda amarilla”, óleo; 1,09 x 0,79.

Al VI Salón de Otoño de 1925 presentó el cuadro titulado “Autorretrato”, óleo; 95x 82, obra que apareció reproducida en las páginas finales del catálogo.

Al VII Salón de Otoño de 1927 concurrió inscrita como residente en Berna (Suiza), y llevó una única obra: “Autorretrato”, 1,15 x 0,80.

Al XX Salón de Otoño de 1946 presentó un dibujo titulado “Invierno en Castilla”.

Al XXIII Salón de Otoño de 1949 concurre con un dibujo titulado “Nieve en El Escorial”.

Al XXVIII Salón de Otoño de 1957 llevó la obra “Rancheros de Misiones (Argentina)”.

Al XXXI Salón de Otoño de 1960 presentó la acuarela titulada “Los patinadores”.

Al XXXII Salón de Otoño de 1961 concurrió con dos obras, un dibujo titulado “El chocolate” y otra pieza en la sección de arte decorativo bajo el título de “Invierno”.

Al XXXIII Salón de Otoño de 1962 y para la sección de Arte Decorativo, presentó una obra titulada “Las lavanderas”.

Al XXXIV Salón de Otoño de 1963 presentó dos acuarelas “El Puente Viejo” y “Domingo en San José”.

Al XXXV Salón de Otoño de 1964 llevó dos obras, una acuarela titulada “Santa Cecilia” y otra obra sin determinar bajo el título de “La Huerta”.

Sin título. Acuarela

 

24 Agosto de 1930 Blanco y Negro

La Esfera 21 de agosto de 1926

Por esos Mundos 16 de mayo de 1926

 

 

Bibliografía y webgrafía

https://wm1640482.web-maker.es/Mujeres-pintoras/Mar-a-Angeles-Lopez-Roberts/

  1. SPOTTORNO y TOPETE «Lo subrayado de la semana» Blanco y Negro, 17 agosto 1924.

Mariano DARANAS «La exposición Ángeles. L. Roberts» ABC, 29 abril 1934

Antonio de la HERAS «Exposición López Roberts», Hoja del Lunes, 16 febrero 1942

Forum Artis

F.A., agosto 2014.

“Ávila dibujada. La ciudad ilustrada en el siglo XIX”, Jesús Mª Sanchidrián Gallego. Ayuntamiento de Ávila, enero 2005.

ABC Sevilla, 29 de Abril de 1934

27/12/1957 – ABC (Madrid) 03/03/1956, 30/11/1976, 13/02/1964, 09/04/2000, 21/12/1957, 10/01/1946, 06/11/1926, 16/06/1923, 24/12/1957, 15/02/1942, 29/05/1949

24 Agosto de 1930 Blanco y Negro

5/12/1923, n.º 519, página 1

“Los pasos que no regresan”, de Fina Calderón. Huerga & Fierro editores, Madrid, 2004

Vida aristocrática. 20/09/1920. Año 1, número 26

Lorenzo Victoriano Aguirre y Sánchez

Autor del Cartel anunciador del VII Salón de Otoño de 1927

Por Mª Dolores Barreda Pérez

AGUIRRE SANCHEZ, Lorenzo Victoriano    P    1920    14.nov.1885      PAMPLONA    MADRID    6.10.1942

Pintor, dibujante, escenógrafo, cartelista, escritor, periodista y policía español.

Sus padres se trasladan a Alicante cuando Lorenzo Aguirre cuenta con cuatro años.

A los once, inicia en Alicante sus estudios pictóricos con el pintor alcoyano Lorenzo Casanovas primero, del que recibe una buena orientación que le servirá de mucho en su profesión de buen pintor, y después con Lorenzo Pericás.

En 1899 se traslada a Madrid para ampliar sus conocimientos, asistiendo a las clases de la Escuela Superior de Pintura, Escultura y Grabado.

Al carecer de beca debe volver a Alicante, si bien lo hace con la idea fija de irse a París, donde sabe que existe un ambiente artístico excepcional. Falto de dinero, pinta una Inmaculada Concepción y organiza una rifa, de la que obtiene el dinero suficiente para trasladarse a París.

Allí realiza trabajos de escenografía en los talleres del Gran Teatro de la Ópera, siendo discípulo de los maestros Bailly y Gambón, de los que aprende todo lo correspondiente al entramado de la escenografía, adquiriendo el difícil arte de concebir buenos bocetos y mostrando la perspectiva y los conocimientos constructivos, enseñanzas que aplicará posteriormente para actividades ajenas al teatro.

Su partida de París a principios de 1907, no le permiten contemplar el nacimiento de nuevos estilos como el cubista, pero cuyo seguimiento realiza a través de revistas y libros.

Recorre varias ciudades europeas en las que visita escuelas y museos y regresa a Madrid con 23 años de edad y los ojos y el entusiasmo transformados en almacenes de pintura.

Establecido en la capital, pinta, dibuja y hace caricaturas.

En 1908 decide presentarse a las oposiciones que se convocaban para Agentes del Cuerpo de Vigilancia de Madrid, siendo nombrado aspirante al cuerpo con un sueldo de 1.500 pesetas.

El 11 de Marzo de 1908 es destinado a Alcoy, en calidad de Agente, trasladado poco después a Barcelona y para enero de 1910 el destino será Alicante, donde en seguida se hará famoso no sólo como pintor, sino por la resolución de un complicado crimen. A finales de año y gracias al celo desempeñado en su trabajo, Aguirre asciende al cargo de Segundo Jefe de Vigilancia.

En 1910 se casa con Remedios Corbi y Sanchís.

Ese mismo año participa en una exposición celebrada en México con motivo de la conmemoración de su independencia, obteniendo la Medalla de Bronce, su primer premio importante.

El 9 de Mayo de 1914, uno de sus dibujos ilustra un artículo escrito por Pedro de Répide titulado “El viejo barranco”, que apare en la revista “La Esfera”.

Poco a poco sus caricaturas empiezan a ser incluidas en varios medios.

Paralelamente se fue convirtiendo en uno de los nombres referentes en los Salones de Humoristas, disciplina que estaba en decadencia y vivió una etapa de renacimiento por la inclusión de las caricaturas que hacían referencia a la primera guerra mundial, así como en las escenografías de los teatros de la capital.

En 1919 el Ateneo de Madrid organiza su primera exposición individual de pinturas.

Desde 1914 hasta 1927 estuvo destinado en Madrid, tras una breve estancia en Murcia, ascendió al grado de Inspector de tercera y poco después al de segunda clase, al figurar el número uno en el escalafón de su clase.

En 1927 su mujer, Remedios Corbi y Sanchís, gravemente enferma, fallece en su domicilio madrileño. Este hecho y que su madre viva en Alicante, le animan a pedir el traslado a Alicante.

El taller del pintor está situado en la parte más pintoresca de Benalua. Desde su estudio viaja por toda la provincia tratando con sus pinceles los paisajes de su entorno.

Tras regresar a Alicante, se mete de lleno en la fiesta de las Hogueras de San Juan. Dibuja por encargo los carteles oficiales de los primeros años (1928, 1929 y 1930), siendo además el constructor de hogueras de la Plaza de Isabel II (hoy Gabriel Miró).

Carteles suyos anuncian también el Carnaval o las verbenas benéficas.

Su sueldo de policía le permite vivir cómodamente. Así comienza a colaborar asiduamente en periódicos y revistas como El Tío Cuc.

Su contacto con el teatro no es sólo en calidad de escenógrafo, sino que también se atreve a poner la letra a tres piezas líricas de su sobrino, el compositor alicantino José Terol Corbí: el sainete “Alfonso, el enterao” (1918), la zarzuela “La última canción” (1919) y la opereta “La Estrella de Oriente” (1920).

También escribe en la revista Fogueres de Sant Joan, una obra inédita de temática foguerera, donde, a manera de mosaico, desfilan varios personajes de la mitología griega junto a otros típicamente alicantinos.

En los años veinte Lorenzo Aguirre ya ha logrado un gran renombre por sus pinturas, que podemos inscribir dentro del denominado “Art Nouveau” hasta el punto de que obtuvo varios premios nacionales e internacionales.

En enero de 1930 se casa en segundas nupcias con Francisca Benito Rivas, con quien tiene tres hijas: Jesusa, también pintora, Margarita, y la poeta Francisca Aguirre.

Sus hijas lo recuerdan entusiasmándose con las historias prodigiosas que discurrían en las pantallas cinematográficas, pintando horas y horas con una concentración tan fulminante que le llevaba a mojar los pinceles en su tacita de café, mientras sonreía contemplando una pincelada.

En 1933 y 1934 se matricula en la Escuela de Artes y Oficios Artísticos, en los cursos de Grabado Artístico y de Fotografía aplicada, y opta a una plaza de profesor auxiliar temporal de dibujo lineal en la misma escuela.

Sus ideales republicanos le llevan a hacerse miembro del Partido Comunista, que le asigna el cargo de Director de la Escuela de la Policía Española.

Entre tanto, su prestigio como docente le vale ser nombrado, junto a Tomás Flores Vicente y Agustín María Ripoll, ponente en la formulación del nuevo plan de enseñanza teórico- practica de la Escuela de Policía.

Tras el comienzo de la Guerra Civil, Lorenzo Aguirre es nombrado Jefe Superior de Policía de Madrid el 8 de septiembre de 1936. Su traslado junto al gobierno a Barcelona, hizo que abandonara su hogar en Madrid, donde dejó cuadros y biblioteca.

El 11 de diciembre de 1936 se traslada a Valencia, donde seguirá desempeñando el mismo cargo.

En Valencia solicita entrar en la Logia masónica “La accidental”, en cuyos informes se decía que “era un hombre de ideas democráticas, de amplia cultura, bueno de carácter y temperamento tranquilo y calculador, honradez profesional buena y buen comportamiento con su familia al igual que su solvencia moral es buena”, según consta en el Archivo de Guerra de Salamanca. Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo. Expediente de Lorenzo Aguirre nº 4 A, legajo nº 136.

En los informes se aconseja su aceptación, pero parece ser que no llega a formalizarse por la dinámica de la guerra. Una vez más se traslada con su familia a Barcelona y después se exilia, junto a su mujer e hijas, a Francia.

Vive unas semanas en París intentando, como Modigliani, vender dibujos y acuarelas por las calles y las plazas.

Se traslada con su familia a Le Havre, con el propósito de embarcar hacia Latinoamérica, y allí pinta retratos y paisajes marítimos, mientras viven en un hotelito llamado La Rotonde de la Gare, junto al puerto y a la estación del ferrocarril.

En Junio de 1939 realiza una exposición en la Galeria George V de Le Havre, donde exhibe 25 cuadros de retratos y paisajes de Normandía, que capta con gran delicadeza.

Hubo además una segunda exposición organizada por la Señora de la Montagne, pero el estallido de la Segunda Guerra Mundial precipita el regreso de la familia Aguirre a España.

La familia Aguirre antes de la Guerra

Mientras su familia regresó por Hendaya en febrero,  Lorenzo Aguirre espera unos meses más hasta que en Mayo, entra en la península, siendo inmediatamente detenido y hecho preso en la cárcel de Ondarreta, en San Sebastian.

Pese a las pésimas condiciones carcelarias, allí pinta para las monjas que atienden a los presos, cuatro cuadros en los que relata la vida de su fundadora, la madre Rafols. Cuadros de elaborado dibujo y dentro de la tradición barroca española religiosa, en los que retrata a sus hijas como las niñas que acompañan a la fundadora.

Al ser Subdirector de Policía de Madrid en 1936, en la Causa General se le involucra en el asesinato de José Calvo Sotelo, siendo acusado de auxilio a la rebelión.

El 8 de febrero de 1941 es trasladado a la cárcel madrileña de Porlier, donde realiza uno de sus mejores cuadros “Cabeza de Vasco”, en el que retrata, en un perfil rotundo, escultórico, la cabeza de un compañero de prisión (medico-cirujano), insertándola en un paisaje posterior que significa la apertura y la visión más allá de las paredes de la celda.

Poco antes de morir escribe tres cuentos, cada uno de ellos dedicados a una de sus hijas, en los que inventa y recrea cuentos tradicionales, adaptando cada uno a las características de cada una de sus hijas, la presumida, la soñadora, la valiente… cuentos que emocionan por la frescura del dibujo, la concreción de la línea, el exquisito arabesco y la diestra y la armoniosa mano que siempre alentó su vocación artística.

Sus tres hijas piden clemencia para él a la hija de Francisco Franco, aunque finalmente, en el día de su santo, Aguirre es ejecutado a garrote vil en la madrileña cárcel de Porlier el 6 de octubre de 1942.

En 1947 se archiva su expediente de masón por no haber encontrado pruebas en su contra.

En el año 1986, y gracias a la gestión de Concepción Badiola y Pedro Manterola, el Banco de Bilbao expuso las obras de Aguirre en Pamplona y Bilbao, donde es admirado.

En Alicante se le dedicó en 2003 un homenaje en el MUBAG en forma de exposición y se solicitó una calle para Aguirre.

Remitió asiduamente sus obras a exposiciones y certámenes artísticos.

Concurrió a las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes celebradas en Madrid en los años 1904, 1915, 1920, 1924, 1926, 1930, 1932 y 1936.

Obtuvo distintos premios, como la Tercera Medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes (Madrid, 1920), la Medalla de Oro en la Exposición de Artes Decorativas de París (1925), el Primer Premio de carteles anunciadores del VII Congreso Internacional de Oleicultura (1925), y la Segunda Medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes (Madrid, 1930).

Sus obras están presentes en el Museo de Navarra, Museo Elisa Cendrero de Ciudad Real, Museo de Bellas Artes de Gravina (Alicante), Museo de La Rioja, MUBAG de Alicante,  Museo del Hermitage de Moscú, la Kutxa de San Sebastián y la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

Francisca Aguirre

La niña de la medallita

Los payasos

Luz divina

 

Bernardino de Pantorba escribió de él que «Lorenzo Aguirre Sánchez puede poner debajo de su nombre a titulo de profesión, nada más que siete palabras: pintor, cartelista, caricaturista, periodista, escenógrafo, comediógrafo y policía”. Es el prototipo de artista modernista, polifacético y gran conocedor de la cultura.

Su pintura ofrecería siempre la mística gravedad navarra y la euforia luminosa del Mediterráneo. Su mirada distribuye en los lienzos la penumbra ancestral de la meditación y la eternidad súbita de la luz… Aguirre fue un artista y un hombre machadiano. De su buena fe hay muchas pruebas. Una de ellas: su predilección por el retrato, su respeto por los rostros humanos. Un respeto que se desplaza también a los paisajes: en su obra los paisajes no son acotaciones del territorio del planeta, sino palpitaciones de la misteriosa casa colectiva en donde los seres humanos “viven, laboran, pasan y sueñan, y en un día como tantos, descansan bajo la tierra”. A los retratos de Aguirre los ilumina la fraternidad; a sus paisajes los iluminan la lentitud y la compasión. Y siempre, en los rostros de sus criaturas y en los rostros de sus paisajes, comparece la alegría de los colores besándose los unos a los otros; la alegría que exhalan la presencia y las grietas de la vida. Porque pintar de verdad, con verdad, es un acto de gracias.”

Lorenzo Aguirre fue depurando sus dibujos, convirtiéndose en un gran sintetista del trazo. Elaboraba unos tipos que servían de arquetipos generales, es decir, personajes que pueden quedar en la memoria popular… convirtiendo a todos estos personajes en protagonistas de sus escenas y significándose como el humorista de rasgos morales. Convirtió su obra en reportajes de su época.

En los años 30 coincidió en la búsqueda de la técnica de la encáustica, técnica en la que, junto con Anselmo Miguel Nieto, fueron grandes innovadores. Lorenzo Aguirre después de unos años de paciente investigación, realizó una serie de cuadros, tanto con soporte de madera, más habitual, como sobre lienzo, en los que demostró una gran maestría.

La técnica de la Encaústica la describía así su hija: “Sus tarritos de cera estaban dispuestos en un cofre, maculado, ya por el uso. En ellas sumergía con medida el fino cauterio calentado en el hornillo; retiraba con aquel una gotita de cera coloreada, la depositaba en el lugar correspondiente de la obra y la mezclaba con las demás, tan seguro en el toque que me hacía sonreír de entusiasmo. Conforme iba pintando me enseñaba de qué modo iba mezclando los colores con la cera”.

Mariano Benlliure por Lorenzo Aguirre. Gaceta de Bellas Artes, abril 1921

 

LORENZO AGUIRRE EN LA AEPE

Formó parte del Comité organizador de la Asociación de Pintores y Escultores para la Exposición del Libro que se realizó en Leipzig.

Medalla de Honor de la Asociación de Pintores y Escultores en la Exposición Nacional en 1934, entregada en 1935.

Realizó varios carteles para los Salones de Otoño.

Participó en las exposiciones de la Asociación de Pintores y Escultores de México (1925) llevada por el Sr. Escudero, y de Caracas, que llevó Chicharro Gamo en 1932, de la que se destacaron sus cuadros «llenos de sol alicantino».

Escribió con cierta asiduidad sobre temas de arte. En la Gaceta de Bellas Artes que edita la Asociación Española de Pintores y Escultores, se encuentran unas treinta obras suyas, caricaturas, dibujos de humor la mayor parte y algunos cuadros, siendo su primera intervención en la Gaceta una caricatura de Mariano Benlliure. También escribió algún artículo, como los dedicados a Argelés, Bellver y Chicharro, uno sobre aranceles y dos sobre los salones de otoño.

Socio de Mérito en el Salón de Otoño de 1922 y de Honor en el de 1923.

Bernardino de Pantorba le dedicó un artículo en 1930, en la Gaceta de Bellas Artes (397).

Elegido Vocal de la Junta Directiva el 24 de febrero de 1921, Contador de la Junta Directiva el 13 de enero de 1923 cargo que ocupó hasta 1926 y en 1928. De nuevo fue vocal en 1935.

Secretario interino en 1925 por ausencia de Camio, fue Delegado en Alicante en 1927.

 

SU PARTICIPACION EN LOS SALONES DE OTOÑO DE LA AEPE:

– I Salón de Otoño de 1920, D. Lorenzo Aguirre Sánchez, natural de Pamplona, Navarra; reside en Madrid, calle del Duque de Alba, número 14.

  1. “Retrato de mi madre”, óleo, 1,00 x 0,94

 

– II Salón de Otoño de 1921, D. Lorenzo Aguirre Sánchez, natural de Pamplona, Navarra; reside en Madrid, calle del Duque de Alba, número 14.

  1. “Mi hermana”, retrato óleo
  2. “Mi sobrina”, retrato óleo

 

– III Salón de Otoño de 1922, D. Lorenzo Aguirre Sánchez, natural de Pamplona, Navarra; reside en Madrid, calle del Duque de Alba, número 14.

 

– IV Salón de Otoño de 1923, D. Lorenzo Aguirre Sánchez, natural de Pamplona, Navarra; reside en Madrid, calle del Duque de Alba, número 14. (Socio de Mérito en el Salón de 1922).

4 “La capilla de los Juanes”

5 Coro de Santa María

6 La Josefa

7 Geranios

8 Santa María (interior)

464 Manzanares, óleo 0,40 x 0,50

465 Moncloa, óleo 0,40 x 0,50

466 Casa de Campo, óleo 0,40 x 0,50

 

– V Salón de Otoño de 1924. D. Lorenzo Aguirre Sánchez, natural de Pamplona, Navarra; reside en Madrid, calle del Duque de Alba, número 14. (Socio de Honor de Salones anteriores)

1 “Los botijeros”, óleo 1,40 x 1,40

 

– VI Salón de Otoño de 1925. D. Lorenzo Aguirre Sánchez, natural de Pamplona, Navarra; reside en Madrid, calle del Duque de Alba, número 14. (Socio de Honor de Salones anteriores)

5 Peñón de Ifac, óleo

6 Atardecer (Calpe), óleo

7 El Cau de la Granota (calpe), óleo

 

– VII Salón de Otoño de 1927. D. Lorenzo Aguirre Sánchez, natural de Pamplona, Navarra; reside en Madrid, calle del Duque de Alba, número 14. (Socio de Honor de Salones anteriores)

209 Atardecer, Alicante, 1 m x 1 m

595 Playa de San Juan (óleo)

 

– XIV Salón de Otoño de 1935. D. Lorenzo Aguirre Sánchez

218 Muchacha (encáustica), 0,84 x 0,72

Campos

La mesa

Parejas

Viejo campesino

 

Bibliografía y webgrafía:

Museo del Prado

Pantorba, Bernardino de, Historia y crítica de las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes celebradas en España [1948], Madrid, Jesús Ramón García-Rama, 1980, p. 364.

https://www.arte.sbhac.net/Plasticos/Plasticos.htm

https://www.euskonews.eus/0460zbk/efem46003es.html

https://alicantinos.wordpress.com/2012/01/30/aguirre-sanchez-lorenzo-2/

Felix Grande en El País, 1999

Gregorio Díaz Ereño y Camino Paredes Giraldo en el Catalogo de la Exposición Lorenzo Aguirre editado por la Diputación de Alicante 2003.

https://www.alicantevivo.org/2009/06/lorenzo-aguirre-una-vida-apasionante-y.html

https://www.enciclopedianavarra.biz/navarra/aguirre-sanchez-lorenzo/386/1/

https://www.arte.sbhac.net/Plasticos/Aguirre/Aguirre.htm

https://es.wikipedia.org/wiki/Lorenzo_Aguirre

Enciclopedia Universal ilustrada Europeo Americana. Primer apéndice. Espasa Calpe. Madrid. (1930-1934).

Homenaje a Lorenzo Aguirre (1884-1942). Editado por el Banco de Bilbao. Bilbao, mayo de 1986.

https://dbe.rah.es/biografias/50481/lorenzo-aguirre-sanchez

https://ineselo69.blogspot.com/2017/12/lorenzo-victoriano-aguirre-sanchez.html

https://aunamendi.eusko-ikaskuntza.eus/es/aguirre-sanchez-lorenzo-victoriano/ar-7123/

https://documentalismomemorialistayrepublicano.wordpress.com/2017/03/16/lorenzo-victoriano-aguirre-sanchez/

 

 

 

 

Victorina Durán Cebrián

Por Mª Dolores Barreda Pérez

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LAS PRIMERAS ARTISTAS DE LA

ASOCIACION ESPAÑOLA DE PINTORES Y ESCULTORES

Desde su fundación en 1910, y después de haber tratado en anteriores números a las Socias Fundadoras de la entidad, y las participantes en el primer Salón de Otoño, vamos a ir recuperando de la memoria colectiva, el nombre de las primeras socias que vinieron a formar parte de la Asociación de Pintores y Escultores.

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VICTORINA DURAN CEBRIAN

 

DURAN CEBRIAN, Victorina        P   1918      12.dic.1899    ALCOY    MADRID 10.dic.1993

 

Nacida en Alcoy, el 12 de diciembre de 1899, como así consta en los archivos de la Asociación Española de Pintores y Escultores, entidad a la que se asoció en 1918, era la pequeña de cuatro hermanos: María, Miguel y Francisco.

En el semanario español Gente Menuda del 30 de enero de 1910, quedó retratada una jovencísima Victorina Durán Cebrián, como la número 5 del Concurso de Belleza Infantil, según fotografía de Alviach

 

Pintora, escenógrafa, diseñadora de vestuario teatral, profesora, periodista, directora teatral, músico y dramaturga.

Su familia estaba muy relacionada con el Teatro Real de Madrid, ya que su padre José Durán Lerchundi, poseía el abono número 1 y su madre, Genoveva Cebrián Fernández, era bailarina de puntas en dicho teatro. Como curiosidad, destacar que también eran bailarinas su abuela y bisabuela.

Desde niña presenciaba los ensayos y espectáculos de ópera desde bastidores por lo que no fue raro que a los nueve años ingresara en el Conservatorio Superior de Música y Declamación para estudiar piano. Pero además, y al mismo tiempo, recibía también clases de pintura.

Sus primeros anhelos discurren en el mundo de la interpretación, llegando a ser una verdadera obsesión su ideal de dedicarse al teatro, si bien su padre y la familia paterna, no aceptan esa vida y así es cómo Victorina se resigna y dedica todo su tiempo al dibujo y la pintura.

En 1917 ingresa en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, compartiendo aulas con Rosa Chachel y Matilde Calvo Rodero, con quienes mantendrá una amistad de por vida, y con Salvador Dalí, Gregorio Prieto, Maruja Mallo y Timoteo Pérez Rubio.

Frecuentó tertulias de la época, como la del saloncillo del Teatro Español, y comenzó a viajar a París asiduamente desde 1920, donde descubrió su homosexualidad, que vivió abiertamente y que reafirmó en contacto con los círculos sáfico-literarios de Gertrude Stein, Alice B. Toklas, Janet Flanner, Syilvia Beach y Natalie Clifford Barney, entre otras.

Participó en la Exposición Internacional de París de 1925, en la sección de Arte e Industrias textiles,  que Francisco Javier Pérez Rojas describe: “El pabellón nacional es, como digo, un edificio atractivo, gallardo de línea, alegre de entonación. Obra del arquitecto Sr. Bravo, se presta a la armónica colaboración ornamental de artistas e industriales. Así, las fuentes exteriores, enlosado, azulejería y fuente del patio interior, son de cerámica sevillana, de los hermanos González; las columnas, leones heráldicos y escudo nacional, del ceramista Roberto Roca; la verja y puerta, de hierro forjado, de Juan José; las rejas de las ventanas, de Julio Pascual; las vidrieras, ejecutadas por Maumejean: una de ellas con arreglo a un proyector de Néstor; las telas, de Mariano Fortuna y Madrazo, de Pérez Dolz y Victorina Durán; y los muebles, del Museo de Artes Industriales”.

En 1926, formando parte del Lyceum Club Femenino, realizó varias exposiciones de sus cuadros, batiks (una de las varias técnicas de teñido por reserva en donde se colorean tejidos y consiste en aplicar capas de cera sobre las regiones que no se desean teñir) y sus figurines para el teatro.

A principios de 1929, tras fallecer su padre en 1927, Victorina Durán Cebrián ganó por oposición la Cátedra de Indumentaria del Conservatorio de Música y Declamación, que estaba vacante por el fallecimiento del pintor Juan Comba.

Victorina Durán, que había sido a su vez alumna de la sección de Declamación y del propio Comba entre los años de 1913 y 1916, la ejerció hasta julio de 1937, fecha en la que obtuvo licencia para trasladarse con la compañía de Margarita Xirgu a Buenos Aires (Por la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de protección de datos de carácter personal nos ha sido imposible consultar su contenido. Tampoco hemos localizado su expediente de oposición. El Museo Nacional del Teatro. Almagro conserva el archivo personal de la figurinista).

Convertida en la primera mujer Catedrática de Indumentaria del Real Conservatorio de Música y Declamación de Madrid, comenzó a trabajar con Irene López Heredia, Lola Membrives y, sobre todo, con Margarita Xirgu y Rivas Cherif, desde 1931 realizando vestuarios y escenografías para esta compañía que se implantó en el Teatro Español durante varias temporadas.

Victorina Durán Cebrián  en una foto de la época

 

Participó también en la fundación del Teatro Escuela de Arte, T.E.A., donde se encargó de los decorados y los figurines.

Embozado

Exiliada tras el estallido de la Guerra Civil, en septiembre de 1937 comenzó su nueva vida en Argentina, encargándose del vestuario del teatro El Odeón, de Margarita Xirgu y de El Politama, de Irene López Heredia, además de otros como del Teatro Colón de Buenos Aires, donde también fue dibujante durante más de catorce años, y del Teatro Cervantes donde, además de trabajar como figurinista para su director, López Naguil, daba conferencias sobre indumentaria.

Óleo “Salida de misa”

En este período acaba su autobiografía titulada “Sucedió”, que está incompleta, pero se sabe por sus familiares que a partir de los años 60 vuelve a España y comienza a trabajar con Nati Mistral.

Realizó también otras dos memorias autobiográficas bajo los títulos de “Así es” y “El rastro de Madrid”, además de obras teatrales inéditas depositadas en el Archivo del Museo Nacional del Teatro de Almagro.

Fue depurada por el nuevo régimen. En el Archivo General de la Administración se conserva su expediente de revisión de depuración fechado en 1965.

Vista de Madrid. Óleo

En los 70 se dedicó en exclusiva a la pintura y a realizar exposiciones, siendo su trayectoria muy activa hasta que la enfermedad acabó con su vida, falleciendo en Madrid el 10 de diciembre de 1993.

Si bien no ha sido posible encontrar referencias a su pintura, desempeñó un papel fundamental en la renovación del teatro español, realizando una gran labor crítica y educativa sobre la plástica teatral. Formó a varios discípulos, nuevos profesionales que dieron nombre a la escena española, como Emilio Burgos y José Caballero, entre otros.

Molino

Mujer de Castilla

 

Algunas opiniones recogidas sobre la figura de Victorina Durán Cebrián, la describen así:

En palabras de Eduardo Baliari, Crítico de arte argentino, “Así es su vida. Un perpetuo ir descubriendo formas, colores y líneas…”

María Francias Olmedo de Cerda, Crítica de arte española  “Una mujer excepcional; espontánea, sincera, naturalmente sencilla y sencillamente natural. Victorina Durán es de las personas que dejan huella”.

Diego Grimoldi, Crítico de arte argentino “El nombre de Victorina Durán es sinónimo de invención permanente, de gracia elevada a la categoría de vivencia estética”.

Antonio Fernández Bordas, Director del Real Conservatorio Superior de Música y Declamación “La mujer que tiene talento y dedica su vida al estudio, llega a ocupar un puesto brillantísimo y la Srta. Durán es un buen ejemplo de mi afirmación”.

Presentación de Osvaldo Svanascini a Victorina Durán en su conferencia “La fantasía del mar” el 5 de agosto de 1954, “Para los que somos sus amigos, las interpretaciones siempre diferentes y sorpresivas de Victorina Durán, sus trabajos ya como escenógrafa, pintora o creadora, sus palabras de encanto o su simpática figura, nos acercan a una manera distinta de ver la vida. Para todos aquellos que no la conocen tanto como nosotros, diré solamente que Victorina es un poco de todo aquello que hubiéramos querido ser en nuestra vida: capacidad para la invención, nobleza frente a las cosas que forman los distintos enigmas del arte y, principalmente, una fabulosa entidad de sorpresas”.

Firmas autógrafas de Victorina Durán Cebrián

Biografía y webgrafía:

“Victorina Durán, escritora y artista del teatro de vanguardia”, Tesis doctoral de Eva María Moreno Lago. Doctorado en estudios filológicos de la Universidad de Sevilla. 2018

“Las enseñanzas teatrales en el cambio de siglo: la apertura de la Cátedra de Indumentaria en el conservatorio de música y declamación (1903-1922)”, por Guadalupe Soria Tomás y Ramón Gutiérrez Santos.

“Fomento artístico y Sociedad Liberal. Exposiciones Nacionales de Bellas Artes (1917-1936)”, Lola Caparrós Masegosa. Universidad de Granada. Universidad Nacional de Educación a Distancia. Granada, 2016

“Las inéditas. Voces femeninas más allá del silencio”, Yolanda Romano Martín y Sara Velázquez García (Coords.) Ediciones Universidad de Salamanca, mayo 2018

“La Exposición de Artes Decorativas de París de 1925”, Francisco Javier Pérez Rojas. Artigrama, nº 21. 2006 43-84

https://ceres.mcu.es/pages/Main?idt=131612&inventary=ES01755&table=FMUS&museum=MNT#dcId=1546552874182&p=5

https://idus.us.es/xmlui/bitstream/handle/11441/78965/TESIS%20INCOMPLETA.pdf?sequence=1&isAllowed=y

 

Distintas escenografías en acuarela de Victorina Durán Cebrián, conservadas en el Museo del Teatro, en la Red Digital de Colecciones de Museos de España

 

Restauración del Cartel del XI Salón de Otoño de 1931

Por

Sara Alonso Jiménez, Marina de Blas García y Lucía Sánchez Díaz

 

Cartel anunciador del XI Salón de Otoño de 1931, obra original de Ramón Gutiérrez-Santos, técnica mixta sobre papel de 102 x 82 cms.

 

La pieza a tratar es una obra de gran formato (102 x 82 cm), datada de 1931, cuyo autor es Ramón Gutiérrez-Santos. Originariamente fue realizada mediante técnica mixta sobre papel. La obra se encontraba en un estado frágil, aunque estable.

Sin embargo, su intervención debía ser inmediata. El cartel fue reentelado[1] con una tela sin preparación mediante un método acuoso –desconocido- que no dio buenos resultados y dejó a la vista grandes manchas en la obra por mala ejecución de la técnica. Además, produjo un destensado que probablemente se acrecentó por la mala conservación de la obra.

Tras realizar un exhaustivo examen visual y una posterior documentación fotográfica, encontramos los siguientes daños, que para su mejor comprensión se dividen en dos grandes grupos:

  • Deterioros presentes en el anverso de la obra: suciedad superficial, manchas blancas, restos de adhesivo, lagunas, desgarros, levantamientos y arañazos.
  • Deterioros presentes en el reverso de la obra: suciedad superficial, presencia de cintas adhesivas, manchas de pintura y diferentes materiales, falta de un borde y desgarros.

El desconocimiento de la técnica y materiales empleados al realizar la obra hacen que sea necesaria la realización de pruebas de solubilidad para evaluar su sensibilidad al agua, y en función de ello utilizar o no métodos acuosos en el proceso de restauración.

La primera dificultad con la que nos encontramos es que el cartel resultó ser soluble tanto al agua como a cualquier disolvente, por lo que la protección de la capa pictórica mediante un empapelado[2] -algo que habría sido ideal-  quedó descartada. De esta forma, comenzamos a realizar una limpieza mecánica del reverso de la obra con gomas de borrar -Staedler Mars Plastic®, Milan 1420® y Faber Castell 949265®-. Este proceso permite eliminar la suciedad superficial y el polvo acumulado. (Figuras 1 y 2).

Figura 1. Limpieza del reverso

Figura 2. Limpieza del bastidor con goma borrar

 

A continuación, retiramos unas cintas de carrocero adheridas al reverso que “protegían” los bordes de los rotos o desgarros, y asentamos de nuevo el papel con levantamientos al lienzo mediante adhesivo Benkola®[3] (Figura 3) y los unimos mediante una sutura de hilos de lino adheridos al reverso con Beva film®[4] (Figuras 4, 5 y 6). También adherimos parches de lino con el mismo adhesivo a las zonas que presentaban ausencias matéricas del soporte.

Figura 3. Adhesión del papel con adhesivo Benkola®

 

Figura 4. Adhesión de rasgados mediante la sutura de hilos

 

Figura 5. Adhesión de rasgados mediante la sutura de hilos

 

Llegados al punto en el que el reverso está tratado, nos planteamos quitar o no el marco y el bastidor para poder tensarlo. No obstante, esto supondría romper el marco por las juntas de unión y cortar los bordes del soporte al retirar el bastidor, ya que se encontraban adheridos a éste. Finalmente, se decide colocar cuñas e ir tensando poco a poco golpeándolas con un martillo. El resultado es estupendo, y la obra recupera su tensado original.

Esta nueva resistencia mecánica de la obra nos permite pasar a intervenir el anverso con mayor seguridad. Se vuelve a limpiar la obra con las mismas gomas, esta vez por la capa pictórica. (Figura 6)

Figura 6. Limpieza del anverso con gomas de borrar

 

El último proceso de restauración es la reintegración de las faltas pictóricas de la obra. Se prepara una masilla con estuco tradicional -adhesivo orgánico de cola de conejo y yeso mate de dorador-, que ira aplicado sobre estas faltas y una vez seco, podremos reintegrarlas cromáticamente con acuarelas, mediante puntos que completen ópticamente la intervención en el conjunto de la obra. (Figuras 7 y 8).

Figuras 7 y 8. Reintegración cromática de las lagunas de la capa pictórica

 

El resultado final del tratamiento es bastante positivo, ya que se ha recuperado tanto la lectura global de la obra y su significado, como su estabilidad física.

Anverso del cartel ANTES de su intervención

Anverso del cartel DESPUES de su intervención

 

Reverso del cartel ANTES de su intervención

Reverso del cartel DESPUES de su intervención

 

Esta restauración ha sido realizada por Sara Alonso Jiménez, Marina de Blas García y Lucía Sánchez Díaz durante los meses de octubre y noviembre de 2018 en la Asociación Española de Pintores y Escultores, bajo la atenta supervisión de Itziar Zabalza Murillo, Asesora del Presidente y tutora de las alumnas, en un proyecto de la Secretaria General de la entidad, Mª Dolores Barreda Pérez.

 

[1] El entelado, forración o reentelado es una técnica de restauración de pintura sobre lienzo. Se realiza cuando la tela original de la obra ha perdido sus propiedades mecánicas. Se realiza adhiriendo una tela nueva, previamente preparada y con unas características especiales para que se adecue a la obra.

[2] El empapelado consiste en cubrir la superficie de la obra con un papel protector (normalmente papel japonés o papel de seda) encolado mediante un adhesivo apropiado a las características de este. Es un proceso totalmente reversible.

[3] Adhesivo especial para papeles pesados y vinílicos reforzado con resinas

[4] Adhesivo film acrílico.

 

 

Carmen Rodríguez de Legísima

Por Mª Dolores Barreda Pérez

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LAS PRIMERAS ARTISTAS DE LA

ASOCIACION ESPAÑOLA DE PINTORES Y ESCULTORES

Desde su fundación en 1910, y después de haber tratado en anteriores números a las Socias Fundadoras de la entidad, y las participantes en el primer Salón de Otoño, vamos a ir recuperando de la memoria colectiva, el nombre de las primeras socias que vinieron a formar parte de la Asociación de Pintores y Escultores.

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CARMEN RODRIGUEZ DE LEGISIMA

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RODRIGUEZ DE LEGISIMA (Carmen Legisima)  P    1914  1896 LOUSADO VIGO/ORENSE      1980

Autorretrato (Diputación de Orense)

Carmen Rodríguez de Legísima (firmaba sus obras como Carmen Legísima) nació en 1896 en el Pazo de Lousado, en la parroquia de Loeda, concejo orensano de Piñor de Cea, en la comarca de Carballiño. Allí, aún se conservan los caballetes que sostenían sus lienzos y en los cuales expresaba todo su mundo interior.

Retrato de su padre

Era la hija pequeña de una familia numerosa acomodada, de juristas terratenientes y tradicional por conservadora y católica, en la que el padre, militar, se veía obligado a trasladar constantemente el domicilio desde las vecinas Tui, La Coruña, Vigo, etc. hasta que su jubilación permitió a la familia establecerse en el pazo de Lousado, en el municipio de Piñor de Cea.

Apunte del Monasterio de Oseira

Al fallecer sus padres y uno de sus hermanos, el resto de la familia se traslada a Vigo. Uno de sus hermanos se dedicó a la vida religiosa, llegando hasta las altas jerarquías y siendo nombrado conservador de los llamados Santos Lugares de Jerusalén.

Su hermano Eduardo Rodríguez de Legísima, fue el autor del proyecto y planos, y el supervisor de la construcción de la nueva iglesia de San Payo de Loeda, y otra hermana suya era también religiosa, motivo por el que la espiritualidad unida a la convicción religiosa de la familia, aportaron un gran influjo en su obra y su espacialidad.

Desde niña muestra interés por la meditación y el misticismo, lo que la llevan a trasladar esas inquietudes a través de la pintura, vocación que comparte además con otra de sus hermanas mayores llamada Matilde.

La desahogada situación económica de la familia permitió que Carmen estudiara magisterio en Madrid, si bien no ejerció nunca de maestra y aprendió a pintar de forma totalmente autodidacta. En esos años en la capital, consolida su vocación artística y se une a la Asociación de Pintores y Escultores.

En los años 40 comienza a ser reconocida como pintora, aunque en su Galicia natal esto no ocurre hasta los años 60.

De los retratos que salen de la mano de la pintora, el más aplaudido es “Mi hermana”, en el que aparece su hermana Obdulia dentro de su celda como monja y que presentó a la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1944 y por el que obtuvo una Primera Medalla de Plata.

Mi hermana

En el año 1943 realiza su primera exposición en la Sala Macarrón de Madrid, animada por el pintor Salaverría, un éxito que no esperaba y del que surgió una participación en otra muestra colectiva celebrada ese mismo año en Londres.

Entre 1945 y 1962 expuso ocasionalmente en Lisboa, Londres y Roma y participó en el XXXIX Salón de Otoño de 1968, con dos óleos de naturalezas muertas.

   

Bodegón con bandeja y  Bodegón con bandeja de plata

En 1965 volvió a exponer en la Sala Macarrón de Madrid, pero no fue hasta 1979 cuando realizó su primera gran exposición antológica, en el Caixavigo Hall, que volvería a repetirse en 1985, a título póstumo, en la Sala de Exposiciones del Centro Cultural Caja de Ahorros de Vigo, del 27 de mayo al 20 de junio, con motivo de la exposición monográfica a ella dedicada.

Pintó hasta los últimos días de su vida, pese a la cruel enfermedad que le inmovilizó todo el lado derecho del cuerpo y siendo diestra, aprendió a pintar con la mano izquierda para seguir creando hasta el final.


En familia

Falleció el 10 de julio de 1980 en Vigo. Sus restos descansan en el panteón familiar de Lousado.

El Pazo de Lousado conserva decenas de cuadros de Carmen. Retratos de familiares, de santos, de miembros de la iglesia, bodegones y flores y paisajes de pueblos de Piñor. Contiene además los retratos de su hermana Matilde, que como decíamos también compartía con Carmen la ilusión de la pintura, si bien nunca alcanzó el mismo reconocimiento que ella.

Bodegón de frutas

Bodegón del pan

Bodegón con porcelana

El historiador del arte especializado en la pintura española, Enrique Lafuente Ferrari, sentenció a Carmen, de quien dijo que era «La Solana Femenina».

Los retratos y bodegones de Carmen Legísima, como solía firmar sus obras, contienen  pinceladas pesadas y coloridas, características más destacadas en sus temas más recurrentes: el retrato y el bodegón.  Son éstos últimos humildes, sencillos, pese a estar repletos de flores y porcelanas.

El gato de la casa

Hay quien ha vinculado estos trabajos austeros, con los del barroco Sánchez Cotán, vislumbrando además un cierto parecido a las naturalezas muertas de Cézanne en cuanto a las gamas cromáticas y el tipo de pinceladas.

Esta mezcla de estilos convierte las obras de Carmen en algo dramático y dulce; inquietas y serenas… en donde la artista vuelca todos sus sentimientos.

Su obra se exhibe en el Museo Español de Arte Contemporáneo de Madrid, en el Museo de Castrelos, en Vigo, y en colecciones institucionales y particulares.

Autógrafo de la artista

Florero

Flores

Lilas en florero de Sevres

Niña en la galería

Nocturno

Monasterio de Oseira

Pastora

Santa Teresiña

 

Segundo plástico gallego , Pintura en Galicia , Diccionario de mujeres gallegas,

Personajes ilustres de Piñor en la página del ayuntamiento y el archivo de la Colección de Colundivación.

Anselmo López Morales en la Gran Enciclopedia Gallega Silverio Cañada y la tarjeta del Museo de Bellas Artes de A Coruña.
Dolores Villaverde Solar Sinxeleza, espiritualidade e art…  Álbum de Mulleres .

Niña de la galería óleo / lienzo, 95×68 cm, expuesta en la Galería Francisco Fernández del Riego.

Crítica de Arte: «Acuerdo», por Miguel Ney Alcántara

Por Irma González Collazo

Graduada en Historia del Arte por la USC, especializada en mercado del arte

 

“ACUERDO”  POR MIGUEL NEY ALCANTARA

                              MEDALLA DE PINTURA EDUARDO CHICHARRO DEL                              

85 SALON DE OTOÑO DE LA AEPE

“Acuerdo” (acrílico/lienzo, 195x 195), de Miguel Ney Alcántara, forma parte de la exposición presentada en el Salón de Otoño 2018, certamen más antiguo y prestigioso de España que cuenta con el patrocinio de la entidad sin ánimo de lucro MAXAM y es acogido por el Centro Cultural Casa de Vacas.

Alcántara presenta una obra que se mueve entre el surrealismo y la abstracción, pero no de forma íntegra. Como protagonista del conjunto, un batiburrillo de objetos dirigido por una masa negra instalada en la parte superior central, que parece engullir al resto de elementos del grupo caótico.

Ese extraño ser o pseudoparca, que simboliza la muerte, forma parte del imaginario colectivo desde las antiguas civilizaciones, que la plasmaban en sus testimonios artísticos en un intento de acercarse y comprender ese final inequívoco para todos, el hecho inevitable del paso del tiempo, como en las obras El triunfo de la muerte de Pieter Brueghel o Vida y Muerte de Gustav Klimt. Evoca, en parte, a la tradición barroca de las vanitas, donde se unían lo efímero y terrenal en un intento de mostrar lo banal de todo lo mundano. Todo ello enfrentado con el concepto sólido y espiritual de la muerte, su presencia inminente y la fragilidad humana. En términos contemporáneos, ese ser oscuro recuerda a los temibles dementares de la saga Harry Potter, que asolaban y provocaban tristeza a su paso, o al protagonista de Alíen: El octavo pasajero.

El triunfo de la muerte. Pieter Bruegher, 1562

En la parte derecha, un grupo de perros encerrados por la valla. El mejor amigo del hombre siempre ha ocupado un papel importante en el arte, aunque en pocas ocasiones principales. Ya en el Antiguo Egipto se representaban asociados al dios Anubis en bajos relieves, y en el Imperio Romano aparecían en murales, pinturas o monedas. En el famoso cuadro de Van Eyck, El Matrimonio Alnorfini, su bonito pequinés simboliza la fidelidad matrimonial. Hoy, también es una figura recurrente a representar, muestra de ello es el celebérrimo Balloon Dog de Jeff Koons.

Junto a los cánidos, el árbol sin hojas, sin vida, que se asemejan a los pintados por Dalí en Cisnes reflejados como elefantes o a los románticos de Friedrich en La Abadía en el robledal. Un pájaro, posado en una de sus ramas, interactúa con uno de los perros. Los pájaros siempre han gozado de gran fama en cuanto al vaticinio. Con su sola presencia pueden traer buenas o nefastas noticias del futuro.

Vida y Muerte. Gustav Klimt, 1910

Desde la antigüedad son percibidos como almas, metáforas y signo de bendición o maldición para el ser humano.

La superficie que sujeta estos grupos pictóricos, consiste en un entramado bicolor que parece moverse en un tono ondulante, aportando sensación de volumen al conjunto.

El matrimonio Alnorfini. Jan van Eyck, 1434

Abadía en el robledal. Friedrich, 1809

Alrededor de la composición, lo que parece ser una pared en tono aguamarina luminoso. De este modo, aporta luz a la composición. Con ella, esas amapolas blancas florecen en un ambiente angustioso y la larva del centro derecha se convierte en mariposa al otro lado, en su proceso de metamorfosis vital.

Con esta obra, Miguel Alcántara, se alza con el Premio al talento Joven Encuentro y la Medalla de Pintura Eduardo Chicharro. Una amalgama de surrealismo y abstracción en la que juega con conceptos y motivos típicos de la tradición popular de la historia del arte. Muerte y vida se entrecruzan en un amasijo tétrico de libre interpretación, que cobra uno u otro significado a los ojos del espectador.

José Gabriel Astudillo, Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, entrega a Miguel Ney Alcántara la Medalla de Pintura Eduardo Chicharro del 85 Salón de Otoño. El artista además, fue galardonado con el Premio Encuentro al Talento Joven de  la Inmobiliaria Encuentro

Crítica de Arte: «Atardecer en la Gran Vía», por Cristóbal Rodríguez-Sahagún

Por:

Irma González Collazo: Graduada en Historia del Arte por la USC, especializada en mercado del arte.

Ariadne Irene Vaiopoulos del Ama: Graduada en Conservación y Restauración por la UCM, especializada en mercado del arte.

 

“ATARDECER EN GRAN VÍA”

POR CRISTOBAL RODRÍGUEZ-SAHAGÚN ALESSANCO

II MEDALLA DOWN MADRID DEL 85 SALON DE OTOÑO DE LA AEPE

Cristobal Rodríguez-Sahagún Alessanco. Atardecer en Gran Vía. Óleo sobre lienzo. Medalla de Pintura Down Madrid

 

Tonalidades de un cielo púrpura se funden a manchas con el ajetreo taciturno de Madrid. Esta mirada personal de una de las partes más emblemáticas de la ciudad, solucionada a base de pinceladas sueltas con una vista aérea de una de las partes más emblemáticas de la capital española. Los habitantes y visitantes se mueven cual motas vibrantes, del mismo modo, los coches avanzan por la Gran Vía dejando tras su paso, simples haces lumínicos. Con una sola mirada, envuelve al observador en el caos y ruido, propio del núcleo urbano.

En cierto modo, evoca a eso sutiles toques de pincel que empleaba Pissarro antaño, cuando representaba sus adoradas escenas de la vida parisina en Boulevard de Montmartre, 1897. La obra realizada por Cristóbal Rodríguez lleva a cabo un trabajo de profunda inspiración con el resultado obtenido por su antecesor impresionista. No solo por plasmar una de las calles principales de cada ciudad sino por la forma en que lo desarrolla.  Una posible interpretación revela la obra del artista actual como momento previo al paisaje nocturno, que acoge como su musa. Ambas obras pueden interpretarse como estudios de sensaciones lumínicas. El modo de representar las luces, bebe de una forma directa de esas pinturas parisinas tan representativas de finales del siglo XIX.

Camille Pissarro. The Boulevard Montmartre at Night, 1897

Resulta sencillo pensar que ese instante en el que el sol se oculta dejando paso a la noche, y con ella, silencio y oscuridad plena, hecho que, en verdad, provocará un cambio de ambiente. El atardecer es sinónimo de calma, pero el artista anticipa que lo que se avecina es lo contrario

La tonalidad varía de la zona inferior del lienzo a la superior, se enfría.  La gama más gélida del cielo da paso al tono anaranjado, propio del crepúsculo, y reflejada en los edificios y luces que conforman la escena. Con todo, permite la presencia de colores fríos en algunos tejados, eclipsados por la calidez de la composición.

Aporta al espectador una mirada opuesta respecto a la obra, también presente en la exposición, Vista de Cibeles de Antonio Téllez de Peralta, a través de una vista aérea del mismo punto urbano en el que, en este caso, la vista de la urbe se transforma dando paso a la deshumanización, al silencio, de una ciudad caracterizada por el constante ir y venir de sus habitantes y turistas curiosos. Mientras que en la primera existe un continuo fluir, del que la paleta cromática se hace eco, en contraposición, el trabajo de Téllez de Peralta congela un instante en el tiempo de un Madrid idealizado. Es inevitable la sensación de realidad provocada por una interpretación realista sujeta a tendencias de artistas como Rafael o David, en su época. Pero no es posible obviar la existencia del matiz naturalista implícito en el realismo, obteniendo como representación más fidedigna, la composición de Cristóbal, liberada de utopías.

Antonio Téllez de Peralta. Vista de Cibeles. Óleo sobre tabla

Es, por lo tanto, una obra que traslada inconscientemente al público a un día cualquiera del Madrid veraz, provocando múltiples sensaciones. Puede ser observada durante largo rato, imaginando miles de historias, momentos que podrían estar ocurriendo en esta bella estampa. Produce una sinestesia generada por la gran masa, por los coches, dando lugar a sonidos inexistentes que escapan de cada pincelada. No es un simple paisaje vacío pero bonito, combina a la perfección la estética con el sentimiento plasmado en el procedimiento pictórico desarrollado y en la conmoción subjetiva que es capaz de generar.

En conclusión, es una obra pictórica que a primera vista podría pasar desapercibida, pero en un momento de hondo análisis y meditación, muestra como el arte actual no difiere tanto de la producción anterior, con la cual sigue dialogando. La inspiración profunda en el movimiento impresionista sumado a las vivencias personales del autor ha dado lugar a una labor con carácter, propia de cualquier artista del París del XIX.

José Gabriel Astudillo (AEPE) y José Luis Rodríguez (Down Madrid), entregaron a Cristóbal Rodríguez-Sahagún la Medalla de Pintura Down Madrid del 85 Salón de Otoño

 

Imagen 1: Catálogo del LXXXV Salón de Otoño de la Asociación Española de Pintores y Escultores. Pp: 29

Imagen 2: Página web de la National Gallery of London. https://www.nationalgallery.org.uk/paintings/camille-pissarro-the-boulevard-montmartre-at-night

Imagen 3: Catálogo del LXXXV Salón de Otoño de la Asociación Española de Pintores y Escultores. Pp: 93

Entrevista a Ricardo Sanz

Por Sara Alonso

Nos encontramos frente a un reconocidísimo retratista a nivel nacional e internacional: Ricardo Sanz. Es un pintor donostiarra que desde pequeño sintió la influencia del mundo del arte en su propia familia. Se inició con temprana edad siendo su maestro José Camps, al mismo tiempo que continuaba sus estudios de licenciatura. Los siguientes años prosiguió su aprendizaje con destacados pintores en París e Italia, hasta instalarse en Madrid.

Su estilo, por tanto, está enormemente influido por sus maestros así como los impresionistas vascos y franceses y los más grandes pintores clásicos: Velázquez, Van Dyck, Rembrant…

En cuanto a técnica, refleja un control perfecto del dibujo. Utiliza una pincelada moderna que nos desvía de los retratos clásicos para embelesarnos con un aire renovador; en la que los efectos de la luz y los colores nos muestren la majestuosidad de las personas retratadas.

¿En qué momento supiste que querías dedicarte al arte? ¿Qué fue lo que más te motivó para llevarlo a cabo?

Desde niño me ha atraído mucho el arte en general, pero fue en la adolescencia cuando empecé a dibujar y vi que no se me daba mal. A partir de ahí acudí a clases con un pintor de San Sebastián, José Camps, y dibujando y pintando descubrí que me gustaba cada vez más y más. En ese momento empecé a ver  la pintura y otras muchas cosas que me interesaban. Por aquel entonces yo no sabía que iba a ser pintor, simplemente me gustaba y lo hacía… Fue un poco después cuando decidí que yo iba a ser pintor y que no me quería dedicar a otra cosa; porque yo estudié historia e historia del arte pero estaba convencido de que iba a ser pintor, y sabía que iba a tener éxito.

¿Ha habido algún momento en que te planteaste dejar la pintura y dedicarte a algo relacionado con las licenciaturas que estudió?

No, nunca he tenido dudas.

¿Qué consejo podrías darle a alguien que quiere ser artista y no cuenta con el apoyo o la motivación necesaria para lanzarse a serlo?

La motivación personal es imprescindible. El oficio es muy importante; el aprender a dibujar y pintar. A parte cada uno desarrolla su propia personalidad, pero esa base es necesaria.

En mi caso mi familia me apoyó siempre, ellos querían que yo fuera pintor. En aquellos momentos el arte se vivía más, creo que a la gente le gustaba más el arte. Hoy en día hay tantas cosas que la gente se dispersa.

El vínculo con el arte creció en ti desde pequeño, sin embargo, a lo largo de toda tu andadura artística, ¿ha habido momentos en los que has sentido que la presión era demasiada? ¿Has tenido miedo a no dar lo que la gente esperaba?

Yo creo que no. Todos los pintores pasamos por crisis, a veces siento que no me gustan las cosas que hago en el momento y hago otras… Es algo natural en un pintor, pero no porque piense en la gente sino en mí mismo.

Los fondos de sus retratos enmarcan la figura de una manera tan magistral hasta el punto de parecer imprescindibles para entender la propia obra. ¿En qué te basas para elegir los colores?

El fondo es imprescindible, de hecho, a veces es lo más difícil de hacer.

La elección de colores me sale de dentro, realmente me resulta muy difícil explicar por qué hago las cosas.

En mis fondos soy bastante abstracto. Lo figurativo lo muestro por ejemplo a través de un desnudo, y sin embargo, al ocultar la figura el cuadro se vuelve abstracto. Las pinceladas nunca están dadas casualmente, están dadas para que resalte más la figura.

¿Consideras que tu técnica es necesaria para entender el resultado final de la obra?

Sí, sin duda. La técnica es útil como herramienta, a parte está mi personalidad. Como te comentaba al principio creo que un buen pintor ha de conocer la técnica y tener buen oficio para poder ser más libre y llegar a expresarse mejor.

Como futura restauradora he de preguntarle por el innegable paso del tiempo que afecta a toda obra. ¿Te has planteado si ese deterioro aumentaría el significado de la misma y por tanto está ligada a ella o sería un factor a tratar/eliminar?

El tiempo da valor a las obras y yo lo mantendría a no ser que fuera algo muy sucio. Creo que le da un toque especial.

¿Qué te llevó a hacerte socio de la Asociación Española de Pintores y Escultores?

Principalmente es una acción de apoyo al arte, ya que no contamos con ayudas de nada menos que un mínimo de unión y apoyo entre nosotros.

¿Qué opinas sobre la función de la Asociación para impulsar y conservar el arte a nivel nacional?

Hace muchísimo para las ayudas que tiene, creo que es una asociación que se mueve mucho y hace bastantes cosas para la economía con la que cuenta.

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